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C e n t e n a r i o d e l a R e v o l u c i ó n B i c e n t e n a r i o d e l a I n d e p e n d e n c i a Los grandes problemas de México XII RELACIONES INTERNACIONALES Blanca Torres y Gustavo Vega coordinadores

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  • Ce n tenario de la Rev

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    Bice

    ntenar

    io de la Independencia

    Los grandes problemas de Mxico

    XII

    RELACIONES INTERNACIONALES

    Blanca Torres y Gustavo Vegacoordinadores

  • Los grandes problemas de Mxico

    XII RELACIONES INTERNACIONALES

  • Los grandes problemas de Mxico

    Coordinadores generalesManuel Ordorica y Jean-Franois Prudhomme

  • XII RELACIONES INTERNACIONALES

    Blanca Torres y Gustavo Vegacoordinadores

    EL COLEGIO DE MXICO

  • Primera edicin, 2010

    DR El Colegio de Mxico, A.C. Camino al Ajusco 20 Pedregal de Santa Teresa 10740 Mxico, D.F. www.colmex.mx

    ISBN 978-607-462-111-2 (obra completa)ISBN 978-607-462-177-8 (volumen XII)

    Impreso en Mxico

    320.972G752v. 12

    Relaciones internacionales / Blanca Torres y Gustavo Vega, coordinadores -- 1a. ed. -- Mxico, D.F. : El Colegio de Mxico, 2010713 p. ; 22 cm. -- (Los grandes problemas de Mxico ; v. 12)

    ISBN 978-607-462-111-2 (obra completa)ISBN 978-607-462-177-8 (volumen XII)

    1. Mxico -- Relaciones exteriores. 2. Mxico -- Relaciones econ-micas exteriores. I. Torres Ramrez, Blanca, coord. II. Vega Cnovas, Gustavo, coord. III. Ser.

    DDC-22

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    NDICE GENERAL

    Presentacin 11

    Introduccin general 13 Blanca Torres y Gustavo Vega Cnovas

    PRIMERA PARTE

    TEMAS Y ACTORES

    1. La desvanecida ruta de la ambicin nacional. La tensin histrica entre el proyecto nacional mexicano y su entorno internacional 45 Lorenzo Meyer

    2. Mxico y la estabilidad y la paz mundiales 63 Claude Heller

    3. Mxico: la diplomacia en torno al desarme 89 Eugenio Anguiano

    4. Universalidad de los derechos humanos y asistencia humanitaria: la evolucin inexorable del principio de no intervencin 133 Juan Manuel Gmez-Robledo V.

    5. El problema del narcotrfico en Mexico: una perspectiva latinoamericana 177 Mnica Serrano

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    6. La migracin de Mxico a Estados Unidos: de la coyuntura al fondo 205 Jorge A. Bustamante

    7. Las relaciones internacionales de los gobiernos estatales en Mxico en la dcada 2000-2009 241 Jorge A. Schiavon

    8. Inversin extranjera directa en Mxico, comportamientos empresariales y polticas gubernamentales 285 Carlos Alba Vega y Pascal Labaze

    9. Actores transnacionales en las relaciones internacionales de Mxico 339 Blanca Torres

    SEGUNDA PARTE

    RELACIONES BILATERALES Y MULTILATERALES

    10. La poltica exterior del Mxico democrtico; anlisis de la renovada presencia mexicana en Amrica Latina y el Caribe 395 Patricia Espinosa Cantellano

    11. Mxico en el espacio de Amrica del Norte: logros y retos del libre comercio 419 Gustavo Vega Cnovas

    12. Mxico y Europa: una relacin centenaria que trasciende la economa y el comercio 463 Francisco Gil Villegas

    13. Mxico y la Unin Europea en 2010: bodas de hojalata y un futuro incierto 489 rika Ruiz Sandoval

  • NDICE GENERAL 9

    14. Asia-Pacfico en la mira 539 Jorge Alberto Lozoya

    15. Una relacin estratgica de larga distancia: las relaciones entre Mxico y Japn 557 Miguel Ruiz Cabaas

    16. Mxico y China. Ironas y perspectivas de su relacin 591 Romer Cornejo

    17. El Consejo de Seguridad cuestionado: el papel de Mxico 629 Olga Pellicer

    18. Mxico y los cambios en la arquitectura econmica internacional 651 Mara de Lourdes Aranda Bezaury y Berenice Daz Ceballos Parada

    19. Mxico en el sistema de comercio internacional 675 Luz Mara de la Mora Snchez

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    PRESENTACIN

    Este libro forma parte de una coleccin de 16 volmenes en los cuales se analizan los grandes problemas de Mxico al comenzar el siglo xxi y se sugieren algunas ideas acerca de las tendencias de su desarrollo en el futuro cercano. La realizacin de este proyecto ha sido posible gracias a la colaboracin de un grupo de investi-gadores, quienes con su experiencia acadmica enriquecen el co-nocimiento en torno a la situacin actual de nuestro pas. Los te-mas que se abordan son: poblacin, desarrollo urbano y regional, migraciones internacionales, medio ambiente, desigualdad social, movimientos sociales, educacin, relaciones de gnero, econo-ma, relaciones internacionales, polticas pblicas, instituciones y procesos polticos, seguridad nacional y seguridad interior, y cul-turas e identidades. El Colegio de Mxico contina as su tradi-cin de publicar obras colectivas y multidisciplinarias para com-prender mejor la sociedad mexicana y los problemas que enfrenta hoy da. sta es nuestra manera de participar, desde el mbito acadmico, en la conmemoracin del bicentenario de la Indepen-dencia y el centenario de la Revolucin. Agradecemos a la Secre-tara de Educacin Pblica el apoyo para la realizacin de este proyecto.

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    INTRODuCCIN GENERAL

    El ao 2010, en que celebramos el bicentenario y el centenario de dos de los ms importantes acontecimientos polticos de nuestra historia, la Inde-pendencia y la Revolucin, marca la culminacin de tres decenios de pro-fundos cambios y gran incertidumbre en el orden mundial. A la desapari-cin de una de las dos superpotencias al inicio de los aos noventa, que significaba la profunda transformacin del sistema internacional, se suma-ba el rpido avance de la globalizacin que impulsaba una serie de fen-menos que tambin afectaran el funcionamiento de ese sistema, provo-cando un intenso debate sobre el futuro del mismo, debate cuyos temas centrales se fueron modificando con el transcurso de los aos conforme se dieron nuevos acontecimientos y surgieron nuevas tendencias. Uno de los temas polmicos giraba alrededor de la naturaleza del sistema: nos en-contrbamos frente a un momento o sistema unipolar o hbrido o el mun-do se encaminaba a paso rpido hacia un sistema multipolar? Aquellos que optaban por una visin de unipolaridad discutan, a su vez, sobre el tipo de hegemona que ejercera la superpotencia sobreviviente. Se discu-ti sobre las posibilidades de un orden liberal democrtico que, luego, se iran desvaneciendo. Otra de las mltiples polmicas se centraba en los efectos de la profundizacin de la globalizacin, fenmeno que se sumaba y fortaleca la interdependencia de los pases, que dilua la separacin en-tre asuntos internacionales e internos con repercusiones muy fuertes sobre la soberana y autonoma futura de los estados, que alentaba la emergencia o creciente actividad de numerosos actores no estatales y que cuestionaba severamente el papel del Estado en los mbitos nacional e internacional. Se lleg incluso a hablar del surgimiento de una vigorosa sociedad civil internacional o transnacional de alcance global, con una influencia muy profunda en la poltica mundial. No falt algn internacionalista que se-alara que el mundo de la sociedad transnacional se estaba imponiendo al mundo de los estados.

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    Al iniciar este siglo, acontecimientos como el del 11 de septiembre de 2001 modificaron sustancialmente estas discusiones en lo referente a la seguridad internacional, dndoles nueva dimensin e importancia a asuntos como el terrorismo y la proliferacin nuclear y poniendo cada vez ms en evidencia la inadecuacin de las organizaciones internaciona-les creadas al final de la segunda Guerra Mundial para hacer frente a los nuevos retos. A todo ello, en los tres ltimos aos de este primer decenio se sum una de las crisis financieras mundiales ms agudas desde la Gran Depresin de los aos 1930, que impone adecuaciones profundas no slo en materia financiera sino tambin econmicas, polticas y sociales, reviviendo dramticamente la polmica sobre el papel del Estado y de los mercados.

    Cules han sido los esfuerzos de Mxico por adecuarse a este orden mundial de mltiples cambios en medio de una fuerte incertidumbre sobre el futuro? En este libro, dos decenas de estudiosos de las relaciones inter-nacionales, y diplomticos con amplia experiencia en la conduccin de las relaciones de nuestro pas con el exterior abordan algunos de estos temas y problemas, los retos que han implicado para Mxico y la forma en que este pas ha intentado hacerles frente. La seleccin de un puado de temas es-tuvo impuesta por lmites de espacio.

    El libro est dividido en dos secciones. En la primera se discuten al-gunos de los grandes temas de las relaciones internacionales, incluyendo aquellos que tienen o pueden tener repercusiones ms significativas en Mxico y, luego, se profundiza en el papel de nuevos y viejos actores en las relaciones exteriores de nuestro pas. En la segunda seccin se anali-zan las principales relaciones de Mxico con pases o grupos de pases, resaltando la conduccin de las mismas por parte del Estado mexicano. Enseguida se abordan temas relacionados con el funcionamiento de algu-nos organismos internacionales, subrayando la urgencia de rediseo o reestructuracin de estos ltimos y las posiciones al respecto que el Esta-do mexicano ha mantenido hasta ahora y las que puede o debe adoptar. Aunque la mayora de los autores se centra en el momento actual, tam-bin hace un recuento ms o menos breve de la forma en que Mxico busc enfrentar esos asuntos en el pasado y cmo puede o debe hacerlo en el futuro.

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    LOS GRANDES TEmAS

    El tema del papel de los estados en un mundo globalizado ha provocado desde hace tres decenios, dijimos, una polmica intensa en todo el mundo. Vinculado con este asunto se encuentra el tema de la posibilidad y conve-niencia de que en los pases en que existe una democracia aeja o en proce-so de consolidacin puedan elaborarse proyectos nacionales que establez-can claramente el rumbo que deben seguir sus estados, tanto en el mbito interno como en el internacional o si la pluralidad poltica permite, cuando mucho, la elaboracin de un proyecto gubernamental bien definido.

    Lorenzo Meyer aborda esta discusin a partir de reconocer que los es-tados nacionales siguen siendo los actores principales del sistema interna-cional y propone que un Estado requiere contar con un proyecto nacional entendido como una gran propuesta de futuro colectivo, aceptada como legtima por la mayora de los ciudadanos y que ofrezca dar respuesta a los grandes problemas de su poca. Este proyecto, a su vez, implica tomar po-siciones frente al resto de la comunidad internacional para sostener la auto-noma y la autodeterminacin del pas.

