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XIV Congreso Internacional de la Academia de Ciencias Administrativas (ACACIA)
Título de la ponencia: Democracia y corrupción en México. Caso Sinaloa
Capítulo: Administración Pública
Ponentes: MC Jesús Enrique Sánchez Zazueta/Dra Rosalinda Gámez Gastélum
Institución de adscripción: Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, prolongación Josefa Ortiz de Domínguez s/n, polígono sur de Ciudad Universitaria, Culiacán, Sinaloa, Tel. 6677 12 79 37, ext. 25
Correo electrónico: [email protected],
Tel. 6677 23 24 77 (casa)
6672 10 92 23
Monterrey, abril de 2010
2
Democracia y corrupción en México. Caso Sinaloa
Resúmen
Con la llegada de la democracia a México se tenía la esperanza de que las
corruptelas disminuyeran, empero, esto no parece ser así. Los estudios
realizados por Transparencia Internacional muestran que la corrupción en
México sigue aumentando (aunque dichos estudios tienen sus limitantes), los
indicadores que se utilizan para este estudio son: el Índice de Percepción de la
Corrupción (IPC) y el Barómetro Global de la Corrupción (GBC por sus siglas
en íngles).
También, se plantean los estudios teóricos que se han llevado a cabo sobre
corrupción desde los pensadores como los gobiernos y, al final, se presenta
una alternativa para estudiar y combatir este problema desde la reconstrucción
del ciudadano a través de la retórica.
Palabras clave: Democracia, corrupción, educación, retórica y reconstrucción
de ciudadano.
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Introducción
El presente trabajo muestra los primeros avances del proyecto de Investigación
“Democracia y Corrupción en Sinaloa: Caso de estudio Los Mochis, Mazatlán y
Culiacán”, financiado por la Universidad Autónoma de Sinaloa, proyecto que es
apoyado por el Mc. Gilberto López Alfaro y la Dra. Rosalinda Gámez Gastelúm.
Cabe destacar que el proyecto se encuentra en una fase inicial, pero pretende
abrir las puestas al debate sobre esta temática tan compleja como lo son los
estudios sobre corrupción.
La corrupción ha existido en todos los sistemas de gobierno que se pueden
encontrar en la historia de la humanidad. Empero, en nuestro tiempo se ha
tenido la esperanza de que con la llegada de la democracia a México las
corruptelas se eliminarían o, cuando menos, disminuirían; sin embargo, esto no
ha ocurrido así.
En los últimos años, una de las principales herramientas para estudiar el
fenómeno de la corrupción, tanto por políticos, sociedad civil y académicos, ha
sido el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) y el Barómetro Global de la
Corrupción (GCB por sus siglas en inglés) de Transparencia Internacional (TI),
que son utilizados para este estudio en un primer momento, empero, en un
segundo momento, siguiendo los estudios de Staffan Anderson y Paul M.
Heywood (2009), se señalan una serie de acotamientos y deficiencias ante
estos estudios, como: 1. El concepto utilizado por Transparencia Internacional y
Transparencia Mexicana sobre corrupción es sólo enfocado al pago de
sobornos; 2. El IPC, el GCB y el INCBG contribuyen al uso político y económico
de diferentes actores creando una “trampa de la corrupción”.1
En este sentido, el primer apartado de este trabajo presenta las aclaraciones
que son necesarias hacer para el concepto de corrupción dado por TI y, cómo
se ha estudiado este fenómeno; así como también, se realiza una crítica a los
estudios realizados por otras instituciones como el Banco Mundial y el Instituto
Federal de Acceso a la Información.
1 Anderson, Staffan y Heywood, Paul M. (2008), “The politics of perception: Use and Abuse of Transparency International´s Approach to Measuring Corruption, en Political Studies, Journal Compilation, p. 2.
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En un segundo momento, se pone de manifiesto la aplicación del IPC y del
GCB en México y las implicaciones que este podría tener para los estudios
sobre corrupción. En un tercer apartado, se plantean las alternativas para los
estudios de la corrupción a manera de conclusión, desde el punto de vista de la
ciencia política y su relación directa e impacto en la democracia y en el sistema
político mexicano en general, bajo la idea de la reconstrucción del ciudadano
para el Estado democrático moderno.
1. Definición y visiones sobre la corrupción
La primera acotación que se le hace al término de corrupción utilizado por (TI)
aunque de gran utilidad y estar de acuerdo con él en un sentido básico del
término, se encuentra limitado; TI lo define de la siguiente manera:
“Corrupción es definido operacionalmente como el mal uso del poder para obtener algo personalmente. TI encuentra diferencias entre corrupción ‘de acuerdo a la ley’ y corrupción ‘en contra de la ley’. La primera es la facilitación de pagos es un soborno que es pagado para recibir trato preferencial para algo que el receptor del soborno es requerido para hacer por ley. El segundo, por otro lado, es el pago de un soborno para obtener un servicio que el receptor del soborno lo tiene prohibido proveerlo.”2 [traducción del autor]
Esta interpretación del término es muy específica sobre el concepto, dado que
sólo se refiere al pago de sobornos y, la corrupción es algo más que ello. El
concepto de corrupción tiene diferentes definiciones realizadas por diferentes
académicos e instituciones que han sido olvidadas por TI. Estas definiciones es
posible homologarlas en cinco categorías:
1. La práctica del cohecho, es decir, el uso de una recompensa para
cambiar a su favor el juicio de un funcionario público;
2. El nepotismo, la concesión de empleados o contratos públicos sobre la
base de relaciones de parentesco y no de mérito;
3. El peculado, por distracción, es decir, la asignación de fondos públicos
para el uso privado (o el de familiar y amigos);
4. La corrupción administrativa, que se refiere a la imposición intencional
de distorsiones en la implementación prescrita de las leyes existentes, 2 Transparencia Internacional (2009), “Frequently asked questions about corruption” en Transparencia Internacional sitio web (http://www.transparency.org/news_room/faq/corruption_faq) Fecha de consulta: 10 de agosto de 2009.
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las normas, los trámites públicos y las regulaciones para dar ventajas (o
exentar de costos) a actores públicos o privados como resultado de
pagos o incentivos ilícitos y/o no transparentes para funcionarios;
5. La captura del Estado, que describe las acciones que toman los
individuos, grupos o empresas para influenciar el proceso de formación
de las leyes, las regulaciones, los decretos y las políticas públicas para
su propio beneficio por medio de la provisión de pagos o incentivos
ilícitos a funcionarios públicos.3
En este sentido, es posible clasificar los estudios sobre corrupción en tres tipos:
1. El estudio de la corrupción como algo moral; 2. El estudio como algo
funcional; 3. El estudio basado en cuestiones de reglamentaciones internas y
externas de la función pública y de la sociedad.4
En el primer tipo de estudios sobre corrupción, se aborda cómo funciona la
corrupción como un mal de la cultura en la que habitamos, estos tipos de
análisis muestran como la sociedad de ciertas regiones por su construcción
cultural, tienen mayor afinidad a prácticas corruptas. Bajo este supuesto, se
deja de lado el carácter de la administración pública y las redes de controles
dentro de la ingeniería Estatal, así como de los controles externos sobre
regulación de la conducta de los denominados servidores públicos, la ambición
y la educación cívica, por ello es considerado un análisis limitado.
