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Revista mensual de la Asociación Madres de Plaza de Mayo ISSN: 1853-9785 SUS HIJOS Nº 7 - Abril de 2012 - Argentina - Precio de tapa: $3 PARIDAS POR 35 AÑOS DE VIDA, PASIÓN Y LUCHA

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POESÍA Y MADRES

Revista mensual de la Asociación Madres de Plaza de MayoISSN: 1853-9785

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editorialsumario

ABRIL

PARIdAS PoR SuS hIJoS. las Madres x NPA

el PRoyecTo de 2003 y lAS MAdReS.Por oscar Parrilli.

hIJAS e hIJoSde TodAS.la socialización de la lucha.

eN el PeNAlde eZeIZA.

una tarde con el pañuelo blanco.

PARIR SeGÚN PASAN loS AñoS. la maternidad en la historia.

eScRITA coNel cueRPo.la gesta de Plaza de Mayo.

TReS PoeMAS.A las musas de

los jueves.

Para levantar bien alto la lucha de los desaparecidos y repudiar fuerte-mente a los genocidas, al cumplirse 36 años del último golpe cívico-militar, las Madres de Plaza de Mayo organizaron una serie de conferencias en el Audi-torio mayor de su universidad Popular, llamado Juana Azurduy.

el primer expositor fue el juez de la corte Suprema de Justicia de la Nación, eugenio Raúl Zaffaroni, para quien las Madres “siempre fueron una guía”.

Al día siguiente, el filósofo y ensayis-ta Ricardo Forster afirmó: “Creo que si uno tuviese que elegir a lo largo de la historia argentina el momento de mayor dolor y de mayor riesgo, el momento de mayor valentía, de mayor soledad; y al mismo tiempo el momento de mayor presencia de la ética en el tiempo más oscuro y horroroso, claramente las Ma-dres ocupan el lugar de la virtud en la sociedad argentina".

Para el periodista eduardo Anguita:"Si vamos a hablar de periodis-mo quiero decir que los periodistas no estamos en condiciones de reflejar todo lo de las Madres. hacen falta quince días acá, como mínimo, para entender todo lo que hacen. han colectiviza-do todo. es muy difícil lograr que el periodismo lo entienda. Nos cuesta mucho, y me incluyo, porque perdemos la perspectiva de lo colectivo", agregó. Además, expresó que el ataque que las Madres sufrieron el año pasado por parte de los grupos mediáticos hegemó-nicos fue "un intento de la derecha que quiso atacar el tejido social".

el último disertante fue el licenciado en comunicación Gabriel Mariotto. el ac-tual vicegobernador de la provincia de Buenos Aires destacó el rol central de las Madres en la recuperación democrá-tica. "en el medio del dolor, la claridad conceptual" precisó.

Filosofía del futuro

¡NI uN PASo ATRÁS!/ Asociación Madres de Plaza de MayoAño 2 Nº 7 / ABRIl 2012/ RePÚBlIcA ARGeNTINAeditorial: Asociación Madres de Plaza de Mayo/ ISSN: 1853-9785/ Propiedad Intelectual: Fundación Madres de Plaza de Mayodirector: demetrio Iramain. editora General: lucía García Itzigsohn. Redacción: daniel Ballester/ Mauricio clavero/ Sandra conte/ demetrio Iramain/ lucía García Itzigsohn/ Susana Inés García/ verónica González/ Bárbara Komarovsky/ Andrés Martínez cantó/ liliana Szwarcer/ Inés vázquez. escriben en este número: Pablo llonto/ Oscar Parrilli/ Alberto Sileoni. Asesora de Producción: Teresa Pacitti. Historieta: Jorge Meijide. Humor gráfico: Fabián Prol. Fotografía: Juan Vera. Archivo fotográfico: Ignacio lópez crespo y equipo de digitalización. diseño y diagramación: leonardo Solari/ uriel Martínez. Impresión: G1S.A./ domicilio: hipólito yrigoyen 1584. cP 1089 ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tel/ Fax: (005411) 4383 0377. e mail: [email protected]. Facebook: Ni un Paso Atrás. Twitter: @prensamadres

2012las Madres, según Zaffaroni, Mariotto, Anguita y Forster

hAcedoRAS de lA deMocRAcIA.escribe Alberto Sileoni.

uSTedeS Se cAllARoN.los medios en estos 35 años. escribe Pablo llonto.

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LAS MAdReS POR ¡NI UN PASO ATRÁS!

2 . Ni un paso atrás

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LAS MAdReS POR ¡NI UN PASO ATRÁS!

Pura pasión de lucha. Nacieron a la revolución acunadas por sus hijas y sus hijos cuando promediaban los 50 años. De

ellos aprendieron que el nombre de cada uno bordado en el pañuelo debía cambiarse por los 30.000. Desde el dolor y la soledad más absolutos crearon un colectivo que iluminó el

camino hacia el futuro.

edición: lucía García ItzigsohnFotografía: Juan vera

Ni un paso atrás . 3

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4 . Ni un paso atrás

LAS MAdReS POR ¡NI UN PASO ATRÁS!

NPA: ¿Cómo te conectaste con las Ma-dres? Hebe de Mascia: Enseguida. Yo fui a la Casa de gobierno, íbamos a todos lados. Yo iba con mi hijo, eso era a la mañana temprano. Y sino a la tarde, pero había que ir tempra-no, porque había que hacer cola. Eso era en el Ministerio del Interior. Después íba-mos a la Plaza. Cualquier día íbamos. Yo me acuerdo de Juanita, cuando era gordita. Y de Azucena. Ella dijo una vez: “¿por qué no nos juntamos todas un mismo día? Así somos más.” Y así fue que decidimos venir los jueves. Idea de Azucena.

NPA: ¿Quién te falta? Hebe de Mascia: Hebe Araceli Susana Mascia de Chapiro. Se había casado el mismo año, el 15 de febrero del 76. Y la llevaron el 15 de octubre de ese año. A los dos. Él era un muy buen muchacho. Se llamaba Edmundo Daniel Chapiro. Muy linda pareja, muy buenos chicos los dos. Se los llevaron a los dos del trabajo. A él primero, a las cuatro de la tarde, y a las ocho la fueron a buscar a ella, y nunca más. Buenísima era, inteligente, estaba para re-cibirse de maestra.

NPA: ¿Te acordás el primer día que fuis-te a la Plaza?Josefina de Paludi: Me encontré a una ma-dre, cuando iba al Comando N°1, que me dijo: “¿Por qué no venís mañana que van a sacar una solicitada en La Nación y hay que pagar algo, por supuesto?”. Entonces fui, y de ahí empecé. A Hebe la vi en la Iglesia de la Santa Cruz y cuando la conocí me llegó, me sentí bien, decía todo lo que hubiera querido decir yo. Yo soy de poco expresar. Y ella decía lo que sentíamos todas las Madres. Después encontré una Madre en mi barrio, ella tra-bajaba cerca de la casa de gobierno, iba a la Plaza y después se iba. Yo me acompañaba con ella. Poco a poco conocí a otras Madres, conocí a Elsa y me sentí más cerca de ellas y ahí empecé a estar, hasta que dije: yo acá voy a venir hasta que las piernas me den. En esa época en el pañuelo teníamos bordado el nombre del hijo, todavía lo tengo guardado. Y cuando empecé a ir a la Plaza me emocio-né. A mi hija yo le cuento todo, tengo un hijo también, pero con ella hablo más. Ella estaba chocha porque yo tenía adónde ir. Me sentía mejor, me sentí mejor unida a las Madres.

NPA: ¿Quién te falta, Josefina?Josefina de Paludi: Mi hijo mayor, Osval-do Cayetano Paludi. Era abogado, tenía 10 años de profesión. Tenía su estudio en la ca-lle Montevideo y Lavalle. Una mañana, él estaba casado, me tocó el portero a la noche la esposa de él y me dijo: “Josefina, se lle-varon a Osvaldo”. Eso fue terrible, terrible.

Me descompuse. Y enseguida hicimos un Habeas Corpus que me acuerdo que lo hizo el Dr. Barcesat, pero lo firmé yo. Y después no tenía respuesta, iba a preguntar. Habeas Corpus hice un montón, tengo todos los nombres de los jueces que nos atendían. Y conocí a Hebe y me sentí tan bien con ella, hasta el día de hoy. Y gracias a esto es que una sobrevive, me parece mentira la edad que tengo, 91 años y sigo viviendo. La ver-dad, porque en mi familia nadie llegó a esta edad, todos han fallecido. Quizás sea él que me da fuerza para que siga luchando.

NPA: ¿Recordás cómo surgió la consigna “Aparición con vida”?Mercedes de Meroño: Esa consigna es muy

política, surge cuando ya sabíamos lo que había pasado. Cuando viene Alfonsín yo ya no tenía esperanzas. Estábamos conven-cidas de que nuestros hijos no iban a apa-recer. Nosotras nunca buscamos huesos ni cadáveres. Los buscábamos vivos, hermo-sos como se los llevaron. Aunque una no se imagina cómo podrían ser ahora. Se los

llevaron jóvenes y ahora podrían ser abue-los. Mi hija que falta tiene nietos ya. Yo veo su foto y se las muestro a mis bisnietos, y cuando les digo “esta es tu abuela” a ellos les cuesta pensar. Por eso cuando te dicen “ya pasó”, como dicen algunos cretinos, no pasó nada. ¿Sabés por qué no pasó? Porque a todos esos nietos les falta su abuela. ¿Vis-te que todo el mundo habla de la comida de la abuela, del cariño de la abuela? Ellos no tienen eso, así que no pasó, está vigente como el primer día, o más, te diría, porque son muchos los afectados.

NPA: ¿Quién te falta? Mercedes de Meroño, Porota: Mi hija. Ali-cia Norma Meroño.

Porota: “Nosotras nunca buscamos huesos ni cadáveres.”

Rosita: “¿Cómo nos van a dar dinero a cambio de las vidas de nuestros hijos?”Hebe: “El futuro no existía. Era mañana nada más. Que mañana no es futuro.”

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Ni un paso atrás . 5

LAS MAdReS POR ¡NI UN PASO ATRÁS!

