Wolf Eric_Las Luchas Campesinas Del Siglo XX

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MADRID - 33, ESPAAA. AGRADECIMIENTOS 1 PIlEFAClOsiglo veintiu1W argentina editores, sa 3

~TAcuAAr1271 MtXIOO 13BUENOS AIRES, ARGENTINA

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ll- 1BIBllOTECA· FlAC50 CONCLUSI6N 373 BIBLIOGRAFIA 411 iNDICE ANALlncoTRADUCCI6N DE ROBERTO REYES MAZZONI 428

MAPAS DE WILLOWN ROBERTS

Primera edicion en espafiol, 1972 (Mexico) Segunda edici6n en espafiol, 1973 (Espana)

© SIGLO XXI EDITORES, S. A. (Mexico)

Primers edici6n en Ingles, 1969 © 1969 by ERIC R. WOLF Publicado por Harper & Row Publishers (Nueva York) Tlrulo original: Peasant Wars of the Twentieh Century

qERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY

I. S. B. N.: 84-323·0083·7

Deposito legal: M. 37.660.-1972

Impreso en Espana por ARTES GRAFICAS BENZAL - Virtudes, 7 - Madrid-3

Diseii6 la cubierta Diego Lara

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henequen. Rebeldes agrarios incornodos, como los que levantaron la bandera de la rebelion en Ternax, £ueron encarcelados (Berzunza Pinto, 1962, p. 295). No obstante, las resueltas re£ormas "desde arriba" de Alvarado encontraron amplio eco en much as partes de Mexico en que los peones esperaban con ansiedad la hora de su Iiberacion.

Asi, se acumularon otras ventajas para los ejer­citos constitucionalistas. A pesar de dominar 5610 posiciones periferlcas dentro del pais, en la costa del Golfo y en el lejano noroeste, estaban en con­trol de recursos convertibles en dol ares, con los que se podian comprar armas: Tampico proporcio­naba cantidades cada vez rnayores de petroleo, Yu­catan tenia el henequen, Veracruz era un buen puer. to de ingreso maritimo, que ofreda fondos prove­nientes de los derechos arancelarios. Es interesante observar en este respecto cuanto se pareda esta victoriosa estrategia a la de Benito Juarez, tanto en su lucha contra los conservadores, primero, como contra los franceses despues, EI dominio de Vera­cruz, de hecho, le perrnitio impedir la consolidacion de sus enemigos en la meseta central. Ademas, Ca­rranza y Obregon sabian como conducir un inteli­gente curso medio entre las demandas de los Estados Unidos y las de Alemania, que pronto se enfrenta­rlan en una gran guerra. Mientras que Zapata en, tendfa poco de los asuntos internacionales, y Villa era un manifiesto partidario de los norteamericanos, los constitucionalistas podian hacer un juego nacio­nalista, tomando una posicion independiente entre los dos campos rivales. Por ultimo, la capacidad militar de Obregon demostro ser superior a la de Villa. La suerte de Villa quedo sellada en 1915, en la batalla de Celaya, en la cual las tropas numeri­camente inferiores de Obregon obtuvieron la victo­ria aprovechando para su propia ventaja la predi­leccion que Villa tenia par cargas en masa de

CAPITULO II

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La comuna rusa, tal como existe en la antigua Moscovia, es de hecho un medio Iacil de obtener la posesion de la tierra en beneficio de las masas

LEROY BEAULIEU, 1876

El desarrollo de la servidumbre rusa tiene cierta semejanza con el desarrollo del peonaje en Mexico. En Rusia habia habido esclavos, pero para el si­glo XVI su mimero era muy reducido. Durante ese siglo, sin embargo. aparecio en la regi6n de la Ru­sia moscovita un tipo de peonaje forzado pol' deudas, trabajadores de la tierra contratados bajo la forma de kabala kholop, que la laboraban a cambio de un prestamo (kabala) 0 de alguna otra forma de ayuda, A medida que crecio la extension de tierras cultiva, bles en manos de los senores, estes empezaron a ejercer una mayor presion para obtener una fuente segura de mano de obra, induciendo a un numero creciente de campesinos libres 0 semilibres a la aceptacion de la servidumbre pOl' deudas. Esto 10 hadan usualmente prestando tierras malas, junto con dinero y semillas pOl' periodos fijos que variaban de tres a cinco afios, hasta 10 0 20, a cambio del trabajo obligatorio en las propiedades del senor (barshchina) y de pagos en especie 0 dinero (obrok). Sin embargo, este sistema de mayor explotacion de los campesinos no podia funcionar mientras hubiera una expansion de las fronteras y el campesino fuera libre para abandonarel lugar de contrato, Tampoco podia remplazarse el sistema de cultivo migratorio pOl' el sistema mas productivo de tres campos en tanto que el campesino conservara su movilidad. El libre movimiento de un estado a otro 0 hacia la frontera fue comun hasta fines del siglo XVI; los cam. pesinos todavia podfan cumplir sus obligaciones y pagar sus deudas, Con frecuencia se les atrala me­diante promesas que les hacian grandes terratenien­

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tes de otros lugares, a inc1uso se Ies llevaba por la fuerza. Las continuas guerras y hambrunas reforzaron adicionalmente esta tendencia migratoria del cam­pesina ruso. Sir John Maynard ha dicho del campe­

)sino ruso (mujik) que siempre ha sido

un campesino diferente; un campesino en el mal sobre­vivi6 el n6mada hasta hace poco. cuyo hogar estaba tanto en Europa como en Asia... Hayen el algo de navegante de tierra. con un gran horizonte de accion desde Minsk hasta Vladivostok. y algo de la flexibilidad mental que adquiere un navegante. La tierra Ie condujo, al igual que el mar interior conduce al navegante, de promontorio en promontorio [1962, p. si].

E interpreta el crecimiento de Ia servidumbre como

la historia de la limitaci6n de esta "fuga" y la orga­nizacion del pueblo para el servicio, militar y agricola, bajo el control de una jerarquia de senores al servicio de la Corona [1962. p. 32]...

Cornparemos los dos aspectos de la vida rur-il rusa: el campesino que tenia 'Ia intranquilidad del n6mada en su sangre. y el Estado-policia que 10 hacia cumplir las obligaciones estaticas de la condici6n de siervo: el deseo de poder trasladarse Iibremente por una parte. y por la otra el pasaporte y la autoridad que 10 persegula: y tendremos asl la clave para algunas de las contradic­ciones de la historia rusa [1962. p. 33].

Despues de la aprobacion de leyes aun mas restric­tivas del derecho que tenia el campesino para tras­ladarse libremente, se le someti6 a una servidumbre total en determinadas propiedades, mediante el co­digo legal de 1649; y en 1658, se hizo a la fuga una ofensa criminal. Existieron numerosas rebeliones con­tra esta servidumbre, frecuentemente unidas a le­vantamientos de los cosacos contra el centro politico. Los historiadores sovieticos tienden a poner en un mismo pie los levantamientos campesinos y las

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revueltas cosacas de Bolotnikov (1606-1607), Razin (1667-1671), Bulavin (1707-1708), y Pugachev (1773­1775): pero los principales instigadores de estos mo­vimientos fueron cosacos que reaccionaban contra la mayor centralizaci6n del Estado, mas que los cam­pesinos oprimidos. Ninguno de los movirnientos co­sacos estuvo dirigido contra la institucion de la ser­vidumbre; mas bien los campesinos de las zonas dominadas pol' cosacos ingresaban en las filas de estes, escapando asi de su condirion de carnpesinos, en vez de resolver el problema de la opresion cam pesina (vease Yaresh, 1957). A su vez, los Ievantamientos de cosacos se veian beneficiados pOl' los disturbios cam­pesinos, y estes recibian par su parte el Impetu de la rebelion cosaca. Entre el termino de la rebelion de Pugachev y el final del sigJo XVIII, se llevaron a cabo cerca de 300 disturbios en 32 provincias (Liash, chenko, 1949, p. 280), Y nunca hubo una epoca en que los campesinos estuvieran totalmente tranquilos. Entre 1826 y 1861 hubo I 186 levantamientos cam­pesinos, mostrando cada lustro un incremento con­tinuo (1949, p. 370). Tampoco olvido el carnpesino ruso su antigua condicion de libertad. Antes de la servidumbre, el 26 de noviembre, dia de San Jorge, habia sido el dia tradicional para cambial' duefios,

Incluso ahora, despues de tres siglos de servidumbre, el mujik no ha olvidado el dia festivo que en orro riempo Ie devolvia su libertad: la fiesta de San Jorge esta incor­porada en muchas expresiones proverbiales de desilusion [Leroy-Beaulieu. 1962, p. II].

Para mediados del siglo XVIII los siervos formaban la mayor parte de la poblaci6n: en 1762-1766. cons­tituian el 52.4% de la poblacion rural total de 14.5 millones en la Gran Rusia y Siberia. Para finales del siglo XVIII, el total de la poblacion masculina en servidumbre llego a los 10.9 millones, cifra que casi

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no vario hasta la emancipacion de los siervos en 1861. En el momento de la emaneipaci6n, los siervos cons­tituian mas del 55% de la poblacion rural en la region agricola central, en la Rusia Blanca oriental, la Ucrania occidental y la region del Volga medio: entre el 36 y el 55% en la Rusia Blanca occidental, la region de los lagos, la region industrial central, la Ucrania oriental y la region del Bajo Volga. En las otras partes el porcentaje era menor (Liashchenko, 1949, p. 311). Denrro de la poblacion en servidumbre, existian dos categorias principales: a finales del siglo XVIII cerca de la mitad de los siervos pertenedan a los distintos senores, en tanto que un poco menos de la- mitad perteneda al Estado. Los siervos del Es­tado ten ian una situarion un poco mejor que la de los siervos de los senores: sus pages se hadan en obrok, que se fijaba a niveles relativamente modera­dos, y estaban menos expuestos a las diversas idiosin­crasias personales de los senores. Sin embargo, cons­tituian una reserva de mana de obra desde la cual los gobernantes podian hacer donaciones a los pro­pietarios privados.

No obstante, la agricuItura de servidumbre rusa no tuvo un gran exito economico. Dependia por completo de la tecnologia agricola tradicional y exten­siva de los campesinos; los rendimientos continuaron siendo bajos y estacionarios durante la mayor parte del siglo XIX. La tasa de rendimiento con. respecto a la semilla era de ~.5 a I en 1800-1810, y ~.7 en 1861-1870 (Liashchenko, 1949, p. ~24). De esta ma, nera, cualquier aumento en el ingreso derivado de la agrirultura se obtenla "mediante la expansion cuantitativa de la superficie y el cultivo extensivo de los cereales por medio de la intensificacion de la explotacion de la mana de obra campesina, esto es, oprimiendo aun mas a la familia campesina" (1949, p. 32~). No existia una adecuada contabilidad

de costos ni un ajuste economico a las fluctuaciones

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del mercado. La coaccion poHtica se apropiaba de 10 que el campesino podia producir.

Como ya se dijo anteriormente, los dos modos de utilizar el trabajo de los siervos eran la barshchina, el trabajo tributario en los campos del senor, utilizando los aperos y el ganado propios del campesino, y el obrok, el pago en especie. Con Irecuencia estos modos se presentaban en una variedad de combinaciones; sin embargo, los derechos sobre el trabajo prevale. dan en la regi6n de tierras negras, en tanto que el pago predominaba en las provincias septentrionales, con otro tipo. La regi6n de tierras negras era fer til, y en su mayor parte los excedentes provenian de ope­raciones agricolas. A medida que crecieron las ex­portaciones de cere ales los senores de esta regi6n intentaron extender al maximo sus 'tierras y aumen­tar la cantidad de mana de obra carnpesina que la trabajaba. En consecuencia, la cantidad de tierra des­tinada a la subsistencia del campesino tendi6 a ser pequefia; la parcela asignada a cada siervo pocas ve­ces excedia de 2.73 a 3.27 hectareas, Los senores teo nian mas del 50% de la superficie cultivable. Du­rante todo el siglo XIX hubo una tendencia a inere­men tar la cantidad de tiempo de trabajo en tierra de los senores, de tres dias a la semana a cuatro, cinco e incluso seis. Ademas, los campesinos tenian que trabajar en construcciones y en la fabricaci6n de ladrillos, en tanto que las mujeres produdan Iino y telas de lana. Los campesinos tambien tenian que proporcionar carretas y mano de obra para condu­cir los productos del senor hasta el mercado, una obligaci6n que consumia el 30% de su tiempo de trabajo en el invierno, y el 8% en los meses de ve­rano. En algunas propiedades agricolas los senores lograron incluso convertir el trabajo tributario en un trabajo asalariado, en el cual el trabajador no tenia acceso a la tierra, sino que recibia un pago en

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alimentos y vestimenta a cambio de su trabajo en los dominios del senor.

En contraste con el sistema de trabajo tributatio, el pago en especie 0 dinero predominaba en las pro. vincias septentrionales ya mencionadas en donde la agricultura era a la vez menos productiva y menos lucrativa, pero donde la ocupaci6n del campesino en artesanias dornesticas 0 en las industrias de la ciudad podia rendir pagos en especie. Como la tierra era menos valiosa que en el sur, los propietarios retu­vieron s610 del 20 al 25% de la tierra cultivable y otorgaron mayores asignaciones por siervo, que en promedio variaban entre las 4.37 y las 5.46 hectareas. Esta tierra le permitla al campesino alimentar a su fa­milia, en tanto que el tributo en especie 0 dinero per­mitia a los terratenientes apoderarse del excedente producido por el campesino mediante un mecanismo de coaccion social y politica. Tales pagas aumenta­ron continuamente durante el perfodo de servidum­bre. Hacia finales del siglo XVlll eran aproximada­mente de 10 a 12.5 rublos en promedio; en la se­gunda decada del siglo XIX aurnentaron hasta 70 'rJb1os.

·En 1861 los siervos fueron liberados en una irn­portante reforma agraria, estimulada por el temor expresado por el zar Alejandro II de que ICes mejor liberar a los campesinos desde arriba" que esperar a que conquisten su libertad con levantamientos "desde abajo", Las presiones para la emancipaci6n se expresaron de manera diferente en las tierras ne­gtas del sur que en las tierras del. norte. En las zonas de tierra negra, en las cuales el cultivo era productivo y lucrativo, el interes de los terratenientes consistfa en apropiarse de tanta tierra como fuera posible, y en dejar a los campesinos tan poca como pudieran, Iorzandolos asf a trabajar en las propiedades de los nobles. En el norte la agricultura era pobre y la tierra tenia poco valor; alli el terrateniente obtenla

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el excedente de los pagos de los derechos en especie o en dinero y estaba interesado en deshacerse de tierra improductiva buscando en cambio una maxima com­pensacion por la libertad personal de sus siervos. Mediando entre estos intereses divergenres, Alejandro II y sus consejeros -actuando en in teres del Estado como un todo- buscaron evitar una situacion en que los siervos ohtendrian su Iibertad personal pero per­derian su tierra. Con la Iibertad en lugar de la tierra,

el campesino hubiera recuperado su libertad 0010 para caer en una condici6n aun mas miserable que la sopor­tad a durante la epoca de su servidumbre. Habria perma­necido durante aiios, quiza durante siglos, totalmente privado de la posesi6n de la tierra. Toda esta hueste li­bcrada se habrla convertido en una naci6n de proletarios... Mediante la entrega de tierra a los siervos se confiaba evitar la proletarizacion, y esto significaba alejarse de las conmociones sociales y politicas del Occidente [Leroy­Beaulieu, 1962, pp. 27-8].