    La tesis de Meyer es que la fatalidad geogrfica coloc a Mxico al lado de una gran potencia que en el siglo xx se transform en una superpotencia que desde su origen y frente al mundo externo ha buscado no slo su segu-ridad e inters, sino imponer sus preferencias polticas y morales. Ante el vigoroso y agresivo nacionalismo estadounidense, Mxico, en defensa pro-pia, ha buscado dar forma a su propio nacionalismo, so pena de abdicar a la pretensin de autonoma e identidad.

    En su trabajo, Meyer analiza las condicionantes, evolucin y avatares de los grandes proyectos nacionales de Mxico a lo largo de su historia, a saber, el de la Independencia, el liberal o modernizador, el de la Revolucin mexi-cana, el de la industrializacin dirigida por el Estado y el neoliberal. Parad-jicamente, nos dice, con el cambio de rgimen en el ao 2000, cuando Mxi-co super el autoritarismo, tambin se desdibuj el proyecto nacional que desde su punto de vista es indispensable para hacer frente, de manera demo-crtica, a los problemas histricos acumulados y a los que estn emergiendo en el contexto de la globalizacin y del mundo postestadounidense.

    La conclusin de Meyer es que en la actualidad, y tanto en Mxico como en Estados Unidos, est ausente la voluntad o capacidad para incor-porar de manera constructiva en sus respectivos diseos el arraigo de la interdependencia asimtrica dentro del marco legal y poltico creado por el

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    Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (tlcan). En el caso de Mxico, se requiere construir un consenso poltico mnimo entre izquier-das y derechas respecto de la poltica exterior para, entre otras cosas, recu-perar el terreno perdido frente al narcotrfico y fortalecer las instituciones del Estado para garantizar la estabilidad interna, principal carta histrica de negociacin con Estados Unidos. Finalmente nos dice que la frmula mexi-cana para lograr una poltica exterior exitosa sigue siendo una poltica in-terna eficaz, lo que incluye un proyecto nacional claro.

    Claude Heller nos ofrece una visin general de los principales desafos que enfrentar Mxico derivados de la evolucin mundial y regional de cuestiones y fenmenos como la carrera armamentista, la proliferacin de armas de destruccin masiva, el terrorismo, el crimen organizado transna-cional, la migracin en sus diversas vertientes, el cambio climtico y la si-tuacin de los derechos humanos.

    En cuanto a seguridad internacional, el autor inicia su anlisis plan-teando que el sistema de seguridad colectiva previsto en la Carta de la onu enfrenta, desde el 11 de septiembre de 2001, una de las peores crisis de su existencia. En nombre de la guerra contra el terrorismo, Estados Unidos ha intervenido en Afganistn e Iraq y extendido su presencia militar en Europa Central, el Golfo Prsico y el Cucaso as como en las antiguas repblicas soviticas de Asia Central. Sin embargo el balance de la situacin para los intereses de la poltica exterior estadounidense ha sido negativo. Estados Unidos ha enfrentado serias complicaciones para retirar sus tropas de Iraq, un deterioro de la situacin de Afganistn y la fragilidad poltica de Pakis-tn, y ha tenido que reconocer el fracaso de su poltica en Medio Oriente.

    Por otro lado, Heller destaca que en materia de seguridad internacional no slo no se han producido avances significativos en el control de la carre-ra armamentista y en la reduccin de armamentos nucleares sino que los arsenales militares en nombre de la disuasin todava forman parte esencial de las doctrinas de seguridad de las principales potencias. Ms an, la proli-feracin de armas de destruccin masiva ha continuado y se han dado pocos avances en la plena aplicacin de los tratados de No Proliferacin (tnp), de la Convencin de Armas Qumicas y de la Convencin de Armas Biolgicas. Hoy da la proliferacin nuclear representa una de las principales amenazas a la seguridad internacional, ya que adems de que se siguen perfeccionan-do las armas de destruccin masiva y los pases signatarios del tnp han in-cumplido sus clusulas, pases dotados con capacidad nuclear con fines militares como India, Israel y Pakistn, no se han adherido al tnp. Con todo,

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    Heller concluye esta seccin con una nota medianamente optimista sea-lando que el triunfo electoral de Obama ha abierto una nueva perspectiva en materia de seguridad, como lo revelan los recientemente renovados com-promisos entre Rusia y Estados Unidos para reducir su arsenal nuclear.

    Adems de la incertidumbre en cuanto a seguridad internacional, Mxi-co enfrenta nuevos desafos de seguridad en el nivel regional. En Amrica Latina, la polarizacin entre distintas corrientes polticas ha afectado el cli-ma poltico regional, al mismo tiempo en que la poltica estadounidense ha centrado sus prioridades en Iraq y la lucha contra el terrorismo, relegando a la regin a un plano secundario. Reconoce que Estados Unidos ha inten-sificado su relacin con Mxico desde la entrada en vigor del tlcan pero que el tema de la seguridad se ha impuesto preponderantemente en la agen-da bilateral sobre todo en materia de combate al narcotrfico y lucha contra el terrorismo. Estos desarrollos han llevado a una nueva relacin en el m-bito de seguridad expresada en la Iniciativa Mrida que subraya la nece-sidad de fortalecer la capacidad institucional para enfrentar el fenmeno y que reconoce la responsabilidad conjunta de Estados Unidos y Mxico como un principio fundamental en la lucha contra el narcotrfico y el cri-men organizado.

    Heller tambin se refiere a otros grandes problemas y amenazas que pueden afectar a nuestro pas en el mbito de su desarrollo. Menciona que la migracin ocupar un lugar creciente en la agenda internacional, dadas las tendencias provenientes del mundo en desarrollo y las polticas cada vez ms restrictivas por parte de los pases ms desarrollados. El cambio climtico tambin tendr repercusin en todo el mundo, con el riesgo de un aumento de conflictos entre los estados por los recursos naturales, la produccin agrcola se ver afectada, continuar la degradacin de los eco-sistemas y aumentarn las amenazas a la seguridad alimentaria. Existe tam-bin el riesgo de propagacin de enfermedades tropicales, mortalidad y migracin forzada. En este escenario sombro, Mxico es uno de los pases con mayores probabilidades de ser afectado por el cambio climtico, de acuerdo con diversos estudios, por lo que se impone el desarrollo urgente de polticas nacionales de mitigacin y adaptacin, lo mismo que la promo-cin de la cooperacin internacional en la materia.

    Heller concluye que los anteriores fenmenos requieren que el marco multilateral se ajuste a las nuevas circunstancias; en particular, subraya que urge una reforma de la onu. Por su parte, Mxico, aade este autor, necesi-ta llevar a cabo una revisin de su agenda interna, la cual se ha encontrado

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    hasta ahora condicionada por los estrechos lmites de maniobra de su mo-delo de desarrollo y de las circunstancias en las que se ha desenvuelto en los ltimos aos que coinciden con una profunda crisis internacional. Lo anterior obliga a una mayor reflexin de la clase poltica sobre el proyecto del pas y su insercin en el mundo.

    En el siguiente captulo, Eugenio Anguiano profundiza en uno de los temas antes mencionados: los esfuerzos internacionales por alcanzar el des-arme y la preservacin de la paz, y el desafo que la reciente evolucin de estos esfuerzos le plantean a Mxico. Anguiano inicia su captulo remontn-dose a finales del siglo xix y principios del xx cuando se dieron los primeros pasos de una diplomacia multilateral para inducir a las naciones soberanas a aceptar lmites a la posesin de armas, esfuerzos que rindieron frutos li-mitados. Veintin aos despus de concluida la primera Guerra Mundial, nos dice, se inici una nueva guerra internacional que culmin con el lan-zamiento de dos bombas atmicas. Ese hecho despert la conciencia de que el mundo debera impedir el uso de armas de destruccin masiva por me-dio de negociaciones internacionales.

    Mxico tuvo escasa participacin en las primeras conferencias interna-cionales sobre el tema por la concentracin de la diplomacia mexicana de los primeros gobiernos emanados de la Revolucin en lograr el reconoci-miento internacional. Consolidado ya el nuevo rgimen y, sobre todo, a partir de la creacin de la onu, Mxico intensific su actuacin internacio-nal, siguiendo una clara lnea de defensa de la paz y seguridad globales. Ese activismo aument pocos aos despus debido en gran medida al riesgo de una guerra nuclear en el rea del Caribe, y la necesidad de evitar que el pas fuera arrastrado a una accin de seguridad colectiva hemisfrica, organiza-da por Estados Unidos contra el gobierno de Cuba.

    Mxico desempe, as, un papel destacado en materia de desarme y no proliferacin de armas, promoviendo y alcanzando el conocido Tratado de Tlatelolco, en donde se acord que Amrica Latina y el Caribe fueran una zona libre de armas nucleares. Este logro dio a Mxico un notable pres-tigio internacional. Sin embargo, el nfasis de los gobiernos mexicanos de los aos noventa se traslad al tema de la cooperacin econmica con Am-rica del Norte, y dej de privilegiarse la cuestin del desarme, que se con-sider imprctica.

    De acuerdo con el autor, no es sino hasta fines de la primera dcada del siglo xxi cuando el contrabando creciente de armas a nuestro pas pone en peligro la estabilidad interna y se advierten los riesgos de la proliferacin

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    nuclear. Por ello, la diplomacia ha tratado de rescatar el tema del desarme nuclear y el de armamento convencional porque lo considera vital para nuestro futuro. Sin embargo, para Anguiano, el gobierno de Felipe Calde-rn no ha dado indicios de querer reactivar el relativo liderazgo internacio-nal que Mxico tuvo a fines del siglo pasado en cuestiones de desarme; no existe un planteamiento gubernamental claro en cuanto a hacer de la lucha por el desarme una parte toral de la actual poltica exterior mexicana. De acuerdo con el autor, Mxico debe asumir un papel protagnico en las cuestiones de desarme, para lo cual es necesario un proyecto de poltica exterior de largo plazo, en el que el desarme mundial no sea visto como objetivo que forme parte de la lucha contra el terrorismo y el fortalecimien-to de la seguridad nacional, sino con peso propio y parte importante de las funciones primordiales de la Secretara de Relaciones Exteriores.

    El fin de la Guerra Fra, dijimos, no signific la llegada de una etapa de estabilidad y paz mundiales. Por el contrario, los conflictos en algunas re-giones se acentuaron y se multiplicaron aqullos dentro de los estados, creando en algunos casos lo que se ha denominado estados fallidos, lo que deja ver con claridad la inadecuacin de las organizaciones internacio-nales de la posguerra y de algunos de los principios y legislacin interna-cional que procuraron regir la convivencia internacional bajo el sistema bipolar para hacerles frente.

