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********** VS. COMISIÓN DE CARRERA POLICIAL Y RÉGIMEN DISCIPLINARIO DE LOS AGENTES DE LA POLICÍA MINISTERIAL DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA EXPEDIENTE 885/2012 S.S. RECURSO DE REVISIÓN. Mexicali, Baja California, a dos de diciembre de dos mil trece. V I S T O S los autos para resolver en definitiva en el Pleno del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de Baja California, los recursos de revisión interpuestos por la actora y la autoridad demandada en contra de la sentencia dictada el ocho de febrero de dos mil trece por la Segunda Sala de este Tribunal, en el juicio contencioso administrativo citado al rubro y, R E S U L T A N D O I.- Que por escritos presentados el veintiséis de febrero de dos mil trece por la parte actora, y el doce de marzo de dos mil trece por la autoridad demandada interponiendo ambas recurso de revisión en contra de la resolución antes mencionada. II.- Mediante auto de admisión dictado el dos de abril de dos mil trece se ordenó dar vista a las partes por el término de cinco días para que manifestaran lo que a su derecho conviniese. III.- Que la sentencia impugnada en sus puntos resolutivos establece: PRIMERO.- Con base a lo expuesto en el considerandos IV de esta resolución, con fundamento en el artículo 83 fracción ll de la Ley que rige a este Tribunal, declara la nulidad de la resolución impugnada, emitida por la Comisión de Carrera Policial y Régimen Disciplinario de los Agentes de la Policía Ministerial de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California, dentro del procedimiento administrativo *********. SEGUNDO.- Con base en lo expuesto en el último párrafo del considerando IV de esta resolución, con fundamento en el artículo 84 de la Ley que rige a este Tribunal, se condena a la autoridad demandada mencionada a dejar sin efectos la resolución que se declara nula, con todas sus consecuencias legales, debiendo girar los oficios

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VS. COMISIÓN DE CARRERA POLICIAL

Y RÉGIMEN DISCIPLINARIO DE

LOS AGENTES DE LA POLICÍA MINISTERIAL DE LA

PROCURADURÍA GENERAL DE

JUSTICIA DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA

EXPEDIENTE 885/2012 S.S.

RECURSO DE REVISIÓN.

Mexicali, Baja California, a dos de diciembre de dos

mil trece.

V I S T O S los autos para resolver en definitiva en el

Pleno del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del

Estado de Baja California, los recursos de revisión

interpuestos por la actora y la autoridad demandada en

contra de la sentencia dictada el ocho de febrero de dos mil

trece por la Segunda Sala de este Tribunal, en el juicio

contencioso administrativo citado al rubro y,

R E S U L T A N D O

I.- Que por escritos presentados el veintiséis de

febrero de dos mil trece por la parte actora, y el doce de

marzo de dos mil trece por la autoridad demandada

interponiendo ambas recurso de revisión en contra de la

resolución antes mencionada.

II.- Mediante auto de admisión dictado el dos de abril

de dos mil trece se ordenó dar vista a las partes por el

término de cinco días para que manifestaran lo que a su

derecho conviniese.

III.- Que la sentencia impugnada en sus puntos

resolutivos establece:

“PRIMERO.- Con base a lo expuesto en el considerandos IV de

esta resolución, con fundamento en el artículo 83 fracción ll de la Ley que rige a este Tribunal, declara la nulidad de la resolución

impugnada, emitida por la Comisión de Carrera Policial y Régimen Disciplinario de los Agentes de la Policía Ministerial de la Procuraduría

General de Justicia del Estado de Baja California, dentro del procedimiento administrativo *********.

SEGUNDO.- Con base en lo expuesto en el último párrafo del considerando IV de esta resolución, con fundamento en el artículo 84 de

la Ley que rige a este Tribunal, se condena a la autoridad demandada mencionada a dejar sin efectos la resolución que se declara nula, con todas sus consecuencias legales, debiendo girar los oficios

correspondientes a las autoridades mencionadas en el considerando CUARTO de la resolución que se declara nula, para hacerles saber el

resultado de este fallo y a efecto de que hagan las anotaciones correspondientes, debiendo hacer lo propio la autoridad demandada

dentro de sus propios registros.

TERCERO.- Con base en lo expuesto en el considerando V de esta

resolución, con fundamento en el artículo 84 de la Ley que rige a este Tribunal, se condena a la autoridad demandada a llevar a cabo todos los

actos tendientes a efecto de que se cubra al demandante una indemnización por el equivalente a TRES MESES y asimismo para que se le cubran todas y cada una de las contraprestaciones que dejó de recibir

desde la fecha en que obtuvo su libertad con motivo de la resolución emitida dentro del expediente ********** por el Segundo Tribunal

Unitario del Decimo Noveno Circuito en Matamoros Tamaulipas en fecha dieciséis de mayo de dos mil doce, hasta la fecha en que se declare ejecutoriada la presente resolución.

CUARTO.- Notifíquese…”

IV.- Que agotado el procedimiento de conformidad

con lo establecido en la Ley del Tribunal de lo Contencioso

Administrativo del Estado de Baja California se procede a

dictar la resolución correspondiente, de acuerdo a los

siguientes…

C O N S I D E R A N D O S

PRIMERO.- El Pleno del Tribunal de lo Contencioso

Administrativo del Estado de Baja California es competente

para conocer del recurso de revisión en términos de lo

dispuesto por los artículos 17, fracción II y 94 de la ley que

lo rige.

SEGUNDO.- Para una mejor comprensión del asunto,

conviene precisar lo siguiente:

El acto impugnado en el juicio fue la resolución

dictada por la Comisión de Carrera Policial y Régimen

Disciplinario para los Agentes de la Policía Ministerial de la

Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja

California, el veintiocho de septiembre de dos mil once ( fojas

27 a 49), en el procedimiento de responsabilidad administrativa

*********, en la que se determinó que el Agente de la

Policía Ministerial del Estado adscrito a la Zona Tijuana,

*********, perdió los requisitos de permanencia

establecidos en las fracciones I y II, apartado B, del artículo

117 de la Ley de Seguridad Pública del Estado, consistentes

en ser de notoria buena conducta y estar en pleno ejercic io

de sus derechos políticos, por lo que se le separó

definitivamente del cargo.

Se imputó al actor el haber sido señalado como

partícipe en conductas relacionadas con delincuencia

organizada, lo cual ocasionó que se girara orden de

aprehensión en su contra y posteriormente auto de formal

prisión en la causa penal ********** del índice del Juzgado

Segundo de Distrito en el Estado de Tamaulipas.

La sentencia recurrida declaró la nulidad de la

resolución impugnada con fundamento en el artículo 83,

fracción II, de la ley que rige a este Tribunal, por considerar

que se omitieron las formalidades del debido proceso al

existir una violación en la notificación del acuerdo de inicio

del procedimiento **********, afectando los derechos de

audiencia y debida defensa en perjuicio de la parte actora,

establecidos en los artículos 14 y 16 constitucionales, en

concordancia con lo dispuesto en los numerales 155, 174 y

175 de la Ley de Seguridad Pública del Estado.

TERCERO.- Los agravios expuestos por la parte

actora son los siguientes:

“PRIMERO

La resolución que se impugna causa agravio debido a los efectos que ésta consigna, pues considera que la violación a la garantía de audiencia no trae como consecuencia la reposición del procedimiento, apoyándose en una jurisprudencia sin

dato de publicación alguno, violando con ello, preceptos de derecho interno e internacional en materia de derechos humanos como los establecidos en los artículos

1, 14 y 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 10 y 11.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y 8.1 de la Convención

Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José Costa Rica) y artículo XXVI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hom bre.

La resolución impugnada, respecto de los efectos y/o consecuencias de la nulidad decretada por el A Quo, textualmente señala:

V.- Efectos.- Con relación a las consecuencias de la nulidad que se decreta,

para salvaguardar el derecho afectado al demandante, con fundamento en lo

establecido por el artículo 84 de la Ley que regula a este Tribunal, se hacen las

siguientes precisiones:

Si bien se determina la nulidad por violaciones a las formalidades que debe

revestir todo procesal como lo fue violación a la garantía de audiencia al

demandante, tal ilegalidad en el caso concreto no trae como consecuencia la

reposición del procedimiento como lo indica el actor en la parte final de su escrito

de demanda en el capítulo titulado "solicitud de preferencia de estudio de los

motivos de inconformidad"

La nulidad decretada tiene un alcance de excepción dada la reforma

constitucional en la cual se expresa de manera categórica la prohibición a la

reinstalación de los elementos de las instituciones policiales entre otros, cuando

hubieran sido separados de su encargo; por lo que, la violación formal aludida se

vuelve en una violación que trae como consecuencia la nulidad lisa y llana de la

resolución impugnada dada la imposibilidad jurídica de su reinstalación, estando

obligado el Estado únicamente a resarcir el daño ocasionado más no así la

reposición del procedimiento.

La corte se ha pronunciado al respecto determinando que cuando se

resuelve que ha sido injustificado el acto o resolución que determinó la

separación, remoción, baja o cese de los Agentes del Ministerio Público, los

peritos y los miembros de las instituciones policiales ya sea la violación por vicios

de procedimiento que propicien su reposición o por una decisión de fondo existe

la imposibilidad constitucional de reincorporación, por lo que, a ningún fin

practico traería la reposición del procedimiento como lo solicita el demandante.

Criterio jurisprudencial que a la letra dice:

JURISPRUDENCIA

2a /J 103/2012 (10a)

SEGURIDAD PÚBLICA. LA SENTENCIA EN LA QUE SE CONCEDE EL AMPARO

CONTRA LA SEPARACIÓN, REMOCIÓN, BAJA, CESE O CUALQUIER OTRA FORMA

DE TERMINACIÓN DEL SERVICIO DE MIEMBROS DE LAS INSTITUCIONES

POLICIALES, POR VIOLACIÓN AL DERECHO DE AUDIENCIA, DEBE CONSTREÑIR A

LA AUTORIDAD RESPONSABLE A PAGAR LA INDEMNIZACIÓN CORRESPONDIENTE

Y LAS DEMÁS PRESTACIONES A QUE EL QUEJOSO TENGA DERECHO.

Conforme al artículo 123, apartado B, fracción XIII, párrafo segundo, de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuando la autoridad

jurisdiccional resuelve, sea por vicios de procedimiento o por una decisión de

fondo, que es injustificada la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra

forma de terminación del servicio de, entre otros, los miembros de las

instituciones policiales de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los

Municipios, existe la imposibilidad de reincorporarlos en sus funciones. Por tanto,

como la sentencia que les concede la protección federal contra el acto que dio por

terminada la relación administrativa que guardan con el Estado, por violación al

derecho de audiencia contenido en el artículo 14 de la Constitución Federal, no

puede ordenar el restablecimiento de las cosas al estado en que se encontraban

antes de la terminación del servicio, acorde con el artículo 80 de la Ley de

Amparo, en aras de compensar esa imposibilidad aquélla debe constreñir a la

autoridad responsable a subsanar la violación formal correspondiente y resarcir

integralmente el derecho del que se vio privado el quejoso, mediante el pago de

la indemnización respectiva y las demás prestaciones a que tenga derecho, en

términos de lo sostenido por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de

la Nación en la jurisprudencia 2a./J. 18/2012 (10a.) y en las tesis 2a. LX/2011 y

2a. LXIX/2011.

Contradicción de tesis 253/2012. Entre las sustentadas por los Tribunales

Colegiados Primero y Tercero, ambos en Materia Administrativa del Cuarto

Circuito. 22 de agosto de 2012. Mayoría de tres votos. Ausente: José Fernando

Franco González Salas. Disidente:

Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Ponente: Sergio A. Valls Hernández.

Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.

Tesis de jurisprudencia aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en

sesiA privada del veintinueve de agosto de dos mil doce.

En esencia el A Quo expresa que en base a la reforma constitucional que

prohíbe la reinstalación de los elementos de las instituciones policiales no es procedente la reposición del procedimiento sino una indemnización, citando al efecto una supuesta tesis de jurisprudencia (sin dato de publicación alguno), que refiere,

en lo que interesa, la procedencia del pago de la indemnización y demás prestaciones por haberse emitido baja o cese del miembro policial con violación al

derecho de audiencia. Como se advierte, el A Quo viola el derecho del demandante de ser oído

por autoridad administrativa (con funciones jurisdiccionales) competente y facultada para determinar la procedencia de la reintegración de su cargo, pues al vedársele su

derecho a ser escuchado por la autoridad administrativa se le impide acreditar ante ésta la no actualización de la falta atribuida obteniendo así la reintegración en todos sus derechos, como lo es la restitución de su cargo y de sus percepciones

económicas, tal como lo establece el artículo 150 de la Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California, que dispone:

ARTÍCULO 150.- En caso de que no se acredite la falta de un requisito

de permanencia, o se incurra en cualquiera de las hipótesis contenidas en la

fracción I del artículo 180 de la Ley, se determine el no ejercicio de la acción

penal o la no responsabilidad penal o administrativa, se reintegrará a los

Miembros los derechos que se le hubiesen privado con motivo de la suspensión

preventiva.

Se considera que se aprecia y aplica indebidamente la referida reforma constitucional (123 Apartado B Fracción XIII) y supuesta tesis de jurisprudencia, ya

que al otorgar la garantía de audiencia no se estaría condenando y/u ordenando, o garantizando en su caso, la reinstalación del cargo, ya que dicho aspecto será materia de decisión en sede administrativa, esto es, por parte de la autoridad

administrativa competente, después de oírse al miembro policial.

El A Quo en su determinación se apoya única y exclusivamente en el artículo 123 Apartado B Fracción XIII de la Constitución Federal y la supuesta tesis de jurisprudencia, violando con ello tanto disposiciones contenidas en el derecho

interno (misma Constitución Federal) como en el derecho supranacional (tratados internacionales en materia de derechos humanos), que reconocen el derecho que

tiene toda persona a ser oído en un juicio, sin discriminación alguna, previo al acto privativo, tal como lo previene los artículos 14 de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos, 10 y 11.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, 8.1 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José Costa Rica) y artículo XXVI de la Declaración Americana de los Derechos y

Deberes del Hombre.

Dichos preceptos señalan: Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de

los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados

internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las

garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse,

salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de

conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la

materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la

obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de

conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad

y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,

sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que

establezca la ley.

Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos

del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho,

su libertad y la protección de las leyes.

Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional,

el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de

salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o

cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o

menoscabar los derechos y libertades de las personas.

Art..14.- A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona

alguna. Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o

derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente

establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento

y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho. En los juicios del

orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría

de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable

al delito de que se trata.

En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la

letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los

principios generales del derecho.

Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer

violencia para reclamar su derecho.

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales

que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,

emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio

será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.

Declaración Universal de los Derechos Humanos.

ARTÍCULO 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída

públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la

determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier

acusación contra ella en materia penal.

ARTÍCULO 11

1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su

inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio

público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su

defensa.

Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José Costa

Rica).

ARTÍCULO 8.

1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y

dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e

imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier

acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y

obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre.

ARTÍCULO XXVI

Se presume que todo acusado es inocente, hasta que se pruebe que es

culpable.

Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en forma imparcial

y pública, a ser juzgada por tribunales anteriormente establecidos de acuerdo con

leyes preexistentes y a que no se le impongan penas crueles, infamantes o

inusitadas.

De los preceptos citados se puede advertir que tanto la constitución política de nuestro país como los diversos tratados internacionales en materia de derechos humanos consignan el derecho de toda persona de ser oída para que se le

imparta justicia sin discriminación alguna, con trato igual, con el debido respeto a sus garantías y formalidades esenciales del procedimiento.

El A Quo viola las disposiciones contenidas en los artículos 1, 14 y 17 de la

Constitución Federal y artículos 10 y 11.1 de la Declaración Universal de los

Derechos Humanos, 8.1 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José Costa Rica) y XXVI de la Declaración Americana de los Derechos

y Deberes del Hombre, ya que dichos artículos precisan un trato igual ante la ley sin distinción de ningún tipo y/o discriminación alguna, la prerrogativa que tiene todo individuo de ser oído antes de ser privado de un derecho y el derecho que tiene toda

persona a que se le administre justicia.

El A Quo injustamente omite aplicar los preceptos jurídicos supranacionales de referencia (artículos 1, 14 y 17 de la Constitución Federal, 10 y 11.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, 8.1 de la Convención

Americana Sobre Derechos Humanos-Pacto de San José Costa Rica- y artículo XXVI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre), impidiendo al

demandante la oportunidad de ser oído ante la autoridad administrativa correspondiente (con funciones jurisdiccionales) para así tener la posibilidad de que ésta le restituya en todos sus derechos, como lo es la restitución de su cargo y pago

de las percepciones económicas que dejo de recibir.

Además, la supuesta jurisprudencia citada por el A Quo no solo no debe ser aplicada por no aportarse dato de identificación alguno sino porque atenta con lo

dispuesto en el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos respecto al Municipio Libre, pues que se encuentra eliminando la facultad con la que cuenta la autoridad administrativa municipal con funciones

jurisdiccionales para subsanar los vicios en que incurrió, y sólo en caso de que ésta lo considere procedente reintegrar al miembro en la totalidad sus derechos.

El A Quo con su determinación de no otorgar la garantía de audiencia de la que fue privado el demandante, viola su derecho a defenderse ante la autoridad

jurisdiccional competente como cualquier otro individuo, pues le veda la oportunidad de aportar pruebas que soporten su defensa para que así sea ésta quien determine

su situación jurídica. No obstante de lo señalado en el artículo 123 Apartado B Fracción XIII de

la constitución federal y supuesta jurisprudencia citada en la sentencia que se recurre (relativa a la improcedencia de la reposición del procedimiento debido a la

supuesta imposibilidad constitucional), es obligación del juzgador adoptar las disposiciones internacionales en materia de derechos humanos, que beneficien al individuo, dejando de aplicar las disposiciones que las contravengan.

En el caso concreto, el A Quo omite aplicar los preceptos internacionales

que otorgan a toda persona el derecho a ser oído ante la autoridad competente. La consecuencia de la inaplicación de los derechos otorgados por los

tratados internacionales en materia de derechos humanos, específicamente la prerrogativa a la audiencia, coloca al demandante en una posición de desprotección

pues lo deja sujeto a violaciones de todo tipo, sin que pueda tener un acceso a una verdadera justicia, ello solo por el hecho de ser un miembro policial.

La resolución impugnada es manifiestamente violatorio de los preceptos

internacionales invocados en el presente recurso, pues toda persona (que no sea

miembro policial) que haya sido privado de sus derechos sin el respeto a la garantía de audiencia, se le concederá, en justicia plena y efectiva, la reposición del

procedimiento al que no fue llamado o al que fue llamado ilegalmente, aplicándose las siguientes jurisprudencias:

Registro No. 238923 Localización:

Séptima Época Instancia: Segunda Sala

Fuente: Semanario Judicial de la Federación

30 Tercera Parte Página: 55

Ju risprudencia

Materia(s): Administrativa, Común

AUDIENCIA, GARANTIA DE. AMPARO CONCEDIDO PARA EL EFECTO DE

QUE SE RESPETE. NO PUEDEN ESTUDIARSE EN EL FALLO LAS DEMAS

CUESTIONES DE FONDO.

Cuando el amparo se concede para el efecto de que las autoridades respeten la

garantía de audiencia que establece el artículo 14 de la Carta Magna, brindando

oportunidad de defensa a los quejosos previamente a la emisión de los actos que

afecten un derecho establecido en su beneficio, no es del caso estudiar las demás

cuestiones de fondo que se propongan, porque precisamente esas cuestiones

serán objeto de la audiencia que las autoridades deberán conceder a los

quejosos.

Séptima Epoca, Tercera Parte: Volumen 7, página 57. Amparo en revisión

6006/68. Rafael Pineda y coagraviados. 9 de julio de 1969. Unanimidad de cuatro

votos. Ponente: Felipe Tena Ramírez. Secretario: Felipe López Contreras.

Volumen 8, página 45. Amparo en revisión 7107/68. Jacoba Guzmán Ramírez y

otra (acumulados). 1o. de agosto de 1969. Cinco votos. Ponente: Jorge Iñárritu.

Volumen 10, página 32. Amparo en revisión 1523/69. Comisariado Ejidal del

Poblado "La Playa", Municipio de Manuel Doblado, Guanajuato. 17 de octubre de

1969. Cinco votos. Ponente: Carlos del Río Rodríguez. Volumen 10, página 32.

Amparo en revisión 1524/69. Delia Cantón de Luna. 17 de octubre de 1969. Cinco

votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. Volumen 26, página

122. Amparo en revisión 4517/70. Comisariado Ejidal del Poblado "San Salvador

Huixcolotla", Municipio de su nombre, Puebla. 26 de febrero de 1971. Unanimidad

de cuatro votos. Ponente: Carlos del Río Rodríguez.

Genealogía: Informe 1969, Segunda Sala, tesis 18, página 125. Apéndice 1917-

1985, Octava Parte, tesis 65, página 111.

Época: Séptima Época

Registro: 238603

Instancia: SEGUNDA SALA

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación

Localización: Volumen 60, Tercera Parte

Materia(s): Común

Tesis:

Pag. 40

[J]; 7a. Época; 2a. Sala; S.J.F.; Volumen 60, Tercera Parte; Pág. 40

CONCEPTOS DE VIOLACION POR VICIOS DE FORMA DEL ACTO

RECLAMADO. SU PROCEDENCIA EXCLUYE EL EXAMEN DE LOS QUE SE

EXPRESEN POR FALTAS DE FONDO (AUDIENCIA, FUNDAMENTACION Y

MOTIVACION DEL ACTO EN CITA).

Cuando se alegan en la demanda de amparo violaciones formales, como lo son

las consistentes en que no se respetó la garantía de audiencia o en la falta de

fundamentación y motivación del acto reclamado, y tales conceptos de violación

resultan fundados, no deben estudiarse las demás cuestiones de fondo que se

propongan, porque las mismas serán objeto ya sea de la audiencia que se deberá

otorgar al quejoso o, en su caso, del nuevo acto que emita la autoridad; a quien

no se le puede impedir que lo dicte, purgando los vicios formales del anterior,

aunque tampoco puede constreñírsele a reiterarlo.

SEGUNDA SALA. Séptima Epoca, Tercera Parte: Volumen 46, página 39. Amparo

en revisión 5495/70. María Concepción Mercado y otra. 30 de octubre de 1972.

Cinco votos. Ponente: Carlos del Río Rodríguez. Volumen 47, página 53. Amparo

en revisión 1993/72. Nicolasa Pichardo Guisa y otros. 8 de noviembre de 1972.

Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Alberto Jiménez Castro. Volumen 47,

página 53. Amparo en revisión 2507/72. Elías Nares Gómez. 23 de noviembre de

1972. Cinco votos. Ponente: Jorge Iñárritu. Volumen 47, página 53. Amparo en

revisión 276/72. J. Jesús Gómez García. 29 de noviembre de 1972. Unanimidad

de cuatro votos. En la publicación no se menciona el nombre del ponente.

Volumen 52, página 23. Amparo en revisión 4710/72. Federico Eusebio Martínez

y otros. 5 de abril de 1973. Cinco votos. Ponente: Carlos del Río Rodríguez.

SEGUNDO

La resolución impugnada viola los derechos humanos de igualdad, no

discriminación, y de dignidad humana, consagrados en los artículos 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1 y 2 de la de la Declaración

Universal de Derechos Humanos, 2 y 3 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 2, 3, 14.1 y 26 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y políticos, y 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos

Humanos (Pacto de San José de Costa Rica).

Dichos preceptos precisan lo siguiente: Constitución Politica de los Estados Unidos Mexicanos

DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SUS GARANTIAS.

Art. 1o.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los

derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados

internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las

garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse,

salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Lás normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de

conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la

materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la

obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de

conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad

y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,

sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que

establezca la ley.

Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos

del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho,

su libertad y la protección de las leyes.

Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional,

el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de

salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o

cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o

menoscabar los derechos y libertades de las personas.

Declaración Universal de Derechos Humanos

ARTÍCULO 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,

dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los

unos con los otros.

ARTÍCULO 2

1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta

Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión

política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,

nacimiento o cualquier otra condición.

2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política,

jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una

persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo

administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de

soberanía.

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

Artículo 2

1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a

adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la

cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el

máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos

los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas,

la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos.

2. Los Estados Partes en el presente pacto se comprometen a garantizar el

ejercicio de los derechos que en él se enuncian sin discriminación alguna por

motivos de raza, color, sexo, idioma, religión opinión política o de otra índole,

origen nacional o social, posición económica nacimiento o cualquier otra condición

social.

ARTÍCULO 3

Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a asegurar a los

hombres y a las mujeres igual título a gozar de todos los derechos económicos,

sociales y culturales enunciados en el presente Pacto.

Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos

ARTÍCULO 2

1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a

respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y

estén sujetos a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin

distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra

índole origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra

condición social.

ARTÍCULO 03

Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar a

hombres y mujeres la igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos

enunciados en el presente Pacto.

ARTÍCULO 14

1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia.

Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías

por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en

la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o

para la determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil.

La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los

juicios por consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional en una

sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes

o, en la medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal, cuando por

circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera perjudicar a los

intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será

pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo

contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de

menores.

ARTÍCULO 26

Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin

discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda

discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva

contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,

opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición

económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José Costa

Rica)

ARTÍCULO 1.

Obligación de Respetar los Derechos

1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los

derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio

a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por

motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier

otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier

otra condición social.

ARTÍCULO 24.

Igualdad ante la Ley

Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen

derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.

La resolución impugnada se aparta al demandante de las prerrogativas de

igualdad y no discriminación, así como de dignidad, pues tal parece que por ser miembro policial no puede recibir justicia, lo que es más pareciera que por ese sólo hecho ya no encuadra en el concepto de "persona" que refeieren la constitución y

los tratdos internacionales en materia de derechos humanos, pues aunque el A Quo reconoce la ilegalidad de la actuación de la autoridad demandada, esto es, de la

ilegalidad de la remoción decretada en contra del demandante, no le aplica la justicia como se la aplicaría a cualquier otra persona, pues en igualdad de situación cualquier otra persona que no sea miembro policial sí recibirá la justicia que busca,

sin embargo al demandante por tener el referido carácter de miembro policial lo discrimina y le otorga un trato desigual, no conciderándolo merecedor de recibir una

justicia verdadera y completa, capaz de restituirsele en los derechos que el fueron privados.

Si el A Quo reconoció que al demandante se le privó de sus derechos sin

el respeto a la garantía de audiencia, lo procedente era condenar a la autoridad demandada a que repusiera el procedimiento citandolo a la audiencia respectiva

para poder así ser oído, aportando las pruebas necesarias y conducentes a efecto de desvirtuar las imputaciones y obtener resolución favorable, no solo conforme a las

tesis de jurisprudencia arriba señaladas sino conforme lo precisan los preceptos de los diversos tratados internacionales anteriormente citados y la propia constitución.

De igual manera el demandante no sólo esta siendo discriminado por ser miembro policial, obteniendo un trato desigual ante la ley, sino que también se le

está atacando su dignidad humana, ya que como consecuencia de que no se le aplique la justicia como a cualquier otra persona, no podrá volver a ejercer ningún puesto relacionado al cargo de policía, por haber sido removido de la institución

policial a la que pertenece, en virtud de disponerlo así el artículo 117 apartado A fracción XVI de la Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California, por lo que

será señalado por la sociedad afectándose con ello la moral del demandante y de su familia.

TERCERO

La resolución que se impugna violenta el derecho humano consagrado en el artículo 5 párrafo primero de la carta fundamental, así como los artículos 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, 11 de la Declaración sobre el Derecho

y el Deber de los Individuos, los Grupos y las Instituciones de Promover y Proteger los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales Universalmente Reconocidos,

6.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, sociales y Culturales, artículo XIV de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, puesto que se

está coartando al demandante su derecho a elegir y ejercer la profesión de miembro policial.

Dichos artículos disponen lo siguiente:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Art. 5o.- A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión,

industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta

libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen los

derechos de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que

marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad. Nadie puede ser

privado del producto de su trabajo, sino por resolución judicial.

Declaración Universal de Derechos Humanos

ARTÍCULO 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a

condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el

desempleo.

2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por

trabajo igual.

3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y

satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la

dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera

otros medios de protección social.

4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la

defensa de sus intereses.

Declaración Sobre el Derecho y el Deber de los Individuos, los Grupos y las

Instituciones de Promover y Proteger los Derechos Humanos y las Libertades

Fundamentales Universalmente Reconocidos.

ARTÍCULO 11

Toda persona, individual o colectivamente, tiene derecho al legítimo

ejercicio de su ocupación o profesión. Toda persona que, a causa de su profesión,

pueda afectar a la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades

fundamentales de otras personas deberá respetar esos derechos y libertades y

cumplir las normas nacionales e internacionales de conducta o ética profesional u

ocupacional que sean pertinentes.

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

ARTÍCULO 6

1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho a trabajar

que comprende el derecho de toda persona de tener la oportunidad de ganarse la

vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado, y tomarán medidas

adecuadas para garantizar este derecho.

Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre

ARTÍCULO XIV

Toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones dignas y a seguir

libremente su vocación, en cuanto lo permitan las oportunidades existentes de

empleo.

Toda persona que trabaja tiene derecho de recibir una remuneración que,

en relación con su capacidad y destreza le asegure un nivel de vida conveniente

para sí misma y su familia.

El A Quo al no otorgarle al demandante la prerrogativa a la garantía de

audiencia, aun reconociendo que su supuesto llamamiento a juicio fue totalmente ilegal, excusándose en una jurisprudencia que no recoge ni atiende las necesidades de la realidad social, debido a que si bien es cierto existen malos elementos,

también es cierto que existimos buenos elementos y con carrera policial, siendo entonces en este punto donde el juzgador tiene la obligación de velar por una

verdadera impartición de justicia. El A Quo con su determinación de no reponer el procedimiento y no

conceder la garantía de audiencia aparta al demandante de la posibilidad de

recuperar su trabajo como Agente de la Policía Ministerial del Estado, siendo que ha sido su trabajo de policía el que ha elegido desempeñar durante el transcurso de 21

años, por lo que con la determinación de mismo se le coarta el derecho a seguir desempeñandose como Agente de la Policía Ministerial del Estado, y de cualquier

otra corporación policiaca. La determinación impugnada va en contra de lo que establece el artículo 5

Constitucional, pues dicho precepto señala que a ninguna persona podrá impedírsele que se dedique a la profesión o trabajo que se le acomode siempre que sea lícito.

El A Quo debió observar lo establecido en dicho precepto, permitiendo al

demandante la posibilidad de seguir desempeñando el cargo de Agente de la Policía

Ministerial, pues ese es su deseo y vocación, y al no ser un trabajo ilícito no se le tiene porque prohibir dicho derecho.

Con el libre ejercicio de su profesión no se causa ningún perjuicio ni a

terceros y muchos menos a la sociedad, por el contrario, el fin buscado es el de

proteger a esa sociedad y ejercer de manera eficaz su trabajo de policía.

La resolución impugnada además de violar el artículo 5 Constitucional, viola los diversos tratados internacionales en materia de derechos humanos, arriba

citados, que otorgan al individuo el derecho humano a la libre elección y ejercicio del trabajo, ocupación o profesión que el individuo elija, pues en ellos se reconoce el derecho que tiene toda persona a ganarse la vida ejerciendo la profesión que éste

elija.

CUARTO

La resolución impugnada violenta, por una parte, el derecho del

demandante al acceso a la justicia completa e imparcial como lo establecen los artículos 17 de la Constitución Política de nuestro país, 8 de la Declaración Universal

de Derechos Humanos, y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y por otra, el derecho a una verdadera reparación del daño como lo establecen los artículos 9.5 de la declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los

grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos, y 9.2 del Pacto Internacional

de Derechos Civiles y Políticos. Dichos artículos establecen lo siguiente:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Art. 17.- Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer

violencia para reclamar su derecho. Toda persona tiene derecho a que se le

administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los

plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera

pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en

consecuencia, prohibidas las costas judiciales.

El Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las acciones

colectivas. Tales leyes determinarán las materias de aplicación, los

procedimientos judiciales y los mecanismos de reparación del daño. Los jueces

federales conocerán de forma exclusiva sobre estos procedimientos y

mecanismos.

Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias.

En la materia penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y

establecerán los casos en los que se requerirá supervisión judicial.

Las sentencias que pongan fin a los procedimientos orales deberán ser

explicadas en audiencia pública previa citación de las partes. Las leyes federales y

locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la

independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones.

La Federación, los Estados y el Distrito Federal garantizarán la existencia de

un servicio de defensoría pública de calidad para la población y asegurarán las

condiciones para un servicio profesional de carrera para los defensores. Las

percepciones de los defensores no podrán ser inferiores a las que correspondan a

los agentes del Ministerio Público. Nadie puede ser aprisionado por deudas de

carácter puramente civil.

Declaración Universal de Derechos Humanos

ARTÍCULO 8

Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales

nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos

fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Convención Americana Sobre Derechos Humanos

ARTÍCULO 25.

Protección Judicial

1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier

otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare

contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la

Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea

cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.

2. Los Estados Partes se comprometen:

a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal

del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal

recurso;

b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y

c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda

decisión en que se haya estimado procedente el recurso.

Reparación

Declaración Sobre el Derecho y el Deber de los Individuos, los Grupos y las

Instituciones de Promover y Proteger los Derechos Humanos y las Libertades

Fundamentales Universalmente Reconocidos

Artículo 9

5. Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o presa, tendrá el

derecho efectivo a obtener reparación.

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

Artículo 9

2. A tales efectos, toda persona cuyos derechos o libertades hayan sido

presuntamente violados tiene el derecho, bien por sí misma o por conducto de un

representante legalmente autorizado, a presentar una denuncia ante una

autoridad judicial independiente, imparcial y competente o cualquier otra

autoridad establecida por la ley y a que esa denuncia sea examinada rápidamente

en audiencia pública, y a obtener de esa autoridad una decisión, de conformidad

con la ley, que disponga la reparación, incluida la indemnización que corresponda,

cuando se hayan violado los derechos o libertades de esa persona, así como a

obtener la ejecución de la eventual decisión y sentencia, todo ello sin demora

indebida.

Como se dijo, la resolución impugnada violenta en perjuicio del

demandante el artículo 17 constitucional, toda vez que dicho precepto señala que toda persona tiene derecho a que se le administre justicia, situación que no

acontece en el caso concreto, ya que el A Quo no administra la justicia buscada, pues el demandante fue sujeto a violaciones evidentes, violaciones que el propio A Quo reconoce.

