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HABACUC: DEL LAMENTO A LA CONFIANZA EN DIOS

Willy Nieves

Curso del:

MINTS [Seminario Internacional de Miami]14401 Old Cutler Road

Miami, FL 33158786 573 7001

E-mail, [email protected]ágina de web, mintsespanol.com

2016

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ÍNDICE

HABACUC: DEL LAMENTO A LA CONFIANZA EN DIOS

CÓMO ESTUDIAR EL CURSOINTRODUCCIÓN

LECCIÓN UNO PRIMERA PERPLEJIDAD DE HABACUC (1: 1 – 4)

INTRODUCCIÓN1. LA PROFECÍA QUE VIO HABACUC (1:1)2. HABACUC PERTURBADO POR EL SILENCIO DIVINO (1:2A)3. LAMENTO DE HABACUC REPETIDO EN LA HISTORIA (1:2B)4. LA QUEJA DE HABACUC (1:3)5. LA AUSENCIA DE UN ESTADO DE DERECHO (1: 4)CONCLUSIÓNPREGUNTAS

LECCIÓN DOS PRIMERA RESPUESTA DE DIOS A HABACUC (1:5 – 11)

INTRODUCCIÓN1. VISIÓN INTERNACIONAL DE DIOS A HABACUC (1:5) 2. LA RESPUESTA DIVINA APARENTEMENTE NO TIENE PRECEDENTES (1:6)3. LOS CALDEOS SON CONQUISTADORES ARROGANTES (1:7)4. EL DESPLIEGUE MILITAR ES ATERRADOR (1:8)5. EL AVANCE INEVITABLE DEL INVASOR (1:9)6. DISTINGUIDOS POR FALTA DE RESPETO A OTROS (1: 10 -11)CONCLUSIÓNPREGUNTAS

LECCIÓN TRES SEGUNDA PERPLEJIDAD DE HABACUC (1: 12 – 17)

INTRODUCCIÓN1 SOSTENIDO POR EL CONOCIMIENTO DE DIOS (1: 12A)2. LAS EXPECTATIVAS AFECTAN LAS CONVICCIONES (1: 12B)3. PARADOJA TEOLÓGICA EN HABACUC (1: 13) 4. TRATO SUBHUMANO DE LOS CALDEOS (1: 14)5. AFIRMACIÓN EN LA PROVIDENCIA DIVINA (1: 15)6. LA ALTIVEZ DE LOS ENEMIGOS DE JUDÁ (1: 16 – 17)CONCLUSIÓNPREGUNTAS

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LECCIÓN CUATRO HABACUC EN ESPERA DE UNA RESPUESTA (2: 1 – 4)

INTRODUCCIÓN1. ESPERANDO LA RESPUESTA CON CONFIANZA (2: 1A)2. AGUARDANDO POR LA RESPUESTA DE DIOS (2:1B)3. UNA VISIÓN ESCRITA (2: 2)4. LA VISIÓN ES DE CUMPLIMIENTO SEGURO (2:3A)5. POSTURA DE LA FE ESPERANZADA (2:3B)6. EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ (2:4)CONCLUSIÓNPREGUNTAS

LECCIÓN CINCO JUICIO SOBRE LA INJUSTICIA Y MALDAD (2:5 – 20)

INTRODUCCIÓN1. LA INSACIABLE SED DE CONQUISTA DE BABILONIA (2:5- 6)2. BABILONIA RECIBE JUICIO POR LA EXPLOTACIÓN (2:7 – 8)3. JUICIO POR CODICIAR GANANCIAS INJUSTAS (2:9 – 11)4. EXPLOTACIÓN DERRAMANDO SANGRE (2:12 – 14)5. JUICIO POR TRATO INHUMANO (2: 15 – 17) 6. JUSGADOS POR SU IDOLATRÍA (2:18 – 19)7. JEHOVÁ ESTÁ EN SU SANTO TEMPLO (2:20)CONCLUSIÓNPREGUNTAS

LECCIÓN SEIS LA ORACIÓN DEL PROFETA HABACUC (3:1 – 2)

INTRODUCCIÓN1. ORACIÓN SOBRE SIGIONOT (3:1) 2. HABACUC ESCUCHÓ LA VOZ DE DIOS (3: 2a) 3. HABACUC PIDE A DIOS AVIVAR SU OBRA (3: 2b)4. LA CONTINUIDAD DE DAR A CONOCER SU OBRA (3: 2c)5. LA PETICIÓN DE ACORDARCE DE SU BONDAD (3: 2d)CONCLUSIÓNPREGUNTAS

LECCIÓN SIETE LA CONFIANZA DE UN PIADOSO (3: 3 – 15)

INTRODUCCIÓN1. LA PRESENCIA DE DIOS (3: 3 – 5)2. DIOS CON SU PODER (3: 6 – 7)3. LAS PREGUNTAS RETÓRICAS DE HABACUC (3:8a)4. LOS EVENTOS HISTORICOS EN LA BIBLIA NOS ANIMAN (3:8b)5. EL TEMOR DE LAS NACIONES (3: 9 – 10)6. DIOS INTERVIENE A FAVOR DE SU PUEBLO (3: 11 – 15)

