XXXVIII CONGRESO NACIONAL DE SEPYPNA±oz-Ana-Mª-¿Lo… · me dijo que tenía unos cachorritos...
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¿LOS NIÑOS SON MUY FANTASIOSOS?
Ana Mª Magaz Muñoz, Francisco González García, Silvia Gómez Gil
ASOCIACIÓN CON PALANRAS INTERVENCION PSICOSOCIAL
web: www.conpalabras.es; mail: [email protected]
o Descripción de interacciones. La menor describe interacciones entre ella y el presunto agresor al referir que “yo cerraba la puerta. Y él me decía: no, no cierres la puerta, a ver si
te vas a quedar encerrada. Entonces la abría y se quedaba en la puerta mirándome”.
o Aparición de detalles inusuales. Resulta un detalle inusual, aunque por ello no resulta algo imposible o incompatible con una situación de abuso sexual, el hecho de que se dieran
interacciones de tipo sexual o abusivas en un entorno o zona pública como puede ser en el campo.
o Descripción de detalles superfluos. “A mí siempre me llevaba a un chalet que tiene en xxxx (…) mi abuelo. Bueno, en verdad no es mi abuelo. Bueno cuando yo nací él estaba ya
con mi abuela y siempre me llevaba a una casa que la construyó el (…) que tiene varias”. “Pero en la parte de atrás tiene un garaje porque estaba sin construir. Solo lo único que
tenía así con cocina, con…, era la parte de abajo, como garaje. Y tenía un baño, y ahí pasaba que (….)”
o Detalles específicos del incidente. La menor, a pesar de las dificultades que presenta para distinguir un episodio de otro y referir en algunas ocasiones que eran siempre igual, lo
que podría explicarse por la frecuencia y la cronicidad de la situación abusiva, resultando esto esperable en este tipo de abusos, por ejemplo refiere que: “y ya más mayor, una
vez le dije que…, es que bueno, no le dije que no. Me aparté así ¿sabes? ¿y sabes lo que me dice? Me dice: eh…, porque no me dejas si tú de pequeñita siempre me dejabas”.
o Atribuciones subjetivas sobre el agresor. La menor alude a atribuciones subjetivas del agresor al presuponer las intenciones o pensamientos de éste cuando refiere, por ejemplo,
que “siempre me pedía masajes para tocarme, porque no me tocaba directamente ni nada”. “siempre me decía así las cosas como para… No sé, yo pienso que es para no ser, para
que no fuera muy violento así hablando o haciendo las cosas”. “le esquivaba mucho y él se daba cuenta” “y se hacía el tonto”.
o Admisión de falta de recuerdo. La menor alude en varias ocasiones a una falta de recuerdo, describiendo un recuerdo fragmentado, propio de la clínica disociativa: “es que no sé,
es que me acuerdo de un montón de cosas así, pero…, es que no sé. Es que de días así. De detalles y todo… Yo es que de las cosas que me acuerdo son cosas así”.
o Instauración de reglas comportamentales. La peritada refiere: "me decía que me quitara la ropa” . “Me decía: quítate la ropa para no mancharte con pelos de los perros”. “En
casa me encerraba la puerta pero me decía que la abriera”. “Quítate la ropa para que… no mancharte de los pelos de los perros, y me dejaba sin ropa”.
o Obtención de favores y/o ganancias. La menor alude a varias ganancias o favores proporcionados por el denunciado tales como que “mi abuelo siempre me regalaba cosas y yo
siempre me seguía yendo con él” o “siempre como que me tapaba las cosas. Por ejemplo, yo me iba de pellas y mis padres no lo sabían”, “empezó a decirme que si quería fumar
un porro…, que si quería un cigarro…, que me compró hasta una cachimba para fumar, me la escondía él ahí en la casa esa”. “Yo llevaba tiempo sin estar con él y justo fui porque
me dijo que tenía unos cachorritos nuevos, perros. Y yo fui”; “Si quería algo me lo daba”.
