Y porque así aconteció, así os parezca (XVIII) “Porque el género humano ha sido presa de sí mismo desde el origen del mundo, es por lo que los cimientos principales de todos los Estados han de ser las buenas leyes y las buenas armas, pero no puede haber buenas leyes, donde no hay buenas armas”, N. Maquiavelo Felipe Martínez Álvarez Los estados europeos del s. XVIII no podían ser ajenos a todas aquellas condiciones que delimitan sus posibilidades de actuación, tales como el poderío económico, el ejército y la diplomacia. En el caso de España, la tradicional amistad de la Dinastía Austríaca –Habsburgo-, que tuvo lugar a lo largo de los siglos XVI y XVII, se rompe a la muerte de Carlos II, año de 1.700- último de los Austrias- con el inicio de una guerra que, por motivos dinásticos o sucesorios en apariencia, solapa un nuevo equilibrio de las potencias europeas, tornándose los antiguos lazos de amistad de los Austrias por las Alianzas o Pactos de Familia de las dinastías borbónicas de Francia y España, en tal condición que, Felipe V, primer Borbón como Rey de España, apenas conocerá tiempo de paz en los 45 años de su reinado ,si bien es de notar que, salvo los comienzos y finales de siglo, los acontecimientos bélicos tienen lugar fuera de la Península. Pero el nuevo equilibrio europeo no podía menospreciar el poderío marítimo del Reino Unido en Europa y su despliegue, siempre amenazante, contra los intereses españoles en América. Por lo mismo, es claro que la capacidad diplomática frente al Reino Unido y demás potencias habría de ser de poca entidad, si no está avalada por la fortaleza bélica de un Ejército de Tierra y una Armada: de más y mejores barcos, mejores tripulaciones y una oficialidad cualificada, asuntos, no precisamente fáciles, por los enormes recursos financieros a invertir y que se han de allegar por vía de nuevos impuestos en un país pobre. Los cortesanos entienden que los pueblos requieren de pocas cosas para sobrevivir

El sistema de abastecimiento de víveres, municiones, armamento y otras atribuciones, corresponderá a los Intendentes del Ejército que tratan, entre otras, de evitar en lo posible, las deserciones y saqueos que, con motivo de la consecución de víveres, se causaban a la población civil, servicios desempeñados hasta aquel entonces por intermediarios y proveedores privados, proclives con frecuencia a toda suerte de corruptelas. Los nuevos ejércitos requieren de un nuevo modelo de organización, del necesario control de los asuntos bélicos por parte del Estado, de una sólida estructura del mando y disciplina, del difícil concurso de oficiales inferiores y mandos subalternos, del necesario personal técnico de ingenieros , de cualificados carpinteros y canteros en las obras a realizar en los arsenales y que, a pesar de que sus salarios doblan los habituales, se hará necesario recurrir, con cierta frecuencia, al reclutamiento por el procedimiento de levas tanto para los efectivos militares, como para los trabajos de peonaje en los arsenales, los más duros y penosos.

Croquis del Arsenal de la Carraca, Cádiz, 1.788

Las fuerzas terrestres y marítimas constituían exigencias insoslayables. Los Arsenales de La Carraca, cerca de Cádiz, Guarnizo en la bahía de Santander, Cartagena y Ferrol, sirven al Reino con 80 navíos de línea y 14 fragatas de guerra, pretendiendo así equiparar la Armada española a la flota inglesa. La Armada española, sobre los años de 1.790, podía contar con un total de unos 200 navíos y 247 en 1.805 El Ejército de Tierra, necesitado de importantes reformas, podrá contar, a finales de siglo, con unos 100.000 hombres en Armas. El nuevo equilibrio y orden europeos del siglo XVIII, abiertos con una Guerra por la Sucesión a la Corona Española, guerra civil e internacional. La Corona Española, durante la primera mitad del siglo XVIII, continúa siendo una potencia de primer rango que figura entre las siete grandes potencias de la época, a pesar del ocaso de los Tercios, la definitiva pérdida de los Países Bajos del Norte

(Holanda), Paz de Westfalia en Münster, año de 1.648, y la influencia de España en Europa. Los Tratados de Utrecht, 1.713, y Rastadt, 1.714, que ponen fin a la cuestión sucesoria de la Corona Española, vendrán a significar profundos cambios en el nuevo orden interno e internacional. La pérdida de la hegemonía española en Europa no fue, para muchos, sino la continuación del ineluctable principio del fin de su Ejército, el ocaso de su poder en Europa, iniciado en Rocroi, 1.643, por la desorganización de los Tercios , sus anticuadas tácticas militares, la falta de soldados y dinero para pagarles y, como llegara a manifestar la prensa inglesa , ya en 1.718,”Las tropas españolas están desamparadas, ahogadas, pobres, desnudas, sin oficialidad y en patente indisciplina y miseria”.

Paz de Westfalia, Münster, 1648, G .T. Borach

Exigiendo el nuevo equilibrio europeo un potente Ejército de Tierra, el Reino de España puede contar, por los años de 1.739, con unas fuerzas de Infantería que suponen un contingente de 148 Batallones, unos 103.660 hombres, cuando a finales del s. XVII las tropas españolas en campaña no superan los 10.000 soldados. El Arma de Caballería –Dragones- supone 95 Batallones y unos 12.900 hombres. Pero un Ejército requiere, entre otras, de una oficialidad cualificada y así, la Real Cédula del año de 1.722 señala que los nobles e hidalgos- con escasa motivación por el servicio de las Armas desde finales del s. XVII -que pretendan hacer carrera en el Ejército, han de comenzar por el empleo de Cadetes y edad de 16 años. Las Academias, para la formación de los Cadetes, no serán ajenas a los Regimientos en los que estos aprenden las Reales Ordenanzas, Aritmética, Geometría y Técnicas de Fortificación. Al término de los cursos, han de superar las pruebas que califican los examinadores, miembros, a su vez, del Arma o Cuerpo correspondiente. Si en 1.711 se había creado el Cuerpo de Ingenieros, en 1.768 se crean las Academias Militares de Artillería en Segovia, de Caballería en Ocaña e Infantería en el Puerto de Santa María.

Grados y Jerarquías: Oficiales Generales: Capitán General, Teniente General, Mariscal de Campo y Brigadier. Oficiales del Regimiento: Coronel, Teniente Coronel, Sargento Mayor y Ayudantes. Oficiales de la Compañía: Capitán, Teniente, Subteniente y dos Sargentos. Reclutamiento de Tropa: Se pretende constituir un Ejército Nacional cuyo nervio lo van a constituir los Oficiales cuyos integrantes pertenecen a la nobleza e hidalguía, si bien no faltan voluntarios extranjeros: suizos, flamencos, irlandeses y alemanes en el Arma de Artillería. Por motivos varios, el Arma de Infantería no gozará de buen prestigio.

Táctica de tiro de la Infantería El Reclutamiento Voluntario: Tiene lugar a fin de suplir las bajas de los veteranos y suele nutrirse de efectivos de indigentes. Reclutamiento forzoso o leva: Suele nutrirse de vagos y maleantes, fugitivos de la justicia, población marginal y marginada, reos y desertores que pasan a formar parte de los Regimientos de Extranjeros. Reclutamiento por Quintas: Uno de cada cinco por sorteo, -no pueden poner sustitutos - y por un tiempo de cinco años, quedando excluidos de este sorteo de Quintas: los gitanos, mulatos y otros.

Este reclutamiento exige, entre otras, una estatura mínima de 1,40 cms., así como creencias católicas, apostólicas y romanas. Se exceptúan de este Reclutamiento ,año de 1.770: los Hijosdalgos, Clérigos, Regidores, Alcaldes, Abogados, Maestros de Primeras Letras, Impresores, solteros cabezas de familia, hijos únicos de viudas, de padres pobres, criados, etc. En este Reclutamiento se ingresa como soldado y, pasados los años, se puede ascender al empleo de Sargento u Oficial, cuestión no precisamente fácil si no se es de condición noble o recomendado. Muchos de los desertores-con significados porcentajes en algunos cuarteles- lo serán del Arma de Infantería .Los motivos suelen ser: la dureza y fatiga de la vida militar, los miedos a los castigos corporales,- prohibidos luego- las vejaciones y otros que, con frecuencia, les iguala o confunde con los vagabundos, marginados, reos y gentes de mal vivir, conforme la denominación de la época.

