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Agustin & Valb Recio 1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Siguiendo a Becerra Bautista, "estimamos que pueden distinguirse con claridad en nuestra legislación positiva casos de jurisdicción voluntaria típica, es decir, de contenido administrativo o sea, en la formación de relaciones jurídicas concretas, acreditando en forma solemne la legalidad del acto realizado y, por separado, los procesos atípicos incluidos en el Código como formando parte de la jurisdic- ción voluntaria". Según el mismo procesalista, en el caso de los procesos volun- tarios atípicos, la intervención del Juez -y, agregamos nosotros, la del Notario- no tiene simple calidad de documentación, pues debe resolverse la petición respectiva mediante una tramitación similar a la contenciosa en la que se reciben pruebas y se dicta una resolu- ción, que tiene fuerza constitutiva, pues crea derechos y obligacio- nes a favor del promovente y de terceros; no es un acto puramente administrativo, pues crea situaciones jurídicas nuevas a través de una sentencia. Ejemplo de jurisdicción voluntaria típica o de contenido admi- nistrativo, son las informaciones ad pmpetuam y las diligencias de apeo y deslinde; muestra de los procesos voluntarios atípicos es la adopción. Si mediante un compromiso arbitral o a través de una cláusula compromisoria, pueden los particulares someterse a un juicio arbi- tral, en el que haciendo a un lado las leyes procesales y los órganos jurisdiccionales del Estado, las partes tramitan conforme a reglas previamente convenidas, un litigio ante otro particular llamado árbitro, a quien se encomienda el conocimiento y decisión de la controversia, a mayoría de razón, los interesados pueden encomendar a una persona en quien está depositada la fe pública, el conocimiento www.juridicas.unam.mx Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM http://biblio.juridicas.unam.mx Revista de Derecho Notarial Mexicano, núm. 111, México, 1998. DR © Asociación Nacional del Notariado Mexicano, A. C.

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Agustin & Valb Recio

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Siguiendo a Becerra Bautista, "estimamos que pueden distinguirse con claridad en nuestra legislación positiva casos de jurisdicción voluntaria típica, es decir, de contenido administrativo o sea, en la formación de relaciones jurídicas concretas, acreditando en forma solemne la legalidad del acto realizado y, por separado, los procesos atípicos incluidos en el Código como formando parte de la jurisdic- ción voluntaria".

Según el mismo procesalista, en el caso de los procesos volun- tarios atípicos, la intervención del Juez -y, agregamos nosotros, la del Notario- no tiene simple calidad de documentación, pues debe resolverse la petición respectiva mediante una tramitación similar a la contenciosa en la que se reciben pruebas y se dicta una resolu- ción, que tiene fuerza constitutiva, pues crea derechos y obligacio- nes a favor del promovente y de terceros; no es un acto puramente administrativo, pues crea situaciones jurídicas nuevas a través de una sentencia.

Ejemplo de jurisdicción voluntaria típica o de contenido admi- nistrativo, son las informaciones ad pmpetuam y las diligencias de apeo y deslinde; muestra de los procesos voluntarios atípicos es la adopción.

Si mediante un compromiso arbitral o a través de una cláusula compromisoria, pueden los particulares someterse a un juicio arbi- tral, en el que haciendo a un lado las leyes procesales y los órganos jurisdiccionales del Estado, las partes tramitan conforme a reglas previamente convenidas, un litigio ante otro particular llamado árbitro, a quien se encomienda el conocimiento y decisión de la controversia, a mayoría de razón, los interesados pueden encomendar a una persona en quien está depositada la fe pública, el conocimiento

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y tramitación de diligencias de jurisdicción voluntaria atípicas, en las que dicho fedatario pueda emitir resoluciones con fuerza cons- titutiva que creen derechos y obligaciones en favor del promovente y de terceros.

En todo lo que se refiere al tema de la adopción, seguiremos las directrices del magnífico estudio que sobre esta institución hace el doctor Ignacio Galindo Garfias en su obra Derecho Civil. Primer Curso, pero relacionadas con las disposiciones del Código Civil para el Estado de Coahuila.

Con fundamento en las anteriores premisas podemos concep- tuar la institución a estudio diciendo que en virtud de la adopción, una persona mayor de edad, en pleno ejercicio de sus derechos, por propia declaración de voluntad y previa aprobación de un Juez de primera instancia o de un Notario, crea un vínculo de filiación con un menor de edad o un incapacitado.

Esta institución exige como requisit.os previos, que el adoptante tenga diecisiete años más que cl adoptado y que la adopción sea benéfica para éste.

Nace, en virtud de la adopción una relación de paternidad respec- to de un extraño, que no ha sido establecida por la naturaleza, pero, como dicen Col1 y Estivill, el vínculo que une al adoptante con el adoptado, es tan real, como el que une al padre con su hijo de sangre.

Como antecedentes de esta institución, podemos mencionar la adrogatio, en la cual el arrogado pasaba con su propia familia y patrimonio a la potestad del arrogante y la adoptio donde solamente el adoptado quedaba bajo la patria potestad del pater familiae. En ambos supuestos, operaban los efectos de la agnación y existía re- cíproco derecho a la herencia.