Sin embargo, aunque se reconoce la violación alegada no se impartió

justicia efectiva y verdadera, el A Quo no concede lo que realmente corresponde, es decir, no concede justicia, no otorga y/o resarce y/o repara el derecho que se tiene,

obteniendose ello con la resposición del procedimiento pues es una consecuencia de la violación a la garantía de audiencia. El A Quo impartio una justicia a medias o lo que es igual una justicia ilusoria, ya que no obstante de que reconoció que la

remoción del cargo del demandante fue ilegal por no habersele oído ni vencido en el procedimiento de separación definitiva no condena a su reposición sino a una

indemanización que en modo alguno repara dicha violación. El A Quo debió atender el carácter de persona del demandante y conceder

la justicia merecida, como lo haría con cualquier otra persona que no fuesé miembro

policial, siendo oportuno señalar que de otorgarse la justicia de manera completa, es decir, de concederse el respeto a la garantía de audiencia de la que fue privado el

demandante, no se contravendría lo estipulado por el artículo 123, apartado B, fracción XIII de la Constitución, pues simplemente se estaría limitando a restituirsele

el derecho a ser oído más no así la reinstalación del cargo de policía.

Según los tratados internacionales arriba transcritos, todas las personas tienen derecho a contar con un recurso efectivo ante los tribunales, capaz de amparar contra actos que violen sus derechos humanos, sin embargo, la protección

que el A Quo otorga, no cumple el fin buscado con dichos tratados, ya que, se insiste, al demandante no se le administró justicia real ni efectiva por ser miembro

policial.

QUINTO

La sentencia que se recurre viola el artículo 82 fracción I de la Ley del

Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de Baja California en relación con el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que consigna el principio de congruencia, así como de justicia completa, toda vez que la

Segunda Sala no aplicó al momento de fijar los efectos y alcances de la sentencia definitiva que ahora se recurre los artículos 113 fracción V, 116, 117 Apartado B

fracciones del I al XXII, 131 fracción VI , 151 y 180 fracción I de la Ley de Seguridad Pública de Baja California.

La Segunda Sala no atendió la prerrogativa de permanencia en el cargo

prevista por la referida Ley así como por la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos para el caso de que el miembro policial no incumpla con los requisitos para permanecer en la corporación policial.

La Ley de Seguridad Pública de Baja California prevén la prerrogativa a la

permanencia, entre otros, en los artículos arriba referidos y que son del tenor literal

siguiente: ARTÍCULO 113.- La Carrera Policial comprende el grado policial, la

antigüedad, las insignias, condecoraciones, estímulos y reconocimientos

obtenidos, el resultado de los procesos de promoción, así como el registro de

sanciones que, en su caso, haya acumulado el Miembro. Se regirá por las normas

siguientes:

V.- La permanencia de los Miembros en las Instituciones Policiales está

condicionada al cumplimiento de los requisitos que determine esta Ley:

ARTÍCULO 116.- La permanencia es el resultado del cumplimiento constante

de los requisitos establecidos en la presente Ley para continuar en el servicio

activo de las Instituciones Policiales.

B. De Permanencia:

I. Ser de notoria buena conducta, no haber sido condenado por sentencia

irrevocable por delito doloso:

II. Estar en pleno ejercicio de sus derechos políticos y civiles;

III. No tener antecedentes penales por delito doloso en el país o por

aquellos que se consideren como tales en el extranjero;

IV. Mantener actualizado su Certificado Único Policial;

V. No superar la edad máxima de retiro y jubilación que establezcan las

disposiciones aplicables;

VI. Acreditar que ha concluido, al menos, los estudios siguientes:

a) En el caso de integrantes de las áreas de investigación, enseñanza

superior, equivalente u homologación por desempeño, a partir de bachillerato;

b) Tratándose de integrantes de las áreas de prevención, enseñanza media

superior o equivalente;

c) En caso de integrantes de las áreas de reacción, los estudios

correspondientes a la enseñanza media básica;

VII. Asistir y aprobar los cursos de formación, capacitación y

profesionalización;

VIII. Aprobar los procesos de evaluación de control de confianza;

IX. Aprobar las evaluaciones del desempeño;

X. No acumular más de dos sanciones administrativas en un año de

servicio;

X11. participar en los procesos de promoción o ascenso que se convoquen,

conforme a las disposiciones aplicables;

XII. Abstenerse de consumir sustancias psicotrópicas, estupefacientes u

otras que produzcan efectos similares durante o fuera de la prestación del

servicio; salvo los casos en que el consumo de los medicamentos controlados sea

autorizado mediante prescripción médica, avalada por los servicios médicos de las

Instituciones;

XIII. Abstenerse de acudir al servicio con aliento alcohólico, estado de

ebriedad, o bien, consumir bebidas alcohólicas durante la prestación del servicio;

XIV. No padecer adicción a substancias psicotrópicas, estupefacientes u

otras que produzcan efectos similares;

XV. No padecer alcoholismo;

XVI. Someterse a exámenes para comprobar la ausencia de alcoholismo;

XVII. Someterse a exámenes médicos, físicos, de personalidad, de

conocimientos, de laboratorio, para comprobar el no uso de sustancias

psicotrópicas, enervantes, depresivas, estupefacientes u otras que produzcan

efectos similares, así como aquéllos que sean necesarios para la debida

prestación del servicio;

XVIII. No estar suspendido preventivamente o inhabilitado, ni haber sido

destituido por resolución firme como servidor público;

XIX. No ausentarse del servicio sin causa justificada, por un periodo de tres

días consecutivos o de cinco días dentro de un término de treinta días;

XX. No prestar simultáneamente servicios de cualquier carácter en un

cuerpo de seguridad pública y privada;

XXI. No desempeñar otro empleo, cargo, profesión o comisión de cualquier

naturaleza en la administración pública de cualquier nivel, así como trabajos o

servicios remunerados en instituciones privadas que sean compatibles con la

función que se desempeñe; y

XXII. Las demás que establezcan las disposiciones legales aplicables.

ARTÍCULO 131.- El titular del Poder Ejecutivo y los Ayuntamientos del

Estado, en sus respectivos ámbitos de competencias, reglamentarán las

condiciones del servicio de los Miembros, consistentes en:

VI.- Servicio carrera policial: Sistema de carácter obligatorio y permanente,

conforme al cual se establecen los lineamientos que definen los procedimientos

de reclutamiento, certificación, selección, ingreso, formación, permanencia,

antigüedad, evaluación, promoción, y reconocimiento; así como la separación,

remoción o baja del servicio de los Miembros de las Instituciones Policiales; y

ARTÍCULO 151.- Los Miembros serán separados definitivamente cuando

dejen de reunir alguno de los requisitos de permanencia o incurra en cualquiera

de las hipótesis contenidas en la fracción I del Artículo 180 de la Ley, o

suspendidos temporalmente o removidos del cargo cuando incurran en

responsabilidad administrativa grave.

ARTÍCULO 180.- La conclusión del servicio de un Miembro es la terminación

de su nombramiento o la cesación de sus efectos legales por las siguientes

causas:

I. Separación, por incumplimiento a cualquiera de los requisitos de

permanencia, o cuando en los procesos de promoción concurran las siguientes

circunstancias:

Dichos artículos son conformes con el artículo 21 inciso a del Pacto

Federal al establecer la permanencia como derecho de los miembros policiales, precisando el mismo:

Artículo 21.-

Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y

profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres órdenes

de gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los objetivos de la

seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que

estará sujeto a las siguientes bases mínimas:

a) La regulación de la selección, ingreso, formación, permanencia,

evaluación, reconocimiento y certificación de los integrantes de las instituciones

de seguridad pública. La operación y desarrollo de estas acciones será

competencia de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los municipios en

el ámbito de sus respectivas atribuciones.

Como se advierte de la parte considerativa de la sentencia que se recurre, no se encuentra acreditado el incumplimiento de los requisitos de permanencia supuestamente infringidos, por lo que la Segunda Sala al verificar y tener por

acreditado que el demandante no incumple con los referidos requisitos de permanencia debió condenar a la reintegración de su cargo, pues solo así se

satisface los principios de carrera policial, entre los que se encuentra la permanencia si no se incumplen con los requisitos para ello, previstos en la Ley de Seguridad Pública de Baja California y el derecho sustantivo de permanencia en el cargo

consignado en el artículo 21 inciso a de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

No pasa inadvertido lo consignado en el diverso precepto que indica que

no procede la reinstalación del cargo cualquiera que hubiere sido el medio de

defensa promovido, sin embargo dicho precepto debe interpretarse en el sentido de que no procede la reinstalación si se acredita la falta del requisito de permanencia

atribuido, esto es, la interpretación no debe ser literal ni aislada pues interpretarlo así haría nugatorio los principios de carrera policial y haría una burla del procedimiento de remoción así como los requisitos de permanencia y demás

obligaciones de los miembros ya que de cualquier forma no procede la reintegración de sus derechos entre los que destaca el de permanecer en el cargo si cumple con

los requisitos de permanencia. Lo anterior es acorde al nombramiento de agente policial con que cuenta

el demandante ya que constituye un acto condición, del que se sigue que debe continuar en el desempeño del cargo siempre que satisfaga los requisitos de

permanencia previstos en la Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California.

Es ilustrativo y aplicable el siguiente criterio emitido por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación:

Registro No. 164787

Localización:

Novena Época

Instancia: Primera Sala

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

XXXI, Abril de 2010

Página: 408

Tesis: 1a. LXXVI/2010

Tesis Aislada

Materia(s): Administrativa, Constitucional

EMPLEADOS PÚBLICOS. DIFERENCIAS ENTRE REQUISITOS DE INGRESO

Y PERMANENCIA EN CARGOS PÚBLICOS CUYOS NOMBRAMIENTOS SE

EXPIDEN COMO ACTOS CONDICIÓN, Y SU RELACIÓN CON EL PRINCIPIO

DE IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY.

Quienes pretenden ingresar a un cargo público y quienes, ya en el mismo, deseen

permanecer en éste, no se colocan en una misma situación. Esto puede valorarse

al observar las diferencias entre los requisitos de ingreso, que deben cubrirse

para tener acceso a diferentes cargos públicos y se encuentran establecidos en

las normas aplicables vigentes en el momento del acceso al cargo, y los requisitos

de permanencia; conforme a éstos, si después del ingreso, el interesado

desea continuar en el desempeño de la misma función, deberá observar

las condiciones para la subsistencia del acto administrativo de

nombramiento que, por esta razón, debe considerarse un acto condición.

Ahora bien, si la expresión permanencia significa mantenerse sin mutación o

cambios en una misma posición o lugar que se ocupa, una persistencia en un

estado o calidad que se representa por una duración firme, constancia,

perseverancia, estabilidad o estancia, es claro que se trata de un concepto que

actúa hacia el futuro y siempre con posterioridad al ingreso, es decir, la

permanencia, por sí sola, no puede actuar hacia el pasado ni afectar situaciones

que podrían llegar a constituir derechos adquiridos, por referirse a

acontecimientos que necesariamente se presentarán en tiempo futuro y cuyo

contenido sólo podrá ser satisfecho al porvenir. Sin embargo, conforme al

principio de irretroactividad de la ley contenido en el primer párrafo del artículo

14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el problema de los

efectos de una ley en su ámbito temporal de validez descansa en la diferencia

entre un efecto inmediato y otro retroactivo, por lo que resulta inconcuso que los

requisitos de permanencia no pueden verse afectados por dicho principio

constitucional, ya que éstos tienen efectos sobre situaciones en curso y hacia lo

que pudiera ser próximo, pero no sobre situaciones pasadas; esto es, los

interesados podrán continuar en el desempeño del cargo siempre que

satisfagan los requisitos previstos en todas las disposiciones vigentes

durante el encargo y las demás que estén por sobrevenir. Por tanto, los

requisitos de permanencia no violan el principio de irretroactividad de la ley, ya

que en tales supuestos no se afectan situaciones anteriores de la persona que

desea continuar en el cargo y, por lo mismo, no se le priva de derechos

adquiridos conforme a una ley anterior; no obstante, lo anterior está referido

exclusivamente a las características abstractas de una ley, con independencia de

la forma específica de actuación de la autoridad encargada de observar el

cumplimiento de la norma, lo cual sólo podrá valorarse en cada caso concreto.

Amparo en revisión 2198/2009. Néstor Faustino Luna Juárez. 3 de febrero de

2010. Cinco votos. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario:

Emmanuel G. Rosales Guerrero.

Asimismo se solita se realice una interpretación aplicando el principio pro

homine, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en correlación con lo dispuesto por los artículos 1, 7, 8 y 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la

Asamblea General de las Naciones Unidas, artículos 2, 5, 14 y 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y artículos 1, 5, 8, 11, 24, 25 y 29 de

la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José Costa Rica).

En otro aspecto, sería contrario al principio y/o garantía de igualdad no considerar que el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado no pueda condenar a la reintegración del cargo de demandante ya que conforme al artículo

150 de la Ley de Seguridad Pública del Estado, la autoridad administrativa (Comisión de Carrera Policial y Régimen Disciplinario de los Agentes de la Policía Ministerial de

la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California) que juzga el supuesto incumplimiento a los requisitos de permanencia si puede reintegrar al miembro cuando no se acredite la falta del requisito de permanencia imputado.

Dicho precepto establece:

ARTÍCULO 150.- En caso de que no se acredite la falta de un requisito de

permanencia, o se incurra en cualquiera de las hipótesis contenidas en la fracción

1 del artículo 180 de la Ley, se determine el no ejercicio de la acción penal o la no

responsabilidad penal o administrativa, se reintegrará a los Miembros los

derechos que se le hubiesen privado con motivo de la suspensión preventiva.

Luego, si la propia autoridad administrativa puede reincorporar al miembro en su cargo en caso de no acreditarse la falta del requisito de permanencia

atribuido, por mayoría de razón el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado puede también hacerlo, pues constituye el garante de la legalidad en el Estado.

Lo anterior resulta acorde con las garantias convencionales previstas en

los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos, que precisan derecho a la no discriminación, a la igualdad, el derecho al trabajo, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y a ser resarcido, siendo las siguientes:

1.- Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la

Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948, en sus artículos 1, 7, 8 y 23.

2.- Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aprobado por la

Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de Diciembre de 1966, en sus artículos 2, 5, 14 y 17.

3.- Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José Costa Rica), de 22 de Noviembre de 1969, en sus artículos 1, 5, 8, 11, 24, 25 y 29.

En tal virtud, pido a éste este Pleno que con plenitud de jurisdicción, en atención a las consideraciones vertidas, revoque la sentencia recurrida en la parte

que consigna los efectos y alcances condenando a la autoridad demandada a la reincorporación del cargo del demandante.

SEXTO

Sin perjuicio de lo expresado en el agravio que antecede, se precisa que

la sentencia que se recurre viola el artículo 82 fracción I de la Ley del Tribunal de lo

Contencioso Administrativo del Estado de Baja California en relación con el artículo 123 Apartado B Fracción XIII de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos. La reforma constitucional del 18 de Junio de 2008 del artículo 123

Apartado B Fracción XIII de la Constitución Federal no debe interpretarse como un

mandato infranqueable que impida la reincorporación de un miembro policial cuando la autoridad jurisdiccional resolviere que su separación fue injustificada.

El precepto que nos ocupa a la letra dispone: XIII. Los militares, marinos, personal del servicio exterior, agentes del

Ministerio Público, peritos y los miembros de las instituciones policiales, se regirán

por sus propias leyes.

Los agentes del Ministerio Público, los peritos y los miembros de las

instituciones policiales de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los

Municipios, podrán ser separados de sus cargos si no cumplen con los requisitos

que las leyes vigentes en el momento del acto señalen para permanecer en

dichas instituciones, o removidos por incurrir en responsabilidad en el desempeño

de sus funciones. Si la autoridad jurisdiccional resolviere que la separación,

remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación del servicio fue

injustificada, el Estado sólo estará obligado a pagar la indemnización y demás

prestaciones a que tenga derecho, sin que en ningún caso proceda su

reincorporación al servicio, cualquiera que sea el resultado del juicio o medio de

defensa que se hubiere promovido.

De la literalidad del precepto constitucional reformado, se aprecia que no

proscribe la posibilidad de que los elementos que obtengan un fallo jurisdiccional favorable sean reinstalados por la autoridad, ni determina que solo proceda el pago

de la indemnización y demás prestaciones a que tenga derecho; lo que la reforma prohíbe es que, en mérito de un fallo jurisdiccional, se obligue al Estado a reinstalar al elemento cualquiera que sea el resultado del fallo.

Con la citada reforma constitucional se otorgó a las autoridades estatales

la prerrogativa de apreciar si es conveniente reinstalar o indemnizar al elemento removido ilegalmente, con lo cual se protege el equilibrio que debe existir entre la carrera policial y los mecanismos eficientes de depuración que buscaba la reforma.

En ese sentido se afirma que la sentencia definitiva que se recurre debió

condenar a la autoridad demandada a optar o bien por la reincorporación del cargo del demandante o bien por el pago de la indemnización correspondiente por no reinstalarlo, además claro esta (como se condenó) de cubrir las percepciones

dejadas de recibir con motivo de la ilegal separación definitiva.

En razón de lo anterior, solicito a éste este Pleno que con plenitud de jurisdicción, en atención a las consideraciones vertidas, revoque la sentencia recurrida en la parte que consigna los efectos y alcances, emitiendo otra en la que

se deje a la autoridad demandada con opción de reincorporar al miembro en su cargo o de realizar el pago de la indemnización para el caso de decidir no

reincorporarlo.

SEPTIMO

La resolución impugnada, causa agravio ya que no obstante de que se

declaró la nulidad de la misma, consistente en remoción del cargo de la demandante como Agente de la Policía Ministerial del Estado de Baja California, se condena a la autoridad demandada al pago de las percepciones económicas desde la separación

de su cargo, (sin tomar en cuenta el tiempo en que estuvo privado de su libertad, pues refiere que la imposibilidad de prestar el servicio se debió al procedimiento

penal al que estuvo sujeto y no a la resolución impugnada en este juicio), hasta la fecha en que la sentencia definitiva se declare ejecutoriada, precisando que así se

tiene certeza y seguridad jurídica de su inmutabilidad, otorgando con ello certeza jurídica tanto a la autoridad obligada al pago como al particular, (en razón de que se

establecen plazos claros y precisos sin que estén sujetos a la voluntad de las partes).

Al respecto debe decirse que:

PRIMERO.- Resulta desacertado las consideraciones del A Quo relativas al pago de las percepciones económicas desde la fecha en que el demandante injustificadamente fue separado del cargo con motivo del procedimiento de

remoción, tomando en cuenta que el tiempo en que estuvo privado de su libertad no puede incluirse ya que la imposibilidad de prestar sus servicios se debió al

procedimiento penal al que estuvo sujeto y no a la resolución impugnada en este juicio.

El A Quo no se encuentra apreciando de forma correcta de los hechos y de las constancias del presente juicio.

Al suscrito mediante auto de fecha 29 de Julio de 2010 emitido por el

Director de Asuntos Internos y Contraloría de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California, con apoyo en los artículos 144 y 146 de la Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California, determinó la SUSPENSIÓN

PREVENTIVA SIN GOCE DE SUELDO de mi cargo de Agente de la Policía Ministerial del Estado, implicando tal medida la suspensión provisional de los derechos de que

dispongo establecidos en el artículo 132 fracciones I, IV, V, VI, VII y VIII de la Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California, según se precisa en el propio acuerdo de dicha fecha 29 de Julio de 2010 que corre agregado dentro del

procedimiento de separación definitiva obrante en el presente juicio, precisándose de igual forma que dicha medida no prejuzga sobre la falta de algún requisito de

permanencia o sobre la responsabilidad administrativa o penal que se imputa. Se emitieron oficios dirigidos al Procurador General de Justicia del Estado,

a la Subprocuradora de Zona Tijuana, a la Directora de Responsabilidades y Situáción Patrimonial, al Director Jurídico de la Procuraduría General de Justicia del

Estado, al Secretario de Seguridad Pública del Estado, al Encargado de la Dirección de la Policía Ministerial del Estado, al Comandante de la Policía Ministerial del Estado de Zona Tijuana, al Director Administrativo de la Procuraduría General de Justicia

del Estado, al Coordinador Administrativo de la Subprocuraduría de Zona Tijuana y al Oficial Mayor de Gobierno del Estado, para los efectos administrativos

correspondientes (como lo es la suspensión temporal de pago), oficios que obran dentro del procedimiento administrativo de separación definitiva.

Dicha SUSPENSION PRENTIVA SIN GOCE DE SUELDO de mi cargo fue RATIFICADA en el acuerdo de inicio de procedimiento de separación definitiva de

fecha 10 de Agosto de 2011 emitido por la Comisión de Carrera Policial y Régimen Disciplinario para los Agentes de la Policía Ministerial de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California, según se advierte de dicho acuerdo de inicio

de procedimiento de separación definitiva que corre agregado dentro del procedimiento respectivo obrante en el presente juicio.

La referida SUSPENSION PRENTIVA SIN GOCE DE SUELDO subsistió hasta

la resolución por la cual se determinó la SEPARACIÓN DEFINITIVA de mi cargo de

fecha 28 de Septiembre de 2011, ya que ésta dejo sin efecto la referida suspensión preventiva sin goce de sueldo (la substituyó), según se advierte de la resolución de

mérito que corre agregado dentro del procedimiento respectivo obrante en el presente juicio.

Se emitieron oficios dirigidos al Procurador General de Justicia del Estado,

al Secretario de Seguridad Pública del Estado y al Oficial Mayor de Gobierno del

Estado, para los efectos administrativos correspondientes (como lo es la suspensión definitiva de pago), oficios que obran dentro del procedimiento administrativo de

separación definitiva.

Como se advierte, la suspensión preventiva de mi cargo y sueldo tiene su

origen en la determinación de las autoridades administrativas correspondientes, decretada en la etapa de investigación administrativa y confirmada en el

procedimiento de separación definitiva, quienes aplicaron, según propia determinación de suspensión, los artículos 144 y 146 de la Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California, que a le letra disponen:

ARTÍCULO 144.- La Contraloría Interna, de manera previa a la

substanciación del procedimiento de separación definitiva o de responsabilidad

administrativa, deberá realizar fundada y motivadamente una investigación

administrativa y suspender de manera preventiva al miembro cuando así lo

considere conveniente, a efecto de realizar las diligencias para allegarse de

elementos que le permitan, en su caso, solicitar a la .Comisión, iniciar el

procedimiento correspondiente.

ARTÍCULO 146.- Cuando un Miembro se encuentre sujeto a alguna

investigación, avieriguación previa o procedimiento penal de orden local o federal,

la Contraloría Interna podrá ordenar la suspensión preventiva, a fin de no

afectar la investigación, el proceso penal, la Institución Policial, o a la sociedad.

Ahora bien, de conformidad con el artículo 149 de la Ley de Seguridad

Pública del Estado de Baja California, la suspensión preventiva del cargo trae como

consecuencia, entre otras, privar al miembro de los derechos establecidos en las fracciones I, IV, V, VI, VII y VIII del artículo 132 de la misma ley, tal como se

precisó en el auto de SUSPENSIÓN PREVENTIVA de fecha 29 de Julio de 2010 emitido por el Director de Asuntos Internos y Contraloría de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California, en el que se lee que la suspensión

preventiva implica la suspensión provisional de los derechos establecidos en el artículo 132 fracciones I, IV, V, VI, VII y VIII de la Ley de Seguridad Pública del

Estado de Baja California. Los citados preceptos 132 en sus fracciones I, IV, V, VI, VII y VIII, y 149

de la ley de referencia establecen: ARTÍCULO 132.- Los Miembros, además de lo previsto por otros

ordenamientos legales, tendrán los siguientes derechos:

I.- Percibir una remuneración por la prestación efectiva del servicio

y acorde a las características del mismo;

IV.- Recibir la formación, instrucción, capacitación, adiestramiento,

actualización, profesionalización y especialización necesaria;

V.- Recibir el uniforme y demás equipo de cargo reglamentario sin costo

alguno en los términos que se establezcan en los reglamentos respectivos;

VI.- Acceder al servicio de carrera policial;

VII.- Ser sujeto de promociones, ascensos o reconocimientos, cuando su

conducta y desempeño sea meritorio;

VIII.- Prestar el servicio por el tiempo establecido en las condiciones del

mismo;

ARTÍCULO 149.- La suspensión preventiva trae como consecuencia

separar temporalmente al Miembro de su cargo, así como privarlo de los

derechos establecidos en las fracciones I, IV, V, VI, VII, y VIII del Artículo

132 de esta Ley.

La Contraloría Interna y la Comisión están obligadas a informar

oportunamente a la Dependencia encargada de hacer las remuneraciones y

comisiones de servicio, de la suspensión preventiva para los efectos

legales correspondientes; igual obligación subsiste cuando se determine

levantar la suspensión decretada.

Conforme al artículo 149 correlacionado con la fracción I del artículo 132, se ordenó, entre otros, la suspensión de mis percepciones económicas, dando aviso de ello a las autoridades correspondientes para su conocimiento y efectos legales

correspondientes, tal como lo dispone el segundo párrafo del citado artículo 149.

Como se advierte, la autoridad administrativa es responsable de la suspención preventiva, pues ella la decretó, debiendo por ello ser condenada a que

pague las percepciones que deje de recibir con motivo de dicha suspensión.

La autoridad administrativa suspendió provisionalmente al suscrito, asumiendo la responsabilidad de cubrir las percepciones que se hubieren generado a

partir de tal medida, de resultar sin responsabilidad de las imputaciones en mi contra y/o no haber condena de responsabilidad alguna.

Además, conforme al artículo 150 de la Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California debe efectuarse la condena de pago de percepciones

dejadas de recibir con motivo de la suspensión decretada por la autoridad administrativa, pues el mismos refiere que se reintegrará a los miembros los derechos que se le hubiesen privado con motivo de la suspensión preventiva.

Dicho precepto indica:

ARTÍCULO 150.- En caso de que no se acredite la falta de un requisito de

permanencia, o se incurra en cualquiera de las hipótesis contenidas en la fracción

I del artículo 180 de la Ley, se determine el no ejercicio de la acción penal o la no

responsabilidad penal o administrativa, se reintegrará a los Miembros los

derechos que se le hubiesen privado con motivo de la suspensión

preventiva.

Por tanto, siendo la autoridad administrativa la responsable de la

suspensión preventiva, pues, se insiste, ella la decretó, debe ser condenada a que pague las percepciones que deje de recibir con motivo de dicha suspensión.

Cabe precisar que la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante jurisprudencia por contradicción se pronunció al respecto

declarando procedente el pago de percepciones del miembro policiaco que dejo de recibir por suspensión de su cargo debido a un proceso penal sin resultar con responsabilidad.

La tesis de jurisprudencia por contradcción tiene el siguiente rubro y

texto: Registro No. 166275

Localización: Novena Época

Instancia: Segunda Sala

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

XXX, Septiembre de 2009

Página: 682

Tesis: 2a./J. 134/2009

Jurisprudencia

Materia(s): Administrativa

SERVICIO DE CARRERA DE PROCURACIÓN DE JUSTICIA FEDERAL Y

SERVICIO un DE CARRERA DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA

DEL DISTRITO FEDERAL. PROCEDE EL PAGO DE LOS EMOLUMENTOS

DEJADOS DE PERCIBIR POR SUS MIEMBROS, CUANDO CESA LA

SUSPENSIÓN EN EL CARGO POR HABER ESTADO SUJETOS A UN PROCESO

PENAL DERIVADO DE HECHOS RELACIONADOS CON EL SERVICIO Y

RESULTAR ABSUELTOS.

El artículo 46 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República,

vigente hasta el 29 de mayo de 2009, prevé que los miembros del Servicio de

Carrera de Procuración de Justicia Federal sujetos a proceso penal como

probables responsables de delito doloso o culposo -calificado como grave por la

ley, serán suspendidos desde el dictado del auto de formal prisión o de sujeción a

proceso hasta la emisión de sentencia ejecutoriada; de ser ésta condenatoria

serán destituidos, pero si es absolutoria "se les restituirá en sus derechos". Ahora

bien, esta última expresión debe interpretarse en el sentido de que los derechos a

restituir son los relativos al empleo y los emolumentos dejados de percibir

durante la suspensión, lo cual es aplicable a los casos en que ésta tenga su origen

en causas propias del servicio, de donde se concluye que procede el pago de los

emolumentos dejados de percibir por el hecho de que el suspendido sea absuelto

en el proceso penal. Este criterio es aplicable al personal del Servicio Civil de

Carrera de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, pues el artículo

46 de su Ley Orgánica establece un supuesto similar al de la institución federal.

Contradicción de tesis 283/2009. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal

Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito y los Tribunales

Colegiados Tercero y Segundo de la misma materia y circuito. 26 de agosto de

2009. Cinco votos. Ponente: Genaro David Góngora Pimentel. Secretario: Javier

Arnaud Viñas. Tesis de jurisprudencia 134/2009. Aprobada por la Segunda Sala

de este Alto Tribunal, en sesión privada del dos de septiembre de dos mil nueve.

Además de la jurisprudencia transcrita, resultan ilustrativas las siguientes

tesis:

Registro No. 165356

Localización: Novena Época

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

XXXI, Febrero de 2010

Página: 2779 Tesis: I.17o.A.19 A

Tesis Aislada

Materia(s): Administrativa

AGENTES DEL MINISTERIO PÚBLICO, DE LA POLICÍA JUDICIAL Y

PERITOS DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA DEL DISTRITO

FEDERAL. EL PAGO DE SALARIOS CAÍDOS CONFORME A LOS ARTÍCULOS

46 DE LA LEY ORGÁNICA DE DICHA PROCURADURÍA Y 50 DE LA LEY DE

SEGURIDAD PÚBLICA DE LA MISMA ENTIDAD, PROCEDE

INDEPENDIENTEMENTE DE QUE HAYAN SIDO SUSPENDIDOS POR ESTAR

SUJETOS A UN PROCESO PENAL O A UNA INVESTIGACIÓN

ADMINISTRATIVA.

De la interpretación sistemática de los artículos 46 de la Ley Orgánica de la

Procuraduría General de Justicia y 50 de la Ley de Seguridad Pública, ambas del

Distrito Federal, se colige que la restitución en los derechos a los agentes del

Ministerio Público, de la Policía Judicial y peritos que hayan sido suspendidos por

estar sujetos a un proceso penal o a una investigación administrativa, cuando

resulten absueltos o declarados sin responsabilidad, según el caso, debe incluir el

pago de salarios caídos, sin que sea óbice a lo anterior que el mencionado artículo

50 se refiera a la reintegración de salarios sólo en el caso de que la suspensión

sea con motivo de que el elemento se encuentre sujeto a averiguación previa,

pues el propio precepto dispone que la suspensión subsistirá hasta que el asunto

quede total y definitivamente resuelto en la última instancia del procedimiento

que corresponda, por lo que tratándose de una causa penal, incluye el proceso

hasta el dictado de sentencia ejecutoria y, en consecuencia, si un servidor público

de alguna de las citadas categorías demuestra que fue absuelto en el juicio penal,

tiene derecho a que se le paguen dichos salarios.

DÉCIMO SÉPTIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL

PRIMER CIRCUITO. Amparo en revisión 249/2007. Pedro Martín Ramírez Bautista.

6 de septiembre de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Germán Eduardo

Baltazar Robles. Secretaria: Liliana Poblete Ríos. Amparo en revisión 221/2007.

Luis Felipe Valdez Valdez. 27 de septiembre de 2007. Unanimidad de votos.

Ponente: Luz María Díaz Barriga de Silva. Secretaria: Alicia Larios Rico.

Registro No. 165220

Localización: Novena Época

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

XXXI, Febrero de 2010

Página: 2873 Tesis: l.4o.A.697 A

Tesis Aislada

Materia(s): Administrativa

MIEMBROS DEL SERVICIO DE CARRERA DE PROCURACIÓN DE JUSTICIA

FEDERAL. AL QUEDAR SIN EFECTOS LA SUSPENSIÓN DE UNO DE ÉSTOS

CON MOTIVO DE UNA SENTENCIA EJECUTORIADA ABSOLUTORIA, DEBE

RESTITUÍRSELE NO SÓLO CON LA REINSTALACIÓN EN EL CARGO QUE

DESEMPEÑABA ANTES DE DICHA MEDIDA, SINO TAMBIÉN CON EL PAGO

DE SALARIOS DEJADOS DE PERCIBIR (APLICACIÓN DE LA

JURISPRUDENCIA 2a./J.134/2009).

De conformidad con el artículo 46 de la abrogada Ley Orgánica de la Procuraduría

General de la República y la interpretación que de él hizo la Segunda Sala de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia 2a./J. 134/2009,

publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,

Tomo XXX, septiembre de 2009, página 682, de rubro: "SERVICIO DE CARRERA

DE PROCURACIÓN DE JUSTICIA FEDERAL Y SERVICIO CIVIL DE CARRERA DE LA

PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA DEL DISTRITO FEDERAL. PROCEDE EL

PAGO DE LOS EMOLUMENTOS DEJADOS DE PERCIBIR POR SUS MIEMBROS,

CUANDO CESA LA SUSPENSIÓN EN EL CARGO POR HABER ESTADO SUJETOS A

UN PROCESO PENAL DERIVADO DE HECHOS RELACIONADOS CON EL SERVICIO Y

RESULTAR ABSUELTOS.", se colige que los miembros del Servicio de Carrera de

Procuración de Justicia Federal que hubieran sido suspendidos por la sujeción a

un proceso penal derivado del ejercicio de su cargo público y sean absueltos,

deberán ser restituidos en sus derechos relativos al empleo y a las percepciones

económicas dejadas de percibir. Lo anterior, porque si bien es cierto que esa

suspensión se originó por una decisión judicial (auto de formal prisión o de

sujeción a proceso) ajena a las funciones de la Procuraduría General de la

República, también lo es que tales derechos son oponibles a tal dependencia por

mandato expreso del aludido artículo 46, lo que se justifica si se tiene en cuenta

que no puede desligarse al Estado de la obligación de cubrir los salarios que el

servidor público dejó de percibir en razón de la suspensión de que fue objeto, en

términos del numeral en cita, so pretexto de la equiparación con un patrón que es

ajeno a la situación penal de su trabajador, si es evidente, en primer término,

que la suspensión fue decretada por el propio Estado, por actos cometidos

precisamente como servidor público y no por otros ajenos a su relación laboral o

administrativa y, en segundo, que aquélla quedó sin efectos al ser absuelto. Así,

en términos del referido precepto y del invocado criterio, al quedar sin efectos la

suspensión de un miembro del mencionado servicio con motivo de una sentencia

ejecutoriada absolutoria, debe restituírsele no sólo con la reinstalación en el cargo

que desempeñaba antes de dicha medida, sino también con el pago de salarios

dejados de percibir, pues atendiendo además a la propia función que

desempeñan los miembros del Servicio de Carrera de Procuración de Justicia

Federal a quien está dirigido el precepto en cita, es evidente que tales

funcionarios están expuestos a riesgos sui géneris y el Estado no puede ser

inmune a las consecuencias o riesgos que ello implica sino, por el contrario, debe

existir una responsabilidad solidaria de la señalada procuraduría en relación con

el personal que siendo sujeto a proceso penal es absuelto en sentencia ejecutoria,

es decir, debe, no sólo exigir el mejor desempeño del personal en su cargo o

comisión, sino también, en caso de ser sujetos a procesos penales y resultar

absueltos, restituirlos en el goce de los derechos indebidamente afectados por la

suspensión de que son objeto.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER

CIRCUITO. Amparo en revisión 370/2009. Juan Manuel Perches Hernández. 29 de

octubre de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit.

