1>0X IGK.\CIO LLEDINA Y LIMA "EL SABIO DE LA HIDALGUIX Y LA DIDACTICA CLASICA"

Lic. FERXANDO UF JES(.S UEL OLMO IIIYAREZ *

El doctor Ignacio Medina y Lima. quien fuera el decano de los pro- fesores de Dereclio procesal de la Universidad Nacional, y u110 de los ilustres procesalistas mexicanos de este siglo, falleció hace breve tiempo. El deceso del jurixonsulto, quien dedicara todo su vida al estudio y la exiseilanza, así como al noble ejercicio de la abogacía, ha enlutado al medio académico universitario internacion;tl.

Es poco factible saber con cierta exactitud la vida del conspicuo Igna- cio h1ediii;i en virtiicl (le que casi nunca Liahló sobre si mismo; tan esto es real que hace poco el actual director del Seminario de Derecho Pro- cesal de la Facultad, el licenciado Hector hloliria González,' trató más <le tina ver por todos los medios posibles de qiie el maestro narrara da- tos de su vicla, esfuerzo que resultó infructiioso. No obstante lo ante- rior, trataremos en el presente escrito de dar una pequeiia pincelada del significado, vida y personalidad del recién desaparecido hombre de cxcepciriii, conlo u11 tributo a su magisteriu ejemplar.2 Nos mueve a atreveriios a levantar la pluma del tintero el recuerdo entrañable de nuestro paso por su clase y la infinita distincióii que nos Iiizo al permi- tirnos visitarlo en su domicilio y sostener una ino1vidal)le conversación, coloquio que ncontecid j~oco tiempo antes de fenecer y del cual saca-

Anliguo alumno, egresado de 11 Facultad dc Dcrecho de la UNAM. 1 Mi apadccimie!ito a los distinguidos profesores: Fernando Flores Carcia y HCc-

tor Molina Ganzález, por su decidido apoyo para que realizara este trabajo, así mmo a la scíiorira Pasante en Dcrecho Erikz Liliana Cliivez Arellano. auxiliar del Semi- nario de Derecho Procesal, su colahoraci6n importante al mecanografiar las origi- nales.

Ver lo tanto, no es cl lugar, y en el supuesto que lo fuera, seria imposible d e - crihir en unas cuantas lineas la trascendental y variada prdoc.ci6n dentlfica del aliora vcrierable prafesoi: a esta imposibilidad se agrega sin fallecimiento apenas hace tiace ps>co~ I>>CWS.

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mos algunos de los datos más personales que aparecen en este bosquejo biográfico.

Lo primero que saltaba a la vista, cuando se estaba frente al doctor Medina Jr., o bien se escuchaba su cátedra o se inte~cambiaban algu- nas palabras con él, era su autoridad, esa majestad que indicaba qiie el preclaro profesor era, antes que nada, un sabio. Autbnticamente, era poseedor de conocimientos vastisimos de su especialidad y una cultura general muy amplia de todo el saber humano y además cumplia con un requisito indispensable para serlo, puesto que sin él no se puede tener ese titulo, nos referimos a la modestia. Ya el genial criminólogo doctor Alfonso Quiroz Cuarón fallecido hace catorce años, nos enseña- ba que "la modestia es el orgullo de los sabios".

Sobre la sapiencia en su especialidad baste hacer mención de las de- cenas de estudios: monografias. traducciones, presentaciones, prt5logos, conferencias, semblanzas, discursos, reseñas bibliográficas y necrológicas que aparecieron en diversos voltímenes de la Revista de la Facultad de Derecho, el último de ellos en 1991,s y que han iluminado la doctrina juridica durante más de cincuenta años.

El hijodalgo finado escribió un libro titulado Breve Antologia Pro- cesal, que fue editado por la UNAM en el año de 1975,' que es el desarrollo histórico de la ciencia procesal a través de una cuidadosa selección de obras y autores. Además del valor didáctico, esta obra goza de un lugar importante en la Historia del Derecho en M 6 x i c o ~ i s - mo sitio ocupa sus Apuntes de Derecho procesal civil que fueron mi- meografiados en 1944.

Igualmente fueron valiosas sus aportaciones y ponencias a congresos tanto nacionales como internacionales; asi como el trabajo de investi- gación insertado en las mis relevantes publicaciones extranjeras. Tam- bien llegó a escribir en periódicos de amplia circulación.~ Sus traba-

s Este estudio fue una apologia al señero maestro Eduardo Pallares, disertacibn hecha para la Asociación "Eduardo Pallares", s e g h nos lo manifnt6 d doctor Me- dina Jr.