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CONCLUSIÓNPREGUNTAS

LECCIÓN OCHO EL TRIUNFO DE LA FE (3: 16 – 19)

INTRODUCCIÓN1. EL TERROR DEL PROFETA HABACUC (3: 16a)2. LA CONFIANZA DEL PROFETA HABACUC (3: 16b)3. LA SEGURIDAD NACIDA DE UNA FE VIVA (3: 17)4. HABACUC CONFIA EN DIOS PASE LO QUE PASE (3: 18)5. CONFIANZA EN LA SUFICIENCIA DE DIOS (3: 19)CONCLUSIÓNPREGUNTAS

CONCLUSIÓNMANUAL DEL MAESTROBIBLIOGRAFÍABIOGRAFÍA

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CÓMO ESTUDIAR EL CURSO

PROPÓSITO DEL CURSO

El propósito del curso es un estudio comprensivo del libro del Antiguo Testamento titulado:HABACUC

OBJETIVO DEL CURSO

1. Reflexión sobre el comentario del libro e intercambio con otros estudiantes.

2. Responder a los criterios del autor y a las lecturas utilizadas en el curso.

3. Hacer una investigación sobre las lecturas disponibles en internet y bibliotecas virtuales.

4. Escribir un ensayo sobre un pasaje del libro mencionado.

RESPONSABILIDADES DEL CURSO

1. Participar en 15 horas de tiempo de clases.

2. Responder las preguntas del curso.

3. Leer 300 páginas (licenciatura) o 600 páginas (maestría) de libros sobre el tema.

4. Escribir un ensayo de 10 páginas (licenciatura) o 15 páginas (maestría) sobre un pasaje del libro.

5. Tomar un examen final.

EVALUACIÓN DEL CURSO

1. Un punto por cada hora de clase a la cual asistió y participó (15 puntos).

2. Total de 25 puntos por completar todas las preguntas de las lecciones puntualmente.

3. Total de 25 puntos por leer la lectura correspondiente y escribir un reporte de tres páginas.

4. Total de 25 puntos por el ensayo presentado en tiempo y forma.

5. Total de 10 puntos por examen final.

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INTRODUCCIÓN

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Habacuc aparece como el octavo libro de los doce que denominamos los profetas menores. Muchas conjeturas han surgido de la figura del profeta, pero éstas son vagas. Los esfuerzos por dar a conocer más de la persona de Habacuc caen más dentro de lo que se puede inferir por este pequeño libro. El libro no nos indica información explícita respecto a su familia. Así que comentar con detalles acerca la vida del profeta en base a este libro sería poco exacto. Algunos han propuesto la teoría de que este pertenecía a la tribu de los levitas, basándose en la referencia musical en el capítulo 3:19. Los intentos por definir con precisión aspectos de la vida de Habacuc no pasan más allá de las especulaciones. Simplemente el libro no aporta pistas seguras. Lo que sí es evidente en el libro, es su papel como profeta, esto es, la voz de Dios para los hombres. Su nombre tiene su raíz hebrea y significa “el que abraza.” Otros eruditos competentes entienden que su nombre está asociado a una planta o árbol frutal.

Aunque muchas cosas sobre la persona de Habacuc no las encontramos en el libro que lleva su nombre, sí encontramos con toda claridad la clase de carácter que este profeta tenía. Es notable lo piadoso e íntegro de su vida. Se sinceraba con Dios como pocos suelen hacer. Sobre esta característica de la sinceridad de Habacuc nos da más detalles el Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno: “No solo se sometía a la voluntad del Señor, sino que también se enfrentaba a él cuándo pensaba que Dios estaba ignorando sus propias promesas. Como Job, Habacuc no demora en cuestionar a Dios, en una forma de literatura llamada “teodicea.” Sin embargo, cuestiona a Dios por diferentes razones. Mientras que Job sostiene su inocencia preguntando por qué, a la luz de ella es castigado. Habacuc tiene la pregunta opuesta: puesto que los malvados claramente no son inocentes, ¿por qué no son castigados, a pesar de que están tratando injustamente a los justos? Sin pedir alivio para el sufrimiento le pregunta por qué el juicio no se aplica.” 1

Al tratar de establecer fechas de la redacción del libro enfrentamos el mismo problema, no podemos ser certeros. Solo la erudición competente

suele sugerir que la fecha oscila entre los años 609 y 597 a. de J.C. Esta fecha es la que parece ser más aceptable por las descripciones que aporta el libro (1:7 – 11); (2:5 – 19). Por los pecados que prevalecían en aquel entonces y por la manera en que Habacuc habla de los caldeos los eruditos ubican esta profecía durante el reinado de Joacim. Precisamente por esos pecados no estaba lejos la invasión babilónica. Es interesante la aportación de José Grau en su libro ¿Por qué, Señor, Por qué…? “La fecha de la profecía de Habacuc suele calcularse a partir de Hab. 1:6 y la referencia que dicho texto se hace a los caldeos. Estos alcanzaron su apogeo y su hegemonía entre el 720 y el 538 a.C. Habacuc nos transmite el temor de un peligro inminente más que una caída consumada ya bajo las garras de los caldeos. De ahí que la profecía sea fechada generalmente al final del siglo siete a.C., poco después de la batalla de Karkemis (605 a.C.) que otorgó a Nabucodonosor el Próximo Oriente y las posibilidades del primer asalto a Jerusalén (597 a.C.), época en que los babilonios, es decir los caldeos representaban ya una seria amenaza para la existencia misma del reino de Judá.” 2

1 G. J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson y R. T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, p. 873. 2 José Grau, ¿Por Qué, Señor, Por Qué…? p. 11.

