Wittgenstein - Lecciones
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PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO
Colección dirigida por Manuel Cruz
El objeti vo de la co en :iÚn 1'1'l1., II/ .'I/lO (.'OII/I'I/I/,O/'tÍl/l'O c' proporcionar al
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Título original: Wittgcmteil l LntuI cJ md COllurrJflt iom 17 A Jth,. rCJ,
Psychology flnd Rrligiolis Brlirf
Publicado en inglés por Basil Blackwell, Oxford
TraducciÓn de Isidoro Rcgucra
Cubierta de Eskel1;lZi
Asociados
Que dan r ig ur os am en te p ro hih id as , . si n
1,1
;\lll
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PREF IO
-Lo primero que hay que decir de este libro es que nada de
lo que contiene ha sido escrito por Wittgenstein mismo. Las
notas publicadas aquí no son las notas del propio Wittgenstein
para las clases, sino apuntes tomados por estud iantes que él ni
vio ni revisó. Es dudoso incluso que hubiera aprobado su
publicación, al menos en la forma presente. Pero, dado que
tratan temas que el resto de sus escritos publicados sÓlo tocan
brevemente y que ya han cirTulado privadamente durante
algÚn tiempo, se pensÓ que lo mejor era publicadas en una
forma aprobada por los autores.
Las lecciones sobre estética tuvieron lugar en las habita
ciones privadas de Wittgenstein en Cambridge durante el ve
rano de 1938. Fueron impartidas a un pequeño grupo de
estudiantes, entre los que estaban Rush Rhees, Yorick
Smythies, James Taylor, Casmir Lewy, Theodore Redpath y
Maurice Drury cuyos nombres aparecen en el texto). Tam
bién aparece en el texto pág. 42) el nombre de otro estudian
te, Ursell, que sin embargo no asistió a las clases. Las leccio
nes sobre creencia religiosa pertenecen a un curso sobre la
creencia dado aproximadamente por esas mismas fechas. Las
conversaciones sobre Freud entre Wittgenstein y Rush Rhees
ocurrieron entre 1942 y 1946.
Además de las notas de las conversaciones sobre Freud,
per-tenecen a Rush Rhecs las de la cuar-ta lecciÓn sobr c estéti
ca; el resto son de Smythies. Dado que contamos con tres
versiones de las tres primeras lecciones sobre estética de
Smythies, Rhees y Taylor, a quienes nos referiremos respecti
vamente con S, R T) con dos versiones de la cuarta, se ha
elegido como texto la versiÓn más completa, añadiendo en
notas a pie de página las variantes significativas. Las notas se
publican tal como fueron tomadas en su tiempo, excepciÓn
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I.EC IONf,S y CONVERSACIONES
echa de algunas correcciones gramaticales mene res y de
u s pocas omisiones donde el original ha resultade indesci
frab . Aunque las diferentes versiones coinciden d. manera
notab ,sus autores no garantizan su exactitud en C Ida deta
lle: no p etenden ofrecer una relación literal de lo ¡ue Witt
genstein ( o.
La inclu .ón de variantes puede dar a lo que de spués de
todo no fuero más que discusiones informales ..UD
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I,F CI )NI :S y CONVERSACIONES
SOBRF FSTfÓTlCA
6S
entre las diferentes herramientas -son usadas en Ula familia
de modos- aunque nada sea más diferente que la cola y un
escoplo. La sorpresa es constante por las nuev¿s bromas
que el lenguaje nos gasta cuando entramos en 1 n campo
nuevo.