La segunda tipología, muestra cómo la estructura gubernamental funciona a
través de la corrupción, es decir, es posible que muchos de los sistemas
políticos y legales de tal o cual país sean muy cerrados y/o rígidos, en este
supuesto, la ciudadanía es empujada a aceitar el aparato burocrático-
administrativo y así solucionar los trámites necesarios para la convivencia
gobernantes-gobernados. Esta tipología de la corrupción muestra un carácter
necesario dentro de la convivencia Estado-sociedad de estas prácticas, sin
embargo, los altos índices de corrupción muestran que los sistemas políticos 3 The World Bank (2000). Anticorruption in transition. A contribution to the policy debate, World Bank Organization, Washington, D. C., pp. xvi-xix. Instituto Federal de Acceso a la Información (2002). Marco Teórico Metodológico, IFAI, México D. F., p. 12 y Pasquino, Gianfranco (2002), “Corrupción política”, en Bobbio, Norberto, Matteucci, Nicola y Pasquino, Gianfranco, Diccionario de Política, décimo tercera edición, siglo veintiuno editores, México, D.F., p. 377 4 López Presa, José Octavio (coordinador) (1998). Corrupción y cambio, Fondo de Cultura Económica, México, D.F., pp. 15-119.
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de los países a largo plazo son insostenibles, ya que limitan el crecimiento
económico, la confianza en las instituciones, la participación ciudadana y la
confianza en la democracia misma. Bajo esta lógica, este análisis es limitado
ya que sólo observa cómo la corrupción hace funcionar al aparato Estatal y no
toma en cuenta la visión negativa, así como tampoco la responsabilidad que los
funcionarios públicos tienen hacia la sociedad y mucho menos la complicidad
del ciudadano.
La tercer tipología, muestra una análisis más completo sobre la realidad de la
situación en materia de corrupción, ya que en ella podemos identificar las
responsabilidades de la sociedad civil (que está incluida en la primer tipología),
el funcionamiento de la corrupción dentro de la estructura gubernamental
(segunda tipología) y, advierte, que nos enfrentamos a una problemática más
compleja en la que influyen, además de las mencionadas, los controles
externos e internos que existen y la responsabilidad conjunta del binomio
gobierno-sociedad local, nacional e internacional.
Al retomar la definición dada por TI y los estudios realizados sobre la
problemática de la corrupción, surgen diferentes críticas al respecto, por lo cual
es necesario replantearnos nuevas formas de entender este problema, ya que
ello nos enfrenta a diferentes cuestiones políticas y sociales y que se ven
ejemplificadas en los tres países que comprende el presente estudio.
2. Diagnóstico sobre corrupción en México y Sinaloa.
Los índices que se utilizan para los estudios sobre corrupción, por la misma
naturaleza secreta del fenómeno en cuestión, son encuestas de opinión
realizadas por la organización no gubernamental Transparencia Internacional y
se basan en dos estudios periódicos en particular: Barómetro Global de
Corrupción y el Índice de Percepción de la Corrupción.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) da una calificación a los países
del 1 al 10, en la cual 1 representa la peor calificación obtenida (los países más
corruptos) y 10 el menos corrupto. Este indicador se obtiene a partir un sistema
de encuestas a individuos del sector privado, sector público y a individuos en
7
particular; y a partir de ello, se desarrolla una lista de mayor calificación a
menor calificación.
La primera cuestión a la que se enfrenta este análisis es México se encuentra
muy por debajo del nivel deseado ya que la calificación obtenida fue de 3.6
(puesto 72). Y al compararlo con otros países que se encuentran en América y
en circunstancias similares como Chile (6.9 puesto 23); Uruguay (6.9 puesto
23); Dominica (6.0 puesto 33); Puerto Rico (5.8 puesto 36); Costa Rica (5.1
puesto 47) y Cuba (4.3 puesto 65), se muestra muy por debajo de los países
de la región americana y, muy por debajo del total de países de dicho estudio.
Otro de los datos que es posible rescatar del IPC es que la tendencia se
muestra muy estable pasando en el 2004 de 3.6, a 3.5 en el 2005, 3.3 en el
2006, 3.5 en el 2007 y 3.6 en el 2008. Empero, en el ranking de posiciones
comparado con los países de todo el mundo, es posible observar que existe
una pendiente negativa constante, en 2004 se encontraba en el puesto 64 y
para 2008 se ubicó en el 72; esto es posible explicarlo dado que año con año
Transparencia Internacional aumenta el número de países que involucra en
este Índice, en el 2004 se estudiaron 133 países y para el 2008 la cifra
ascendió a 180.5
En este sentido, el IPC para este estudio muestra que entre más países se
involucren en dicho indicador se baja de puesto en el ranking mundial, aunque
el IPC se mantenga con pocas variaciones.
Otro de los principales instrumentos para medir la corrupción de Transparencia
Internacional es el Barómetro Global de la Corrupción (GCB), este estudio
refleja una serie de opiniones de las sociedades de diferentes países en todo el
mundo. Para el caso del presente trabajo, se utilizó sólo los GCB´s en su
edición 2004, 2005 y 2006, dado que México fue considerado para esos años
en dicho estudio.
5 Transparencia Internacional (2004). Índice de Percepción de la Corrupción 2004, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, pp. 4-5. Transparencia Internacional (2005). Índice de Percepción de la Corrupción 2005, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, pp. 6-7. Transparencia Internacional (2006). Índice de Percepción de la Corrupción 2006, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, pp. 5-6. Transparencia Internacional (2007). Índice de Percepción de la Corrupción 2007, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, pp. 4-6. Transparencia Internacional (2008). Índice de Percepción de la Corrupción 2008, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, pp. 4-6.
8
En el GCB se hacen cuestionamientos de incidencia de actos de corrupción por
parte de la sociedad y cómo esta afecta diferentes áreas de la vida de su
sociedad en particular; la escala que manejan para niveles de sobornos,
corruptelas de otra índole y percepciones de impacto es de 1 a 4, en donde el
primero es la mejor calificación obtenida (poca o nula corrupción y/o poco o
nada afecta) y el último es la peor calificación a obtener (muy corrupto y/o muy
afectado por la corrupción).
Por ejemplo, en la Tabla 1, basados en el GCB que tanto afecta la corrupción la
vida política, los negocio y la vida personal la corrupción México.
