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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016.
QUEJOSA: EMBOTELLADORA Y DISTRIBUIDORA GEPP, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE
VISTO BUENOSR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓSECRETARIO: JUSTINO BARBOSA PORTILLO.
Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en sesión correspondiente al catorce de junio de dos mil diecisiete,
emite la siguiente:
S E N T E N C I A
Mediante la cual se resuelve el amparo en revisión 894/2016, promovido en
contra del fallo dictado el treinta de noviembre de dos mil quince, por el
Juzgado Quinto de Distrito en el Estado de Oaxaca, con residencia en la
Oaxaca de Juárez, en el juicio de amparo indirecto **********.
El problema jurídico a resolver por esta Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, consiste en determinar si: i) el artículo 9, penúltimo
y último párrafos de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con el
artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo, viola los derechos de seguridad
jurídica, legalidad, propiedad privada, desarrollo integral y protección de
confianza legítima, al establecer una base gravable diferente a la que se
toma para la determinación del impuesto sobre la renta y; ii) los artículos
118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión
Federal de Electricidad, violan los derechos de igualdad y no discriminación,
al exentar del reparto de utilidades a Petróleos Mexicanos, a la Comisión
Federal de Electricidad y a sus empresas subsidiarias, obligando a su pago
a las empresas privadas.
I. ANTECEDENTES DEL CASO
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
1. El once de diciembre de dos mil trece, se publicó en el Diario Oficial de la
Federación, el Decreto por el que se reformaron, adicionaron y derogaron,
diversas disposiciones de la Ley del Impuesto al Valor Agregado; de la Ley
del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios; de la Ley Federal de
Derechos, se expide la Ley del Impuesto sobre la Renta, y se abrogan la
Ley del Impuesto Empresarial a Tasa Única y la Ley del Impuesto a los
Depósitos en Efectivo, en particular el penúltimo párrafo del artículo 9 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta.
2. El veintisiete de marzo de dos mil quince, Embotelladora y Distribuidora
GEPP, Sociedad Anónima de Capital Variable, presentó vía internet la
declaración anual de impuesto sobre la renta correspondiente al ejercicio
fiscal dos mil catorce, en la cual aplicó el procedimiento previsto en el
penúltimo párrafo del artículo 9, de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, para
efectos de la determinación de la base para el cálculo de la participación de
los trabajadores en las utilidades de la empresa.
II. TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO
3. Juicio de amparo indirecto. Inconforme con lo anterior, la quejosa por
escrito presentado el veintiuno de abril de dos mil quince,1 ante la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en el Estado de
Oaxaca, con sede en Oaxaca, solicitó el amparo y protección de la justicia
federal.
4. La quejosa señaló como garantías violadas en su perjuicio, las contenidas
en los artículos 1º, 16, 31, fracción IV, 123, apartado A, fracción IX, inciso e)
y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
5. Asimismo, como autoridades responsables y actos reclamados señaló los
siguientes:
a) Del Congreso de la Unión, integrado por la Cámara de Diputados y
Senadores, la discusión, aprobación y expedición de los Decretos
1 Cuaderno de amparo indirecto **********, foja 2.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
publicados: i) el once de diciembre de dos mil trece en el Diario Oficial
de la Federación, por el que se reforman, adicionan y derogan diversas
disposiciones de la Ley del Impuesto al Valor Agregado; de la Ley del
Impuesto Especial sobre Producción y Servicios; de la Ley Federal de
Derechos, se expide la Ley del Impuesto sobre la Renta, y se abrogan
la Ley del Impuesto Empresarial a Tasa Única y la Ley del Impuesto a
los Depósitos en Efectivo, en particular el penúltimo párrafo del artículo
9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta; ii) el uno de abril de mil
novecientos setenta en el Diario Oficial de la Federación, por el que se
expide la Ley Federal del Trabajo, en particular su artículo 128 y; iii) el
once de agosto de dos mil catorce en el Diario Oficial de la Federación,
por el que se expiden la Ley de Petróleos Mexicanos y la Ley de la
Comisión Federal de Electricidad, y se reforman y derogan diversas
disposiciones de la Ley Federal de Entidades Paraestatales; la Ley de
Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y la Ley
de Obras Públicas y Servicios Relacionadas con las Mismas, en
particular los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de
la Ley de la Comisión Federal de Electricidad.
b) Del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la promulgación y
orden de expedición de todos los actos legislativos que dieron origen a
los artículos: i) 9, penúltimo párrafo de la Ley del Impuesto sobre la
Renta; ii) 128 de la Ley Federal del Trabajo y; iii) 118 de Ley de
Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de
Electricidad.
6. Por razón de turno, correspondió conocer al Juzgado Quinto de Distrito en
el Estado de Oaxaca, con residencia en Oaxaca de Juárez, cuyo titular
mediante proveído de veintidós de abril de dos mil quince,2 admitió la
demanda de amparo, registrándola con el número **********.
7. Al respecto, el Presidente de la República, al rendir su informe justificado
como autoridad responsable en el juicio de amparo, planteó como causal de
improcedencia, la prevista en el artículo 61, fracción XXIII de la Ley de
2 Ibídem, foja 140.
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Amparo, en relación con el artículo 77, de la citada legislación, al considerar
que de otorgarse la protección constitucional, no se podrían concretar los
efectos de la concesión de amparo, pues se violaría lo dispuesto por el
artículo 123, fracción IX, inciso e), de la Constitución Federal.
8. Asimismo, la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores del
Congreso de la Unión, al rendir sus informes justificados como autoridades
responsables en el juicio de amparo, no plantearon causales de
improcedencia.
9. Seguidos los trámites de ley, el treinta de noviembre de dos mil quince, el
Juez de Distrito dictó sentencia,3 en la que desestimó la causal de
improcedencia invocada por el Presidente de la República y resolvió negar
el amparo a la quejosa, respecto de los actos reclamados a las Cámaras de
Diputados y Senadores del Congreso de la Unión y Presidente de la
República, consistentes en los Decretos combatidos, en particular los
artículos 9, penúltimo y último párrafos de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo, 118 de
la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de
Electricidad.
10. Recurso de revisión. Inconforme con esa resolución, la quejosa interpuso
recurso de revisión, mediante escrito que presentó el veintidós de diciembre
de dos mil quince,4 ante la Oficina de Correspondencia Común de los
Juzgados de Distrito en el Estado de Oaxaca, con sede en Oaxaca, quien lo
remitió al Tribunal Colegiado en Materias de Trabajo y Administrativa del
Décimo Tercer Circuito, y mediante acuerdo de siete de enero de dos mil
dieciséis5, lo tuvo por admitido con el número **********.
11. Mediante escrito depositado por correo certificado el ocho de febrero de dos
mil dieciséis,6 el Delegado del Presidente de la República interpuso recurso
de revisión adhesiva, en la que no planteó causales de improcedencia.3 Ibídem, foja 342. 4 Cuaderno del amparo en revisión **********, foja 4. 5 Ibídem, foja 55. 6 Ibídem, foja 99, reverso.
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12. Por acuerdo de ocho de marzo de dos mil dieciséis,7 el Presidente del
tribunal colegiado del conocimiento, tuvo por admitido el recurso de
adhesión.
13. Mediante sentencia de veintiocho de julio de dos mil dieciséis,8 el tribunal
colegiado confirmó el sobreseimiento decretado por el juzgado de distrito y
resolvió que carece de competencia para conocer del recurso de revisión y
ordenó remitir los autos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
resolver el tema de constitucionalidad planteado.
14. Recibidos los autos en este Alto Tribunal, el Presidente de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, por acuerdo de uno de septiembre de dos mil
dieciséis,9 lo registró con el número 894/2016, ordenó notificar a las
autoridades responsables y señaló que mediante sesiones privadas de ocho
de febrero y trece de junio de dos mil dieciséis, celebradas por el Tribunal
del Pleno de este Alto Tribunal, se acordó crear bajo la supervisión del
Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, la Comisión número 77 de
Secretarios de Estudio y Cuenta -“Impuesto sobre la Renta dos mil catorce
(Tercera)”-, en la cual se incluyó el tema de “Determinación de la base
gravable para participación de los trabajadores en las utilidades (artículo 9
de la Ley del Impuesto sobre la Renta)” y que se aprobó la propuesta
consistente en que los asuntos asignados a las comisiones fiscales, incluida
la número 77, se resolvieran por la Sala de la adscripción del Ministro
encargado.
15. Con fecha cuatro de abril de dos mil diecisiete,10 esta Primera Sala, se
abocó al conocimiento del asunto para su estudio y elaboración del
proyecto.
III. COMPETENCIA
7 Ibídem, foja 126. 8 Ibídem, foja 137. 9 Cuaderno del Amparo en Revisión 894/2016, foja 95.10 Ibídem, foja 144.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
16. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es
constitucional y legalmente competente para conocer del presente recurso
de revisión, en términos de lo dispuesto por los artículos 107, fracción VIII,
inciso a) de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81,
fracción I, inciso e), 83 de la Ley de Amparo vigente a partir del tres de abril
de dos mil trece, y 21, fracción II, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, con relación a lo previsto en los puntos Primero,
Segundo, fracción III y Tercero del Acuerdo General Plenario 5/2013, en
virtud de que el recurso de revisión se interpuso en contra de una sentencia
dictada por un Juez de Distrito en un juicio de amparo indirecto, en el que se
cuestionó la constitucionalidad de los artículos 9, penúltimo y último párrafos
de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en dos mil catorce, en
relación con el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo vigente, 118 de la
Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Comisión Federal de Electricidad
vigente en dos mil catorce.
17. Además, se estima pertinente aclarar que, aun cuando el presente amparo
en revisión no corresponde a las materias de las que, en forma ordinaria,
debe conocer esta Primera Sala, en términos de lo dispuesto en el artículo
37 del Reglamento Interior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
ello no es obstáculo para que resulte competente para conocer del asunto,
pues el párrafo primero del artículo 86 del citado reglamento, dispone que -
al igual que los amparos directos en revisión- los amparos en revisión de la
competencia originaria del Pleno, que sean en materia administrativa, se
turnarán a los Ministros de ambas Salas, de manera que sí el recurso que
nos ocupa se turnó a un Ministro adscrito a esta Primera Sala y no existe
solicitud de diverso Ministro para que lo resuelva el Pleno, entonces en
términos de lo dispuesto en el punto Tercero del Acuerdo Plenario 5/2013,
esta Sala debe abocarse al mismo.
IV. OPORTUNIDAD.
18. Es innecesario analizar la oportunidad con la que fue interpuesto el recurso
de revisión por la recurrente, así como la del recurso de revisión adhesiva
interpuesto por el Delegado del Presidente de la República, habida cuenta
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
de que el tribunal colegiado que conoció de dichos asuntos examinó dicha
cuestión, concluyendo que fueron presentados en los términos legalmente
establecidos11.
V. LEGITIMACIÓN
19. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no hace
pronunciamiento al respecto, toda vez que el tribunal colegiado del
conocimiento se ocupó de este tema concluyendo que el C. ********** está
legitimado para hacer valer el recurso de revisión12.
20. Asimismo, el Delegado del Presidente de la República está legitimado para
hacer valer el recurso de revisión adhesiva13.
VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER
21. A fin de resolver el presente recurso de revisión, conviene resumir los
conceptos de violación que hizo valer la quejosa en el amparo, las
consideraciones de la sentencia recurrida, los argumentos del recurso de
revisión, así como lo resuelto por el tribunal colegiado:
22. Demanda de amparo. La quejosa en el amparo indirecto **********, relativo
a la inconstitucionalidad de los artículos 9, penúltimo y último párrafos de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y
121 de la Comisión Federal de Electricidad vigente en dos mil catorce,
formuló los siguientes conceptos de violación:
PRIMERO. Que el artículo 9, penúltimo párrafo de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley Federal del
Trabajo, viola las garantías de legalidad y seguridad jurídica,
contenidas en los artículos 16, 31, fracción IV y 123, apartado A,
fracción IX, de la Constitución Federal, al obligar a los patrones a
11 Cuaderno Amparo en Revisión **********, foja 139, reverso, 140 y reverso y 141.12 Ibídem, foja 140 y reverso.13 Ibídem, foja 176, reverso y 177.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
calcular la participación de los trabajadores en las utilidades sobre una
base distinta de aquella con la cual se determina el resultado fiscal.
A.Que la renta gravable a la que se refiere el inciso e), fracción IX,
apartado A, del artículo 123 Constitucional, es el resultado fiscal
determinado por el artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
que sirve de base para determinar el impuesto a cargo.
Que es inconstitucional el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, al obligar a los patrones a calcular el importe
relativo al pago de la participación de utilidades a sus trabajadores
sobre una base distinta de aquélla que sirve para determinar el
impuesto, esto es, prevé una base diversa y adicional a la señalada en
la Constitución Federal.
Que el penúltimo párrafo del artículo impugnado, obliga a los patrones
a determinar la base del reparto de utilidades de los trabajadores, en
función de una base gravable en la que no se disminuirá la
participación de los trabajadores en las utilidades pagadas en el
ejercicio ni las pérdidas fiscales pendientes de aplicar.
Que el penúltimo párrafo del precepto combatido, viola lo dispuesto por
el inciso e), fracción IX, apartado A, del artículo 123, de la Constitución
Federal, ya que la cantidad que los patrones tienen que considerar
para determinar la participación de sus trabajadores en las utilidades
es inferior a la base que determinan para calcular el impuesto sobre la
renta a cargo.
Que el penúltimo párrafo de la disposición reclamada, viola el inciso e),
fracción IX, apartado A, del artículo 123 de la Constitución Federal, al
obligar a los patrones a calcular el reparto de utilidades sobre bases
distintas, siendo que debe realizarse sobre la renta gravable
determinada para efectos del impuesto sobre la renta.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que el penúltimo párrafo de la norma controvertida, viola el principio de
supremacía constitucional, previsto en el artículo 133 de la Constitución
Federal, al ser contraria al inciso e), fracción IX, apartado A, del artículo
123 Constitucional.
Que es inconstitucional el penúltimo párrafo del precepto impugnado, al
obligar a las empresas a repartir utilidades a sus trabajadores, ya que
tales utilidades no representan ganancias para determinar el impuesto
sobre la renta en el ejercicio.
B.Que el Pleno de la Suprema Corte al resolver los amparos en revisión
575/98, 1984/98, 1042/98, 1052/98, 154/98 y 3593/97, decretó la
inconstitucionalidad de los artículos 14 y 15 de la Ley de Impuesto
sobre la Renta vigente hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil
uno, la cual es aplicable a lo dispuesto por el artículo 9, penúltimo
párrafo de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Que los artículos 14 y 15 de la Ley del Impuesto sobre la Renta
vigentes en dos mil uno, fueron declarados inconstitucionales, en virtud
de que la base gravable no correspondía a la renta gravable que prevé
el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), Constitucional.
Que el Alto Tribunal resolvió que es una carga injusta que desatiende a
la capacidad económica, obligar a los patrones a participar a los
trabajadores una riqueza no generada, sino artificial y distinta a la
utilidad fiscal.
Que es criterio jurisprudencial que los artículos 16 y 17, último párrafo,
de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en dos mil dos, violan el
artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución
Federal, al obligar a los patrones a determinar y pagar utilidades sobre
una renta gravable que no representa las ganancias netas que percibió
en el ejercicio fiscal.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que la inconstitucionalidad de los artículos 14 y 16 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta vigente en dos mil dos, actualiza la del
penúltimo párrafo de la norma combatida, al existir una base para
determinar la participación de los trabajadores en las utilidades, que
contraviene lo dispuesto en el artículo 123, apartado A, fracción IX,
inciso e), de la Constitución Federal.
Que es inconstitucional el penúltimo párrafo del artículo combatido, al
prever un procedimiento y conceptos diversos a los contemplados en
su primer y segundo párrafos, fracciones I y II, para obtener la renta
gravable para efectos de la participación de los trabajadores en las
utilidades de las empresas.
Que el penúltimo párrafo de la norma reclamada, viola el artículo 123,
apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución Federal, al
determinar un resultado diferente del que se obtiene de aplicar el
procedimiento previsto para el cálculo de la utilidad fiscal.
C.Que el penúltimo párrafo del precepto controvertido, viola lo dispuesto
por el artículo 16 Constitucional, toda vez que el Congreso de la Unión
no tiene facultades para establecer una base distinta para el reparto de
utilidades a los trabajadores, de la que se aplica para efectos del
impuesto sobre la renta.
C.1 Que el penúltimo párrafo de la disposición impugnada, viola el derecho
a la debida fundamentación y motivación, prevista en artículo 16
Constitucional, pues el Congreso de la Unión no tiene facultades para
decretar que la participación de los trabajadores en las utilidades se
determinará sobre una base distinta que la renta gravable del
impuesto.
C.2 Que se viola el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la
Constitución Federal, al obligar al patrón a determinar y pagar la
participación de los trabajadores en las utilidades sobre una renta
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
gravable que no representa las ganancias que verdaderamente
percibió en el ejercicio fiscal.
Que el penúltimo párrafo del artículo controvertido prevé dos bases,
una para el impuesto sobre la renta (la utilidad fiscal que regula el
párrafo primero y segundo, fracciones I y II, del artículo 9 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta) y otra para determinar la participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas, que no es la auténtica,
al pertenecer a la base para determinar el impuesto (penúltimo párrafo,
del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta).
Que la base que prevé el dispositivo reclamado es distinta a su
capacidad económica, al obligar al patrón a participar a sus
trabajadores una utilidad diferente a aquella conforme a la cual se
grava el impuesto sobre la renta.
Que el penúltimo párrafo del artículo combatido, viola lo dispuesto por
el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución
Federal, al desatender la capacidad económica del sujeto, toda vez
que obliga a los patrones a participar a sus trabajadores una riqueza
artificial y distinta a su utilidad fiscal.
SEGUNDO. Que el penúltimo y último párrafos del artículo 9, de la Ley
del Impuesto sobre la Renta, violan la garantía de seguridad jurídica,
prevista en el artículo 16 Constitucional, al reiterar el vicio de
inconstitucionalidad que contenían los artículos 14 y 16 de la citada Ley
vigente en dos mil uno, así como de los artículos 16 y 17 de la referida
ley vigente en dos mil dos.
A.Que para respetar la garantía de seguridad jurídica, las normas deben
definir con precisión cada uno de los elementos que conforman los
derechos y las obligaciones de los gobernados y limitar a las
autoridades a que actúen dentro del margen de la ley, evitando
actuaciones arbitrarias.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
B.Que los artículos 16 y 17, último párrafo de la Ley del Impuesto sobre
la Renta vigente en dos mil trece, violan lo dispuesto por el inciso e),
fracción IX, apartado A, artículo 123 Constitucional, al obligar a los
patrones a efectuar el reparto de utilidades a los trabajadores sobre
una base distinta de aquélla con la cual se determina el impuesto sobre
la renta (resultado fiscal).
Que el penúltimo párrafo del artículo combatido, viola la garantía de
seguridad jurídica, al reiterar el vicio de inconstitucionalidad que
contenían los artículos 16 y 17, último párrafo de la Ley del Impuesto
sobre la Renta vigente hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil
trece, lo que provoca incertidumbre sobre la intención y finalidad de la
reforma aprobada.
Que es inconstitucional el penúltimo párrafo de la norma reclamada, al
existir jurisprudencia temática aplicable al caso en concreto, de rubro:
“PARTICIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES EN LAS UTILIDADES
DE LAS EMPRESAS. EL ARTÍCULO 16 DE LA LEY DEL IMPUESTO
SOBRE LA RENTA CONTROVIENE EL ARTÍCULO 123, APARTADO
A, FRACCIÓN IX, INCISO E), DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, AL
ESTABLECER UNA BASE PARA DETERMINAR SU MONTO
DIVERSA A LA PREVISTA EN ÉSTE” y “PARTICIPACIÓN DE LOS
TRABJADORES EN LAS UTILIDADES DE LAS EMPRESAS. LOS
ARTÍCULOS 16 Y 17, ÚLTIMO PÁRRAFO, DE LA LEY DEL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA, VIOLAN EL ARTÍCULO 123,
APARTADO A, FRACCIÓN IX, INCISO E), DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL (LEGISLACIÓN VIGENTE EN 2002)”.
Que es inconstitucional el penúltimo párrafo del dispositivo impugnado,
pues en las citadas tesis, ya se abordó con suficiencia el estudio
relativo a la base que se debe considerar para efectos de la
determinación de la participación de los trabajadores en las utilidades
las empresas.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que el penúltimo párrafo del precepto controvertido, adolece del mismo
vicio que los artículos 16 y 17 de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
ya que reitera la violación a la garantía de seguridad jurídica, contenida
en el artículo 16 Constitucional.
TERCERO. Que el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley
Federal del Trabajo, viola el derecho a la propiedad privada, previsto
en los artículos 17 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y 21 de la Carta de la Organización de los Estados
Americanos, al obligar a los patrones a repartir utilidades a sus
trabajadores sobre una base distinta de aquella con la cual se
determina el impuesto sobre la renta.
A.Que para que la ley respete el derecho de propiedad, consagrado en el
artículo 21 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, se
debe justificar la necesidad o beneficio al interés social.
B.Que es inconvencional el penúltimo párrafo de la norma controvertida,
en relación con el artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo, por
violación al derecho de propiedad, previsto en los artículos 27 de la
Constitución Federal y 21 de la Carta de la Organización de los
Estados Americanos, en relación con lo previsto por los artículos 1º y
133 de la Carta Magna, al prever una mecánica para determinar la
base gravable para efecto de la participación de los trabajadores en las
utilidades de las empresas distinta a la prevista en sus párrafos primero
y segundo, fracciones I y II.
Que el penúltimo párrafo del precepto reclamado en relación con el
artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo, viola el derecho de
propiedad privada, previsto en los artículos 27 Constitucional y 21 de la
Carta de la Organización de los Estados Americanos, al prever dos
bases gravables.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que el penúltimo párrafo del artículo impugnado, viola el derecho a la
propiedad privada, al obligar a los patrones a determinar la
participación de los trabajadores en las utilidades conforme a una
utilidad distinta a su capacidad contributiva que se refleja en su
resultado fiscal para efectos del impuesto sobre la renta, sin existir
razón de interés social válida que lo justifique.
Que las empresas están obligadas constitucionalmente a pagar a sus
trabajadores la participación en las utilidades que generaron, pero tales
utilidades forman parte de su propiedad y no existe razón justa o de
interés social que valide la erogación de cantidades mayores por dicho
concepto que respecto al pago de impuesto sobre la renta.
C.Que el penúltimo párrafo del precepto combatido, viola el derecho de
propiedad privada, al no considerar el resultado fiscal como la renta
gravable a que alude el artículo 123 Constitucional, pues los patrones
reparten en favor de los trabajadores utilidades no reales.
Que el patrón está obligado a pagar el reparto de utilidades que señala
el artículo 123 Constitucional, partiendo de una utilidad ficticia.
Que desde el punto de vista laboral y fiscal, el pago de salarios y la
repartición de utilidades, ambos a los trabajadores, se encuentran
íntimamente vinculados, por lo que es incorrecto que se reconozca el
impacto negativo del primero y no del segundo en la utilidad del
ejercicio de que se trate.
Que para el cálculo de la participación de los trabajadores en las
utilidades deben considerarse las pérdidas fiscales pendientes de
amortizar, ya que éstas constituyen deducciones autorizadas, que
merman e impactan de manera negativa la utilidad de las empresas.
Que el penúltimo párrafo del artículo combatido, en relación con el
artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo, no reconoce los conceptos
negativos que se deben de aplicar a la utilidad generada en dicho
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
ejercicio y así obtener la real, de la que es susceptible la repartición de
utilidades.
Que el penúltimo párrafo de la norma reclamada tiene como fin que los
patrones repartan utilidades superiores a las que realmente se
encuentran obligados.
D.Que se deberá ejercer un control difuso de constitucionalidad del
artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo, observando el principio “pro
personae”, a efecto de quitar de su esfera jurídica tal dispositivo.
Que solicita que el argumento anterior se tenga por reproducido en los
conceptos de violación, primero, segundo y cuarto, que se hicieron
valer en la demanda de amparo.
Que el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo, viola el artículo 123
Constitucional y los derechos de propiedad privada y desarrollo
integral, por lo que en atención al principio “pro personae”, se debe
inaplicar el dispositivo reclamado, al no permitirle compensar años de
pérdida con los de ganancia.
E. Que el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo,
viola el principio de proporcionalidad, al no incluir los conceptos que
impactan de manera negativa en la utilidad de las empresas.
E.1 Que la norma impugnada viola el principio de idoneidad, al verse
afectado el patrimonio de los patrones, pues reparten utilidades no
reales, ya que no son calculadas sobre la verdadera renta gravable.
E.2 Que la disposición reclamada viola el principio de necesidad, al no ser
respetada la utilidad real generada por la empresa con los conceptos
positivos y negativos con los cuales se determinara, y así, podría
efectuar el reparto correspondiente.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
E.3 Que el precepto combatido viola el principio de proporcionalidad en
sentido estricto, al desconocer los conceptos negativos y no
compensar al patrón en el detrimento de su patrimonio como
consecuencia del reparto de utilidades ficticias que efectúa.