5. Una cosa que hacemos siempre cuando
l
iscutirnos
sobre una palabra es preguntar cÓmo nos fue ensel ada. Esto,
por una parte, destruye una multitud de concepci~ ¡nes equi
vocadas y, por otra, les proporciona a ustedes ur, lenguaje
primitivo en el que se usa la palabra. Aunque éste no sea el
lenguaje que utilizan ustedes a los veinte años, sí , onsiguen
con ello una pl-irnera aproximaciÓn al tipo de juego le lengua
je que se va ajugaL Por ejemplo: ¿cómo hemos apre ldido «Yo
soñé tal y tal cosa»? Lo interesante es que no lo henos apren
dido mostrándosenos un suei ío. Si se preguntan a ;í mismos
cómo aprende un niño la palabra «be1I9», «herm ISO»,etc.,
encontrarán que las aprende como si se tratara má ; o menos
de interjecciones. (
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LECCIONES Y CONVERSACIONES
SOBRE ESTF~TICA
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8. Es significativo que cuando en la vida re, 1se hacen
juicios estéticos los adjetivos estéticos tales
COI' lO
bello»,
«hermoso», etc. apenas sí desempeñan algún pap
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I .ECC lONrs y C ON VERSAC IONES
SOBRE EST :TICA
13. ¿Qué dice una persona que sabe
10
que es un buen
traje cuando va al sastre a probárselo? «Éste es ellar~ o correc
to», «Demasiado corto», «Demasiado estrecho». La~ palabras
de aprobación no desemp6ían aquí ningÚn papel amque el
cliente llegue a estar satisfecho cuando la chaqueta le siente
bien. En lugar de «Demasiado corto» yo podría deci
l
«iMire »
o en lugar de «Correcto» podría decir «Déjclo como está . Un
buen sastre quizá no diga nada, se conforme con }'acer una
marca de tiza y luego arreglado. ¿Cómo muestro n- i aproba
ción al traje? Sobre todo poniéndomelo a menudo, lustándo
me enseñado, ete.
14. (Si les indico a ustedes la luz y la somb-a de un
cuerpo en una pintura, puede que con ello les coniga mos
trar su forma. Pero si les indico los brillos, no sabrán :uál es la
forma.)
15. En el caso de la palabra «correcto» ustec\c, cuentan
con una gran variedad de casos relacionados entre sí. Está,
primero, el caso del aprendizaje de las reglas. El sast ~eapren
de la longitud que ha de tener una chaqueta, el
31
\cho que
deben tener las mangas, etc. Aprende reglas, es a (iestrado
igual que ustedes lo son en la armonía y el contrapu lto musi
cal. Supongamos que yo vaya a aprender- costum
y
aprenda
primero todas las reglas. Podría mantener, en gen ~ral, dos
tipos de actitudes. 1) Lewy dice: «Esto es demasiad) corto».
Yo digo: «No. Es correcto. Está de acuerdo con las r(,~las». (2)
Desarrollo cierta sensibilidad pam las reglas. Intel ')rTto las
reglas. Podría decir: «No. No es correcto. No está de acuerdo
con las reglas».Y En este caso estada formulando 'm juicio
estético sobre el objeto que está de acuerdo con las 'Tglas en
el sentido de 1). Por otra parte, si no hubiera apreldido las
reglas no sería capaz de hacer el juicio estético. Al lprender
las reglas consiguen ustedes un juicio cada vez más ,·cfinado.
El apr'endizaje de las reglas cambia de hecho el juic io. (Aun
que si ustedes no han aprendido armonía ni tienen b -len oído
9. «¿No ve usted que si lo ensanchamos no es C>::J1Tecto no :oncuer'da
con las reglas?» R.
pueden, sin embargo, detectar cualquier desarmonía en una
secuencia de acordes.)
16. Podrían considerar las reglas establecidas para el
corte de una chaqueta corno una expresión de lo que quiere
cierta gente. 10 Gente que difiel'e respecto a lo que debeda
medir una chaqueta: a algunos no les preocupada que fuera
ancha o estrecha, etc.; a otros les preocupada muchísimo. '
Pueden decir que las reglas de armonía expresan el modo en
que la gente quiso que se siguieran los acordes: sus deseos
cristalizaron en esas reglas (la palabra «deseos» es demasiado
vaga).12 Todos los grandes compositores escribieron de acuer
do con ellas. ([Réplica a una objeción:] Pueden decir que cada
compositor cambiÓ las reglas, pero la variaciÓn fue mínima;
no se cambiaron todas las reglas. La mÚsica siguió siendo
buena también segÚn gran parte de las viejas reglas. Ésta idea
no debería aparecer aquí.)
17.
Supongamos una pel'sona con buen juicio en aquello
que llamamos artes. (Una persona que tiene buen juicio no
significa una persona que dice «¡Maravilloso » ante ciertas
cosas.) 11Si hablamos de juicios estéticos pensamos, entre
otras mil cosas, en las artes. Cuando hacemos un juicio estéti
co respecto a una cosa no nos quedamos absortos ante ella y
decimos: «¡Oh ¡Qué maravilloso » Distinguimos entre al
guien que sabe de lo que está hablando y alguien que no lo
sabe.'4 Si alguien quiere valorar la poesía inglesa tiene que
saber inglés. Supongamos que a un ruso que no sabe inglés le
impresiona un soneto considerado bueno. Diríamos que no se
10.