Al decir de Castán Vázquez, al declinar la familia agnaticia, se va modificando la adopción, pero según Galindo Garfias, "fue Justi- niano quien cstableció dos tipos de adopción plenamente distintos: la adqbtio plena ... tal como había sido conocida en el Derecho Romano antiguo: el adoptado.. . ingresaba como un nuevo miembro del grupo familiar encabezado por el pater familiae adoptante, con todos los derechos. .. y obligaciones de los que se hallaban sometidos a la potestad del jefe: adquirían nombre, pronombre patronímico, tomaban parte en las solemnidades del culto doméstico, se consideraba

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agnado en el nuevo grupo de familia, etc. La adoptio minus plena no - desviricula al adoptado de su propia familia, ni la sustrae de la

patria potestad del pato familiae del grupo al que naturalmente pertenece ... subroga al adoptado el derecho de suceder en el pa- trirnonio del adoptante extraño".

Las dos formas de adopción caen en desuso a partir de la Edad Media, hasta que con el Código Napoleón es introducida en Francia, de donde la tomaron muchos de los Códigos modernos. Sin embar- go, el Código Civil Francés, sólo acoge una forma de adopción semejante a la minus plena, pues limitaba sus efectos a un derecho alimentario y derechos de sucesión entre adoptante y adoptado y dejaba subsistente el vínculo de parentesco natural del adoptado.

En nuestro país, no se reglamenta la adopción en los Códigos de 1870, 1884, ni en la Ley de Relaciones Familiares de 1917; es hasta el Código de 1928 cuando se recogen los limitados conceptos de adopción del Código Napolcón y de ahí pasa al Código Civil de nuestro Estado.

Debe precisarse, sin embargo, que el Código Napoleón implanta la adopción con un criterio típicamente individualista y para mues- tra, Galindo Garfias señala el concepto de Portalis, ilustre miembro de la Comisión Redactora, para quien la adopción es un contrato "para consuelo de las personas a quienes la naturaleza niega la felicidad de tener hijos o que han tenido la desgracia de perder los que les había dado" o sea, que la adopción tenia la finalidad de tipo individualista de que el adoptante pudiera darse un heredero que ocupe el lugar del hijo legítimo y que lleve su apellido a fin de que no se extinguiera por falta de descendientes.

Al redactarse el CGdigo del Distrito Federal se había promulgado la reforma de 1923 al Código Civil Francés, en la que se ve a la adopción como uri medio para la ayuda y protección de los menores desamparados, tomándose en cuenta, principalmente. el interés del adoptado, por lo que cambia la adopción " ... a una institución de servicio social, de interés público y de asistencia a la niñez desvali- da". Sin embargo, al surgir el Código de 1928, todavía no se regis- traban las importantes reformas de 1939 y 1949 al Código Francés en materia de adopción.

Ahora, en las legislaciones más modernas, se pretende que la adopción sirva para incorporar al adoptado a una familia de manera plena, en la situación de hijo legítimo para lograr la formación y educación integral del adoptado.

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Por decreto número 396 del H. Congreso del Estado, publicado en el Periódico Oficial número seis, correspondiente al martes vein- tiuno de enero de 1997, se adicionan y reforman diversas disposi- ciones del Código Civil para el Estado de Coahuila en materia de adopción.

Conservando la forma de adopción originalmente prevista en el Código, a la que ahora llama "semi plena", y que es la misma reglamentada por el Código de 1928 y de su modelo el Código Francés de 1804 que a su vez introdujo la antigua adqbtio minus plena del Código Justiniano, introduce la adopción plena que incor- pora al adoptado como hijo legítimo a la familia del adoptante. Sin embargo, debemos aclarar que en la reforma que se menciona se prevé que los efectos de la adopción semi plena se extiendan a los ascendientes del adoptante, cuando éstos manifestaron su conformi- dad expresa.

Según las adiciones y reformas a los artículos 295, 307, 390, 401, 402 y el nuevo artículo 410 bis, la adopción plena sólo proce- de en favor de los menores de siete años abandonados, expósitos o los que sean entregados a una institución de asistencia autorizada para promover su adopción y sus efectos son, por naturaleza, irre- vocables.

En la adopción plena, el parentesco se extiende a los ascendien- tes y descendientes de los adoptantes, incluyendo en sus efectos respecto a ellos, la obligación alimentaria. La resolución que apme- be la adopción plena, contendrá orden al Oficial del Registro Civil "para que sustituya en su caso el acta de nacimiento del adoptado, así como para que levante acta de nacimiento en la que figuren como padres, los adoptantes y como hijo del adoptado y demás datos que se requieran conforme a la ley, sin hacer mención sobre la adopción" y "a partir del levantamiento del acta de adopción, no se publicará ni se expedirá constancia alguna que revele el origen el adoptado, ni su condición de tal".

