XXI Jornadas Nacionales de Investigadores en...

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XXI Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación Departamento de Ciencias de la Comunicación (FaCSo •UNSJ) 5, 6 y 7 de octubre de 2017, San Juan 1- Datos del expositor o expositores Apellido: Albardonedo Nombre: María Valeria DNI: 24975898 Correo electrónico: [email protected] Institución a la que pertenece: Universidad Nacional del Comahue. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales- Facultad de Ciencias Médicas 2- Datos de la ponencia a. Título de la ponencia (máximo 100 caracteres) DISCURSO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UN MARCO DE ANÁLISIS CRÍTICO DESDE LA INVESTIGACIÓN EN COMUNICACIÓN b. Área temática de interés (elegir solo una) Economía y Políticas de la Comunicación Comunicación en las organizaciones Discursos, lenguajes y textos Arte y comunicación Comunicación/Educación Prácticas de producción, consumo y usos mediáticos Ciudad, imaginarios urbanos y espacio público x Teorías y metodologías de la investigación en comunicación Sujetos, identidades y culturas

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XXI Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación

Departamento de Ciencias de la Comunicación (FaCSo •UNSJ)

5, 6 y 7 de octubre de 2017, San Juan

1- Datos del expositor o expositores

Apellido: Albardonedo

Nombre: María Valeria

DNI: 24975898

Correo electrónico: [email protected]

Institución a la que pertenece: Universidad Nacional del Comahue. Facultad de Derecho

y Ciencias Sociales- Facultad de Ciencias Médicas

2- Datos de la ponencia

a. Título de la ponencia (máximo 100 caracteres)

DISCURSO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: UN MARCO DE ANÁLISIS

CRÍTICO DESDE LA INVESTIGACIÓN EN COMUNICACIÓN

b. Área temática de interés (elegir solo una)

Economía y Políticas de la Comunicación

Comunicación en las organizaciones

Discursos, lenguajes y textos

Arte y comunicación

Comunicación/Educación

Prácticas de producción, consumo y usos mediáticos

Ciudad, imaginarios urbanos y espacio público

x Teorías y metodologías de la investigación en comunicación

Sujetos, identidades y culturas

Tecnologías de la información y la comunicación

Historia, memoria y comunicación

Prácticas comunitarias y experiencias colectivas de comunicación

c. Palabras claves (3): - Análisis del Discurso. Políticas Publicas. Comunicación

3- Resumen (máximo 1600 caracteres):

El Análisis Crítico del Discurso (ACD) en tanto enfoque de investigación crítico –

cuyos máximos exponentes son Teun van Dijk, Norman Fairclough, Gunther Kress y

Ruth Wodak– constituye un marco teórico-metodológico desde el cual abordar relaciones

de poder, dominación y control tal como se manifiestan a través del lenguaje, en la

sociedad y particularmente en las instituciones. Relaciones que surgen veladas,

naturalizadas debido a los procesos de legitimación que las estructuras dominantes

dinamizan por medio de la construcción de hegemonía

En el análisis de políticas publicas, el ACD resulta provechoso para dar cuenta de la

dinámica aludida, específicamente en las acciones de comunicación e información

públicas que se advierten constitutivas del concepto propio de política (Villanueva,

1996). Se parte de considerar el conflicto y no la reciprocidad de intereses como el modo

en el que se expresa el devenir y la relación Estado- sociedad-políticas públicas.

En el artículo propuesto se desarrollan algunas categorías propias del ACD aplicadas al

análisis de documentos de política pública. En este caso, políticas de formación y

educación en salud.

Se apuesta a consolidar el citado enfoque como marco teórico- metodológico para la

investigación en comunicación de problemáticas y políticas públicas.

INTRODUCCIÓN

Las políticas públicas puedan comprenderse a través de acciones de comunicación e

información. Dichas acciones habilitan acceso y uso público para tornarlas discernibles. La

configuración discursiva que surge al evidenciar y esclarecer la trama de la acción pública

explicita habitualmente, contradicciones que se cotejan en el devenir de las políticas,

independientemente del ámbito o área de acción.

El presente trabajo apunta a fortalecer la investigación de políticas públicas en clave

comunicacional con el objetivo de resignificar las contradicciones en términos de

conflictividad, entendiendo a la misma como un proceso constititivo que atraviesa el ciclo

propio de la política reflejándose de manera diacrónica en el discurso. Fortalecer y apostar

a la investigación de políticas públicas desde el campo de la comunicación conlleva la fuerte

convición de que la realidad se construye en el marco de las luchas simbólicas que se dan en

escenarios socio-discursivos.