Secretaria: Aideé Pineda Núñez.

Como se advierte de dichos criterios y sus respectivos datos de

identificación correspondientes a los años 2009 y 2010, se encuentra superada la tesis aislada que cita el A Quo correspondiente al año 2004, ello suponiendo sin

aceptar, pues, como se dijo, en la especie la autoridad administrativa suspendió provisionalmente al suscrito, asumiendo la responsabilidad de cubrir las

percepciones que se hubieren generado a partir de tal medida. Se insiste, la autoridad administrativa es responsable de la suspensión

preventiva, pues ella la decretó, debiendo por ello ser condenada a que pague las percepciones que deje de recibir con motivo de dicha suspensión.

SEGUNDO.- Resulta desacertado las consideraciones del A Quo relativas al

pago de las percepciones económicas hasta la fecha en que causa estado, ya que la

resolución declarada ilegal sigue sus efectos en la vida jurídica y practica hasta que la autoridad cumpla con la sentencia.

Si la autoridad incumple con la misma (sentencia), es como si no se

hubiera dictado.

En otras palabras, si la autoridad incumple con la sentencia durante un

año o dos o más, no obstante los requerimientos que se le efectúe para que cumpla por parte del Órgano Jurisdiccional, es como si no existiera en la practica y vida real.

La afirmación del A Quo relativa a que la sentencia establece plazos determinados que no están sujetos a voluntad de las partes y que se debe sujetarse

estrictamente a las fechas establecidas en el fallo, no solo es dogmática sino absurda ya que, primero, a la autoridad le compete y/o corresponde realizar todos

los tramites y actos a fin de realizar el pago de las prestaciones correspondientes ya que es ésta la que tiene tal obligación y condena respectiva, y segundo, la sentencia no contiene plazo ni fecha precisa en que deba cumplirse, si bien se establece en la

ley que rige a éste Tribunal que debe requerirse a la autoridád demandada para que cumpla con la sentencia no menos lo es que la misma no cumple de forma

inmediata, por el contrario, tarda para hacerlo llegando incluso a durar más tiempo la etapa de cumplimiento que la etapa de instrucción y dictado de la sentencia, realidad de la que no es ajena la Segunda Sala y el Pleno de este Tribunal, pues

basta revisar en sus libros y/o registros y/o estadísticas los muchos juicios en que se promueve el incumplimiento del fallo y en los que se requiere una y otra vez el

cumplimiento sin que la autoridad lo haga. Es claro que la indemnización no varía ni variará durante el tiempo en que

la autoridad tarde en cumplir la sentencia, pues constituye una prestación en cantidad única no susceptible de aumentarse dada su naturaleza, evento que no

ocurre con las prestaciones del demandante, pues si la autoridad no cumple no obstante la declaratoria de la ilegalidad y firmeza del fallo, resulta lógico que seguirá

acumulándose las percepciones no pagadas, pues es a la autoridad a la que le corresponde acatar el fallo y no al demandante, de ahí que resulte absurdo pretender que al pago de las percepciones lo es de la separación del cargo hasta la

fecha en que la sentencia cause estado.

Como lo estableció la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la tesis de jurisprudencia 1a./J. 45/99 consultable en el Semanario Judicial de la Federación y Su Gaceta, Novena Época, Tomo X, Septiembre de 1999, página 27, Instancia:

Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el rubro "POLICIA. LA ORDEN DE DEJAR INSUBSISTENTE LA RESOLUCION QUE DECRETO LA BAJA NO

CONSTITUYE UN PRINCIPIO DE EJECUCION DE SENTENCIA.", la consecuencia de la nulidad de la resolución de destitución implica privarla de sus efectos, por tanto, comprendería ante todo la reinstalación en el cargo y el pago de los emolumentos

que dejo de percibir con motivo del acto impugnado, con base en el artículo 80 de la Ley de Amparo.

Tal precepto, además de establecer que las sentencias de amparo podrán

anular el acto de autoridad controvertido, determina que estas tiene por objeto

restituir al afectado en el pleno goce de la garantía individual violada, reestableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación, redacción

que es similar en sus alcances, a la del artículo 84 que rige a este Tribunal. En los dos se dispone la nulidad inmediata del acto ilegal emitido por la

autoridad, además de condenar a ésta a que deje sin efecto todos los actos que hubieran emanado como consecuencia del acto anulado, como si nunca hubieran

existido, para reestablecer las cosas al estado en que estaban antes de que se produjera, y a que tome las medidas necesarias para que el particular sea restituido en el derecho que le fue afectado, de donde deviene el derecho a la reinstalación el

cargo.

No obstante, el 18 de Junio de 2008 se reformó el artículo 123 fracción XIII de su apartado B de la Constitución Federal, determinando que si el demandante obtiene resolución favorable respecto a su remoción éste no podrá ser

reincorporado teniendo sin embargo el derecho a la indemnización y demás prestaciones correspondientes.

Entonces, si legislador constitucional reguló de manera expresa ciertas

excepciones, el juzgador no debe darle mayores alcances a lo expresamente previsto, como omitir condenar en el pago de las percepciones económicas generados durante el tramite del juicio si éste resulto injustificados.

Bajo el principio "donde el legislador no distingue no se debe distinguir",

no corresponde al Tribunal de lo Contencioso incluir una excepción adicional a la

excepción expresa, porque si el legislador hubiera determinado exceptuár el pago de percepciones económicas no cubiertas, así lo hubiera indicado, por lo tanto, tal

derecho sigue vigente y no corresponde al Tribunal de referencia derogarlo.

Por lo que si la nulidad del acto tiene como efecto la restitución del estado de cosas al momento en que se cometió el acto nulo, y es evidente que no procede la reinstalación, deberán destruirse todos sus efectos y al determinarse que la

remoción fue injustificado deberá de resarcirse al demandante como si las cosas regresaran al estado que guardaban hasta ese momento.

Al prohibir expresamente condenar a reinstalar, la reforma constitucional

solo modificó el criterio de resarcir el daño en relación a ese derecho, a partir de la

disposición expresa en ese sentido.

El juicio de amparo y el de nulidad, que se instruye en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, en el caso de determinar la nulidad de los actos de autoridad cuestionados, coinciden en propiciar en lo posible que se restituya al

agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación, atendiendo a lo dispuesto por el

articulo 80 de la Ley de Amparo y al 84 de la que rige a este Tribunal.

Por tanto, procede el pago de las percepciones económicas desde la separación del cargo a la fecha en que se cumplimente el fallo que decreta que la remoción fue injustificada, y no a la fecha del mismo ni de cuando se declara

ejecutoriada, pues solo de la forma antes mencionada se restituye al quejoso plenamente en el derecho afectado.

En tal virtud, pido a éste este Pleno que con plenitud de jurisdicción, en

atención a las consideraciones vertidas, revoque la sentencia recurrida condenando

a la autoridad demanda al pago de las prestaciones desde la suspensión preventiva de su cargo hasta la fecha en que se realice éste.

Solicito a éste Pleno del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado, ejerza control de convencionalidad entre el derecho interno y el derecho supranacional a la luz de los tratados internacionales en materia de derechos

humanos invocados en el presente recurso de revisión, dejando de aplicar en su caso las normas de derecho interno que contravenga dichos tratados internacionales

en materia de derechos humanos, solicitando en específico la inaplicación del artículo 123 Apartado B Fracción XIII de la Constitución Federal y su interpretación, por contravenir los instrumentos internacionales de referencia, resultando

ilustrativos y aplicables los siguientes criterios:

Época: Novena Época

Registro: 164611

Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE

TRABAJO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO

TipoTesis: Tesis Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Localización: Tomo XXXI, Mayo de 2010

Materia(s): Común

Tesis: XI.1o.A.T.47 K

Pag. 1932

[TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXXI, Mayo de 2010; Pág.

1932

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EN SEDE INTERNA. LOS TRIBUNALES

MEXICANOS ESTÁN OBLIGADOS A EJERCERLO.

Tratándose de los derechos humanos, los tribunales del Estado mexicano como

no deben limitarse a aplicar sólo las leyes locales, sino también la Constitución,

los tratados o convenciones internacionales conforme a la jurisprudencia emitida

por cualesquiera de los tribunales internacionales que realicen la interpretación de

los tratados, pactos, convenciones o acuerdos celebrados por México; lo cual

obliga a ejercer el control de convencionalidad entre las normas jurídicas internas

y las supranacionales, porque éste implica acatar y aplicar en su ámbito

competencial, incluyendo las legislativas, medidas de cualquier orden para

asegurar el respeto de los derechos y garantías, a través de políticas y leyes que

los garanticen.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE TRABAJO

DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 1060/2008. ********. 2 de

julio de 2009. Mayoría de votos. Disidente: Hugo Sahuer Hernández. Ponente:

Juan García Orozco. Secretario: Víctor Ruiz Contreras. Nota: Esta tesis es objeto

de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 293/2011, pendiente de

resolverse por el Pleno.

Época: Novena Época

Registro: 164509

Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE

TRABAJO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO

Tipo Tesis: Tesis Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Localización: Tomo XXXI, Mayo de 2010

Materia(s): Común

Tesis: X i .1 o.A.T.45 K

Pag. 2079

[TAL 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXXI, Mayo de 2010; Pág.

2079

TRATADOS INTERNACIONALES. CUANDO LOS CONFLICTOS SE SUSCITEN

EN RELACIÓN CON DERECHOS HUMANOS, DEBEN UBICARSE A NIVEL DE

LA CONSTITUCIÓN.

Los tratados o convenciones suscritos por el Estado mexicano relativos a

derechos humanos, deben ubicarse a nivel de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos, porque dichos instrumentos internacionales se

conciben como una extensión de lo previsto en esa Ley Fundamental respecto a

los derechos humanos, en tanto que constituyen la razón y el objeto de las

instituciones. Por lo que los principios que conforman el derecho subjetivo

público, deben adecuarse a las diversas finalidades de los medios de defensa que

prevé la propia Constitución y de acuerdo con su artículo 133 las autoridades

mexicanas deben respetarlos, por lo que bajo ninguna circunstancia pueden ser

ignorados por ellos al actuar de acuerdo a su ámbito competencial.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE TRABAJO

DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 1060/2008. **********. 2 de

julio de 2009. Mayoría de votos. Disidente: Hugo Sahuer Hernández. Ponente:

Juan García Orozco. Secretario: Víctor Ruiz Contreras. Nota: Esta tesis es objeto

de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 293/2011, pendiente de

resolverse por el Pleno.

Época: Novena Época

Registro: 165074

Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL

PRIMER CIRCUITO

TipoTesis: Tesis Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Localización: Tomo XXXI, Marzo de 2010

Materia(s): Común

Tesis: I.4o.A.91 K

Pag. 2927

[TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXXI, Marzo de 2010; Pág.

2927

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. DEBE SER EJERCIDO POR LOS

JUECES DEL ESTADO MEXICANO EN LOS ASUNTOS SOMETIDOS A SU

CONSIDERACIÓN, A FIN DE VERIFICAR QUE LA LEGISLACIÓN INTERNA

NO CONTRAVENGA EL OBJETO Y FINALIDAD DE LA CONVENCIÓN

AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha emitido criterios en el sentido

de que, cuando un Estado, como en este caso México, ha ratificado un tratado

internacional, como lo es la Convención Americana sobre Derechos Humanos, sus

Jueces, como parte del aparato estatal, deben velar porque las disposiciones ahí

contenidas no se vean mermadas o limitadas por disposiciones internas que

contraríen su objeto y fin, por lo que se debe ejercer un "control de

convencionalidad" entre las normas de derecho interno y la propia convención,

tomando en cuenta para ello no sólo el tratado, sino también la interpretación

que de él se ha realizado. Lo anterior adquiere relevancia para aquellos órganos

que tienen a su cargo funciones jurisdiccionales, pues deben tratar de suprimir,

en todo momento, prácticas que tiendan a denegar o delimitar el derecho de

acceso a la justicia.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER

CIRCUITO. Amparo directo 505/2009. Rosalinda González Hernández. 21 de

enero de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: Patricio González-Loyola Pérez.

Secretario: Víctor Octavio Luna Escobedo.

Época: Décima Época

Registro: 159970

Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE

TRABAJO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO

Tipo Tesis: Tesis Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Localización: Libro XII, Septiembre de 2012, Tomo 3

Materia(s): Constitucional

Tesis: XI.1o.A.T.54 K (9a.)

Pag. 1724

[TA]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro XII, Septiembre de 2012,

Tomo 3; Pág. 1724

DERECHOS HUMANOS. PARA HACERLOS EFECTIVOS, ENTRE OTRAS

MEDIDAS, LOS TRIBUNALES MEXICANOS DEBEN ADECUAR LAS NORMAS

DE DERECHO INTERNO MEDIANTE SU INTERPRETACIÓN RESPECTO DEL

DERECHO CONVENCIONAL.

Conforme al artículo 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y a

las Observaciones Generales número 31 (80) del Comité de Derechos Humanos

de las Naciones Unidas -aprobadas el 29 de marzo de 2004-, los tribunales

mexicanos tienen la obligación de adoptar las medidas que garanticen la

aplicación efectiva de los derechos humanos, sin que sea válido invocar las

disposiciones de derecho interno para su inobservancia; toda vez que la

construcción de un orden de convencionalidad constituye no sólo una garantía de

los derechos y libertades del ser humano, sino también una oportunidad para que

los tribunales los desarrollen en un ambiente de eficacia y de esa manera el

Estado Mexicano cumpla con sus deberes internacionales. Consecuentemente,

esa construcción del orden de convencionalidad se hará midiendo las normas del

derecho legislado interno con la medida jurídica del derecho convencional para

enjuiciar aquellas normas a través de las previstas por los tratados y resolver su

contrariedad o no para efectos de su expulsión del orden judicial nacional.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE TRABAJO

DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 353/2011. José Luis Domínguez

Robles. 29 de septiembre de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: Víctorino

Rojas Rivera. Secretario: Edgar Martín Gasca de la Peña. Amparo directo

826/2011. Alma Mayeli Trujillo Vázquez y otros. 8 de diciembre de 2011.

Unanimidad de votos. Ponente: Juan García Orozco. Secretaria: Libertad

Rodríguez Verduzco.

Época: Décima Época

Registro: 159971

Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE

TRABAJO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO

TipoTesis: Tesis Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Localización: Libro XII, Septiembre de 2012, Tomo 3

Materia(s): Común

Tesis: XI.1o.A.T.55 K (9a.)

Pag. 1685

[TA]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro XII, Septiembre de 2012,

Tomo 3; Pág. 1685

CONTROLES DE CONSTITUCIONALIDAD Y DE CONVENCIONALIDAD.

ESTÁN OBLIGADOS A EJERCERLOS TODOS LOS ÓRGANOS DE JUSTICIA

NACIONAL PARA GARANTIZAR EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS.

Los órganos de justicia nacional están obligados a ejercer el control de: i)

constitucionalidad, con el objeto de desaplicar una norma jurídica que sea

incompatible con la Ley Fundamental, con base en sus artículos 1o., 40, 41 y

133; ii) convencionalidad, respecto de actos de autoridad, entre ellos, normas de

alcance general, conforme a las atribuciones que les confieren los ordenamientos

a los que se hallan sujetos y las disposiciones del derecho internacional de los

derechos humanos a las que se encuentren vinculados por la concertación,

ratificación o adhesión de los tratados o convenciones del presidente de la

República; iii) difuso de convencionalidad, que queda depositado tanto en

tribunales internacionales, o supranacionales, como en los nacionales, a quienes

mediante aquél se les encomienda la nueva justicia regional de los derechos

humanos y adquieren, además, la obligación de adoptar en su aparato jurídico

tanto las normas como su interpretación a través de políticas y leyes que

garanticen el respeto a los derechos humanos y sus garantías explícitas previstas

en sus constituciones nacionales y, desde luego, en sus compromisos

internacionales, con el objeto de maximizar los derechos humanos.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE TRABAJO

DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 353/2011. José Luis Domínguez

Robles. 29 de septiembre de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: Víctorino

Rojas Rivera. Secretario: Edgar Martín Gasca de la Peña. Amparo directo

826/2011. Alma Mayeli Trujillo Vázquez y otros. 8 de diciembre de 2011.

Unanimidad de votos. Ponente: Juan García Orozco. Secretaria: Libertad

Rodríguez Verduzco.

Por lo anteriormente expuesto, a este Pleno atentamente solicito:

PRIMERO.- …”

CUARTO.- Los agravios expuestos por la autoridad

demandada textualmente son los siguientes:

PRIMERO.- Causa agravio a la autoridad demandada, el

contenido de los resolutivos primero, segundo y tercero, con relación a

los considerandos cuarto (análisis de la controversia) y quinto (efectos), de la sentencia que se recurre; resolutivos que a la letra

dicen: "PRIMERO.- Con base a lo expuesto en el considerandos

IV de esta resolución, con fundamento en el artículo 83

fracción ll de la Ley que rige a este Tribunal, declara la

nulidad de la resolución impugnada, emitida por la Comisión

de Carrera Policial y Régimen Disciplinario de los Agentes de

la Policía Ministerial de la Procuraduría General de Justicia

del Estado de Baja California, dentro del procedimiento

administrativo **********. "

El considerando cuarto de la sentencia que se recurre, resulta

ambiguo y carente de exhaustividad y congruencia, violándose en

perjuicio de mi delegante el contenido del artículo 82 fracciones I, II y III de la Ley del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado y

81 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California de aplicación supletoria, así como la inexacta aplicación del artículo 105 de este ordenamiento; pues la sentencia

tendenciosamente declara fundado el motivo de inconformidad hecho valer por el actor, consistente en la incompetencia del Agente del

Ministerio público del Estado de Veracruz para llevar a cabo el exhorto en donde se solicita la notificación del acuerdo de inicio del procedimiento de separación del cargo que se instauró en contra del

actor, bajo el argumento de que tal autoridad, no es competente para ello, dado que no goza de la misma naturaleza que la autoridad que

solicitó tal dil igenciación, y por lo tanto, carece de legalidad tal notificación y las subsecuentes que se efectuaron; situación, que

resulta del todo errónea ya que la Sala, omitió analizar en forma exhaustiva y adecuada los argumentos vertidos por mi delegante al

momento de dar contestación al escrito de demanda, y hace una inexacta aplicación del artículo 105 Código de Procedimientos Civiles

para el Estado de Baja California.

En primer término cabe señalar, que la Sala omitió realizar un análisis exhaustivo del asunto y por tanto, emite una sentencia que a todas luces es violatoria del principio de congruencia, ya que al

determinar fundado el motivo de inconformidad hecho valer por el actor, parte de una premisa falsa, pues considera a la solicitud de

notificación del acuerdo de inicio del procedimiento del actor, al diverso Ministerio Público adscrito a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz, como un exhorto en sentido estricto del

articulo 105 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, cuando por la naturaleza misma del procedimiento administrativo ante el cual

nos encontramos y en virtud de las autoridades que lo instrumentan, en ningún momento puede atribuírsele la naturaleza de un exhorto entre tribunales, como el que pretende la Sala que debió efectuarse.

En efecto, la Sala pretende encuadrar la solicitud de

notificación del acuerdo de inicio antes comentado, como un exhorto judicial; cuando evidentemente, la colaboración para tales asuntos de

seguridad pública nacional, tiene su reglamentación especial. Así, tenemos que ese Pleno del Tribunal deberá considerar los

dos aspectos de los que partimos en los asuntos en materia de Seguridad Pública, situación que se omitió analizar por la Segunda Sala

y que trae como consecuencia la falta de congruencia en la sentencia que ahora se impugna.

El primer aspecto que omite la Sala, es que a d iferencia de los

juicios del orden civil, los procedimientos sancionadores como el que nos ocupa, son de interés social y el segundo aspecto, es que su

regulación, coordinación y substanciación se encuentra prevista y tutelada por mandato constitucional en el artículo 21, párrafo noveno inciso a), Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde

se prevé la obligación de las entidades federativas de coordinarse entre si para cumplir los objetivos de la seguridad pública, entre los

cuales va inmersa la regulación de la selección, ingreso, formación y permanencia de los miembros de las instituciones policiales, como en el caso que nos ocupa; precepto constitucional que a la letra señala:

"Articulo 21.- Las instituciones de seguridad pública serán de

carácter civi l , disciplinario y profesional. El Ministerio Público y

las instituciones pol iciales de los tres ordenes de gobierno deberán

coordinarse entre si para cumplir los objetivos de la

seguridad pública y conformaran el Sistema Nacional de

Seguridad Pública, que estará sujeto a las siguientes bases

mínimas:

a) La regulación de la selección, ingreso, formación,

permanencia, evaluación, reconocimiento y certif icación de los

integrantes de las instituciones de Seguridad Pública."

Así pues, tenemos que la competencia para la coordinación

entre las entidades federativas en materia de seguridad pública se surte desde el articulo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, estableciéndose como una obligación de las

autoridades ya sea federales, estatales o municipales de llevar a cabo los mecanismos y medidas necesarias para cumplir con las asuntos

relativos a la seguridad pública nacional, entre ellas la regulación e instrumentación de los procedimientos para comprobar que los miembros de las instituciones policiales, sigan reuniendo los

requemitos de permanencia que marcan las leyes, como en el caso nos ocupa.

En adición a la coordinación que el mandato constitucional

plasma en materia de seguridad pública, cabe decir que ese H. Pleno

ya cuenta con precedentes en los que se han convalidados las notificaciones que realizan los Agentes del Ministerio Público Federal o

de las demás Entidades Federativas, en auxilio de las autoridades estatales; de ahí que tales precedentes se hagan vale r como hecho

notorio. Además, si partimos de la premisa de que en el presente

asunto, el actor se encontraba privado de la libertad y ante una autoridad penitenciario del Estado de Veracruz, es innegable que se

surtía la coordinación entre autoridades a que hacen alusión los artículos 18 tercer párrafo y 119 párrafo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en materia de seguridad

pública también los obliga a coordinarse en cuanto al tratamiento de sus internos en los centros penitenciarios a lo largo del territorio

nacional; pues para el caso, los referidos preceptos establecen: "CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS

MEXICANOS.

Artículo 18.-…

La Federación, los Estados y el Distrito Federal podrán

celebrar convenios para que los sentenciados por delitos del

ámbito de su competencia extingan las penas en

establecimientos penitenciarios dependientes de una

jurisdicción diversa.

Artículo 119.-...

Cada Estado y el Distrito Federal están obligados a

entregar sin demora a los indiciados, procesados o

sentenciados, así como a practicar el aseguramiento y

entrega de objetos, instrumentos o productos del delito,

atendiendo a la autoridad de cualquier otra entidad

federativa que los requiera. Estas diligencias se practicarán ,

con intervención de las respectivas procuradurías generales

de justicia, en los términos de los convenios de colaboración

que, al efecto, celebren las entidades federativas. Para los

mismos fines, los Estados y el Distrito Federal podrán

celebrar convenios de colaboración con el Gobierno Federal,

quien actuará a través de la Procuraduría General de la

República." En esas condiciones, la Sala lejos de aplicar una norma de

derecho civil que sólo aplica para la realización de dil igencias entre órganos judiciales; debió aplicar el principio de especialidad de la Ley

y atender a los mandatos constitucionales anteriormente aludidos, que señalan una coordinación expresa entre autoridades en materia de seguridad pública y penitenciaria; lo que causa agravio.

En esas condiciones, es que como hecho notorio se haga valer

la existencia del Convenio de Colaboración de la procuradurías de todo el país, suscrito el 27 de abril de 2001 en la ciudad de Cancún Quintana Roo, publicado en el Diario Oficial de la

federación de fecha 17 de mayo de 2001; convenio que fue complementado por el "CONVENIO DE COLABORACIÓN QUE

CELEBRAN LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA, LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA MILITAR, LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA DEL DISTRITO FEDERAL Y

LAS PROCURADURÍAS GENERALES DE JUSTICIA DE LOS TREINTA Y UN ESTADOS INTEGRANTES DE LA FEDERACIÓN" publicado en

el Diario Oficial de la Federación de fecha 26 de junio de 2007, que fue reiterado por el suscrito en la ciudad de Acapulco, Guerrero, a los veinticuatro días del mes de noviembre de dos

mil once, en la XXVI Sesión Plenaria de la Conferencia Nacional

de Procuración de Justicia, publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 23 de noviembre de 2012.

Documentos que contienen las normas administrativas

especiales bajo las cuales la Sala debió analizar la notificación que se efectuó al actor y la validez de la diligencia que efectuó el Agente del Ministerio Público del Estado de Veracruz, que notificó al actor el inicio

del procedimiento administrativo que nos ocupa.

Normas que de haber sido analizadas por la Sala, le habrían llevado a la conclusión de que el Agente del Ministerio Público que dil igenció la notificación del acuerdo de inicio del procedimiento;

actuó como un servidor público en ejercicio de las funciones propias de su encargo al ser el Agente del Ministerio Público

Adscrito al centro penitenciario en el cual estaba recluido el actor y por ende, la autoridad facultada legalmente en términos de los convenios de colaboración aludidos, para notificar

legalmente al actor del procedimiento administrativo al cual se le sometió.

Igualmente, la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad

Pública, misma que tiene por objetivo regular la integración, organización y funcionamiento del Sistema Nacional de Seguridad Pública, así como establecer la distribución de competencias y las

bases de coordinación entre la Federación, los Estados, el Distrito Federal y los Municipios en materia de seguridad pública, en su

artículo 7 fracción XVI, 39 inciso B, fracciones III establecen: Artículo 7.- Conforme a las bases que establece el artículo 21

de la Constitución Polít ica de los Estados Unidos Mexicanos, las

Inst ituciones de Seguridad Pública de la Federación, el Distrito

Federal, los Estados y los Municipios, en el ámbito de su

competencia y en los términos de esta Ley, deberán coordinarse

para:

XVI. Realizar las demás acciones que sean necesarias

para incrementar la eficacia en el cumplimiento de los fines

de la Seguridad Pública .

Artículo 39.- La concurrencia de facultades entre la

Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios,

quedará distribuida conforme a lo siguiente:

B. Corresponde a la Federación, el Distrito Federal, los Estados

y los Municipios, en el ámbito de sus respectivas competencias:

III. Aplicar y supervisar los procedimientos relativos a la

Carrera Policial, Profesionalización y Régimen Disciplinario ;

De igual manera, la Ley de Seguridad Pública del Estado de

Baja California en su artículo 28 fracción XIV señala: "ARTÍCULO 28.- La coordinación a que se refiere esta

Ley, comprende las acciones inherentes a la consecución de

la Seguridad Pública, del desarrollo policial e integración de los

registros de información de Seguridad Pública, y de la Evaluaci ón y

Control de Confianza, abarcando las materias siguientes:

XIV.- Las demás que determinen las leyes y que sean

necesarias para incrementar la eficacia de las medidas y

acciones tendientes a alcanzar los fines de seguridad

pública."

De lo antes reproducido podemos advertir, que es menester del Estado Mexicano, a través de sus tres niveles de gobierno y de todas las autoridades que tengan atribuciones relacionadas, directa o

indirectamente con la seguridad pública, coadyuvar a lograr los objetivos de ésta, traducidos en libertad, orden y paz pública, como

condiciones imprescindibles para gozar de las garantías que la Constitución reconoce a los gobernados. Cuestiones éstas que no

tendrían razón de ser, si no se buscara con ella crear los mecanismos adecuados de selección y permanencia de los miembros de las

Instituciones Policiales y su adecuada implementación por parte de las diversas autoridades que pertenecen al Sistema Nacional de Seguridad Pública…

Surge como apoyo a lo antes reproducido, el criterio judicial,

del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de la Novena Época, en el Tomo XXXIII, de Enero 2011, en la Página 57, que refiere:

"SEGURIDAD PÚBLICA. DEBEN GENERARSE PROCESOS O

PROTOCOLOS DE POLICÍA CON BASES COMUNES PARA TODAS

LAS CORPORACIONES, A FIN DE NO ENTORPECER LAS

COLABORACIONES CONJUNTAS . Dado que la función de seguridad

pública es concurrente entre los tres órdenes de gobierno, en

términos del artículo 21 de la Constitución Polít ica de los Estados

Unidos Mexicanos, cada orden jurídico puede organizar y efectuar

sus tareas en la materia conforme a sus criterios. Sin embargo,

precisamente por tratarse de una función públ ica ejercida de este

modo, para ser efectiva debe realizarse coordinadamente a fin de

que los objetivos comunes de seguridad pública se cumplan. En ese

sentido, los operativos y formas de operación y reacción de la

pol icía no deben quedar sujetos a las coyunturas de cada momento

y circunstancias en que se hace necesario que accione o reaccione

la pol icía, particularmente cuando más de un cuerpo pol icial debe

entrar en acción, a riesgo de hacer ineficaz el trabajo. De ahí que

los procesos de actos y operativos de policía, que deben ser

estandarizados a través de protocolos, deban procurar elementos

comunes en la transversalidad. Esto es, deben generarse procesos

o protocolos con bases similares para todas las corporaciones, para

que cuando se vean en situación de colaborar conjuntamente su

labor no se entorpezca por falta de coordinación o porque cada una

maneje distintas formas de reaccionar ante los mismos hechos ."

Lo que como dij imos, se materializa con el Convenio de

Colaboración que celebran la Procuraduría General de la República, la Procuraduría General de Justicia Militar, la Procuraduría General de

Justicia del Distrito Federal y las Procuradurías Generales de Justicia de los treinta y un estados integrantes de la federación, publicado en fecha 26 de junio de 2007, en el Diario Oficial de la Federación; en

donde se establecieron los mecanismos, protocolos y procesos necesarios para llevar a cabo esa coordinación que por mandato

Constitucional se debe efectuar. Es sustento de lo antes argumentado, el criterio judicial, del

Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de la Novena Época,

en el Tomo XXIX, de abril 2009, en la Página 1296, que dice:

“SEGURIDAD PÚBLICA. ES UNA MATERIA CONCURRENTE

EN LA QUE TODAS LAS INSTANCIAS DE GOBIERNO DEBEN COORDINAR ESFUERZOS PARA LA CONSECUCIÓN DEL FIN

COMÚN DE COMBATE A LA DELINCUENCIA, BAJO UNA LEY GENERAL EXPEDIDA POR EL CONGRESO DE LA UNIÓN . El artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos establece que la seguridad pública es una función a cargo de la Federación, del Distrito Federal, de los Estados y

de los Municipios, los cuales deben coordinarse, en los términos señalados por la ley, para fijar un sistema nacional de seguridad pública. Por su parte, el artículo 73, fracción

XXIII, constitucional, prevé la facultad del Congreso de la Unión para establecer las bases de dicha coordinación en una

ley general, de donde deriva que aquélla debe entenderse

no sólo en referencia al ámbito administrativo, sino también al legislativo. Así, el Congreso de la Unión puede

coordinar legislativamente mediante una ley general en la que se distribuyan las facultades competenciales de los distintos

niveles de gobierno, por ende, la seguridad pública constituye una materia concurrente inserta en el contexto del federalismo cooperativo, en la que existe la

obligación constitucional para todas las instancias de gobierno de coordinar esfuerzos para la consecución del

fin común de combate a la delincuencia, bajo una ley general expedida por el Congreso de la Unión."

Es por lo anterior, que resulta inexacta la argumentación de la Sala al pretender encuadrar el acto jurídico de colaboración entre la

Procuraduría del Estado de Baja California y la de Veracruz, con la figura jurídica del exhorto que en materia civil existe; ello, dado que en el caso que nos ocupa, la colaboración en materia de seguridad

pública, no solo consiste como erróneamente lo refiere la Sala, en la lucha contra la delincuencia lisa y llana, es decir la investigación de

conductas delictivas o en la prevención de las mismas, si no que también se ven involucradas todas aquellas actuaciones que tengan

como fin la regulación e implementación de los tópicos propios del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los internos en los centros penitenciarios y la vigilancias de los requisitos de permanencia de los

elementos policiales, ya que tal vigilancia es necesaria para incrementar la eficacia en el cumplimiento de los fines de la seguridad

pública y a su vez el combate a la delincuencia; y por ende, al ser uno de los elementos trascendentales en la coordinación y colaboración de las diferentes instituciones de seguridad pública del país, es

procedente la notificación del inicio de un procedimiento administrativo de esta naturaleza, dado que el marco jurídico en materia de seguridad

pública da la pauta para su procedencia, sin tener que encuadrarlo como equivocadamente lo efectuó la sala, en la figura del exhorto en materia civil.

Así, y partiendo de la premisa de que la permanencia de los

miembros de las Instituciones Policiales son cuestiones de orden público e interés social por ser relativas a la Seguridad Pública Nacional, es que nuestro sistema legal ha creado los mecanismos

necesarios para que pueda existir una relac ión de coordinación entre las entidades federativas para poder l levar a cabo su cumplimiento;

por lo que cabe reiterar que en el presente asunto, la solicitud de notificación del acuerdo de inicio del procedimiento administrativo de separación definitiva del cargo, no es un exhorto en términos del

Código de Procedimientos Civiles del Estado, y por lo tanto, no puede surtirse la incompetencia del Agente del Ministerio Público adscrito a la

Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz para llevar a cabo una notificación de un inicio de procedimiento de separación en contra de un agente del Estado de Baja California, toda vez que es

menester legal y constitucional que exista dicha coordinación, sin que trascienda en el fondo del asunto la forma interna en que la hayan

convenido, máxime cuando mi delegante, la Comisión demandada, no tenía competencia legal ni los recursos materiales para poder notificar en otro Estado de la Republica el acuerdo de inicio que nos ocupa.

No obstante, suponiendo sin conceder que ese H. Tribunal en

Pleno considere que la figura del exhorto es aplicable al caso en concreto, es preciso decir, que la Sala responsable, parte de una

premisa falsa al señalar que el artículo 105 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de aplicación supletoria a la materia, nos dice que para la diligencia de un exhorto, deberá solicitarse el

auxil io de otro órgano de igual naturaleza y función que el de origen; aspecto que resulta notoriamente infundado y dogmático, ya que de la

lectura del numeral que invoca la Sala como sustento de su

argumento, no se desprende tal circunstancia, pues para el caso, el referido precepto establece:

“Artículo 105.- Las dil igencias que no puedan pract icarse en

el part ido en que se sigue el juicio, deberán encomendarse

precisamente al tribunal de aquel en que han de ejecutarse.

