Torre Valentina – J.A. Coderch

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José Antonio Coderch y de Sentmenat (Barcelona, 1913 – Espolla, 1984) fue un arquitecto español que despuntó en la España de la posguerra. Cercano al franquismo y de personalidad compleja, estuvo en el olvido durante muchos años. Su arquitectura estaba caracterizada por una revisión a los postulados del Movimiento Moderno, introduciendo nuevos valores populares como las raíces del lugar, la diversidad,…

Fue miembro del Team X, el grupo de arquitectos que se inició en unas conversaciones del CIAM de 1953, en el que participó junto a Peter y Alison Smithson, Aldo Van Eyck y Georges Candilis, entre otros.

También perteneció al Grupo R, un movimiento arquitectónico desarrollado en Cataluña en los años 50, que surgió como reacción a la arquitectura de corte académico monumentalista desarrollada en los años de la posguerra española. Entre sus miembros figuraban arquitectos ya consagrados, como Josep Antoni Coderch, Josep María Sostres, Antoni de Moragas, Joaquim Gili y Manuel Valls, y jóvenes arquitectos que entonces despuntaban, como Oriol Bohigas.

En 1958, cuando le encargan el proyecto, Coderch tiene 45 años; su obra ya es amplia y variada, y es un arquitecto reconocido internacionalmente. Algunas de sus obras más famosas son la Casa Catasús y la Casa Ugalde.

Tras meses y meses dedicados a este proyecto, finalmente, el promotor decidió no construirlo, ya que según él le recordaba a un “zoco marroquí”. Pese a ello, la obra sí que fue reconocida por los arquitectos de la época y fue seleccionada para el CIAM de 1953.

El proyecto de Torre Valentina se podría caracterizar por poseer unos valores principales. Uno de ellos es la plasmación de los nuevos modelos urbanísticos desarrollados en el CIAM de 1953. Otro aspecto importante es el respeto al entorno paisajístico y su integración en él, disponiendo casas escalonadas longitudinalmente para una mejor adaptación al terreno. Pese a la densidad de la arquitectura debido a motivos económicos, las viviendas están ocultas por la naturaleza, de forma que no destacan, y creando una relación interior-exterior en todas las viviendas, además de visuales hacia el paisaje desde el interior. Otra característica del proyecto es la reinterpretación de la arquitectura vernácula, con una construcción popular de la zona. Las paredes son blancas de ladrillo, y las vigas de hormigón armado, emulando el aspecto de las típicas casas de pescadores alargadas y estrechas. Por último, cabe destacar la diversidad de los tipos de vivienda adaptadas a la industrialización. Coderch combina elementos variables, pero semejantes, creando así una idea de “puzle” con 26 tipologías distintas.

Respecto a la ubicación del proyecto, éste se sitúa en una de las mejores zonas de la Costa Brava, en una colina en la costa, cerca del puerto de Palamós, Gerona. El proyecto final constaba de 131 viviendas (26 tipologías PR3 TALLER 5 ETSA UPV Cortes Puig, Miguel AngelAnálisis Torre Valentina – J.A. Coderch Giner Ruiz, Maria

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diferentes), un hotel de 80 habitaciones y un garaje subterráneo de 250 plazas, que en total ocupaban una superficie de 35.000m2.

Coderch presentó Torre Valentina al grupo de coordinación de los CIAM (congreso internacional de arquitectura moderna) para incluirlo en el último congreso, que tendría lugar en Otterlo, Holanda, en 1959, y asistió por recomendación de Josep Lluís Sert. Estaba entre los 40 proyectos seleccionados en todo el mundo, y convirtió a Coderch en miembro del “team X”. CIAM era una organización con conferencias y reuniones en las que se realizan trabajos colectivos, discusiones,

En Otterlo concluye un proceso que se había comenzado a perfilar tras la Segunda Guerra Mundial, donde se había empezado a reorganizar los CIAM, pues faltaba un método adecuado para la reconstrucción de las ciudades, y se puso en crisis el esquematismo de la Carta de Atenas, que pretendía crear las condiciones legales para llevar a la práctica el modelo de la Villa Radieuse de Le Corbusier y aplicarlo por todas partes.