En este sentido, el Análisis Crítico del Discurso (ACD) se presenta como una opción

teórico- metodológica en el marco de la investigación comunicacional, ya que parte de

considerar justamente la forma en que la legitimación de los ordenes sociales se estructura a

través de ordenes discursivos. Para el ACD el concepto gramsciano de hegemonía resulta

central ya que permite dar cuenta de las dinámicas que expresadas en el discurso, legitiman

las relaciones de dominación (Fairclough, 2003)

La convicción explicitada y los objetivos de fortalecimiento de la investigación

comunicacional, resultan de un ejercicio de pensamiento epistémico desarrollado en el seno

del Proyecto de Investigación ¨Conflictividad social, Estado y políticas públicas en el Alto

Valle de Río Negro (2007-2015)¨ que se lleva a cabo desde 2015 en la Facultad de Derecho

y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). En el mismo

confluyen comunicadores y sociólogos; docentes de ambas carreras. El proyecto tiene por

objetivo general ¨analizar la relación entre la conflictividad social, el Estado y las políticas

públicas en el Alto Valle de Río Negro en el período 2007-2015, para interpretar los procesos

de producción y legitimación del orden social¨ (Mazzoni, et al, 2016, p.2 ). Entre sus

objetivos específicos, contempla la identificación y el análisis de las políticas públicas a fin

de reconocer especificidades y coincidencias con las políticas nacionales.

El proyecto se organiza a través de distintos ejes de análisis que reflejan líneas de

interés de los investigadores. Entre ellos, el eje ¨Formación académica y en servicio de

profesionales médicos especialistas en medicina general¨ es el que lleva adelante la autora

del presente trabajo. Puntualmente, se pretende revisar y analizar las políticas que en el

período citado, se han desarrollado y sostenido para alentar la formación, incersión y

continuidad en el sistema de salud de dichos especialistas en el marco de la reconversión del

sistema de salud argentino a la estrategia de APS1 (Atención Primaria de la Salud).

Si bien se avanzará más adelante sobre el caso y el eje explicitado, conviene adelantar

que en torno al grado de avance del proyecto, se ha seleccionado para desarrollar en la

presente ponencia, el análisis discursivo de documentos de información pública relevados

en torno a la formación del Médico General a través del Sistema Nacional del Residencias y

la Dirección Nacional de Capital Humano y Salud Ocupacional del Ministerio de Salud de la

Nación Argentina.

LA APUESTA EPISTÉMICA: ALGUNOS CONCEPTOS Y DESARROLLOS PARA

UN ANÁLISIS PROCESUAL DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS.

En el apartado que comienza se exponen algunas nociones que resultan prioritarias

para esclarecer la perspectiva de la que se parte. En primer lugar, cabe precisar las

implicancias que conlleva el pensamiento epistémico como clave de la propuesta analítica.

Zemelman (2001) aclara que el pensamiento se comprende como una postura, como una

actitud de la persona frente a las circunstancias que quiere conocer; diferenciadose asi de un

discurso conceptual que prefigura o bien construye un objeto que se cristaliza en lo teórico,

1 La Declaración de Alma Ata que surgió del emblemático encuentro que se llevó a cabo en la ex Unión

Soviética en 1978, reunió representantes y referentes sobre políticas sanitarias de todo el mundo y definió la

APS como: ¨La asistencia sanitaria esencial basada en métodos y tecnologías prácticas, científicamente

fundados y socialmente aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad

mediante su plena participación y a un coste que la comunidad y el país puedan soportar en todas y cada una de

las etapas de su desarrollo, con un espíritu de autoresponsabilidad y autodeterminación. La APS forma parte

integrante tanto de los sistemas nacionales de salud de los que constituye la función central y el núcleo principal,

como del desarrollo social y económico global de la comunidad¨

a través de contenidos ya definidos. Distanciándose de un pensar ¨teórico¨, se constituye un

acto reflexivo que se canaliza a través de la pregunta ¿cómo me puedo colocar yo frente a

aquello que quiero conocer?

La reflexión epistémica se considera un tipo de reflexión pre- disciplinaria o pre-teórica que

se encauza a través del planteamiento sobre una realidad compleja que se pretende conocer.

¨El pensar epistémico consiste en el uso de instrumentos conceptuales que no tienen un

contenido preciso, sino que son herramientas que permiten reconocer diversidades posibles

con contenido. Esto hace parte de lo que podríamos definir como un momento pre-teórico,

mismo que tiene un gran peso en las posibles teorizaciones posteriores. Decir pre-teórico,

significa decir, construcción de relación con la realidad.¨ (Zemelman, 2001, p.8)

La complejidad se comprende en tanto articulación de procesos, permanente,

constante y cambiante. La premisa consiste en construir el presente articulado por diferentes

instancias que dan cuenta de la historicidad. Advertir la historicidad, implica la lectura

compleja del fenómeno en el momento en que se aborda y analiza, sin hacer grandes

reconstrucciones histórico-genéticas. (Zemelman, 1998) En línea con la consideración de la

historicidad, surge la noción de totalidad, que opera como fundamento del razonamiento

analítico ya que constituye la ¨delimitación de campos de observación de la realidad, los

cuales permitan reconocer la articulación en que los hechos asumen su significación

específica¨ (Zemelman, 2009, p. 40)

En el pensamiento del autor citado, re-surge y se jerarquiza la noción de praxis como

horizonte del conocimiento social; como la escencia del mismo. La praxis muestra y conduce

posibilidades de transformación desde la identificación del dinamismo que caracteriza los

procesos reales. En la producción de conocimiento situada y dispuesta a conocer lo ¨dado-

dándose¨2, se implica el reconocimiento de lo político como una instancia potenciadora y

dialéctica.