Paz de Utrech,1.713 La vida en la milicia: “No se va a los ejércitos a dormir entre algodones, sino a estar expuestos al frío y al calor, a la hambre y a la sed, al riesgo de la herida y de la vida, pero todo se hará tolerable para quien con amor sirva al Rey y a su Patria, y no duda de que el que perezca, tendrá su premio en correspondencia a sus méritos”, D. Orejón, Maestre de Campo, 1669. Ordenanzas Militares para el Soldado, 1.768. La obediencia, la disciplina, la lealtad, la sobriedad, han de ser virtudes básicas.

Por lo mismo, cuando el recluta llegare a una Compañía, se le destinará a una Escuadra. El Cabo le enseñará a vestirse con propiedad y cuidar sus armas. Se le informará e inculcará que la subordinación es virtud necesaria en el Ejército. En el tiempo en que asiente en plaza, recibirá la casaca, chupa, calzones y gorra en el estado de uso que estuviere el vestuario de la Compañía que le toque, y se le dará el suyo con el completo de botones, sin rotura ni remiendo mal hecho en el paño y forro. A ningún recluta se le permitirá entrar en Guardia hasta que sepa de memoria las obligaciones de Centinela, llevar bien su arma, marchar con soltura y aire, y hacer fuego con prontitud y orden. Desde el asiento en plaza, ha de enterársele de que el valor, la prontitud en la obediencia y la gran exactitud en el servicio, son cualidades a las que nunca podrá faltar, pues corresponden al espíritu de su profesión. Obedecerá y respetará a todo Oficial y Sargento del Ejército, a los Cabos Primero y Segundos del Regimiento y a cualquiera otro superior que le mandare. El Soldado de Infantería gozará-en tiempos de paz- de una compensación mensual de 40 reales de vellón, de los que, deducido el descuento de Inválidos, quedarán en 39 reales y 2 maravedís, que se distribuirán de la forma siguiente: 9 cuartos (1 cuarto= 4 maravedís) diarios de socorro, de los que dejará 7 para el sustento diario. Los maravedís restantes de su prest (soldada) mensual se retendrán en poder del Capitán para su masita. Con la masita ha de proveerse el soldado de: medias, zapatos, camisas, betún, hilo, y demás prendas precisas, debiendo, cuando lo comprare, ajustar su precio antes de tomarlo y darse por satisfecho de su calidad y precio. El salario medio de un campesino berciano, a mediados del siglo XVIII, venía a ser, en razón de la estación, de unos 3 a 4 reales diarios, jornal en el que se incluyen la comida y bebida, tasados estos en 1,5 reales. Por los mismos años, los jornales diarios de los artesanos suelen ser: Tejedores: 3.5, Sastres, 4, Carpinteros, 4, Canteros, 4 y Zapateros, 4 reales. El Ejército asegura al Soldado el sustento de pan –libra (460 gramos) y media diaria-, y otros víveres que adquiere el Regimiento y que será de dos ranchos, el uno entre las 9 y 10 de la mañana y, el otro, después de la Lista de la tarde, debiéndose primero enviar la cena a los empleados en la Guardia. La comida se compone de: 700 gramos diarios de pan de centeno, 2 onzas de tocino, alternando con menudos, arroz y menestra y, de vez en cuando, una pinta (I/2 litro) de vino El Soldado, convenientemente adiestrado, recibe un uniforme de distinto color según el Arma o Cuerpo al que pertenece e igual para verano/invierno, de un valor de unos 239 reales el de Infantería; Artillería y Caballería o Dragones serán de superior precio, así como correaje con cartucheras, municiones, fusil y bayoneta – con la obligación de tener todo ello en el mejor uso y mantenimiento-, sin olvidar la importancia que tiene el uniforme, porque con él se inculcan en la Tropa los sentidos de orden , disciplina y obediencia colectiva a las órdenes del mando. Para la adquisición del jabón de lavar la ropa, tabaco, hilo, agujas y demás menudencias, habrán de servir los otros 2 cuartos que corresponden diariamente al soldado. La instrucción militar es en orden cerrado y, en la marcha de frente, el soldado tendrá la cabeza alta, el cuerpo encuadrado de frente, derecho, airoso, natural la rodilla, baja la punta del pie, bien suelta y hacia fuera. En la marcha de frente: paso corto, redoblado..., se empezará siempre con el pie izquierdo; el paso corto y regular se ha de hacer en un segundo, en un minuto 60 pasos cortos y regulares, el redoblado será de 120 pasos por minuto.

Asedio de los Tercios españoles a la ciudad de Gravelinas, P. Snayders, s.XVII Las Creencias Religiosas y la Oración, los Sacramentos, la asistencia a Misa y el rezo diario del Rosario, enseñar la Doctrina Cristiana, velar por el comportamiento moral de los soldados, predicar y conversar con caridad, edificación y prudencia, se consideran importantes para el desarrollo de las actividades militares porque predisponen favorablemente el ánimo en los tiempos de paz como en los de guerra, pues todo ello es propio de su oficio y profesión hacer de enfermeros, así como ayudar a bien morir y testar. Por lo mismo, ya desde el siglo XVI, al crearse los ejércitos permanentes, los Sacerdotes-Capellanes asisten a la Tropa en tiempos de paz y de guerra A los Soldados les está permitido: beber, cantar, bailar o divertirse con ciertos juegos, pero no los juegos de dados y envite-por lo menos no sobrepasar ciertos límites- ,el duelo y la práctica de la sodomía o pecado nefando que lleva a los soldados a ejercer el oficio de ciertas mujeres. Así, el Teniente Coronel de Milicias de León se dirige, en 9 de Febrero del año de 1.765, al Corregidor de la villa de Ponferrada, Capitán a Guerra, para que, si lo ha menester, actúe con mano dura y si excepción alguna, siempre aplicando el Fuero Militar , contra aquellos militares que, independientemente de su graduación, cometan pecados públicos y escándalos. Para contraer matrimonio se requiere un permiso especial; en el supuesto de un Oficial, el permiso será Real El Soldado podrá disponer de un permiso de 4 meses al término de los 2 años de Servicio en Armas y, si las circunstancias lo permiten, el permiso habrá de coincidir con el tiempo de las faenas agrícolas.

Al término de los 5 años de Servicio en Armas, podrán optar por reengancharse, si así lo desean. La constancia en el servicio de Armas se recompensa con 6 reales más mensuales, si se ha servido por un período de 15 años, de 9 reales, a los 20 años de servicio, después de 25 años queda una pensión de 90 reales mensuales y ración diaria de pan y Grado de Sargento, así como estar sometido al Fuero Militar. Con 30 años de servicio, 135 reales mensuales y Grado de Oficial.

Uniformes de : Fusilero, Granadero ,Tambor y Pífano, s. XVIII Los militares sin graduación no suelen, por obvias razones, hacer testamento. Esto no impide que el Ejército, descontado el quinto de la paga, se encargue de las honras fúnebres y sufragios por el bien de su alma, todo según el empleo del fallecido, así como el acompañamiento de clérigos desde el lugar del fallecimiento hasta el cementerio, reparto de limosnas entre los asistentes y otras ceremonias. Si el difunto posee algún bien o bienes, los herederos legítimos determinarán su destino. A partir de 1.762, se crea un Monte Pío Militar que, descontando de los haberes pequeñas cantidades mensuales, permite crear un fondo que servirá para inválidos, huérfanos y viudas. El alojamiento de la milicia, mientras no se construyen edificios de nueva planta y separados de la población civil, suelen ser: castillos, mesones, casas de hidalgos, de pecheros o eclesiásticos. La población civil habrá de proporcionar a la milicia de paso o en marcha : sal y vinagre para relajo de los pies, cama para dos-al igual que en los cuarteles- que luego, por temor a los contagios de enfermedades infecciosas, será de cama individual, mesa, taburetes y comida. Los Oficiales se establecerán en las casas principales del lugar.

Órdenes Generales para Oficiales, año de 1.768: Amor al servicio, honrada ambición y deseo de ser empleado en las ocasiones de mayor riesgo y fatiga, y así poder dar a conocer su valor, talentos y constancia. El más grave cargo que se puede hacer a cualquier Oficial es el de no haber dado exacto cumplimiento a las Ordenanzas, exigiéndose la más puntual y exacta observancia de las mismas. Todo servicio en Paz y en Guerra se hará con igual puntualidad y desvelo que frente del enemigo. El Oficial ha de cumplir siempre con su deber, caso contrario, deberá ser degradado. El Oficial cuyo propio honor y espíritu no lo estimulen a obrar siempre bien, vale muy poco para el Servicio de las Armas, al igual que excusarse con males imaginarios o fatigas. Ha de contentarse con el cumplimento del deber y sin que su propia voluntad adelante cosa alguna. La Sedición, tanto de Oficiales como de Soldados, será penada con fusilamiento u horca. Hablar pocas veces de la profesión militar es prueba de grande desidia e ineptitud para la Carrera de las Armas.