También puede un tribunal, aunque una dil igencia deba

pract icarse dentro de su propia juridicción, encomendarla a otro de

inferior categoría del mismo part ido, si por razón de la distancia

fuere más obvio que éste la practique."

Del artículo antes reproducido, y de su simple lectura,

podemos concluir, que en ninguna de sus partes refiere lo que la Sala concluye en la sentencia, y mucho menos existen aspectos que nos puedan llegar a interpretar la conclusión a la que llega. De lo que se

advierte lo incongruente en la determinación de la Segunda Sala y su falta de exhaustividad al analizar el asunto, al referir la supuesta

obligación que se desprende del numeral en comento, de que solo una autoridad de la misma naturaleza y funciones que la comisión, es quien puede dil igenciar el exhorto.

Aunado a lo anterior, y como ya se mencionó con antelación e

insistiendo por la trascendía del tema en el fallo que ahora se recurre, la permanencia de los miembros de instituciones policiales son de orden público e interés social, nuestro sistema nacional legal en la

mencionada materia ha creado los medios y mecanismos necesarios para que se de la coordinación entre diversas entidades

federativas para el legal cumplimiento de sus normas, por lo que resulta inexacto pretender aplicar el derecho común en sus actuaciones, ante la especialidad de la materia; por tal motivo, si

dentro de los requisitos de permanencia, y por ende del procedimiento administrativo de separación del cargo de un agente es permitido la

colaboración nacional entre órganos de seguridad pública para la notificación de determinaciones jurídicas de otro Estado; resulta obvio, que la petición de llevar a cabo tal notificación personal, no solo puede

realizarse a través de la Comisión de Carrera Policial y de Honor y Justicia del Estado de Veracruz, como lo menciona la Sala, ya que no

es una limitante, sino que por la trascendencia de la materia, de igual manera le surte la COMPETENCIA CONSTITUCIONAL y autorización Legal al Ministerio Público adscrito a la Procuraduría General de

Justicia del Estado de Veracruz, que goza de fe pública en el ejercicio de sus funciones y quien efectivamente tenía acceso al actor como

Agente del Ministerio Público con acceso a los internos del Centro Penitenciario en el cual se encontraba recluido el actor.

En virtud de lo antes argumentado, es que se considera incongruente y limitada la resolución que ahora se recurre, ya que por

una parte la Sala pretende darle a la colaboración entre entidades federativas para la regulación en materia se seguridad pública, el título

de exhorto judicial, situación del todo ilegal e incongruente. De igual manera, realiza un inexacta aplicación del artículo 105 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, al mencionar que en el auxilio para

la diligencia de exhortos éstos tienen que efectuarse necesariamente con una autoridad de igual naturaleza, siendo que dicho numeral en

ninguna de sus partes infiere y menos aún lo refiere de esa manera; y por último, al dejar de analizarse los alcances del convenio de colaboración multicitado, así como lo establecido en nuestra

Constitución Federal en materia de seguridad pública, la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y más importante, el fin

último que es salvaguardar la integridad y derechos de las personas, el orden y la paz pública a través de las funciones desempeñadas por los miembros de las instituciones policiales del país. Por lo que se

considera, que tal determinación, causa agravio a mi delegante, al declarar fundado el motivo de inconformidad que alega el actor.

Situación que ese H. Pleno deberá revocar para estimar legal

la notificación que se efectuó del acuerdo de inicio del p rocedimiento administrativo y por ende, el que también hayan sido legales las

ulteriores notificaciones dentro del expediente administrativo; que acarrean la extemporaneidad en la presentación de la demanda del actor y el debido sobreseimiento que debe darse en términos

de la causal de improcedencia que se hizo valer al contestar la demanda y que la Sala inexplicablemente dejó de atender con un

presunto argumento de que se relacionaba con el fondo. Lo que es del todo incongruente, pues en el presente caso, la Sala evadió el análisis de fondo, bajo una mera nulidad basada en

presuntas violaciones formales. Lo que deberá ser revocado por ese H. Pleno.

SEGUNDO.- Causa agravio a la autoridad demandada, el

contenido de los resolutivos primero, segundo y tercero que ya fueron

transcritos, con relación al considerando cuarto de la sentencia que se recurre; al señalar que al haberse efectuado las notificaciones dentro

del procedimiento administrativo de separación definitiva del cargo al actor, por Estrados, las mismas resultan ilegales, alegando la Sala que

el supuesto de excepción ante el cual se encontraba el demandante al momento de realizar las notificaciones, como lo es estar privado de su libertad, se encuentra en un supuesto de excepción y por lo tanto no

está sujeto a las normas reglamentarias del procedimiento, y por ende no debió aplicársele la notificación por Estrados; vulnerando la Sala

con tal determinación lo establecido en el artículo 83, último párrafo, al aplicar inexactamente el 175 de la Ley de Seguridad Pública del Estado.

Primeramente es de toral importante aclarar, que la

notificación del acuerdo de inicio del procedimiento al actor, no se efectuó mediante los Estrados, sino personalmente; de ahí que la premisa de la que parte la Sala, de entrada sea falsa. Y

para constatar de ello, solo es necesario analizar las constancias que obran en autos para advertir que las autoridades que intervinieron en

la notificación personal que nos interesa, que gozan de FE PÚBLICA en sus actuaciones y de donde se desprende que ésta fue diligenciada conforme a derecho, ya que en el documento de mérito se hizo constar

que se compareció personalmente en las instalaciones del centro penitenciario donde se encontraba recluido el agente, y se le notificó el

acuerdo de inicio de manera personal. Sobre éste punto, no debemos perder de vista, que el

demandante no aportó medios de convicción con el fin de poner en duda la credibil idad de la notificación que nos interesa; por lo que, de

ninguna manera debió tomarse la notificación del acuerdo de inicio del procedimiento como efectuada por Estrados, sino personal; pese a que el actor se haya negado a firmar de recibido.

Por lo tanto, bajo tales términos, tenemos que la cedula de

notificación cumplía con los requisitos legales previstos y, en debida aplicación de la presunción de legalidad y buena fe del que lo reviste, es que la Segunda Sala, debió tener como cierto su contenido de la

constancia de notificación del acuerdo de inicio, pues en la especie el artículo 100 fracción IV de la Ley de Seguridad Pública del Estado

dispone:

"ARTÍCULO 100.- Para la aplicación de esta Ley, tendrán

fe pública:

I.- El t itular de la Dependencia y los que ejerzan el mando

directo de las Instituciones Policiales

II.- El t itular de la Contraloría Interna,

III.- Las Comisiones; y

IV.- El personal encargado de auxiliar a las autoridades

responsables en el procedimiento de la separación definitiva

o sanción de los Miembros por infringir las disposiciones de

esta Ley y sus reglamentos ."

Establecido lo anterior, abordaremos el tema de las subsecuentes notificaciones, como lo es la de la resolución del procedimiento administrativo que nos ocupa, y para tal efecto,

primeramente es necesario invocar el artículo 175, de la Ley de Seguridad Pública del Estado, que para el caso establece:

"Artículo 175.- El acuerdo de inicio del procedimiento de

separación definit iva, responsabil idad administrat iva y la

suspensión preventiva, podrá noti ficarse al Miembro en las

instalaciones de las Instituciones Policiales, o en el lugar en que se

encuentre.

En caso de que el Miembro se niegue a recibir la notif icación,

se hará constar esta circunstancia asentándose en el acta

respectiva, misma que se fijará en los estrados de la Institución

Policial y de la Contraloría Interna."

Del numeral antes transcrito se desprende, dos aspectos: Primero que el acuerdo de inicio del procedimiento de

separación definitiva, puede notificarse en las instituciones de seguridad pública donde se encuentre el agente incoado y,

Segundo, que si éste se negase a recibir la notificación, se

hará constar y se fijará en los estrados.

En esas condiciones, aún y cuando los términos que menciona

el artículo son lo suficientemente claros, la Sala de nueva cuenta, pretende darle un alcance diverso al artículo de la Ley de Seguridad Pública del Estado, que no tiene, veamos:

El artículo 175, de la ley en comento, determina, como ya

dijimos, los supuestos para la notificación del acuerdo de inicio del procedimiento de separación definitiva de l cargo; numeral que solo se constriñe a establecer tales supuestos; sin embargo la sala, dice:

"Aún cuando el artículo 175 de la Ley de Seguridad

Pública del Estado establece la posibilidad de que de negarse

el elemento a recibir la notificación deberá efectuarse por

Estrados, tal supuesto no regula el caso de excepción ante el

cual se encontraba el demandante al momento de efectuarse

dicha notificación como lo es estar privado de su libertad.

El objeto de las notificaciones es que el afectado tenga

conocimiento de determinada información, como en el caso de

estudio la existencia de un procedimiento administrativo de

separación definitiva en su contra, la posibilidad de tener una

debida defensa, respetar la garantía de audiencia y hacer de

su conocimiento el contenido de la resolución en su caso.

La orden de efectuar la notificación por Estrados tiene

como finalidad que el particular que se hubiera negado a

recibirla, tuviera la posibilidad de presentarse ante las

oficinas de la autoridad administrativa y tener acceso al

expediente administrativo y a que se le expidan copias si las

solicitase, a fin de respetar los principios de debida defensa y

garantía de audiencia .

En el caso de estudio aun cuando la Ley prevé la

notificación por Estrados cuando el elemento se niegue a

recibir la notificación de manera personal, tal diligencia no

puede cumplir su objetivo pues la autoridad administrativa

tenía pleno conocimiento que la persona a quien se

encontraba dirigida la notificación por Estrados se

encontraba privada de su libertad, por lo que en dicho caso

de excepción cualquier notificación que se efectué en un

lugar distinto a aquel en que se encuentre recluido de la

institución policial, deviene ilegal, como acontece con las

notificaciones en estudio ..." De lo argumentado por la Sala, deducimos que hace una

equivocada interpretación del supuesto normativo, dado que en ninguna de sus partes refiere alguna causa de excepción y por ende,

donde la Ley no hace distingo, no le es dable al Juzgador realizarlo; ya que el numeral de mérito define los supuestos precisos no dando pauta

para una interpretación distinta; por lo cual, la Sala se encuentra impedida para hacer ese tipo de argumentaciones que materialmente legislan en un asunto ya regulado expresamente por la Ley.

Ahora, no debe pasar desapercibido, que una vez establecido

que la notificación del acuerdo de inicio del procedimiento fue efectuado en forma legal y personal, haciéndole saber al agente, sujeto a procedimiento, que tenía la posibil idad de nombrar un

abogado o persona de su confianza para que tuviese acceso al expediente y presentara su defensa, y que estaba en posibil idades de

presentar su declaración por escrito ante su imposibil idad de asistir físicamente a la audiencia respectiva, situación que resalta, que de ninguna manera puede considerarse que no tuvo oportunidad de

defensa, ya que previo al acto privativo, se garantizó con la legal notificación personal del acuerdo de inicio, la posibilidad de nombrar a

persona de su confianza o abogado a que asumiera la su defensa; por lo que, tal y como lo define el artículo 175, al negarse a recibir el acuerdo, lo procedente es que tal notificación (acuerdo de inicio) aún y

cuando se notificó personal, y las subsecuentes se hagan por Estrados, disposición que no refiere excepción o tratamiento especial

alguno; resultando a todas luces, incongruente y errada la interpretación y determinación de la Segunda Sala de ese H. Tribunal, afirmando lo contrario. Situación que inclusive se ve robustecida con la

siguiente tesis:

“FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS

QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA

PREVIA AL ACTO PRIVATIVO." La garantía de audiencia

establecida por el artículo 14 constitucional consiste en otorgar al

gobernado la oportunidad de defensa previamente al acto

privativo de la vida, l ibertad, propiedad, posesiones o derechos, y

su debido respeto impone a las autoridades, entre otras

obl igaciones, la de que en el juicio que se siga 'se cumplan las

formalidades esenciales del procedimiento'. Estas son las que

resultan necesarias para garantizar la defensa adecuada antes del

acto de privación y que, de manera genérica, se traducen en los

siguientes requisitos: 1) La notificación del inicio del

procedimiento y sus consecuencias; 2) La oportunidad de

ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa;

3) La oportunidad de alegar; y 4) El dictado de una resolución

que dirima las cuestiones debatidas. De no respetarse estos

requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la garantía de

audiencia, que es evitar la indefensión del afectado." (No. Registro:

200234. Jurisprudencia. Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente:

Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo II,

diciembre de 1995, tesis P./J. 47/95, página 133)."

No debemos perder de vista, que la norma en la cual se sustenta las notificaciones por estrados, contiene los elementos

mínimos para hacer valer el derecho del gobernado y para que la autoridad no incurra en arbitrariedades; elementos que fueron avocados con exactitud por la autoridad ahora demandada. Sin

embargo, la sala incorrectamente asevera, que las subsecuentes notificaciones hechas a la parte demandante, devienen ilegales , por la

supuesta excepción que inexplicablemente deduce el artículo 175 ya citado; aspecto que resulta desacertado, puesto que como ya se

mencionó, dicha excepción es una invención de esa Sala, al no desprenderse de alguna de las partes del numeral de mér ito.

Es por ello, que causa agravio lo razonado por la Sala, al

pretender darle un alcance diverso al artículo que de su lectura e

interpretación literal o gramatical no se advierte, declarando ilegal las notificaciones realizadas por la demandada, aún y cuando éstas

siguieron punto por punto las normas esenciales del procedimiento que rige el acto que ahora se impugna, por lo que tales incongruencias generan incertidumbre sobre la verdadera naturaleza del artículo en

comento y que es aplicable al caso concreto.

Lo anterior se robustece si tomamos como referencia, los criterios establecidos por nuestros tribunales federales, en donde se advierte que si bien es cierto los Tribunales pueden optar por la

interpretación de una norma, siempre debe tenerse como máxima nuestra Constitución Federal, y además solo puede realizarse siempre

que la norma secundaria sea oscura y admita dos o más entendimientos posibles , supuestos que de de ninguna manera se

advierten de la lectura del artículo 175 de la Ley de Seguridad Pública del Estado. Es apoyo de lo antes argumentado, el siguiente criterio judicial:

"PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN DE LA LEY CONFORME A LA

CONSTITUCIÓN . La aplicación del principio de interpretación de la

ley conforme a la Constitución Pol ít ica de los Es tados Unidos

Mexicanos exige del órgano jurisdiccional optar por aquel la de la

que derive un resultado acorde al Texto Supremo, en caso de que

la norma secundaria sea oscura y admita dos o más

entendimientos posibles. Así, el Juez constitucional, en el

despl iegue y ejercicio del control judicial de la ley, debe optar, en

la medida de lo posible, por aquella interpretación mediante la cual

sea factible preservar la constitucionalidad de la norma impugnada,

a f in de garantizar la supremacía constitucional y, simultáneamente

permitir una adecuada y constante aplicación del orden jurídico."

(No. Registro: 171956. Tesis aislada. Novena Época. Instancia:

Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta, Tomo XXVI, julio de 2007, tesis 2a. XCII /2007, página

381)."

De ahí que deba revocarse la sentencia de la Sala y por ende,

confirmarse la validez de las notificaciones efectuadas al actor dentro del procedimiento administrativo que nos ocupa.

TERCERO.- Causa agravio a mi delegante, los resolut ivos primero, segundo y tercero, al declarar la nulidad de la resolución

administrativa impugnada, así como dejar sin efectos la misma; ello atendiendo a que la Sala, erróneamente declaró la ilegalidad de las notificaciones dentro del procedimiento administrativo, y por

lo tanto, tomó como fecha de conocimiento del acto el 15 de junio de 2012, desestimando la causal de improcedencia hecha

valer por mi deleqante en el escrito de contestación de demanda, consistente en el consentimiento tácito de la resolución, toda

vez que la acción que el actor intentó se encontraba extemporánea, situación que pasó por alto la Segunda Sala de ese Tribunal, en franca contravención a los requisitos de congruencia y

exhaustividad contenidos en el artículo 82 fracciones I, II y III de la Ley del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado y 81 del

Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California de aplicación supletoria.

Se arguye lo anterior, dado que en atención a las argumentaciones hechas valer en los agravios que preceden, y una vez

esclarecido la incongruencia de lo resuelto por la Sala, respecto a la errada interpretación de los diversos numerales 158 y 175 de la Ley de

Seguridad Pública del Estado, y al resultar desacertada la declaración de nulidad de la resolución impugnada, al ser la notificación por

estrados un acto notoriamente legal y jurídicamente válido, la Sala debió tomar como cierta la fecha de conocimiento del acto el día catorce de noviembre de 2011 , y como consecuencia, el

consentimiento tácito del mismo por haber transcurrido el término legal para impugnarla.

Se insiste en la incongruencia de la resolución de la Segunda

Sala de ese Tribunal, dado la legalidad de las notificaciones

efectuadas; por lo que ante dicha legalidad, el no sobreseer el juicio al actualizarse la causal de improcedencia prevista en el art iculo 40

fracción IV en relación con lo previsto en el articulo 41 de la Ley que rige los actos de ese Tribunal, toda vez que la acción que el actor intentó se encuentra extemporánea, pues la interposición de su

demanda se encuentra fuera del termino legal que la Ley de Tribunal de lo Contencioso Administrativo para tal efecto señala, lo que

implícitamente representa un acto consentido por parte del actor, al no haber instado los medios de defensa, una vez notificado conforme a

derecho por parte de ésta autoridad; causa agravio a mi delegante. Lo anterior es así, dado que la mencionada causal se hizo

valer por mi delegante en tiempo y forma y con las debidas argumentaciones, sin embargo la Sala erróneamente al declarar la

ilegalidad de las notificaciones, omitió analizarla; sin embargo, como ya se expuso con anterioridad, el acto reclamado le fue notificado conforme a derecho al actor en fecha 02 de junio de 2011, primero en

forma personal, a través de la notificación del Ministerio Público adscrito a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz,

quien acompañado de los testigos de asistencia, se constituyó en el centro penitenciario en donde se encontraba recluido el actor, a fin de hacer del conocimiento en forma personal del inicio del proced imiento

administrativo, así como la posibil idad de comparecer en forma escrita el mismo, ante su imposibil idad física de comparecer a la audiencia;

asimismo, por medio de las publicaciones que fueron colocadas en los estrados en la Jefatura de Zona Tijuana de la Vistaduría General y en la Comandancia de la Policía Ministerial del Estado Zona Tijuana, en

fecha 02 de junio de 2011, tal y como lo dispone el diverso artículo 158 de la Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California; dicho

lo anterior, es que se actualizan las causales de improcedencia y sobreseimiento que contemplan los artículos de la Ley que rige los actos de ese H. Tribunal y que a la letra dicen:

"Articulo 40.-

IV.- Respecto de las cuales hubiere consentimiento expreso o

tácito, entendiéndose por este ult imo cuando no se promovió

medio de defensa en los términos de las Leyes respectivas o

juicio ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, en

los plazos de la Ley;

Articulo 41.-

II.- Cuando durante el juicio apareciere o sobreviniere alguna

de las causales de improcedencia a que se refiere el Art ículo

anterior;

Transcrito los numerales que anteceden, es que se sostiene, contrario a lo afirmado por la Sala, que mi delegante notificó al actor

personalmente y por conducto de las publicaciones que la ley de la materia regula, en los estrados, en la fecha que ya fue citada, de cuya fecha debió ser el referente para que el actor promoviera su medio de

defensa, siendo totalmente ajeno a ésta autoridad que el actor haya obtenido su libertad en diversa fecha, de lo que también se sostiene

que ésta autoridad no realizó ninguna otra notificación posterior al actor salvo las publicaciones en los estrados que se mencionaron,

siendo falsa la aseveración del actor en el sentido de que fue notificado por la autoridad del acto reclamando en fecha 15 de junio de

2012, cuando en la realidad jurídica que se analiza, el actor ya consintió tácitamente el acto que fallidamente hoy reclama, aunado a que ésta autoridad en ningún momento externó acto alguno posterior a

la fecha de la notificación por estrados realizada en fecha 02 de junio de 2011.

Así, resulta completamente alejado de la realidad jurídica, que

la Sala pretenda que mi delegante sin fundamento legal alguno, le

hubiese dado un trato distinto al que la ley señala para efectos de la notificación del inicio del procedimiento, y por lo tanto, al seguir los

lineamientos de la ley de la materia para la debida notificación del multicitado procedimiento, resulta ajeno a ésta autoridad que el actor no lo haya atendido adecuadamente, no obstante que el actor pudo

haber comparecido por conducto de apoderado legal o persona de su confianza, o solo por escrito, lo que no ocurrió en la especie.

En esa sintonía, resulta inverosímil que la Sala sostenga que

en atención a las supuestas ilegalidades de las notificaciones, bajo interpretaciones falaces sin fundamento alguno, fue notificado el actor hasta el día 15 de junio de 2012 por parte de ésta autoridad; máxime,

que del desarrollo del procedimiento, éste, no aportó ningún medio de convicción que robustezca su dicho, mucho menos manifiesta haber

protestado conducirse con verdad. De lo que se colige que su demanda fue presentada fuera del termino legal correspondiente, y por lo tanto, la Segunda Sala debió una vez analizada la legalidad de las

notificaciones sobreseer el presente juicio para todos los efecto a que haya lugar en razón de ser un acto consentido por el demandante;

luego, es que causa agravio a mi representado el desestimarse la causal hecha valer por mi delegante en el escrito de contestación de demanda.

CUARTO.- Causa agravio la resolución que se recurre,

respecto del contenido de los resolutivos primero, segundo y tercero que ya fueron transcritos, en relación con el considerando cuarto de la sentencia que se recurre, en donde la Sala determina lo siguiente:

"En relación a la violación de haberse celebrado la

audiencia en lugar distinto al lugar donde se encontraba

privado de su libertad el demandante, se determina fundado

el motivo de inconformidad.

La autoridad al tener conocimiento de que el actor se

encontraba recluido en el Centro de Readaptación Social

número 5 Oriente en el Estado de Veracruz, determinó que

existía un impedimento material del actor para comparecer

personalmente a la audiencia dentro del procedimiento, en

los términos del artículo 158 de la Ley de Seguridad Pública

del Estado de Baja California, por lo que, en el acuerdo de

inicio se asentó que podía comparecer en forma escrita, sin

necesidad de ratificación, pudiéndose defender por sí o por

persona de su confianza, percibiéndosele que de no

comparecer en forma escrita a dicha audiencia se le tendría

por confeso del requisito de permanencia que se le imputaba,

apercibimiento que hizo efectivo el día diecinueve de agosto

de dos mil once, fecha en que tuvo verificativo la audiencia

de mérito y a la que no acudió el actor.

No obstante que la autoridad siguió lo dispuesto en el

artículo 158 de la Ley de Seguridad Pública del Estado de

Baja California, se aprecia que el actor se encontraba en un

caso excepcional no regulado expresamente, no era una

simple imposibilidad física para comparecer, sino que se

encontraba privado de su libertad personal a disposición de

una autoridad federal, situación en la que la autoridad para

asegurarse de no conculcar las garantías de audiencia y

defensa del actor, tenía el deber de acudir a donde se

encontraba arraigado el actor a tomarle su declaración y

requerirlo para que señalara domicilio para oír y recibir

notificaciones, y no como efectivamente lo hizo al tenerlo por

confeso de la falta imputada y ordenar la notificación por

estrados.

En virtud de lo anterior, al existir una violación de la

notificación del acuerdo de inicio todo lo actuado con

posterioridad a dicha notificación se encuentra afectado de

nulidad, por lo que la diversa notificación de la resolución

administrativa se separación definitiva que inda la autoridad

se efectuó por estrados se encuentra afectada de nulidad;

entonces debe tenerse por fecha de conocimiento de esta la

indicada por el demandante para efecto de la procedencia de

la demanda, siendo esto el 15 de junio del año 2012. ..."

En efecto causa agravio lo resuelto por la Sala, ya que pretende que mi delegante sin fundamento legal, hubiese dado un trato

diverso al actor, dentro del procedimiento respectivo; arguyendo de nueva cuenta, una equivocada interpretación, ahora del artículo 158 de la Ley de Seguridad Pública del Estado, alegando que si bien el

numeral refiere: El miembro deberá comparecer a la audiencia en forma personal, pero cuando exista un impedimento físico o material

debidamente probado y justificado ante la Comisión, el Miembro comparecerá al procedimiento en forma escrita, sin necesidad de ratificación." , el impedimento que tenía el demandante para

comparecer a la audiencia que se señala dentro del procedimiento administrativo de separación definitiva del cargo, no podía

considerarse como un simple impedimento físico, ya que se encontraba privado de su libertad. Aspecto totalmente fuera de contexto y legalidad, ya que tal numeral no da margen alguno para indicar y

diferenciar que impedimentos son importantes o solo simples, sino refiere un impedimento físico y material de forma lisa y llana, por lo

cual, evidentemente no refiere casos de excepciones, o un trato preferente, o un listado de causas por las cuales no se pudiese asistir

personalmente a la audiencia; el numeral es muy claro, no puedes comparecer personalmente, entonces puedes hacerlo por escrito, y con ello no se violenta tu garantía de audiencia ni debido proceso. Por lo

que contrario a lo aducido a la Sala, y tomando en consideración lo regido por el artículo antes señalado, fue legal y conforme a derecho el

procedimiento administrativo seguido en contra del actor, al informarle que al no comparecer en forma personal a la audiencia, estaba en posibil idades de hacerlo por escrito.

Si bien es cierto, existe la interpretación literal, gramatical o

integral de un artículo; también lo es que pretender darle alcances que no se advierten de su texto o contexto, resulta i legal; es decir, si el numeral establece determinados supuestos para normar el actuar de la

autoridad, ésta no se encuentra facultada para crear supuestos de excepción a la misma, sino por el contrario, tiene que acotarse a lo

que la ley expresamente le ordena, por lo cual, si la Segunda Sala se basó para decretar la ilegalidad de la notificación en el hecho de que la autoridad debió darle un trato distinto al actor, sin fundamento legal

alguno, pues entonces la Sala intenta que la autoridad rebasé las facultades legales a las que está supeditado su actuar; situación por

demás improcedente, ya que se insiste, la autoridad tiene que constreñirse a los supuestos que la ley le exige, y si ésta no contempla excepciones, de ninguna manera podría inventarlos, tal y como

desacertadamente la Sala lo hizo.

En las relatadas condiciones, al no existir el re envío en el presente juicio, ese H. Pleno deberá analizar con plenitud de

jurisdicción el fondo de la presente controversia, analizando cada uno de los motivos de inconformidad del actor y los argumentos de

excepción de mis delegantes, pues solo de esta forma se impartirá justicia completa e imparcial a las partes, al haber omitido la Sala

instructora analizar el fondo del acto impugnado. Lo que inclusive se sustenta, en las siguientes tesis de jurisprudencia:

Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la

Federación y su Gaceta, Novena Época. Tomo XXX, Diciembre de

2009. Pág. 25. Tesis de Jurisprudencia. la. /J. 80/2009

APELACIÓN EN MATERIAS CIVIL Y MERCANTIL. AL NO EXISTIR

REENVÍO, EL TRIBUNAL DE ALZADA ESTÁ FACULTADO PARA

REASUMIR JURISDICCIÓN Y PRONUNCIAR LA RESOLUCIÓN

CORRESPONDIENTE, AUN CUANDO EL JUZGADOR NO HAYA

RESUELTO LA LITIS EN PRIMERA INSTANCIA . Del contenido de

los art ículos 1336 del Código de Comercio y 683 del Código de

Procedimientos Civiles para el Estado de Sinaloa, se desprende que

el recurso de apelación es un medio de impugnación ordinario por

el cual el tribunal de alzada puede confirmar, reformar o revocar

las resoluciones emitidas por el inferior. Respecto a la apelación en

materias civi l y mercanti l, la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, ha establecido la inexistencia del reenvío. Así, se considera

que no pueden l imitarse las funciones del tribunal de alzada para

reasumir jurisdicción y decidir lo tocante a los puntos l it ig iosos no

resueltos en el fal lo que se recurre ante el la, o en su caso, sustituir

íntegramente al juez para pronunciar la resolución que legalmente

corresponda, aun cuando no se haya resuelto la l it is en primera

instancia. Sin embargo, el tribunal de apelación que advierta,

previo al fondo, que existe una omisión o que no se encuentra

satisfecho algún presupuesto procesal, deberá, sin examinar los

agravios de fondo, revocar la sentencia recurrida y ordenar la

reposición o regularización del procedimiento en lo que sea

necesario en aras de satisfacer los presupuestos procesales y el

debido proceso como condición para el dictado de la sentencia, sin

que ello pueda tomarse como reenvío al no implicar la devolución al

inferior para efectos de que asuma de nueva cuenta jurisdicción

sobre aspectos propios de la sentencia definitiva.

Contradicción de tesis 48/2009. Entre las sustentadas por el Tercer

Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, Segundo

Tribunal Colegiado del Décimo Tercer Circuito, Primer Tribunal

Colegiado del Decimosegundo Circuito y Quinto Tribunal Colegiado

en Materia Civi l del Tercer Circuito. 27 de mayo de 2009. Cinco

votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A.

Casasola Mendoza.

Tesis de jurisprudencia 80/2009. Aprobada por la Primera Sala de

este Alto Tribunal, en sesión de fecha ocho de julio de dos mil

nueve.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época. Tomo XXII,

Octubre de 2005. Pág. 2075. Tesis de Jurisprudencia. Xl. 2o. J/29

AGRAVIOS EN LA APELACIÓN. AL NO EXISTIR REENVÍO EL AD

QUEM DEBE REASUMIR JURISDICCIÓN Y ABORDAR

OFICIOSAMENTE SU ANÁLISIS, SIN QUE ELLO IMPLIQUE

SUPLENCIA DE AQUÉLLOS. Si bien es cierto que en la apelación

contra el fal lo definitivo de primer grado el tribunal de alzada debe

concretarse a examinar, a través de los agravios, las acciones,

excepciones y defensas que se hayan hecho valer oportunamente en

primera instancia, porque de lo contrario el fal lo sería

incongruente, también lo es que esa regla es general dado que en

la apelación no existe reenvío, por lo que el órgano jurisdiccional

de segundo grado no puede devolver las actuaciones para que el a

quo subsane las omisiones en las que hubiera incurrido, en aras de

respetar ese principio de congruencia y no dejar inaudito a ninguno

de los contendientes por lo que, a fin de resolver la l i t is natural en

todos sus aspectos, el ad quem debe reasumir jurisdicción y

abordar oficiosamente el anál isis correspondiente, sin que el lo

implique suplencia de los agravios. SEGUNDO TRIBUNAL

COLEGIADO DEL DÉCIMO PRIMER CIRCUITO.

Es por todo lo anterior, que ante la falta de exhaustividad y

congruencia de la Sala, ese H. Pleno, de no sobreseer el juicio, debe reasumir jurisdicción analizando todos los tópicos que se han planteado en el juicio y por ende, confirmar la validez del acto

impugnado.

Por lo anteriormente expuesto, a Ustedes C. Magistrados…”

QUINTO.- En razón de que la autoridad recurrente se

inconforma con la determinación contenida en la sentencia

que se revisa, consistente en que la notificación del acuerdo

de inicio del procedimiento administrativo *********

instaurado contra la parte actora, es nula, en tanto que la

parte actora impugna los efectos de la condena decretada,

por cuestión de método, se procede en primer término al

estudio de los agravios que hace valer la autoridad

demandada, aquí recurrente.

La inconforme alega en lo sustancial, que el

considerando cuarto de la sentencia, es ambiguo y carente de

exhaustividad y congruencia, por lo que viola los artículos

82, fracciones I, II y III, de la Ley del Tribunal de lo

Contencioso Administrativo del Estado, y 81 del Código de

Procedimientos Civiles del Estado, y omite aplicar el numeral

105 del citado Código; que tendenciosamente se declara

fundado el motivo de inconformidad consistente en que el

Agente del Ministerio Público del Estado de Veracruz, carecía

de competencia para llevar a cabo el exhorto en el que se

solicitó la notificación del acuerdo de inicio del procedimiento

de separación del cargo instaurado en su contra, al estimar

que no goza de la misma naturaleza que la autoridad que

solicitó la diligenciación, y que por ello la notificación carece

de legalidad.

Dice que lo anterior es desacertado, que parte de una

premisa falsa al considerar a la solicitud de notificación del

acuerdo de inicio, como un exhorto en sentido estricto, en

términos del artículo 105 del Código de Procedimientos

Civiles del Estado, cuando la colaboración para tales asuntos

de seguridad nacional tiene su reglamentación especial.

Que a diferencia de los juicios del orden civil, los

procedimientos sancionadores son de interés social, por lo

que su regulación y substanciación se encuentran previstos y

tutelados en el artículo 21, párrafo noveno, inciso a),

Constitucional, en el que se prevé la obligación y

competencia de las entidades federativas de coordinarse

entre sí, para cumplir los objetivos de seguridad pública,

entre los cuales va inmersa la regulación de la selección,

ingreso, formación y permanencia de los miembros de las

instituciones policiales.

Estima que de conformidad con el citado precepto

constitucional, las autoridades federales, estatales o

municipales, tiene la obligación de llevar a cabo los

mecanismos y medidas necesarias para cumplir con los

asuntos relativos a la seguridad pública nacional, entre ellas

la regulación de la permanencia de los miembros de

seguridad pública, como acontece en la especie.

Refiere que la Ley General del Sistema Nacional de

Seguridad Pública, tiene como objetivo regular la integración,

organización y funcionamiento del Sistema Nacional de

Seguridad Pública, así como establecer la distribución de

competencias y las bases de coordinación entre la

Federación, los Estados, el Distrito Federal y los Municipios,

en materia de seguridad pública, de conformidad con su

artículo 7, fracción XVI, que prevé que los tres niveles de

gobierno deben coordinarse para incrementar la eficacia en

materia de seguridad pública, y el 39 inciso B fracción III, en

el que también se establece que a las referidas instituciones

les corresponde aplicar y supervisar los procedimientos

relativos a la carrera policial, profesionalización y Régimen

Disciplinario.

Que de igual forma, en el artículo 28, fracción XIV, de

la ley de Seguridad Pública del Estado, se prevé que la

coordinación comprende las acciones inherentes a la

consecución de la seguridad pública, del desarrollo policial,

integración de registros de información de seguridad pública,

evaluación, controles de confianza, y las demás que

determinen las leyes y que sean necesarias para implementar

la eficacia de las medidas y acciones tendentes a alcanzar los

fines de seguridad pública.

De lo anterior concluye que es necesario que el

estado mexicano, a través de sus tres niveles de gobierno y

de las autoridades que tengan atribuciones relacionadas,

directa o indirectamente con la seguridad pública, coadyuve a

logara los objetivos de esta, traducidos en libertad, orden y

paz pública, como condiciones imprescindibles para gozar de

las garantías que la constitución reconoce a los gobernados;

que no tendría razón de ser la seguridad pública si no se

buscara con ella crear los mecanismos adecuados de

selección y permanencia de los miembros de las Instituciones

Policiales.