El resultado fue un compromise en el cual no se privaba totalmente al campesino de tierra, a la vez que se Ie hacia pagar por la Iiberacion de su persona. Para satisfacer las diferentes exigencias de los terra­tenientes del norte y del sur, este compromiso se aplico de distinta manera en las zonas de tierras negras que en las de otras tierras, En las provincias de tierras negras, la aslgnacion de tierra otorgada por persona fue, por 10 general, mas pequefia de 10 que habia sido antes de la reforma; en 16 provincias de tierras negras la asignacion promedio antes de la reforma era de ~.71 hectareas: despues de ella fue de 2.73 hectareas, Por otra parte, en las provincias industriales con otro tipo de suelos, en donde habia predominado el obrok, ocurrio 10 contrario, Los te­rratenientes se beneficiaron deshaciendose de tierra improductiva, transfiriendola a los campesinos sobre la base de evaluaciones excesivas. En ocho de esas pro~

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vincias, la asignacion por persona antes de la reforma habia sido de 4.04 hectareas en termino medio; des­pues de la reforma fue de 4.69 hectareas,

La asignacion total solo se otorgo a los carnpesi­nos con estipulaciones adicionales. Si poseian fondos suficientes, podian comprar su libertad inmediata­mente. Para impulsar el proceso, el Estado anticipaba el 80% de la cantidad necesaria y el eampesino tenia que proporeionar el 20% restante, Estos antici­pos del Estado los debian reintegrar los campesinos en el transeurso de 49 afios a una tasa anual de inte­res del 6%. Por desgracia, esta empresa no tuvo exito, Incluso allf donde los eampesinos podlan reu­nir el 20% que se requerta, eneontraron grandes di­ficultades para haeer los pagos neeesarios y se atra­saron en estos, El porcentaje de estos atrasos aumento desde el 22% de los pagos anuales totales en 1875, hasta el 119% para finales del siglo (Robinson, 1949, P: 96). Mas aun, otros eampesinos se convirtieron en personas "temporalmente dependientes" que tenlan que continuar pagando derechos de 12 rublos por asignacion total a los senores en el pais del obrok 0

porporcionar 40 dlas de trabajo al afio para los hom­bres y treinta para las mujeres, En 1881 quedaban, en 37 provincias, mas de 3 millones de campesinos sometidos a tales obligaciones remporales, De este modo, su situacion social habta cambiado poco; un periodista ruso dijo con sarcasmo que necesitarfan todavia "otra emancipacion" (Leroy-Beaulieu, 1962, P: 43). Finalmente, hubo muehos campesinos que aeeptaron una asignacion pequeiia de tierras a earn­bio de su libertad total, comprando esta al costo de su empobrecimiento economico,

Debido a 10 antes expuesto, la reforma fue una gran desilusion para muehos.

Cuando se publico el manifiesto del 19 de febrero de 1861, estab1eciendo las condiciones de la emancipaci6n,

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los campesinos no ocultaron su desilusion. En las iglesias. donde se les ley6 el manifiesto imperial anunciandoles su libertad, se escucharon fuertes murmullos abiertamente: mas de uno sacudi6 su cabeza exclamando ",que tipo de libertad es esa>" [Leroy-Beaulieu, 1962, pp. 29-30).

En muchas localidades los campesinos se negaron a creer que el manifiesto era genuino. Hubo distur­bios y se tuvo que Hamar a las tropas para dispersar a las furiosas muchedumbres.

En las aldeas se rumoreaba que el manifiesto leido en las iglesias era una falsificaci6n de los terratenientes, y que el genuino Acto de Emancipacion se anunciaria posterior­mente; podria incluso haber carnpesinos que todavia es­tan esperando que aparezca. Con toda seguridad hay mu­chos que durante los largos inviernos suefian en una nueva emancipacion con redistribucion de tierras, en esta ocasion gratis [1962. p. 30].

Todavia varios afios despues, "ciertos profetas del pueblo... anunciaron que, por volun tad divina, gra­tuitamente la tierra pronto se entregaria a los cam­pesinos" (1962, p. 3). Con notable vision, Leroy­Beaulieu observo que estas agitaciones derivaban de premisas que ternan "un caracter semijuridico" (1962, p.72).

Es evidente que en el pueblo, oscurarnente, pero con una gran profundidad, ha sobrevivido una tradici6n, el recuerdo de una epoca en que la propiedad de la tierra no estaba, o cuando menos en gran medida no estaba en manos de los nobles, cuando en especial casi todas las praderas y todos los bosques eran usados indiscrimir.adamente y de cualquier manera por todos. Por un breve instaute el cam­pesino habia tenido la vision del retorno a la benignidad de estos antiguos tiempos, e incluso ahora sostiene Iirme­mente la convicci6n de que el gobierno, si tiene el de­recho y el poder para suprimir la servidumbre, tambien tiene los no menos incontestables derechos y poderes

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para cambiar todas las demas condiciones de propiedad de la tierra, cuando menos todas aquellas que son opro­biosas para el campesino [1962, p.7S].

Asf, los ataques de los radicales sobre la inadecuada reforma

concucrdan con los instintos secretos del mujik, y luchan con energla para apoyarlos, dernostrandoles que otra expropiaci6n de los terratenientes nobles y una redistri­buci6n de la tierra serla la secuencia natural y la cul­minaci6n de la tarea que dejo incomplera la primera entrega [1962, p. 70].

Aunque la emancipacion convirtio al campesino en el propietario legal de las tierras que se Ie asignaron, transfiriendole los derechos de propiedad del terra­teniente, no elimino a la vez, sin embargo, las nume­rosas limitaciones que imponfan los demas campe­sinos sobre el uso de su propiedad. La nueva tenencia, separada de sus ligaduras verticales con el terrate­niente, segufa sujeta a las demandas de la comuna aldeana, el mir. La nueva legislacion fortaleci6 asf a la comuna como uno de los baluartes contra- la difusion del desorden social.

La persistencia del mir en Rusia -y de las formas comunales de organizaci6n de los campesinos en otras partes, como en Mexico- inspire una cuantiosa lite. ratura romantica que ensalzaba la supuesta tendencia comunal de los campesinos, como si los campesinos individuales nunca trataran de obtener las maximas ventajas personales. Los antirromanticos, por otra parte, sefialaron los numerosos sintomas autocen­tristas del carnpesino, para desacreditar csa imagen de solidaridad y aprecio del grupo. En realidad, las formas comunales de organizaci6n no eliminan la lucha individual; 5610 pretenden controlarla. Por otra parte, en algunas ocasiones un individualismo rampante puede someter a sus propios fines la orga­

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nizacion comunal, como ocurre euando una oligarquia de campesinos poderosos asume el control de una comuna y la utiliza para someter a los demas a sus designios. Por 10 tanto, no debemos pensar (lue las tendencias comunales y el individualismo se excluyen mutuamente. Al contrario, son contingentes e1 uno del otro; con frecuencia se oponen en una Iirnitacion redproca dentro de un ambiente comun.

Al dar su apoyo a la conservaci6n de la comuna como la unidad principal dentro de la estructura de la organizacion rural, el Estado convirti6 a cada co­muna en un campo de batalla entre tendencias so­dales mutuamente dependientes y sin embargo di­vergentes.

,C6mo estaba organizado el mir y cuales eran sus funciones? Por 10 general estaba formado por los an­tiguos siervos y sus descendientes asentados en una sola aldea, aunque en ocasiones una aldea englobaba mas de una com una 0 una comuna podia abarcar varias aldeas. Dentro de la estructura de la comuna, cada familia tenia derecho a una asignacion de tie­rras, Antes de la emancipaci6n, cada familia dentro. de la comunidad tenia derecho a una asignaci6n de tierras de la comunidad; ademas, cada familia poseia su casa y huerta como tenencia hereditaria, No exis­tia el eultivo colectivo; cada familia eultivaba por sl misma su parcela. Los derechos a los pastizales, , y en algunas ocasiones los derechos sobre .praderas y bosques, eran, sin embargo, propiedad conjunta de la comuna. Por ultimo, en la Gran Rusia y en Siberia la comuna tenia e1 poder de reasignar peri6dicamente la tierra entre las familias que la constituian, Apro, ximadamente tres euartas partes de las familias cam­pesinas en las cincuenta provincias de la Rusia europea -sin contar a Polonia y Finlandia- tenfan mas de las cuatro quintas partes de la tierra en po­sesi6n "asignada" por la comuna. La tenencia here­

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ditaria predominaba en Uerania y en las provincias occidentales.

Los principios que regian el reparto diferian de region a region. Aunque era usual reasignar la tierra cada pocos afios, una determinada comuna podia abstenerse de la reasignacion en cualquier momento, conservando su poder para hacerla en el futuro. Se­gun Lazar Volin (1940, pp. 125-7), el crecimiento de la poblacion era un factor importante para la reasignarion. En la decada de 1880, el 65% de las 6830 comunas en 66 distritos dispersos de la Rusia europea no habian repartido su tierra; pero durante el periodo 1897-1902 solo 12% dejaron de hacerlo. La mayoria (el 59%) reasignaban la tierra sobre la base de los hombres de la familia, una: minoria la re­asignada sobre la base de los adultos que trabajaban (8%), y del numero de personas en familia (19%), mientras que el 2% 10 hacia s610 parcialmente. En tanto que la comuna sostuviera los derechos de reasig­nacion, imponia serias limitaciones a la libertad del campesino para utilizar su tierra como le conviniera. EI campesino no podia vender, hipotecar 0 heredar la tierra sin el consentimiento de toda la comuna, Tam­poco podia rehusar una nueva asignacion, menos pro­ductiva que la que tuvo antes. Las comunas tarnbien Iimitaban el derecho del campesino para cultivar las cosechas que deseaba, imponiendo un rigido sistema de cultivos. Los campos se dividian en franjas angos­tas y largas con el fin de nivelar las oportunidades con respecto al suelo, topografia 0 distancia de la aldea: toda tenencia cam pesina consistfa en franjas en varios campos. En cada campu. estas se sembraban con la misma cosecha con una rotacion de tres campos. No estaban separadas por cercas, y cuando el cultivo ter. minaba, se las abrfa simultaneamente como pastizal comun,

En sus operaciones cotidianas, la comuna gozaba de

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la mas completa autonomla, Wallace ha dicho que

las autoridades superiores no solo se abstienen de toda interferencia en la asignaci6n de las tierras comunales sino que, ademas, ignoran profundamente los sistemas que habitualmente adoptan las comunas... A pesar de los esfuerzos sistematicos y persistentes de la burocracia centralizada para regular minuciosamente todos los as­pectos de la vida nacional, las comunas rurales, que con­tienen aproximadamente las cinco sextas partes de la poblaci6n, siguen en muchos aspectos completamente fue­ra de su influencia, e incluso fuera de su campo de vision [1908, pp. 114-5].

Era regida por un consejo de todos los jefes de fa­milia, denominado shkod, de shhodit', reunirse. A la cabeza del consejo estaba el patriarca de la aldea 0

starosta, cuya Iuncion era formular el consenso de la asamblea aldeana y representarla en los tratos con personas de afuera.

Wallace nos ha descrito como funcionaba tal con­sejo aldeano:

El procedimiento simple de las asambleas, 0 mas bien, la ausencia de todo procedimiento formal, ejemplifica ad­mirablemente el caracter esencialmente practice de la institucion. Las reuniones se celebran al aire libre, debido a que en la aldea no hay un solo edificle -excepto la iglesia, que puede usarse unicamente con fines religiosos­10 suficientememe grande para contener a todos los miern­bros; y casi siernpre se realizan en domingos 0 dfas fes­tivos, cuando los campesinos disponen de mucho tiempo libre. Cualquier espacio abierto puede servir como foro. Ocasionalmente las discusiones son muy animadas, pero tata vez existen Tntentos de hacer un discurso. Si algun miemhro joven muestra alguna inclinacion para entregarse a la oratoria, casi con toda seguridad sera interrumpido en forma poco ceremoniosa por algunos miernbros mas viejos, que no tienen ninguna simpatfa por la oratoria.

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La asamblea presenta la apariencia de una muchedumbre que se ha reunido accidentalmente y que esta discutiendo en pequefios grupos ternas de interes local. Oradualmenre algun grupo. que incluve a dos 0 tres de los carnpesinos con mayor influencia moral, atrae a otros y la discusion se generaliza. Dos 0 mas campesinos pueden hablar a la vez, e interrumpirse el uno al otro Iibremente -empleando lenguaje claro, no rebuscado, y de ninguna manera par­lamentario- y la discusi6n puede convertirse en un albo­roto confuse, ininteligible; pero en el momento en que el espectador imagina que la consulta esta a punto de transformarse en una lucha libre, el tumulto se aplaca espontaneamente, 0 quiza una carcajada general anuncia que alguien ha sido vlctima de un firme argumentum ad hominem, 0 una mordaz pulla personal. En cualquier .caso no hay ningun peligro de que los contendientes llegllen a los golpes. Ningun tipo de hombre en el mundo es de mejor naturaleza y mas paclfico que el campesino ruso... En teoria, el parlarnento de la aldea tiene un portavoz en la persona del mas an ciano de la aldea. La palabra portavoz es erimologtcamente menos objetable que el ter­mino presidente, porque dicho personaje nunca preside, sino que se mezcla con la muchedumbre como un miern­bro cualquiera. Puede objetarse la palabra sobre la base de que el mas anciano de la aldea habla mucho menos que otros miernbros, pero tarnbien puede decirse 10 mismo del presidente: de la Camara de Comunes. Comoquie­ra que 10 llamernos, el patriarca no es oficialmente el personaje principal del grupo, y lleva la insignia de su cargo en la forma de una pequefia medalla suspendida de su cuello por una del gada cadena de laton. Sus deberes, sin embargo, son pocos. No esta en sus funciones llamar al orden a los que interrumpen una discusion, Si llama a un honorable miembro "Durak" (estupidoj , 0 interrurnpe a un orador con un laconico "[moltchit" (callate) , no 10 hace en virtud de alguna prerrogativa especial, sino sim­plemente de acuerdo con un privilegio respetado a traves del tiempo, del cual disfrutan igualmente todos los pre­sentes, y que puede emplearse impunemente contra el. De hecho, podria decirse en general que la fraseologta y el procedimiento no estan sujetos a ninguna regIa estricta.

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El patriarca solo surge al primer plano cuando es nece­sario auscultar el sentir de la reunion. En tales ocasiones podria alejarse un poco de la multitud y decir: "Bien, jLadno! jLadno!", es dccir "[Aprobadol [Aprobadol" (1908, pp. 116-7).

Esta cita nos muestra tanto el espfritu igualitario de la comuna como su forma de obtener el consenso. El logro de la unanimidad producla

un pofundo sentido de satisfaccion y de solidaridad en la aldea, y no obstante que los miembros de la aldea reunidos en el mir se dispersaban sin que se hubiera hecho una votacion, ni se formara algun cornice, sentfan que cada hombre sabla 10 que se esperaba de el [Corer y Rockman, 1951, p. 233).