o Relación de seducción, dominio del agresor. Se puede observar la descripción de una relación basada en la seducción, el control y el dominio en las verbalizaciones siguientes:
“Pero todo siempre me lo decía de una forma muy suave”. Como conductas de control pueden destacarse las situaciones de soledad a las que alude constantemente la menor
“siempre quería como que estuviera sola con él”, “quería siempre estar ahí”; y a verbalizaciones como “él siempre decía a mis padres: no, ese que no venga, que no se porta bien”
(refiriéndose a que su abuelo rechazaba llevarse a su hermano). El aislamiento social e intentos de ruptura de los lazos sociales son otro indicador más que suele detectarse en las
situaciones de abuso sexual, pudiéndose entender tales conductas como un control por parte del supuesto agresor. La menor en este sentido refiere que “me hablaba mal de mis
padres, de mis amigos, de… Como que yo también pienso que por él he discutido mucho con mis padres”. La seducción se hace presente cuando la menor refiere que “porque era
su nieta favorita, me decía”.
o Progresión en el abuso o maltrato. Puede entenderse como una progresión al maltrato el hecho de que refiera que “me decía que me iba a dar un masaje y empezaba a meterme
la mano en las tetas y me tocaba”.
• En relación a la hipótesis 5º sobre la compatibilidad clínico-psicosocial cabe destacar que la menor presenta sintomatología clínicamente significativa que ha podido constatarse a lo
largo de las dos exploraciones efectuadas así como en el resultado de las pruebas psicométricas aplicadas: la SCL-90-R y el MMPI-A. La menor presenta rasgos disfuncionales de
personalidad. Se observan conductas oposicionistas-desafiantes, con violencia ascendentes en el entorno familiar. Consumo de tóxicos, dificultades en las relaciones
interpersonales y de pareja, suspicacia, fugas del hogar, estado de hiperalerta e hipervigilancia, pensamientos intrusivos y bajo rendimiento escolar. Tal sintomatología resultaría
compatible con las consecuencias derivadas de una situación de victimización sexual infantil.
H-T-P – TEST CASA-ÁRBOL-PERSONA (Buck, 1949).
TEST DE LA FAMILIA IMAGINARIA (CORMAN, 1961).
En las técnicas proyectivas aplicadas se observan mecanismos de negación. La menor no se representa en la familia, dejando a su hermano, menor que ella, que le remite a
una época infantil con una edad previa al abuso, recordándolo como un periodo más feliz para la menor. Se observa un fracaso en la diferenciación de los sexos. Fracaso en la
diferenciación dentro-fuera al observarse aperturas en la copa del árbol y en las cabezas de las figuras humanas, así como unos límites malogrados para la diferenciación de las
partes de cuerpo (ausencia de líneas separadoras entre cuello y cuerpo, mangas-brazos-manos, pierna-pie). Ausencia de tridimensionalidad en los gráficos con un trazo débil.
Llama la atención la ausencia de manos en la figura humana de sexo opuesto. Identificación masiva con la figura humana, a quien le asigna su propio nombre y
posteriormente lo tacha. Posibles defensas compensatorias de tipo maníacas con un árbol robusto, con tronco grueso aunque de trazo débil y con herida en la corteza, y copa
de gran tamaño, prácticamente sobresaliendo, desbordándose por el margen superior de la hoja.
8. CONCLUSIONES
• El testimonio aportado por la menor resulta técnicamente CREÍBLE.
• La menor presenta sintomatología clínicamente significativa. Se valora que los síntomas guardan una relación de causalidad con los hechos alegados.
• Los test proyectivos gráficos aplicados presentan indicadores que apuntan hacia la presencia de mecanismos propios de las estructuras psicóticas como la negación,
considerando que la posible fantasía incestuosa de la menor se torna real en la situación de abuso sexual.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Grillo N. (2012) Abuso Sexual Infantil Intrafamiliar. ‘Cuando el Incesto se hace realidad’. Psicologia.com. http://hdl.handle.net/10401/5445
Inte.bi, I. (1998/2008). Abuso sexual infantil: en las mejores familias (2ª Reimpresión). Bs. As.: Gránica.