Para sustentar su afirmación, cita ( foja 748) la tesis

P.LXXI/2010 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, publicada en la página 57, Tomo XXXIII, del

Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,

correspondiente al mes de enero de dos mil once, Novena

Época, de rubro “SEGURIDAD PÚBLICA. DEBEN GENERARSE

PROCESOS O PROTOCOLOS DE POLICÍA CON BASES COMUNES PARA

TODAS LAS CORPORACIONES, A FIN DE NO ENTORPECER LAS

COLABORACIONES CONJUNTAS.”.

Continúa manifestando que el veintiséis de junio de

dos mil siete, se publicó en el Diario Oficial de la Federación,

el Convenio de Colaboración que celebran la Procuraduría

General de la República, la Procuraduría de Justicia Militar, la

Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y las

Procuradurías Generales de Justicia de los treinta y un

estados integrantes de la Federación, en donde se

establecieron los mecanismos, protocolos y los procesos

necesarios, para llevar a cabo esa coordinación.

En apoyo a lo anterior, cita ( foja 749) la tesis del Pleno

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en

la página 1296, Tomo XXIX, del Semanario Judicial de la

Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de abril de

dos mil nueve, Novena Época, de rubro “SEGURIDAD PÚBLICA.

ES UNA MATERIA CONCURRENTE EN LA QUE TODAS LAS INSTANCIAS

DE GOBIERNO DEBEN COORDINAR ESFUERZOS PARA LA CONSECUCIÓN

DEL FIN COMÚN DE COMBATE A LA DELINCUENCIA, BAJO UNA LEY

GENERAL EXPEDIDA POR EL CONGRESO DE LA UNIÓN .”.

Sostiene que por lo antes expuesto, es inexacta la

argumentación de la Sala, al encuadrar el acto jurídico de

colaboración entre la Procuraduría del Estado de Baja

California y la de Veracruz, con la figura jurídica del exhorto

que en materia civil existe, dado que en la presente

controversia, la colaboración en materia de seguridad

pública, no solo consiste en la lucha contra la delincuencia

lisa y llana, sino que también se encuentran involucradas las

actuaciones que tengan como fin la regulación de los

elementos de permanencia de elementos policiacos, al ser

necesaria tal vigilancia, para incrementar la eficacia en el

cumplimiento de los fines de seguridad pública y a su vez en

el combate a la delincuencia, por lo que, al ser uno de los

elementos trascendentales en la coordinación y colaboración

de las diferentes instituciones de seguridad pública del país,

procede la notificación del inicio de un procedimiento

administrativo, ya que el marco jurídico da la pauta para su

procedencia, sin tener que encuadrarlo como un exhorto.

Reitera que en la especie, la solicitud de notificación

del acuerdo de inicio al procedimiento, no es un exhorto y

por tanto no puede surtirse la incompetencia del Agente del

Ministerio Público adscrito a la Procuraduría General de

Justicia del Estado de Veracruz, ante la necesidad que de

exista la referida coordinación, sin que trascienda al fondo

del asunto la forma interna en que la hayan convenido,

máxime que la Comisión demandada, no tenía competencia ni

recursos para notificar en otro Estado de la República el

acuerdo de inicio.

Argumenta que de estimar que el exhorto es aplicable

al caso concreto, debe considerarse que del artículo 105 del

Código de Procedimientos Civiles del Estado, no se advierte

que para la diligencia de un exhorto, deba solicitarse el

auxilio de otro órgano de igual naturaleza y función que el de

origen, por lo que la determinación de la Sala es

incongruente.

Que es desacertado pretender aplicar el derecho

común ante la especialidad de la materia, ya que, si dentro

de los requisitos de permanencia, y por ende, del

procedimiento de separación del cargo de un agente, es

permitida la colaboración nacional entre órganos de

seguridad pública para la notificación de determinaciones

jurídicas de otro Estado, la petición de llevar a cabo la

referida notificación, no sólo puede realizarse a t ravés de la

Comisión de Carrera Policial y de Honor y Justicia del Estado

de Veracruz, ya que no es una limitante, sino que por la

trascendencia de la materia, de igual manera se surte la

competencia constitucional y autorización legal al Ministerio

Público adscrito a la Procuraduría General de Justicia del

Estado de Veracruz, que goza de fe pública en el ejercicio de

sus funciones.

El agravio en estudio es inoperante, por no combatir

la totalidad de los fundamentos y motivos en que el resolutor

de origen sustenta la sentencia recurrida, al no impugnar los

consistentes en:

Que de los preceptos normativos y convenios citados

en la cédula de notificación de diez de agosto de dos mil once

-como son, los artículos 21 y 119 constitucionales, cláusula

Primera y Décima, fracción I del Convenio de Colaboración

celebrado entre la Procuraduría General de la República, la

Procuraduría General de Justicia Militar, la Procuraduría

General de Justicia del Distrito Federal, y las Procuradurías

Generales de Justicia de los treinta y un Estados integrantes

de la Federación, en la ciudad de San Luis Potosí, San Luis

Potosí, el treinta de marzo de dos mil siete, publicado en el

Diario Oficial de la Federación, el veintiséis de junio de ese

mismo año- tampoco se observa que el Agente del Ministerio

Público que practicó la diligencia tenga facultad alguna para

ello.

Que contrario a lo que señala la autoridad al dar

contestación a la demanda, los citados preceptos no tienen

relación con los procedimientos administrativos de

responsabilidad o separación definitiva, de los elementos de

seguridad pública, sino con la conducta contra la

delincuencia; que no puede tenerse como acertado el

razonamiento de la autoridad, en relación a que la

competencia del Agente del Ministerio Público del Estado de

Veracruz, se encuentra en el artículo 21 constitucional, en

relación con la Coordinación interna que debe existir entre

las Procuradurías, cuando del referido artículo y del acto

analizado, no se advierte la existencia de precepto que le

otorgue tal facultad.

Y, que concluir lo contrario implica llegar al extremo

de violentar el principio general de que las autoridades no

pueden ejercer más facultad que las que expresamente le

confieren las leyes, como lo establece el artículo 97

constitucional.

Fundamentos y motivos que al no haberse

controvertido, quedan firmes y continúan rigiendo la

sentencia que se revisa, por lo que el argumento en estudio

resulta inoperante.

Sin que pase desapercibido para este Órgano

Colegiado, que fue la propia autoridad demandada la que

solicitó mediante exhorto que se practicara la notificación

aludida, como consta a fojas 563 a 569 en las que obra copia

certificada del “Exhorto No.- **********”.

Para mayor claridad se transcribe la parte conducente

de la sentencia recurrida.

“Aun cuando se determinó que la autoridad Agente del

Ministerio Público del Estado de Veracruz es incompetente para efectuar la notificación del inicio del procedimiento, es pertinente

dejar claro además que de los preceptos normativos y convenios contenidos en la cédula de notificación de fecha diez de agosto de

dos mil once visible a foja 522 de autos, tampoco se observa que se consigne a favor del citado Agente del Ministerio Público

facultad alguna para llevar a cabo la notificación multire ferida, siendo estos los artículos 21 y 119 de la Constitución Federal y cláusula Primera y Décima fracción I del Convenio de Colaboración

celebrado entre la Procuraduría General de la República, la Procuraduría General de Justicia Militar, la Procuraduría General

de Justiciad el Distrito Federal y las Procuradurías Generales de Justicia de los Treinta y un Estados integrantes de la Federación, en la Ciudad de San Luis Potosí, San Luis Potosí el treinta de

Marzo del 2007 y publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiséis de junio de este mismo año, que a la letra disponen:

Artículo 21.- La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función.

El ejercicio de la acción penal ante los tribunales corresponde al Ministerio Público. La ley determinará los casos en que los

particulares podrán ejercer la acción penal ante la autoridad judicial.

La imposición de las penas, su modificación y duración son propias y exclusivas de la autoridad judicial.

Compete a la autoridad administrativa la aplicación de

sanciones por las infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía, las que únicamente consistirán en multa, arresto hasta

por treinta y seis horas o en trabajo a favor de la comunidad; pero si el infractor no pagare la multa que se le hubiese impuesto, se permutará esta por el arresto correspondiente, que no excederá en

ningún caso de treinta y seis horas.

Si el infractor de los reglamentos gubernativos y de policía

fuese jornalero, obrero o trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del importe de su jornal o salario de un día.

Tratándose de trabajadores no asalariados, la multa que se

imponga por infracción de los reglamentos gubernativos y de policía, no excederá del equivalente a un día de su ingreso.

El Ministerio Público podrá considerar criterios de oportunidad para el ejercicio de la acción penal, en los supuestos y condiciones que fije la ley.

El Ejecutivo Federal podrá, con la aprobación del Senado en cada caso, reconocer la jurisdicción de la Corte Penal

Internacional.

La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, que comprende la

prevención de los delitos; la investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones

administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por los principios de

legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución.

Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno deberán coordinarse

entre sí para cumplir los objetivos de la seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que estará

sujeto a las siguientes bases mínimas:

a) La regulación de la selección, ingreso, formación,

permanencia, evaluación, reconocimiento y certificación de los

integrantes de las instituciones de seguridad pública. La operación y desarrollo de estas acciones será competencia de la Federación,

el Distrito Federal, los Estados y los municipios en el ámbito de sus respectivas atribuciones.

b) El establecimiento de las bases de datos criminalísticos y de personal para las instituciones de seguridad pública. Ninguna persona podrá ingresar a las instituciones de seguridad pública si

no ha sido debidamente certificado y registrado en el sistema.

c) La formulación de políticas públicas tendientes a prevenir la

comisión de delitos.

d) Se determinará la participación de la comunidad que coadyuvará, entre otros, en los procesos de evaluación de las

políticas de prevención del delito así como de las instituciones de seguridad pública.

e) Los fondos de ayuda federal para la seguridad pública, a nivel nacional serán aportados a las entidades federativas y municipios para ser destinados exclusivamente a estos fines.

Artículo 119.- Los Poderes de la Unión tienen el deber de proteger a los Estados contra toda invasión o violencia exterior. En

cada caso de sublevación o trastorno interior, les prestarán igual protección, siempre que sean excitados por la Legislatura del

Estado o por su Ejecutivo, si aquélla no estuviere reunida.

Cada Estado y el Distrito Federal están obligados a entregar sin demora a los indiciados, procesados o sentenciados, así como a

practicar el aseguramiento y entrega de objetos, instrumentos o productos del delito, atendiendo a la autoridad de cualquier otra

entidad federativa que los requiera. Estas dil igencias se practicarán, con intervención de las respectivas procuradurías generales de justicia, en los términos de los convenios de

colaboración que, al efecto, celebren las entidades federativas. Para los mismos fines, los Estados y el Distrito Federal podrán

celebrar convenios de colaboración con el Gobierno Federal, quien actuará a través de la Procuraduría General de la República.

Las extradiciones a requerimiento de Estado extranjero serán

tramitadas por el Ejecutivo Federal, con la intervención de la autoridad judicial en los términos de esta Constitución, los

Tratados Internacionales que al respecto se suscriban y las leyes reglamentarias. En esos casos, el auto del juez que mande cumplir la requisitoria será bastante para motivar la detención hasta por

sesenta días naturales.

PRIMERA.- El presente Convenio tiene por objeto establecer

los mecanismos de colaboración recíproca entre “LAS PARTES”, en sus respectivos ámbitos de competencia, así como establecer las bases de coordinación para adoptar una política integral que

permita diseñar y ejecutar estrategias conjuntas en la lucha contra la delincuencia

DÉCIMA.- En materia de investigación de delitos, “LAS PARTES” se comprometen a lo siguiente:

I. Intercambiar información en forma ágil y oportuna, con

pleno respeto a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las Constituciones Políticas de los Estados integrantes

de la Federación, a la fracción XXVIII del artículo 225 del Código Penal Federal y sus equivalentes en los Códigos sustantivos estatales, y demás ordenamientos legales aplicables;

Contrario a lo que señala la autoridad al dar contestación a la demanda, los preceptos invocados no tienen relación con los

procedimientos administrativos de responsabil idad o separación definitiva de los elementos de seguridad pública sino con la lucha

contra la delincuencia.

No puede tenerse como acertado el razonamiento de la autoridad en relación a que la competencia del Agente del

Ministerio Público del Estado de Veracruz se encuentra en la Constitución Federal artículo 21 en relación a la Coordinación

interna que debe haber entre las Procuradurías cuando del artículo en cita ni del acto analizado se advierte la existencia precepto que le otorgue tal facultad.

De concluir lo contrario se llegaría al extremo de violentar el principio general de que las autoridades no pueden ejercer más

facultad que las que expresamente le confieren las leyes; tal como lo establece el artículo 97 de la Constitución Estatal “Los funcionarios públicos no tienen más facultades que las que

expresamente les otorgan las leyes.

En este contexto, es de concluirse que, dada la incompetencia

del Agente del Ministerio Público adscrito a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz para efectuar notificación del inicio del procedimiento administrativo de separación definitiva

materia del presente juicio, lo asentado en la cédula de notificación de fecha veintiséis de abril de dos mil once, no tiene

efecto jurídico alguno incluyendo la supuesta manifestación de Edgar Aguilar Morales en relación a la designación como su

abogado del Licenciado Luis Alfonso Olivares Barbosa.”

Es aplicable, en lo conducente, la jurisprudencia

1a./J.19/2012 de la Primera Sala de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación1, que enseguida se transcribe.

“AGRAVIOS INOPERANTES. SON AQUELLOS QUE NO COMBATEN TODAS LAS

CONSIDERACIONES CONTENIDAS EN LA SENTENCIA RECURRIDA. Ha sido

criterio reiterado de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,

que los agravios son inoperantes cuando no se combaten todas y

cada una de las consideraciones contenidas en la sentencia

recurrida. Ahora bien, desde la anterior Tercera Sala, en su tesis

jurisprudencial número 13/90, se sustentó el criterio de que

cuando el tribunal de amparo no ciñe su estudio a los conceptos de

violación esgrimidos en la demanda, sino que lo amplía en relación

a los problemas debatidos, tal actuación no causa ningún agravio

al quejoso, ni el juzgador de amparo incurre en irregularidad

alguna, sino por el contrario, actúa debidamente al buscar una

mejor y más profunda comprensión del problema a dilucidar y la

solución más fundada y acertada a las pretensiones aducidas. Por

tanto, resulta claro que el recurrente está obligado a impugnar

todas y cada una de las consideraciones sustentadas por el

tribunal de amparo aun cuando éstas no se ajusten estrictamente

a los argumentos esgrimidos como conceptos de violación en el

escrito de demanda de amparo.”

En el segundo agravio alega, que el considerando

cuarto del fallo recurrido lesiona su interés jurídico, al

señalar que al haberse efectuado por estrados las

notificaciones dentro del procedimiento administrativo en

cuestión, son ilegales, ya que al encontrarse el destinatario

privado de su libertad, se actualiza un supuesto de

1 Consultable en la página 731, Libro XIII, correspondiente al mes de octubre de dos mil doce, Tomo 2, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época.

excepción, por lo que no estaba sujeto a las normas

reglamentarias del procedimiento, y por ende, no debió

notificársele por estrados, determinación que estima viola el

último párrafo del artículo 83, de la Ley que rige a este

Tribunal, al aplicar indebidamente el numeral 175 de la ley

de Seguridad Pública del Estado.

Precisa, que la notificación del auto de inicio de

procedimiento, se practicó personalmente al actor, que las

autoridades que intervinieron para tal efecto gozan de fe

pública en sus actuaciones, y que fue diligenciada conforme a

derecho, que se hizo constar que se compareció

personalmente a las instalaciones del centro penitenciario

donde se encontraba recluido el agente y se notificó el

aludido acuerdo personalmente; que el demandante no aportó

medio de prueba alguno para afectar la credibilidad de la

notificación, por lo que esta no debió tenerse como efectuada

por estrados; que la cédula correspondiente cumple con los

requisitos legales, que en aplicación de la presunción de

legalidad y buena fe, la Segunda Sala debió tener por cierto

su contenido, pues de conformidad con el artículo 100,

fracción IV, de la ley de Seguridad Pública en el Estado, el

personal encargado de auxiliar a las autoridades responsables

en el procedimiento de la separación definitiva o sanción de

los miembros por infringir las disposiciones de dicha Ley y

sus reglamentos, tienen fe pública.

Afirma que es desacertada la determinación de la

Sala, consistente en que aun cuando en el artículo 175 de la

Ley de Seguridad Pública del Estado, se prevé la notificación

por estrados, cuando el elemento se niegue a recibirla de

manera personal, tal diligencia no puede cumplir su objetivo,

pues la autoridad administrativa tenía pleno conocimiento

que la persona a quien se encontraba dirigida, estaba privada

de su libertad, por lo que en dicho caso de excepción

cualquier notificación que se efectúe en un lugar distinto a

aquél en que se encuentre recluido el agente, deviene ilegal.

Que se interpreta erróneamente el citado dispositivo,

dado que no refiere alguna excepción, ya que define los

supuestos precisos, al establecer que el acuerdo de inicio

puede notificarse en las instituciones policiales, y que si el

agente se niega a recibir la notificación, se hará constar y se

hará por estrados, sin dar pauta a una interpretación

distinta, por lo que la Sala se encuentra impedida para hacer

ese tipo de argumentaciones interpretativas; que el acuerdo

de inicio se notificó al interesado en forma legal y personal,

que se hizo saber al agente que estaba sujeto a

procedimiento, su derecho a nombrar un abogado o persona

de su confianza, y que estaba en aptitud de presentar su

declaración por escrito ante la imposibilidad de comparecer

físicamente a la audiencia, por lo que, al negarse a recibir el

acuerdo, de conformidad con el citado artículo 175 de la Ley

de Seguridad Pública, procedía que la notificación del acuerdo

de inicio, aun cuando se practicó en forma personal, y las

subsecuentes, se realizaran por estrados.

Para apoyar su argumento, cita la tesis P./J.47/95 del

Pleno de la suprema Corte de Justicia de la Nación,

consultable en la página 133, Tomo II, del semanario Judicial

de la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de

diciembre de mil novecientos noventa y cinco, de rubro

“FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE

GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL

ACTO PRIVATIVO.”.

Manifiesta también, que le causa agravio el que la

Sala pretenda dar un alcance al citado precepto, que de su

lectura e interpretación literal o gramatical no se advierte, y

declare la ilegalidad de las notificaciones realizadas por la

demandada; que si bien los tribunales pueden interpretar una

norma, siempre debe tenerse como máxima la constitución, y

además solo puede interpretarse cuando la norma secundaria

sea oscura y admita dos o más entendimientos posibles, lo

cual no acontece en la especie. Para sustentar su afirmación,

cita la tesis 2ª.XCII/2007 de la Segunda Sala de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 381,

Tomo XXVI, del Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta, correspondiente al mes de julio de dos mil siete, de

rubro “PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN DE LA LEY CONFORME A

LA CONSTITUCIÓN.”.

Lo anterior es infundado, en razón de que, al haber

quedado firme la determinación contenida en la sentencia

impugnada, consistente en que la notificación del acuerdo de

inicio de procedimiento es nula, al haberse practicado por

autoridad incompetente para tal efecto, por las razones

expuestas en párrafos que anteceden, no se actualiza el

supuesto contemplado en el artículo 175 de la Ley de

Seguridad Pública, para que proceda la notificación por

estrados, ya que este precepto dispone que, en caso de que

el integrante de un cuerpo de seguridad pública se niegue a

recibir la notificación, se hará constar esa circunstancia en el

acta respectiva, misma que se fijará en los estrados de la

Institución Policial y de la Contraloría Interna.

Ello es así, toda vez que, del texto de la citada

disposición legal, se advierte que, para que sea aplicable la

consecuencia prevista en el mismo, consistente en la

procedencia de la notificación por estrados del acuerdo de

inicio del procedimiento, es necesario que la negativa a

recibirla, se haga ante autoridad competente para practicarla

–lo cual no aconteció en la especie- pues de interpretar lo

contrario, esto es, que basta que el destinatario se niegue a

recibir ante una autoridad incompetente, para que se

actualice la procedencia de la diligencia por estrados, haría

nugatoria la finalidad de la notificación personal.

Por tanto, al no haberse cumplido con las

formalidades que debe revestir la notificación del referido

acuerdo de inicio, de conformidad con el artículo 83 fracción

II de la ley que rige a este tribunal, la citada diligencia, y por

ende, todas las actuaciones que de la misma se deriven,

como son los actos de trámite y la resolución definitiva

dictada en el procedimiento administrativo *********, son

nulas.

Es aplicable en lo conducente, la jurisprudencia

2ª./J.8/20082, que enseguida se transcribe.

“RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. LAS

VIOLACIONES AL PROCEDIMIENTO DE INVESTIGACIÓN O AUDITORÍA PUEDEN RECLAMARSE EN EL JUICIO DE NULIDAD CONTRA LA RESOLUCIÓN DISCIPLINARIA Y EL PLANTEAMIENTO RESPECTIVO DEBERÁ ESTUDIARSE POR

EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA. Del análisis sistemático de las disposiciones correspondientes de la Ley Federal

de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, se advierte que la resolución que culmina con la imposición de una

sanción disciplinaria se apoya en la investigación o en la auditoría efectuada por los funcionarios competentes, ya que la finalidad de estas etapas es aportar a las autoridades sancionadoras

elementos, informes o datos que les permitan resolver sobre la presunta responsabilidad administrativa del servidor público

federal. En efecto, existe tal vinculación en los procedimientos previstos por el legislador en dicha materia, que los vicios o irregularidades de la investigación o de la auditoría pueden

trascender e influir, por ende, en la tramitación o sustanciación del procedimiento disciplinario y en la resolución respectiva, de tal

suerte que cuando el interesado demande su nulidad podrá hacer valer también toda clase de vicios de procedimiento ante el

Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, el cual estará constreñido a su estudio y resolución, en términos de los artículos 15 de su Ley Orgánica, 25 de la Ley Federal de Responsabil idades

Administrativas de los Servidores Públicos y 2o. de la Ley Federal

de Procedimiento Contencioso Administrativo.”

2 Consultable a página 596, Tomo XXVII, correspondiente al mes de febrero de dos mil ocho, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época.

Para mayor claridad se transcribe el artículo 175 de la

Ley de Seguridad Pública del Estado de Baja California.

“ARTÍCULO 175.- El acuerdo de inicio del procedimiento de

separación definitiva, responsabilidad administrativa y la

suspensión preventiva, podrá notificarse al Miembro en las instalaciones de las Instituciones Policiales , o en el lugar en que

se encuentre.

En caso de que el Miembro se niegue a recibir la notificación, se hará constar esta circunstancia asentándose en el acta respectiva,

misma que se fijará en los estrados de la Institución Policial y de

la Contraloría Interna.”

En el tercer agravio, manifiesta que se lesiona su

interés jurídico al declarar la nulidad de la resolución

impugnada, que la Sala erróneamente declaró la ilegalidad de

las notificaciones practicadas en el procedimiento

administrativo, y tomó como fecha de conocimiento del acto,

el quince de junio de dos mil doce, desestimando la causal de

improcedencia que hizo valer en su contestación de demanda,

consistente en el consentimiento tácito de la resolución, por

haberse interpuesto la demanda en forma extemporánea, con

lo cual se vulneran los requisitos de congruencia y

exhaustividad, contenidos en el artículo 82, fracciones I, II y

III, de la Ley que rige a este Tribunal y 81 del Código de

Procedimientos Civiles del Estado.

Dice, que la Sala debió tener por cierta como fecha de

conocimiento de la resolución impugnada, el catorce de

noviembre de dos mil once, en razón de que la notificación

por estrados fue legal, que interpretó erróneamente los

artículos 158 y 175 de la Ley de Seguridad Pública del

Estado; que la sentencia es incongruente al no sobreseer el

juicio de conformidad con el artículo 40, fracción IV, en

relación con el 41 de la Ley que rige a este Tribunal.

Reitera que el acto impugnado se notificó al actor el

dos de junio de dos mil once, primero en forma personal, a

través del Ministerio Público adscrito a la Procuraduría

General de Justicia del Estado de Veracruz, quien

acompañado de dos testigos de asistencia se constituyó en el

centro penitenciario en donde aquél se encontraba recluido, a

fin de darle a conocer el inicio del procedimiento, y también,

en la misma data, por medio de las publicaciones que fueron

colocadas en los estrados en la Jefatura de Zona Tijuana de

la Visitaduría General y en la Comandancia de la Policía

Ministerial del Estado, Zona Tijuana, como lo dispone el

numeral 158 de la Ley de Seguridad Pública del Estado.

Que es ajeno a la autoridad el que el actor haya

obtenido su libertad en fecha diversa, que no realizó ninguna

notificación posterior al actor, salvo las publ icaciones en los

estrados, que es falsa la afirmación del demandante, en el

sentido de que fue notificado del acto impugnado el quince de

junio de dos mil doce, que no aportó ningún medio de

convicción que acredite su dicho, ni protestó conducirse con

verdad.

Cuestiones que han quedado resueltas en párrafos

que anteceden, en los que se vierten los fundamentos y

motivos por los que queda firma la declaración de nulidad de

la notificación del acuerdo de inicio del procedimiento

administrativo, lo cual motiva la nulidad de todas las

actuaciones subsecuentes.

Por otra parte, argumenta que le causa agravio la

determinación de la Sala, consistente en que si bien se acató

lo dispuesto en el artículo 158 de la Ley de Seguridad Pública

del Estado, el actor se encontraba en un caso excepcional no

regulado expresamente, que no era una simple imposibilidad

física para comparecer, sino que se encontraba privado de su

libertad personal a disposición de una autoridad federal, por

lo que la autoridad, para asegurarse de no conculcar las

garantías de audiencia y defensa del actor, tenía el deber de

acudir a donde se encontraba arraigado el actor a tomarle su

declaración y requerirlo para que señalara domicilio para oír

y recibir notificaciones, y no como lo hizo al tenerlo confeso

de la falta imputada y ordenar la notificación por estrados,

que al existir una violación en la notificación del acuerdo de

inicio, todo lo actuado con posterioridad se encuentra

afectado de nulidad, por lo que la diversa notificación de la

resolución administrativa, practicada por estrados se

encuentra afectada de nulidad, y que debe tenerse como

fecha de conocimiento de esta, para efecto de la procedencia

de la demanda, el quince de junio de dos mil doce.

Sostiene que la Sala pretende que hubiese dado un

trato diverso al actor, con apoyo en una interpretación

desacertada del artículo 158 de la Ley de Seguridad Pública

del Estado, ya que este no da margen para interpretar qué

impedimentos son importantes o solo simples, pues

únicamente refiere un impedimento físico y material de forma

lisa y llana, sin establecer casos de excepción o un trato

preferente, o un listado de causas por las que no se pudiese

asistir personalmente a la audiencia; que el citado numeral

es claro al prever que en el supuesto de no poder asistir

personalmente, se haga por escrito, lo cual estima, no

vulnera la garantía de audiencia ni de debido proceso; que en

la especie el procedimiento administrativo en cuestión se

siguió conforme a derecho, al informarle que estaba en

posibilidad de comparecer por escrito a la audiencia.

Que el pretender dar al citado numeral, alcances que

no se advierten de su texto, es ilegal; que la autoridad no se

encuentra facultada para establecer supuestos de excepción

al mismo, pues debe acotarse a lo que este ordena; y, que la

Sala intenta que la autoridad rebase las facultades que rigen

su actuar.

El agravio reseñado es inoperante, en razón de que,

al haberse declarado la nulidad de la notificación del acuerdo

de inicio del procedimiento, tal nulidad trae por sí sola, como

consecuencia, la ilegalidad de todos los actos subsecuentes

del procedimiento, de conformidad con lo dispuesto en el

artículo 83, fracción II de la ley que rige a este tribunal,

incluyendo la audiencia, lo cual hace intrascendente el

determinar la cuestión relativa a si la autoridad estaba

obligada o no a celebrar la audiencia en el lugar en que el

actor se encontraba recluído, pues cualquiera que fuese el

resultado de tal análisis, en nada modificaría el sentido del

fallo que se revisa.

Apoya lo anterior, en lo conducente y por igualdad de

razón, el criterio sustentado por el Segundo Tribunal

Colegiado en Materia Administrativa del Sexto Circuito, en la

tesis VI.2º.A.94 A,3 consultable en la página 2493, Tomo

XXII, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,

correspondiente al mes de octubre de dos mil seis, de rubro y

texto siguientes.

“REVISIÓN FISCAL, AGRAVIOS INOPERANTES. SON AQUELLOS QUE IMPUGNAN LAS DIVERSAS CONSIDERACIONES QUE SUSTENTAN LA SENTENCIA RECURRIDA, SI RESULTA INFUNDADO EL QUE CONTROVIERTE LA RAZÓN MEDULAR POR LA

QUE SE DECLARÓ LA NULIDAD DE LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA. Cuando en la sentencia recurrida la Sala Fiscal declara la nulidad de la resolución impugnada basándose en dos razones diversas, las que

en forma independiente conducen a sostener su ilegalidad y, en el recurso de revisión se declara infundado el agravio planteado en

contra de una de tales consideraciones, resulta inoperante el agravio que se haga valer en contra de la diversa consideración de

3 Consultable en la página 2493, Tomo XXII, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de octubre de dos mil seis.

la a quo, pues al no prosperar uno de ellos tal circunstancia es suficiente para confirmar la sentencia recurrida; lo anterior es así,

porque a nada práctico conduciría analizar dicho agravio pues con independencia de que el mismo se estimara fundado o no, de

cualquier forma subsistiría uno de los motivos que condujeron a la Sala Fiscal a estimar ilegal la resolución impugnada, siendo requisito sine qua non para revocar la sentencia combatida, que se

destruyeran ambas consideraciones.”

SEXTO.- En esencia, los argumentos en los que la

parte actora, aquí recurrente, sustenta su primer agravio son

los siguientes:

Alega, en lo sustancial, que los efectos de la

sentencia le causan agravio, al determinarse en la misma que

la violación a la garantía de audiencia no trae como

consecuencia la reposición del procedimiento, con apoyo en

una jurisprudencia de la que no se citan los datos de

publicación, violando con ello los artículos 1, 14 y 17

constitucionales, 10 y 11.1 de la Declaración Universal de los

Derechos Humanos, 8.1 de la Convención Americana sobre

Derechos Humanos (Pacto de San José Costa Rica), y artículo

XXV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes

del Hombre.

Refiere que la Sala estimó, que en base a la reforma

constitucional que prohíbe la reinstalación de los elementos

de las instituciones policiales, no procede la reposición del

procedimiento sino una indemnización, lo cual viola su

derecho a ser oído por autoridad administrativa facultada

para determinar la procedencia de la reintegración a su

cargo, al impedirle acreditar ante ésta, la no actualización de

la falta que se le atribuye, lo que traería como consecuencia

que se le resarciera en sus derechos, como son la restitución

de su cargo y de sus percepciones económicas, como lo

establece el artículo 150 de la Ley de Seguridad Pública del

Estado.

Dice que se aplica en forma indebida la reforma al

artículo 123, Apartado B, fracción XIII, constitucional, y la

jurisprudencia 2ª./J.103/2012, en razón de que al otorgar la

garantía de audiencia no se estaría condenando, ordenando o

garantizando en su caso, la reinstalación en el cargo, pues

ese aspecto sería materia de decisión en sede administrativa;

que la aplicación del citado artículo y jurisprudencia viola el

derecho a ser oído en juicio, sin discriminación, previo al

acto privativo, con trato igual, con respeto a sus garantías y

formalidades esenciales del procedimiento, como lo

establecen el artículo 14 constitucional, 10 y 11.1 de la

Declaración Universal de los Derechos Humanos, 8.1 de la

Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de

San José Costa Rica), y artículo XXV de la Declaración

Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.

Que la referida tesis no debe aplicarse, porque no se

citan los datos de su publicación, y porque atenta contra lo

dispuesto en el artículo 115 constitucional, al eliminar la

facultad de la autoridad administrativa municipal, para

subsanar los vicios en que incurrió y solo en caso de

estimarlo procedente reintegrar la totalidad de los derechos;

que al no otorgarle garantía de audiencia se viola su derecho

a defenderse y a aportar pruebas; que el juzgador está

obligado a adoptar las disposiciones internacionales en

materia de derechos humanos, que beneficien al individuo, e

inaplicar las disposiciones que las contravengan, que al no

haberlo hecho así, se le dejó en estado de indefensión.

Reitera que de conformidad con los preceptos

internacionales que invoca, a toda persona que no sea

miembro policial, que haya sido privada de sus derechos sin

garantía de audiencia, se le concederá en justicia plena y

efectiva, la reposición del procedimiento al que no fue

llamado o al que fue llamado ilegalmente.

Sustenta su afirmación en sendas tesis de la Segunda

Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la primera

publicada en la página 55, Volumen 30, Tercera Parte, del

Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, de rubro

“AUDIENCIA. GARANTÍA DE. AMPARO CONCEDIDO PARA EL EFECTO DE

QUE SE RESPETE. NO PUEDEN ESTUDIARSE EN EL FALLO LAS DEMÁS

CUESTIONES DE FONDO.”; y la diversa, consultable en la página

40, Volumen 60, Tercera Parte, del semanario Judicial de la

Federación, Séptima Época, de rubro “CONCEPTOS DE

VIOLACIÓN POR VICIOS DE FORMA DEL ACTO RECLAMADO. SU

PROCEDENCIA EXCLUYE EL EXAMEN DE LOS QUE SE EXPRESEN POR

FALTAS DE FONDO (AUDIENCIA, FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DEL

ACTO EN CITA”.

El agravio en estudio es parcialmente fundado, y

suficiente para revocar la sentencia impugnada , por las

razones que enseguida se exponen.

Asiste razón al inconforme, cuando afirma que

indebidamente la Sala omitió precisar los datos de

publicación de la Jurisprudencia 2ª./J.103/2012, que citó en

la sentencia que se revisa, toda vez que de conformidad con

la garantía de legalidad tutelada por el artículo 16

constitucional, para que una resolución jurisdiccional se

encuentre debidamente fundada y motivada, es necesario que

al invocar una jurisprudencia para sustentar las

determinaciones que contiene, se cite no únicamente su

texto, sino también los datos de su publicación en el

Semanario Judicial de la Federación, órgano oficial encargado

de publicar las tesis, a fin de que las partes se encuentren en

aptitud de constatar la existencia del criterio invocado, si

éste es aislado o si constituye jurisprudencia obligatoria, y si

resulta aplicable en la controversia de que se trate.

Apoya lo anterior, el criterio sustentado por el Tercer

Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en la

tesis I.3º.C.327 C., que a continuación se transcribe.