NPA: ¿Cómo eran las primeras reunio-nes de las Madres?Juana de Pargament: Al principio caminá-bamos solas. Cuando se llevaron a mi hijo, la compañera de él me dice “sabés Juanita, que la gente, los organismos que hay acá, se reúnen”. Y fui a la Liga por los Derechos del Hombre y a Familiares. Fui a la Asam-

blea, también. Pero la caminata era indi-vidual. Ninguna respuesta, sólo hablando de que se los llevaron y qué puedo hacer, buscaba un consejo. Cuando me dijeron que haga un Habeas Corpus en uno de los organismos, la compañera de él y mi ma-dre y hermana estuvimos en un bar toda la noche sentadas, hasta el día siguiente, por-que a las 24 horas nos daban la respuesta. Pero todo lo que nos dijeron fue “las Fuer-zas Armadas y conjuntas no lo tienen”. Y es así como empecé. En cada puerta que golpeaba encontraba mucha gente, varias colas, reclamando lo mismo que yo. En-tonces es cuando nos íbamos reuniendo en algún rincón, en alguna confitería, después

de hacer los Habeas Corpus, para pensar cómo y a dónde ir para lograr una respues-ta. Cada cosa iba unida al deseo de saber y a la desesperación de sentirse que una es inútil ante la veracidad de que él no volvía y de que nada sabíamos. Entonces, como Madres, empezamos a caminar juntas. Yo fui mucho a la casa de este abogado, Emilio Mignone. Allí fui conociendo más Madres. Fuimos a la Iglesia, cuya respuesta fue “cómo ustedes vienen a reclamar por su hijo”. Sí, porque muchas Madres eran muy creyentes. Y estos hijos iban a las misas en las parroquias, “y ustedes, señores Obispos, los vieron crecer. Dennos una mano. Que-remos saber dónde están, no es tanto”. Y entonces, fui a ver a todos los obispos. A veces solas, a veces ya reunidas. Hacíamos las notas y nos repartíamos entre las Madres. El desprecio de la Iglesia era grande. “Estos subversivos, estos terroristas, no podemos” decían. Y recibíamos miradas de odio de los obispos, además de no servir para nada. Las Madres ya se estaban reuniendo en una casa, en una confitería. Entonces, resolvi-mos conociendo a Azucena, a Hebe, que a la casa de Azucena podíamos ir los sábados a la tarde a redactar solicitadas. Otra vez se hizo como un gran pic-nic, donde fuimos muchas Madres. Preveíamos que nos vinie-ran a preguntar qué hacíamos tantas muje-res sentadas juntas. Nos pusimos de acuerdo en qué declarar: “Somos maestras que nos hemos jubilado y estamos preparando el festejo”. Ordenamos los grupos por barrios. Recuerdo que con una Madre que vivía cerca del mío, me reunía todas las semanas para informarle a dónde íbamos y qué ha-cíamos. Entonces, íbamos con la Bolsa de las compras. Nos sentábamos en el banco y charlábamos y cambiábamos ideas y proyec-tos. Y después nos íbamos con las manos va-cías. De esa manera nos fuimos conociendo y aprendiendo los conceptos de cada una. Cómo evaluaba políticamente lo que esta-ba pasando y cómo podría ser la reacción nuestra frente a los desprecios. La fuerza, el pedido, el reclamo, tenían otro sentido. NPA: ¿Quién te falta? Juana de Pargament, Juanita: Mi hijo, que lo llevaron en noviembre de 1976. Tenía 35 años y desde el momento en que se lo llevaron nunca más supe de él. Se llama Alberto José Pargament. No hablo de cua-

lidades porque cuando las Madres nos jun-tamos para hablar de los hijos, de su forma de actuar, de su vida, todas son cualidades, no hablamos de sus defectos. Pero sí, el sentimiento se vuelca efectivamente en sus cualidades, sus ideas, sus determinaciones frente a la vida, sus posiciones. Solamente de eso nos preocupaba hablar. Y la verdad es que llegábamos a la misma conclusión: eran lo mejor de cada familia, a quienes se los llevaron para nunca más volver.

NPA: ¿Cómo le explicarías a alguien que no sabe qué es la socialización de la ma-ternidad?Ana de Kierszenowcz: Es tan hermoso, es tan hermosa la maternidad. Una va tocan-do la panza, y con tanto amor. Y cuando viene el bebé. Y bueno, toda la vida estuvo una con los hijos. Yo era una mamá, muy, muy de estar con ellos. Y de pronto pasó esto, el hogar se vino abajo. El hogar se perdió. Mi marido se enfermó, se murió. La casa se derrumbó. Y ya está. Estoy acá ahora. Porque todas pensamos lo mismo, todas estamos con lo mismo. Porque no hay quien es más o menos. Somos todas muy capaces en todo esto. Es un dolor, es un dolor que te abre caminos.

NPA: ¿Quién te falta Anita?Ana de Kierszenowcz: Mi hija, tenía 24 años, estudiaba, estaba muy capacitada, en todo orden. Clara Kierszenowcz.

NPA: ¿Cómo se hace para transformar el dolor en lucha?Evel de Petrini, Beba: Es una transmisión que se va haciendo de a poco. La parte fundamental es cuando entendés bien la lucha de los hijos, cuando vos te das cuen-ta los hijos que tuviste, el amor que ellos dieron, lo que nos enseñaron de la solida-ridad y del amor al otro, te enamorás de esos proyectos. Y eso hace que continúe la lucha a full. A medida que va transcu-rriendo, que nos vamos integrando cada vez más y sabiendo más política, enten-demos más. Y yo creo que todos los días cuando te levantás y mirás las fotos de tus hijos, decís: “Caramba, qué hijos que tuve, qué orgullo. No puedo aflojar, esto hay que seguirlo.” Hay que seguir ese ca-mino y eso es lo que te da fuerzas. La fuer-za viene desde ahí, desde las entrañas.

Juanita: “Eran lo mejor

de cada familia, a quienes se los llevaron para nunca más

volver.”

Josefina: “Yo acá voy a venir hasta que las piernas me den.”Visi: “Eran un orgullo y son orgullo de las Madres, de los nietos, de los hijos y de todos.”

Claudia: “El Mundial para mí fue una herida terrible, un puñal que me habían clavado.”

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6 . Ni un paso atrás

NPA: ¿A vos quién te falta, Beba?Evel de Petrini: Un hijo. Osval-do Sergio Petrini, tenía 21 años. Como todas, fue un momento durísimo, algunas tenían otros hi-jos, otras tuvieron la desgracia de que era el único. Pero nunca un hijo reemplaza al otro. El dolor es el mismo, tengas uno, tengas dos o tengas diez. Yo creo que el paso fundamental de las Madres fue ha-cer de todos uno y hacernos Madres de todos. Eso nos unió en la lucha. No pedir por lo personal, no pedir por el hijo biológico, sino hacer de todos nuestros hijos. Tener a todos en la panza porque todos tenían el mismo proyecto, más allá de que militasen en distintos lugares. Y las Madres también, todas tenemos el mismo proyecto: emular a los hijos.

NPA: Eso fue cuando socializaron la ma-ternidad.Evel de Petrini: Claro, que a cada una le llevó un tiempo distinto. Eso creo que fue lo más fuerte. Había muchas Madres, yo nunca llevé la foto del mío, pero muchas Madres la llevaban; y eso yo creo que costó mucho porque es como un nuevo despren-dimiento. Es una nueva falta. Vos llevabas la foto o el nombre en el pañuelo y pare-cía que reclamabas. Pero nos parecía muy egoísta, si queríamos verdaderamente emu-lar a los hijos, la mejor manera era hacerlo colectivo. Y porque pensamos que nunca hubo treinta mil Madres, por distintas ra-zones que no vale la pena juzgar porque cada uno sabe cómo enfrentar el dolor. Entonces era muy injusto que solamente fuesen reclamados los hijos de las Madres que salimos a pelear. Había que pelear por todos y eso fue lo que costó. Cada una lo asumió en distinto momento. Pero hoy podemos decir seguras que hace ya varios años que estamos completamente conven-cidas de que los 30.000 son nuestros hijos y que el reclamo tiene que ser por todos.

NPA: ¿Te acordás de los primeros boleti-nes que sacaban, allá por 1980?Celia de Prósperi, Chela: Sí, de los bole-tines me acuerdo, porque dos Madres de acá, de Capital, que yo conocía, me dije-ron si quería ayudarlas a buscar notas para los boletines. Ahí fue la primera vez que subí a la casa, si no llegaba hasta la puerta

nomás. La otra casa de allá, de Uruguay no la conocí. No había subido, llegaba a la puerta y nada más. Más que yo tenía mi nieta chiquita, así que en cuanto termina-ba la hora de la marcha salía corriendo para llegar. Porque si no la tenía que atender mi mamá. Llegaba a la hora que salía del jar-dín. Y un día se desparraman las Madres y yo veo que me hacen señas. “Uh -digo-, qué bien, las Madres me saludan”. Y qué era, que de apurada me iba con el pañuelo puesto a tomarme el subte. Hubo un crecimiento que fuimos tenien-do todas. En los primeros tiempos era sola-mente luchar, pensar, sufrir y no construir nada. En vez así se empezaron a construir muchísimas cosas. Y se fue uniendo y se

fueron enterando más Madres. Es ahí cómo también después se forman las Ma-dres del interior porque van sabiendo de lo que se hace en Buenos Aires. NPA: Chela, ¿quién te falta?Celia de Prósperi: Mi hija, Cristina Prósperi.

NPA: ¿Cómo viviste los días del Mundial 78?Claudia de San Martín: Llorando. Pési-mamente. Mi marido, que sé yo, escucha-ba. Pero yo, para mí era lo peor. Para mí fue una herida terrible, un puñal que me habían clavado. Me acuerdo cuando vino la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mi hijo Guillermo, el más chico, estaba en la escuela y lo habían invitado a ir en contra de las Madres. Entonces él dijo: “No, está mi mamá. Yo no voy”. Después lo sancionaron en la escuela. También sufrí ese dolor. Cuando volví de la Plaza, él me dijo: “Mami, me pasó algo difícil”. Para mí el mundial era una pantalla.

NPA: ¿Quién te falta, Claudia?Claudia de San Martín: Mi hijo, Carlos José San Martín.

NPA: ¿Cómo es convivir durante 35 años con las Madres?Elsa de Manzotti: La Casa es un lugar muy lindo. Te digo lo que me pasa a mí, pero creo que nos pasa a todas por igual. Veni-mos contentas, estamos juntas y nos enten-demos. Tal vez en algún momento hay co-sas que no, pero a todas nos ha pasado algo parecido. Y bueno, cuando conversamos de

Hebe M: Azucena dijo

una vez: “¿por qué no nos juntamos

todas un mismo día? Así

somos más.”

Anita: “Es un dolor, es un dolor que te abre caminos.”Pina: “Las Madres tenemos que reírnos porque sino no podríamos llegar a donde llegamos”.

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Ni un paso atrás . 7

LAS MAdReS POR ¡NI UN PASO ATRÁS!

nuestros hijos, los 30.000, eran todos muy iguales, chicos que pensaban, que lucha-ban para un país mejor. Nosotras estamos orgullosas de los 30.000 hijos. Y acá com-partimos la comida. Cuando llega algún cumpleaños la que cumple años siempre trae una tortita, estamos un rato tomando un café. Y cuando cumplimos los 80 años la Casa nos regala una medalla grabada.

NPA: Elsita, ¿quién te falta?Elsa de Manzotti: Mi hijo, Daniel Aldo Manzotti y mi nuera nuera María del Car-men Percivati Franco.

NPA: ¿Qué significó para vos el rechazo a la reparación económica?Rosita de Camarotti: Antes que las Madres propusieran no aceptarlo, yo en ningún mo-mento sentí de aceptar eso. Para mí la vida de mi hijo no tiene precio. ¿Cómo voy a aga-rrar dinero a cambio de la vida de mi hijo? Es una cosa horrible. Me acuerdo que en la Plaza cuando marchábamos hubo un rumor de que iban a indemnizar a los familiares. Y en ese momento me agarró una cosa horrible en la cabeza, ¿cómo nos van a dar dinero a cambio de la vida de nuestros hijos?

NPA: ¿Quién te falta Rosita?Rosita de Camarotti: Mi hijo y la novia. Osvaldo Daniel Camarotti y la novia, que se conocían del secundario, Rosa Estrella Mastrángelo. A ella, pobrecita no le quedó nadie, porque murió la mamá, el papá, los tíos, nadie que reclame por ella personal-mente. Las Madres que reclamamos por los 30.000.

NPA: ¿Qué las hacer reír a las Madres?Josefa de Fiore, Pina: Mi hijo se reía siem-pre. Y yo recuerdo su imagen y yo me río igual que él. Mi hija también se ríe mucho. Eran los dos iguales. Así que yo pienso en él y me río. Las Madres tenemos que reírnos porque sino no podríamos llegar a donde llegamos. Porque si vos te ponés a llorar todos los días, no, tenemos que seguir para que todos conozcan lo que pasamos, que conozcan que nosotros nos reímos, que somos personas como cualquier otra. Cuando me río yo pienso en Enzo como se reía siempre. Y yo tengo que hacerlo. Así que me da fuerza para hacerlo. Llegamos a donde llegamos pensando que tenemos

que seguir más. Hebe siempre ha sido una persona que nos da fuerzas.