Juárez, J.R. y Sala, E. (2011) Entrevistando a niños preescolares víctimas de abuso sexual y/o maltrato familiar. Eficacia de los modelos de entrevista forense. Barcelona: Centre d’estudis
jurídics i formació especialitzada.
Lluís-Font, J.M. (1978), Test de la Familia. Barcelona: Oikos Tau
Buck, J. (2008) Casa-Árbol-Persona. Técnica proyectiva de dibujo. Manual y guía de interpretación. Madrid: TEA Ediciones.
1. INTRODUCCIÓN
El Abuso Sexual Infantil Intrafamiliar (A.S.I.I.) es una compleja problemática que desborda el ámbito de lo individual y familiar, lo que implica que, para su
comprensión y análisis, es necesario contemplar su aspecto multidimensional desde una perspectiva clínica, familiar, legal y social. Este tipo de maltrato tiene una
característica particular: la faceta altamente patógena del A.S.I.I. que consiste en que dicho abuso se produce en la matriz biológica, simbólica y social más elemental -y
fundamental- en la que el ser humano adviene como sujeto; allí donde el niño debiera recibir cuidado y protección.
Para comprender el A.S.I.I. es preciso despejar creencias, mitos y juicios que delatan, una vez más, que las sociedades, y los individuos, aceptan como realidad sólo
aquello que pueden tolerar. Esto, por supuesto, incluye a los investigadores y profesionales de la salud, quienes no son ajenos a la ‘desmentida’ en cuanto a esta temática.
Sobre este aspecto uno de los mitos más importantes es: ‘los niños son muy fantasiosos’. Emergen, así, las siguientes preguntas: ¿Ocurrió en realidad?; ¿Cómo saber si lo
que el niño relata realmente ha sucedido? .
A partir de los aportes psicoanalíticos, se sabe que los niños sostienen sus propias teorías sexuales infantiles. Se entiende, entonces, que si bien un niño puede crear
teorías con las cuales responder a sus inquietudes respecto de la sexualidad, -como ser el origen de los niños, la universalidad fálica, el coito sádico, etc-; dichas teorías
presentan siempre ciertas convergencias y elementos constantes, propios del desarrollo psicosexual y de la capacidad particular, que tiene el niño en determinado período
evolutivo, para ‘comprender’ lo que se le presenta como enigma. Esto, de ningún modo implica descartar los relatos de aquellos niños que, lejos de estar formulando una
fantasía sexual infantil, pueden, con detalles y descripciones alejadas del ‘reino de las fantasías’, estar mostrando una terrible realidad desubjetivizante (Grillo, 2012) .
“Lo fundamental para empezar a proteger a los niños es creerles. (...) si la persona que escucha la revelación del secreto lo desestima y no interviene, el
niño permanecerá callado durante meses o años, permitiendo los avances del abusador mientras se sumerge en la desesperanza. (Intebi, 1998, p. 29-
30)”
El objetivo del presente trabajo es la presentación de un caso clínico abordado desde una doble perspectiva: por un lado efectuando una valoración, desde una corriente
psicoanalítica, sobre la clínica presentada por la menor y, por otro lado, una valoración forense de la credibilidad del testimonio en base a las
contribuciones de la psicología experimental forense.
2. MOTIVO DE CONSULTA: a instancias del organismo judicial, valorar “si la menor (…) presenta signos de haber sido víctima de abusos sexuales, así como sobre la
veracidad de su testimonio.
3. ANRECEDENTES PERSONALES Y FAMILIARES
Mujer de 17 años de edad en el momento de la intervención, ocupando el primer lugar en una fratria de dos hermanos. Su hermano menor es varón de 10 años de
edad. Sus padres se conocieron cuando su madre tenía 16 años y su padre 20. Inician entonces una relación sentimental, contrayendo matrimonio 8 años después.