Aún más, el Registro Civil se abstendrá de proporcionar informa- ción sobre los antecedentes de la familia de origen del adoptado, a menos que exista autorización o requerimientos judiciales para efectos de impedimento para contraer matrimonio, o cuando el adoptado desee conocer sus antecedentes familiares, si ya fuere mayor de edad, o, si siendo menor, tiene el consentimiento de los adoptantes y en los demás casos previstos por la ley.

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Bajo estos supuestos, necesitamos precisar la naturaleza jurídica, los caracteres y los requisitos de la adopción.

En cuanto a su naturaleza jurídica, es insostenible el criterio individualista que considera a la adopción como un contrato entre adoptante y adoptado o sus representantes legales. Tampoco puede considerarse que se trata de un acto de poder estatal, en cuanto que es necesaria la autorización judicial, que sólo puede ser otorga- da después de acreditarse los requisitos que la ley señala, pues el vínculo jurídico de la adopción es consecuencia de la autorización.

En realidad, como dice Galindo Garfias, tanto la voluntad del adoptante, como el consentimiento de los representantes del adop- tado, son elementos esenciales, previos y necesarios, como también es esencial la aprobación judicial -o, diríamos nosotros, del Nota- rio- para la creación de vínculo jurídico por lo que la adopción es "...un acto jurídico complejo de carácter mixto" en el que partici- pan a la vez el interés de los particulares y el interés público, que tiene como primordial objetivo, la protección y amparo del menor en el hogar del adoptante.

Continuamos siguiendo las enseñanzas del doctor Galindo Garfias y con base en ellas estimamos que la adopción presenta los siguientes caracteres:

1) En primer lugar, resaltamos que se trata de un acto solemne, por lo que los seíiores Notarios deberán ser especialmente cuidado- sos en el cumplimiento de todos y cada uno de los requisitos de la adopción y en la observancia del procedimiento previsto por el Código de Procedimientos Civiles.

2) En segundo lugar, es un acto plurinatural que requiere fun- damentalmente la voluntad del adoptante, la del adoptado a través de su representante, la intervención del Ministerio Público y la reso- lución de un Juez o de un Notario Público.

3) En tercer lugar, es un acto constitutivo de la filiación de la patria potestad y eventualmente, puede ser un acto extintivo de la mis- ma patria potestad, si se trata de adopción plena y existen anteceden- tes de quienes hasta entonces la ejercían sobre el adoptado.

4) Por último, y fundamentalmente, es un instrumento legal de protección de los menores e incapacitados, o sea que, los señores

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fedatarios, en ningún momento pueden perder de vista que en la adopción prevalece siempre y en todo caso el interés del adoptado, sobre el que pueda tener el adoptante.

Sostiene Galindo Garfias que, en el caso de la adopción plena, no sólo deben tomarse en cuenta los puntos dc vista social y moral, sino también, la opinión del médico antes de la adopción, para conocer las taras orgánicas y las inclinaciones psicológicas, a fin de aconsejar o desaconsejar la adopción o instruir a los adoptantes, sobre la conducta que deban observar en sus relaciones con el adoptado.

VI. REQUISITOS

Una vez más, seguimos a Galindo Garfias y a las recientes refor- mas al Código Civil para el Estado de Coahuila y con base en ellas, sostenemos que la adopción exige los siguientes requisitos:

1) El adoptante tiene que ser persona física. Es absurdo supo- ner que la adopción pueda realizarse por personas morales, pues por una parte se persigue suplir la falta de familia legítima y por la otra, las relaciones que se originan por la adopción, sólo pueden darse entre personas físicas.

2) Si se trata de una adopción semi plena, nadie puede ser adoptado por más de una persona, a menos que los adoptantes sean marido y mujer.

En el caso de la adopción plena, en mi opinión, no pueden adoptar las personas físicas aisladamente; tienen que estar unidas en matrimonio para poder adoptar, pues la finalidad primordial de esta institución, consiste en que el adoptado ingrese como miem- bro de una familia.

3) El tutor no puede adoptar a su pupilo, sino hasta después de que hayan sido definitivamente aprobadas las cuentas de la tutela.

4) En el adoptmte y, en su caso, en los adoptantes, deben concurrir los siguientes requisitos:

a) Ser mayores de edad; b) Estar en pleno ejercicio de sus derechos; c) Tener cuando menos, diecisiete años más que el adoptado; d) Acreditar que observa buenas costiimbres; e) Justificar que tiene medios bastantes para proveer a la subsis-

tencia y educación del adoptado, como de hijo propio; _B Acreditar que la adopción es benéfica para el adoptado;

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5) Por su parte el :idoptado:

a) Si se trata de adopción semi plena, puede ser menor de edad o mayor de edad incapacitado.

Si se trata de adopción plena, se requiere ser menor de siete años y además abandonado, expósito o haber sido entregado a una institución de beneficencia autorizada para promover su adopción. Al respecto, según el segundo párrafo del artículo 492 reformado del Código Civil del Estado:

"...Se considera expósito a aquel menor, cuyo origen se desco- noce y se coloque en una situación de desamparo por quienes con- forme a la ley están obligados a protegerlo. Y como abandonado a aquel menor que conociendo su origen, los que ejercen la patria potestad o tutela dejan de cumplir con sus deberes sin importar la posibili- dad de que una persona o institución se haga cargo del mismo."

b) Ser diecisiete años menor que el adoptante.