La Carta de Atenas permitía a los arquitectos imponer sus ideas sin necesidad de revisarlas. El joven más crítico era Coderch, que despreciaba profundamente a Le Corbusier. Tampoco congeniaba con Sert,… La crítica más fuerte caía sobre el urbanismo pues, a pesar de que los jóvenes valoraban la arquitectura de 1928-1938, veían que tenía poca eficacia urbanística. Desde 1928 los congresistas separaban el trabajo de la vivienda, la circulación y el recreo, pensando que así resolverían el caos urbanístico del XIX.

Se mejoró la calidad de los espacios urbanos de la ciudad, pero la zonificación funcional de la Carta de Atenas no respondía a las necesidades funcionales de la vida orgánica de las ciudades. La vida de las personas exigía agrupar las 4 funciones de un modo mucho más orgánico, y reemplazar las categorías funcionales por las antropológicas y existenciales.

En el CIAM 9 se planteó el problema como más general (en lugar de alrededor del corazón de la ciudad) vinculado a la diversidad cultural y el comportamiento ecológico. Se propuso como objetivo final la redacción de una Carta del Hábitat. Para los más jóvenes la Carta del Hábitat era el lugar donde introducir una nueva doctrina arquitectónico-urbanística que incorporase la diversidad,… La arquitectura se tenía que concebir como una estructura organizada, como un sistema dinámico y que se renovara. Surge la necesidad de crear estructuras que se pudieran desarrollar en el tiempo y permanecer como una unidad. Variables en el tiempo y que sirvieran para todos. Se tiene en cuenta la escala peatonal, la diversidad local y la recuperación del paisaje natural.PR3 TALLER 5 ETSA UPV Cortes Puig, Miguel AngelAnálisis Torre Valentina – J.A. Coderch Giner Ruiz, Maria

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Así comienza la disolución de los CIAM, pues la misma rigidez que había caracterizado la Ville Radieuse y la Carta de Atenas, se podía encontrar en la estructura de los congresos, así como la falta de espontaneidad de los debates. En la reunión en la Sarraz (1957) cambia el significado de los CIAM, de “congreso internacional de arquitectura moderna” a “grupo para la investigación de Interrelaciones Sociales y Visuales”.

En la reunión en Bruselas de 1958 se analiza el estado de la arquitectura y el urbanismo.

Finalmente, en 1959 tiene lugar el CIAM en Otterlo, en el museo Kröller-Muller. Duró 8 días, y se organizó de manera más personal. Cada arquitecto iba con su trabajo más representativo, y se reflexionaba sobre cómo armonizar las relaciones entre la gente y el entorno.

Torre Valentina era un proyecto social perfectamente integrado en el hábitat. Tenía en cuenta la capacidad de decisión de sus habitantes, que podían elegir los tipos de viviendas antes de construirlas, y recuperaba la imagen de construcción tradicional como un instrumento para articular el proyecto en lenguaje moderno, sin perjudicar la identidad del lugar. Por otro lado, intentaba reducir el impacto visual del hotel que le pedían los promotores, sustituyéndolo por un sistema de casas bajas, camufladas entre los pinos de la Costa Brava. Los pinos se conservaban entre los patios intercalados entre las casas bajas y las ocultaban completamente.

Coderch estuvo en contra de los cuerpos geométricos grandes, que ocultaban las vistas y estropeaban el paisaje, como los que habían construido los pioneros del movimiento moderno. Prefería trabajar con quiebros y escalonamientos sin entrar en competencia con el paisaje natural, adaptándose a la topografía del terreno sin dañarlo. Así, en Torre Valentina los apartamentos se quiebran y escalonan para adaptarse al terreno y ocultarse bajo los pinos.

Los promotores rechazaron el proyecto. A pesar de no estar construido, tuvo una gran resonancia internacional, influyendo en proyectos como la colonia Halen (1955-1961), en Berna.

En el encuentro de Otterlo también se debatieron otros proyectos basados en el concepto de lugar e identidad: el orfanato de Ámsterdam de Aldo van Eyck, la Torre Velasca de Ernesto Rogers, el edificio de investigación médica de la Universidad de Pennsylvania de Louis Kahn, etc.

En el proyecto de Torre Valentina hubo 4 variaciones importantes del proyecto:

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1º Proyecto: Consistía en la construcción del hotel, el cual se situaría en un promontorio adentrado en el mar, orientado hacia el este, presentando un escalonamiento para irse adecuando al terreno.