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El reinado de Joacim fue caracterizado por la violencia y la ausencia de expresiones de justicia al tratar a los semejantes. Habacuc se angustiaba mientras veía acrecentarse este mal social. La escena estaba marcada por lo peor, el pueblo escogido de Dios se encontraba distanciándose de su Salvador. Esta triste realidad tenía consternado al profeta.

En Habacuc vemos su experiencia no como la de él solo, sino como la experiencia de todos los verdaderos creyentes. Al igual que el profeta observamos las injusticias y como él nos preguntamos, ¿dónde está Dios? Lo maravilloso es que también la respuesta de Dios nos es dada consolándonos con las palabras que su gloria cubrirá los cielos, y aquí la tierra se llenará del conocimiento de Dios. La visión que obtenemos de Dios en Habacuc nos humillara guiándonos a reconocer la absoluta soberanía de nuestro Dios. Seguros nos encontraremos en su poder y en su persona.

LECCIÓN UNO

PRIMERA PERPLEJIDAD DE HABACUC (1: 1 – 4)

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INTRODUCCIÓN

Desde la antigüedad se suele decir de las personas que enfrentan las calamidades y sufrimientos de la vida con serenidad, que éstas se mantienen estoicamente ante la dificultad. Tras ese comportamiento sereno se encontraba la filosofía del estoicismo que promovía el cultivar el dominio propio. La pregunta que nos tendríamos que hacer sería, ¿cuánto nivel de autocontrol se requiere para enfrentar crisis, catástrofes, y mantenernos en serenidad ante la gran magnitud de la adversidad? Todos sabemos que una persona que esté sana de la mente también se afecta al ser sobrecogida por el sufrimiento personal o de otros a su alrededor, especialmente si estos tienen alguna relación con ella. Se dificulta la experiencia de nuestra vida cuando no encontramos respuesta satisfactoria a esa dolorosa realidad. Para seguir viviendo en la rutina diaria nos refugiamos en las “actitudes positivas” ante las ambigüedades de la experiencia humana. John Macarthur en su libro The Macarthur Bible Commentary aporta la siguiente observación a estos primeros versos de Habacuc: “En la primera queja de Habacuc el percibe que Dios parece indiferente al pecado de Judá. Celoso por la justicia y conociendo que romper el pacto requiere juicio, Habacuc cuestiona la sabiduría de Dios expresando perplejidad ante la aparente inactividad de Dios por la violación de su ley.” 3 Charles L. Feinberg analiza también estos versos de introducción en su libro Los Profetas Menores: “Puesto que el profeta no tiene poder para cambiar las cosas y Jehová no lo ha hecho, pregunta por qué se le permite ver tanta iniquidad por todas partes, y tanta violencia y contiendas desenfrenada.” 4

Entre algunos círculos de creyentes en Jesucristo, ha habido la noción de que cuando el Señor nos salva piensan que ya no vamos a tener más problemas en la vida. En nuestros tiempos modernos corre mucho éste, y otros “mitos cristianos.” Ciertamente que al creer en el Señor Jesucristo el principal problema de ese creyente ha sido solucionado, que era su necesidad de la justificación ante Dios, pero esto no quiere decir que todas las adversidades de la vida fueron incluidas en el mismo paquete. A la verdad que descubriremos hasta nuevas crisis, tendremos quejas, lamentos perplejos, preguntas y preocupaciones. A esto también se suma la angustia de no tener respuestas ante preguntas que nos dejan en estado de perplejidad en nuestra vida cristiana. Como cuando nos preguntamos: ¿Por qué mis buenos familiares y amigos sufren y aquellos malvados no les duele nada y su vida ha sido una de constante bienestar y prosperidad? ¿Por qué si me encuentro delicadamente sirviendo al Señor recibo el maltrato de otros? Y muchas otras interrogantes.

Si te encuentras con uno que clama ser cristiano y dice que en su vida no experimenta problemas, el tal no está diciendo la verdad. Su experiencia cristiana no es una realidad en el proceso de crecimiento cristiano. Hasta el mismo Jesús se preguntó en la cruz, “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?” (Sal. 22: 1; Mat. 27:46).

En estos primeros cuatro versículos del libro de Habacuc, veremos al profeta reaccionando diferente a aquellos cristianos que describimos en el párrafo anterior. Habacuc en estos primeros versículos nos muestra su lucha al contemplar la escena que le rodea. Pero no se 3 John Macarthur, The Macarthur Bible Commentary, p. 1030.4 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 228.