El breve recorrido por las nociones y premisas zemelmanianas aportan el telón de

2 Retamozo (2015) aporta la explicación de ̈ lo dado-dándose¨ como lo instituido y lo instituyente no obs- tante,

aclara que ganaríamos en ubicar el proceso de instituyente (lo político) en una dimensión capaz de ser

reconocida tanto sedimentada en lo dado como operando (abierta) en lo dándose.

fondo necesario para esclarecer y revisar los conceptos de Estado, política pública, y

conflictividad social que se implican en la matriz de análisis. Una matriz que apunta a

reconstruir procesos en movimiento, abiertos, contradictorios y cambiantes. Teniendo en

cuenta las carácterísticas enunciadas, la analítica discursiva se torna decisiva ya que aporta

categorías y elementos que permiten resignificar el uso y la apelación a determinados

contenidos, términos y formulismos para advertir las significaciones que se inscriben en el

devenir de la política pública.

EL ESTADO COMO ESCENARIO DE LAS CONTRADICCIONES: UN PRINCIPIO.

La relación Estado- políticas públicas que se enfatiza en este trabajo, se distancia de

una concepción dicotómica y simplista que durante mucho tiempo fue dominante para pensar

y analizar la relación y más precisamente la generación de las políticas públicas. La misma

ha tenido fuerte raigambre en el sentido práctico y de alguna manera, ha reproducido también

la escición entre sociedad y Estado, al punto de instalar discursos que atomizan, fragmentan

y borran la dimensión de las luchas sociales y las condiciones materiales y simbólicas que la

misma tiene para el análisis de procesos políticos.

La concepción a la que se ha hecho alusión se resume en los enfoques estadocéntricos

o ̈ desde arriba¨ y su contraparte; sociocentricos o ¨desde abajo¨. En el primero, la generación

de políticas se explica a través de un origen estrictamente institucional que privilegia el

trabajo de los expertos y los decisores. Así, el origen de las políticas públicas radica en el

desempeño técnico, legal y administrativo de las burocracias Se constituye, así como una

variable independiente de cualquier determinación contextual, y se le identifica

fundamentalmente con la decisión pública. El segundo, denominado también enfoque

¨social¨ o ¨pluralismo social¨, ubica el origen de las políticas públicas en la constelación de

demandas sociales, precisamente en el conflicto de intereses que de ellas emana y las

consideran una variable totalmente dependiente del contexto. Aquí se entiende al Estado

como reactivo y neutral, como procesador de las demandas de la sociedad. Es otra visión

instrumental de las políticas públicas. (González Madrid, 1999).

Desde ambos enfoques la concepción de Estado queda supeditada al reconocimiento

de dos roles; uno propositivo y otro reactivo o canalizador de las demandas sociales. Los dos

eluden la dimensión compleja y las contradicciones intrísecas que atraviesan ambos roles,

jerarquizando así la interpretación dicotómica. Pero más notorio aún, es que en ninguno de

los dos se advierte la legitimación que como reproductor de un orden social efectua y sostiene

el Estado para contener, reprimir y/ o reproducir sistemáticamente conflictos.

En aras de esclarecer el devenir complejo de las políticas públicas, se vuelve necesario

reconocer el Estado en tanto conjunto de estructuras, aparato, maquinaria que busca asegurar

su continuidad y la continuidad del orden propio (soberanía territorial, sistema de pesos y

medidas, derechos individuales, la propiedad privada) perpetuando en el mismo acto las

relaciones sociales de producción dominantes. (Mazzoni, 2015)

La concepción del mismo como una forma, como un configuración de estructuras,

apunta a caracterizar el Estado capitalista y es en ella donde la noción de orden social

adquiere una relevancia fundamental ya que permite dar cuenta de la dinámica de las

relaciones sociales de producción. En este sentido, Gramsci (Cerdeña, 1891-1937), sostiene

que el Estado, en el momento constitutivo, ya presenta su doble tarea consensual y coercitiva:

educa y sanciona, se mueve por acción o por omisión, premia y castiga. Es decir, es en sí

mismo, contradictorio. Contradicción operativa que constituye, sostiene y normaliza un

orden social a través de la hegemonía.

Así, desde su impronta marxista, el citado autor permite dilucidar los mecanismos por

los que se constituye el consenso para la dominación burguesa, anticipando precozmente

una concepción dinámica, no instrumentalista del Estado.

