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y LA EDILICIA: CONSTRUCCIONES PUBLICAS Y CASAS PRIVADAS APAREJOS, ESTRUCTURAS Y SISTEMAS CONSTRUCTIVOS Todo estudio inicial acerca de estas puntualizaciones adolece de la escasez de datos del carácter primario de estos ensayos, condicionado por el poco desarrollo de la bibliografia existente. No obstante, y aunque se observe cierta reiteración, se han manejado los datos proporcionados por un con- junto notable de yacimientos, específicamente hábitats o asentamientos: Badajoz —4.a-—, Belén —5.a—, Capote —&a—, Castañuelo —8.a—, Castillejos 2 —9.a—, Corvo 1 —10.a—, Chibanes —13.a--, Jerez de los Caballeros —19a—, Mangancha —22a—, La Martela —24.a—, Miró- briga —27.a—, Neves II —33.a—, Pedráo —36.a—, Pomar 1 —37.a—, Salacia —3&a— y Segovia —39.a—, etc. Entre ellos Capote, El Castañuelo, Los Castillejos 2, Pedráo y, probablemente, Segovia son los asentamientos mejor conocidos en cuanto al número y extensión de sus estructuras constructivas. Otros, como el caso de la Al- cazaba o Castillo de Badajoz, Corvo 1, Belén, Pomar 1, Miróbriga, Mangancha o Salacia, presentan restos de in- terés, aunque limitados a las pequeñas extensiones de sus sondeos y cuadrículas de excavación. Por último, contamos con un tercer grupo que, ya ex- cavados, sondeados o prospectados, ofrecen informa- ciones puntuales que suele remitir a algunos restos (principalmente murallas, fosos, aljibes) descubiertos o conservados en superficie, o deducibles de la observa- ción superficial. Diferente es el panorama que se presenta en los es- tudios sobre las pequeñas fundaciones romano-repu- blicanas que vienen denominándose como castella. Estas, en parte por su concentración específica en ciertas áreas (especialmente en los alrededores de Al- modovár y Casteo Verde), como por la misma natura- leza de los edificios (realizados en resistentes y grue- sos muros de piedra y con superficies pequeñas que oscilan en torno a los 200 metros cuadrados), mues- tran un buen grado de conservacion que, unido a las labores de excavaciones extensivas de Manuel y María Maia, permiten alcanzar cotas de síntesis mucho más completas. Pero su estudio es un tanto marginal al ob- jetivo de nuestro trabajo y, por ello, se analiza de for- ma específica y somera. Sólo hemos considerado, de un número cercano al centenar, aquellos que han sido objeto de excavacion. Nominalmente, Amendoeira —2.a—, Chaminé de Cabe- zas —12.a—, Juntas —1&a—, Lousa —2La—, Manuel Ga- lo —23.a—, Mouros —28.a—, Namorados —30.a— y Vale de Mértola —45.a—. Con todos estos datos hemos abordado el tema~sí- guiendo el orden natural de la lo9alización y la impor- tancia de la función jugada por los elementos constructi- vos (exteriores o interiores): subsuelo, cimentaciones, muros y techumbres, como componentes constructivos básicos; silos, fosas, pavimentos, bancos, hogares, junto con otros elementos no móviles (horuos y molinos de doble muela), como componentes internos y comple- mentarios. Son prácticamente desconocidos los elemen- tos escultóricos de función arquitectónica, como se do- cumentan en amplias áreas del Mediterráneo e, incluso, en zonas del Noroeste peninsular (en las conocidas «pe- dras fermosas>’, por ejemplo). CIMENTACIONES Y PREPARACION DEL SUBSUELO No se conocen obras de cimetación especificas, de forma que las construcciones registradas se asientan so- bre otras anteriores, sobre la roca base, preparada o no, o sobre un lecho de tierra o gravilla en casos más excep- cionales Reaprovechamienso de los cimientos Se trata de un caso ampliamente documentado en casi todos los cortes de la Fase II Castillejos 2 (9a). La clara definición de dos períodos de hábitat en este yaci- miento, casi consecutivos, permite ver que en cierto mo- mento (situado por los excavadores entre los siglos III y lía. C.) en los cortes NE A3, NO Al, NO E’3, NO ¡‘3, NO LL’3, NO W’3, se observan estructuras de la Fase II sobre las del periodo anterior, siguiendo más o menos

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LA EDILICIA: CONSTRUCCIONESPUBLICASY CASASPRIVADAS

APAREJOS, ESTRUCTURASY SISTEMAS CONSTRUCTIVOS

Todo estudio inicial acerca de estas puntualizacionesadolece de la escasez de datos del carácterprimario deestos ensayos, condicionado por el poco desarrollo dela bibliografia existente.

No obstante, y aunque se observe cierta reiteración,se han manejadolos datosproporcionadospor un con-junto notabledeyacimientos,específicamentehábitatsoasentamientos: Badajoz —4.a-—, Belén —5.a—, Capote—&a—, Castañuelo—8.a—, Castillejos 2 —9.a—, Corvo 1—10.a—, Chibanes —13.a--, Jerez de los Caballeros—19a—,Mangancha—22a—,La Martela—24.a—, Miró-briga —27.a—, NevesII —33.a—, Pedráo—36.a—, Pomar1 —37.a—, Salacia —3&a—y Segovia —39.a—, etc.

Entre ellos Capote, El Castañuelo, Los Castillejos 2,Pedráo y, probablemente, Segovia son los asentamientosmejor conocidos en cuanto al número y extensión de susestructuras constructivas. Otros, como el caso de la Al-cazaba o Castillo de Badajoz, Corvo 1, Belén, Pomar 1,Miróbriga, Manganchao Salacia,presentanrestosdein-terés, aunquelimitados a las pequeñasextensionesdesussondeosy cuadrículasdeexcavación.

Porúltimo, contamoscon un tercergrupo que,ya ex-cavados,sondeadoso prospectados,ofrecen informa-ciones puntuales que suele remitir a algunos restos(principalmentemurallas,fosos,aljibes) descubiertosoconservadosen superficie,o deduciblesde la observa-ción superficial.

Diferentees el panoramaque se presentaen los es-tudios sobrelas pequeñasfundacionesromano-repu-blicanas que vienen denominándosecomo castella.Estas, en parte por su concentración específica enciertasáreas(especialmenteen los alrededoresde Al-modováry CasteoVerde),como por la mismanatura-leza de los edificios (realizadosen resistentesy grue-sos muros de piedray con superficiespequeñasqueoscilan en torno a los 200 metros cuadrados), mues-tran un buen grado de conservacion que, unido a laslabores de excavaciones extensivas de Manuel y MaríaMaia, permiten alcanzar cotas de síntesismucho máscompletas.Perosu estudioes un tanto marginalal ob-

jetivo de nuestrotrabajoy, por ello, se analizade for-maespecíficay somera.

Sólo hemosconsiderado,de un número cercanoalcentenar,aquellosque han sido objeto de excavacion.Nominalmente,Amendoeira—2.a—, Chaminéde Cabe-zas—12.a—, Juntas—1&a—, Lousa—2La—, ManuelGa-lo —23.a—, Mouros—28.a—, Namorados—30.a—y ValedeMértola—45.a—.

Con todosestos datos hemosabordadoel tema~sí-guiendoel ordennaturalde la lo9alizacióny la impor-tanciade la funciónjugadapor los elementosconstructi-vos (exterioreso interiores): subsuelo,cimentaciones,muros y techumbres,como componentesconstructivosbásicos; silos, fosas, pavimentos, bancos, hogares, juntocon otros elementosno móviles (horuosy molinos dedoble muela), como componentes internos y comple-mentarios. Son prácticamente desconocidos los elemen-tos escultóricos de función arquitectónica, como se do-cumentanen ampliasáreasdel Mediterráneoe,incluso,en zonasdel Noroestepeninsular(en las conocidas«pe-dras fermosas>’, por ejemplo).

CIMENTACIONESY PREPARACIONDEL SUBSUELO

No se conocenobrasde cimetaciónespecificas,deformaque las construccionesregistradasse asientanso-breotrasanteriores,sobrela rocabase,preparadao no,o sobreun lechodetierrao gravillaen casosmásexcep-cionales

Reaprovechamiensode los cimientos

Se trata de un caso ampliamentedocumentadoencasitodoslos cortesde la FaseII Castillejos2 (9a).Laclaradefinición dedosperíodosdehábitaten esteyaci-miento,casiconsecutivos,permiteverqueencierto mo-mento (situado por los excavadores entre los siglos III ylía. C.) en los cortes NEA3, NOAl, NOE’3, NO¡‘3,NOLL’3, NOW’3, se observan estructurasdela FaseIIsobre las del periodo anterior, siguiendo más o menos

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168 LUIS ISERROcALRANGEL

susmismostrazadosy diferenciándosedeestosúltimospor un ensanchamientogeneral(de un metro pasanametroy medio)y por la rocadel aparejo.

¡Ja caso semejante se reconoce en los cortes 8W dela Alcazaba de Badajoz (4.a). En SPCI, el muro 4, estavez con idéntico aparejo, se recrece sucesivamentedu-ranre los estratos 6-5/4-3, sin cambios notables, a dife-rencia de lo que ocurre con los sucesivos pavimentosque les corresponden—tierrabatidaconcal/guijarros—.

Igual parece ocurrir en eí vecino castro portugués deSegovia (edificio del Sector fi) o en el de Capote, dondeel área excavada, permite confirmar que existe la mismapauta. Este dato está corroborado en la fase 2, datada enla segunda mitad del siglo II a. C.. cuyos muros principa-les suelen construis-se sobre los de las fases anteriores,en general con menor espesor. Esta circustancia, que sinduda obedece al aprovechamiento simple de las mejorescondiciones de equilibrio, pudo influir en el manteni-miento de las pautasurbanísticasdel pobladodurantelas diferentesfasesprerromanas,aunquese conocen11-gerasdesviacionesa estanorma,como seobservaen losmuros L/l de la entrada a la estancia LE-a (figs. 34 y49). xt

Preparaciónprevia de la roca base

Sin embargo los muros de la Fase 1 del poblado cteLos Castillejos 2 a menudo se asientan sobre la mismaroca madre, a la que se adaptan o aprovechan con cier-tas preparaciones, canto pueden ser el allanamiento porlatía, la ejecución derehundidosy retalladosparafacili-tar el drenaje, el encajonamiento de apoyos, etc.

Ejemplos de ello se encuentran en casi todos los po-blados en estudio, siendo sin duda la forma más fre-cuente, LI corte 2 del Castrejón de Capote-6.a (campa-ña 1987> muestra una cierta inclinación tallada de laroca madre, encaminada hacia la consecución de unperfecto drenaje del muro septentrional,más o menosexterior, mediante la reconducción de grietas superficia-les de la roca en disposiciónparalelaal muro.

Indicios de taIta parecen conocerse en las escasas es-tructuras datables en esta época en el corte 1 de Jerez(Vta>, como en el Castro de Mangancha(22.a),La Mar-tela (24a), el Castañuelo(8.a), Miróbriga (27.a>y, conmasclaridad,en el nivel basedel corte1 de la AlcazabadeBadajoz(4a).

Pequeñas obras de infraestructura

Comola documentadaenel Corte2 deCapote,se lo-calizanbajo los murosexteriores,decarácterdefensivo,máscastigadosy necesariospara la proteccióndel po-blado.

Así el paramentoexteriorde la Murallade los Casti-llejos 2 (9a>arrancaentalúd sobreun lechodepizarrasmachacadas.Este lechode cascajopizarrosoes comúnentodaslas grandesestructurasde aparentefunciónde-fensivade estepobladoy debió servir, a la vez,denive-lacióny deayudaparadrenaje.

‘Capasde nivelación,realizadascon piedrecillas,de-

rubios de obras anteriores,tierrascompactadas,etc.,son frecuentes donde haya que salvar los inconvenientesde las obrasanteriores,o en lugarestan accidentadoscomola SierradeLa Marlela (24.a),dondeunacapadepizarras machacadas, con tierras y piedrecillas, muycompacta, parece haber tenido esta función, además dela de solado. Desde estos niveles arrancan directamentelos muros.

MUROS:APAREJOSY ENLUCIDOS

Existen tres tipos de lienzos según los materiales yaparejos usados en la construcción:

a) Lienzos de madera y ramaje.b) Muros de piedra trabada a seco o con barro.c) Muros de tapial y/o adobes.

Lienzosde maderay ramaje

La precariedad de estos materiales y su escasa con-servación impide conocer hasta qué punto este materialfue de uso ordinario o habitual. No obstante, parece ló-gico suponer que cabañas de paja y ramaje debían serconocidas en todo yacimiento, oscilandosuimportanciaenrazón de factores como la masa forestal del entorno,la abundaciade la piedrao la arcilla, la capacidadeco-nómicade susconstructoresy, así mismo,la naturalezaestacionalu ocasionaldesuocupación.

El ejemplomejorconocidolo situamosenlapequeñaocupaciónde Pomar1 (37.a),enla planiciebajo-alente-jana, dentrodela cuencadel Sado.En suscapas2a-by3 localizamoslos amontonamientosde pequeñaspie-drascalizasy las huellascentralesdejadasportres(A, B,C), y quizácinco (¿1), El), postesque,distanciadosunmetroentresi aproximadamente,debíanservircomosu-jeciónverticaldeun entramadoderamasy follaje, deloque hemosinterpretadocomoparedesexterioresde unacabaña,de planta rectangulary ocupaciónestacional,Estasestructurassereforzabanpor la alineaciónde pie-drasentrelasbasesdelos postes(fig. 78).

Muros depiedra trabada a seco o con barro

Generalmenteaparecencomo zócalosde un metrode altura sobre los que se asientan las paredes de ado-hes, pero en no pocos poblados, como en Capote (da) oen el Castañuela (8-a>, parecen haber sido paredes consu alturatotal (conservadaenmásdedos metros y uno,respectivamente,con numerosossillares caldosa suspies y sin restos de adobes).

La técnicaconstructivaessencillaaunqueno por ellopococonsistente,realizándosedas paramentosexterio-resde piedracon la caraexterior desbastada,quepue-densermáso menosplanas,enel casopredominantedelaspizarrasy cuarcitas,o másvoluminosascon los bolosdediabasa,grauwacay otrasrocasintrusivas.

Estánunidas a seco,con los intersticiostapadosconbarroy pequeñascuñasdepizarra,y poseenenla mayo-

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ría delas ocasionesunacierta regularidad,sin quepue-da considerarse que forman hiladas propiamente dichas.Es norma común que el arranque del muro esté forma-do por una primera, e incluso la segunda, de estas «hila-das» claramente distinguible del resto por su mayor ta-mañoy volumen.

Aunqueen pobladosbien conocidos,como el de LosCastillejos 2 de Fuente de Cantos (9.a), la mayoría de losmurossonde adobesobrezócalo de piedra,no faltan lasparedesenterizasconstruidascon piedras,que posible-mente corresponden al exterior de edificios de cierta im-portancia. En este yacimiento se han identificado dos mo-mentos de ocupación que han servido para observardiferencias entre dos tipos de paramentos de piedra.

En el primero, fechado en los siglos IV y III a. C, losmurostienenun grosormedio de un metroy su aparejoesde lajas depizarradetamañomedioy pequeño.En lafase II, sin cambiar el trazado, los muros se ensanchanaprovechandolos anteriorescomo cimientosy presen-tanun aparejosemejante,aunquedeacabadosuperficialmás cuidado y con sillares más grandes, que son en estecaso de materiales más heterogéneos,entre los queabundanlas diabasasy grauwacas,aunqueno faltancuarcitas y pizarras.

Con todo, el usode diversomateriallítico, y lasdife-renciasqueello conlíeva,no debenentendersecomoin-dicio cronológico, exceptoen casosbien establecidoscomo el del poblado de Fuentede Cantosacabadodereferir,

Así, aparejos de pizarra o cuarcita, idénticos al des-crito para la Fase 1 de este asentamiento, son caracterís-ticos de Capote (6.a), en un momento ligeramente pos-terior (siglo II a. C.) y llegan a documentarse en elCoto—Nertóbriga (lEa) y en la Peña de San Sixto(76.b), Miróbriga (27.a) o Mangancha (22.a) en épocaromano-republicana, con o sin cal como cemento, y unagran perfección edilicia (los mismos cartel/a como Cha-miné de Cabeqas (12.a), Amendocira (2a), Vale deMértola (45.a), etc. presentan tales muros con la traba-zónenbarro,o enseco).

Porotra parte,en el Corte n. 2 de Capote(Campañade 1987), se documenta,en el muro septentrional,unatécnicade «enmascaramiento»queda un aspectoexte-rior casi ciclópeoa un estrechomuro, o zócalo, de pie-dras y tierra. En este lienzo, ciertamentede una cons-trucciónintramuros,peroparalelaa la murallay visibledesdeel cenode enfrente,se localizaron tres anchaslanchasdecuarcitadecasi un metro delado,revistiendoelmuropor el exterior,hastaformarun paramentoapa-rente. Visto desdeel exterior, se logra un aspectodefuerteestructuracongranaparejopétreo.

Perodondeestónicacomúnel usode la canteríaenaparejosirregulareses en la construcciónde muros degrandesedificioso delos sistemas exteriores de defensa.En las zonas de predominio pizarroso y cuarcitico(comose observaen la comarca meridional del Ardila:Capote —6.a—, Nertóbriga —31.a—, Martela —24a—,Castañuelo —8.a—, en ciertos tramos del Degebe: Cun-cres —6Gb—,Degebe —Mb-.-, Vígosa —80.1,—, Cuncos—59.b—, o en zonas costeras, como el oppidumprerro-mano de Miróbriga (27.a), las murallas se construyenconaparejopequeñoy medio,bientrabadoa seco.

Sobresuelosconafloracionesintrusivas(granitioides,grauwacas,diabasas)se documentala utilización degrandes bloques que a veces adquieren aspectos cicló-peos(por ejemplo,en La Pepina —51.b--, Castrejón deBodonal ~53~1,—,Cañuelo —52t—, San Pedro —75.b—,e inclusoen Alcácerdo Sal —capa6—). Los yacimientosenlos quese registraun usoindistintode rocasígneasymetamórficas,comoen Los Castillejos 2 de FuentedeCantos(9.a),seasientanen zonascolindantes.

Portanto,sobreunaposiblediferenciaen la adscrip-ción cronológicaque pudierainferirse de estasdistin-ciones,somosespecialmentecautos.Sin embargo,pare-ce conlinnarseuna cierta modernidaden el uso deparamentosciclópeos, conocidos en poblados que,comoel Cantamento(51.b), el Cañuelo(52.b) y el Cas-trejón de Bodonal (53.b), handado pruebaspalpablesde llegar hastala romanización.Así, las datacionestar-díasdeestetipo deparamentodadasenlos castros«vet-tones” (González Tablas et alii, 1986, 124) parecencoincidir.

Muros de tapia/y/o adobes

Las estructurasdeadobese han localizadoconciertafrecuenciaen yacimientoscomo Los Castillejos (9.a),Belén (5.a),Castillo deJerez(19.a)o Serpa—estrato9—(41.a). Siempreaparecenen estadode altadescomposi-ción y, porello, es difícil delimitarestasestructuras,ex-ceptosi se definencomoindependientesde otrascons-trucciones,como sonlos casosde las relacionadasconlas actividadesmetalúrgicas.

A juzgarpor losadobesde unadeestasestructuras,lan. 3 del corteNO E’3 de Los Castillejos 2 (9.a), éstosfueron hechosa caja en distintos tamañosy posterior-mentecocidoso, en algunoscasos,sencillamenteseca-dos al sol (NO LL’3). Las medidasoscilan,en los quehemospodidocomprobar,en tomo a 32/40x20x12/15centímetrosdelongitud,anchuray grosor.

Un casoquepresentabuenaconservaciónes el refe-renteal muro 4 delos cortesdel SectordePuertadeCa-rros (SPCy SPCI)deBadajoz(4.a). En el tramocorres-pondientea la capa3 del corteA184/SPCse reconocióun zócalo de piedracaliza queaúnsosteníapartede lapared,parcialmenteconstruidacontapial y/o adobes,ya cuyos pies otros aparecíanen cierto orden, mejor opeor conservados.Además del mismo suelo, con lacomponentecaliza ya referida,la presenciade la cal seconstataensuusocomoenlucido:

«Unode éllos (de los adobes),en posiciónquepareceindicarqueestácaído,se ve en perfil exte-rior, enteroy conunafinísímacapadecal o enluci-do quelo recubre.’>

(Domínguezde la Concha, Diario de Excavación,17/VII/1984.)

No pareceextrañoesteusodel tapial/adobeen el ya-cimiento de Badajoz(ALS4/24B; ALS4/SPC;AL86/SPCI),habidacuentadela escasadurezade suroca ca-liza y de la abundaciade estratosarcillosos propia de

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1 70 LUIS BERROCAL. RANOEL.

0 50cm.

o 5 m.

Pig. 34.—t os,, 1.16-1?delnivel de(¼po¡e,¿-a,,propueswde rer-onstrucewn,i detalle¿te la se¿~-icindesu inulinaPL-A).

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una zonade vegacomo la del Guadiana.Es por elloque,en unaciudad dondelas tradicionesediliciasmo-dernashanprimadoel muro detierrasobreel depiedra,resultacoherenteencontrareste sistemaen épocaspre-rromanas.En estecasosusmedidasestabanen torno a30/26x6/8x15/18centímetrosde longitud, anchuraygrosor(24By SPC).

Semejantesituación se repite en otros yacimientoscuyosentornossedimentariosla favorece.Es el casodeAlcácer do Sal —Capas6 y 8— (38.a), en pleno estuariodel Sado,o, probablemente,de Odemira(102.c)y Mér-tola (29.a),peroinclusocuandola roca calizalocal es su-ficientementedura, se usa como material constructivo.Un ejemplobien conocidoes el castrode Pedráo,conmurallay paredesde piedra. Por el contrarioalgunases-tructurasinterioresse realizaronen adobeen el mismoCapote(3O/25x10x8centímetros,estanciaLE-A).

El usodel adobeo delosmurosterrerospareceestar,por tanto,condicionadoa la calidadconstructivade lapiedra(especialmenteen el rasgode durezay resisten-cia)y ala plasticidaddelas tierraslocalizadasen susen-tornos.

Es por ello que,enla mayoríade los pobladosdel Sa-do-Guadiana,la piedraparecehabersidola materiapri-ma edilicia principal, dadala abundanciade granitos,pizarras,cuarcitaso gneis,entreotras rocas cuya utili-dad constructivaes sobradamentereconocida.De losadobesconocidos,aunquelas medidasoscilan entornoa los módulos 30x8x10 en Badajoz y Capote y35x20x15 enLos Castillejos2 deFuentedeCantos,lostestimoniossonexcesiamenteescasoscomo paradedu-cir generalidadalguna.

Peroel ejemplodela Alcazabade Badajoz(4.a)sirveademásparaabordarun aspecto,a menudotan olvida-do, comoel de los enlucidos.La visión de los «desnu-dos»lienzos depiedradeCapote(6.a)estimulanuestrasospechasobrela existenciade enfoscadosdebarro queestéticamenteproporcionasenunavisión homogéneay,probablemente,ayudarana la conservaciónde laspare-des.Perociertamente,tras la excavaciónde un notablenumero,no hemosencontradoindicio alguno(algo es-perable,dadala naturalezadel material>.

Se conoceel usode finas losasde pizarra pararecu-brimientosde,al menos,los zócalosinterioresde las ha-bitaciones.Peroesteuso,a juzgarpor las escasasmues-tras,no fuemuy habitual.Sólo en dosestancias(KE-B yLLE-H) se localizarondoso tres lajas «in situ”. Defor-mas irregulares,suelenpresentartamañosque oscilanentrelos 0,4 y 0,6 metrosde alturay longitud máximas.Unaapreciaciónsimilar, paraCanchoRoano,es el me-jor paralelo(MaluquerdeMotes,1983,fig. 3).

En resumenparececlaro el aprovechamientogenera-lizado de los materialesdel entorno,en especialen loreferido a la piedra, por lo generalel más abundante.Cuando la calidad de la roca local no es aceptable,como las blandascalizas de Badajoz, y existen suelosaluvialescercanosse imponeel usodel adobeo del ta-pial. Por lo generalestasdos últimas técnicasse docu-mentanmayoritariamentesólo en pobladossingulares,como el mismo Badajoz (4.a), aunquedebíanusarseabundantementecon cierta marginalidadrespectoa lapiedra.