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queda ensimismado, sino que lleva su angustia y perplejidad a Dios mismo, y en eso actuó correctamente. El profeta no entiende las injusticias que está viendo y se confunde también al intentar entenderla a la luz de su formación teológica que poseía en ese momento. Habacuc se queja ante Dios al no entender la iniquidad encontrada en Judá y perplejo porque Dios no castiga esa violencia. Todo esto le lleva a una crisis que le hace llevar su protesta ante Dios.

Mientras estudiemos esta sección descubriremos que Habacuc no está solo en su dilema. Su experiencia es la misma que atormenta a muchos hombres hoy en día. Sus preguntas no son solitarias pues estas también hacen eco en los pechos angustiados por no tener respuestas satisfactorias. La experiencia de Habacuc se encuentra también en los salones de clase de las universidades, en las salas de los tribunales, en la conversación de los más sencillos obreros. Nos identificamos con Habacuc cuando nos llegan tantas malas noticias de las injusticias, catástrofes, y tantos otros males dándose alrededor del mundo.

1. LA PROFECÍA QUE VIO HABACUC (1:1)

La versión de la Biblia Reina – Valera traduce el primer versículo de este libro de la siguiente manera: “La profecía que vio Habacuc” (1:1). Muchos lo consideran muy apropiado como el título del libro. Con estas palabras introduce Habacuc su pequeño libro. Es interesante notar que el autor con estas palabras de “La profecía que vio Habacuc” marca con toda claridad el sentido de autoridad espiritual contenido en este libro. A la vez es evidente el oficio de profeta que identifica a Habacuc. Este primer versículo nos habla también del origen y naturaleza de su mensaje. Es un mensaje de inspiración divina.

Habacuc es un profeta, o sea, la voz de Dios a los hombres. Su palabra no es la palabra de los hombres, sino en verdad la palabra de Dios. Desde el mismo inicio del libro queda establecido que se trata de una profecía que vio el profeta Habacuc. La Biblia no da más detalles personales de Habacuc, pero si es explícita sobre su oficio y su mensaje.

Con respecto a la palabra profecía podemos decir que puede traducirse de diferentes maneras. La Reina – Valera Antigua lo

traduce: “La carga que vio Habacuc profeta.” La Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy lo traduce: “Oráculo (profecía) que tuvo en visión el profeta Habacuc.” La Biblia del Jubileo lo traduce así: “La carga que vio Habacuc el profeta.” La Biblia Hispanoamericana Traducción Internacional traduce: “Mensaje que el profeta Habacuc recibió en una visión.”

El análisis de Habacuc 1:1 en el Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno es desarrollado de la siguiente manera: “En una de las introducciones más cortas, Habacuc, conocido en la Biblia solamente aquí, es un profeta, un vocero de Dios. Dios no es mencionado específicamente como en Jonás: “Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo.” En Miqueas encontramos lo mí mismo: “Palabra de Jehová que vino a Miqueas.” También encontramos el mismo patrón en Malaquías: “Profecía de la palabra de Jehová contra Israel;” pero una profecía en este contexto indica un mensaje profético de Dios, como por ejemplo Ezequiel 12:10: “Diles: Así ha dicho Jehová el Señor.” También en Nahúm 1:1: “Profecía sobre Nínive.” Este no es necesariamente un mensaje oral, sino más bien una revelación más general,

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recibida por el profeta en una visión.” 5 También es pertinente la observación del Comentario Bíblico Moody Antiguo Testamento con respecto a otra manera de interpretar este versículo: “Carga. Son muchas las proclamaciones proféticas que se describen como “cargas,” particularmente donde hay un anuncio de un carácter ominoso o amenazador. Aquí el profeta lamenta la subyugación y devastación inminentes de su propio pueblo, por lo que hay aquí un aspecto de mal presagio por lo que a ello respecta. Al mismo tiempo, la carga es contra los soberbios caldeos, cuyo poder es su propio dios (1:11). Que vio. La palabra haza, “ver,” un término algo técnico, indica que se trata de una revelación. El Espíritu de Dios imprime el mensaje sobre la consciencia interna de los profetas con tanta fuerza y de una manera tan vívida como si hubieran visto algo con su mirada física. En 1R 22:17 dice Micaías: “Vi a todo Israel esparcido…” 6 Debido a esta experiencia sobrenatural de los profetas en Israel eran designados como videntes. Podría ser que el término más técnico fuera el de profeta, y el más común entre el pueblo el de vidente.

Este versículo lo resume José Grau enfatizando su aporte en el oficio de profeta: “El profeta es el hombre elegido de Dios, el que anuncia en su nombre y en su autoridad, y de quien recibe su mensaje para las situaciones concretas inmediatas, para el cercano futuro o para las generaciones venideras. Portavoz de una revelación divina que siempre es actual, mensajero que ejerce una acción arrolladora con sus palabras, a veces incluso con los gestos con los que las acompaña e ilustra, en ocasiones hasta con el drama de su vida (como es el caso de Oseas, por ejemplo), y más a menudo, con la contradicción y la persecución que le acarrea este mismo mensaje. En el profeta todo es anuncio, proclamación, profecía, después que hubo sido visión y comunión con el Santo de los santos.” 7 En los próximos pasajes notaremos que el Señor le dará una visión más amplia de la historia o del futuro. La visión impresionante que Dios le da sobre sí mismo la observaremos al final del libro en su oración.