Éstas pucden ser del todo explícitas
y
puedcn ser enseñadas, o no
estar formuladas en absoluto. T.
11. Pero es un hecho que la gente ha estahlecido tales y tales reglas.
Decimos gente», pero de hecho se tr'ala de una clase particular ... Cuando
decimos gente», se (¡'ataría de
lglll
gente. R.
12.
Y aunque hemos hahlado aquí de deseos», el hecho es que esas
reglas fueron establecidas. R.
13.
Supongamos lo que llamamos un ,,-juez» en lo que lIanwmos aI-tes,
esto es, una per'sona con huen juicio. Esto no significa alguien que admira o
no admira. Tenemos un elemento completamente nuevo. R.
14.
Aquél tiene que comportarse consistentemente dUI-ante un largo
periodo de tiempo. Tiene que conocer toda clase de cosas. T.
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LECCIONES Y CONVFRSACrONES
SOBRE ESTÉTICA
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da cuenta para nada de lo que hay en él. De modo sc:nejante,
de alguien que no conoce la métrica pero está impre ;ionado,
diríamos también que no se da cuenta de lo que hay ,:n él. En
la música esto es más claro. Supongamos qlguien qw ' a dmira
ya quien le gusta lo que se admite como bueno, pen l que no
puede recordar las melodías más simples, que no se J:¡ cuenta
cuándo entra el bajo, etc. Decimos que nO ha visto lo que hay
en la obra. No usarnos la expresiÓn «Fulano tiene talclto para
la música» refiriéndonos a alguien que dice «jAh » CI ando se
toca una pieza de música, del mismo modo que
1
unpoco
decimos que tenga talento para la música un perro qu ~mueva
su cola cuando se toca mÚsica.1'
18.
La palabra sobre la que deberíamos hablar es «eva
luan>. ¿En qué consiste la evaluaciÓn?
19. Si alguien está examinando un númem si,) fin de
muestras en una sastlTI Ía
Lv]
dice: «No. Esto es de nasiado
oscuro. Esto es demasiado llamativo», etc., es lo qUI~ llama
mos un evaluador de material. Que es un evaluad(·r no lo
muestran las inteljecciones que usa, sino su modo L~elegir,
seleccionar, etc. Algo así sucede en la música: «¿Es eS1o armÓ
nico? No. El bajo no suena suficientemente fuerte. j ,quí me
gustaría algo diferente ...»Esto es lo que llamamos un< evalua
ción.
20. No sólo es difícil, sino imposible, describir en qué
consiste una evaluación. Para describir en qué consiste ten
dríamos que describir todo el entorno.
21. Sé exactamente lo que sucede cuando una llersc'na
muy entendida en costura va al sastre; también sé lo que
sucede cuando va una persona nada entendida en co~tura: lo
que dice, como actúa, etc.1ó Hay un número extraordi) tario de
casos diferentes de evaluaciÓn. Y, por supuesto, lo qlle yo sé
no es nada comparado con lo que se podría saber. Pa:'él deci¡
15, Piénsese en alguien a quien le gusta eseucklr mÚsica pel () q ue no
puede en absoluto hablar de e lla v que es totalmente ignorante en e,;,e asunto,
«É l tiene instinto musical. No decimos esto s('>lopOl'que a lguier. sea fel iz
cuando escucha mÚsica, si le fallan las demás cosas. T.
16. Esto es estética, T.
qué es evaluaciÓn tendría, por ejemplo, que explicar todo ese
enorme abultamiento que son las artes y oficios, esa enferme
dad tan peculiar. También tendría que explicar qué hacen
nuestros fotÓgrafos hoy y por qué es imposible conseguir una
fotografía decente de un amigo incluso pagando 1000 li
bras.
22. Pueden llegar a hacerse una idea de lo que llamarían
una cultura muy elevada, POl- ejemplo, de la música alemana
de los dos últimos siglos, y de qué sucede cuando se deteriora.