4 En la carátula interior del volumen se ve el año de 1973, y en la irltima hoja en la fecha de impresih esta la de octubre de 1974. Pensamos que el año mnccto de edición ea a principios de 1975, o sea, p m meses despuk de haber sido irnpre- ra: por lo tanto un duende de la imprenta marcó 1973 en lugar del fidedigno 1975 en la hoja de la portada interna, tanto en au anverso como en su reverso.

a Como se puede apreciar en Lar Humrmidodcs en MCxico (1930-1975), Máico, UNAM, Consejo Tecnico de Humanidades, 1978, p. 321.

0 A guisa de ejemplo, haremos alusi6n al periMim El Universof.

WN IGNACIO MEDINA Y LIMA 32 1

jos abarcan no súlo temas procesales, sino los más v;iriados de la ciencia juridica universal.'

Al recordar al sobresaliente tratadista, liay que sefialar, que fue el precursor de la "Teoría general del proceso" como asignatura autóno- ma e indispensable en la formación escolar de los abogados y compren- siva también de la ciencia del Derecho procesal; y asimismo nuestro mentor, el romanista y acucioso historiador doctor Guillermo Floris hfargadant S., observa que, el doctor Medina Jr., fue el pionero aquí en México en el estudio del Derecho japones.

No debe dejar de asentarse, que el doctor Medina Jr. ocupa un lugar en la historia de nuestra querida Facultad de Derecho, como uno de los primeros que propugnaron por el establecimiento del Doctorado y, además, en uno de los tiempos difíciles por los que ha tenido que pasar la Escuela a lo largo de sus cuatrocientos cincuenta años aproximados de vida, el doctor Medina y Lima fue víctima de las tinieblas que oscu- recieron la Escuela.

Por lo que se refiere al otro ingrediente que forma a los sabios, o sea la modestia, el llorado maestro tenia esta forma de ser en lo más ínti- mo de su ~ersonalidad junto a la sencillez; tan es así que en los eventos académicos a los que asistía, se situaba en los lugares posteriores y en la plitica que sostuvimos con 61, nos percatamos de la incomodidad que sentía por el homenaje que se le iba a tributar en la Facultad me- ses después, suceso al que no concurrió por su repentino fallecimiento.

Puede palparse la veneración que tuvo por sus padres, prueba de ello lo tenemos en el caso de su mami, porque su casa la bautizó el maes- tro con el nombre de Villa Jacinta. Verdaderamente la casa hacía ho- nor a su nombre, era una villa, físicamente tenía la portada de un lugar inconfundiblemente provinciano, donde al penetrar inmediatamente se percibia paz, un silencia que invitaba a la meditacibn y por consiguien- te una tranquilidad de espíritu, una paz interior que ya no se encuentra en esta vida agitada. Su despacho, que estaba presidido por una impre- sionante pintura al óleo del doctor Angélico (desde luego nos referire- mos a Santo Tomás de Aquino), era la imagen de un centro de estudio de un jurisconsulto de finales del siglo pasado. Su biblioteca (la últi- ma) era muy confortable y una perfección en orden y además de los libros de Derecho abundaban los de Historia del arte y los de Lite- ratura.

7 Par citar tres de e l la diremos: B Diddctica juridica. el Derecho comparado y la Historia del Derecho.

322 FERNANDO DE JESÚS DEL OLMO ÁLVAREZ

El jurista recién fenecido, nació el 19 de enero de 1905, aquí en la ciudad de Mkxico, sus padres fueron don Ignacio Medina y doña Jacin- ta Lima, ambos originarios de Gradalajara, Jalisco. Su nombre com- pleto era Ignacio Medina y Lima, pero sus colegas académicos por abre- viatura suprimieron la conjuncidn -y-, quedando por uso inveterado Medina Lima.

Cursó sus primeros estudios en el Colegio Francks de Sdn Luis de Gonzaga. Posteriormente entrd a la Escuela Nacional Preparatoria. don- de empezó a manifestar sus altas dotes de escritor. A continuacióii ini- ció sus estudios de Licenciatura en Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Nacional de México.