Tabla 1: Qué tanto afecta la corrupción y en qué áreas 2004-2006.6
La corrupción afecta... (1 poco o nada afecta… 4 muy afectado)
2004 2005 2006 País Vida
Política Negocios Vida
Personal Vida Política
Negocios Vida Personal
Vida Política
Negocios Vida Personal
México 3.4 3.2 3.1 3.4 3.0 3.0 3.4 2.8 2.7
La Tabla 1, muestra condiciones muy similares de afectación tanto en la vida
política, los negocios y la vida personal durante el 2004, sin embargo, la
afectación en los negocios y en la vida personal fueron disminuyendo para el
2006, mostrando indicadores por debajo de 3 puntos en esta escala, lo que
muestra un claro avance en dichas áreas, empero la afectación en la vida
política permanece igual en este periodo.7
Otro de las preguntas realizadas para medir la opinión pública sobre la
corrupción de este estudio fue ¿empeorarán los niveles de corrupción?8
Durante el 2004 en México, el 63 porciento de los encuestados expresaron
6 Transparencia Internacional (2004). Barómetro Global de la Corrupción 2004, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, p. 29. Transparencia Internacional (2005). Barómetro Global de la Corrupción 2005, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, p. 22. Transparencia Internacional (2006). Barómetro Global de la Corrupción 2006, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, p. 25. 7 Idem. 8 Esta pregunta acerca de la posibilidad de que los niveles de corrupción empeoren o mejoren, explica el sentimiento de los ciudadanos entrevistados, dado que si el público en general muestra optimismo es posible que tengan razones para pensar que las medidas para el combate a la corrupción han sido exitosas, en cambio, si es pesimista podrían estar reaccionado a situaciones adversas como falta de voluntad política o de un combate efectivo a este fenómeno. Transparencia Internacional (2004). Barómetro Global de la Corrupción, Transparencia Internacional, Berlín, Alemania, p. 15
9
pesimismo sobre los niveles futuros de corrupción, que esta empeoraría mucho
o poco, pero aumentaría, el 22 porciento considera que seguiría igual y sólo el
11 porciento piensa que disminuirá la corrupción.9
Tabla 2: Posibilidad de aumento de la corrupción en México 2004-2005.10
Aumentará la corrupción… 2004 2005
País Aumentará Se mantendrá
Disminuirá Aumentará Se mantendrá
Disminuirá
México 63 22 11 50 33 14
Si bien en el 2004 la percepción de los habitantes era de un 63 porciento que
opinaba que aumentaría, para el 2005 este se redujo en un 13 porciento,
aunque no sea un ejemplo muy halagador, existió avances en dicho rubro. Para
el 2006, esta pregunta se eliminó del informe y se transformó en una valoración
sobre la eficacia del combate a la corrupción del gobierno, que en un mismo
sentido, es posible encontrar un ámbito de pesimismo o de optimismo en la
lucha contra este problema social.
Con este nuevo indicador usado por TI en el 2006, tampoco muestra cifras
alentadoras para México; sólo el 9 porciento piensa que el gobierno es eficaz
en el combate a la corrupción, el 27 porciento piensa que es ineficaz y un
alarmante 63 porciento considera que su gobierno no combate este problema.11
En esta tónica, los datos obtenidos muestran que la corrupción ha sido
percibida como una gran problema en la sociedad y su gobierno que afecta
directamente la vida política, los negocios y la vida personal; también, expone
un grado alto de pesimismo en la sociedad mexicana sobre sus expectativas
sobre la disminución de esta problemática y se cree que el gobierno es ineficaz
y/o no combate la corrupción. En este sentido, es posible interpretar que los
avances democrático alcanzados por México en las últimas décadas como lo
son: Elecciones libres; alternancia en el poder; límites constitucionales
efectivos para los tres poderes; un poder judicial independiente; la multiplicidad
de fuentes de información política para el ciudadano; libertad para que
individuos o grupos puedan expresar su opinión, reunirse y formular peticiones 9 Transparencia Internacional (2004). Barómetro Global de la Corrupción 2004, Opus cit., p. 30. 10 Idem. 11 Trasnparencia Internacional (2006). Barómetro Global de la Corrupción 2006, Opus cit., p. 21.
10
y; una efectiva igualdad jurídica de los ciudadanos ante la ley,12 no son o no
han sido suficientes para acabar con las prácticas de corrupción arraigadas en
la sociedad.
Las desventajas que es posible encontrar en la aplicación y comparación del
IPC y GCB, son que estos instrumentos, por más necesarios que sean, sólo
miden la percepción de la ciudadanía y no atienden casos reportados sobre
prácticas corruptas, los juicios y las resoluciones de los mismos sobre
corrupción y/o la incidencia probada de de este problema en cuestión. Ello
puede conducir a que personas que estén en desacuerdo con el gobierno en
turno, opinen que la corrupción es alta o un problema muy grave; así como
también, en el caso de la cultura mexicana, en donde las creencias personales
llegan a afectar la decisión de las personas alrededor y que una anécdota de
corrupción termine convirtiéndose en verdad aunque no lo sea y/o no esté
comprobado, puede cambiar estos indicadores.
Otra de las desventajas que es posible encontrar al medir y cuantificar la
percepción es que cuando existe el cambio de presidente o del aparato
burocrático de un país, las personas con una nueva esperanza consideren que
la corrupción disminuirá en un futuro no muy lejano.
También, esta realidad se enfrenta a lo que se denomina la trampa de la
corrupción, por ejemplo, el Apoyo Milenio, los apoyos del Banco Mundial, del
Fondo Monetario Internacional, se encuentran condicionados al avance de la
democracia y, uno de sus principales consideraciones es la disminución de la
corrupción, entonces, ello pareciera caer en un circulo vicioso, dado que uno de
los principales problemas de México es la pobreza, los sueldos bajos, la
inflación, la calidad de la educación y, que con esta última, podríamos avanzar
en materia de corrupción, pero estas instituciones y fondos, revisan el IPC para
otorgar estos recursos y al observar el los datos recopilados en este trabajo se
alerta que se tienen serios problemas en materia de corrupción y ello podría
limitar los recursos internacionales; y sin estos recursos ¿cómo será posible
combatir las corruptelas?
12 Diamond, Larry y Morlino, Leonardo (edits) (2005). Assesing the Quality of Democracy, John Hopkins University Press, Baltimore, Estados Unidos, pp. X y XI.
11
El caso Sinaloa en materia de corrupción, en los estudios realizados por
Transparencia Mexicana (TM) a través de la Encuesta Nacional de Corrupción
y Buen Gobierno (ENCBG) del 2001 al 2007, muestran cifras poco alentadoras
para el Estado.
Por ejemplo, el Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno por Entidad
Federativa,13 muestra que en el 2001 el índice era de 7.8 (puesto 22), en el
2003 de 5.5 (puesto 12), en el 2005 de 6.6 (puesto10) y para el 2007 subió a
un 8.1 (puesto 19).14 Indicador que al igual que el IPC pareciera mostrar
deficiencias en su aplicación por cuestiones de percepción ciudadana, dado
que a partir de la creación de la Ley Estatal de Acceso a la Información Pública
del Estado de Sinaloa en el 2002, se muestran cifras alentadoras ya que del
2001 al 2005 se avanzó en el ranking nacional de ser el puesto 22 al décimo,
empero, con la utilización y aplicación de la ley, los escándalos de corrupción
mostrados por la misma área encargada del combate a este problema como lo
es la Comisión Estatal de Acceso a la Información Pública del Estado de
Sinaloa, se dio un retroceso para el 2007 de 9 escaños en el ranking nacional.