Una idea de lo que sucede en arquitectura cuando se imita, o
cuando millares de personas se interesan
POI-
los mínimos
detalles, Una idea de lo que sucede cuando una mesa de
cornedol se elige más o menos al azar, cuando nadie sabe de
dÓnde procede,17
23. Hablábamos de correcciÓn. Un buen sastre no usaría
más palabras que «Demasiado largo», «ColTecto». Cuando
hablamos de una sinfonía de Beethoven no hablamos de co
rrecciÓn. Entran en juego cosas complctamente difcrentes.
No hablaríamos de evaluaciÓn cuando se trata de lo
tremendo
en el arte. En ciertos estilos at-quitectÓnicos una puerta es
COlTecta,
y
la cosa es que Llstedes lo evalúan. Pero en el caso
de una catedral gÓtica lo que hacemos no es, en absoluto,
encontrada COITecta: ella desempeña para nosotros un papel
completamente diferente. IR El
jll o
entero es diferente. Es
tan diferente como juzgar a un ser humano y decir, POl una
parte, «Se comporta bien» y, por otra, «Me causÓ buena im
presiÓn».
24. «Correctamente», «cstupendalnente», «exquisita
mente», etc. desempeñan un papel completamente distinto.
Piénsese en el f~lmoso discurso de Buffon -un hombre tre-
17. Explicar lo que sucede cuando un oficio decae, Un per'íodo en el que
todo está prefijado v se pone un extraordinario cuidado en cier tos detalles; y
un per'íoc o en el que todo se copia
y
no se reflexiona sobre nada. T.
Un gnlrl nÚmero de personas está muy interesado en un detalle de una
silla de comedor.
y
luego viene un período en el que la silla de comedol está
en la sala de estar \' nadie sabe de dÓnde procede o que hubo gente alguna vez
que dedicÓ enormes esfuer-zos mentales para diseñada, R.
18. No se tr'ata aquí de una cuestiÓn de
gr do
R.
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S(JIlRI', ¡SILIIC \
]
mendo- sobre el estilo de cscrihir, en cl qJle hace ólempre
tanta~ distinciones que YO ,s()lo lo entiendo \;lg;UllCI te, pcro
que él no hacía vagamente, todo tipo de lJl;ltices con :) «m;lg
nírico», «encantador», «hOllito»,IC)
25,
Las palahras qUl' Ibmamos expresiol](,s d, JUICIOS
estéticos desl'mpcll;lll
II11
p;qJl'1 IllllY cOlllplic;ido, p IlJ nlllV
definido, en lo qUl' ¡Limamos b eultur;l de Ul1;l l'PO -;\. Para
describir su uso o par;\ describir lo que ustedcs entiel deJl por
gusto cultivado ticnen que descrihil'una CLlItur;\..'1l El la Edad
Media quizá no existiera lo que noso ros llamamos
;,1
hora un
gusto cultivado, En l'pOC1S dilc'l'elllcs se jueg;ul jllej )S com
pletamente diferentes,
26, A un juego de Icngu;ljc pertcnece una cultul; entera,
Al describir el gusto musical tienen ustedes que deéll del ;irte negro de FraJlk Dol ,on con
la de un negro educado,.'.' Si ustedes dicen quc l,1 es 1 apaJ: de
eyaluado, yo no sé toda\Ía qUl' signific;ll'so,q, ¡'~Illet (' l cllar
su habitaciÓn de objetos de ;¡rte negro, ¿Dice st'llo «j dI »? ¿O
19, ' lJ/seoll rs Sil r /1',,/\'/,': Sil diSCUISI)tk C lliada
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26. Decadencia dclcslilo , ,k la ,idil. R,
propias tradiciones y nunca fue visto por Eduardo
1
l mtes de
ponérselo. Preguntas como «¿()ué' medidas había ent ) lces)>>,
etc., son todas ellas relevantes para la cuestiÚn: ( P odrían
ustedes criticar el manto como lo lTiticaban ellos) Ustedes
lo evalúan de un modo completamente díferente; SI' actitud
hacia él es complcl~\llll'llll' dilercnte de la de una 1Cr'Olla que
vivía en la ('poca cn que lue disel~1
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I .HTIONI s y (ON\I :RS¡\( IONIS
SUBR
ISIFTICA
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11
1. Es interesante la ide;) que tiene la gente sobre;
I
car;:'lc
ter de ciencia de la esté' ica, Casi me gustal'Ía k1hla: de qué'
podría entenderse por esté,tica,
2. Ustedes podrían pensar que la estética es Ullél ciencia
que nos dice qué es bello: esto es demasi;ldo ridíutlo casi
hasta para decido. Supongo que entonces tendría qt e decir
también qué clase de café, sabe bien.'
