Yo, Ricardo!

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Yo, Ricardo! Esta mañana al montarme en mi vehículo, puse mi emisora de siempre, que transmite esa fabulosa música venezolana, que tanto me encanta escuchar. Pero el tema en cuestión, muy hermoso por demás, un merengue denominado " El sinvergüenza" me hizo recordar de nuestro país, de su clase política, pero por sobre todo de la estructura moral del venezolano, la cual parece, corrompida, socavada, mal este que ha permitido y potenciado el gobierno socialista. El Venezolano nuevo!, alguien se atrevió a afirmar. Estos días pasados, sucedió en la Asamblea nacional, una votación, donde el diputado Ricardo Sánchez, voto, y no es la primera vez que lo hace, por la posición que favorece al gobierno. Lo insólito del caso no es su ya constante acción, lo insólito del caso es que él es un diputado opositor, sustituto de María Corina Machado. Que equivocados estábamos con él, cuando votamos por el sin entender su real naturaleza humana. Es que Ricardo, debe haber sido de esos estudiantes de la central que pasaron años enquistados allí, haciendo política o haciendo nada, que utilizo esa plataforma para colarse entre nosotros como un opositor pero solo buscando acomodarse, buscar su beneficio, saltar al escenario político, aprovechando momentos y circunstancias que la oportunidad les brindo, pero sin ningún compromiso ético y moral, con la necesidad del país y los venezolanos. Lo grave del asunto, es que como el, hay miles y millones de Venezolanos que, aprovechan la política, para hacer negocios políticos, en política o simplemente negocios. No

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Yo, Ricardo!

Esta mañana al montarme en mi vehículo, puse mi emisora de siempre, que transmite esa fabulosa música venezolana, que tanto me encanta escuchar. Pero el tema en cuestión, muy hermoso por demás, un merengue denominado " El sinvergüenza" me hizo recordar de nuestro país, de su clase política, pero por sobre todo de la estructura moral del venezolano, la cual parece, corrompida, socavada, mal este que ha permitido y potenciado el gobierno socialista. El Venezolano nuevo!, alguien se atrevió a afirmar.

Estos días pasados, sucedió en la Asamblea nacional, una votación, donde el diputado Ricardo Sánchez, voto, y no es la primera vez que lo hace, por la posición que favorece al gobierno. Lo insólito del caso no es su ya constante acción, lo insólito del caso es que él es un diputado opositor, sustituto de María Corina Machado. Que equivocados estábamos con él, cuando votamos por el sin entender su real naturaleza humana. Es que Ricardo, debe haber sido de esos estudiantes de la central que pasaron años enquistados allí, haciendo política o haciendo nada, que utilizo esa plataforma para colarse entre nosotros como un opositor pero solo buscando acomodarse, buscar su beneficio, saltar al escenario político, aprovechando momentos y circunstancias que la oportunidad les brindo, pero sin ningún compromiso ético y moral, con la necesidad del país y los venezolanos. Lo grave del asunto, es que como el, hay miles y millones de Venezolanos que, aprovechan la política, para hacer negocios políticos, en política o simplemente negocios. No podemos dejar de recordar, a Francisco Arias Cárdenas, quien fuera en su momento férreo candidato opositor al gobierno de Hugo Chávez. Todos ya sabemos la historia posterior, la cual me da vergüenza recordar.

Y es que se ha fomentado este tipo de actitud y con ella la permisividad, que se tiene en la sociedad y en la familia sobre este tipo de individuos, que cometen este y todo tipo de delitos, haciendo entender los delitos como normales. Muchas veces me pregunto qué haría si un hijo mío cometiera un delito y yo me enterara? En mi caso, es tal el miedo que le tengo a las cárceles, quizás porque mi primer trabajo fue de alguacil de un tribunal penal y me toco visitar semanalmente cada centro penitenciario de la capital, que no puedo permitirme pasearme por cometer un acto así. Y eso se lo he transmitido a mis hijos de manera frecuente y eficiente.

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Ya es frecuente ver como el venezolano promedio, está pendiente de revender unos dólares cadivi, de hacer un viaje a ver cómo le gana la partida a la vida, el ver cómo consigue artículos, motos o teléfonos a precios de dólar cadivi para revenderlos, o hasta inventarse todo una maraña para lograrse unos dólares a través de algún negocio raro, mal habido e inventado, fraudulento pues. Somos los padres capaces de enjuiciar, como nadie más lo debe de hacer a nuestros hijos para corregirlas de raíz esta actitud. O les permitimos a nuestros hijos que disfruten de nuestra mal llamado " Venezolanismo"?

No hay peor aliciente al delincuente que un padre alcahueta, que una sociedad alcahueta. Y de allí que las generaciones por venir, serán lo que nosotros como padres y como sociedad seamos con nuestros hijos. Unos ladrones o unos hombres de bien solo serán definidos por nuestra actitud con nuestros hijos al enterarnos de sus intenciones. Debemos ser contundentes, esa es la verdad, sino queremos que sea más de lo que ya tenemos, más de la mala interpretación del Venezolano que este gobierno socialista inconstitucional, llama el nuevo venezolano y ha fomentado con sus negocios raros, con sus controles de cambios y con toda la corruptela que esto genera. Han logrado corromper, ensuciar hasta el más pintado, se escucha por allí. Los Bolichicos, hijos de papa, de esos que no hacen las colas como Villegas afirma, son la clara evidencia de que esto es verdad y de que ese mal, avanzo a todo nivel en nuestra sociedad.

La sinvergüenza es la consecuencia de lo que permitamos y lo que nos permitamos y la decencia comienza en cada uno de nosotros y en lo que nuestra educación familiar nos da y nos permite. No permitamos, mas Arias Cárdenas, no permitamos más corrupción, no permitamos más negocios baratos, no permitamos, mas Ricardo Sánchez! en nuestra cultura y en nuestro país.

Rubén Cantafio