Adernas de las funciones relativas a la regulaci6n de la agricultura, la comuna tenia otras funciones. Elegia al patriarca, al recaudador de impuestos de la comunidad, al vigilante de la misma y al pastorcillo. Como era responsable conjuntamente por los impues­tos desde 1722, supervisaba el cumplimiento de las obligaciones tributarias de sus miembros. Votaba la admision de nuevos miembros, y emitia permisos para los que deseaban emigrar, despues de asegurarse que estes daban una garantia para el cumplimiento de sus obligariones, pasadas y futuras. Se los podia vol­ver a Hamar si no pagaban sus impuestos: la comuna podia poner a su servicio a un miembro de la fami­lia deudora para que trabajara por el equivalente a la carga tributaria: 0 podia suspender a un jefe de familia ineficaz y nombrar a otro para que ocupara el cargo en su lugar. La comuna preparaba y firmaba todos los contratos que hada con personas de afuera, o con cualquiera de sus miembros. Por ultimo, ejer­cia un firme control social sobre la conducta de sus miembros, que abarcaba desde el castigo corporal en el caso de no pagar los impuestos hasta la deshonra

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publica. "El espfritu de su comunidad... les daba fuerza a los miembros cuando estaban de acuerdo con ella, mientras que vivian en la miseria y el aisla­miento cuando diferfan, en pensamiento 0 en senti­miento, de la opinion y sentir de sus vecinos" (Go­rer y Rickman, 1951, p. 59).

Pero el mir era mas que una forma de organizacion social. Sus funciones como una especie de superego colectivo Ie daban una aureola verdaderamente reli­giosa. EI termino mir significa tanto comuna como universo, y es comparable a la palabra griega Kosmos. Sir John Maynard ha sugerido que no habrfa sido equivocado traducir mir como "congregacion", y dice:

La idea de que una congregaci6n de los Iieles, que no incluye necesariamente eclesiasticos, es la depositaria de Ia verdad, esta profundamente arraigada en el pensamien­to ruso, es el origen del sobornost, quiza la doctrina mas caracterlstica y fundamental de la ortodoxia rosa, y ha pasado de manera extrafia e inesperada a la formaci6n mental del comunista modemo [1962, p. 40].

Contrastando con el concepto occidental de la ver­dad como una serie de aproximaciones que permiten negociaciones, se consideraba al mir como si estu­viera en posesion de la verdad absoluta, representada por la practica de obtener decisiones unanimes en las asambleas de la aldea (Gorer y Rickman, 1951, p.233).

Semisecular y semirteligiosa, la comuna funcionaba idealmente como un mecanismo para igualar las opor­tunidades entre SQ.S miembros, Era, en palabras de Leroy-Beaulieu,

una inexpugnable fortaleza para los pequefios propleta­rios, La propiedad comun es inalienable y constituye asl una especie de vinculo. con la diferencia de que, mientras el vinculo familiar solo asegura el futuro del primogenito

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de la familia, la herencia comunal provee para todos los miembros de la comunidad. En ambos casos las generacio­nes Iuturas estan protegidas contra el despil£arro de los vivos, los tipos contra los errores 0 imprevisiones de los padres. Hay un grado de desamparo 0 desastre mas alla del cual no puede lIegar el padre ni sus descendientes. El mir ofrece protecci6n al desheredado. Es as! como yen el problema los mismos campesinos, y es tambien la raz6n por la cual los que han logrado obtener propiedad indi­vidual y un cierto nivel econ6mico vacilan en salirse de la comuna. Si no pueden atender su parcela, la arriendan o dan el usa de ella a otros, considerando a las tierras comunales como una salvaguardia para sus hijos 0 para ellos mismos, en caso de perder sus fortunas privadas [1962, p. 173].

Ademas de dar un apoyo minimo para la subsisten. cia de un hombre, la comuna tambien igualaba las cargas tributarias, aplicando

las leyes a los ricos, forzandolos a tomar parcelas suple­mentarias y obligandolos as! a pagar mas que su propor­ci6n de los impuestos. En el norte, en donde los campe­sinos se ganan la vida principalmente en la industria y el comercio, no es raro que una comuna responsabilice a un artesano especialmente habil, 0 un comerciante de exito con dos lotes, esto es, con una cuota doble de im­puestos, 10 cual es otra forma de gravar el capital 0 el ingresa [1962, p. 137].

Pero veinte afios despues de la emancipacion los mecanismos igualitarios de la aldea no pudieron de­tener el proceso de diferenciacion, Los campesinos de buena situacion, que representaban el 20% de todas las familias, habian logrado claramente una posici6n dominante en la concentracion de las asignaciones de tierra y en la compra 0 arrendamiento de tierra adicionaI. Debido a que estas familias eran por 10 general mas grandes, englobando entre el 26 Yel 36% de la poblacion rural, tambien recibian mayores

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asignaciones en donde estas se hadan en base al nu­mero. Ademas, habian comprado tierra propia, con frecuencia a la nobleza, que entre 1877 y 1905 per· di6 a traves de ventas casi una tercera parte de su tierra (Robinson, 1949, p. 131). Este 20% de las fa­milias campesinas tenia asl, a finales del siglo, entre el 60 Y el 99% de las tierras compradas en las dis­tintas provincias. Asimismo, fueron los principales arrendatarios de tierras de sus compafieros aldeanos mas pobres, En las diferentes provincias Ilegaron a controlar entre el 49 y el 83% de toda la tierra arren­dada, en tanto que los aldeanos pobres a su vez po. seian entre el 63 y el 98% de la tierra que se ofreda en arriendo. De este modo, para finales del siglo, los campesinos ricos utilizaban entre el 35 y el 50% de la tierra; los campesinos medios, que constituian el 35% de todas las familias campesinas, empleaban entre el 20 y el 45% de la tierra; y los pobres, que constituian el 50% de todas las familias campesinas, usaban s610 del 20 al 30% de toda la tierra. EI 20% superior, por ultimo, tambien poseia el 50% de to­dos los establecimientos comerciales-industriales, y representaban entre el 48 y el 78% de todas las fa. milias que usaban trabajadores asalariados (Liash­chenko, 1949 ,pp. 457.8).

Entre estos campesinos acomodados habia tambien muchos que se hadan presta mistas de dinero a los pobres. "Hayen estas aldeas rusas", dice Leroy. Beaulieu,

hombres que en el Occidente sedan llarnados exploiteurs, vampires: emprendedores, inteligentes, que engordan al costa de la comunidad. El mujik les da el horriblemenre expresivo nombre de "devoradores del mir" (miro-yedy). En muchas gobcrnaciones, las de Kaluga, Saratof y otras, las aldeas se encuentran bajo el control de dos 0 tres cam­pesinos ricos que se apoderan engafiosamente de las me­jores tierras de la comuna a carnbio de "una cancion 0 por

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ninguna compensaci6n... usualmente los pobres caen en poder de los ricos a traves de las deudas. £1 varnpiro proporciona al carnpesino reducido a la miseria por im­prevision, enfermedad 0 accidentes prestamos que este no puede pagar. Los frecuentes fracasos de las cosechas en el sureste son un riesgo perrnanente para el necesitado, una pportunidad notoria para el rico sin escrupulos. £1 deudor insolvente se ve obligado a entregar a su presta­mista, con frecuencia a un precio nominal, una parcela que ya no puede cultivar por carecer de los medios ne­necesarios. £1 licor es el anzuelo mas usado, y el cantinero del kabak (expendio de Iicores) es habitualmente el "de­vorador del mir", La usura es la ulcera que corroe las entrafias de los carnpesinos, y la tenencia colectiva no esta Iibre de culpa en esto [1962, pp. 137-8].

Como la tierra no podia hipotecarse u otorgarse como garantia por los prestamos, el credito seguia siendo personal. otorgado a la tasa del 10% mensual, y Ilegando con freeuencia al 150% anual (1962, pa, gina 138).

Al igual que los "devoradores del mir" Ilegaron a dominar cada vez mas las aldeas economicamente, tam bien las dominaron social y politicamente. Se convirtieron en los verdadcros "amos de la aldea". Las reuniones de la comuna daban reconocimiento formal a todos los miembros sobre una base igualita­ria, pero los campesinos comprendian bien que el deseo del poderoso era mas importante que el deseo del pobre. Este desarrollo de la oligarquia aldeana coincidio, ademas, con el aumento del poder del patriarca de la aldea despues de la ernancipacion. Mientras que antes de la reforma habia sido un sim­ple representante de la voluntad colectiva de la al­dea, despues de 1861 se le subordino a los superin­tendentes de poJida distritales, y se le dieron poderes policiales en su aldea, Como Ia polida rural estaba mal pagada, con frecuencia los "devoradores del mir" podian comprar su cooperacion, al igual que podian

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asegurar el nombramiento de uno de sus secuaces para el cargo. En consecuencia la diferenciaci6n eco­n6mica fue acompafiada tambien por la diferencia­ci6n en la' capacidad para influir en las decisiones de la aldea.

Al concentrarse la poblacion cam pesina en peque­fias superficies de tierra. las comunas empezaron a funcionar como verdaderas fuentes de presion para las demandas y el descontento, Los campesinos co­menzaron a comprar y arrendar tierra, con frecuen­cia a los nobles. La participaci6n cam pesina en el total de propiedades agrarias aument6 del 32 al 47% entre 1877 y 1917, mientras que la parte de la no­bleza disminuvo del 22% en 1877 al 11% en 1917, haciendo que Treadgold observara (1957, pp. 41·2) que, "si las g-randes propiedades fueron las principales culpables del problema agrario, entonces tal vez la Revoluci6n les dio el golpe de gracia pero ya se en­contraban moribundas". Algunos campesinos corn­

. praban esas tierras individualrnente, pero mas de las dos terreras partes de tales compras entre 1877 y 1905 fueron hechas por las comunas, actuando a nom­bre de sus miembros. Los campesinos tambien en­contraron que con frecuencia no poselan suficientes tierras de pastos y de bosques, las que a menudo segufan en manos de los senores despues de la ernan­cipaci6n. De esta manera, los campesinos en beneficio propio, las asociaciones de campesinos y las comunas empezaron a arrendar tanto la tierra como esos re­cursos adicionales y necesarios. Tales arrendamientos s610 aumentaron la impresi6n de los carnpesinos de que la nobleza no cumplfa ninguna funci6n util (Maynard, 1962, p. 71). En la primavera de 1902 y

en 1905 los desordenes en las provincias de las tierras negras estallarfan con mas intensidad en las comunas que estaban junto a grandes propiedades y se encontraban ligadas a ellas por arrendamientos u otros nexos econ6micos (Owen, 1963, p. 8). No obstan­

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te, el comprar y arrendar costaban dinero y para rnu­chos campesinos este seguia siendo muy escaso, La poblaci6n aurnentaba continuamente -tendencia re­forzada en parte por el hccho de que los jefes de las familias mas grandes podian reclamar mayor parti. cipaci6n en las redistribudones- pero la cantidad de tierra disponible per capita para los, campesinos disminuy6 una tercera parte entre la emancipaci6n y 1905 (Owen, 1963, p. 6). Ademas frecuentemente los campesinos s610 habian podido adquirir la peor tie­rra. Muchos caredan de dinero para comprar y arren­dar tierra y pastos, y se veian obligados en cambio a comprar lena y paja como combustibles, para le­chos y para el techo, y heno para los animales ali­mentados en los pesebres. Muchos renunciaron del todo a la cria de animales. A la vez, los impuestos continuaron aumentando, conduciendo a un creciente numero de campesinos a una economia monetaria, en la cual, empero, su participaci6n se veia limitada por la escasez de este raro recurso. Hubo un aumento continuo de las tenencias muy pequefias, justificando a los entices que condenaban las comunas como "asi­los naciones agrfcolas de pobres" (Leroy-Beaulieu, 1962, p. 174).

Al mismo tiempo, la comuna sigui6 siendo para el campesinos a la vez un escudo contra los problemas del mundo exterior y un organismo corporative ca­paz de actuar por el y en su beneficio. Al cam. pesino, que soiiaba con mas tierra y recursos en su choza (izba). le empez6 a sugerir tambien la posi­bilidad de una acci6n colectiva. "Incluso ahora", profetiz6 Leroy-Beaulieu en 1876.

en que hasta el momento no ha prestado atenci6n a todas las predicas "nihilistas", ~no esta el mujik predispuesto a considerarse desposeldo en favor del pomieshchik, a so­nar, para el y sus hijos, con una nueva distribuci6n de las tierras? Asi que, en lugar de cerrar para siempre la

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puerta de la izba aldeana contra el revolucionario, el mir bien podria abrirselas algun dia. En nombre del miT, que se nos presenta como la salvaguardia de la sociedad, se invitara al campcsino a unificarse, a juntar todas las tie­rras en un dominio comunal. La cornuna rusa, tal como existe en la anrigua Moscovia, es de hecho un medio facil de obtener la posesion de la tierra en beneficio de las rnasas , " [1962, P: 186].

Por 10 anterior se deduce que no fue una coinci­dencia que, de las 20 gobernaturas en las cuales las depradaciones contra los terratenientes fueron ma­yores en el otofio revolucionario de 1905, 16 mos­traran predominio de la tenencia por reparto sobre las tenendas hereditarias de familias individuales (Robinson, 1949, p. 153). Fueron mucho menos co­

munes en las zonas de tierras no negras, donde habia otras fuentes de ocupaciou en el trabajo artesanal e industrial, y se dieron con mayor fuerza en las provin­cias de tierras negras que dependian de. la agricultura (Liashchenko, 1949. p. 742). En 1905, el procurador de la Corte de Apelaciones de Jarkov, Hrulov, escri­bi6 que

se puedc observar casi universalmente entre la poblaci6n campesina una conviccion, que llega a ser una leyenda popular, de que tiene una especie de derecho natural sobre la tierra, la que tarde 0 temprano debed. pasar a su posesion [citado en Owen, 1963, p. 2].

Al investigar las revueltas campesinas de. 1902 y 1905, el gobierno comprendio que la comuna que reasignaba sus tierras, lejos de ser una defensa efectiva contra el desorden social, 10 habia alentado. En 1906 empezo a actuar contra la comuna mediante un plan de reforma agraria, destinado a terminar con la tradicional estructura comunal. Las tenendas en las comunas que hablan renunciado a la redistribu­ci6n de la tierra se transformaron en tenendas pri­

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vadas de familias individuales. En las comunas que siguieron redistribuyendo la tierra, se Ie dio el de­recho a cualquier persona que tuviera una tenencia a exigir en cualquier momenta que la tierra que habla obtenido por la redistribucion Ie fuera otor­gada en .propiedad personal. Adernas, tenia el de­recho de recibir esta tierra en una sola unidad, en lugar de una serie de franjas muy separadas la una de la otra, Por ultimo, comunas enteras podian adop­tar la propiedad individual mediante. la votacion de sus miembros. La intencion era la de crear una vigo­rosa clase de hacendados rusos construyendo -en las palabras de Stolipin, el autor de la reforma- sobre los "fuertes y los parcos", con el fin de

alejar a los campesinos de la tierra de los nobles, dividien­doles su propia tierra para beneficio de los mas prosperos de ellos [Paul Miliukov, citado en Volin, 1960, P: 303].