La madera,por último, no parecerelegada,aunquepor su naturalezano sedocumentecon facilidad. Algu-nos pequeños asentamientos, como Pomar 1 y el Caste-jón de Bodonal, y su uso como complemento de mura-llas de piedras (Degebe 6 ib) son sus mejorestestimonios.

TECHUMBRES: SISTEMASY ELEMENTOS DE COBERTURA

Pocos restos se han documentado de estos elementos,tan difíciles de registrar,antesde la épocaromana.Eluso de régulas antes de la presencia real de Roma, comoInnovaciónllegadapor contactosculturalesy comercia-les es algo no comprobado pero que creemos factible.Sin embargo es de notar que en poblados como el Cas-trejón de Capote, los cuales parecen haber sido abando-nados con la romanización, no se encuentran, por aho-ra, fragmentosdetégulas.

Se handocumentadoindiciosde doso quizátressis-temas:

a) Techumbresderamay paja.b) fejados con cubierta de lajas de pizarra.q) Cubiertas por aproximación de hiladas.

Techumbres de rama y paja

La apariciónde unacapade carboncillosy cenizas,de varios centímetros de espesor, sobre los pavimentospuede ser interpretada como restos de las techumbresderamay pajaquedebieroncubrirestasconstrucciones.

Dondemejorse ha documentadoestetipo de cober-tura es en hábitatsde «menorentidad>’, como Pomar 1(37.a), pero raro es el poblado que, excavado en exten-sión, no presenta capas de cenizas y carboncillos disper-sas con cierta homogeneidad o pequeños postes de suje-ción emplazados, bien en zonas centrales, cuando lasparedessonde materialesmásduraderoso las estanciasmás amplias, bien rodeando el ámbito, cuando se cons-truyó con los mismos ramajes. Ejemplos del primer casolos localizamos en poblados como los Castillejos 2 deFuente de Cantos —AB4 y E5— (9.a), el Castrejón deBodonal (53.b), o en el pavimento de tierra batida y calde la capa 3 del Corte Alcazaba84/SPC de Badajoz

conprobablestechumbresderamajey paredesdepiedray tapial.

Tejados con cubiertade lajas de pizarra

Perolas mismassujecioneso susrestosfacilitan, ave-ces, afortunados indicios de techumbres de mayor enti-dad, cuyacoberturapodría abarcarespaciosmás am-plios y, quizás,plantassuperpuestas.

lino de los restosmás concluyenteslo conforma lapresenciade agujeros,regularmentesituadosa unaaltu-rasuperioralos dosmetros,quehemosobservadoen lacarainternade la muralladelos Castillejos2 deFuentede Cantos (9.a). Situadosen una sola hilera y con un

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diámetromedioentre los 15 y 25 centímetros,no pue-den considerarsecomo merosmechinales.Por el con-trarionosparecenunaprobablepruebade la existenciade travesañosde maderaquedebieronsostenersólidastechumbrescon unainclinaciónhacia la entrada(comoel director de su excavación,J. M. FernándezCorrales,podrá confirmar en un futuro).

Similar situación aparece en el bastión de entrada dela PuertaCentralde Capote(6.a), excavadosuinterioren la campañade Octubre-Noviembrede 1991. Aquílocalizamos cuatro agujeros de alzado subrectangular y20-25 centímetros de lado, a una altura superior a losdos metros desde el pavimento y cuya función pudo serla de sujeción de un segundo piso de la torre, dado quela pared exterior continúa más arriba.

El estrato 8 del sondeo realizado en el Castillo de Al-cácerdo Sal (38.a)demuestrala existenciade estosar-mazones complejos en las techumbres de algunos edifi-cios. La división en capas menores (8.a-d) permitióobservar cómo la naturaleza de los numerosos carbonesy maderas, localizados en el estrato, cambiaba hasta pre-sentarse como auténticos maderos carbonizados caldossobre el pavimento 8.e.

En otros edificios, exentos,el uso de gruesospostescentralesparececonfirmar la presenciade estossiste-masde coberturamáscomplejos.Conocemosen la es-tanciaLE-B del mismoCapote(6.a),unabasadepiedra(en realidaduna piedrabasedemolino, dadala vuelta),debidamenteacuñada,encajadaenel sueloy emplazadajusto en el centro de la estancia, cuya función debía serla basede ungruesopostede maderaque,a mododepi-lar, sujetabala techumbrepor la zonacentraldela habi-tación(fig. 34).

Estos sistemas de sujeción se completan con el tipo ylos elementosde las cubiertasque, mayoritariamente,seguirían siendo de paja y ramas, aunque creemos tenersuficientespruebasparaasegurarel uso de otrosmate-riales. -

Así, en unagran mayoríade las estanciasdel castrode Capotese han documentadograncantidadde finaslajas de pizarra, dispersas por todas las plantas, y a di-versas alturas y disposiciones. Dado que los muros loca-lizados son en su totalidad de cuarcita, cabe pensar quelaspizarrasfueranel mediodetecharestashabitaciones.

La posibilidad se refuerza con la falta de estas lajas enlos espacios que probablementé estuvieron a cieloabierto, como la calle central, los callejones o la mismaestancia LLO-A del Altar. Este ámbito, por su propiaestructura,no debíaestartechado.El pocoespaciototal(en torno a los 4 metroscuadrados),la importanciadelhogar con forma de mesa que abarca al menos un terciodeestasuperficiey suaperturacompleta,por uno desusflacos,hacia la <‘calle>’ propicianla interpretaciónde unespacio sin techar. Ninguna laja de pizarra o material si-milar fue localizado en su interior.

No obstante,ensu reconstruccióngráfica, hemospre--ferido colocar unacoberturade paja que protegieseellugar de las borrascasdel Suroeste,a las queestáorien-tado(fig. 40).

En el estudioprevio a estapropuestase planteó laorientaciónde las techumbresde las estanciasde estaZonaCentral de Capoteque,por otra parte,conforma

el mayor espacio excavado. El índice de pluviosidadanual, cercano a los 1.000 centímetros cúbicos, y la pro-cedencia suroccidental de la gran mayoría de las borras-cas permitiría asegurar que las techumbres (como las ac-tuales) debieron tener una apreciable inclinación.Pudiera ser resolutiva la observación realizada sobre elbloque de estancias que se abren al Este de la «CalleCentral»(figs. 37.4y 49). En ella, la presenciaen plantade estanciasanchaspero pocoprofundasque dan a laCalle, contrastacon la formaalargaday estrechade lasdependencias situadas más al interior. Ello pudiera serindicio de una coberturaa dos aguasde la que la ver-tiente occidental,másexpuesta,fuesemáscortae incli-nada, ofreciendo así menor resistencia al impacto y re-tención de las aguas de lluvia, y más solidez ante losvendavales.

Cubiertas por aproximación de hiladas

Por último cabe indicar que para ciertos investigado-res, como Manuel Maia, en algunos de los castella repu-blicanos (v.g. Castelinho dos Mouros —28.a—) pudieradocumentarse,a finalesdel siglo 1 a. C., unade las pri-merasutilizacionesde cubiertasabovedadas,quizáconun sistema del tipo «por aproximación de hiladas», pesea que los indicios para tal suposición apoyados en ladisposición de los restos caldos, parecen muy escasos(Maia, 1986).

PAVIMENTOS Y UMBRALES

De menora mayorcomplejidadtécnicase handocu-mentadolas siguientesformasdeensolado:

t. La roca natural, previamente alisada.2. Tierra y piedra machacada y batida.3. Tierrabatiday cal.4. Barrococido.5. Guijarros.6. Losas de cuarcita o de pizarra (pavimentos/um-

brales).

La roca natura4 previamente alisada

No es muy frecuenteestecaso,confundidoquizá porsupuestas pérdidas debidas a la erosión. Se conoce enalgunossitios como el corte AB4 de los Castillejos 2(9.a),enel queseexcavaronvarioshogaressobrela mis-ma roca y es presumible,también en otros como LaMartela, el Castrejónde Bodonal (53.b), la onubensepoblación de Maribarba (65.b) o el mismo castro deMonte Furado,Beleizáo(62.b).

Tierra y piedra machacada y batida

Está especialmentedocumentadoen los cortes 1 yEJE 3 de la Martela (24.a). Se trata de unacapamuycompactay dura,compuestade tierrasamarillas,gravi-lías y pizarramachacada,sobrela quepartenlos muros

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LA EDILICIA: CONSTRUCCIONESPÚBLICAS Y CASAS PRIVADAS 173

y queparecehaberservidode nivelación,cimentaciónysolado.

Algunoscortesde la Fase1 de los Castillejos2 (9.a)muestranposiblessuelosde barroo tierraapisonada,se-gún susexcavadores(J. M. FernándezCorrales),mien-tras en la Fase1 b del Corte 1 de Belén, se observaunpavimento de tierra apelmazaday piedrecillas,comoapuntóA. RodríguezDíaz.

Tierra batida y cal

Una rara variantede la anterior, técnicamentemáscomplejay con mayorgrado de resistencia,es el pavi-mentodetierra batiday «cal»,entrelasqueno se exclu-yen pequeñaspiedras. Fue localizadoen la capa 4 delAL86/SPC1(+192, 503)y en la capa3 del AL84/SPC,Alcazabade Badajoz(4.a). Su cronologíaprerromanatemprana,confirmadapor las numerosascerámicases-tampilladasy «a mano»,y reforzadapor piezasde cera-micaáticay unafíbula anularde puenteen timbal o na-vecilla (falta la zona central), parece fuera de toda duda.

El uso prerromano de la <¿cal>’ es desconocido en laregión,fuerade esteyacimiento,cuyasespecialescarac-terísticasconstructivasseextiendentambiéna los murosy otros restosarqueológicos.Es significativa queseaca-liza la rocabasedel horstde Badajoz(del mismo cerrode La Muela y del gemelode San Cristobal) y en estecaso, creemos que su uso pudo surgir entre los poblado-res del castro de la misma forma que surge, entre los deLa Martela, el de la pizarra local, aunque con resultadosmásprácticos.

En estecaso,pareceinteresanteindicar que algunas delas hogueras abiertas en la fase 3/4 (contemporánea conel pavimentoreferidodeLa Alcazaba)de la «CalleCen-tral» del castrode Capote(4.a) ofrecían un fondo blan-quecinoy endurecido,producidopor laaccióndel fuegosobrela basecalizadela rocamadreenestelugar(el sub-suelodel yacimientopresentaunaalternanciade pizarrasy calizas,frecuentementerota por afloramientoscuarciti-cos).Peroental casono setratadepavimentos.

Suelos de barro cocido

Frenteala rarezadel sistemaanterior(facilitadaporla escasez de rocas calizas o metamórficas), los suelosdebarro endurecidopor la acción directa del calor, bienprocedentede fuegosartificialeso simplementedelsol,son los más frecuentes,constatadosprácticamenteentodos los yacimientos. Son claramente diferenciablespor su color rojizo y durezasuperficial.El espesoresva-riable aunquenuncasuelesobrepasarlos 20 centíme-tros.

El ejemplo más claro lo detectamosen la estanciaLE-C de Capote(4.a), campañade 1989.Sobreel fon-do nordoccidentaldel departamentoy al pie deunapa-red quedivide la habitación,se localizó unasuperficiebien conservadadel suelodel nivel 2 (finalesdel s. II a.C.). La capade0,10metrosdepotenciamáximapresen-ta un color rojizo, unadurezaconsiderabley, sobresusuperficie, lashuellas de ramajesde escobasquemadas

(fig. 39). Ello lleva a suponerqueesteensoladodebiórealizarse poco antes del abandono definitivo del pobla-do,hipótesisque refrendala abundanciade materialeslocalizadosen estaestancia.Incidimos en esto porquecreemosque la naturalezade tales suelosdebíaexigirfrecuentesreparacionesde lasquesólo un estudio am-pliado de sus perfilespodríadar cuenta(periódicamen-te reforzadosconel simple apliquedeunacapadebarronueva).

En Portugalestádocumentadoen la capa8 deAlcácerdo Sal (38.a)y su usose mantiene,como era de prever,en épocasposteriores.Así sueleserel tipo de pavimentocomúnínenteasociadoa los castella bajoalentenjanosse-gÉn los trabajosde ManuelMaia.

Guijarros aprehendidos en barro

Seconoceestautilización enlas construccionesdeElCastañuelode Aracena,dondeaparecieronpequeñosguijarroscubiertospor unacapadebarro apisonadoquese introducepor los intersticios, formandounaconsis-tentesolería.No cabedudaqueno sepuedeconsiderarunasolución popular,sino másbien dependientede laexistenciade guijarros o cantos rodadosen terrenospróximosa riberasy dela dedicaciónconstructivanece-sarIa.

Sin embargo,nuevoshallazgoshanpuestoen eviden-cia que estatécnica fue puntualmenteusadaen yaci-mientostan distanciadoscomoCapote(6.a) o la Alca-zabadeBadajoz(4.a),enfechasrelativamentetardías.

Enel primero,durantela campañade 1990 sedescu-brió un caminoderonda,exteriorala Fortalezay prote-gido porun antemuroa modo de«barbacana”,realizadocon el mismo sistema.En el segundo,los pavimentoscon guijarrossonconocidosen los interioresde estan-cias documentadasen los cortesAL84/SPC y AL8Ó/SPC1, ustoen la fase posteriora la del pavimentodetierray cal antescitado.

Pavimentos de losas de cuarcitao pizarra (suelos y umbrales)

La aplicación de grandesy medianaslosas para laconstruccióndeumbralesy pavimentossehanconstata-do con cierta reiteraciónen el castrode Capote(6.a).Pareceunaconstanteque todaslas puertasque abrenhacia el Poniente(es decir, hacia la procedenciade lamayoría de lasborrascas)tienen un enlosadode tres,cuatroo más losas, fuertementeencajadas,a modo deumbral. Este como se observaen las estanciasLE-B yLE-C se extiendefueray bajo el vano de la puerta,e In-cluso penetra,con otrastantaslosas,en el interior de laestancia(fig. 37.4).

Porotra parte, el usode cuarcitasy, eventualmente,pizarras como elementos del pavimento completo deunaestanciaestábienconstatadoen losdepartamentosLE-A y KE-B del mismocastro.Asimismosedocumen-ta un pavimento de irregulareslosas de pizarra en elCorte 2. de la campañade 1987. Las losasse extiendenpor toda la zona B, consideradadel interior de unavi-

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174 LUIS BERROCAL &ANOEL

víenday aunquemuy destruidasenalgunosdesuspun-tos, seconservabanen buenadisposiciónjunto al muroseptentrionaldeestecorte,Estabancolocadassobreunapequeñacapaniveladora,de barro.Otro pavimentosi-ruilar fue localizadoenla Fasela(Corten. 1) del pobla-do de Belén(Sa).enel quelas lajasdepizarrasesuper-ponen a un nivel de tierra apisonada,en idénticadisposiciónqueenCapote.

Básicamenterecuerdanal documentadoen el pobladominerodeCerroSalomón,Riotinto. En esencianospare-ce la misma solución técnica que la categoríaanterioraunquecon diferentesmateriales,en este casolosas porguijarros.Ambastécnicassonconocidasen la HispaniaCentraly Meridional desdela PrimeraEdaddel Hierro,en estructurasdomésticaso de una cierta relevanciacomoenel citadocenoonubense(Blanco,Luzóny RuizMata, 1970,10-12,figs. X-XIV), enSan Antonio del ¿a-rama;CerroMacarenoVIII (Pellicer, Escacenay Benda-la, 1983,58); ColinadelosQuemados,Córdoba(Luzóny Ruiz Mata, 1973,350,fi8. 6) o, en su máximaversióntécnica,enel <¿santuariopce-ibéricodeCástulo(Blázquezy ValienteMalla, 1981 y 1985,179-190).

Deun momentocontemporáneoa los deCapotey Ba-dajozpareceseralgún pavimentosimilar, localizado enlas excavacionesde Alonhoz, aunque,segúnFernándezGalianoy ValienteMalla, el usode pavimentosdeguija-rros pareceteneruna recesióndurantela épocaibérica,para resurgirdenuevoconla implantaciónromano-repu-blicana(LópezPalomo, 1981,129-154,169-171,hg.42;FernándezGalianoy ValienteMalla, 1983,46-47).

SILOS, FOSAS, CISTERNASY DEMÁS SUBESTRUCTURAS

Entre las escasasconstruccionessubterráneas,cuyousono parezcahabersido esporádico,incluimos las fo-setasdenominadase.n. 1. 2 y 3 del Sondeo2 deLa Mar-tela (24.a).Todasellas seexcavaronsobrela rocamadrey estabandentrodeestancias,enaparencia,ordinanas.

Mención apanemerecendosgrandessocavonesdevarios metrosde diámetro, conocidosen los castrosdeLa Martela y Capote,situadosen las partescentralesdelos retintosy que,especialmenteen el primer caso,hansido consideradocharcaso aljibes parala recogidadeaguas.

En La Martela (24.a)pudimoscomprobar,hace yauna décaday antesde que fuera rellenadode piedrassuehas,queel socavónafectaa la roca madre,como siestuvieratalladoen ella. Una seriede peldaños,de losque sóloeranvisibles los superiores,facilitabanel acce-soal centrodela oquedad.Su funcióncomocontenedordeaguas,en un asentamientode tandifícil y pronuncia-doacceso,parececlaray necesaria,

En Capote(6.a),sinembargo,la situacióndio distin-tosresultados.Deaspectomuysimilaral anterior,se lo-calizaenplenaladerasobreel río Sillo, conungradodeinclinación nadadespreciable.De estaforma, hoy sóloafectaa su mitad oriental, apoyadasobrela zonasupe-rior de la pendiente,mientrasla parteopuesta,ensemi-cono,nocamásqueunamecaacumulaciónartificial depiedrasde medianotamañoqueirregularmentese apo-

yan unassobreotras,Desgraciadamentelos trabajosdeexcavaciónno pudieronaclararni concluir en octubrede 1991. Conunaprofundidadde4,5 metros se locali-zarontres grandes«escalones»talladosenla roca madre(cuarcita)quecorríanparalelosal río y, por tanto,per-pendicularesala pendiente.Bajoellosunaduracapadetierra y calizadescompuesta,con escasosperosignifica-tivos materialesarqueológicos,continuabahastala pro-fundidadde 6,5 metros,enlacual, por carecerdeespa-cio útil sedetuvola excavacton.

Doshansidolas consecuenciasclaras:

1. Quela talla protohistóricade la roca fueconfir-madapor el claro aspectode gran escalinataque susbloquesofrecíany por documentarsecerámicasa tomoya mano,y unasilipense,entrelos intersticiosrocosos.

2, Quelo único evidenteesla presenciadeun granvacíosobrela laderainterior del poblado,queconviertea ésta,en parteartificialmente,en unaacusadapendien-te. Los citadostestimoniosafirman la presenciade unacueva,quizásregistro minero,bajo la citadacapainfe-rior. De todasmanerasparececlaroqueno sonestruc-tucasparamantenerel aguadelluvia.

De las oquedadesdel corte EJE 3 de La Martela(24.a), la primeraesdeplantaoval y tieneunos4 me-tros delargo y 0,15 metrosdeprofundidad.Seencon-tró colmatadadeunatierraobscura,viscosay compac-ta, perono selocalizaronrestosorgánicosdetectablesy sólo algunosfragmentoscerámicosmuy rodados,ensupartesuperior.La e.n.2 partebajo la anterior,tieneunaplantatendenteal círculo, de 1 metrodediámetroy 0,3 metrosde profundidad.Poseebaseplanay sec-ción en «U”, con el mismo rellenoquela anterior.Laen3muestradimensionesy formas similares.Es ev-dentequeestas«fosas»sonpocoprofundasparacum-plir una función contenedoraeficaz.No creemosquepuedancatalogarsecomo silos o basureros,pero sicomo sueloscon materialesendebles,propios de lascabañas.

BANCOS Y POYETES,EXENTOS Y ADOSADOS

Estetipo deestructura,bienconocidaenotros pobla-.dosprerromanosmeseteñosy meridionales,es recono-cido con amplitud en algunosdc los yacimientosmásextensamenteexcavadosdelSado-Guadiana.

Generalmenteconstruidoscon mamposteríade pie-drasecao trabadacon barro,estospoyosse agrupanentrescategorías:

Bancos exentos

Se conocenenvariasdependenciasdel castrodeCa-pote(6.a),generalmentedividiendola habitaciónendasmitadesalargadas(figs. 34. 49.1).En cl casode las es-tanciasRE-A y KE-B, un bancototalmenteexentohaservido,en la fase II, para dividir la habitaciónen dosámbitosclaramentedistintos: RE-A, pavimentadocon

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LA EDILICIA: CONSTRUCCIONES PÚBLICAS Y CASAS PRIVADAS 175

grandeslajasdecuarcitay KE-B, con tierraapisonadayun hogarjunto al bancoen estudio. La partesuperiordel poyo estáculminadacon finas lajasde pizarra.Otroejemplo similar ha aparecidoal levantarel testigo quedivide las estanciasLE-B y LLE-A que,en la fase 11, co-rrespondena la mismacasa.

Bancos adosados a un lienzo de pared

Es un sistemamuchomejorconocido,enyacimientoscomo NevesII (33.a) donde,a veces,abarcantoda lalongitud del lienzo (fig. 38.3), como en el Castañuelo(fig. 37.2)0enCapote.

Bancos adosados a lo largo de dos o más muros

Estesistema,por último, se documentaen estosdospoblados.Suejemplomáselaboradose localiza enla es-tanciaLLO-A del último de ellos, dondeel bancocorrea lo largo de las tresparedesdel departamento,rodean-do estrechamenteel altarcentralquelo define(fig. 3 5.4,40).

HOGARES,HORNOS

Y ESTRUCIURASMETALURGICAS

Hogares(fig. 35)

La importanciaquelapresenciadehogarestieneparala definicióndelas áreasde actividad,dentrodela orde-nacióndel espaciodoméstico,seve acompañadapor lavariedadde losmismos.

Desarrollandoun muyloableprimerintentotipológi-co realizadopor RodríguezDíaz parala Baja Extrema-dura(1987, 592-3), se ha procedidoa unanecesariaadaptacióny a la inclusiónde un componentefuncionalparael mundoprerromanodel Sado-Guadianainferior,localizandolas siguientesvariantestécnicas:

a) Hogarexcavadoenroca.b) Hogarconformadoporunacapadearcilla.c) Hogarcompuestopor tierrasy piedras.d) Hogarconstruidoenpiedra.

Hogar excavado en roca; de medio metrode diámetroy formatendenteal círculo, conunaprofundidadmediaentre0,15 y 0,20 metros.En algunode sus ejemplosseencuentrancolmatadosde cenizas,carbonesy escoriasdehierro.Seconocentresen el corteAH4 deLos Casti-llejos2-(9.a).

La presenciade las escoriasllevó a pensar,al men-cionadoinvestigador,en su usodentrode sistemasdeexplotaciónmetalúrgicaa nivel familiar. Ciertamentese tratade un tipo de hogarraro, dedicadoa funcio-nes específicasque se apartande las genéricamenteculinariaso plurifuncionalesparadedicarseaactivida-des concretas,aunquehabituales.Debe considerarseun sencillo horno metalúrgico(del tipo 1), por lo queseráincluido a continuaciónentrelos ejemplosperti-nentes.

Hogar conformado por una capa de arcilla; sin delimi-taciónconpiedras,cocidapor la accióndel fuegoreali-zadosobreella. Sedocumentaampliamente,por susen-cillez, en yacimientos como Los Castillejos 2 (9.a),Capote(6.a),El Castañuelo(Sa),Belén (5.a), etc. Sueletenerforma oval, o tendenteal círculo,y presentavariascapasde cenizasy depósitosorgánicos,consecuenciadesusreutilizaciones(fig. 35.2).

Generalmentesonhogarestan multifuncionalescomosencillos, cuya máxima utilización estabarelacionadacon actividadesculinariasy de calefacción, a menudoeventualo esporádica.

Hogar compuesto por tierras y piedras, delimitadoporuna o dos hiladas de piedrasy con evidenteaccióndefuego.

Poseenforma rectangular,subrectangular,circular osemicirculary sobreellos,y en suentorno,sedocumen-tanabundantescarboncillosy demásrestosorgánicos.

Se registranen la Fase1, Cortes A 3 y W’3 de LosCastillejos 2, con plantastendentesal círculo, y en elCastañuelo,y en el Castrejónde Capote(HE-A), su-brectangulares(fig. 35.3).

Se tratadel tipo máshabitualen los interioresde lasdependenciasdomésticasy quizápor ello son vincula-dosa lasactividadesdecocinay calefaccion.