No podemos pasar por alto que el ministerio de un profeta era uno de mucha responsabilidad. El profeta no tenía ningún interés en ser creativo en su mensaje. Preocuparse por ser innovador en su mensaje no estaba en ningún rincón de su mente, pues éste no era el originador de su mensaje. Él se encontraba estrictamente en solo hablar de parte de Dios. Su mensaje era la carga que Dios le hacía llevar y entregarlo al pueblo. Tarea complicada aún más cuando ésta contenía un mensaje de juicio de Dios al pueblo o hacia algún individuo. Su mensaje no poseía arreglos convenientes ni al profeta ni a su audiencia. 2. HABACUC PERTURBADO POR EL SILENCIO DIVINO (1:2A)

En el estudio del libro del profeta Habacuc nos daremos cuenta de inmediato que a diferencia a los otros profetas del Antiguo Testamento que comunican palabras al pueblo, este lo vemos más comunicándose sinceramente con Dios. El segundo versículo que estamos analizando dice: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?” (1:2). Vasta una sola lectura de este pasaje y claramente ver como el profeta nos

5 G. J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson y R. T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, p. 875.6 Charles F. Pfeiffer, Comentario Bíblico Moody Antiguo Testamento, p. 855.7José Grau, ¿Por Qué, Señor, Por Qué…? p. 24.

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revela su corazón perturbado. Este es un profeta ocupado en la oración, pero en una oración en que no entiende como reconciliar al Dios santo con las violencias cometidas por su pueblo escogido.

Los creyentes tenemos que admitir que en nuestra experiencia de fe existen luchas que están íntimamente relacionadas con nuestra forma de creer, y de ver a Dios. Toda nuestra cosmovisión de la realidad se sacude ante la incomprensión de lo que acontece a nuestro alrededor. Claro, especialmente cuando desarrollamos presupuestos que son “mitos” y no la realidad de la vida cristiana. Por ejemplo, si se nos ha dicho que a los cristianos no le vienen problemas y descubrimos en un momento que estamos pasando por tremenda prueba. Se turba quien pasa por tal experiencia en la cual vive esa “aparente incompatibilidad”. Resulta angustioso reconciliar lo que entendía como un “cristiano triunfalista” frente a la adversidad perturbadora. Precisamente en Habacuc vemos que su interpretación de Dios y su accionar chocan con la realidad que el profeta está viendo. La inquietud de Habacuc es aumentada por el silencio de Dios. Se escucha un honesto pero angustiado clamor a Dios por una respuesta. Sin duda alguna que en una medida u otra todos los creyentes hemos caminado por ese trecho del silencio de Dios.

Al adentrarnos en el contenido de este pequeño libro comprenderemos la situación que el profeta enfrentaba a nivel personal. También veremos que lo que le causaba angustia a Habacuc no es diferente a lo que preocupa a los individuos del siglo veintiuno. Si estos son cristianos procurarán relacionar o ejercer una hermenéutica de lo que acontece a su alrededor con su entendimiento adquirido de las Escrituras, y esencialmente en referencia a lo que entienden sobre la persona de Dios y su carácter.

Habacuc tenía frente a sus ojos a un pueblo en creciente decadencia moral. Le habían dado la espalda a Dios y se entregaron a la idolatría tornándose a prácticas indecentes. El santo profeta, frente a semejante cuadro, y al no ver cambios, clama: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?” (1:2). Este clamor no se da en ausencia de una teología en el profeta que no puede contener las formas “extrañas” del accionar de Dios. Nuestra teología se queda inadecuada a veces por no comprender el acontecer y mucho menos el “supuesto silencio” de Dios. El profeta en sus presupuestos teológicos percibe a Dios en un silencio indefinido que le impulsa a clamar: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?” Distinto a los otros profetas, en esta sección observamos a Habacuc no en una acción en que fustiga al pueblo escogido a que se arrepientan, sino más bien le vemos importunando al trono celestial con un angustiado clamor.

Para Habacuc la situación de violencia por parte de su mismo pueblo le era intolerable. Tal vez podía ser tolerada por las falsas deidades de los paganos, pero pensar que el Dios del Pacto, Santo, Justo y Salvador toleraría semejante apostasía era una locura. Aquí estaba el dilema y perplejidad de Habacuc, por qué no interviene Dios con juicio sobre los malvados. Encontramos en la aportación del Comentario Bíblico Mundo Hispano una interesante declaración sobre el lamento inicial de Habacuc: “La inquietud que anima al profeta a que inicie un dialogo con Jehová tiene que ver con la justicia divina: ¿Cómo es posible que un Dios justo

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permita que haya injusticia en su pueblo? Las preguntas de Habacuc están en forma de lamento y expresan dos angustiosas preguntas: ¿Hasta cuándo? y ¿Por qué? Estas preguntas dan la impresión de que ya había estado orando a Jehová por mucho tiempo y la falta de respuesta lo tiene perplejo y frustrado.” 8