3. Muv en gel1eral \l'O bs COS;lS ;lsí: h;IV UI1 Únhito de
expresiÓn del deleite cu;\ndo gustan de una comi(1;¡ a¡ ¡ 'adable
o huelen un ;¡roma dgr;lll;\hlc, l'Ie.; eslÚ dcspué's el ÚI1I1ito (kl
arte que es complct;ullellte dilL'I'l'llte, aunque puede q.le uste
des a menudo pong;lIl 1;\ miSnl;¡ (';lI'a cuando oven Ui 1;1pie/a
de mÚsica que cU;lndo gustall una hUl'lla cOlnida. ( \unque
puedan llorar pOi' algo que les gusta nHlL ho.)
4. Supongamos que encuentran a alguien en la calle v,
con una voz extremadamenle expresiva por la emo( ir')]l, les
dice que ha perdido a su mejor amigo.' Podrían del' 1 : «Fue
extraordinariamente bello el modo en que se expr :sÓ a sí
n1ismo», Supongamos que entol1ces preguntan: «¿Ol é seme
janza tiene mi admiraciÓn pOi' esa persona con que' o coma
un helado de vainilla v me guste?» Comparar esas co~
,1S
pare
ce casi de mal gusto. (Pero pueden asociarse ambas n:ediante
casos intermedios.) Supongamos que alguien dice: PUl
ejemplo, en una sociedad determinada llevar pantalones azu,
les o venlcs puede signilicar nllH.·hu, y en 011';) puede no
significar absolulamellte nada.
6. ¿Oué' son expresiolles de gusto por algo? ¿Son sÓlo lo
que decimos o las interjecciones que usanlOS o las caras que
ponemos? Ohvi;nllente no. A rnenudo son la f1'ecuencia con la
que leo algo o la Irecuencia con la que me pongo un traje.
Ouizá ni siquiera diga: «Es bonito», sino que me lo ponga a
menudo, sin mÚs, v lo mire,7
7. Supongan que construimos casas y que damos a las
puertas v \'Cntan
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I.lTC IONI:S y CONVERSACIONES
SOBRE I:STl~TICA
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l. ¿,CuÚI es la causa del desempleo?>' ,,¿CtÚI es la
causa de esta expresi(')Il/»
2. «¿CuÚI fue la callsa de su sobresalto?>' (Ese
nu
do.».
3. ,,¿Cuál fue la causa de que esa rueda girar
lh>
Uste
des rastlTan un nlCC
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I,H(IONIS y (ON\I'J 'Si\( IONI;S SOIl F JSr(:T1(A
voz y al mismo liempo rotanne las manos), COS
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SOllRF ISIFTIC¡\
83
,atlTial
1.- pcn-
de
UII
hlr.»Ir;
la necesidad IÓgic~1. «La I(l¡lica es un llIeCé\llisllIO hech(
material infinitamente duro. 1.;1 klgica no se puede dol
(Bueno, no 1lI~\Sde l() qlll' Sl' pUl'de.) I~ste es el n)()do u 1110se
llega a una supercosa. (~sll' l'S el modo l'n que surgcniertos
superlativos, el llIodo conlO se us;\n; por ejelllplo, ·1 illli
nito.
28.