Otro caso Estatal que puede mostrar las deficiencias y la volatilidad de la
percepción ciudadana sobre el tema es el de Querétaro, para el 2001 se
encontraba en el puesto 24, en el 2003 en el puesto 18, en el 2005 pasa a ser
el Estado con menos percepción de la corrupción y en el 2007 pasa a ser el 13.
Colima, por su parte en el 2001 ocupa el puesto 1, en el 2003 el 3, en el 2005
el 15, y para el 2007 vuelve a ocupar el puesto menos corrupto al igual que en
el 2001.15
Bajo esta lógica, los estudios sobre corrupción al interior del país muestran
severas deficiencias, ya que pareciera que la percepción sobre el tema es muy
volátil; si existen escándalos de corrupción ese año la ciudadanía considera
que su gobierno es muy corrupto, si el tema se olvida no es corrupto, ya que 13 El INCBG se forma a partir de la división del número de veces que se dio mordida en 35 servicios entre el número de veces que fueron utilizados los 35 servicios de manera correcta, multiplicado por cien. Transparencia Mexicana (2007). Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno. Informe Ejecutivo, Transparencia Mexicana, México, D.F., p. 4. 14 Transparencia Mexicana (2007). Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno por Entidad Federativa, Transparencia Mexicana, México, D.F., p. 1. Transparencia Mexicana (2005). Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno por Entidad Federativa 2001-2005, Transparencia Mexicana, México, D.F., p. 1. 15 Idem.
12
sería casi imposible que una burocracia cambiara entre el 2001 y el 2007 en
esa magnitud su forma de atender a la sociedad y ser corrupto o no serlo en un
periodo tan corto.
3. Alternativas a los estudios de corrupción
La visión alterna que se propone para complementar los estudios realizados
acerca del fenómeno de la corrupción es la reconstrucción del ciudadano desde
la recuperación de la retórica y el buen juicio.
Esta alternativa, se enfoca en el planteamiento de la reconstrucción del
concepto clásico de ciudadanía, en donde el ciudadano es el que decide sobre
su gobierno y sobre la vida cotidiana; empero, en la actualidad se actúa como
infantes en la toma de decisiones, como menciona Javier Roiz, infante no son
sólo los niños, recuerden a la infantería, estos son aquellos que pareciera que
no pueden tomar decisiones, sólo las acatan. En México, nos hemos
transformado en infantes con credencial de elector, con una corrupción interna
muy arraigada en las personas dentro y fuera de la función pública.
Roiz, analizando el pensamiento político de Maimónides, explica que las
facultades racionales y políticas están íntimamente ligadas. Menciona que la
retórica política es entendida por Maimónides como una concertación musical,
en otras palabras, debe ser el arte de explicar la función del razonamiento
práctica, en donde más allá de contar con conocimientos verdaderos en
necesario hacerlos verosímiles a los demás para que los acepten
voluntariamente y sin violencia. “La razón y el arte político juntos deben hacer
posible el gobierno de la conducta de los hombres.”16
Bajo esta lógica, es posible decir que la seguridad de los gobernados y de los
gobernantes requiere una reconstrucción de la visión y de los objetivos desde
la perspectiva de construir ciudadanos que contrarresten la corrupción en todas
sus vertientes, aunque lejos de la “guerra” como plantea el Presidente de
México Felipe Calderón, ya que esta busca acabar con el enemigo y ese
enemigo son los mismos habitantes de la sociedad mexicana. Por ello, la visión
alterna busca el diálogo, primero in foro interno, y después en los foros públicos
16 Roiz, Javier (2006), “Maimónides y la teoría política dialéctica”, en Revista Foro Interno, vol. 6, p. 35
13
(o viceversa). La pregunta sería para estudios futuros ¿cuáles son las
características de la actual ciudadanía mexicana, que aunque con la llegada de
las votaciones limpias no ha logrado construir una democracia?, ¿Qué
enseñanzas se trasmiten a los habitantes tanto por los gobiernos como por las
universidades?, ¿Es posible plantear o reconstruir al ciudadano bajo una
lógica diferente?
Javier Roiz, en su ensayo Maimónides y la teoría política dialéctica (2006)
plantea tres preguntas claves para el estudio de la corrupción. Menciona que si
en lo países con democracias avanzadas ¿son finalmente capaces de producir
ciudadanos que resistan la corrupción? ¿Se resisten los demócratas a la
aceptación de comisiones indebidas, a la defraudación de la hacienda pública,
a las maquinaciones familistas, mafiosas o de promoción sucia de sus
carreras? ¿El ensanchamiento de los causes democráticos desactiva la
bacteria de las corruptelas urbanas? Y la respuesta que ofrece es que parece
ser que no.17
En esta tónica, nos enfrentamos por un lado a una ciencia política que ha
determinado condiciones necesarias para la construcción democrática, con
ciertas reglas y reformas que los Estados deben tener en cuenta para
completar sus procesos y, por otro lado, unos dirigentes políticos que
pretenden implementar estas “verdades”, consciente o inconscientemente.
Empero, uno de los principales males de la sociedad y el Estado es que la
corrupción no ha sido posible disminuirla. Por ello, es de vital importancia
replantearnos diversas cuestiones tales como ¿Cuál es el papel de la
enseñanza de la ciudadanía por parte del Estado? Y ¿Cuál es el papel de la
enseñanza de esta ciudadanía en las universidades (o en todo el sistema
escolar con los que contamos)?
La enseñanza de la ciudadanía, se convierte en un pieza fundamental para la
convivencia en las democracias, ello es una tarea de todos y que los gobiernos
como focos de atención de las personas y de los medios de comunicación no
han atendido con la suficiente seriedad que el tema requiere; pareciera que
17 Ibidem, p. 24.
14
ellos mismos no son capaces de adquirir una parte de esta responsabilidad
educadora.
Las universidades también se han aislado de este compromiso de crear
ciudadanos. La ciencia política y su enseñanza, se ha enfrascado en una sobre
utilización de los métodos adquiridos por la ciencias sociales, particularmente
del empirismo y la sobre exaltación de lo que comúnmente se conoce como el
“dato duro”. En estos momentos, cuando menos en las universidades
mexicanas, el uso y/o abuso de las matemáticas (estadísticas) es pieza casi
única para el estudio de las concepciones de la vida del ciudadano en su
convivencia con el gobierno, como se muestra en el IPC y el GCB. Sin
embargo, por más necesaria que sea esta recopilación estadística, la ciencia
política es más que la contabilización de percepciones y de “hechos reales”.
