YUDI ANGELICA WINTACO URREA

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Enfermedad de Chagas en Colombia: Revisión de literatura y análisis de su asociación con población en situación de pobreza Yudi Angélica Wintaco U. 1 1 Facultad de Medicina (Pregrado), Universidad de La Sabana Chía, Cundinamarca. Resumen _________________________________________________________________________ La enfermedad de chagas (ECh) es un tipo de parasitosis causada por el protozoo Tripanosoma Cruzi. Esta enfermedad hace presencia desde el sureste de Estados Unidos hasta Argentina y en América Latina; aproximadamente 14 millones de personas sufre la enfermedad, predominantemente con la forma crónica (1). En Colombia, la distribución de la enfermedad se inclina por la región del Caribe y la Amazonía, aunque en todas las regiones existe el vector (2). Hace parte de una de las enfermedades consideradas como desatendidas por la OMS y su estrecha relación con la situación de pobreza hace que el presente análisis sea relevante en un país como Colombia, que actualmente tiene 20 millones de personas pobres, 7.8 millones de indigentes y alrededor de 3.4 millones de personas desplazadas. La Tripanosomiasis americana (ECh), producida por la infección con el Tripanosoma Cruzi, protozoario flagelado hematófago, que ingresa al hombre por medio de escoriaciones en la piel o por el contacto de la mucosa oral o conjuntiva ocular con las heces infectadas de Triatoma (3), en Colombia el triatoma Rhodnius profilaxus y triatoma dimidiata los principales vectores (4). La forma de transmisión vectorial es la más importante desde el punto de vista de la salud pública pero hay otras formas de transmisión, como la de transfusión sanguínea que está en segundo lugar en importancia epidemiológica. Las presentaciones clínicas de T. cruzi son variables, multifactoriales y se pueden dividir en tres fases. La primera es la fase aguda se caracteriza por abundante parasitemia, con menos del 5% de mortalidad, con síntomas iniciales que incluyen cefalea, astenia, mialgia, artralgia y fiebre moderada (ya sea ésta continua o intermitente, por cuatro a cinco semanas). Es posible observar linfadenopatía, hepatoesplenomegalia, edema subcutáneo, náusea, vómito, diarrea, anorexia y un proceso inflamatorio local conocido popularmente como chagoma, que persiste por varias semanas, algunos pacientes pueden presentar el signo de Romaña (4). La segunda es a fase latente o indeterminada que se presenta luego de la fase aguda y se caracteriza porque los pacientes son asintomáticos a pesar de que persiste la infección y constituye alrededor del 30% de los pacientes de áreas endémicas, de los cuales gran parte (30%) sufrirán daño cardiaco y/o digestivo después de un periodo de 10 a 25 años. La tercera es la etapa crónica, aparece en un porcentaje variable de personas las cuales pueden presentar las manifestaciones cardiacas, digestivas y del sistema nervioso central y periférico, que junto con la reducida parasitemia, caracterizan esta fase.

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Enfermedad de Chagas en Colombia: Revisión de literatura yanálisis de su asociación con población en situación de pobrezaYudi Angélica Wintaco U. 11 Facultadde Medicina (Pregrado), Universidad de La Sabana Chía, Cundinamarca.Resumen _________________________________________________________________________ La enfermedad de chagas (ECh) es un tipo de parasitosis causada por el protozoo Tripanosoma Cruzi. Esta enfermedad hace presencia desde el sureste de Estados Unidos hasta Argentina y en

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Enfermedad de Chagas en Colombia: Revisión de literatura y

análisis de su asociación con población en situación de pobreza

Yudi Angélica Wintaco U. 1

1 Facultad de Medicina (Pregrado), Universidad de La Sabana Chía, Cundinamarca.

Resumen _________________________________________________________________________

La enfermedad de chagas (ECh) es un tipo de parasitosis causada por el protozoo Tripanosoma Cruzi. Esta enfermedad hace presencia desde el sureste de Estados Unidos hasta Argentina y en América Latina; aproximadamente 14 millones de personas sufre la enfermedad, predominantemente con la forma crónica (1). En Colombia, la distribución de la enfermedad se inclina por la región del Caribe y la Amazonía, aunque en todas las regiones existe el vector (2). Hace parte de una de las enfermedades consideradas como desatendidas por la OMS y su estrecha relación con la situación de pobreza hace que el presente análisis sea relevante en un país como Colombia, que actualmente tiene 20 millones de personas pobres, 7.8 millones de indigentes y alrededor de 3.4 millones de personas desplazadas.