NPA: ¿Quién te falta?Josefa de Fiore, Pina: Mi hijo, Enzo. Bueno yo lo llamó Enzo, pero él se llama Vicente Fiore. A mí nunca me gustó ese nombre, mi marido se lo puso por el padre, pero para mí es Enzo. Vicente es como si fuera una persona extraña, Enzo es mi hijo.

NPA: ¿Qué futuro veían en 1977?Hebe de Bonafini: No, no había un futuro. Era mañana encontrarlos, pasado encontrar-los. El 77 fue un año de búsqueda insaciable,

incontrolable, desesperada. Una búsqueda de mujeres muy golpeadas, de familias totalmen-te solas, sin que nadie te diera ni la hora. Los maridos casi perdiendo los trabajos. En el 77 ni por casualidad había un futuro. No existía el futuro para nosotras. Era el día a día, la lo-cura por encontrarlos. Cuan-do aparecía uno, decíamos: “Bueno, uno que aparezca va a ser el hijo de todas”. Esas cosas con las que nos conformábamos, con las que nos alentábamos, si querés. Y las reuniones en la clandestinidad, en las casas, que entrába-mos de a una o de a dos para que no nos persiguieran. Todavía no había una cosa muy formalizada. Pero sí, yo venía a la casa de Juanita, a veces. A veces a la casa de María Adela (Antokoletz). Y después todas las veces que

podíamos en mi casa. Pero, no, de ninguna manera, el futuro no existía. Era mañana nada más. Que mañana no es futuro.

NPA: ¿Quién te falta Hebe?Hebe de Bonafini: Treinta mil. Treinta mil uno con Néstor.

NPA: ¿Cuál fue el momento más duro para las Madres?Visitación de Loyola: Cuando nos llevaron los hijos. Cuando salimos y vimos que no teníamos una respuesta de dónde estaban y por qué los llevaron, si nosotras estábamos orgullosas de ellos. Sabíamos que no ha-bían hecho nada incorrecto, que querían lo mejor para todos. Es un momento que te-nemos todas en común. Todas estamos or-gullosas de ellos, de lo que hacían y por lo que luchaban. Eran revolucionarios. Eran un orgullo y son orgullo de las Madres, de los nietos, de los hijos y de todos.

NPA: ¿Quién te falta?Visitación de Loyola: Mi hijo, Roberto Mario Loyola. Tenía 22 años. Y mi nuera, le llamábamos Sandy en la lucha que esta-ba. Y se llama Dominga Maizano. Tenía 21 años y era de psicología.

Las Madres usan sus apellidos de casadas, por-que son los apellidos de las hijas y los hijos.

Beba: Yo creo que el paso fundamental de las Madres fue

hacer de todos uno y hacernos Madres

de todos.”

Elsita: “Venimos contentas, estamos juntas y nos entendemos”.

Chela: “En los primeros tiempos era solamente luchar, pensar, sufrir y no construir nada.”

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8 . Ni un paso atrás

El sentido del pasado

Simplemente, gRAcIAS

Por oscar Isidro Parrilli

El amor, el tesón, la perseverancia, el coraje, las distinguen en el mundo. 35 años de paz, sin violencia, en el camino de sus hijos e

hijas. El proyecto iniciado en 2003 mucho les debe a ellas.

Secretario General de la Presidenciade la Nación

Reclamaban en soledad por la des-aparición de sus hijos recorrien-do pasillos y golpeando puertas

de la burocracia estatal. eran invisibles, hasta que convocadas por Azucena vi-llaflor comenzaron a ocupar el espacio más emblemático del poder, la Plaza de Mayo. es probable que ninguna de ellas tuviera real dimensión de la gesta que comenzaban a protagonizar. Desafiando el riesgo y sin muchos más recursos que el dolor, el amor y el coraje, iniciaron una larga batalla que hoy, 35 años después, todavía no ha concluido.

estos años de lucha ininterrumpida significan para el pueblo argentino el me-jor ejemplo de resistencia pacífica frente a la violencia y la barbarie y a los inten-tos de imponer el olvido, el silencio y la impunidad. demostraron que el amor a la vida puede vencer a la muerte. Que el camino hacia la verdad y la justicia puede construirse en paz, sin violencia y sin ven-ganza. esta lucha ejemplar constituye una fuente de inspiración no sólo para los ar-gentinos sino para los pueblos del mundo que resisten el terror y la persecución.

lograron trascender su tragedia per-sonal para convertirla en la causa de todos. un reclamo individual se convir-tió en un enorme proyecto colectivo con trascendencia histórica y moral. Se con-virtieron en protagonistas centrales de los últimos 35 años.

como espacio colectivo fueron pa-ridas por sus propios hijos, como suele decir Hebe. Desafiaron el poder con su grito silencioso. La propaganda oficial y el terror intentaron convertirlas en sospe-chosas y peligrosas. Mucho tiempo mar-charon solas. Por eso necesitaron encon-trar la manera de ser reconocidas frente a una sociedad aterrorizada. eligieron sus símbolos, estandartes y consignas.

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Ni un paso atrás . 9

El sentido del pasado

Primero clavos, luego pañales y pañuelos blancos con los nombres de sus hijos.

Abrieron el camino para derrumbar éti-ca y culturalmente la impunidad. Su pre-sencia firme e inclaudicable en los años de la dictadura fue un factor central para la creación de conciencia social sobre la perversidad del régimen, aquí y en el mundo y se convirtieron en una referencia ética. lograron mantener viva la memoria y los reclamos de verdad y justicia.

Al principio eran pocas, luego fueron más, pero su importancia nunca se mi-dió en números. las llamaron locas. Sin embargo, indefensas, débiles en apariencia, desafiaron al poder más horroroso y homicida interpe-lándolo con los recursos opuestos. Marcharon en círculo, en paz, en si-lencio, pero con rumbo cierto hacia la verdad y la justicia. Resignificaron la Plaza de Mayo, hablándole al poder político en épocas en las que desde el balcón se le daba la espalda al pueblo. Fueron reprimidas y tuvieron sus mártires pero resistieron marchando.

El regreso de la democracia significó esperanza pero también inmensos desa-fíos. otra lucha comenzaba cuando tu-vieron que pelear contra puntos finales e indultos, que bajo la bandera del perdón y la reconciliación cobijaban los intentos de olvido e impunidad. la consigna “Jui-cio y castigo a los culpables” no estaba ceñida a la idea de venganza sino a la de una justicia completa, sin “peros”.

y llegó el 2003. “Somos los hijos de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo", así se presentaba el ex presiden-te Néstor Kirchner en su primer discurso ante la Asamblea General de las Nacio-nes unidas en septiembre de aquel año. era su primer discurso en este foro y de esta manera anunciaba ante el mundo el lugar central que este proyecto asigna a la defensa de los derechos humanos, afir-mando en forma inequívoca los principios irrenunciables que sostiene la República Argentina en defensa de la persona y su dignidad. No se trata de una agenda ata-da al pasado, sino por el contrario, un ma-nifiesto que nos ha guiado en estos años.

desde el 2003 los argentinos hemos

dado importantes pasos en la lucha con-tra la impunidad frente a los crímenes del Terrorismo de estado. Siempre creí-mos que el reencuentro definitivo de los argentinos no puede provenir del silencio y la negación sino del ejercicio responsa-ble de la memoria. Pero tampoco serán posibles la paz y la reconciliación mien-

tras queden resquicios de impunidad. Así entendida, la reconciliación no es incompatible con la verdad y la justicia; antes bien, la verdad y la justicia, la no impunidad, son requisitos de la verdade-ra reconciliación. lo que repara, lo que reconcilia a los argentinos es la justicia.

Igualdad ante la ley y acción reparadora de la justicia para todos son las claves de la construcción democrática.

Así es que hoy, después de casi tres décadas de democracia, por primera vez los tres poderes del estado han adoptado decisiones coincidentes para preservar los cuatro pilares de la lucha contra la impu-nidad: la memoria, la verdad, la justicia y la reparación. con la declaración de nuli-dad de las leyes de obediencia debida y Punto Final en 2003 por parte del congre-so Nacional, y con la posterior declaración de inconstitucionalidad de aquellas leyes por parte de la corte Suprema de Justicia de la Nación, se logró despejar el camino para la reapertura de más de mil causas por violaciones a los derechos humanos. A ello también contribuyó la anulación en

2003 por parte del presidente Néstor Kir-chner del decreto 1581/01, que dispuso la obligatoriedad de tramitar judicialmente los pedidos de extradición que lleguen al país, privando al Poder ejecutivo de la com-petencia de expedirse sobre cuestiones de fondo relativas a dichos exhortos.

Después de casi tres

décadas de democracia,

por primera vez los tres poderes del Estado

han adoptado decisiones

coincidentes para preservar

la lucha contra la impunidad"

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10 . Ni un paso atrás

los resultados son alenta-dores. Más de 260 condenados por crímenes de lesa humanidad, más de 800 procesados y 21 jui-cios públicos y orales que se lle-varon a cabo durante el 2011. Sin embargo todavía queda un camino por recorrer y algunas barreras por derribar. Pero como señaló la Presidenta de la Na-ción dra. cristina Fernández de Kirchner en su discurso ante la Asamblea legislativa el pasado 1° de marzo, esperamos que “el próximo Presidente al que le to-que hablar en este mismo lugar, el 10 de diciembre del 2015, no tenga que estar arrastrando to-davía la rémora de los juicios por las tragedias que nos pasaron a todos los argentinos”.

Asimismo, en el marco de la política de memoria que han llevado a cabo los gobiernos de Néstor Kirchner y cristina Fernández de Kirchner, declaramos el 24 de Marzo como el día Nacional de la Memoria por la verdad y la Justicia, se convirtieron las instalaciones de los mayores centros de detención y ex-terminio como la escuela de Mecánica de la Armada (eSMA) en la ciudad de Buenos Aires y la Perla, en córdoba, en

espacios de la memoria y la promoción de derechos humanos. También se pro-movió la recuperación y la preservación de documentación vinculada con la re-presión ilegal.

Somos la generación del Bicente-nario y en el 2010 tuvimos la inmen-sa oportunidad y privilegio de pensar y construir esta conmemoración. como no podía ser de otra manera, fueron protagonistas de los momentos más importantes. y el pueblo, otra vez, las abrazó. una multitud que presenciaba el Desfile del Bicentenario estalló en un aplauso cerrado frente a la escena que las representaba, con los pañue-los hechos de luz, como un faro, una guía en el medio de la oscuridad. en el Paseo del Bicentenario tuvieron su propio espacio, una carpa que era un monumental pañuelo blanco y contenía

una “ronda infinita”. Porque nunca dejarán de marchar.

Pero además la lucha de las Madres no se agotó en el reclamo históricamente situado. Su compromiso ha continuado con otros proyec-tos para construir dignidad. Siguen militando incansa-blemente, viajan, discuten, ayudan, educan. Así los pa-ñuelos albergan nuevos sue-ños. una universidad y cien-tos de iniciativas en todo el país dan cuenta de este compromiso

En definitiva, los argen-tinos les debemos mucho a

las Madres. No sólo porque nos ayudaron a no perder la batalla por la memoria, la verdad y la justicia sino porque contribuyeron a construir el sen-tido que adquiere nuestro pasado. las verdaderas democracias son las que pueden examinarse a sí mismas. las naciones con futuro son las que pueden, con valentía, enfrentar la verdad y otor-gar justicia.

Gracias, Madres, por todo estos jue-ves. Gracias por estos 35 años de lucha por la vida. Gracias por la perseverancia, el tesón, el amor y la paz.

Una multitud que

presenciaba el Desfile del

Bicentenario estalló en un aplauso cerrado frente

a la escena que las

representaba, con los

pañuelos hechos de luz, como un faro,

una guía en el medio de

la oscuridad.