La primacía del momento de la coerción o del consenso(…) estará vinculada tanto a las

condiciones de desarrollo de las fuerzas productivas y a los regímenes de acumulación

vigentes en cada sociedad y en cada momento histórico, como a la posibilidad y voluntad de

las clases dominantes de "hacer concesiones" en el plano económico y político, por una

parte, y a la capacidad de las clases subalternas para modificar la correlación de fuerzas a

su favor, por la otra.¨ (Thwaites Rey, 2008, p. 21)

A propósito, la autora citada considera la relevancia de los aportes gramscianos,

particularmente sobre la relación coerción- consenso y la que se establece entre hegemonía

– dominación para analizar las sociedades periféricas entre las que se reconocen las

latinoamericanas.

La concepción de hegemonía es fundante para comprender que el orden social, no

esta determinado sino que resulta de una trama que se construye material y simbólicamente

y por la cual la clase dominante logra imponer su interés como ¨visión de mundo¨, como

¨sentido común¨. El desarrollo y el estableciemiento de un orden social hegemónico se

comprende desde una complejidad característica en la que la clase dominante torna sus

intereses particulares en el interés general a través de una estructuración particular de las

bases materiales. Para esto es necesario que se articulen ciertas operaciones que a nivel

económico permitan un desarrollo tal de las fuerzas productivas que favorezcan la elevación

relativa del nivel del vida de las masas. (Thwaytes Rey, 2008). Nótese que la condición de

¨relatividad¨ a la que hace alusión la autora citada anticipa ya, una contradicción, que puede

abordarse aún con mayor rigor a través de lo que Poulantzas (1936-1979) denomina

¨autonomía relativa del Estado¨. Dicha noción fundamental en la obra del autor greco-

francés, explica justamente la separación entre lo político y lo económico en el modo de

producción capitalista.

¨Dado que las contradicciones entre las clases y fracciones dominantes impedirían el

establecimiento directo de sus intereses comunes a nivel político, y con ello la formación de

un proyecto de dominación en conjunto, es necesario que el Estado funcione como

intermediario para organizar las clases dominantes dentro del bloque en el poder¨ (Pimmer,

2016, p. 158)

En Poulantzas se afianza la interpretación dialéctica del Estado a través de la idea

central que sostiene que la función de intermediario la cumple organizando políticamente a

las clases dominantes y desorganizando al mismo tiempo las clases dominadas. De este modo

condensa materialmente, a través de una necesaria opacidad, una relación contradictoria.

LAS POLITICAS PÚBLICAS EN EL SENO DE LA CONTRADICCIÓN: EL

ENFOQUE TRIDIMENSIONAL.

Hasta aquí, se han revisado enfoques epistémicos y distintas caracterizaciones de la

relación Estado –políticas públicas, recorriendo a la vez conceptos de Estado que permitieran

reconocerlo en su carácter de intermediario de relaciones de fuerza, en suma, garante de la

hegemonía. En adelante, se partirá de las concepciones recuperadas, fundamentalmente de

las que enfatizan el carácter contradictorio y la función hegemonizante para explicitar

nociones de políticas públicas.

Como se reseñó en el apartado anterior, la dicotomía propuesta por los enfoques

estadocéntricos/ sociocéntricos, contribuyó a diluir la complejidad que encarnan las luchas

sociales para analizar las políticas públicas. Con el objetivo de jerarquizarla en el análisis, se

asume en principio que las políticas públicas deben concebirse desde la interrogación de los

fenómenos políticos que las desatan a las acciones que las constituyen, ejecutan, sostienen y

profundizan. Ciclo amplio en el que la lucha por el poder consuma la dinámica conflictiva,

ya que los intereses antagónicos están siempre presentes en la ¨forma Estado¨ caracterizada.

Para superar la visión de un lugar de nacimiento único de las políticas y profundizar

el análisis de procesos, la noción de acción pública resulta fundamental, ya que jerarquiza lo

colectivo y los procesos de decisión pública. En este sentido Thoening (1997) pone el acento

en la sociedad más que en la esfera estatal para caracterizarla y define la misma como la

¨manera en que una sociedad construye y califica los problemas colectivos y elabora

respuestas, contenidos y procesos para abordarlos”(1997, p. 28).

La concepción de acción pública implica las diversas racionalidades de la realidad

social, en consecuencia permite introducir el conflicto como la estrategia dominante. La

multi-racionalidad, lo público y la conflictividad se conjugan y adquieren relevancia en en

esta consideración ampliada que también se advierte como ¨sistema de acción¨, en tanto

forma específica de organización del conflicto de intereses y de mediación en el que se

encuentran puntos de equilibrio ̈ inestables¨. La alusión a la inestabilidad implica la dinámica

conflictiva. En el sistema se encuentran tanto los intereses de actores y movimientos sociales

diversos como de los grupos constitutivos de los poderes de gobierno (Gonzalez Madrid,

1999)

“Un sistema de acción pública que tiende a imponerse en un sector de la sociedad, que está

ordenado mediante un ciclo de operaciones diferenciadas y existe en un contexto específico

y concreto que condensa orientaciones valorativas” (González Madrid, 1999, p.22)