6) En el acto de adopción han de concurrir los siguientes requi- sitos:

a) Consentimiento de quienes ejercen la patria potestad sobre el adoptado; en su defecto, de su tutor; en su defecto, de quienes lo hayan acogido como hijo.

Si el tutor o quienes hayan acogido como hijo a la persona que se trata de adoptar, no consienten en la adopción sin causa justifi- cada, el Ministerio Público o un tutor especial que se nombre al incapaz, fuera de jurisdicción voluntaria, o sea en procedimiento contencioso, podrán ante el Juez (no ante Notario) el otorgamiento del consentimiento en contra de aquel o aquellos que lo negaron y si la autoridad judicial declara procedente la acción, condenar al demandado a dar su consentimiento y, en caso de rebeldía, autorizar el Juez la adopción;

b) Consentimiento del Ministerio Público pues aun cuando la fracción IV del artículo 39'7 del Código Civil sólo requiere esta autorización cuando no existe consentimiento de las personas men- cionadas en el inciso anterior, no hay que olvidar que de juris- dicción voluntaria, el artículo 895 del Código de Procedimientos Civiles exige la intervención del Ministerio Público cuando se refiere a menores o incapacit.ados; además, el tercer párrafo del artículo 893 del mismo ordenamiento disponc que:

"En todo caso, el Notario Público al iniciar las diligencias de jurisdicción voluntaria, dará aviso al agente del Ministerio Público

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adscrito a los juzgados civiles, pam que en un término de tres días manifieste lo que a su representación social convenga."

c) Consentimiento del menor si tiene más de catorce años.

'7) La autorización de la adopción por parte del Juez o del Notario, sólo podrá otorgarse si se comprueba que se han cumplido todos y cada uno de los requisitos mencionados anteriormente. Estimo que el Juez, o en su caso, el Notario, deben preocuparse de los móviles de las partes y muy especialmente de los que impulsan al adoptante, para evitar que la institución sirva, como dice Josse- rand, a fines irregulares.

VII. PROCEDIMIENTO

Por disposición de la ley, la adopción se tramita por jurisdicción voluntaria ante el Juez de lo Familiar o ante Notario Público pues conforme a la fracción XIII del artículo 9 V e nuestra Ley del No- tariado:

"Son atribuciones y facultades de los Notarios ... XIII. Intervenir, cuando el interesado opte por esa vía y no por la judicial, conforme a las disposiciones legales aplicables, en los procedimientos a que se refiere el Título Decimoquinto del Código de Procedimientos Civiles del Estado."

Como sabemos, el Título Decimoquinto del Código Adjetivo del Estado, se refiere a la jurisdicción voluntaria y el Capítulo IV de dicho Título, se refiere a la adopción, artículos 923 a 926.

Competencia. Pero tenemos en primer lugar, el problema de la competencia, o sea, hay que determinar quién es el Juez o el No- tario que pueden conocer de la adopción. Sobre el particular, la fracción VI11 del artículo 156 del Código de Procedimientos Civiles establece:

"Es Juez competente ... VIII. En los actos de jurisdicción volun- taria, el del domicilio del que promueve ..."

En mi opinión, esta disposición es aplicable al Notario, pues conforme a la fracción XIII del artículo gQ de la Ley del Notariado, anteriormente transcrita, debe actuar conforme a las disposiciones legales aplicables, de manera que será Notario competente para la adopción el del domicilio del adoptante.

Sin embargo, nuestro país suscribió la Convención Interamerica- na sobre Conflictos de Leyes en Materia de Adopción de Menores, de 24 de mayo de 1984, que se dio en la ciudad de La Paz, Bolivia,

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ratificada por nuestro país en instrumento de 11 de febrero de 1987 y promulgada el primero de julio del mismo año.

Según el artículo la la Convención, se aplica a la adopción plena de menores, que equipare al adoptado a la condición de hijo, cuando el adoptante tenga su domicilio en un Estado Parte y el adoptado, su residencia habitual en otro Estado Parte, pero se- gún el artículo 25 cualquier Estado Parte podrá declarar al momen- to de firmar o ratificar la Convención que se extiende su aplicación a cualquier otra forma de adopción internacional de menores.

En nuestro caso, al ratificarse por México la Convención, se declaró que se hace extensiva la aplicación de la Convención a los dis- tintos supuestos de adopción previstos por los artículos 12 y 20 de dicho instrumento. El artículo 12 se refiere a revocación de adopciones, en las que no corresponde intervenir a los Notarios y, el artículo 20, se refiere a adopciones de menores con residencia habitual en el país, por personas que también residan en el país, cuando resulte que el adoptante se proponga constituir domicilio en otro Estado.