Desde muy joven, cuando aún era estudiante de leyes, inició su vida magisterial impartiendo la clase de Civismo primero, y después Socio- logía en la Escuela Nacional Preparatoria; aqui tambikn enseñó Teoria Económica y del Cooperativismo, siendo esta asignatura perteneciente a la Economía Politica la Última en transmitir a bachilleres. Fue muy gratificante el estar en contacto con los adolescentes y así permaneció durante algunos años, pero vino a su encuentro la posibilidad de ca- minar por el foro y tambien ser profesor de la Escuela de Jurispruden- cia y prefirió romper el yugo dulce de la Preparatoria aun cuando con tristeza.

Ingresó como estudiante a la Escuela Nacional de Jurisprudencia en el año de 1921. Aprendió de ínclitos catedriticos, entre los que estaban: don Jesús Silva Herzog, en la clase de Historia de las doctrinas eco- ndmicas; don Antonio Caso, en Sociologia: don Francisco de P. Herras- ti, que le impartid Derecho romano; don Narciso Bassols, su profesor de Garantía y amparo; don Manuel Borja Soriano. profesor en la Teoria general de las obligaciones y de los Contratos; don Manuel Gómee Morin. en la materia de Derecho público (actualmente conoci- da como Teoría general del Estado); don Eduardo Suárez, que lo guió en Derecho administrativo; y, los consagrados de la grandilocuencia ante los jurados populares de la época, don Adolfo Valles que lo formó en Derecho procesal penal (local, federal y militar) 8 y don Adrián F.

8 Con este nombre está en los planes de estudio y programas de las materias que se cursaban en la Eacuela correspondientes a esos años.

noN IGNACIO I L ~ L D I K A Y LIMA Y23

L ~ ó n . ~ Aunque no podemos aseverar con plena seguridad si lleg Óa ser don Antonio Díaz Soto y Gama su profesor, sentía un respeto igual por este insigne historiador y comentarista del Derecho y la probleiná- tira del agro. Tambien con cierta reserva afirmamos que fue discipulo del ilustre don Luis Chico Goerne en el primer curso de Derecho penal.'@

En la materia a la que dedicó toda su vida. tuvo como preceptores a los eminentes don Rafael Rojo de la Vega y a don Rafael Ortega. La asignatura se llamaba Derecho de procedimientos civiles y es el antecedente del ahora Derecho procesal civil. El maestro Rojo de la Vega fue su profesor llamémosle oficial, pero era tanta so inclinacióii por la materia, que acudió también a la clase de don Rafael Ortega. Al ver su interés, este Último profesor le pidió después que fuera sti asistente de cátedra y así fue como principió su admirado camino ma- gisterial en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

El recordado maestro presentó el catorce de mayo de 1926 su examen profesional," con la tesis Naturaleza e importancia de la responsabili- dad, comenzando poco tiempo después hacia los primeros años de 1:t decada de los treintas, a enseñar en las liist6ricas aulas de San Ilde- fonso.lz

Es inconmesurable la valia de sus tareas consagradas a la diftisión de la Ciencia jurídica y a la superación de la calidad de la enseñanza del Derecho en más de medio siglo de laborar para la docencia universi- taria, desde la añorada Escuela Nacional de Jurispru<lencia hasta 1;i

actual Facultad de Derecho. Y como reconocimiehto a estos meritos

0 Los nombres de los profesores Valles y León fuemn obtenidos del articulo ne- crológim del maestro Medina: "Emilio Pardo Aspe". Revista de la Facultad de Dere. cho de Mexico, Mfxico, UNAM. Facultad de Derecho, t. XIV, núm. 53, enero-marzo de 1W. pp. 289-295. Y, los restantes. de voz del maestro. Por lo que concierne a las materias, con excepción de don Eduardo Suarez cn que nos lo indicó el maestro. la consulta que hicimos de Iw plano y programas de estudios ya citados, en la nota nliterior. nos muestra la especialidad de cada uno de ellos. Hay que agregar que no nos fue posible precisar la asignatura y la escuela (pudo haber sido en el bachi- llerato) en la que el profesor y rribuno AdriAn F. Lcón, le transmitió sus ronoci- mientos. Critica jurídica. núm. 1 1 , IIJ-UNAM, 1992.