Que la interpretación constitucionalmente válida del penúltimo párrafo
del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con el
128 de la Ley Federal de Trabajo, es aquella que permite reconocer el
impacto negativo de la participación de utilidades pagada en el ejercicio
y las pérdidas fiscales pendientes de amortizar para la determinación
de la base.
CUARTO. Que el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, viola el derecho al desarrollo integral, previsto
en los artículos 33, 34 y 45 de la Carta de la Organización de los
Estados Americanos, en relación con el artículo 26 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, al obligar a las empresas a
determinar una renta gravable para el cálculo de la participación de las
utilidades, sobre una base que no refleja su verdadera capacidad
contributiva, en virtud de que no se consideran las pérdidas de
ejercicios anteriores ni la participación pagada en el ejercicio.
A.Que el derecho al desarrollo integral, comprende: a) la distribución
equitativa de la riqueza, entendida como la obligación del Estado de
repartir el producto social o renta nacional de manera justa, conforme a
lo que a cada quien le corresponde y; b) los sistemas impositivos
adecuados y equitativos, conjunto de reglas o normas en materia
tributaria que prevén un gravamen igual a personas que también se
encuentran en la misma situación respecto de aquéllas que se
encuentran en situación diferente y se obtiene siempre que el Estado
logra objetivos básicos, como garantizar la distribución equitativa de la
riqueza y del ingreso, fijando tales sistemas que aseguran a las
personas un ambiente de igualdad de oportunidades y seguridad
económica.
16
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que para que una norma respete el derecho al desarrollo integral,
previsto en los artículos 33, 34 y 45 de la Carta de Organización de los
Estados Americanos, deberá otorgar un trato igual aquellos
contribuyentes que se encuentran en igualdad de circunstancias frente
a la ley, para que las obligaciones económicas que el Estado imponga
se determinen de manera adecuada equitativa y se asegure la justa
distribución de la riqueza y se otorgue seguridad económica.
B.Que el penúltimo párrafo del precepto impugnado, viola el derecho al
desarrollo integral, previsto en los artículos 33, 34 y 45 de la Carta de
la Organización de los Estados Americanos, en relación con el artículo
26 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, al otorgar
un trato distinto a contribuyentes que se encuentran en igualdad de
circunstancias, pues sólo algunos patrones se encuentran obligados a
repartir utilidades a sus trabajadores.
QUINTO. Que el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, viola el principio de protección y confianza legítima,
previsto en los artículos 14 y 16 Constitucional, al obligar a los patrones
a calcular la participación de los trabajadores en las utilidades de la
empresa conforme a una “base gravable” que no corresponde a la
renta gravable a que se refiere el artículo 123, apartado A, fracción IX,
inciso e), Constitucional.
A.Que el principio de protección y confianza legítima emana de los
artículos 14 y 16 de la Constitución, los cuales prevén la garantía de
seguridad jurídica.
B.Que el penúltimo párrafo del dispositivo controvertido, viola la garantía
de seguridad jurídica -que comprende el principio de protección y
confianza legítima-, prevista en los artículos 14 y 16 Constitucionales,
al obligar a los patrones a calcular la participación de los trabajadores
en las utilidades de las empresas, conforme a una base distinta de la
prevista en el inciso e), fracción IX, artículo 123, apartado A, de la
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Constitución Federal, lo cual no reconoce su verdadera capacidad
económica.
Que el penúltimo párrafo de la norma reclamada, obliga a los patrones
a repartir a los trabajadores una riqueza no generada, lo cual
desatiende su verdadera capacidad económica.
SEXTO. Que el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, viola la libre configuración legislativa, ya que previo a
que entrara en vigor dicha disposición, no se ponderaron ni analizaron
sus alcances.
A.Que solicita tener por reproducidos los conceptos de violación primero
al cuarto del escrito inicial de demanda.
B.Que si bien el legislador goza de libre configuración legislativa -limitada
por la Constitución Federal y los Tratados Internaciones-, el poder
judicial de la federación, dentro de sus facultades que le son
inherentes, deberá analizar la constitucionalidad de las normas creadas
por dicho legislador y los actos que dieron origen a las mismas y
calificar si el fin pretendido para el cual fue creado el tributo se cumple
o no y si se encuentra justificada alguna violación de garantías.
C.Que lo dispuesto por el penúltimo párrafo del precepto combatido no se
justifica en la libre configuración legislativa, en virtud de que el
Congreso de la Unión no está facultado para implementar que la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas se
deba determinar sobre una base distinta a la renta gravable
determinada para efectos del impuesto.
Que la libre configuración legislativa no justifica que el artículo
combatido, prevea una base para determinar la renta gravable para
efectos del impuesto y otra distinta para determinar la participación de
los trabajadores en las utilidades de las empresas.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que el precepto combatido, viola los derechos de fundamentación y
motivación, previstos en el artículo 16 de la Constitución, al obligar a
los patrones a repartir utilidades a los trabajadores que no se
generaron, lo que es una carga injusta que desatiende la capacidad
económica de los sujetos.
Que los derechos fundamentales de los gobernados se deben
anteponer a la libre configuración legislativa.
SÉPTIMO. Que los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y
121 de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad, violan los
derechos de igualdad y no discriminación, previstos en los artículos 1º
de la Constitución Federal y 24 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, al exentar del reparto de utilidades a Petróleos
Mexicanos, a la Comisión Federal de Electricidad y a sus empresas
subsidiarias, y obligar al pago de las mismas a las empresas privadas.
Que a partir de la reforma constitucional en materia energética
publicada el veinte de diciembre de dos mil trece, en el Diario Oficial de
la Federación, Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de
Electricidad, dejaron de ser organismos descentralizados
pertenecientes a la administración pública paraestatal para convertirse
en empresas productivas del Estado, obligadas a determinar su renta
gravable, pagar impuesto sobre la renta y participar utilidades a sus
trabajadores.
Que el precepto reclamado viola el derecho de igualdad, al exentar de
repartir utilidades a Petróleos Mexicanos, a la Comisión Federal de
Electricidad y a sus empresas subsidiarias, y obligar a ello a las
empresas privadas.
A.Derecho de igualdad y no discriminación -en este apartado no se hace
valer concepto de violación, sólo se describen tales derechos-.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
B. Que el marco jurídico de la reforma energética se constituye por la
Constitución, las leyes secundarias, la exposición de motivos y la
naturaleza jurídica de las empresas productivas del Estado -en este
apartado no se hace valer concepto de violación, sólo se describe el
marco jurídico-.
C.Que las disposiciones reclamadas violan los derechos de igualdad y no
discriminación, a partir del cambio que sufrió en su régimen fiscal
Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, por virtud
de la reforma energética.
A.Que los artículos 1º de la Constitución Federal y 24 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, prevén los derechos de igualdad
y no discriminación, que consisten en que todas las personas gozarán
de los derechos humanos previstos en la Carta Magna y en los
tratados internacionales suscritos por México, cuyo ejercicio no podrá
restringirse o suspenderse y que todas las personas son iguales ante la
ley.
B.Que a partir de la reforma constitucional, Petróleos Mexicanos, la
Comisión Federal de Electricidad y sus subsidiarias, se convirtieron en
empresas productivas del Estado, cuya naturaleza jurídica las ubica en
un plano de igualdad frente a cualquier sociedad constituida conforme
a la Ley General de Sociedades Mercantiles.
Que en tal virtud, el tratamiento que deberán recibir las empresas
productivas del Estado en materia de participación de los trabajadores
en las utilidades de las empresas, deberá ser igual que el que reciben
las empresas privadas.
B.1 Que el veinte de diciembre de dos mil trece, se publicó en el Diario
Oficial de la Federación, el Decreto por el que se reforman, adicionan
diversas disposiciones constitucionales en materia de energía, en
particular los artículos 25, 27 y 28 de la Carta Magna -en este apartado
se describe la reforma a tales preceptos constitucionales-.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
B.2 y B.2.1 Que el once de agosto de dos mil catorce, se publicó en el Diario Oficial
de la Federación, las Leyes de Petróleos Mexicanos y de la Comisión
Federal de Electricidad, en las cuales se prevé que Petróleos
Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad tienen la naturaleza
jurídica de empresas productivas del Estado –en éstos apartados no se
hace valer la inconstitucionalidad de algún precepto sólo se precisan
algunos puntos de la reforma energética-.
B.3 Que el veintinueve de abril de dos mil catorce, el Ejecutivo Federal
presentó ante la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión, la
iniciativa de Decreto por el que se expide la Ley de Petróleos
Mexicanos, la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del
Sector Público y la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados
con las Mismas.
Que los argumentos señalados en la exposición de motivos, no tienen
sustento jurídico ni justifican el tratamiento diferenciado que prevén los
artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Comisión
Federal de Electricidad, como son: i) Que estimó necesario la creación
de una nuevas leyes que atendiera los problemas estructurales de
Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, bajo la
premisa central de diseñar empresas productivas del Estado y; ii) Que
se consideró exentar a Petróleos Mexicanos, a la Comisión Federal de
Electricidad y a sus empresas subsidiarias del reparto de utilidades a
sus trabajadores.
B.3.1 Que las empresas productivas del Estado no gozan de la naturaleza de
una entidad perteneciente a la administración pública federal, pues no
tienen las características de un ente centralizado y están excluidas de
la Ley Federal de Entidades Paraestatales.
Que las empresas productivas del Estado no son órganos
constitucionales autónomos.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y sus
empresas subsidiarias no pertenecen a la administración pública
federal centralizada o paraestatal, no son organismos constitucionales
autónomos, pues su naturaleza se asimila a la de una empresa
privada, cuyo accionista es el gobierno federal.
Que los trabajadores de Petróleos Mexicanos, de la Comisión Federal
de Electricidad, así como de sus organismos subsidiarios, no son
servidores públicos, por lo que su relación laboral se encuentra
regulada por el apartado A, del artículo 123 Constitucional, porque su
naturaleza jurídica se asemeja a la de una empresa privada.
C.Que los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley
de la Comisión Federal de Electricidad, violan los derechos de igualdad
y no discriminación, previstos en los artículos 1º Constitucional, 1º y 24
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, al prever un
trato desigual para Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de
Electricidad y sus empresas productivas subsidiarias, respecto de
cualquier otra empresa privada.
Que la exención prevista en los artículos 118 de la Ley de Petróleos
Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad,
violan los derechos de igualdad jurídica y no discriminación, previstos
en los artículos 1º Constitucional, 1º y 24 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
C.1 Que hasta antes de la reforma energética, Petróleos Mexicanos y sus
subsidiarias, no realizaba reparto de utilidades a sus trabajadores,
derivado de que la Ley de Ingresos preveía que se encontraban
exentas del pago del impuesto sobre la renta.
D.Que a partir de la reforma energética, las empresas productivas del
Estado y sus subsidiarias, se encuentran obligadas al pago del
impuesto sobre la renta, lo que eliminó la justificación que prevalecía
en relación con la exención de repartir utilidades a sus trabajadores.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que conforme al nuevo régimen fiscal, tales empresas productivas del
Estado deben determinar la renta gravable y repartir utilidades a sus
trabajadores.
E. Que hasta antes de la reforma constitucional en materia energética, la
Comisión Federal de Electricidad no determinaba una renta o utilidad
gravable y, por ende, no repartía utilidades a sus trabajadores.
F. Que a partir de la reforma energética y de los ordenamientos
secundarios que se crearon y modificaron como consecuencia de la
referida reforma constitucional, el régimen fiscal al que se encontraba
sujeta la Comisión Federal de Electricidad se modificó sustancialmente,
pues lo que anteriormente constituía un organismo descentralizado
perteneciente a la administración pública federal, se convirtió en una
empresa productiva del Estado, sujeta al pago del impuesto sobre la
renta y al reparto de utilidades a sus trabajadores.
G.Que los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley
de la Comisión Federal de Electricidad, violan el derecho de igualdad,
al exentar del reparto de utilidades a Petróleos Mexicanos, a la
Comisión Federal de Electricidad y a sus empresas subsidiarias, y
obligar al resto de las empresas privadas al pago de dicho concepto.
Que Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad, sus
empresas subsidiarias, y el resto de los contribuyentes (empresas
privadas), se ubican en un plano de igualdad, de acuerdo a tres
aspectos: a) no forman parte del Estado; b) sus empleados no tienen el
carácter de servidores públicos, por lo que están regulados por el
artículo 123 Constitucional y; c) son empresas obligadas a determinar
su renta gravable conforme a las disposiciones de la Ley del Impuesto
sobre la Renta.
G.1 Que a partir de la reforma energética, se creó una nueva figura jurídica
denominada “empresas productivas del Estado”, entre las cuales se
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
encuentran Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y
sus empresas subsidiarias, lo que implicó que ahora tengan la
naturaleza jurídica de empresa privada.
Que los preceptos combatidos violan el derecho de igualdad y no
discriminación, al exentar de repartir utilidades a sus trabajadores a
Petróleos Mexicanos, a la Comisión Federal de Electricidad y a sus
empresas subsidiarias, sin hacer extensivo el beneficio a las empresas
privadas.
G.2 Que no son servidores públicos, los empleados a cargo de Petróleos
Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y sus empresas
subsidiarias, ya que no reúnen los requisitos que para ello deben
satisfacer, por lo que no existe justificación para exentar de la
obligación de repartir utilidades a sus trabajadores a tales empresas,
ya que al resto no se les hace extensivo dicho beneficio.
G.3 Que a partir de la reforma en materia energética, Petróleos Mexicanos,
Comisión Federal de Electricidad y sus empresas subsidiarias, se
encuentran obligadas al pago del impuesto sobre la renta y deben
determinar su renta gravable.
H.Que se pretendió justificar el tratamiento diferenciado en materia de
participación de los trabajadores en las utilidades, que se otorga a
Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y sus empresas
subsidiarias.
H.1 Que las utilidades que generan dichas empresas productivas del Estado
no tienen como fin incrementar los ingresos de la nación, pues no
tendría sentido que el legislador hubiera tenido la necesidad de
modificar su régimen fiscal para obligarlas a pagar el impuesto sobre la
renta.
H.2 Que no son válidos los argumentos vertidos por el Ejecutivo Federal en
la exposición de motivos, pues no se justifica el tratamiento
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
diferenciado entre Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de
Electricidad y sus empresas subsidiarias, respecto del resto de las
empresas privadas, ya que todas cuentan con trabajadores a su cargo
que no son servidores públicos y deben determinar su utilidad gravable
en términos de las disposiciones de la Ley del Impuesto sobre la
Renta.
H.3 Que en la exposición de motivos, se pretendió justificar el tratamiento
diferenciado que en materia de reparto de utilidades reciben Petróleos
Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y sus empresas
subsidiarias, en el sentido de que los recursos que permiten sus
operaciones son de origen público y no derivan de patrimonios
privados.
Que los recursos de Petróleos Mexicanos, de Comisión Federal de
Electricidad y de sus empresas subsidiarias, no tienen origen público,
pues no provienen de aportaciones del gobierno, sino del desarrollo
propio de su actividad, como sucede con cualquier otra empresa.
23. Sentencia de amparo. Las consideraciones por las que el Juzgado Quinto
de Distrito en el Estado de Oaxaca, con residencia en Oaxaca de Juárez,
mediante sentencia de treinta de noviembre de dos mil quince, negó el
amparo a la quejosa, fueron las siguientes:
En el Considerando Cuarto, el juzgado de distrito desestimó la causal
de improcedencia prevista en el artículo 61, fracción XXIII de la Ley de
Amparo, en relación con el artículo 77 de la misma legislación,
planteada por el Presidente de la República, al considerar que es
posible precisar los efectos de la concesión de amparo en caso de
estimarse inconstitucional el artículo 9, penúltimo y último párrafos de
la Ley del Impuesto sobre la Renta, los cuales serían desincorporar de
la esfera jurídica de la quejosa la prohibición que establece dicho
precepto, permitiendo la deducción en la renta gravable para el cálculo
de la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa,
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
las utilidades del ejercicio y las pérdidas fiscales de ejercicios
anteriores.
Lo anterior, al estimar que dicho efecto no generaría un régimen de
excepción del pago del impuesto sobre la renta.
En el Considerando Quinto, determinó que es infundado el argumento
de la quejosa, relativo a que el concepto de “renta gravable”, previsto
en el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución
Federal, se refiere al resultado fiscal, ya que tal disposición remite a los
términos y disposiciones de la Ley del Impuesto sobre la Renta para
efectos de lo que se deberá entender por ello.
Además, determinó que la Ley Federal del Trabajo es congruente con
dicha remisión, tomando en cuenta que su artículo 120, prevé que se
considerará utilidad de cada empresa, la renta gravable, de
conformidad con la citada legislación fiscal.
Consideró, que el Alto Tribunal determinó que de una interpretación al
artículo 123, apartado A, de la Constitución Federal, el concepto de
“renta gravable” es equiparable al de “utilidad fiscal”, el cual sólo
contempla los ingresos acumulables en un ejercicio fiscal menos las
deducciones autorizadas correspondientes.
Señaló, que el legislador en el artículo 9º de la Ley del Impuesto sobre
la Renta estableció un mecanismo congruente con lo previsto en el
citado precepto constitucional y con lo que al respecto ha determinado
la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Precisó, que el precepto combatido prevé que para determinar la renta
gravable a que se refiere el inciso e), fracción IX, del artículo 123,
apartado A, de la Constitución Federal, sólo se tomarán en cuenta los
ingresos menos las deducciones, incluyendo los montos que no hayan
sido deducibles en aplicación de lo dispuesto en el artículo 28, fracción
XXX, de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Indicó, que la norma combatida prevé un mecanismo de cálculo que
protege el derecho a la participación de los trabajadores en las
utilidades, pues ésta sólo se vería afectada si se permitiera restar
conceptos que implican la reducción del monto total de tales
participaciones a que tienen derecho los trabajadores; máxime que los
contribuyentes pueden restarlos al momento de determinar su
resultado fiscal.
Lo anterior, estimó que no implicaría que se generaran dos
procedimientos distintos para determinar la base gravable, es decir, la
base sobre la cual se aplica la tasa de treinta por ciento para poder
calcular el impuesto sobre la renta.
Consideró que la renta gravable para efectos de la participación en las
utilidades de la empresa sólo contempla los ingresos menos las
deducciones, mientras que la base gravable contempla los conceptos
que permiten obtener la utilidad menos, en su caso, las pérdidas de
ejercicios anteriores, lo cual constituye un mecanismo que, de no
establecerse, no reflejaría la verdadera capacidad contributiva de los
sujetos pasivos, al no prever conceptos que constituyen erogaciones
necesarias para su objeto social.
En esa medida, determinó que no puede equipararse el concepto de
“renta gravable” con el de “resultado fiscal”, ya que ello implicaría
desnaturalizar el derecho a las participaciones de los trabajadores en
las utilidades de las empresas, al incluir en su cálculo la participación
pagada en el ejercicio, así como las pérdidas de ejercicios anteriores,
lo cual redundaría en un monto menor, o incluso nulo, que si sólo se
contemplaran los ingresos menos las deducciones, en perjuicio de la
clase trabajadora y en contravención a los fines de justicia social por
los cuales estableció ese derecho la Constitución Federal.
Igualmente, señaló que el artículo combatido establece un sistema de
equilibrio entre capital y trabajo ya que, por una parte, establece un
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
cálculo de renta gravable que maximiza las utilidades en beneficio de
los trabajadores y, a la vez, reconoce a la participación de las utilidades
de las empresas como un elemento que debe aminorar el resultado
fiscal de los contribuyentes, a efecto de que éstos tributen sobre su
ingreso real.
Continúo argumentando, que el hecho de que el legislador precisara
que para el cálculo de la participación de los trabajadores en las
utilidades de la empresa, se debe tomar como base únicamente la
utilidad fiscal obtenida en el ejercicio (ingreso menos deducciones), no
así la participación de los trabajadores en las utilidades pagada ni las
pérdidas de años anteriores, no significa el establecimiento de una
nueva base gravable a la prevista para enterar el impuesto, pues
estimó que los cálculos respectivos se encaminan a diversos objetivos.
En tal virtud, desestimó los argumentos de la quejosa, ya que el
artículo 9º de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con el
artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo, no prevé diversas rentas
gravables para calcular la participación de los trabajadores en las
utilidades, por lo que no se viola lo dispuesto por el artículo 123,
apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución Federal, ni los
derechos de seguridad jurídica, legalidad, propiedad privada, desarrollo
integral, protección de confianza legítima y libre configuración
legislativa.
Lo anterior, al considerar que el artículo combatido prevé un
mecanismo congruente al precepto constitucional, ya que para
determinar la renta gravable sólo se tomarán en cuenta los ingresos
menos las deducciones, incluyendo los montos que no hayan sido
deducibles en aplicación de lo dispuesto en el artículo 28, fracción
XXX, de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Determinó, que no se ve afectado el derecho de propiedad, pues el
Alto Tribunal ha sostenido que la interpretación a los artículos 3, 25 y
31, fracción IV, de la Constitución Federal, permite afirmar que el
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
sistema tributario tiene como objetivo recaudar los ingresos requeridos
por el Estado para satisfacer las necesidades básicas de la comunidad
bajo las pautas de los principios tributarios de proporcionalidad y
equidad, con un enfoque sustantivo en el concepto de democracia para
el desarrollo de esa labor.
En ese orden de ideas, señaló que no se priva del derecho de
propiedad, porque los enteros realizados con motivo de la relación
tributaria no conllevan la privación de tal derecho, porque la función
social que cumple es el pago de contribuciones, que se cimenta en el
destino al gasto público.
En el mismo sentido, argumentó que el legislador ordinario puede
definir en cada época, qué contribuciones son necesarias para cubrir el
gasto público, de acuerdo con las circunstancias sociales y económicas
que existan en cada momento, atendiendo a la evolución de la
administración pública y las responsabilidades que el Estado vaya
asumiendo en la prestación de los servicios públicos que aseguren el
desarrollo integral de los individuos que componen la sociedad.
Refirió que la motivación a la que refiere el artículo 16, párrafo primero,
de la Constitución Federal, se encuentra inmersa en los fines de la
contribución que es destinarla al gasto público en beneficio de la
colectividad, por lo que no existe obligación de razonar o explicar en el
proceso legislativo respectivo, el por qué se crea la prestación
patrimonial pública, por existir la obligación de contribuir al gasto
público.
Estimó infundado el argumento relativo a que se viola el principio de
desarrollo integral, previsto en los artículos 33, 34 y 45 de la Carta de
la Organización de los Estados Americanos y 26 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, porque las resoluciones que
emite la Organización de los Estados Americanos son de carácter
político, no vinculantes para el Estado mexicano, aunado a que tal
ordenamiento no está por encima de la Constitución.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Consideró que la idoneidad o equidad del sistema tributario en su
totalidad no puede hacerse depender del establecimiento de un tributo
o de la modificación de la tasa de uno de ellos, pues no es a lo que se
refiere el tratado invocado.
Por otra parte, determinó que no existe transgresión al principio de
protección de la confianza legítima, que encuentra sustento en la
garantía de seguridad jurídica, prevista en los artículos 14 y 16
Constitucionales, ya que del procedimiento legislativo que dio origen a
las normas combatidas se advierte que su modificación derivó de una
iniciativa del Ejecutivo, en la cual se propuso la reforma a diversas
normas fiscales, la cual fue remitida a la Cámara de Diputados para su
dictamen y discusión; y posteriormente a la Cámara de Senadores para
su revisión, en dónde se realizaron diversas modificaciones, por lo que
se envió nuevamente a la Cámara de Diputados, quien finalmente la
remitió al Poder Ejecutivo para su publicación y promulgación.
Precisó, que la reforma a las normas combatidas no obedece a una
decisión arbitraria que se haya tomado de manera súbita e inesperada,
sino por lo contrario, la reforma se llevó a cabo por los órganos
constitucionalmente facultados para ello, atendiendo a diversas
realidades sociales que requerían ser jurídicamente reguladas y a
través de procedimientos previstos en la propia Constitución Federal.
Indicó, que las normas combatidas no trasgreden las garantías de
seguridad jurídica, confianza legítima y certeza jurídica, pues el
procedimiento legislativo conlleva el análisis y discusión de las normas
sometidas a éste, a través de la participación de distintos grupos
representantes de los gobernados, por lo que de ninguna manera
podría considerarse que se trata de una decisión súbita y arbitraria.
Por otra parte, determinó que son ineficaces los argumentos
contenidos en el séptimo concepto de violación, al considerar que es
improcedente su estudio, ya que no se está ante situaciones iguales
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
reguladas de forma diferente por la misma ley, que ameriten determinar
si el trato desigual está justificado y cumple con criterios objetivos y
razonables, pues dicha quejosa no demostró ser empresa productiva
del Estado.
Refirió, que de concederse el amparo a la quejosa por ese concepto,
se le ocasionaría un perjuicio, pues las utilidades que generara
tendrían que ser destinadas a incrementar los ingresos de la nación y,
sólo en tal escenario, podría estar exenta de repartir utilidades a sus
trabajadores, lo que es lesivo a su interés.