Ahora bien, conforme al artículo 3 V e la Convención la ley de la residencia habitual del menor regirá la capacidad, consentimien- to y demás requisitos para ser adoptado, así como los procedimientos y formalidades necesarias para la constitución del vínculo y, según el artículo 15 de la misma Convención serán competentes en el otorgamiento de las adopciones, las autoridades del Estado de la residencia habitual del adoptado.

De todo lo anterior, podemos sacar las siguientes conclusiones en materia de competencia:

PRIMERA.-Es competente el Notario coahuilense para conocer en jurisdicción voluntaria la materia de adopción cuando el adop- tante tenga su domicilio en el Distrito de adscripción del Notario y el adoptado resida en el país.

SEGUNDA.-Cuando el adoptante y el adoptado residan en dis- tintos países y se trate de adopción plena, es competente la auto- ridad del Estado de la residencia habitual del adoptado.

TERCERA.-En consecuencia, el Notario no puede intervenir en adopciones plenas, en las que el adoptante o el adoptado no resi- dan en el país, pues no es autoridad del Estado.

Solicitud o acta notarial. La adopción ante Notario se inicia mediante solicitud escrita, aunque nosotros sugerimos acta fuera de protocolo en los términos del inciso a) del artículo 62 de la Ley del Notariado.

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Tanto la solicitud escrita, como el acta notarial, deben cumplir con los requisitos exigidos por el artículo 923 del Código de Proce- dimientos Civiles, o sea, que en ellas debe acreditarse, a satisfacción del Notario:

1) Que es mayor de edad y de buenas costumbres. Al efecto deberá exhibir su acta de nacimiento y documentos que acrediten su buena conducta, como certificación de no antecedentes penales y ofrecer información de cuando menos dos testigos idóneos.

2) Que tiene por lo menos diecisiete años más de edad que la persona que trata de adoptar, lo que puede justificar con las actas del Registro Civil o, si no hay acta del adoptado, ofreciendo las pruebas médicas, periciales, documentales y testimoniales que sean conducentes.

3) Que tiene medios bastantes para proveer a la subsistencia y educación del menor, como hijo propio, según las circunstancias de la persona adoptada. En nuestra opinión, primero deben acreditarse las circunstancias de la persona adoptada y así poder determinar los medios que requiere la subsistencia y educación del menor, para lo cual estimamos que son pruebas idóneas, certificados del Registro Público de la Propiedad, certificados catastrales, cuentas bancarias, comprobantes y testimoniales de ingresos fijos, etcétera.

4) Que !a adopción sea benéfica para la persona que trata de adoptarse. Este, en nuestra opinión, es el más importante de los requisitos. Recordemos que actualmente la adopción es un medio de protección de menores e incapacitados, por lo que en ningún caso y por ningún motivo puede dejarse de acreditar este requisito, que, requerir de mención expresa en la actuación notarial.

5) Deberá también manifestarse el nombre del menor o incapa- citado, acreditar su edad u ofrecer las pruebas idóneas, así como mencionar el nombre y domicilio de quienes ejercen sobre él la patria potestad o la tutela o de las personas o institución de bene- ficencia que lo hayan acogido.

6) Si se trata de adopción plena, debe acreditarse además, que la persona a quien se pretende adoptar es menor de siete años y que se trata de menor abandonado, o expósito o entregado a una institución de asistencia autorizada para promover su adopción.

'7) Estimamos también que al acta notarial se agregarán las pruebas documentales ofrecidas, mencionándolas y relacionándo- las y se dictarán las providencias que procedan para el desahogo de las pruebas que ameriteri diligencia especial.

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8) Asimismo y en cumplimiento de los artículos 893, tercer párrafo y 895, fracción 11 del Código de Procedimientos Civiles, se proveerá dar aviso al C. Agente del Ministerio Público adscrito a los juzgados civiles, acompañando copia de la solicitud y del acta no- tarial con los documentos y probanzas ofrecidas, para que, dentro de tres días manifieste lo que a su representación social convenga y también de tomar la determinación de notificar al menor que se pretende adoptar si es mayor de catorce años y a quienes sobre él ejerzan la patria potestad o la tutela, o en su defecto, a las personas o institución de beneficencia que lo hubieren acogido.

Con lo anterior se cerrará el acta, que firmará el solicitante y las demás personas que en ella hubieren intervenido, en presencia y compañía del Notario.

Actas posterimes. Posteriormente se levantarán las actas necesarias para hacer constar el pedimento del Ministerio Público, el desahogo de las pruebas que hubieren quedado pendientes y el consenti- miento de las personas que deban otorgarlo. Se recomienda que sea el menor número de actas y, de ser posible, sólo una.

Providencia. Desahogadas las pruebas ofrecidas y obtenido el consentimiento de las personas que deben otorgarlo, el Notario dictará providencia dentro del tercer día, resolviendo si procede o no la adopción y, en su caso, aprobará la misma.