Otro de los aportes sustanciales que surgen de la noción de acción pública y

consecuentemente de la de ¨sistema de acción¨ es su constitución tridimensional. Meny y

Thoening (1992) señalan a partir de ella, tres elementos en interacción que resultan

sustanciales para operativizar el análisis y esclarecer posiciones en el marco del juego de

¨equilibrios inestables¨. En principio aluden a una suerte de ¨distribución diversificada¨ de

actores gubernamentales y no gubernamentales. En el mismo sentido, mencionan la

gradualidad en las acciones, estableciendo un paralelo con lo que los neomarxistas

denominan ¨distribución de correlación de fuerzas¨. En segundo lugar, destacan la red de

acciones visibles y no visibles, indicando que las mimas pueden registrarse textualmente y

simbólicamente. Por último, agregan la importancia del sentido del cambio social en la

acción, sin embargo aducen que los cambios no siempre son sinónimo de innovaciones. Es

decir, los cambios pueden reflejar también una perspectiva conservadora.

La noción de lo público en tanto cuestión que atañe a lo colectivo, manifiesto y abierto

(Robotnicoff, 1997) adquiere relevancia en el abordaje tridimensional ya que se comprende

en la multiplicidad de actores y de sus grados de participación en coyunturas específicas.

Los elementos explicitados constituyen un mapa, un recorrido para la identificación de la

acción pública y su dinámica. Nótese que el registro textual para los autores referenciados,

conforma un elemento de la acción pública, susceptible de identificación y análisis. Por su

parte, Aguilar Villanueva (1996) integra la comunicación pública a la definición de política

pública.

En línea con las consideraciones de la comunicación como parte de la política, la

reconstrucción de la dimensión discursiva brinda la posibilidad de mostrar conflicto y

contradicción en aras de esclarecer la trama simbólica que la hegemonía del Estado condensa

en el proceso homónimo.

EL DISCURSO EN LA TRAMA DE LA ACCIÓN PÚBLICA. POSIBLES

DIMENSIONES Y CATEGORÍAS DE ANÁLISIS.

El ACD supone también un esquema tridimensional en el que puede distinguirse la

práctica textual, la práctica discursiva y la práctica social. De acuerdo al mismo, el estudio

de cualquier discurso se emprende de manera simultánea;

¨en tanto que texto como producto, oral o escrito, de una producción discursiva; en tanto

que práctica discursiva, que se inserta en una situación social determinada; y por último,

como un ejemplo de práctica social que estructura áreas de conocimiento, que no sólo

expresa o refleja entidades, prácticas, relaciones, sino que las constituye y conforma”

(Martín Rojo, 1997, p.4).

En este sentido, el discurso se concibe como una práctica social desde una perspectiva

dialéctica que supera aquella que concibe al lenguaje exclusivamente como conjunto de

enunciados para destacar una concepción activa; fundante e imbricada necesariamente en las

relaciones y condiciones sociales de producción. El carácter hacedor, constitutivo de

significados que crean y establecen valores, creencias, concepciones y saberes, constituye la

dimensión discursiva. En la política pública se expresa tanto en los documentos de

información como en los significados que circulan en cada una de las fases del proceso3.

La perspectiva dialéctica contempla, pone en juego y entrecruza la matriz socio-

histórica y política con el orden textual propio de la producción discursiva. Asumir dicha

comprensión implica dar cuenta sistemáticamente de la estrecha relación entre la constitución

discursiva de la sociedad y las prácticas sociales a través de las cuales se desarrolla, prácticas

que -a su vez- se encuentran enraizadas en estructuras sociales.

A fin de que resulte operativa la perspectiva en cuestión, debe considerarse la

historicidad y el signo crítico del análisis para revelar y establecer las conexiones y las causas

veladas del orden socio-discursivo . Al respecto, Wodak destaca que

“asumimos una relación dialéctica entre las prácticas discursivas particulares y los ámbitos

de acción específicos (lo que incluye las situaciones, los marcos institucionales y las

estructuras sociales) en que se hallan ubicados. Por un lado, las situacionales,

institucionales y sociales configuran los discursos y les afectan y, por otro, los discursos

influyen tanto en las acciones y los procesos sociales y políticos de carácter discursivo como

en los de carácter no discursivo” (Wodak, 2003, p.104).

La condición dinámica de la hegemonía revela la dimensión conflictiva en la acción

pública mostrándose y estructurándose en el discurso. Un orden de discurso determinado

puede comprenderse como faceta discursiva ilustrativa de condiciones contradictorias e

inestables que constituyen la hegemonía.