Octavilla de la Paz de Westfalia,1.648

De las obligaciones de las villas y ciudades para con la milicia Las villas y ciudades han de contribuir al alojamiento y alimentación durante los días de paso de las guarniciones o de las allí establecidas durante días o meses, proporcionando a la tropa instalada en su término: las raciones de pan, aceite y velas, así como cebada, forrajes y paja para los animales de tiro y caballos. El dinero para estos menesteres había de ser adelantado de los siempre escasos de Propios de las villas o ciudades, destinados a sufragar: las utilidades del Maestro de Primeras Letras, Médico, Cirujano y Hospital, Corregidor, Alcalde, Regidores, Escribanos, Abogados, Procuradores, Pregonero, Relojero, Portero, Mayordomos, Contadores y demás Oficiales ,así como los Gastos del Correo, Reparación de los Molinos propiedad del Ayuntamiento, Casa Consistorial, Cárcel Pública, Pósito, o bien fiestas como las Corridas de Toros, los Esponsales Reales ,o las fuentes públicas, calles, plazas, caminos, puentes, etc. Más tarde el Intendente, encargado del aprovisionamiento de las Milicias o el Proveedor General de las mismas, de la Intendencia del Ejército de la ciudad de Zamora, para toda Castilla la Vieja, habrá de reintegrar estos gastos que, en el mejor de los casos, no llegan a cubrir los gastos habidos. “El 17 de Abril de 1757, en este Ayuntamiento se ha hecho patente una Orden de D. Fernando Argüello y Valdés, Sargento Mayor del Regimiento de la ciudad de León para que esta villa destinase sujeto que concurra a dicha ciudad de León a recoger los vestuarios de los soldados milicianos y, a estos efectos, el Ayuntamiento nombró al Sr. D. Benito Francisco Carballo quien, en nombre de esta villa, perciba el vestuario y, así mismo, practique las diligencias conducentes al establecimiento de un Cuartel para los Cabos, Sargentos y más Soldados de esta villa ,en atención a que esto sea de utilidad de todos los lugares de este Partido y, dado que esta Provincia no contribuye a S.M.,que Dios guarde, con los animales y utensilios como todas las demás Provincias de que de compone este Reino de León, cárguese a todos los que ocurran a esta villa y lugares de su Jurisdicción por no hallarse fondos de donde soportarlos a excepción de que se reparta entre los vecinos y los 13 lugares de la Jurisdicción a lo que deba dar lugar, por ser responsable toda la Provincia y, así mismo, para que solicite respecto de la Abadía de Carracedo, Espinareda, Montes y su Quintería, Abadía de Peñalba y Coto de Balboa, Barjas, Busmayor con la Merindad de Aguiar y otras Merindades y pueblos de que se compone, pretextasen ser exentos de ser aprontos de soldados y más gastos (...),solicite que las contribuciones, así de hombres como de peculio que estos hagan, han de ser de utilidad para esta villa, como capital de toda la Provincia como en aquella ciudad, así como ante el Intendente General de la Provincia de Castilla, y haga todas las diligencias conducentes para obtener el Repartimiento de los utensilios entre todos los vecinos del Partido, para todo lo cual el Mayordomo de Propios, por razón de ayuda de costes, le dará y entregará 300 reales de vellón, despachándose libramiento en forma, constando recibo de consumo y se le abonará en la cuenta que se le tome de los efectos Propios y más Rentas de esta villa” ,L. A.14,fol.95 “En el día 16 de Noviembre de 1.760, D. Antonio Caetano de Balboa, como Teniente Coronel del Regimiento de Milicias manifiesta que, los soldados de esta villa estén preparados para pasar revista al asiento de León y estos necesitan de medias y zapatos para este fin, por lo que acordaron que el Sr. D. Antonio Balboa saque de los efectos

más prontos de Propios y Arbitrios la cantidad que sea necesaria para estos efectos”, L.A.14, fol.167 “El día 3 de Septiembre de 1764, que por dicho, Sr. D. Antonio Balboa, Teniente Coronel del Regimiento de Milicias, se advierte que, en la revista habida, se observa que la vestimenta de los soldados milicianos de esta villa está muy deteriorada, y acordaron que se componga y repare en todo lo necesario con asistencia del Procurador General y se satisfagan de los efectos más prontos de este villa, para lo que se da el correspondiente libramiento”, L.A.14, fol.216.

Batalla de Almansa,1.707

El 9 de Febrero del año de 1.765, se comunica que, por defensa y seguridad de la villa y su Partido, se nombren personas de comprobada calidad que hayan de conocer de las causas de todos los oficios (...), y, a fin de que la gente del Ejército ponga en práctica la buena disciplina militar, se advierte que no se han de permitir los pecados públicos y escándalos y, que en caso de incurrir en alguno, se hayan de castigar sin excepción de grados y personas. El Junio de 1.765, se recibe despacho de D. José Villafañe, Coronel del Regimiento de Milicias de este Reino, señalando el día 3 de Julio como día de entrada en la ciudad de León para la revista a todos los soldados de la villa, y que todos los soldados vayan pertrechados del vestuario y más alhajas correspondientes que tengan al efecto. -Todo parece indicar que los uniformes dejaban mucho que desear en cuanto a lamparones, rotos y suciedades, así como las permanentes faltas de aseo y desaliño de la tropa-

Orden del Intendente de Zamora, 29 de Agosto de 1.766: Mi Mayordomo me ha enterado de los graves y considerables perjuicios que hasta el presente han padecido los pueblos del Partido de esa villa, por la frecuencia con que se precisó grano para asistencia de las Tropas que transitan y se establecen en la misma villa y del desordenado modo que se ha usado para la exacción, las violencias que se han cometido, los intempestivos y costosos apremios que han sufrido los pueblos por ese motivo, los retrasos con que se les han reintegrado los importes de los granos a unos y los descubiertos en que se hallan otros sin poder cobrar poder lo que legítimamente les corresponde. Y como estos motivos forman un objeto que llama la atención, pues corresponden a la total ruina y desolación de los repetidos pueblos, advierto que sería querer permitir que fuesen víctimas inocentes de la codicia y parcialidad si, por más tiempo continuase el disimular el desorden con que se les ha afligido sin haber urgencias ni verdadero motivo, por lo que se exige la necesidad de aplicar el remedio. Para que estos males cesen y el servicio se haga conforme a la piedad e intención del Rey, los pueblos serán tratados con la equidad a que son acreedores y se sirvan ser tratados sin perjuicio alguno. Deseando que, de ahora en adelante, ha de quedar prohibida la práctica de los Repartimientos de grano, bajo el pretexto de asistir a la Tropa, pues los suministros que se necesitan los ha de hacer por sí la villa de Ponferrada sin exigir porción alguna de los pueblos, pagándose el concurso de víveres al coste y costas que se justifiquen. El Ayuntamiento y el Procurador General de la villa facilitarán los granos que se necesitan de los vecinos de la villa procediendo de buena fe con ellos, sin recurrir a atropellos, los que por esta regla se sacasen y a los interesados se les dará un resguardo formal en el ínterin para cobrar el importe del suministro. Si no se encuentran granos suficientes en el vecindario, se han de adquirir en los mercados o parajes donde convenga, todo sin violencia a los dueños, pagándoles al contado, para cuyo fin podrá valerse de los caudales públicos, si no hubiere otro arbitrio, y con las formalidades y calidad de reintegro. Si ocurriese alguna urgencia y no alcanzasen los auxilios de granos de la villa o no fuese suficiente o los caudales no bastaren para pagar, en este sólo caso, se podrá exigir de los pueblos el Repartimiento de los granos que fuesen indispensables para salir de la urgencia, o bien acudir a algún vecino honrado que, por el bien de la Patria y quiera dar pruebas de su amor al Real Servicio, con el importe de los suministros que se hicieren. Debe, vuestra merced, enviar a este Intendente la justificación y los motivos para la práctica de este fin y así evitar todo abuso. Esta Providencia ha de llegar al Rey por medio del Ilmo. Sr. D. Miguel Murquíz, y deberá observarse en todas sus partes y sin alteración alguna, que conste en las Actas del Ayuntamiento y público y notorio conocimiento y copias para quien corresponde. Dios guarde y beso la mano de v .m. como deseo. Zamora, a 23 de Agosto de 1766. El 6 de Septiembre de 1.766, el Sr. Corregidor y Ayuntamiento de la villa de Ponferrada, por medio de su Procurador General, tienen noticia de que en el Real Hospital de la villa están siendo asistidos un Granadero del Regimiento de Navarra aquejado del “mal entretenido” o” vago”, así como otro soldado - ya en estado convaleciente- y perteneciente a la Guardia Real.