En relación a los antecedentes evolutivos de la menor, la madre informa sobre un embarazo de 8 meses, siendo éste de riesgo por ruptura de la bolsa amniótica,
requiriendo de reposo durante 7 de los 8 meses de embarazo. Así mismo, señala dificultades en la menor para adaptarse a la guardería, quedándose llorando.
Posteriormente, desde el primer ciclo de primaria hasta 6º curso, presentó dificultades en las relaciones entre iguales que derivaron a situaciones de maltrato entre iguales
(bullying). Tal como la literatura ha informado, los menores víctimas de abuso sexual infantil suelen presentar otro tipo de victimizaciones en otros contextos a lo largo del
ciclo vital, fenómeno que autores como Finkelhor (2007) han denominado polivictimización o, ya muños años atrás, desde una perspectiva psicoanalítica podría
entenderse como una compulsión a la repetición por la posición adoptada por el sujeto tras la resolución de su Edipo.
4. ECLOSIÓN Y DESARROLLO DEL CONFLICTO
El conflicto eclosiona en el mes de abril de 2015 cuando la menor, junto a su pareja sentimental, se encontraban paseando en bicicleta por unos senderos, momento
en el que refiere no querer pasear por la zona al recordar situaciones vividas con su abuelo en ese lugar.
Posteriormente, una vez en su domicilio la menor le relata a su madre que habría sido víctima de abusos sexuales en múltiples ocasiones por parte de la pareja
sentimental de su abuela por vía materna.
5. INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN FORENSE
• Estudio de la documental que obra en el expediente judicial (declaración ante la Guardia Civil).
• Guía para la Exploración del Testimonio de Abuso Sexual Infantil (GEA-5, Juárez 2005). Este instrumento de evaluación forense parte de 5 hipótesis:
a) Hipótesis de incapacidad vs. hipótesis de competencia . Esta hipótesis hace referencia a que el menor no posee ningún trastorno psicológico ni limitación en
sus capacidades cognitivas y/o en los procesos de recuperación y evocación de información almacenada en la memoria autobiográfica que le impida aportar un
relato en base a un recuerdo. Así, sus capacidades lingüísticas, intelectuales, de memoria, perceptivas y, sobre todo, la diferenciación realidad/fantasía, están
conservadas hasta el punto de permitirle un relato vivenciado preciso y comprensible, teniendo en cuenta que las características de un relato infantil pueden
diferir en función del momento evolutivo.
b) Hipótesis de sugestionabilidad vs hipótesis del recuerdo original . La información básica de lo que el menor ha expresado responde a su recuerdo original
eliminando la posible influencia de terceras personas directamente, o indirectamente debido al efecto de otros agentes comunicativos (prensa, reuniones
familiares, televisión...). Así, el menor puede expresar los detalles originales (experimentados) y no detalles no vivenciados (sugeridos) que pudieran ser
aportados en base a una falsa memoria o un recuerdo fabricado o inducido.
c) Hipótesis de alteración esencial vs fidelidad-constancia. El niño no aporta(añade) ni elimina detalles centrales, escenas o información fundamental de su
testimonio a lo largo del tiempo. Se descarta la posibilidad de un deseo de mentir o fingir la información aportada.