La Tripanosomiasis americana (ECh), producida por la infección con el Tripanosoma Cruzi, protozoario flagelado hematófago, que ingresa al hombre por medio de escoriaciones en la piel o por el contacto de la mucosa oral o conjuntiva ocular con las heces infectadas de Triatoma (3), en Colombia el triatoma Rhodnius profilaxus y triatoma dimidiata los principales vectores (4). La forma de transmisión vectorial es la más importante desde el punto de vista de la salud pública pero hay otras formas de transmisión, como la de transfusión sanguínea que está en segundo lugar en importancia epidemiológica. Las presentaciones clínicas de T. cruzi son variables, multifactoriales y se pueden dividir en tres fases. La primera es la fase aguda se caracteriza por abundante parasitemia, con menos del 5% de mortalidad, con síntomas iniciales que incluyen cefalea, astenia, mialgia, artralgia y fiebre moderada (ya sea ésta continua o intermitente, por cuatro a

cinco semanas). Es posible observar linfadenopatía, hepatoesplenomegalia, edema subcutáneo, náusea, vómito, diarrea, anorexia y un proceso inflamatorio local conocido popularmente como chagoma, que persiste por varias semanas, algunos pacientes pueden presentar el signo de Romaña (4). La segunda es a fase latente o indeterminada que se presenta luego de la fase aguda y se caracteriza porque los pacientes son asintomáticos a pesar de que persiste la infección y constituye alrededor del 30% de los pacientes de áreas endémicas, de los cuales gran parte (30%) sufrirán daño cardiaco y/o digestivo después de un periodo de 10 a 25 años. La tercera es la etapa crónica, aparece en un porcentaje variable de personas las cuales pueden presentar las manifestaciones cardiacas, digestivas y del sistema nervioso central y periférico, que junto con la reducida parasitemia, caracterizan esta fase.

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Los métodos diagnósticos de la tripanosomiasis americana varían dependiendo de la etapa de la infección y de los propósitos que se persigan. En la fase aguda, cuando los parásitos se encuentran en circulación sanguínea, se utilizan los métodos directos como la gota gruesa, extendidos sanguíneos y biopsia. También en esta fase se pueden utilizar métodos semidirectos como el xenodiagnóstico y los cultivos. En la fase crónica se suele optar por métodos que detecten anticuerpos ya que la cantidad de parásitos circulantes es muy baja. Más recientemente se ha iniciado el uso de métodos moleculares de diagnóstico como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) (4). El tratamiento etiológico de la enfermedad de Chagas se dirige principalmente a eliminar al parásito, evitar la aparición o progresión de las lesiones viscerales e interferir con la cadena de transmisión. Éste, se impone en infecciones agudas por accidente de laboratorio y trasplantes, transmisión transfusional y transplacentaria, además cuando se detectan parásitos circulantes. Dada la toxicidad de los medicamentos, debe se le debe realizar al paciente un estudio hematológico y las pruebas de perfil hepático previo a la instauración de la terapia (5) verificar número. Los fármacos tripanocidas más utilizados son el Nifurtimox, producido por la Bayer con el nombre de Lampit y el Benznidazole, producido por Roche con el nombre de Radanil, Rochagán o Roganil. Otros esquemas de tratamiento en uso incluyen el uso de alopurinol, ketoconazol e itraconazol. Las personas en condiciones de pobreza en los países en subdesarrollo, están muy castigadas por una serie de enfermedades transmisibles, en particular las enfermedades parasitarias, según un informe de la OMS de 2007, en donde son referenciadas como enfermedades desatendidas, de las que la

ECh hace parte (5). También hace una importante connotación sobre la tendencia de los pobres a ser marginados tanto por el sector de la salud como por las enfermedades que les afectan. Las entidades de poblaciones descuidadas, plantean un reto significativo para el cumplimiento de los objetivos de Desarrollo. Dada la epidemiología actual de la ECh y la experiencia en materia de prevención y control por parte de la OPS, ésta considera factible su eliminación como meta para el año 2015 (6). Existen varios aspectos que definen el contexto de desatención, por ejemplo, sin notificación obligatoria en la mayoría de los países, por lo que no se perciben notoriamente sus cargas públicas de salud en comparación a la pandemia del VIH / SIDA, la tuberculosis y la malaria. La mayoría de ellos no reportan emergencias epidemiológicas y por consiguiente, atraen poca atención de los medios de comunicación y el sector público; por otra parte, el sector privado no tiene en cuenta éste grupo de enfermedades como un objetivo lucrativo. Éste fenómeno obstaculiza gravemente el gasto en investigación y desarrollo de los medicamentos específicos, vacunas y herramientas de diagnóstico. Sin embargo, algunas nuevas empresas sin fines de lucro y asociaciones privadas publican recientemente que están empezando a abordar ésta brecha al menos para la leishmaniasis, la tripanosomiasis africana y la ECh. En éste contexto, el riesgo de infección por T. cruzi está directamente relacionado con la pobreza. La migración de las zonas rurales a las ciudades que se produjo en América latina en los años setenta y ochenta, modificó las características epidemiológicas tradicionales de la ECh, convirtiéndola en una infección urbana que ahora puede transmitirse principalmente por transfusiones de sangre.