La reforma tuvo cierto grado de exito, en especial en el occidente y en la region industrial central en donde muchos vendieron sus tierras y se emplearon en la industria y en las tierras fronterizas esteparias del sur, en donde la comuna era debil y la agricul­tura comereial floreda bajo el estimulo del mercado de cereales de la Europa occidental. En total, cerca de 3 millones de campesinos abandonaron las co­munas. Paradojicamente, sin embargo, la reforma no tuvo exito en la Rusia central; alli pudo haber for­talecido a las comunas a traves de medidas destina­das a obstaculizar a los disidentes potenciales. La reforma produjo una disminucion considerable en el numero de pobres de la aldea; cerca de 900 000 cam­pesinos tomaron los titulos de sus tierras, los yen. dieron y abandonaron despues la aldea, Al mismo tiernpo, la reforma permitio a los mas prosperos "separarse" y establecer propiedades agricolas co­merciales con exito fuera de los lfmites de la cornu­

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na. El efecto neto fue dejar en las comunas cerca de 6 miIlones de campesinos que no deseaban 0 no podian hacer la transicion al cultivo individual in­dependiente. En la mayoria de los casos no tenian los medios necesarios para adquirir la tierra y el equipo que se requeria para establecer una propie­dad agricola independiente; 0 continuaron haciendo que su ganado pastara en las tierras comunales, una ventaja muy reducida 0 ausente en las propiedades agricolas independientes; 0 no deseaban renunciar a la seguridad que se obtenia con la tenencia de par­celas en zonas dispersas como una proteccion contra la sequia y los factores climaticos, mientras que una tenencia consolidada significaba arriesgar todo en una sola parcela. As!, T. Tiumenev escribi6 en 1925:

El igualitarismo comunal que Stolipin tenia y estaba de terminado a destruir persisti6 en partes del centro del antiguo Moscu donde no dej6 de amenazar las moradas de los senores. La politica de Stolipin tuvo mas exito en las areas marginales antes mencionadas, donde su obje­tivo politico era menos evidente... fue la falta de dife­renciacion del centro, el predominio de una falange com­pacta del llamado "campesinado medio" 10 que aseguro y aun asegura el poder al gobierno comunista [citado en Owen, 1963, pp. 144-5].

AlIi la reforma no s610 trabaj6 para reducir la diferenciacion en las comunas sino tambien para en­frentar a esa "falange compacta del lIamado 'cam. pesinado medio' .. contra los "separatistas" mas pros, peros. Exacerbo mucho la comparaci6n envidiosa en­tre las tierrs de los pr6speros que estaban fuera de la comuna y las condiciones dentro de ella: "Habfa un resto de poblaci6n en las zonas rurales que ob, servaba con ansia las nuevas mejoras, pero que no tenia la posibilidad de participar en ellas" (Owen, 1963, p. 71). La envidia y el odio a los separatistas

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que le habian quitado a la comuna tierra que antes era accesible para todos y que la estaban usando para su beneficio propio originaria, en la Revoluci6n de 1917, movimientos de masas para quitar su tierra a los nuevos campesinos acomodados y hacerlos regre­sar a la com una mediante el empleo de la fuerza y la violencia.

Asi, la comuna sobrevivi6 a las vicisitudes del carnbio, al igual que 1a instituci6n del consejo al, deano y de la aldea, un pequefio mundo autodeter, minante, basado en el consenso. Centralizada en la cima, en sus bases la sociedad era un agregado de innumerables comunas aidean as, en muchos aspectos mas alla de la influencia y la esfera de vision del Estado (Wallace, 1908, p. 115). Esta autonomia so­cial se veia, ademas, reforzada por una considerable autonomia en el campo religioso. Stephen y Ethel Dunn han observado que

la religion oficial administrada por la Iglesia 01 todoxa rusa y el cicIo campesino que se centraba en festivales de origen pagano eran independienres funcionalmente. El sacerdote no tenia un papel prominente en ninguno de los festivales populares, excepto en la Pascua, cuando ha­cia un recorrido recaudando las contribuciones estipula­das de cada familia [1967, p. 29].

Ademas:

Debido a dificultades organizativas y a la escasez de re­cursos humanos, la Iglesia ortodoxa no pudo conservar un control efectivo sabre muchas zonas rurales que nomi­nalmente eran ortodoxas. Por 10 tanto, independiente­mente del problema del cicio de festivales campesinos y de la influencia de las sectas, las practicas religiosas cam­pesinas diferian de las ceremonias oficiales de la Iglesia. Estas desviaciones Hegaban al grado de que algunos cam­pesinos que se consideraban a sf mismos ortodoxos eran considerados cismaticos por la jerarquia eclesiastica, y se

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les daba un trato concordante. Este es un ejemplo de especial importancia de la manera en que funciona la brecha cultural entre cl carnpcsino y cl rcsidcnte urbano. El funcionamicnto de esa brecha cultural en la Rusia prerrcvolucionaria produjo de hecho dos culturas ell un solo pais. tanto en el aspecto religioso como en otros aspectos de la vida [1967, p. 30].

Esta brecha entre la Iglesia y el creyente se vio reforzada aun mas por el cisma religioso (raskol) que en 1666 separo a los creyentes antiguos (raskolniki) de la Iglesia ortodoxa. Afectados por las tendencias hacia la centralizaci6n y la ruodernizacion, los anti­guos creyentes rompieron con la Iglesia ostensible­mente por problemas de tan poca importancia como los de si el signo de la cruz se debia hacer con dos o tres dedos, el "Aleluya" repetirse dos 0 tres veces, y Jesus debia deletrearse ISUS 0 usus. Aunque algu­nos nobles se unieron al movimiento, en su ma­yor parte sigui6 siendo un movimiento "abrumado. ramente campesino", con "un culto laico que depen, dla exclusivamente de los recursos intelectuales y morales del campo" (Vakar, 1962, P: 24). Los anti. guos creyentes se oponian energicamente al Estado, identificando al zar con el Anticristo. Llegaron a creer en un Reino de la tierra en las misticas Aguas Blancas, regido par un zar blanco, que vendrta un dia a regir sabre Rusia. Sin reconocer mas ley que sus propias creencias y costumbres, tambien estaban dispuestos a dar asilo a siervos fugitivos y a otras victimas del orden social. Sostenlan tam bien finnes ideas de un igualitarismo social y econ6mico que habrian de £1orecer en la Revoluci6n con el estable­cimiento de comunas igualitarias de propiedad co­mun, dedicadas a las alcgrfas del compartir (Wesson, 1963, p. 8). Aunque vivian "dentro del Estado ruso, no le pertenecian". Constituian una especie de anar­quistas pasivos dentro del Imperio" (Vakar, 1962,

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p. 24). No se conoce su mimero exacto antes de la Revolucion, Se caIcula que era una tercera parte de la poblacion cristiana en el siglo XIX, y cerca de una ruarta parte en la epoca de Ia Revolucion (1962, P: 24). En 1928, se creta que su numero era de 9 miIlones. No hay duda de que las creencias milena­rias de sus campesinos fueron un importante factor en el exito de la Revolucion. Leon Trotski (1932, Ill, p. 30) se refiere al

trabajo de las ideas de las sectas que habfan arraigado en millones de campesinos. "Conozco muchos campesinos -es­cribe un autor muy conocido- que aceptan la Revolu­cion de Octubre como la realizaci6n directa de sus espe­ranzas religiosas."

Debe indicarse que ademas de los antiguos creyen. tes originales existian otras sectas que se habian se­parado del grupo principal del movimiento Raskol, como los molokani 0 bebedores de leche, los subbot­niki 0 sabatarios, los skoptsy y los doujobors. A su influencia se afiadia la de los bautistas 0 stundistas que iniciaron sus actividades hacia 1824. EI numero de componentes de estas sectas ascendia a 6 millo­nes en 1917 (Wesson, 1963, p. 71).

Las corrientes reformistas crearon otra fuente de oposicion a la estructura centralizada del zarismo en las instituciones rurales denominadas zemstuos. Segun el estatuto de 1864, estos zemstuos deblan ser orga­nismos representatives invesridos de funciones locales, que antes eran efecruadas, en parte cuando menos, por los rerratenientes, tales como la construccion y con­servacion de caminos, la creacion y la dotacion de personal para las instalaciones educativas y de salud y las funciones que ahora se engloban bajo el con­cepto de servicios de extension agricola. La concep­cion formal de los zemstuos estuvo en curiosa contra­diccion con sus funciones reales. Debian ser organi­

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zaciones representativas dentro de una autocracia centralisada sin constituci6n. POl' 10 tanto, el poder central trabajaba para limitar su funcionamiento po­litico de todas las maneras posibles. Creadas en parte para darle una VOz a los carnpesinos, esa voz fue li­mitada pOl' reglas electorales que otorgaban repre­sentacion mayoritaria a la nobleza y a la poblaci6n urbana, numericamerne inferiores -al principio los carnpesinos 5610 tenian el 40% de todos los repre­sentantes, y esa proporci6n se redujo en 1890 a 30%. Creados para trabajar a nivel distrital, care­dan de mecanismos para tomar decisiones en nive, les inferiores al distrital, para 10 cual ternan que basarse en los funcionarios publicos y la polida de la administraci6n central. De manera similar, po­dian hacer al Ministerio del Interior solicitudes rela­tivas a asuntos tecnicos, pero no tenian acceso directo al zar, y no podian tratar problemas politicos mas amplios. Los Iuncionarios que las presidian eran designados y ten ian el derecho de terminal' las dis­cusiones y levantar las sesiones, una prerrogativa que llegaron a compartir con el gobernador provincial a quien se le dot6 gradualmente de poder no s610 para levantar las sesiones sino tarnbien para revisal' las elecciones del zemstoo y nulificar nombramientos hechos por medio de elIas, con el fin de librarlos de "personas malintencionadas", Asi, la estructura era representativa en forma, pero Iuncionalmente "no tenia cimientos, £lotaba en el aire" y "careda de techo" (Miliukov, 1962, p. 213).

Politicamente ineficaces, los zemstuos contribuyeron, sin embargo, a varios servicios sociales vitales y atra­jeron hacia estos servicios una parte entusiasta y capaz de la intelectualidad, POI' primera vez, se esta­blecieron escuelas seculares en las aldeas rusas, y los profesores de escuelas rurales

estaban acostumbrados a considerar su trabajo como una

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especie de deber social que debia cumplirse, no como un medio de vida 0 una profesi6n tecnica, sino como ele­vada vocacion, elegida pOl' iniciativa propia, para el bien del pais [1962, p. 160].

Can el mismo espiritu trabajaban los medicos ge· . nerales, los cirujanos, los estadigrafos y los agr6no­mos. No obstante; sus funciones eran necesariarnente contradictorias. Los zemstuos, Islas de autogobierno en un oceano de autorracia, no podian menos que amenazar a esta con el ejemplo mismo de su existen­cia. Inevitablernente, los hombres lIegaron a esperar un aumento del gobierno representativo. Inevitable­mente tambien, la intelectualidad de los zemstuos,

hombres que se ocupaban de la practica, relacionados por su trabajo diario con las clases mas bajas de la poblacion, conocedores de sus necesidades, cornpartlan sus pesares y se hadan eco de todas sus miserias [1962, p. 212].

Se convirtieron en los principales portadores de esa esperanza, can su pramesa de un mayor provecho de su trabajo. Igualrnente inevitable parece haber sido la respuesta del gobierno cuando los zemstvos se dirigian al zar con sus peticiones. "Estoy conscien­te", dijo Nicolas II en 1895, poco despues de subir al trona, de

que en ciertas reuniones de los zemstuos se han escuchado las voces de personas arrebatadas por ilusiones absurdas ("suefios sin sentido.. .") con respecto a la participaci6n

de los representantes del zemstuo en asuntos del gobierno interior. Sepan todos que, al dedicar mis energias al bie­nestar del pueblo, tengo la intenci6n de defender el prin­cipio de la autocracia tan firmemente y sin desviaciones como mi difunto e inolvidable padre [1962. P: 239].

Igualmente impresionante, par la perspectiva his­t6rica que nos ofrece, es la respuesta de los libera­

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les que habian esperado una mayor autonomia para el zemstoo:

Si la autoeracia de palabra y hecho se proclama identica a la omnipotencia de la burocracia, si s610 puede existir mientras la sociedad carezca de voz, su causa esta perdida. Cava su propia rumba, y tarde 0 temprano -en todo caso, en un futuro no muy lejano- caera bajo la pre­si6n de las fuerzas sociales vivas ... desafiasteis a los zemst­vas y con ellos a la socicdad rusa, y nada les resta mas que elegir entre el progreso y la fidelidad a la autocracia... Fuisteis los que empezaron la luella y la luella vendra [1962. p, 240).

En esa lucha, muchos de los desilusionados "ter­ceros elementos" del zemsiuo -como se denomin6 a la intelectualidad de los zemstuos, como un tercer gru­po despues de los burocratas del Estado y los repre­sentantes electos- se unirian a los revolucionarios y a la causa de la Revoluci6n que habria de derribar al antiguo regimen.

Sin embargo, en el siglo XIX Rusia no era sola­mente un pais de campesinos; tambien experimentaba una creciente tendencia hacia una industrializaci6n que se realizaba cada vez mas rapidamente. Para comprender el efecto total de este hecho, debemos saber que durante largo tiempo habia existido una estrecha relaci6n entre la industria y la agricultura a partir del siglo XVII, en especial en las provincias del norte que no tenian tierras negras. Alli la agri­cultura habia rendido poco en los suelos predomi­nantemente pobres, y su escasa producci6n tenia que complementarse con industrias dornesticas como las del tejido, trabajo de la madera, manufactura de ceramica, cesterfa, trabajo de los metales, la ocupa­cion estacional como lefiadores, mineros, vaqueros 0

changadores. A finales del siglo XVIII, entre una quin­ta y una tercera parte de la poblaci6n masculina adulta de las provincias del norte habian encontrado

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medios de subsisteneia no agricolas (Liashchenko, 1949, p. 271). Sin embargo, el desarrollo de una fuer­za de trabajo pennanente se veIa obstaculizado por las restricciones sobre los contratos de trabajo libre impuestas por la servidumbre. Hasta 1835 un terra­teniente podia en cualquier momento llamar a sus siervos que estaban empleados en ocupaciones indus­triales para que trabajaran en la propiedad agricola. AsI, en la tercera decada del siglo XVIII, los trabajado­res de las Iabricas de textiles cuyos padres habian sido tambien obreros solo representaban cerca del 10% del total de los trabajadores (1949, pp. 286-7).

Estas limitaciones reforzaron un nexo continuo con la tierra. Las fonnas prevalecientes de ocupacion in­dustrial que surgieron bajo estas condiciones Iueron o la industria domestica, organizada sobre una base de destajo, 0 la migracion estacional a la ocupacion industrial, unida a un retorno estacional al trabajo agricola. Este cambio estacional entre la propiedad agricola y la Iabrica se conocio como oiodnischestuo, forma que prevalecio hasta el siglo xx (Dunn y Dunn, 1963, pp. 329-32). Al tenninar la estacion agricola en el otofio, grupos de hombres marchaban a trabajar en la industria, regresando a su hogar en la epoca de la siembra de primavera. Estos grupos desarrollaron una forma carasterfstica de organizacion, conocida como artel', Los miembros del grupo

se contrataban entre si, y colectivamente con un patrono, para trabajar a cambio de una tasa fija en efectivo y de emolumentos con el fin de compartir los rendimientos por igual. Los contratos eran hechos por un agente (artel' shchik) que negociaba por el grupo. Todos los miembros del artel' ten ian funciones especlficas: los j6venes como cocineros y ayudantes en general. Este tipo de organiza­ci6n tambien se utilizaba para los lefiadores y para ope­raciones de pesea, aunque en estos casos el artel' no trabajaba como un empleado colectivo, sino como un em­presario colectivo. Pero se seguia aplicando el principio

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de la divisi6n igual de los rendimientos [Dunn y Dunn, 1967, p. IOJ.