La gente diría que ;tU11 CII el caso de l
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UTClONF~ y ,ONVFR~¡\UONI:~
~OBRF F~T :T1C¡\
36. Las cuestione~ e~t¿,ticas no tienen nada que -el' con
experimentos psicolÓgicos; ~e responden de otro IllO( o com
pletamente dist into21
37. «¿Qué hay en mi mente cuando digo tal vIal ( Jsah> 21
Escribo una frase. Una palahr;¡ no es la que necesito, ncue l
11 0 la palabra correcl;\. ¿()lll' es lo que quiero decir) ¡O\¡, ~í,
esto es lo que yo queda »
I
,a respue~la en eslos ( lSOS es
justamente la que les satisface, por ejemplo, algui 'n dice
(como decinlos a menudo en filosofía): «Les dir{: lo qu' haven
el fondo de su mente: ... »
iOh, sí, exactallll'll1l' l'SOI»
El criteJ-io para que ello Sl'a justamente
lo
que 11 ulla manifcstaciim apol'lada pOI' ol a
pCISl>na, C' 110 CIlSCllar a alguicll a IIoral' (Esto qllita la sorpl'csa al hcchl> dc
quc lo ¡miel> quc ill1i1llr1a cn una cxplicaciÚn cs que sca accptada, A csas
cxplicaciollcs cOITespondc'lllllanilcslacioncs que se pareccn a l'St;l; igual quc
J;l\
nlaniIcslacioncs quc palcc'Cll aserciones,) R,
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U:CCIONFS y CONVFRS¡\CIONFS
SOIlRF Isrl:Tlc¡\
1.
Alguien Formula una preguntél como «¿.Qué' III ~ recucr
da esto?» o alguien dice de Ulla pieza de mÚsica: «Esto e,s COIllO
una proposiciÓn, pero ¿a qUl' pruposici(')Il se parc,c?».1 Sc
sugieren vari~ls cosas \ 1111I1 CIl torrlla de una rcspu sta a una
pregunta como iOUl' l11erecuen\;¡ esto:> Ennna pic/a Illusical p' ede hahlT
un tema del que vo dí¡,a. IZ,
., Cael' en algu, \'ellir a la cah /;I. oculTirselc a unu una cosa (,c repente,
venir algo a las mielltes, ctl'. ITr;ld,
I
2. iSe p,'oduce un die/.; cn algÚn scntido, dc modu quc uslt .Jcs digan,
por ejemplo: Ahora se ha producido este I'uido,,) 1'01' supucsto qu~ no. iCon
qué comparamos csc
click
,, ¡Con un scnt imiento iDc I llodo qu, t icncn un
sentimiento) ,Tiencn alguna sell :d de que algo 1J;l ('n(,;ljado cum< sucede al
oí,' el elh /.; ( 'n nll ITsurte')
3. ¿Hay algÚn criterio ll'Cesariu para cstc succso) T.
4. Si sc canta Icntamcnll' .. R ; si se toca g)'aduallllcnte mÚs ,\pido .. T.
5. (Algo que se muevc a lo la ' ) :o de una circunfercncia hace
el; / ;
cuando
cncnia cn su sitio.) T.
6. PeJ'(J i,por qué no dicen que cl die/.; consiste justamcntc el quc estov
satisfecho? Pues podría parecn que el pmducil'sc el efie/.; es algu dilnenlc,
que estoy espcl'ando v que me s:,tisbce cuando sucede. En algun;'s circuns,
tancias ustedcs f odriall scií,dar un l'enÚllleno así. R..
5.
Constantcmcntc usamos cstc símil de algo que hacc
c ick
o quc encaja en algo, cuando CII realidad no hay nada
quc haga c1ick o quc encajc.
6. Mc gustaría hablar del tipo dc cxplicaciÓn que uno
dcsca cUé\lIdo habla de una imprcsiÓn cstética.
7. La genll' til'lIe ;Illn él idea dc que la psicología va a
cxplicar UII día todo,s nuestros juicios cstéticos, v con cllo sc
rdieren a la psicología cxperimcntal. Esto rcsulta muv divcr
tido, rcalmcntc nluv divcrtido. No parccc que hava concxiÓn
alglma Cllt rc lo qUl' haccn los psicÓlogos y un juicio cualquic
rasobrc una obr;\ dl' arll'. Podríalllos eX;lIllin;u' a qué llama
lÍamos ulla cxplicaci(Jll o un juicio cstético.