    Aquellos dos tipos de conflictos y en particular el surgimiento de es-tados fallidos ha planteado a la comunidad internacional el difcil reto de conciliar la proteccin de poblaciones inermes como las de Hait, Ruanda y Kosovo y sus derechos humanos bsicos con los principios rectores del orden bipolar: la soberana y el principio de no intervencin. Los esfuerzos que se han hecho hasta ahora son abordados en el siguiente captulo por Juan Manuel Gmez-Robledo.

    Gmez-Robledo analiza con mucho detenimiento el papel central que la Secretara General de la onu y el Consejo de Seguridad han jugado para persuadir a la comunidad internacional de la necesidad de reconocer la asistencia humanitaria y la primaca de la responsabilidad de proteger a las poblaciones inermes en funcin de que el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y la libre determinacin de los pueblos as lo re-quieren.

    Asimismo, Gmez-Robledo no slo nos muestra lo lento y difcil que ha resultado el intento de conciliacin de los principios de soberana y no intervencin con el reconocimiento de la universalidad de los derechos

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    humanos y la responsabilidad de protegerles sino que pese a los avances logrados an queda un buen camino para llegar a una definicin exacta del papel que debe jugar cada actor nacional e internacional en el ejercicio de esa responsabilidad.

    Uno de los problemas internacionales que afecta de manera directa a nuestro pas en materia de seguridad es el del narcotrfico y, en general, la delincuencia organizada transnacional. Producto en gran medida de ella es la creciente violencia que se ha desatado en zonas importantes de Mxico y que es urgente atacar a fin de recuperar el clima de estabilidad que nos permita aspirar a un crecimiento slido y equitativo.

    En el siguiente captulo Mnica Serrano analiza la problemtica del narcotrfico, ncleo de la violencia en Mxico, a la luz de los esfuerzos llevados a cabo en Amrica Latina para su contencin o erradicacin.

    De acuerdo con Serrano, la crisis de la violencia del narcotrfico que hoy azota el pas tiene sus races en la presencia de una economa ilcita, a su vez producto de las polticas prohibicionistas impulsadas por Estados Unidos desde las primeras dcadas del siglo xx. El despliegue de las polti-cas antinarcticos prohibicionistas en Estados Unidos no slo propici el surgimiento de enclaves ilcitos en Mxico y en otros pases latinoamerica-nos, sino que alent el surgimiento de interdependencias negativas entre diversos pases, incluidos algunos situados ms all del continente. Tal fue el caso de la interdependencia en la produccin de opio en Turqua y Mxi-co de principios de los setenta o aquella que se ha observado a lo largo de dcadas entre Mxico y Colombia. Adems, la liberalizacin econmica, junto con la multiplicacin de los intercambios transfronterizos y los avan-ces tecnolgicos, han facilitado los flujos ilcitos y potenciado a su paso las organizaciones criminales.

    Serrano arguye que la exacerbacin del narcotrfico en Amrica Latina a partir de la mitad de la dcada de los ochenta ha sido el resultado de la combinacin de los siguientes tres factores: en primer lugar el auge del con-sumo, en segundo trmino, las consecuencias de las polticas de control de drogas y, por ltimo, la aparicin de una nueva generacin de organizacio-nes criminales que han conseguido transformar el narcotrfico en una gran empresa global.

    El reconocimiento de los expertos de que las polticas represivas son la variable fundamental del problema de la droga lleva a la autora a poner en duda el xito del rgimen internacional de control de estupefacientes en el siglo xxi y para apoyar su tesis seala que la experiencia de ms de un siglo

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    de polticas prohibicionistas ha dejado ver su inoperancia. Destaca adems que la dinmica que ha acompaado el despliegue de las polticas antinar-cticos apunta a que la expansin del cultivo y la produccin de droga en un lugar no puede explicarse aisladamente del descenso observado en otros lugares en el mismo periodo. Los esfuerzos de prohibicin desencadenan el efecto globo y vuelven a reactivar constantemente patrones de consumo, mapas del trfico y rutas de la violencia.

    Por ltimo, para reforzar su tesis, nos recuerda que los periodos de cooperacin, ya sea bilateral y multilateral entre pases de la regin en sus esfuerzos por combatir el narcotrfico y la delincuencia transnacional han sido en general efmeros e ineficaces ya que las complejas relaciones que se dan entre pases productores y de trnsito entorpecen en la prctica los esfuerzos a favor de la cooperacin. En suma, la autora concluye que la cooperacin internacional difcilmente podr por s sola garantizar los re-sultados esperados, y requiere un replanteamiento de los trminos de co-operacin, que es lo que se intenta con la Iniciativa Mrida, pero que aun en este caso difcilmente se conseguir modificar las reglas del juego.

    Otro gran tema que sin duda es de crucial importancia para el futuro desarrollo de nuestro pas es el de la migracin de mexicanos a Estados Unidos, tema que se trata a profundidad en otro de los libros de esta serie. Jorge Bustamante opta aqu por establecer el vnculo entre la migracin internacional y los derechos humanos, tomando como ejemplo el caso del flujo de mexicanos hacia Estados Unidos, que es el ms numeroso en el hemisferio occidental, proponiendo a su vez un marco terico para explicar la vulnerabilidad de los migrantes.

    Bustamente inicia su captulo con un recuento de los desarrollos ms recientes y relevantes del proceso de toma de decisiones estadounidense en materia migratoria. Empieza recordando que fue durante el segundo perio-do presidencial de George W. Bush cuando se comenz a discutir la posibi-lidad de llevar adelante una reforma migratoria para controlar los flujos de migrantes indocumentados. La discusin surgi en un momento poltico en el que los republicanos dominaban ambas cmaras del Congreso. Por ello, los proyectos que comenzaron a ganar terreno en las negociaciones iniciales fueron las propuestas antiinmigrantes ms radicales. Una de esas propuestas, la ms xenfoba y antimigrante, fue la propuesta Sensenbren-ner que aprob la Cmara de Representantes. El proyecto inclua la autori-zacin de la construccin de una doble barda de 700 millas, la criminaliza-cin del acto de cruzar sin autorizacin la frontera, la obligacin de los

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    empleadores de verificar la autenticidad de los documentos de los trabaja-dores y el aumento de las sanciones a los empleadores que contraten a in-documentados.

    De manera paralela, nos recuerda Bustamante, mostrando claramente las divisiones internas que provoca en Estados Unidos el tema de la migra-cin indocumentada, se presentaron otras iniciativas ms amigables como las de Edward Kennedy y John McCain que pugnaron por la elevacin considerable de la inversin en seguridad y tecnologa fronteriza, la contra-tacin de trabajadores forneos mediante un programa de visas, la autori-zacin a trabajadores contratados a cambiar de trabajo y a solicitar con el paso del tiempo la residencia permanente y la regularizacin del estatus migratorio de los trabajadores que se encontraran residiendo en Estados Unidos, cumpliendo ciertas condiciones como la de permanecer empleado y pagar impuestos.

    Conforme avanz el tiempo y surgi una tendencia antiinmigrante en distintas legislaciones estatales y continu aquella en el Capitolio, se desen-cadenaron una serie de marchas multitudinarias de protesta en contra de los proyectos legislativos antiinmigrantes. Aquellas marchas anticipaban impactos importantes en las elecciones de 2010 y, como se esperaba, el voto latino, integrado en dos tercios por votantes de origen mexicano, fue crucial en el triunfo de Obama.

    Las esperanzas de los indocumentados una vez que Obama subi al poder aumentaron, aunque se estableci un comps de espera que parece llegar a su trmino. Tambin surgi preocupacin en Mxico por el hecho de que este presidente no ha dado seales de que abandonar la orienta-cin unilateral de la poltica migratoria de Estados Unidos, lo que para Bustamante es un problema esencial ya que el problema migratorio para resolverse requiere del reconocimiento de que las migraciones laborales son resultado de procesos de interacciones de factores ubicados tanto en los pases de origen como en los pases de destino. Por consiguiente, para lograr una administracin y control adecuados son necesarias polticas bilaterales.

    Bustamante expresa un buen grado de pesimismo en cuanto a las po-sibilidades de que los pases de acogida reconozcan oficialmente, en un plazo breve, la naturaleza endgena de sus respectivas demandas de la fuerza laboral de sus inmigrantes. Por ello, el autor recomienda la creacin de una norma de la Organizacin de las Naciones Unidas que comprometa a los estados miembros a producir un informe anual con mediciones y es-

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    tadsticas sobre la realidad de sus demandas de fuerza laboral de inmigran-tes. Adems recomienda que los pases receptores de inmigrantes, ratifi-quen la Convencin Internacional de la onu para la proteccin de los derechos de todos los trabajadores migratorios y sus familias.

    mS ALL DE LOS ESTADOS: LAS ACTIvIDADES DE vIEjOS y NuEvOS ACTORES

    Una de las caractersticas ms sobresalientes del actual sistema internacio-nal, dijimos arriba, es la multiplicacin del nmero de actores no estatales o subestatales que participan en cuestiones internacionales. En el siguiente trabajo de este volumen, Jorge Schiavon estudia el fenmeno de la creciente actividad en el exterior de las entidades federativas de nuestro pas, hacien-do una comparacin entre lo que suceda en 2004 y en 2009. Inicia su tra-tamiento sealando que el aumento de las relaciones externas de las entida-des federativas de un buen nmero de pases, entre ellos Mxico, se debe en gran medida a la creciente interdependencia y globalizacin de la economa internacional y, en el mbito interno al avance de los procesos de democra-tizacin, descentralizacin y reforma estructural. Estos desarrollos crearon en nuestro pas los espacios e incentivos para que las entidades federativas buscaran participar ms activamente en cuestiones internacionales, con la finalidad de impulsar sus intereses locales y fortalecer su desarrollo.

    En su captulo, Schiavon nos muestra que la actuacin internacional es decir, el mayor o menor grado de activismo que tienen y el grado ma-yor o menor de importancia que otorgan a sus relaciones con el exterior de las diferentes entidades federativas si bien se ha incrementado, sigue mostrando una gran variedad en trminos de intensidad y propone un mo-delo para explicar las diferencias de actuacin estatal con base en variables como el ingreso de los estados, su situacin geogrfica y la yuxtaposicin partidista.

    Nos muestra que existe una correlacin estrecha entre la variable in-greso y el nivel de participacin internacional de las entidades federativas. Los estados con mayores ingresos son los que revelan un mayor activismo en el mbito internacional. En lo que se refiere a la estructura partidaria, no encuentra suficiente evidencia para sustentar que los estados que son go-bernados por un partido poltico distinto al que gobierna en el mbito fe-deral tengan una mayor participacin internacional. Finalmente, en cuanto

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    a la situacin geogrfica de frontera, encuentra que esta variable ha desem-peado una influencia importante en el caso de los estados de la frontera norte en ambos periodos, y las entidades de la frontera sur han adquirido relevancia en los ltimos aos por el incremento de las relaciones entre estos estados y los pases de Amrica Central.

