7/17/2019 Yo me voy....

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 Yo me voy….

Comentarios a partir de la Película La zona de Rodrigo Plá

Difícil escribir a partir de esta película (Plá, 2007). Trascender el dolor que

genera. LLaa la atenci!n la canci!n "nal, que acopa#a los cr$ditos.

Yo me voy , arca un quiebre, una salida, un cabio allí donde todo parece

estar destinado a su perpetuaci!n. %n un edio controlado, aurallado,

paradiga de la seguridad en esta odernidad tardía o coo queraos

llaarla.

&n tea "nal con un rito caribe#o, una 'cubia. Yo me voy . uiebre del

relato circular * b+squeda de una salida con "na ironía. ito de "nal

'feli-.

'!o e/plicar este rito "nal luego de todo el dolor que generan los

ecos narrados

1a* algo en ese Yo me voy que daría cuenta de esa ine/i!n, de ese

despertar que representa una dolorosa apertura de conciencia. %s esta

conciencia la que perite que algo cabie, que pase algo que en algunos

de los persona3es represente un des4enlace.

%n un relato que en alg+n oento tabi$n reser5a, para sí iso * de

alguna anera para nosotros coo espectadores, el encierro. Desde un

roda3e desarrollado casi en su totalidad en intrauros. Desde la circularidad

de una escena inicial sin!ptica que retorna al "nal.

La Zona coo espacio físico nos es presentada a tra5$s de su ree3o en los

cristales del auto en arca. 6lusi!n que perite pensar en lo dual * el

espe3o coo +nica iagen posible. 6utoreferencialidad e iposibilidad de la

entrada de una le* que quiebre la ilusi!n de copletud, de satisfacci!n de

todas las necesidades. %n un recinto en el que no parece aber lugar para la

le*, para la triangularidad.

Hijo, si voté lo que voté es porque la policía no sirve para nada. Allá

fuera todo es más complicado. A mi hermano le dispararon en pleno día y 

la policía no hi!o nada.

"d no mat# a nadie. La culpa de todo la tienen estos hijos de puta.

$aya a su casa y olvídese de todo.

o a* lugar para la entrada de un tercero, de lo distinto, lo que olesta a

la 5e- que uestra otros undos posibles, el e/tran3ero. %s el e/tran3ero

que con su presencia cuestiona el logos paterno, la le* de la Zona, la

tranquilidad de las iradas que se ree3an a sí isas desde la apacible

endogaia.

%sa presencia arca una ine/i!n en la istoria, una iposibilidad deretorno al coien-o, un quiebre en la circularidad del relato. Derrida nos

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perite ree/ionar sobre esta cuesti!n del e/tran3ero, que identi"ca

ling8ísticaente con la raí- indoeuropea hos, * estaría en la base tanto de

u$sped * ospitalidad coo de ostil (Derrida et Dufourantelle, 2009).

1a* algo de lo aena-ante que resulta la presencia de este u$sped

indeseado, de este su3eto que detona el estado de e/cepci!n que lo ubica

en ob3eto de inter5enci!n * aniquilaiento.

%l "l aporta foras de representar probleáticas que nos resultan u*

failiares (eilic), pro5oca incoodidad allí d!nde nos podeos sentir

con5ocados a pensar en nuestra propia realidad. Lo interesante es que aquí 

el e3e no parece estar e/clusi5aente en la pobre-a o en la delincuencia.

&na irada que sentios uco ás abarcadora nos perite rastrear o

sospecar las causas estructurales por sobre las sintoáticas. Las

desigualdades sociales que estarían en la base de otros intentos de

e/plicaci!n. oo serían el ablar de la e/clusi!n, la pobre-a o la

delincuencia. : de ganancias cada 5e- ás ele5ados para otros. 6deás

del $nfasis en la cultura del consuo que genera un nue5o su3eto, distinto

del cartesiano * del freudiano, tal coo agistralente lo e/plicara Dufour

(Dufour, 2007). onsuo de bienes que acen cada 5e- ás necesaria la

seguridad que perita conser5arlos.