Hogar construido en piedra, en variashiladas y conplantarectangularque le confiereforma de mesa.Pre-sentandola formatécnicamentemáscompleja,el únicoejemplo de este máximo logro que podríamosllamar«hogar»esel denominadoaltardeCapote(hg.35.4).

Su función es, por tanto, tan específicacomo supre-sencia.La gran cantidadde cenizas,carboncillosy hue-sos,quemadoso no, distribuidossobrey a los ladosdeestamesa,junto con las piezaspropiasde las actividadesculinarias(parrilla, badila,asadores,cuchillos,copas,pla-tos, etc.) confirman las actividadespropiasde un hogar.Su emplazamiento,en un ámbitoabiertoúnicamentea lacalle por suflancosudoccidentalcompletoy sobresalien-do de éstagraciasa la elevacióndesu suelo (en podio),no hacemásque reforzarla singularidadde su existencia(véaseel apartado«ConstruccionesSocio-políticas»).

En lo quese refierea susemplazamientos,engenerallos hogaresaparecensituadosentrescolocaciones,res-pectoa la plantade la estancia:bien en el centrode laestancia.comoes el casode tresde los seisdocumenta-dos en el Castañuelo(Sa), el poblado de Neves II(32.a), o de los del castro de Capote (6.a); bien cercanosa unadelas paredes,algo frecuenteen Los Castillejos2(9.a)y conocidoen Belén (Sa)o adosadosa ésta,comoseve en esteúltimo hábitat,en Capote(Corte 1, Estan-cia KE-B) y, también,enel pobladodel Castañuelo.Sustamañosno superanel metro de lado, o de diámetro,ysusformassuelensertendentesal círculo,ovales,irregu-lares,rectangularesy cuadradas.

Aparecenen númerode dosen unamisma estanciaen los cortesW’3 y AB 4 de Los Castillejos2, dato im-portanteque debeinterpretarsecomo signo de defini-ción de unaactividaddiferentede la del simplehogar,relacionadacon la reducción y fundición de metales,

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¡76 LUIS BERROCAL RANGEL.

-4-

1•-1

-1

2

lic. 35—1I<NDII?IÚÉ 1. EXC 21 ‘21/XIS 12¡V /<0<21; 2. 1>12,1 ¡<CILLA;). Dli AI« ILLA y I>1120RA; 4. ¡>12 ¡‘HiDRA (1-2: Los ( Wvill4’’.’.según Rodríguez fiar. 1987, Fernández Corrales, Sauceda y Rodríguez. 1988,); 3: Castañuelo ~segúnDelAmo, 1978,); 4: tapate (a/inri,

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comotestimonianla presenciade escoriasde hierroenlos dela franjaAB 4.

Hornos(fig. 36)

Dentro deesteapanadose incluyen unaseriede es-tructurasquehansidorelacionadaspor los excavadorescon actividadesde beneficiode metales,con dostiposmorfológicosbasícos:

1. Horno de base en hoyo, generalmentesin toberas(fig. 36.1)

Abarca los esquemasmássencillos de hornosmeta-lúrgicos,formadospor unaoquedadexcavadaen rocayconplanta,máso menoscircular,destinadaa albergarelmetal,la escoriareduciday vitrificada y el carbón.

Todo ello, a su vez, estabacubierto por un cono o«chimenea»de cerámicasobrearmazónde maderaque,abiertopor su extremosuperior,conteníael mineraldehierroy carbónvegetal.La necesariaentradadeaire y laevacuaciónde las escoriaslíquidas se realizabanme-dianteagujerosabiertosen la basedel cono o chimeneade cerámica refractaria,a pocos centímetrossobreelarranquedel hoyo excavado.

Dadoque la chimeneadebíadestruirsetrascadapro-cesodereducción,parapermitirla extraccióndel metal,susúnicos restossuelenser la oquedadexcavadaen larocay las escoriasy carbonesquela cubren.

Ejemplosde ello lo encontramosen los tres«hoga-res»,excavadosen roca,conformastendentesal círculoy distanciadosentresíun metro,queaparecieronen elcorteAB 4 de Los Castillejos2 (9.a), colmatadosde ce-nizas,carbonesy escoriasdehierro.

Varias estructurassimilares fueron localizadas porGamito en Chinchorro (108.c)y, especialmente,en eledificio centralde Segovia(39.a).La excavadoralos in-terpretacomo un sistemade tratamientodel metal ex-traído en minas cercanas,a pequeñaescala.Quizáhu-bieraqueponerlasen relación con lo que se considerahornode cobrey estañolocalizadoen el castrode Bal-dío(Gamito,1988,165-167).

En conclusión,se trata de un sistemarudimentario,de uso «familiar’> y apariciónmuy frecuentedurantelaProtohistoriade Europa.Numerososparalelossedocu-mentanentre las comunidadesde la Edad del HierroCentroeuropeay Occidental (Tylecote, 1962; Hingst,1978,63-71;Brun,1987,43-44).

II. Horno de fábrica de adobes con toberasde aireación y evacuación (fig. 36.2)

Se tratadeun sistemamáscomplejo,quegeneralmen-te presentaunabasede piedraso de cerámicarefracta-ria (con alto componentesilíceo)sobrelacual sedispo-nía el carbón vegetal y mineral, dentro de crisolescerámicoso mezclado con aquél y cubiertopor unacapade materialbásicorefractario,como puedeser ladolomíaconglomerada.

A suveztodoello estabaen el interior de unaestruc-tura confábricadeadobesilíceoque,enformacónicaode caperuza,teníaunaaperturacentralparapermitir lasalidade los gasesde la combustión,la entradadel mi-neraly delcarbón,y laextraccióndel metalya fundido.

Directamentecomunicadascon la cámarade reduc-ción estánlas toberasque,desdeel exterior,facilitabanel aportedel airepor fuelle y la evacuacióndegases,es-corias licuadas y demás subproductosdel proceso(Apraiz, 1978,243-245).

Ejemplossimilares a estaestructura,incluidos en ladenominación«pot-furnace»deForbes(1972, 198-204,fig. 36) no sonfrecuentesdurantelas Edadesdel Hierro,aunqueno faltan algunostan significativoscomo el deEl Castellarde Librilla (Murcia), Toscanosy, sobretodo, restosde las toberasqueremitena construccionessimilares,como las de Cerro Salomón,etc. (Ros Sala,1989, 142-144, figs. 30-31; Keesmannet alii, 1989,100-107;Blanco, Luzón y RuizMata, 1970;Niemeyer,1982,116-117,figs.6-7).

En las tierrasalentejano-pacensesse localizan algu-nosrestoscuyaadscripciónparecebastanteclara:

lina estructura,posiblementepartede otro horno,esla pequeñaacumulacióndeadobes,deformaalargadayalgo másdeun metrode longitud,quesehalló,colmata-da de cenizasy de escoriasde hierro,en el Sondeon. 1del pobladodeBelén(5.a)(Fasela-Nivel X).

RodríguezDíazla describecomosigue:

«La más importantees,sinduda,la deun posiblehorno,o al menosunaestructuraasociadaa la fun-dición del hierro. Es de tierra cociday su formaesalargada.Se tratade un canaldealgo másde 1 me-tro de longitud y unaanchuramediade unos0,25metros.En su interior, se adviertendoscavidadesdedistinto tamañoperfectamentedefinidas.La pri-meraes máso menoscuadrada,de 0,18 metrosdelado; la segundaes menosregulary poseeuna lon-gitud máxima de 0,70 metros y una anchurade0,20 metros. Ambas aparecieron completamentecolmatadasdecenizasy escorias»(1991,37).

De nuevo durante la última campaña(octubre-no-viembre,1991)en el castrejóndeCapote(Ga)se locali-zó una interesanteestructuraque,pesea no estardebi-damenteestudiadapor la inmediatezdel hallazgo, nopodemosdejardecomentar.

Muy semejantea la anterior,aparecióen el nivel 3 dela estanciaKE-B delaZonaCentral.

Se tratade un semicírculode tierra amarilla(propiade una fábricade adobesdescompuestos)claramentediferenciadadel ocrenatural, con 1,5 metros de diá-metro, de la queen direcciónNordesteparteun canaldebarro refractarioque, confuncionesde tobera,estárevestidoal interior por unacapade fina escoriay col-matadode cenizas.En su extremocontrario,a pocomásde 1 metrosdedistancia,la toberatuerceen ángu-lo rectohaciaarriba.Desgraciadamenteel suelode ni-vel de ocupaciónII arrasócon toda la estructura.Porello solo se conservó,en buenestado,el tramodel ca-nal (parcialmentecompleto),quejuzgamoscorríaani-vel de la baseo enterradoen el suelo,y los cimientos

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178 LUIS BERROCAL RANGEL

2

2 3 4 5.11. 3

4.

CAP9I 1 KE-BPLN4TA FW~CIAL DE H~NO r-IETAL.URGICO

.

A -H~~1——

1--7

Y

FIg. 36.—HORNOS MF2TALURCICO& según Hings, 1978(1) y Ros Sa/a, 1989 (2» p/anta de/ha/lado en Capote, Nivc/ </4(3).

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de adobede la estructura,que en su centroaparecehueca(fig. 36.3).

Se realizó,durantela campaña,un análisismetalográfi-co de los componentesde una muestrade escoriatomadadel interiordela tobera,por partedel LaboratoriodeQuí-mica Inorgánicade la SociedadAnónima PrerreducidosIntegradosdel Suroestede España(PRESUR.SA,Frege-nal de la Siena),proporcionandoun 14,06 por 100 de FeIII, 29,39por 100 de Fe II y 28,70por 100 de 5i02, asícomo un 43,45 por 100 de Hierro total. En palabrasdeldirector del Laboratorio,D. Alberto Marfil García, estasimportantescantidadesde residuosde hierro mineraliza-do sonpropiasde escoriasen contactodirectocon el nú-cleo beneficiadodel mineral. El porcentajede sílice res-ponderíaa su utilidad en zonas de alta temperaturaambiental,dadassuscaracterísticasrefractariasque impe-diríanque el tubo o canalde cerámicao adobese resque-brajasecon frecuencia.El usodel hornometalúrgico,parael beneficiodel hierro,quedaplenamentecomprobado.

Por último, procedentede la FaseIb del corte NOE’3 de Los Castillejos2 de Fuentede Cantos(9.a), co-nocemosel hallazgode un bloque«amorfo»de adobes,en mal estadode conservación,quemuestraun pequeñocanal de 3x0,12x0,1metrosde longitud,anchuray pro-fundidad,con secciónen <‘u» y colmatadodecenizasyescoriasdehierro.

Susexcavadores(FernándezCorrales,Sauceday Rodrí-guezDíaz, 1988) prefirieronrelacionarloconlos restosdeun muro de contenciónde las grandesvasijasde almacénaparecidasen el cortede excavación.Sin embargo,suse-mejanzacon el halladoposteriormenteen Belén,así comolos restosde cenizasy escoriasférricasque le acompaña-bany el hechode quelas vasijaspudieranhabersido utili-zadascomo crisoles,por el grosordesusparedesy la grancantidadde sus desgrasantesmediosy gruesos(que au-mentanla refractariedad),denotanen nuestraopinión unafunción metalúrgicaparaestaestructura.

Además, un posiblehorno metalúrgico,que pareceresponderal tipo II, se cita en la memoriarealizadaso-brela excavacióndel CastillodeJerezdelos Caballeros—Corte2,FaseV— (Carrasco,1991).

En general,las numerosasmuestrasde escoriasdefundicion de hierro procedentesde los Castillejos 2(9.a), de Capote(6.a), Belén (Sa),el Castañuelo(Sa),Castelo da Lousa (21.a), Nertóbriga (3 la), Safarejo(73.b), Degebe(61.b), Cuncres (60.b), Baldío (86.c),Rico (106.c), Segovia(39.a),etc. hablanpor si solasdela importanciade las laboresde extraccióny tratamien-to del metal de hierro y de cobre. La cercaníaa losabundantesrecursosmineros,a vecesa pie del poblado,no hacemásque confirmar las conclusionesqueestosrestosindican.

En Capote(6.a), Nertóbriga(31.a)y en el Castañuelo(8.a) se han localizadotambiénescoriasde plomo y enestosúltimos secatalogande desechosdel beneficiodeoro y plata.

MOLINOS DE DOBLE PIEDRA

moler.Entreellosse incluyen tanto las conocidasmole-derasbarquiformes,aparecidasen gran númeroen elpobladode El Castañuelo(8.a) como en otros yaci-mientos.Pero estaspiezas,por su tamaño,no puedenconsiderarseni elementosconstructivosni otros com-ponentesfijos del Microespacio.

No tienela mismaconsideraciónla presenciade mo-linos de cuerposcilíndricos,tambiénrelativamentefre-cuente.

Algunos, como en el corte EJE 3 de La Martela(24.a), fueron halladoscon su piedrainferior «in Situ’>,aunqueno conocemosejemplarescompletos fueradedoshalladosenCapote(6.a).

Ambosrepitenemplazamientoy estructura(fig.34.A-A), y enello coincidenconla del castrode La Martela.Espacialmentese localizan junto a esquinasen ángulorectode estanciasaparentementeordinarias,ocupandoun lugar equidistanteen un metro, aproximado,de lasparedesconvergentes.

Estosmolinosestáncompuestospor dospiedrascilín-dricas, de las que la inferior presentasu mitad superioren formacónicaparaencajaren el huecode la superior.Esta,o piedravolandera,tienedos oquedadeslateralescontrapuestas,muy cercanasa su máximaalturay desti-nadasa albergarsendosganchosde un vástagotransmi-sor del impulso rotativo. Un extremo agujereadoen lacúspidedel cono inferior pareceindicar que en él hacíaapoyoel citadovástago,centradoentrelos dosgarfios.

Es un tipo de molino técnicamenteavanzado,datadocm ambospobladosa finalesdel siglo II y formalmentemuy próximo a posterioresejemplaresromano-republi-canos.

MORFOLOGIA Y ORGANIZACIONINTERNA DEL HABITAT

Sóloen unadecenade yacimientosse hanexcavadoypublicado núcleossuficientementeextensoscomo paraabarcar unidadesbásicasdel hábitat, como viviendascompletas o edificios destacados.Estos asentamientosson los pobladosde Capote(6.a), El Castañuelo(8.a),Los Castillejos 2 (9.a), Corvo 1 (lOa), NevesII (33.a),Pedráo(35.a),Pomar 1 (37.a)y Segovia (39.a), mientrasdeMiróbriga(27.a)no se han publicadoplantasespecífi-cas (lo mismo puedeocurrir con excavacionesmuy re-cientes,(le la campañade 1991,en pobladoscomo Me-sasdo Castelinho—26.a—o CastelinhodaSerra—42.a—).

Muy distinto apareceel tratamientode los llamadoscastella republicanoscuyasdimensionesmenoreshanfa-cilitado los trabajosespecializados,permitiendoentre-ver modelosbásicosde organizacióninternade estasunidades.

FORMAS Y ORGANIZACIONDE LAS ESTANCIAS

La plantamayoritariade las estanciases,en suprácti-.catotalidad,deformarectangular.

Como sueleocurrir, todaslas excavacionescitadas,yotrasmás,hanproporcionadofragmentosde piedrasde

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180 LUIS BERROCAL RANGEL

Existe algún caso cuadradoo subrectangularen ElCastañuelo(Sa)y Capote(6.a),y elípticoo redondo,enel Castillo deJerez(19.a)o en NevesII (33.a).Otrasha-bitaciones,de trazadoirregular, aprovechanaccidentesnaturales(como enMonteFurado—68.b—o en La Mar-tela —24.a—),mientrasqueno faltanlas quese adosanaconstruccionesmayores,como las murallas,adaptandoalgunode suslados.

Pero,en general,puedeafirmarseque las estanciasprerromanasdel Sado-Guadianason de planta rectan-guIar y dimensionesque les proporcionanun aspectopreferentementealargado.Así, un cálculomedio de susmedidasindica que suelenoscilarpor debajo7x3 me-trosenlongitudy anchura.

La organizacióndel hábitatpresenta,en lascategoríasmás complejas,unagrandificultad para distinguir Uni-dadeshabitablesdado que las áreasexcavadasno sónsuficientementeamplias. No obstante se documentanejemplosenlos queescomún la utilización conjuntademuros,esdecirquelas estanciasestánadosadasentresí,sin aparenteorden,mientrasotros presentanpequeñoscallejoneso medianíasqueseparanconjuntosde estan-cias. Porúltimo, en ciertos casos,los restosindican laexistenciadeestanciasexentas.

Sedistinguenlos siguientesesquemasorganizativos:

1. Estanciasexentaso aisladas.2. Estanciasadosadasentresípor flancos.3. Estanciasalineadasy adosadasentresí.4. Estanciasalineadasy adosadasentresí, por los

flancos,y abiertaspor un extremo,a unacalle.5. Estanciasengrandesedificiosen plantacuadrada

y compartimentosinteriores.6. Núcleocuadrangulardeestanciasrectangulares,or-

ganizadasen dosnaveslateralesque,subdivididasperpendicularmente,comunicanconotracentral.

7. Núcleocuadrangularde estanciasrectangularesocuadradas,organizadasen torno a unacuadradacentralquesirve comoespaciodistribuidor.

1. Estancias exentas o aisladas (fig. 37.1). Este tipo deámbitosestámal registrado.Losmejoresejemplosremitenaasentamientosdepocaentidadconstructiva,o deocupa-cionesesporádicasy parciales.Así seconstataenPomar 1(37.a),dondela endeblezdelos materialesconstructivosyla escasezy homogeneidaddel materialmueblenospermi-te suponeruna ocupacióntemporal. De ella excavamosparcialmenteunaestructurade plantatrapezoidal,cercanaal rectángulo,y con45 metros cuadradosdesuperficie,enla quesólolos huecosdesuspostes,distanciadosun metroentresí y rodeadospor pequeñaspiedrasparaapuntalar,fuerondocumentadosen la excavación.

La sencillezde los restos,y la parcialidaddel áreaex-cavada,impidenasegurarsu interpretacióncomo hábi-tat ordinario, aunqueno dudamosque construccionesde cabañasdebíanserhabitualesenpequeñospobladoscomo PedradeAtalia (35.a),FonteSanta(14.a),Atafo-na(la), etc.

2. Estancias adosadas entre sípor flancos, extremosoesquinas,y abiertasa pequeñosámbitoscomunes,inter-pretadosa modode«patios»(fig. 3 7.2).

En El Castañuelo(8.a) se llegó a excavar la plantacompletade, al menos, ochohabitacionescompletasyotrastresparcialmente,quese presentancomo recintosentrelazadosy se comunicanpor accesosde unaestan-ciaa otra,con puertasqueen algún casollegana serdo-bIesparaunamismahabitación.

El sistemaconstructivose basaen la colocacióndemuroscompartidosy unidosen zig-zags,queformanasíunaseriedeespaciosyuxtapuestos.En tresde lashabi-tacionesse localizaronarranquesde muros adosadosalas paredesde las habitaciones,interpretadospor DelAmo comobancoscorridos.

Similar panoramase refleja en el hábitatde Corvo 1,dondelas estancias,conplantarectangular,seorganizanentornoa un patiocentralpavimentadoconlajas.

3. Estancias alineadas y adosadas entre s4 por losflancos,y con un lienzo en común—quesueleserla mu-ralla—en uno desusextremos(f¡g. 37.3).

Presentaun magnífico ejemploen el poblado de Pe-dráo(36.a), pequeñohábitat caracterizadopor unasu-cesión de ámbitos subrectangulares(estancia 1, porejemplo,con medidasde5,5x3,5 m.) construidosapar-tir del lienzode la muralla. Las estanciasdocumentadassuelenpresentarun hogarcentraly las entradasenla pa-red extremainterior, por lo que,al serla muralladeten-denciacurva,las comunicaconun áreacomún,queser-viría de ámbitodistribuidor,comunicadory deacceso,amodode única«plaza»centralo sencillacalle longitudi-nal, recordandoviejos patronesdel Ebro (por ejemplo,Zaforas,Caspe).

4. Estancias alineadas y adosadas entre s4 por losflancos, y abiertas por un extremo, a una calle longitudinal(fig. 37.4). Esta organización,que puedeconsiderarsedentro de esquemasprotourbanos,ha sido documenta-da en el castrode Capote(6.a),al menosdesdesu fase3/4.

Las estanciassongrandescuartosdeplantarectangu-lar, abiertasa la callepor uno de susextremoso desusflancos, indistintamente.En los casosmejor definidos,como las KE-A/B y LE-C, se localizaronhogarescen-trales y bancoso muretesque dividían la estanciaendos. El esquema,que como el anterior recuerdaa losdesarrolladosdesdeantiguosy sencillos planteamientosurbanosde tipo «calle central» (Beltrán Lloris, 1987,255-295),sólo se justifica en las habitacionesquecon-formanlas calles,pero no en otras,alargadasy situadasensegundalínea.

5. Estancias en grandes edificios de planta cuadrada ycompartimentos interiores. En Los Castillejos 2 (9.a), laviviendaexcavadaen los cortes3, A’3 y AB 4 se empla-zaen el centrodel pobladocon unosmurosperimetra-les mas gruesosquelosdelas divisoriasinteriores.Estasconfiguranuna seriede estanciasrectangularesalarga-das y presentanun cierto problemaen cuantoal accesodesdeel exterior,que pudo realizarsea travésde la es-tructura escalonada,adosadaal exterior (FaseII/corteW’3) parasalvarun desnivelsuperiora un metro.

Desgraciadamentelos datos son escasoscomo paradesarrollarun trabajosuficientementedocumentadoso-

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LA EDILICIA: CONSTRUCCIONES PÚBLICAS Y CASAS PRIVADAS Igl

Fig.37.—LSI2INCiAS 1. EXENTAS (Neves 2, según Mala y Mala, 1987» 2. ADOSADAS (El Castañuela, según Del Amo. 1978); 3 v4:ALINEADAS por los flancos y abiertas a un espacio cenital (3? Pedráo, según Soares y Silva, ¡973) o a una calle (4: Capote» .5 y 6.

AGRUPADAS en bloques («castellum» de Manuel Galo, según Mala, l9Só;y Castelo da Lousa, según Paco y Bacáo, 1966).

3 4

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182 LUIS BERROCAL RANOEL

bre la ordenacióndel espaciodomésticoy la definicióndeáreasdeactividad.Ni siquieralosesquemaspropues-tos tienen unamínima baserepresentativa,peroal me-nossirvenparaplantearprimeraspautasen el difícil te-madel «urbanismo»prerromano.Portanto,la dificultaden el reconocimientode modeloso pautasde normali-zación,dentrode la ordenacióndel hábitat,viene dadaenpartepor la escasezdel áreaexcavadaen los núcleosmejor conocidosperotambiénexistenotros factoresateneren cuentaen la explicacióndeestepanorama.Asípuedeconsiderarsequeunapartede los casossonasen-tamientos representativosde un poblamiento inicial,propiode los primerosmomentosdeocupacióndel sue-lo, en zonaspococonocidas,de recursosy futuro impre-visible, que no favoreceríanla existenciadeun ordena-mientoprefijado.

La hipótesisse refuerzapor los pequeñosperíodosdeocupaciónde estos pobladosque no presentanestatrosmásantiguos,ni másmodernos,quelos propiamentede-nominadospre y protorromanos(véanselos casosde ElCastañuelo—8.a—, Castillejos 2 —9.a—, Pomar1 —37.a—,Pedráo—36.a—, etc.).Es en cierto modo, y salvandodis-tanciasde espacioy tiempo, un fenómenocomparablecon lasexplicacionesurbanísticasdadaspor Ruiz Zapa-tero, Lorrio y Martin Hernández,sobreel ordenamientodomésticodel Cabezode Monícón en comparaciónconla normalizadadeCortesdeNavarra(1986,92 y ss.).

Distinto es el panoramade los castella republicanosque,en pleno siglo 1 a. C., Maia consideracon aciertoelementosde la primera implantaciónromanaen el Sa-do-Guadianainferior. En estecaso,la posibilidadde ex-cavar a completo una decenade estasestructurashapermitido observarque correspondena dos esquemasclaramentereiterativos(Maia, 1986,204).

6. Núcleo cuadrangular de estancias rectangulares, orga-nizadas en dos naves laterales que; subdivididas perpendicu-larmente, comunican con otra central (fig. 37.5). Se repiteen castella del tipo de Manuel Galo (23.a) pero, por otraparte,comparteidénticascaracterísticascon el modelosi-guiente:la estructuracióndel núcleoen unaterrazasupe-rior que dominaotrasmás ampliasy dedicadasa estanciasfabriles,de despensa,etc.;la presenciadeentradasenalto,accesiblesconescalinatasmóviles,etc.