10 Po, aquellos años, el indito Luis Chico Goerne tenia a su mrgo las dtedrar de Sociologia y Primer curso dc Derecho penal. Lo más probable es que en este último curso fuera sii alumno el bizarro Ignacio Medina y Lima.

i r Por error, en la "esquela de defunci6n3' publicada en el Bolcttn de lo Facultad de Dwerho, núm. 34. segunda quincena de marzo de 1993, p. 9: aparece el año 1936.

i r 1.a Secretaría A<lministrativa de la Facultad de Derecho tiene la siguiente fecha roiiio aiitigiiedad: I G de noviembre de 1935.

la antigua Escuela en esos precisos momentos naciente Facultad, lo de- signó Doctor Ex Officio, pasando a formar parte del selecto grupo de primeros doctores en la historia de esta sagrada instituci6n formd- dora de abogados. En solemne ceremonia verificada el 10 de abril de 1950, se le impuso el grado y se le entreg6 el título, junto con los de- más profesores recipiendarios.'z

Gracias en buena parte a don Virgilio Dominguez Amézcua, en el año de 1946 se fundaron los primeros Seminarios en la Facultad; y uno de esos primigenios establecimientos fue el de Derecho procesal. Profesores únicos han pasado por este Seminario y sus primeros direc- tores han sido célebres tratadistas. Asi después de don Niceto Alcalá- Zamora y Castillo15 y don Eduardo Pallares Portil10,lg don Ignacio Medina y Lima estuvo en la dirección. Nuestro renombrado maestro permaneció al frente de este centro especializado de asesoría y consul- ta durante veinticuatro años, del año 1958 al año 1982."

Cuando la luz que emanaba de su actividad acadtimica fue penetran- do a todos los confines de la Universidad, la Junta de Gobierno de la misma lo designó Director de la Facultad en el año de 1966. Lamen- tablemente no pudo ejercer el cargo, privándose nuestra benemérita escuela en su dirección, de un bienhechor brillante.

En la Facultad de Derecho en el año de 1979 al bautizarse con el nombre de División de Estudios de Posgrado '8 lo que fue, primero el Doctorado y despues la División de Estudios Superiores, el entonces Director de la Facultad pensando (según sus palabras) en darle lustre a este Órgano importante de la Escuela con un profesor de su talla académica, pidió al doctor Medina que ejerciera la jefatura de la sec- ción, misma que ocupó por tres años. de 1979 a 1981.

13 Para mayor abundamiento puede acudirse a la monumental obra de don Litcio Mmmer* Y NIIRu, Hirtmia de lo Facultad de Derecho, Mbxim, UNAM, Dirección General de Publicaciones, 29 edición 1975. especialmente las pp. 386 a 388.

14 Estos seminarios en número de ocho fueron: Derecho Civil, Derecho Constitu- cional y Administrativo, Derecho Mercantil y Bancario, Derecho Penal. Derecho Pro- cesal, Derecho del Trabajo, Teoria del Estado y Derecho Internacional, y, Filosofia del Derecha y Sociologia Jurldica. Esta lista he tomada de la conferencia del pro- fesor Medina titulada "La preparación de teais de licenciatura y de grado", publicada en Sobretiro & Revisto de In Fncultod de Derecho de Mdxico, t. XXXII, niims. 124- 125-126, julio-diciembre, 1982, pp. 651-659.

1s Director de 1946 a 1957. 16 Director en 1957 y 1958. 17 Con dos interrupciones Únicamente. 1s Como todavia se denomina en la actualidad.

DON IGNACIO MEDINA Y LIMA 325

Al par con sus ocupaciones de Director del Semiliario, fuiigió a par- tir de 1967 ' 8 y hasta 1990, como Presidente del Colegio de Profesores de Derecho Procesal de la Facultad. Este empleo fue el último que desempeñó en su fecunda vida tributada a la Universidad.

Hemos querido hacer un esbozo de las actividades que realizó el esmerado educador en bien de la juventud del país dentro de los mil- ros de la trascendental Universidad de México. Sólo nos resta decir que como agradecimiento a su aplicada labor de enseñanza, además de fructifera trayectoria universitaria, el Consejo Técnico de la Faciil- tad de Derecho acordó nombrarlo profesor emérito, señalamiento que aconteció en el año de 1980.2"

Su vida pedagógica tuvo que cortar, con aflicción, a mediados de 1991 cuando dejú su cátedra de Derecho procesal civil por imposibilidad física. No obstante su precaria salud. siguió por su gran cariño a la Facultad, asistiendo como integrante del Claustro de Emeritos a los principales eventos académicos hasta el día de su muerte.21