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Los índices de contaminación en los bancos de sangre de algunas ciudades del continente van de un 3% hasta un 53%, lo cual indica que la prevalencia de la sangre contaminada por T. cruzi puede ser superior a la del VIH y los virus de la hepatitis B y C en los bancos de sangre (7). De acuerdo con el Registro Único de Población Desplazada (RUPD), en Colombia 754.539 hogares (3.316.862 personas), han sido expulsados de 1.109 municipios y corregimientos departamentales; es decir, que el 7,3% de la población colombiana se ha reconocido como desplazada forzadamente (8). Así mismo, en el país existe actualmente un total de 20 millones de colombianos que viven en la pobreza y 7.8 millones en la indigencia. Sumado a lo anterior, se estima que el 10% de la población total se encuentra en riesgo; en promedio el 5% de la población de la región oriental del país está infectada, lo cual corresponde a unos 700.000 individuos de los cuales el 25% podría desarrollar alteraciones a nivel del miocardio. Los departamentos con mayor frecuencia de infección son Arauca, con una tasa de prevalencia por 100 habitantes de 21,1, Casanare con 10, Santander con 6,3 y Norte de Santander con 5,2 (9). Es importante resaltar que en Colombia no existe formalmente un programa de control para la ECh a pesar de que muchos departamentos han tomado acciones de control importantes, como es el caso de Boyacá, Santander y Casanare. Esto debido principalmente a que estas actividades están siendo adelantadas en conjunto con la academia (10). Finalmente, en Colombia, las expectativas frente a éste importante problema de salud pública no han tenido la suficiente repercusión para iniciar la elaboración de planes estructurados de erradicación, que concuerden con las metas propuestas, por lo

cual la población en riesgo seguirá en aumento. El anterior análisis lleva al interrogante obligatorio sobre el presente y futuro de la población en condiciones de pobreza, sobre la cobertura de sus necesidades por parte del gobierno y sobre todo la desatención a ésta problemática, que aunque no produzca grandes pandemias como la tuberculosis y la malaria, no deben ser subestimados sus efectos patógenos, los cuales sitúan ésta enfermedad como un problema de salud pública. La pobreza ha sido blanco de ésta y muchas otras afecciones, y su manejo ha sido parcialmente atendido. Lo cual pone a éste tipo de población en un constante riesgo del que pudiera ser liberado si tan sólo se diera la importancia que necesita, para lo cual, más que un análisis impreso, son necesarias acciones dirigidas y sostenibles en un país que carece de proyección social.

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4. Almeida Eros Antonio de, Silva Eliane Lages, Guariento Maria Elena, Souza Milton Lopes de, Aoki Francisco Hideo, Pedro Rogério de Jesus. Fatal evolution of Chagas'disease/Aids co-infection: diagnostic difficulties between myocarditis reactivation and chronic chagasic myocardiopathy. Rev. Soc. Bras. Med. Trop. [serial on the Internet]. 2009 Abril [citado 2010 Mayo 08] ; 42(2): 199-202. Disponible: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0037-86822009000200021&lng=en&nrm=iso&tlng=en

5. Ehrenberg J, Ault S. Neglected diseases of neglected populations: Thinking to reshape the determinants of health in Latin America and the Caribbean. BMC Public Health [seral en internet]2005. 5:119.Citado Mayo 16 de 2010. Disponible en: http://www.biomedcentral.com/content/pdf/1471-2458-5-119.pdf

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7. Leal I, Ruiz O, Enfermedad de chagas. Medicos sin fronteras. 2004. Disponible en:

http://www.msf.es/images/MSF_56_tcm3-1431.pdf

8. Impacto de la Política de Seguridad Democrática sobre la Confrontación Armada, el Narcotráfico y los Derechos Humanos. Observatorio del Programa. Presidencial de DDHH y DIH, Vicepresidencia de la República. Bogotá, agosto 2008. Disponible en:

http://www.cancilleria.gov.co/wps/wcm/connect/7f9823004218ec40afefef9089330988/Informe+Desplazamiento+Forzado+en+Colombia-+Feb+2010+-+PER.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=7f9823004218ec40afefef9089330988

9. Quiroz Franklin, Morillo Carlos A, Casas Juan P, Cubillos Luz A, Chinchilla Manuel, Silva Federico A. Características clínicas, electrocardiográficas y ecocardiográficas de la cardiomiopatía chagásica en la población santandereana. Rev. Col. Cardiol. [serial en Internet]. 2006 Dec [citado 2010 Mayo 18] ; 13(3): 149-153. Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0120-56332006000600003&script=sci_arttext

10. Felipe Guhl, Enfermedad de Chagas: ¿Son realmente útiles las estrategias de control y prevención? Estado actual ¿Qué se debe hacer?. Pag 187-198. Libro electrónico. Disponible en: http://www.scc.org.co/libros/CHAGAS/paginas%20187-196.pdf

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