    Schiavon elabora tambin una tipologa para clasificar la participacin internacional de las entidades mexicanas en cuatro niveles, bajo, medio, alto y muy alto, de acuerdo con el nmero de instituciones especiales y actividades realizadas en el mbito econmico y de relaciones polticas con el exterior. De acuerdo con su anlisis, en 2004, tres entidades federativas se ubicaron en el rango alto de relaciones internacionales,1 23 se clasifica-ron en el nivel medio,2 mientras que seis entidades federativas se ubicaron en el nivel bajo.3 En cambio, en 2009, las relaciones internacionales mos-traron un aumento considerable de 39.13%. En ese ao, ninguna entidad federativa se encuentra en el nivel bajo de proyeccin internacional. En el nivel medio se encuentran 21 estados,4 en el nivel alto se encuentran siete estados,5 y en la categora de muy alto aparecen cuatro entidades.6 Cabe destacar que las entidades que ms aumentaron sus acciones en el exterior son el Distrito Federal, el Estado de Mxico y Chiapas.

    El autor concluye que es de esperarse que las relaciones internacionales de las entidades federativas sigan en aumento y que este fenmeno sea po-sitivo para las unidades subnacionales ya que permitir mayores y mejores esquemas de cooperacin y relacin de stos con el mundo. Tambin pro-nostica que las entidades que probablemente se beneficien ms del incre-

    1 Los estados con mayor nivel de relaciones internacionales en 2004 son Jalisco, Baja California, y Chiapas.

    2 Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chihuahua, Hidalgo, Gua-najuato, Estado de Mxico, Michoacn, Morelos, Nayarit, Nuevo Len, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatn y Zacatecas.

    3 Aguascalientes, Distrito Federal, Durango, Guerrero, Quertaro y San Luis Potos.4 Estn divididos de acuerdo con subcategoras: medio bajo, seis estados (Aguasca-

    lientes, Colima, Guerrero, Oaxaca, Quertaro y Sinaloa); medio promedio, tres entida-des (Nayarit, San Luis Potos y Tlaxcala); y medio alto, 12 estados (Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Morelos, Puebla, Quintana Roo, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Zacatecas).

    5 En el nivel alto, aparecen siete estados (Baja California, Coahuila, Guanajuato, Michoacn, Nuevo Len, Veracruz y Yucatn).

    6 Chiapas, Distrito Federal, Jalisco y Estado de Mxico.

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    mento de actividades internacionales sern aquellas que cuenten con mayo-res esquemas de competitividad local y eficiencia en la gestin externa.

    Un actor no estatal que en aos recientes ha jugado un papel crtico en el proceso de desarrollo econmico de todos los pases, sobre todo a raz de la profundizacin de la globalizacin de la economa internacional, es el del inversionista extranjero. En el siguiente captulo de esta seccin, Carlos Alba Vega y Pascal Labaze se abocan precisamente a analizar el papel que ha desempeado la inversin extranjera en nuestra economa, sobre todo la inversin extranjera directa (ied) en contraposicin a la de portafolio. Un segundo propsito del estudio es identificar las regiones o pases de donde proviene la ied y su localizacin sectorial e impacto regional en Mxico. Finalmente, los autores procuran ahondar en el comportamiento de las pequeas y medianas empresas o Pymes de nacionalidad fundamentalmen-te europea.

    Los autores inician su captulo presentando una visin general del pa-pel de la ied en la economa global y en las polticas nacionales de diferen-tes tipos de estados y argumentan que la misma se ha convertido en las ltimas dcadas en una de las principales herramientas para el desarrollo y la insercin de pases emergentes a la economa global, y su atraccin, es hoy uno de los principales objetivos de las polticas pblicas nacionales, regionales y locales de numerosos pases. Destacan cmo Mxico ha logra-do atraer grandes flujos de ied pero aun con ellos el desempeo de la eco-noma mexicana no ha estado a la altura de las expectativas sobre creci-miento, empleo, disminucin de las desigualdades en el ingreso, elevacin del nivel de vida de la poblacin y efectos de arrastre que aqulla tiene so-bre otros aspectos de la actividad econmica.

    Muestran la preeminencia que ha adquirido la inversin estadouniden-se desde la firma del tlcan que equivale a dos tercios del total, frente a montos ms modestos de la Unin Europea y de Japn. Sealan cmo las empresas de origen estadounidense se concentran en la regin norte del pas, mientras que estn muy poco presentes en otras regiones, especial-mente en el sur y sureste. Aaden que el motivo de esta distribucin se deriva de la naturaleza de sus instalaciones industriales, ya que esas empre-sas tienden a ubicarse en las proximidades tanto del mercado estadouni-dense como de sus empresas matrices. Esas inversiones se orientan en buen porcentaje a la industria manufacturera en general, y en la de automviles en particular. Los servicios financieros y el comercio constituyen, despus de la industria, los principales destinos de la inversin norteamericana.

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    Continan su anlisis sealando que la inversin directa europea es la segunda fuente principal de la ied en Mxico, y representa un tercio de los capitales entrantes. Empresas domiciliadas en Espaa y los Pases Bajos son las principales inversionistas seguidas por las de Reino Unido y Alemania. A diferencia de la ied de Estados Unidos, el porcentaje de capitales que destinan los pases europeos a los estados fronterizos es muy bajo. Las transnacionales europeas se concentran en el centro y sur de Mxico en la bsqueda de zonas con una fuerte concentracin de la poblacin, demos-trando que la inversin europea se orienta sobre todo al mercado domsti-co. Las inversiones europeas se encuentran ms dispersas desde un punto de vista sectorial que las norteamericanas, localizndose especialmente en transporte, telecomunicaciones, construccin, hotelera y bancos.

    En tercer lugar de importancia se encuentran los flujos de inversin directa japonesa, empresas que se concentran en una pequea cantidad de actividades, en particular en el sector manufacturero, y dentro de l, en la cadena de actividades automotriz y de partes automotrices, y en la indus-tria electrnica. Esa especializacin influye en su concentracin espacial bsicamente en cinco entidades federativas: Distrito Federal, Aguascalien-tes, Baja California, Chihuahua y Nuevo Len.

    Finalmente, los autores incluyen un estudio del comportamiento de las pequeas y medianas empresas extranjeras, fundamentalmente las de na-cionalidad europea. De acuerdo con los autores, las Pymes europeas insta-ladas en Mxico son de dos tipos, las plurinacionales europeas con estruc-tura familiar y las filiales en Mxico de grandes grupos multinacionales de Europa. Para las Pymes europeas, Mxico ha sido la puerta de entrada de Amrica Latina. Las razones principales para implantarse en Mxico estn relacionadas con el potencial del mercado interno y las oportunidades para exportar desde Mxico a diversos mercados, que se suman a la afinidad cultural y en varios casos la apreciacin del dlar.

    Cierra esta primera parte del libro el captulo de Blanca Torres, en el cual se exploran las actividades de otros actores transnacionales que han aumentado considerablemente sus actividades en relacin con Mxico, y el de algunos actores no estatales mexicanos cuyas actividades trascienden las fronteras del pas. La autora profundiza en la actuacin de los dos tipos de actores transnacionales, seleccionando algunos ejemplos. En la primera parte enfoca la actividad de las organizaciones sindicales y organizaciones no gubernamentales (ong) del exterior especialmente las ambientalistas y las de derechos humanos que buscan defender o promover sus intere-

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    ses, ya sean sectoriales o colectivos, en Mxico y que para ello participan tanto en la arena poltica mexicana como en instancias del exterior. En la segunda parte se concentra en la creciente actividad de grandes empresas mexicanas que se han internacionalizado y en particular en aquellas que no slo llevan a cabo la exportacin de bienes o servicios sino que se han con-vertido en fuertes inversionistas en el exterior.

    La autora enfoca de entrada la actuacin transnacional de organizacio-nes laborales y ong ambientales de Estados Unidos y Canad, sobre todo en relacin con los avances en la institucionalizacin del proceso de inte-gracin econmica en Amrica del Norte y, de manera ms breve, con el intento de creacin del rea de Libre Comercio de las Amricas. Analiza sus objetivos y estrategias, incluyendo la bsqueda de alianzas con organi-zaciones mexicanas afines, antes y despus de la entrada en vigor del tlcan. Trata de identificar la naturaleza, grado y razones de sus logros y fracasos. Presta especial atencin al papel del sindicalismo estadounidense y cana-diense en casos recientes como el del conflicto en el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalrgicos de la Repblica Mexicana y la oposi-cin del Sindicato Mexicano de Electricistas a la reciente extincin del or-ganismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro. Aborda tambin la ac-tuacin de las ong de derechos humanos, que si bien no lograron que el tema de su inters fuera introducido en las negociaciones del tlcan, vieron con simpata cmo s lo fue en las negociaciones del Acuerdo de Asociacin Econmica, Concertacin Poltica y Cooperacin entre Mxico y la Unin Europea, lo que contribuy a crear condiciones para una mayor presin sobre el Estado mexicano en la materia, aunque los logros en trminos de una mejor proteccin de los derechos humanos en Mxico ha estado obs-taculizada por nuevos desarrollos, como la agudizacin de la lucha contra el crimen organizado.

    Por ltimo, la autora aborda el tema de la internacionalizacin de em-presas mexicanas que en los ltimos dos decenios se han sumado a la lla-mada segunda ola de multinacionales de pases en desarrollo o de econo-mas emergentes. Esto es, un creciente nmero de empresas domiciliadas en estos pases no slo tienen un alto volumen de exportaciones sino que llevan a cabo una parte de su produccin o proveen ciertos servicios en el exterior. Con base en una literatura todava limitada, Torres nos habla sobre las razones de esta internacionalizacin y las estrategias seguidas por em-presas mexicanas, algunas de las cuales se han logrado posicionar en los primeros lugares en cuanto a montos de inversin, creacin de empleos y

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    ventas de las multilatinas fuera de las fronteras de sus pases de origen. Menciona brevemente el papel que ha tenido el gobierno de Mxico en esta internacionalizacin. Advierte, como lo han hecho varios estudiosos del tema, sobre la urgencia de investigar ms a fondo sobre los efectos positivos y negativos de esta internacionalizacin para la economa en la que estn situadas, en este caso, la mexicana, sobre la sustentabilidad de ese proceso y sobre las experiencias de otros pases, particularmente algunos asiticos, informacin indispensable para la elaboracin de una poltica estatal ade-cuada ante la creciente internacionalizacin de sus grandes empresas.

    LA CONDuCCIN DE LAS RELACIONES bILATERALES y CON GRuPOS DE PASES

    La segunda seccin del libro que, dijimos, se dedica a estudiar la evolucin de los vnculos de nuestro pas con distintos pases, as como sus relaciones multilaterales, se inicia con el captulo de Patricia Espinosa. Nuestra actual secretaria de Relaciones Exteriores nos presenta de entrada un recuento de los principales cambios econmicos, polticos y sociales que ha experimen-tado nuestro pas a partir de la implantacin del nuevo modelo de creci-miento basado en la promocin de exportaciones que se adopt en la se-gunda mitad de los ochenta y el papel que ha tenido la poltica exterior para consolidarlos. En una segunda seccin y habiendo destacado el nuevo papel que Mxico tiene en el mundo, Espinosa analiza lo que denomina la renovada presencia de Mxico en Amrica Latina y el Caribe, destacando los logros que ha alcanzado nuestra poltica hacia esa regin desde el inicio del presente gobierno.