R. Supong;ul quc avcri¡,',Ilamos quc todos nucst rosjuicios
proccdclI dc IIUL',st () ccrchro. Descubriríamos cntonccs tipos
particu ;u'es de mCGlIIismo cn cl cerchro, formularíamos Ie
\l'S IlCnlTaks, etc. Alguien podlÍa nlostrar que tal secuencia
de 1I0tas produce (;11 tipo particular de reacciÓn; hacc que
al¡,wicn sOlllÍa v diga: «jOh, qUl~ méu-avilloso ».7 (Mccanismo
para el idioma ingks, etc.) s Supongan que csto succdicra,
clltonccs seríalllos eapaccs de prcdccir qué' es lo que le gusta
lÍa o 110 k gustaría a una persona determinada. Podríamos
calcular csas cosas. La cucsti('H c s si (sil' es el tipo dc cXplic;¡
ciÓn que nos gustalÍa tcncr cuando estamos dcsconccrtados
rcspecto a imprcsiones csté~t icas; por ejcmplo, he aquí un
rompecabczas así: «¿Por qué estos compases me causan esta
ilnpresi('¡n pendiélr?». F\'idcntcmcnte que no es csto, por
ejelllplo un c
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1\8
1.1«
IOr\IS 1 «)N\I,RSI\(IOr\IS
S()IlRII:,SfITlC;\
de ciertas J'iguras musicales, comparando su electo' obre no
sotros,Y Con este aeonle no se Pl'oduce tal eketo: con este
otro, sí.» Podrían tUlllar \1I1a ¡rase v decir: «Esta Ir; se sllena
algo ara», Podrían seilalar qUl' es lo r~,lI'O, ¡,Cul')'IH,r lJ11eo hin '
I
poIlJlit' t i¡ jo 1
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l. Conversan amistosamente,
t 8.
Podemos indicar c' l proceso quc nos 11c\'oallll's a ella Pero puede
suceder que lo quc ;,hOl';1H'll lOS la jllsl il icar;\.
R,
(No es un uso nalll, al de ,ti,,,»,) 1'0dl' Íall decil: ,,(1 salll' 1, que cstaha
haciendo, nadie más lo sahc», T,
19. Por cso, rClzÓn no si~llilica SiCl1lPIT lo mislllo, ¡: '~nalmcntc
«motivo . POI qu1lile e,sl; \ l' ll I l'I I lI() , I lTOl dall' o, L'l lTti\'a
l1lel1lc, hahel ~c dicho ('O~;IS;1si Il1i~'110.() t;nl1hic Il, ('11Il1l1el, 's C;\S''', l'1
lTIol ivo cs la j llSlí licélCi >l l qll l' dal llo~ éd SCI' prq'.l I11lados, j tl~tamel1lc
eso
R.
20, PLTO¿cslÚ cbl o pOI' '1>1l'IlllO (iL-hl'1Í;1SClllil',sl' desl >I 'liado) R,
21. I/av I1lnchos L ;ISOSll l' eOlll il ll lall l 'StO.¡\l ll Iisl l\O ti('I I1P lll ll lhiLoa
Ilalista tiene otra l'xplicaci >ll. r.
Pucde que nos n:snliL' L'\'ilklliL' '111l'Lt explie;,ei >ll d('lpsil·o;nl;di· ;1l'SCOIICC
la.
R.
recuerdo la respuesta a una cuesticm; cuando se me oregunt(')
por que' habb (bdo ('sa respuL'st~I, indiquc' Ull pn ceso que
lleva hasta ella, aunque no ' eCoITÍ eseproceso,lH
16. «¿Por que has hecho esto?» Contestaci(')n: (Me dije a
mí mismo tal \' tal cosa, .. » En muchos casos el '10tivo es
justamcnte lo que illdiclIllOS ~11ser preglllltados.'
17. Cuando pre¡ untan: «¿Por qUe' l1 , en
un número enorme de casos 1~1gente da una respw'sta ··apo
díptica- y se ITlantiene en ella, y en un nÚmero e' lorme de
casos nosotros aceptamos la respuesta dada. Hav o' ros casos
en que la gente dice que ha olvidado su motivo. Ot r
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OI3RI :ISI(:IIC¡\
teso
dice, gran illlagill~1l'iÓn \' prejuicios colosales, prCjUlCIOS que
resultan IIlUY' a propi~ldos para confundir a la gente.'12
30.
Supongan que alguien como Freud acentÚa enorme
lIlente la illlport~lIlCia de los lIlotivos scxuales:
1.
r
JlS lIlol iy'os sexuales son inlllensamente illlporl;l1l-
2.
A menudo la gcnte tiene buenas razones para ocul
t~lr un lI1otiy'o se' \ual COIllO lIIotivo. · l
31, ¿No es esto tambil'n una buena razÓn para
adlllilir
el
scxo C0ll10 un lI1otiy'o para todo, para decir: «Esto estÚ real.