El sentido del pasado

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12 . Ni un paso atrás12 . Ni un paso atrás

la democracia no es un bien innato. es una construcción social, que depende de la confianza que tienen

en ella los pueblos y de la convicción de los ciudadanos para defenderla. en el caso de nuestro país, si a alguien tenemos que agradecer por su aporte para la construcción de la democracia moderna, es a las Madres de Plaza de Mayo y a su ejemplar lucha.

esas grandes mujeres que hace 35 años en medio del miedo y el silencio colectivo, por amor a sus hijos desafiaron al poder y pusieron el cuerpo y el alma

para expresar la denuncia pública en

un país ocupado por sus

propias

fuerzas militares; ellas quienes junto a las Abuelas, con su tenaz lucha por la verdad y la justicia, siempre en términos pacíficos, movidas por el enorme amor a la vida, nunca por la sed de venganza, son las que más han contribuido para levantar y sostener los cimientos de la Argentina democrática que hoy disfrutamos. Por eso, tenemos que agradecerles a ellas como a nadie, nuestro presente.

desde el año 2003, el Gobierno Nacional ha asumido el compromiso de trabajar por los derechos humanos, desarrollando una política que recupere la verdad y la justicia para todos. en ese marco, el Ministerio de educación de la Nación ha venido implementando una política educativa firmemente consustanciada con ese compromiso.

educar es un acto político, a partir del cual las sociedades elaboran y seleccionan, a lo largo de su vida histórica,

los contenidos e interpretaciones del pasado que consideran valiosos

para transmitir a las nuevas generaciones.

en Argentina, consideramos una

o b l i g a c i ó n ética y

política incorporar como contenido curricular un nuevo capítulo de nuestra historia más reciente, que incluya lo sucedido en la última dictadura militar inaugurada por el golpe cívico-militar de 1976. Así fue considerado por nuestra ley de educación Nacional, que en su artículo 92 indica que formarán parte de los contenidos curriculares comunes, el fortalecimiento de la perspectiva regional latinoamericana, particularmente de la región del MeRcoSuR, la causa de la recuperación de nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y el ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de estado.

esa dictadura ha dejado marcas de profundo daño en nuestro tejido social, ya que no sólo hizo desaparecer personas, sino que se propuso también hacer desaparecer sus historias, sus ideales y sus utopías. Además, sometió a una tarea de demolición el concepto de solidaridad, de entrega a los demás, de prójimo.

No se trata de “revolver el pasado”, sino de conocer y recordar el terror paralizante que vivió la sociedad, ya que en ese pasado hay delitos que no prescriben y solo conociéndolos

podemos asegurarnos de que aquellas

Al horror y a la muerte tenemos que responderles desde la vida Por Alberto Sileoni

Ministro de Educación de la Nación

“La educación tiene mucho para decir en torno a la memoria, la verdad, la justicia y la defensa de los

derechos humanos”

La construcción social de la democracia

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La construcción social de la democracia

violaciones no vuelvan a suceder. Si los estudiantes de todos los

niveles conocen y aprenden lo sucedido, estaremos mucho más cerca de imaginar un futuro donde sea impensable e impracticable el retorno del horror. el que olvida, repite, y ese olvido debe ser impedido a toda costa.

Fueron muchas las voces de lucha y resistencia a semejante barbarie pero, sin lugar a dudas, las primeras e incomparables, las Madres de Plaza de Mayo han marcado un rumbo definitivo, buscando a sus hijos a partir de la justicia y la recuperación de la identidad.

y creemos que es nuestra obligación como Ministerio de educación y parte del Poder ejecutivo Nacional, abordar el tema de la memoria, la verdad y la justicia; aún más, tenemos la obligación de realizar una verdadera militancia por la construcción de esos valores.

Por eso, nos provoca un enorme orgullo poder trabajar en conjunto con nuestras queridas Madres, desde hace años, sumándonos a la entrañable tarea de formar conciencia social y política.

lo hacemos en la maravillosa iniciativa de unir arte, cultura y memoria en los talleres y visitas que organizan a

través de “el espacio cultural Nuestros hijos (ecuNhi) hace escuela”, en la ex eSMA. También con la producción de diversos materiales y acciones, con las que buscamos dar un nuevo y mayor impulso al desarrollo de la enseñanza de los derechos humanos en las aulas de todo el país. Asimismo estamos cerca del trabajo realizado en la universidad Popular de las Madres, con un enfoque diferente de la enseñanza universitaria.

estamos convencidos de que esta tarea que llevamos adelante forma parte del corazón de la vida educativa, porque de ella depende la formación de ciudadanos críticos comprometidos con los derechos humanos, la democracia y la justicia social.

Hay algunos que afirman que la escuela se “distrae” cuando se ocupa de la enseñanza de valores. estamos en las antípodas de ese pensamiento, porque la escuela es –después y junto con la familia- la institución responsable de transmitir esas enseñanzas imprescindibles para formar seres humanos solidarios y críticos, que puedan reaccionar ante cualquier injusticia, y que sientan como propia la ofensa hecha a otros.

la educación tiene mucho para decir en torno a la memoria, la verdad,

la justicia y la defensa de los derechos humanos. creemos que en las 45 mil escuelas, los 900 mil docentes tienen un papel central al respecto, y consideramos que la inmensa mayoría ejerce esa tarea con cabal conciencia.

como educadores, creemos que al horror y a la muerte tenemos que responderles desde la vida, reafirmando nuestra identidad pero celebrando al mismo tiempo las diferencias, en la tolerancia de poder interactuar con aquellos que nos rodean. esta es la forma de recordar y la democracia que elegimos y defendemos desde el 2003.

con ese horizonte abrazamos con el corazón a las Madres, y renovamos permanentemente nuestro apoyo y compromiso para hacer que este presente que vive la Argentina, se profundice para seguir construyendo una sociedad justa, donde todos estén incluidos, puedan conocer y defender su identidad y hacer oír su voz.

A ellas les debe el pueblo argentino eterna gratitud. Porque esta democracia que vivimos, estas libertades que gozamos, y el deseo de seguir en la búsqueda de más y mejores derechos, han sido posible gracias a su lucha tenaz e inclaudicable.

“Con su tenaz lucha por la verdad y la justicia (...) son las que más han contribuido para levantar y sostener los cimientos de

la Argentina democrática que hoy disfrutamos”

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14 . Ni un paso atrás

Por Bárbara Komarovsky

A punto de conmemorar 35 años de lucha, las Ma-dres visitaron un lugar que no les es ajeno y en el que fueron cálidamente recibidas: hebe de Mascia,

Juana de Pargament y celia de Prósperi estuvieron el miér-coles 21 de marzo por la mañana en el centro cultural casa de la historia y la cultura del Bicentenario, que funciona dentro del complejo Penitenciario Federal de ezeiza donde participaron del panel “derechos humanos por la Memoria, la verdad y la Justicia”.

hebe, Juana y celia llegaron a ezeiza para decir presente en la primera conmemoración que se hizo del día de la Memo-ria por la verdad y la Justicia dentro de un penal. Allí compar-tieron casi dos horas con unas 50 internas que escucharon de primera mano sus historias de vida, de enfrentamiento a la dictadura y de resignificación de la lucha de sus hijos.

Al abrir el acto, el director nacional del Servicio Penitencia-rio Federal (SPF), víctor hortel, reconoció que era “importante” que el SPF “se haga cargo de su historia, de su participación y empiece a revisar qué fue lo que se hizo, quiénes fueron las personas que lo dirigieron y, eventualmente, en qué participa-ron en la época de la dictadura militar, que para nosotros es la

parte más trágica de la historia nacional”.“Nuestra historia tiene que ser contada, pensada y sentida

en todos los minutos de cada día pero no sólo (por parte) de los que ya la vivieron. hay una obligación; es parte de la historia ar-gentina que se quiere tapar, que se quiere esconder, de la que no se quiere hablar y se mira para otro lado. esta historia tiene que estar presente y se tiene que sentir siempre en carne viva como que está fresca”, exhortó Juana con la mirada posada en las más de 50 internas que la escuchaban atentamente.

Con voz firme pero pausada, Juana evocó las vidas de sus hijos: “Primero lloramos y después conocimos lo que nuestros hijos querían, en qué andaban. los veíamos que se reunían, que divagaban, que leían, que discutían; estábamos al mar-gen. Pero cuando estos (dijo, acentuando la palabra) tomaron el poder y empezó la tragedia de la represión indiscriminada en la que se los llevaban de las calles, de los vehículos, de los talleres, de los colegios secundarios, de las universidades, las Madres presentimos como madres que algo pasaba en serio”.

En el relato fluía la carga emotiva al recordar los prime-ros momentos de desesperación ante el secuestro del hijo y la bronca por la desidia con que las trataban en la calle.

Los pañuelos blancos en la cárcel

DEL OTRO LADO de LA ReJA

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“Pero qué nos importaba –desafió Juana-, el dolor estaba latente, el hijo no volvía. Éramos muchas, muchas que sentía-mos lo mismo. Nos dimos cuenta que algo tenían que cambiar, ya se vislumbraba una lucha, una lucha profunda. No volvían y había que luchar, no llorar”.

“entonces fue cuando se produjo algo único: se socializó la maternidad y se entendió que la lucha no debía ser individual sino conjunta y fuerte; con ese concepto comenzamos a luchar por todos”, recordó. “Aprendimos lo que era la política. Aprendimos por qué ellos (los hijos) se reunían, por qué querían lu-char, por qué querían ese cambio revolu-cionario en esta sociedad nuestra”.

“Nos anexamos a la lucha y empe-zamos a luchar como fieras, defendien-do lo nuestro, denunciando lo que se estaba produciendo en el país. Ahora se cumple un año más pero estamos firmes; los años pasan, los llevamos a cuestas pero eso no implica que aflo-jemos, que entreguemos lo que nos queda, ¿o no?”, desafió Juana a las internas que seguían con atención su relato, quizás encontrando alguna simi-litud con sus propias historias de vida.

en el centro cultural de la unidad, que hace las veces de aulas de estudio para las internas o de espacio para la recreación, Juana les habló a las muje-res del “compromiso de continuar”. “las Madres lo hacemos en nombre de los que no han vuelto pero que entregaron lo mejor de sí, la vida, por la familia, por la causa, por la patria y las Madres los comprendemos y ahora sólo pedimos no olvidar, no perdonar, pero que haya una verdadera justicia”.

A su lado, celia de Prósperi recordó que “la lucha no co-menzó en los años ’70” porque durante todo el siglo XX los cortos períodos de democracia fueron clausurados por la toma del poder por parte de las Fuerzas Armadas. y aseguró que para sus hijos el cordobazo fue el hito político que los marcó “para luchar en contra de la dictadura”.

“Nosotras aprendimos de ellos, no nos dimos cuenta en qué estaban trabajando hasta que desaparecieron y a partir de socializar la maternidad vimos que había que ir para adelante, procurar (cumplir) los deseos de nuestros hijos”, afirmó.

celia enumeró los logros de las Madres: el boletín que más tarde se transformó en diario, la revista, el programa de Tv, las

construcción de viviendas, el espacio cultural Nuestros hijos. y el orgullo de todas, la universidad, que este año cumple 12 años que se suman a las tres décadas y media de lucha de las mujeres de pañuelos blancos.

“Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”, corearon en el auditorio una vez concluidas las palabras de Juana y de celia un grupo de adolescentes y jóvenes de agrupaciones políticas que llegaron hasta ezeiza para escucharlas. Algunas de las internas también se animaron a ensayar algunas estrofas o simplemente acompañar con aplausos.

A los testimonios de las Madres, siguió el de Abuelas, h.I.J.o.S, Familiares y el de los funcionarios

nacionales. Al finalizar el panel, las internas rodearon a las Madres que caminaban soste-nidas por algún brazo amigo. las mujeres, con sus pañuelos blancos las alentaban con un

“hay que seguir” y ellas les respondían “son un ejemplo”. Alguna se acercó y les confió

que su mamá también estaba peleando para que ella pudiera salir pronto en

libertad. cerraba así un encuentro histórico con los pañuelos blan-

cos en la cárcel.