Pieza clave de la construcción del ciudadano deliberativo, asertivo y pacífico es
la utilización del inventio, el dispositio y el elocutio, instrumentos básicos de la
retórica que ha sido olvidada por nuestras universidades.18
Menciona Roiz, que la ingeniería moderna ha triunfado en domesticar la política
mediante una constitución, utilizando un entramado burocrático diseñado por la
ciencia y ahorcando la identidad de los individuos para relajar sus impulsos
participativos y su rebeldía.19 Bajo este contexto, es posible pensar que se
requiere una nueva interpretación de lo que es la corrupción y replantear la
enseñanza del y al ciudadano, con el objetivo de hacer congeniar las diferentes
posturas que se pueden sentir en las sociedades actuales.
El estudio de la práctica político-social denominada corrupción en las
democracias modernas muestra que existe, a pesar de las leyes y
construcciones institucionales para combatirla, el problema y que no hemos
18 Los maestros clásicos encargados de formar a los ciudadanos para la república sabían, menciona Javier Roiz, de la importancia que tenía en el pensamiento político la función del inventio, el cual en para la retórica contiene tres partes integrales: inventio (descubrir), dispositio (acomodo de las ideas) y elocutio (transmisión oral). El inventio, por su parte es pieza fundamental, el cual se ejercía sin el uso del logos (principio de razón o juicio a partir de una motivación), mediante los tropoi que inspiran nuestro pensamiento y lo condicionan. Roiz, Javier (2007), “Un Mundo Vigilante”, en Sánchez Silva, Mario, Valenzuela Espinoza, César M, y Sánchez Gastelum, Jorge Luís (Compiladores). Seminario Internacional. Gobierno y Políticas Públicas (Primeras Propuestas), IPN/Gobierno del Estado de Sinaloa, Sinaloa, México, pp. 94 y Roiz, Javier (2006), Opus cit., p. 20 19 Roiz, Javier (2003). La recuperación del buen juicio. Teoría política en el siglo veinte, Editorial Foro Interno, Madrid, España, p. 280
15
logrado resolverlo. El presente trabajo, pretende convertirse en un apoyo a las
alternativas de estudio sobre la reconstrucción de la idea del ciudadano,
concepto que se enfrenta al de la corrupción. Las soluciones que hemos
planteado han sido insuficiente y fuertemente ligadas a la creencia de la
vigilancia igual a control, la rendición de cuentas, la transparencia y el acceso a
la información igual a disminución de los actos de corrupción; condiciones de
importancia para resolver la cuestiones inmediatas del problema, pero sin una
construcción de buen gobierno entendida como respeto al ejecutivo, legislativo
y judicial interno de las personas, no será posible contener su crecimiento.
3.1. La teoría política, la corrupción y la reconstrucción del ciudadano
En la teoría política nos enfrentamos a una idea triunfadora en la historia
heredada del calvinismo de Petrus Ramus, el método de Descartes, las
ciencias sociales del positivismo de Comte y la dialéctica de Hegel. Los
seguidores de estos han sido Thomas Hobbes, John Locke, Humbolt,
Alexander Hamilton, Karl Marx, Max Weber, Michel Foucault, Karl Popper,
Larry Diamond, Robert A. Dahl, entre otros.
Por más necesarias que sean las investigaciones de esta visión, puede ser
limitada. Al abrir el abanico de teorías alternas a esta visión, es posible
encontrar autores clásicos como Aristóteles, Cicerón, Quintiliano, Maimónides,
Brunetto Lattini y Maquiavelo, y a lo largo del siglo XX como Nietszsche, Eric
Voegelin, Sheldon Wolin, Hanna Arendt, Leo Satruss, Fernando Vallespín,
Manuel Villoria y Javier Roiz. Para estos últimos, es esencial el descubrimiento
del aparato teórico dentro de la ciencia y críticamente adaptarlo de la filosofía
clásica, así como también de los padres de la iglesia y los filósofos
escolásticos.20
Elliz Sandoz, en una interpretación del pensamiento político de Eric Voegelin,
menciona que el positivismo desconoce, ignora, o rechaza la realidad de los
fenómenos no tangibles como algo meramente subjetivo, imaginario y no
susceptible para la investigación científica. Esta teoría sostiene que un estudio
20 Sandoz, Elliz (1990), “Editor´s Introduction”, en The collected Works of Eric Voegelin, Volume 12, Published Essays 1966-1985, Louisiana State University Press, p. XIX
16
libre de valores se enfoca a la observación factual del comportamiento y la
aplicación del método científico con sus fórmulas matemáticas y que la técnica
de cuantificación precisa constituye el paradigma de las ciencias sociales y de
las ciencias naturales y que por ningún motivo debemos sumergirnos en las
preferencias personales, ya que ello constituye un juicio de valor inadmisible e
ilusorio.21 Ello nos aleja de las condiciones internas del ser humana, en la que
existe un foro, que contiene tres partes fundamentales: el ejecutivo, el
legislativo y el buen juicio, este último olvidado por la exaltación del ejecutivo,
condiciones que los maestros retores han clarificado con gran lucidez.
Aristóteles, consideraba a la retórica y a la dialéctica como hermanas gemelas,
para él estas eran dos componentes de la vida pública que se necesitan
mutuamente. Y ni la dialéctica debía deshacerse de la retórica para higienizar
la vida pública, ni la retórica envenenar a la dialéctica para hacer ingobernables
a las naciones y descomponer la acción ciudadana, en este sentido, para él era
impensable dejar de lado la retórica en la vida de la ciudad, que para su
cosmos era la vida pública.22 Bajo esta perspectiva aristotélica, es necesario
tomar en cuenta las dos vertientes para la ciencia política y la [re] construcción
del ciudadano, ni la dialéctica puede olvidarse de la retórica, ni esta última debe
fundarse como enemiga de la primera.
En una de las explicaciones de Roiz sobre el conocimiento de Marco Tulio
Cicerón, menciona que tanto Isócrates, Cicerón y, después Quintiliano, no
admitían que la ciencia política se divorciase de la vida cotidiana y de la plaza
pública, por ello no se debe prescindir de los afectos y emociones que
conmueven a los hombres, sobre todo a la hora de emitir juicios sobre lo que
vivimos, algo que hacemos continuamente y expresamos mediante la
elocuencia.
“Frente al silogismo que establece sus verdades de forma abstracta y fuera del tiempo, el entimema retórico trabaja teniendo en cuenta las
21 Idem. 22 Roiz, Javier (2003). La Recuperación del Buen Juicio. Teoría política en el siglo veinte, Editorial Foro Interno, Madrid, España, p. 34
17
emociones del que escucha y su capacidad libre de juicio. Por eso la retórica sin libertad sería imposible.”23
La retórica contiene una parte fundamental del ciudadano in foro interno y en
foro público, que es locus creativo que los silogismos de la ciencia empírica
atrapan en una camisa de fuerza y que observa al inventio del ciudadano
(fundamental en la retórica) con miedo al engaño en que se puede caer, por
ello se advierte: la retórica sin libertad sería imposible.