24. En el recurso de revisión la quejosa aduce:
PRIMERO. Que la sentencia resulta ilegal, pues el A quo resolvió el
planteamiento de inconstitucionalidad del artículo 9, párrafos penúltimo
y último de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con el
artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo, en el sentido de que la base
gravable a la que alude el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso
e), de la Constitución Federal, se refiere a la utilidad fiscal de la Ley del
Impuesto sobre la Renta.
A.Que el fallo recurrido viola lo dispuesto por los artículos 74, fracciones
I, II, III y IV, así como por los diversos 75 y 76, todos de la Ley de
Amparo, en relación con el diverso artículo 222 del Código Federal de
Procedimientos Civiles.
B.Que son ilegales las consideraciones por las cuales el juzgado de
distrito resolvió negar el amparo.
C.Que es ilegal la sentencia recurrida, ya que el A quo justificó que la
renta gravable base del reparto de utilidades, prevista en el artículo 9
de la Ley del Impuesto sobre la Renta, no permita disminuir la
participación de los trabajadores pagada en el ejercicio ni las pérdidas
de ejercicios anteriores, al considerar que se deben restar los montos
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
que no resultaron deducibles, en términos de lo dispuesto por el
artículo 28, fracción XXX, de la citada ley.
Que es incorrecto que el A quo considerara que el último párrafo del
artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, permite disminuir de
la base gravable los montos no deducibles y compensar el efecto que
genera el penúltimo párrafo de tal disposición, pues se excluye el
importe pagado de la participación de los trabajadores en las utilidades
de las empresas para la determinación de la renta gravable a que se
refiere el inciso e), fracción IX, apartado A del artículo 123,
Constitucional.
Que lo que busca el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de
la Constitución Federal, es que el reparto de utilidades se efectúe con
base en la situación real de las empresas y no respecto de ciertos
porcentajes.
Que si el artículo reclamado permite para la determinación de la renta
gravable, la disminución de los montos no deducibles y excluye de
dicha disminución la participación de los trabajadores en las utilidades
pagada, ello implica que únicamente se podrán disminuir tal renta, el
53 o 47%, mientras que el remanente no podrá ser disminuido,
situación que evidencia que las empresas seguirían determinado la
base gravable de dicho reparto, conforme a una mecánica distinta de la
señalada en la Constitución Federal.
Que es ilegal que el A quo señalara que la renta gravable base del
reparto de utilidades que prevé el artículo 9 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, considera la situación real de la empresas, pues
únicamente otorga la posibilidad de tomar en cuenta un cierto
porcentaje de los pagos realizados por concepto de reparto de
utilidades, y lo que busca la disposición constitucional es que dicho
reparto se efectúe con base en la situación real de cada empresa.
32
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que la sentencia es ilegal, pues el artículo 9 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, establece un procedimiento distinto al señalado en el
artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e) de la Constitución
Federal, para la determinación de la renta gravable base del reparto de
utilidades.
Que es incongruente el razonamiento del juzgado de distrito, al afirmar
que la renta gravable prevista en el artículo 123 de la Constitución
Federal, no debe ser disminuida por conceptos negativos -como la
participación de los trabajadores en las utilidades pagada y las
pérdidas fiscales pendientes de aplicar- y sostener que el hecho de que
se permita disminuir los conceptos no deducibles (PTU pagada)
aprueba determinar la verdadera situación de las empresas.
Que el A quo puso en evidencia que la mecánica que prevé el artículo
9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta para determinar la renta
gravable base del reparto de utilidades, es diversa a la señalada en el
artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e) de la Constitución
Federal.
D.Que resulta ilegal que el A quo sustentara su determinación en lo
resuelto en el amparo en revisión 398/2005, del cual derivó la
jurisprudencia P./J. 114/2005, pues en dichos precedentes se analizó
el artículo 10 de la abrogada Ley del Impuesto sobre la Renta y se
determinó que la base gravable a que se refiere el artículo 123,
apartado A, fracción IX, inciso e) de la Constitucional, es la utilidad
fiscal.
Que se interpretó de forma indebida el artículo 9 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, al incluir una base gravable para el cálculo de la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas.
Que contrario a lo dispuesto por el artículo 123 de la Constitución
Federal, no se permite a los patrones reconocer el efecto negativo en
la renta gravable, que genera el pago de la participación de los
33
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
trabajadores en las utilidades de la empresa, ya que no corresponde a
la riqueza generada, lo que produce una carga injusta e inequitativa
que no toma en cuenta la capacidad económica del patrón.
Que es incuestionable que para efecto de determinar la renta gravable
base de la participación de los trabajadores en las utilidades de la
empresa se debe restar la participación de los trabajadores en las
utilidades pagada en dicho ejercicio.
Que no existe disposición Constitucional, de la Ley Federal del Trabajo
o de la Ley del Impuesto sobre la Renta, que expresa o tácitamente
disponga que la participación de los trabajadores en las utilidades
pagada en el ejercicio, no pueda ser considerada para determinar la
base del reparto en de dicho ejercicio.
Que existe una remisión constitucional ratificada por la legislación
laboral, en el sentido de que para determinar la base de la participación
de los trabajadores en las utilidades de las empresas debe de
considerarse la renta gravable a que refiere la Ley del Impuesto sobre
la Renta, con la exclusión que establece el artículo 128 de la Ley
Federal del Trabajo, relativa a las pérdidas fiscales.
Que ilegalmente el A quo resolvió que el procedimiento previsto en el
artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta para determinar la
renta gravable base del reparto de utilidades no es contrario a lo
dispuesto por el artículo 123, Apartado A, fracción IX, inciso e) de la
Constitución Federal, no obstante que no permite disminuir los
conceptos negativos.
Que incorrectamente el A quo sostuvo que la "renta gravable" a la que
alude el artículo 123, Apartado A, fracción IX, inciso e) de la
Constitución Federal, es el resultado fiscal del impuesto sobre la renta,
al considerar que el Alto Tribunal determinó que la participación de los
trabajadores en las utilidades y las pérdidas fiscales en que incurren
34
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
las empresas, son conceptos que impactan negativamente en sus
utilidades.
Que el A quo sostuvo que de incluirse los pagos correspondientes al
reparto de utilidades y las pérdidas fiscales pendientes de aplicar,
implicaría disminuir la base gravable de dicho reparto al grado de que
no se pagara cantidad alguna a los trabajadores.
Que si lo anterior fuera así, es porque el resultado reflejaría la
verdadera situación de la empresa y a los trabajadores al no existir
tales utilidades, no les correspondería pago alguno.
Que si una determinada empresa no genera utilidades en un
determinado ejercicio, no es razón para considerar ilegal la mecánica,
pues tal situación evidencia que los trabajadores no tienen derecho a
percibir utilidades porque no se generó dicho concepto.
Que de una interpretación armónica de lo dispuesto por el artículo 9,
fracción I, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con lo
previsto en los artículos 123 de la Constitución Federal, 120 y 128 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, las utilidades pagadas en un
ejercicio, deben disminuirse de la base gravable a efecto de que se
repartan las utilidades reales de la empresa.
Que las consideraciones a las que llegó el Alto Tribunal, al resolver el
amparo en revisión 398/2005, citado en el fallo recurrido, corresponden
a la Novena Época del Semanario Judicial de la Federación, por lo que
no existe una análisis en materia de derechos humanos ni una
interpretación conforme a la Constitución y los tratados internacionales.
Que al obligar a las personas morales a repartir utilidades que no
generaron, produce una carga injusta que no toma en cuenta la
capacidad económica del patrón, lo que es contrario al derecho de
propiedad, consagrado en los artículos 14, 27 y 123 de la Constitución
Federal.
35
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que es ilegal la sentencia recurrida, pues la disposición reclamada
obliga a determinar y pagar la participación de los trabajadores en las
utilidades de la empresa, sobre una "renta gravable" que no representa
las ganancias o la utilidad fiscal que aquella percibió en el ejercicio
fiscal.
E. Que es ilegal que el A quo determinara que las disposiciones
reclamadas no violan el derecho de propiedad privada, al considerar
que los contribuyentes están obligados a contribuir al gasto público.
Que el A quo parte de una premisa errónea al efectuar un indebido
análisis del tercer concepto de violación, a través del cual reclamó que
el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo,
viola el derecho de propiedad privada, al obligar a determinar una base
distinta para el reparto de utilidades a los trabajadores.
Que lo que reclamó fue que se obliga a determinar una base para el
reparto de las utilidades de los trabajadores distinta a su verdadera
capacidad contributiva, situación que atenta contra el derecho de
propiedad.
Que el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo,
obliga a los patrones a determinar la base del reparto de utilidades a
los trabajadores, sobre una base gravable de la que no se disminuye la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas
pagada en el ejercicio ni las pérdidas fiscales pendientes de aplicar de
ejercicios anteriores.
Que el penúltimo párrafo del precepto impugnado prevé la obligación
de los patrones de determinar la base de participación de utilidades a
sus trabajadores, eliminando elementos que sí son considerados para
determinar el impuesto sobre la renta (resultado fiscal), como la
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
participación de las utilidades pagada en el ejercicio y las pérdidas
fiscales pendientes de amortizar de ejercicios anteriores, lo que tiene
como consecuencia que el patrón otorgue a sus trabajadores una
utilidad diferente a la gravada y distinta a su capacidad contributiva
reflejada en la renta neta.
Que la determinación de la base gravable para efectos del cálculo de la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas,
debe efectuarse de conformidad con lo previsto en el artículo 9 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, es decir, con base en el resultado
fiscal que obtuviera la empresa, que es la que debe aplicarse para la
determinación del impuesto sobre la renta.
Que es ilegal que el A quo concluyera que el sistema tributario
combatido tiene como objetivo recaudar los ingresos requeridos por el
Estado para satisfacer las necesidades básicas de la comunidad, cuya
función conlleva responsabilidades, entre ellas, la de contribuir al gasto
público y considerara por ello, que el precepto combatido no viola el
derecho de propiedad privada.
Que no pretende no repartir utilidades o contribuir al gasto público,
pues señaló que de lo que se duele es que si bien se tiene la
obligación constitucional de repartir utilidades a sus trabajadores, dicho
reparto debe realizarse conforme al resultado fiscal previsto en la Ley
del Impuesto sobre la Renta -que es la renta gravable a la que se
refiere la Constitución Federal-, lo cual refleja su verdadera capacidad
contributiva.
Que considerar lo contrario implicaría que las empresas erogaran una
cantidad mayor por concepto reparto de utilidades a sus trabajadores,
de la que tienen que determinan para el impuesto sobre la renta, lo que
las priva de una porción de sus bienes, sin ninguna razón justa o de
interés social que lo valide.
37
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
F. Que es ilegal que el A quo resolviera, que a partir de la reforma
constitucional en materia de derechos humanos, nos encontramos
frente a un nuevo paradigma en cuanto a la conformación de nuestro
sistema jurídico y que los instrumentos internacionales suscritos por
nuestro país no son vinculantes para el Estado mexicano ni están por
encima de la Constitución Federal.
Que es ilegal que el A quo no advirtiera que los derechos humanos,
contenidos en la Constitución Federal y en los tratados internacionales,
se encuentran en un mismo nivel jerárquico y que, al no referirse el
principio de desarrollo integral a algunas de las restricciones que
expresamente establece la Constitución Federal, no existe justificación
alguna para restarle obligatoriedad, como se pretende a través de la
sentencia recurrida.
Que el A quo no consideró lo que al respecto ha determinado la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el sentido de que el nivel
jerárquico en que deben ubicarse los derechos humanos, los que están
al mismo nivel de la Constitución Federal.
Que la disposición reclamada viola la certeza jurídica de los
gobernados, ya que no se tomó en cuenta que existen diversos
criterios del Alto Tribunal, contenidos en las tesis de jurisprudencia
P./J. 114/2005, la./J. 64/2004, 2a./J. 62/2004, 2a./J„ 32/2004, P./J.
48/99 y P./J. 75/99, encaminados a demostrar que resulta
inconstitucional obligar a los patrones a calcular repartir utilidades
artificiales, distintas a su verdadera capacidad contributiva.
Que es ilegal que el A quo sostuviera que la reforma de la norma
controvertida no obedeció a una decisión arbitraria que se haya tomado
de manera súbita e inesperada, ya que no importa que se hayan
cumplido los procedimientos constitucionalmente establecidos, pues tal
disposición va más allá de la Carta Magna.
38
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que de conformidad con lo previsto en el artículo 29 de la Constitución
Federal, ninguna autoridad se encuentra legitimada para suspender o
restringir los derechos humanos de los gobernados, al existir ciertos
límites que no pueden ser rebasados, como lo es, la protección de los
derechos humanos previstos en la Constitución Federal y en los
tratados internacionales.
Que la disposición reclamada viola los derechos de fundamentación y
motivación, al prever que se determina una base gravable para efectos
del impuesto sobre la renta y, en su penúltimo párrafo, que se debe
determinar otra base distinta para calcular la participación de los
trabajadores en las utilidades de la empresa.
Que el Congreso de la Unión viola los derechos de fundamentación y
motivación, al carecer de facultades para legislar y establecer una base
distinta para calcular la participación de los trabajadores en las
utilidades.
SEGUNDO. Que es ilegal la sentencia recurrida, al negar el amparo y
protección de la Justicia Federal, respecto de los artículos 118 de la
Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de
Electricidad, los cuales violan los principios de igualdad y no
discriminación, pues otorgan un trato distinto a contribuyentes que se
encuentran en igualdad de circunstancias.
A.Que solicita se tenga por reproducido como si a la letra se insertaran lo
señalado en el apartado A, del agravio primero del recurso de revisión,
en torno a los requisitos establecidos en los artículos 74, 75 y 76 de la
Ley de Amparo, para el dictado de las sentencias de amparo y los
cuales deben ser observados de manera obligatoria por todo órgano
jurisdiccional que conozca del juicio de garantías.
B.Que el A quo resolvió de forma indebida respecto de la
constitucionalidad de los artículos 118 de la Ley de Petróleos
Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad.
39
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
C.Que el A quo consideró indebidamente que tanto Petróleos Mexicanos,
como la Comisión Federal de Electricidad, son empresas productivas
del Estado, y que en virtud de ello, las utilidades que generan tienen
por objeto el incremento de los ingresos de la nación y, en virtud de
ello, no reparten utilidades a sus trabajadores.
Que es ilegal que el juzgado de distrito determinara que no está ante
situaciones iguales reguladas de forma diferente por la misma ley, que
ameritaran ser analizadas, y que Petróleos Mexicanos, la Comisión
Federal de Electricidad, como sus subsidiarias, son empresas
productivas del Estado, por lo que sus utilidades generadas tienen por
objeto incrementar los ingresos de la nación y no se encuentran
obligadas a repartir utilidades a sus trabajadores.
Que lo anterior no tiene sustento, pues el legislador reformó el régimen
fiscal de dichas empresas, para obligarlas al pago del impuesto sobre
la renta.
Que a partir de la reforma constitucional en materia energética,
Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y sus
empresas subsidiarias, se convirtieron en sujetos del impuesto sobre la
renta, lo que implicó que no todas las utilidades que generan son en
beneficio de los ingresos de la nación, tan es así que se consideró
necesario obligarlos al pago de dicho impuesto, con el propósito de que
contribuyeran al gasto público.
Que derivado de la reforma en materia energética, las utilidades que
Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y sus
empresas subsidiarias generan tienen fines diversos, como la
reinversión de la propia empresa, gasto corriente, adquisición o
creación de subsidiarias.
Que la inconstitucionalidad de las disposiciones reclamadas radica en
que tanto las utilidades generadas por Petróleos Mexicanos, la
40
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Comisión Federal de Electricidad y sus empresas subsidiarias, son
objeto del impuesto sobre la renta, por lo que se otorga un tratamiento
inequitativo a las empresas privadas a las que no se hace extensivo el
beneficio.
Que el A quo parte de una premisa errónea al considerar que se le
ocasionaría un perjuicio, al otorgarle un trato igual que a Petróleos
Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, derivado de que no
manifestó que se encontraban en un plano de igualdad por ser
empresas productivas del Estado.
Que la desigualdad emana de que a partir de la reforma en materia
energética, Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y
sus subsidiarias, dejaron de ser parte de la estructura de la
Administración Pública Federal, asimilándose a las empresas privadas.
Que el hecho de que la ganancia que generan Petróleos Mexicanos y
la Comisión Federal de Electricidad, tenga como fin incrementar el
gasto público, no justifica que en un plano de igualdad, como lo son las
relaciones laborales y el otorgamiento de prestaciones, se otorguen
beneficios a dichas empresas y, no así al resto que generan empleos
como sucede en el presente caso.
Que el A quo perdió de vista que la igualdad de condiciones entre las
empresas radica en que ambos tipos de contribuyentes no forman
parte exclusiva del gobierno federal y otorgan prestaciones a sus
trabajadores.
Que los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la
Comisión Federal de Electricidad, violan los principios de igualdad y no
discriminación, pues las empresas productivas del Estado -Petróleos
Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y sus subsidiarias-, tienen
la misma naturaleza de cualquier otra empresa y deberían estar
obligadas al reparto de utilidades a sus trabajadores.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que a efecto de evitar repeticiones innecesarias solicita tener por
reproducido el séptimo concepto de violación de la demanda de
garantías, en el cual se acredita que los artículos 118 de la Ley de
Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de
Electricidad, violan el principio de igualdad y no discriminación.
TERCERO. Que la sentencia recurrida viola los derechos de legalidad
y seguridad jurídica, pues el juzgado de distrito no analizó la totalidad
de los argumentos del escrito inicial de demanda.
A.Que el A quo se encontraba obligado a pronunciarse respecto de la
totalidad de los conceptos de violación, sin embargo, solo consideró los
argumentos relativos a que el artículo 9, último párrafo de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, viola la garantía de legalidad y seguridad
jurídica.
A. (sic) Que solicita a efecto de evitar repeticiones innecesarias tener por
reproducidos como si a la letra se insertaran, los argumentos del
apartado A del primer agravio.
B.Que el A quo omitió analizar los conceptos de violación primero,
segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto y séptimo, del escrito inicial de
demanda.
C.1 Que el A quo omitió analizar los apartados B y C, del primer concepto
de violación, en el cual señaló que los artículos impugnados violan el
principio fundamental de legalidad y seguridad jurídica, al prever dos
bases distintas para el cálculo del impuesto sobre la renta.
C.2 Que el A quo omitió analizar el apartado B, del segundo concepto de
violación, en el cual argumentó que el artículo 9 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, viola el derecho de seguridad jurídica, al reiterar los
vicios de inconstitucionalidad que contenían los artículos 14 y 16 de la
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en dos mil siete y, 16 y 17 de
la citada ley vigente en dos mil dos.
Que el precepto combatido prevé una mecánica para determinar la
base gravable para efecto de la participación de los trabajadores en las
utilidades de las empresas completamente distinta a la regulada en los
párrafos primero y segundo, fracciones I y II, del artículo 9 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta.
C.3 Que el A quo omitió analizar los apartados B, C y E, del tercer concepto
de violación, en el cual manifestó que el artículo 9 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley
Federal del Trabajo, viola el derecho a la propiedad privada, al obligar
a los patrones a efectuar el reparto de utilidades a sus trabajadores
sobre una base distinta de aquella con la cual se determina el impuesto
sobre la renta (resultado fiscal).
Que el penúltimo párrafo del artículo combatido, en relación con el
artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo, viola el derecho a la
propiedad privada, pues sin una razón válida y de interés social, las
empresas son privadas de disfrutar y gozar de las utilidades que
generan.
Que el penúltimo párrafo del precepto reclamado, en relación con el
artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo, viola el derecho de
propiedad privada, al no considerar el resultado fiscal como la renta
gravable, por lo que se efectúa un reparto en favor de los trabajadores
partiendo de un concepto que no constituye la verdadera utilidad del
patrón.
Que señaló en la demanda de garantías que la norma controvertida,
en relación con el artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo, viola el
principio de proporcionalidad.
43
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
C.4 Que el A quo omitió analizar los apartados A y B, del cuarto concepto
de violación, en el cual adujo que el último párrafo del artículo
impugnado, viola el derecho a un desarrollo integral, al obligar a las
empresas a determinar una renta gravable para el cálculo de la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas,
utilizando una base que no refleja su verdadera capacidad contributiva,
al no poder considerar las pérdidas de ejercicio anteriores ni las
utilidades pagadas.
C.5 Que el A quo omitió analizar los apartados A y B, del quinto concepto
de violación, en el cual señaló que el legislador a través del artículo 9,
penúltimo párrafo de la Ley del Impuesto sobre la Renta, reiteró el vicio
de inconstitucionalidad, al obligar a los patrones a calcular la
participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa
conforme a una base distinta de aquella a la que se refiere el inciso e),
fracción IX, apartado A, del artículo 123, Constitucional.
Que el último párrafo del precepto controvertido, viola el principio de
protección de la confianza legítima, el cual exige que las innovaciones
y modificaciones normativas para los gobernados no sean impuestas
de manera súbita e inesperada sino que se mantengan relativamente
estables en aras de no provocar incertidumbre jurídica a los
gobernados, es decir, conocer en todo momento el "saber a qué
atenerse".
C.6 Que el A quo omitió analizar los apartados B y C, del sexto concepto de
violación, en el cual señaló que el penúltimo párrafo de la norma
controvertida, viola la libre configuración legislativa, ya que el legislador
no puede emitir leyes que transgredan la Constitución ni los tratados
internacionales.
Que no existe motivo ni razonamiento alguno para considerar que el
Congreso de la Unión está facultado para determinar que la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas se
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
deba calcular sobre una base distinta de la renta gravable para efectos
del impuesto sobre la renta.
C.7 Que el A quo omitió analizar el apartado B, del séptimo concepto de
violación, en el cual arguyó que los artículos 118 de la Ley de Petróleos
Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad,
violan los derechos de igualdad y no discriminación, previstos en los
artículos 1º de la Constitución Federal, 1º y 24 de la Convención
Americana de Derechos Humanos.
Que derivado de la reforma constitucional en materia energética, y al
analizar los diversos ordenamientos secundarios que establecen la
naturaleza jurídica de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal
de Electricidad, el tratamiento que reciben en materia de participación
de los trabajadores en las utilidades de las empresas, debe ser igual al
que se otorga a las empresas privadas.
25. En el recurso de revisión adhesiva, el Delegado del Presidente de la
República, planteó en sus agravios:
PRIMERO. Que en el recurso de revisión la quejosa solo se limitó a
realizar una transcripción de sus conceptos de violación, sin
controvertir los motivos y fundamentos con base en los cuales el
juzgador de amparo emitió la sentencia recurrida.
SEGUNDO. Que es procedente se confirme la sentencia de amparo,
en virtud de que el artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo, no viola
el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución
Federal, al no permitir disminuir las pérdidas fiscales de ejercicios
anteriores.
Que el artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo, no viola lo dispuesto
por el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), Constitucional,
toda vez que con la reforma fiscal se homologó la base para el cálculo
de la participación de los trabajadores en las utilidades de las
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
empresas, a la señalada en el derogado artículo 10 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, subsanando los vicios de
inconstitucionalidad.
Que el hecho de que el legislador no permita disminuir de la renta
gravable, la participación de los trabajadores en las utilidades pagada
en el ejercicio ni las pérdidas fiscales pendientes de aplicar de
ejercicios anteriores, ello fue con el objetivo de proteger derechos
laborales.
Que el artículo 128 de la Ley Federal de Trabajo prevé que no se
compensen los años de pérdida con los de ganancia, con lo cual se
protege el derecho laboral de repartir utilidades a los trabajadores.
Que de tomarse en cuenta las pérdidas fiscales al momento de
determinar la participación de los trabajadores en las utilidades de las
empresas, se estaría disminuyendo las utilidades a repartir a los
trabajadores, haciéndolos participes directos de dichas pérdidas, lo que
violaría derechos laborales, que prevé el artículo 123, apartado A,
fracción IX, inciso e), de la Constitución Federal.
Que al resolver el amparo en revisión 398/2005, el Alto Tribunal
determinó que no se puede considerar en el cálculo de la participación
de los trabajadores en las utilidades, las pérdidas pendientes de
amortizar, criterio que resulta aplicable para la participación de los
trabajadores en las utilidades pagada en el ejercicio, pues de lo
contrario no se estaría logrando una justa participación y se violaría lo
dispuesto por el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e),
Constitucional.
TERCERO. Que debe confirmar el fallo constitucional, ya que el
artículo 9, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, no establece una
base gravable diferente a la que sirve para la determinación del
impuesto sobre la renta, por lo que no se viola lo dispuesto por el
artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), Constitucional.
46
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que el citado precepto constitucional, no obliga a los patrones a que la
base para la participación de los trabajadores en las utilidades se deba
calcular conforme al resultado fiscal, pues establece que para
determinar el monto de las utilidades de cada empresa deberá tomarse
como base la renta gravable, de conformidad con las disposiciones de
la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Que existe la limitante de no deducir la participación de los
trabajadores en las utilidades pagada ni las pérdidas pendientes de
amortizar, en beneficio de proteger a los trabajadores y atender a lo
señalado por el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la
Constitución Federal.
CUARTO. Que se debe confirmar la sentencia, ya que el artículo 9 de
la Ley del Impuesto sobre la Renta, coincide con la renta gravable, al
no establecer una mecánica distinta para calcular la participación de
los trabajadores en las utilidades de las empresas.