Esta providencia, según el artículo 898 del Código de Procedi- mientos Civiles, es apelable en ambos efectos, si el recurso lo interpusiere el promovente de las diligencias y sólo en el devoluti- vo, si lo promoviere cualquier otro interesado y la tramitación de estas apelaciones se ajustará a los trámites establecidos para los incidentes, lo que consideramos que el Tribunal competente para el conocimiento de la apelación será el Unitario de Distrito que corresponda al oficio del Notario.

Dispone el artículo 400 del Código Civil, que tan luego como cause ejecutoria la providencia que autorice la adopción quedará ésta consumada, por lo que debemos precisar cuándo causa ejecu- toria la providencia dictada por el Notario autorizando la adopción.

Estimamos que procede la aplicación analógica del artículo 427 del Código de Procedimientos Civiles, según el cual, causan ejecu- toria las resoluciones consent.idas expresamente por las partes, o aquellas que notificadas en forma, no se interpone recurso en tiem- po, o si se interpuso, no se contlnuó en forma y términos legales, por lo que recomendamos levantamiento de acta en la que se haga

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constar la expresa conformidad de los interesados y la expresa declaración notarial de que la providencia ha quedado firme.

Sobre estos particulares, queremos recordar que conforme a las últimas reformas al Código Civil, la adopción semi plena produce parentesco en los padres del adoptante, si éstos manifiestan su conformidad expresa, por lo que resulta conveniente que en el acta notarial en que conste la expresa conformidad de los interesados con la providencia que aprueba la adopción se consigne también, en su caso, la expresa conformidad de los padres del adoptante.

En lo que se refiere a la adopción plena, los artículos 295 y 402 reformados, del Código Civil, disponen que el parentesco se extenderá a todos los ascendientes y descendientes de los adoptantes, pero el último párrafo de la disposición citada en segundo lugar, establece que en los casos de adopción plena, se aplicará lo dispuesto por el segundo párrafo del precepto invocado en primer lugar, o sea el 295, que es el que requiere la conformidad expresa de los padres de los adoptantes, por lo que estimamos que, en este caso de adopción piena, es imprescindible que el Notario haga constar la conformi- dad expresa de ascendientes y descendientes de los adoptantes, porque el parentesco produce derechos y obligaciones y estas últimas no pueden imponerse si no existe expresa conformidad en la adopción del que las contrae.

En lo que respecta a la declaración de que la providencia que aprueba la adopción quedó firme o causó ejecutoria, hago notar que, conforme al artículo 394 del Código Civil, el menor o incapa- citado podrán impugnar la adopción dentro del año siguiente a la mayor edad o a la fecha en que haya desaparecido la incapacidad, por lo que en realidad, la providencia no causa ejecutoria para el adoptado, sino hasta pasado ese plazo.

Acta única. No vemos inconveniente en que, bien organizado el procedimiento de adopción en una sola acta se consigne la so- licitud, el consentimiento de los que deban prestarlo, se exhiban y desahoguen las pruebas, se dicte la providencia que apruebe la adopción, se exprese la conformidad y el consentimiento de todos los interesados y se declare ejecutoriada.

Según el artículo 400 del Código Civil, la adopción queda con- sumada al causar ejecutoria y la siguiente disposición establece que debe remitirse copia de las diligencias respectivas al Oficial del

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Registro Civil del lugar para que levante el acta correspondiente. A nuestro modo de ver, sería conveniente que el Notario protocolizara en lo conducente las diligencias de jurisdicción voluntaria y enviara testimonio de ellas al Oficial de Registro Civil.

Establece el artículo 86 reformado del mismo Código Civil, que el acta de adopción semi plena, contendrá nombre, apellidos, sexo, domicilio, fecha, lugar de nacimiento y clave única del Registro de Población del adoptado; nombre, apellidos, edad, estado civil, do- micilio y nacionalidad del o de los adoptantes; nombre, apellidos, edad, estado civil, nacionalidad y domicilio de las personas cuyo consentimiento hubiere sido necesario para la adopción; nombre y apellido de dos testigos de asistencia y se asentarán en el acta los datos esenciales de la resolución que la decretó, la fecha en que causó ejecutoria y el tribunal que la dictó.

Dos críticas nos merece esta disposición: una, que debió incluir los datos de los padres del o de los adoptantes, si éstos expresaron conformidad expresa, pues según el segundo párrafo del artículo 295 del ordenamiento civil del Estado, se produce también respecto de ellos el parentesco civil y es muy conveniente que este dato se exprese en la misma acta de adopción para ejercicio de derechos o cumplimiento de obligaciones. Y segunda crítica: olvidó el legisla- dor que muy recientemente había autorizado a los Notarios para intervenir en estos procedimientos y para aprobar la adopción por lo que el precepto debió hacer referencia también al Notario que decretó la adopción.

Ahora bien, el segundo párrafo del artículo 87 del Código Civil, dispone que en los casos de la adopción plena, se sustituirá el acta de nacimiento del adoptado, si es que existe y en su lugar, se levantará acta de nacimiento que contendrá los datos del adoptado, o (debe decir y) de los padres adoptivos y los ascendientes de éstos, así como los testigos de ese acto y agrega que a partir de ese momento, no se publicará ni se expedirá acta alguna que revele el origen del adoptado ni su condición de tal y que el Registro Civil se abstendrá de proporcionar información sobre los antecedentes de la familia de origen del adoptado, a menos que exista autoriza- ción o requerimiento judicial para efectos de impedimento para contraer matrimonio o cuando el adoptado desee conocer sus antecedentes.