    En cuanto a los cambios que ha experimentado nuestro pas, Espinosa muestra los avances polticos, en materia de consolidacin y compromiso con la democracia como sistema de gobierno, y en lo econmico, la conver-sin de Mxico en una de las 15 economas ms grandes del mundo, la primera nacin exportadora de Amrica Latina con un comercio anual de ms de 600 000 millones de dlares y un receptor de ied de ms de 20 000 millones de dlares al ao en promedio, lo que nos ubica en el sexto lugar entre los destinos ms atractivos para la inversin en el mundo. Tambin subraya el papel creciente de las inversiones internacionales de las empre-sas mexicanas, las cuales se han multiplicado, alcanzando en 2008 un total de 45 000 millones de dlares, con lo que estamos asegurando una integra-

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    cin ms eficiente y competitiva de la economa mexicana en los mercados internacionales.

    A la par de todos estos cambios, Espinosa destaca la evolucin de la poltica exterior de una diseada para la defensa de los intereses internos a otra que contiene la promocin y defensa de nuestros intereses naciona-les de carcter externo. Muestra cmo en la actualidad Mxico ha asumido responsabilidades de promocin de su efectiva insercin en el mundo, de apoyo a la ampliacin de la vigencia de los valores democrticos y los dere-chos humanos, a favor de la paz y seguridad internacionales, en la lucha contra el cambio climtico y en la construccin de una nueva arquitectura internacional en materia de poltica econmica y financiera (en el G5 y el G20). En suma, Espinosa concluye que Mxico ha decidido participar acti-vamente en las relaciones internacionales contemporneas y lo ha logrado exitosamente, convirtindolo en un actor de peso en el escenario interna-cional, lo cual se ha revelado claramente en Amrica Latina y el Caribe.

    Regin de central importancia para nuestros intereses es la de Amrica del Norte. En ella se concentra 80% de los flujos comerciales que tenemos con el exterior y de ella recibimos anualmente las dos terceras partes de los flujos de inversin, a la vez que se observa una creciente integracin de sus mercados laborales. En 2010, las relaciones econmicas entre los tres pa-ses enfrentan una coyuntura difcil ya que marca el tercer ao de la recesin ms aguda que han experimentado las tres economas desde la dcada de los treinta. Se avizora, adems, una etapa de lenta recuperacin en el corto y mediano plazos de modo tal que no se prev una pronta recuperacin del dinamismo de las corrientes de comercio e inversin que caracterizaron a la regin durante las dos anteriores dcadas y que propiciaron que nos convirtiramos en el segundo socio comercial de Estados Unidos. Ms an, aunque Canad, Estados Unidos y Mxico haban venido manifestando en los ltimos aos la necesidad de mejorar el tlcan para responder ms ade-cuadamente a los problemas de competitividad de la economa regional, hasta el verano de 2010 no se ha presentado ninguna expresin concreta de parte de ninguno de los tres gobiernos acerca de qu aspectos especficos del tlcan podran mejorarse o polticas adicionales que deben adoptarse en los tres pases que puedan ayudar a la recuperacin de la economa de Amrica del Norte.

    Estos asuntos son discutidos en el captulo de Gustavo Vega Cnovas. A fin de ofrecer sugerencias concretas del rumbo posible a tomar en el m-bito econmico por los tres pases, Vega hace de entrada una evaluacin de

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    los resultados del tlcan, a 16 aos de su puesta en vigor, para las tres eco-nomas y en particular para la mexicana. Analiza igualmente los retos y oportunidades que enfrenta Mxico en sus relaciones con sus dos socios y, en especial, con Estados Unidos, planteando la urgencia de elaborar nuevas polticas para resolver los problemas que Mxico y Estados Unidos enfren-tan en los mbitos econmico, social y de seguridad.

    El propsito esencial que se tuvo al negociar un tratado de libre comer-cio con Estados Unidos y Canad fue contribuir al proceso de transforma-cin econmica que llev a cabo el pas con el fin de recuperar el creci-miento econmico como respuesta a la crisis de la dcada de 1980. Esto deba llevarse a cabo mediante la promocin de las exportaciones y atrac-cin del capital extranjero, a partir de la creacin de un clima de negocios ms abierto y seguro, y al propiciar un incremento en la eficiencia y pro-ductividad del sector manufacturero mexicano. As, el tlcan fue elemento importante de una nueva estrategia econmica y un paso poltico sin pre-cedentes.

    En cuanto a los logros y las limitaciones del acuerdo, el autor muestra que el tlcan convirti al pas en un exportador exitoso de productos ma-nufacturados y receptor de una elevada cantidad de inversin extranjera directa. Esto ltimo, ayud a la recuperacin financiera y al crecimiento econmico en la segunda dcada de los aos noventa, y a mantener la esta-bilidad econmica en el pas hasta 2008.

    Sin embargo, el xito comercial y de atraccin de inversiones no se ha traducido en una mayor prosperidad para toda la poblacin y no ha propi-ciado un crecimiento slido de la economa que permita la creacin de empleos bien remunerados. Sin embargo, Vega subraya que lo anterior no se debe al acuerdo comercial, ya que el tlcan ha sido muy exitoso en cuan-to al logro de los objetivos para los que fue suscrito, sino a la desigual ca-pacidad de las distintas regiones para aprovechar las oportunidades y a la falta de productividad y competitividad de sectores importantes de la eco-noma como los servicios de infraestructura y la agricultura.

    Por ltimo, al autor analiza los retos y oportunidades que enfrenta Mxico en sus relaciones con Estados Unidos al iniciarse la segunda dcada del siglo xxi. Ciertos eventos como el 11 de septiembre, el ingreso de China a la Organizacin Mundial del Comercio (omc), la crisis de las hipotecas de alto riesgo y la guerra contra el crimen organizado hacen necesaria una nueva negociacin con Estados Unidos que nos lleve, nos dice Vega, a pro-fundizar la liberacin econmica a la vez que se satisfagan las preocupacio-

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    nes estadounidenses en torno a la seguridad. De acuerdo con el autor, esto se puede lograr con la negociacin de un nuevo modelo de gestin de la frontera, con un acuerdo para eliminar las barreras comerciales externas an presentes en la regin, as como con un convenio de colaboracin ms estrecho en materia de seguridad. Finalmente, es necesario un acuerdo mi-gratorio que abarque un programa ms amplio de trabajadores temporales migrantes mexicanos as como la legalizacin de los trabajadores inmigran-tes que residen permanentemente en Estados Unidos.

    Los dos captulos siguientes se abocan al anlisis de las relaciones de Mxico con Europa. En el primero de ellos, Francisco Gil Villegas subraya que para entender adecuadamente las relaciones que Mxico ha mantenido con Europa hay que tener en cuenta que las relaciones internacionales en-tre pases no se limitan a las relaciones comerciales y econmicas. Ms an, que stas no se sustentan de manera autnoma y que, en ciertos casos, las relaciones culturales, diplomticas y polticas pueden ser mucho ms im-portantes, valiosas y funcionales precisamente porque tienen la misin de servir de marco estructural para promover y mejorar las relaciones que se basan en meros intereses materiales. Gil Villegas nos recuerda que este tipo de vnculos allanaron el camino a la cordialidad entre Mxico y las potencias europeas despus de haber tenido diversas situaciones conflicti-vas con ellas en el pasado.

    El autor del captulo no desdea, por supuesto, la importancia de los lazos econmicos y polticos de nuestro pas con los europeos en la segun-da parte del siglo xx y hasta la actualidad y, de hecho, inicia el mismo con un breve anlisis de este tipo de vinculaciones, resaltando el salto cualita-tivo que implica la firma y ratificacin del Acuerdo de Asociacin Econ-mica, Concertacin Poltica y Cooperacin entre Mxico y la Unin Euro-pea. Profundiza en las razones que impulsaron al gobierno mexicano a un acuerdo de este tipo, la preferencia de nuestro pas por un trato singulari-zado, el proceso de negociacin de los tres acuerdos que lo constituyen, el esquema institucional mexicano en que se apoyaron las negociaciones y las directivas de accin que se desprenden del Acuerdo Global. Sin desco-nocer que se mantienen fuertes obstculos para aprovechar plenamente las oportunidades que el acuerdo ofrece, sobre todo en materia de comer-cio e inversiones, sostiene que no debemos olvidar esta alternativa en nuestros esfuerzos por reducir la dependencia econmica del mercado es-tadounidense, alternativa que ha sido, y hasta hoy da se muestra, como la ms promisoria.

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    Gil Villegas aborda luego la dimensin cultural de la vinculacin de Europa con el continente americano, recordando que para gran parte de ste se trata de una vinculacin pentacentenaria en cuanto a idioma y valores culturales y, por lo menos, bicentenaria en coincidencias polticas, liberales, democrticas y autoritarias. Se adentra luego en lo que cultural-mente ha representado Europa para Mxico en el ltimo siglo, pasando de la contribucin de los republicanos espaoles a Mxico en muchos mbitos de la cultura republicanos que a su vez se enriquecieron en su encuentro con intelectuales mexicanos a las aportaciones de pensadores y artistas de varios rincones del continente europeo. Subraya, adems, la manera en que en los casos especficos de las relaciones con Austria y Alemania se pas de situaciones conflictivas a relaciones mucho ms cordiales precisa-mente por los vnculos culturales, polticos y diplomticos, ms que econ-micos o comerciales. La orientacin de la poltica exterior de Mxico en el siglo xx de acuerdo con los principios de no intervencin y autodetermina-cin de los pueblos contribuyeron a mejorar notablemente las relaciones culturales y diplomticas con Europa durante el siglo xx, sobre todo si se comparan con las que se tuvieron en el siglo xix, donde predominaron pretensiones intervencionistas de algunas de las grandes potencias euro-peas como Espaa, Francia, Inglaterra y Austria. Gil Villegas considera ade-ms que si se recuperan los principios tradicionales de la poltica exterior mexicana a partir del ao 2012, las relaciones con Europa sern mucho mejores de lo que lo han sido durante la primera dcada del siglo xxi, pues en este periodo no se aprovecharon adecuadamente todas las ventajas y beneficios que ofrece el Acuerdo Global firmado y ratificado con la Unin Europea desde julio de 2000.

    rika Ruiz Sandoval coincide con Gil Villegas al considerar que el Acuerdo Global significa sin duda el inicio de una nueva etapa de las rela-ciones mexicano-europeas. Este acuerdo, con sus tres pilares: poltico, con la institucionalizacin del dilogo poltico en el ms alto nivel; econmico, con el establecimiento de un rea de libre comercio de bienes y servicios, y de cooperacin, con la definicin de metas que pudieran permitir a Mxico sobreponerse a sus rezagos y limitaciones en reas como la cohesin social o la competitividad de sus pequeas y medianas empresas, aunque distinto en su estructura y objetivos del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte, naci a su sombra y ser permanentemente comparado con l. Su misma negociacin, nos dice, en buena medida se produjo porque el acuer-do con Estados Unidos y Canad amenazaba la posicin de la Unin Euro-

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    pea (UE) no slo en trminos comerciales, sino tambin en trminos de su capacidad de interlocucin con uno de los principales pases de Amrica Latina, en momentos en que Europa se planteaba su papel como actor glo-bal 10 aos despus del fin de la Guerra Fra.