3. LAMENTO DE HABACUC REPETIDO EN LA HISTORIA (1:2B)

Como ya mencionamos previamente, el profeta Habacuc no está solo en su queja ante Dios. Tal experiencia se ha repetido a través de la historia en las personas con conciencia de las adversidades que están pasando en su alrededor. Sin duda alguna que el cuadro contemplado por Habacuc era consternante. Al igual que Habacuc a veces nos encontramos orando por un problema por un largo periodo sin recibir respuesta. Esa demora de la respuesta nos causa angustia. A esto se suma la entrada de la perplejidad por no entender por qué Dios se “tarda en la respuesta” o por qué ha permitido el problema. Es ese estado de perplejidad que nos hace clamar a Dios como lo hizo Habacuc en sus días: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?” Es frustrante cuando observamos una sociedad complaciente en sus pecados, declinando moralmente, mientras los líderes se muestran negligentes ante estos males.

Cuando prolongadamente nos hemos ocupado en la oración y no vemos respuesta nos sentimos que se cerró el cielo en un silencio misterioso. Incansablemente hemos orado con sinceridad y ferviente celo sin recibir solución. La prevaleciente y rampante maldad nos hace preguntar ¿por qué Dios ha permitido tanta maldad? ¿Por qué no ha enviado su juicio sobre esos arrogantes blasfemos? La dinámica de nuestro razonamiento funciona de la siguiente manera: ¿No es acaso la voluntad de Dios cuidar este mundo y sostenerlo sin corrupción? ¿No es el propósito de Dios glorificarse trayendo sobre su pueblo un avivamiento? ¿No es el interés de Dios salvar? ¿Cómo un Dios santo permite tanta apostasía? Después de tantos años de oración nos quedamos perplejos por ese “aparente silencio de Dios.” Agonizamos al no ver a Dios “haciendo su trabajo,” y algunos se enfurecen con Dios. Claro, sabemos que estas experiencias se dan como resultado de una estrecha visión de Dios. Al final del libro vemos a Habacuc fortalecido extraordinariamente por la renovada y más amplia visión de Dios. No ignoramos las maquinaciones del diablo para distorsionar nuestra visión de Dios cuando nos encontramos atravesando por la adversidad. El maligno tratará de tomar ventaja a las perplejidades nuestras.

Este segundo versículo del libro de Habacuc nos debe estimular a adoptar la actitud correcta de un cristiano frente a la adversidad. Hoy en pleno siglo veintiuno nos enfrentamos a crisis que nunca antes el mundo había visto. Las amenazas, las confusiones de hoy son de mayor magnitud que en otros tiempos. Sin embargo no son más grandes que el Creador y sostenedor de la creación. La actitud de Habacuc de ir a Dios en oración es la que debemos abrazar y perseverar. Dios de seguro nos contestará, no necesariamente cambiando la situación, pero sí cambiándonos a nosotros magnificándose Él frente a nosotros.

8 Juan Carlos Ceballos, María Luisa Ceballos, Hermes Soto, Comentario Bíblico Mundo Hispano, p. 249.

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4. LA QUEJA DE HABACUC (1:3)

En la sección anterior pudimos entender que ser impacientes en la fe nos puede conducir a una crisis en nuestra persuasión cristiana. Es decir, podemos arribar a una errónea perspectiva que concibe a Dios indiferente y desconectado de nuestra problemática. El ser impacientes en nuestra fe nos cambia la imagen del Dios teísta, quien es a la misma vez trascendental e inmanente, por el dios deísta quien solo es trascendental y se marchó lejos dejándonos solos arreglando nosotros los asuntos como podamos. La impaciencia nos puede causar muchos males. Dios, quien es absolutamente soberano, tiene su tiempo para hacer las casas. Claro, su tiempo no siempre está sincronizado con el nuestro. El no aceptar esta realidad muestra nuestra falta de perspectiva adecuada, la cual debe ser claramente amplia.

Mientras el profeta Habacuc espera la respuesta a su oración también sigue viendo la situación invariante de Judá. Esta situación la describe en forma de pregunta así: “¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan” (1:3). Estas palabras de la profecía de Habacuc describen la condición ya común de su mismo pueblo, Judá. Más adelante en el libro veremos que a los caldeos se les aplica estos términos pero mucho más degradante que a Judá. El vocabulario empleado por Habacuc indica que sus tiempos reflejan grandes dificultades y serios peligros. En este versículo tres el profeta elabora el término violencia mencionado en el versículo dos. Lo hace en tres pares de males: iniquidad/aflicción, pleitos/contiendas, destrucción/violencia. No olvidemos que Habacuc ministra durante el tiempo del rey Joacim, caracterizado por la violencia y el derramamiento de sangre. Jeremías 22: 3 nos presenta ese cuadro: “Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de la mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.” También expande con más detalles en Jeremías 22:13 – 17) diciéndonos: “¡Hay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo! Que dice: Edificaré para mi casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón. ¿Reinarás, porque te rodeas de cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien? El juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová. Mas tus ojos y tu corazón no son sino para la avaricia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer agravio."