Que el citado precepto estable una sola base para el cálculo de la renta
gravable, la cual es la misma para la participación de los trabajadores
en las utilidades.
QUINTO. Que el artículo 9, cuarto párrafo de la Ley del Impuesto sobre
la Renta, no viola el principio de proporcionalidad tributaria, pues la
participación de los trabajadores en las utilidades, se determina sobre
una riqueza generada y no artificial, por lo que existe una carga injusta
que no tome en cuenta la capacidad económica del patrón.
Que el citado precepto si toma en cuenta la capacidad contributiva del
patrón, ya que el cálculo para determinar la participación de los
trabajadores en las utilidades, se hace con base en la utilidad fiscal, lo
que ya fue resuelto por el Pleno de la Suprema Corte en el amparo en
revisión 1919/2004.
47
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Que el citado artículo no obliga a la quejosa a repartir una utilidad o
ganancia que no recibió, ya que para el cálculo de la participación de
los trabajadores en las utilidades se toman los mismos elementos para
calcular la base para determinar la utilidad fiscal (ingresos menos
deducciones), elementos que reflejan tales ganancias por las que las
empresas se vieron beneficiadas.
Que el hecho de que no se tome en cuenta ni la participación de los
trabajadores en las utilidades pagadas en el ejercicio ni las pérdidas
fiscales pendientes de aplicar en ejercicios anteriores es con la
finalidad de no mermar la utilidad que se va a repartir a los
trabajadores.
Que el cuarto párrafo del artículo 9, de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, no establece bases distintas, sino una limitante respecto de los
conceptos que no podrán disminuirse para el cálculo de la participación
de los trabajadores en las utilidades, porque ya se restaron para la
determinación del impuesto sobre la renta.
Que el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, no viola el principio de proporcionalidad tributaria, en virtud de
que para ambos cálculos -participación de los trabajadores en las
utilidades e impuesto sobre la renta- se utiliza la misma base y no una
distinta que pueda generar una riqueza artificial.
SEXTO. Que los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121
de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad, no violan la garantía
de igualdad, prevista en el artículo 1º de la Constitución Federal, toda
vez que existe una justificación constitucional para exentar a Petróleos
Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad del reparto de
utilidades a sus trabajadores.
Que de la exposición de motivos de las citadas leyes, se advierte que
la exención en comento se encuentra justificada, pues Petróleos
Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, son empresas
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
propiedad del Estado mexicano y tienen diferencias sustanciales de las
empresas privadas.
Que tratándose de empresas privadas, las utilidades que obtienen en
un periodo determinado se destinan a beneficiar a unos cuantos
inversionistas y los ingresos derivados de las actividades
empresariales que realizan Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal
de Electricidad y sus empresas privadas tienen un destino nacional.
Que se exceptúa a Petróleos Mexicanos, a la Comisión Federal de
Electricidad y a sus empresas subsidiarias, del reparto de utilidades a
sus trabajadores, en virtud de incrementar los ingresos de la nación, es
decir, son empresas públicas a las que se les ha encargado funciones
estatales específicas.
Que se justifica el tratamiento diferenciado entre las empresas privadas
y las empresas productivas del Estado, ya que el fin extra fiscal que se
persigue es crear un ambiente de competitividad en el contexto
nacional e internacional, haciendo crecer la economía del país y
destinando las utilidades a incrementar los ingresos de la nación y el
financiamiento del gasto público, pues las utilidades son aprovechadas
para el mejoramiento de servicios educativos, de salud, infraestructura
u otros que beneficien a la nación.
26. Sentencia del tribunal colegiado. Mediante sentencia de veintiocho de
julio de dos mil dieciséis, el Tribunal Colegiado en Materias de Trabajo y
Administrativa del Décimo Tercer Circuito, resolvió:
En el Considerando Primero, determinó que el examen de la
constitucionalidad de los actos precisados, vía recurso de revisión,
corresponde al Alto Tribunal como competencia originaria.
No obstante, previamente realizó el estudio oficioso de las cuestiones
relacionadas con la procedencia del juicio de amparo.
49
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Así, refirió que el juez de distrito si analizó la causal de improcedencia
hecha valer por el Presidente de la República, respecto de la cual
concluyó que no se actualizaba, toda vez que si es posible precisar los
efectos de la concesión del amparo en caso de estimar inconstitucional
el artículo reclamado, supuesto en el cual no era el caso de considerar
configurada la causal de improcedencia de trato.
Asimismo, manifestó que tanto en el recurso de revisión principal como
en el de revisión adhesiva, no se formulan planteamientos referentes a
la improcedencia del juicio.
Asimismo, indicó que de oficio no se advirtió se actualizara alguna de
las hipótesis de improcedencia del juicio de amparo ni que quedara
alguna otra pendiente de analizar.
En el Considerando Segundo, el tribunal colegiado determinó que no
era posible abordar el estudio de los agravios que formuló la recurrente
principal, encaminados a acreditar la ilegalidad de la sentencia
impugnada porque tienden a controvertir la sentencia recurrida en la
que se declaró la constitucionalidad de los diversos Decretos
impugnados.
Asimismo, determinó que tampoco abordara el estudio de los agravios
propuestos en el recurso de revisión adhesivo hecho valer por el
Presidente de la República, dado que los mismos están encaminados a
reforzar las consideraciones del juzgador federal, tomadas en
consideración para negar el amparo solicitado.
Por lo anterior, consideró que la competencia legal para conocer de los
aspectos de constitucionalidad, se surte en favor de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación.
VII. CUESTIONES PREVIAS
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
27. En la sentencia reclamada, el juez de distrito determinó que los artículos 9,
penúltimo y últimos párrafos de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente a
partir del primero de enero de dos mil catorce -en relación con el artículo
128 de la Ley Federal del Trabajo-, 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y
121 de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad, no resultaban
contrarios al texto constitucional. Para ello, sustentó las razones siguientes:
28. En relación con el artículo 9, penúltimo y último párrafos de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, señaló:
Que el artículo 9 de la ley del Impuesto sobre la Renta establece un mecanismo de cálculo que protege el derecho a la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa, en el entendido de que aquél se vería disminuido o afectado si se permitiera restar conceptos que implicaran la reducción del monto total de las participaciones a que tienen derecho los trabajadores; máxime que los contribuyentes pueden restarlos al momento de determinar el resultado fiscal.
Que no existen dos procedimientos distintos para calcular la base gravable, ya que para determinar la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, la ley sólo contempla los ingresos menos las deducciones, mientras que la base gravable, los conceptos que permiten obtener la utilidad menos -en su caso- las pérdidas de ejercicios anteriores, lo cual constituye un mecanismo que de no establecerse, no reflejaría la verdadera capacidad de los sujetos pasivos, al no prever conceptos que constituyen erogaciones necesarias para su objeto social.
Por ende, no puede equipararse el concepto de renta gravable con el de resultado fiscal, ya que ello implicaría desnaturalizar el derecho a las participaciones de los trabajadores en las empresas, al incluir en su cálculo la propia participación pagada en el ejercicio, así como las pérdidas de años anteriores.
Consecuentemente, al no preverse en el artículo 9 de la ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo diversa renta gravable para calcular la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa, no se ve transgredido el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e) de la Constitución Federal, ni se violan los principios de seguridad jurídica, legalidad y protección de confianza legítima, ni los derechos de propiedad y desarrollo integral, menos la teoría de la libre configuración legislativa, por lo que determinó infundados los motivos de disenso planteados en la demanda de amparo.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
29. En relación con los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de
la Ley de la Comisión Federal de Electricidad, consideró:
Que resultan jurídicamente ineficaces los argumentos referidos en el séptimo concepto de violación en el que combatió la constitucionalidad de los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad por contravenir los principios de igualdad jurídica y no discriminación.
Que tanto Petróleos Mexicanos como Comisión Federal de Electricidad son empresas productivas del Estado, ya que las utilidades generadas por estas tienen por objeto el incremento de los ingresos de la Nación, de ahí que no se repartan dichas utilidades entre sus trabajadores.
Por ende, el análisis propuesto por la quejosa es improcedente, en términos del principio de equidad tributaria, ya que no se está ante situaciones iguales reguladas de forma diferente por la misma ley, que ameriten analizar si dicho trato desigual está justificado y cumple con criterios objetivos y razonables, pues no demostró ser empresa productiva del Estado.
Que de concederse el amparo a la parte quejosa, lejos de beneficiarle se les ocasionaría un perjuicio, pues al pretender que se le dé un tratamiento igualitario que a Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, las utilidades generadas serían para incrementar los ingresos de la Nación, por lo que sólo en tal escenario se le podría excepcionar de no repartir utilidades entre sus trabajadores.
30. En relación con las determinaciones adoptadas por el juez de distrito, la
parte quejosa estructuró los motivos de agravio que han sido sintetizados en
el párrafo 24 de la presente resolución.
VIII. ESTUDIO DE FONDO
31. Resultan inoperantes los argumentos contenidos en los apartados A y B del
agravio primero del recurso de revisión que se analiza, pues en ellos
únicamente se establecen consideraciones genéricas y abstractas de por
qué se considera que la sentencia recurrida no se dictó conforme a derecho.
32. De la misma manera, resulta inoperante el argumento contenido en el
apartado C, del agravio primero, aunque por razones distintas.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
33. En este apartado, la parte quejosa aduce argumentos novedosos que no
fueron planteados en la demanda de garantías, además de que tales
planteamientos incumben a la materia de legalidad.
34. Ello es así, pues la quejosa establece que la renta gravable no se determina
de manera correcta si se disminuyen las partidas no deducibles previstas en
la fracción XXX, del artículo 28, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, pues
con ello únicamente se podría considerar el 53% o 47% de tales conceptos,
lo cual es contrario al hecho de que en la conformación de la utilidad fiscal
se puede emplear como concepto de resta el pago de participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas que realizó en el ejercicio.
35. Así, la confronta que realiza la quejosa atiende a diversas porciones
normativas del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta y no al texto
constitucional, aspecto que sin duda se ubica en el ámbito de legalidad.
Además, dicho planteamiento no formó parte de los conceptos de violación
de la demanda de amparo. De ahí la inoperancia del mismo.
36. Finalmente, por estar íntimamente relacionados, esta Sala se ocupará de
analizar de manera conjunta los argumentos contenidos en los apartados D,
E, F y G.
37. En ellos, sustancialmente se plantean los siguientes motivos de agravio:
Que la base del reparto de utilidades para los trabajadores será e equivalente a la utilidad fiscal del ejercicio, concepto que se obtiene de disminuir al total e los ingresos acumulables las deducciones autorizadas y la participación de utilidades de las empresas pagadas en el ejercicio.
Que el pago de la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa conlleva un impacto negativo en la utilidad fiscal, que al no permitir su resta impide que determine la base gravable del impuesto tomando en cuenta su verdadera capacidad contributiva.
Que es contrario al artículo 123 Constitucional que no se permita a los patrones reconocer el efecto negativo que genera el pago de utilidades a los trabajadores, pues se otorga una participación sobre una riqueza no generada, sino artificial, produciendo una carga injusta e inequitativa que no toma en cuenta la verdadera capacidad económica del patrón.
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Que es ilegal lo resuelto por el Juez A quo, ya que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha resuelto que tanto las pérdidas fiscales como el pago de participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas son cantidades que impactan de manera negativa en sus utilidades, por lo que deben reconocerse para efectos de la determinación de la renta gravable.
Por ello, estima que la disposición reclamada es inconstitucional al obligar a las quejosas a determinar y pagar la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa sobre una “renta gravable” que no representa las ganancias o la utilidad fiscal que aquella percibió en el ejercicio fiscal.
Que los artículos 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo resultan violatorios del derecho humano de propiedad al pretender obligar a determinar la base de reparto de utilidades a los trabajadores en función de una base distinta a su capacidad contributiva.
Que establecer una base gravable distinta al resultado fiscal resulta violatorio del derecho de propiedad privada.
Que al establecerse una base para determinar la base gravable para efectos del impuesto sobre la renta a cargo del ejercicio y otra base distinta para determinar la que debe calcularse la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa, se violan los derechos de fundamentación y motivación.
Análisis de constitucionalidad del artículo 9, penúltimo párrafo, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo.
38. Al estar íntimamente relacionados, esta Sala en primer término se ocupará
de analizar la inconstitucionalidad de los artículos 9, penúltimo párrafo, de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, en relación con el artículo 128 de la Ley
Federal del Trabajo.
39. Por su parte, el texto del artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo, tiene el
contenido siguiente:
Artículo 128. No se harán compensaciones de los años de pérdida con los de ganancia.
40. En relación con tal disposición, esta Primera Sala se ha ocupado del tema
de no compensar años de pérdida de la empresa con años de ganancias o
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utilidades, al resolver el amparo en revisión 1127/200614, en el cual expresó
las consideraciones siguientes:
Como puede observarse de lo anterior, si bien es cierto que la Ley del Impuesto sobre la Renta sirve como referencia a la Ley Federal del Trabajo, para determinar la utilidad gravable para efectos de la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, no debe perderse de vista que las legislaciones en mención, regulan relaciones jurídicas diversas, pues mientras la primera regula la relación que se presenta entre contribuyentes y el Estado, la Ley Federal del Trabajo, en específico el Título Tercero, Capítulo VIII, regula la relación existente entre el patrón y sus trabajadores, respecto de la participación de las utilidades de la empresa que a éstos les corresponde.
Lo anterior se corrobora de la lectura de los artículos que integran el citado capitulo VIII, en el que, entre otras cuestiones, se establece la obligación de las empresas de participar de sus utilidades a sus trabajadores; cómo y cuándo se hará el reparto de las mismas; las funciones de la Comisión Nacional para la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas y las facultades que la propia ley le otorga para fijar y revisar el porcentaje que deberán observar las empresas para determinar el reparto correspondiente; el derecho de los trabajadores para formular objeciones respecto de las declaraciones que presente el patrón ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Así pues, el articulado del capítulo recién reseñado, contienen disposiciones que protegen y aseguran el derecho de los trabajadores, a recibir el reparto de utilidades por parte de las empresas, y en ese contexto debe entenderse el artículo 128, que aquí se impugna.
En efecto, el artículo combatido dispone que no se harán compensaciones de los años de pérdida con los de ganancia, lo que debe comprenderse como una prohibición, tendiente a asegurar que los trabajadores reciban el porcentaje de las utilidades que por ley les corresponde, y evitar que, alegando pérdidas de años anteriores, los patrones puedan dejar de distribuir las utilidades, para compensar esas pérdidas.
Consecuentemente en ningún caso, las empresas podrán compensar los años de pérdida con los años de ganancia, porque de hacerlo, transgredirían el derecho de los trabajadores de recibir el porcentaje de las utilidades que por ley les corresponde, de conformidad con el artículo 117 de la Ley Federal del Trabajo.
En las relatadas condiciones, la prohibición de la que se queja la sociedad recurrente, de manera alguna puede vincularse con las compensaciones que se regulan en las legislaciones en materia fiscal y menos con el derecho de los contribuyentes a disminuir de la utilidad fiscal, las pérdidas fiscales pendientes de aplicar de ejercicios anteriores, a que se refiere el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, como lo pretende la sociedad recurrente.
14 Amparo en Revisión fallado el cuatro de agosto de dos mil seis, por unanimidad de cuatro votos, estando ausente el Ministro Sergio A. Valls Hernández (Ponente).
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Lo anterior es así, porque la compensación tributaria, constituye una forma de extinción de una obligación también de carácter tributario, cuando el contribuyente reúne la calidad de acreedor y deudor del fisco federal y compensa sus deudas con sus saldos a favor; mientras que el derecho de los contribuyentes a disminuir de la utilidad fiscal, las pérdidas fiscales pendientes de aplicar de ejercicios anteriores, a que se refiere el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, es un procedimiento establecido en la ley de la materia, con el objeto de que en la determinación del gravamen, le sea reconocidos al contribuyente, las pérdidas de ejercicios de años anteriores.
Por lo hasta aquí expuesto, debe decirse que no le asiste la razón a la sociedad quejosa, cuando afirma que el artículo 128 de la Ley Federal del trabajo, es violatorio de lo dispuesto en el artículo 123, apartado A, fracción IX constitucional, al pretender establecer una base diversa a la prevista por el citado precepto constitucional, para la determinación de la base del reparto de utilidades, en atención a que pretende obligar que los patrones no tomen en cuenta las pérdidas fiscales de ejercicios anteriores, pendientes de amortizar, por lo que resulta infundado el segundo concepto de violación que la sociedad quejosa hizo valer en su demanda de garantías.
41. De esta forma, la actual integración de la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación suscribe el criterio que ha quedado transcrito, no
perdiendo de vista que a partir del primero de enero de dos mil catorce es la
Ley del Impuesto sobre la Renta en su artículo 9, penúltimo párrafo, el
precepto que dispone:
Artículo 9. Las personas morales deberán calcular el impuesto sobre la renta, aplicando al resultado fiscal obtenido en el ejercicio la tasa del 30%.
El resultado fiscal del ejercicio se determinará como sigue:
I. Se obtendrá la utilidad fiscal disminuyendo de la totalidad de los ingresos acumulables obtenidos en el ejercicio, las deducciones autorizadas por este Título y la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas pagada en el ejercicio, en los términos del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
II. A la utilidad fiscal del ejercicio se le disminuirán, en su caso, las pérdidas fiscales pendientes de aplicar de ejercicios anteriores.
El impuesto del ejercicio se pagará mediante declaración que presentarán ante las oficinas autorizadas, dentro de los tres meses siguientes a la fecha en la que termine el ejercicio fiscal.
Para determinar la renta gravable a que se refiere el inciso e) de la fracción IX del artículo 123, apartado A de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no se disminuirá la participación de los
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trabajadores en las utilidades de las empresas pagada en el ejercicio ni las pérdidas fiscales pendientes de aplicar de ejercicios anteriores.
Para la determinación de la renta gravable en materia de participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, los contribuyentes deberán disminuir de los ingresos acumulables las cantidades que no hubiesen sido deducibles en los términos de la fracción XXX del artículo 28 de esta Ley.
42. Con el propósito de ilustrar la materia regulada y estar en posibilidad de
emitir pronunciamiento en relación con los agravios expuestos por la
quejosa, esta Primera Sala considera necesario identificar el tratamiento
que el legislador federal estableció en los artículos 10, 16 y 17, último
párrafo, de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente al treinta y uno de
diciembre de dos mil trece, en relación con la regulación de la participación
de utilidades de las empresas.
Tratamiento de la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil trece.
43. Las disposiciones que establecían los procedimientos de determinación de
la utilidad fiscal y de la renta gravable, eran los artículos 10, 16 y 17 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, mismas que eran del contenido siguiente:
“Artículo 10. Las personas morales deberán calcular el impuesto sobre la renta, aplicando al resultado fiscal obtenido en el ejercicio la tasa del 28%.
El resultado fiscal del ejercicio se determinará como sigue:
I. Se obtendrá la utilidad fiscal disminuyendo de la totalidad de los ingresos acumulables obtenidos en el ejercicio, las deducciones autorizadas por este Título. Al resultado obtenido se le disminuirá, en su caso, la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas pagada en el ejercicio, en los términos del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
II. A la utilidad fiscal del ejercicio se le disminuirán, en su caso, las pérdidas fiscales pendientes de aplicar de ejercicios anteriores.
El impuesto del ejercicio se pagará mediante declaración que presentarán ante las oficinas autorizadas, dentro de los tres meses siguientes a la fecha en la que termine el ejercicio fiscal.
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Las personas morales que realicen exclusivamente actividades agrícolas, ganaderas, pesqueras o silvícolas, podrán aplicar lo dispuesto en el penúltimo párrafo del artículo 81 de esta Ley.”.
“Artículo 16. Para los efectos de la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, la renta gravable a que se refiere el inciso e) de la fracción IX del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 120 de la Ley Federal del Trabajo, se determinará conforme a lo siguiente:
I. A los ingresos acumulables del ejercicio en los términos de esta Ley, excluido el ajuste anual por inflación acumulable a que se refiere el artículo 46 de la misma Ley, se les sumarán los siguientes conceptos correspondientes al mismo ejercicio:
a) Los ingresos por concepto de dividendos o utilidades en acciones, o los que se reinviertan dentro de los 30 días siguientes a su distribución en la suscripción o pago de aumento de capital de la sociedad que los distribuyó.
b) Tratándose de deudas o de créditos, en moneda extranjera, acumularán la utilidad que en su caso resulte de la fluctuación de dichas monedas, en el ejercicio en el que las deudas o los créditos sean exigibles conforme al plazo pactado originalmente, en los casos en que las deudas o créditos en moneda extranjera se paguen o se cobren con posterioridad a la fecha de su exigibilidad, las utilidades que se originen en ese lapso por la fluctuación de dichas monedas, serán acumulables en el ejercicio en que se efectúen el pago de la deuda o el cobro del crédito.
c) La diferencia entre el monto de la enajenación de bienes de activo fijo y la ganancia acumulable por la enajenación de dichos bienes.
Para los efectos de esta fracción, no se considerará como interés la utilidad cambiaria.
II. Al resultado que se obtenga conforme a la fracción anterior se le restarán los siguientes conceptos correspondientes al mismo ejercicio:
a) El monto de las deducciones autorizadas por esta Ley, excepto las correspondientes a las inversiones y el ajuste anual por inflación deducible en los términos del artículo 46 de esta Ley.
b) La cantidad que resulte de aplicar al monto original de las inversiones, los por cientos que para cada bien de que se trata determine el contribuyente, los que no podrán ser mayores a los señalados en los artículos 39, 40 o 41 de esta Ley. En el caso de enajenación de los bienes de activo fijo o cuando éstos dejen de ser útiles para obtener ingresos, se deducirá en el ejercicio en que esto ocurra, la parte del monto original aún no deducida conforme a este inciso.
c) El valor nominal de los dividendos o utilidades que se reembolsen, siempre que los hubiera recibido el contribuyente en ejercicios anteriores mediante la entrega de acciones de la misma sociedad que los distribuyó o que los hubiera reinvertido dentro de los 30 días
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siguientes a su distribución, en la suscripción o pago de aumento de capital en dicha sociedad.
d) Tratándose de deudas o de créditos, en moneda extranjera, deducirán las pérdidas que en su caso resulten de la fluctuación de dichas monedas en el ejercicio en que sean exigibles las citadas deudas o créditos, o por partes iguales, en cuatro ejercicios a partir de aquél en que se sufrió la pérdida.
La pérdida no podrá deducirse en los términos del párrafo anterior en el ejercicio en que se sufra, cuando resulte con motivo del cumplimiento anticipado de deudas concertadas originalmente a determinado plazo, o cuando por cualquier medio se reduzca éste o se aumente el monto de los pagos parciales. En este caso, la pérdida se deducirá tomando en cuenta las fechas en las que debió cumplirse la deuda en los plazos y montos originalmente convenidos.
En los casos en que las deudas o los créditos, en moneda extranjera, se paguen o se cobren con posterioridad a la fecha de su exigibilidad, las pérdidas que se originen en ese lapso por la fluctuación de dichas monedas serán deducibles en el ejercicio en que se efectúe el pago de la deuda o se cobre el crédito.
Para los efectos de esta fracción, no se considerará como interés la pérdida cambiaria”.
“Artículo 17.
(…)
No serán acumulables para los contribuyentes de este Título, los ingresos por dividendos o utilidades que perciban de otras personas morales residentes en México. Sin embargo, estos ingresos incrementarán la renta gravable a que se refiere el artículo 16 de esta Ley.
De dichos numerales se desprende que las personas morales se encuentran obligadas a determinar, por una parte, la base gravable para efectos del entero del impuesto sobre la renta, en términos de lo dispuesto por el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta y, por la otra, la renta gravable para el cálculo de la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, de conformidad con lo que prevén los artículos 16 y 17, último párrafo, del ordenamiento legal en comento”.
44. Así, el legislador contempló en el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta vigente hasta dos mil trece, la manera en que las empresas debían
calcular la utilidad fiscal, la cual serviría de base para determinar el
impuesto sobre la renta a cargo.
45. Por su parte, los artículos 16 y 17 de la Ley del Impuesto sobre la Renta
vigente hasta dos mil trece, preveían los elementos y la mecánica que
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debían utilizar las empresas que tuvieran trabajadores a su cargo para
determinar la renta gravable en términos de lo dispuesto por el artículo 123,
apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución Federal.
46. Esta medida legislativa -diseñar dos procedimientos autónomos para que
las empresas determinaran la utilidad- fue materia de impugnación en sede
constitucional, recayendo el pronunciamiento de fondo en la Suprema Corte
de Justicia de la Nación.
Pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
47. Aun cuando se trata de la disposición legal que tuvo vigencia hasta el treinta
y uno de diciembre de dos mil uno, es importante destacar el
pronunciamiento que el Tribunal Pleno sustentó en la jurisprudencia P./J.
48/9915, en la que declaró inconstitucional el artículo 14 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta vigente hasta el treinta y uno de diciembre de dos
mil uno, al establecer un procedimiento diverso al que alude la fracción IX,
inciso e), del artículo 123, apartado A, de la Constitución General de la
República, para determinar el monto de las utilidades, indicando que debía
tomarse como base la renta gravable, que se encuentra en la citada ley
bajo el concepto “utilidad fiscal”.