Hacia 1860, una tercera parte de los 800000 tra­bajadores industriales seguian siendo siervos: pero la emancipaci6n Ie dio un poderoso Impetu a la for­maci6n de una fuerza de trabajo industrial perma­nente y libre. Cre6 un fondo de trabajadores con campesinos que no tenian tierra -cuyo numero se calcu16 en mas de 2.5 millones de hombres- y que necesitaban encontrar trabajo adicionaI. Ademas, ha­bia probablemente cerca de un mill6n de campesinos que hablan recibido parcelas de menos de un desia­tin, 0 sea 1.09 ha, y que necesitaban encontrar ocu­paci6n adicional para aumentar sus ingresos. Ha­cia finales del siglo XIX habia cerca de 3 millones de personas en las ocupaciones industriales (Liash­chenko, 1949, p. 420). El aumento de trabajadores en la industria era especialmente notorio en las fa. bricas mas grandes. Mientras que en 1866 habla 644 fabricas que empleaban a mas de 100 trabajadores, para 1890 habfa mas de 951 de esas fabricas, A la vez, el numero de fabricas que empleaban mas de 1000 trabajadores aumento de 42 fabricas, que daban empleo a 62800 trabajadores, a 99 Iabricas que ocu­paban 213300 trabajadores. El porcentaje de traba, jadores empleados en fabricas de 1000 trabajadores o mas aumento asi del 27.1% del numero total de trabajadores en 1866, hasta el 45.9% de todos los trabajadores en 1890.

Tal concentraci6n de trabajadores en las fabricas gigantescas es notable, en especial euando compara­mos a Rusia con otros paises. "En la concentraci6n de la producci6n", dice Vanya Gordon (1941, p. 354).

Rusia, en una fecha tan ternprana como 1895, ya habia superado a Alemania. En ese afio los asalariados de las

cbiblioteca
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fabricas rusas con mas de 500 empleados constitulan el 42% de todos los trabajadores, en tanto que en Alemania estas grandes Iabricas representaban s610 el 15% de la poblaci6n tra ba jadora. Los trabajadores en establecimien­tos con 10 a 50 empleados eran eJ 16% en Rusia y el 32% en Alemania. Hacia 1912 los trabajadores de las Iabricas rusas con mas de 500 empleados eran el 53% del total. En Alernania, aun en 1925, los establecimientos con I 000 o mas empleados tenian s610 eJ 30% de todos los traba­jadores en Iabricas con mas de 50 ernpleados. Rusia desde 1912 tenia el 43% en fabricas que empleaban 1000 0 mas personas. Aun mas asombrosa es la comparacion con los Estados Unidos. De todos los trabajadores de estable­cimientos que empleaban mas de 50 personas, los de las empresas con 500 trabajadores 0 mas eran el 47% en los Estados Unidos en 1929. En Rusia eran el 61% en 1912. Debido al capital extranjero, el atrasado imperio eslavo, un pigmeo industrial en comparaci6n con los Estados Unidos, tenia una mayor concentracion de la produccion,

Esta poderosa tendencia a la concentracion de la nueva clase obrera es tarnbien evidente geografica­mente. Casi el 60% de todos los trabajadores en las Iabricas de la Rusia europea se concentraban en ocho pequefias regiones: la region industrial de Mos­cu, San Petersburgo, Polonia, Krivoi Rog y la cuen­ca del Donets en Ucrania, Kiev y Polonia, Baku y Ia Transcaucasia. El ereciente proletariado ruso, que constituia un porcentaje reducido de la poblacion total, se concentro de esta manera en un nurnero reducido de fabricas localizadas en ciertos centros; esto constituye un hecho importante en la evalua­cion de Ia toma del poder por los bolcheviques en 1917. De manera similar, hubo un gran incremento en la fuerza de trabajo utilizada en las comunica­ciones ferroviarias entre estos centros y el campo. La extension de las vias ferreas de I 488 verstas en 1861 hasta 61292 verstas en 1906;· el numero de

• De 1579 km en 1861 hasta 65040 km aproximadamente

8

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trabajadores en los ferrocarriles aurnento de 32000 a 253000 (Liashchenko, ]949, pp. 487, 502).

A la vez que este proceso de concentraci6n abar­caba un numero creciente de trabajadores, conver­tia a un numero cada vez mayor de campesinos en obreros de tiempo parcial, y a obreros de ticmpo parcial en obreros de tiempo complete.

Hacia fines de 1890, una mitad de los trabajadores industriales rusos tenlan padres que habian traba­jado en la industria antes que ellos. Al misrno tiem­po, un creciente numero de trabajadores ya no regresaba a su aldea para realizar las labores agrico­las. Una en cuesta que se hizo en la region industrial de Moscu en los afios ochenta mostro que esta tendencia era de especial importancia en las indus­trias mecanizadas, como los tejidos mecanicos, el estarnpado y terrninado en telas de algodon y la metalurgia. Sin embargo, en los oficios que se eje­cutaban manualmente, como el tejido de algodon y seda, el porciento de trabajadores que retornaban al campo continuaba elevado, siendo de un 72 y 63% respectivamente (Liashchenko, 1949, pp. 544-5). Este desplazamiento estacional segufa siendo impor­tante para todos los trabajadores, Estos trabajadores industriales migratorios proporcionaban un nexo continuo entre las ciudades y las aldeas, nexo que ciertamente fue de importancia para la difusion de nuevas ideas y aspiraciones en el campo. Mas indi, recta, efectuada mediante los canales del intercam­bio y el comercio, fue la relaci6n de los artesanos de la aldea con el vasto mundo exterior. Su numero en 1901 se calculaba en 4600000, que trabajaban en cincuenta provincias (Gordon, 1941, p. 356).

,Que influencia tuvieron estos acontecimientos en

en 1906. La versta es una unidad de longitud rusa que equiva­Ie a 1067 m. [T.]

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la estructura de la sociedad rusa? <Que reajustes so­ciales, si los hubo, produjeron? y <que consecuencias, si las hubo, trajeron estos reajustes en la estructura zarista? Este Estado evolucion6, en sus inicios, como un organismo militar. Ingreso en el periodo moderno, primero con una reaccion violenta contra las inva­siones de los mongoles orientales, despues contra las presiones de los livonios, suecos y polacos desde el oeste. En palabras del historiador ruso Kliuchevski, Rusia "se convirti6 en un campo armado, rodeado en tres lados por enemigos". El resultado fue el surgi­miento de un gran aparato militar, dedicado a una eruzada religiosa en nombre de Moscu como una tercera Roma. Bajo Ivan III (1462-1505) e Ivan IV (1533-1584), la nobleza rusa perdi6 su antigua auto­nomia y qued6 por complete bajo la egida del zar. Los nuevos y los antiguos nobles recibieron tierras a cambio de sus servicios, y se convirtieron en "escla, vos" hereditarios del zar. Esta maquinaria militar in. corpor6 adicionalmente metodos mongoles de ejecu­ci6n de censos e impuestos, al igual que con poste­rioridad aprovech6 la tecnologia industrial del Occi­dente para crear su propia industria de arrnamentos, Afiadase que ingres6 en el perfodo moderno con un sistema bancario centralizado, en el que el director del Departamento de creditos de la Tesorerfa del Estado controlaba todo el mecanismo financiero del pais Liashchenko, 1949, p. 706). El presupuesto mi­litar representaba entre el 60 Y el 70% de todos los gastos del Estado en el siglo XVII, y no habia dismi­nuido a menos del 50% para la primera mitad del siglo XIX.

En ese Estado, la posicion del noble era ambigua y debil. Los nobles rusos nunca Iueron grandes pro­pietarios de tierras, capaces de ejercer un poder local independiente contra el Estado. Por el contrario, los zares se esforzaron por hacer que la posicion social de cualquier noble en la corte no dependiera de

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ningun poder aut6nomo que de este pudiera tener, sino de un sistema de organizaci6n en el que los servicios definieran la condicion de noble, a la vez que la nobleza como tal no implicaba el derecho de ejercer un tipo particular de servicio, De este modo, el sistema burocratico de organizaci6n tenia preemi­nencia sobre cualquier nexo personal de fidelidad. A la vez, los nobles vivian como rentiers en los pueblos y ciudades, mas que como empresarios agricolas en sus propiedades; la dacha campestre era una casa para las vacaciones, no un centro administrativo, En los asuntos agricolas dependian en ultima instancia de sus mayordomos y de los representantes elegidos por las comunas aldeanas. De esta manera llegaron a depender del Estado, que los regia desde arriba, y de la comuna cam pesina, con sus costumbres y prac­ticas agricolas, que limitaba desde abajo su capa­cidad de decisiones (vease Confino, 1963). Bajo 6r­denes desde arriba, y limitados desde abajo, habita­ban una especie 'de tierra de nadie social, en la cual sustituian las solidaridades locales y territoriales con la de pertenecer a ciertas escuelas y regimientos. Co­mo Pushkin 10 expuso a principios del siglo XIX, el internado de la escuela de Tsarskoe Selo se habia convertido en "nuestra patria". Ademas, con el adve­nimiento de Pedro el Grande, un numero creciente de plebeyos fue admitido al servicio y, por 10 tanto, a la jerarquia. La decision de 1762 de convertir el servicio de los nobles en voluntario en vez de obli­gatorio, presentada con frecuencia como un benefi­cio para la nobleza, en los hechos signific6 que el Estado habia encontrado un estrato social adicional del eual obtener servidores leales (Raeff, 1966, pa, gina 109), y que el monopolio de los servicios que tenia 1a nobleza habia sido decisivarnente revocado, Asi, la nobleza rusa nunca lleg6 a constituir.

un autentico Estado con vida corporativa autonoma, cu­

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yos miembros, derechos y privilegios se hubieran basado en funciones creativas y socialmente valiosas en la eco­nomia, el gobierno local y la expresi6n de ideas y opi­niones. El fracaso de la nobleza en la creaci6n de un autentico Estado perpetuo en estos su falta de raigambre y su dependencia del Estado: continuaron esperando de este directivas en todo 10 que se refiriese al desarrollo y transformaci6n del pais [1966, p. 106].

En cambio, sustituyeron cada vez mas sus esped­ficas funciones de servicio, por la funci6n general de difundir la cultura occidental -en especial la cul­tura francesa- a las masas de la Rusia "atrasada", El artillero 0 navegante noble de los tiempos de Pe­dro el Grande se convirti6 en un "noble Iilosofo". Kliuchevski 10 describe' mordazmente como

el represemame tipico de una clase social cuya tarea era llevar a la sociedad rusa hacia adelante por el camino del progreso; por 10 tanto, es necesario indicar sus prin­cipales caracteristicas. Su situaci6n social se basaba en la injusticia poHtica y estaba coronada por el ocio. De las manos de su profesor, del chantre y del clerigo de la iglesia de la aldea, pasaba al control de su tutor frances, completaba su educaci6n en los teatros italianos 0 res­taurantes franceses, utilizaba los conocimientos adquiridos en los salones de San Petersburgo, y terminaba sus dias en un estudio privado en Moscu, 0 en alguna casa campes· tre, con un volumen de Voltaire en las manos. En la Powarskaia [una de las avenidas mas elegantes de Moscu], o en el campo en la guberniia de Tula, era un fen6meno extraiio con su volumen de Voltaire en las manos. Todos sus gestos, costumbres, gustos y simpatias adoptadas y hasta su mismo lenguaje eran extranjeros, importados;... no tenia ni un nexo organico con 10 que Ie rodeaba, ni ningun tipo de actividad seria en la ' vida. Extranjero entre su propio pueblo, trataba de ubicarse entre extran­jeros, mientras que en la sociedad europea era una espe· cio de hijo adoptive. En realidad, en Europa se Ie con­sideraba como un tartare con ropaje nuevo, y en su pais,

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el pueblo vela en el a un frances nacido en Rusia [citado en Robinson, 1949, pp. 52-3].

De servidores del Estado se habian convertido en habitantes de una sociedad con la que tenian poca relacion, En la estela de las guerras napole6nicas, lle­garon a sentir el peso de su "maldita realidad rusa", Enajenados del Estado, de sus relaciones locales y de los dernas grupos sociales de su propia sociedad, encontraron finalmente su "hogar" en el creciente numero de "clrculos", logias y sociedades secretas que resultaron cada vez mas antagonicas al orden estable­cido. En 1825, estas tendencias produjeron el abor­tado levantamiento de los decembristas, en el que al­gunos militares y funcionarios civiles trataron de pro­ducir una "revolucion desde arriba". Incapaces politi­camente, tambien eran inefectivos econornicamente.

Hacia fines de los tiempos de la servidumbre, el endeu­damiento de los terratenientes lIegaba a cifras cuan­tiosas, y en visperas de la emancipacion dos terceras partes de los siervos privados hablan sido hipotecados por sus amos a las instituciones estatales por prestamos que tota­lizaban cerca de 400000000 de rublos, 0 sea, mas de la mitad del valor comercial de esos siervos a los precios que prevaledan entonces y esto no incluia los prcstarnos de fuentes privadas, por los cuales los terratenientes pa­gaban un in teres mas elevado [Robinson, 1949, pp. 56-7].

A medida que disminuia el poder efectivo de la nobleza, otros grupos sociales empezaron a ascender en el escalafon estatal, El Estado necesitaba funcio­narios: especialistas tales como doctores, ingenieros y profesores, Para procurarselos el Estado ernpezo a impulsar la educaci6n: las escuelas de cadetes para los hijos de la nobleza dieron lugar, despues de 1825, a la universidad. Las crecientes oportunidades de educacion habrian de tener importantes consecuencias . para la sociedad rusa, Parad6jicamente, la educaci6n

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en Rusia "era menos para el rico en el Occidente" (Bediaiev, 1937, p. 67). Entre 1865 y 1914, el mime­ro de estudiantes por cada 100 000 habitantes au­mento de 105 a 545, 0 sea el quintuple. En las es­cuelas superiores el aumento fue aun mas notorio: la matricula se multiplico por siete entre 1865 y 1914. Ademas un numero creciente de obreros y cam­pesinos empezaron a recibir educaci6n. Entre 1880 y 1940, los hijos de obreros y de artesanos que estaban en las universidades aumentaron del 12.4% al 24.3% de todos los estudiantes, Los hijos de los campesinos constituian solo el 3.3% en 1880; pero en 1914 re­presentaban el 14.5% de los estudiantes universita­rios (Inkeles, 1960, P: 344). De este modo, fue la educacion la que proporciono el canal para la mo­vilidad social de los raznochintsi, las personas cuyo rango no habia sido establecido por el sistema de jerarqulas de Pedro el Grande, pero que proporcio­naban los nuevos servicios que necesitaba el Estado. Sobre los peldafios de la escala educativa, desde el seminario a la secundaria y de esta a la universi­dad, "los raznochintsi ascendieron hacia la luz del dia; sin ella no habria podido existir" (Malia, 1961, p. 13).

No obstante, el proceso educativo tuvo consecuen­cias imprevistas. EI Estado zarista podia ernplear el talento tecnico, pero no podia controlar las grandes implicaciones sociales de una elite educada. La edu­cacion dio origen no solo a personal tecnico, sino tambien a una intelectualidad espedficamente rusa. En las universidades fue donde los miembros de la .no­bleza -convertidos en escritores, criticos 0 profeso­res- encontraron a gentes de otras clases, y fueron las universidades las que difundieron el antagonismo de los educados con poder absolutista del Estado, Como resultado surgio un gran grupo de hombres y mujeres -que se calcula era de miles en 1835, pero que para 1897 abarcaba entre el medio y los tres

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cuartos de millen (Fischer, 1960, pp. 245-62)- que provenian de todas las clases y que se encontraban unidos pOl' su comun rechazo al Estado. Se parecian, segun Berdiaiev (1937, P: 48), ante todo a una "orden o secta monastica" cuya actitud con respecto al orden existente estaba arraigada en un sentido casi religioso de que "todo el mundo estaba sumido en la maldad" (john, 5: 19). Bajo la continua presion de la xen. sura y el hostigamiento del Estado, importantes sec­tores de esta intelectualidad se convirtieron en una c1ase de "estudiantes expulsados y periodistas censu­rados, a los cuales la desesperacion llevo al extrema de 1a conspiracion" (Malia, 1961, p. 15), Y prolife­raron, en la ultima parte del siglo XIX, numerosos intentos de conspiracion organizados por Ta intelec­tualidad en contra del Estado. Tal multiplicacion de las organizaciones conspirativas habia comenzado en toda Europa desde el periodo de las guerras napo­leonicas, cuando

las perspectivas politicas paredan semejantes para los oposicionistas de todos los patses europeos, y los metodos de lograr la revolucion -el Irente unido del absolutismo exclula virtualmente la reforma pacifica en toda Europa­eran en gran parte los mismos. Todos los revolucionarios se consideraban a si mismos, con alguna justificaci6n, como pequenas elites de progresistas y emancipados que trabajaban entre, y por cl benificio even tual de una gran multitud inerte, ignorante y engariada, que sin duda recibla con agrado la Iiberacion euando llegara, pero de la cual no podia esperarse que tuviera mucha par­ticipaci6n en su preparaci6n... Todos tendian a adop­tar el mismo tipo de organizaci6n revolucionaria, 0 incluso la misma organizaci6n: la hermandad secreta insurreccio­nal [Hobsbawm, 1962, p. 115].