2º Proyecto: A ambos lados del hotel se proyecta una serie de apartamentos. En planta podemos intuir la ordenación como una especie de abanico que sigue las líneas de nivel de la vertiente de la montaña. Se puede intuir un eje central por el hotel, lo cual parece generar una organización simétrica. En cuanto a las viviendas, todas estarían orientadas al este, según el propio Coderch, para evitar el excesivo calor. Las viviendas se agruparían en hilera, cada una desplazada de la anterior unos 80 cm, y todas las viviendas se adaptarían a la topografía para poder disfrutar de las vistas del mar sin que los propietarios pudieran ser vistos desde allí.

3º-4º Proyecto van unidos, cambiando algunos detalles.

3º Proyecto: Enfrente del hotel se añaden más apartamentos, y la vegetación se sigue respetando.

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4º Proyecto: se hace la distribución final de apartamentos y hotel; en total todo ocupa unos 35000 m2. Se crean unos ejes distribuidores N-S, una serie de calles peatonales bajo hileras de apartamentos y 2 vías de acceso rodado aprovechando caminos preexistentes: uno situado en la parte oeste que servía para acceder a las viviendas que tenían garaje propio, y otro situado más al centro de la parcela, acabando en una plaza en la que se situaría un garaje comunitario compartido con el hotel. En el eje E-O, tenemos una escalera a cada lado de la parcela, conectando las calles transversales. La pendiente era bastante grande (en torno al 20 %).

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Acabó cambiando, ya que en un principio estaban proyectadas en ese terreno 14 viviendas unifamiliares con 2000m2 de patio, y en el proyecto definitivo hay 131 apartamentos y un hotel de 80 habitaciones y 250 plazas de aparcamiento (sumando las de los apartamentos y las del garaje comunitario).

En cuanto a los apartamentos, estos se agrupan en 12 manzanas a las que Coderch denomina “bloques”, los cuales se componen de grupos, y cada grupo es una combinación de 1-2-3 tipos de apartamentos.

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«La composición de bloques a base de apartamentos únicos y de grupos de dos apartamentos permite muchas variaciones. Es posible sustituir unos apartamentos por otros según las necesidades del comprador.”

Una de las intenciones de Coderch con este proyecto era la posibilidad de adaptar el proyecto a la demanda. Para hacer esto posible la venta de los apartamentos debía realizarse antes de la construcción de ellas. El cliente podría elegir el apartamento que mejor se adapatase a sus necesidades. La composición de los bloques mediante grupos dio la libertad de poder intercambiar dichos grupos, manteniendo la misma forma del bloque. Los grupos creaban a su vez otra libertad de intercambio de espacios entre los apartamentos, sin tener que acudir a una mayor profundidad. De esta manera, el grupo podría estar formado por varios apartamentos, desarrollándose algunos también entre los muros de otros.

Al revés, construyendo los apartamentos antes de venderlos, los grupos en sí no tendrían sentido.

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Como el texto estudiado en clase de los sistemas, los grupos serían las piezas a combinar para crear el conjunto. Teniendo las piezas, pero con demasiadas posibilidades de variables, es necesario crear unos leyes. Primero se decide la organización de la parcela, con los bloques y la cantidad de viviendas que va a contener cada bloque, además del número de viviendas total del conjunto. Luego había que crear unas leyes de cómo dichas piezas juntas formarían el bloque:

1. Los patios tenían que quedarse distribuidos en lo posible con una regularidad.

2. La fachada posterior tenía que disponer de “interrupciones” o “cortes de bloque”, para diferenciar los distintos grupos. En la fachada frontal son las viviendas en sí mismas las que se desplazan con un ritmo uniforme.

El grupo llega a ser el tipo de entidad en la presentación del proyecto, no las viviendas. Las plantas secciones y alzados representan los grupos. También está la planta y el alzado del conjunto.