Ni un paso atrás . 15

Los pañuelos blancos en la cárcel

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16 . Ni un paso atrás

La maternidad a través de la historia

El vientre del mundo

Es común considerar que, en ciertos rubros, el mundo siempre ha sido básicamente igual al que conocemos

hoy. Niños han nacido siempre, desde que nuestra especie habita este planeta. Sin embargo, ciertos roles han experimentado cambios absolutos a lo largo del tiempo y algunos conceptos fundamentales, como

el de la maternidad, dan cuenta de esto. “Madre hay una sola”, amor maternal, sacrificio, placer,

incondicionalidad, sufrimiento, tareas domésticas, alegría, educación, abnegación, procreación, instinto o tarea que puede aprenderse. Cada definición esconde

una ideología y es hija de su tiempo histórico.

Por liliana Szwarcer y Andrés “Gato” Martínez

el concepto de maternidad como conjunto de significados y creen-cias presenta una evolución his-

tórica marcada y se interrelaciona fuer-temente con las nociones de crianza y rol femenino en cada sociedad y época. cada momento histórico nos habla de un modelo de madre y un modo de entender al mundo a través de esa mirada. Parir es una capacidad femenina que colecti-vamente define la posición de las muje-res en el mundo. Pero ¿qué es la mater-nidad? ¿Se trata sólo de concebir y criar? como cachorros recién venidos al mun-do, los niños y las niñas necesitan de ese

resguardo y protección que las madres pueden darles. Pero eso nada tiene que ver con la beatificación y la ubicación de la mujer en determinado rol social sub-sumido, o en el mandato de ser la repre-sentación viviente de la estampita parro-quial, con el niñito en brazos.

en occidente, la feminidad y la se-ducción quedan alejadas de una mujer cuando se la representa con chicos o em-barazada. de esta manera, se las envía derechito a su casa, a lavar los platos y a cuidar a los chicos. ¿Acaso no hay un juego paradojal con la maternidad in-cluso en el matrimonio? ¿Por qué para

muchos la “madre de mis hijos” deja de ser “la mujer de mi vida”? Repensar es-tos temas a la luz de los 35 años de la lucha de las Madres de Plaza de Mayo nos lleva a reflexionar sobre las nociones de maternidad y los cambios que ha experi-mentado este concepto. las Madres deci-dieron ser madres de todos los detenidos desaparecidos, pidiendo por todos y cada uno, dando un sentido colectivo a su lu-cha. la maternidad es condición humana y la maternidad socializada, así como la vivencian las Madres, implica explorar lo mejor de ella. ¿es que acaso el socialismo no nos muestra otros modos de habitar

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Ni un paso atrás . 17

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18 . Ni un paso atrás

el mundo? ¿Por qué no podemos ver a la maternidad como algo inherente a todos nosotros, si somos y nos sentimos parte de un todo llamado humanidad?

Para cambiar el mundo también hay que cambiar las ideas; entre ellas, es preciso repensar la de maternidad.

Tiempos de lunalas deidades femeninas dominaron

un largo período de la historia de la hu-manidad. esas diosas que nos han lle-gado en forma de estatuillas muestran desmesurados vientres y senos enormes, porque señalan lo que más importaba en ellas: la posibilidad de fecundar. en esas sociedades sedentarias, pacíficas, que veneraban a la Tierra porque necesitaban sus alimentos, la organización era ma-triarcal. Puesto que la vida nace del cuer-po femenino, era natural que éste la sim-bolizara y representara a la deidad mayor. la participación paterna en el proceso de la vida era desconocida, en tanto la de la mujer era evidente. Así, el universo todo se percibía como una madre bondadosa que da de sí desinteresadamente. en es-tas sociedades primigenias, la adoración

a las diosas madres también se basaba en un fenómeno visible: las fases lunares, que marcaban el tiempo de la fecundidad y de la procreación y regían las mareas y crecidas de las aguas.

diosas y vírgenes

ya en la mitología griega, el panteón es ocupado por una multitud de divini-dades principales y secundarias, que ostentan características y rasgos distin-tivos. las diosas vírgenes son las que mantienen su criterio e independencia, en tanto las casadas aparecen subor-dinadas y limitadas a cumplir los roles tradicionales de esposas e hijas. Preci-samente, demeter, la diosa de la mater-nidad, pertenece a este segundo grupo. ella se ocupa del cuidado y bienestar

de los otros: ésa es su alegría. Tiene su contrafigura en la bella Afrodita, sensual diosa del amor. una vez más, se nota la polarización en roles estereotipados y excluyentes: una será para la cama y la otra para la casa.

el ideal judeocristiano imprime una huella profunda en el modelo de mater-nidad y el concepto de mujer: de ellas, la primera que aparece en la Biblia es eva, nacida de una costilla de Adán y culpa-ble de su perdición. Sin embargo, en el folclore mesopotámico, el primer hom-bre tuvo otra mujer antes que ella: lilith, que abandonó el edén para partir con su amante y convertirse en bruja. era malísi-ma, pero igual fue madre, de demonios, claro, como corresponde a una perdida, a una mujer de su calaña.

eva misma estaba destinada al hom-bre desde su nacimiento, pues sólo fue creada para aliviar la soledad de él. Para asegurar el orden que le interesaba, esa sociedad necesitaba de una impoluta virgen madre, devota de su hijo. Así, la moral propalada desde la Iglesia reforzó el lugar secundario y subordinado de la mujer.

Brujas y madresÉpoca oscura, la edad Media europea:

precisamente, uno de los períodos más mi-sóginos de la historia es el que se extiende entre los siglos IX y XIv. No hubo por enton-ces ningún modelo femenino viable: por un lado estaba eva, que arrastraba consigo el pecado y la muerte, y por el otro su con-trafigura, María, tan cargada de atributos de perfección que resultaba inalcanzable para cualquier mujer normal.

la Inquisición, cruel y disciplinante, embistió contra todos pero se ensañó más con las mujeres, para garantizar su sumisión. en el marco del matrimonio, el único objetivo era procrear y la materni-dad se vio limitada a lo fisiológico: emba-razo, parto y lactancia. los hijos, por man-dato impuesto, eran la prioridad absoluta

de la mujer, pero los varones no podían ser educados por ella: ese rol importante lo asumía el padre. las niñas, en cambio, quedaban al cuidado de sus madres, ya que recibían una instrucción limitada a lo doméstico y, eso sí, con severísimas re-glas destinadas a preservar su castidad. en otras clases sociales, los niños podían tener cierto valor en relación con su utili-dad económica, ya que se los mandaba a trabajar desde los seis años. en los hijos se invertirá tanto como podría obtenerse luego de ellos.

con la Revolución Francesa y Rous-seau comienza a cambiar esta valora-ción: se considera que el niño es un ino-cente, se repudian los castigos físicos, se jerarquiza la educación. Más tarde, otra revolución, la industrial, reemplazará la

Para la clase obrera, poco o nada habrá cambiado: los chicos seguirán trabajando

duramente, al igual que sus madres.”

TIERRA MADRE Los muy tontos no saben lo que dicen./ Para decir tierra dicen madre,/ para decir madre dicen ternura,/ para decir ternura dicen entrega./ Tienen tal confusión de sen-timientos/ que, con toda razón,/ las buenas personas que somos/ las llamamos salvajes. Gustavo Pereira, poeta venezolano.

Antes de que el hombre blanco europeo pusiera su pie en nuestro continente, muchos pueblos americanos adoraban a la tierra, madre vigorosa y potente. En la división de roles y trabajos (que en parte subsiste aún hoy en día en las poblaciones aborígenes campesinas), el hombre era el encargado de sembrar y la mujer de cosechar, en tanto el resto de la familia (los chicos, pero también los an-cianos) se encargaba de la acumulación y de la preparación de los alimentos. Los integrantes de pueblos originarios nunca cortaron sus lazos con la natu-raleza y mantuvieron el sentimiento fuerte de ser hijos de la tierra. Desde esa cosmovisión, hoy ellos se erigen en los verdaderos guardianes del mundo, por-que han sabido cuidar a nuestro planeta para legarlo a los hijos de todos.

La maternidad a través de la historia

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Ni un paso atrás . 19

La maternidad a través de la historia

agricultura por trabajo a sueldo como for-ma de vida. en la burguesía, las mujeres establecerán su dominio puertas aden-tro, en tanto los hombres se ocuparán de todo lo relativo al afuera. es entonces que ellas quedarán a cargo de todos los niños, sin distinción de sexos. Para la cla-se obrera, poco o nada habrá cambiado: los chicos seguirán trabajando duramen-te, al igual que sus madres.

La mujer nuevaRecién en la segunda mitad del siglo

XIX el concepto de maternidad se asocia con el de crianza. en ese momento se ins-tala una valoración muy positiva de ambas acciones y de quien las realiza: la mujer. Por este camino, de a poco y con exagera-ciones, nuevamente se pierde el rumbo y

se llega a la idealización de la figura mater-na. Se supone que, desde ese rol totaliza-dor, la mujer alcanzará su pleno desarrollo personal. Para esto, tan sólo debe procurar el cuidado de la familia y cuidar de que sus hijos sean perfectos y saludables. (obvia-mente, si eso no ocurriera, la culpa sería to-talmente de ella y de sus malas prácticas). en este marco cultural se considerará que

las mujeres tienen la capacidad natural de amar y de comprender, además de estar dotadas de sabiduría e infalibilidad ¡dema-siada exigencia! Ni arrastradas, ni inútiles, ni santas, ellas mismas han debido inter-pelarse, descubrirse y luego mostrar quié-nes son y qué quieren.

en nuestro país, en los años setenta, muchas mujeres, buenas madres y amas de casa o trabajadoras, debieron dejar sus vidas de un día para el otro, cuando les arrancaron a sus hijos. Frente a ese dolor inhumano, ellas se descubrieron otras, con capacidad de luchar y de organizarse, dueñas de una fuerza que ni sabían que tenían. de esa transformación y del con-cepto revolucionario que desde ese lugar las Madres supieron generar hablan sus 35 años de lucha.

Parir es una capacidad femenina que colectivamente define la posición de

las mujeres enel mundo.”

HIjOS DE TODOS, MADRES DE TODOSEste año, apenas terminados los actos en conmemo-ración del golpe del 24 de marzo, el lunes 26, Ernesto Espeche –director de Radio Nacional de Mendoza e hijo de desaparecidos– publicó una nota de opinión en el matutino Página 12. En ella se pregunta una vez más, como en los últimos 35 años, acerca de sus padres. El texto se titula ¿Cuándo vienen?Casi al finalizar, hay un párrafo que de alguna mane-ra tiende un puente dialéctico con el concepto de la maternidad y con la reconstrucción de su historia y la de sus padres: “Soy hijo de Carlos y de Mecha, y de los 30 mil desapa-recidos”, me sorprendí diciendo en una tarde de marzo. Así como las Madres de Plaza de Mayo socializaron su maternidad, los hijos socializamos nuestra condición. Ese paso crucial no es un reflejo mecánico ni supone la ausencia del vacío y la desolación como sentimientos primarios. Es, más bien, parte de un proceso político complejo y lleno de contradicciones que opera como contenedor de las individualidades y como impulsor de nuevos relatos que intervienen en la lucha simbólica por definir los márgenes de la memoria colectiva. Entonces, la memoria de un pueblo sobre su pasado no puede ser penetrada sino a través de la constitución de identidades colectivas que son, a su vez, mucho más que la suma de las identidades personales”.