Una de esas organizaciones habla unido a los jo­venes aristocratas que en 1825 se levantaron contra el zar; pero esa insurreccion fue aplastada con facio

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lidad. Otros, sin embargo, siguieron sus pasos. Si bien este patron conspirativo fue paneuropeo -e incluso se difundio a la America Latina­

tuvo un atractivo peculiar para los rusos, y es esta pre­dilecci6n por la conspiraci6n clandestina, los metodos de capa y espada y los programas terroristas, 10 que hizo que la Rusia de finales del siglo XIX se destacara del tono general de la vida europea [Tompkins, 1957, p. 157].

En la sucesion continua de conspiradores que une a los rebeldes de 1835 con los revolucionarios de 1917 sobresale la figura de Sergei Nechaev, tanto debido a que desarrollo el concepto del revolucio­nario profesional como a que sus escritos y activida­des cautivaron la imaginacion de los drculos edu­cados de Rusia, tal como se puede vel' con mayor claridad en el libro de Dostoievski Los poseidos, que trata de la conspiracion de Nechaev. Este, hijo de siervo, que logro obtener una educacion suficiente que le permitio convertirse en profesor y asistir a la Universidad de San Petersburgo, es el probable autor del Catecismo de un reoolucionario, escrito en 1869. En el, describia a un revolucionario como

un hombre singular. No tiene intereses personales, erno­ciones 0 relaciones, no tiene propiedad personal, ni si­quiera un nombre. En el todo es absorbido por un in­teres exclusivo, un solo pensamiento, una sola pasi6n -Ia revoluci6n. .. todos los sentimientos generosos y debili­tadores de parentesco, arnor, gratitud e incluso honor deben ser suprimidos en el por la unica pasion Iria de la revolucion... el fervor revolucionario se ha convertido en un habito diario para el, pero siempre debe ir com­binado con el calculo frio. En todo momenta y en todas partes debe hacer 10 que Ie exige el interes de la revolu­cion, indepcndientemente de sus propias preferencias per­son ales [citado en Prawdin, 1961, pp. 63-4].

Estos revolucionarios profesionales habrfan de for­mal' grupos de cinco personas, ordenados en una

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jerarquia revolucionaria en cuya cima estaba el Co­mite que

combinaria los levantarnientos dispersos y, por 10 tanto, esteriles, transformando asi explosiones separadas en una gran revolucion popular [citado en Prawdin, 1961, P: 41].

En 1871 se juzg6 a 152 partidarios de Nechaev. Uno de sus abogados los deseribi6 como

el proletariado intelectual ruso. Sin importar el ingreso que pueda tener alguno de los acusados, pertenecen colec­tivamente al tipo de personas que han recibido una mejor educaci6n, que han conocido los frutos de la ciencia y han absorbido las ideas europeas, pero a los cuales se les niega un lugar correspondiente en la vida. Lo mas que pueden alcanzar es ganarsc la subsist encia, pero no tienen derechos, ni tradiciones, ni seguridad y, asi, son natural­mente el material en que pueden arraigar y desarrollarse con rapidez las nuevas ideas [citado en Prawdin, 1961, p. 69].

El juicio dio amplia publicidad a sus ideas. Un agente de la policia secreta escribi6 que

un juicio representa un punto sobresaliente en la vida del pueblo ruso. En este instante diHcilmente habra un lugar en toda nuestra patrla en que no se lean los ma­nifiestos de Nechaev entre las rnasas ignorantes que na­turalmente prestan particular atencion a los puntos en que habla del sufrimiento del pueblo y de los responsa­bles de esta situaci6n... Hasta ahora tales doctrinas se han mantenido en secreta y La distribucion de proclamas se castigaba como un crimen. Ahora todo esto se ha convertido en conocimiento cornun, distribuido a traves de Rusia en miles de ejemplares de periodicos [citado en Prawdin, 1961, p. 75].

El concepto de un ejercito de revolucionarios pro­fesionales se habria de convertir en el prototipo para

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un numero de movimientos terroristas durante el ultimo cuarto del siglo, y se parece mucho al con­cepto que Lenin tenia de un partido revolucionario como .Estado mayor de la revolucion, Lo que Lenin logr6, en esencia, puede caracterizarse como la fusion del concepto ruso de un grupo organizado de cons­piradores con las ideas marxistas sobre el papel del proletariado en la revolucion, En las palabras de Trotski:

Con el fin de conquistar eI poder, el prolerariado nece­sita algo mas que una insurrecci6n espontanea. Necesita una organizaci6n adecuada, necesita un plan. necesita una conspiraci6n. Tal es e1 pun to de vista leninista sobre este problema [1932, Ill, P: 170].

En ,Que haceri, eserito en 1902, Lenin asigno esta funcion decisiva del liderazgo a revolucionarios profesionales reclutados entre "la generacion joven de las clases educadas". Mientras que los trabajado­res por sus propios medios solo podian desarrollar una conciencia tradeunionista, y los campesinos de­mandas pequeiioburguesas por la tierra, sedan los lideres intelectuales los que dirigirlan la revolucion en bene£icio de los trabajadores y de los campesinos.

El debilitamiento del poder de la nobleza y la ere­ciente influencia de la intelectualidad fueron compen­sados solo en parte por la dinamica actividad politica de un creciente grupo de empresarios. El desarrollo de una clase indiferente de empresarios se habia retrasado mucho, concentrandose el comercio en manos de comerciantes patrocinados por el Estado, 0

que trabajaban para nobles y monasterios. Incluso se ha argiiido lue la actividad de los empresarios sur­gio al margen de la sociedad, en las cismaticas comuni­dades religiosas antiestatales de los antiguos creyen­tes, mas que en el centro estrategico del orden social.

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Arrojados hacia los bosques del norte poria perse­cusion religiosa, los antiguos creyentes organizaron comunidades comerciales y artesanales de tipo mona­cal como las de Vig, Rogozhsk y Preobrajensk; Iue, ron estas organizaciones las que -en los siglos XVII Y XVIII- establecieron "los cimientos de algunas de las mayores fortunas de los empresarios rusos" (Bill, 1959, P: 103). El siglo XIX, con su incremento del comer­cio pOl' barco y ferrocarril, estimulo aun mas el ere­cimiento de esta nueva clase que, no obstante, sigui6 fuerternente marcada pol' sus origenes carnpesinos y artesanales.

Entre la veintena de familias de rango mas eIevado entre la burguesla de Moscu a finales del siglo XIX. la mitad habia surgido del campesinado en las ultirnas tres genera­ciones, en tanto que la otra mitad tenia su origen en los pequefios artesanos y pequefios mereaderes que hablan llegado a Moscu a finales del siglo XVllI 0 prineipios del XIX [Bill. 1959, p. 153].

La emancipaci6n permiti6 a un numero aun ma­yor de campesinos emprendedores y astutos ingresar en las filas de empresarios, No obstante, paradojica. mente, los empresarios siguieron careciendo de fuer­za politica. No llegaron a establecer nexos con la nobleza, que rehusaba establecer lazos familiares con ellos (Ungern-Sternberg, 1956, p. 53). Sus empresas continuaron siendo fundamentalmente familiares; los acuerdos corporativos que habrian relacionado a las empresas familiares y proporcionado la base. 01'­

ganizativa para una mayor cohesion de clase solo se desarrollaron al empezar el siglo xx. Su dependencia respecto al Estado continu6, y competfan entre ellos pol' los gajes 0 tarifas, contratos y subsidios propor­cionados pOl' el gobierno. Llegaron a depender cada vez mas del capital exterior, que constituia una ter­cera parte de todos los recursos de capital en 1890

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y casi la mitad en 1902 (Liaschenko, 1949, p. 535); Trotski se refirio a ellos despreciativamente como una "burguesia semocompradora".·

La autocracia rusa por una parte, y la burguesia rusa por otra, tenian rasgos de comprador, expresados cada vez mas c1aramente. Vivian y se alimentaban de sus relacio­nes con el imperialismo extranjero, lc servian y sin su apoyo no habrlan podido sobrevivir. En verdad, a largo plazo no sobrevivieron ni siquiera con su apoyo. La bur­guesia rusa semicompradora tenia intereses irnperialistas mundiales en el mismo sentido en que un agente que tra­baja a base de comisiones vive por el interes de su pa­trono [1932. I, P: 17].

Se daba poco reconocimiento social posinvo a su Iuncion en la sociedad: el terrnino kupez (comer­ciante) retuvo implicaciones de "bribon, rramposo": y elIos mismos se vefan fuertemente afectados por creencias religiosas que sostenfan que la ganancia comercial era una especie de pecado. Muchos de ellos donaron grandes cantidades para fines religiosos (Elisseeff, 1956). Tampoco establecieron ningun nexo con la intelectualidad que continuo siendo hostil a las empresas pecuniarias. Es notable que muchos de los grandes eseritores rusos -Pushkin, Dostoievski, T'o'stoi, Gorki- condenaran amargamente el espf­ritu comercial y ayudaran a crear ese "ambiente de hostilidad hacia una sociedad monetaria que marco el mundo literario e intelectual de Rusia durante todo el siglo XIX" (Bill, 1959, p. 181).

Asi, nos encontramos con una sociedad que po­sefa un amplio aparato militar pero que tenia dases aun debiles, todavfa ineficaces para coordinar sus in­

• Comprador era el nombre que los occidentales daban en China a un agente native contratado por una empresa extran­jera para que se hiciera cargo de sus empleados y actuara como intermediario en sus negocios. [T.]

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tereses de una manera significativa en el campo po­litico, con una intelectualidad ajena a sus metas y sus procedimientos y una sociedad que luchaba con poco exito en la solucion de sus problemas agrarios -y, sin embargo, una sociedad que se encontraba en los albores de una revolucion industrial diversifica­da. Su participacion en la primera guerra' mundial debilitarfa a sus militares y demostraria su incapaci­dad para detener la propagacion del desorden so­cial; el vacfo creado de est~ manera pOl' el fracaso de los militares y politicos seria llenado pOl' los inte­lectuales armados, quienes aprovechando las huelgas en masa de los obreros y la rebelion rural entre los campesinos obtendrian el poder mediante la insu­rreccion,

En la Revolucion que habria de dar fin al Estado zarista y a sus debiles clases, Iueron de gran impor­tancia tres factores: el desarrollo de grandes huelgas industriales, el aumento de los desordenes carnpesi­nos, y la desercion en masa del ejercito, formado en su mayor parte pOl' campesinos y obreros llamados a filas. EI exito de la Revolucion dependio de la ven­turosa sincronizacion de estos tres movimientos, Evi­dentemente todos existieron en forma incipiente en la Revolucion de 1905, y cobraron forma en la Re­volucion de 1917,

Las grandes huelgas industriales de la Revolucion de 1905 fueron precedidas pOl' un aumento en el rnimero de huelgas a partir de 1880. En 1902 estallo la huelga ferrocarrilera de Vladikavkaz en el Cau­caso y en Rostov sobre el Don, en Nueva Rusia. EI gobierno respondio con el establecimiento de sindi­catos bajo el control de la polida, 10 que tuvo con­secuencias paradojicas. Muchos obreros obtuvieron una experiencia organizativa .en estos sindicatos, pero pronto Iueron mas alla de las demandas que creta permisibles la polida zarista. Durante este perfodo los obreros llegaron a conocer la tactica de recaudar

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fondos para la huelga y de nombrar comites de huelga. Oscar Anweiler (1958, P: 28) cree que esta se desarrollo primero entre los obreros judlos en las provincias occidentales, desde donde se introdujo la Rusia propiamente dirha en 1896.1897. En mayo de 1905 hubo una gran huelga de 70 000 obreros. en el centro textil de Ivanovo Voznesensk, localizado a 320 kilometres al noreste de Moscu, en la region del Volga medio. Aqui fue donde el Cornite de Huel, ga de 150, una cuarta parte de los cuales eran social­dernocratas, se denomino a si mismo par primera vez consejo 0 soviet, y empezo a asumir funciones politi­cas y militares locales.

El movimiento campesino fue alentado en parte por los ventamientos industriales, y fue en parte indepen­diente de ellos. En 1902, las huelgas ferrocarrileras en el Caucaso provocaron disturbios campesinos en la zo­na. A la vez, sin embargo, e independienternente de las huelgas industriales, se llevo a cabo un levanta­miento en Vitebsk, en la Rusia Blanca, en el que los campesinos exigieron la publicacion de la "verdadera" Proclama de Emancipacion de 1861. Desde alii, los disturbios campesinos se propagaron a la region agricola del centro. En gran medida estos levantamien­tos fueron problemas locales, pero en todas partes avanzaron las mismas demandas basicas: la elimina­cion del control oficial sobre la vida campesina, el fin de los pagos de redencion, menores impuestos y el reparto de la tierra. Solo en la region del Volga medio hubo alguna relacion entre los carnpesinos su­blevados y los revolucionarios urbanos; en las pro­vincias de Saratov, y Penza, el Partido Socialista Re­volucionario logro la organizacion de varias herman­dades campesinas armadas. No obstante, a medida que transcurrian los meses, en todas partes los earn­pesinos empezaron a saber por medio de los campe­sinos.obreros, recientemente regresados a sus aIdeas, de las huelgas en masa en las ciudades y de las de.

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rrotas militares sufridas en la guerra contra el Japan. EI llamado de los reservistas a fiIas afecto aun mas la vida carnpesina. Hubo, asi, una creciente acepta­cion de los campesinos al establecimiento de uniones carnpesinas, propiciadas en el verano por los libera­les de los zemstuos y los revolueionarios profesionales que vivian en zonas rurales. De esta manera, en la provincia de Vladimir un profesor local, auxiliado por el secretario distrital y su asistente, organizaron una union cam pesina, e incitaron a los campesinos a ocupar tierras de los senores y negarse a pagar los impuestos. En la provincia de Saratov un veterinario local encabezo un movimiento campesino que orga­niz6 su propia milicia, instituyo una clereda electiva en lugar de los sacerdotes designados, y convirtio a las iglesias en escuelas y hospitales (Harcave, 1964, p. 218). Hacia finales de julio, se organize una Union Campesina Panrusaen una reunion de 100 carnpe­sinos y 25 intelectuales celebrada en Moscu, Para noviembre la Union Campesina tenia 200000 miem­bros en 26 provincias, En 10 que respecta a las uniones campesinas, podemos observar un proceso que se ha­bria de repetir en 1917 y que tuvo importantes con­secuencias para la distribucion del poder politico: los delegados campesinos locales demostraron ser mucho mas radicales que la direccion central. En la segunda reunion de la Union Campesina a princi­pios de noviembre, estos delegados pedian el uso de la violencia y la toma y reparto de Ia tierra sin compensacion. Sus demandas radicales encontraron eco en el sooiet organizado en el San Petersburgo in­dustrial. "Por primera vez en la historia del pais, existla la posibilidad de que se unieran el descon­tento urbano y el rural en acci6n contra el gobiemo" (Harcave, 1964, p. 220).