7. Núcleo cuadrangular de estancias rectangulares ocuadradas, organizadas en torno a una cuadrada centralque sirve como espacio distribuidor (fig. 37.6). Se docu-mentaen construccionesdel tipo de Amendocira(2.a)y, las máscomplejas,delCastelodaLousa(TEa).

En CONCLUSION, se observauna posibleevolu-ción en las plantasy coordinaciónde las estanciascono-cidas, de maneraque podríamosestablecerlaen tresgruposiniciales:

FASE1: En la primeraetapa,probablementedesdelossiglos y y IV a. C. y quizá antes,se localizan pobladosconestanciasmáso menosaisladasy deplantaredondaoelipsoidal,tal comopudieranserlasconocidasen el Cas-tillo deJerez(19.a),en la faseV-corte 1; AlcazabadeBa-dajoz (4.a), corte 1, estratoXVIII; o, en épocaan-

tenor, en la primera fasede ocupacióndel pobladodeNevesII (33.a).

Estoscasosse unena esquemasmuchomás comple-josen los quelashabitacionescon plantarectangular,yadosadas,formannúcleosmáso menosindependientes.ModeloscomoCorvo 1 (lOa) o El Castañuelo(8.a),pa-recenapuntarla existenciade pequeñosámbitosabier-tos quea modo de«patios»sirvencomoprincipal espa-cio comunicador de entre las estancias,dentro deesquemasque, algunosautoresinterpretancomo refle-jos del PeríodoOrientalizante(PereiraMaia y Correa,1985, 253-255).

FASE II: En un segundomomento,que puedefe-charseentrelos siglosIV y III a. C., predominanestan-cias con plantas subrectangulareso trapezoidales,como se conocenen Capote(6.a),congrandesdimen-siones que permiten una sencilla compartimentacióninterior y esquemasprotourbanosen los queentranenjuegocalles,callejonesy medianíascomo ámbitosco-municadoresy delimitadorescon forma definida pre-viamente.

FASE III: Por último, en los siglos II y 1 a. C., se do-cumentala estanciade planta rectangularen todos losyacimientos, con tendenciaalargaday estructuraciónadosada,bien alineadascon la muralla,comoen Pedráo(36.a),bien deformaaparentementecaótica,comoen elmismo Capote(6.a),o enLos Castillejos2 (9.a),dondela necesidadde espacioconducea la compartimenta-ción interior del esquemaanterior.

FASE IV: Fechadasapartir de los inicios del sigloa. C., aparecennúcleos,conplantacuadrangular,dees-tancias rectangulares dispuestastripartitamente ennavesrectangulareso en torno a una estanciacentralcuadrada.

Estoscastella, adscritosa la tradición históricaroma-no republicana,sonvistos comounaaparición repenti-nade variantesnormalizadasdemodelossin anteceden-tesen los esquemaslocalesdel poblamiento,peroconlos quecompartentécnicasy elementoscontructivos.

ÁREAS DE AcTIVIDADES ESPECIFICAS

Dentrode los intentosde definición delas áreasde ac-tividades,la situaciónmáso menoscentralde los hogaressubrectangulares,en habitacionesordinariasde El Casta-ñuelo(Sa)y Capote(6.a),cercanosa «bancoscorridos»abogaporestanciasespecialmentededicadasala cocinayala habitabilidadcotidiana.Similar conclusiónes la plan-teadaparael pobladodeCorvo 1 (lOa) y, conanteriori-dad, parael vecinoNevesII (36.a),queademáspresentanestanciasconbancoscorridosadjuntasperodiferentesalasquecontienenlos hogares.Por ello son interpretadascomoáreasdedicadasal almacenamiento,dadoqueen al-gunoscasoshanaparecidonumerososrestosanfóricos.

Pero frentea otros esquemasmás complejos,dondelasestanciasespecializadasse vandefiniendoconmejorclaridad(porejemploen la fase 2 de Capote),los hábi-tats más antiguos suelenpresentarhabitacionesmulti-funcionalesdondededicacionescomola vida domésti-ca, el almacenamientoo la estabulacióndel ganadodebíancompartirel mismoámbito.

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De estaforma, y siguiendola clasificaciónde los es-quemasde estancias,especificadacon anterioridad,re-sultafácil elucubrarsobre las diferentesdisposicionesfuncionalesdelespacioocupado.

Atendiendoa un grado crecientede la complejidadespacial,que puedeteneruna cierta correlaciónen laevolucióncronológica(pero queno implica tal conside-ración), hemosdocumentadotres categoríasen cuantoal tratamientofuncionaldel espacio:

CATEGORÍA A: Estancias mult¡fnncionales, con ám-bitos agrupados (fig. 38.1). Se trata de construccionesunidepartamentales,en las que todas,o casi todas lasfuncionesdomésticasse realizanen una mismahabita-ción, aunquea menudolas entradasse prolonganconsencillosantemuros.

Hábitat ordinario, almacén,establoo taller sontípi-cas funcionesquecompartenun mismo espacio,en elquepuedenapuntarsedistintosámbitosespecíficosparacadafunción.

Uno de susmejoresejemplosse documentaenfechasdel BronceFinal-HierroAntiguo del pobladode NevesII (33.a).Plantasovaleso circulares,con sencilloshoga-rescentrales,junto al postede sujecióncentral,proba-blementerespondena sencillascabañasderamajesy ba-rro.

Estoshabitáculosen ejemploscomo los de Badajoz(4.a), Jerez (19.a) o Pomar 1 (37.a, fig. 78), debieronmantenersecomo un tipo de hábitatbásicoy, en ciertosentido,marginal,segúnse desprendede sudocumenta-ción en pobladoscomo Monte Furado(68.b),La Pepi-na (51.b) o Sierrade La Martela (24.a),aprovechandooquedadesnaturales,que en algún casopudieronservíejasy tradicionalescuevas(véaseel ejemplo de Lapado Fumo —20.a—).Perotambiénen estructurasdebida-menteorganizadasapareceel mismo sistema,tal comose documentaa finalesdelsiglo II a. C. en el pobladodePedráo(36.a).

CATEGORÍA B: Estancias multífuncionales, con ámbi-tos separados (fig. 38.2). Formanunidadesrelativamentegrandes,en las que pequeñosmuretes,de maderay ra-majes,canteríao tapial,delimitanlos ámbitosfunciona-les.

Selocalizanconclaridadenla fase 3 de Capote(6.a),ZonaCentral,presentandoestanciascuadrangularesdenotablesdimensionesy, al menos,un muro intermedioquedivide en dosla habitación.En la estanciaKE-A/By enlas LE-B/LLE-A y LE-C, los arranquesdelos mu-retesseparadoresse localizaronconclaridad,siendotó-nicacomúnla aparicióndeun hogarencadaámbitoan-tenor. Tantoen el casode la estanciaLE-B como enLE-C, los compartimientosinteriores,más protegidos,presentanpavimentos más compactos(figs. 34, 38.2,39).

En el primercaso,esteámbito(denominado,por unadivisión posterior,LLE-A) muestraunasoleríade piza-rra,mientrasenLE-C se localizaun suelodetierrabati-da y endurecidacon el fuego,cuyashuellasse hancon-servado con increible calidad. Es probableque, estedato,junto con la aparición de sendoshogaresen losámbitosexteriores,más amplios, puedasugerirfuncio-

nes dominantesdiferentes.Almacénde víveres,necesi-tados(le mejorescondicionespara su conservación,alinterior, frentea actividadesdereposoy culinariasenladependenciaexteriores.

Quizáen estacategoríase incluya la llamadaEstruc-tura Centralde Los Castillejos2 (9.a), dondeun estre-cho mííro separaun ámbitoconhogaradosadoa la pa-red principal (A3 en mi) deotro con dos«hogares’>quesonsendoshornosmetalúrgicosdel tipo 1.

CATEGORÍA C Agrupamiento de estancias con fun-ciones especificas o dominantes (fig. 38.3).En ellas se dis-tinguenconclaridad la utilizaciónde estancias,general-mente de menores proporciones, en actividadesdominantescomo el hábitatordinario, la molienda,al-macenaje,estabulaciónde ganadoso actividadesmeta-lúrgicas.

Pesea quecadacategoríaseráanalizadacon minu-ciosidaden el siguienteapartado,diremosqueestetipode ocupaciónse localiza en la mayoríade las fasesre-cientesde los pobladosprerromanos,especialmenteenlos siglos II y 1 a C. (Los Castillejos2 —9.a—, Capote—6.a—,Jerez—23.a—,etc.),perotambiénse reconoceenpobladosanteriores,como El Castañuelo,dondese do-cumentandostipos de estancias,anexasperoindepen-dientes,las quepresentanhogarcentral y bancocorrido,y las queno muestranestructurasinteriores.

Igual ocurre conel pobladode Corvo 1 —lOa—, condosestanciasdedicadasa la molienda,otrastantasal al-bergey algunaspresumiblementeligadasa la ganadería(fig. 38.3). Pero la división de estanciaspor funcionesparteya de pleno PeríodoOrientalizante,puesasí seconstataen el asentamientode NevesII —33.a—, dondePereiraMaia diferencialos departamentosconhogardelos de almacén,dondeabundanlos poyetesadosadosylos restosanfóricos.

Habitacionespara la molienda se reconocenen LaMartela —24.a—(Eje 3 LM) y en Capote—Ga— (LE-B,HE-O). entreotros; para el trabajo del hierro, en LosCastillejos—8.a— (NO E’3 y A-84), Belén —5.a— (Cl),Jerez—•19.a— (Cl) o el mismo Capote—6.a— (KE-B),con seíidoshornos de reducción;para el almacenaje,tantodeaperoscomodevíveresesespléndidoel hallaz-go de la estanciaHE-C de Capote,de la que tenemosavanzadoel estudiomonotemático.

Posiblementelos rehundimientosen roca del Sondeo2 deLa Martela—24.a—respondana otrasáreasde acti-vidad de difícil comprensión,quizás relacionadasconactuacionesparalaconservación,manipulacióno laela-boracióndealimentos.

CATEGORÍA D: Núcleos de estancias con funciones es-pec¡fi cas o dominantes (fig. 38.4). Estacategoríasedocu-mentasólo en escasosvectoresfuncionales,como sonlos másdirectamenterelacionadoscon la «supraestruc-turasocial»: la jerarquía,el ejércitoy la religión.

Así, aunqueno es fácil la identificación de estructurasrelaciondasconla jerarquíadominante,la Dra.Gamito haídentificadolo quedenominagranedificio del SectorB deSegovia(39.a), como viviendade un régulo o jefe del po-blado,compuestopor al menoscinco estanciasde plantarectangsílarquele confiereunaplanimetríaarmónica.

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3

Fig. 38.—CATEGORíAS de las ESTANCIAS. 1 y 3: Neves II <‘según Mala y Mala, 1987); 2: Capote, 4: L~,usa (SL’gun I’ay> y fla<a~’,1966»a:CONSTRUCCIONES PALAUALESyDE PRESTIGIO. Edtftcio del Sector Central de Segovia ‘segñn Gamito, 198Sf

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186 LUIS BERROCAL RANGEL

Más clarassonlas estructurasrelacionadasconla de-fensa,que fuera de murallas,fosos y elementosnatura-les, presentanenalgunoscasosla configuraciónde ver-daderoscastillos, conentidad propiaen laplanimentríageneralde los plobados.Así ocurreen la Fortalezadeentradade Capote(6.a), querecuerdaen muchoa otrasconstruccionesasí denominadas,comoel «CuerpodeGuardia»de la MesadeMiranda.

Porúltimo, santuarios,estructurascultualesy posiblesedificios «de prestigio» son puntualmentereconocidos.La presenciadeun templodeestilo helenísticoen Miró-briga,o delos indiciosclarosdesantuariosdecierta enti-dad, como los de Garváo(16.a) o Sáo Miguel de Mota(111.c), se han visto sensiblementeenriquecidospor laexcavacióny estudiodel Altar deCapote(6.a), suestan-ciay ofrendas,que,si bien respondierona actuacionesdefuerte componentesocial,no estánexentosde un impor-tante sentido religioso y pudieranincluirse en un granedificio detipo «palacial»similar al deCanchoRoano.

Pero la existenciade verdaderoscomplejosfabriles,compuestospor más de unaestanciay con naturalezaurbanísticaindependiente,esalgodesconocidohastalasprimerasimplantacionesromanasen la Región,estoes,hastala aparición de los castella del siglo 1 a. C. (porejemplo,Lousa).

CATEGORíASDE LAS CONSTRUCCIONES:APROXIMACION A SUS FUNCIONESDOMINANTES

CONSTRUCCIONES DOMESTICAS

La consideraciónde construccionesdomésticasquegeneralmentetienenlagranmayoríade las edificacionespermiteachacargranpartedel estudioanteriora lasuti-lidadesdelhábitatcomúny ordinario.

La presenciademódulosdeestructuras,pesea serlosmásnumerososy presentardepósitosarqueológicosquesecaracterizanporsu usocomún,planteano pocasdifi-cultadesde identificación, no sólo por la mismavague-dad de su naturaleza(mucho másambiguay multifun-cionalquelasconstruccionescon funcionesdominantesconcretas),sino tambiénpor serlasestanciasde usodo-mésticolas más proclivesa reflejar las adaptacionesalentorno,los condicionantessocio-económicos,cultura-les,etc.

No obstante,los intentosde sistematizarla organiza-ción interna de las estanciasy, especialmente,lascate-goríasexpresadasen lo queserefiere a lasáreasdeacti-vidad o dedicaciónde dichasestructurassirven, en losdos primeroscasosparaobservarlos distintos tipos deviviendasquehemospodidodefinir casasmonodeparta-mentales,de plantacirculary rectangular,con o sin ám-bitos funcionalesdiferenciadosal interior y casaspluri-departamentales,generalmentecompuestaspor dos otresestancias,dedicadasal hábitat, almacenaje,estabu-laciónganaderao algunasactividadesfabriles,perotam-bien en momentosde implantaciónromana,con los Co-

nocidos castella, formados por núcleosfuncionalesdeestancias.

ESTRUCTURAS Y CONSTRUCCIONESDEFENSIVAS

Las construccionesde este carácterse han abordadoporniveles.Lascombinaciones,en diferentesproporcio-nes, de estos niveles formanlos sistemasdefensivosdecadacastroo poblado,queserán tratados,junto con eltratamientodemodelos,en el apanado«Sistemasy mo-delos de defensas».Parael desarrollode estosaspectosse han seguido las directricesmarcadaspor GonzálezTablas,Arias y Benito, en sutrabajo sobrelos sistemasdefensivosdelos castrosabulenses(1986,113 y ss.).

Niveles defensivos

1. Primario, constituidopor la orografíay la confi-guracióndel emplazamientodefensivoensí.

2. Complementario, que integraa la murallay todassus característicasy componentes:aparejos,téc-nicas edilicias, trazados,puertas,bastionesy to-rres,caminosde ronda,etc.

3. De refuerzo, con elementosaccesoriosquenuncalleganatenerentidadpor sí mismos:fosos,cam-pos de <‘piedras hincadas»,etc. Son estructurasque se handocumentadosólo en casossingula-res,sin dudapor la dificultad añadidaquetienenen su localizacióny por el gradode complejidadqueconllevan.

1. Nivel Primario:Orografíay configuracióndel em-plazamiento.La orografíasobrela que se asientanlasconstruccionesde defensa,y con la que se combinan,muestradiversas variantes graduadasen virtud de lacompaginaciónentreel dominio visual,por unaparte,yla dificultad y la amplituddel ángulodeaccesoal pobla-do, por otra. Estasdiferenciashande versecomo indi-cios relativosde la necesidadde defensaque se tienea[ahoradeelegirel emplazamiento.

La relatividadentraen consonanciacon el valor deotros recursoscríticos quellevan a elegirunaubicaciónconcretay las posibilidadesde defensaqueofrececite-rreno. Por ello la importanciadel factor defensivonopuedecalibrarsemásqueenconjuncióncon los restan-tes niveles,en la configuraciónde un sistemaqueidenti-ficaespecíficamentea cadaasentamiento.

En generalpuedendistinguirselas siguientesvarian-tes en virtud de la utilidad defensivay del gradode ac-cesibilidad:

A) Emplazamientosfácilmenteaccesibles:aquelloscon una inclinacióno pendientedominate,en suslade-ras, inferior al 3 por 100. Sonmuy escasos,aunqueestacarestíano tienepor quéserreflejo deuna inexistencia,sino de unamayordificultad de localización,dadoquese trata de entornosmenosespecíficosy en los que, amenudo,faltan indicios superficialesde murallas y de-másgrandesconstrucciones.

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LA EDILICIA: CONSTRUCCIONES PÚBLICAS Y CASAS PRIVADAS 187

Consideramosen posiciónmuy cercanaciertospe-queños asentamientoscomo Pomar 1 (37.a), Atafona(la), Aguiar (47.b)o FonteSanta(14.a), situadossobresuavescolinas y sin aparentesobrasdefensivasen pie-dra. Otros,en ocupacionesexclusivas,muestranempla-zamientosde absolutaapertura,como Salacia-Setúbal(38.a)u Odemira—102.c--(sin queello impliquela faltadedefensasartificiales,quesuelensermuycomplejas).

Tambiénalgunosde los castellaromano-republicanospresentansimilares entornos,pesea los arroyosy ríosquebordeanel asentamiento,eliminandoy controlandolos accesos.

B) Emplazamientoscon accesosgeneralesdegradomedio:sonaquellosqueocupanla cima deunamuelaocolina de pendientessuaves,queno superanel 33 por100. Sonaccesiblesa caballeríamontaday a carruajesconcargaligera.

Ejemplosde estacategoríasonlos asentamientosan-teriormente citados,sin defensasconstruidas,y otrosquepor el contrariomuestranimportantesobrasde de-fensaartificial: Belén (5.a), Los Castillejos2 de Fuentede Cantos(9.a), Corvo 1 (10.a), el Castillejo de Oliva(54.b), el Castrejón de Bodonal (53.b), Miróbriga(27.a),Peñade SanSixto (76.b),CasaBranca(89.c) y lamayoríade los posiblesasentamientosprerromanosco-nocidospor su ocupaciónromana:¿bora(118.d), Ho-toa(115.d),Quintos(1 29.d),Los Cercos(133.d), etc.

C) Emplazamientoscon un accesode gradomedio(<33 por 100) por uno de sus cuadrantesgeográficosmientraslos tres restantessonde difícil acceso(<65 por100, con dificultad, a individuos a pie) o inaccesibles(‘70 por 100 de pendiente,accesiblea individuosayu-dándosedelas manosy en los casoscercanosal 100 por100, conequiposartificiales).Se tratadel emplazamien-to más frecuente,localizándoseen la granmayoríadelos poblados,tantoen la cuencadel Sado(porejemplo,Loisal —122.d—, Serra —42.a—), como en la del Tajo(Veirós—46.a—),del Guadiana(Badajoz—4.a—,Mache-de —98.c—, Roxo —72.b—, Serpa —41.a—, Azougada—3.a—, Garváo—IGa—, Mesasdo Castelinho—26.a—,Degebe —6 Ib—, Cuncres —60.b—, Cuncos —59.b—,etc.), o dentro de ésta, del Ardila (Cerro de Aroche—55.b—, Guruviejo —64.b—, Cantamentode la Pepina—lIb—, el Cañuelo—52.b—, El Castro—91.c—, Capote—6.a—o La Gama—96.c—.

D) Emplazamientoscon accesodifícil en todo superímetro. Situados como enclaves centraleso comoatalayasdominadorasde pasos estratégicos,encontra-mosnumerososasentamientosque, segúnrespondanauno u otro tipo, parecentenerunaclara relacióncon eltamañodelpoblado.

Entrelos demayorentidadcitamosel castrodeSego-vía (39.a), Vaiamonte (44.a), Saó Miguel da Mota(II 1.c), Ratinhos (104.c), Nertóbriga (31.a), Mértola(29.a),Beja (49.b) entrelos querespondena posicionesde «atalayas»la homónimaPedrade Atalaia (35.a), Pe-dráo(36.a), Chibanes(13.a), Azenha (48.b), Mangan-cha (22.a), Giraldo (63.b), el Cañuelo (52.b), CabezaGorda(50.b), Castillo de Bienvenida (Sáb), Pico de

Aroche (57.b), San Pedro (75.b), San Sixto (76.b), elCastrejón(58.b),La Martela(24.a),Safarejo(73.b),etc.

Estepanoramageneralrefleja unapreferenciamayo-ritariade lugaresdedifícil acceso,quepermitanunade-fensafácil y eficazpor sí mismos,aunquedejen,en loposible,un caminode comunicación,localizadoenunode sus lados. Lugarescon una ligera defensanatural,comoLos Castillejos2 (9.a),o en llano, como Pomar1(37.a), están representadosen número notablementemenor, aunquela naturalezade estosemplazamientosdificulta sulocalización.

Pero,con todo, estasafinnacionesgeneralestendránfiel reflejo en los sistemasdefensivos,y en los modelosdedefensaconfigurados.

2. Nivel Complementado,que integraa la murallaytodassuscaracterísticasy componentes:aparejos,técni-casedilíceas,trazados,puertas,bastionesy torres,cami-nosde ronda, etc. El Nivel Complementarioestácom-puestoen la mayoríade los casospor la muralla. Comohemos indicadose conocenpocospobladosque pare-cen no haber estadoamurallados,pero la realidad esque,inclusoenéstos,no se puedeafirmarqueno hubie-se empalizadasde madera,murosde adobesu otrases-tructurasdelas quequedeescasoregistro.Porotrapartelas excavacionesde asentamientoscomo Pomar 1(37.a),Atafona (1.a)o Pedrade Atalaia (35.a)hancon-sistido en meros sondeosque impiden conocersi enrealidadestuvierontotalmenteabiertos.

Puedeque no existiesen«sin murallas>’, pero sí seconocencasosen los quegrandesparedesrocosas,cai-dasa pico,deafloramientosnaturalessustituyenparcial-menteal lienzomurado.Ejemploscomoel castrodePc-dráo (36.a), Chibanes (13.a), La Martela (24.a), elCastrejónde Bodonal (53.b), o la Peñade San Sixto(76.b), auténticasfortalezasnaturales,haríaninnecesa-riasconstruccionesadicionales.

Con todo es indudableque las defensasamuralladas,parcialeso totales,se encuentranpresentesen unagranmayoríadelosasentamientosprerromanosdel Suroeste.Sus ejemplosmejor conocidosnos muestrandiversosgradosde desarrollo,desdelos lienzossencillos y dis-continuosa las diversaslíneasde muralla, torresy bas-tiones,caminosderondao barbacanas.

Igual ocurrecon los aparejosque suelenserde me-dianaslajasde cuarcitao pizarra,trabadasa secoy concuñas,aunqueno faltan los murosdeaspectomáscicló-peo,determinadopor losgrandesbloquesirregularesdegranito que forman su fábrica.La presenciade empali-zadasy refuerzosde maderaen estosmurosde piedrapudieraconstatarseen los efectos«vitrificadores»quelaviolenta combustiónde estoselementospudo dejarenlas piedras,como estábienconstatadoen los «hillforts”británicos.Esaes la opinión de Burgessy Correiaparalas estnícturasamuralladasdel CasteloVelho do Dege-be —61.b—(Correia,1991,e.p.).

Dentrode un primer ensayoclasificatorio,las mura-lías y suselementospuedenencuadrarseen los siguien-tessistemas:

A) Sistemasde amurallamientoalternativo:Los es-quemasmássencillospresentanpequeñostramosamu-

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ralladoscon los que se cubrenlos espaciosmásaccesiblesdel poblado, aprovechandola presenciade accidentesorográficos (roquedales,pendientesmuy pronunciadas,cursosde río o arroyos,barrancos)que impideno dificul-tanengradoextremoel accesopor estossectores.

El mejorejemplose localiza enel pobladodePedráo(36.a).Muestraun sencillo lienzomuradodepiedraso-bre los flancosNortey Oeste,con un grosoraproxíma-do de 1,2metrosy unalongitudreconocidaa lo largodeuna treintenade metros,y sobreél se apoyabanlassen-cillas estanciasrectangulares,que se han consideradocomocasas.Es porello quesepresentacomoun amura-llamientoelemental,dondelas mismasestanciassebe-neficiany refuerzanel muro exterior.