IlIcnte encl fondo dc lodo»? ¿,No estÚ claro que un determina
do tipo de l'.'\plicaciÚn puede lIevarnos a admitir otra cosa?
Supongan quc pn'sl'nlo a Rcdp;lt h cincucnl~1 U\SOS el] los que
admite un dcterminado Inotivo, V en veinte de cllos esle lI1oti
vo es un ne.'\o illlpol'tante. Yo podría hacer que l:llo admil iera
como un lI1otivo importante en todos los casos.'t4
~2.
Considcrclllos la revoluciÓII darwiniana, Un círculo
de admiradores que decía: «Por supuesto», y otro círculo [de
enellligos -R·l que dccía: «POI' supuesto que no».'lo ¿Por qué
diablos alguien ticne que decir «pOI' supuesto») (La idea era
que los organi.sn]()s mOllocelulan.'s se fueron volviendo mÚs y
m~ís complicados hasta que se eonvirticron en mamífcl-os,
hombres, etc,) ¿Vio alguien cÓrno sucedía esto? No. ¿Ha visto
alguien d)Jllo sucede ahora? No. La evidencia de la reproduc
ciÓn es sÓlo una gota dc agua en el caldero. Pero había miles
de libros ell los que se decía que l'sta era la soluciÓn evidente.
La gente tcnía
cCr/c;a
por motivos extrernad;\I11cnte dl:bilcs.
¿No podría haher habido una actitud que dijera: ,(No lo Sl', Es
una hipÓtesis interesante que eventualmente puede ser bien
42. La gCllte pucde C()ll\'l'IlCerse dc Illuchas cosas, dcpcllde de f() quc sc
le diga . R.
4.'. Fs de.sagradahle tellcr que admilido tall a 1l1enl.:do. R.
44. Si cOl lsi.l l
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55. Si describo cl cntorno de la prueha, quizá vean que el aSllnto podda
ser cxp¡'esado de modo completamente difc¡'cnte: y entonces v( rán que la
similitud de
~o
y un númenl cardinal es lIIuy escasa. La cues'ión puede
formularse de modo que pinda el encanto que tiene para much 1 gente, R.
o de la física ello parece incontrovertible
y
esto le p oporcio
na un encanto aún mayor. Si explicamos el entOl no de la
expresión, vemos que el asunto podria haber sido e epresado
de modo completamente diferente. Puedo forml larlo de
modo que pierda su encanto para un gran núrnero .le perso
nas
y,
por supuesto, par'a mp5
40.
Todo lo que estamos haciendo es cambiar e estilo de
pensar
y
todo lo que yo estoy haciendo es cambia. el estilo
de pensar
y
persuadir a la gente para que cambie su estilo de
pensar.
41. (Mucho de lo que estamos haciendo es una cuestiÓn
de cambio de estilo de pensar.)
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LFCClONFS y CONVFRSAClONES
SOIlR ,FSTFIIC;\
9:en en la estl'lica, que,oll perplejidadesurgidas de los electos que producen las ,u'tes, no son pe1'Jlle:J\dadcs acerca de
las causas de eSéls COSéiS. S,
~ Supongo '1tll' c'II1;II;ccli¡~III;1 de lodéls Iéls ciellcias ('s la 11 ecÚllicél, pOI
l'i lnplo, la Illl'c;i¡li,a 11l'\\ 1'J li;cll , I'sico}ogía: Ircs le\T.s p;lr el ·dllla. S,
l. ,\le illl gillo IlIl;1 pinllll'; : la Creaci )Jl de AdÚIl» de Migt
'1
Án¡.>:el.
'[ l'ngo una curiosa idca qnc ¡ ,dda expresarse así: f)elrÚs de esa pin ura ha\'
fi/ )< )fl0
frl'JlH..Ilt ¡l , 'l.
'f,
¿Signiliea eslo que si I)(Opo,cionÚlancos lo,s eleclos a alguien \' 'l\i.itÚ,,UllOS
1;1
pillruca d;uí;¡ i,'u;d)
[.0
prínH'f'O es, Cil'J't; cnll'llte, \'l'J' el clladr\o
decir las p,da} s delpo lll;\' ¿llana lo mismo que una pintura, una in\'elTi,)