48. Por su parte, al analizar el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta
vigente hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil trece, en el amparo en
15 Registro: 193770, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo IX, Junio de 1999, Página: 6, de rubro y texto: “PARTICIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES EN LAS UTILIDADES DE LAS EMPRESAS. EL ARTÍCULO 14 DE LA LEY DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA CONTRARÍA EL ARTÍCULO 123, APARTADO A, FRACCIÓN IX, INCISO E), DE LA CONSTITUCIÓN, AL ESTABLECER UNA RENTA GRAVABLE DIVERSA A LA PREVISTA EN ÉSTE. Establece la norma constitucional que para determinar el monto de las utilidades de cada empresa, se tomará como base la renta gravable de conformidad con las disposiciones de la Ley del Impuesto sobre la Renta. Esta norma, que rige desde el 21 de noviembre de 1962, en que se publicó la reforma correspondiente, se refiere a la utilidad gravable que en ese año establecía el artículo 26 de la ley citada y que ahora se contiene bajo el concepto de utilidad fiscal en el artículo 10 de la misma. Por tanto, el artículo 14 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, al establecer un procedimiento y conceptos diversos a los contemplados en el artículo 10, a fin de obtener la renta gravable para efectos del cálculo de la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, y que arroja un resultado diferente al que se obtiene aplicando el procedimiento previsto para la determinación de la utilidad fiscal, viola la norma constitucional, máxime que ello implica obligar al patrón a participar a sus trabajadores de una utilidad diferente a la gravada por el impuesto sobre la renta y, por ende, distinta a su capacidad contributiva reflejada en la renta neta o utilidad obtenida de restar a los ingresos acumulables, las deducciones autorizadas”.
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revisión 398/2005, el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,
estableció lo siguiente:
En ese sentido, el artículo 123 constitucional establece que los trabajadores tendrán derecho a una participación “en las utilidades de las empresas” y que para determinar el monto de dichas utilidades deberá tomarse como base la “renta gravable” de conformidad con las disposiciones de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
[…]
Ahora bien, a fin de darle contenido al concepto de “renta gravable” y tomando en cuenta que el propio texto constitucional remite a la ley secundaria, el Tribunal Pleno ha recurrido a lo que en mil novecientos sesenta y dos establecía al respecto la Ley del Impuesto sobre la Renta, cuyo artículo 26 disponía que la base del impuesto era la “utilidad gravable” obtenida de restar al ingreso las deducciones autorizadas por la ley.
49. Concluyendo en la inconstitucionalidad de los artículos 16 y 17 de la Ley
del Impuesto sobre la Renta vigente hasta dos mil trece: “…toda vez que, la
base para la participación de los trabajadores en las utilidades de las
empresas se identifica, por imperativo constitucional, con la utilidad fiscal a
que hace referencia el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, sin
considerar las pérdidas de ejercicios anteriores, puesto que el artículo 123
constitucional no establece una asimilación indiscriminada entre la base
gravable del impuesto sobre la renta y la base para la participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas, sino que contiene una regla
consistente en que las utilidades susceptibles de participación deben calcularse exactamente en la misma forma en que se calculan las utilidades para efectos tributarios, esto es, ingresos acumulables menos deducciones autorizadas”.
50. En el mismo sentido, el Pleno de este Alto Tribunal en sesión celebrada el
día tres de mayo de dos mil cinco, al resolver el amparo en revisión número
398/200516, bajo la ponencia del señor Ministro Guillermo I. Ortiz
16 En ese sentido, el artículo 123 Constitucional establece que los trabajadores tendrán derecho a una participación ‘en las utilidades de las empresas’ y que para determinar el monto de dichas utilidades deberá tomarse como base la ‘renta gravable’ de conformidad con las disposiciones de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Una interpretación literal de dicho precepto constitucional permite fácilmente advertir que la participación a la que tienen derecho los trabajadores es precisamente sobre la utilidades, es decir, sobre el provecho o ganancia obtenido por las empresas, para cuyo cálculo el constituyente estimó oportuno remitir a la ‘renta gravable’ prevista en la Ley del Impuesto sobre la Renta.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Mayagoitia, precisó que la participación a la que tienen derecho los
trabajadores es sobre la utilidad, es decir, sobre el provecho o ganancia
obtenido por las empresas. Para ello, realizó un análisis histórico de la
disposición recurriendo a lo que en mil novecientos sesenta y dos establecía
al respecto la Ley del Impuesto sobre la Renta, cuyo artículo 26, disponía
que la base del impuesto era la ‘utilidad gravable’ obtenida de restar al
ingreso las deducciones autorizadas por la ley; siendo que si dicho precepto
no permitía disminuir las pérdidas fiscales de ejercicios anteriores para
Ahora bien, a fin de darle contenido al concepto de ‘renta gravable’ y tomando en cuenta que el propio texto constitucional remite a la ley secundaria, el Tribunal Pleno ha recurrido a lo que en mil novecientos sesenta y dos establecía al respecto la Ley del Impuesto sobre la Renta, cuyo artículo 26 disponía que la base del impuesto era la ‘utilidad gravable’ obtenida de restar al ingreso las deducciones autorizadas por la ley.
Como puede observarse dicho precepto no permitía disminuir las pérdidas fiscales de ejercicios anteriores para efectos de la determinación de la base del impuesto, lo que lleva a concluir que, originalmente, el constituyente no previó que las pérdidas de ejercicios anteriores debieran impactar negativamente el monto de las utilidades participables, puesto que la ley a la que remitía, únicamente contemplaba a las utilidades para el cálculo de la base y no a las pérdidas.
Lo anterior quedó específicamente consignado en el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo de mil novecientos setenta, el cual establece que, para efectos de la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, no se harán compensaciones de los años de pérdida con los de ganancia. De igual modo, las resoluciones de la Comisión Nacional para la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas han sido consistentes en señalar que la utilidad perteneciente a los trabajadores debe tomarse de las ganancias o beneficios de las empresas, sin importar las pérdidas registradas en ejercicios anteriores.
En este sentido, el hecho de que con posterioridad a mil novecientos sesenta y dos se haya incluido dentro de la base del impuesto sobre la renta, el derecho de las personas morales contribuyentes a amortizar las pérdidas de ejercicios anteriores, no debe impactar, la base para la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, pues el artículo 123 constitucional remite a la Ley del Impuesto sobre la Renta determinar el monto de las utilidades de las empresas, pero no establece que dicho monto deba necesariamente identificarse con la base imponible del impuesto sobre la renta; por tanto, si la disminución de las pérdidas de ejercicios anteriores es un concepto que afecta a la base del tributo, pero no así a la determinación, para efectos fiscales, de las utilidades percibidas por una empresa durante un determinado ejercicio, debe concluirse que tales pérdidas tampoco deben ser tomadas en cuenta para efectos de la participación de los trabajadores en tales utilidades.
Lo anterior no entraña contradicción alguna con el criterio sustentado por este Tribunal Pleno en el sentido de que la ‘renta gravable’ a que se refiere el artículo 123 constitucional es aquella que sirve para determinar el impuesto, ya que la utilidad fiscal es el elemento primordial para la determinación del impuesto, al cual se le disminuyen, en su caso, las pérdidas fiscales de ejercicios anteriores, no porque estas pérdidas impacten en la utilidad de la empresa para efectos tributarios, sino como un derecho del que gozan las personas morales contribuyentes.
En efecto, conforme a la Ley del Impuesto sobre la Renta, la forma de determinar las utilidades de una empresa consiste en sumar los ingresos acumulables y restar las deducciones autorizadas y ése es el procedimiento al que remite el artículo 123 constitucional, sin necesidad de incluir elementos de la base gravable ajenos a la utilidad, como son las pérdidas fiscales de ejercicios anteriores, puesto que el mandato contenido en la Constitución es en el sentido de que los trabajadores deben participar de las utilidades de las empresas y no de sus pérdidas.
En conclusión, los agravios en estudio son infundados y, por ende, es correcta la determinación del Juez de Distrito en el fallo recurrido, respecto de la determinación de los efectos y alcances de la concesión del amparo por lo que hace a la declaración de inconstitucionalidad de los artículos 16 y 17, último párrafo, de la Ley del Impuesto sobre la Renta que se reclaman, toda vez que, la base para la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas se identifica, por imperativo constitucional, con la utilidad fiscal a que hace referencia el artículo 10 de la Ley del
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efectos de la determinación de la base del impuesto, ello llevó a concluir a
este Tribunal Constitucional que originalmente el constituyente no previó
que las pérdidas de ejercicios anteriores debieran impactar negativamente
el monto de las utilidades participables.
51. Este criterio fue reiterado en los siguientes asuntos:
Amparo en revisión 388/2004. Quejosa: Servicios Administrativos Wal-
Mart, Sociedad de Responsabilidad Limitada de Capital Variable. Sesión
del tres de mayo de dos mil cinco. Ponencia del señor Ministro José de
Jesús Gudiño Pelayo. Mayoría de ocho votos.
Amparo en revisión 244/2004. Quejosa: Inmobiliaria Taquín, Sociedad
Anónima de Capital Variable. Sesión del tres de mayo de dos mil cinco.
Ponencia del señor Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo. Mayoría de
ocho votos.
Amparo en revisión 77/2004. Quejosa: Cargill Servicios, Sociedad de
Responsabilidad Limitada de Capital Variable. Sesión del tres de mayo de
dos mil cinco. Ponencia del señor Ministro Juan N. Silva Meza. Mayoría
de ocho votos.
Amparo en revisión 398/2005. Quejoso: Banco J. P. Morgan, Sociedad
Anónima Institución de Banca Múltiple, J. P. Morgan Grupo Financiero.
Sesión del tres de mayo de dos mil cinco. Ponencia del señor Ministro
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Mayoría de ocho votos.
52. De todo lo anterior, destaca que la doctrina jurisprudencial sustentada por
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha determinado que el
concepto “renta gravable” previsto por el Poder Constituyente en el artículo
123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución Federal, se ve
replicado por el legislador federal en el concepto “utilidad fiscal” previsto en Impuesto sobre la Renta, sin considerar las pérdidas de ejercicios anteriores, puesto que el artículo 123 constitucional no establece una asimilación indiscriminada entre la base gravable del impuesto sobre la renta y la base para la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, sino que contiene una regla consistente en que las utilidades susceptibles de participación deben calcularse exactamente en la misma forma en que se calculan las utilidades para efectos tributarios, esto es, ingresos acumulables menos deducciones autorizadas.”
63
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
la Ley del Impuesto sobre la Renta17, tomando en cuenta que este último es
el resultado de restar a los ingresos acumulables las deducciones
autorizadas del ejercicio.
Tratamiento de la participación de utilidades a partir del primero de enero de dos mil catorce.
53. Del contenido del artículo 123, apartado A), fracción IX, inciso e), de la
Constitución General de la República, se desprende que los trabajadores
tendrán derecho a una participación en las utilidades de las empresas; y
que para determinar el monto de la utilidad de cada empresa se tomará
como base la renta gravable de conformidad con las disposiciones de la Ley
del Impuesto sobre la Renta.
54. El artículo 9, fracción I, de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente a
partir del primero de enero de dos mil catorce, establece el procedimiento
para que los contribuyentes del impuesto determinen la utilidad fiscal,
precisando para ello que: “I. Se obtendrá la utilidad fiscal disminuyendo de
la totalidad de los ingresos acumulables obtenidos en el ejercicio, las
deducciones autorizadas por este título y la participación de los trabajadores
en las utilidades de las empresas pagada en el ejercicio, en los términos del
artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
55. Por su parte, el penúltimo párrafo de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
dispone que “[P]ara determinar la base gravable a que se refiere el inciso e)
de la fracción IX del artículo 123, apartado A de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, no se disminuirá la participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas pagada en el ejercicio ni las
pérdidas pendientes de aplicar de ejercicios anteriores”.
56. Finalmente, el último párrafo de dicho ordenamiento legal, refiere: “Para la
determinación de la renta gravable en materia de participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas, los contribuyentes deberán
disminuir de los ingresos acumulables las cantidades que no hubiesen sido
deducibles en los términos de la fracción XXX del artículo 28 de esta Ley”.
17 De 1962 a 1980 art. 26, de 2002 a 2013, artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
64
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
57. Lo anterior implica que los elementos que deberán tomarse en
consideración por las sociedades para determinar la renta gravable, son los
siguientes:
Realizar la suma de los ingresos acumulables del ejercicio.
Restar de los ingresos las deducciones autorizadas por la Ley del
Impuesto sobre la Renta, y
Adicionalmente restar las cantidades no deducibles, en los términos de la
fracción XXX del artículo 28 de la Ley.
58. La información anterior resulta útil para que esta Sala aborde el estudio del
artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, y a partir de ello determine
si existen dos bases gravables distintas, obligándose a las empresas a
participar a los trabajadores de una utilidad diferente a la gravada por el
impuesto sobre la renta.
59. Al respecto, se advierte que la norma reclamada concentra el procedimiento
para que los particulares determinen el resultado fiscal del ejercicio -que
servirá de base para el pago del impuesto sobre la renta- y determinen la
renta gravable -sobre la cual se aplicará el porcentaje del diez por ciento
para el pago de participación de los trabajadores en las utilidades de las
empresas-.
60. A diferencia de las legislaciones abrogadas, el procedimiento contenido en
el artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, prevé para los
particulares una metodología única en la cual interactúan los mismos
elementos -ingresos acumulables y deducciones autorizadas del ejercicio-.
Si bien se obtiene el mismo resultado y sobre el mismo se debiera pagar
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas e
impuesto sobre la renta a cargo, el legislador ha diseñado diferentes
elementos sustractivos a fin de atemperar la carga tributaria de éste último,
en la mayoría de las ocasiones por razones de política fiscal.
61. En el caso de la renta gravable, esta Sala advierte que el legislador federal
tomó en consideración los criterios emitidos por esta Suprema Corte de
65
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
Justicia de la Nación en relación con el procedimiento previsto en el artículo
16 de la Ley del Impuesto sobre la Renta e hizo congruente su
determinación con los elementos que establecía el artículo 10 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta vigente hasta el treinta y uno de diciembre de dos
mil trece, esto es, la confronta entre los ingresos acumulables del ejercicio y
las deducciones autorizadas.
62. No se soslaya que la única diferencia consiste en que la legislación vigente
determina que se adicionan las partidas no deducibles previstas en el
artículo 28, fracción XXX, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, al resto de
las erogaciones, sin embargo, tal situación no vuelve a la mecánica de
determinación de la renta gravable distinta de aquélla que se establecía en
la legislación anterior.
63. Ello es así, pues la adición de las partidas no deducibles -fracción XXX del
artículo 28 de la ley citada- al resto de las erogaciones efectuadas por la
empresa durante el ejercicio, permite que las empresas disminuyan de los
ingresos acumulables de manera integral las cantidades que paguen a sus
trabajadores y les representen ingresos exentos -cuestión que no ocurre
con la determinación del impuesto a cargo, en cuyo caso estas cantidades
son no deducibles-.
64. Con estas salvedades, no se advierte por esta Sala la existencia de
procedimientos distintos como los que existían hasta el treinta y uno de
diciembre de dos mil trece y cuya inconstitucionalidad decretó esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
65. Delimitado el contenido del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
esta Sala determinará si prevé una dualidad de procedimiento para la
determinación de la base gravable.
66. Para ello, se pone de manifiesto que el procedimiento para determinar la
renta gravable no cambió sustancialmente al que establecía la Ley del
Impuesto sobre la Renta hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil trece
para determinar la utilidad fiscal, en tanto que ambas legislaciones -la
abrogada y la vigente- establecen como parámetro la confronta entre los
66
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
ingresos acumulables del ejercicio y las deducciones autorizadas -quizá con
la única diferencia que la legislación vigente determina que se adicionan las
partidas no deducibles, previstas en el artículo 28, fracción XXX, de la Ley
del Impuesto sobre la Renta, al resto de las erogaciones-.
67. Para ilustrar lo anterior, se hace necesario efectuar el siguiente cuadro
comparativo:
Renta gravable hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil trece.
Renta gravable a partir del primero de enero de dos mil catorce.
Ingresos acumulables 1000
Menos
Deducciones autorizadas 550
Igual
Utilidad fiscal 450*Menos
PTU pagada en el ejercicio 50**
Menos
Pérdidas de años anteriores 100
Igual
Resultado Fiscal 300
Por
Tasa 30%
Igual
Impuesto a cargo 90
*renta gravable.**Este concepto tenía relevancia en la determinación del impuesto a cargo, sin embargo no representaba un elemento que incidiera en la determinación de la base gravable.
Ingresos acumulables 1000
Menos
Deducciones autorizadas 18 550
Igual
Renta gravable 450*menos
PTU pagada en el ejercicio** 50
Igual
Utilidad fiscal 400
Menos
Pérdidas de años anteriores 100
igual
resultado fiscal 300
por
Tasa 30%
Igual
Impuesto a cargo 90
*renta gravable.**Este concepto forma parte de la utilidad fiscal para calcular el impuesto a cargo, quedando excluido por voluntad legislativa de integrar la renta gravable.
68. Por ende, esta Primera Sala concluye que no asiste razón a la quejosa,
cuando sostiene que el precepto reclamado contiene procedimientos
distintos para que las empresas determinen el monto de la utilidad fiscal y
de la renta gravable, de ahí que resulte infundado su argumento.
18 En el rubro de deducciones se incluyen los gastos estrictamente indispensables, así como las cantidades establecidas en el artículo 28, fracción XXX, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, cuando establece: “Artículo 28. Para los efectos de este Título, no serán deducibles: […] XXX. Los pagos que a su vez sean ingresos exentos para el trabajador, hasta por la cantidad que resulte de aplicar el factor de 0.53 al monto de dichos pagos. El factor a que se refiere este párrafo será del 0.47 cuando las prestaciones otorgadas por los contribuyentes a favor de sus trabajadores que a su vez sean ingresos exentos para dichos trabajadores , en el ejercicio de que se trate, no disminuyan respecto de las otorgadas en el ejercicio inmediato anterior”.
67
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
69. Lo anterior no implica que deba confundirse el concepto de renta gravable
con el de utilidad fiscal, pues el primer elemento representa la renta o
ganancia real que dio origen al reparto de utilidades para los trabajadores
de la empresa; en cambio la utilidad fiscal es un concepto que el particular
debe determinar para cumplir con la obligación sustantiva de pago del
impuesto sobre la renta en los términos que establece la Ley del Impuesto
sobre la Renta, de ahí que no resulte viable homologar ni confundir ambas
figuras.
70. En efecto, pues en la presente ocasión, la quejosa plantea como motivo de
agravio que la renta gravable de una empresa es un resultado fiscal que no
puede ser distinto dependiendo del concepto que se vaya a calcular.
Además, precisa que al preverse en el artículo 9 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta dos mecánicas distintas, una para calcular el impuesto sobre
la renta y la otra para determinar la base para el reparto de utilidades a los
trabajadores conculca las garantías que consagra la Constitución Federal.
71. Para dar respuesta al planteamiento anterior, cobra especial relevancia el
concepto “renta gravable”, pues a partir de su determinación, las empresas
conocerán la base a la que deberán aplicar el porcentaje del 10% y con ello
obtener el monto de utilidades susceptible de ser repartida a sus
trabajadores.
72. Como se anticipó, no es la primera vez que la Suprema Corte de Justicia de
la Nación debe pronunciarse sobre el contenido de la “renta gravable”, que
el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución Federal
establece como base para el cálculo del reparto de utilidades a los
trabajadores.
73. Esta Sala retomará, en lo pertinente y aplicable, algunos conceptos
esenciales derivados de los amparos en revisión 269/2004 y 1127/2006,
resueltos por el Tribunal Pleno y por la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, respectivamente.
68
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
La base gravable es el concepto final del procedimiento previsto en el
artículo 10, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, que se utiliza para
calcular el impuesto sobre la renta de las personas morales, aplicando la
tasa correspondiente; por ello, puede afirmarse que resultado fiscal es
igual a base gravable.
En materia de participación de los trabajadores en las utilidades de las
empresas, la utilidad fiscal es la base para calcular el monto de dicha
participación. En este caso no se habla de “base gravable”, porque la
naturaleza jurídica de la participación de los trabajadores en las utilidades
es distinta a la de los impuestos.
Que el concepto utilidad fiscal es lo mismo que el de renta gravable,
siempre que se trate de calcular la participación de los trabajadores en
las utilidades de las empresas, y en este mismo contexto utilidad fiscal
equivale a la renta neta del contribuyente.
74. Estos mandatos -dijo el Tribunal Pleno- deben interpretarse junto con lo
establecido en el artículo 123, fracción IX, inciso e), de la Constitución
Federal; así, se obtiene que para efectos de determinar la participación de
los trabajadores en las utilidades de las empresas se debe considerar como
renta gravable la utilidad fiscal; sin soslayar que para efectos de
determinación del impuesto sobre la renta la base gravable es el
equivalente al resultado fiscal.
En este caso no se habla de base gravable, porque la naturaleza jurídica de la participación de los trabajadores en las utilidades es distinta a la de los impuestos.
En este sentido, debe afirmarse que, el concepto utilidad fiscal es lo mismo que el de renta gravable, siempre que se trate de calcular la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, y en este mismo contexto utilidad fiscal equivale a la renta neta del contribuyente.
75. Por lo anterior, esta Primera Sala reitera que la medida legislativa analizada
al prever que la base gravable sea el resultado de comparar ingresos
acumulables con las deducciones autorizadas, es congruente con el
69
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
tratamiento que hasta dos mil trece imperó en la legislación fiscal y que fue
avalado por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.
76. Ello es así, pues la exigencia de determinar utilidad fiscal, renta gravable o
el resultado fiscal atiende a la diversidad de obligaciones que tiene a cargo
la persona moral.
77. No debe perderse de vista que las empresas que causen impuesto sobre la
renta tienen que cumplir con dos tipos de obligaciones concretas: 1)
contribuir al gasto público aplicando la tasa de impuesto establecida en el
artículo 9, de la mencionada Ley; y 2) participar a sus trabajadores sobre el
10% de las ganancias o utilidades generadas en el ejercicio.
78. La primera obligación se encuentra inmersa en el ámbito de la relación
jurídico-tributaria que se da entre la Hacienda Pública y los gobernados.
Esta relación se rige por los denominados principios de justicia fiscal
contemplados en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal.
79. En cambio, la obligación patronal de participar a los trabajadores el diez por
ciento de las utilidades generadas constituye la materialización del derecho
social reconocido por el Poder Constituyente en favor de los trabajadores y
que se encuentra consagrado en el artículo 123, fracción IX, inciso e), de la
Constitución Federal.
80. Para ello, el artículo 9, penúltimo párrafo de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, precisa que la renta gravable aplicable al reparto de utilidades a que
tienen derecho los trabajadores será el equivalente a la utilidad fiscal que
determinen los patrones en el ejercicio, con excepción de la propia
participación de los trabajadores en las utilidades pagada en el ejercicio, así
como las pérdidas fiscales generadas en ejercicios anteriores y que se
encuentren pendientes de disminuir.
81. En el caso, no resulta viable analizar la disposición reclamada por violación
al principio de proporcionalidad tributaria, pues esta garantía impera en el
70
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
ámbito de la relación tributaria que existe entre la Hacienda Pública y los
particulares19.
82. Ello es así, pues el penúltimo párrafo del artículo reclamado no forma parte
de la determinación sustantiva de pago de impuesto, pues únicamente
coadyuva a materializar el derecho de los trabajadores a participar en las
utilidades de la empresa, su función es delimitar los elementos que deberán
emplear las empresas para determinar el monto que servirá de base para la
determinación de la cantidad que debe repartir a los trabajadores.
83. Por tanto, atendiendo a la naturaleza del ámbito general en el que se
desenvuelven las relaciones obrero-patronales -incluso la relativa al reparto
de utilidades- esta Sala concluye que no le resultan aplicables los
estándares del artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal.
84. En cambio, esta Sala considera viable analizar si la medida legislativa
resulta razonable.
85. Para ello, se impone formular la siguiente interrogante: ¿Existe una razón objetiva y constitucionalmente válida que justifique que para el reparto de las utilidades de la empresa no se disminuyan de la utilidad fiscal del ejercicio las pérdidas fiscales de años anteriores y la participación de los trabajadores en las utilidades pagada en el ejercicio?
Participación en las utilidades de la empresa.
86. La participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa,
constituye una disminución excepcional que el legislador federal ha 19 Al respecto, el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la Contradicción de Tesis 375/2010, sustentó, lo siguiente: “El ámbito de aplicación de los derechos que alberga el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal, tiene una aplicación estricta en la actividad estatal, porque no cualquier aspecto financiero tiene que observarlos, sino sólo aquellos que tengan una naturaleza tributaria, es decir, que deriven en sí mismos del poder impositivo del Estado vinculado directamente con todos los aspectos de las contribuciones, por tal motivo este Tribunal Pleno ha establecido que la eficacia tutelar de los mencionados principios rige por antonomasia en la obligación sustantiva de pago de las contribuciones, pero también pueden tener operatividad en obligaciones adjetivas, accesorias y en deberes formales, siempre y cuando tengan origen y consecuencias tributarios, ya que si se trata de una actuación financiera estatal que sólo incide en esa materia tributaria, pero no emana inmediatamente de ella, resulta patente que no puede exigirse el cumplimiento de tales derechos, sin desdoro de que quede sujeta a otras garantías y postulados que la Constitución Federal previene.”