%l encierro de la ;ona parece ser sufriiento para los que intentan

cuestionar el r$gien de 5ida en su interior. Pero tabi$n re5ela los ni5eles

de inseguridad que genera la luca por la seguridad. 1a* riesgos constantes

de defensas que se 5uel5en ataques sobre los propios abitantes, o sobre su

entorno. Los adolescentes tienen acceso a las aras * quedan 5ulnerablesante ellas. <e discute su inclusi!n en la línea de batalla. %n nuestro edio,

un padre dispara sobre su i3a suponi$ndola un ladr!n.

<íntoas coo el de la delincuencia%, * los pedidos de a*or se&uridad

civil, están cada 5e- ás insistenteente presentes en las agendas

ediáticas, políticas * en la opini!n p+blica en general. Desde relatos que

constru*en al otro coo peligroso. =, tabi$n debeos decirlo, desde una

cierta des5alori-aci!n de la 5ida uana * de las noras de con5i5encia de

que por oentos pueden dar cuenta algunas foras delicti5as * otras

cuantas represi5as. risis de la otredad * del reconociiento de la

uanidad de los deás.

%n una sociedad en5e3ecida en la que no aparecen pro*ectos deográ"cos

paliati5os claros, un alto porcenta3e de su poblaci!n enor de >0 a#os se

encuentra en cárceles en condiciones, por lo general, u* poco

reabilitantes. <ociedad en la que ser 3o5en * adeás pobre parece ser

dobleente peligroso. %n donde, para algunos sectores, la seguridad se

transfora casi en lo que para ellos sería una necesidad 'ásica insatisfecha.

? %li3o este t$rino dada su carga seántica * utili-aci!n p+blica ás allá

de la e/istencia de otros de a*or adecuaci!n t$cnica, coo el de  personasen con(icto con la ley penal.

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onstru*endo supuestos seguros entornos do$sticos, sin tener en cuenta

las di5ersas foras de 5iolencia que se producen a lo interno de los

ogares. @a*a coo e3eplo otro "licidio, en este caso intencional, ocurrido

 3ustaente en un country días atrás en la 6rgentina. oo parte de otras

foras de 5iolencia que an sido, * siguen siendo, ucas 5eces

silenciadas * naturali-adas. ui-á tanto ás ocultas cuanto ás lo peritanlas condiciones de aislaiento que el dinero facilita.

Intentos de explicación

6gaben nos sugiere que en todas las democracias occidentales la

declaraci#n del estado de e)cepci#n está siendo pro&resivamente sustituida

 por una &enerali!aci#n sin precedentes del paradi&ma de la se&uridad como

técnica normal de &o'ierno (6gaben, 200>). La globali-aci!n de la

probleática de la inseguridad coo centro de las preocupaciones a

tenido e/presiones iperb!licas coo la del "l i#os del 1obre (uar!n,

200A).

obert astel nos perite pensar que la seguridad ci5il no puede ser

disociada de la seguridad social (astel, 200B). La e/istencia de un gran

n+ero de personas que no alcan-an una 5ida digna, es de por sí un

conicto que no puede separarse de las condiciones de riesgo de las 5idas

en las ciudades. Para que e/ista seguridad ci5il es necesario que e/istan

condiciones que aseguren a todos los su3etos las condiciones para el

desarrollo de su 5ida en sociedad.

.. asistimos a un desli!amiento del *stado social hacia un *stado de lase&uridad que preconi!a y pone en marcha el retorno a la ley y al

orden, como si el poder p+'lico se movili!ara esencialmente alrededor 

del ejercicio de la autoridad. ero todo sucede como si hoy, en -rancia,

el *stado pusiera en jue&o lo esencial de su credi'ilidad en su capacidad

de com'atirla. in e)tenderse al conjunto de los factores que producen

la inse&uridad. ara ello ha'ría que ir en contra de las dinámicas de

individuali!aci#n que, como vimos, operan en profundidad en todo el

cuerpo social (astel, 200B).

La cercanía de estos planteos que fueron descritos para otras realidades nos

parece rearcable, ás alla de los a5ances en las políticas sociales, * lainc!oda articulaci!n de las isas con algunas políticas de seguridad

ci5il.