La ciencia empírica parece haber confundido los conceptos de demagogia y de
retórica y los usa indistintamente, tal vez para desprestigiar a esta última. Sin
embargo, existe una diferencia substancial: La demagogia consiste en la
ambición política a través de discursos e implementación de políticas sobre la
ciudadanía, lo que convierte al discurso en pretextos para el control de la
ciudadanía por parte de los gobernantes, en otras palabras, una forma de
dominación.24 La retórica, por su parte, es el arte de hablar, y mejor dicho, el
arte de decir, y la retórica política, menciona Maimónides, es una concertación
musical, en donde debe ser el arte de explicar la función del razonamiento
práctico, por tanto, la razón y el arte político debe posibilitar el gobierno de la
conducta de los hombres. Y no enclaustrarse en buscar sólo conocimientos
verdaderos, sino conocimiento verosímiles para que los gobernados los
acepten voluntariamente y sin violencia; que los relacionemos con nuestras
emociones y pasiones cotidianas.25 La demagogia difiere así de la retórica en
su finalidad, la primera tiene el objetivo de convencer y controlar y, la segunda,
convencer y libre pensar; en una prevalece la acción ejecutiva y la en la otra el
ejecutivo, legislativo y el buen juicio, por ello substancial sobre la pregunta
básica del estudio del Estado, quién gobierna y quién obedece.
En esta tónica, la historia de la ciencia política ha caído en el empirismo de la
historiografía; en la introducción al escrito de Friederich Nietzsche Sobre la
Utilidad y el Perjuicio de la Historia para la Vida, Germán Cano menciona que
este escrito intempestivo, es reclamado como un ejercicio de diagnóstico
cultural, que va a representar un extraordinario ejemplo de un pensamiento 23 Ibidem, p. 37 24 Robson, Alex (2003), “Knowledge, Demagoguery and democracy. A Hayekian perspective”, en Policy vol. 18, no. 4, verano, p. 41 25 Roiz, Javier (2006), Opus cit., p. 35.
18
que, en un momento de profunda crisis cultural, intentará transformar los límites
culturales desde los que se experimentaba y juzgaba su presente.
“Un punto de vista, pese a todo, ‘moderno’ que no sólo se limitaba a resaltar resignadamente la importancia fundamental de la experiencia histórica como último bastión de defensa de la vida frente a la escisión entre vida y conocimiento provocada por la metodología de la ciencia natural y la destrucción positiva de la filosofía.”26
Friederich Nietzsche, filósofo sensible a los problemas que el mundo
enfrentaba a principios del siglo XX y que encuentra un problema de identidad
en la sociedad alemana de su época, critica que los ingenuos historiadores
denominan objetividad justamente a medir las opiniones y acciones del pasado
desde las opiniones de los comunes del momento presente. Aquí ellos
encuentran el canon de todas las verdades. Su trabajo se convierte en adaptar
el pasado a la trivialidad del tiempo presente, mientras por el contrario, llaman
subjetiva a cualquier historia que no tome como canónicas aquellas opiniones
comunes y normales,27 como el inventio, el dispositio y el elocutio, así como los
tropois cotidianos.
La objetividad se convierte como un estado en el que el historiador contempla
un acontecimiento en todos sus motivos y consecuencias con una pureza tal
que no ha de ejercer ningún efecto sobre su subjetividad. Menciona Nieszche
que:
“Nos referimos a ese fenómeno estético [la objetividad], a ese desligamiento liberador de uno mismo y de los intereses personales en el que el pintor, en medio de un paisaje tormentoso bajo rayos y truenos, o sobre un mar embravecido, contempla allí la imagen que tiene en su interior, es decir, sumergiéndose completamente en las cosas. Sin embargo, es mera superstición creer que la imagen que las cosas muestran en un hombre inmerso en tal estado reproduciría fielmente la esencia empírica de las cosas.”28
26 Cano, Germán (1999a), “Nietzsche y la poderosa fuerza del presente. Una introducción a ‘Sobre la Utilidad y el Perjuicio de la Historia para la Vida’”, en Nietzsche, Friederich. Sobre la utilidad y perjuicio de la historia para la vida [II intempestiva], Biblioteca Nueva, Madrid, España, p. 13. 27 Nietzsche, Friederich (1999a). Sobre la utilidad y perjuicio de la historia para la vida [II intempestiva], Biblioteca Nueva, Madrid, España, p. 88 28 Ibidem, p. 89.
19
Y sentencia que esto sería mitología e incluso una mala mitología y que
además se olvida que es justo ese momento en donde el pintor se sumerge
sobre estos tormentos el momento más creativo, más poderos y espontáneo en
el interior del artista, “…un momento de composición de índole superior cuyo
resultado será acaso un cuadro artísticamente verdadero, no históricamente
verdadero.”29 Si la retórica es el arte de decir, el político y el estudioso de la
política no debe olvidar este diálogo interno, que en ocasiones puede llegar a
ser tormentoso, pero en este diálogo interno surge el juicio y, al seguir otra
sentencia de Nietzsche: “Y es que la justicia y la objetividad no tienen mucho
que ver entre sí.”30
Para Nietzsche, como después lo será para Roiz “…la vida de todo organismo
no sólo necesita luz sino también oscuridad.”31 Muy parecido a la sentencia de
Roiz sobre el mundo vigilante, ello detiene a pensar que el ciudadano necesita
letargia para hacer verosímil aquello que se dice que es verdad. En el sueño
existe la creatividad fuera o inconsciente de los tropois y por ello es condición
necesaria de la vida del ciudadano.
“… para explicar mi tema de modo más sencillo: existe un grado de vigilia, de rumia, de sentido histórico, en el que se daña lo vivo para, finalmente, quedar destruido, tanto en un pueblo, en una cultura o en un hombre.”32
Bajo este supuesto, existe un contraste entre un mundo interior al que no
corresponde ningún tipo de exterioridad y a una exterioridad que no
corresponde ningún mundo interior (contraposición que los pueblos antiguos
desconocían). Para Nietzsche, el conocimiento que se toma en exceso, sin
hambre y sin necesidades, deja de obrar como un motivo transformador que
impulsa hacia fuera y permanece oculto en un mundo interior ciertamente
caótico que el hombre moderno, con orgullo, llama su propia espiritualidad.33
29 Idem. 30 Idem. 31 Ibidem, p. 43. 32 Idem. 33 Ibidem. P. 69.
20
Para la reconstrucción del ciudadano, se considera que hay que congeniar este
mundo interno con su mundo externo, que se ha olvidado en la teoría política,
hoy denominada ciencia política, gestión pública o política comparada.
En este sentido, el hombre, mejor dicho, el foro interno del ciudadano, necesita,
según sus metas, fuerzas y necesidades un cierto conocimiento histórico,
llámese historia monumental, anticuaria o crítica, pero no como una manada de
pensadores meramente limitados a la observación “pura” de la vida, porque
este hombre a quien únicamente puede satisfacer el saber y que el aumento
del conocimiento es la meta en sí misma, requiere que dicho conocimiento
tenga una finalidad sólo para el fin de la vida.34
En la ciencia política actual y en las ciencias sociales, involuntariamente brotan
de los labios las palabras fábrica, mercado de trabajo, oferta, rendimiento –y
toda esta terminología relacionada con el egoísmo- cuando se trata un retrato
de toda una generación de doctos. “La honrada mediocridad se vuelve cada
vez más mediocre, la ciencia en su sentido económico cada vez más útil.”35 La
techné supera a la virtud, al areté.