Que ambos soldados requieren de las raciones necesarias de pan para su sustento, requiriendo del Sr. Corregidor se les suministren las raciones para su alimentación y que los mismos Granadero y Soldado exponen a s .m., que el Procurador Síndico General de esta villa no podrá suministrarles ración alguna por no hallarse con caudales ni grano alguno para su sustento, y éste lo hace presente al Ayuntamiento, para que, apoyándose en lo instruido el 23 de Abril que está en las Actas, se tome la Providencia que la urgencia requiere en la causa del Granadero y Soldado. Atendidos por este Ayuntamiento y su Procurador General, se les permitirá subvenir al sustento y más que, por la continuidad de tránsito, lo hacen por esta villa y que, por ahora, se saquen de los efectos de los Propios y Arbitrios 400 reales, con la protesta de que consumidos, serán cobrados de la ciudad de Zamora, y se reintegren sin ser vistos por esta Providencia, porque este Ayuntamiento no se puede oponer a lo resuelto por el Real Consejo de Castilla sobre el uso de los efectos de los Propios y Arbitrios, y acordaron que esta resolución pase a la Junta de Propios y Arbitrios con un libramiento a favor de la buena fe y voluntad del convecino Vicente González, a quien se le encarga del sustento de los dos soldados, a la vez que se le advierte de la buena cuenta de los gastos y pueda dar, en su momento, razón de los mismos. Quien sabe qué es la guerra, no quiere ir a ella Sépase cómo nos, Antonio e Ignacio Fernández, vecinos del lugar de Pereje, otorgamos todo nuestro poder cumplido, el que se requiere y es necesario, más puede y debe valer, a Tomás González del Río, Procurador del número de esta Audiencia, para que, representando nuestras personas, comparezca ante el Sr. Corregidor de esta villa de Ponferrada y ante otros cualesquiera Jueces y Justicias que convenga, y nos defienda en una causa hecha contra nos por el Sr. Corregidor sobre decir que hemos quitado un soldado que iba preso para el Real Servicio y otras cosas que de ella constan, y a las que nos remitimos y, en razón de ello, haga pedimentos y requerimientos ,protestas y contradicciones, presente papeles, escrituras, testigos y probanzas, haga juramentos de calumnias, alegue y contradiga en nuestro favor en cualesquiera despachos y Provisiones Reales y las haga notificar a las partes. Haga todos los demás Autos y diligencias judiciales y extrajudiciales que sean necesarias. En la villa de Ponferrada, a 25 días del mes de Febrero de 1.713, ante mí Escribano y testigos de esta villa, y los otorgantes a quienes yo, Escribano, doy fe y conozco, no firmaron porque dijeron no saber y, a su ruego, lo firmó un testigo. Ante mí, Ignacio de Castro Ir a la guerra ni casar no se ha de aconsejar En la villa de Villar de los Barrios de Salas, a 17 días del mes de Marzo de 1.747 años, ante su merced, el Sr. Simón Fernández, Juez Ordinario por S.M. de estos Barrios y ante mí Escribano y testigos, parecieron Marcos Fernández, vecino del lugar de Lombillo, Antonio Balsa y Álvaro Balsa, hermanos, y D. Juan Rodríguez Álvarez, vecinos de esta villa y dijeron:

Que, por cuanto dicho Sr. Juez, en cumplimiento de Real Orden y Despacho que se le dirigió y a otros lugares agregados para el apronto de un soldado que se les compartió en la presente leva, puso y tiene preso en la Cárcel Pública de estos Barrios a Nicolás Fernández, soltero ,hijo legítimo de Marcos Fernández, al cual eligió por soldado en cuarto lugar, por haber dado el Sr. Corregidor de Ponferrada por libres a los elegidos en primero y segundo lugar para que si no pasase Manuel de Losada, soltero y natural de Salas, que está elegido en tercero, fuese a servir a S.M. el dicho Nicolás Fernández, el cual, por hallarse preso desde el día 28 de Enero pasado de este presente año, pidió se le concediese soltura bajo fianza que ofreció y ,su merced, el Sr. Juez, convino en que dándolas hábiles y suficientes para el Real Servicio, y abonadas para la satisfacción de las costas, daños y menoscabos que sobre ello en el atraso se causaren, fuese suelto de la prisión, en cuya atención y conformidad, los otorgantes , en primer lugar Marcos Fernández, en segundo Antonio y Álvaro Balsa, hermanos, confesando como confiesan estos dos sanos y ser ambos y cada uno hábiles, robustos y capaces para el Real Servicio y manejo de las Armas, sin tener defecto que les embarazase y, en tercer lugar, el dicho D. Juan Rodríguez de Alvares, habiendo entendido el efecto de la fianza y lo que en hacerla aventuran, dijeron que salían y salieron por fiadores del referido Nicolás Fernández ,soltero, en dicha razón y, como tales, haciendo como hacen deuda y de hecho ajeno suyo propio ,otorgan que reciben en fiado preso, como carceleros que se constituyen, a Nicolás Fernández, del que se dieron por entregados a su voluntad, y renunciaron las leyes de la entrega, prueba de su recibo y engaño, y más del caso, y se obligaron los otorgantes con sus bienes muebles, raíces y acciones presentes y futuras, a que si no pasare por soldado en la ciudad de León, Manuel de Losada, elegido en tercer lugar, darán cuenta y entregarán prontamente al Sr. Juez, cada uno y cuando lo pida y mande, a Nicolás Fernández, soltero, elegido en cuarto lugar, para que vaya a servir a S.M. a donde se le destinare y, en su defecto, irá a servir por el uno de los Antonio o Álvaro Balsa ,hermanos, que ambos y cada uno confiesan ser hábiles ,sanos, estatura y robustez y disposición competente para el Real Servicio y manejo de las Armas. Y todos los otorgantes pagarán las costas daños e intereses y menoscabos que, por no aprontar y entregar prontamente a Nicolás Fernández, se siguieren y causaren. A cuyo apronto, paga y cumplimento quieren ser compelidos y apremiados breve y sumariamente por prisión, venta de bienes y todo rigor de Derecho, en la conformidad referida en sus personas y bienes que obligan en bastante forma. Y así lo otorgaron ante el Sr. Juez, que admitió esta fianza, ante mi Escribano y testigos, y de los otorgantes a quienes yo, Escribano, doy fe y conozco, lo firmaron los que supieron con el Juez y uno de los testigos a ruego de los que dijeron no saber. Y visto por el Sr. Juez bajo de la fianza que admitió, concedió por ahora soltura a Nicolás Fernández, y entregó la llave del Calabozo de la Cárcel Pública de estos Barrios, donde lo tenía preso, a Marcos Fernández, su padre, para que lo suelte, de que fueron testigos los sobredichos, y lo firmó su merced y, en fe de ello, lo firmé, yo Escribano. Ante mí, José Núñez Arias