De entre las asociaciones académicas a las que perteneció el ameri- tado maestro, ademBs del Colegio de Profesores ya mencionado y del cual no obstante habiendo presentado su renuncia no le fue aceptada por los compañeros sino cuando se logró que permitieran recibir la investidura de Presidente Honorario Vitalicio del Colegio, puede ci- tarse: socio de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, miembro de la Academia Nacional de Historia y Geografía, miembro de honor de la Asociación Eduardo Pallares e igualmente perteneció al Instituto Ibe- roamericano de Derecho Procesal. Tambibn, el Instituto de Derecho Procesal en la Universidad de Buenos Aires le dio la bienvenida.22

El reconocido jurista fue miembro fundador y primer presidente del Instituto Mexicano de Derecho Prmesal, organismo cultural que desde

'Y El dato del aíio 196i se copi6 de la siguiente fuente: "rsqucla de defunci6nn publicada en el Bole th & h Fncultod & Dcreaho, núm. 34, segunda quincena de marzo de 1993, p. 3, cit. suera niim. 11. El responsable del Boletin nos asegurb que los datar de la esquela fueron tomados de la entrevista que se le hizo al profesor Medina Lima, interviú de la mal proporcionamos lar datos de localizaci6n en infrn núm. 83.

Si nuestra memoria no nos falla, fue en n t e ario. 21 Nunca dej6 de ir a estas ceremonias. llevando a cabo. con su presencia y empe-

ño, las labores y la represenfaci6n del profwrado emérito junto con otros docente de merecimientos.

22 Los nombres de estas asociaciones que se acaban de enumerar, fueron conregui- dos de la entrevista y la esquela mencionadas en rupra ndin. 19: sobre la "Asocia- ci6n Pallares': que no aparece en las fuentes, nos lo confirmci el propio maestro.

1956 hasta la feclia tiene vida provecliosa y que vino a sustituir a la Academia Mexicana de Derecho Pro~esal.~s Muchos de los grandes logros del fértil Instituto se alcanzaron gracias al tesón en la acción o a las ideas propuestas por el doctor Medina.

También la Academia Mexicana de Legislación y Jurisprudencia, co- rrespondiente de la de España (Madrid), lo recibi6 como acadkmico de número: el discurso de ingreso a esta Academia de prosapia fue "Problemdtica de la jurisdicctdn voluntaria".^

La otra pasión que sintió el letrado maestro en su vida, además de enseñar, consistió en ejercer la práctica del Derecho, siendo casi toda su vida abogado litigante.

Son enormes las experiencias y los éxitos que tuvo en medio siglo de ejercitar el Ius postulandi, práctica juridica que realizó en sus tres facetas: el patrocinio y la pro~uraci6n,~"a funci6n pericial, y la ase s0ria.~8

El incomparable abogado tuvo durante muchos años su bufete en u11 edificio situado en la calle de Venustiano Carranza en la confluencia con la calle de Palma, y desde aquellos ya lejanos dias de iitigi6 hasta los recientes en que daba asesoría en el despacho de su casa, siempre recibi6 todo abogado necesitado que acudia a 61, el consejo pertinente.

Fue perito traductor en los idiomas francés e ingles ante los tribu- nales de justicia en el Distrito Federal.

Tambibn fungió durante bastantes años. como asesor de la primera legación y después Embajada japonesa en nuestro pais, basta que al iniciarse la Segunda Guerra Mundial desapareció la representación di- plomática.

Sus actos durante el largo andar por los tribunales estin enmarcados en una frase salida de su alma, transformada en palabra por 'su inte.

23 Fundada en 1945. 24 El discuno se ~ u b l i c ó en Revista de la Facultad de Derecho, niima. 105-106,

enero-junio de 1977, pp. 279-297. 2s Estos dos fenllinos, aun cuando pudieron parecer sinónimos no lo son: ya

Carndutti las diferenciaba según lo indica el procmlista Cipriano G 6 ~ m LAR* m Temlo General del Prmeso (Textas Universitarios), México, UNAM, Dirección Gene- ral de Publicaciones. 1976. p. 191. Este profesor de la Facultad nos brinda en las siguiente pagina (192) una dara explicación de la distinción entre ambas.

?s Nuestro preceptor el doctor Carlos Arellano Garcia, basado en el espaiiol Fer- nindez Serrano y siguiendo las ideas del procesalista sudamericano Gelsi Bidart dcs- taca el "caricter preventivo que corresponde al asesoramiento proporcionado por el abogado asesor". ARELLANO G&A, Carlos, Pnzctico Juridica, Mkxim, Pornia, 1979, p. 153. Tanto el patrocinio coma la asesoria implican consultoria, pero en el susodicho car6cter radica la desigualdad.