    Sin embargo, despus de explorar la relacin Mxico-UE, a partir de la entrada en vigor del Acuerdo Global, as como la reciente creacin de la Asociacin Estratgica Mxico-UE, concluye que el anlisis de la relacin Mxico-UE durante los ltimos 10 aos no revela grandes cambios ni avan-ces sustantivos en la misma. Por un lado, nos dice, esto tiene que ver con que la institucionalizacin de la relacin Mxico-UE es una condicin ne-cesaria pero no suficiente para que estos vnculos se produzcan, maduren y crezcan. As, aunque la relacin Mxico-UE es quiz una de las ms ins-titucionalizadas, esta institucionalizacin ha hecho poca diferencia en los vnculos que uno y otro socio mantienen entre s y en el marco ms amplio de sus contactos con el exterior.

    Ruiz Sandoval reconoce que la ltima dcada ha trado grandes cam-bios para ambos socios. Si bien las cifras agregadas tanto de Mxico como de la UE revelan que son o podran ser actores de peso en el escenario internacional, lo cierto es que ambos se encuentran en pleno proceso de redefinicin sobre su lugar en el mundo y sobre el tipo de papel internacio-nal que quieren y pueden desempear, toda vez que el sistema inter-nacional est en plena transformacin, caracterizada por la aparicin de nuevos jugadores se trate de potencias emergentes como China o Brasil o de actores no estatales en sus mltiples encarnaciones, el declive o cambio de estrategia de Estados Unidos y el cuestionamiento de consensos y dogmas que dominaron la dcada de los noventa y cuyas consecuencias polticas, econmicas y sociales empiezan a poder cuantificarse.

    En este nuevo escenario, Ruiz Sandoval subraya que es importante pen-sar qu tipo de relacin pueden tener Mxico y la UE en el futuro cercano, ms all de las instituciones e instrumentos existentes. Existe un verdadero potencial que an no se ha explotado o la realidad es que no hay mucho ms que hacer? La relacin tiene una importancia intrnseca o es una herra-mienta para conseguir otros fines? Saben uno y otro socios quin es real-mente su socio? En resumen, propone hacer un ejercicio de prospectiva para identificar qu opciones le quedan a esta relacin en el futuro cercano.

    En la actualidad es motivo de amplia discusin el creciente papel que tiene Asia en el escenario internacional, tema que es abordado por Jorge Lozoya. Este autor nos presenta una visin esclarecedora, tanto econmica

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    como poltica, de la regin, subrayando avances y problemas, con el fin de mostrar las oportunidades econmicas que tendra Amrica Latina en gene-ral, y Mxico en particular si acrecentaran sus lazos con la regin. El autor argumenta que Amrica Latina tiene que responder de manera creativa al nuevo poder de Asia, y no permanecer al margen de los cambios en la eco-noma mundial.

    De entrada, Lozoya subraya que China es hoy la segunda economa del mundo, generando 13% del crecimiento econmico mundial y, una vez que ingres a la Organizacin Mundial de Comercio, el volumen de sus exportaciones ha crecido a una tasa anual de 26%. No obstante, aade, este crecimiento ha enfrentado y enfrenta grandes dificultades debido al cons-tante recurso a los estmulos fiscales para sostener la expansin de la eco-noma, el altsimo gasto en infraestructura, y la crisis de la seguridad social. Tambin son retos importantes para el gobierno la desigualdad en el ingre-so, la pobreza en el campo, la corrupcin, el deterioro ecolgico y el des-contento de las organizaciones sindicales con respecto a los bajos salarios.

    Por su parte, India ha expandido su economa a un ritmo de 6% anual en las ltimas dos dcadas y ha aprovechado enormemente el gran poten-cial del outsourcing por el crecimiento exponencial de su industria de la informacin. Sin embargo, la carencia de infraestructura en el pas es alar-mante. Adems, el gobierno nacional en India es sumamente dbil y el enlace primordial entre comercio y desarrollo, que es un eje estratgico fundamental de China, est casi ausente. Con todo, India es una democra-cia que debe mucho a la herencia britnica y adems es una economa enorme que Latinoamrica en general y nuestro pas en particular podran aprovechar.

    En cuanto a Japn, su gran riqueza industrial enfrenta serios desafos, que derivan de la crisis econmica que se produjo a partir de los aos no-venta. Hoy da el envejecimiento de la poblacin es uno de los retos ms importantes. En 2010, por cada pensionado habr solamente 2.5 trabaja-dores en la produccin. Segn datos de la onu, con el fin de contrarrestar esto ltimo, Japn necesita atraer 600 000 inmigrantes al ao. Adems se enfrenta a una situacin difcil con respecto al relevo en el liderazgo parti-dista, condicionado por arreglos de conveniencia entre facciones tradicio-nales, lo que ha puesto en crisis al sistema de partidos. Por ltimo, Lozoya subraya el dilema japons con respecto a mantenerse en el esquema estado-unidense de seguridad regional o reacomodarse ante el resurgimiento de China como potencia y, por tanto, armarse.

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    A pesar de esos problemas, Japn tuvo un papel protagnico en la reactivacin de las economas de Corea del Sur, Taiwn, Malasia, Indone-sia, Tailandia y otros pases del sudeste asitico. Adems, el surgimiento del Foro de Cooperacin Econmica Asia-Pacfico (apec) y de la Asocia-cin de Naciones del Sudeste Asitico (ansea), estuvo vinculado a las per-cepciones japonesas estratgicas. Despus de cuatro dcadas de su concer-tacin, est previsto que para 2015 se habr establecido la Comunidad Econmica de la asean. Para entonces, el producto nacional de los pases de la subregin puede ser equivalente al de la Unin Europea y su comer-cio mayor que el que lleva a cabo el tlcan. Sin embargo, para lograrlo los pases deben acelerar sus reformas estructurales orientadas a mejorar la productividad, mejorar el clima para la inversin extranjera, y dedicar ms recursos a la formacin de capital humano. El autor finaliza argumentando que la reunificacin de Corea es indispensable para la estabilidad de la re-gin, as como lo es tambin definir el estatus de Taiwn.

    El autor concluye que Mxico podra tomar el liderazgo y tener una mayor presencia en Asia, aprovechando que el pas tiene una poltica exterior prestigiosa en la zona, y aprovechar lo mejor posible los nuevos aconteci-mientos de la regin. Ejemplo de ello sera atraer el turismo asitico que cada da crece ms, y considerar Asia-Pacfico como campo para que los mexica-nos emprendan joint ventures financieras y comerciales. Por ltimo, subraya que es importante aprovechar que Asia-Pacfico percibe claramente el valor geopoltico de Mxico como vecino de la potencia ms grande del mundo.

    Miguel Ruiz Cabaas, por su parte, ahonda en las relaciones entre Mxico y Japn. Nos recuerda que en 2009, se conmemoraron 400 aos de vnculos entre Japn y Nueva Espaa, luego Mxico. De entrada, el autor identifica cinco etapas en esas relaciones para luego profundizar en las dos ltimas. La primera etapa, nos dice, cubre las ltimas dcadas del siglo xvi y primeras del xvii. De acuerdo con el autor el primer contacto se llev a cabo en un episodio histrico: el naufragio del galen San Francisco en 1609 frente a las costas japonesas y la ayuda que sus tripulantes recibieron de la poblacin de Iawawada, salvando la vida a 317 de ellos.

    La segunda comienza con la visita del astrnomo mexicano Francisco Daz Covarrubias a Japn, en 1874, que abre el camino para el estableci-miento formal de relaciones diplomticas en 1888, y termina con el estalli-do de la Revolucin mexicana. En ese periodo se establecieron formalmen-te las relaciones, por medio del primer tratado en trmino de igualdad que Japn logr firmar con otra nacin, y que sera un apoyo fundamental en

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    su estrategia de renegociacin de los tratados desiguales. La tercera etapa, que se enmarca en el paulatino enfrentamiento entre Japn y Estados Uni-dos, se inicia al comenzar la Revolucin mexicana y finaliza con la ruptura de relaciones diplomticas el 11 de diciembre de 1941, justo despus del ataque a Pearl Harbor. Durante esta etapa la relacin fue distante, por la creciente desconfianza mexicana hacia el pas de Oriente debido a su ex-pansionismo y militarismo.

    Pocos aos despus de finalizar la segunda Guerra Mundial se reesta-blecieron los vnculos diplomticos (1952) y se inici la cuarta etapa. La prioridad de ambos pases en los siguientes aos fue fortalecer sus inter-cambios econmicos, registrndose un salto cualitativo en la relacin a fines de los setenta, cuando Mxico se convirti en un importante exportador de petrleo a Japn. Ante la firma del tlcan, se registr un replanteamiento en la relacin, y Japn, para preservar sus intereses en Amrica del Norte, ex-pres pocos aos despus su intencin de llegar a un acuerdo de libre co-mercio con Mxico. Por su parte, este ltimo vio en ese tratado la posibili-dad de aumentar significativamente las inversiones de empresas japonesas en el pas. As se dio paso a la quinta etapa, con la firma de una Asociacin Estratgica en 2003, que abri un creciente dilogo poltico y la firma de una Asociacin Estratgica Global en febrero de 2010.

    El acuerdo ha servido para atraer inversiones japonesas, aunque hasta ahora Mxico no se ha convertido en uno de los principales receptores de inversiones de ese pas en el mundo. En cambio, s es hoy uno de los prin-cipales socios comerciales de Japn en Amrica Latina y este pas es el principal mercado para las exportaciones mexicanas hacia Asia. El comer-cio bilateral se ha incrementado en alrededor de 45% desde 2004, con un dficit comercial para Mxico cercano a los 13 000 millones de dlares en 2008. En cuanto a la inversin japonesa, en 2004 fue de 686 millones de dlares y en 2008 alcanz 929 millones, es decir, tuvo un incremento de 48 por ciento.

    El autor concluye que todava queda mucho por explotar en las rela-ciones bilaterales, y Mxico podra beneficiarse de un mejor conocimiento de Japn que involucre no slo a los gobiernos, sino tambin al sector pri-vado y a los medios cientficos, culturales y acadmicos.