Tres modelos de barcos de finales del s. XVIII

Las leyes no pudieron corregir los miedos humanos hacia las serpientes En la villa de Salas de los Barrios, a 5 de Marzo de 1.767, ante su merced el Sr. D. Ángel Andrés Rodríguez Villafañe, Juez Ordinario de ellos, por S.M., que Dios guarde, por el Estado Noble, y mí Escribano, comparecieron Matías y Antonio Parragués, padre e hijo, y Marcos Novo, vecinos aquellos de Villar y éste de Lombillo de estos Barrios y dijeron: Que, por cuanto, con el motivo de haber fallecido en el mes próximo pasado un soldado miliciano de este Reino de León correspondiente a este cuartel y haber venido, su hijo Bernabé, al lugar de Lombillo y casa de Matías, que se ha hallado ausente del Cuartel desde mucho tiempo a esta parte, se le puso y halla preso en la Cárcel Pública de estos Barrios, a fin de que no se volviera a ausentar ni retirar para no entrar, como debe entrar en la Quinta, que debe hacer el dicho soldado. Si los otorgantes quieren dar la fianza, su merced, el Sr. Juez, le soltará de la Prisión, siempre y cuando estos se comprometan a aprontar a dicho preso cuando se le mande para dicho fin. Pusiéronlo en ejecución todos tres juntos de mancomún, a voz de uno y cada uno de por sí, y por el todo insolidum, renunciando como renuncian a las leyes de la mancomunidad, división y excursión de bienes y más del caso, como en ellas y cada una se contiene, obligándose con sus personas, bienes muebles y raíces, habidos y por haber a que, inmediatamente, por su merced, el Sr. Juez, u otro que lo sea competente, se les mande aprontar a dicho Bernabé Parragués para el fin de entrar en la citada Quinta, lo harán y cumplirán sin dilación alguna y, donde no, entrará en ella el que mejor de los otorgantes elija su merced y sea para ello, así como pagar las costas y daños que de lo contrario se causaren. Y, para lo así cumplir, dieron poder a las Justicias de S.M. competentes, que a ello les apremien, como por sentencia pasada en cosa juzgada, renunciando a todas las leyes, fueros y derechos de su favor. Y así lo otorgan ante mí Escribano, siendo testigos: Francisco Rodríguez, residente en esta villa, José Pombo, vecino del lugar de Forcas, y Manuel Rubio, que lo es de Moullán, feligresía de San Cosme de dicho Moullán, Obispado de Lugo, y de los

otorgantes a quienes doy fe, conozco, lo firmaron los que supieron con su merced y un testigo a ruego del que dijo no saber, Ante mí, Antonio Javier de Carús La razón como el estiércol es fructífera si está bien repartida D. Antonio Francisco de Baeza Flórez Osorio, Señor de los lugares de Castrillo de Porma, San Pedro de Bercianos y otros, Regidor Perpetuo y Decano de esta villa de Ponferrada que, por mi empleo, administro Justicia en ella y su Jurisdicción, por ausencia del Sr. Corregidor, digo: Que esta villa se encuentra ocupada de forma permanente por tropas tanto de Caballería como de Infantería. Habiéndose hecho distintas súplicas, peticiones y legaciones para que se providenciase por parte del Proveedor General de Zamora el suministro y remisión de dinero, el trigo y la cebada para su manutención, con la expresa condición de que se llevaría cuenta y razón formal de su distribución, no ha sido posible una respuesta a tan precisa obligación que todo Proveedor ha debido y debe tener. Siendo esto así, ha sido preciso recurrir a los pueblos del Cuartel de esta villa, para así poder mantener la Tropa. Todo ello con notable perjuicio de sus vecinos y naturales, así como la conocida quiebra en la paga de lo que han suministrado, pues no sólo no se les han abonado los granos a los subidos precios que han tenido por la Contaduría General de la ciudad de Zamora, sino que se regularon 53 raciones a cada fanega, cuando no ha producido ni produce más que 47 y, aunque también se ha pretendido sanear esta quiebra, no se ha podido conseguir. Siendo indispensable la manutención de la Tropa, y no haber en esta villa Arbitrio alguno ni otro remedio para suministrar a la Tropa y ganados lo necesario, recurrí, por pronta Providencia, a repartir ciertas fanegas de la especie de cebada en algunos de los lugares de esta Jurisdicción para así poder surtir a los caballos del Regimiento de Farnesio que se hallaban de bandera en esta villa, todo para que no experimentasen la necesidad que les amenazaba, por no venir a venderse trigo y cebada en los mercados de la villa, en aquella ocasión ni al presente, no siendo otro el motivo y que, por parte del Procurador General de los Lugares de la Jurisdicción se ha levantado la calumnia de que, en conformidad de la Orden expedida en el año de1.766,debo pagar la cebada con los Propios de la villa o bien que persona poderosa adelante el dinero, sin por ello hacerse cargo el Procurador General, pues no hay persona que se atreva a adelantar dinero en vista de la notoria quiebra, pues si se compra a 20 reales la fanega, el Proveedor la regula por 15,si produce 47 raciones, las regula por 53, y todo ello con notable perjuicio y conocidas pérdidas de los que han suplido y suplen los bastimentos . Por lo que respecta a suplirlo con los recursos de los Propios de la villa, siendo, como son reducidos, se hallan destinados, según los Señores del Real y Supremo Consejo de Castilla, para servir a los fines que constan en el Reglamento y que, en otro tiempo, remitieron la prohibición de echar mano de ellos para otra cosa alguna. Sin embargo, y a pesar de las reiteradas razones, el Caballero Intendente de la ciudad de Zamora, expide Orden para que compareciese a dar mi descargo, de cuya comparecencia, no obstante, se me ha dispensado dada mi avanzada edad y otros achaques que padezco. Pero, para que tenga efecto dicho descargo, otorgo y doy todo mi poder cumplido, tan bastante como en Derecho es necesario ,más pueda y debe valer, a D .Bartolomé Pérez

Quijano, Teniente Coronel del Regimiento de Infantería de Asturias y su Sargento Mayor, para que, en mi nombre y representando mi derecho y persona, comparezca ante el Sr. Intendente y ante los Señores Jueces y Tribunales competentes y, con relación de todo lo aquí expresado, y más que al caso conduzca, pida se me absuelva y dé por libre de la calumnia que se me imputa y, en su consecuencia, se tomen las más serias providencias a fin de que se pongan en esta villa la provisión de granos y el dinero necesario para la Tropa, como es su obligación y, de este modo, se evitarán los sofocos que acaecen y los notables perjuicios y quiebras que, con semejantes Repartimientos se ocasionan a los pobres vecinos y naturales de los pueblos de este Cuartel, bastimentos y demás que se necesitan de repuesto y que, consumidos ,sin dilación se remita a otros. Que presente los pedimentos, memoriales, testimonios y más papeles necesarios. Por firme así lo otorgo con poderío a las Justicias de mi fuero, en ante el presente Escribano en esta villa de Ponferrada , a 7 días del mes de Marzo de 1.768. Siendo testigos Juan Antonio López, Diego de Neyra y Pedro Fuentes, vecinos y residentes en ella, el otorgante que yo Escribano, doy fe conozco, lo firmó y firmé. Ante mí, Gregorio Fernández Blanco

Bahía de Santander, s. XVI, Civitates Orbis Terrarum

Mentir es propio de los humanos, no tanto de los tiempos D. Manuel Francisco García de las Llanas y Venero, Regidor Perpetuo de esta villa de Ponferrada y Capitán del Regimiento Provincial de este Reino de León, digo: Que por D. José Martínez de la Fuente, mi convecino, se me ha puesto demanda ante mi respetado y venerado Coronel, el Señor D. José Villafañe, sobre las entrega de 4.500 reales de vellón y un baúl con todas las ropas y alhajas que encierra que, contra su voluntad, dice que puso en mi poder su conjunta D.ª Margarita Losada, ahora difunta, con las expresas denigrativas palabras de que se me prevenga y que, en lo sucesivo, me abstenga de proteger semejantes y fraudulentas ocultaciones nada decorosas al carácter militar y poco conducentes para mantener la buena representación en que me ha constituido miramiento y circunstancias, con otros dicterios que, por menor, resultan de la demanda de la que, con acuerdo de Asesor se me confió traslado con emplazamiento y señalamiento de estrados, a cuyo fin se libró el correspondiente Despacho en 15 del corriente que se me ha hecho saber, por tanto: Otorgo que doy todo mi poder cumplido ,el que es necesario y se requiere en Derecho, a D. Antonio Peña ,Sargento de Brigada del mismo Regimiento para que, en mi nombre y representando mi derecho y persona, parezca ante el Tribunal de su Señoría y, por Apelación, ante los Señores del Real y Supremo Consejo de Guerra y, contestando a la propuesta demanda, haga las defensas que conducentes a ella hasta lo conseguir, y se me absuelva y dé por libre de ella, con imposición de perpetuo silencio y todas las costas al Señor Martínez, como mal demandante y, por lo que respecta a las injuriosas palabras que vulneran mi honor ,estima y notorio buen concepto en que me hallo constituido en todo este país y en cuantas partes me conocen, justificaré con los documentos más respetuosos, y pida contra el insolente y desvergonzado Martínez ,su Abogado Carral y su Procurador Cartón, la condigna satisfacción para mejor vindicar mi nacimiento ,buena fama, reputación y demás loables circunstancias de que estoy asistido y usará de la acción criminal que mejor le parezca, presentando, para todo y cada cosa y parte, los pedimentos necesarios, escritos, testigos ,papeles, probanzas ,alegue, responda ,tache y contradiga lo que en contrario se presentare. En la villa de Ponferrada, a 22 de julio de 1.778 años, ante testigos y el otorgante de quien doy fe y conozco, lo firmó y firmé. Ante mí,