"este viejo Catón mexicano de los traductores clásicos latinos" por el destacado filólogo doctor Jose Quiñones Melgoza."

Así, esta influencia escolar produjo que el notable profesor Medina engalanara su magisterio con la sabiduría y la sensibilidad de los juris wnsultos clásicos; de este modo, sus explicaciones del Derecho proee- sal. se enalteclan con apotegmas latinos que 61 bien escuchó y puso en práctica en su caminar por el foro, mensaje de estos aforismos que quiso infundir para utilidad de los futuros licenciados en Derecho.

Estas características de la cátedra del doctor Medina, su metodo en cierta manera exegético, a d como su sustancia latina, y el trato que daba a sus alumnos y semejantes, da pauta para afirmar que el infati- gable maestro fue modelo en la epoca actual, del profesorado que im- partió clases a finales del siglo pasado y principios de éste, mentores de aquellos tiempos que dieron brillo a la abogacia de nuestra Patria.

A pesar del gusto y dominio que poseía por la Ciencia del Proceso que lo llev6 a dedicarse a la docencia del Derecho procesal civil, pare- ce ser que el cumplido educador no explicó la disciplina del Derecho procesal penal sino muy esporádicamente. No obstante, a 61 se le debe la reseña bibliográfica de un importante tratado, nos referimos al "Dere- cho Mexicano de Procedimientos Penales" cuyo autor es nuestro con- notado catedrático de la Facultad Guillermo Colin Sánchez, obra ésta que don Niceto Alcalá-Zamora y Castillo cita como de las más signi- ficativas de la literatura del enjuiciamiento criminal en México.81

En el para nosotros imborrable diálogo con el maestro se comenta- ba que el eximio Lucio Mendieta y Núñez fue un "abogado completo" (o sea aquel que conoce a fondo todas o por lo menos varias de las ramas del Derecho); y nos decia el elevado trabajador de la ilustraci6n que ya no se daban en los tiempos recientes esta categoría de abogado por el avance y consiguiente complicación del saber humano. Curiosa- mente esta afirmación era aseverada por un abogado completo, ya que reinaban en el extensos principios de varias especialidades del mundo juridico, entre otros el Derecho penal. Para confirmar lo expuesto aquí,

ao El doctor José Q I J I ~ N F S M m u . quien m la actualidad dirige el Departa. mento de Letras Clásicas de la Facultad citada. asi lo llama en su obra Catdlogo de obras de autores latinos en seniido m lo Biblioteca N a e i m l de México, t. 11. +oca de Aupsto, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliogrificas y de Investigaciones Filol6gicas. 1983.

si Ycinticinco años de eyolucidn del Derecho Prmxssnl 1940-1965, Mexico, UNAM, Instituto de Investigaciones Juridicas, 1968, p. 89. perteneciente a la secci6n Mexim del capítulo "Literatura mis significativa".

DON IGNACIO MEDINA Y LIMA 329

está el siguiexite auceso: de entre los esclarecidos penalistas que con su autoridad hacían que el Derecho penal que se inculcaba en la Facultad tuviera prestigio en el Pmbito internacional por esos años, se designó al doctor Medina para que disertara en la solemne ceremonia conme- morativa del centenario del nacimiento de don Miguel S. Macedo; discurso que fue leido el 19 de junio de 1956. después de la interven- ción del excelso penalista doctor Juan José González B~stamante.~Z

En los párrafos iniciales se expuso que el consagrado Medina Jr. fue ante todo un sabio. Ya se hizo alusión a sus doctos conocimientos sobre su especialidad, ahora haremos referencia, en forma sintética, a la gran cultura y esmerada educación de la que era dueño este hombre de es- píritu sutil y depurado.

La evolución de su espíritu estaba en comunión con el placer que experimentaba por la Historia del arte, gracias seguramente a la edu- cación de los sentimientos que recibió desde pequeño y que se fomentó eii el transcurso de su vida. De la lectura de sus obras se desprende, también, la atracción que sentía por la Historia del pensamiento filo- sófico universal y la Sociología.