Un casode mayorcomplejidadparecepresentarseenel castrodeLa Martela(24.a),en plenacuencaextremeñadel Ardi la. Localizadoenun emplazamientotan inaccesi-ble como el anterior,alternaun sencillo muro de lajas decuarcitay pizarracon ciclópeosafloramientoscuarcíticos.La verticalidaddesusparedesy la alturaquealcanzanso-bre la mismasuperficiedel pobladocierranel perímetrohabitadoen su totalidad,perono hemosencontradoindi-cios sobreun usomás complejo.De la cercamuradasólose conservantímidos vestigiosy una estructuratumular,queposiblementecorrespondeauna torre,en el oestedelpoblado.Más complejos,pero con el mismo sistema,selocalizan otros pequeñosasentamientos,no muy lejos delanterior.Tanto el Castrejónde Bodonal (53.b) como laPeñade San Sixto (76.b),en la mismacuencameridionaldel Ardila se presentancomo excepcionalesejemplosdelaprovechamientode las condicionesdefensivasnaturales,a las que añadentorres, bastionesy caminos,a menudoexcavadoso construidossobrela mismaroca.

El Castrejónde Bodonal es un pequeñocastroem-plazadosobreunacolinade suavesladerasen cuyapar-te centralse alzanunoselevadosescarpesrocososdesdelos queseobtieneun amplio dominiodel entorno.Alre-dedorde éstos,en formaque intuimos concéntrica,he-moslocalizadoal menostres recintosmuradosde dife-rentescaracterísticas.

El primero,a medialadera,se muestracomo un sim-ple talud, de unosdos metros de anchura,quepor susrestossuperficialessedescubrecomounasencillacercaposiblementede épocaromana.El dominio sobreel te-rrenoexterioresescaso,como loseriasueficaciadefen-siva. Alberga un áreadesuaveascenso,porla queseac-cedea los aledañosdel macizorocosocentral.Este,queno abarcaun espaciosuperiora 1 hectáreaestábordea-do por otro recinto,del quequedanrestosvisibles hastaen treshiladas de alto, en su tramo occidental,degran-desbloques,deaspectociclópeo,irregularesy algodes-bastadosal exterior. Están unidos a secoy con cunas.De igual disposiciónaunquecon un aparejode menortamañoestáconstruidoel tercerrecinto, quecierralasentradasde los primerosescarpespor el exterior.Estehechoy la alturadevariosmetrosquealcanzanlaspare-desrocosasha permitido la conservaciónde los murosen algo másde un metroen lugaresdel flancomeridio-nal, protegidosde las inclemencias.Es evidentequelasmismasparedesrocosasse utilizaron,a vecesmás quelos propios lienzos artificiales,parala ejecuciónde estetercerrecintoy medianterampasse accedea dosde los

promontorios,cuyascimas,allanadasmediantetalla, sir-ven de espléndidastorresvigías. Restosde adobeconimprontadeun poste,halladossobreunadeestasplata-formasy las trescalzadasquepasanbajo el dominio vi-sualjustificanestaaseveracion.

Semejantepanoramaofrece la Peña de San Sixto(76.b),dondela mole rocosaes unaauténticatorredealgunos centenaresde metros cuadradosen extensión.Ofrecede nuevoel mismotalud exteriorconnumerososrestosromanosy ancholienzomuradoquepuedasuplirla pocapendientede la colina.Perotras él se alzan lasaltasparedesrocosasdela Peña,queen el flancoNortese puedenascenderpor unosdistanciadospeldañosta-lIadasenla mismaroca.

El arranqueinferior de esteescalonadoaccesoestáprotegidopor un bastióndeplantasemicirculary apare-jo de cuarcitastrabadasa seco,cuyo trazadose adivinacon facilidadcuandoseobservadesdeel primer rellanosuperior.Plataformasse sucedenhastaaprovecharlasestribacionessuperioresdesdelas que se alcanzaun ex-cepcionaldominiovisual.

Un último ejemplosignificativo lo suponeel castrodeChibanes(13.a), en la penínsulade Setúbal.Con plantasemicircular,por el sur presentaunaescarpaday rocosacaída sobre el valle del Barrés,con una especiede fosoque cierra un sistemade defensanatural usadoparalosflancossury este.Porel norte,que essu ladomásabierto,sevislumbranlos taludessucesivosde dos,o más,lienzosmuradosque serviríanparapaliarunaorografiamenosfa-vorable.Setratadelienzosdemurallarealizadoscon lajasde caliza,trabadasasecoo conbarro(Costa,1910,55).

B) Sistemasde amurallamientomixto: En ellos secombinaun recinto muradocon la presenciade acci-dentesfísicos: afloramientosrocosos, cursosfluviales,pendientes,etc.

En este casola combinaciónentrelas defensasnatu-ralesy las contruidasno alcanzael gradode compene-traciónde lossistemasanteriores,estandolas segundascondicionadaspor las primeras,queno obstanteactuancomocomplementos.

El Cantamentode la Pepina 1 (51.b) muestraunejemplo de combinaciónsencilla. Ocupandounaseriegemelade doble asentamientoen espolón,el oriental,menosextensoy escasamentemásalto, poseeun extre-mo destacadoen «acrópolis”,con unaestructuraqueseadivinacomotorreo bastióndeplantarectangular.

Los lienzos y aparejosdocumentadosson de dos ti-pos:el inferior y discontinuo,de tipo ciclópeo-natural,por la escarpadavertienteoriental y en forma de autén-tica paredrocosanaturalqueparecehabersido talladahastaconferirleun aspectode inmensossillaresde gra-nito (quealcanzanlos dosmetrosde altura) y el supe-rior, encintadode irregularessillares medianos,que seconservanen algunostramoshastaun metro de altura.El grosormediooscilaentre1,5 y 2 metros.

Los sillaresno formanauténticashiladasy estánuni-dos a secoentresí, con pequeñascuñas. En la laderaoriental los arranquesdel muro, desdela roca natural,bordeanpor lo alto a la sucesióndegrandesbloquesna-turales,como pruebade la compenetracióny refuerzoentreambossistemas.

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Otro ejemplose localizaen El Cañuelo(52.b),pobla-do de la cuencaseptentrionaldel Ardila. Ocupaun es-carpadoy alargadopromontorio,con dos recintosmu-rados,situadosa diferentealtura,en formade«acrópo-lis,’. Desconocemossi la relación entreambosrecintoses concéntrica, ladeadao yuxtapuesta,aunquepor laorografíadel lugar cabepensaren dos recintosunidospor un extremo. Las construccionesdocumentadasasimplevista muestrantres variantes:el uso de grandesparedesrocosascasi verticalesque bordeanlos límitesorientalesde ambosrecintos;un aparejociclópeo,ave-ces de aspectonatural, que junto con grandessillaresirregularesconformanel muro de separaciónen el re-cinto superior(acrópolis)y sillares irregularesde tama-ño medio para los lienzos del recinto en ladera,en suextremoseptentrional.Las murallas,en los tramosquesonperceptibles,siguenlas vertientesnaturales.

Semejantesituación,aunquecon un menorgradodeinformación, planteael castro de Mangancha(22.a),ocupandoun alargadoy empinadocerrosobrelos ricosdepósitosde hierro y cobredeAljustrel. En él se puedeobservarunalínea continuade muralla quepuedeestarrodeada,a suvez,por otra inferiorcuyo talud seobservacon claridad en su flanconordoriental.Ademásde lasmismasladerasen fuerte pendiente,unosafloramientosrocosos,al surestedel castro,pudieronenglobarseen elsistemadefensivo,bien por su accíonde barreracomoporaumentaren eldominio visual.

C) Sistemasde amurallamientoartificial: Remitenacierresmuradosque no tienen mayor compaginacióncon el terrenoque el pequeñodominio visual quela li-geraelevacióndel emplazamientoconfiere. Suelenapa-recerenasentamientosen losque,o las obrasdefensivasno tienenun desarrolloespecial,o se configurancomoeficacessistemasdemuros,parapetosy fosos.

Los Castillejos2 de Fuentede Cantos(9.a) se locali-za sobreunaalomaday suavecolina,de la quela foto-grafía aéreapermitióver un recinto muradode plantacasi pentagonal.En su ángulo noroestese realizó uncortelongitudinal denominado<‘Muralla’>, que informósobresuestructuraconstructiva.

Se componede dosmuros, uno interior y otro exte-rior entalud, demenosde 1 metrodegrosor,trazadoenparaleloy con una separaciónmáxima de 6,25 metros.Ambos se encuentranunidos por un tercermuro,per-pendicular,en el queselocalizó unaposiblepoternain-terior, depocomásde 1 metrode luz.

Ambasestructurasestánrealizadascon un aparejodelajas depizarras,más o menosplanas,unidascon barroy formando,enocasiones,hiladas.A unaciertaalturaseobservaunareconstruccióndel muro con grandesblo-ques de cuarcitadesbastadospor su cara externa.Ellienzoexterior,en talud,no arrancabadesdela roca ma-dresino desdeun lechode cascajosquesirveparanive-lación y drenaje.El espaciointerior pudo serun simplerellenoo quizáunavivienda.

En la campañadel 1986 seabrió un corteenel sectornortedela mismazonaparadocumentarlo queparecíaun bastiónrectangular,realizadocon grandesbolosdediabasay bloquesde cuarcitaqueconteníanun rellenointerior tambiéna seco.Estructurascomo éstaparecen

intuirse en otrospuntosdel trazadomurado.La excava-ción mostróun muro de2,5 metrosde anchuramáximay hasta 3 metrosde altura conservadaque sobresalía,conforma de espigón,del ángulonoroeste.La estructu-raarrancadirectamentedela rocamadre.

Pesea los aúnescasosconocimientossobreestamu-ralla, sonsuficientescomoparaobservarla complejidadtécnicacon queestáconstruida.Es muy posiblequees-tuviera dotadade un caminode ronda y que, entreeldoble lienzo, sehabilitara el terrenoparaalmacenesorecintosparaganado.Asíhemospodidoobservaraguje-ros a unaalturade másde dosmetrosquerespondenalos apoyosde los travesañosde las techumbresdecasasqueseadosana lamismamuralla.

El castrode la Ermita deBelén (5.a) suponeun gradomásdecomplejidaden los sistemasartificiales:la fotogra-fía aéreapermiteapreciarvariaslíneasdemuralla, quenoobstantepudieranserconstruccionesposterioresala épo-caen estudio.Los conocimientossobreel lienzo muradodela SegundaEdaddel Hierro proceden,no obstante,dela aperiuradel Sondeon. 2, durantela excavaciónde ur-genciarealizadaen 1987.La murallase localizó sobreunpequeñoescarpenatural nordoccidental.El grosorde laparedalcanzalos tresmetros de anchuramáxima, cons-truidoa basededoshiladasexterioresdegrandespiedrasdesbastadaspor unacaray un rellenodepiedrecillasy tie-rra. Sólo conservabadoshiladasen alturacomo maxímo.Es importantela documentaciónde muros de estanciasque partende la carainternadela murallay la probableinexistenciadepasoderonda

En territorioportuguésla informaciónes menospreci-sa,aunquecontamoscon algunosejemplossignificativos.

Miróbriga (27.a)es un núcleoprotohistóricopococo-nocido, en razónde la importanciade suocupaciónro-mana.Noobstante,la magnituddelas excavacionesreali-zadaspermitedocumentarun asentamientosobrecerro,liso y sin posiciónespecialmentesobresaliente,aunquedominandovías de comunicacióny tierrasagropecuariasde notableimportancia.Es por ello que las murallasde-bieron serconstruidasen su prácticatotalidad, sin quesepamossi aprovechóalgún escarpecalizo del lugar,comosc reconoceensuflanconordocciodental.

En las campañasde 1981 y 1982 se localizarondosmuros curvos, máso menosparalelos,quese hanconsi-deradocomopartedeun doble recinto amuralladoqueprotegíael castro.Estasmurallas,queya habíansidodo-cumentadaspor Almeidaal nortedel Foroy del temploromano,fueron construidasa secocon lajas de pizarray, ocasionalmente,decalizalocal.

En su extremomeridionalel lienzo interior presentauna rupturade 1,8 metros,probablepuertaque tuercehacia el Oestey permitela entradadesdeel primerre-cinto al interior, quepudierahabersido una acrópolisprimiti~’a. La muralla interior continuauna treintenademetros hacia el norte, tramo en el que se registranlosarranquesde tres muros transversalesque corren pen-dienteabajo.Trasellostuercehaciael Oestey desapare-ceunosmetrosmásallá.

Otro recinto con escasoapoyodel terreno es el im-portantepobladode Outeirodo Circo, en el quepeseasuextelísióny dominio sobreel entorno,no se registranpronunciadaspendientes(aunquelas que hay son de

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cierta longitud) ni afloramientoso barrancos,aunqueson importanteslos taludesde su doble líneade mura-lías, delas quela interior cierra,por el Este,la zonamásaltadel poblado.

Porúltimo constatamoslas potentesmurallasde Me-sas do Castelinho(26.a), de pequeñoaparejoen seco,anchuracercanaa los tresmetrosy arranquesdemurosínteriores,tal como se ve en algunade las desgraciadasbrechaspor las que han sido afectadas(lám. 29.2). Elcastroestuvo defendido,probablemente,por un doblerecinto que se ve reforzado por un acusadomeandrofluvial y lo queparecenrestosdeun foso.

3. Nivel de Refuerzo,conelementosaccesoriosquenunca llegan a tener entidad por si mismos: fosos, cam-pos de «piedrashincadas”,etc. Son estructurasque sehandocumentadosólo encasospuntuales,sin dudaporla dificultad añadidaquetienenensu localizacióny porel gradodecomplejidadqueconllevan.

La conjugaciónde los dos gradosanterioresjunto anuevos elementosaccesorioses un hechoque no estádocumentadomásqueen casospuntuales,quizápor elalto gradotécnicoy la necesidaddefensivaqueel asen-tamiento exige, quizápor la ignoranciao la dificicultadde localizaciónqueestoselementosconlíeva.

Fososy líneasdepiedrashincadassuelenser los me-jor conocidospor la investigaciónarqueológicatradicio-nal eigualpanoramaocurreenestasregiones.

El castrejón de Capote(6.a) es unode los pobladosque másdatossobrela defensaestáaportando.Estoesasí, no sólo por los esfuerzosencaminadosa ello, sinopor la entidad de Las estructurasmismas,ciertamenteímportantes(fig. 47 y lám. 28). Dejandoa un lado laZona B, más alta y extensa,que parecehaber estadoamuralladao al menoscercada,la zona A o castrejónpresentaunacercamuradaquesigue,encasi todoel tra-zado,la vertientedelosbarrancosquela rodean.

A suvez esterecintogeneralpareceestardividido endospor un anchomuro recto,queatraviesael alargadofarallón fluvial, aproximadamentepor su mitad. El re-cinto occidentalesligeramentemásamplioque el orien-tal, acausadela mayoranchurade aquél.

El único tramo accesibledel farallón es el extremooriental, dondese localizangrandesconcentracionesdepiedrassueltas que forman dos o tres tumulacionesyquese hanpresentado,tras las prospeccionesy laboresde la campañarealizadasen 1988, 1990 y 1991,comoimportantesestructurasa modo de torres o bastiones,agrupadasamododeunafortaleza.

En uno de losextremos,en el ángulosuroriental,he-mos localizadoun bastiónde plantarectangular,en es-quina y la buenaconservaciónde la muralla, protegidapor los numerososderrubiosdel bastión,ha permitidosu estudioen unaalturade al menosdos metrospor elmomento,corteXO 11.

Se tratade un muro de metroy medio deanchurare-alizadocon lajas de pizarra,de tamañomediano,planasy muy bien trabadasentresí, a seco.La disposicióndeesteaparejodefuerte estructuraesidénticaa la de granpartede las murallas del Sado-Guadiana(Belén—Sa—,Los Castillejos 2 —9.a—, Nertóbriga —31.a—, San Sixto—76.b—, Mesasde Castelinho—26.a—, Cuncres—60.b—,

Degebe—6 ib—, etc.).Sirvede paramentoexteriordeunanchotalud, formadopor piedrasacumuladas,quepo-dnadelimitarse,varios metrosal interior, por medio deotro paramentosimilar.

La fotografíaaérea(lám. 28.1)muestraun talud bor-deandotodoel espigón,quepudieratenervariaslíneasensu extremooccidental,dondela caídahacia la uniónde los dos ríos es mássuave(entre un 45 y un 60 por100).En los flancoses posibleseguir,a veces,los arran-quesdel muro,bajo el cual el relieve caeen picadoso-bre los dos ríos. Situadasen las esquinas,o en la zonacentraldondeconfluyeel supuestomuro transversal,sehan localizado torres o bastionesde planta cuadrada,rectangularo trapezoidal(porejemplo,enla esquinaoc-cidental,dandocaraa la confluenciadelos dosríos).

Peroel rasgodemayorinterésestáen la citadaForta-lezade entrada.Quizásparapaliarel fácil accesodesdeel Este,perosindudapor ostentacióny prestigio,dadoquepor allí pasael viejo camino entrelas actualesHi-guerala Realy CumbresMayoresqueya entoncesdebíausarse,se agruparontorresy bastiones,de plantarectan-guIar, hastaconformaresteconjuntodeedificios que enalgunoscasosconservaunosnuevemetrosde altura(fig.47; lám.28.2).

La probablegranpuerta,flanqueadapor los bastionesde esta fortaleza,se sitúaen el centrode este extremooriental, dividiendoel tramoen unamitadnorte, másal-ta y plana,enla que seexcavóun foso y otrasur, cones-tructurasmásdeterioradas(dedosa tresmetrosde altu-ra, como se observóen el corte XO1I’) y un relievepronunciadohaciael Sillo.

Las dosúltimascampañas(1990 y 1991) han incidi-doen estaPuertaCentral,queparececonfirmarsecomounaestructurade callejón en <‘embudo»,y en el monu-mentalbastiónmeridionalque la fianquea,cuyaconsoli-daciónse ha iniciado. Unido aéstey proyectandoel ca-llejón hacia el exterior,se localizó un muro macizo, detresmetros de anchura,culminadoen cuatroplatafor-mas escalonadasque sirven para unir un antemuro,obarbacana,conel bastión.Se trataesteúltimo de un pe-queño lienzo de piedra, con un metro de grosor, quepartede la plataformainferior en sentidoparaleloa laFortaleza—un tratamientode infrarrojos hademostradosu continuidad a lo largo de toda estaconstrucción—(fig. 47; lám.28.2).

Entreambos,y a nivel de la Fase2 (fines del siglo IIa. C.), se documentóunasoleríade guijarrosa modo depasode rondaexteriory unavasija de almacén,encaja-daenésta.

Respectoal foso, se tratadeunaexcavaciónartificialque pretendeseguir la función de barreranatural delprofundobarrancodel arroyo del Alamo, aunqueconmucho menor entidad.Se localiza entreel inicio de lapendientedel caucey la citadaPuertaCentral,en unalongituddepocomenosdecincuentametros.

Los sondeosquerealizamosen 1988 no llegarona al-canzarel puntocentraldel foso, perofueronsuficientesparaconfirmarlo y suponer,con granseguridad,quetie-ne unosveintemetrosde anchuray cuatrodeprofundi-dad, aproximadamente(se constataronlos 3,5 metroscercadel centrodel foso). También,enel sondeosobreel borde interior, fue posibledocumentarla presencia

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LA EDILICIA: CONSTRUCCIONES PÚBLICAS Y CASAS PRIVADAS 191

de trespiedrasde forma fusiforme e hincadasque pu-dieranhaberformadopartede unapequeñabarreradetales piedras,situadacomo seha indicado,juntoal bor-de interior del foso, esdecir, entreéstey laFortaleza(elsondeoerade 2 m. deanchura).

La presenciade yacimientos con nivel similar es,como se ha indicado,esporádicaaunque,con el desa-rrollo de las excavaciones,cada vez mejor conocida.Esto pudieranser los casosde Mesa dosCastelinhosyCastelo Velho do Roxó, donde pudimos suponer laexistenciade un foso semejanteal de Capote.Estos,comoennumerosospobladoscon emplazamientos«flu-viales>’, sólo complementana los barrancosde los cau-cesdel Mira y del Roxó, que recorrenbuenapartedeambosperímetrosamurallados

Respectoa las piedrashincadas,sólo el poblado dePassoAlto (101.c)poseeunapresenciaclara,dispuestaenformadeanillo de 30 metrosdeanchura,antecedien-do a la muralla. Excavadaspor Monge Soares(1986),fueron puestasen relación con un probablenivel delBronceFinal definidoenel interior desuperímetromu-rado.No obstante,es precisoun estudiomás detenidoyamplio que confirme estaadscripciónasí como la cate-goría prerromanaque ciertos autores, como Gamito(1988)o Correia(e.p.),mantienen.

Otranoticiaes su existenciaen algúnyacimientocer-cano,ya dentrodel territorio onubense.Estees el casodecastrodel Pico del Castillo (57.b),en tierrasde Aro-che, dondePérez Macíaslocaliza numerosaspiedrashincadasal exterior del recintoamurallado,juntoaglan-desy restosde«catapultas>’(1987, 91).

ESTRUCTURAS DE PRODUCCION

Dentrode esteapartadoincluimostodaslas estructu-rasrelacionadascon las actividadesde tratamientodemetalesy alimentosdescritasconanterioridad.

Sin embargoes claro que la gran mayoríade estosmaterialesy estructurasno definenestanciasexclusiva-mentededicadasa actividadesproductivasde un tipoespecíficosino queestánenglobadas,de maneragene-ral, dentro de las áreasde actividadde los hábitats.Espor ello quesehandesarrolladoeneseapartado.Cabe,sin embargo,destacaruna pequeñaserie de informa-cíonessobreestancias,aisladaso en núcleos,dedicadasa funcionesde carácterfabril y económico.En razónde la naturalezadelas funcionesdominantes,obtene-mos:

1. Construccionesrelacionadasconlametalurgia.2. Construccionesrelaciondadaconla moliendave-

getal.3. Construccionesrelacionadascon el almacena-

miento.4. Construccionesrelacionadascon la obtencióny

el usodela sal.

1. Construcciones relacionadas con actividades meta-lúrgicas, especialmentede hierro, pero también de co-bre, platay oro (el Castañuelo—8.a—): estánrepresenta-daspor los tiposdehornosreseñados,localizadosenlos

pobladosdeBelén (Sa),Capote(Ga),Castillejos2 (9.a)o Jerezdelos Caballeros(19.a).

En ninguno de ellos pareceque tales estructurasselocalicendentrodeedificios específicos,dedicadasa ta-les funciones,aunquesíposeenámbitosindependientesdentrodelas construccionesdomésticaso deaparienciacomún(véase,por ejemplo,Los Castillejos2, A B4).

2. Construcciones relacionadas con la molienda de ce-reales y frutos en general (bellotas,castañas,aceitunas,etc.).Estándocumentadasnumerosaspiedrasde molinocilíndricas y barquiformesen La Martela (24.a), LosCastillejos(9.a), El Cantamentodela Pepina(51.b),ElCastañuelo(8.a), Capote (6.a), flegebe (61.b), Pedráo(36.a), Chibanes(13.a), etc. Tampocoparecenhaberselocalizadoestanciasespecíficasparaestosmenesteres,alcontrariode lo que ocurreen edificiacionesde fábricaromano republicanacomo el Casteloda Lousa(21.a),dondela presenciade varios ejemplaresen las mismasestanciasha hechosuponerque fuesenconstruccionesespecíficasparaestasactividades.

3. Construcciones relacionadas con el almacenaje delíquidos y alimentosengeneral,asícomodeotrosbienessí tienenunaclara costataciónen los pobladosprerro-manos. Así se desprendede la densaacumulacióndevasijascíe almacény ánforas,y se localizan en Capote(HE-C). Chibanes (13.a), Mértola (29.a), Odemira(1 02.c),Castillejos2 (9.a),etc.

La estanciaHE-C de Capote(6.a) esel mejor ejem-pío de otrasmuchasque,rectangularesy alargadas,sue-len aparecerenel nivel deocupación2 del castro(s.II a.C.). Adjunta a una habitación con funcionesdistintas(suelelocalizarseenella algún molino,hogar,etc.) y va-cía de estructurasinterioresy de vanos,con excepciónde una pequeñapuerta, estabarepleta de materialesmuebles,de los quedestacanlas grandesvasijasindíge-nasaunqueno faltanánforasromanaso ibero-púnicas.

La estanciaHE-C es el mejor ejemplopor el excep-cional estadode conservaciónde sus materiales.Fueparcialmenteexcavadaen la campañade verano de1988 y concluida en 1990, cuandose dispusode in-fraestructurasuficientecomo paraabordarla recupera-ción final de tan interesanteconjuntoarqueológico.Enprocesode estudio,presentanumerosasvasijas de losmás variadostamaños,caráctercomúny fabricaciónatorno.