Gregorio Fernández Blanco

Asalto a Gibraltar, J. M. Will, 1.782 Si el hombre ha de pasar por una desgracia, es mejor que haga frente a ella D. Manuel García de las Llanas, Caballero de la Orden de Alcántara, Capitán del

Regimiento de Milicias de León, Regidor Perpetuo y vecino de la villa de Ponferrada, digo:

Que habiendo comprado un caballo de mucho aprecio y estima para la expedición sobre la Plaza de Gibraltar (1779/83), porque mis Jefes y Superiores me habían comunicado la conveniencia de estar prevenido y, por este motivo, he conservado y mantenido el caballo con el mayor de los esmeros. Pero una mañana, el caballo sacó la cabezada y, saliendo de la cuadra, se encaminó con lozanía a la Plaza Principal de esta villa. En esta Plaza se encontraban sueltos unos machos de un Maragato que habían conducido trigo de venta. El caballo se encaró con ellos relinchando y enredando con la mayor nobleza y lealtad, sin hacer el menor daño a los machos ni a persona alguna. Sin embargo, uno de los Maragatos enfadado con el caballo, le tiró varias pedradas al cuerpo y logró separarlo de ellos. Las gentes presentes trataron de encaminar el caballo

hacia mi casa ,cosa imposible por la mucha lozanía del animal que, viéndose en libertad ,volvió por segunda vez a la Plaza y se encaró con los mismos machos relinchando y enredando, y todo ello sin el menor perjuicio daño u otro de los Maragatos. Pero el Maragato colérico y con intención premeditada, le tiró dos pedradas, dándole una en la quijada y la otra en un ojo, de tal forma, que se lo arrojó fuera y, a causa del golpe, quedó arrojando porción de sangre y enteramente inutilizado para mi servicio. Por cuyo hecho, que pareció muy mal a todos los presentes, acuso criminalmente al Maragato ante el Teniente Corregidor de esta villa quien, por pronta Providencia, se ha servido mandar arrestar a su persona, embargo de los machos y el trigo que conducían, hasta que se recibiese la justificación que ofrezca de semejante atentado.

Siendo preciso que, por la presentación de esta causa, nombre Procurador que me defienda, otorgo que doy todo mi poder cumplido y bastante, el que se requiere en Derecho y es necesario, a Miguel López Santín para que, en mi nombre y representación de mi derecho y acción, comparezca ante el Sr. Corregidor de esta villa, su Lugarteniente y demás Señores Jueces, Justicias y Tribunales que sean convenientes, y me defienda en la querella y causa criminal, y pida se le condene en las penas establecidas por Derecho contra semejante delito ,para su ejemplo y de otros, y a que me pague el precio y valor del caballo en justa tasación y en las costas causadas y que se causaren. En la villa de Ponferrada, a 17 de Noviembre de 1.783 años. Ante mí Escribano y testigos, José Verea

Vista del Arsenal de Ferrol Así como es impropio hablar mal de los difuntos, también lo es despreciar su herencia En la villa de Ponferrada , a 31 días del mes de Julio de 1780 años, ante mí Escribano y testigos, compareció D. Pedro Santos Fernández, vecino de ella, por sí, y en representación de D.ª Feliciana de Tapia Carujo Sarmiento, su legítima mujer, y de D. José de Tapia Carujo Sarmiento y Quindós, cuñado y hermano respectivo, vecino de la de Villafranca y residente en la actualidad en la de León, hijos y herederos que

quedaron de D. José de Tapia y Valcarce y de D.ª Josefa Carujo Sarmiento y Quindós, en virtud de su especial poder que pasó por testimonio de Manuel González Quiñones, Escribano en la ciudad de León, su fecha en 28 del corriente ,cuya copia acompaño a ésta, digo: Que la repetida Dª. Josefa, madre de los expresados, fue hermana carnal de D. José, D.ª Manuela y D .Manuel Carujo Sarmiento y Quindós, Soldado en uno de los Batallones de Marina, el cual ha muerto y pasado de esta presente vida a la eterna sin haber hecho testamento, ni dejado herederos legítimos, por cuya razón les corresponde su herencia y bienes como parientes más inmediatos. Y para que tenga efecto la recaudación de lo que existe en la villa de Ferrol, otorga y da su poder, tan bastante como de Derecho es necesario, en cuanto a pleitos y no más, a D. Casimiro Carujo Sierra Sarmiento y Quindós, natural de San Lorenzo, primo carnal de D.ª Feliciana y D .José para que, representando nuestros derechos y personas ,pase a la expresada villa de Ferrol, y más que sea necesario y se muestre como parte ante el Caballero Intendente, Gobernador y respectivo Comandante y otros cualesquiera Jefes y Tribunales que correspondan, y pida la entrega de la herencia y bienes que hayan quedado de D. Manuel , Soldado Artillero, como sobrinos que estos son del susodicho y en representación de D.ª Josefa ,su hermana difunta, y como parientes más inmediatos, junto con los demás tíos que van nominados, sea en especie de dineros, alhajas, vales contraídos a favor del difunto o en otra cualquiera forma, todo lo que haya, perciba, cobre y de ello se otorgue los correspondientes recibos o Cartas de Pago. .................................. D. Casimiro Carujo Sarmiento, natural del lugar de San Lorenzo, Jurisdicción de la villa de Ponferrada, digo: Que en 12 de Julio del año pasado de de 1.780,por testimonio del infrascrito Escribano ,por D. José Carujo Sarmiento y Quindós, mi padre, D. José de Barrio y Losada, vecino de dicho lugar, D. Pedro Alonso Carujo Sarmiento y Quindós, natural de San Esteban de Valdueza, D. Ignacio Perejón, vecino de la villa de Corullón, D. Jerónimo García Varela, vecino de la villa de Ponferrada ,como hermanos el primero, y los demás como sobrinos y herederos por sus respectivas mujeres de D. Manuel Carujo Sarmiento y Quindós, Soldado que fue de Artilleros, se me confirió poder para la percepción y cobranza de la herencia y bienes que quedaron por el fallecimiento de éste, con facultad de dar recibos, cartas de pago de todo lo que percibiese y cobrase de cualesquiera personas ,bien en dinero, alhajas, bienes muebles o en otra cualquiera forma, y que el infrascrito Escribano da fe y poder para el citado poder, y pase con documentos legítimos a la villa de Ferrol en donde percibirá diferentes cantidades de maravedís respectivos a la citada herencia, pero no el total de ella por causa de haberse hallado en aquella ocasión ausentes y ultramarinos algunos de los deudores que tienen contraídos sus vales y obligaciones a favor del difunto que, respecto a los mismos, soy noticioso han llegado algunos para que tenga efecto el recobro de los débitos, pero en esta atención y a la de no poder pasar a la referida villa de Ferrol, tanto por la larga distancia cuando por evitar los gastos y dispendios que se me habían de originar: Otorgo que doy todo mi cumplido, el que se requiere y es necesario en Derecho a efectos de la herencia y bienes y demás intereses, a D. Francisco González San Pedro, vecino de la villa de Ferrol, empleado en los Reales Arsenales, para que, ante los interesados y a nombre de los interesados y el mío, como tal Apoderado, y representando el derecho y personas de unos y otros, haya, perciba y cobre de los