Por otro lado, cabe destacar que toda construcción hegemónica es contingente, dado

que en la forma Estado ya caracterizada y en la consideración de la política como acción

pública, ni el resultado de las disputas ni el devenir de la conflictividad está asegurado (Balsa,

2011). No obstante, advertir los órdenes discursivos que la sustentan permite dar cuenta de

3 Hace alusión a todos aquellos significados que se configuran en discursos a lo largo de todo el proceso de

políticas -idenficación de un problema, alternativas de decisión, implementación y evaluación- estén

contenidos en discursos orales o escritos.

la clase o la fracción de clase y las relaciones que surgen asociadas para construirla, sostenerla

y detentarla. El discurso hegemónico se reconoce como tal dado que fija como válidas

determinadas significaciones y no otras.

La operación de validar determinadas significaciones y establecer legitimidad sobre

determinados posicionamientos que en lo tocante a la relación Estado- políticas públicas se

refleja de forma recurrente en los documentos de información pública, pueden reconocerse

identificando en el cuerpo de los mismos, distintas estrategias discursivas. Dichas estrategias

incluyen figuras retóricas, recursos argumentativos y categorías operativas que se reconocen

propias del análisis crítico. Si bien las últimas pueden referenciarse en cada uno de los niveles

–textual, discursivo- terminan confluyendo en el nivel de la práctica social. Resulta

esclarecedor detallar algunas de ellas y su funcionamiento a modo de referencias y elementos

para el análisis.

Desde la retórica, el uso de la concesión (Balza, 2011) resulta fundamental ya que

muestra la consolidación de la hegemonía. A través de dicha figura se le da la razón al

adversario; se reconocen los problemas de un determinado sector a través de la

argumentación de las dificultades, la identificación de limitaciones pero finalmente se lo

rescata como el que tiene las posibilidades. El recurso a la concesión compatibiliza con lo

que lo que se identifica como selección temática. La misma se basa en la elección y el

ocultamiento de determinados temas del texto y la conversación (Soler, 2011). A su vez,

elección y ocultamiento se sostienen a través de la lexicalización en tanto proceso a partir

del cual se forman expresiones combinando o fusionando palabras, lo que conlleva un cambio

de significado y consecuentemente a la estabilización del mismo. La identificación de dichas

expresiones implica dar cuenta de la significación política que encarnan así como constatar

que la creación de dichos conjuntos de términos pueden generar categorías culturales.

(Pedrosa, et al 2010)

Por último, resultan esclarecedores las conexiones y reconstrucciones del registro de

significaciones hegemónicas a través del concepto de intertextualidad. La intertextualidad

considera una característica típica de los discursos, su condición de mezcla y combinación

con otros discursos y distintos recursos textuales, estilísticos y de género. “La

intertextualidad implica un énfasis en la heterogeneidad de los textos y un modo de análisis

que destaca los elementos diversos y a veces contradictorios que configuran un texto”

(Fairclough, 1992, p.4). A través de la intertextualidad se muestran ambivalencias,

contradicciones y ambigüedades que indican complejidades latentes y manifiestas en los

textos que en este caso se encuentran en los documentos de información pública.

UN EJERCICIO: EL ANÁLISIS DE DOCUMENTOS DE INFORMACIÓN

PÚBLICA DESDE EL ACD: EL CASO DE LA FORMACIÓN DE MEDICOS

GENERALISTAS. DIAGNÓSTICO, EVALUACIÓN Y MARCOS DE

REFERENCIA.

BREVE CARACTERIZACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA

El tema se configura desde una problemática manifiesta que se advierte en el cruce

políticas de salud – políticas de formación en salud- política educativa. La orientación hacia

la medicina general en la formación de grado y la priorización de las residencias en la

especialidad, se consideran acciones fundamentales para la consolidación de la Atención

Primaria de la Salud (APS) como estrategia central del sistema de salud. (Harzheim et al,

2009). OPS (2007) define a un sistema de salud basado en la APS como un enfoque amplio

de la organización de los sistemas de salud, que hace del derecho a alcanzar el mayor nivel

de salud posible su principal objetivo, al tiempo que maximiza la equidad y la solidaridad del

sistema. Enfatiza en que los equipos de profesionales deben orientarse hacia la cultura de las

comunidades.

En Argentina, la APS ha sido postulada durante los últimos 15 años como el eje

sustancial de la política pública de salud (Tobar, 2006; Plan Federal de Salud 2010-2016).

Discursivamente y en determinados niveles de gestión, las políticas públicas sobre la

cuestión se han mostrado promotoras de la estrategia de la formación de médicos generalistas

para fortalecer la APS, no obstante, en este análisis, se ha evidenciado la dimensión

conflictiva intrínseca a este proceso, particularmente en el seno de la formación médica y en

los programas de residencia.

LOS DOCUMENTOS: UNA LECTURA CRÍTICA

En 2008, el Consejo Federal de Salud- en adelante COFESA- expresó su

preocupación para incorporar residentes en algunas especialidades que consideró

prioritarias, entre ellas la de Medicina General fue una de las más críticas. Entre las

dificultades consideradas, se identificaron algunos factores influyentes y entre ellos el

denominado “Mercado Formativo” fue clave.