El sin par letrado amó la literatura y desde que estudiaba el bachi- llerato comenzó sus tareas de escritor. Con las palabras que le escucha- mos, y que son las mismas que aparecen en la última entrevista que se le hizo y que publicó la Facultad en su Boletín, declara: "Eramos un grupo de jóvenes afectos a la literatura, y reunidos, organizamos la revista Alfa en 1918. Un año más tarde, editamos un periódico tabloide que se llamó Tribuna Estudiantil. Se trataba de una revista de car8c- ter literario y un periódico informativo de las actividades académicas y estudiantiles de nuestra genera~ión".~3

Por esta inquietud, con la misma emoción que le procuraba la arqui- l<:rtura y la pintura, quiso describir escenas liumanas, lo que lo animó LI divulgar, en septiembre de 1945, un libro bajo el titulo de Remanso de historias, colección de ocho cuentos plasmados con una riqueza de lenguaje y un estilo claro, y en los cuales se percibe la sinceridad y la nostalgia de su intensa vida interior.

3- Quien de paso se ha dicho, fue el primer rlirectar del Seminario de Derecho Prnal de la Facultad, y no o m a se crre en la penona del no menos excelso don K;iiil Carrancj y Trujillo.

' L a honestidad profesional, un iinperalivo fundamental en la conducta de los iiliiatas". Entrevista al maestro emkrito Ignacio Medina Lima, Mkxim, Bolelin de 10 rorultod de Dereclio, núm. 3, primera quincena de diciembre, 1991. pp. 1-2.

El, señalado maestro tenia una comprensión absoluta del i$ionia fraii- ~ é s , ~ ~ , t a n t ' ~ así que se le podia considerar su lengua materna; por' lo m m q pudo a p r ~ i a r las obras de las letras francesas en sus versiones ori~inales y con las formas propias de cada literato. Traducía perfec- tamente ei inglés y, entendía el portugu&s,3? 'el itagan? y ~l latín. . . . ", ,

Hay una ankcdota que muestra el imperio, tanto. de la lengua de C&vantes comg de e$Sucturar discursos, que tenia 'el de,,la excelencia: En un qongreso nacional de pro~esalistas que se veqficó en 'la provincia y que contó con la asistencia de numerosos juristas extranjeros, estando en. el Últipo día del ,evento, los organizad?res no habian previsto l a persona q"e d&ía ei discurso de c¡ausuSi: Ante t a l e;entualidid, los circunstantes escogieron al d&or ~ e d i k ' y le 'pidie- ron lo elaborara para que esa misma tarde lo pronunciata, despues , , del

1 receso,que por alimentos o por una visita a la 'ciudad se iba a tener, En esteintermedio de hora y media de duración a lo sumo, se encerró el , maestro . . . . , , en su habitación . del . hotel, lapso de tiempo que al finalizar . . .

ma&ókl inicio de la ceremonia final. Justo en esté momento se pre- sentó en la sala dando lectura a su discurso, el cual fue ovacionado y . , mereció el oligio de todos los concurrentes, quienes con honda impre- s ión '& sus mentes abandonaron el recinto, 'terminando con &sto el congreso.

'Como individuo, don Ignacio ~ e d i n i Lima además de modesto, era un hombre que irradiaba sencillez en todos los aspecto. Sus maneras eran finas pero al mismo tiempo naturales; todo en él era sin osten- tación.

En su oratoria era el maestro Medina una persona muy especial, ya que su elocuencia no era espectacular, sino que sus ademanes eran suaves, su voz tenue y pausada y, toda esta elocución, bajo las cualicla- des del aplomo, la claridad en Cada palabra y el elegante español que siempre empleaba.

El filósofo alemán inmortal Federico Nietzsche enseñaba que "cuan- do se es dueño de sí mismo, se es dueño del mundo en ter^".^' Esto corresponde a nuestro biografiado, se trató de un verdadero señor, en

a* Granas a las traducciones que hizo de la doctrina dc juristas franceses, coiio- cemos en México parte importante del procesalismo francks.

3s a m o ya se apuntd. actu6 como perito traductor en i n g k ante los tribunales de justicia.

an Inclusive lleg6 a traducirlo. 31 H&w, Daniel, Lo vida de Fedmico Nietrrche, traducci6n del frances de Ri.

cardo Baaa y Jorge Zalamca, Buenos Aires, Emecé Editores, 1946, p. 17.

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virtud de que impresionaba la seguridad en si mismo que tenía sobre su persona; seguridad y dominio que había logrado iiierced a su eru- dición y a su experiencia. Esta potestad haría que mantuviera perma- nentemente un temperamento ecuánime, temperamento que conserva- ba aun para corregir, acción esta que tenia como ingrediente la deli- cadeza.