Ante tan triste realidad este santo profeta se siente impotente para cambiar estos asuntos. Lo más perturbador es no entender la ausencia de la intervención divina en medio de tanta iniquidad. Estas lamentables condiciones afligían al profeta grandemente. Tanto en el pasado como hoy siempre ha sido desafiante interpretar los silencios de Dios. Sin embargo esta difícil situación entre los humanos, no nos debe precipitar en concluir que perdimos toda esperanza. Ciertamente hay respuesta capaz de hacer frente a esta estado de caos moral. El Dios creador con infinita sabiduría en su tiempo moverá su mano poderosa tomando total control de la historia humana.

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5. LA AUSENCIA DE UN ESTADO DE DERECHO (1:4)

El versículo cuatro nos habla del problema nacional con respecto a la obediencia a la ley. Así nos dice el profeta: “Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia” (1:4). Cuando la nación, o sea, el pueblo y sus líderes no tienen interés en obedecer la ley, estamos invitando el caos en los tratos justos. Cuando los líderes no solo ignoran la ley, sino que la tuercen, entonces ha de prevalecer la injusticia y el abuso. El malvado atropella al justo, pues la justicia se pervierte. Los poderosos ricos explotan a los pobres pagando a los oficiales para quedar impune. Los responsables en hacer cumplir la ley solo estaban interesados en el dinero no en la causa de la justicia y equidad.

Lo que está pasando ante los ojos de Habacuc no solo le indigna, sino lo deja perplejo al no ver la intervención de Dios en juicio. El profeta no veía las sanciones sobre quienes pervierten el orden y la justicia que Dios les prescribió. Las demandas de la santa ley de Dios no eran seguidas y así poner freno a la salida de los fallos manipulados de las salas de justicia. Al ocurrir todas estas prácticas se estaba instalando un estado ausente del derecho. El nuevo orden es injusto pues lo que instala es los criterios de los fuertes y poderosos para explotar y oprimir a los débiles. Este abandono deliberado de la ley de Dios es una clara manifestación de verdadera apostasía. Ante esta dolorosa realidad el profeta deja planteada dos preguntas: ¿Hasta cuándo? y ¿Por qué? Las palabras de José Grau sobre la persistente fe de Habacuc son interesantes: El clamor de Habacuc “¿Hasta cuándo? ¿Por qué?” es, en realidad, una expresión de fe. Con razón observa L. E. H. Stephens – Hodge en el Nuevo Comentario Bíblico que el problema que se plantea Habacuc - ¿Por qué no interviene Dios? – solo podía suscitarse en Israel, en quienes creían en un Dios santo y bueno que es al mismo tiempo omnipotente Creador y Sostenedor del universo. No hay problema para quienes creen en dioses guerreros cuya conducta poco difiere de la de los humanos.” 9

CONCLUSIÓN

El profeta Habacuc nos revela su corazón adolorido por todos los pecados que se están cometiendo dentro del pueblo escogido de Dios. El los resume llamándole “violencia.” En estos primeros versículos hemos descubierto que la experiencia de Habacuc no está lejos de la nuestra también. Los hombres piadosos se consternan al contemplar tanto mal en este mundo como el profeta en su tiempo en Judá. También elevamos clamores como los de Habacuc. Las interrogantes nos llegan como le llegaron a Habacuc. No necesariamente al mismo nivel de intensidad que en el profeta, pero sí nos encontramos en cierta medida identificándonos con él. Este libro desde el inicio es intenso y nos mostró los mismos actos injustos que hoy en día impiden que otros reciban sus legítimos derechos. En solo cuatro versículos nos lleva a 9? José Grau, ¿Por Qué, Señor, Por Qué?, p. 27.

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reflexionar en la sed de justicia que el mundo anhela ver. La expresión “¿Hasta cuándo?” es nuestra expresión cuando hoy en día también observamos a hombres seguir cometiendo toda clase de injusticia y maldad con impunidad. Hasta ahora el libro de Habacuc nos ha dado un cuadro interno, o sea, lo que está ocurriendo dentro de los límites fronterizos de Judá. También nos reveló la lucha interna que está sosteniendo Habacuc.

PREGUNTAS

1. ¿De qué trata el primer versículo? 2. ¿Cuál es el nombre del profeta? 3. ¿Cuál otra palabra se puede usar por profecía? 4. ¿Cómo le llegó la profecía a Habacuc? 5. ¿Qué significa Habacuc? 6. ¿Cuáles fueron las preguntas que Habacuc hace a Dios? 7. ¿Cuáles fueron los tres pares de males que Dios le hace ver a Habacuc? 8. ¿Qué dice Habacuc de la ley? 9. ¿Cómo se expresa Habacuc respecto al juicio? 10. ¿Cómo describe Habacuc el trato del impío hacia el justo?

LECCIÓN DOS

LA PRIMERA RESPUESTA DE DIOS A HABACUC (1:5 – 11)

INTRODUCCIÓN

En la primera sección de este estudio del libro de Habacuc vimos la profunda angustia del profeta al ver a su propio pueblo Judá desviado de los caminos del Señor y entregándose a una vida de impiedad y violencia. Por esa condición Habacuc se dirige a su Dios en oración sincera preguntándole el porqué de esa maldad entre su pueblo escogido. Habacuc tampoco comprendía por qué Dios estaba permitiendo semejante apostasía.