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20 . Ni un paso atrás

de lA ReVOlUCIÓNLa semilla

En estos días en que compartimos 35 años de convivencia social junto a la maravilla de un colectivo de mujeres que una y otra vez derrota la muerte y la traición, nos proponemos reflexionar en torno a uno de los aportes principales del movimiento Madres de Plaza de Mayo a la cultura política de las corrientes emancipatorias: la socialización de la maternidad.

Por Inés vázquezAntropóloga social. Rectora de la universidad Popular Madres de Plaza de Mayo

Esa generación sembró -aunque fuera imperceptiblemente en aquellos momentos-,

su semilla de revolución también en sus hogares de origen.”

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Iconografía popularSOCIALIZACIÓN DE LA MATERNIDAD

las Madres representan un corte cultural y político con la sociedad del genocidio, el que a su vez re-

presenta la expresión extrema de la vio-lencia, a veces secreta, a veces desem-bozada, que fundamenta a la sociedad capitalista.

un corte, una revolución, una res-puesta desestructurante y novedosa en contexto.

Si formadas en las leyes de la bue-na maternidad reinantes en la primera mitad del siglo XX, es decir, interés por el propio hogar, el propio esposo, los hi-jos propios, y desinterés inducido por los hechos del mundo político, social, eco-nómico, el cual les ha sido presentado como ajeno a su pequeña y aislada vida hogareña, ellas construyen la interven-ción pública y colectiva que ningún gru-po de oposición a la dictadura considera oportuno ni eficaz promover: acudir a la Plaza de Mayo en pleno estado de terror blandiendo la pregunta que los genoci-das no tienen previsto responder, al am-paro de su sanguinaria política: ¿dónde están nuestros hijos?

Al conseguir fisurar el cerco de te-rror, no sólo mediante su singular acto de valentía, sino fundamentalmente, por su acción de plaza abierta, desorga-nizante para el enemigo y fuertemente cohesionante para el grupo de madres movidas por una compleja alquimia de

amor, razón ética y humana desespera-ción, hacen tambalear a los dictadores, y por esa vía, a la vez que atraviesan el espanto, doloridas y desoladas, lo van dejando atrás para sí mismas, aunque ese espanto las siga rodeando y aco-sando.

lo atraviesan, colectivamente, toma-das de la mano, marchando en círculo, y de ese modo van generando procesos de conocimiento y conciencia revelado-res de la índole criminal de ese mundo pretendidamente ajeno en que habían sido educadas para que, a su hora, re-anudaran esa educación reproductora de los lazos de dominación, en las vidas de sus hijos e hijas.

Sin embargo, la dinámica del pro-ceso histórico en la segunda mitad del siglo XX impactó con sus cambios la ge-neración de sus hijos. obreros y obreras, estudiantes, profesionales, intelectua-les, religioso/as, guerrillero/as, toma-ron esos cambios en sus manos y los lanzaron a una nueva dimensión social y política que buscó revolucionar, liberar y construir un socialismo emanado de esta tierra, inmerso en sus historias de lucha recientes y seculares.

de ese modo, incluso antes de la angustiante realidad de sus secuestros, esa generación sembró -aunque fuera imperceptiblemente en aquellos mo-mentos-, su semilla de revolución tam-

bién en sus hogares de origen. cuando las Madres, ya colectivo

político enfrentando al terror, comen-zaron a preguntarse para sí mismas, en lo más hondo de su experiencia ma-terna -tan plena como desquiciada por el genocidio- ¿dónde están nuestros hijos?,¿quiénes son nuestros hijos?, ¿cómo los reivindicamos?, en muchos casos, encontraron hebras de respues-tas en aquellos fragmentos de vida coti-diana donde el hijo, la hija, despertaba en ellas cuestionamientos como al pa-sar del individualismo al uso, preguntas inconvenientes frente su visión tradicio-nal de las cosas, ejemplos prácticos que entonces no les resultaron tales, sino exageraciones y hasta equivocaciones de los chicos: en suma, la revelación de un mundo brutal, pero a la vez, supera-ble por la acción revolucionaria de un pueblo, de una sociedad de la que ellas, al cabo, también eran parte.

Al atravesar el genocidio del modo particular en que ellas lo han hecho, lle-garon al fondo de los valores capitalistas -no porque éstos resulten especialmen-te profundos, sino porque en la sociedad escindida y alienada que proponen, se presentan velados, escondidos, disfra-zados de bien común e interés general cuando, en verdad, representan la per-petuación de la desigualdad con fines de explotación de las mayorías y de acu

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22 . Ni un paso atrás

mulación de riquezas en beneficio de un reducido sector dominante.

llegaron a ese fondo, o lo develaron, y en ese mismo instante se vieron ubica-das frente a la barbarie capitalista, en soledad contextual, rodeadas de terror, pero dotadas de una fuerza propia pro-veniente de aquella maternidad -amoro-sa, fundada en el conflicto ético, y por esa conjunción de afecto y ética, huma-namente desesperada frente al impe-rio de la crueldad- que traía consigo la semilla revolucionaria aportada por sus hijos e hijas en vida.

Semilla-talismán felizmente ateso-rada por este grupo de madres que, atravesado el espanto y frente a la cara desnuda, sin secretos ahora del orden de dominación capitalista, a la usanza de la antigua sabiduría campesina, la encierra entre sus manos para que crez-ca nueva, vigorosa, en la tierra fértil de sus propias vidas.

he aquí las múltiples direcciones en que se dispara la socialización de la maternidad. un proceso riquísimo

protagonizado por las Madres de Plaza de Mayo que permanentemente aporta nuevas experiencias y en tanto tales, nuevas herramientas para el trabajo revolucionario.

en la expresión más habitual de las Madres, la socialización de la materni-dad implica la decisión colectiva de lu-char todas las Madres por todo/as lo/as hijo/as. Fácil parece escribirlo y com-plejo llevarlo a la práctica, hasta sus últi-mas consecuencias.

este rico proceso ocurre -de manera dinámica y hasta enredada, rompiendo secuencias lógicas-, tanto a partir de ellas y hacia la sociedad en su conjunto, como desde los sectores más revolucio-narios que alguna vez anidaron en esa sociedad hacia ellas mismas.

Aproximemos significados posibles. Socializar: abrir, compartir, darse a la multiplicidad. Maternidad: cuidados, ter-nura, nacimiento, proyección de la vida.

las Madres socializan su ser ma-dres: abren su experiencia maternal y esto sucede en dos direcciones, hacia

la maternidad vivida, y entonces, apare-cen, significan y resignifican las semillas de su progenie y, consecuentemente, pueden considerarse a sí mismas, hijas de sus hijos.

y también abren su ser madres, ya conmocionado por el terror y ya sensi-ble a los movimientos germinales de la siembra de sus hijo/as, hacia el devenir futuro; entonces, maternizan la preocu-pación por el destino del mundo y sus seres vivos, impulsan a la responsabili-dad maternal por todos los hijos e hijas que luchan, padecen o enfrentan situa-ciones de injusticia.

cuando en 1988, las Madres par-ticipan por primera vez de un acto en recuerdo de ernesto che Guevara, mar-cando un hito interno en la apropiación del socialismo latinoamericano, lo ha-cen aportando este conjunto de elabo-raciones propias, tanto prácticas como argumentativas, que las condujo a en-frentar singularmente el genocidio y por ese camino, con el rigor de no mentirse por atroz que pueda resultar la realidad,

Socializar: abrir, compartir, darse a la multiplicidad. Maternidad: Cuidados, ternura, nacimiento, proyección de la vida.”

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a deconstruir cada trampa tendida por el sistema de opresión, fijando, simultá-neamente, las bases de su ruptura cul-tural y política.

Si los genocidas no respondían, con el objeto de desalentar la búsque-da, se plantean la permanencia en la Plaza del reclamo. Si las llevan por el camino individual buscando colocarlas detrás de los restos de sus seres que-ridos, se plantean la renuncia histórica a esos restos en pos de cohesionarse y no desandar el camino trazado por Azu-cena Villaflor al citarlas de conjunto en la plaza pública. Si el sistema insiste en degradar, asimilando las vidas huma-nas a un cálculo monetario –operatoria cotidiana de un modo de producción y de existencia que se anuda entre la mercancía y el dinero, a través de los cuerpos de quienes los producen sin gozar sus beneficios-, ellas instalan una discusión extraordinaria acerca del carácter de la acción militante, que no mide cálculos, ventajas ni riesgos, y las espurias tácticas de la impunidad posdictatorial. Si el enemigo impone la muerte y con ella la pretensión de clau-sura y derrota, ellas se hacen fuertes en

la multiplicidad de formas vitales con que se lanzan a la lucha construyendo su magnífica diferencia con el sentido común de los tiempos oscuros.

la socialización de la maternidad se compone de pasos dados por estas mu-jeres madres sorteando y repudiando el desaliento, el egoísmo, la conveniencia económica, la muerte misma ofrecida de incontables modos por esa cultura letal, mucho más allá y mucho antes del crimen directo.

decimos proceso dinámico y des-ordenado, como la vida misma, el que protagonizan; pero al fin con un principio rector que las orienta sin encorsetarlas. Justamente ese, la vida misma, que es lo que les permite abrir lo que de otro modo, permanecería sepultado, ahoga-do en llanto y sangre, concluido.

la semilla de la revolución actuan-do en ellas da indicios de los increíbles caminos que encuentra la vida misma para atravesar el genocidio y llegar con su mensaje regenerador a la estación futura que la sombra del terror no pue-de conjurar.

las Madres, fundamento de otra cul-tura y otra política para nuestra y otras

sociedades, han aportado su potencial de cambio en dos planos que, de a poco, a paso de un pueblo que recoge sus se-millas liberadoras, se van encontrando en la nueva gesta nacional, popular, lati-noamericana. Por un lado, han brindado gestos concretos de maternidad colecti-va hacia la sociedad aterrorizada y casi sin piel, acercándole la presencia cálida del semejante, del otro y otra como si fuera una. de unas y unos como si fue-ran modulaciones del ser otro, otra. la responsabilidad y el cuidado como vi-bración de los cuerpos vivos.

Por otro lado, le han aportado a las experiencias socialistas su propio reco-rrido, remozándolas, poniéndolas a vivir en el aquí y ahora de nuestras urgen-cias emancipatorias. Ni calco ni copia, creación original y desde ya, heroica. Permanencia, vitalismo, colectivización, innegociabilidad de la vida. valores, prácticas, categorías políticas que no duermen en los libros que el odio o las modas desplazan del interés intelectual y la cultura militante, sino que aconte-cen en el centro de la plaza pública, jue-ves a jueves, en círculo y con pañuelo blanco.

Ni un paso atrás . 23

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24 . Ni un paso atrás

entonces aparecieron ellas, y hasta la invisible y maldita censura debió retroceder.

Quien no haya visto la imagen en blan-co y negro debe apresurarse y buscarla en ese túnel del tiempo en que se ha con-vertido You Tube. Allí se ve a unas Madres en la Plaza, hablándole a un enflaquecido micrófono de largo alcance. No hay perio-dista. o al menos el editor decidió no con-cederle protagonismo. la voz de la última

madre que habla ya es inconfundible: “Ayúdennos, ustedes son nuestra última esperanza”.

la prensa era la última esperanza de las Madres en 1978, en pleno Mundial de Fútbol. Pero la prensa argentina ni lleva-ba micrófono ni cubría de alguna u otra manera las marchas de los jueves a las 15.30.

ese micrófono de largo alcance que se ve en la nunca desgastada escena, era de

los holandeses quienes grabaron aquella nota y la conservaron.

las palabras de las Madres –enton-ces– viajaron hacia europa. Por primera vez en la Tv de españa, de holanda, de Francia, se contaba con el tape de aquella plaza. limpio y claro llegaba el mensaje doble. en la Argentina había desapareci-dos y crímenes. en la Argentina no había periodismo local para enfrentar a la dic-tadura.