En el documento elaborado por el COFESA, denominado ̈ Planificación y gestión del

Sistema Nacional de Residencias en Argentina¨ se alude al ¨Mercado Formativo¨ como

factor influyente en la baja cobertura de cargos en residencias de especialidades ̈ priorizadas¨

en función de la estabilización de la estrategia de APS, tales como medicina general y

pediatría. En el marco del mismo, se incluyen aspectos concernientes al grado y al posgrado.

Entre los primeros se destaca:

¨la distribución de facultades y condiciones de ingreso, la duración prolongada de la

carrera, el perfil del egresado orientado a especialidades hospitalarias y más rentables,

título de grado habilitante¨. En cuanto al posgrado se destaca la ¨oferta de formación menos

intensiva y las carreras universitarias¨.

En el diagnóstico sobre los ´factores influyentes´ resulta significativa la alusión al

¨Mercado Formativo¨. Se trata de una lexicalización que tiende a estabilizar un significado

sobre la educación superior. Un significado que orienta y prepara el terreno para la sujeción

de la planificación educativa a las políticas educativas mundializadas. Las mismas se

comprenden a partir de distintas acciones regulatorias que imponen controles a fin de orientar

la educación a paradigmas eficientistas y de productividad.

Con el advenimiento de la economía de la salud (Chapela Mendoza. et. al, 2006)

dichas políticas logran impactar en la formación de profesionales de la salud priorizando,

especialidades y áreas de intervención que aseguran rentabilidad. Y si bien, las políticas de

salud a nivel global a través de los discursos de organismos como OMS, OPS traccionan

hacia la APS, filosofía que afirma la salud como derecho humano, su implementación –sobre

todo en países latinoamericanos- siempre ha estado sujeta a las características de los sistemas

y al contexto social, legitimándose como una política diferenciada que atiende necesidades

urgentes de las poblaciones más vulnerables.

En esta construcción discursiva se avizora la estructura estatatal, estableciendo puntos

de equilibrio inestables; sosteniendo la conflictividad ya que por un lado prefigura la

formación adecuada a la APS, pero a su vez enuncia la Educación Superior como ̈ mercado¨.

El fragmento citado, expone literalmente, la contradicción y la conflictividad: la formación

se subsume a lógicas productivas, y en esa lexicalización se habilita a citar los aspectos que

influyen en la baja cobertura de cargos de la especialidad. No se explicita las implicancias de

una formación orientada al mercado pero se presentan las consecuencias como presupuestas.

En este sentido, la selección temática también opera ocultando las consecuencias que tiene

para la academia médica en particular, orientar la formación hacia especialidades que se

sustentan en una concepción de salud integral, en el marco de un sistema que tiende a la

hiperespecialización.

¨Por otra parte, si bien los estándares de acreditación de la carrera de medicina (Resolución

Ministerio de Educación 1314/2007) prevén una orientación hacia la APS, todavía gran

parte de los programas de formación tiene una estructura tradicional, con una estructura

curricular fragmentada, con poca jerarquización de los contenidos de salud pública y de los

ámbitos comunitarios como espacios de formación.¨

En el fragmento citado se observa el recurso a la Resolución 13144 a partir de la cual

se aprueban los estándares para todas las carreras de medicina. Desde la intertextualidad, se

apela a un texto con fuerza de ley que construye la afirmación en la argumentación sobre

las dificultades de la orientación hacia la APS en la formación de los profesionales médicos

y luego asume que la estructura tradicional de formación fragmentada aún tiene legitimidad

en la mayoría de las carreras. Otra vez aquí se advierten las contradicciones del sistema y la

conflictividad en la política de formación.

El segundo documento seleccionado, se titula ¨Marco de referencia para la formación

en Residencias Médicas. Especialidad Medicina General y/o Familiar¨. Se trata de un

documento marco- regulatorio para organizar el desarrollo pedagógico de las residencias. En

el documento seleccionado se toma el de la residencia homónima. El mismo se dio a conocer

4 El documento establece, entre otras cuestiones específicas, los contenidos curriculares básicos y los criterios

de intensidad sobre la formación práctica correspondientes a las carreras de Medicina que se dictan en el país.

Cabe recordar que la Medicina se encuentra entre las profesiones “cuyo ejercicio pudiera comprometer el interés

público poniendo en riesgo de modo directo la salud, la seguridad y los bienes de los habitantes”, según el

artículo 43 de la Ley 24.521. A partir de la norma, comenzó el proceso de regulación de las carreras

comprendidas en el artículo. Para las carreras de Medicina fueron estableciéndose distintas instancias y acciones

de evaluación y acreditación y, particularmente, esta Resolución Ministerial.

en 2010 luego de un trabajo mancomunado con la Comisión de Medicina General que en el

ámbito de la Dirección Nacional de Residencias, agrupa representantes de distintas

universidades y asociaciones profesionales vinculadas con la especialidad. Nótese que el

documento surge y circula a partir de 2010, luego de la Resolución 1314.