    En el siguiente captulo, Romer Cornejo explora las relaciones entre Mxico y China, que segn este especialista han sido circunstanciales. En un principio se intensificaron por los movimientos de poblacin y el racis-mo antichino en Mxico, luego fueron condicionadas por la inestabilidad

  • INTRODUCCIN GENERAL 37

    poltica en ambas naciones, despus estuvieron sujetas a las circunstancias de la Guerra Fra, y ltimamente estn basadas en las polticas de apertura econmica de ambos pases.

    Las relaciones de China y lo que hoy es Mxico, nos dice, datan desde los tiempos precolombinos. Hubo tambin contactos entre el Imperio chi-no y Nueva Espaa. Una vez iniciada la Independencia de Mxico, llegaron algunos emigrantes chinos, expulsados por la crisis poltica y econmica china. El establecimiento de estos sbditos llev a que el imperio chino tratara de relacionarse con el gobierno mexicano para su proteccin. Las negociaciones para el establecimiento de relaciones diplomticas se inicia-ron en 1881, sin embargo, se vieron entorpecidas por las circunstancias polticas y las guerras internacionales en China. Finalmente, el 14 de di-ciembre en 1899 se firm en Wash ing ton el Tratado de Amistad, Comercio y Navegacin entre China y Mxico. Este primer tratado sino-mexicano estuvo motivado por el inters de nuestro pas de llevar a cabo comercio directo con el imperio y por el inters de este ltimo de proteger a sus sb-ditos en Mxico.

    Desde principios del siglo xx Mxico busc derogar el tratado de 1899 como una manera de impedir la migracin, y la contraparte china se neg a su revisin. En septiembre de 1921 por fin se lleg a un convenio para la modificacin del tratado. En 1929 Mxico garantiz a China el no reclamo sobre la extraterritorialidad. Con el triunfo del Partido Comunista en la guerra civil y la fundacin de la Repblica Popular de China en 1949 se inici un nuevo periodo de relaciones entre Mxico y el pas asitico en donde stas estuvieron por 23 aos condicionadas por los vaivenes de la Guerra Fra. El gobierno de Mxico, aduciendo principios de la comunidad internacional, le neg el reconocimiento oficial a Beijing y se lo concedi al gobierno de Taiwn. Sin embargo, pese a la insistencia de Taipei por estre-char relaciones con Mxico, el gobierno nunca estableci una sede diplo-mtica en la isla; las relaciones eran manejadas desde la Embajada mexica-na en Tokio. Finalmente, ante la insistencia de Taiwn, en 1964 se firm un convenio comercial entre ambas partes que no tuvo consecuencias en la relacin bilateral.

    Mientras tanto, subraya Cornejo, durante esos aos Beijing llev a cabo una intensa campaa diplomtica en el mundo en busca de reconocimien-to mediante la llamada diplomacia cultural. Los pequeos contactos cultu-rales y comerciales que tuvieron el gobierno de Beijing con el mexicano molestaron al gobierno de Taiwn as como a Estados Unidos, que expresa-

  • 38 RELACIONES INTERNACIONALES

    ron su disgusto. Finalmente, el acercamiento entre China y Estados Unidos y la readmisin del primero en la onu y en el Consejo de Seguridad en 1971 fueron el preludio para que Mxico cambiara su reconocimiento ofi-cial de Taipei a Beijing en 1972. Esto coincidi con el cambio en la poltica exterior de Mxico en el gobierno de Luis Echeverra, quien le imprimi a la poltica exterior un fuerte acento en el nacionalismo, incluyendo la bs-queda de relaciones y alianzas con pases lesionados en su soberana, pre-sentados como vctimas de potencias hegemnicas.

    A partir de la apertura de relaciones diplomticas, el flujo comercial aument, con una balanza comercial notablemente favorable para Mxico. En esos mismos aos, nos recuerda Cornejo, China inici una profunda reforma en la economa como salida a los grandes problemas del pas, la cual se anunci a fines de 1978. Durante los 14 aos siguientes el pas llev a cabo transformaciones muy profundas en su economa.

    Al iniciarse los noventa, ambos pases estaban embarcados en reformas econmicas que este autor considera en esencia muy parecidas. El capital internacional respondi con una ola de inversiones masivas en China y el producto interno bruto de ese pas comenz a crecer a tasas superiores a 10%. Ambos pases coincidieron en considerar a Estados Unidos su prioridad fundamental como fuente de capitales, tecnologa y mercado para sus pro-ductos. Sin embargo, a diferencia de Mxico, China puso adems una gran atencin en la diversificacin de sus mercados y fuentes de abastecimiento.

    Al comenzar el siglo xxi las relaciones entre los dos pases han estado influidas por el cambio en el partido de gobierno en Mxico y por el ingre-so de China a la omc. En 2003 China desplaz a Mxico como el segundo en las importaciones de Estados Unidos. La relacin diplomtica se ha es-trechado, prueba de ello es el establecimiento del grupo bilateral de alto nivel en 2005, y en 2006, la inauguracin del Consulado de Carrera de Mxico en Guangzhou, una de las regiones comerciales ms importantes de China. La relacin econmica ha sido cada vez ms estrecha con un signi-ficativo crecimiento de las exportaciones chinas a Mxico.

    mxICO EN EL mbITO muLTILATERAL

    Los autores que participan en este apartado abordan algunos de los grandes temas de discusin en los organismos internacionales tanto de ndole pol-tica como econmica, formales e informales.

  • INTRODUCCIN GENERAL 39

    Olga Pellicer aprovecha la participacin de Mxico en el Consejo de Seguridad, como miembro no permanente, durante el periodo 2009-2010 para reflexionar sobre los problemas que enfrenta este rgano esencial de las Naciones Unidas y el papel que puede y debe jugar Mxico en su rees-tructuracin. La autora divide su artculo en tres partes. La primera aborda el tema de la importancia y debilitamiento del Consejo de Seguridad, ya que una serie de circunstancias cuestionan el alcance de su actuacin para hacer frente a los conflictos que amenazan la paz y la seguridad internacio-nales. Subraya que la amplia gama de conflictos que se encuentran en la agenda del consejo rebasan sus capacidades. Por ltimo, analiza las posibi-lidades y lmites que tiene la diplomacia mexicana de desempearse pres-tigiosamente y el papel que debe asumir en el Consejo de Seguridad en el periodo 2009-2011.

    Durante muchos aos, nos recuerda Pellicer, el consejo estuvo parali-zado por el veto que interponan con frecuencia la antigua Unin Sovitica y Estados Unidos. Una vez finalizada la Guerra Fra, se abri la puerta a una nueva etapa de activismo en ese rgano. Se encontraron vas de solucin a viejos conflictos en Asia, frica y Amrica Latina. Sin embargo, el activismo que tuvo durante los noventa se vio interrumpido en el siglo xxi cuando el presidente Bush invadi Iraq sin la autorizacin del consejo. Se empez a cuestionar tambin el incumplimiento de sus resoluciones, la ineficacia de su trabajo en la aplicacin de sanciones, los escndalos de corrupcin y la pluralidad de acciones encabezadas por grupos regionales. Esto ltimo provoc pesimismo con respecto a la relevancia del consejo. Al contrario de lo que se esperaba, las potencias medias y emergentes hicieron un llama-do urgente a favor de la accin de Naciones Unidas. Esta demanda estuvo acompaada de una peticin de reformar el Consejo de Seguridad a fin de dar mayor ms transparencia a sus trabajos y que ese rgano reflejara mejor la realidad del poder internacional del siglo xxi. Esto llev al tema de la ampliacin del nmero de miembros permanentes y no permanentes an no resuelto.

    A decir de Olga Pellicer, Mxico tiene varias ventajas y desventajas como miembro no permanente del Consejo de Seguridad en el periodo 2009-2010, algunas de las cuales pueden extenderse a participaciones del pas en el futuro cercano. Dentro de sus ventajas se encuentra que cont con el apoyo de todo el grupo de Amrica Latina y el Caribe para su eleccin. Se dio la reconciliacin con la izquierda radical en Amrica Latina, y la Canci-llera mexicana cuenta con profesionales destacados del servicio exterior.

  • 40 RELACIONES INTERNACIONALES

    Dentro de las desventajas se encuentra el que Mxico no participa en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz, asunto que constituye un por-centaje alto de los trabajos del consejo. Pases como Brasil y Argentina tie-nen mayores conocimientos sobre el tema. Otra desventaja es la poca fami-liaridad con frica, regin en la que Mxico tiene muy pocas embajadas. Una tercera desventaja es la poca precisin respecto a la cercana y enten-dimiento que tiene Mxico con otros miembros del consejo. Por ejemplo, en encuentros presidenciales, Mxico no hace de los problemas tratados en el consejo asuntos prioritarios de su poltica exterior. Finalmente, es una desventaja el hecho de que para Mxico la pertenencia al Consejo de Segu-ridad no forma parte de un diseo ms amplio de poltica exterior destina-do a conquistar presencia y espacio en la poltica internacional.

    La autora concluye diciendo que en la onu se tiene una buena impre-sin del desempeo de Mxico en el Consejo de Seguridad en el periodo 2009-2010. Pese a que ello es un signo positivo no es suficiente para con-solidar a Mxico como un actor destacado de la poltica internacional o para despertar el entusiasmo de la opinin pblica en torno a la poltica exterior. Ante toda la gama de temas, es importante, segn la autora, prio-rizar conflictos que puedan ser de mayor inters para Mxico, llegar a una solucin adecuada, y llevar a cabo una poltica de acercamiento a otros es-tados miembros que coincidan con las prioridades mexicanas. Por tanto se requiere de un proyecto integral para consolidar a Mxico como una poten-cia media del siglo xxi y una poltica de comunicacin que transmita aden-tro y fuera del pas la voluntad de ocupar ese sitio.

    El captulo de Lourdes Aranda Bezaury y Berenice Daz ofrece una re-visin crtica de los cambios que se estn gestando en la arquitectura inter-nacional, puestos de relieve por la institucionalizacin del Grupo de los 20 (G20) como principal foro para la concertacin econmica. Las autoras inician el captulo examinando la evolucin de tres vertientes destacadas de la concertacin informal actual: el dilogo G8-G5; el G20 a nivel de lderes, as como las diversas plataformas de concertacin que se perfilan entre las potencias emergentes.

    Por muchos aos el G7, convertido despus del fin de la Guerra Fra en G8, con la inclusin de Rusia, fue el grupo de concertacin informal ms influyente en la escena global. Sin embargo, la exclusin de los pases en desarrollo le ha imbuido de una creciente falta de legitimidad y de efec-tividad. Aunque el G8 inici hace algunos aos un proceso de dilogo am-pliado con el G5, grupo integrado por Brasil, China, India, Mxico y Sud-

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    frica, este mecanismo no integra a los pases del grupo como miembros de pleno derecho. Ello propici el surgimiento del G20 como un mecanismo ms amplio e incluyente.