Tres etapas han caracterizado el tratamiento brindado por los medios de comunicación hegemónicos a las Madres. Del silencio y ninguneo de los primeros tiempos de la Dictadura

(al que las Madres enfrentaron con la herramienta de la prensa extranjera), hasta el actual estado de guerra y censura que los monopolios desatan contra los pañuelos blancos. En todos los momentos, o el ingenio, o la movilización, desafían y vencen a la mano larga y envejecida que porta una tijera.

Y NO PUDIERON CALLARLAS

Por Pablo llonto

Las Madres y los medios

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Ni un paso atrás . 25

Iconografía popular

la forma que encontraron las Madres, en esos años, fue la recurrencia a la pren-sa extranjera. hacia allí se dirigieron y se gestaron los mayores esfuerzos tendien-tes a romper el bloqueo que las botas militares y las botas civiles les habían im-puesto en su propia tierra.

en las hemerotecas abundan no sólo las muestras del ninguneo al que fueron sometidas. También es interesante apre-ciar cómo se las trataba: editorial Atlánti-da, propiedad de la familia vigil, y su brazo ejecutor –el cuasi coronel Samuel chiche Gelblung (director de la revista semanal GeNTe)–, llevaba, de lejos, la delantera. Fue en la calle Azopardo donde se gesta-ron las ideas más terribles para aniquilar su voz, su presencia. y no fueron las fa-mosas postales de Para Tí el arma más letal que probaron. Allí están para su exhi-bición en el Museo del horror Periodístico, las notas inventadas a una madre que se encontraba secuestrada en el centro clan-destino de la eSMA (reportaje fraguado que hoy forma parte de una investigación judicial en delitos de lesa humanidad), las páginas dedicadas a un falso lugar de detención donde trataban a los “subversi-vos” poco menos que de pasajeros de un hotel cinco estrellas, los viajes a europa de Gelblung para denunciar a todas las organizaciones afines a las Madres como agentes del marxismo internacional.

era una orden bien clara la que rein-cidía todos los días en las redacciones, en especial en la sección Política de cada medio. de las Madres, ni mu.

de aquellos años de intemperie, cuan-do no había local, ni universidad, ni acti-vidades culturales, casas construidas, ni ecunhi, cuando se trataba de escucharlas no por su tarea demoledora de militancia y solidaridad, sino por el más grande de los reclamos (vida y libertad) no ha queda-do casi una señal para enorgullecerse de nuestra prensa. Nos estamos refiriendo, claro, al período de mayor silenciamiento el que transcurrió entre 1976 y septiem-bre de 1979 (visita de la comisión Inte-ramericana de derechos humanos). la etapa en que más necesitaban prensa y periodismo, las Madres tuvieron menos prensa y periodismo al lado de ellas. Por

eso aquello de la “última esperanza” que-dará para siempre como quien pide una gota de agua en el desierto.

Por eso los nombres de Pierre Bous-quet, subdirector de France Press, las propias agencias AFP, Reuter, eFe, ANSA, Prensa latina y Tass y tantos colegas anó-nimos y de español poco fluido, tendrán mucho que ver en el historial de las fotos y artículos que permitieron visibilizarlas.

cuando las Madres cumplan en abril 35 años de lucha, la censura sobre ellas también cumplirá años. en estos tiempos, son los medios de comunicación infames, los viejos aliados de la dictadura, los que juegan a que son periodistas cuando en realidad son ladrones enriquecidos con la venta de mentiras. Allí es donde hoy se refugia la censura y la autocensura contra las Madres.

el periodismo del establishment ar-

gentino, caracterizado por su falta de co-raje y sus negociados con los grandes gru-pos económicos (de los cuales además son socios comerciales) “descubrió” a las Madres cuando ya sonaban los clarines de la retirada.

luego de ser instrumentos amables y gozosos de la dictadura, los diarios de mayor circulación, los conductores de los programas de radio, pasaron a la etapa en que las violaciones a los derechos humanos, sus noticias, sus informes, sus reportajes les servían para mejorar el ren-dimiento de sus “productos”. como dicen los chicos de ahora, publicar denuncias sobre torturas y asesinatos y centros clan-destinos… ¡garpaba bien!

Fue el llamado destape en los años 1982-1983 y los primeros de la democra-cia. Para entonces, las Madres aprovecha-ron esa primavera y fue también en ese

“En la Argentina había desaparecidos y crímenes. En la Argentina no había

periodismo local para enfrentar ala dictadura.”

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26 . Ni un paso atrás26 . Ni un paso atrás

comienzo ochentoso cuando se gestó, de distintas maneras, la elaboración de un periódico de las Madres o de distintas vías de prensa alternativa.

el cerco, sin embargo, retornaba con diversos disfraces. Sucedió durante el go-bierno alfonsinista que la concurrencia de las Madres a los canales públicos y ma-nejados por el estado no era bien visto. el temor a los militares caracterizaba a Alfonsín y a sus militantes que maneja-ban los medios. de hecho, el Juicio a las Juntas recibió el sablazo de la maquilla-da censura: no iba a emitirse por la Tv. en clarín, el jefe de Política, Joaquín Mo-rales Solá vertió la directiva de controlar personalmente toda noticia referida a los organismos de derechos humanos y llegó a escribir en un editorial dominical para despotricar sobre ellas, que “las Madres pedían el cadalso para los militares”. Que-ría mostrarlas agresivas, vengativas, y ale-jadas de la Justicia.

Para la década del 80 y del 90 y los primeros años de este siglo, el zigzagueo de los gobiernos y de los dueños de los medios más leídos convirtió a la censu-ra en un mezquino vicio que se movía por impulsos. combinaba amnesia con

desinterés. combinaba alfonsinismo con menemismo y delarruismo, tres ismos del poder que veían a las Madres como un movimiento molesto, de reclamo per-manente. ya no sólo pedían por sus hijos, ahora pedían por la felicidad, la alegría y el bienestar del pueblo.

entonces debían ser silenciadas u ol-vidadas, como parte de la represión infor-mativa a todo aquello que se moviese y fuese opositor. las Madres sólo existían para ATc o canal 7 o radio Nacional cuan-do se acercaba el 24 de marzo, o una fe-cha ligada a los tiempos oscuros o cuando alguna noticia vinculada a los genocidas lo hacía conveniente.

Pero ya era tarde para ellos. las Ma-dres no pasaban inadvertidas para la ma-yoría de los argentinos. y mucho menos hebe. ya era tiempo de otros medios (mu-chas radios alternativas, muchas revistas comprometidas) y de otros periodistas. con ellos y con el empuje de los jueves o la presencia en cuanto escenario de lucha existía, el muro volvía a caer. Al silencio y la ignorancia, digamos, se lo combatía con calle, más actividad, y más y más pre-sencia allí en los lugares donde el campo popular resistía. las Madres de Plaza de

Mayo parecían estar al mismo tiempo en todas las plazas y movilizaciones de todo el país.

eran los tiempos además, de aquello que osvaldo Bayer llama el tránsito de la angustia a los sueños. la gesta de los pro-yectos y maravillas que las Madres fueron pariendo de los 90 en adelante y que no sólo no se detienen sino que hacen pie en el campo de la comunicación, el campo que más molesta a los medios.

el ahogo informativo se dirigió, enton-ces, hacia las obras de las Madres. es decir, censura doble. Basta preguntarse, ¿cuándo fue que la gran prensa y los pe-riodistas “renombrados” descubrieron las miles de casas que construía la arrollado-ra vitalidad de ellas?

Nunca paralizadas, destapando la mano que pretendían colocar sobre sus bocas, las Madres llegaron a 2003 con esa incertidumbre que nos frecuentaba a todos. la llegada de un gobierno que rom-pía lentamente con viejas prácticas políti-cas, causa cierto impacto y, vale recordar-lo, cierta desconfianza en sus comienzos. La definición por una política de Derechos humanos a fondo y la mano y el abrazo extendido a las Madres por parte de el

“En Clarín, el jefe de Política, Joaquín Morales Solá vertió

la directiva de controlar personalmente toda noticia referida

a los organismos de Derechos Humanos.”

Las Madres y los medios

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Las Madres y los medios

Flaco Néstor, cambió también la relación de los medios de comunicación estatales con las Madres.

ya no se tendría que solicitar un espa-cio. cámaras y micrófonos estaban a dis-posición de ellas y las coberturas de los jueves a la tarde no serían espasmódicas sino continuas. la obra de las Madres, sus infinitas actividades de educación, cultura, comunicación, salud, viviendas, libros, formaban parte de la agenda. No por un capricho político, sino por una len-ta comprensión de que allí es donde ha-bía noticias dignas para ser contadas en medio de la tinellización de la sociedad.

Finalmente es en esta última etapa, donde el trío más odiado por la verdad, Clarín, La Nación y Perfil, intenta la sa-tanización de las Madres como parte de su combate contra el gobierno y las cau-sas populares. Para los tres medios grá-ficos y sus propaladoras oficiales (radios y canales de Tv como Mitre, TN, canal 13, agencia dyN y siguen las empresas) las noticias sobre las Madres deben ser malas, acusadoras y descubridoras de oscuridades. Así merodean decenas de periodistas, jóvenes y no tan jóvenes, alre-dedor de los jueves y/o alrededor de todo aquel que les lleve “data tenebrosa” so-bre las Madres. la directiva de acribillar-las en pantallas, páginas web, micrófonos y blancos papeles, incluye el designio de evitar que se cuente el caminar nacional o internacional de las Madres. y menos que un periodista se conmueva o sensibilice por los emprendimientos de las Madres o sus aliados. Allí sale, de atrás de sus lóbregos arbustos, la censura versión si-glo XXI estableciendo nuevamente que de eso no se habla.

entonces ha sido cuando ingresó en escena la generación de periodistas y me-dios que nos estimula la esperanza. Ma-dres empuja desde sus entrañas la cons-trucción de medios propios (la radio 530, la revista, los centenares de estudiantes de periodismo en su universidad, los mé-todos propios y nunca añejos de ganar espacio –juicios públicos, conferencias–, los revitalizados volantes o comunicados) y a su vez comparte los tiempos de un pe-riodismo distinto que asoma en medios

diferentes. Son jóvenes que desafían a la tijera y buscan espacio para las Madres en sus medios.

Allí es donde hoy se da la pelea más fuerte contra el videlismo que ha ganado nuevos soldados para su perversa causa (los lanata, Nelson castro, Magdalena, longobardi, Gelblung, y otros realizan el servicio militar obligatorio en los cuarte-les de Magnetto). la vereda de la mentira los cobija y piensan que con aquello que llaman “el escándalo Schocklender” con-

seguirán borrar la mayor historia de digni-dad que tuvimos en la Argentina.

Pero las Madres siempre andan allí, como las hormiguitas de viglietti, “carpin-tereando,

albañileando, pintarrajeando, imagi-nando, desolvidando, enamorando y has-ta cantando”.

Pero también van informando. y de-mostrando que con ellas los censores, los autocensores y todos los otros, no tienen nada que hacer.

“Madres empuja desde sus entrañas la construcción de medios propios y a su vez comparte los tiempos de un periodismo

distinto que asoma en medios diferentes.”

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28 . Ni un paso atrás28 . Ni un paso atrás

La materia se dicta desde el año 2000, con el

nacimiento de la universidad Popular, para

quienes estudien allí y de acuerdo al estatu-

to Académico vigente en el marco de la Autorización

Provisoria de funcionamiento, otorgada por decreto

Presidencial Nº 751/2010 a partir del que dio co-

mienzo la acreditación oficial de la Universidad Popu-

lar Madres de Plaza de Mayo en el sistema educativo

universitario nacional. el seminario historia de las

Madres de Plaza de Mayo forma parte del Trayecto

de Formación General Básica de las carreras de Gra-

do (licenciatura y Profesorado en historia, licencia-

tura en Trabajo Social y derecho). los responsables

de su dictado son los docentes ulises Gorini y la lic.