Con la excepciónde cuatroánforasrepublicanasdeesquemaDresselIC, bienfechadasa fines del siglo II a.C., las grandesvasijas,en númerode unadocena,ocu-pabantoda la superficiedel alargadodepartamento.Enel interior de algunasaparecierondistintosútiles que,obienseguardabanallí, o desdeestantessuperiores,caye-ron trasla amortización:hoces,martillos, asadores,aza-das,paletasy vástagosen general,formanun interesanteconjunt(>de herramientasdehierroqueaparecieronenbuenestadode conservación.Entrelas piezasde bron-ce, sólo algunosarillos y placasdecorativas,así comoochoasesilisipensesy castulenses(ademásde algúnJa-no Bifronte romanoy unapiezaantiguade lulia Traduc-ta) completanel conjunto.

Se trata,por tanto,de un apreciablecontextode ca-

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rácterfabril, en el queno tienen representaciónlas ar-mas, fíbulas,u otros materialesrelacionadoscon la os-tentación,el prestigioy otrasfacetasdelavida social.Laexistenciade estantesy vasarescolgadoso adosadosalas paredesse deducedel importantenúmerode vasijasmenores,detodaslas formasy tamaños,y de los nume-rosos clavos y escarpiasrecogidas(Berrocal, 1989-b,figs. 29-32).

4. Construcciones relacionadas con la obtención de lasal y su manipulaciónen salazones,especialmentedepescados,no seconocenhastala épocaromana,cuandolos establecimientosrecorrenbuenapartedel Estuariodel Sado(especialmenteen Troya).No obstante,no re-sulta descabelladosuponer,con la riquezay el carácterforáneo de la cultura material protohistóricade estacomarca,que estasactividadeseran explotadasdesdeépocasmuchomásremotas.

CONSTRUCCIONES CULTUALES

En el siempreresbaladizotema de las creencias,losreflejosdel ritual suelenser la guía más factibleparalaaproximaciónarqueológicaal complejo mundode laideología.Es por ello que, a menudo,tal acercamientose enfocahacia principos de naturalezareligiosa,aun-queel componenteideológicono estáexentode impor-tantesconnotacionessocio-políticasy económicas.

La transmisióndecreenciasy ritualesperromanosdelSuroeste,atravésdelas FuentesClásicasha sido,comoquedareflejadoen el capitulo1, muy escasa.Sin embar-go, es fácil observar,graciasa la Epigrafía romana,queen granpartede la cuencainferior del Guadianahubounaciertahomogeneidaden suscreenciasen un gradosencillo pero uniforme que difícilmente encuentrapa-rangónenotrasregionesmejorconocidas,especialmen-te las mediterraneas.

Tal conceptosededucede la fuerzaque,a juzgarporla perduracióncronológicay la apariciónespacial,tie-nen lasdosúnicasdeidadesregionalesconpersonalidadreconocida:Endovélicoy Ategina.Ambaspresentansusfocosde culto en las tierrasextremeño-alentejanas(SáoMiguel da Mota —111.c—, Bienvenida,Aroche-Moura)y ambastienenconcomitanciasconlas creenciasbásicassobreel renacer,la muertey la salud,segúnlos másre-conocidostestimonios(véanselas obrasgeneralesy es-pecíficasde Leite de Vasconcelos,BlázquezMartínez,LópezMelero,etc.).

Otras creenciasreferidasa la bondadde las aguasydelosdioseslugareñossonconocidascon puntualestes-timonios(porejemplo,el GenioNertobriguese).

Respectoa ENDOVELICO, se ha reconocidosuprincipal santuarioen el empinadocerrosobreel quesealzanlas ruinasde la medievalermitadeSáo Miguelde Mota (11 1.c) cerca de Alandróal y Machede,alnordestede Evora.Sustestimoniosremitena las advo-cacionesepigráficasen lengualatinay a la mismacon-sagracióncristianadel santuario:el arcángelSan Mi-guel. Estos datos,junto al sugestivo nombre de ríoLucifer que lleva el arroyo que bordealas faldasdelcerro, permitenadmitir la conexión del nombre de

estadivinidad con los principios positivos de Ultra-tumba.

Sobrelos restosprerromanosnadase sabe,fueradelinteresanteemplazamientoque tiene el vecino castrodel castelovelho de Alandroal (82.c). Los exvotos enbronce,figurandoorantesy plañidera,depositadosen elMuseo de Evora pudieranprocederde este santuario,aunqueno hayconfirmaciónqueresuelvatal sospecha.

De ATEGINA sólo se conocequefue adoradaen lacuencadel Ardila y que su santuario,o santuarios,estabansituadosen las tierrasde las actualesAroche yBarranco,por el tramo occidental,y Bienvenida,por eloriental.

Los testimoniosarqueológicosno tienen,sin embar-go, un reflejo comparable,pesea queno se apartandelos mismosconceptos.Por lo quehemospodido reco-nocer,santuariosy depósitosvotivos hacenreferenciaadivinidadeslocaleso comarcales,a menudoinvolucra-dasconlos elementosnaturales.

Dentrode la localizaciónde loci sacra, cuando se re-conocenprobablesemplazamientosno se tienenofren-daso representacionesqueavalental suposición.En loscasosen que tales restos estándefinidos con claridad,faltan las construccioneso estructurasa las queseaso-ciaban.

El Cantamentodela Pepino(5 ib) en surecintoexte-rior presentaun afloramientorocosoen formade «seta’>de cabezaplana. En la pared,por vertienteoriental selocalizan cuatro peldaños excavadosen la roca, quecontorneandoenforma de escalerade caracolpermitenel accesoa la cima del afloramiento.Esteno superalosdosmetrosdealturay tieneun diámetroaproximadodemetro y medio.En su emplazamientoestáorientadoha-ciael Oeste,desplegándoseen estadirecciónun amplioespacio,enhondonadadominadaporel afloramiento.

Es en esenciaun «monumento»con unaestructuraquerecuerdaa la insólita de Ulaca (Avila), repitiendoen ta-mañomenorel conocidosantuariolusitanode Panoiasyquepudierarelacionarsecon ritualesastrales.Refuerzanla hipótesisla presenciacercanade una necrópolisy lalocalizaciónde un conjuntomenhíricotardío,a unostreskilómetrosdel lugary con el que hayrelaciónvisual (Be-rrocal, 1989-d; remitimosparaunavisión genérica,peroprofunda,al recientetrabajodeAlmagro-Gorbeay Gran-AymerichsobreBibracte,1991).

La CuevadelAgua(93.c) es comosu nombrepopularindica, una gruta natural con corrientessubterráneasqueconformanlagos en su interior. Uno de elloses ac-cesiblesin excesivoexfuerzoy en susprolegómenossehanrecogidosmaterialescerámicosa mano quehansi-do descritoscomo «neolíticoso calcolíticos».En nues-trasprospeccioneshemosrecogidola noticia dela apa-rición de pequeñosexvotos de bronce junto a laentrada,piezasqueno hemosvisto.Entreel materialdeunazahurdacercanahemos localizado un arranquedefuste marmóreode ordencorintio y gran calidad, su-puestamenteprocedentede una construccióntemplarromanarelacionadaconla cueva.

Todo ello nos induce a pensarque la gruta, comootros casos,pudo tenerfuncionesde santuariodurantelos siglosanterioresala presenciaromana(Lucas,1981,240y ss.).

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LA EDILICIA: CONSTRUCCIONES PÚBLICAS Y CASAS PRIVADAS 193

Encontraríamosasíun locus sacrum detipo turdetanocomo los de Despeñaperrospues,pese a su rarezaentierrastan occidentales,ciertosindicios apuntantanto ala existenciadesantuariosen cuevacomo a la de los ex-votosantropomórficosmeridionales.Más haciaoriente,cercade las provinciasde Córdobay CiudadRealperodentrodel perímetropacensesehalocalizadoel santua-rio dela cuevadel Valle (AlvarezMartínez,1986, 146;Garcíay Bellido, 1963) en Zalameade la Serena,connumerososexvotos de terracota,similaresal documen-tadoenSanPedro(75.b,fig. 21.a).

Exvotos de bronce similares a los ibéricos son, porotraparte,loscitadosdeAlandroaly la pequeñaestatui-lía deAlferrar (83.c), auqueVarelaGomesla relacioneconel «SmitingGod” deAzougada(Gomes,1990).

El posibletemploprerromanode Miróbriga (27.a)es launícaestructuraquepudierarespondera los conceptosclásicosde las construccionestemplariasmediterráneas.Desgraciadamentesólo contamoscon datos aisladosyobservacionespersonalesde estasestructuras,cuyame-monade excavaciónnuncafuepublicada.SegúnAlmei-da,bajo los edificiosreligiososdel Foro romanose loca-lizó un templo de planta y característicashelenísticasquefechó enel siglo 1 a. C. Un profundoaterrazamientoartificial lo colmatóy sirvió debaseparala construccio-nesaltoimperiales.

Básicamenterespondea un edificio de plantarecan-guIar dividido en, al menos, dos estanciasinterioresyabiertoy orientadohacia el sur. Los actualesexcavado-res, sin confirmar el caráctersagradode talesconstruc-ciones, retrasansu uso hastael siglo III a. C. (Biers,1988,9-10).

Sin embargo,los contextosritualesbien documenta-dosdenotanun mundodiferenteal reconocidoen estasestructuras.

El castro de Gando (16.a) ha proporcionado,porahora,el únicodepósitodeofrendasprerromanasdirec-tamenterelacionablesconunaadvocacióno deidad.

Conocidocon anterioridadpor la aparición, en elsubsuelodesucastillo medieval,dematerialesromanos,su existenciacobrórelevanciaa partirdela localizacióncasualde un depósitode materialesprerromanos,ocu-nidodurantela realizaciónde la canalizaciónde la Ruado Castelo,en1981.

Excavadoen 1982,la magnituddel depósitodesbordótodaslas previsiones,de forma que aunquese ha publica-do un extensoy completoinformepreliminar, quedaporrealizarla memoriadetalladay, lo quees más importante,la ampliacióndel sondeo en superficie, para conseguirunamejorcomprensióndeestesorprendentehallazgo.

Porlo quepudimosobservary la informaciónqueeldoctorBeiráonosproporcionósobreel terreno,el de-pósitoexcavadopuedeserunaunidad de unaestructuravotiva mayor, extendidabajo el citadoaccesodel casti-lío. Entretanto, los datosdisponibleshanpermitidore-construir su naturalezacomo una fosaexcavadaen me-dio de la laderasudorientaldel castro,cortandohastalamismarocamadre.

Se tratade unafosetadeplantaoval y unos10 metrosdelongitud Suroeste-Nordeste,por 5 metrosde anchu-ra. Superfil esligeramenteasimétrico,puespor el extre-

mo SEcortala roca abruptamenteparamostrarun mu-retedelajas depizarra conel quepaliarel desnivelpro-pio dela pendiente.Con unaprofundidadmediacerca-na al metro,no conocemoscómoestabacubiertoperosíque en la partecentralde sufondo se habíapavimenta-do con lajas de pizarra,sobrelas queaparecieronalgu-nos huesosde mamíferosy un cráneohumano.Estosmateriales,que se interpretancomo los restosde un rI-tual anteriora la deposiciónde las ofrendasdel depósi-to, fueron cubiertospor contenedoresceramícosqueasu vez sepresentabanllenosdevasijasmenores.Las es-quinas e intersticiosrestantesentreestoscontenedoresfueron cuidadosamenterepletosde vasijasmenoreshas-ta ocupartodo el espaciode la fosa. Esteracionaly pre-meditadoaprovechamientoespaciales indicio del cono-cimiento de sus dimensionesy de los materialesadepositar,y abogapor la sincroníade toda la deposi-ción.

Los numerososrecipientesapilados dentro de loscontenedorese inclusolas roturasintencionadasde losbordesy cuellosde estosúltimos, paraconseguirincluirmásvasijasen el interior, sonla mejorpruebadequenoalbergabanofrendasdentrode las vasijas.Porello esfá-cil suponerquesedepositaronvacíasy todoesteesmeroen amortizarunosbienesútiles tieneunacoherentein-terpertacióncomo depósitosecundariode un santuariodel que, fehacientemente,se han localizado restosdeépocaromana(Beiráoet alii, 1985,60-61).

Sus materiales cerámicosson tan variadosque nopermitensuponerque reflejenun aspectoespecificodelas produccionesalfareraso dela pujanzaeconómicadesusdepositarios.Así son,singulareslas piezasdeimpor-tación y gran partede los recipientesson hechosa ma-no, siguiendo las más remotastradicionesindígenas.Sólo la presenciareiteradade las escudillasoxidadasyla homogeneidadde susmedidas,y facturas,hacesupo-nerqueestetipo derecipientetuvieseuna funciónespe-cial dentro del ritual. Tal indicio adquiereespecialim-portanciasi tenemosen cuentaque,en el otro depósitode relevanciacultual, el A de Capotetambiénsonestoscuencosla forma másabundantey homogénea,y quere-sultanprácticamenteidénticosenpastay dimensiones.

Peroademásde lo aportadopor los recipientescera-micos, el depósitocontieneotras piezassignificativas.Porunaparte,lapresenciadevasoscaladoso quemado-resse conjugacon otros objetosde reconocidasfuncio-nesrituales como un interesanteaspergyllus,algunasfi-guras de caballos y, especialmenteentre las piezasmetálicas,unadocenade placasde oro y plataqueha-bíansidodecoradasconla representacióndeojosen re-pujado.[)e ellas,las piezas78 y 79 muestranunacabezahumana, la primera, y toda una figura en posiciónde‘<orante’>, la segunda(figs. 20.1/15,28.1).

Estasplacas,conocidasenotros contextos,suelente-neruna fuerterelación con las divinidadesde la luz. Lafaltade lucernasy la abundanciade cuencosde cuerpoesféricoy quemadorespuedeentendersepor el usodeestosrecipientescomo lámparas,como suponeJoseMYLuzón enel PajardeAtrillo (1973), o comoquemaper-fumes,segúnocurrióen el santuariode Gaggera,en Se-linunte, dondese usaronpequeñosvasos y cuencosdecasqueteesférico(Picard,1976,169).

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El mismo culto tradicionala SantaLucía, protectorade los ciegos, a cuya vecinaermita se peregrinadesdetoda la región, debeserherederosecularde lasadvoca-cionesprotohistóricasde Garváo,tal como nosapuntósobreel lugarCaetanodeMello Beiráo.Y ello puedete-ner relacióncierta con la advocacióna SantaLucía do-cumentadaen el santuariode El Trampal(Cáceres),re-velado como el más importante centro de culto aAteginaenla Vettonia.

¿Fuela conocidadiosacéltica, la divinidad veneradaenGarváo?

Sin dudatodosonconjeturas,peroconfuertesfunda-mentosbasadosen la lógicay la etnografía,quehandesalvarlas carestíasintencionadasde un depósitosecun-dario, es decir, deun depósitoen el que seha modifica-do el ordenoriginal y la presenciade las ofrendase ins-trumentosdel ritual.

Pesea la pocasimilitud con los santuariosibéricos,dondeson predominanteslos exvotos ricos y específi-cos,como las ftgurinas de bronce e hierro, la limpiezadeofrendasviejasse realizótambiénenellos,dispersán-doselos exvotospor las laderasde los entomosde Des-peñaperrosy Castellarde Santiesteban(Nicolini, 1969:4-44).

Los paralelosmáscercanosa Garvñolos encuentranlos excavadoresen los grandessantuariospúñicos deIbiza, como Es Cuyram o Isla Plana,con «bothroi’> enpozo, o en santuariosmenores,rurales,como CanYay,con elevadonúmerode materialesde uso cotidiano yvotivos, especialmentecerámicasy terracotas(Maña,1953: 121-123).Algo similar podría haberconstituidoel depósitode exvotosde las Sourcesde la Seine,Bor-goña,o el norditalianoSan Pietro Montagnon(Deyts,1983:40;Dámmer,1986)

Segúnla finalidad con que se fabricaronlos objetos,los excavadoreslos estudiaronen dos grandesgrupos:aquelconstituidopor las piezasde usocomún,especial-mentecerámicas,y algunaspiezasmetálicasdeadorno,y los concebidospara su uso como objetosde culto,como los quemadores,algunosvasosdecorados,lases-tatuillasy las placas.Las de motivosantropomorfosy elaspergyllus refuerzanlas hipótesissobrefuncionesprofi-lácticasy de purificaciónpor el uso del agua,mientrasqueel fragmentode címbalorecuerdael usode la músi-casacra.La diversidadde exvotoses efectodel usose-cundariodel depósitoy la variedadde rituales refleja-dos(Beiráoetalii, 1985:108).

Las placasoculadas,el más interesanteconjunto deexvotosde esteyacimiento,sonciertamenterarasden-tro del panoramaprotohistórico.Con escasosparalelosaparecenaisladaso en pequeñosgrupos de dos o trespiezasen conjuntoscomo el de Salvacañete(Cuenca),con unaoculadaentreotrasplacasrepujadascon moti-vos antropomórficosasociadosa aveso abejas(Cabré,1936:154); otrasdosen el «tesoro»deDrieves(Guada-lajara); y en yacimientosmeridionalesy del Sureste,como,al menos,tresejemplaresdel Colladode Los Jar-dines,unadeRecuestode Cehegín(Lillo Carpio, 1981,27-28)y otra, procedentede Alhonoz, con fecha claradel siglo III a. C. (San Valero, 1945; PradosTorreira,1991;LópezPalomo,1981).

Fuerade la Península,las placasoculadasaparecen

en conjuntosmucho mayoresquelos del Suroeste,fun-damentalmentelocalizadosenla Franciameridional.Ensantuarioscomo el mencionadode Sourcesda la Seineo de Sourcedes Rochesá Chamaliéres(Clermont-Fe-rrand).En el primer caso,con 119 placasoculadasha-liadas entrenumerososexvotos de maderay una ms-cripción dedicadaa la diosa Sequana(del «aguaclaranacida de la tierra’>). Dentro de estegrupo puedenpo-nerse los exvotosde Bourbonne-les-Bains(Haute-Mar-ne).

El significadosupuestamenteprofiláctico es encauza-do, por los excavadoresde Garváo,hacia las dolenciasocularesmientrasque la relacióncon las representacio-nesde lasdiosasAstarté-Artemis-Tanit,aunqueexisten-te en remotosorigenesy concomitancias,no nosparecetan destacadainclusoparala placacon el antropomorfo<orante»repujado,enel quelosexcavadoresquierenverla representaciónde una palmetade las portadasporTanit (Beiráoet alii, 1985:120-124).

CONSTRUCCIONES SOCIO-POLITICAS,PALACIALES O DE PRESTIGIO

Siguiendola terminológiay los conceptospropuestospor Almagro-Gorbeaen recientespublicaciones(Alma-gro-Gorbeay Domínguezde la Concha, 1988-1989,339-382;Almagro-Gorbea,Domínguezy López-Ambi-te, 1990,288),hemosrecogidoen esteapartadola pre-senciadel amplioedificio de SectorB del castrode Se-govia (39.a), consideradode tipo palacial, tal como sehaindicadoanteriormente(fig. 38.a).

Realmentesu emplazamientodominanteen el áreaintramurosy cierta composiciónarmónicadelas estan-cias y del patioporticado,quepareceantecederías,per-mite suponerque se tratabade unaconstrucciónespe-cial dentro de la planimetría del poblado.Son clarasciertassimilitudesconun complejode estanciasexcava-do en Alhonoz,Sevilla y queestosautoreshanconside-radodentrode la tradiciónpalaciegaorientalizante(Al-magro-Gorbea,1988-1989,365; LópezPalomo, 1981,51).

El castro de Capote(6.a) proporcionó,pocosañosdespuésqueGarváo,el segundodepósitoexcepcionalconocidoen estosámbitos.Su estudioy memoriade ex-cavación se encuentraen prensa,aunqueen diferentespartesde estelibro se hanrecogidosustanciososresú-menes(Berrocal,1991-b).

El Depósito A se localizó, durante la campañade1988, justo en el centrogeográficodel poblado y bajouna capade piedrasintencionadamentedispuestas.Cu-bría la llamadaestanciaLLO-A, de planta cercanaaltrapecioy tresmurosconotros tantosbancoscorridos,mientrasel cuartoflancoestabaabierto a la Calle Cen-tral y todoel pavimentosobrealzado,en forma de po-dio. En el centrodela estancia,unamesadepiedraconfuncionesde altardejaestrictamenteel necesarioespa-cio parasentarseen tornoa ella.

Tal dependenciaestabaliteralmentecolmatadadefragmentoscerámicos,óseosy de carbones,entre losquedestacabanalgunaspiezascompletaso semicomple-tas,aún“in situ».

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LA EDILICIA: CONSTRUCCIONES PÚBLICAS Y CASAS PRIVADAS 1 95

O 2’n.1

Fig. 4<).— I>1a,ur~¿ y Reconstrucción dc la csgan’.ia ~lc/¡titar de (iapowy su depósito (I)cpAj

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196 LUIS BERROCAL RANGEL

El estudiodeesteexcepcionalconjunto,juntoconlaspiezasde metal (especialmentehierros), relacionadasconactividadesculinariasy deostentación,permitióex-traer importantesconclusionesacercadel trasfondori-tual.

El análisis desarrolladopermitió elaboraruna pro-puestade reconstrucciónbasadaen las siguientesde-ducciones(fig. 40):

1. Respectoa las estructuras:Constituyenun CONJUNTOARQUITECTONICO

SINGULAR, definido por sí mismo, no articuladoencontruccionesmayores,abierto y accesibleexclusiva-mentedesdeel amplio ámbito de comunicaciónquefuncionócomo«callecentral».

No obstante,no podemosdejarde mencionarel as-pecto similar que, en planta, tiene el departamentoLLOI y las estanciasaledañascon otros conjuntosar-quitectónicosde supuestocaráctersociopolítico.Aun-que los ejemplosfuerondefinidosen razóna su funcio-nalidad sagrada,tanto el palacio de Cancho Roanocomo el denominadotemploA de Campelló(Alicante)hansido interpretadosdesdeópticasdeprestigio y pala-cial por Almagro-Gorbea,Domínguezy López-Ambite(1990, 252-308;Almagro-Gorbeay Domínguez,1988-1989).Aunqueconevidentesdiferencias,tampocopue-den obviarselas clarassemenjanzascon Capote,espe-cialmentecuandolos autoresdescribenun tipo de edifi-cación de prestigio constituido por «tres habitacionesparalelaslongitudinalesquearrancande otratransversala modode distribuidor(1990, 290).El parecidocon eltemplode la islade Campelló(Llobregat,1988) se repi-te con otrosedificios anteriores,comolos almacenesdeToscanos(Niemeyer,1982,fig. 2; 1986),hastael puntode podersospecharla existenciadeun modelode cons-trucción palacialqueseríainspirador(o precedente)delas construccionesen las que se incluye el altar y sues-tanciaLLO-A.

¿Estuvola losacon escrituraorientalizanterelaciona-da conun edificio anterior,del quesóloquedanlas hue-lías desuplantaenconstruccionesposteriores?.

En cualquier caso, la singularidad constructiva deestahabitación,en el nivel de ocupación3 (ss. 1V-II a.C.), vienedefinidapor los rasgosespecialesquelo com-ponen:

1.1. Comoelementofocal, una«mesa»depiedra,es-tructura singular, y como elementosaccesorios,unosbancos corridos querodeanla mesapor tresde suscua-tro lados,a tan escasadistanciaquesólo dejanel espa-cio imprescindibleparasentarse(obviamenteel espaciose concibióparaestarsentado),y un suelosobreelevadorespectoal entorno(Calle Central),queconsideramosamodo depodio. Su único lado manifiestoabreesteám-bito hacia la calle, desdela que se accedey por la quesaledeél.

Dos rasgosmásquelo diferencianrespectoa las estan-cias ordinariasson la falta de techumbrefija y el cierreconstatadotras su amortización.Respectoa la primeraafirmaciónhemosexpuestolos datose indicios quecon-firman que no estabacubierto. No obstante,en nuestrareconstrucciónhemospreferidocolocarunapequenacu-bierta, consistenteen un cañizo, que pudiera proteger

los objetosdepositadosde las inclemenciasde la lluvia.Estepunto tienesu importanciaporquela orientaciónde la estancia,abiertahacia el Suroeste,la exponehaciael ladomáscombatidopor las borrascasque,desdeme-diadosde septiembrehastaNavidad,se sucedende for-mamáso menoscontinuada.

Por otra parte, no puedeolvidarseque en un mo-mentodadoesteámbitodejadeusarse,esdecir,seanu-la suprimitiva funcióny no sereaprovechaen otra,sinoque se cierracon un muro de mala construccióny escubiertode piedras,enterrandolos objetosallí deposi-tados.El muro-cierre,incluso,se construyesobrepartedel depósitoque estabaesparcidopor el bordedel po-dio y la calle.