Citoussi * osan5allon enfati-an la desa"liaci!n (nue5aente astel) * la

decadencia de los cuerpos interedios en las nue5as foras de

indi5iduaci!n que son foras de fragili-aci!n. esaltando las nue5as foras

de indi5iduaci!nfragili-aci!n. %n las que el su3eto queda más vulnera'le

econ#mica y socialmente, pero a la ve! psíquicamente viviendo en un

universo más aleatorio y menos or&ani!ado (Citoussi et osan5allon, ?EE7).

Coras en las que se pri5ilegian las "guras del consuidor por sobre las delciudadano.

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onte/tos en los que la p$rdida de la-os sociali-antes ipiden ucas

5eces el encuentro de lo co4unis, la tarea en co+n, el espacio

copartido por sobre la atoi-aci!n * la e/istencia de uros * re3as que

real o sib!licaente separan a los su3etos que coparten una isa -ona

geográ"ca. ui-á el +ltio e5ento que i-o de la calle lugar de encuentro

aplio * di5erso fuera el undial de <udáfrica.

%n este conte/to, los reclaos de seguridad * 3usticia 5an, ucas 5eces,

ás allá incluso de lo que arca la le* penal. Desde cierta banali-aci!n *

ediati-aci!n de la inforaci!n acerca de los aconteciientos. = desde el

trataiento de algunos su3etos coo nuda 5ida, 5idas desperdiciadas *

dignas del sacri"cio coo foras e/treas de desub3eti5aci!n que uestra

u* claraente la película.

 Tabi$n acá, ás allá de la bestialidad de la escena ciertas cercanías ás

allá de las distancias. uando aparece, e/ibido asta el arta-go, el 5ideo

de unos 3!5enes asesinando a un perro, circulan en las redes sociales los

datos que peritan ubicarlos coo que3a ante un fallo 3udicial que no

satis"-o a algunas conciencias escandali!adas. 'u$ se buscaba con ese

eco sino un lincaiento

La conciencia escandali!ada no es un llamado que espera la lle&ada

de lo otro, sino una reacci#n que atiende a su impresi#n o cele'ra su

 propia sensaci#n. A la conciencia escandali!ada le &usta mostrarse/

 practica la e)a&eraci#n como al'oroto de sí.

(Percia, 20?0)

La conciencia escandali-ada es espectáculo, es pasa3e de lo super"cial a lo

ás terrible sin a5iso pre5io, continuidad de relatos incone/os en

inforati5os, en el -apping o en las publicaciones en las redes.

'!o entender sin ebargo esta otra fora de conciencia, la de 6le3andro

que parece ser la cla5e para cierta salida del encierro

Por un lado, está el conicto entre los padres * la di5ersidad de opiniones

respecto a la situaci!n. 1a* algo de la presencia del rostro que reite a

Le5inas en un o5iiento $tico que ipide la delaci!n. %ncuentro qui-á con

la uanidad en el otro. %spe3o qui-á tabi$n, pero aquí opera qui-á desde

otro lugar, el que uestra la cercanía en la otredad.

La edad, la condici!n de 5ulnerabilidad del otro, puede e5ocar las propias.

eite a otras escenas de cine, 0o non ho paura (6aniti, 200>) o *l ni1o

del piyama a rayas  (1eran, 2009) en el que se uestran estos

o5iientos que arcan la identi"caci!n en la 5ulnerabilidad. oo si esta

capacidad de reconociiento del otro fuera ás f$rtil entre los ás

peque#os. <i a* alguien que está siendo 5ulnerado en su uanidad, todos

lo estaos de alguna fora si$ndolo. %n el "l, los ni#os o 3!5enes

aparecen ir!nicaente respetados, ante el 5eículo que se detiene para

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de3arlos pasar. Luego 5eos coo son 5ulnerados por los propios

o5iientos que pretenden proteger a los abitantes del condoinio.

Pero es otra fora de conciencia la que se despierta en 6le3andro, una

conciencia que con Percia llaaríaos desgarrada, coo una forma de

 pensar lo insoporta'le..

La llamada toma de conciencia no es conciencia esclarecida que

reconoce lo que otros nie&an, sino conciencia des&arrada que hace la

e)periencia de soportar la pre&unta que no puede soportar.