El documento se organiza en cuatro partes que consignan el Perfil Profesional, Las

bases Curriculares, Los Requisitos mínimos para el funcionamiento de la residencia y las

capacidades del egresado de la residencia. En el documento la reiterada apelación al término

¨competencias¨5 revela la conexión, nuevamente con las políticas mundializadas.

¨Perfil Profesional: Es la referencia fundamental ya que orienta el proceso formativo

especificando las competencias que el profesional desarrollará. Constituye la principal

fuente para la identificación de situaciones problemáticas que dicho profesional enfrentará

en su accionar cotidiano y que los docentes utilizarán en el diseño de estrategias de

enseñanza y aprendizaje. En las distintas áreas de competencia que componen el capítulo se

describe y explica cómo las personas operan (procesos) con los datos que poseen

(información) para resolver una tarea (ejecución).¨

En el fragmento se advierte intertextualidad en la explicación de procedimientos que

involucran distintas áreas de competencia, ya que se apela a la incorporación de una dinámica

mecánica (procesos-información-ejecución). Esta manera de concebir los procedimientos de

trabajo en el caso de la profesión médica, revela toda una transformación que apunta a volver

genéricos los procesos, descentrando cada vez más a la persona y su subjetividad. La

intertextualidad se revela al incorporar una manera de presentar los procedimientos

importada de lógicas propias del mundo empresarial o bien de disciplinas de la ingeniería y

la mecánica.

En línea con la legitimación de estas lógicas, en la presentación del documento se fundamenta

5 El término “competencia” puede entenderse, de manera general, como una medida de síntesis que indica lo

que una persona puede hacer correctamente como resultado de la integración de sus conocimientos, habilidades,

actitudes y cualidades personales. Está fuertemente asociado con la capacidad para dominar situaciones

complejas y cambiantes. Esta asociación hace que el foco de atención se sitúe en los resultados que obtiene el

individuo frente a las demandas que se le plantean tanto en su profesión como en un rol social o un proyecto

personal determinado.

que:

¨La creación de la Comisión Consultiva de Medicina General y Familiar (…)es una acción

enmarcada en ese proyecto más amplio, que busca normalizar el perfil del egresado en la

especialidad de Medicina general y/o familiar¨

Resulta significativo el uso del verbo ¨normalizar¨ para dar cuenta del objetivo de la

Comisión. Se advierte una contradicción que revela por un lado la regulación y por otro lado

las políticas mundializadas que se inscriben en la misma a través de la Ley de Educación

Superior 24.521 y la Resolución 1314 mencionada anteriormente.

A la vez, denota toda una operativa respecto de la formación en medicina general y

la inserción en el sistema de los profesionales que optan por la misma; una operativa que

arbitrada por el Estado, sustenta un equilibrio inestable a través de ̈ priorizarla¨ en la inserción

y a la vez ¨normalizarla¨ en la formación. Dicha normalización implica la estandarización de

un perfil que debería construirse adecuado al contexto sociocultural en el que se inserta dicho

profesional, atendiendo a la fuerte raigambre territorial que la especialidad debe contener

entre sus contenidos distintivos.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Del breve ejercicio analítico a través de algunas de las categorías propias del ACD se

desprenden algunas reflexiones conclusivas

- En los documentos de información pública seleccionados se advierte un discurso que tiende

a estandarizar y subsumir a una lógica mercado- sistema de salud, las problemáticas de

formación, incersión y permanencia en el sistema, de un profesional cuyo perfil resulta clave

para reorientar los servicios de salud a la estrategia de APS.

- La dimensión conflictiva de las políticas en cuestión se condensan en el marco de una

relación contradictoria en la que el Estado capitalista al tiempo que consolida la

fragmentación6 del sistema de salud y de manera funcional a dichos procesos, la

6 La fragmentación del sistema de provisión de servicios de salud es la coexistencia de varias unidades o

establecimientos no integrados dentro de la red sanitaria asistencial. La presencia de numerosos agentes de

salud que operan en forma desintegrada no permite la adecuada normalización de los contenidos, la calidad y

el costo de la atención, y conduce a la formación de redes de provisión de servicios que no funcionan de manera

hiperespecialización en la formación médica, sostiene -especialmente en los documentos de

información pública- la estrategia de APS y la priorización de la especialidad de medicina

general. Dicho sostenimiento resulta funcional a las políticas mundializadas a través de la

contradicción de ser médico general en un sistema de salud y de formación que resulta cada

vez más excluyente para alojar la especialidad.

Por otro lado, en cuanto a la propuesta de este trabajo, en el sentido de fortalecer la

investigación comunicacional de políticas públicas, se advierte que la práctica metodológica

de analizar críticamente los discursos que se construyen en la acción pública revela ordenes

que se producen encriptados, alejados del debate público. Para el campo de la comunicación

es una obligación advertirlos, señalarlos y abrir la discusión en la ciudadanía.

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