El aumento de las huelgas y de los disturbios cam­pesinos tam bien afecto a las fuerzas armadas. Hubo motines en el ejercito en varias ciudades, y en la

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Ilota, como e1 del famoso acorazado Potiomkin en Odesa, En diversos lugares surgieron soviets de los soldados; a pesar de esto, la mayor parte del ejercito permanecio leal, y hacia diciembre de 19<15 el go­bierno estaba demostrando una renovada capacidad para reprimir los desordenes por la fuerza. Entre octubre y febrero-marzo de 1906, el numero de tra­bajadores en huelga disminuyo de un maximo de 475000 a 50000. Los desordenes campesinos habian afectado a 240 condados en el verano de 1905; para el otofio de 1906 se informo de problemas en solo 72 condados; en el otofio de 1907 este numero se habia reducido a 3.

La Revolucion de 1905 fue un "prologo", prologo en el que, dijo Trotski, "se incluyeron todos los ele­mentos del drama, pero no cristalizaron". En esta ocasion las fuerzas de la disolucion eran aun derna­siado debiles y estaban insuficientemente sincroni­zadas; el gobierno aun era demasiado fuerte.

Despues de una calma inicial, hubo una renova­cion de la actividad huelgufstica. En 1910, 46623 huelguistas participaron en 222 huelgas; en 1912, 725491 en 2032 huelgas; en 1914. 1337458 en 3534 huelgas. Durante el mismo periodo, de 1910 a 1914. el numero de disturbios campesinos ascendio a 13000. La movilizacion de los obreros y soldados en 1914 redujo, naturalmente, el movimiento huelguista. No obstante, para 1915 hubo de nuevo 928 huelgas en las que partidparon 539500 huelguistas. En 1916, 951 700 huelguistas tomaron parte en I 284 huelgas, y solo en los dos meses decisivos de enero y febrero de 1917, 676300 trabajadores efectuaron 1330 huel­gas (Liaschenko, 1949, pp. 692-4).

De nuevo fue una huelga la que inicio los aeon­tecimien tos del 8 de marzo de 1917; pero en esta oca­sion a los trabajadores en huelga se unieron sold a­dos amotinados de una forma no prevista en 1905. El 8 de marzo, 90000 trabajadores se declararon en

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huelga en San Petersburgo. Muchos de ellos eran mu­jeres -"Ia parte mas oprimida y humillada del pro­letariado-, las mujeres que trabajaban en los textiles, entre ellas, sin duda, muchas esposas de soldados. Las grandes colas para obtener pan proporcionaron el ultimo estfmulo" (Trotski, 1932, I, p. 102). £1 9 de marzo, se habla dup1icado 1a cifra de trabajadores en hue1ga; e1 10 de marzo e1 numero de huelguistas lle­gaba a 240000. La policia entr6 en acci6n contra 1a multitud, pero en 1a noche del 10 de mana se amo­tin6 la guarnici6n militar de Petrogrado e hizo causa comun con los trabajadores. Surgi6 un soviet formado por delegados de los obreros y de los soldados bajo una direccion socialista, al igual que en 1905, mien­tras que la asamblea nacional elegfa un gobierno provisional que no estaba compuesto por socialistas. £1 14 de marzo abdic6 el zar. Asi empezo un pertodo de competencia por el poder entre dos organismoa politicos rivales, entre un debil gobierno provisional, que poseia el poder formal, y el soviet de Petrogrado, que controlaba las calles de la capital.

Los resultados de esta lucha desigual son ya parte de la historia. £1 gobierno provisional se jug6 el todo por el todo en una continuaci6n de la guerra y en la postergaci6n de la reforma interna hasta que se obtuviera la victoria. Los bolcheviques, bajo direccion de Lenin, exiglan el fin inmediato de la guerra. Los otros partidos contemporizaron, S610 los bolcheviques y los socialistas revolucionarios de iz­quierda entendian que la guerra conclufa debido a que -como dijo Lenin- "los soldados estaban vo­tando con sus pies"; en la ofens iva de julio realizada por el gobierno, muchos soldados rehusaron comba­tir y empezaron a desertar; el £rente se derrumbaba. A Ia vez, los campesinos hacian demandas cada vez mas radicales, superando con mucho -al igual que en 1905- a sus voceros urbanos mas cautelosos, £1 numero de expropiaciones generales de grandes pro­

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piedades y de bosques aumento continuamente mes en mes: las ocupaciones fueron 17 en marzo; 204 en abril; 259 en mayo; 577 en junio; y I 122 en julio (Mitrany, 1961, p. 81). Para el otofio los dos movi­

mientos convergieron.

Un ejercito de 12 millones de hombres se estaba desin­tegrando, inundando las zonas rurales con campesinos uni­formados que regresaban de mal humor a las aldeas que habian dejado con asombro y desesperaci6n. En su in­mensa masa eran bolcheviques, socialistas revolucionarios de izquierda 0 extrernistas sin partido. Trajeron con elIas un antagonismo contra e1 Partido cuya influencia predo­minaba en la aldea (esto es, el Partido Socialist a Revo­lucionario). Y un fuerte prejuicio en favor del hombre que los habla liberado del ejercito 0 de las consecuencias de la deserci6n... Los parientes y vecinos del soldado campesino le eran complacientes -a veces debido a sus argumentos, pero siernpre a su rifle... No fue el patriarca barbado que veneraba a la Madre de Dios y que en su coraz6n afioraba aun al zar e1 que dict6 el curso de los acontecirnientos en la aldea durante los ultimos meses de 1917, sino el campesino joven 0 de edad media que reo tornaba de la guerra, y que estaba acostumbrado a la violencia y no tenia renuencias para usarla [Radkey, 1963. pp. 278-9].

Mas de la mitad de estos desordenes ocurrieron en la basica region agricola central y en las zonas del Volga medio (Owen, 1963, P: 133). Ademas, hubo un aumento constante en la violencia, En mayo me­nos del 10% de todos los desordenes incluyeron des­truccion y devastacion de la propiedad. Hacia octu­bre, tales eventos representaban mas de la mitad (57.5%) de todos los disturbios (1963, p. 139). En todas partes se obligaba a los "separatistas" a retor­nar a la estructura de las comunas aldeanas (Owen, 1963, pp. 172, 182, 210, 223).

De esta manera, en el campo todo el poder estaba pasando a manos de los campesinos y campesinos­

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soldados, organizados en soviets campesinos. Pero estos soviets, a su vez, no eran mas que los antiguos consejos aldeanos con un ropaje revolucionario (An­weiler, 1958, pp. 62, 298). En la realidad politica, esto significo un proceso de total descentralizacion al nivel local. Trotski cita a U:1 comisario local que dijo:

los campesinos locales han llegado a la opinion fija de que todas las leyes civiles han perdido su Iuerza, y de que todas las relaciones legales deberan ser reguladas ahora por las organizaciones campesinas [1932, 1II, P: 29].

Esta opinion fue secundada por un comisario de Vo­ronezh: "Ahora cada comite aldeano ordena al comi­te distrital y cada cornite distrital ordena al cornite provincial" (citado en Owen, 1963, nota 1, p. 187). Y un afio despues, el cornite revolucionario provincial en Viatka dirfa que

la felicidad de la aldea consiste en no tener funcionarios que traten de ver que sus 6rdenes se cumplen. Por 10 tanto. la aldea empez6 a tener una vida completamente independiente [citado en Anweiler, 1958, P: 299].

En donde el mir habia dejado de existir desde ha­cia mucho tiernpo, la tierra ocupada se asigno una vez mas a individuos. Pero en donde el mir demos­tro "estar vivo y activo aunque el Estado estuviera en crisis" la comunidad rural volvio a surgir. "En esta medida -dice Owen- la Revolucion de 1917 fue un resurgimiento de la antigua forma de tenen­cia de la tierra" (1963, p. 245).

La estructura en la tenencia de la tierra de la decada precedente fue eliminada en muchas partes por el resur­gimiento del mir. La superficie total de tierra ocupada por las comunas en 1917-1918 para redistribuci6n se calcu-

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16 en 70 millones de desiatins (76 millones de hectareas) de carnpesinos y cerca de 42 millones de desiatins (46 miIlones de hecrareas) de grandes propietarios. Aproxirna­damente 4.7 miIlones de propiedades carnpesinas, esto es, cerca del 30.5% de todas las propiedades de carnpesinos fueron afectadas y reportadas. EI efecto de la revolucion agraria, por 10 tanto, fue en pnmer lugar hacer desaparecer todas las grandes propiedades, pero tambien elirnino, 10 que no es menos importante, todas las propiedades campesi­nas mas grandes. De hecho, como hemos visto, se torno y se consolido mas tierra de propietarios campesinos que de grandes propietarios, Esta tendencia igualitaria se hizo mas notoria despues de octubre de 1917, y fue apoyada por la ley de enero de 1918, por la que se socializaba la tierra [Mitrany, 1961, nota 7, pp. 231-2].

Un sector de la poblacion campesina rusa incluso ingreso, en el primer entusiasmo de la Revolucion y bajo la doble influencia del raskol y del milenia­rismo socialista, en comunas igualitarias en las que

los miembros trabajaban juntos y sin paga, comian en una mesa comun y vivian en un dormitorio comun, No utilizaban dinero; todo, excepto la lOpa, y en algunas ocasiones incluso esta, era propiedad colectiva. Segun un panfleto de la epoca inicial, "en la comuna, todos traba­jan y se espera que cada quien contribuya segun sus ca­pacidades, y cada quien recibe segun sus necesidades y requerimientos, esto es, igualmente, ya que todos son iguales y todos tienen condiciones iguales de vida y tra­bajo" [Wesson, 1963, p. 8].

En las circunstancias de 1917, los primeros deere­tos bolcheviques del 8 de noviembre, que pedfan un inrnediato cese de las hostilidades y el fin inmediato de toda la propiedad privada de la tierra, solo estam­paron una aprobacion a procesos que ya se realiza­ban en el campo, y a los que ningun partido politico habria podido resistir incIuso si 10 hubiera deseado. La crftica de los socialistas alemanes, como Rosa

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Luxemburgo (1940, p. 19), de que los bolcheviques habian creado "obstaculos insuperables a la transfor­maci6n socialista de las relaciones agrarias", permi­tiendo que los campesinos tomaran la tierra por sf mismos, estaba totalrnente fuera de foco. Se vieron obligaclos a perrnitir que esto ocurriera simplemente "porque la mayoria del pueblo 10 deseaba" (Lenin).

No obstante, los bolcheviques apoyaron claramente el hecho del resurgimiento de la aIde a, no s610 por­que no podian hacer otra cosa, sino tambien porque estaba en SU interes politico hacerlo asi, si querian tomar el poder. Las ocupaciones de tierras y el res­tablecimiento de la autonomia aldeana significaron que las fuerzas de los campesinos y de los soldados­campesinos que regresaban se dirigieran hacia fines limitados y locales. El apoyo bolchevique a la rebe­li6n rural ere6 aliados campesinos para la toma del poder, a la vez que la absorci6n en el proceso local real de ocupaci6n y reorganizaci6n fragment6 las fuerzas campesinas. La dispersion de las energias campesinas en miles de micromundos rurales dej6 li­bre el campo politico para la acci6n final. De este modo, la Revoluci6n rusa induy6 por una parte un movimiento campesino que ejercia una influencia centrifuga sobre las fuentes del poder, y por la otra una insurrecci6n de obreros huelguistas y soldados amotinados, bajo direccion bolchevique, que ocupaba las posiciones estrategicas del poder.

Los bolcheviques derribaron muy poco 0 nada. Para to­dos los fines y propositos el gobierno de Rusia habla de­jado de funcionar antes de la Revoluci6n. En esa tarde Lenin y sus cohortes ascendieron a la cima de las ruinas [Lukacs. 1967, p. 33).

Parece poco probable que este acontecimiento pu­diera haber ocurrido sin el colapso del ejercito y la subsiguiente participaci6n del mismo en el proceso

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revolucionario. La desintegracion del ejercito cre6 un vado del poder en el centro, que fue Ilenado por la coalici6n de obreros en huelga y soldados insu­rrectos que llevo a Lenin al poder. A la vez, no ha­bian en el campo tropas capaces de contener a los rebeldes campesinos; por el contrario, los efectos dra­maticos de millones de campesinos-soldados en las al­deas hicieron que la rebeli6n campesina se conjuncio­nara con el movimiento urbano. Finalmente, fue la coalici6n de trabajadores y soldados en el centro y de campesinos y soldados en las comunas la que dio la fuerza necesaria para rechazar a la union de fuerzas contrarrevolucionarias en la periferia del pais.

En contraste con los revolucionarios chinos bajo Mao.Tse-tung, los bolcheviques hicieron poco -0 pu­dieron hacer poco- durante los afios de la guerra civil para influir sobre la estructura de la aldea. Esto se debi6 a su dependencia del proletariado urbano y al deseo de identificarse con la clase trabajadora. Por otra parte, se debi6 al hecho de que combatian hacia afuera desde una zona de apoyo establecida que conservaron a traves del control de las ciuda­des y de las vias de comunicaci6n entre ellos. Los comunistas chinos, por su parte, habrian de lIegar a su zona de apoyo desde Iuera: fueron obligados a huir' hacia el interior desde las ciudades, y a es­tablecer nuevas rakes en un ambiente social pre­dominantemente rural. Los bolcheviques se conten­taron con obtener apoyo campesino, pero hicieron poco para cambiar las estructuras de las cuales obte­nian este apoyo.

Necesitaban en especial alimentos y. despues, hom­bres para el nuevo ejercito rojo, La escasez de ali­mentos fue mas aguda en, los meses del verano de 1918. Le hicieron frente organizando Comites de los Pobres, para confiscar alimentos en el campo. Sus blancos principales fueron los excedentes alimenticios de los kulaks y de los campesinos ricos. Estos comites

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actuaron especialmente en las provincias de tierras negras de la regi6n agricola central. Muchos de sus miles de miembros eran antiguos obreros de las ciu­dades 0 trabajadores migratorios que laboraban entre el campo y la ciudad. Teoricamente, los campesinos que utilizaban rnano de obra asalariada pero culti­vaban sus productos principalmente para las necesi­dades locales mas que para un mercado mayor eran tambien elegibles como miembros. Sin embargo, las confiscaciones pronto se convirtieron en una guerra no declarada entre los comites y los campesinos aco­rnodados, y se hizo claro que las recaudaciones no controladas terminarian enajenando tarnbien a los campesinos rucdios. En julio de 1918 hubo 26 le­vantamientos campesinos contra las confiscaciones, 4'l en agosto y 35 en septiembre. A mediados de agosto, los bolcheviques lanzaron advertencias contra las vio­laciones a los intereses de los campesinos medios, exigiendo que

los Comites de los Pobres sean organizaciones revolucio­narias de todos los campesinos contra los antiguos se­nores, kulaks, cornerciantes y sacerdotes, y no s610 una organizacion de los proletarios de la aldea contra el resto de Ia poblaci6n aldeana [Chamberlin, 1957, II, P: 44].

El 8 de noviembre de 1918 se abolieron formalmen­te los comites y se fusionaron con los soviets de la aldea. La politica de los soviets deberia ser, en pala­bras de Lenin,

Illegar a un acuerdo con los campesinos medios, sin de­bifitar en ningun momento la Iucha contra el kulak y ependiendo finnemente s610 en los pobres [citado en

Chamberlin, 1957, II, P: 46].