d) Hipótesis de incredibilidad narrativa vs. credibilidad narrativa . El menor expresa un relato en el que se presentan un mínimo de crieterios que apuntes sobre
la credibilidad de dicho relato. En este caso utilizamos el Evaluación de la Credibilidad Narrativa (ECN). Los criterios propuestos, serian: 1) producción circular
no estructurada, 2) descripción de interacciones, 3) reproducción de diálogos, 4) aparición de complicaciones inesperadas, 5) aparición de detalles inusuales, 6)
descripción de detalles superfluos, 7) descripción errónea de detalles sexuales, 8) detalles específicos del abuso, 9) atribuciones subjetivas sobre el agresor, 10)
correcciones espontáneas, 11) admisión de falta de recuerdo, 12) presencia del secreto impuesto, 13) instauración de reglas comportamentales, 14) obtención
de favores y/o ganancias, 15) relación envolvente con el agresor, 16) progresión en el abuso
e) Hipótesis de incompatibilidad-simulación vs compatibilidad psicosocial. Los síntomas expresados en el transcurso de la exploración no parecen simulados o
amplificados con el fin de mostrar un daño psicológico derivado de unos hechos que no han sucedido, sino que son producidos como respuesta psicológica a
unos hechos de índole traumática.
6. INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN CLÍNICA
• Listado de síntomas de Derogatis (SCL-90-R.). Adaptado en población española por González de Rivera et al. (1988)
• Inventario Multifásico de la Personalidad de Minessota – Adolescentes. (MMPI-A, 2ª Edición). Butcher, J.N., Williams, C.L., Graham, J.R., Archer, R.P., Tellegen, A.,
Ben-Porath, Y.S., Kaemmer, B. (2009). Adaptación española de Jiménez-Gómez y Ávila-Espada.
• H-T-P – Test Casa-Árbol-Persona (Buck, 1949).
• Test de La familia (Corman, 1961).
7. RESULTADOS DE LA EXLORACIÓN CLÍNICA FORENSE
• La menor acude a sesión adecuadamente vestida y aseada. Orientada auto y alopsiquicamente. No se detectan alteraciones en la sensopercepción. Tampoco se
detectan alteraciones en el pensamiento ni en el lenguaje. Nivel de lenguaje adecuado a la edad. No heteroagresividad. No se observan alteraciones cognitivas ni
mnésicas. Inteligencia media según impresión clínica. Conoce las diferencias entre verdad y mentira así como las existentes entre los conceptos de realidad y
fantasía. Por todo ello se valora que la menor resulta competente para aportar un testimonio válido para su posterior análisis sobre la credibilidad (1º Hipótesis
GEA-5).
• En relación a la conservación de un recuerdo original o sugestionabilidad se valora que la menor a lo largo de la exploración no se mostró sugestionable ante varias
situaciones planteadas para valorar dicho aspecto (2º Hipótesis GEA-5). Al contrario se detecta un sentimiento de culpa y arrepentimiento en la menor por las
consecuencias que se han derivado de la revelación del secreto, llegando incluso a sentir pena por el denunciado .
• En cuanto a la fidelidad-constancia del testimonio aportado (Hipótesis 3º) cabe indicar que tras cotejar y contrastar las dos exploraciones realizadas por los
autores y las declaraciones efectuadas por parte de la menor ante los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, se valora que el relato resulta fiel y estable a lo
largo del tiempo, no detectándose alteraciones significativas relacionadas con detalles fundamentales de la alegación.
• En relación a la 4º hipótesis sobre la credibilidad-incredibilidad narrativa en base al sistema criterial ECN se debe destacar que, en base a la edad de la menor
únicamente son susceptibles de análisis 15 de los 16 criterios que componen la ECN, puesto que uno de ellos, el relativo a la descripción errónea de detalles
sexuales únicamente cobraría sentido analizarlo a niños con edades preescolares. De los 15 criterios analizados se cumplen un total de 11 criterios. Por ello
valoramos que el testimonio aportado por la menor resulta creíble en base a los criterios ECN. Estos criterios son:
o Producción circular no estructurada. El relato resulta desestructurado, poniéndose ello en evidencia a lo largo de todo el discurso de la menor. EJ: “Es que
esto no lleva un orden de día a día (…) es que no sé ni por dónde empezar”. “Iba al baño y, por ejemplo, me decía… ¿sabes? No era brusco conmigo. Por
ejemplo me decía… “
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