6grega queF

G esta conciencia partida no re+ne pensamientos y e)periencias

esparcidas, no es la que reconoce lo ne&ado, sino la que sa'e que su

unidad es imposi'le. 2o es autoconciencia que se eleva so're su

 propia imposi'ilidad, sino conciencia que se vive como la imposi'ilidadmisma (Percia, 20?0).

%s la conciencia capa- de albergar las preguntas que no tienen respuestas,

de darles lugar, de sostener la angustia ante la iposibilidad de una

(re)soluci!n posible. 1a* algo de esta conciencia que es qui-á la cla5e que

abilita una fora de salida del confort   de la Zona. ue da lugar a la

entrada de la le*, de lo otro, del :tro. 6 una cierta triangulaci!n que es

condici!n necesaria para la sub3eti5idad si es posible trascender la l!gica

dual de las transacciones coerciales que rigen el ercado. Lo cual sería

posible si el su3eto encuentra alguna fora de articulaci!n con aquello que

lo supera.

ui-á, en ese sentido, podríaos pensar en un "nal 'feli-. &n des4enlace

que es una apertura a lo otro, a lo di5erso.

¿Qu lugar para el analista!

*l psicoanálisis es decisi#n de rodear con pala'ras an&ustias sinrepresentaci#n.

 (Percia, 20?0)

'u$ lugar puede adoptar una analista o un analista en este conte/to

'u$ pasa con nuestras prácticas, por lo general situadas * condicionadas

por la e/istencia de espacios pri5ados, cerrados, coo condici!n ucas

5eces para que algo del análisis ocurra

'u$ pasa con los lugares institucionales, ábitos de construcci!n de

conociiento pero tabi$n pasibles de los riesgos de la clausura acia lo

que no es parte del instituido

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'!o deberíaos posicionarnos ante la cuesti!n social * las teáticas de

seguridad ci5il * social

o tengo deasiadas respuestas para estas preguntas. %s tabi$n tarea

del analista dar lugar al otro ás allá de las palabras posibles o iposibles.

<upongo que a* algo de la apertura necesaria a lo distinto, a lo e/tran3ero,a lo que cuestiona las certe-as coo parte de lo que el $todo analítico

puede * debería ser capa- de procurar.

@ol5ería a ebellato para cerrar o ás bien abrir desde su intenci!n con la

$tica de los bordes. %s en los bordes en d!nde algo de lo no5edoso puede

ocurrir, d!nde podeos salir de los riesgos de los encierros especulares.

%ste tipo de encuentros arcan esa 5oluntad de apertura. %l intercabio

con otras disciplinas coo fora de buscar nue5os enfoques * foras de

ensa*ar respuestas.

 Tabi$n lo uestran ucas prácticas que fuer-an a una constante

rein5enci!n de la clínica analítica, coo ciertos traba3os en los ospitales,

en las cárceles o con los ni#os * adolescentes en situaci!n de calle, por s!lo

citar algunos.

%l resto es qui-á c!o nos posicionaos ante los relatos de quienes nos

acercan sus palabras de sufriiento, * c!o colaboraos en la integraci!n

de lo e/cluido, lo e/tra#o, lo que parece peligroso * digno de cuidado.

Daniel Horeira

Har-o de 20?2

"uentes citadas

6gaben, I. (200>). *stado de e)cepci#n. Juenos 6iresF 6driana 1idalgo.

6aniti, . (Director). (200>). 0o non ho paura KHotion Picture.

astel, . (200B). La inse&uridad social. Juenos 6iresF Hanantial.

astel, . (200B). La inse&uridad social. 34ué es estar prote&ido5 Juenos

6iresF Hanantial.

uar!n, 6. (Director). (200A). 6hildren of men KHotion Picture.

Derrida et Dufourantelle. (2009). La hospitalidad. Juenos 6iresF De la Clor.

Dufour, D.4. (2007). *l arte de reducir 6a'e!as. . Juenos 6iresF Paid!s.

Citoussi et osan5allon. (?EE7). La nueva era de las desi&ualdades. Juenos6iresF Hanantial.

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1eran, H. (Director). (2009). *l ni1o del pijama a rayas KHotion Picture.

Percia, H. (20?0). 0nconformidad. Arte, política, psicoanálisis. Juenos 6iresF

La cebra.

Plá, . (Director). (2007). La !ona KHotion Picture.