Y Aún Respira Entre La Patria Grande

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Y aún respira entre la Patria Grande Ana Lucía RAMAZZINI Era ya entrada la tarde. Ella cayó rendida en de la milpa… Se sentía agotada, el aire le falta Por eternos segundos percibió cómo la muer vigilante– la rondaba. Se vio recorrida por una sombra que la fue cubriendo toda… Escuchó el rui ensordecedor del miedo, ese ruido que sile paralia. Pero aun así, tuvo fueras para pregun "cómo#, "cómo era posible esto# "$a muerte había

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Y an respira entre la Patria GrandeAna Luca RAMAZZINI

Era ya entrada la tarde. Ella cay rendida en medio de la milpa Se senta agotada, el aire le faltaba Por eternos segundos percibi cmo la muerte vigilante la rondaba. Se vio recorrida por una temible sombra que la fue cubriendo toda Escuch el ruido ensordecedor del miedo, ese ruido que silencia y paraliza. Pero aun as, tuvo fuerzas para preguntarse: cmo?, cmo era posible esto? La muerte haba llegado a visitarla? A ella! A ella que se dedicaba a ir tras la vida?Apenas termin de hacerse estas preguntas un temblor la estremeci Y al mismo tiempo, le hizo traer a la memoria los recuerdos ms profundos de su historia de lucha y resistencia. Vivencias que volvieron del pasado y que, una vez ms, la conmovieron:Huelgas magisteriales exigiendo el derecho a la educacin de sus alumnos y alumnas, manifestaciones de sindicatos por los derechos laborales, mujeres organizadas para ser reconocidas como ciudadanas, campesinado demandando su derecho a la tierra, juventudes ansiosas de democracia derrocando dictaduras, pueblos indgenas velando por el Buen Vivir Recuerdos de esa Patria Grande convencida de realizar la utopa, creyente de hacer posible aquello que desde la perspectiva dominante se proclama como imposible.No, no poda dejar que la muerte se apoderara de ella! Menos, en estos momentos en que la necesitaban para seguir andando! La Patria Grande clama desde sus entraas por ella -hoy ms que nunca!- frente a los gobiernos autoritarios, la lgica del mercado voraz, la dictadura meditica, la criminalizacin de las protestas sociales, el grito de la Madre TierraLa noche lleg y la lluvia tambin Eran lgrimas de indignacin. Pareca que la Patria Grande lloraba slo de imaginarse que ella podra morir Por minutos se desvaneca, pero como siempre, trataba de aferrarse a la vida. Fue una noche larga Demasiado largaAl amanecer, casi desmayada entre el maz, escuch a lo lejos los cantos sonoros de los pjaros y el tmido sol la acarici con su calor, como en un intento de reconfortarla. Ella permaneca inmvil y sin fuerzas Mariposas revoloteaban a su alrededor como queriendo reanimarlaDe pronto, unas voces capturaron su atencin Eran mujeres jvenes, hijas de la montaa, que estaban reunidas en el campo bajo la sombra de un gran rbol, conversando. Estaban tan cerca, realmente tan cerca, que hasta poda entender lo que decan:- Nos tenemos que organizar! No podemos permitir que borren lo que vivimos. S hubo genocidio en Guatemala!- Incluso la Comisin de Esclarecimiento Histrico concluy que entre 1981 y 1983 agentes del Estado cometieron actos de genocidio.- S, las nuevas generaciones no pueden olvidar, es necesario que en las escuelas se ensee esto. Necesitan conocer las historias vividas- Es urgente que nos sumemos a la voces de la memoria para construir un pas diferente.Poco a poco, lo que al principio ella escuchaba como susurros, se converta en palabras fuertes llenas de futuro que le retumbaban en su interior como soplos de vida Ella, quien siempre haba nutrido a la Patria Grande, era ahora quien se vea alimentada por las personas que no permiten que la memoria sea arrebatada, por aquellas que se resisten al deseo de la amnesia de algunos grupos. Esta pltica era evidencia de que el legado de ella estaba all: vivo, palpable, presenteCada palabra penetr en lo ms hondo de su ser. As, ella, la Esperanza, se fue levantando fortalecida por las jvenes. Al sentirla, la muerte huy; esas voces hacan sucumbir a la inercia cmplice y a la conveniente indiferencia. Ella tom aire... Saba que este era su continente, el continente de la Esperanza Estaba decidida a no dejarse morir, y a seguir respirando entre la Patria Grande!Ana Luca RamazziniAmatitln, Guatemala