Inés vázquez, rectora de la uPMPM, y al cabo de

cada cursada, las y los estudiantes realizan un tra-

bajo final que articula los conocimientos construidos

en esta instancia.

esta vez la propuesta fue abrir el juego a las y los

estudiantes para que reunieran las impresiones que

registraron al cursar la cátedra historia de las Ma-

dres de Plaza de Mayo, que junto a la de Formación

Política son las dos materias comunes a todas las

carreras que se cursan en la uPMPM.

la intención fue dar cuenta de las transforma-

ciones operadas a partir de transitar la materia con

respecto a la visión del mundo, de la política, de la

vida misma.

Por Sandra conte

Pensar en la historia de las Madres de Plaza de Mayo desde la intimidad que propone la cursada, conocer sus anécdotas, pensamientos, prácticas y experiencias a lo largo de estos 35 años de lucha inclaudicable, no pasó desapercibido en la mirada que ahora tengo de la realidad.ejemplo de resistencia, lucha y transformación, sus aprendizajes, aciertos y desaciertos, nos invitan al compromiso político diario. No detenerse aún cuando sus vidas estaban amenazadas, el uso de creativas estrategias de comunicación, incluso en contexto de terrorismo de estado, es parte de todo lo que está detrás del continuo moverse de las Madres.Acompañando el relato oral de la cursada, se mostró el registro de los últimos 35 años que juiciosamente recopilaron las Madres: imágenes, audios, artículos de diario, entre otros documentos.entender en el sentido profundo las diferentes posturas del movimiento, las complejas transformaciones desde sus orígenes hasta la actualidad, la dinámica de las Madres en su práctica política cotidiana, te hace parte de su historia, de la historia del país y de latinoamérica.

Detenerse jamásPor Verónica González. Carrera de Cine Documental

Transformar es transformarseCómo se modifican las vidas de los

y las estudiantes de la Universidad

Popular cuando conocen en

profundidad la sostenida tarea de

un grupo de mujeres a las que les

arrebataron todo menos la lucidez,

mujeres que cuando todo oscurecía

para los habitantes de la Argentina

y muchos se replegaban sobre sus

sombras, decidieron no sólo ponerse

de pie sino caminar hacia el futuro

en una marcha que –está claro- no se

detendrá jamás.

La experiencia de la Cátedra Historia de las Madres de Plaza de Mayo

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las Madres de Plaza de Mayo eran mujeres de su casa, trabajadoras. Respondían al imaginario social que le asignaba un determinado estereotipo al rol de “la madre”.cuando sus hijos comenzaron a desaparecer –durante la dictadura genocida- la desesperación las impulsó fuera de sus hogares.Recorrieron hospitales, iglesias, cuarteles, pero nadie atendía sus reclamos.los organismos estatales, los curas y los jueces que las recibían trataban de sacarles información.la tarea solitaria no obtenía buenos resultados y la maternidad en muchos casos obró como obstáculo para la búsqueda. Tuvieron que luchar dentro de sus propias familias y con ellas mismas para salir de ese encierro.Convocadas por Azucena Villaflor en la antesala de la capilla Stella Maris, un grupo de mujeres, desgarradas por el dolor ante la pérdida, deciden plantarse en la Plaza de Mayo el 30 de abril de

1977. logran hacer público su reclamo por la desaparición forzada de personas en forma colectiva. Interpelan al poder político cuya cabeza visible era videla, a quien le exigían respuestas.No muchas se animaron. Sin ninguna experiencia, no sabían que cuando la policía las obligaba a circular –pues estaban prohibidas las reuniones públicas por el estado de sitio- comenzaban una marcha que ya lleva 35 años.los dictadores subestimaron su valor para enfrentarlos.Quizá las que tenían más clara la situación eran Azucena Villaflor de vincenti, Mary Ponce de Bianco y esther Ballestrino de careaga que apuntalaban a sus compañeras cuando el miedo y la desconfianza se instalaban.“las locas” de la Plaza como las llamaban los genocidas tratando de estigmatizarlas, se habían vuelto muy peligrosas. Por eso entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977, cuando logran sacar una solicitada en el diario la Nación,

desaparecen estas tres madres, de la misma forma y con los mismos métodos que utilizaron para los hijos.Fue un golpe brutal, pero las que quedaron respondieron con más coraje y organización.el 22 de agosto de 1979 las Madres pudieron constituirse, habiendo realizado los trámites correspondientes, en la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Siempre reivindicando la lucha revolucionaria de sus hijos, por eso esas ausencias son presencia viva y permiten transformar el dolor en acción.

Ni un paso atrás . 29

Muchos dicen que la teoría nace de la práctica, de las vivencias que tiene a diario el ser humano; que su ideología, sus creencias se originan en la percepción que tiene de la realidad, si ésta resulta dura o afortunada para nuestras vidas. es decir, cuando tomamos conciencia de la opresión cotidiana del sistema, el instinto natural del ser humano es accionar o inmovilizarse. creo que la mayoría de las Madres optaron por la primera, por instinto maternal, que los golpes de la vida y la lucha inclaudicable contra el poder les llevó a sentir y luego a pensar en consecuencia.conocer la lucha de las Madres, provoca mucha admiración, y nos enseña

mucho política e institucionalmente, pero sobre todo aspectos importantísimos sobre la vida,

desde la lucha de sobrevivir al dolor de la pérdida de un hijo, a la lucha contra el terrorismo de estado, contra la impunidad y muchas veces contra el olvido e indiferencia de la sociedad; en la transformación a través del tiempo del odio y la impotencia en amor, conocimiento, a la dignidad humana. la universidad representa un abordaje al conocimiento desde la experiencia de vida, desde la práctica y la acción, porque esto es lo que representa la historia de las Madres, la acción en con-junto, con y para el otro. y es lo que asumimos al estar en esa casa de la vida, un compromiso social que nos involucra a todos a luchar por un orden o sistema más justo, es el legado que dejaron los 30.000 compañeros y que tomaron sus Madres y es el legado que nos dejan ellas a nosotros que, acompañándolas, ayudaremos a mantener la bandera en lo alto. y a viva voz al unísono gritaremos: ¡Ni un paso atrás!

El conocimiento y la lucha en acciónPor Mauricio Clavero. Estudiante de Derecho

Ausencias que son presencias vivasPor Susana Inés García. Carrera de Derecho

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Ni un paso atrás . 31

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32 . Ni un paso atrás

POESÍA Y MADRES

Por daniel Ballester Versos blancos para el pañuelo sin tiempo

Viento del sur

¿Acaso podré reconocer mi historia en la historia del

pañuelo blanco?

¿Sabré parir sin dolor a mis hijos o ser parida por ellos?

¿Me detendré un jueves en la plaza para verlas

Marchar contra el reloj de la desmemoria

y la indiferencia?La respuesta es solo una

Que vos también la podés encontrar en tu sangre

derramadaEn tu herida sin pus

En la sal de esta cicatriz.Ellas inspiran

Al viento

Porque son un huracán en movimiento.

María Clara Iñiguez.

Nació en Mar del Plata el 14 de septiembre de 1995

Homenaje a madres de Plaza de mayo

Las raíces cortan el asfalto

y el sentimiento de cuajo se mata cinismo esperanzado

vomita este día la huella perdida en esta ciudad maldita

ni las balas podrán atravesar mi alma

ni la muerte borrar una vida la crisis rebota en la psiquis

se alimenta de moscas y desenmascara el origen divino.

Se encarcelaron millones de sueños

en esta patria de traidores disfrazados de héroes

que nunca en la memoria perecen.

Culpas ajenas, suertes austeras

maldice al circo esta gran culebra

da miradas profundas a estos ojos desiertos,

contaminados de humo hechizando esta queja.

Cayó la noche y entré en otro cielo

estrellas cubriendo de blanco la tierra

culpando al pasado de mi irónica risa

que no revela mis dudas en la vida y la muerte

un mismo pecado y los tiempos cambiados

por el paso cortante de esta ida profunda

por continuados sueños de verme indefenso ante tanto

dolor y así saltar al abismo de tu corazón de una buena vez.

Gustavo Nápoli. (El león)

Nació el 1° de abril de 1967 en Buenos Aires.

a las madres de Plaza de mayo

¿Cómo cantar sin que ninguna lágrima

se llore avergonzada?

¿Cómo decir Las Madres y evitar que la piel

se incorpore al dulce escalofrío

el que se enciende de pañuelos por el aire

y cae en llamas por las manos del poema?

¿Cómo debo hacerpara que el verso sea el pensamiento?

Si no hay palabras que engendren las metáforas

ni los símbolos que puedan auscultar

el amor que por ellas siento.Me exijo esfuerzo.

Pongo todo mi empeño en los años vividos.

Tomo los pinceles del espíritu

para pintar el rostro los rostros los sueños

la Plaza que acunó regazos y poder imaginar los Jueves

la perseverante espera la lucha diaria

la cocina que quedaba desprolijamente bella

cuando sus pechos se erizaban suplicando:

¿Adónde están?¿Dónde la sangre de los hijos de todos?

¿Dónde sepultaron sus sonrisas?¿Los pañales de la vida?

¿La vida misma?Recurro a la paciencia esquiva.

A los años blancos de claros ruiseñores y nada soy.

No hay poema que pueda ser paloma

y volar hasta tu Plaza de Mayo hasta tus Jueves

hasta el trigésimo quinto año de repetidas esperanzas.

Y si al poeta parido en esta Patriale duele la impotencia

digo simplemente... MADRES...mi amor es tan intenso

que no puedo seguir escribiendo.

Oscar Sosa Ríos.

Nació en Merlo, San Luis el 20 de enero de 1943

PoeSÍA y MAdReS

35 años son para cualquier mortal un montón de tiempo. Sin embargo para las Madres de Plaza de Mayo son un montón de gloria, de lucha, de amor, de ideas y de realizaciones.

cientos de poemas se han escrito para ellas. de todos los es-tilos, tendencias y lugares.

compartimos tres de distintas generaciones pero con una misma intención: celebrar a las Madres desde la vida intensa, con el amparo que generosamente da conocer su historia: la página más célebre y pasional que ha tenido nuestra Argentina

desde el siglo pasado.Poesía y Madres son un solo paradigma, una sola convicción y

una sola palabra. vidasiempre.

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10 años de las Madres. Marcha en la Plaza, música en el Luna Park

Ahora ya van por sus 35 años de lucha, pero en abril de 1987 las Madres celebran sus primeros 10 años

de presencia ininterrumpida en la calle. una década de resistencia en continuado, primero a la dictadura,

y luego a la impunidad radical. cuando se cumplen los 10 años exactos, el jueves 30 de abril, las Madres

lo festejan marchando como cada semana en la Plaza de Mayo, que se engalana con miles y miles de

pañuelos blancos que la cruzan de lado a lado. Todas las Madres llevan una rosa roja enviada especial-

mente por Alicia Moreau de Justo. en tanto, el lunes 27 de abril de 1987, apenas unos días después del

primer levantamiento carapintada, entre el hambre y la represión alfonsinistas, las Madres realizan su

multitudinario acto central en el estadio luna Park. diez mil personas vitorean a hebe, y disfrutan de la

música y la poesía de Teresa Parodi, enrique llopis, hamlet lima Quintana y el español Paco Ibáñez.

dos décadas y media más tarde, en este movilizador abril de 2012, las Madres abren su nuevo bar políti-

co, el Revolucionario, que, como ya lo hicieran a través de la librería y café literario inaugurada en 1999,

y la universidad Popular, intenta unir arte y política, belleza y compromiso, conversación y formación.

Para ellas el desafío siempre fue el mismo: luchar, siempre; retroceder, jamás.