1.2. Poseeuna planificaciónno menossingularda-do que,por unaparte, se presentacomoun ámbitope-queño,enel queel espacioestá pensadoparaun nume-ro reducidodepersonas(no másde 20), con intencióndesentarseentorno a la mesa,peropor otra, estáabier-to hacia la calle central,lugar con superficie suficientecomo para albergara un par de centenaresde indivi-duosalrededordela estancia.

1.3. Ocupael punto central del asentamiento,queademássirvede interconexiónentrelos dosrecintosge-nerales.

Este lugar que,usandoun término deéxito en inter-pretaciónmegalítica, podríamoscalificar de auténticopunto focal, es dominadoy permitedominarun ampliopanoramaen el queconfluyen, a modo de horcajo, losríos quebordeanel castro.

Por tanto, podemosconcluir que nos encontramosanteunaconstrucciónsingular,especialmentedestinadaa actividadesconcretas,realizadaso dirigidas por unaminoría de personasperocon la posibilidadde serob-servadaso/y en las que participen un númeromuchomayor. Por su situación central, localización focal yaperturaal ámbito de comunicaciónprincipalpodemossugerirque estabadestinaday propiciabala asistenciadetoda la «masasocial<> del poblado.Se tratade un lu-gar público y abierto,posiblementedela mayor impor-tanciasocial.

2. Respectoa sus materialespodemosintuir el tipode actividad/esqueserealizabanenesteespacio.

2.1. Las vasijaspresentanunaconcentraciónexcep-cional, sólo superadapor conjuntosde característicasunícascomo el de Garváoy Alhonoz. En absolutosepuedecaeren la ingenuidadde consideraresteconjuntocomo un vertederoo basureroaunque,a veces,éstosha-yan presentadouna riquezade materialessorprenden-tes,comoel de Castrojeriz1. Ni el lugar, ni lasestructu-ras arquitectónicas,ni la evidentecolocaciónin situ demuchasdesusvasijas,a vecescompletas,permitenapo-yar tal hipótesis.

Porotra parte,el estudioformal y estadísticode losrecipientesnospermiteconcebirla existenciadeun jue-go o servicio básico, a los que se añadeel acompaña-mientode piezassingulares.En lo referentea la primeraafirmación observamosque se repite el conjunto,quecreemos‘<servicio>’, formadopor copao vaso,escudillao plato y contenedormedio.En lo que respectaa la se-gunda,no podemosolvidar la presenciade auténticos

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vasos«miniatura»,recipientescalados,o quemadores,yalgunosgroseroscuencosdecocina.

Laigualdado similitudentrelosprimerossugierequeestabandestinadosa un usocomunitario.Dadala frag-mentacióndela mayoríadel material,ha sido imposiblecalcularcuantos«servicios>’podríanestarcontenidosenel DepósitoA (excluyendocontenedores,vasosdecoci-na,quemadoresy vasosminiatura),peroes factiblequesi el númerototalde vasijas oscilabaen tornoa un mi-llar, entre la mitad y dos tercerasparteseran copas/vasosy escudillas/copas,lo que da un númerocom-prendidoentre los dos y tres centenaresde servicios,cifra quecoincideconel númerodepersonasquealber-garíael ámbito de la «callecentral» al que la estanciaestabaabierta.

Lo segundoque identifica la personalidaddeestede-pósitocerámicoes la variedady complejidaddelas de-coraciones,que afectana la práctica totalidad de lascopas.Este dato, quesuperaincluso a las muchomásnumerosasvasijasde Garváo(dondetenemosla impre-sión, trasconoceren profundidadsusmateriales,que lafrecuenciadecorativaes menor),se une a la presenciadeun amplioconjuntodevasoscaladosy devasitos-mi-niatura,cuyafinalidad suponemosquerebasaríalasacti-vidadesordinariasdeestoshabitantes(aunqueel usodevasoscaladospudieratenercabidadentrode funcionesdomésticas,comopruebala Etnología).

Es interesanteresaltarqueestasvasijas parecenserfabricadasen el mismo poblado o, al menos,en lacomarca, siguiendo patrones, tradiciones y técnicaslocales de arcaísmosorprendente.Además,gran partedeestastendenciasno se documentananteriormenteenel Sado-Guadiana,sino en zonasseptentrionalesmásomenosalejadas.Las vasijas claramenteimportadas,in-cluso las oxidadaspintadasbícromasde aspectoturde-tano,son escasasy no tienen incidenciaimportanteenla naturalezadel conjunto, exceptopor las escudillasocuencosde casqueteesférico. Según estaconstatación,podríamosconsiderarquesuusoespecificoerade natu-ralezalocal o indígena.Si tiene procedenciaforánea,como analizaremosa continuación,estabaclaramenteadmitiday asumidapor estaspoblacionesdel interior deOccidente.

Porúltimo, destacamosquelas vasijassehabíanreco-gido, engranparte,colocadassobrecontenedoresenlosbancoso entreéstosy la mesa,sobrela querestabanaúnlos másespectacularesquemadores.Estadisposiciónlainterpretamoscomo signode que la actividad realizadaacababadeterminar.

2.2. Tambiénlas fusayolasforman un conjuntodepiezasexcepcionalmentenumerosoen relación con lasuperficieen la quese encontraron(127 unidadesen4 m2).

El porcentajedepiezasdecoradas,cercanoa la mitaddel conjuntoy conescasoscomponentesdecorativosre-petidosen numerosascombinaciones,la escasautilidadde algunasde ellasparasu usoenel hilado y la falta deotra constataciónde estaindustria (como pesoso pon-dera) en el restode las estanciasexcavadas,nos lleva aplantearotrasfuncionesparaestaspesasqueservir deextremodel huso.Sushallazgosen tumbas,santuarioseinclusoalmacenesnospermitesuponerque,ademásde

susutilidadestextiles, pudierancumplir funcionesapo-tropaicaso,incluso,decontabilidad.

2.3. Respectoa las piezasdemetal,el conjuntomásímportantey de másestrecharelaciónes el de elemen-tos vinculadoscon el fuego,bien con la cocina (asado-res, cuchillos y parrilla) como con ciertasimbologíari-tual (común a los anteriores)inherenteal martillo deherrero.

Los otros dosconjuntosrepresentanvaloresdepres-tigio y ostentación,bien conarmascomocon ornamen-tos.Pero además,la presenciade un posibleexvoto so-bresaley destacala relacióncultualdetodasestaspiezasmetálicas(la piezalaminarconformadebóvido).

2.4. Los materialesorgánicosratifican el carácterculinarioy ritual del Depósito.

Porunapartees claro que se depositaronrestosdeun corto númerode mamíferosgrandesy medianos,alos que se les trató con fuego.Sorprendela regularre-presentaciónde dosdocenasdeanimales,de formaquepudiera pensarseque formarancombinacionesinten-cionadas.

Otro dato extrañoesla selecciónde restosdocumen-tados:cráneos,mandíbulasy los extremosde losmiem-broslocomotores.Son las partescon menoraprovecha-miento cárnico y por tanto ha de suponersequeresponden,bienal desechode un descuartizamientoini-cial, realizadoallí, o a conceptossimbólicosquehoy senosescapan,o aambosmotivosa la vez.

La presenciadetrescuchillosy unahoja de lanzare-aprovechadacomo tal, juntoal hogare indicios de des-cuartizamientoy evidenciasde fuertes cortessobreti-bias,cúbitosy radiosestánclaros,tal como hanpuestodemanifiestoC. Liessauy A. Moralesen suestudioes-pecífico.

Es posiblecompaginarambasopciones.Creemosquesobrela mesase separaroncabezasy piezasinferioresde las extremidades,restos que fueron depositados(¿comodesechos?)sobreel podio, mientrasqueel tron-co, cuartostraserosy paletasse trasladarony repartie-ron por la callecentral,dondeseprocedióa suasado.Elestudiode la abundantefauna documentadaen variosamontonamientossobreeste lado de la calle, confirmatal suposición.No obstante,sobrela mesa-altarpudoprocederseal asadoo cocciónde algunaspiezascarní-cas,quizasvísceras.

De lo queno cabendudases de la accióndel fuego.La granmayoríadeloshuesosaparecíanafectados,ave-ces calcinados,en pequeñasesquirlasrepartidasentrelas numerosascenizas.Del aspectode éstasy deloscar-boncillospuedeintuirse,con relativacerteza,queel fue-go estuvo encendido durantehoras, quizá uno o dosdías,y que los restosóseoscitadoserandesplazadosso-bre el podio y de éste,sobrela misma calle.Poreso lamayoríacomponíanla capalib deLLO-C (calle).

Sobrela acción culinaria realizadapuedesuponersequefueranasados,sinquefaltengrandescuencosy qui-zácalderosde metal,posteriormenteretiradososaquea-dos. Unagranpátera(núm. 1923,tipo Xa) pudo tenerun función relacionadacon estasactividades,como latuvo el azafrán,bien como colorante o aromatizante,quemadoenlos vasoscalados(fig. 12,2.X).

Esta ingestade carne,de la que no debenolvidarse

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las vísceras,pudo realizarsecon la ayudade las escudi-lías, de proporciones siempre similares y tuvo queacompañarsede bebidas,segúninferimos de las nume-rosascopasy vasos,aunquesupresenciano hapodidodocumentarse(fig. 72). La escasezde ánforaslocaliza-dasen estafasey la escasavocaciónvitivinícola deestastierrashacesospecharque la bebidamás frecuentede-bíasersimilarala cerveza.

Aunqueno se ha documentadoenlosanálisisrealiza-dos,noesde extrañarqueseconsumiesenalimentosve-getalescomolas mismasbellotas,trigo o cebada.

Parafinalizar esteapartado,podemosdeducirquelasactividadesrealizadaserande carácterculinarioy colec-tivo.

No significaello que se ingirierangrandescantidadesde alimentos,sino que éstoseran repartidos,de formaun tantoequitativa,porun númeroconsiderabledeper-sonas,provistosdeunacopao vasoy unaescudilla.

Parececlaroquesesacrificaronveintitréso veinticua-tro animales:vacas,ciervos,asnos,ovicaprinosy suidos(véanselos análisisespecíficosdefauna).El actofuerea-fizadoquizásen turnosde doso másanimalessobrelamesao altar,apartandocabezay apoyos,y trasun asadogeneral,se transportabael tronco a los aledañosde lacalle dondese culminabael asadoy se consumía.Lasbebidasdebíanser abundantes.Este festín, en el queparticiparíanla totalidad de los miembrosadultos delpoblado(no másqueunoscentenares),pudo serdirigi-do por personajesde prestigio (segúnse deduceconfa-cilidad del espaciodelosbancosy el intrumental)y po-dríaduraruno,doso varios días.

3. Por último, tenemos que referirnos a diversasconclusionesextraídasde la excavaciónde los miles defragmentosdel Depósito,que noshan permitidola re-construcciónrepresentadaen la figura 40 (compáresecon fig. 72; lám.29.1).

3.1. La presenciade vasijas «in situ» en el sectororientaldela estanciaLLO-A y deotrasmuchascon in-dicios y evidenciasde escasodesplazamiento;las copascompletashalladasbocaabajosobreel altar,o entreéstey los bancos;las fusayolasy objetosmetálicos,dispersosentrelos bancosy la mesa-altar,posiblementeconteni-dos en recipientesmayorescuyasbasesocupabanesteespacioy los bancosorientales;el desplazamientodepiezasde un mismo vaso(identificadaspor decoracio-nessingulares)desdeel interior hacia el ámbitoLLO-C;y otros muchos datos,expuestosen la memoria, hanpermitidola recontrucciónen plantadela dispersióndemateriales.En ella se indicancon sunúmerode registrorespectivo,las piezasmejor conservadasy con muestrasde poco o nulo desplazamientorespectoa la forma enque fueroninicialmentedepositadas.

Pareceevidentequecopasy escudillasfueron coloca-dasdentro de los contenedoresmediosy grandes,quese apoyabansobreo contra los bancoscorridos. Estadisposición no es nueva, porqueestá magníficamentedocumentadaen el Depósitode Garváo(Beiráo et alii,1985).

No obstante,hayuna diferenciaesencial.En el yaci-miento portuguéslo documentadoes un depósitose-cundario,cuyasvasijashabíansido retiradasdel lugarde

uso, santuarioo edificio público, y cuidadosamenteenterradasparaevitarposterioresmanipulaciones.

En la estanciaLLO-A de Capote,el depósitoes pri-mario. Localizadosobreel mismo lugar de realizacióndelas ceremonias,el altar,debíanhaberseutilizado has-ta momentosantesde sudestrucción.La colocacióndedosde los másnotablesvasoscaladossobrela mesa-al-tar, dela badila y la parrilla, delos cuchillos y de nume-rosos vasos,y platos, dispersospor el podio, permitemantenertal conclusión.

Probablementeuna intervenciónrápidadestruyó yprofanóel lugar. Entrandopor el Oeste,a juzgarpor ladispersiónde las vasijas,saquearonel depósitode pie-zasmetálicasdevalor, y rompierony vertieron los con-tenedoressobrebancos,podioy altar.Espor ello quesediferenciabantan bienlas capaslía (con cenizas,vasijasy algunoshuesos)dela inferior, lIb, exclusivamenteconhuesosy cenizas,sobreel ámbito LLO-C de la <‘callecentral>’. En general,los huesosinferiorescorrespondenal desechodel descuartizamientorealizadodurantelasceremonias,las vasijas de la capasuperior,muy frag-mentadasy desplazadas,a la caída y roturadel saqueodel depósitosobreLLO-A.

La constatacióndeun nivel de incendioy destruccióncomprobadaen distintaspartesdel poblado excavadoapoyaestahipótesisy nossirveparadarpasoa un nue-yo nivel de ocupación(2), quepresentarasgosdiferen-tes,como ya se ha expresadoreiteradamente,pero unacontinuidaden los patronesculturalesy de hábitat.Da-tamosestemomentoen la primeramitad del siglo II a.C., épocadeconocidasturbulenciasquedesembocaríanenlasguerraslusitanas.

La badiladoblada,comparableal asadorhalladoenla necrópolisde Las Cogotas,así comola parrilla regu-larmenteseccionadapor suenrejadoy el muro demalaconstrucciónque,construidosobreel desplomedelmis-mo Depósito,cierraherméticamentela estanciapor loslados(mientrasel empedradotumularlo hacepor la su-perficie) puedeninterpretarsecomo actosde inutiliza-ción ritual o desacralizaciónposterior.

La irrupción de un acto violento en estasfechas esalgo lógico y explicable.Porunapartesesabequedesdeinicios del siglo II a. C., célticos y lusitanoshostigabanlas ricastierrasturdetanas.Entreel 189 y el 185 a. C. sesucedenlos éxitosy derrotasromanascontralos lusita-nosen tierrasdel Baetis(Livio 37, 57; 39, 7.6; 39, 21)hastarequerirunaprimera incursiónde ataquepor par-tede Roma.

Los dospretores,C. Calpurnioy L. Quinctio, prepa-ran estaprimerapenetraciónen tierrascéltico-lusitanaspor la Beturia (Livio 39, 30). A la suertevaria de esteepisodiosiguieronotroshastael surgimientode Viriato.Algunosautores,como Gamito,han sugeridoreciente-mentequeen tomo al 155 a. C. la Beturiaestabadomi-nada(1987, 153).Si lo estuvo,el dominio fue ficticio yesporádico,como las siguientesactuacioneslusitanasseencargarándedemostrar.

Pero lo que interesapara nuestrainterpretaciónes laexistencia,entreel 185 y el 155 a. C., deestasincursionesdetanteoy/o castigoporpartedelaslegionesromanas.

En el año del 152 a. C., un episodioquepudo tenertrascendenciasobreel castrode Capotefue la toma de

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la Nertóbrigalusitana por el ejército del pretorMarco,quevolvíade unaincursiónpor tierrasportuguesas(Po-libio 35, 2). Tratándosede un ataquepor retaguardiaelCastrejónde Capotetuvo que verse afectado,puestoqueestepobladose encuentraa unoscuatrokilómetrosal OestedeNertóbriga(31 a). Y si estoocurrió,la fechafue cercanaal inicio del invierno,puestoque las legio-nesiban ainvernara Corduba.

3.2. Una conclusiónde apoyo,parala anterior su-gerencia,es la obtenidade la toporientacióndela estan-cia LLO-A. Resultaextrañoque la estanciaLLO-A es-tuviese abiertahaciael Suroeste,por dondecombatenlas lluvias del otoño,pero resguardadadel frío vientoseptentrionaldelinvierno.

Esta orientación tiene que respondera una causaprincipalqueencontramosensu dominiovisual sobreelhorcajode los ríos, sirviendo de puntofocal desdeelque observa,pero que también se es observadoen elamplioterrenodel entorno.

Peroademásestaaperturahacia el Ponientemeridio-nal parececoincidir con la orientaciónhaciael solsticiodeínvíerno.

Desgraciadamenteestedato, comprobableen la ac-tualidad,no permiteconocerla orientacióndelossolsti-cios dos mil doscientosañosatrás.No obstante,es unindicio a teneren cuentaparapoderespecularque el ci-tado ritual serealizabaenlos inicios realesde la tempo-rada fría (Almagro-Gorbeay Gran-Aymerich, 1991,202-203).

3.3. En último término, la realizaciónde tal festín,de forma extraordinaria,horasantesde seratacadoelcastro,puedeexplicar los restosde inmediatezdocu-mentados.

En conclusión,el compendiode deduccionesprevia-menteestablecidas,junto a las pautasde relación,per-mite llegar a deduccionessuficientementesólidas,aun-quecomotodas,factiblesde revisionesposteriores.Noobstante,la definición dela utilización del altar,fin últi-mo de todo el trabajosistemáticoanterior, no deja derequerirunaciertadosisdeimaginación.

No creemosabusarde la capacidaddel lector si pro-ponemoscomointerpretaciónbásicala existenciade unritual consistenteen unaespeciede granbanqueteco-lectivo.

Pareceque estabadestinadoa la participaciónde unnúmerograndede individuos,que a juzgarpor el espacioutilizado (segúnlas hoguerasy la dispersiónde los huesoslocalizadosen distintospuntosde la ‘<calle central»)osci-laría entredos y trescentenares,cifra similar al númerode juegosdecopasy escudillasdepositadosenLLO-A.

Sin embargo,existíaun lugarespecífico,la citadaes-tanciaque,destacadasobreel nivel del suelodela calle,servíaparacentralizary organizarciertosmomentosdelevento.Por la estructuray espaciode estaestancia,au-téntico lugar público, podemosasegurarqueseencon-trabadestinadaa la participaciónde un escasonúmerodepersonajes.

A juzgarporla singularidaddellugary porla habitualapariciónde parrillas,asadores,pinzasy badilasasocia-das a suntuosasarmas,joyas y/o elementosde prestigioen tumbas,podemossuponerque el manejocolectivo

de estaspiezasestabareservadoa una clasedirigentecuyo poderpolítico y religioso es difícil definir. Estaasociacióny una interpretaciónsimilar la destacaronCabréy posteriormente,Kurtz, ensustrabajossobrelosajuaresde ciertas tumbasde La Oseray Las Cogotas(1950, 1982y 1987) y es consensogeneralentrelos in-vestigadoresde las tumbas principescashallstátticasdonde,como en Cogotas,acompañana calderosy ele-mentosdel symposion(Bouloumié,1988 , 355).

Se sacrificaronventicuatroanimales(bóvidos, cerví-dos,équidos,suidosy ovicaprinos)probablementefor-mandoparejaso tríos,al estilode ancestralesritos euro-peosque tienensumásrecientey conocidoejemploenla suovetaurilia romana.Una oportunacita de la Odisea(XI, 131) sirvecomo ejemplomásantiguodelossacrifi-cios combinadosde animales,habitualesen el Medite-rráneodonde,con Roma,se documentanennumerosasceremonias,a vecesacompañadosde la inmolacióndeéquidos,comoel EquusOctober(Plutarco,Quaest.Ront,97).

A juzgarpor los restos,el sacrificio delos animalesserealizabasobrela mesa-altar,y sobreella secortabanca-bezas,manos y pies, las partesmenos cárnicasque sedesechabano depositabansobreel podio.El tronco,pa-letasy jamonesdebíandistribuirseentrela muchedum-bre parasu asadoo cocciónen las diferenteshoguerasregistradasa lo largo dela ‘<calle central’> (hastaunadis-tanciade veintemetrosdel altar). Sobreéstese habríaprocedidoa un chamuscamientogeneral,o al asadodealgunaspiezasespecíficas,quizá vísceras,al estilo deciertosbanquetesde rituales de fundación realizadospor losgriegos(Détienne,1979,7 y 14).

A juzgarpor el estadoy cantidadde las cenizas,asícomo por las dos docenasde animalessacrificados,eslógico suponerque la «fiesta>’ durabavariashoras,posi-blementeuno o dos días.Se acompañabade abundantebebida, cuya naturalezano hemospodido documentarperoque,antela escasarepresentacióndeánforasy vasi-jas mediterráneas,fueray dentrodel depósito,podemossuponerque se tratabade unaespeciede cervezalocal.La utilización de estabebidaera característicade lospueblosceltíberosdela Meseta,segúnescritoresclásicoscomo Estrabón(Geog, 111-3, 7) y parece plenamenteatestiguadaen el rebordemeridional graciasa la locali-zación de estructurasque han sido interpretadascomohornosparala elaboraciónde cervezaen el pobladoibé-rico de El Amarejo, en Bonete, Albacete(Broncano,1988, 145-158).Llamamosla atenciónsobredosdatosde estaexplicación,por demásinteresanteparael ritualde nuestroDepósitoA. Porun lado se apoyala ideadeunafabricacióncasi industrial,enmodoalgunodedicadaal exclusivoabastecimientodela demandacotidiana.Porotro se reconoceun fuerte incrementoen las exigenciasque llevó a doblar la estructuraya existente,duranteelsiglo III a. C., fechaquecoincideconel usode la estan-ciaLLO-A deCapoteo con el depósitode Garváo.Porúltimo, no podemosolvidar que al pie de estossupuestoshornosdecerveza,Broncanolocalizóuno de losmásim-portantesdepósitosde vasijas ibéricas conocidosen laPenínsula(1989,fig. 1).

El ritual no refleja la variablegreco-etruscadel sim-posioaristocrático,tan bien conocidoenel mundogrie-

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go, etruscoy posiblementecéltico, especialmenteapar-tir del siglo VI a. C. Porque,como entreel banqueteoriental y el griego, que iconográficamenteparecederi-var de aquél, existe la gran diferenciade ser el rey elcentrodel primero, y los «príncipes»igualitarios,facto-resdel segundo(Pasquier,1988,323-332),similar dis-tinción parecehaberentrelos banquetesgreco-etruscoso susderivadoshallstátticos,propiosde unaaristocraciao de unasociedadprincipesca,y las comidascolectivasde los puebloseuropeosoccidentalesbien descritasenlas crónicascélticastardías(Bouloumié,1988,345-357;Hubert,1988,492-493;Markale,1989,149,182-184).

Textos clásicos,grecolatinosunos, modernosotros,nospermitenacercarnosal tipo de ceremoniarealizadasobreel altar de Capote.Sobre los lusitanosy demáspueblosseptentrionalesdela Península,Estrabónreco-geciertascostumbresprerromanas:

«Bebencervezay el vino, queescasea,cuandoloobtienense consumeen seguidaen los grandesfes-tines familiares.En lugar de aceite usanmanteca.Comensentadosen bancosconstruidosalrededorde las paredes,alineándoseen ellos segúnLas eda-desy dignidades;los alimentossehacencirculardemano en mano; mientrasbeben,danzanlos hom-bres al sonde trompetas,saltandoen alto y cayen-do engenuflexión.»

(Geog.,111-3,7.)

El párrafo, magnífico para interpretarlos restos delaltary Depósitode Capote,se completaconuna indica-ción anteriorsobreel gustoa realizarnumerosossacrifi-cios de cabras,caballosy cautivosa modode hecatom-besgriegas.