71
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
otorgado a las empresas que tienen trabajadores a su cargo. Este concepto
da la posibilidad de deducir -para efectos del pago del impuesto sobre la
renta- las cantidades que se entregan a los trabajadores por concepto de
participación de utilidades, pues se insiste, la regla general es que no sea
deducible el pago.
87. La deducibilidad del pago tratándose de participación de utilidades se
traduce en un impuesto negativo o un no pago del impuesto sobre la renta
que pudieran tener a su cargo los patrones al entregar a sus trabajadores
las utilidades en el porcentaje fijado por la Constitución Federal y las leyes
federales que la reglamentan.
88. Consecuentemente, esta Sala estima adecuado que el legislador federal
haya excluido de la determinación de la renta gravable aquellas cantidades
que previamente se distribuyeron a los trabajadores por concepto de
utilidades; aceptar la interpretación realizada por la quejosa implicaría que el
importe de utilidades que corresponde a los trabajadores en el ejercicio se
vea impactado de manera negativa con las utilidades que se les pagaron en
el ejercicio anterior, escenario que no contempló el Constituyente
Permanente en el artículo 123 Constitucional.
89. Esto es, el único fin del artículo 123 Constitucional y de la legislación federal
que lo reglamenta es consolidar el derecho social de los trabajadores a
recibir un porcentaje de las ganancias reales que generó la unidad
económica en el ejercicio, ante ello, el legislador ordinario estableció las
medidas necesarias en la Ley del Impuesto sobre la Renta que coadyuven a
la eficacia de tal derecho, sin que sea viable priorizar ni anteponer el
sacrificio patrimonial que alegan las empresas al derecho social de los
trabajadores.
90. En este estado de cosas, la merma que alega la sociedad quejosa ocurre en
su patrimonio o propiedad privada, no puede anteponerse al derecho social
de los trabajadores, en virtud que la cantidad resultante de comparar
ingresos del ejercicio con las erogaciones efectuadas durante el mismo no
72
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
se puede diluir con la incorporación de la participación de los trabajadores
en las utilidades pagada durante el ejercicio.
91. Finalmente, esta Sala advierte que la medida legislativa es congruente con
el derecho de los trabajadores a participar de las ganancias reales
obtenidas por las empresas, pues de la utilidad neta que se determine al
final del ejercicio deberá distribuírseles un diez por ciento, sin que sea viable
disminuir lo que en el ejercicio anterior se les pagó por tal concepto, de
permitirse tal escenario serían los trabajadores quienes estarían
absorbiendo la carga económica del beneficio consagrado a su favor por el
Poder Constituyente.
Pérdidas de años anteriores.
92. El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que el
objeto del impuesto sobre la renta lo constituyen los ingresos y que la
producción de éstos, operación tras operación, es lo que determina la
generación de dicho gravamen.20
93. Del mismo modo, este Alto Tribunal ha definido que la determinación del
tributo en cuestión se justifica si la imposición se efectúa sobre el impacto
patrimonial positivo apreciable en el gobernado, el cual podría evidenciarse 20 Tesis de Jurisprudencia P./J. 52/96, del Tribunal Pleno; Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo IV, Octubre de 1996; Página: 101; de rubro y texto: “RENTA. SOCIEDADES MERCANTILES. OBJETO Y MOMENTO EN QUE SE GENERA EL IMPUESTO. De conformidad con el artículo 1o. de la Ley del Impuesto sobre la Renta, el objeto de este impuesto está constituido por los ingresos y no por las utilidades que tengan los sujetos pasivos del mismo. La obligación tributaria a cargo de éstos nace en el momento mismo en que se obtienen los ingresos, bien sea en efectivo, en bienes, en servicios o en crédito, como lo establece el artículo 15 del mismo ordenamiento, y no hasta que al término del ejercicio fiscal se determina que hubo utilidades. No es óbice para esta conclusión el hecho de que sean las utilidades las que constituyen la base a la que habrá de aplicarse la tarifa de acuerdo con la cual se determinará el impuesto, así como tampoco la circunstancia de que aun cuando haya ingresos, si no hay utilidades, no se cubrirá impuesto alguno, pues en este caso debe entenderse que esos ingresos que, sujetos a las deducciones establecidas por la ley, no produjeron utilidades, están desgravados, y lo que es más, que esa pérdida fiscal sufrida en un ejercicio fiscal, será motivo de compensación en ejercicio posterior. No es cierto pues, que el impuesto sobre la renta se causa anualmente, ya que, como se dijo, éste se va causando operación tras operación en la medida en que se vayan obteniendo los ingresos; por ende, no es cierto tampoco, que al realizar pagos provisionales a cuenta del impuesto, se esté enterando un tributo no causado y que ni siquiera se sabe si se va a causar. El impuesto se ha generado, se va causando operación tras operación, ingreso tras ingreso, y el hecho de que, de conformidad con el artículo 10 de la ley en comento, sea hasta el fin del ejercicio fiscal cuando se haga el cómputo de los ingresos acumulables, y se resten a éstos las deducciones permitidas por la ley, para determinar una utilidad fiscal que va a constituir la base (no el objeto), a la que se habrá de aplicar la tarifa que la misma ley señala, para obtener así el impuesto definitivo a pagar, no implica que dicha utilidad sea el objeto del impuesto y que éste no se hubiese generado con anterioridad”.
73
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
al considerar no sólo el ingreso bruto generado aisladamente, sino la
utilidad obtenida mediante la consideración conjunta del ingreso y de las
cantidades erogadas como costo de generación del ingreso.
94. De esta forma, se ha sostenido que, si bien el objeto del impuesto lo
constituyen los ingresos percibidos, dicho gravamen -para que sea
proporcional como lo mandata el artículo 31, fracción IV, Constitucional-
debe ser determinado por el particular tomando como base la utilidad fiscal,
reconociéndose así el costo de la producción del ingreso.
95. Adicionalmente, el Estado ha complementado la mecánica de determinación
del tributo en cuestión a través de diversas figuras de resta que si bien no
tienen vínculo directo con los ingresos generados en el ejercicio, atienden a
cuestiones de política fiscal cuya finalidad no es otra que disminuir el monto
de la utilidad generada y con ello, hacer menos gravoso el impuesto a
pagar.
96. En este sentido, es evidente que en el desarrollo del procedimiento que da
lugar a la determinación de la cantidad líquida a cargo del contribuyente por
concepto de impuesto sobre la renta, concurren diversas figuras
sustractivas -deducciones, créditos, amortizaciones, los supuestos de
exención o no sujeción, coeficientes de decremento, entre otros-, junto a
figuras aditivas -acumulación de ingresos, elementos que amplían el radio
de acción del propio impuesto, como ocurre en el caso de los presupuestos
asimilados o equiparados, coeficientes de incremento, entre otros-, y
derivado de la interacción de todos ellos se conocerá el monto de la
obligación líquida a enterar.
97. Lo anterior, permite advertir que aun cuando los conceptos otorgados por la
legislación sustantiva no forman parte de los gastos operativos del ejercicio
en curso ni corresponden a erogaciones efectuadas por los causantes, la
política pública implementada por el Estado ha creado tales conceptos cuya
incidencia es exclusiva de la relación tributaria.
74
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
98. Sin embargo, en el caso de la relación patrón-trabajador la proporcionalidad
de la renta gravable que servirá de base para el reparto de la participación
de los trabajadores en las utilidades se ve reflejada en la disminución de las
erogaciones que se realizaron durante el ejercicio, tanto de las que sean
estrictamente indispensables como aquellas que la fracción XXX, del
artículo 28, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, establece que no serán
deducibles, pues a partir de dicha operación se da cabal cumplimiento al
derecho laboral pues el porcentaje del 10% se aplica sobre la renta neta
generada por la empresa en el ejercicio.
99. Lo anterior, permite advertir que aun cuando los conceptos otorgados por la
legislación sustantiva no forman parte de los gastos operativos del ejercicio
en curso ni corresponden a erogaciones efectuadas por los causantes, la
política pública implementada por el Estado ha creado tales conceptos cuya
incidencia es exclusiva de la relación tributaria.
100. Dicha información resulta útil para entender porque para calcular la renta
gravable que servirá de base al patrón para determinar la utilidad a sus
trabajadores no es viable incluir ni las pérdidas generadas en años
anteriores ni la participación de los trabajadores en las utilidades pagada en
el ejercicio.
101. Por ello, es incompatible con la concepción de esta Primera Sala que se
sostenga que el concepto “renta gravable” establecido en el artículo 123,
fracción IX, inciso e) de la Constitución Federal equivale al “resultado fiscal”
previsto en la fracción II, del artículo 9, de la Ley del Impuesto sobre la
Renta.
102. De igual manera, resulta infundado el planteamiento que formula la quejosa
en su primer agravio, en el que sostiene que esta Suprema Corte al emitir la
Tesis de Jurisprudencia P./J. 19/200521, reconoce que el pago de la 21 Registro: 178401, Novena Época , Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXI, Mayo de 2005, página 5, de rubro y texto: PARTICIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES EN LAS UTILIDADES DE LAS EMPRESAS. EL ARTÍCULO 32, FRACCIÓN XXV, DE LA LEY DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA, QUE PROHÍBE SU DEDUCCIÓN, TRANSGREDE EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD. La erogación que realiza el patrón por concepto de participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas constituye un deber constitucional y legal vinculado con la prestación de un servicio personal subordinado, en términos del artículo 110 de la Ley del Impuesto sobre la Renta; en tal virtud, dada la naturaleza del gasto que implica repartir a los trabajadores dichas utilidades, se concluye que el artículo 32, fracción XXV, de la ley citada, al prohibir su deducción transgrede el principio tributario de proporcionalidad
75
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa conlleva un
impacto negativo en la utilidad neta o fiscal, que al no permitir su resta
impide que determine la base gravable del impuesto tomando en cuenta su
verdadera capacidad contributiva. Por lo que resulta lógico que la norma
reclamada sea inconstitucional al no permitir la resta de la participación de
los trabajadores en la determinación de la renta gravable.
103. Lo infundado del planteamiento, es consecuencia de la premisa incorrecta
de la que parte la sociedad quejosa, para quien el pronunciamiento de
inconstitucionalidad referido implicó que se permitiera de manera absoluta la
disminución del pago de participación de los trabajadores en las utilidades
de las empresas en las distintas obligaciones legales que debe cumplir.
104. Ello no fue así, pues en los criterios invocados, esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación analizó el artículo 32, fracción XXV, de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, que a la letra señalaba:
Artículo 32. Para efectos de este Título, no serán deducibles: […]
XXV. Las cantidades que tengan el carácter de participación en la utilidad del contribuyente o estén condicionadas a la obtención de ésta, ya sea que correspondan a trabajadores, a miembros del consejo de administración, a obligacionistas o a otros.
105. El artículo citado prohibía a las empresas considerar como un concepto
deducible -para efectos de la determinación del impuesto sobre la renta- el
pago que se efectuaba a los trabajadores por concepto de participación de
los trabajadores en las utilidades de las empresas.
106. Tal prohibición, al contrastarse con el principio de proporcionalidad tributaria
contenido en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal se
declaró inconstitucional, desincorporándose de la esfera jurídica de las
empresas tal disposición a fin de que en la determinación del resultado
fiscal incorporaran como elemento de resta el pago efectuado a sus
contenido en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que desconoce el impacto negativo producido en el haber patrimonial de la empresa e impide que determine la base gravable del impuesto tomando en cuenta su verdadera capacidad contributiva. Lo anterior da lugar a la protección de la Justicia Federal contra el referido artículo 32, fracción XXV, para el único efecto de permitir al contribuyente la deducción de las cantidades entregadas por participación a los trabajadores en las utilidades de la empresa.
76
AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
trabajadores por concepto de participación de los trabajadores en las
utilidades de las empresas.
107. Sin embargo, ello no implicó que para la determinación de la renta gravable
-para efectos del pago de utilidades a los trabajadores- se haya permitido la
incorporación de este concepto. Por el contrario, se ha sustentado
suficientemente a lo largo del presente fallo que este Tribunal Constitucional
ha sido consistente en establecer que para la determinación de la renta
gravable prevista en el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e), de la
Constitución Federal, las empresas únicamente deben restar de los
ingresos acumulables el importe de las deducciones autorizadas.
108. En ello radica lo infundado del planteamiento que se analiza, pues la
quejosa pretende darle a los criterios invocados un alcance que no tienen,
muestra de ello es el razonamiento sustentado por esta Primera Sala al
resolver el amparo en revisión 316/200822, en el que estableció lo siguiente:
b. Por otro lado, debe decirse que tampoco en el caso de los derechos e intereses de los trabajadores, tiene impacto negativo alguno el hecho de que la participación a los trabajadores en las utilidades no sea deducible en términos del artículo 32, fracción XXV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, pero que sí sea disminuíble en términos del artículo 10 de la misma ley; por el contrario, la distinción entre los conceptos aludidos surgió a fin de que pudiera reconocerse la repercusión que tiene en el patrimonio del patrón el pago de la participación a los trabajadores en las utilidades, sin que por ello llegaran a afectarse los derechos de los trabajadores.
De esta forma, frente a los empleados del patrón, sí resulta relevante el punto en el que incide la disminución de la participación a los trabajadores en las utilidades en torno al reparto de utilidades que les debe ser otorgado anualmente, en razón de que, al no contemplarse dicho concepto como deducible —es decir, trascendente para calcular precisamente la utilidad—, evidentemente no se disminuyen las utilidades que generan para la empresa y, en consecuencia, no disminuye la renta gravable, base del reparto.
Ello, puesto que si la participación a los trabajadores en las utilidades se incluyera en la determinación de la utilidad fiscal —como una deducción— dicha reducción traería como consecuencia que el monto al cual se le aplicara el porcentaje relevante para el cálculo del reparto de utilidades fuera menor, en la medida en que se estaría restando un concepto más a los ingresos acumulables, afectando a las utilidades de
22 Fallado en sesión de nueve de julio de dos mil ocho, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Sergio A. Valls Hernández.
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las empresas y, finalmente, a la renta gravable que debe repartirse a los trabajadores.
109. En relación con lo anterior, debe destacarse que la intención de crear la
disminución como una especial figura sustractiva de la base imponible, tuvo
como expreso propósito que la utilidad repartible a los trabajadores no se
viera afectada al introducirse en la ley una mecánica que permitiera que los
patrones reconocieran el impacto de la erogación de la participación de los
trabajadores en las utilidades. Dichas consideraciones pueden verse
reflejadas en la iniciativa propuesta por el Ejecutivo Federal que dio origen a
la reforma del artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, publicada
el primero de diciembre de dos mil cuatro, en la que se mencionó lo
siguiente:
INICIATIVA DEL EJECUTIVO, DEL DECRETO QUE REFORMA, ADICIONA, DEROGA Y ESTABLECE DIVERSAS DISPOSICIONES FISCALES, Y QUE ESTABLECE SUBSIDIOS PARA EL EMPLEO Y PARA LA NIVELACIÓN DEL INGRESO.
[…]
Disminución de la PTU sobre la utilidad fiscal.
En concreto, se propone que los contribuyentes del impuesto sobre la renta empresarial puedan disminuir de su utilidad fiscal el monto de la PTU, conforme al artículo 123 constitucional, a efecto de no afectarse la base para la determinación de la citada PTU y con ello el espíritu de dicho derecho laboral, derivado de la inequidad que representaría disminuir de la propia PTU el referido monto. Esta medida, junto con el establecimiento de una tasa del 28%, hará que el país sea más atractivo para los inversionistas nacionales y extranjeros
[…]”.
Por su parte, la Comisión de Hacienda y Crédito Público, a través del Dictamen fechado el veintisiete de octubre de dos mil cuatro, estableció:
“COMISIÓN DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO
[…]
CONSIDERACIONES DE LA COMISIÓN.
[…]
Disminución de la participación de los trabajadores en las utilidades sobre la utilidad fiscal.
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Con el fin de eliminar la percepción que tienen los inversionistas de que México es un país impositivamente caro, debido a que además de pagar el impuesto sobre la renta, también se debe pagar un 10% adicional por la no deducibilidad de la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas (participación de los trabajadores en las utilidades), se plantean ciertas modificaciones a los artículos 10, 16 y 130 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, a fin de corregirse tal percepción del esquema.
Esta Dictaminadora estima conducente la propuesta contenida en la iniciativa que se dictamina a efecto de que los contribuyentes del impuesto sobre la renta empresarial, puedan disminuir de su utilidad fiscal el monto de la participación de los trabajadores en las utilidades pagada a los trabajadores conforme al artículo 123 Constitucional, además de establecer en el artículo 16 de la Ley del Impuesto sobre la Renta que la disminución de la participación de los trabajadores en las utilidades que hagan las empresas de su utilidad fiscal no puede afectar la utilidad base de reparto para el ejercicio siguiente, con el fin de que los trabajadores no se vean afectados, pues de no hacerse dicha precisión se estaría disminuyendo la participación de los trabajadores en las utilidades pagada de la propia base para determinar el pago de dicha participación de los trabajadores en las utilidades para el ejercicio siguiente.
Ahora bien, dado que la participación de los trabajadores en las utilidades se podrá disminuir de la utilidad fiscal del ejercicio, y toda vez que diversas disposiciones de la Ley del Impuesto sobre la Renta hacen referencia expresa al concepto de utilidad fiscal, esta Dictaminadora considera necesario aclarar en el artículo 10 de la iniciativa que se dictamina que el concepto de utilidad fiscal a que se refiere la Ley, incluye la disminución de la participación de los trabajadores en las utilidades, lo cual permitirá que los cálculos que deban realizar los contribuyentes para efectos de pagos provisionales, la determinación del impuesto en el caso de empresas que consolidan su resultado fiscal, entre otros, consideren la disminución de la participación de los trabajadores en las utilidades, que en su caso, realicen las empresas.
[…].
De la transcripción anterior se desprende que la intención del legislador fiscal, al modificar el texto del artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, fue la de homologarlo a los criterios sustentados por este Alto Tribunal al declarar la inconstitucionalidad del artículo 32, fracción XXV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, estableciendo la participación de los trabajadores en las utilidades como concepto disminuible de la utilidad fiscal y no deducible.
Dicha circunstancia protegió los intereses tanto de los patrones como de los trabajadores, en la medida en que la participación de los trabajadores en las utilidades —como ya se apuntó—, por una parte, fue considerada para efectos de una disminución en el cálculo de la cantidad a la que se aplicaría la tasa, mientras que, por la otra, dicha erogación fue considerada posteriormente a la determinación de la utilidad fiscal, resguardando los intereses de los trabajadores en torno a su derecho al reparto de utilidades.
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110. De acuerdo con lo anterior, es infundado el planteamiento propuesto por la
sociedad recurrente.
111. En el segundo agravio, específicamente en los apartados A, B y C, la
recurrente hace valer que los artículos 118 de la Ley de Petróleos
Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad, violan los
principios de igualdad y no discriminación, pues otorgan un trato distinto a
contribuyentes que se encuentran en igualdad de circunstancias.
112. Para dar respuesta a lo anterior, en primer término es necesario precisar las
razones que dieron origen a los artículos impugnados. En el proceso
legislativo se señalaron como motivos fundamentales, los siguientes:
“Finalmente y en relación con ambos proyectos de ley, se establece en cada una de sus leyes que Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y sus respectivas empresas productivas subsidiarias estén exentas del reparto de utilidades a sus trabajadores (PTU). La exención se justifica en virtud de que Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad son empresas propiedad del Estado Mexicano que tienen diferencias fundamentales respecto a cualquier otra empresa privada.
En primer lugar, debe atenderse a la naturaleza pública de las empresas productivas del Estado, pues a diferencia de las empresas privadas, aquéllas tienen su origen y fundamento en la Constitución General; es decir, su razón de existencia es la voluntad del constituyente desarrollada en leyes públicas y no la de particulares plasmada en documentos privados para alcanzar intereses igualmente privados. Una segunda diferencia fundamental es que los trabajadores de las empresas productivas del Estado son servidores públicos y no trabajadores privados, como sucede en cualquier otra empresa.
En tercer lugar, que los recursos que permiten su operación son de origen público y no derivan de patrimonios privados. Así, los fondos que son utilizados para su constitución y para el desarrollo de sus actividades derivan del dinero de los mexicanos que son canalizados como ingresos para el Estado, conforme a lo establecido en las propias leyes de derecho público. Es decir, dado que son recursos públicos, deben someterse a todos y cada uno de los principios insertos en nuestra norma fundamental.
En cuarto lugar, y en estrecha relación con el punto anterior, las empresas productivas del Estado se diferencian respecto de las empresas privadas, en relación con el destino que alcanzarán las utilidades que obtengan por el desarrollo de sus actividades. Como se sabe, existe un mandato constitucional expreso en el transitorio vigésimo de la reforma energética a la que se ha hecho mención, respecto a que Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de
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Electricidad deberán transformarse en empresas productivas del Estado y que tendrán por objeto "la creación de valor económico e incrementar los ingresos de la Nación, con sentido de equidad y responsabilidad social y ambiental. […] Lo anterior, significa que su objetivo constitucional (incrementar los ingresos de la Nación), deberá tenerse presente en cada una de las disposiciones que al efecto se diseñen, pues ello se traducirá, en última instancia, en mayores beneficios para todos los mexicanos.
Así, resulta claro que a diferencia de lo que acontece con cualquier empresa de carácter privado, los ingresos derivados de las actividades empresariales que Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y sus empresas productivas subsidiarias realicen, tendrán un destino nacional. Como es comúnmente conocido, tratándose de empresas privadas, las utilidades o beneficios obtenidos en un periodo determinado se destinan a beneficiar a unos cuantos (los inversionistas). Por el contrario, en el caso de las empresas productivas del Estado, dado el mandato constitucional ya referido, sus utilidades se deberán destinar a incrementar los ingresos de la Nación y con ello, al financiamiento del gasto público. Ello implica que, en otras palabras, las utilidades que dichas empresas obtengan no sólo serán aprovechadas para costear los proyectos individuales de inversión que las mismas requieran para su operación, sino también y, sobre todo, para el mejoramiento de los servicios educativos, de salud, infraestructura, u otros que benefician a la totalidad de los mexicanos, según se determine en el Presupuesto de Egresos del año fiscal correspondiente.
[…]
Como se ha evidenciado, las actividades empresariales que realizarán Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y sus empresas productivas subsidiarias están revestidas de un interés público superlativo, pues los beneficios que generen están directamente relacionados, por mandato constitucional, con el fomento y desarrollo del progreso general de los habitantes de nuestro país. Igualmente, el destino nacional de los ingresos de las empresas productivas del Estado se evidencia aún más a partir de la nueva figura de dividendo estatal que también se introduce por medio de la presente iniciativa.
Como ya se mencionó, por medio del dividendo estatal, las empresasproductivas del Estado entregarán cada año al Estado, en su carácter de "dueño", un porcentaje de las utilidades que se determine conforme al procedimiento detallado en la Ley, a fin de que dicho monto se integre a las disposiciones presupuestarias que apruebe el Congreso, para el financiamiento del gasto público.
En atención a las diferencias expuestas, y dado que el artículo 123 de nuestra Constitución Federal lo permite, se estima conveniente exceptuar a dichas empresas del pago de PTU, no sólo en virtud de encontrar una justificación en el mandato constitucional de incrementar los ingresos de la Nación, sino también de que la medida es razonable, a fin de maximizar los ingresos de la Nación. Es decir, se trata de empresas públicas a las que se les ha encargado funciones estatales específicas, a fin de obtener de incrementar los ingresos de la Nación. Esta medida permitirá no sólo que las empresas productivas del Estado cumplan con los Objetivos constitucionales para los que fueron creados,
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sino también que el Estado Mexicano cuente con mayores recursos económicos para desarrollar políticas sociales y de inversión que nuestro país y los mexicanos requieran.
Finalmente, debe decirse que la exención que se propone no perjudicará a los trabajadores de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, pues, bajo el régimen vigente, dichas empresas no reparten utilidades entre sus trabajadores. Además, se propone expresamente que tales empresas productivas del Estado podrán otorgar a sus trabajadores otro tipo de gratificaciones que tengan por objeto reconocer su desempeño laboral, conforme lo determinen sus respectivos contratos colectivos de trabajo”.
113. De la exposición de motivos de la Ley de Petróleos Mexicanos y de la Ley
de la Comisión Federal de Electricidad, se puede advertir que los motivos
principales por los que el legislador exentó del pago del reparto de utilidades
a los trabajadores de las empresas productivas del Estado derivan de que
éstas tienen diferencias fundamentales respecto a cualquier otra empresa
privada por su naturaleza pública, ya que tienen su origen y fundamento en
la Constitución General. Asimismo, los recursos que permiten su operación
son de origen público y no derivan de patrimonios privados y tienen un
destino nacional, el cual tiene por objeto la creación de valor económico e
incrementar los ingresos de la Nación.