    La consolidacin del G20, nos dicen Aranda Bezauri y Daz, refleja una mayor multipolaridad, pues los pases del G8 han perdido espacio a favor de las potencias emergentes. El reto que ahora enfrenta el G20 es volverse un foro que represente efectivamente los intereses de todos sus miembros y que establezca una vinculacin positiva con los pases no miembros y con las organizaciones internacionales.

    El surgimiento del G20 es tambin, subrayan estas autoras, muestra paradigmtica del reciente auge de la concertacin informal como un me-dio para impulsar la cooperacin y enfrentar retos comunes ante las defi-ciencias y, en ocasiones, la parlisis de las instituciones internacionales for-males. Un hecho que ilustra este nimo es la creacin paralela de diversos mecanismos de concertacin informal entre las potencias emergentes para impulsar prioridades comunes por medio de la coordinacin y la unidad.

    Las autoras concluyen reflexionando sobre el papel que Mxico ha des-empeado en la redefinicin de la arquitectura internacional. La poltica exterior mexicana, nos dicen, ha buscado posicionar a Mxico como un actor responsable y capaz de influir en los procesos de toma de decisiones internacionales. La participacin activa en foros como el G20 y el G5 brin-da amplias oportunidades para nuestro pas en este contexto.

    Cierra este libro el captulo de Luz Mara de la Mora en el cual se pro-cura explicar la importancia que ha tenido para Mxico la membresa y pertenencia al rgimen internacional de comercio va el gatt y la omc, as como su capacidad de influir en el desarrollo de las reglas del sistema para responder a sus intereses de poltica nacional y orientacin de su modelo econmico.

    Actualmente el comercio de Mxico representa alrededor de 55% de su pib y es el primer exportador en Amrica Latina con 33% de las exportacio-nes que la regin realiza. Asimismo, desde su ingreso al gatt, la composi-cin de las exportaciones mexicanas se transform de manera sustantiva. Mientras que a principios de los aos ochenta 70% del valor de las expor-taciones se derivaba del petrleo, 25 aos despus son las exportaciones manufactureras las que representan alrededor de 80%. En lo que toca a sus importaciones, Mxico ha diversificado sus fuentes de abasto, en gran par-te a favor de Asia, y hoy menos de la mitad de sus importaciones viene de Estados Unidos a diferencia de los aos ochenta cuando representaban al-

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    rededor de 70%. Asimismo la creacin de empleos formales en Mxico ha estado estrechamente vinculada al comercio internacional.

    En cuanto a la participacin de Mxico en la Ronda Uruguay y en la Ronda Doha, en la primera, nos dice De la Mora, el papel de Mxico fue mucho ms activo, protagnico y de mayor perfil. Mxico sali de la Ronda Uruguay con un amplio reconocimiento internacional por sus contribucio-nes pero tambin como un pas en desarrollo lder decidido a llevar a cabo a fondo la apertura de su economa y una liberalizacin comercial por la va multilateral y bilateral para apuntalar su desarrollo econmico. En cambio, su participacin en la Ronda Doha ha sido de ms bajo perfil, y su actuacin ha sido ms tmida. Eso se puede atribuir en primer lugar a los numerosos tratados de libre comercio que Mxico ha firmado, que permiten que 90% de sus exportaciones cuenten ya con acceso preferencial a los mercados de los pases con los que se han suscrito. Segundo, la Ronda Uruguay se com-plet con 123 miembros en tanto que hoy la omc cuenta con 153 miembros, entre los cuales estn pases como China con un gran peso en el proceso de toma de decisiones. Tercero, a partir de 2000, los gobiernos del pan han sido ms reservados con respecto a los beneficios que puede aportar una mayor liberalizacin comercial al desarrollo nacional.

    Sin embargo, la autora argumenta que Mxico debe tener una presen-cia constante y propositiva en la omc y en la Ronda de Doha a fin de asegu-rarse el fortalecimiento de un orden de comercio mundial que sea propicio para sus propios intereses. En la coyuntura actual se requerir de una gran voluntad poltica de los 153 miembros, de los cuales dos terceras partes son pases en desarrollo, para llegar a una conclusin exitosa de la Ronda de Doha en el corto plazo; los riesgos de no lograrla para Mxico son en-frentar un sistema debilitado, un posible surgimiento del proteccionismo y una proliferacin de litigios comerciales.

    blanca torres y gustavo vega cnovas

  • primera parteTEMAS Y ACTORES

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    1LA DESvANECIDA RuTA DE LA AmbICIN NACIONAL.

    LA TENSIN HISTRICA ENTRE EL PROyECTO NACIONAL mExICANOy Su ENTORNO INTERNACIONAL

    Lorenzo Meyer*

    CONTENIDO

    Un punto de partida 46Definicin 46Nacionalismo y globalidad 47Problema central 50La evolucin del proyecto nacional mexicano 51Un proyecto nacional evanescente 54A la bsqueda del proyecto nacional para el siglo xxi 56Las posibilidades del futuro 57Hacia dnde queremos ir? 60Referencias 61

    * Profesor-investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de Mxico: .

  • 46 RELACIONES INTERNACIONALES

    uN PuNTO DE PARTIDA

    Un pas cuyas lites dirigentes no sean capaces de formular un gran pro-yecto colectivo de cara al futuro, aceptado como legtimo por la mayora de sus ciudadanos y que sirva de elemento gua en la toma de las grandes decisiones polticas, corre el peligro de convertirse en una comunidad sin derrotero y, con el correr del tiempo, en derrotada desde adentro. Obvia-mente, la formulacin de esa aspiracin el proyecto nacional y el acuerdo en lo fundamental que implica no son garanta de xito, en cam-bio su ausencia s es un claro indicador de problemas de fondo respecto del porqu y para qu de una nacin. En el Mxico actual, que celebra el bicentenario y el centenario de dos grandes proyectos nacionales el de 1810 y el de 1910 se nota ya la ausencia de uno similar, adecuado al siglo xxi. El nuevo proyecto es indispensable para hacer frente a los mu-chos problemas acumulados algunos durante siglos y los que estn emergiendo en el contexto de la globalizacin del mundo postestadouni-dense de este siglo.1

    DEFINICIN

    Como la mayora de los conceptos empleados por el anlisis poltico, el de proyecto nacional es ambiguo y finalmente su definicin est sujeta al con-texto en el que se le use. Para los propsitos de este ensayo, el proyecto nacional es la gran propuesta de futuro colectivo elaborada por un grupo, partido poltico o coalicin y a la que sus proponentes atribuyen posibili-dades razonables de xito si logra el respaldo del resto de los actores pol-ticos clave y, sobre todo, de la voluntad ciudadana. Esta propuesta implica necesariamente plantear una interpretacin del pasado, un diagnstico del presente y una visin del futuro, as como los medios y las frmulas para lograr que el ejercicio del poder poltico se enfoque en dar respuesta a los grandes problemas nacionales de su poca. En este sentido, un proyecto nacional es la medida de la ambicin de futuro de un pas.

    1 El concepto de mundo postestadounidense aplicado al sistema internacional contemporneo lo defini Fareed Zakaria en The Post American World (2008). La idea central es que la Pax Americana concluy. No es, segn el autor, el declinar de Estados Unidos sino el surgimiento de otros, de nuevas ambiciones en naciones que tienen la posibilidad de definir sus propios proyectos sin subordinarse al estadounidense.

  • EL PROYECTO NACIONAL MEXICANO Y SU ENTORNO INTERNACIONAL 47

    Todo diseo del porvenir general implica una concepcin de la natu-raleza humana y de la sociedad; es ah donde se localiza la raz de las dife-rencias entre proyectos de izquierda, derecha y centro. Por otra parte, un proyecto nacional digno de tal nombre contiene, aunque no de manera explcita, una cierta dosis de pensamiento utpico, aunque no puede ale-jarse mucho del reino de lo posible so pena de perder su utilidad como instrumento poltico.

    Es tan natural como inevitable que en cada poca convivan y choquen dos o ms propuestas sobre cmo organizar el presente para dar forma al porvenir; de ah que en cualquier periodo histrico la textura de su proceso poltico puede interpretarse justamente como resultado de la puesta en prctica de un proyecto o del conflicto entre alternativas de proyecto. En cualquier caso, estos procesos transcurren en dos planos: a] en el de la lu-cha por lograr o mantener el control de los instrumentos de poder y b] en el esfuerzo por conquistar y retener la imaginacin de la base social como sustento de la legitimidad del proyecto.

    Toda propuesta nacional de porvenir es una construccin ideolgica que suele tener su origen en las lites intelectuales, que es adoptada por una dirigencia poltica para luego ser popularizada a fin de que sus ideas bsicas penetren en sectores sociales ms amplios. Esta tarea de amplia-cin y penetracin es un esfuerzo tanto terico como prctico de diri-gentes y partidarios. La liga entre una propuesta de futuro y una clase o grupo social puede resultar evidente en lo abstracto, pero en la prctica lo normal es la complejidad: un proyecto de nacin exitoso suele ser el resultado de negociaciones, alianzas, conflictos y contradicciones entre individuos, grupos, regiones, intereses, clases y naciones. En tanto que los estados nacionales son los actores centrales del sistema internacio-nal, cualquier proyecto que adopten implica una visin y una posicin frente al resto de la comunidad mundial. As pues, un componente me-dular del proyecto nacional a veces el principal es su propuesta en torno a la relacin que el pas debe tener con el resto de los actores in-ternacionales.

    NACIONALISmO y GLObALIDAD

    Las dos guerras mundiales del siglo xx se convirtieron en otros tantos argu-mentos contundentes en contra del nacionalismo, definido por el famoso

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    doctor Johnson como ese ltimo refugio de un sinvergenza.2 Sin embar-go, el nacionalismo es un concepto muy elusivo y una realidad plurivalen-te. En numerosas ocasiones efectivamente el concepto ha servido de ms-cara ideolgica para capturar el poder, neutralizar a los adversarios, aplastar a los crticos y disidentes, sojuzgar a las minoras y avasallar a otras nacio-nes. Sin embargo, el nacionalismo tambin ha probado ser una fuerza libe-radora, un elemento unificador que permite la creacin de identidades con instituciones soberanas la comunidad poltica imaginada, en trminos de Benedict Anderson (1983: 15) y que por eso abre la posibilidad de autonoma o autodeterminacin de una colectividad antes sin voluntad poltica propia.

    El nacionalismo moderno surgi al final del siglo xviii, pero como re-sultado de sus excesos en el siglo xx y tras el fin de la Guerra Fra en la dcada de 1980, se abri la posibilidad de que las visiones nacionalistas cedieran su lugar como elemento definitorio de los objetivos de un Estado nacional a fuerzas econmicas y culturales supranacionales, autnticamen-te globales, supuestamente menos agresivas y ms a tono con la posmo-