JURISPRUDENCIA DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN. EL EXACTO CUMPLIMIENTO A LA GARANTÍA DE LEGALIDAD PRECISA QUE AL INVOCARLA COMO FUNDAMENTO EN ACTOS DE AUTORIDAD, SE CITEN LOS DATOS DE SU

PUBLICACIÓN OFICIAL Y NO SÓLO SU TEXTO. La garantía de legalidad

consagrada en el artículo 16, párrafo primero, de la Constitución Federal, impera que el acto de autoridad se encuentre

debidamente fundado y motivado, a fin de otorgar la posibilidad de conocer y, en su caso, cuestionar dichos fundamentos si no fueran correctos, o bien, no fueran acordes con la motivación citada.

Sobre tal base, es dable considerar que siendo la jurisprudencia la interpretación de la ley y de las instituciones jurídicas que la

Suprema Corte de Justicia de la Nac ión, funcionando en Pleno o en Salas, y los Tribunales Colegiados de Circuito efectúan en determinado sentido, cuya observancia es obligatoria de

conformidad con los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo, su aplicación por parte de la autoridad lleva concomitante la de la ley

interpretada, por lo que cuando se invoca en apoyo de un acto de autoridad, es indispensable, para estimar cumplida la garantía de legalidad, que se cite no sólo su texto, sino también los datos de

su publicación en el Semanario Judicial de la Federación, por ser éste el órgano oficial encargado de dicha publicación, exigencia

que obedece a la finalidad de poder constatar la existencia de la tesis, de si se trata de un criterio aislado o de una jurisprudencia obligatoria, así como de cerciorarse de su aplicabilidad al caso.

De la lectura de la sentencia recurrida se observa

que, como lo hace valer la parte actora, la Sala omitió citar

los datos de publicación de la tesis 2ª./J.103/2012, por lo

que, a fin de subsanar la referida omisión, se precisa que la

aludida jurisprudencia es consultable en: Página 1517, Libro

XIV, Tomo 2, del Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta, correspondiente al mes de noviembre de dos mil

doce, cuyo rubro y texto dicen.

SEGURIDAD PÚBLICA. LA SENTENCIA EN LA QUE SE CONCEDE EL AMPARO CONTRA LA SEPARACIÓN, REMOCIÓN, BAJA, CESE O CUALQUIER OTRA FORMA DE TERMINACIÓN DEL SERVICIO DE MIEMBROS DE LAS INSTITUCIONES POLICIALES, POR VIOLACIÓN AL DERECHO DE AUDIENCIA, DEBE CONSTREÑIR

A LA AUTORIDAD RESPONSABLE A PAGAR LA INDEMNIZACIÓN CORRESPONDIENTE Y LAS DEMÁS PRESTACIONES A QUE EL QUEJOSO TENGA

DERECHO. Conforme al artículo 123, apartado B, fracción XIII, párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos, cuando la autoridad jurisdiccional resuelve, sea por vicios de procedimiento o por una decisión de fondo, que es injustificada la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra

forma de terminación del servicio de, entre otros, los miembros de las instituciones policiales de la Federación, el Distrito Federal, los

Estados y los Municipios, existe la imposibilidad de reincorporarlos en sus funciones. Por tanto, como la sentencia que les concede la

protección federal contra el acto que dio por terminada la relación administrativa que guardan con el Estado, por violación al derecho de audiencia contenido en el artículo 14 de la Constitución

Federal, no puede ordenar el restablecimiento de las cosas al estado en que se encontraban antes de la terminación del servicio,

acorde con el art ículo 80 de la Ley de Amparo, en aras de compensar esa imposibil idad aquélla debe constreñir a la autoridad responsable a subsanar la violación formal correspondiente y

resarcir integralmente el derecho del que se vio privado el quejoso, mediante el pago de la indemnización respectiva y las

demás prestaciones a que tenga derecho, en términos de lo sostenido por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia 2a./J. 18/2012 (10a.) y en las tesis

2a. LX/2011 y 2a. LXIX/2011.

De igual forma, es parcialmente fundado y

suficiente para modificar el sentido de la sentencia

recurrida, el argumento que hace valer el inconforme, y que

hace consistir en que debió ordenarse la reposición del

procedimiento, por haberse declarado fundada la violación a

la garantía de audiencia que hizo valer, y que al no haberlo

determinado así la Sala, hace nugatorio su derecho de ser

oído y de aportar pruebas ante la autoridad demandada, a fin

de estar en aptitud de desvirtuar la imputación que se le

hizo, en el sentido de que dejó de reunir los requisitos de

permanencia establecidos en las fracciones I y II, inciso B),

del artículo 117 de la Ley de Seguridad Pública del Estado de

Baja California, así como su derecho a que la autoridad

administrativa decida, en caso de ser absuelto, si lo

reincorpora al cargo que desempeñaba, o en su defecto, si

cubre la indemnización y demás prestaciones a que tiene

derecho.

Ello es así, en razón de que, como lo alega el

inconforme, en el supuesto de que en la nueva resolución que

se dicte en el procedimiento administrativo **********, se

determine que no se demostró la pérdida de los requisitos de

permanencia establecidos en las fracciones I y II, inciso b),

del artículo 117 de la Ley de Seguridad Pública del Estado,

que se imputó a la parte actora, aquí recurrente, la autoridad

estará en aptitud de determinar si lo reinstala o no en el

cargo que desempeñaba.

A fin de sustentar lo anterior conviene precisar el

texto de los numerales 113, 116, 117, apartado B, 131, 151,

180 y 181 de la Ley de Seguridad Pública del Estado.

“ARTÍCULO 113.- La Carrera Policial comprende el grado policial,

la antigüedad, las insignias, condecorac iones, estímulos y

reconocimientos obtenidos, el resultado de los procesos de promoción, así como el registro de sanciones que, en su caso,

haya acumulado el Miembro. Se regirá por las normas siguientes: … V.- La permanencia de los Miembros en las Instituciones

Policiales está condicionada al cumplimiento de los requisitos que determine esta Ley;

“ARTÍCULO 116.- La permanencia es el resultado del

cumplimiento constante de los requisitos establecidos en la

presente Ley para continuar en el servicio activo de las Instituciones Policiales.

ARTÍCULO 117.- Son requisitos de ingreso y permanencia en las Instituciones Policiales, los siguientes:

B. De Permanencia:

I. Ser de notoria buena conducta, no haber sido condenado por sentencia irrevocable por delito doloso;

II. Estar en pleno ejercicio de sus derechos políticos y civiles; III. No tener antecedentes penales por delito doloso en el país o

por aquellos que se consideren como tales en el extranjero;

IV. Mantener actualizado su Certificado Único Policial; V. No superar la edad máxima de retiro y jubilación que

establezcan las disposiciones aplicables; VI. Acreditar que ha concluido, al menos, los estudios

siguientes:

a) En el caso de integrantes de las áreas de investigación, enseñanza superior, equivalente u homologación por desempeño, a

partir de bachil lerato; b) Tratándose de integrantes de las áreas de prevención,

enseñanza media superior o equivalente;

c) En caso de integrantes de las áreas de reacción, los estudios correspondientes a la enseñanza media básica;

VII. Asistir y aprobar los cursos de formación, capacitación y profesionalización;

VIII. Aprobar los procesos de evaluación de control de

confianza; IX. Aprobar las evaluaciones del desempeño;

X. No acumular más de dos sanciones administrativas en un año de servicio;

XI. Participar en los procesos de promoción o ascenso que se

convoquen, conforme a las disposiciones aplicables; XII. Abstenerse de consumir sustancias psicotrópicas,

estupefacientes u otras que produzcan efectos similares, durante o fuera de la prestación del servicio; salvo los casos en que el

consumo de los medicamentos controlados sea autorizado mediante prescripción médica, avalada por los servicios médicos de las Instituciones;

XIII. Abstenerse de acudir al servicio con aliento alcohólico, estado de ebriedad, o bien, consumir bebidas alcohólicas durante

la prestación del servicio; XIV. No padecer adicción a substancias psicotrópicas,

estupefacientes u otras que produzcan efectos similares; XV. No padecer alcoholismo; XVI. Someterse a exámenes para comprobar la ausencia de

alcoholismo; XVII. Someterse a exámenes médicos, físicos, de personalidad,

de conocimientos, de laboratorio, para comprobar el no uso de sustancias psicotrópicas, enervantes, depresivas, estupefacientes u otras que produzcan efectos similares, así como aquéllos que

sean necesarios para la debida prestación del servicio; XVIII. No estar suspendido preventivamente o inhabilitado, ni

haber sido destituido por resolución firme como servidor público; XIX. No ausentarse del servicio sin causa justificada, por un

periodo de tres días consecutivos o de cinco días dentro de un

término de treinta días; XX. No prestar simultáneamente servicios de cualquier carácter

en un cuerpo de seguridad pública y privada; XXI. No desempeñar otro empleo, cargo, profesión o comisión de

cualquier naturaleza en la administración pública de cualquier nivel, así como trabajos o servicios remunerados en instituciones privadas que sean compatibles con la función que se desempeñe; y

XXII. Las demás que establezcan las disposiciones legales

aplicables.”

“ARTÍCULO 131.- El titular del Poder Ejecutivo y los

Ayuntamientos del Estado, en sus respectivos ámbitos de

competencias, reglamentarán las condiciones del servicio de los Miembros, consistentes en:

… VI.- Servicio carrera policial: Sistema de carácter obligatorio y

permanente, conforme al cual se establecen los lineamientos que

definen los procedimientos de reclutamiento, certificación, selección, ingreso, formación, permanencia, antigüedad,

evaluación, promoción, y reconocimiento; así como la separación, remoción o baja del servicio de los Miembros de las Instituciones

Policiales; y

…”

“ARTÍCULO 151.- Los Miembros serán separados definitivamente

cuando dejen de reunir alguno de los requisitos de permanencia o

incurra en cualquiera de las hipótesis contenidas en la fracción I del Artículo 180 de la Ley, o suspendidos temporalmente o removidos del cargo cuando incurran en responsabilidad

administrativa grave.”

“ARTÍCULO 180.- La conclusión del servicio de un Miembro es la

terminación de su nombramiento o la cesación de sus efectos

legales por las siguientes causas: I. Separación, por incumplimiento a cualquiera de los requisitos

de permanencia, o cuando en los procesos de promoción concurran

las siguientes circunstancias: a) Si hubiere sido convocado a tres procesos consecutivos de

promoción sin que haya participado en los mismos, o que habiendo participado en dichos procesos, no hubiese obtenido el grado inmediato superior que le correspondería por causas imputables a

él; b) Que haya alcanzado la edad máxima correspondiente a su

jerarquía, de acuerdo con lo establecido en las disposiciones

aplicables.”

“ARTÍCULO 181.- En ningún caso procederá la reincorporación,

restitución o reinstalación en el servicio del Miembro, cualquiera

que sea el resultado del juicio o medio de defensa que hubiera promovido.

El Miembro que llegare a obtener resolución favorable en contra de la separación definitiva por falta de requisitos de permanencia

y demás casos previstos en esta ley o remoción por responsabil idad administrativa grave, solo recibirá el pago de la

indemnización y de las condiciones del servicio que de manera proporcional le correspondan; sin que sea procedente el pago de percepción, retribución o remuneración a lguna, que hubiere dejado

de percibir por motivo de la separación definitiva o remoción del cargo.

La indemnización consiste en la cantidad equivalente a tres meses de la remuneración que gozaba hasta antes de su

separación definitiva o remoción del cargo .”

El artículo 181 de la Ley de Seguridad Pública del

Estado, tiene su fundamento en el artículo 123, apartado B,

fracción XIII, que establece:

“Los agentes del Ministerio Público, los peritos y los miembros

de las instituciones policiales de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, podrán ser separados de sus cargos

si no cumplen con los requisitos que las leyes vigentes en el momento del acto señalen para permanecer en dichas instituciones, o removidos por incurrir en responsabil idad en el

desempeño de sus funciones. Si la autoridad jurisdiccional resolviere que la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra

forma de terminación del servicio fue injustificada, el Estado sólo estará obligado a pagar la indemnización y demás prestaciones a que tenga derecho, sin que en ningún caso proceda su

reincorporación al servicio, cualquiera que sea el resultado del

juicio o medio de defensa que se hubiere promovido .”

Ahora bien, el citado numeral 181 de la Ley de

Seguridad Pública del Estado, en concordancia con el 123 de

la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,

apartado B, fracción XIII, segundo párrafo, no impide la

reincorporación de los miembros de las instituciones

policiales, sino la ejecución forzosa de ésta.

En efecto, asiste la razón al inconforme, pues si bien

de conformidad con el artículo 123, apartado B, fracción XIII,

de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,

este Tribunal no puede condenar a la reinstalación de la

parte actora en el cargo; ello no impide que la autoridad

pondere y decida sobre lo que más convenga al Estado, entre

reinstalar o indemnizar, en sustitución, al elemento.

Lo anterior se sostiene en razón de que, de la

literalidad del precepto constitucional reformado, se aprecia

que no proscribe la posibilidad de que los elementos que

obtengan un fallo jurisdiccional favorable sean reinstalados

por la autoridad, ni determina que sólo proceda el pago de la

indemnización y demás prestaciones a que tenga derecho; lo

que la reforma prohíbe es que, en mérito de un fallo

jurisdiccional, se obligue al Estado a reinstalar al elemento,

cualquiera sea por vicios de forma o de procedimiento, lo que

se deduce de la exposición de motivos de la reforma del

texto constitucional en cita, y de todo lo anterior se llega al

convencimiento de que el Constituyente Permanente, en uso

de sus facultades amplísimas, otorgó a las autoridades

estatales la prerrogativa de apreciar si es conveniente

reinstalar o indemnizar al elemento removido ilega lmente,

con lo cual se protege el equilibrio que debe existir entre la

carrera policial y los mecanismos eficientes de depuración

que buscaba la reforma.

En efecto, el 123 de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos, apartado B, fracción XIII,

segundo párrafo, no impide la reincorporación de los

miembros de las instituciones policiales, sino la ejecución

forzosa de ésta.

El precepto constitucional de referencia contiene una

norma dirigida a los órganos jurisdiccionales que veda la

posibilidad de condenar a la reinstalación aun cuando se

obtuviere sentencia favorable.

Se sostiene lo anterior en razón de que dicho

precepto regula de manera concreta el supuesto relativo a las

consecuencias de las resoluciones dictadas por las

autoridades judiciales competentes para la resolución de los

conflictos jurisdiccionales entre los miembros de las

instituciones policiales y la administración pública, por lo

tanto, se trata de una norma especial que tiene como

destinatarios los órganos jurisdiccionales competentes.

En ese sentido, queda bajo potestad discrecional de la

autoridad administrativa la procedencia de la reincorporación

en el servicio, pues no existe un mandato de prohibición en

ese sentido, sino únicamente para los órganos

jurisdiccionales al dictar sus fallos.

Como antecedente histórico, sirve citar la reforma

constitucional de dieciocho de junio de dos mil ocho. Con el

propósito de depurar las corporaciones policiales, se reformó,

entre otros, el artículo 123, apartado B, fracción XIII de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,

disponiendo lo siguiente:

“…si la autoridad jurisdiccional resolviere que la separación,

remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación del

servicio fue injustificada, el Estado sólo estará obligado a pagar l a indemnización y demás prestaciones a que tenga derecho, sin que

en ningún caso proceda su reincorporación al servicio, cualquiera que sea el resultado del juicio o medio de defensa que se hubiere

promovido.”

La Suprema Corte de Justicia de la Nación interpretó

la reforma constitucional en comento en la tesis

jurisprudencial cuyo rubro reza:

“SEGURIDAD PÚBLICA. LA PROHIBICIÓN DE REINSTALAR EN SU CARGO A LOS

MIEMBROS DE LAS INSTITUCIONES POLICIALES, PREVISTA POR EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008, ES APLICABLE EN TODOS LOS CASOS, INDEPENDIENTEMENTE DE LA RAZÓN QUE MOTIVO EL

CESE.”

La considerativa fundamental de esta tesis, plasmada

en su texto, estriba en lo siguiente:

“Del citado precepto constitucional se advierte que los miembros

de las instituciones policiales podrán ser separados de sus cargos

si no cumplen con los requisitos de permanencia o si incu rren en responsabil idad, con la expresa previsión de que si la autoridad

resolviere que la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación del servicio fue injustificada, el Estado sólo está obligado a pagar la indemnización y demás prestaciones a que

tengan derecho sin que en ningún caso proceda su reincorporación al servicio, cualquiera que sea el resultado del juicio o medio de

defensa que se hubiere promovido. De lo anterior se sigue que a partir de la aludida reforma la prohibición de reincorporación es absoluta, lo que se corrobora con el análisis del proceso relativo

del que deriva que el Constituyente Permanente privilegió el interés general por el combate a la corrupción y la seguridad por

encima de la afectación que pudiere sufrir el agraviado la que, en su caso, se compensaría con el pago de la indemnización

respectiva, por lo que independientemente de la razón del cese tiene preferencia la decisión del Constituyente de impedir que los miembros de las corporaciones policiacas que hubiesen causado

baja se reincorporen al servicio.”

En esta contradicción de tesis, la Suprema Corte de

Justicia de la Nación dilucidó el problema jurídico siguiente:

si la prohibición, establecida en el artículo 123, apartado B,

fracción XIII de la Constitución General, consistente en

reinstalar en su cargo a los miembros de las corporaciones

policiales que hayan sido cesados es aplicable en todos los

casos (con independencia de la razón que hubiese motivado

el cese) o únicamente cuando tal cese se deba a que se

incurrió en responsabilidad administrativa o se incumplieron

los requisitos de permanencia establecidos en las leyes

correspondientes. Así expresamente lo establece el

considerando Sexto de la Contradicción de Tesis.

1. ALCANCE DE LA JURISPRUDENCIA. Para fijar el

alcance de esta tesis de jurisprudencia nos apoyaremos en

las Reglas para la elaboración, envío y publicación de las

tesis que emiten los órganos del Poder Judicial de la

Federación, y para la verificación de la existencia y

aplicabilidad de la jurisprudencia emitida por la Suprema

Corte, contenidas en el ACUERDO número 5/2003 del

Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

de veinticinco de marzo de dos mil tres, que definen:

“ la tesis de jurisprudencia es la expresión por escrito, en forma

abstracta, de un criterio jurídico establecido al resolver un caso concreto. En consecuencia, la tesis no es un extracto, una síntesis

o un resumen de la resolución.”

Las tesis de jurisprudencia se componen de rubro,

texto y precedente. El rubro es el enunciado gramatical que

identifica al criterio interpretativo plasmado en la tesis.

En la elaboración del texto de la tesis se deben

observar las siguientes reglas:

1. Deberá derivarse en su integridad de la parte

considerativa fundamental de la resolución correspondiente y

no contener aspectos que, aun cuando se hayan tenido en

cuenta en la discusión del asunto, no formen parte de

aquella.

Se entenderá por parte considerativa fundamental la

concerniente al planteamiento del problema o problemas

tratados y las razones de su solución.

En este contexto, atendiendo al rubro y al texto de la

tesis del Máximo Tribunal, existe una prohibición para

reinstalar en su cargo a los miembros de las corporaciones

policiales sólo por lo que respecta a las razones que

motivaron el cese. La expresión, en el texto de la tesis, de

que la prohibición de reincorporación es absoluta alude

únicamente a los motivos del cese, en virtud de que

exclusivamente sobre ese aspecto versó la contradicción.

Por lo que respecta a la viabilidad de la reinstalación,

cuando la autoridad así lo prefiera, el Alto Tribunal no se ha

pronunciado. Aparentemente existe una prohibición absoluta

para reinstalar a los miembros de las instituciones policiales

que injustificadamente hayan sido separados del cargo. Sin

embargo, al interpretar un precepto constitucional debemos

seguir los lineamientos establecidos por el propio Tribunal

Supremo:

“Se debe partir de la premisa de que cada uno de los preceptos

contenidos en la norma fundamental forma parte del sistema constitucional, al interpretarlos debe partirse por reconocer, que

el sentido que se le atribuya debe ser congruente con las diversas disposiciones constitucionales que integran ese sistema, lo que se

justifica por el hecho de que todos ellos se erigen en el parámetro de validez al tenor del cual se desarrolla el orden jurídico nacional, por lo que de aceptar interpretaciones constitucionales

que pudieren dar lugar a contradecir frontalmente lo establecido en otras normas de la propia Constitución, se estaría atribuyendo

a la voluntad soberana la intención de provocar grave incertidumbre entre los gobernados al regirse por una Norma Fundamental que es fuente de contradicciones; sin dejar de

reconocer que en esta pueden establecer excepciones, las cuales deben preverse expresamente y no derivar de una interpretación

que desatienda los fines del Constituyente.”

Es decir, las normas, por formar parte de un sistema,

no deben interpretarse de manera aislada sino en su

conjunto. El máximo Tribunal nacional ha establecido los

pasos para determinar si una medida legislativa justifica la

restricción de un derecho constitucional. Esta metodología,

sirve también para determinar el alcance de la interpretación

de un precepto constitucional que pudiere afectar los bienes

o intereses constitucionales contenidos en el mismo o en

otros preceptos de la misma norma fundamental. En otras

palabras, que la actividad interpretativa se efectúe

atendiendo a todo el sistema constitucional.

“Para analizar la justificación de una restricción a un derecho

constitucional esta Sala ha determinado que la medida legislativa

debe superar tres pasos: 1) debe ser admisible constitucionalmente, esto es, debe introducirse para la consecución de un objetivo contemplado en la Constitución, 2)

debe ser una medida idónea, lo que implica que la restricción debe ser necesaria para la consecución del fin inicialmente propuesto y

3) deber ser proporcional respecto a la afectación que hace en

otros bienes o intereses constitucionales.”

Estos pasos se conocen en la doctrina como Principio

de Proporcionalidad. Conforme a este principio, cuando se

restrinja un derecho constitucional deben tomarse en cuenta

los demás derechos constitucionales y, hoy en día, incluso

los convencionales.

En este orden de ideas, el enunciado sin que en

ningún caso proceda su reincorporación al servicio,

cualquiera que sea el resultado del juicio o medio de defensa

que se hubiere promovido, contenido en la reforma

constitucional de dos mil ocho, debe analizarse a la luz de los

tres pasos establecidos por la SCJN para determinar su

alcance.

1. Admisibilidad constitucional.- Resulta obvio que es

admisible constitucionalmente pues fue incorporada al propio

texto constitucional.

2. Idoneidad.- Según la propia SCJN, no basta con

que la restricción sea útil para la obtención de los objetivos

constitucionales, sino que debe ser idónea para su

realización, lo que significa que el fin buscado no se pueda

alcanzar razonablemente por otros medios menos restrictivos

de los derechos fundamentales.

La medida de no reinstalar a los malos elementos

policiales, aun cuando obtuviesen resolución favorable, fue

tomada por el Constituyente para depurar las instituciones

policiales y combatir la corrupción. Fue un reconocimiento

implícito de que por el cauce normal de la reparación del

derecho afectado, como lo es la reinstalación, no fue posible

depurar las corporaciones.

Al respecto, de manera explícita, el Constituyente

permanente expuso que la anterior reforma sobre la materia,

la de 8 de marzo de mil novecientos noventa y nueve, fue

interpretada judicialmente en sentido de que la reinstalación

era viable cuando el interesado tuviera resolución favorable,

aun y cuando fuera para efectos.

“Como consecuencia, los agentes policiales que por tecnicismos

probatorios o criterios en extremo protectores, han obtenido sentencias favorables en contra de su remoción, han logrado su reinstalación en las instituciones de seguridad pública, no obstante

que existen claros indicios que demuestran su deficiente desempeño como servidores públicos o, incluso, la ruptura del

orden legal.”

Por el contrario, si el enunciado se interpreta en el

sentido de que no existe el derecho para el particular a la

reinstalación (aun obteniendo un fallo favorable), pero sí la

facultad libre de la autoridad para reinstalar a quienes hayan

obtenido un fallo favorable y no sean considerados malos

elementos, se satisface el sub-principio de idoneidad.

Es necesario precisar que la expresión “elementos que

abusen de su posición y, corrompan las instituciones,”

utilizado en los trabajos preparatorios de la reforma, lo

emplea el Constituyente permanente en sentido subjetivo ya

que, si pueden ser considerados así por la autoridad,

independientemente de que eso no se demuestre en un juicio

o medio de defensa, no se trata de elementos que abusen de

su posición y, corrompan las instituciones en sentido

objetivo. Por tanto, si es el criterio u opinión de las

autoridades lo que identificará a los “elementos que abusen

de su posición y, corrompan las instituciones,” dichas

autoridades deben ejercer la facultad de decidir si reinstalan

o no a quienes obtengan fallos favorables. Esta

interpretación constituye una medida menos restrictiva y

logra el mismo propósito.

Esta interpretación es idónea pues permite la

reinstalación de los elementos que, habiendo obtenido un

fallo favorable, sean además considerados aptos para la

función por parte de las autoridades administrativas; y, a la

vez, permite la depuración de las instituciones policiales

como mecanismo de combate a la corrupción.

Ahora bien, interpretar la reforma de dos mil ocho

sobre la materia, específicamente el enunciado: “sin que en

ningún caso proceda su reincorporación al servicio, cualquiera que sea

el resultado del juicio o medio de defensa,” en el sentido de que la

prohibición de reinstalar es absoluta, faltaría al principio de

idoneidad ya que los buenos elementos que logren un fallo

favorable tampoco serían reinstalados. Esto sería un ataque a

la carrera policial y debilitaría a las corporaciones en vez de

fortalecerlas.

3. Proporcionalidad en sentido estricto.- Que una

medida sea proporcional estriba en que exista una

correspondencia entre la importancia del fin buscado y la

afectación a otros bienes o intereses constitucionales. El

Máximo tribunal ha sostenido: “La persecución de un objetivo

constitucional no puede hacerse a costa de una afectación innecesaria

o desmedida a otros bienes y derechos constitucionalmente

protegidos.”

El bien o interés directamente afectado con la medida

de la no reinstalación es la carrera policial prevista por el

artículo 21 constitucional.

Desde la reforma de mil novecientos noventa y cuatro

a este numeral se establece, en la iniciativa correspondiente,

que la carrera policial pretende “que los mexicanos

encuentren en ella un proyecto digno de vida profesional.”

Adicionalmente, en dos mil ocho, mediante la reforma

más reciente practicada al mismo artículo 21 constitucional,

en lo relativo al Sistema Nacional de Seguridad Pública se

establece:

“asimismo, la iniciativa propone elevar la capacidad de

investigación de las policías, así como fortalecer sus tareas en materia de prevención del delito, a través del establecimiento de

un Sistema Nacional de Seguridad Pública que regulará el ingreso, selección, permanencia, profesionalización, promoción, remoción, separación, sanción y reconocimiento a sus miembros. Ya que

considera que imperativo para el Estado mexicano proteger a sus policías de la corrupción y conceder a sus integrantes un proyecto

de vida, y dignificar así su papel ante la sociedad.”

Aunque la carrera policial protege en un primer plano

a los elementos de las instituciones policiales está creada en

beneficio de la sociedad. Tiene el propósito de proteger de la

corrupción a sus integrantes y promover su

profesionalización y capacidades en aras de mayor seguridad

pública. Por ende, la separación injustificada de estos

servidores públicos y la imposibilidad de reinstalarles no sólo

les afecta a ellos sino que constituye un daño para la

sociedad.

Sostener que en ningún caso y bajo ninguna

circunstancia se reinstalará a los elementos de las

instituciones policiales, que habiendo sido cesados obtengan

fallos resolviendo que el cese fue injustificado, no satisface

el principio proporcionalidad que toda restricción a un

derecho debe cumplir porque constituye una afectación

innecesaria y desmedida contra la carrera policial.

Además, por lo que respecta a la indemnización y

demás prestaciones a que tenga derecho, reguladas en el

multicitado artículo 123, apartado B, fracción XIII de la

Constitución, conforme ha sentenciado la SCJN, deberán

resarcirse tanto el daño originado por la prohibición de seguir

prestando los servicios en la inst itución, como los perjuicios

que se traducen en el impedimento de obtener la

contraprestación a que tendría derecho si no hubiese sido

separado.

En consecuencia, con una interpretación que

absolutamente impida reinstalar se afectará gravemente al

erario ya que las indemnizaciones que se paguen serán

exorbitantes en relación con las prestaciones que se cubrirían

con la interpretación de que el facultativo para la autoridad

administrativa reinstalar. Es decir una prohibición absoluta

para reinstalar constituye una afectación innecesaria y

desmedida contra el presupuesto público.

Por último, para reforzar que es viable la

interpretación propuesta, cabe reflexionar sobre el uso del

lenguaje del Constituyente permanente. Por ejemplo, en el

artículo 19 utiliza la expresión ninguna para referirse a que

las detenciones ante autoridad judicial no podrán exceder del

plazo de 72 horas. Sin embargo, ese plazo fijado no es

contrario a que en ocasiones sí puede exceder, cuando lo

solicite el indiciado.

De la misma manera cuando en relación con los

elementos de las instituciones policiales establece que “sin

que en ningún caso proceda su reincorporación al servicio…”

no significa que nunca –inexorablemente- podrá reinstalarse,

porque habrá casos en que la autoridad decida

discrecionalmente y bajo sus propias facultades de

contratación la reincorporación. La norma niega al particular

el derecho a exigir la reinstalación u obtenerla por la vía

judicial mediante su exigibilidad, pero no veda a la autoridad

la facultad de elegir a los miembros de su corporación, pues

el destinatario de la prohibición constitucional son los

tribunales y no las autoridades administrativas.

De lo cual se concluye que, en la especie, al haberse

acreditado que la autoridad demandada violó en per juicio de

la parte actora la garantía de audiencia, por no haber

notificado conforme a derecho, el acuerdo de inicio del

procedimiento administrativo ********** instaurado en su

contra, de conformidad con el artículo 84 de la Ley que rige a

este Tribunal, la Sala debió ordenar la reposición del mismo,

a fin de salvaguardar su derecho a ser oído, a aportar

pruebas, y a que la autoridad decida si lo reincorpora o no en

el cargo, en el supuesto de que logre acreditar que no

incumple con los requisitos de permanencia contemplados en

el inciso B), fracciones I y II, del artículo 117, de la Ley de

Seguridad Pública del Estado.

Por tanto, procede modificar la sentencia recurrida a

efecto de condenar a la autoridad, a que reponga el

procedimiento **********, y en caso de que resuelva no

reinstalar al actor en el cargo, le cubra la indemnización

legal que corresponda, así como las percepciones económicas

que dejó de percibir con motivo de la remoción ilegal, la que,

se analizará en el siguiente considerando, deberá computarse

desde que fue suspendido preventivamente en el cargo hasta

que se realice el pago correspondiente, entregándole un

desglose pormenorizado de las cantidades pagadas y

descuentos legales efectuados.

Cabe precisar, que si bien de conformidad con el

artículo 184, segundo párrafo, de la ley de Seguridad

Pública, prescribe en dos años la facultad de la Comisión,

para dictar la resolución definitiva y notificarla al afectado,

contados a partir de la notificación del acuerdo de inicio del

procedimiento correspondiente; en la especie, al haberse

declarado la nulidad de la referida notificación del acuerdo de

inicio, el término de prescripción no ha iniciado. Para mayor

claridad se transcriben los numerales 183, 184 y 185 de la

Ley en cita.

“ARTÍCULO 183.- Prescribirá en un año la facultad para la

aplicación de correcciones disciplinarias, contado a partir de que

por cualquier medio se tenga conocimiento de que el Miembro

incumplió alguna de sus obligaciones en los términos de esta Ley.”

“ARTÍCULO 184.- Prescribe en un año la facultad de la Contraloría

Interna para solic itar a la Comisión el inicio del procedimiento respectivo, contado a partir del día en que por cualquier medio se tenga conocimiento de hechos que hagan presumir que algún

Miembro ha dejado de cumplir con alguno de los requisitos de permanencia previstos en esta Ley y demás casos contemplados en

la misma o que pudiese haber incurrido en responsabilidad administrativa grave.

Prescribe en dos años la facultad de la Comisión, para dictar la

resolución definitiva y notificarla al afectado contados a partir de la notificación del acuerdo de inicio del procedimiento

correspondiente.”

“ARTÍCULO 185.- La prescripción a que alude el segundo párrafo

del artículo anterior se interrumpirá en los siguientes casos:

I. Con la celebración de la audiencia administrativa, y

II. Con la interposición de algún juicio o medio de defensa en contra de la resolución que se hubiese emitido dentro del

Procedimiento.”

Sin perjuicio de lo anterior, cabe mencionar, que la

Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

al resolver la contradicción de tesis 253/2012, en la que si

bien, la cuestión relativa a la procedencia de la reposición de

procedimiento cuando se haya violado la garantía de

audiencia en perjuicio de un integrante de los cuerpos de

seguridad pública, no fue materia de la contradicción, si hizo

alusión al respecto, al indicar que a fin de subsanar la

violación formal cometida, debe ordenarse que se reponga el

procedimiento, ejecutoria de la que derivó la jurisprudencia

2ª./J.103/2012 antes transcrita, y en la que, entre otras

cuestiones, se estableció lo siguiente.

“Ahora, conforme a lo dispuesto en el artículo 80 de la Ley de

Amparo, la sentencia que conceda la protección constitucional

tendrá por efecto restituir al agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, restableciendo las cosas al estado que

guardaban antes de la violación, cuando el acto reclamado sea de carácter positivo y cuando sea de carácter negativo, el efecto será obligar a la responsable a que obre en el sentido de respetar la

garantía de que se trata y a cumplir, por su parte, lo que la misma

garantía exija.”

Sin embargo, dado que conforme a lo que ha

determinado esta Segunda Sala, cuando la autoridad

jurisdiccional resuelve que es injustificado el acto o

resolución que determinó la separación, remoción, baja o

cese de los miembros de los agentes del Ministerio Público,

los peritos y los miembros de las instituciones policiales de la

Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios,

sea por vicios de procedimiento que propicien su reposición o

por una decisión de fondo, existe la imposibilidad

constitucional de reincorporar a éstos en sus funciones; es

dable considerar que la sentencia que concede el amparo a

esos servidores públicos contra el acto que se traduce en la

terminación de la relación administrativa existente entre

ellos y el Estado, por violación al derecho de audiencia

contenido en el artículo 14 de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos, no puede, en términos de lo

dispuesto en el artículo 80 de la Ley de Amparo, ordenar el

restablecimiento de las cosas al exacto estado en que se

encontraban hasta antes de la separación, cese, remoción o

baja declarada injustificada por el juzgador federal.

Entonces, para compensar el hecho de que los

miembros de las instituciones policiales cesados no pueden

ser reinstalados o reincorporados al servicio público, por

determinación del artículo 123, apartado B, fracción XIII, de

la Constitución Federal, la sentencia de amparo debe

reconocer expresamente la obligación del Estado de resarcir

a los quejosos tanto de los daños originados por la

prohibición de seguir prestando sus servicios en la institución

correspondiente, como de los perjuicios, esto es, obligar a la

autoridad responsable a otorgarles la indemnización y

pagarles las demás prestaciones a que aquéllos tengan

derecho.