Cabe agregar, que la falta del acta de adopción no invalida a ésta, ni le quita sus efectos, pero, segfín el artículo 85 del Código Civil, sujeta al responsable a la irrisoria pena que señala el artículo

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81 del mismo ordenamiento, por lo que opino que dicha sanción es independiente a los daños y perjuicios que su omisión hubiere ocasionado.

IX. PROBLEMAS ESPECIALES

Las reformas publicadas cn el Periódico Oficial del 21 de enero de 1997, nos han provocado dudas e inquietudes que no resistimos plantear:

1) <Estamos realmente autorizados los Notarios para intervenir en diligencias de jurisdicción volun~aria que tengan por materia la adopción?

Surge la duda, porque si bien de Decreto 394, publicado en el Periódico Oficial de 31 de diciembre de 1996, se autoriza expresa- mente a los Notarios a "...intervenir, cuando el interesado opte por esta vía y no por la judicial, conforme a las disposiciones legales aplicables, en los procedimientos a que se refiere el Título Decimo- quinto del Código de Procedimientos Civiles del Estado", dentro de cuyo Título se encuentra precisamente la adopción, en un Decreto posterior, el 396 del mismo Congreso, publicado en el Periódico Oficial del 21 de enero de 1997, se hacen profundas y muy subs- tanciales reformas a la adopción sin hacer referencia al Notariado, pues invariablemente se refiere al órgano jarisdiccional; ver por ejemplo la parte final del artículo 86, en dos ocasiones el artículo 401 que sólo hablan de jueces y resoluciones judiciales y nada de Notarios y de las providencias que deban dictar.

Según el Periódico Oficial del 21 de enero de 1997, el Decreto 396 aparece dado el 4 de diciembre de 1996 y promulgado el 11 de diciembre del mismo año mientras que según el Periódico Oficial del 31 de diciembre de 1996, el Decreto 394, fue dado en sesión de 3 de diciembre de 1996 y promulgado hasta el 16 de diciembre del mismo año por lo que se trata de dos iniciativas distintas que se promovieron y aprobaron por separado, sin que pueda deducirse de ellas voluntad expresa o implícita del legislador de dejar a los Notarios fuera del procedimiento de la adopción.

Sin embargo, por Decreto de 19 de junio de 1990, promulgado en la misma fecha, la Camara de Senadores del Congreso de la Unión, aprobó la Convención sobre Derechos del Niño verificada en la ciudad de Nueva York, el 20 de noviembre de 1989 y el instrumento de ratificación fue depositado ante el Secretario General

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de la Organización de las Naciones Unidas, el día 21 de septiem- bre de 1990.

Ahora bien, según el articulo 4Q de la Convención los Estados Partes adoptarán todas las medidas administrativas, legislativas y de otra índole, para dar efectividad a los derechos reconocidos en ella y, especialmente, el articulo 21 dispone:

Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que el interés superior del niño sea Ia considera- ción primordial y: a) Velarán porque la adopción del niño sólo sea autorizada por las autoridades competentes ...

Como sostuvimos anteriormente, el Notario no es autoridad, de manera que conforme a esta Convención no puede conocer de la adopción.

No hay que olvidar que, según el artículo 133 de nuestra Carta Magna:

Esta Constitución, las Leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que están de acuerdo con la misma, celebra- dos y que se celebren por el Presidente de la República con aproba- ción del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los Jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, Leyes y Tratados a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Cons- tituciones o Leyes de los Estados.

Sin embargo, surge una importante duda, que se funda en que es requisito de todo Tratado, estar de acuerdo con la Constitución y, en el presente caso, conforme a nuestro sistema constitucional de competencia, la facultad de legislar en materia civil, corresponde a las Legislaturas de cada uno de los Estados de la Unión y a la Asamblea de Representantes, en el caso del Distrito Federal y for- mando parte la institución de la adopción de la materia civil, du- damos que el Presidente de la Repíiblica y el Senado tengan facul- tades y competencia para celebrar Convenciones Internacionales sobre asuntos que corresponden al régimen interior de cada Estado, o sea que, para que estas autoridades puedan concertar Tratados sobre asuntos propios de la materia civil, necesitarían la solicitud o el consentimiento de cada uno de los Estados de la Unión, pues de otra manera, siendo el Tratado una ley en sentido material, estarían legislando en asuntos que corresponde decidir a cada una de las entidades federativas.

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Estimamos que, las serias dudas que se desprenden de los comen- tarios anteriores, motivarán a las autoridades de nuestro Estado a aclarar esta difícil situación y, mientras tanto, consideramos que la buena fe notarial nos obliga a abstenernos de participar en adopcio- nes, figura que se presta a problemas de mucha trascendencia, que además, implicarían delicada responsabilidad para el Notario.