114. Ahora, en aras de analizar correctamente los argumentos formulados por la
solicitante de la tutela federal, es necesario transcribir los artículos en
cuestión, es decir, los artículos 118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121
de la Ley de la Comisión Federal de Electricidad:
“Artículo 118.- Las utilidades que obtengan Petróleos Mexicanos y sus empresas productivas subsidiarias tienen como fin incrementar los ingresos de la Nación para destinarlos al financiamiento del gasto público, por lo que dichas utilidades no se repartirán entre sus trabajadores. Lo anterior, sin perjuicio de que conforme a la legislación laboral, puedan otorgar a sus trabajadores cualquier incentivo, compensación, bono, gratificación o comisión por el desempeño de sus labores”.
“Artículo 121.- Las utilidades que obtengan la Comisión Federal de Electricidad y sus empresas productivas subsidiarias tienen como fin incrementar los ingresos de la Nación para destinarlos al financiamiento del gasto público, por lo que dichas utilidades no se repartirán entre sus trabajadores. Lo anterior, sin perjuicio de que, conforme a la legislación laboral, puedan otorgar a sus trabajadores cualquier incentivo,
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compensación, bono, gratificación o comisión por el desempeño de sus labores”.
115. Los artículos transcritos, establecen que tanto Petróleos Mexicanos como la
Comisión Federal de Electricidad y sus subsidiarias tienen como fin
incrementar los recursos de la Nación para destinarlos al gasto público, por
lo que dichas empresas se encuentran exentas de realizar el reparto de
utilidades entre sus trabajadores.
116. Ahora, para estar en posibilidad de abordar el análisis de los artículos
combatidos a la luz del derecho de igualdad y no discriminación, debe
realizarse una precisión respecto al escrutinio de proporcionalidad23, puesto
que es un instrumento metodológico que establece un procedimiento
interpretativo para la resolución de conflictos, que encuentran asidero 23 Tesis 1a. LIII/2012, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro y texto: “TEST DE PROPORCIONALIDAD DE LAS LEYES FISCALES. EN ATENCIÓN A LA INTENSIDAD DEL CONTROL CONSTITUCIONAL DE LAS MISMAS, SU APLICACIÓN POR PARTE DE LA SUPREMA CORTE REQUIERE DE UN MÍNIMO Y NO DE UN MÁXIMO DE JUSTIFICACIÓN DE LOS ELEMENTOS QUE LO CONFORMAN. El principio de proporcionalidad, como instrumento metodológico, es un procedimiento interpretativo para la resolución de conflictos entre los contenidos esenciales de las disposiciones normativas fundamentales, que encuentra asidero constitucional en los diversos principios de igualdad e interdicción de la arbitrariedad o exceso, previstos en los artículos 1o., 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Dicho principio opera principal, mas no exclusivamente, cuando se aduce la violación al principio de igualdad o equidad tributaria como manifestación específica de éste, pues en ese caso se requiere llevar a cabo, en primer lugar, un juicio de igualdad mediante la equiparación de supuestos de hecho que permitan verificar si existe o no un trato injustificado, esto a partir de un término de comparación, en la medida en que el derecho a la igualdad es fundamentalmente instrumental y siempre se predica respecto de alguien o algo. Así, para verificar si el tratamiento desigual establecido por el legislador resulta constitucionalmente válido, en segundo lugar, el principio de proporcionalidad se conforma de tres criterios, de conformidad con la jurisprudencia 1a./J. 55/2006, consistentes en: a) que la distinción legislativa persiga una finalidad objetiva y constitucionalmente válida; b) que la distinción establecida resulte adecuada o racional, de manera que constituya un medio apto para conducir al fin u objetivo perseguido, existiendo una relación de instrumentalidad medio-fin y, c) la distinción debe ser proporcional, es decir, no es válido alcanzar objetivos constitucionalmente legítimos de un modo abiertamente desproporcional. Ahora, en materia tributaria la Suprema Corte consideró en la jurisprudencia 1a./J. 84/2006, que la intensidad del escrutinio constitucional, a la luz de los principios democrático y de división de poderes, no es de carácter estricto, sino flexible o laxo, en razón de que el legislador cuenta con una amplia libertad en la configuración normativa del sistema tributario sustantivo y adjetivo, de modo que a fin de no vulnerar la libertad política del legislador, en campos como el mencionado, en donde la propia Constitución establece una amplia capacidad de intervención y regulación diferenciada del Estado, considerando que, cuando el texto constitucional establece un margen de discrecionalidad en ciertas materias, eso significa que las posibilidades de injerencia del juez constitucional son menores y, por ende, la intensidad de su control se ve limitada. Consecuentemente, la aplicación del principio de proporcionalidad por parte de la Suprema Corte en su carácter de Tribunal Constitucional, implica que el cumplimiento de los criterios que lo integran requiere de un mínimo y no de un máximo de justificación, es decir, basta que la intervención legislativa persiga una finalidad objetiva y constitucionalmente válida; la elección del medio para cumplir tal finalidad no conlleva a exigirle al legislador que dentro de los medios disponibles justifique cuál de todos ellos cumple en todos los grados (cuantitativo, cualitativo y de probabilidad) o niveles de intensidad (eficacia, rapidez, plenitud y seguridad), sino únicamente determinar si el medio elegido es idóneo, exigiéndose un mínimo y no máximo de idoneidad y, finalmente, debe existir una correspondencia proporcional mínima entre el medio elegido y el fin buscado que justifique la intervención legislativa diferenciada entre los sujetos comparables”.
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constitucional en los diversos principios de igualdad e interdicción de la
arbitrariedad o exceso, y que este opera cuando se aduce alguna violación
al principio de igualdad.
117. Esta Primera Sala ha procedido a delimitar conceptualmente el derecho de
igualdad en la tesis aislada CXXXVIII/2005, que establece:
“IGUALDAD. DELIMITACIÓN CONCEPTUAL DE ESTE PRINCIPIO. El derecho fundamental a la igualdad instituido por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no pretende generar una igualdad matemática y ciega ante las diferentes situaciones que surgen en la realidad, sino que se refiere a una igualdad de trato ante la ley. Si bien el emisor de la norma puede prever situaciones fácticas que requieren un trato diferente, éste debe sustentarse en criterios razonables y objetivos que lo justifiquen, sin dejarlo al capricho o voluntad del legislador. Además, la igualdad designa un concepto relacional y no una cualidad intrínseca, ya que es una relación que se da al menos entre dos personas, objetos o situaciones, y siempre es resultado de un juicio que recae sobre una pluralidad de "términos de comparación", los cuales, así como las características que los distinguen, dependen de la determinación por el sujeto que efectúa dicha comparación, según el punto de vista del escrutinio de igualdad. Así, la determinación del punto desde el cual se establece cuándo una diferencia es relevante será libre más no arbitraria, y sólo a partir de ella tendrá sentido cualquier juicio de igualdad24.
118. Del anterior concepto se coligen diversas premisas, de entre las cuales
destaca -para efectos de emprender el análisis constitucional del precepto
reclamado-, la relativa al carácter relacional, instrumental o adjetivo del
derecho fundamental de igualdad, pues se predica al menos entre dos
personas, objetos o situaciones, y siempre es resultado de un juicio que
recae sobre una pluralidad de "términos de comparación" (tertium
comparationis), los cuales, así como las características que los distinguen,
dependen de la determinación por el sujeto que efectúa dicha comparación,
según el punto de vista del escrutinio de igualdad.
119. Así, la determinación del punto desde el cual se establece cuándo una
diferencia es relevante será libre más no arbitraria, y sólo a partir de ella
tendrá sentido cualquier juicio de igualdad.
120. Por ende, el primer paso para proceder a verificar el cumplimiento del 24 Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXII, noviembre de 2005, página 40.
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derecho a la igualdad es la elección del término de comparación.
121. Además, esta Primera Sala también ha señalado cuáles son los criterios
para determinar si el legislador respeta o no el derecho fundamental de
igualdad, tal y como se concluye de la jurisprudencia 55/2006, que es del
tenor siguiente:
“IGUALDAD. CRITERIOS PARA DETERMINAR SI EL LEGISLADOR RESPETA ESE PRINCIPIO CONSTITUCIONAL. La igualdad en nuestro texto constitucional constituye un principio complejo que no sólo otorga a las personas la garantía de que serán iguales ante la ley en su condición de destinatarios de las normas y de usuarios del sistema de administración de justicia, sino también en la ley (en relación con su contenido). El principio de igualdad debe entenderse como la exigencia constitucional de tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales, de ahí que en algunas ocasiones hacer distinciones estará vedado, mientras que en otras estará permitido o, incluso, constitucionalmente exigido. En ese tenor, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación conoce de un caso en el cual la ley distingue entre dos o varios hechos, sucesos, personas o colectivos, debe analizar si dicha distinción descansa en una base objetiva y razonable o si, por el contrario, constituye una discriminación constitucionalmente vedada. Para ello es necesario determinar, en primer lugar, si la distinción legislativa obedece a una finalidad objetiva y constitucionalmente válida: el legislador no puede introducir tratos desiguales de manera arbitraria, sino que debe hacerlo con el fin de avanzar en la consecución de objetivos admisibles dentro de los límites marcados por las previsiones constitucionales, o expresamente incluidos en ellas. En segundo lugar, es necesario examinar la racionalidad o adecuación de la distinción hecha por el legislador: es necesario que la introducción de una distinción constituya un medio apto para conducir al fin u objetivo que el legislador quiere alcanzar, es decir, que exista una relación de instrumentalidad entre la medida clasificatoria y el fin pretendido. En tercer lugar, debe cumplirse con el requisito de la proporcionalidad: el legislador no puede tratar de alcanzar objetivos constitucionalmente legítimos de un modo abiertamente desproporcional, de manera que el juzgador debe determinar si la distinción legislativa se encuentra dentro del abanico de tratamientos que pueden considerarse proporcionales, habida cuenta de la situación de hecho, la finalidad de la ley y los bienes y derechos constitucionales afectados por ella; la persecución de un objetivo constitucional no puede hacerse a costa de una afectación innecesaria o desmedida de otros bienes y derechos constitucionalmente protegidos. Por último, es de gran importancia determinar en cada caso respecto de qué se está predicando con la igualdad, porque esta última constituye un principio y un derecho de carácter fundamentalmente adjetivo que se predica siempre de algo, y este referente es relevante al momento de realizar el control de constitucionalidad de las leyes, porque la Norma Fundamental permite que en algunos ámbitos el legislador tenga más amplitud para desarrollar su labor normativa, mientras que en otros insta al Juez a ser
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especialmente exigente cuando deba determinar si el legislador ha respetado las exigencias derivadas del principio mencionado”.25
122. En síntesis, los criterios para determinar cuándo se cumple con el derecho
de igualdad, son:
a) Que la distinción legislativa persiga una finalidad objetiva y
constitucionalmente válida.
b) Que la distinción establecida resulte adecuada o racional, de manera que
constituya un medio apto para conducir al fin u objetivo perseguido,
existiendo una relación de instrumentalidad medio-fin.
c) La distinción debe ser proporcional, es decir, no es válido alcanzar
objetivos constitucionalmente legítimos de un modo abiertamente
desproporcional, esto se puede reducir en la expresión el fin no justifica
los medios, y menos si éstos guardan una relación desmedida para los
propósitos que se buscan alcanzar.
123. En este orden de ideas, lo procedente es analizar si efectivamente existe el
trato diferencial alegado por la recurrente, para lo cual, en primer lugar debe
determinarse si el término de comparación propuesto resulta idóneo para tal
fin, esto es, debe realizarse un juicio de igualdad o equiparación entre los
sujetos, respecto de los que se aduce el trato desigual para verificar si
pueden comparar u homologar -una vez que se advierta esta situación, se
estará en aptitud de verificar si la existencia del elemento diferenciador
guarda congruencia con la norma-. Para efectuar dicho análisis, es
importante atender a las características que distinguen a cada una de las
entidades o sujetos.
124. La recurrente aduce que como empresa privada se encuentra en un plano
de desigualdad con respecto a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal
de Electricidad. Esto, porque sólo las empresas privadas se encuentran
obligadas al pago del impuesto sobre la renta, así como a determinar su
25 Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIV, septiembre de 2006, página 75.
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utilidad o renta gravable con base en las disposiciones de la Ley del
Impuesto sobre la Renta. Así, otorgar la exención del reparto de utilidades
únicamente a tales empresas -Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal
de Electricidad-, viola el principio de igualdad y no discriminación,
contemplado en el artículo 1° Constitucional.
125. Para demostrar lo infundado del argumento de la recurrente es necesario
determinar la naturaleza jurídica así como los fines de las empresas
productivas del Estado, tal como lo son Petróleos Mexicanos y Comisión
Federal de Electricidad.
126. En primer lugar, cabe recordar que el veinte de diciembre de dos mil trece,
se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Decreto por el que se
reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos en materia de energía. Esta reforma modificó
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los artículos 2526, 2727 y 2828.
127. De los artículos 25, 27 y 28 Constitucionales se puede advertir que las
empresas productivas del Estado son entes públicos propiedad del Estado,
los cuales desarrollan actividades estratégicas para éste. Además de los ya
mencionados artículos constitucionales que fueron modificados mediante
Decreto, existe una serie de artículos transitorios los cuales establecieron
diversas obligaciones para el Congreso de la Unión, específicamente el
26 “Art. 25.- […]El sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan en el artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución, manteniendo siempre el Gobierno Federal la propiedad y el control sobre los organismos y empresas productivas del Estado que en su caso se establezcan. Tratándose de la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, y del servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica, así como de la exploración y extracción de petróleo y demás hidrocarburos, la Nación llevará a cabo dichas actividades en términos de lo dispuesto por los párrafos sexto y séptimo del artículo 27 de esta Constitución. En las actividades citadas la ley establecerá las normas relativas a la administración, organización, funcionamiento, procedimientos de contratación y demás actos jurídicos que celebren las empresas productivas del Estado, así como el régimen de remuneraciones de su personal, para garantizar su eficacia, eficiencia, honestidad, productividad, transparencia y rendición de cuentas, con base en las mejores prácticas, y determinará las demás actividades que podrán realizar.[…]Bajo criterios de equidad social, productividad y sustentabilidad se apoyará e impulsará a las empresas de los sectores social y privado de la economía, sujetándolos a las modalidades que dicte el interés público y al uso, en beneficio general, de los recursos productivos, cuidando su conservación y el medio ambiente.[…]La ley alentará y protegerá la actividad económica que realicen los particulares y proveerá las condiciones para que el desenvolvimiento del sector privado contribuya al desarrollo económico nacional, promoviendo la competitividad e implementando una política nacional para el desarrollo industrial sustentable que incluya vertientes sectoriales y regionales, en los términos que establece esta Constitución”.
27 “Art. 27.- […]En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es inalienable e imprescriptible y la explotación, el uso o el aprovechamiento de los recursos de que se trata, por los particulares o por sociedades constituidas conforme a las leyes mexicanas, no podrá realizarse sino mediante concesiones, otorgadas por el Ejecutivo Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes, salvo en radiodifusión y telecomunicaciones, que serán otorgadas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones. Las normas legales relativas a obras o trabajos de explotación de los minerales y substancias a que se refiere el párrafo cuarto, regularán la ejecución y comprobación de los que se efectúen o deban efectuarse a partir de su vigencia, independientemente de la fecha de otorgamiento de las concesiones, y su inobservancia dará lugar a la cancelación de éstas. El Gobierno Federal tiene la facultad de establecer reservas nacionales y suprimirlas. Las declaratorias correspondientes se harán por el Ejecutivo en los casos y condiciones que las leyes prevean. Tratándose de minerales radiactivos no se otorgarán concesiones. Corresponde exclusivamente a la Nación la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica; en estas actividades no se otorgarán concesiones, sin perjuicio de que el Estado pueda celebrar contratos con particulares en los términos que establezcan las leyes, mismas que determinarán la forma en que los particulares podrán participar en las demás actividades de la industria eléctrica.Tratándose del petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo, la propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible y no se otorgarán concesiones. Con el propósito de obtener ingresos para el Estado que contribuyan al desarrollo de largo plazo de la Nación, ésta llevará a cabo las actividades de exploración y extracción del petróleo y demás hidrocarburos mediante asignaciones a empresas productivas del Estado o a través de contratos con éstas o con particulares, en los términos de la Ley Reglamentaria. Para cumplir con el objeto de dichas asignaciones o contratos las empresas productivas del Estado podrán contratar con particulares. En cualquier caso, los hidrocarburos en el subsuelo son propiedad de la Nación y así
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artículo Vigésimo Transitorio.29
128. De conformidad con la reforma constitucional mencionada, Petróleos
Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad se transformaron en
empresas productivas para el Estado encargadas de las actividades
estratégicas de exploración y extracción de petróleo y demás hidrocarburos,
así como la planeación y el control del sistema eléctrico nacional y del
servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica,
respectivamente. Asimismo, el Congreso emitió la Ley de Petróleos
deberá afirmarse en las asignaciones o contratos.[…]”.
28 “Art. 28.- […]No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; minerales radiactivos y generación de energía nuclear; la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica, y la exploración y extracción del petróleo y de los demás hidrocarburos, en los términos de los párrafos sexto y séptimo del artículo 27 de esta Constitución, respectivamente; así como las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión. La comunicación vía satélite y los ferrocarriles son áreas prioritarias para el desarrollo nacional en los términos del artículo 25 de esta Constitución; el Estado al ejercer en ellas su rectoría, protegerá la seguridad y la soberanía de la Nación, y al otorgar concesiones o permisos mantendrá o establecerá el dominio de las respectivas vías de comunicación de acuerdo con las leyes de la materia.[…]El Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración. Su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, fortaleciendo con ello la rectoría del desarrollo nacional que corresponde al Estado. Ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento. El Estado contará con un fideicomiso público denominado Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, cuya Institución Fiduciaria será el banco central y tendrá por objeto, en los términos que establezca la ley, recibir, administrar y distribuir los ingresos derivados de las asignaciones y contratos a que se refiere el párrafo séptimo del artículo 27 de esta Constitución, con excepción de los impuestos.[…]El Poder Ejecutivo contará con los órganos reguladores coordinados en materia energética, denominados Comisión Nacional de Hidrocarburos y Comisión Reguladora de Energía, en los términos que determine la ley.[…]”.
29 “Vigésimo Transitorio. Dentro del plazo previsto en el transitorio cuarto de este Decreto, el Congreso de la Unión realizará las adecuaciones al marco jurídico para regular a las empresas productivas del Estado, y establecerá al menos que:I. Su objeto sea la creación de valor económico e incrementar los ingresos de la Nación, con sentido de equidad y responsabilidad social y ambiental.II. Cuenten con autonomía presupuestal y estén sujetas sólo al balance financiero y al techo de servicios personales que, a propuesta de la Secretaría del ramo en materia de Hacienda, apruebe el Congreso de la Unión. Su régimen de remuneraciones será distinto del previsto en el artículo 127 de esta Constitución.III. Su organización, administración y estructura corporativa sean acordes con las mejores prácticas a nivel internacional, asegurando su autonomía técnica y de gestión, así como un régimen especial de contratación para la obtención de los mejores resultados de sus actividades, de forma que sus órganos de gobierno cuenten con las facultades necesarias para determinar su arreglo institucional.IV. Sus órganos de gobierno se ajusten a lo que disponga la ley y sus directores sean nombrados y removidos libremente por el Titular del Ejecutivo Federal o, en su caso, removidos por el Consejo de Administración. Para el caso de empresas productivas del Estado que realicen las actividades de exploración y extracción de petróleo y demás hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos en términos de lo previsto por el párrafo séptimo del artículo 27 de esta Constitución, la ley deberá establecer, entre otras disposiciones, que su Consejo de Administración se conforme de la
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Mexicanos, así como la Ley de la Comisión Federal de Electricidad, por
mandato constitucional.
129. Los artículos 2 de la Ley de Petróleos Mexicanos y de la Ley de la Comisión
Federal de Electricidad establecen respectivamente que ambas son
empresas productivas del Estado de propiedad exclusiva del Gobierno
Federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios y gozarán de
autonomía técnica, operativa y de gestión.
130. Por lo tanto, del marco normativo expuesto es posible concluir que
Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad son empresas
productivas del Estado, lo cual implica que son entes públicos propiedad del
Estado con personalidad jurídica y patrimonio propios que gozarán de
autonomía técnica, operativa y de gestión, las cuales desarrollan
actividades estratégicas de exploración y extracción de petróleo y demás
hidrocarburos, así como la planeación y el control del sistema eléctrico
nacional y del servicio público de transmisión y distribución de energía
eléctrica, respectivamente.
131. De igual manera se establece que, como empresas productivas del Estado
tienen como propósito la creación del valor económico e incrementar los
ingresos de la Nación, con sentido de equidad y responsabilidad social y
ambiental. En este sentido, la Ley de Petróleos Mexicanos y la Ley de la
siguiente manera: cinco consejeros del Gobierno Federal, incluyendo el Secretario del Ramo en materia de Energía quien lo presidirá y tendrá voto de calidad, y cinco consejeros independientes.V. Se coordinen con el Ejecutivo Federal, a través de la dependencia competente, con objeto de que sus operaciones de financiamiento no conduzcan a un incremento en el costo de financiamiento del resto del sector público o bien, contribuyan a reducir las fuentes de financiamiento del mismo.VI. Cuenten, en términos de lo establecido en las leyes correspondientes, con un régimen especial en materia de adquisiciones, arrendamientos, servicios y obras públicas, presupuestaria, deuda pública, responsabilidades administrativas y demás que se requieran para la eficaz realización de su objeto, de forma que les permita competir con eficacia en la industria o actividad de que se trate.Una vez que los organismos descentralizados denominados Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios, y Comisión Federal de Electricidad, se conviertan en empresas productivas del Estado de conformidad con las leyes que se expidan para tal efecto en términos deltransitorio tercero de este Decreto, no les serán aplicables las disposiciones relativas a la autonomía contenidas en las fracciones anteriores, sino hasta que conforme a las nuevas disposiciones legales se encuentren en funciones sus consejos de administración y estén en operación los mecanismos de fiscalización, transparencia y rendición de cuentas.Los consejeros profesionales de Petróleos Mexicanos en funciones a la entrada en vigor del presente Decreto permanecerán en sus cargos hasta la conclusión de los periodos por los cuales fueron nombrados, o bien hasta que dicho organismo se convierta en empresa productiva del Estado y sea nombrado el nuevo Consejo de Administración. Los citados consejeros podrán ser considerados para formar parte del nuevo Consejo de Administración de la empresa productiva del Estado, conforme al procedimiento que establezca la ley.
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Comisión Federal de Electricidad prevén una figura, dividendo estatal,
mediante la cual el Gobierno Federal determinará el monto que estas
empresas entregarán al Estado, adicionalmente al pago del impuesto sobre
la renta.
132. La entrega de este dividendo se realiza anualmente, mediante el
procedimiento señalado en las respectivas leyes. Durante el mes de junio, el
Consejo de Administración debe enviar a la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público un reporte sobre la situación financiera de la empresa y sus
subsidiarias; así como los planes, opciones y perspectivas de inversión y
financiamiento para el ejercicio inmediato siguiente y los cinco años
posteriores, acompañado de un análisis sobre la rentabilidad de dichas
inversiones y la proyección de los estados financieros a futuro. La
Secretaría de Hacienda y Crédito Público determinará los montos que
deberán entregar al Gobierno Federal como dividendo estatal, los cuales se
incluirán en la Iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación para su
aprobación por parte del Congreso de la Unión. El dividendo estatal
aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación y el remanente de dicho
monto podrá ser reinvertido conforme lo determine el Consejo de
Administración de cada empresa.
133. Dicho procedimiento, deja en claro que la finalidad de estas empresas es
incrementar los ingresos de la Nación mediante el pago de un dividendo
estatal, además del pago del impuesto sobre la renta -al cual se encuentran
obligadas las empresas privadas-. Asimismo, es necesario mencionar que
las ganancias que puedan obtener las empresas productivas del Estado se
reinvierten por lo que no existe un lucro por parte de éstas; a diferencia de
cualquier otro tipo de empresas cuyas ganancias incrementan su
patrimonio, existiendo un fin lucrativo.
134. De igual forma, con respecto a Petróleos Mexicanos, el Artículo Segundo
Transitorio de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos establece que si los
ingresos del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el
Desarrollo son superiores a los estimados en un ejercicio, descontando
pagos y rendimientos de la reserva del Fondo, el Gobierno Federal
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entregará a las entidades federativas y municipios una cantidad equivalente
al monto que les correspondería como participaciones.
135. Conforme lo expuesto, resulta inobjetable el carácter público que pese a la
reforma energética sigue teniendo Petróleos Mexicanos y Comisión Federal
de Electricidad, así como su finalidad de incrementar la riqueza y los
ingresos de la Nación.
136. Importa mencionar que ambas están dirigidas y administradas por un
Consejo de Administración y un Director General. El primero integrado, en
caso de Petróleos Mexicanos, por diez consejeros; el titular de la Secretaría
de Energía, quien lo presidirá y tendrá voto de calidad y el Titular de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público; tres consejeros de Gobierno
Federal designados por el Ejecutivo Federal, y como consejeros
independientes designados por el Ejecutivo Federal y ratificados por el
Senado de la República; y tratándose de la Comisión Federal de
Electricidad, cuatro consejeros designados por el ejecutivo Federal y uno
designado por los trabajadores de dicha Comisión. Por su parte, el Director
General es nombrado por el Ejecutivo en ambos casos.