Así pues, la indemnización prevista en la norma

constitucional que se analiza tiene por finalidad cubrir el

daño provocado por el acto del Estado declarado

injustificado; en tanto que, la obligación de pagar "las demás

prestaciones a que tenga derecho" el servidor público, como

supuesto normativo, busca satisfacer los perjuicios

ocasionados por ese acto, y que se encuentra cargado del

mismo sentido jurídico previsto por el Poder Reformador,

compensar o reparar las consecuencias de ese acto del

Estado.

Esto es, los efectos de la sentencia que concede el

amparo y protección de la Justicia Federal contra la

separación, cese, remoción o baja de los miembros de las

instituciones policiales, por cuestiones formales como es la

violación al derecho de audiencia no deben consistir única y

exclusivamente en ordenar a la autoridad responsable a que

subsane la violación procesal cometida y dejar sin efectos los

actos que hayan derivado del declarado inconstitucional, sino

también, en términos de lo dispuesto en el artículo 123,

apartado B, fracción XIII, párrafo tercero, de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos, constreñir a la

autoridad responsable resarza de manera integral el derecho

del que se vio privado el servidor público, mediante el pago

de la indemnización respectiva y de las prestaciones a que

tenga derecho, ya que sólo de esa manera se compensa el

que no sea posible la reinstalación.

Lo anterior, pues si bien es verdad que cuando se

concede el amparo por cuestiones formales, no se hace una

calificativa de fondo sobre la separación, cese, remoción o

baja de los miembros de las instituciones policiales, también

lo es que la concesión en esos términos implica que la

terminación del vínculo administrativo correspondiente se

considere injustificada, dado que la validez de una resolución

supone el cumplimiento de las formalidades procesales

respectivas.

En el entendido de que debe ordenarse que la

indemnización y pago de las demás prestaciones se haga

conforme a las tesis números 2a. LX/2011 y 2a. LXIX/2011, y

la jurisprudencia número 2a./J. 18/2012 (10a.), todas de

esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, de rubros: "SEGURIDAD PÚBLICA. INTERPRETACIÓN DEL ENUNCIADO

'Y DEMÁS PRESTACIONES A QUE TENGA DERECHO', CONTENIDO EN EL ARTÍCULO

123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA CONSTITUCIÓN

POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, VIGENTE A PARTIR DE LA

REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE

2008."; "SEGURIDAD PÚBLICA. MONTO DE LA INDEMNIZACIÓN PREVISTA EN EL

ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, VIGENTE A PARTIR

DE LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE

JUNIO DE 2008." y "SEGURIDAD PÚBLICA. PROCEDE OTORGAR AL MIEMBRO DE

ALGUNA INSTITUCIÓN POLICIAL, LAS CANTIDADES QUE POR CONCEPTO DE

VACACIONES, PRIMA VACACIONAL Y AGUINALDO PUDO PERCIBIR DESDE EL

MOMENTO EN QUE SE CONCRETÓ SU SEPARACIÓN, CESE, REMOCIÓN O BAJA

INJUSTIFICADA Y HASTA AQUEL EN QUE SE REALICE EL PAGO DE LAS DEMÁS

PRESTACIONES A QUE TENGA DERECHO, SIEMPRE QUE HAYA UNA CONDENA POR

TALES CONCEPTOS."

De tal transcripción se concluye, que de conformidad

con la referida ejecutoria y con la jurisprudencia transcrita,

ante la violación a la garantía de audiencia cometida en un

procedimiento administrativo del que derive la separación,

remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación

del servicio de los miembros de las instituciones policiales de

la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los

Municipios; la sentencia que se dicte en el juicio promovido

con motivo de dicha resolución, debe ordenar a la autoridad

demandada que subsane la violación formal cometida,

además de resarcir integralmente el derecho del que se vio

privado el afectado, mediante el pago de la indemnización

respectiva y demás prestaciones a que tenga derecho, lo cual

en la especie implica ordenar la reposición del procedimiento.

En el segundo agravio expresa, que la sentencia

recurrida viola los derechos humanos de igualdad, no

discriminación, y de dignidad humana, consagrados en los

artículos 1 constitucional, 1 y 2 de la Declaración Universal

de los Derechos Humanos, 2 y 3 del Pacto Internacional de

Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 2, 3, 14.1 y 26

del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1 y 24

de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto

de San José Costa Rica), pues al parecer, por ser agente

policial no puede recibir justicia, ni encuadra en el concepto

de persona, que refieren los citados dispositivos, ya que no

obstante que se reconoce la ilegalidad de la actuación de la

demandada, no le aplica la justicia como le aplicaría a

cualquier otra persona, lo cual implica que se le discrimina y

se le da un trato desigual, al no considerarlo merecedor de

recibir justicia verdadera y completa, capaz de restituirle los

derechos que le fueron violados.

Afirma que al haberse reconocido que fue privado de

su garantía de audiencia, procedía condenar a la demandada

a que repusiera el procedimiento, citándolo a la aud iencia

respectiva, para estar en aptitud de ser oído y aportar

pruebas, a fin de desvirtuar las imputaciones que le fueron

hechas y obtener resolución favorable.

Cuestiones que han quedado resueltas en párrafos

que anteceden, al determinarse que procede ordenar a la

autoridad que subsane la violación cometida, por lo que

deberá reponer el procedimiento, y que, como lo alega el

inconforme, al emitir una nueva resolución en el mismo,

estará en aptitud de decidir si opta por reinstalar al

inconforme, o por indemnizarlo, en el supuesto de que no se

acredite la pérdida de requisitos de permanencia que se le

atribuyó.

Respecto a su alegato, en el sentido de que no solo

se le discrimina por ser agente policial y se le da un trato

desigual, sino que además se ataca su dignidad humana, ya

que como consecuencia de que no se le aplique justicia como

a cualquier otra persona, no podrá volver a ejercer ningún

cargo relacionado con el de policía, al haber sido removido,

por así disponerlo el numeral 117, Apartado A, fracción XVI,

de la Ley de Seguridad Pública del Estado, por lo que será

señalado por la sociedad, afectándose con ello su moral y la

de su familia; cabe señalar que al existir la posibilidad de

que en la nueva determinación que dicte la demandada una

vez que haya repuesto el procedimiento, resuelva que no se

acreditó que haya perdido los requisitos de permanencia que

le fueron imputados, también es factible que decida

reinstalarlo en el cargo, motivo por el cual al modificarse el

sentido de la condena decretada, no se actualiza hasta este

momento, una imposibilidad de ejercer algún cargo, ni la

afectación a su moral o a la de su familia, pues tal afectación

surgiría, solo en caso de que, de nueva cuenta, se decrete su

remoción. Para una mejor comprensión del asunto, se

transcribe el artículo 117, Apartado A, fracción XVI, de la Ley

de Seguridad Pública del Estado de Baja california.

“ARTÍCULO 117.- Son requisitos de ingreso y permanencia en las

Instituciones Policiales, los siguientes:

A. De Ingreso:

[…]

XVI. No haber sido inhabilitado, separado o removido del cargo de

la misma u otra institución policial;”

En el tercer agravio, dice que se viola el derecho

fundamental contemplado en el artículo 5 párrafo primero,

constitucional, así como los numerales 24 de la Declaración

Universal de los Derechos Humanos, 11 de la Declaración

sobre el Derecho y el Deber de los Individuos, los Grupos y

las Instituciones de Promover y Proteger los Derechos

Humanos y las Libertades Fundamentales Universalmente

Reconocidos, 6.1 del Pacto Internacional de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales, artículo XIV de la

Declaración Americana de Derechos y deberes del Hombre, al

coartarse su derecho a elegir y ejercer la profesión de

miembro policial.

Manifiesta que el A QUO debió velar por una

verdadera impartición de justicia, observar lo dispuesto en el

artículo 5 constitucional, y otorgarle la posibilidad de seguir

desempeñando el cargo de Agente de la Policía Ministerial,

pues ese es su deseo y vocación, que al no ser un trabajo

ilícito, no debe prohibirse tal derecho; que con el libre

ejercicio de su profesión no se causa ningún perjuicio a

terceros ni a la sociedad, ya que por el contrario, el fin

buscado es proteger a la sociedad y ejercer de manera eficaz

su trabajo.

Cuestión que ha quedado resuelta, pues al declarar

procedente la modificación de la condena, para efecto de que

la autoridad reponga el procedimiento, queda tutelado su

derecho contemplado en el artículo 5 constitucional, y en la

normatividad internacional que invoca, por los fundamentos y

motivos antes precisados, los cuales se tienen aquí por

reproducidos a fin de evitar repeticiones innecesarias.

En el cuarto agravio, expresa que la sentencia

impugnada viola su derecho de acceso a la justicia completa

e imparcial, previsto en los artículos 17 constitucional, 8 de

la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y 25 de la

Convención Americana sobre Derechos Humanos, as í como el

derecho a una verdadera reparación del daño, como lo

estableen los numerales 9.5 de la Declaración sobre el

Derecho y el Deber de los Individuos, los Grupos y las

Instituciones de Promover y Proteger los Derechos Humanos

y las Libertades Fundamentales Universalmente Reconocidos,

y 9.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos;

toda vez que no se administra la justicia buscada.

Que no obstante que se reconoce la violación alegada,

no se le imparte justicia efectiva y verdadera, al no reparar

su derecho, que la reposición del procedimiento es una

consecuencia de la violación a la garantía de audiencia; que

se le impartió una justicia medias, que resulta ilusoria; que

de ordenarse la reposición del procedimiento, no se

contravendría lo dispuesto en el artículo 123 Apartado B,

fracción XIII, constitucional, ya que únicamente se le estaría

restituyendo su derecho a ser oído, no a ser reinstalado.

Argumentos que encuentran respuesta en los

fundamentos y motivos expuestos en párrafos que

anteceden, los cuales se tienen aquí por reproducidos.

En el quinto agravio, sostiene que el fallo que se

revisa viola el artículo 82, fracción I, de la ley del Tribunal

de lo Contencioso Administrativo del Estado, en relación con

el 17 constitucional, el cual consigna el principio de

congruencia, y el de justicia completa, por no aplicar al

momento de fijar los efectos y alcances del referido fallo, los

artículos 113, fracción V, 116, 117, Apartado B, fracciones

del I al XXII, 131, fracción VI, 151 y 180, fracción I, de la

Ley de Seguridad Pública del Estado; al no atender la

prerrogativa de permanencia en el cargo, para el caso de que

el miembro policial no incumpla con los requisitos para

permanecer en la corporación.

Que en la especie no se encuentra acreditado el

incumplimiento de los requisitos de permanencia,

supuestamente infringidos, por lo que se debió condenar a la

reintegración en el cargo, pues solo así se satisfacen los

principios de carrera policial, entre los que se encuentra el

de permanencia, así como el derecho sustantivo de

permanencia en el cargo previsto en el artículo 21

constitucional.

Que el artículo 123 Apartado B, fracción XIII,

constitucional, debe interpretarse en el sentido de que no

procede la reinstalación si se acredita la falta de requisito de

permanencia atribuido, que la interpretación no debe ser

literal ni aislada, pues ello haría nugatorio los principios de

carrera policial, y haría una burla del procedimiento de

remoción; que lo anterior es acorde con el nombramiento de

agente policial, que constituye un acto condición, del que se

sigue que debe continuar en el desempeño del cargo, siempre

que satisfaga los requisitos de permanencia previstos en la

Ley de Seguridad Pública del Estado.

Para apoyar su afirmación, cita la tesis LXXVI/2010

de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, visible en la página 408, Tomo XXXI, del Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes

de abril de dos mil diez, Novena Época, de rubro “ EMPLEADOS

PÚBLICOS. DIFERENCIAS ENTRE REQUISITOS DE INGRESO Y PERMANENCIA EN

CARGOS PÚBLICOS CUYOS NOMBRAMIENTOS SE EXPIDEN COMO ACTOS CONDICIÓN,

Y SU RELACIÓN CON EL PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY”.

El inconforme solicita se realice una interpretación

aplicando el principio pro homine, conforme al artículo 1

constitucional, en correlación con lo dispuesto en los

numerales 1, 7, 8 y 23 de la Declaración Universal de los

Derechos Humanos, aprobada por la asamblea general de las

Naciones Unidas, 2, 5, 14 y 17, del Pacto Internacional de

Derechos Civiles y Políticos, 1, 5, 8, 11, 24, 25 y 29 de la

Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de

San José Costa Rica).

Dice, que sería “contrario a la garantía de igualdad,

no considerar que el Tribunal de lo Contencioso

Administrativo del Estado no pueda condenar a la

reintegración del cargo del demandante” ya que de

conformidad con el artículo 150 de la Ley de Seguridad

Pública del Estado, la autoridad Comisión de Carrera Policial

y Régimen Disciplinario de los Agentes de la Policía

Ministerial de la Procuraduría general de justicia del Estado,

que resuelve respecto del incumplimiento de los requisitos de

permanencia, sí puede reintegrar al miembro, cuando no se

acredite la falta de estos, por lo que afirma, por mayoría de

razón, puede hacerlo este Órgano Jurisdiccional; que lo

anterior es acorde con los derechos de no discriminación, de

igualdad, derecho al trabajo, a la tutela judicial efectiva y a

ser resarcido, de conformidad con lo dispuesto en las normas

internacionales contenidas en los siguientes ordenamientos.

1. Declaración Universal de los Derechos Humanos,

aprobada por la asamblea general de las Naciones Unidas, el

diez de diciembre de mil novecientos cuarenta y ocho,

(artículos 1, 7, 8 y 23).

2. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,

aprobado por la asamblea general de las Naciones Unidas, el

dieciséis de diciembre de mil novecientos sesenta y seis

(artículos 2, 5, 14 y 17).

3. Convención Americana sobre Derechos Humanos

(Pacto de san José de Costa Rica), de veintidós de noviembre

de mil novecientos sesenta y nueve (artículos 1, 5, 8, 11, 24,

25 y 29).

Por lo que solicita se revoque la sentencia

impugnada, en la parte que precisa los efectos y alcances

condenando a la demandada a reincorporar a la parte actora

en el cargo.

El agravio resulta infundado por lo que hace a la

afirmación de que no se acreditó la falta que se le atribuye y

que por ello debió condenarse a que se le reincorpore en el

cargo; en razón de que, en la sentencia que se revisa, al

declararse la existencia de un vicio formal en la notificación

del acuerdo de inicio, que motivó le ilegalidad, tanto en dicha

diligencia, como de todos los actos subsecuentes del

procedimiento, incluyendo la resolución impugnada, no se

entró al estudio de las cuestiones de fondo planteadas, por

estar impedida la Sala para tal efecto. Es aplicable, en lo

conducente, la jurisprudencia V.2º.J/87 del Segundo Tribunal

Colegiado del Quinto Circuito, de rubro y texto siguientes:

CONCEPTOS DE VIOLACION POR VICIOS DE FORMA DEL ACTO RECLAMADO. SU

PROCEDENCIA EXCLUYE EL EXAMEN DE LOS QUE SE EXPRESAN POR FALTAS DE

FONDO (AUDIENCIA, FUNDAMENTACION Y MOTIVACION DEL ACTO EN CITA) . Cuando se alegan en la demanda de amparo violaciones formales, como lo son las consistentes en que no se respetó la garantía de

audiencia o en la falta de fundamentación y motivación del acto reclamado y tales conceptos de violación resultan fundados, no

deben estudiarse las demás cuestiones de fondo que se propongan, porque las mismas serán objeto ya sea de la audiencia que se deberá otorgar al quejoso o, en su caso, del nuevo acto,

que emita la autoridad; a quien no se le puede impedir que lo dicte, purgando los vicios formales del anterior, aunque tampoco

puede constreñírsele, a reiterarlo.

Por otra parte, es inoperante el argumento de que la

Sala debió condenar a que se le reincorporara en el cargo,

pues si bien es cierto que la autoridad administrativa se

encuentra en aptitud de determinar si decide reinstalar o no

a la parte actora, también es verdad, que la reforma del

artículo 123, apartado B, fracción XIII, de la Constitución,

publicada en el Diario Oficial de la Federación el dieciocho de

junio de dos mil ocho, prohíbe a los órganos jurisdiccionales

condenar a que se realice tal reincorporación en el cargo, en

ese sentido se ha pronunciado la Segunda Sala de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, al interpretar dicha

reforma, en la jurisprudencia por contradicción de tesis

2a./J. 103/2010, publicada en la página 310, Tomo XXXII,

del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,

correspondiente al mes de julio de dos mil diez, de

subsecuente inserción, en la que establece que la prohibición

de reincorporación al servicio al miembro de una institución

policial es absoluta, esto es, sin importar el resultado del

juicio o medio de defensa que se hubiere promovido,

privilegiando con ello el interés general por el combate a la

corrupción y la seguridad por encima de la afectación que

pudiere sufrir el agraviado.

“SEGURIDAD PÚBLICA. LA PROHIBICIÓN DE REINSTALAR EN SU CARGO A LOS

MIEMBROS DE LAS INSTITUCIONES POLICIALES, PREVISTA POR EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIAR IO

OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008, ES APLICABLE EN TODOS LOS CASOS, INDEPENDIENTEMENTE DE LA RAZÓN QUE MOTIVÓ EL

CESE. Del citado precepto constitucional se advierte que los

miembros de las instituciones policiales podrán ser separados de sus cargos si no cumplen con los requisitos de permanencia o si

incurren en responsabil idad, con la expresa previsión de que si la autoridad resolviere que la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación del servicio fue injustifi cada,

el Estado sólo está obligado a pagar la indemnización y demás prestaciones a que tengan derecho, sin que en ningún caso

proceda su reincorporación, cualquiera que sea el resultado del juicio o medio de defensa que se hubiere promovido. De lo anterior se sigue que a partir de la aludida reforma la prohibición

de reincorporación es absoluta, lo que se corrobora con el análisis del proceso relativo del que deriva que el Constituyente

Permanente privilegió el interés general por el combate a la corrupción y la seguridad por encima de la afectación que pudiere sufrir el agraviado la que, en su caso, se compensaría con el pago

de la indemnización respectiva, por lo que independientemente de la razón del cese tiene preferencia la decisión del Constituyente de

impedir que los miembros de las corporaciones policiacas que

hubiesen causado baja se reincorporen al servicio.”

Sin que incida en lo antes resuelto, las disposiciones

contenidas en los artículos 1 y 21 constitucionales, en razón

de que en fecha posterior al decreto publicado el diez de

junio de dos mil once, mediante el cual se adicionaron los

párrafos segundo y tercero del último de los preceptos

citados, en los que se establece, entre otras cuestiones, la

obligación de interpretar los derechos humanos de

conformidad con la Constitución Federal y con los tratados

internacionales de la materia, favoreciendo en todo tiempo a

las personas la protección más amplia, y de promover

respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de

conformidad con los principios de universalidad,

interdependencia, indivisibilidad y progresividad; la Segunda

Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al emitir

la aludida jurisprudencia 2ª./J.103/2012, reiteró su

interpretación del artículo 123, Apartado B, fracción XIII

constitucional, en el sentido de que ante la prohibición que

éste prevé, existe imposibilidad de condenar a la autoridad a

reincorporar en sus funciones a los miembros de las

Instituciones Policiales, y que en aras de compensar esa

imposibilidad, la sentencia en la que se determine la

inconstitucionalidad –en la especie, la ilegalidad- de la

resolución que dio por terminada la relación, debe constreñir

a la autoridad a subsanar la violación formal correspondiente

y resarcir integralmente el derecho del que se vio privado el

agente, mediante el pago de la indemnización respectiva y

las demás prestaciones a las que tenga derecho.

Los citados los artículos 1 y 21 de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la parte

conducente establecen:

ARTÍCULO 1o.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta

Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo

ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán

de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las

personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los

derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibil idad y progresividad. En consecuencia, el

Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.

Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos.

Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las

leyes.

Queda prohibida toda discriminación motivada por origen

étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente

contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

ARTÍCULO 21.- La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función.

[…]

La seguridad pública es una función a cargo de la Federación,

el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, que comprende la prevención de los delitos; la investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas, en

los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones de seguridad

pública se regirá por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución.

Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y profesional. El Ministerio Público y las instituciones

policiales de los tres órdenes de gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los objetivos de la seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que estará sujeto a las

siguientes bases mínimas:

a) La regulación de la selección, ingreso, formación,

permanencia, evaluación, reconocimiento y certificación de los integrantes de las instituciones de seguridad pública. La operación y desarrollo de estas acciones será competencia de la Federación, el

Distrito Federal, los Estados y los municipios en el ámbito de sus respectivas atribuciones.

b) El establecimiento de las bases de datos criminalísticos y de personal para las instituciones de seguridad pública. Ninguna persona podrá ingresar a las instituciones de seguridad pública si no

ha sido debidamente certificado y registrado en el sistema.

c) La formulación de pol íticas públicas tendientes a prevenir

la comisión de delitos.

d) Se determinará la participación de la comunidad que

coadyuvará, entre otros, en los procesos de evaluación de las políticas

de prevención del delito así como de las instituciones de seguridad pública.

e) Los fondos de ayuda federal para la seguridad pública, a nivel nacional serán aportados a las entidades federativas y municipios

para ser destinados exclusivamente a estos fines.”

En el sexto agravio, sostiene que la sentencia

impugnada viola el artículo 82, fracción I, de la Ley que rige

a este Tribunal, en relación con el 123 Apartado B, fracción

XIII, constitucional, que este último no debe interpretarse

como un mandato infranqueable que impida la

reincorporación de un agente policial cuando la autoridad

jurisdiccional resuelva que su separación fue injustificada,

pues no proscribe la reincorporación, ni establece que sólo

proceda la indemnización y demás prestaciones, que lo que

prohíbe s que, en mérito de un fallo jurisdiccional se obligue

al estado a reinstalar al elemento, cualquiera que sea el

resultado del fallo.

Que con la reforma a dicho precepto constitucional,

se otorgó a las autoridades estatales la prerrogativa de

apreciar si es conveniente reinstalar o indemnizar al

elemento removido ilegalmente, con lo que se protege el

equilibrio que debe existir entre la carrera policial y los

mecanismos eficientes de depuración, que por ello, debió

condenarse a la demandada a optar por la reincorporación o

por el pago de la indemnización y de las demás prestaciones;

por lo que solicita que se revoque el fallo recurrido y se deje

a la autoridad la opción de reincorporar al miembro en su

cargo, o realizar el pago de la indemnización en caso de

decidir no reincorporarlo.

Cuestiones que han quedado resueltas en párrafos

anteriores.

En el séptimo motivo de disenso, manifiesta que le

causa agravio la condena decretada para efecto de que la

autoridad pague las percepciones económicas desde la

separación de su cargo, hasta la fecha en que la sentencia se

declare ejecutoriada, sin tomar en cuenta el tiempo que

estuvo privado de su libertad, así como la determinación de

que éste no puede incluirse, porque la imposibilidad de

prestar el servicio se debió al procedimiento penal al que

estuvo sujeto y no a la resolución impugnada en la presente

controversia.

Que el resolutor de origen no apreció en forma

correcta los hechos y las constancias que obran en autos;

que en proveído dictado el veintinueve de julio de dos mil

diez, por el Director de Asuntos Internos y Contraloría de la

Procuraduría General de Justicia, se decretó en su contra, la

suspensión preventiva del cargo, sin goce de sueldo, lo cual

implicó la suspensión provisional de todos sus derechos,

previstos en el artículo 132, fracciones I, IV, V, VI, VII y

VIII, de la Ley de Seguridad Pública del Estado, que se

giraron los oficios correspondientes para los efectos

conducentes, entre ellos, la suspensión temporal del pago.

Que la suspensión fue ratificada en el acuerdo de

inicio de procedimiento de separación definitiva, emitido el

diez de agosto de dos mil once, por la Comisión de Carrera

Policial y Régimen Disciplinario para los Agentes de la Policía

Ministerial de la Procuraduría General de Justicia del Estado,

medida que subsistió hasta la resolución de veintiocho de

septiembre de dos mil once, en la que se determinó separarlo

del cargo.

De lo cual concluye, que la suspensión preventiva del

cargo y sueldo, tiene su origen en la determinación de las

autoridades administrativas, quienes aplicaron los artículos

144 y 146 de la Ley de Seguridad Pública del Estado, y

suspendieron provisionalmente los derechos establecidos en

los artículos 132, fracciones I, IV, V, VI, VII y VIII, y 149, de

la Ley de Seguridad Pública del Estado, entre los que se

encuentran sus percepciones económicas, por lo que estima

que de conformidad con el artículo 150 de la Ley en cita,

debe condenarse al pago de estas, ya que la autoridad

demandada es responsable de la suspensión decretada.

Para apoyar su petición, cita la jurisprudencia

2ª./J.134/2009 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación, publicada en la página 682, Tomo XXX,

del Semanario Judicial de la Federación y su gaceta,

correspondiente al mes de septiembre de dos mil nueve, de

rubro “SERVICIO DE CARRERA DE PROCURACIÓN DE JUSTICIA FEDERAL Y

SERVICIO CIVIL DE CARRERA DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA DEL

DISTRITO FEDERAL. PROCEDE EL PAGO DE LOS EMOLUMENTOS DEJADOS DE

PERCIBIR POR SUS MIEMBROS, CUANDO CESA LA SUSPENSIÓN DEL CARGO POR

HABER ESTADO SUJETOS A UN PROCESO PENAL DERIVADO DE HECHOS

RELACIONADOS CON EL SERVICIO Y RESULTAR ABSUELTOS.”.

Así como las tesis I.17º.A.19 A del Décimo Séptimo

Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer

Circuito, consultable en la página 2779, Tomo XXXI, del

Semanario Judicial de la Federación y su gaceta,

correspondiente al mes de febrero de dos mil diez, de rubro

“AGENTES DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA POLICÍA JUDICIAL Y PERITOS DE LA

PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA DEL DISTRITO FEDERAL. EL PAGO DE

SALARIOS CAÍDOS CONFORME A LOS ARTÍCULOS 46 DE LA LEY ORGÁNICA DE DICHA

PROCURADURÍA Y 50 DE LA LEY DE SEGURIDAD PÚBLICA DE LA MISMA ENTIDAD,

PROCEDE INDEPENDIENTEMENTE DE QUE HAYAN SIDO SUSPENDIDOS POR ESTAR

SUJETOS A UN PROCESO PENAL O A UNA INVEST IGACIÓN ADMINISTRATIVA.”; y

I.4º.A.697 A del Cuarto Tribunal Colegiado en Materia

Administrativa del Primer Circuito, visible en la página 2873,

Tomo XXXI, del Semanario Judicial de la Federación y su

gaceta, correspondiente al mes de febrero de dos mil di ez, de

rubro “MIEMBROS DEL SERVICIO DE CARRERA DE PROCURACIÓN DE JUSTICIA

FEDERAL. AL QUEDAR SIN EFECTOS LA SUSPENSIÓN DE UNO DE ÉSTOS CON MOTIVO

DE UNA SENTENCIA EJECUTORIADA ABSOLUTORIA, DEBE RESTITUÍRSELE NO SOLO

CON LA REINSTALACIÓN EN EL CARGO QUE DESEMPEÑABA ANTES DE DICHA

MEDIDA, SINO TAMBIÉN CON EL PAGO DE SALARIOS DEJADOS DE PERCIBIR

(APLICACIÓN DE LA JURISPRUDENCIA 2ª./J.134/2009”.

Estima, que de las referidas tesis se advierte que ha

quedado superada la diversa que cita el resolutor de origen

en la sentencia impugnada [sin precisar cuál].

Manifiesta también, que es desacertada la

determinación consistente en que el pago de las percepciones

económicas procede hasta la fecha en que la sentencia cause

estado, ya que la resolución declarada ilegal surte sus

efectos hasta que la autoridad la cumplimente; que el

argumento del resolutor de origen, en el sentido de que la

sentencia establece plazos determinados que no están

sujetos a la voluntad de las partes y que se debe sujetar a

las fechas establecidas en el fallo, es dogmático, toda vez

que compete a la autoridad realizar todos los trámites y

actos a fin de efectuar el pago de las prestaciones

correspondientes, además de que la sentencia no contiene

plazo ni fecha precisa en que deba cumplirse, que s i bien en

la Ley que rige a este Tribunal se establece que debe

requerirse a la autoridad para el cumplimiento, esta no lo

hace de forma inmediata, e incluso la etapa de cumplimiento

incluye más tiempo que la etapa de instrucción y dictado de

la sentencia.

Dice que la indemnización no varía, pero que si la

autoridad no cumple, seguirán acumulándose las

percepciones no pagadas, que la consecuencia de la nulidad

decretada implica privar de efectos a la destitución, por lo

que comprendería la reinstalación del cargo y el pago de los

emolumentos que dejó de percibir, con base en el artículo 80

de la Ley de Amparo (sic), cuya redacción es similar a la del

numeral 84 de la Ley que rige a este Tribunal; que de

conformidad con ambos preceptos, deben dejarse sin efecto

los actos emanados del que se anula, para restablecer las

cosas al estado que se encontraban antes de que se

produjera, y tomar las medidas necesarias para que el

particular sea restituido en el derecho afectado, por lo que

estima, procede su reinstalación en el cargo.

Refiere, que si la nulidad del acto tiene como efecto

la restitución del estado de cosas al momento en que se

cometió el acto nulo, y es evidente que no procede la

reinstalación, de conformidad con la reforma al artículo 123,

Apartado B, fracción XIII, constitucional publicada el

dieciocho de junio de dos mil ocho, deberán destruirse todos

sus efectos, y al determinarse que la remoción fue

injustificada deberá resarcirse al demandante como si las

cosas regresaran al estado que guardaban hasta ese

momento, por lo que solicita se revoque la sentencia

impugnada y se condene a la demandada, al pago de las

prestaciones, desde la suspensión preventiva de su cargo,

hasta la fecha en que éste se realice.

El agravio es fundado.

La Sala declaró la nulidad de la separación definitiva,

con fundamento en la fracción II del artículo 83 de la Ley que

rige a este Tribunal, bajo el argumento de que existió una

violación en la notificación del acuerdo de inicio del

procedimiento administrativo del que derivó, lo cual motiva

que todo lo actuado con posterioridad a dicha diligencia se

encuentre afectado de nulidad, incluyendo la notificación de

la propia resolución impugnada al haberse efectuado por

estrados, y condenó a la autoridad demandada a dejar sin

efectos la determinación declarada nula, girar los oficios

correspondientes al Procurador General de Justicia del

Estado, al Director Administrativo, al Director de Capital

Humano, al Visitador General, todos de la Procuraduría

General de Justicia del Estado de Baja California, al Oficial

Mayor de Gobierno del Estado, y al Secretario de Seguridad

Pública del Estado, para hacerles saber el sentido de lo

resuelto, a efecto de que realicen las anotaciones

correspondientes, precisando que la autoridad demandada

debería hacer lo propio en sus registros.

Asimismo, a llevar a cabo todos los actos necesarios a

efecto de cubrir la indemnización por el equivalente a tres

meses y demás prestaciones que dejó de recibir el actor

desde la fecha en que obtuvo su libertad con motivo de la

resolución emitida el quince de mayo de dos mil doce, por el

Segundo Tribunal Unitario del décimo Noveno Circuito en

Matamoros Tamaulipas, en el expediente ********** y sus

acumulados **********, **********, **********,

**********, **********, **********, **********,

**********, **********, y **********, y hasta la fecha

en que se declarara ejecutoriada la sentencia de primera

instancia.

Los argumentos en que basó su resolución el

magistrado, refiriéndose a la condena de pago, se

transcriben a continuación:

“Por lo que hace a las prestaciones a que tienen derecho los

militares, marinos, personal del servicio exterior, Agentes del Ministerio Público, Peritos y los Miembros de las Instituciones Policiales con motivo de la emisión de una resolución jurisdiccional

que decreta la ilegalidad o injustificación de la remoción (además de la indemnización); si éstos se rigen por sus propias leyes, para

determinar cuáles son esas prestaciones, se debe atender a las disposiciones legales que rigen la relación administrativa de los mencionados servidores públicos.

De acuerdo con el precepto constitucional citado y su

interpretación por la Suprema Corte de Justicia, es la resolución jurisdiccional que determina que una remoción fue injustificada o ilegal lo que genera el derecho al pago de una indemnización en

sustitución de la reinstalación, y por ello, bajo el principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, y será también esta

determinación la que genere el derecho al pago de las “demás

prestaciones a que se tenga derecho”.

Por disposición constitucional, y su interpretación, le

corresponderá el pago de prestaciones hasta la fecha en que

se decrete que la remoción o separación del cargo fue injusta

o ilegal y cuando el precepto legal en comento habla de la

improcedencia del pago de prestaciones con motivo de la

remoción, debe entenderse a aquellas que no le

correspondan, porque no puede interpretarse de forma

contraria a lo que establece la propia Constitución y su

interpretación.

Lo anterior encuentra firme sustentación en el criterio

interpretativo establecido por la Suprema Corte de Justic ia

en la tesis P. XXVIII/98, consultable en la página ciento

diecisiete, Tomo VII, abril de mil novecientos noventa y

ocho, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación

y su Gaceta, que dice:

INTERPRETACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN. ANTE LA OSCURIDAD O INSUFICIENCIA DE SU LETRA DEBE ACUDIRSE A LOS MECANISMOS QUE

PERMITAN CONOCER LOS VALORES O INSTITUCIONES QUE SE PRETENDIERON

SALVAGUARDAR POR EL CONSTITUYENTE O EL PODER REVISOR. El propio artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos autoriza, frente a la insuficiencia u oscuridad de la letra de la ley, utilizar mecanismos de interpretación jurídica. Al desentrañar el sentido y alcance de un mandato constitucional

deben privilegiarse aquellos que permitan conocer los valores o instituciones que se quisieron salvaguardar por el Constituyente o

el Poder Revisor. Así, el método genético-teleológico permite, al analizar la exposición de motivos de determinada iniciativa de

reforma constitucional, los dictámenes de las comisiones del Congreso de la Unión y el propio debate, descubrir las causas que generaron determinada enmienda al Código Político, así como la

finalidad de su inclusión, lo que constituye un método que puede utilizarse al analizar un artículo de la Constitución, ya que en ella

se cristalizan los más altos principios y valores de la vida democrática y republicana reconocidos en nuestro sistema

jurídico."