2) Otro problema que surge con la adopción plena, es el que se refiere al tipo de parentesco, pues según el Código Civil, la ley no reconoce más parentesco que el de consanguinidad, afinidad y el civil y este último es el que nace de la adopción pero no hay que olvidar que, según el artículo 401 reformado del mismo ordena- miento, en la adopción plena se substituye el acta de nacimiento del adoptado y se levanta acta en la que figuran como padres los adoptantes y como hijo el adoptado, de lo que se deduce que en este aspecto el legislador asigna al adoptado, en la adopción plena, la categoría de consanguíneo.

3) A propósito de la adopción plena, ya sostuvimos que los Notarios est.án facultados para llevar diligencias de jurisdicción volun- taria y para pronunciar la providencia que la autoriza, pero en el art.ículo 8'7, después de ordenar que se sustituya el acta de naci- miento del adoptado y se Ievante en su lugar acta de nacimiento, con los datos del adoptado y de sus padres adoptivos y ascendientes de éstos y que a partir de ese momento no se publicará ni se expedirá acta alguna que revele el origen del adoptado, ni su con- dición de tal y que el Registro Civil se abstendrá de proporcionar información sobre los antecedentes de la familia de origen del adoptado, a menos que exista autorizacion o requerimiento judi- cial, por lo que surge la pregunta ?puede el Notario solicitar esta información en los casos del mencionado artículo 87?; en nuestra opinión no, pues las facultades para intervenir en jurisdicción volun- taria deben entenderse limitadas a dichas diligencias y no a situa- ciones que pueden surgir de ellas con posterioridad. El Notario debe ser muy cuidadoso sobre el particular.

4) Otra duda que surge de las reformas que comentamos, con- siste en si la adopción plena puede hacerse por una sola persona como en el caso de la adopción semi plena, o si es forzoso que sólo puedan adoptar en forma plena los niat.rinionios.

La duda aumenta, pues el último párrafo del artículo 295 refor- mado del Código Civil, se refiere al adoptante en singular cuando establece que "en la adopción plena el parentesco se extenderá a los ascendientes y descendientes del adoptante", pero las demás

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disposiciones que se refieren a este problema, artículos 87, 307, 401 y 402, se refieren a los adoptantes en plural.

Consideramos que dada su naturaleza y finalidades, la adopción plena sólo procede cuando figuran como adoptantes los integrantes de un matrimonio;

5 ) También resulta interesante analizar los efectos de la adop- ción plena en personas distintas a los adoptantes, pues según el último párrafo del artículo 295 del Código Civil, en la adopción plena, el parentesco se extenderá a los ascendientes y descendientes del adoptante y según el dispositivo 307 del mismo ordenamiento "en la adopción plena la obligación (alimentaria), se extenderá a las ascendientes y descendientes de los adoptantes" y sobre lo mismo insiste el penúltimo párrafo del artículo 402, por lo que pregunta- mos <pueden los particulares generar obligaciones a cargo de un tercero sin el consentimiento de éste?; podrán producirse derechos sin el concurso de la voluntad del beneficiado, pero nunca podrán crearse obligaciones, si éstas no son admitidas por el sujeto pasivo, por lo que tendremos que concluir forzosamente que, para que se verifique la adopción plena, es requisito previo e indispensable el consentimiento de ascendientes y descendientes y así parece des- prenderse de los dos últimos párrafos del articulo 402 reformado del Código Civil, cuando establecen: "en la adopción plena el paren- tesco se extenderá a todos los ascendientes y descendientes de los adoptantes. No obstante lo anterior, en los casos de adopción plena se aplicará lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 295" y este último precepto exige la conformidad expresa de los ascen- dientes del adoptante para que adquieran parentesco civil en la adopción semi plena, de manera que resultando aplicable, debe concluirse que en la adopción plena se requiere el consentimiento expreso de todos los involucrados y los Notarios debemos ser muy escrupulosos en el cumplimiento de este requisito.

¿Y c6mo se obtiene el consentimiento de los descendientes, si son menores?; sólo a tmvés de su tutor especial, pues existe conflicto de intereses en los padres como representantes legales.

6) Por último, deseamos subraydr que según el artículo 390 del Código Civil, la adopción plena produce efectos irrevocables, o sea, que respecto de ella no procede la revocación prevista en los ar- tículos 405 a 410 del Código Civil y nos apoyamos en el artículo 410 bis que establece "las disposiciones de este capítulo (V del Tít.ulo Séptimo), relativas a la adopción serán aplicables para la adopción plena en cuanto no se opongan a los que regulan esta institución",

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de manera que si por disposición expresa de la ley, la adopción plena produce efectos irrevocables, no resultan aplicables a ella las normas de revocación de la adopción semi plena.

Tenemos confianza y fundadas esperanzas en que el gremio notarial coahuilense, responderá a la confianza en él depositada y que nuestras autoridades resolverán muy pronto sobre el problema principal de competencia que hemos planteado en este pequeño trabajo.

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