deudores, las cantidades de maravedís que cada uno quedó debiendo al nominado D .Manuel Carujo Sarmiento y Quindós, Artillero, en virtud de los vales y papeles de obligación que, a su favor fueron constituidos, que les exhibirá para su convencimiento y, de lo que percibiese y obre, pueda dar y de los recibos y cartas de pago que tuviere por conveniente con confesión de la paga y entrega si fuere de presente y, no lo siendo, con renunciación de sus leyes que, siendo dadas y otorgadas por D. Francisco González las apruebo, confirmo y ratifico, quiero y consiento tengan la misma fuerza y validez que si por mí mismo fueren hechas y otorgadas y, a su otorgamiento presente me hallara y ,en el caso de no pagar buenamente , los reconvenga ante las Justicias de sus respectivos fueros y domicilios, presentando los vales con los pedimentos y memoriales que fuesen menester, pidiendo los reconozcan ,juren y ofrezcan las informaciones necesarias, alegue, responda, tache y contradiga lo que en contrario se presentare y hasta conseguir el efectivo pago de las costas que se causaren . Y por firme así lo otorgo con poderío a las Justicias de mi fuero. Ante el presente Escribano, en la villa de Ponferrada, a 29 días de Julio de 1.782, ante mí Escribano y testigos y el otorgante que doy fe conozco, lo firmó y firmé. Ante mí, Gregorio Fernández Blanco Los Repartimientos y los Arbitrios para con la Milicia requieren semejarse a las ollas de dos asas En el lugar de San Lorenzo, Jurisdicción de la villa de Ponferrada, a 21 de Noviembre de 1802,ante mi Escribano y testigos infrascritos, parecieron presentes en la casa habitación y morada de D. José Casimiro de Barrio y Losada, Procurador General y de la Tierra, y, de su convocatoria, los Alcaldes de los lugares de dicha Jurisdicción que son, a saber, D .Luis Núñez Gayoso de Santo Tomás de las Ollas, D. Cayetano Raimóndez de Toral de Merayo, D. Antonio González Valcarce, de Campo; Manuel de la Riguera, de Villalibre, Bartolomé González ,de Carracedelo; Pablo Pérez, de Fuentes Nuevas, Francisco de la Riguera, de Ozuela; Pedro Durán ,de Columbrianos; Juan de Voces, de Paradela de Muces; Francisco Menéndez ,Procurador de Onamio en ausencia de su Alcalde, y Ángel Rodríguez, Regidor del mismo lugar de San Lorenzo, que confesaron ser la mayor parte de los Alcaldes de esta mencionada Jurisdicción, de que doy fe y, por los ausentes que no han podido sumarse, prestaron voz y capción, en forma de ratto grato manente pacto iudicatum solvendo de que estarán y pasarán por lo que por los presentes fuese hecho y otorgado con expresa obligación que hacen de los propios juros, rentas y más efectos de sus respectivos Concejos y dijeron: Que habiéndose observado de inmemorial tiempo a esta parte, y hasta el año próximo pasado consiguiente a las Ordenanzas con que se gobierna la villa de Ponferrada y lugares de su Jurisdicción, la costumbre de que los remates de sus Abastos se celebraban con la condición de Abastecer a un mismo precio, así a los vecinos de aquélla como de los transeúntes ,ientes y vinientes a ella, y a los vecinos de los lugares de su Jurisdicción y, como en el dicho año próximo pasado, se hallasen con la inesperada novedad de haberse interrumpido la referida costumbre, ocurrieron, por vía de queja, a la Real Audiencia de Valladolid en donde se ventiló pleito entre el Ayuntamiento de la villa de Ponferrada y su Procurador General de la Tierra ,a su nombre.

Y estando persuadidos que, por haberse calificado en bastante forma los fundamentos de su defensa, se daría Providencia amparando a la Jurisdicción en la posesión de surtirse de los Abastos de la villa de Ponferrada a los mismos precios que lo hacen los vecinos de ella, no se ejecutó así. Por tanto, sintiéndose agraviados de la Providencia dada por el expresado Real Acuerdo de 20 de Septiembre último, en donde se vieron los pleitos sin asistencia ni noticia de los defensores y sólo con una instancia, a fin de rebajar los gravísimos perjuicios que se les siguen de llevarse a efecto la Real Determinación y ,en virtud de lo cual : Otorgan y dan todo su poder cumplido, como es requerido en Derecho, a D. Benito Díaz de la Peña, Comisario de Guerra ,residente en la Villa y Corte de Madrid para que, en su nombre y de los pueblos de la Jurisdicción de la villa de Ponferrada a quienes representa, comparezca ante S.M.,que Dios guarde, y demás Señores de su Real y Supremo Consejo de Castilla y pida se sirvan librar los Autos de que hecho mérito y con su vista y de los demás fundamentos y motivos que se expongan y justifiquen ,es necesario el que se revoque la Providencia del Real Acuerdo en atención a tener la citada villa con los pueblos de su Jurisdicción: mancomunidad de pastos, rozas y todos los aprovechamientos, y se repartiese entre estos y aquélla por mitad los utensilios, puentes y canales, canceles y otros diferentes, y percibir la villa por mitad los intereses que producen los ganados que, en tiempo de invierno, vienen a pastar a los pueblos de su jurisdicción. Por cuyas razones, y otras que se expondrán a su debido tiempo, pida, así mismo, el que consiguientemente a la revocación del Real Auto, se imponga a la villa perpetuo silencio y las costas. Y hasta así lo conseguir y los más favorables pronunciamientos, presente los pedimentos necesarios, escrituras, testimonios y, en prueba testigos, alegue, tache, responda, contradiga cuanto en contrario se presentare dijere o alegare, oiga Autos y Sentencias, interlocutorios y definitivas consiente las favorables y de las que no lo sean, suplique, gane Reales Despachos y pida se hagan notorios a las personas con que hablasen, tomando testimonio de su denegación. Y así lo otorgan con poderío de Justicia y renuncia a las leyes de su fuero, ante mí Escribano, siendo testigos: Gregorio Rodríguez, de Fuentes Nuevas; Esteban Astorgano, de Ozuela y Antonio de Voces, de Carracedelo, y los otorgantes, a quienes doy fe y conozco, firmaron los que supieron y por los que no, uno de los testigos. Ante mí, Manuel González Varela

Milicianos celebrando la Paz de Westfalia, B. van der Helst, s.XVII

Las vidas y haciendas dependen de tantas casualidades que jamás se puede vivir desprevenido En la villa de Ponferrada, a 7 de Septiembre de 1.811, Santiago Franco Mendaña, arriero de profesión y vecino del lugar de Santiago Millas en la Maragatería, comparece ante el Escribano, José Antonio Fuentes y testigos, manifestando que: Habiendo venido desde la ciudad de Segovia con doce machos y transportando en ellos otras tantas cargas de paños para la ciudad de Santiago de Galicia, hubo de hacer noche, el día 26 de Agosto, en la villa de Molinaseca. Ocurrió que, en la mañana del día 27, estando cargando la recua de machos para seguir ruta hacia Galicia y, teniendo ya tres machos cargados, se halló con la sorpresa de que cuatro soldados, a su parecer artilleros, le requisaron todos los machos, y la razón era que habían de conducir municiones y otros pertrechos del Ejército. Las cargas con los paños quedaron, mientras tanto, en el portal de la casa de D .Tomás González, vecino de la villa de Molinaseca, lugar en que me hallo. Al poco tiempo de haber tenido lugar la requisa de los machos, vinieron nuestras tropas en retirada comandadas por el Sr. Manuel Castañón. “En Mayo de 1808, Manuel Castañón Monroy, Regidor Perpetuo de León y Tte. Coronel retirado, hace un llamamiento general, invitando a crear Juntas de Partido y a reclutar a todos los mozos solteros entre los 17 y 40 años”, Francisco Pérez Mercadillo y su tiempo, J. A. Balboa de Paz, pág., 37 A buena parte de los soldados, en espacial los del Regimiento de Oviedo, a pesar de todos los intentos, no fue posible impedirles el acceso al portal donde se encontraban las doce cargas de paño. De inmediato, las tomaron como botín, extrayendo de ellas diez cargas enteras. A saber: una carga de treintenos, paño azul turquí y color avellana, otra de veintecuatrenos limiste de Segovia, seis cargas veintedosenos prensados y frisados paños finos negros, dos cargas de dieciochenos de nieva, también negros, amén de cuatro arrobas de tabaco fino de polvo sevillano en botes de a cuatro y seis libras. -Diezochenos, treintenos, etc. son los distintos tejidos de lana, 18 enos, indica, por ej. la cantidad de hilos que lleva su urdimbre. La calidad inferior es la de 14 enos, 22/24 enos es la calidad media y 30/32 enos la calidad superior. Precio por vara: 35 reales la calidad inferior, 57 reales la calidad media y 80 reales los de mejor calidad. Cada paño suele tener 35/37 varas-. Los paños que se llevaron por la fuerza los soldados, los vendieron por el camino y otros los estropearon pretendiendo hacer ropa con ellos. Es más, desaparecieron tres de los doce machos, todo lo cual me ha dejado entristecido por la ruina y calamidad que todo esto supone para toda mi familia, por eso mismo, he de presentar la queja ante el Tribunal que corresponde, significando el importe de las diez cargas de paño y demás que se han llevado con motivo del embargo que se me hizo de la recua para la conducción de municiones y demás pertrechos de nuestro Ejército y todo por los medios y testimonios que mejor haya lugar con arreglo a las Reales Órdenes. Y no siéndome fácil practicar por mí mismo las diligencias que, a tales efectos se requieren y, para que haya persona que, en mi nombre, las verifique conforme a Derecho: Otorgo todo mi poder cumplido a D. Lorenzo Gago, para que, en mi nombre y representando mi derecho, se presente ante la Justicia Ordinaria de la citada Molinaseca y, con relación de todo lo aquí expresado, y más que sea conducente, pida el recibí de la justificación del embargo que se me hizo de las recuas en la mañana del