137. De igual manera, de conformidad con el artículo 25 Constitucional, cuentan
con un régimen especial de remuneraciones para su personal, distinto del
previsto en el artículo 127 Constitucional30, por su propia naturaleza de 30 “Art. 127.- Los servidores públicos de la Federación, de las entidades federativas, de los Municipios y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, de sus entidades y dependencias, así como de sus administraciones paraestatales y paramunicipales, fideicomisos públicos, instituciones y organismos autónomos, y cualquier otro ente público, recibirán una remuneración adecuada e irrenunciable por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, que deberá ser proporcional a sus responsabilidades.Dicha remuneración será determinada anual y equitativamente en los presupuestos de egresos correspondientes, bajo las siguientes bases:I. Se considera remuneración o retribución toda percepción en efectivo o en especie, incluyendo dietas, aguinaldos, gratificaciones, premios, recompensas, bonos, estímulos, comisiones, compensaciones y cualquier otra, con excepción de los apoyos y los gastos sujetos a comprobación que sean propios del desarrollo del trabajo y los gastos de viaje en actividades oficiales.II. Ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el Presidente de la República en el presupuesto correspondiente.III. Ningún servidor público podrá tener una remuneración igual o mayor que su superior jerárquico; salvo que el excedente sea consecuencia del desempeño de varios empleos públicos, que su remuneración sea producto de las condiciones generales de trabajo, derivado de un trabajo técnico calificado o por especialización en su función, la suma de dichas retribuciones no deberá exceder la mitad de la remuneración establecida para el Presidente de la República en el presupuesto correspondiente.IV. No se concederán ni cubrirán jubilaciones, pensiones o haberes de retiro, ni liquidaciones por servicios prestados, como tampoco préstamos o créditos, sin que éstas se encuentren asignadas
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empresas productivas del Estado es evidente que sus fines son muy
distintos, ya que Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad no
tienen una actividad lucrativa, sólo buscan generar valor económico y
rentabilidad para el Estado mexicano como su propietario y actúan
procurando el mejoramiento de la productividad para contribuir al desarrollo
nacional.
138. De lo anteriormente expuesto y conforme a las características principales de
cada una de las entidades en comparación (naturaleza, objeto, órganos de
representación, remuneraciones, aportaciones a los ingresos de la
federación, entre otros) es evidente que no existe la posibilidad de una
homologación entre los sujetos (empresas productivas del Estado y
empresas privadas), en consecuencia, son infundados los argumentos de la
recurrente.
139. Lo anterior es así, pues como lo señaló el juzgado de distrito, los artículos
118 de la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión
Federal de Electricidad, no violan los principios de igualdad y no
discriminación, ya que no se está ante situaciones iguales reguladas de
forma diferente por la ley, que ameriten determinar si el trato desigual está
justificado y cumple con criterios objetivos y razonables, pues dicha quejosa
no demostró ser empresa productiva del Estado.
140. En el agravio tercero, la recurrente establece la ilegalidad de la sentencia de
amparo, en virtud de que el juez de distrito violó las garantías de legalidad y
seguridad jurídica, al omitir analizar la totalidad de los argumentos vertidos
por la quejosa en su demanda de amparo, contrariando con ello el principio
de exhaustividad.
por la ley, decreto legislativo, contrato colectivo o condiciones generales de trabajo. Estos conceptos no formarán parte de la remuneración. Quedan excluidos los servicios de seguridad que requieran los servidores públicos por razón del cargo desempeñado.V. Las remuneraciones y sus tabuladores serán públicos, y deberán especificar y diferenciar la totalidad de sus elementos fijos y variables tanto en efectivo como en especie.VI. El Congreso de la Unión y las Legislaturas de las entidades federativas, en el ámbito de sus competencias, expedirán las leyes para hacer efectivo el contenido del presente artículo y las disposiciones constitucionales relativas, y para sancionar penal y administrativamente las conductas que impliquen el incumplimiento o la elusión por simulación de lo establecido en este artículo”.
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141. En tal virtud, la ahora recurrente sostiene que se omitió el estudio de los
siguientes argumentos: del primer concepto de violación apartados B y C;
del segundo concepto de violación el apartado B; del tercer concepto de
violación los apartados B y C, del cuarto concepto de violación los
apartados A y B; del quinto concepto de violación los apartados A y B; del
sexto concepto de violación los apartados B y C y del séptimo concepto de
violación el apartado B.
142. Ahora, para determinar si efectivamente el juez de distrito omitió el estudio
de los argumentos que han quedado reseñados, es indispensable precisar
los alcances de la impugnación efectuada en la demanda de amparo, así
como de la decisión adoptada en la sentencia recurrida.
143. En el inciso B, del primer concepto de violación de la demanda de garantías,
la quejosa hizo referencia a los criterios sustentados por esta Suprema
Corte en los que determinó que los artículos 14 y 15 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta vigente hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil uno,
así como los diversos 16 y 17 del mismo ordenamiento legal, vigente hasta
el treinta y uno de diciembre de dos mi trece, resultaban inconstitucionales
al contener una base gravable que no corresponde a la renta gravable a que
se refiere el artículo 123, apartado A, fracción IX, inciso e) de la Constitución
Federal.
144. Que tal vicio de inconstitucionalidad advertido por el Pleno de este Tribunal
Constitucional se actualiza en relación con el artículo 9, penúltimo párrafo
de la Ley del Impuesto sobre la Renta. Por ende, -precisa la quejosa- dicho
artículo 9 establece una mecánica para determinar la base gravable para
efecto de la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa
completamente distinta a la utilidad fiscal.
145. Por ende, -precisó la recurrente- que el penúltimo párrafo del artículo 9 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, obliga al patrón a entregar a sus
trabajadores una utilidad diferente a la gravada y, por ende, distinta a su
capacidad contributiva reflejada en la renta neta o utilidad, obtenida de
restar a sus ingresos las deducciones autorizadas.
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146. Por su parte, en el apartado C del primer concepto de violación de la
demanda de amparo, la hoy recurrente precisó la falta de facultades
constitucionales del Congreso de la Unión para establecer una base distinta
para efectos de determinar el reparto de utilidades a los trabajadores que
aquella que deba aplicarse para efectos de determinar el impuesto sobre la
renta, por lo que el artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la renta viola el
derecho fundamental establecido en el artículo 16 de la Constitución
Federal.
147. Que el vicio de inconstitucionalidad radica en el hecho de que se obliga al
patrón a determinar y pagar la participación de utilidades a sus trabajadores
sobre una renta gravable que no representa las ganancias o la utilidad fiscal
neta que aquélla percibió en el ejercicio fiscal, violando el artículo 123,
apartado A, fracción IX, inciso e) de la Constitución Federal.
148. En relación con lo planteado en el apartado B, la sentencia de amparo,
precisó: [C]ontrariamente a lo que afirma la sociedad quejosa, el hecho de
que el legislador haya precisado que para el cálculo de la participación de
utilidades de la empresa, se deba tomar como base únicamente la utilidad
fiscal obtenida en el ejercicio (ingresos menos deducciones), no así la
participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa pagada en
dicho periodo ni las pérdidas correspondientes a años anteriores no significa
que establezca una nueva base gravable a la prevista para enterar el
impuesto en cuestión, pues es evidente que los cálculos respectivos se
encaminan a diversos objetivos, como ya quedó explicado.
149. De ello se advierte que el juez de distrito si bien no particularizó el
argumento en cuestión, si atendió el reclamo de la quejosa desestimándose
que en el artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta se haya
establecido una base gravable distinta e incompatible con el artículo 123,
apartado A, fracción IX inciso e) de la Constitución Federal.
150. Ahora, si bien es cierto que es fundado lo alegado por la quejosa en relación
a la omisión de estudio del argumento contenido en el apartado C, tal
situación no tiene el alcance de revocar la sentencia recurrida, pues en
realidad la falta de facultades del Congreso de la Unión alegada por la hoy
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recurrente se basa en haber expedido una ley que contiene una base
gravable distinta de aquella que mandata la Constitución Federal en el
artículo 123, apartado A, fracción IX inciso e).
151. Sin embargo, ha sido definido por esta Primera Sala que la renta gravable
establecida en el artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta no es
distinta de la utilidad fiscal que sirve de base para la determinación del
impuesto, aunado que a que el procedimiento establecido en la norma
reclamada arroja como renta gravable una cantidad que refleja la ganancia
real de la sociedad. Por ello, resulta infundado lo planteado por la quejosa
en el apartado C del primer concepto de violación.
152. En relación con la omisión de estudio del apartado B del segundo concepto
de violación, esta Primera Sala advierte que la parte quejosa estableció que
la norma reclamada no debía subsistir al tener como antecedente una
diversa declarada inconstitucional, por ende, que al existir jurisprudencia
temática al respecto, para efectos de salvaguardar el derecho fundamental
de seguridad jurídica debía ser declarada inconstitucional.
153. Sobre este punto, la sentencia recurrida toma en cuenta la doctrina
jurisprudencial que sobre el concepto renta gravable ha sustentado esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, concluyendo: “En este sentido, el
legislador, en el artículo 9° de la Ley del Impuesto sobre la Renta estableció
un mecanismo congruente con lo previsto en dicho precepto constitucional,
así como en relación con lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ha establecido que debe entenderse por renta gravable”. Expresándose
-además- las consideraciones por las que el penúltimo párrafo del artículo
reclamado no resulta inconstitucional. De ahí que lo alegado en este sentido
por la recurrente sea infundado.
154. En relación con la omisión de estudio de los apartados B, C y E del tercer
concepto de violación, esta Primera Sala establece que tal planteamiento es
infundado.
155. Ello es así, pues de la sentencia de amparo se desprende que el Juez a quo
si estableció los motivos por los que no es congruente con el artículo 123,
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apartado A, fracción IX, inciso e), de la Constitución Federal que se tome
como renta gravable el resultado fiscal, asimismo, se determinó que no se
violentaba el derecho de propiedad al impedir que se resten las cantidades
que se hayan pagado por concepto de utilidades a las empresas ni las
pérdidas fiscales de años anteriores ya que tales conceptos pueden
restarse por los contribuyentes al momento de determinar el resultado fiscal,
de ahí que se estimen atendidos por el juez a quo el argumento contenido
en el apartado B.
156. En relación con los argumentos que conforman los apartados C y E, esta
Sala determina que la omisión de estudio alegada por la parte quejosa es
infundada. Ello, pues del análisis que se emprende a la sentencia recurrida
se advierte que en la sentencia de amparo sí se contiene pronunciamiento
por el juez de distrito en relación a las impugnaciones contenidas en los
apartados que han quedado referidos, como se advierte de la siguiente
transcripción:
“Ahora bien, como lo había la Suprema Corte de Justicia de la Nación, una interpretación del artículo 123 apartado A, de la Constitución Federal permite advertir que el concepto de ‘renta gravable’ es equiparable al de utilidad fiscal, el cual sólo contempla los ingresos acumulables en un ejercicio fiscal menos las deducciones autorizadas correspondientes.
En este sentido, el legislador, en el artículo 9° de la Ley del Impuesto sobre la Renta estableció un mecanismo congruente con lo previsto en dicho precepto constitucional, así como en la relación con lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que debe entenderse por renta gravable.
(…)
Máxime que este juzgador aprecia que el artículo 9 de la legislación impugnada establece un sistema desequilibrio entre capital y trabajo ya que, por una parte, establece un cálculo de renta gravable que maximiza las utilidades en beneficio de los trabajadores y, la vez, reconoce a la participación de las utilidades de las empresas como un elemento que debe aminorar el resultado fiscal de los contribuyentes, a efecto de que éstos tributen sobre su ingreso real.”
157. De ello, se concluye por esta Primera Sala que en la sentencia recurrida si
se abordaron las cuestiones planteadas por la hoy recurrente pues se
definió que el procedimiento previsto en el penúltimo párrafo del artículo 9
de la Ley del Impuesto sobre la Renta no arroja una utilidad fiscal distinta ni
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ficticia para efectos del reparto de participación de los trabajadores en las
utilidades de la empresa.
158. En el mismo sentido, se establecieron razones por las que distribuir
utilidades a los trabajadores sobre la ganancia real de la empresa no
vulnera las garantías de proporcionalidad, propiedad ni se aparta del juicio
de razonabilidad, de ahí que no existe la omisión alegada por la recurrente.
159. Por otra parte, la omisión que la revisionista principal imputa al juez de
distrito en analizar los apartados A y B del cuarto concepto de violación y los
contenidos en los apartados A y B del quinto concepto de violación en los
que precisó que el artículo 9, penúltimo párrafo de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, violentaba los derechos a un desarrollo integral, a una
seguridad económica, a una distribución equitativa de la riqueza y del
ingreso y a tener sistemas impositivos adecuados y equitativos, resulta
infundada.
160. Basta para ello, imponerse de las consideraciones contenidas en las
páginas 31 a 33 de la sentencia que se recurre, para advertir que el juez de
distrito se pronunció en relación con los principios invocados por la hoy
recurrente, estableciendo lo siguiente:
Principio de desarrollo integral:
“Resulta infundado tal argumento, en primer término porque las resoluciones que emite la Organización de los Estados Americanos son de carácter político, no vinculantes para el Estado Mexicano, aunado a que tal ordenamiento no puede estar por encima de la Constitución; además, su establecimiento constituye la voluntad de los Estados miembros de establecer un sistema impositivo que, como una expresión de la totalidad de las disposiciones de carácter tributario, resulte "adecuada" y "equitativa" de conformidad con las propias modalidades y procedimientos de cada entidad firmante. Esto, entendiendo al sistema impositivo como el orden jurídico tributario en su conjunto, es decir, como un conjunto organizado de normas percibido como un resultado total; de ahí que la idoneidad o equidad del sistema tributario en su totalidad no puede hacerse depender del establecimiento de un tributo o de la modificación de la tasa de uno de ellos, pues no es a lo que se refiere el tratado invocado.
Máxime que como se ha establecido, el tributo en estudio resulta constitucionalmente válido y eficaz”.
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Principio de protección de confianza legítima:
Tampoco se trasgrede el principio de protección de la confianza legítima que encuentra sustento en la garantía de seguridad jurídica prevista en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
[…]
En el presente caso, del procedimiento legislativo que dio origen a las normas combatidas se advierte que su modificación derivó de una iniciativa del Poder Ejecutivo, en la cual se propuso la reforma de diversas normas en materia fiscal, la cual fue remitida a la Cámara de Diputados para su dictamen y discusión; y, posteriormente a la Cámara de Senadores para su revisión, en dónde se realizaron diversas modificaciones y por ese motivo fue enviada nuevamente a la Cámara de Diputados, la cual finalmente la remitió al Poder Ejecutivo para su publicación y promulgación.
De lo anterior se desprende que la modificación de las normas combatidas no obedece a una decisión arbitraria que se haya tomado de manera súbita e inesperada, sino por lo contrario, la reforma se llevó a cabo por los órganos constitucionalmente facultados para ello, atendiendo a diversas realidades sociales que requerían ser jurídicamente reguladas y a través del procedimiento previsto en la propia Constitución Federal para crear y modificar leyes.En ese sentido, las normas combatidas no trasgreden el principio de seguridad y confianza legítima, ni tampoco el principio de certeza jurídica, máxime que el procedimiento legislativo conlleva el análisis y discusión de las normas sometidas a éste, a través de la participación de distintos grupos representantes de los gobernados, por lo que de ninguna manera podría considerarse que se trata de una decisión súbita y arbitraria.
Así, como se expuso, es obligación de los mexicanos contribuir para los gastos públicos que realiza el Estado, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes, según lo dispuesto en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución General de la República; exigencia que es correlativa con la facultad discrecional del Congreso de la Unión para imponer las contribuciones que estime necesarias para cubrir el presupuesto de egresos de conformidad con los numerales 73, fracción VII, y 74, fracción IV, del propio Texto Fundamental.
Luego, en el texto constitucional no se dispone expresamente cuáles serán los actos o las actividades que serán sujetas a imposición, sino que esa determinación se deja en manos del legislador ordinario, quien con autonomía calificadora para configurar tributos, reputa qué acto o actividad será sometida a gravamen, con la única limitación de respetar los principios de legalidad, equidad, proporcionalidad y destino al gasto público inmersos en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal.
En ejercicio de esa potestad tributaria normativa, el legislador expidió la Ley del Impuesto sobre la Renta, en cuyo artículo 1°, fracción I, se dispone que las personas físicas y las morales están obligadas al pago de esa contribución cuando sean residentes en México, respecto de todos sus ingresos cualquiera que sea la ubicación de la fuente de
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riqueza de donde procedan. Particularmente, en este ordenamiento se prevé la mecánica que debe seguirse para calcular el tributo relativo, para lo cual debe determinarse, ante todo, la base gravable en los términos que ahí se indican, a la que se le aplicará una tasa o tarifa, según sea el caso.
Por lo anterior, queda de manifiesto que con la emisión de las normas cuya constitucionalidad se controvierte no se trasgreden los principios que refiere la peticionaria de amparo.
[…]”
Principio de tener sistemas impositivos adecuados y equitativos:
“Resulta infundado tal argumento, en primer término porque las resoluciones que emite la Organización de los Estados Americanos son de carácter político, no vinculantes para el Estado Mexicano, aunado a que tal ordenamiento no puede estar por encima de la Constitución; además, su establecimiento constituye la voluntad de los Estados miembros de establecer un sistema impositivo que, como una expresión de la totalidad de las disposiciones de carácter tributario, resulte "adecuada" y "equitativa" de conformidad con las propias modalidades y procedimientos de cada entidad firmante. Esto, entendiendo al sistema impositivo como el orden jurídico tributario en su conjunto, es decir, como un conjunto organizado de normas percibido como un resultado total; de ahí que la idoneidad o equidad del sistema tributario en su totalidad no puede hacerse depender del establecimiento de un tributo o de la modificación de la tasa de uno de ellos, pues no es a lo que se refiere el tratado invocado”.
161. Finalmente, si bien sobre los principios de seguridad económica y de
distribución equitativa de la riqueza no se individualiza razonamiento alguno
por el juez de amparo, ello, aunque prima facie resultaría fundado, en
realidad no resulta apto para revocar la sentencia recurrida ni para que esta
Primera Sala se ocupe de su estudio pues de la demanda de amparo sólo
se advierten argumentos genéricos y abstractos que no reflejan un motivo
de agravio que pueda ser analizado en sede constitucional.
162. En otro sentido, la quejosa establece que el juez de amparo fue omiso en
estudiar los apartados B y C del sexto concepto de violación, en los cuales,
sustancialmente alegó que la libertad de configuración legislativa de que
está dotado el Poder Legislativo, no puede sobrepasar los derechos
fundamentales reconocidos en la constitución federal, ni de aquellos
contenidos en los diversos tratados internacionales de los que México es
parte.
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163. Tal planteamiento es infundado, en la sentencia de amparo se precisó por el
juez a quo lo siguiente:
“Luego, en el texto constitucional no se dispone expresamente cuáles serán los actos o las actividades que serán sujetas a imposición, sino que esa determinación se deja en manos del legislador ordinario, quien con autonomía calificadora para configurar tributos, reputa qué acto o actividad será sometida a gravamen, con la única limitación de respetar los principios de legalidad, equidad, proporcionalidad y destino al gasto público inmersos en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal.
En ejercicio de esa potestad tributaria normativa, el legislador expidió la Ley del Impuesto sobre la Renta, en cuyo artículo 1°, fracción I, se dispone que las personas físicas y las morales están obligadas al pago de esa contribución cuando sean residentes en México, respecto de todos los ingresos cualquiera que sea la ubicación de la fuente de riqueza de donde procedan, particularmente en este ordenamiento se prevé la mecánica que debe seguirse para calcular el tributo relativo, para lo cual debe determinarse, ante todo, la base gravable en los términos que ahí se indican, a la que se aplicará la tasa o la tarifa según sea el caso.”
164. Además, debe destacarse que en el cuerpo de la sentencia recurrida, se
concluye por el juzgador de amparo que las normas reclamadas no vulneran
garantía constitucional alguna, de ahí que se haya desvirtuado que la
reforma legal impugnada -desde el ámbito de la libre configuración
legislativa- haya desbordado los límites establecidos en la Constitución
Federal.
165. Finalmente, resulta infundada la omisión de estudio que atribuye la quejosa
recurrente a lo argumentado en el séptimo concepto de violación, apartado
B.
166. Lo anterior, en virtud de que el juez de distrito concluyó que tales
argumentos resultaban jurídicamente ineficaces, justificando la diferencia
entre la quejosa con Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de
Electricidad, esencialmente en: i) la quejosa no demostró ser empresa
productiva del Estado, por ello, no se está ante situaciones iguales
reguladas de manera diferente y; ii) de concederse el amparo, lejos de
beneficiarle se le ocasionaría un perjuicio, pues al pretender un tratamiento
igualitario las utilidades generadas serian para incrementar los ingresos de
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la Nación, ya que solo en tal escenario quedaría relevada de repartir
utilidades a sus trabajadores.
IX. REVISIÓN ADHESIVA
167. En consecuencia de lo antes determinado se estima que el recurso de
revisión adhesiva interpuesto por el Secretario de Hacienda y Crédito
Público debe declararse sin materia al ser improcedente la revisión
principal ya que dicho sentido resultó favorable a los intereses de la parte
adherente, por lo que evidentemente desapareció la condición a la que
estaba sujeto el interés jurídico de aquélla para interponer la adhesión,
traducido en reforzar el fallo recurrido.
168. Al respecto resulta aplicable la jurisprudencia de esta Primera Sala de rubro:
“REVISIÓN ADHESIVA. DEBE DECLARARSE SIN MATERIA AL DESAPARECER LA CONDICIÓN A LA QUE SE SUJETA EL INTERÉS DEL ADHERENTE”.31
X. DECISIÓN
169. Al haberse agotado el análisis de las aspectos de constitucionalidad, de
conformidad con todo lo razonado, lo procedente es confirmar la sentencia
recurrida en la materia competencia de esta Suprema Corte; negar el
amparo a la quejosa, solicitado en contra de los Decretos publicados: i) el
once de diciembre de dos mil trece en el Diario Oficial de la Federación, por
el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley
del Impuesto al Valor Agregado; de la Ley del Impuesto Especial sobre
Producción y Servicios; de la Ley Federal de Derechos, se expide la Ley del
Impuesto sobre la Renta, y se abrogan la Ley del Impuesto Empresarial a
Tasa Única y la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo, en particular
el penúltimo párrafo del artículo 9 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en 31 Tesis 1a./J. 71/2006; Novena Época; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo XXI; Pág. 266: “De conformidad con el último párrafo del artículo 83 de la Ley de Amparo, quien obtenga resolución favorable a sus intereses puede adherirse a la revisión interpuesta por el recurrente, expresando los agravios respectivos dentro del término de cinco días, computado a partir de la fecha en que se le notifique la admisión del recurso. Ahora bien, si se toma en cuenta que la adhesión al recurso carece de autonomía en cuanto a su trámite y procedencia, pues sigue la suerte procesal de éste y, por tanto, el interés de la parte adherente está sujeto a la suerte del recurso principal, es evidente que cuando el sentido de la resolución dictada en éste es favorable a sus intereses desaparece la condición la que estaba sujeto el interés jurídico de aquélla para interponer la adhesión, esto es, la de reforzar el fallo recurrido, y por ende, debe declararse sin materia el recurso de revisión adhesiva”.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2016
relación con el artículo 128 de la Ley Federal del Trabajo y; ii) el once de
agosto de dos mil catorce en el órgano de difusión, por el que se expiden la
Ley de Petróleos Mexicanos y la Ley de la Comisión Federal de Electricidad,
y se reforman y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal de
Entidades Paraestatales; la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y
Servicios del Sector Público y la Ley de Obras Públicas y Servicios
Relacionadas con las Mismas, en particular los artículos 118 de la Ley de
Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de
Electricidad.
Por lo expuesto y fundado se,
R E S U E L V E:
PRIMERO. En la materia de la revisión de esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, se confirma la sentencia recurrida.
SEGUNDO. La justicia de la unión no ampara ni protege a Embotelladora y Distribuidora Gepp, Sociedad Anónima de Capital Variable, en contra de
los artículos 9, penúltimo y último párrafos de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, en relación con el artículo 128 de La Ley Federal del Trabajo, 118 de
la Ley de Petróleos Mexicanos y 121 de la Ley de la Comisión Federal de
Electricidad.
TERCERO. Queda sin materia el recurso de revisión adhesiva.
Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, devuélvanse los
autos a su lugar de origen y, en su oportunidad, archívese el presente toca
como asunto concluido.
Así lo resolvió, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo
Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena (Ponente), y la Ministra Presidenta
Norma Lucía Piña Hernández.
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Firman la Presidenta de la Sala y el Ministro Ponente, con la Secretaria de
Acuerdos que autoriza y da fe.
PRESIDENTA DE LA PRIMERA SALA
MINISTRA NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ
PONENTE
MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
SECRETARIA DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA
LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ GATICA.
En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II y 18, fracción II de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
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