Tras llegar a los tipos de viviendas, había que introducir unos constantes para su composición. Todos los apartamentos deberían contar con una terraza. De esta manera, se crea un ritmo de escalonamientos uniforme. También tenía que bajarse todas las escaleras en dirección al hotel, potenciando así la simetría respecto al eje central del proyecto. Esto PR3 TALLER 5 ETSA UPV Cortes Puig, Miguel AngelAnálisis Torre Valentina – J.A. Coderch Giner Ruiz, Maria

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también obliga a cada grupo tener su respectivo simétrico. El arquitecto decide dividir los tipos en dos clases o familias: Un tipo se define como vivienda pequeña y el otro como vivienda grande. En la pequeña, la cocina y el comedor se resuelven dentro de una sola pieza, y en la grande son independientes. Diseña un catálogo con una variedad de 26 grupos. Aquí se puede ver la combinación de dormitorios, baños, escaleras, terrazas, patios y garaje en las viviendas.

Para poder mantener un cierto control de las variables del proyecto, crea una manera de llamar a los distintos elementos. Los bloques se definen con letras de A-L, y los 26 distintos grupos se designan con los números de 1-26.

Los tipos de viviendas también tienen su código para saber su composición interna. Éste empieza con una letra, “p” o “g”, que indica si es un tipo de vivienda grande o pequeña, según lo antes mencionado. A continuación, una cifra cuenta la cantidad de dormitorios grandes. Lo dormitorios grandes contienen terraza, chimenea y baño propio. La siguiente cifra indica la cantidad de dormitorios pequeños. Luego la “p” y la “g” indican si la vivienda cuenta con patio y garaje.

Las terrazas son independientes y están situadas sobre los servicios: sobre un baño o sobre la cocina. Con el retranqueo, las terrazas se independizan de los vecinos. Los muros sobresalientes tienen la misma función. Con esto se consigue una privacidad con la vista enfocada al mar, que es una de las principales intenciones de Coderch. En los casos en los que hay garaje, éste está situado en la parte superior de las viviendas, con el acceso por la fachada posterior. Las viviendas se desarrollan entre dos muros. Pegado a uno de ellos, se encuentra el pasillo que recoge las escaleras para llegar a las distintas partes de la vivienda.

Coderch vuela el volumen de las salas de estar, abriendo una calle peatonal debajo de ellas. En planta baja, conectado a esta calle peatonal, cada

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vivienda dispone de un local con función de tienda o trastero. Este vuelo garantiza la máxima intimidad y tranquilidad para las viviendas. Los muros se apoyan en dos pilares que recuerdan a los del Pabellón de Barcelona de Mies.

“Los únicos elementos metálicos vistos son los pies derechos de las calles cubiertas y están formados por cuatro hierros ángulos soldados entre sí, formando una cruz.”

Los pilares son desplazados entre sí 80 cm, lo que da lugar al desplazamiento de las viviendas del bloque en horizontal, y además apoyan unos bancos de listones de madera.

Se encuentran dos tipos de pavimentos en los caminos peatonales: tierra donde descansan los pilares y acera en la parte de los locales. En este camino, arrancan las escaleras que dan acceso a las viviendas. Las escaleras son de construcción ligera, de dos zancas que recogen los peldaños, y descansan en los pasillos que controlan la circulación de las viviendas. Dividen el forjado en dos, creando un pequeño desnivel de 20 cm. Esto ocurre para independizar el salón.

En este proyecto hay una serie de aspectos que se pueden extrapolar a nuestro encargo de camping en la Patacona: Por una parte, la ordenación de las viviendas está dispuesta de forma que se generen espacios públicos, respetando la vegetación y el entorno, siendo impacto visual mínimo y creando una relación interior-exterior en cada vivienda. Éstas, además, se integran perfectamente en el paisaje, ya que la arquitectura no destaca,

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pues la vegetación la camufla. En nuestro emplazamiento no existe, en la actualidad, gran cantidad de árboles, pero sí que son de obligada inserción para regenerar el paisaje. Otro aspecto que podemos adecuar es la tipología de las viviendas, ya que es una idea interesante el “jugar” con las diferentes tipologías, añadiendo y sustrayendo algunos elementos, creando de tal manera unas reglas del juego que configuren el proyecto. Como última característica, se podría hacer en nuestro camping una reinterpretación de las viviendas típicas que había hace unos años en el emplazamiento, adaptando las típicas casas blancas de pescadores a la arquitectura contemporánea.

BIBLIOGRAFÍA

Arquitecturas ausentes del siglo XX 04 CoderchTorre Valentina: un proyecto de paisaje 1959

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