Finalmente, el Octavo Congreso del Partido, que e realiz6 en 1919, enunci6 que

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el Partido debe separar a los campesinos de clase media de los kulaks, atraerlos al Iado de la clase trabajadora me­diante una acritud atenta a sus necesidades, combatiendo su airaso por medio de Ia persuasi6n y no de la represion [citado en Chamberlin, 1957. II, p. 371].

Las necesidades alimenticias se cubrieron parcial­mente mediante confiscaciones, y en parte mediante compras en el mercado privado 0 mediante incursio­nes particulares a las aldeas. Aunque el regimen sovietico salvo la principal crisis del verano de 1918, el abastecimiento de alimentos fue menor que las ne­cesidades durante todo el periodo de la guerra civil.

Una vez que se hizo evidente que la Revoluci6n teudria que deEenderse contra sus enemigos exteriores e interiores por la fuerza de las armas, los bolchevi­ques hicieron una demanda adicional a las aldeas en materia de soldados, Asi, los campesinos que en 1917 habian votado "con sus pies" por el termino de una guerra sanguinaria fueron llevados nueva­mente a la batalla por alistamiento y reclutacion, esta vez en el recien ereado Ejercito Rojo. Los bol­cheviques hicieron frente al inicio de la guerra civil con una sola divisi6n de fusileros de Latvia y unos 7 000 guardias rojos -obreros armados- en Petrogra­do y MOSCI! (Deutscher, 1954, p. 404). Para el pri­mero de agosto, el Ejercito Rojo ascendia a ~31 000 hombres; hacia finales del afio a 800 000. Al termino de la guerra civil llegaba a los 5.5 millones de hom­bres, cerca de la mitad de los cuales combatio en los crecientes Irentes, mientras la otra mitad guar­neci6 el interior. Los primeros soldados Iueron vo­luntarios, pero para finales del verano de 1918 se decret6 el reclutamiento. Los primeros conscriptos fueron obreros.

S6Io cuando se habia establecido firmemente el rnicleo proletario del ejercito, empezo Trotski a reclutar a cam­

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pesinos, primero a los pobres y luego a los serednlaks (campesinos medios) . Con frccucncia estes descrtaban en masa y su moral fluctuaba violentamente con las altas y bajas de la guerra civil [Deutscher, 1954, p. 409].

La deserci6n continuo siendo un problema cronico

en el Ejercito Rojo, aun mas que en los ejercitos blancos. La gran mayoria de los carnpesinos, que necesariamente constituian la principal fuente de reclutas para ambas par­tes en la guerra civil, habian experimentado todo el com­bate que descaban durante la guerra mundial. Cuando cualquier gobicrno estaba 10 suficientemente consolidado como para efectuar una movilizaci6n mediante' amenazas de confinamiento, de confiscacion de propiedad y de fusilamiento de reclutas recalcitrantes y desertores, los campesinos se incorporaron a la fuerza; pero frecuente­mente aprovechaban la primera oporrunidad para huir y retomar a sus hogares. Como es natural, en una buena el mimero de deserciones dependla de las fortunas de la de la guerra (aumentaba cuando el Ejercito Rojo pcrdia terreno y disminuia euando avanzaba) [Chamberlin, 1957,

II, p. 30].

A pesar de ello, el Ejercito Rojo se sostuvo. Deut­scher (1954, p. 409) atribuye esto

al hecho de que estaba organizado en varios drculos con­centricos cad a vez mayores, cada uno de un estrato social diferente que representaba un diferente grado de lealtad a la Revolucion. En toda division y regimiento, el nucleo intemo de boicheviques influla en los elementos proleta­rios, y por medio de estes tarnbien en la dudosa y titu­beante masa campesina.

No es extrafio que Trotski lIamara a los comunis­tas, de los cuales quiz a la mitad estaba en el ejercito -180000 en octubre de 1919; 278000 en agosto de 1920-, una "nueva Orden Comunista de samurdis" (citado en Chamberlin, 1957, 1I~ p. ~4).

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Mientras los bolcheviques convertlan al Ejercito Ro, jo en un efectivo instrumento de poder, un movimien, to anarquista hizo su aparici6n entre los campesinos del sudesre de Ucrania, los denominados majnovshchi­na, llamados asi por su fundador, Nestor Majno, hijo de una pauperrima familia campesina de Guliai­Pole. Habiendo sido sucesivamente vaquero, trabaja­dor agricola y obrero en una fundici6n local, Majno fue arrestado en su juventud por participar en actio vidades terroristas y se le envi6 a prisi6n en Moscu por 9 afios, Alli conoci6 a Petr Arshinov, antiguo obrero metahirgico y ex bolchevique que se habia convertido en anarquista; este 10 relacion6 con los escritos de Kropotkin y Bakunin, Liberado en febre­ro de 1917, 1\1ajno regres6 a su pueblo natal para organizar una asociaci6n de campesinos de Guliai­Pole. Con frecuencia se describe Guliai-Pole como una aldea; era, sin embargo, una pequeiia ciudad de unos 30000 habitantes y varias fabricas (Avrich, 1967, nota de pie de pagina 16, p. 209). Estaba ubi­cada, adernas, en una zona que diferfa en algunas caracteristicas principales del resto de Ucrania: en la "Ucrania de las estepas", colonizada s610 despues de que se le arrebato a Turquia en el primer cuarto del siglo XVIII. EI auge de una agricultura comercial de cercales en esta zona de poca poblaci6n habia alentado desde temprana fecha el uso de mana de obra asalariada y de maquinaria en lugar de siervos (Liashchenko, 1949, pp. 815-57). En el transcurso del siglo XIX sus campesinos resistieron tenazmente la difusi6n de la servidumbre mediante repetidos esta­Ilidos de violencia, Asf, la zona diferla tanto de la Ucrania oriental, mas industrializada y donde era fuerte la influencia bolchevique entre los trabajado­res urbanos, como de la Ucrania occidental, mas agricola, donde mas de la mitad de la poblaci6n ha­bia sido sierva antes de 1861.

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La Asociacion de Campesinos de Guliai-Pole se apodero de las tenendas de los terratenientes locales y las distribuyo entre los campesinos, Se establecie­ron sobre una base voluntaria comunas con la par­ticipacion de entre 100 y 300 miembros. Fabricas pequeiias se entregaron a los obreros. Los cereales producidos en la zona agricola se intercambiaban por productos manufacturados en las ciudades. Para defender este nuevo reducto anarquista, Majno or­ganizo un ejercito de guerrilleros de gran movilidad, que hacia un amplio uso de la caballeria -basado en la gran provision de caballos de las aldeas- y de arnetralladoras montadas en pequefios carros tirados por caballos (tachanki). Las tropas se podian reunir rapidamente y dispersar con la misma rapidez hacia las aldeas en donde se confundian sin problemas con los campesinos hasta que llegara la sefial para un nuevo ataque. La mayoria de los comandantes eran campesinos; unos pocos eran obreros; la mayoria de estos provenia de los alrededores de Guliai-Pole. Uno era un antiguo profesor. En el momenta culminante del movimiento de Majno a finales de 1919. las es­timaciones acerca de los efectivos variaban su ejer­cito entre 14 000 infantes y 6 000 jinetes, y 40 000 de los primeros y 15000 de los ultirnos. Mediante la captura de armas enemigas habia llegado a posesio­narse de canones de campafia, trenes y carros blin­dados y unas mil ametralladoras (Footman, 1962, p. 285). Durante suscampafias, de 1917 a 1921, con­tinuo siendo una fuerza autonoma de combate, que funcionaba como una "republica de tachanki" bajo su propia bandera negra anarquista. A pesar de que se nego a aceptar la cesion bolchevique de Uerania a Austria-Hungria y a sus aliados ucranianos en el Tratado de Brest-Litovsk, Majno cooper6 en va, rias ocasiones con los bolcheviques frente a la ame­naza de una invasion de los rusos blancos; en el otofio de 1919 fue el instrumento que detuvo el

avance hacia el norte del general Denikin. A la vez, graves diferencias separaban a los anarquistas ucra­nianos de los bolcheviques. Ademas de diferencias doctrinarias, se enfrentaban pOl' sus opiniones res­pectivas sobre el problema campesino. Los bolche­viques querian nacionalizar todas las plantaciones de rernolacha azucarera, asf como el ganado y equi­po tomado a los terratenientes locales; los campe­sinos querian que tanto la tierra como el equipo fueran de ellos. Estas diferencias hicieron que al­gunos de los campesinos de Ma jno creyeran

que un nuevo partido habia tornado el poder en Moscu. Eran partidarios, proclarnaban, de los bolcheviques que les habian dado Ia tierra, pero estaban en contra de los cornunistas que ahora trataban de quitarselas [Footman, 1962, p. 270].

Los bolcheviques tambien querian propiciar el con­flicto entre los campesinos pobres y los kulaks en las aldeas; los majnovitas -aunque reconodan el problema que significaba la presencia del kulak­esperaban una solucion voluntaria a los problemas de la aldea. A la vez, el movimiento de Majno man­tuvo una orientacion puramente rural. No enten­dian algunos de los complejos problemas econorni­cos planteados por una economia urbana basada en la especializacion y el pago de salarios. Mientras los carnpesinos se podian alimentar a si mismos reti­randose a una autosuficiencia rural, los obreros ur­banos dependfan de salarios pagados en una moneda aceptable. Los majnovitas, al aceptar el uso de todo tipo de dinero -del pasado 0 de la epoca- en los pueblos que ocuparon, produjeron una inflacion in­controlada, que pronto volvi6 contra ellos a los obre­ros. Mientras los bolcheviques necesitaron el apoyo anarquista para su lucha en el sur, estuvieron dis­puestos a cooperar con Majno. Sin embargo, euando

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se hizo evidente que los ejercitos blancos estaban cara a la derrota, cortaron cada vez mas sus nexos con los majnovitas y en 1921 procedieron a la eli­minacion total de este movirniento rival en Ucrania. Para esa epoca, el campesinado estaba exhausto y la provision estrategica de caballos y alimentos en las aldeas, de la cual habia dependido Majno en ausen­cia de cualquier organizaci6n de abastecimientos pro­pios, empez6 a agotarse. Despues de una sangrienta lucha en la que Cheka comunista ejecut6 sumaria­mente a miles de partidarios de Majno, y los maj­novitas eliminaron a miembros del partido bolche­vique, de la Cheka, de la milicia, a recaudadores de impuestos y organizadores campesinos, la creciente fuerza del Ejercito Rojo demostr6 ser decisiva. Majno se via obligado a huir al extranjero, muriendo en Paris en 1935.

Ciertas semejanzas -la dependencia de un apoyo local dentro de zonas delimitadas, con historia e identidad comunes; el predominio de una ideologia libertaria con un acento en la organizaron de co­munas; la falta de una organizaci6n formal de abas­tecimientos; el empleo de tacticas guerrilleras; la incapacidad para entender los problemas de los obre­ros urbanos y establecer contactos efectivos con eIlos­hacen a los majnovshchirza comparables al movimien­to zapatista de Mexico. Similar fue tambien, en las dos zonas, la incapacidad -0 la falta de voluntad- de ambos movimientos para crear una estructura orga­nizativa capaz de sostener una estructura estatal. La victoria final en ambos campos fue para los hombres que comprendian la importancia de la organizaci6n: para los constitucionalistas en Mexico y para los bol­cheviques en Rusia.

No obstante, cuando el Ejercito Rojo gan6 sus batallas, el mir se habia convertido nuevamente en la forma dominante de organizacion social y econo­mica en el campo y 10 seguiria siendo hasta el pe­

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dodo de colectivizaci6n forzosa bajo Stalin (Male, 1963). En 1917, los bo1cheviques habian obtenido el poder, "pero la antigua Rusia rural sobrevivi6 hasta 1929" (Maynard, 1962, p. 363). "Leer los archivos del Partido de 1925-26 es percibir algo de la mentalidad de un ejercito de ocupaci6n en territorio enemigo", comenta Merle Fainsod, basandose en los archivos del Partido Comunista de Ia provincia de Smolensk, en la Rusia Blanca (1958, p. 123). Por ejemplo, en 1924, en esa provincia

habla s610 16 comunistas por cada 10000 pohladorcs ru­rales en edad de trabajar, 0 aproximadamente un miem­bro del Partido por cada diez aldeas. Como mas del 90% de la poblacion de la guverniya (provincia) estaba loca-· lizada en zonas rurales, la gran debilidad del Partido en el campo se manifiesta rapidamente [1958, P: 44].

La situacion de los comunistas en las aldeas, la mayorla de los cuales estaban clasificados como campesinos pobres, se presentaba igualmente como deplorable. Muchos eran analfabetos 0 semialfabetos, y tenian poca influencia sobre sus vecinos [1958, p. 45].

En un grado no poco importante, el Partido estaba a merced de las aldeas, de su capacidad para la resistencia pasiva y cl sabota]e silencioso. La preparacion de nuevos cuadros aldeanos era, cuando mas. un proceso lento y doloroso, e incluso los nuevos cuadros tenfan su origen en el campo. 10 cual produda lealtades contrarias y alian­zas divididas [1958, p. 152].

De este modo, durante un tiempo considerable, la Rusia rural se encontr6 en una condici6n en que abiertamente, y con mas frecuencia subrepticiamente, "cada cornite de aldea manda al comite distrital y cada comite distrital manda al comite provincial". La gran tarea de Rusia en los aiios treinta y en los pos­teriores serfa un gigantesco intento de invertir esta cadena de mando, y deshacer Ia realidad creada por la primera revolucion. Esta segunda revoluci6n serfa

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realizada por el aparato estatal "desde arriba", en contra del campesino "pequefioburgues".

Despues de su venturosa culrninacion, la Revolu­cion rusa se convirtio en un consagrado modelo -por igual para comunistas y no comunistas- de la forma en que se hadan revoluciones y se las dirigia a un feliz terrnino. No obstante, muchas de las caracte­risticas de la sociedad que incubo esa revolucion son mas singulares que generales. Poco cormm era el vigoroso desarrollo de una autocracia central, que se habia hecho fuerte a costa de los distintos grupos. Poco usual, tambien, era el patron de hermandades revolucionarias conspiradoras, de las cuales el Parti­do Comunista fue el ultimo ejemplo. Aunque Rusia

. se parece a Mexico tanto en la persistencia de campe­sinos ligados a la tierra como en su desorganizacion comunal, ni la servidumbre ni las comunidades cam­pesinas corporativas son un rasgo universal de la so­ciedad campesina. De manera similar, la propia Revo­Iucion mostro una serie de caracteristicas particulares, EI ejercito se desintegro en el trascurso de los aeon, tecimientos que acompaiiaron a los levantamientos revolucionarios: pocas otras revoluciones se han He­vado a cabo en un vado similar del poder. Hubo simultaneamente insurrecciones de campesinos que se habian convertido en obreros en las ciudades y una rebelion campesina en las zonas rurales; la Revo­lucion rusa fue unica en esta sincronizacion. Finalmen­te, el Ejercito Rojo peleo hacia afuera desde el centro, mas que en las aldeas, dando a los campesinos una oportunidad para consolidarse segun sus lineamientos tradicionales. Tal secuencia de causas y eventos no es universal y, por 10 tanto, no puede formar la base de un dogma universal. Las relaciones entre el ejer­cito y el Partido, entre el proletariado, campesinado e intelectuales de clase media, se conjugan de rna­nera variable en diferentes situaciones y no pueden agotarse en formulas simplistas.

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