Mas lejanaen el espacio,perono tanto enel concep-to, es la descripciónde los grandesfestinesceltasreali-zadapor Henri Huberten su obra,ya clásica,LesCeltesetia civilisation celtique(1934); escribió:

«Paraterminar, tratemosde imaginarnosa losceltasen momentosdeocio y de paz,por ejemplo,asistiendoa unode esosbanquetesquenos hansi-do pintorescamentedescritos, para Irlanda, en elFestíndeBriccriu, y queAteneonoscuentarespec-to a los galos...Los galosestánsentadosen círculoenunaconstrucciónredonda,enel centroel jefe oel anfitrión, a igual distanciade todoslos iguales.Sisetratade nobles,los huéspedescon ellos; detrásdeellos, unossentados,otros de pie,segúnsusras-gosy susfunciones,se hallan losescuderosy servi-dores.La disposicióndifiere en Irlanda,el edificioes cuadrangulary con compartimentos,cadaunoocupaen él su lugarjerárquico.Las mujeresse ha-lían apartepero aparecenen el momentoque lescorresponde.

El mobiliario es pobre:los invitadosestánsenta-dos en el suelo, sobrehaces de cañas.Las sillaseranconocidas,peroeranraras.Habíamesasbajas,sobrelas cualesse colocabanlas viandas y panes.Pareceque la comidaestabacompuestade carnesde ganadoy de caza...Las carneseran asadasy

cortadasen la mesao hervidasy sacadasdelas cal-deras con ganchosde hierro. Los celtas poníantambién la carneestofadasobrepiedrascalentadasdentrodeagujerosabiertosen la tierra.A éstaaña-dían el porrióge,sopade avenay cebada.Segúneltestimoniode Posidonio,los galoscogían la carnecon losdedosy la mordíancon desenfado;de vezen cuandose servíande un pequeñocuchillo paracortar un tendón o una articulación resistente.Lacomidase acompañabade cervezay vino... Existíaunajerarquíade bocados,quecorrespondíaa la je-rarquíade personas,y nadie habríaconsentidonoserservidocon arregloa su derecho;un mal trozo,mal colocado,podíaconstituirunainjuria grave.»

(Edic. 1988,492-493.)

Pero la descripciónmás jugosa viene de manosdeunode los másprestigiososestudiososde la culturacel-ta,JeanMarkale:

‘<La fiesta principal es la del 1.0 de noviembre,Samaino Samhuin,en irlandés,quecorrespondealtérminogalo Samoniosdel Calendariode Coligny,testimonioindiscutible del añocalendáricode losceltasdel paganismo.Samain es etimológicamenteel “final del verano”, dicho de otro modo,el co-mienzodel invierno... Es una fiestaconsiderablealaquetodomiembrodela comunidaddebeobliga-toriamenteasistir...La fiestaconsistíaen unaasam-bleade todos los hombresy mujeresquecompar-tían la comunidad.Se discutíanasuntospolíticos,económicosy religiosos.Se celebrabanfestinesin-terminablesmarcadospor la carnede cerdo y elvino... Estosfestinesestabanevidentementereser-vadosa la clasedirigente. El rey y los guerrerosconstituíanel componenteesencialperono pareceque los druidashayanestadoexcluidos.La gentecomún del pueblose contentabacon la feria... Encierta medida,constituíanun verdaderoParlamen-to en el quesedebatíanlos asuntosdel derechoydela política. El ritual es mal conocido.Sin embar-go, se sabequela vísperatodoslos fuegosde Irlan-dadebíanestarapagados.Es evidentementeel sig-no de que el año nuevo.Renaceráen el momentoen que los druidashayanencendidoun nuevofue-go... Por lo demásla fiestadurabatresdías, lo quepermitíamultiplicar lasactividadesy los festines.»

(1989,182-184.)

La estanciaLLO-A de Capote era, por tanto, unaconstruccióndestinadaal uso público para la realiza-ción de un actocolectivoque,si bienteníaimplícita unaimportantedosisde función socialy política, no menosincorporabaun fuerte significadoreligioso.El ritual de-fine estelugar como un auténticosantuario,aunqueelconceptoy la imagendel dios no esté implícito en él(algo por otra parte común a las más tradicionalescreenciasindoeuropeas,en las que el espíritu divinoestabaen la mismanaturaleza,ajenoa toda representa-ción formal).

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LA EDILICtA: CONSTRUCCtONES PÚBLICAS Y CASAS PRIVADAS 201

Tal como afirma M.~ Rosario Lucasen su estudiosobrelos santuariosibéricos, las comparacioneslleva-rían a considerarloun lugar sagradoal serviciode de-terminadasceremoniaso actosrelacionadosconel cul-to y la liturgia (1981, 238). No puedenolvidarselasconnotacionesreligiosasdel fuego, la coccióny la par-ticipación masiva de la población en fiestascomo elSamain citado, de profundo sentido ctónico, puestoquesignificala muertedel añoviejo (comohoy losdíasdelosSantosy los Difuntos)(Bermejo,1982,226-227;Markale, 1989, 184;Lucas, 1991). Porello, probable-mente,el «santuario»se orientabahaciaPoniente,per-mitiendo observarla puestadel Sol, cuyo significadodivino fueunaconstanteentrelas religionesoccidenta-les. La mismainterpretaciónaduceLambot parala ex-plicación de esta constanteorientativa entre ciertossantuarioscentroeuropeos(1989, 265), y ratifican lasuposición del uso de la contrucción extremeñaafinalesdel ciclo anual cuando,como el Sol, la vida serecoge(fiestadel Samain).

Ciertamentela singularidadde un ámbito comoésteno respondetanto a suescasezen laProtohistoriaeuropea,como a la falta de lugaresasí identificadospor la Arqueología.Pero,como hemosvisto, los cro-nistasclásicosno ponenen dudasu existenciay es ca-davezmásfrecuentedocumentar<(santuarios»o cons-trucciones sagradasen los pobladosde la Edad delHierro de EuropaOccidental,donde,como en Capo-te, ocupanel centrogeográficodel asentamiento(Au-douze et Buchsenscbutz,1989, 301-302; Lambot,1989,254-261).

En la Península,laexistenciadeestasestanciaspuedeconjeturarsea partir de los restosindirectosderivadosde su uso. Nos referimos a los depósitossecundarios,irregularesfavissaeque a menudose han interpretadocomo acumulacionesde vajillas portaofrendasparalosdioses,peroquepodríanhabersidorestosde estasfies-tascíclicas,amortizadostrassuusoen un númerodeter-minadode ceremonias.Así creemosque podríanestarcercanosdepósitoscomo Garváo(pesea losexvotosdeojos repujados),o quizá la acumulaciónde vasijas delAlhonoz, dondepudieranfabricarseo distribuirse paraesteuso (Beiráo et alii, 1985; López Palomo, 1981).Tampocolas estructurasreferidasde El Amarejo,y eldepósitoadjunto,pudieranestarlejosde un ritual simi-lar, como quizásel santuariolocalizadoen Illescas,conel bancode adobesdecoradocon los famososrelieves(Broncano, 1989, 239- 240; Balmaseday Cánovas,1981,215-238).

Peroel ejemplomásapasionanteestáenLa interpreta-ción planteadapor Rosario Lucasa la bandejaetrusca,otraspiezasmetálicasy suscorrespondientesestructurasarquitectónicaslocalizadasen el sectorVII del pobladode La PeñaNegradeCrevillentelIB, Alincante.Aunquede maneraun tantoforzada,a causadel estadoderemo-ción de los restosy la difícil definición de muchosdeellos, se interpretancomo estanciasdedicadasal alma-cenaje,cocina y serviciode zonasparabanquetesritua-les y ceremoniassimilares(LucasPellicer, 1991,y Gon-zálezPratts,1983, 147-150).En estesentidono puedeomitirseel aspectode almacenesquepresentanlasalar-gadashabitacionesadjuntasaLLO-A deCapote.

CONSTRUCCIONES FUNERARIAS

Las construccionesfunerariasse limitan en generalasencillastumbasdecremacióny, en algún casoesporádi-co,a estructurascomplementariascomo ustrina,basta,etc.

Estepanoramaaparentaunavisión de pobrezacuandose contrastacon la majestusidadde conocidasnecrópolisibéricas,e inclusoceltibéricas,perodejadeser tal cuandoel puntodeconstrastesonlas necrópolisturdetanasy lusi-tanas.Unasy otraspresentan,cuandopor fortunase iden-tifican, una reconocidasobriedadde elementos,especial-menteclara cuandose relacionancon sus antecedentestartésicos—La Joya—, o sus contemporáneaspúnicas—Carino—.Tambiénen el Sado-Guadianaparecehaberseproducidoesta ostensiblemermaen la complejidady elgusto por la ostentaciónfuneraria,y ello es fácilmenteconstatablesi remitimosa la riquezade la necrópolisdeAlcácerdo Sal (25.a), cuyoselementosexóticosalcanzansu máximapujanzaenlos siglosVII y VI a. C., o a la com-plejidad y espectacularidadde las tumbas de Medellínque,aunquefuerade nuestroámbito, sonuno de los pre-cendentesmáscercanos(Almagro-Gorbea,1977).

De entrada,podemosafirmar queel sistemade ente-rramientodominanteenlas cadavezmásnumerosasne-crópolis prerromanasdel SO es la tumbade cremaciónen hoyo, peroquizá como perduracionesde construc-cionesanteriores,quizácomo variantes etnoespacialesentan extensoterritorio, se registranvariantestan inte-resantescomolimitadas.

Básicamenteencontramosdostipos detumbas:

1. Enterramientosde cremaciónen urna,en hoyosimplesin, o con,pequeñostúmulos.

2. Enterramientosdecremaciónenurnabajotúmu-lo y estructuradetipo «Pi’> (n).

1. Sepulcros de cremación en urna, en hoyo simple sino con pequeños túmulos(flg. 41.1).

Realizadala cremacióndel cadáver,se sitúansusce-nizas y, en ocasiones,algún objeto personaldentro deunaurnacerámicaquea suvezsecierraconunaescudi-lía y sedepositaenel interior deunsimplehoyoabierto.No suelenpresentartúmulo o estela,aunquesíse cu-brencon pequeñasagrupacionesde piedrasquesirvenparacerrarel sitio y paracubrirtambiénlas grandespie-zasde ajuar,si las hubiese.

Las necrópolismássignificativasde estetipo de ente-rramientoestánlocalizadasen la mitad norte y estedelAlto Alentejo,aunquesusrastros,en forma de tumbasaisladaso en pequeñosgrupos,se dispersanpor todaestacomarcay lamásmeridionaldel BajoAlentejo.

La necrópolis de Herdade de Chamin¿ (11.a), en elconcelhode Elvas presentabasustumbasa escasapro-fundidad(0,3-0,5 m.) aunqueesprobablequelas tareasagrícolaspor las quese descrubrióarrasaranla capasu-perficial.Estabancubiertaspor pequeñosmontículosdepiedras,caóticamentedispuestas.

Lo más frecuenteesqueaparecierala urnaaislada,oen conjuntode dos o tresenglobadaspor un manchónde cenizas,carbonesy tierra quemadaque, la falta de

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202 tUIS BERROCAL RANGRÍ.

— E4rraAnba, sir ha’,’.. ns,,.’ Lag,,. de ,huinbss.— r 3.— C.ni.da <Ir rass,.

— Canta dr n’~rnss,rr.

1

Fig. 41.— TJI’OS de TUMBAS: 1~ Herdade de (ihaminé <‘según Viana y Deu,s; 1951 y Heleno, 1951)2: Pardieiros <‘según Beirúo, 19ñÓ).

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análisis,nos impide identificar. No obstante,las infor-macionesde Vianay Deusindicanla presenciade talesrestosde combustióntanto bajo como sobrela mismatumba y ello permitesospecharque fuesen,en algunoscasos,realizadosconposterioridada ladeposiciónde laurna y, por tanto, fuesen restosde hoguerasrituales.Pero tambiénpudieratratarsede los del usti-ina inten-cionadamentevolcados sobre la tumba, o depositadaestasobreaquél.

Lasurnassuelenestartapadaspor un cuenco,escudi-lía o laja planade pizarra,aunquea veceslos cuencosyescudillasaparecendispuestoscomobasedela urna,sinquefalte otro menor, comotapadera.Juntoconlas pie-dras, cenizasy carbonesquecubren la urna, aparecenelementosde ajuar, quegeneralmenteson objetos dehierro, torcidosy deformadospor la acción del fuego.No faltanalgunasarmascomo unaespadade antenasyalgunaspuntas de lanzasque aparecenrellenando elhuecojuntoconla urna.

La necrópolisdel Cantamentodela Pepina(51.b) se si-túa en los bajosde una de las laderasfrente al asenta-miento 1 y ocupaunaextensiónque,a lo largo, no so-brepasala centenade metros,mientrasa lo anchoes deunostreintametrosenpendiente.La oportunainterrup-ción de una actuaciónclandestina,hoy jurídicamentesentenciada,nos permitió documentarlos lugares deprocedenciadediversasurnasy platosusadoscomoen-terramientosy ajuares.

Comoen el restodel lugar, las piezasse localizaronenla pendientede la colina,colocadasen oquedadesdenomuchaprofundidadquea vecesllegan a afectara la rocamadre(un casodelos cuatroobservados).A vecesposeenuna seriede piedrassobreel enterramiento,en formadepequeñotúmulo amorfo, que sóloen uno de los casos,ajuzgarpor lo visible entrelos destrozos,podríatenerfor-marectangular,aproximándoseen ello alos túmulosde lanecrópolisdel Peñascón,en Riberadel Fresno,Badajoz,hoy en excavación(RodríguezDíaz, 1987-1988).La cita-da estructurano conservagran altura, descubriéndoseúnicamenteun flancodesillaresconunahilera.

Dentrode las oquedadesse depositaronunaurnadetamañomedio,y en ella una o másurnitasa mano,de-coradascon impresiones,incisioneso estampillados,al-gunosplatosa manoy a torno quea vecesadquierenproporcionesminiaturescas.Recipientes<‘fenestrados>’o caladoscon triángulos,platosatorno,detipo ibérico,a vecespintadoscon franjasrojo vinosas,algunasfiguri-llas de terracotay un ajuar metálicodel queno hemospodidorecuperarmásquetres regatonesy unapuntadejabalinade tipo meseteño,completanesteconjuntodemateriales.Todosellos, fragmentados,fueronrecupera-dos de uno de los enterramientos(1), mientras queotros presentabanmenornúmerode piezas,hastaque-dar reducidosa la urnita hechaa manoy el plato a tor-no,comotapadera.

De nuevo la necrópolis de Herdadedas Casas(17.a)nosremiteal mismo ritual y estructurasensusconstruc-ciones, simples urnasde cremaciónen hoyo cubiertaspor piedrasy ajuares,de los queno sueledocumentarsenadaal exterior.

Estanecrópolis,sin embargo,tienemayor importan-cia en lo querespectaa susobjetosmetálicos,porquelas

armasy los adomosconfirmanla fuerteafinidadceltibé-ricadelas anteriores:espadasy puñalesdeantenasatro-fiadas,fíbulas celtibéricase incluso la únicaespadadeLa Téneque, con seguridad,hemospodido reconocerenel Sado-Guadiana.

Pero,respectoa los ajuares,la necrópolismásconoci-daes elOlivar deA> SenhordosMártires (25.a), en Alcá-cerdo Sal. Susarmas,adornos,piezasexóticasy vasosgriegosle dieron importanciainternacionalya desdelosprimeroshallazgosfortuitos, a finales del siglo pasado(Cartailhac,1906).

Frenteauna faltade memoriasdetalladasen el mejordelos casos,y detodainformaciónen las numerosasin-tervencionesde la que fue objeto en el último siglo, suprincipalesajuares son la única referenciaválida quepermitecomprenderque nosencontramosanteun yaci-miento con varias fasesde utilización, más o menos,consecutivas.Estasetapasse desarrollaríana travésdeun dilatadoperíodoa lo largode los siglosVIII, VII, VI,y y IV a.C. (y hastael 1 d. C.).

Si difícil es calcularsusinicios, lo mismo ocurreconel momentode abandonode lanecrópolis.Sabemosquegranpartede estosajuares,especialmentelos quese re-fierena las armasy las cerámicasgriegas,pudierantenerfechasde los siglosV y IV a. C., perootrosmuchosob-jetos apuntantechasanterioressegúncontextosclara-menteorientalizantes(cerámicasgrises,orfebrería,hue-vosdeavestruz,marfiles).

Lasexcavacionesde Correia,quesonlas mejordocu-mentadas,especificanlos diferentestipos detumbasre-gistrados,quegraciasa la fuerte colmataciónfluvial delestuariodel Sado,se establecíana lo largo de unapro-fundidadsuperioralos3 metros(Correia,1928,7-8).

De los tressistemas,los halladossobrela rocamadre(tipos C y D) presentancremacionesen la mismafosa,dondeaparecenhuesos,cenizasy ajuaresorientalizan-tes, todosellos cubiertospor pequeñosperoconsisten-tes túniulos de piedras.De ellos, en los referidoscomotipo 13, parecequealgunastumbassirvieroncomo ustri-na parala cremacióndel cadaver.Tambiénexistedifi-cultad en identificar los materialescorrespondientesaestasdosfacies,aunqueestáclaroqueno sonlas vasijasgriegasni armasprerromanasreferidas.Sí se localizanentreellos los restosde un carro, unade cuyasruedasfuedibujadapor Schiile.

Las nuevasexcavaciones,llevadasa cabopor Paixáo,hanservidopara reencontrarestosdosniveles de tum-bas,Cy D, queno estánclaramentediferenciadosy que,segúnlos ajuares conocidos,aportanfechas orientali-zantesno muyantiguas(tumba22/80,1983,278-286).

Es por ello, y por la clara presenciade materialescomolas numerosasfíbulas anulares,tipos4,9, 10, etc.,de Cuadrado,quededucimosquegranpartede las es-padasde antenasy falcatasdebenprocederde los tiposde tumbasmássuperficiales,A y B, hoy desaparecidasensu mayoría.

Informa Correiaque las tumbas del tipo A fuerondestruidasen su mayoríapor las laboresde allanamien-to del terreno realizadasa finalesdel XIX (laboresquedebieronacabarcon enterramientosmásrecientes,quepudieronllegarhastaépocaromana,segúnla presenciade «campanienses”,los registroshalladosen el sondeo

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204 LIJE BERROCAL RANOEL

del castillo—38.a---y las afirmacionespersonalesde Bei-ráo, 1986, 27). Pero,de las que quedaronintactas,fuefácil observarquese tratabade tumbasde cremaciónenurnaenhoyo, enterradasa pocaprofundidady dispues-tas sobresusajuares:armas,joyas y otros objetosque,recogidostras la cremación,fueron colocadosjunto avasospequeñoscon funcionesde ungñentariosy, en al-gunos casos,fusayolasy vasosáticos de figuras rojas.Los restosóseoscomprendíanfragmentosquebrados,no reducidosa cenizas,y tapadospor un plato o escudi-lía. Bajolas urnas,retorcidospor/oprevio al fuegoperosiemprecon sus huellas,estabanlas armasy aderezos:espadasdeantenas,falcatas,soliferra,hojasde lanzas,fi-bulas,cinturonesy brazaletes.

El segundonivel, paraCorreia,repiteel sistemaaun-quea mayorprofundidad,alcanzandoy afectandoa laroca madre.Pero sus ajuaressonclaramentedistintos,tal como se infiere de la falta generalizadade objetosmetálicos,reducidosa escasasnavajas,pulidoreso cla-vos. Las cerámicas,además,reflejan una fuertepresen-cia de vasijas de origenpúnico y meridional,desdelaslucernasde pico a las ánforas,perono secita cerámicaalgunade tipo griego. Son materialesque,cronológica-mente,remitena fechasanterioresy entrande lleno enlos contextospropiosdeladinámicaorientalizante.

Es por ello que,de confirmarseestadiferencia,sólolas tumbasdel tipo A corresponderíanaun períodopre-rromanoantiguo.Depositadossusurnasy ajuaresen elMuseo de Belén y recogidosen el clásico ensayodeSchiile(gran partede losajuaresidentificadoscon tum-bas,en 1969, taf. 88-95),a ellasseasociaríanla mayoríade las armasque, depositadasen el Museo de Lisboa,fueron dadaspor Schúlecomo piezassin procedenciaconocida(1969,taf. 96-105)y que,enbuenaparte,sonlas mássuperficiales,halladasen los decimonónicostra-bajos de allanamientoquepermitieronlocalizar la ne-crópolis (posteriormente,hastala realizaciónde laspri-merasexcavaciones,el yacimientoestuvoexpuestoa lacuriosidady codiciaajenadurantevariasdécadas,conlo que ello conlíevade remocionesy destruccionesdelosestratos).

2. Sepulcros de cremación en urna bajo túmulo y es-tructuradetipon (fig. 41.2).

Se tratade la variantemásespecíficade estaRegión.Susescasosejemplospresentanlas urnascon cremacio-nesdentrode unaestructuramuradacon la forman enplanta.Los muretesque la componensuelenestarhe-choscon piedraspequeñasdel lugar, trabadasconbarroy conescasaconsistenciaenel acabadofinal.

Este tipo de tumba fue localizadopor el Dr. Beiráohaceya unas décadas,graciasa sus trabajosen Montedo Pardiciros (1971), pero no han sido identificadascomotaleshastaañosrecientes.Así noslo indicó el ci-tado investigador,en nuestrasprospeccionespor la ne-crópolis de Atafona (la), dondeobservamostres «tú-mulos’> del tipo referido. Sus muros, conservabanunaaltura cercanaal medio metro y una anchurasimilar.Lastresestabanmáso menosendiagonal,no pudiéndo-

seobservardisposiciónintencionadaalgunaEn suinte-rior, ademásde un númeroreducidode urnas,se reco-nocieronasociadasmanchasde cenizas limitadas conpiedras,queparaHeiráo no podíanconfundirsecon us-u-ma, sinoqueserianrestosdehoguerasrituales(Eeiráoy Correia,1991,enprensa-a).

Sobre la cronologíade talesconstrucciones,Beiráono teníadudasy la considerabaprerromana,especial-mentea partir del siglo IV, aunqueen Monte da Par-dieiros una inscripcion del Suroestepudieraindicaruna fecha anterior (podría, en efecto, ser una merareutilización).Sus escasosejemplosconocidos,comoCarapetal1 (Ourique)y Mestras(Alcoutin), en los lí-mites meridionales del ámbito geográfico, parecenconfirmar tal dataciónque,no obstante,no tieneporahoraunacomprobaciónfehaciente(Beiráoy Correia,1991,en prensa-a).Esteautorsuponeque,dadala fra-gilidad de las construcciones,el hallazgode tumbasdecremaciónaisladas,como las de Monte da Parreira,cercade Atafona, seríaindicio de la desaparicióndetalestúmulos.

En Monte daParreira,por otra parte,seconocenma-terialesprerromanos,como unaespadadeantenasdeti-po Alcácer, y el númerode tumbassupuestas(más deunaveintena)pareceser muy superiora las quesuelenaparecenen este tipo de sepulcrosen u, acercándosemuchomása unanecrópolisdecremaciónenhoyo.

Por último, cabeindicar quetodaslas localizacionesdetumbasbajo túmuloenn sedispersanpor el áreame-ridional del Bajo Alentejo, muy próximas o dentro yadel Algarve, dato queconvienedestacara la horade in-terpretartal variante frente al tipo dominanteanterior.En estesentidoadquierecierto interésla necrópolisdeCasaláo,Sesimbra (7.a), cuyas tumbas interpretamosdentrodeestegrupo.

Similar planteamientopudierarealizarseconla necró-polis de Galeado(iSa),cuyo contexto original ha desa-parecidoal ser, en parte, víctima de la construccióndeunacasamodernay de la actuaciónurgentede ManuelHelenoa mediadosde la décadade los años treinta.Tambiénaquí se desconocesi las tumbasde cremación,posteriormenteidentificadaspor Beiráo y VarelaGomes,estabanen simplehoyo o en estructurastumularesdel ti-po II, peroel testimoniooral recogidopor estosarqueó-logos recuerdala existenciade huesosy una espadaapa-recida entre ellos, lo que de nuevo remite a vagassospechassobreel rito deinhumación,como enCasalño.

En generales posiblesuponerunaciertarelacionen-tre estamodalidadde enterramientoy el usode inmen-sostúmuloscomunitariosdurantela 1 Edad del Hierroen el Bajo Alentejo.La existenciade urnascon crema-cionesincluidasen las zonasperiféricasde estosmonu-mentos,en yacimientoscomo MealhaNova, ha llevadoa De Mello Beiráo a suponerloscomo inclusionesdelHierro Dos o, al menos,como variantesfinalesdel Pe-nodo Orientalizante(1986, 62). Porotraparte,no po-demosolvidar las extrañasestructurasque, publicadascomo necrópolis de NevesII (33.a), fueron excavadaspor PereiraMaiaen el áreade Neves-Corvoy cuyafun-ción no se encuentraclaramentedelimitada (¿construc-cionesrituales?).