Sirve de sustento también el siguiente criterio:

SENTENCIAS DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL DISTRITO FEDERAL. EN CASO DE UN INDEBIDO CUMPLIMIENTO, LA INSTANCIA QUE CONOZCA DE ESE RECLAMO DEBE REALIZAR UNA INTERPRETACIÓN CONFORME A LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, A FIN DE RESTITUIR AL PARTICULAR EN EL GOCE DE LOS DERECHOS QUE LE FUERON AFECTADOS O

DESCONOCIDOS. De los artículos 79, 80 y 82 de la Ley del Tribunal

de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal se advierte que las Salas de ese órgano al pronunciar sus sentencias, aun cuando no necesitan formulismo alguno, deben solucionar la lit is

planteada y contener los términos en que deberán ser ejecutadas, a fin de restituir al actor en el goce de los derechos que le

hubieren sido afectados. En esta tesitura, para que prevalezca el principio de supremacía constitucional, y se salvaguarden los derechos de defensa, tutela efectiva e impartición de justicia del

gobernado, en caso de un indebido cumplimiento a la ejecutoria, la instancia que conozca de ese reclamo deberá realizar una

interpretación conforme a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que responda a lo dispuesto por su artículo 17,

y a diversos tratados internacionales suscritos por nuestro país, como es la Convención Americana sobre Derechos Humanos adoptada en San José de Costa Rica, particularmente el artículo

25, punto 2, inc iso c), que preconiza los aludidos derechos fundamentales, entendidos en la manifestación más amplia y

extensa posible, con miras a salvaguardar el Estado de derecho, para que los gobernados cuenten con un sistema de acceso efectivo a los tribunales, lo que implica que se realicen las

acciones necesarias para restituir al particular en el pleno goce de los derechos que de forma indebida le fueron afectados o

desconocidos, a pesar de que éstas no estén especificadas en la resolución primigenia.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER

CIRCUITO.

I.4o.A.629 A

Amparo en revisión 147/2007. José Leopoldo Enrique Reyes Ol iva. 4 de jul io de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús Antonio Nazar Sevi l la. Secretaria: Ángela Alvarado Morales.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época. Tomo XXVII, Febrero de 2008. Pág.

2396. Tesis Aislada.

No obstante que en diversos juicios, con motivo de la

resolución que declara que la remoción de un Agente del

Ministerio Público o un Miembro de una Institución Policial

fue injustificada o ilegal, se ordenó el pago de salarios y

prestaciones hasta la fecha en que se dictaba la sentencia

correspondiente, en un nuevo análisis con fundamento en el

principio pro homine, establecido en el artículo 1º de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, esta

Sala cambia su criterio y de conformidad con el artículo 98

de la Ley del Tribunal, se razona el motivo por el que se

modifica el criterio:

Como resultado del nuevo análisis, se estima que las

prestaciones a que tienen derecho los militares, marinos,

personal del servicio exterior, Agentes del Ministerio Público,

Peritos y los Miembros de las Instituciones Policiales, que

obtengan una sentencia favorable en contra de una remoción,

no deben pagarse hasta la fecha en que se dicte la sentencia,

sino hasta la fecha en que se declare ejecutoriada la misma.

Este Pleno sigue sosteniendo que no existe ningún

impedimento legal para que se cumpla con la resolución que

en su caso dicte esta Sala en cuanto al pago de prestaciones

a que tenga derecho el demandante, en razón de que, si con

motivo de una resolución se determina que la remoción,

separación o cese del cargo fue injusta o ilegal, ello

necesariamente implica que quien estuvo separado con

motivo de esa resolución declarada injusta o ilegal, debió

continuar prestando sus servicios cuando ilegalmente se le

separó del cargo; sin embargo, en una análisis de las tesis de

jurisprudencia mencionadas anteriormente con apego al

principio pro homine, se estima, que la obligación de pago de

las prestaciones a que tiene derecho el demandante

abarcará, desde la fecha en que injustificadamente haya sido

separado del cargo con motivo del procedimiento de

remoción, hasta la fecha en que se declara ejecutoriada la

sentencia que le beneficia; desde luego tomando en cuenta

que el tiempo en que estuvo privado de su libertad no puede

incluirse, pues la imposibilidad de prestar sus servicios se

debió precisamente al procedimiento penal al que estuvo

sujeto y no a la resolución impugnada en este juicio.

Sirve de sustento a lo anterior la siguiente tesis:

SEGURIDAD PÚBLICA. ES IMPROCEDENTE EL REINTEGRO DE SALARIOS Y PRESTACIONES CUANDO LA INTERRUPCIÓN TEMPORAL DE FUNCIONES DEL ELEMENTO POLICIACO TIENE SU ORIGEN EN CAUSAS AJENAS AL

SERVICIO. El artículo 50 de la Ley de Seguridad Pública del Distrito Federal prevé que cuando un elemento de la policía

sea declarado sin responsabil idad en la investigación administrativa o averiguación previa que se le instruya, le

serán reintegrados los salarios y prestaciones que hubiere dejado de percibir hasta ese momento con motivo de la suspensión temporal de carácter preventivo que se le impuso;

sin embargo, la hipótesis jurídica que se comenta no se actualiza cuando la interrupción temporal de funciones del

elemento policiaco tiene su origen en causas ajenas al servicio, esto es, por conductas observadas en su carácter de

particular y no como servidor público, aun cuando en el proceso penal incoado en su contra obtenga resolución

absolutoria por la que se declare que no es penalmente responsable del delito que se le imputó, en razón de que el

régimen disciplinario y la suspensión temporal regulada por los artículos 49 y 50 de la ley citada, están dirigidos a examinar y sancionar las conductas llevadas a cabo por los

policías respecto de las funciones inherentes al servicio de seguridad pública que prestan, por cuyo incumplimiento puede

afectarse a la corporación o a la comunidad en general; de ahí que sea improcedente el pago de los conceptos mencionados. SÉPTIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL

PRIMER CIRCUITO.

I.7o.A.266 A

Amparo directo 3857/2003. Benjamín Ibarra Reyes. 12 de

noviembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: F. Javier

Mijangos Navarro. Secretario: José Arturo González Vite.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época. Tomo XIX,

Enero de 2004. Pág. 1617. Tesis Aislada.

Por la misma disposición contenida en la fracción XII

Apartado B) del artículo 123 Constitucional, a la que se ha

venido haciendo referencia, el afectado por una resolución

declarada ilegal, no tiene derecho a la reinstalación, sino que

tiene el derecho a recibir una indemnización y “demás

prestaciones a que tenga derecho”, las que necesariamente

deben incluir el pago de salarios y demás condiciones del

servicio que debió estar recibiendo de no ser por una

remoción injusta o ilegal, desde luego tomando en cuenta

que el tiempo en que estuvo privado de su libertad no puede

incluirse, pues la imposibilidad de prestar sus servicios se

debió precisamente al procedimiento penal al que estuvo

sujeto y no a la resolución impugnada en este juicio.

Es indudable que la sentencia que declara ilegal una

remoción, genera los derechos derivados de la propia

remoción; sin embargo, es hasta el momento en que se

declara ejecutoriada la misma, en que se tiene la certeza y

seguridad jurídica de su inmutabilidad; es decir, que no será

modificada por circunstancias posteriores, tal como se

explica en los últimos renglones de la siguiente tesis de

jurisprudencia emitida por el Tercer Tribunal Colegiado del

Decimo Cuarto Circuito:

TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; XIII, Enero de 2001; Pág. 1810

USUCAPIÓN. LA INSCRIPCIÓN EN EL REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD Y DEL COMERCIO DE LA SENTENCIA EJECUTORIADA EN QUE SE DETERMINE SU

PROCEDENCIA, NO ES CONSTITUTIVA DE DERECHOS (LEGISLACIÓN DEL

ESTADO DE QUINTANA ROO). La declaración de que se ha consumado la usucapión o prescripción adquisitiva, y que el solicitante ha

adquirido la propiedad de un bien inmueble, se perfecciona y surte efectos plenos desde el momento en que la sentencia que así lo decretó causa ejecutoria, y no hasta que dicho fallo se inscribe en

el Registro Público de la Propiedad y del Comercio del Estado de Quintana Roo, pues a diferencia de los convenios y contratos por

los cuales se adquiere, transmite, modifica o extingue el dominio de bienes raíces o una hipoteca, así como de las asociaciones y

sociedades civiles, cuya inscripción en dicha oficina registral tiene efectos constitutivos, el registro relativo de las resoluciones judiciales que declaren o decreten la adquisición de la propiedad

por usucapión, tiene efectos meramente declarativos, puesto que los derechos provienen del acto jurídico declarado, y no de la

inscripción en sí; ello, conforme a lo dispuesto en el artículo 3160 del Código Civil de esa entidad, cuya literalidad dispone cuáles son los actos que adquieren firmeza por medio del registro, sin que el

legislador haya incluido la referida prescripción entre ellos; lo que se corrobora con el hecho cierto de que la sentencia es un acto

jurídico de decisión que genera situaciones de derecho para el justiciable desde que causa ejecutoria, pues en esas circunstancias la resolución adquiere firmeza jurídica y goza de los atributos de

certeza y legalidad.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO CUARTO CIRCUITO

Amparo directo 225/2000. Antonio Ham López. 10 de octubre de 2000.

Unanimidad de votos. Ponente: Fernando Amorós Izaguirre. Secretario:

Luis Armando Coaña y Polanco.

En el presente juicio, es esta resolución la que

determina que la remoción del demandante no se ajustó a los

preceptos legales aplicables, y la que genera el derecho al

pago de las “demás prestaciones a que tenga derecho”, pero

es hasta cuando la sentencia se declara ejecutoriada que se

tiene la certeza y seguridad jurídica de queda firme y no será

modificada.

La anterior conclusión otorga a su vez certeza jurídica

tanto a la autoridad obligada al pago como al particular, en

razón de que se establecen plazos determinados que no están

sujetos a la voluntad de las partes, puesto que deben

sujetarse estrictamente a las fechas establecidas en el

presente fallo.

No contraria lo señalado, el hecho de en la presente

resolución no se señale un día, mes y año en concreto,

puesto que la declaración de ejecutoriada, es un acto

inminente e indispensable para que se de cumplimiento a la

sentencia; para el momento en que la autoridad efectúe el

pago, ya existirá una fecha exacta e indubitable en la que se

haya declarado la firmeza de la sentencia, que servirá para

que se compute el periodo que deberá abarcar el pago de

prestaciones (fecha en que fue separado del cargo a la fecha

en que se declara ejecutoriada).

En las relatadas condiciones, y con motivo del

resultado de este fallo, el demandante, tendrá derecho a que

la autoridad demandada lleve a cabo todas las diligencias

necesarias a efecto de que se le pague una indemnización por

el equivalente a tres meses de salario y le cubran todas y

cada una de las prestaciones que dejó de recibir desde la

fecha en que fue separado del cargo con motivo del

procedimiento administrativo de remoción, hasta la fecha en

que se declare ejecutoriada la presente resolución; desde

luego tomando en cuenta que el tiempo en que estuvo

privado de su libertad no puede incluirse, pues la

imposibilidad de prestar sus servicios se debió precisamente

al procedimiento penal al que estuvo sujeto y no a la

resolución impugnada en este juicio

No es óbice a lo anterior que existan tesis de

jurisprudencia emitida bajo el rubro “SEGURIDAD PÚBLICA.

INTERPRETACIÓN DEL ENUNCIADO "Y DEMÁS PRESTACIONES A QUE TENGA

DERECHO", CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII,

SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS

MEXICANOS, VIGENTE A PARTIR DE LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL

DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008.”, en la que se mencione

que se debe de pagar desde la fecha de la remoción o baja

hasta la fecha en que se realice el pago correspondiente,

puesto que la materia de análisis de la misma, no lo fue el

periodo del pago en sí, sino que lo fue que debía entenderse

por la frase “demás prestaciones a que tenga derecho”, como

el mismo rubro lo indica:

SEGURIDAD PÚBLICA. INTERPRETACIÓN DEL ENUNCIADO "Y DEMÁS

PRESTACIONES A QUE TENGA DERECHO", CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, VIGENTE A PARTIR DE LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE

JUNIO DE 2008 . El citado precepto prevé que si la autoridad

jurisdiccional resuelve que es injustificada la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación del servicio de los miembros de instituciones policiales de la

Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, el Estado sólo estará obligado a pagar la indemnización y demás

prestaciones a que tenga derecho, sin que en n ingún caso proceda su reincorporación al servicio. Ahora bien, en el proceso legislativo no se precisaron las razones para incorporar el enunciado "y

demás prestaciones a que tenga derecho"; por lo cual, para desentrañar su sentido jurídico, debe considerarse que tiene como

antecedente un imperativo categórico: la imposibilidad absoluta de reincorporar a un elemento de los cuerpos de seguridad pública, aun cuando la autoridad jurisdiccional haya resuelto que es

injustificada su separación; por tanto, la actualización de ese supuesto implica, como consecuencia lógica y jurídica, la

obligación de resarcir al servidor público mediante el pago de una "indemnización" y "demás prestaciones a que tenga derecho". Así

las cosas, como esa fue la intención del constituyente permanente, el enunciado normativo "y demás prestaciones a que tenga derecho", forma parte de la obligación resarcitoria del Estado y

debe interpretarse como el deber de pagar la remuneración diaria ordinaria, así como los beneficios, recompensas, estipendios,

asignaciones, gratificaciones, premios, retribuciones, subvenciones, haberes, dietas, compensaciones o cualquier otro concepto que percibía el servidor público por la prestación de sus

servicios, desde que se concretó su separación, cese, remoción o baja, y hasta que se realice el pago correspondiente. Lo anterior

es así, porque si bien es cierto que la reforma constitucional privilegió el interés general de la seguridad pública sobre el

interés particular, debido a que a la sociedad le interesa contar con instituciones policiales honestas, profesionales, competentes, eficientes y eficaces, también lo es que la prosecución de ese fin

constitucional no debe estar secundada por violación a los derechos de las personas, ni debe llevarse al extremo de permitir

que las entidades policiales cometan actos ilegales en perjuicio de los derechos de los servidores públicos, sin la correspondiente responsabil idad administrativa del Estado .

SEGUNDA SALA Amparo directo en revisión 888/2011. Ramón Ocaña Zavala. 25 de mayo de 2011. Cinco votos. Ponente: Sergio A. Valls Hernández. Secretario: Luis Javier Guzmán Ramos.

Por el contrario debe atenderse a la siguiente tesis de

jurisprudencia emitida por los Tribunales del Poder Judicial

de la Federación:

[TA]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro III, Diciembre

de 2011, Tomo 5; Pág. 3734 AGENTES DEL MINISTERIO PÚBLICO, PERITOS Y MIEMBROS DE LAS INSTITUCIONES POLICIALES. EL PAGO DE LA INDEMNIZACIÓN Y DEMÁS PRESTACIONES A QUE TENGAN DERECHO CON MOTIVO DE SU CE SE INJUSTIFICADO, NO IMPLICA QUE DEBAN CUBRIRSE LOS SALARIOS CAÍDOS (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, DE LA

CONSTITUCIÓN FEDERAL). Del artículo 123, apartado B, fracción XIII,

de la Constitución Política de los Estados Unidos Mex icanos, reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la

Federación el 18 de junio de 2008 se advierte que si la autoridad jurisdiccional resolviere que fue injustificada la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminac ión del

servicio de agentes del Ministerio Público, peritos y miembros de las instituciones policiales, el Estado sólo estará obligado a pagar

la indemnización y demás prestaciones a que tenga derecho, sin que en caso alguno proceda su reincorporación al servicio, cualquiera que sea el resultado del juicio o medio de defensa que

se hubiere promovido. Al respecto, al resolver la contradicción de tesis 21/2010, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de

la Nación estableció que es absoluta la prohibic ión de reincorporación al servicio, independientemente de las razones en que se haya sustentado la baja, y que tal afectación se compensa

con el pago de una indemnización. Por tanto, se considera que a partir de la baja concluye cualquier relación jurídica entre el

Estado y la persona que haya sido separada de su cargo, por lo que lo expresado en el mencionado precepto debe interpretarse en el sentido de que se paguen las prestaciones a que aquéllos

tengan derecho al día en que ocurrió su cese injustificado; esto es, las que se hubiesen generado hasta ese momento y la

indemnización correspondiente, lo cual no implica que deban cubrirse los salarios caídos, puesto que el propio precepto constitucional no lo establece expresamente y al no poder subsistir

el vínculo, no se justifica su pago. CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO OCTAVO CIRCUITO Amparo directo 215/2010. Juana Arroyo Lugo. 25 de marzo de 2011.

Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Hernández García. Secretario: Gerardo Vázquez Morales.

En efecto, en la tesis transcrita, se explica de manera

puntual, que al existir la prohibición de reinstalación de los

miembros cuya remoción se decretó de manera injustificada,

a partir de la baja concluye la relación jurídica con el Estado.

Explica que la indemnización al que se refiere el Artículo 123,

Apartado B, Fracción XIII, de la Constitución Federal es en

compensación a la afectación que le produce el no poder ser

reinstalado; por lo que el pago de las prestaciones a las que

hace referencia el mismo artículo debe ser al día en que

ocurrió su cese injustificado.

Es al momento de que se dicte la presente resolución

que se determina que la remoción fue injustificada; pero esta

resolución adquirirá firmeza e inmutabilidad, hasta la fecha

en que se declare ejecutoriada, por tanto, debe ser esa fecha

la que se tome como referencia para determinar el momento

hasta el cual que se le debe cubrir por concepto de “las

demás prestaciones” a las que alude el precepto

constitucional en cita.”

Sin embargo, en el mes de junio del año próximo

pasado la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación publicó los criterios de subsecuente inserción, en los

cuales interpretó el artículo 123, Apartado B, fracción XIII,

segundo párrafo de la Constitución Federal en el sentido de

que el concepto “demás prestaciones a que tenga derecho”

no incluye el concepto de salarios vencidos porque este

concepto está inmerso en el campo del derecho del trabajo y

por ello, resulta inaplicable, pero que, no obstante, los

miembros de instituciones policiales reciben una

remuneración diaria como contraprestación por sus servicios,

entre otros conceptos, y que deben vincularse al concepto de

“y demás prestaciones a que tenga derecho”, en el supuesto

que prevé la norma constitucional.

El primero de los citados criterios se contiene en la

tesis 2a. LIX/2011, que enseguida se transcribe.

SEGURIDAD PÚBLICA. EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS

MEXICANOS, VIGENTE A PARTIR DE LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008, NO CONTIENE COMO

CONCEPTO JURÍDICO EL DE SALARIOS VENCIDOS . El enunciado normativo "y demás prestaciones a que tenga derecho", contenido en la

norma constitucional citada, no implica la obligación del Estado de pagar salarios vencidos, porque este concepto jurídico está

inmerso en el campo del derecho del trabajo y su fundamento no se encuentra en la Constitución General de la República, sino en el artículo 48 de la Ley Federal del Trabajo, legislación que resulta

inaplicable en la relación entre los miembros de instituciones policiales y el Estado, por ser ésta de naturaleza administrativa.

Sin embargo, como todo servidor público, los miembros de las instituciones policiales reciben por sus servicios una serie de prestaciones que van desde el pago que pudiera considerarse

remuneración diaria ordinaria hasta los beneficios, recompensas,

estipendios, asignaciones, gratificaciones, premios, retribuciones, subvenciones, haberes, dietas, compensaciones o cualquier otro

concepto por la prestación de sus servicios, que necesariamente deben estar catalogados en el presupuesto de egresos respectivo,

y que se vinculan al concepto "y demás prestaciones a que tenga derecho", en el supuesto que prevé la norma constitucional.

Igualmente, en la jurisprudencia 2a./J.110/2012, se

sostuvo que el concepto de “y demás prestaciones a que

tenga derecho” al igual que la indemnización constitucional

forman parte de la obligación resarcitoria del Estado y debe

interpretarse como el deber de pagar la remuneración diaria

ordinaria, entre otros conceptos, desde que se concretó su

separación, cese, remoción o baja, y hasta que se realice el

pago correspondiente, ello en atención a que, en pro de la

depuración de las corporaciones policiales, no debe estar

secundada por violación a los derechos de las personas,

permitiendo que las entidades cometan actos ilegales en

perjuicio de los derechos de los servidores públicos, sin la

correspondiente responsabilidad administrativa del Estado.

“SEGURIDAD PÚBLICA. INTERPRETACION DEL ENUNCIADO “Y DEMAS

PRESTACIONES A QUE TENGA DERECHO”. CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCION XIII, SEGUNDO PÁRRAFO DE LA CONSTITUCION POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, VIGENTE A PARTIR DE LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACION EL 18 DE

JUNIO DE 2008. El citado precepto prevé que si la autoridad jurisdiccional resuelve que es injustificada la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación del

servicio de los miembros de las instituciones policiales de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, el

Estado sólo estará obligado a pagar la indemnización y demás prestaciones a que tenga derecho, sin que en ningún caso proceda su reincorporación al servicio. Ahora bien, en el proceso legislativo

correspondiente no se precisaron las razones para incorporar el enunciado “y demás prestaciones a que tenga derecho”; por lo

cual, para desentrañar su sentido jurídico, debe considerarse que tiene como antecedente un imperativo categórico: la imposibilidad absoluta de reincorporar a un elemento de los cuerpos de

seguridad pública, aun cuando la autoridad jurisdiccional haya resuelto que es injustificada su separación; por tanto, la

actualización de ese supuesto implica, como consecuencia lógica y jurídica, la obligación de resarcir al servidor público mediante el pago de una “indemnización” y “demás prestaciones a que tenga

derecho”. Así las cosas, como esa fue la intención del Constituyente Permanente, el enunciado normativo “y demás

prestaciones a que tenga derecho” forma parte de la obligación resarcitoria del Estado y debe interpretarse como el deber de pagar la remuneración diaria ordinaria, así como los beneficios,

recompensas, estipendios, asignaciones, gratificaciones, premios, retribuciones, subvenciones, haberes, dietas, compensaciones o

cualquier otro concepto que percibía el servidor público por la prestación de sus servicios, desde que se concretó la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación del

servicio y hasta que se realice el pago correspondiente. Lo anterior es así, porque si bien es cierto que la reforma

constitucional privilegió el interés general de la seguridad púb lica sobre el interés particular, debido a que a la sociedad le interesa contar con instituciones policiales honestas, profesionales,

competentes, eficientes y eficaces, también lo es que la prosecución de ese fin constitucional no debe estar secundada por

violación a los derechos de las personas, ni ha de llevarse al extremo de permitir que las entidades policiales cometan actos

ilegales en perjuicio de los derechos de los servidores públicos, sin

la correspondiente responsabilidad administrativa del Estado.” Época: Décima Época. Registro: 2001770. Instancia: SEGUNDA SALA. Tipo Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Local ización: Libro XII, Septiembre de 2012, Tomo 2. Materia(s): Constitucional. Tesis: 2a./J. 110/2012 (10a.). Pag. 617.

Criterio conforme al cual se concluye que, contrario a

lo resuelto por la Segunda Sala, la condena impuesta a la

autoridad debe ser en el sentido de pagar las remuneraciones

ordinarias diarias que el actor dejó de percibir desde que fue

separado del cargo, hasta el momento en que se le cubra la

indemnización, atento a lo dispuesto por el artículo 123,

Apartado B, fracción XIII, de la Carta Magna, según la

interpretación del Alto Tribunal.

Sin que sea obstáculo a lo anterior, el argumento

contenido en la sentencia que se revisa, en el sentido de que

la materia de análisis correspondiente al referido criterio, no

fue el período de pago en sí, sino lo que debería entenderse

por la frase “demás prestaciones a que tenga derecho”, y que

por tanto, debe atenderse a lo que establece la tesis aislada

del Cuarto Tribunal Colegiado del Décimo Octavo Circuito,

publicada en la página 3743, Libro III, Tomo 5, del

Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,

correspondiente al mes de diciembre de dos mil once, de

rubro “AGENTES DEL MINISTERIO PÚBLICO, PERITOS Y MIEMBROS DE LAS

INSTITUCIONES POLICIALES. EL PAGO DE LA INDEMNIZACIÓN Y DEMÁS

PRESTACIONES A QUE TENGAN DERECHO CON MOTIVO DE SU CESE INJUSTIFICADO,

NO IMPLICA QUE DEBAN CUBRIRSE LOS SALARIOS CAÍDOS (INTERPRETACIÓN DEL

ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL) .”;

en razón de que la aludida jurisprudencia es clara al indicar

el período por el cual debe efectuarse el pago, criterio con el

cual este órgano colegiado coincide, además de que la tesis

aislada que invoca el inconforme, no es vinculatoria para este

tribunal.

Respecto al tiempo en que **********, estuvo

privado de su libertad personal, cabe precisar, que de las

constancias que obran en autos, específicamente de la copia

certificada del auto de formal prisión dictado el once de

agosto de dos mil diez, por la Juez Primero de Distrito en el

Estado de Veracruz, con residencia en la ciudad de Xalapa-

Enríquez, Veracruz ( fojas 379 a 478), se advierte que fue el

treinta de julio de dos mil diez ( foja 380), cuando se

cumplimentó la orden de aprehensión girada en su contra.

Lo anterior se corrobora con lo asentado por el

Visitador General de la Procuraduría General de Justicia del

Estado, en el proveído recibido el primero de abril de dos mil

once por la Comisión de Carrera Policial y Régimen

Disciplinario para los Agentes de la Policía Ministerial de la

referida Procuraduría, al que anexó el expediente de

investigación administrativa **********, mediante el cual le

solicitó a dicha comisión que diera inicio al procedimiento de

separación definitiva del cargo que el antes mencionado

venía desempeñando, lo anterior en base a las actuaciones

obrantes en la causa penal número **********, de donde se

advierte que con fecha 15 de abril de 2010 ( foja 380), la Juez

Primero de Distrito en el Estado de Veracruz, con residencia

en la ciudad de Xalapa-Enríquez, Veracruz, libró orden de

aprehensión en su contra, determinación que, según el propio

auto, “el treinta de julio del año en curso (2010), se dio cumplimiento

a la citada orden de aprehensión, por lo que mediante auto de la

misma fecha, se reanudó el procedimiento… .” ( foja 380).

Por tanto, al haberse decretado el veintinueve de

julio de dos mil diez, la suspensión preventiva de

**********, en el procedimiento de investigación

administrativa ********** ( foja 138, in f ine), se observa, que

fue ésta y no la privación de la libertad del antes nombrado,

efectuada el treinta del mismo mes y año, lo que motivó la

suspensión de pago de las percepciones que se derivaban de

la relación administrativa que lo vinculaba con la

dependencia en la que prestaba sus servicios, lo cual

evidencia que, como lo alega el inconforme, el pago de las

percepciones, al que fue condenada la demandada, debe

realizarse a partir de la fecha en que fue suspendido

preventivamente y hasta que tales prestaciones sean

cubiertas.

Asimismo, pide se ejerza control de convencionalidad

entre el derecho interno y el supranacional, a la luz de los

tratados internacionales en materia de derechos humanos,

dejando de aplicar, en su caso, las normas de derecho

interno que contravengan los tratados internacionales,

específicamente el artículo 123, Apartado B, fracción XIII,

constitucional, por contravenir los instrumentos

internacionales anteriormente indicados.

Para sustentar lo anterior, cita las tesis XI.1º.A.T.47

K del Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y

del Trabajo del Décimo Primer Circuito, visible en la página

1932, Tomo XXXI, del Semanario Judicial de la Federación y

su Gaceta, correspondiente al mes de mayo de dos mil diez,

Novena Época, de rubro “CONTROL DE LA CONVENCIONALIDAD EN SEDE

INTERNA. LOS TRIBUNALES MEXICANOS ESTÁN OBLIGADOS A EJERCERLO .”;

XI.1º.A.T.45 K, del citado Tribunal, publicada en la página

2079, Tomo XXXI, del Semanario Judicial de la Federación y

su Gaceta, correspondiente al mes de mayo de dos mil diez,

Novena Época, de rubro “TRATADOS INTERNACIONALES. CUANDO LOS

CONFLICTOS SE SUSCITEN EN RELACIÓN CON DERECHOS HUMANOS, DEBE

UBICARSE A NIVEL DE LA CONSTITUCIÓN.”; la emitida por el Cuarto

Tribunal Colegiado en Materia administrativa del Primer

Circuito, publicada en la página 2927, tomo XXXI, del

Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,

correspondiente al mes de marzo de dos mil diez, Novena

Época, de rubro “CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. DEBE SER EJERCIDO POR

LOS JUECES DEL ESTADO MEXICANO EN LOS ASUNTOS SOMETIDOS A SU

CONSIDERACIÓN, A FIN DE VERIFICAR QUE LA LEGISLACIÓN INTERNA NO

CONTRAVENGA EL OBJETO Y FINALIDAD DE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE

DERECHOS HUMANOS .”; XI.1º.A.T.54 K, del Primer Tribunal

Colegiado en Materias Administrativa y del Trabajo del

Décimo Primer Circuito, consultable en la página 1724, Libro

XII, Tomo 3, del Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta, correspondiente al mes de septiembre de dos mil

doce, de rubro “DERECHOS HUMANOS. PARA HACERLOS EFECTIVOS, ENTRE

OTRAS MEDIDAS, LOS TRIBUNALES MEXICANOS DEBEN ADECUAR LAS NORMAS DE

DERECHO INTERNO MEDIANTE SU INTERPRETACIÓN RESPECTO DEL DERECHO

CONVENCIONAL.”; la emitida por el mismo Tribunal, publicada en

la página 1685, Libro XII, Tomo 3, del Semanario Judicial de

la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de

septiembre de dos mil doce, de rubro “CONTROLES DE

CONSTITUCIONALIDAD Y DE CONVENCIONALIDAD. ESTAN OBLIGADOS A

EJERCERLOS TODOS LOS ÓRGANOS DE JUSTICIA NACIONAL PARA GARANTIZAR EL

RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS.”.

Petición que resulta infundada, en razón de que, los

preceptos de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos, no pueden ser materia del control difuso de

constitucionalidad, ni de control de convencionalidad, al no

estar sujetas a ningún tipo de control jurisdiccional, por no

existir disposición constitucional que así lo establezca.

En ese sentido se ha pronunciado la Segunda Sala de

la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis

LXV/2013, publicada en la página 1113, Libro XXII, Tomo 1,

del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,

correspondiente al mes de julio de dos mil trece, cuyo rubro

y texto dicen:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD. NO PUEDE REALIZARSE RESPECTO DE LOS PRECEPTOS DE LA PROPIA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS

MEXICANOS. Los indicados preceptos no pueden ser sometidos a un

análisis de regularidad constitucional a través del juicio de

amparo, ni a un control difuso de constitucionalidad mediante alguno de los recursos establecidos en la Ley de Amparo, pues las

normas que componen la Constitución General de la República constituyen la fuente de todo el ordenamiento jurídico y deben

considerarse como mandatos inmunes a cualquier tipo de control jurisdiccional. Además, porque ni en la Carta Magna ni en la ley citada se establece que a través del juicio de amparo aquélla

pueda sujetarse a control constitucional, sino únicamente las normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los

derechos humanos reconocidos y las garantías establecidas para su protección por la propia Constitución, así como por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte; sin que

en el concepto "normas de carácter general" puedan entenderse incluidos los preceptos de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, pues ésta es la Ley Suprema que da fundamento normativo al juicio de amparo; y aun cuando se aceptara que, en sentido lato, es una norma general, lo cierto es

que no es posible, desde el punto de vista formal, considerar que viola derechos humanos, pues ello implicaría que la Norma

Fundamental no es tal, en la medida en que el sistema de control constitucional que establece es capaz de invalidar su propio

contenido, aunado a que no es jurídicamente admisible desarticular la interdependencia de las normas constitucionales, negando el principio de unidad de la Constitución.

Por los motivos y fundamentos expuestos en el

presente fallo, y conforme a lo dispuesto por el artículo 94 de

la ley que rige a este órgano jurisdiccional, es de resolver y

se...

R E S U E L V E:

PRIMERO.- Son en parte infundados e inoperantes en

otra, los agravios hechos valer por la autoridad recurrente.

SEGUNDO.- Es parcialmente fundado el primer

agravio y fundado el séptimo hecho valer por el actor; en

consecuencia;

TERCERO.- Se modifica el tercer resolutivo de la

sentencia dictada el ocho de febrero de dos mil trece por la

Segunda Sala, para quedar como sigue:

“PRIMERO.-…

SEGUNDO.-…

TERCERO.- Se condena a la autoridad demandada a reponer el procedimiento administrativo *********, a partir de la notificación del acuerdo de inicio, y en el supuesto de que en la resolución

correspondiente determine no reincorporar a la parte actora al cargo que venía desempeñando, a llevar a cabo todos los actos tendientes a

fin de que se le cubra la indemnización a que tiene derecho, así como el pago de las remuneraciones ordinarias y demás pres taciones económicas que dejó de recibir desde la fecha en que fue suspendido

preventivamente del cargo con motivo del citado procedimiento administrativo, hasta la fecha en que se efectúe el pago respectivo,

con un desglose pormenorizado de las cantidades pagadas y/o legalmente descontadas."

CUARTO.- Notifíquese personalmente a la parte

actora y por oficio a la autoridad demandada .

Así lo resolvió el Pleno del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de Baja California, por mayoría de

votos de los Magistrados numerarios Flora Arguilés Robert,

Alberto Loaiza Martínez y con el voto en contra de la Magistrada Martha Irene Soleno Escobar, siendo ponente el

segundo en mención, y firman ante la presencia de la

Secretaria General de Acuerdos Licenciada Claudia Carolina Gómez Torres, quien da fe.

ALM/rbn.

LA SUSCRITA, CLAUDIA CAROLINA GOMEZ TORRES, SECRETARIA GENERAL DE

ACUERDOS DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL ESTADO

DE BAJA CALIFORNIA, HACE CONSTAR:--------------------------------------------------------

QUE LO TRANSCRITO CON ANTERIORIDAD CORRESPONDE A UNA VERSION

PUBLICA DE LA RESOLUCION DICTADA POR EL PLENO DEL TRIBUNAL DE FECHA

DOS DE DICIEMBRE DE DOS MIL TRECE, RELATIVA AL RECURSO DE REVISION

PROMOVIDO EN EL EXPEDIENTE 885/2012 S.S, EN LA QUE SE SUPRIMIERON DATOS

QUE SE HAN CONSIDERADO COMO LEGALMENTE RESERVADOS O

CONFIDENCIALES, CUBRIENDO EL ESPACIO CORRESPONDIENTE MEDIANTE LA

UTILIZACION DE DIEZ ASTERISCOS; VERSION QUE VA EN CIEN FOJAS UTILES. LO

ANTERIOR CON APOYO EN LA FRACCION I, DEL ARTICULO 34 DE LA LEY DE

TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA INFORMACION PUBLICA PARA EL ESTADO DE

BAJA CALIFORNIA Y 15 DEL REGLAMENTO DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO

ADMINISTRATIVO DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA EN MATERIA DE

TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA INFORMACION PUBLICA. LO QUE SE HACE

CONSTAR PARA LOS EFECTOS LEGALES A QUE HAYA LUGAR, EN LA CIUDAD DE

MEXICALI, BAJA CALIFORNIA, A QUINCE DE MARZO DE DOS MIL DIECISEIS. DOY

FE.