día 27 de Agosto y que, por esta razón, nuestras tropas y en espacial el Regimiento de Oviedo que se llevaron a la fuerza las cargas de paño, así como hacer ver que las tropas han vendido en los diferentes pueblos gran parte de los paños extraídos, todo ello al Sr. General en Jefe del Ejército y demás autoridades, procediendo se me satisfagan las expresadas diez cargas de paño. Así lo otorgó ante mí Escribano, ante las Justicias de S. M., fuero y jurisdicción, siendo testigos, D. Nemesio Martínez Mercadillo, D. Pedro Piensos y D. Manuel Antonio Fuentes, de Cacabelos. Ante mí,

José Antonio Fuentes

El dinero, que fue capaz de desbloquear los caminos de la guerra, no pudo impedir sus desvaríos ni mudar la hiel en miel

En la villa de Ponferrada, a 11 de julio de 1.810,ante mí Escribano y testigos comparecieron presentes los Señores D. Esteban de Aguas, Rector y Cura Párroco de Santa María de la Encina y Arcipreste del Arciprestazgo de Rivera de Urbia, D. Miguel Morales Hernández, Cura Párroco del lugar de Priaranza, D. Antonio de Prada, del de Salas de los Barrios, D. Francisco González Ron, del de Villalibre, D. Juan Abad, de Valdecañada, el Dr. D. Juan Antonio de Reyes, de Toral de Merayo, D. José Jacobo, de Borres, de Riego de Ambrós, D Pedro Barreiro, de Folgoso del Monte, D. Francisco Martínez Mercadillo, de Villar de los Barrios, D. Gabriel López ,de San Juan de Paluezas, Francisco Puertas, de Rimor, y D. Francisco de Castro, de San Lorenzo, y juntos dijeron:

Que en virtud de la Carta Convocatoria del Sr. Arcipreste, de fecha de 7 del presente, se inserta en ella un Oficio del Sr. Lic. D. Juan Antonio Tallo, Corregidor de la villa de Villafranca, relativo a hacerles presente que, hallándose Comisionado por el Excmo. Sr. D. Nicolás Mahy, General en Jefe de este Ejército para arrendar el Noveno y el Excusado de todos los Arciprestazgos de este Obispado que no estén ocupados por el enemigo y situados en el Reino de León, en el que, asimismo, proponía al Arcipreste y Curas respectivos si querían tomar en unión a su cargo y en arriendo los ramos mencionados, se presentasen por sí o por aviso de aquél en dicha villa de Villafranca el día 13 del corriente a celebrar dichos arriendos los Curas y Vicarios.

- Noveno Decimal: Desde1.801 la Hacienda Pública percibía el Noveno Extraordinario de todos los Diezmos-.

-Excusado: Se denomina Excusado porque la Principal Casa Dezmera de cada Parroquia estaba excusada de pagarlo a la Iglesia Parroquial. Desde el siglo XVI, la Hacienda Pública podía elegir una de entre la Principal Casa Dezmera de cada Parroquia, generalmente la del Mayor Hacendado. Tributo extinguido en 1.837-.

En efecto, habiéndose congregado por medio de la citada convocatoria y a son de

campana tañida, según lo tienen de costumbre para tratar y conferenciar las cosas pertenecientes a su estado, en el día de hoy y en la Iglesia Parroquial de San Andrés de esta villa, los expresados Curas y Vicarios, unánimes y conformes, deliberaron conferir todas sus voces, facultades y poder bastante al Dr. D. Juan Antonio de Reyes y D .Francisco Martínez Mercadillo, Curas de Toral de Merayo y Villar de los Barrios, por ambos barredos públicos para que, a nombre de los que suscriben y demás que fueron

convocados y no asistieron, excepto los Sres. Curas Párrocos de Carucedo y San Cristóbal que renuncian a todo arriendo y,todos así y en esta forma componen el Arciprestazgo en unión, pasen inmediatamente a la nominada villa de Villafranca y traten con dicho Sr. Corregidor u otros sujetos que se hallen autorizados con igual comisión en el particular, que tengan por conveniente conformándose por sí y a nombre de los más otorguen en el tanto o cuanto que deban satisfacer por dichos ramos en el presente año y, por lo que fuere, puedan otorgar y otorguen el correspondiente contrato de arrendamiento a los plazos en que se convengan, según las circunstancias que hallaren por más convenientes a la utilidad de la Provincia, del Ejército y del mismo Arciprestazgo, pues, desde luego al intento, dan y confieren a los ya citados, todas sus veces y facultades con aprobación y ratificación de cuanto hicieren ,trataren y ajustaren en el particular, contra lo cual no irán ni vendrán ahora ni en tiempo alguno aunque les asistiese causa para ello, y se obligan en debida forma a la paga y satisfacción de las cantidades y efectos que por dicha razón escriturasen, bajo la pena de ejecución y costas, y para lo cumplir dieron poder a las Justicias y Jueces de S.M. ,que a ello les compelan, como por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, renunciaron todas las leyes ,fueros y derechos de su favor con la general en forma y el capítulo “suam de poenis, observandum de solutionibus licentia maior et minor” de su Prelado, y, por firme, así lo otorgaron ante mí Escribano, siendo testigos D. Antonio Valles, vecino de la villa de Bembibre, D. Vicente Lama y Montes, Capitán de los Reales Batallones de Marina estantes en esta villa y Juan Sáez ,Sargento de los mismos.

Los señores otorgantes, a quienes doy fe y conozco, lo firmaron y firmé. Ante mí,

José Antonio Fuentes

Reunión de Mendigos, F. Sasso, s. XVIII

“Al Muy Ilustre Concejo de la villa de Ponferrada” “D. José Montes García, Presbítero, natural de esta villa, y Capellán Párroco, por S.M., del primer Batallón del Regimiento de Infantería de Zamora, a V.S., con el debido respeto, hace presente: Que después de haber seguido la Carrera de Filosofía , Sagrada Teología y dos años de Moral en el Seminario Conciliar de la ciudad de Astorga, fue hecho Sacerdote e, inmediatamente, pasó a la Villa y Corte de Madrid a hacer oposición a las Capellanías del Ejército , Armada y Fuerza de la Real Guardia de Corps, la que se verificó en la Real Capilla, mereciendo la aprobación por los Señores Jueces del Concurso y, en seguida, lo nombraron Capellán –Párroco del Segundo Batallón de Voluntarios de España, con cuyo Cuerpo principió la campaña pasada y ,disuelto aquel Batallón, lo destinaron a otros hasta llegar a éste que subsiste. Más estando vacante la Rectoría de Santa María de la Encina y San Pedro ,su anejo, de esta villa por promoción del Sr. D. Esteban Aguas a la Abadía de San Juan de Cenero en Gijón y, concurriendo en el exponente las cualidades que se necesitan: como el ser hijo de vecino y demás, añadiendo a esto el llevar cerca de catorce años de Párroco en los Reales Ejércitos, cuyos servicios en defensa de la Patria y su conducta se patentizan por los documentos que adjunto acompaño, administrando en este tiempo el Pan Espiritual y toda clase de socorros en los Hospitales asistiendo a los enfermos y heridos del Ejército, por tanto, a V. Ilma., Suplica que, habiendo de ser provista la Rectoría por votación del expresado e Ilustre Concejo, tenga a bien votarla en favor del suplicante, por cuya gracia quedará eternamente reconocido. Nuestro Señor conserve la vida de V. S. dilatados años. Ponferrada y 19 de Junio de 1.819”. Firmado y rubricado: José Montes García Fuentes Documentales: Archivo Histórico Municipal de Ponferrada, L. A.14. Archivo Histórico Provincial de León Sec. Protocolos Notariales, Cajas, 2.280, 2.288, 2.332, 2.342, 2.391, 2.481, 2.489, 2.568, 2.701, 2.706, 2.781