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Wilhelm Dilthey El mundo espiritual (fragmento) "Nos podemos insertar en la historia, e incluso en la circunstancia histórica, para sumir una visión que, aunque no se nos ofrezca en presente, permite inferir el sentido del futuro. Ello se relaciona con el antagonismo tradicional de las ideas y los sistemas, ya que conduce al escepticismo al convertir la historia en un "inmenso campo de ruinas" mientras nuestro espíritu excluya todo lo definitivo y se complazca en decir algo nuevo para corregir o superar lo que antes se dijo. Sólo cuando se concede el reconocimiento de la intemporalidad se advierte el valor del pasado. Nuestro más grave error es el de suponer lo nuevo como válido, sin restricciones de ninguna especie, y, por consiguiente, estimar lo pasado como carente de mérito o de significado. Manejar la historia como un mero repertorio de errores a corregir en el presente, es desconocerla. Lo que cambia no es la historia sino el hombre, y no únicamente por estar inmerso en la historia, sino porque, además, es historia. La vida humana, en consecuencia, tiene una dimensión esencialmente histórica, su sustancia es la historia, la historia es la vida misma. Esa realidad presente de cosas y personas constituye un complejo de relaciones vitales. Cada cosa u objeto no es más que un ingrediente de ella, de tal forma que es a través de los objetos como adquiere sentido. Es la vida quien se sirve del individuo para crearle su propio mundo."

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Wilhelm Dilthey

Wilhelm Dilthey

El mundo espiritual (fragmento)

"Nos podemos insertar en la historia, e incluso en la circunstancia histrica, para sumir una visin que, aunque no se nos ofrezca en presente, permite inferir el sentido del futuro. Ello se relaciona con el antagonismo tradicional de las ideas y los sistemas, ya que conduce al escepticismo al convertir la historia en un "inmenso campo de ruinas" mientras nuestro espritu excluya todo lo definitivo y se complazca en decir algo nuevo para corregir o superar lo que antes se dijo. Slo cuando se concede el reconocimiento de la intemporalidad se advierte el valor del pasado. Nuestro ms grave error es el de suponer lo nuevo como vlido, sin restricciones de ninguna especie, y, por consiguiente, estimar lo pasado como carente de mrito o de significado. Manejar la historia como un mero repertorio de errores a corregir en el presente, es desconocerla. Lo que cambia no es la historia sino el hombre, y no nicamente por estar inmerso en la historia, sino porque, adems, es historia. La vida humana, en consecuencia, tiene una dimensin esencialmente histrica, su sustancia es la historia, la historia es la vida misma. Esa realidad presente de cosas y personas constituye un complejo de relaciones vitales. Cada cosa u objeto no es ms que un ingrediente de ella, de tal forma que es a travs de los objetos como adquiere sentido. Es la vida quien se sirve del individuo para crearle su propio mundo."