Por esta destrucción de la creatividad, los estudios de la político y de la política
contemplan una sola visión que limita al investigador político a analizar sólo lo
objetivo, pero ¿no es acaso el libre pensar lo que ha logrado desarrollar la
ciencia en todas sus vertientes?, o ¿los grandes pensadores de la historia no
han estado sujetos a tropois de preferencias políticas, iglesias, academias y/o
costumbres?
Nietzsche, en su tono crítico afirma que la sobresaturación histórica objetiva
conduce a cinco problemas: 1. Tal exceso produce ese contraste del que ya se
habló anteriormente entre lo interior y lo exterior por medio del cual se debilita
la personalidad; 2. Da origen a la creencia de poseer la virtud (la más rara de
todas afirma) del sentido de la justicia, en un grado superior a las de otras
épocas; 3. Se perturban los instintos de un pueblo y se impide llegar a la
madurez del individuo, no menos que al conjunto de la sociedad; 4. Crece esa
perjudicial creencia de cualquier época de estar en la vejez de la humanidad,
34 Ibidem, p. 67. 35 Ibidem, p. 102.
21
de ser mero descendiente y epígono (recuérdese a Francis Fukuyama y su fin
de la historia) y; 5. Cae la época en una peligrosa actitud irónica sobre sí
misma, pasando de ésta a una aún más peligrosa: el cinismo.36
Para Sheldon Wolin, la vita methodi de los empiristas y herederos del
positivismo (los que buscan la objetividad como un dios omnipotente), no es
una caja de herramientas neutrales para la investigación científica y que
ayudan a una orientación intelectual a evitar la crítica y el compromiso de los
estudios de la ciencia.37 En esta misma lógica, Leo Strauss, menciona que los
politólogos deben de buscar un método apropiado para su objeto de estudio, en
vez de tomar el método dictado por el aparente paradigma epistemológico de
las ciencias sociales. Strauss, veía en los totalitarismos (el nazismo, el
fascismo y el socialismo real) ciertas características de la modernidad, como el
abandono de la teoría política moderna de la antigua concepción del zoon
politikon, que es remplazado por el homo economicus.38 Visión que un
inmigrante que huyó de la Alemania Nazi le preocupaba ver en Estados
Unidos, ya que veía cómo la ciencia política moderna se asomaba a la ciencia
alemana anterior a Hitler.
La ciencia política al intentar alejarse de la subjetividad, también se aleja entre
el mundo interno de las personas y el mundo externo y las vemos como dos
cuestiones separadas entre sí. La primera es el mundo en el que sólo los
psicólogos logran entrar y la otra en donde las gayas ciencias sociales
solucionan los problemas.
Este tipo de pensamiento, Fernando Fernández-Llebrez lo denomina razón
omnipotente. Sin embargo, menciona dicho autor, que existe otra forma de
razonamiento: El razonar trágico, que este se mueve en una tensión conflictiva
entre los dos mundos. Este tipo de pensamiento es poroso, hace que los
36 Ibidem, P. 77. 37 Gibbons, Michael T. (2006), “Hermeneutics, Political Inquirí, and Practical Reason: An envolving challenge to Political Science”, en American Political Science Review, vol. 100, no. 4, noviembre, p. 565. 38 Barber, Benjamin R. (2006), “The politics of political science: ‘Value-Free’ Theory and the Wolin-Strauss Dust-Up of 1963”, en American Political Science Review, vol. 100, no. 4, noviembre, p. 539-542.
22
mundos internos y externos se comuniquen, configurando una plasticidad y
complejidad humana.39
“Este planteamiento [el del razonar omnipotente] no sólo cree que hay un centro rector del conjunto de la vida, la denominada ‘docta razón’, sino que además expresa toda una serie de armonías nada baladíes para el quehacer político. La creencia de que hay una armonía y una unidad previa en el espíritu individual y entre éste y el de la ciudad-estado, o en su versión moderna, el Estado-nación, es una expresión más de esta idea de orden. Una convicción que sólo puede justificarse por la creencia de que el ser humano puede alcanzar una dosis de perfección propia, tanto interna como externa, que le aproxima más a una divinidad que a un ser de carne y hueso. Esta imposibilidad de perfección, este reconocimiento de la imperfección como elemento constitutivo humano, es el que está encima, o debajo, del razonar trágico. Por eso la tragedia, el desgarramiento humano es insuperable, estando en cada uno de nosotros y nosotras del tal modo que no podemos vivir en armonía.”40
Aquí nos acercamos cada vez más al problema en cuestión, en donde la
ciencia, y para nuestro caso la ciencia política en los estudios de corrupción, ha
separado a los dos mundos en su búsqueda de objetividad y de omnipotencia.
Por ello, la recuperación de la retórica, el buen juicio y el razonar trágico
pretende conciliar los intereses particulares y grupales, bajo el concepto de
gobierno de la ciudadanía.
Para Norberto Bobbio, uno de los politólogos más leídos del siglo XX, esta
conciliación la ve difícil de lograr, ya que los gobernantes intentan convertirse, a
imagen y semejanza de dios, omnipotentes e invisibles. Para los juristas,
menciona, la relación entre gobernantes y gobernados puede ser representada
como una relación de intercambio, como una obligación recíproca, en la que los
gobernantes prestan protección a cambio de obediencia. “Ahora bien, quien
protege tiene la necesidad de tener mil ojos como los Argos, en cambio quién
obedece no tiene necesidad de ver nada. Tan oculta es la protección como
ciega la obediencia.”41
39 Fernández-Llebrez, Fernando (2001), “Pensamiento trágico y ciudadanía compleja: crítica a la razón omnipotente”, en Revista Foro Interno, vol. 1, pp.39-51. 40 Ibidem, p. 51. 41 Bobbio, Norberto (2001). El Futuro de la Democracia, Fondo de Cultura Económica, México, D.F., p. 104.
23
En esta forma de analizar la relación gobernantes-gobernados, la plantea de
manera dialéctica, en la que los primeros buscan controlar siempre a los
segundos, quienes se encuentran ciegos. Sin embargo, esta visión no
contempla al ciudadano crítico que observa y, a su vez, duerme-imagina; que
busca conciliar sus intereses particulares con sus intereses sociales, entonces,
presupone un foro interno tranquilo o, mejor dicho, sin preocupaciones, ya que
cuenta con alguien que lo proteja. Empero, las muestras de participación
ciudadana en todos los países democráticos (participación que llega desde la
sociedad civil organizada e individual en forma de marchas, protestas,
abstención, corrupción, por mencionar algunas) hacen cuestionar este famoso
contrato social y replantearnos ¿qué es lo que no está funcionando en nuestros
sistemas políticos, los gobernantes o lo gobernados, serán los dos, será la
educación formal e informal que recibimos? Y ¿cómo mejorar nuestra
convivencia en todos los aspectos del foro interno y del foro público?