El inolvidable maestro fue consigo mismo quizá demasiado exigente, y, en sus últimos años era una persona algo retraída. A este respecto, nos cuenta el maestro esplendido Hkctor Molina González lo siguien- te: "Tenía pocos amigos, ya que no daba con facilidad su amistad; ele- gía sus amistades, y, con estos selectos amigos, rendía un culto a la amistad".

Su sello característico era la cortesia, virtud a la que riudiú sagrada adoración como ya se apuntó, y que el quería que todos sus semejantes aprendieran. Cuando alguien le agradecía su amabilidad, el atento maestro contestaba con énfasis: "La cortesia no tiene limite", adagio este de aparente brevedad pero que lleva consigo una gran hondura, abismo de sabiduría y ademiis de fuerza moral sin igual.

El reputado doctor nunca dudú en ayudar y poner a disposición de sus semejantes su inconmensurable tesoro intelectual. Tanto para los alumnos que acudían al Seminario, como para los colegas en el profe- sorado, en todo momento la orientación y sugerencia que recibieron fue generosa. No sólo las autoridades de la Facultad tuvieron en kl a un ilimitado colaborador, sino idénticamente el señor Rector y sus asis- tentes contaron siempre con su auxili0.~8

Hemos querido hacer un esbozo de los rasgos más trascendentales de1 jurisconsulto Ignacio Medina y Lima, con la finalidad de que las genc- raciones venideras tengan un concepto de la dimensiún de este hombre.

Un hombre exponente de la hidalguía por su misiún de servicio a sus semejantes y su devoción al honor; un hombre sabio por sus obras: como abogado en todos los campos, como maestro y como estudioso de la ciencia; y, por naturaleza, un hombre sencillo y cortes.

En efecto, un hombre sencillo, pero por lo mismo superior; como lo asegura el doctor Kenneth McFarland cuando anota que: "Las gran-

38 Fortaleza de la que nos habla cl gran mhdico, crirnin6logo y filbofo don Jase I~cminaos es la fuerza moral. Para comprender esta potencia, examinae del cklehte argentino su libro Las fuerza tnornles.

30 Entre los muchos hechos evidente de su coaperación se incluye su papel de miembro del jurado que eligi6 a los universitarios que se hicieron merecedares a las "Premios UNAM", correspondientes a 1987.

des verdades son las más sencillas, y lo mismo ocurre con los hombres más grandesn.40

Estamos ciertos que le fue m-~y doloroso apartarse de la vocacidn, mdxime despub de aproximados setenta años de ofrenda a tan sublime tarea. El romper con esto e iniciar una nueva situación es duro, pero su entrañable amor por nuestra mixima casa de estudios le dio fuerza para anhelar seguir en el estudio. A pesar de su escasa salud y de su cada vez mis disminuida vista, abrigaba la esperanza de trabajar sobre tres temas juridicos, pero el destino decidi6 que no los realizara.

Con la presencia de su medico y de su fiel asistente la señora Teresa Rivero -mujer ejemplar para los seres humanos por sus virtudes de fidelidad y cumplimiento de las promesas- que durante algunos años asistió al inmortal maestro, este expir6 a los 88 años de edad, el día 9 de marm de 1993; un fatidico 9 de marzo igual al del año de 1952, ya que justamente e x día, "en Munich, le llega el turno a mi insigne maestro Wilhelm Kisch. docente incomparable, como no he conocido otro, aun habiendo escuchado a muchos extraordinarios en mi ya larga vida"."

Confesamos nuestra incapacidad de saber c6mo terminar este inten- to de semblanza y el dadivoso pastor de inteligencias nos abre su obra Remanso de Historias y señalándonos una página, entresacamos esta oraci6n llena de melancolía:

"Hay que abreviar el tiempo para que caiga de una vez la cortina de su historia".'P

Sí, su historia, la historia de un hidalgo, u11 caballero sin tacha que enseñó hasta en los momentos más dificiles y dolorosos de su existeri- cia, la sabiduría, la cortesía, la sencillez y la elegancia.

u> Elocuencia @ora hoblw m @bliqo, traduccibn y pr6logo a la edici6n eapafiola del licenciado Rarn6n Palaz6n. México, Herrero Hermanos Suemrea, 1974, p. 85.

oi ~ Á . U M O ~ u Crsnua, Niceto, V~¡nlicinco ntios dc evolucidn del Dcrccho Procesal 1940-1965, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurldicas. 1968, p. 17. Aqul a su vez remite a la nota niim. 36, sita en la p. 21 de la misma obra.

42 Pig. niim. 81 .