Los nuevos estudios sobre la administración pública, derivada de las ciencias
políticas, explican como solucionar los problemas anteriormente planteados
entre la relación quién gobierna y quién obedece.
Michael Barzelay, uno de los principales pensadores de la administración
pública, plantea una serie de mecanismos que se han llevado a la práctica en
gobiernos locales, para solucionar los problemas de los gobernantes con sus
ciudadanos a través de lo que denomina gerencia pública. Esta idea de la
gerencia pública ofrece una visión de ver al gobierno como una empresa, en
otras palabras, convertir a la burocracia de los gobiernos locales en
administradores de empresas; que se encuentre por encima la eficiencia sobre
la eficacia y, que con ello, disminuirá la corrupción.42
Barzelay en su libro La Nueva Gestión Pública (2001 edición en inglés), explica
que el punto de vista original consideraba a la nueva gestión pública como el
cuerpo de doctrinas que había desacreditado las respuestas ofrecidas por la
administración pública progresista a las preguntas sobre el quehacer del
gobierno. Sin embargo, la nueva gestión pública ha sido percibida en ideas
42 Barzelay, Michael (2000). Atravesando la burocracia. Una nueva perspectiva de la administración pública, Fondo de Cultura Económica/Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública A.C., México, D.F., pp. 39-236.
24
teóricas sobre la organización y la gestión que se han establecido por los
economistas, contadores y politólogos.
Menciona, que este visión es un estilo empírico de organización de la función
pública ejemplificado por la creación de “cuasi-mercados” que empieza en el
sector salud y de educación en Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, pero
que abarca cambios en un amplio espectro de los sistemas gubernamentales
de gestión financiera, gestión personal, contratación y auditoría. Para él, es la
formulación de políticas de gestión pública, este aspecto se relaciona con
cambiar las reglas institucionales de gobierno a través de las cuales se guían,
controlan y motivan las organizaciones de la función pública. Y, a su vez,
menciona que “Estas reglas institucionales pueden subdividirse en las
categorías tradicionales de planteamiento de gastos y gestión financiera,
función pública y relaciones laborales, contratación, organización y métodos, y
auditoria y evaluación.”43
En el caso mexicano, el aparato burocrático ha intentado transformar su
administración pública en esta gerencia pública, estas han sido denominadas
estrategias de buen gobierno. Para que el gobierno sea más competitivo, que
logre ser más eficiente, que cuenten con funcionarios honestos y capacitados,
con menos carga regulatoria que impida su operación ágil y efectiva y, a su
vez, con calidad, se plantean una reconstrucción de la burocracia bajo seis
estrategias sustantivas: Gobierno honesto y transparente, gobierno profesional,
gobierno de calidad, gobierno digital, gobierno con mejora regulatoria y
gobierno que cueste menos.44 Con dichas estrategias intenta resolver los
problemas de agilización de trámites y reducir la corrupción.
Si bien es cierto, que necesitamos una nueva burocracia para ayudar a los
problemas que todos los aparatos Estatales del mundo se enfrentan, esta
visión intenta agilizar la función pública, sin embargo, ello puede llevar a una
inadecuada toma de decisiones por omitir el juicio antes de llevar a cabo las
ejecuciones en la vida pública. En este sentido, Barzelay y los gobernantes, 43 Barzelay, Michael (2003). La Nueva Gestión Pública. Un acercamiento a la investigación y al debate de las políticas, Fondo de Cultura Económica, México, D.F., pp. 9-10. 44 Secretaría de la Función Pública (2005). Transparencia, buen gobierno y combate a la corrupción en la función pública, Fondo de Cultura Económica/Secretaría de la Función Pública, México, D.F., pp. 39-124.
25
amalgaman dos cuestiones con visiones diferentes: el sector público y sector
privado, ello le da una excesiva sobre representación al ejecutivo sobre el
legislativo y, sobre todo, del judicial in foro interno del funcionario público. Bajo
esta tónica, es posible pensar en muchas de las ocasiones que el ejecutivo se
enfrenta a una problemática y que responderá inmediatamente, basados en
ese razonar omnipotente que no da lugar a errores y considera que todas las
decisiones de esta burocracia preparada serán correctas.
Esta visión totalizadora sin errores, hace recordar tanto a los dirigentes
nacionalistas de la Alemania nazi y los socialistas soviéticos, en la que sus
comités de expertos, a través de sus aparatos burocráticos nunca se
equivocaban y la sociedad pagaba sus “nunca errores”. Por ello, hay que
considerar esta visión empresarial con detenimiento y con buen juicio, sin
olvidar los estragos que han causado en la vida cotidiana del ciudadano. Esta
idea de la gestión o gerencia pública, es necesaria para este tipo de
pensadores como Barzelay para el combate a la corrupción e intenta llegar a
una solución final. Como juzga Roiz:
“La idea de arreglar los conflictos públicos de una vez por todas es una tentación omnipotente que sigue inflando la vela de la política práctica. La música de la ciencia contemporánea y su actitud laicista como imposición atea del foro público,... no significa tan grave avance como pretenden. No cancelan las tenebrosidades del pasado en la que los eclesiásticos jugaban a fondo con esta fuente de poder para controlar y dominar [subrayado del autor].”45
Ante esta idea de la solución final, existen alternativas. Lo que los retóricos
llaman oratio perpetua (hace alusión a los sentimiento y emociones que no se
someten tan fácilmente al control ejecutivo de nuestro foro interno, supone un
juicio interno para tomar decisiones),46 que aunque muchas de las ocasiones
no sean las correctas llegan a ser verosímiles para la ciudadanía; replantear la
inventio retórica para la aplicación y el estudio de la política (inventio, dispositio
y elocutio); la recuperación del pensar trágico y convertir al ciudadano en
hombre público;47 recuperar el estudio no sólo de lo que es científicamente
45 Roiz, Javier (2007b), “Un Mundo Vigilante”, Opus cit., p. 95. 46 Ibidem, p. 96. 47 “En la apertura del espíritu común del ser humano se desarrolla la vida pública de la sociedad. El que se cierra así mismo en contra de este espíritu común, o se revela en contra de él, se remueve el mismo de la
26
verdad, sino de lo que es verdad para el común de la ciudadanía; replantear el
tropoi de que la vida es una guerra e; introducir a la universidad en la
construcción de la mente libre, el buen juicio de la conciencia ciudadana que
ello ayude a disminuir los problemas de corruptelas de nuestras sociedades.
Bajo esta lógica, este estudio pretende ser un avance alterno a los estudios
realizados sobre corrupción, democracia, ciencia política y la idea misma del
ciudadano, que aunque se sabe de antemano, se plantean preguntas que
parecieran no tener respuestas verdaderas, empero, se intenta que sea una
atrevida invitación para el debate de los que es necesario replantearse sobre
los conocimientos adquiridos de la ciencia positiva y, mejor dicho, de la vida
pública de cada una de las sociedades en su conjunto y de las individuos en
concreto, que al final son los que gobiernan, obedecen, practican, comentan,
corrompen y son corrompidos.
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