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Ahora en esta sección analizaremos la primera explicación o respuesta que Dios le da al profeta Habacuc. A este profeta, cuya mente se encontraba inquieta por la santidad de DioS y su gloria, Dios le revela su plan de corrección para su pueblo. El Dios santo no dejaría en pecado a su pueblo, sino que lo castigaría. Dios le responde que él se encuentra preparando los medios por los cuales él castigaría los pecados de Judá.

La respuesta a la oración parece ser extraña y absurda a la mente del profeta y deja a éste desconcertado. Ni siquiera tenía la más mínima idea que Dios obraría de la manera rebelada. Dios le responde sin darle detalles razonables de su manera de castigar a su pueblo. Lo que eleva aún más la perplejidad de Habacuc es que Dios haya escogido a los caldeos como el instrumento para corregir a su pueblo. En la teología de Habacuc no podía ser posible que Dios usara a un pueblo depravado de maldad para corregir al Judá pecador. Primero Habacuc se queja por entender una falta de acción en Dios y ahora se desconcierta por la manera “supuestamente absurda” de Dios actuar.

Judá había sido amonestado reiteradamente por los profetas y no prestaron oídos. Ahora los caldeos son empleados como vara de corrección. Todo este accionar de Dios parece lo contrario al Dios que conocemos, dejándonos atónitos. El profeta pasa de una experiencia sorprendente a otra más sorprendente.

Después que Dios responde que va a enviar a los caldeos (babilónicos) como instrumento corrector, pasa a describir a estos crueles invasores. Los caldeos eran un pueblo arrogante, grande en poder, notorios por su maldad; aterrorizaban a sus víctimas. Estos caldeos serían un instrumento de juicio rápido y aplastante, devastando todo a su derredor. Dios le contesta la oración a Habacuc y con ella le da la seguridad del castigo que merece Judá por sus muchos pecados. Lo que no es comprensible a Habacuc en la respuesta divina es la manera en que Dios ejecutará su acto de corrección. Warren W. Wiersbe en su libro Be Amazed comenta acertadamente en sus notas sobre esta respuesta de Dios al profeta Habacuc: “Sin embargo, Dios había advertido a su pueblo una y otra vez, pero ellos no escucharon. Profeta tras profeta había declarado la palabra de advertencia, solo para ser rechazada, y Dios le enviaba calamidades naturales, como plagas, y varias derrotas militares, pero ellos no escuchaban. En vez de arrepentirse, el pueblo endurecía más su corazón y se tornaban por ayuda a los dioses de las naciones que le rodeaban. Ellos probaron la paciencia de Dios lo suficiente que ya fue el tiempo de Dios actuar.” 10

1. VISIÓN INTERNACIONAL DE DIOS A HABACUC (1:5)

En la primera sección de este estudio vimos al profeta Habacuc afligido por la condición de declinación moral de su pueblo. La tan lamentable situación cautivó totalmente su atención exclusivamente en su propia nación, Judá. Ahora en esta sección observaremos como Dios en visión le indica a levantar su mirada y extenderla más allá de Judá. Con esta orden Dios guiara al profeta a observar una realidad más amplia de la que el profeta contemplaba. La visión que Dios

10 Warren W. Wiersbe, Be Amazed, p. 112.

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le da es la de un escenario mundial. En la visión el profeta recibe estas palabras: “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos: porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis” (1:5). Dios le dice “no la creeréis” primeramente porque el pueblo se había acostumbrado a la incredulidad, y no creían a la palabra de advertencia de los otros profetas. También el profeta por no tener una visión más amplia de la persona de Dios no comprendería la idea de Dios obrar en los asuntos internacionales.

Con el imperativo “mirad” Dios le está requiriendo un cambio, no solo del enfoque en Judá, sino de la errónea perspectiva de Dios como uno que no está obrando en los asuntos de su pueblo. Con esta visión Dios saca al profeta de su estrecha visión de las cosas y a la vez le abre el entendimiento acerca de Dios. Contrario a lo que Habacuc creía, Dios sí estaba activo. Ahora ve un panorama de acción de Dios que trasciende su nación. Nos pasa a todos, los caminos del Señor nos pueden tomar tiempo en entenderlos. El profeta Isaías lo expreso de esta forma: Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” Este palabra confrontó o desafió la incomprensibilidad de Habacuc sobre Dios y sobre su plan. Dios le estaba mostrando que su soberanía no está limitada a Israel, sino que su alcance no tiene límites. El eminente comentador F.F. Bruce en su libro New International Bible Commentary amplia más sobre este pasaje cuando el apóstol Pablo hace referencia del mismo: “Pablo usa este verso en su sermón en la sinagoga en Antioquía de Pisidia: “Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas: Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; Porque yo hago una obra en vuestros días, Obra que no creeréis, si alguien os la contare” (Hech. 13:40,41). El citó de la Septuaginta (LXX) para su propósito de aplicarlo a la sorprendente salvación ofrecida en el evangelio, así como también el juicio que vendría sobre aquellos que lo rechazaban.” 11 Lo cierto que comenzando con este verso lo que sigue es un diálogo entre Dios y el profeta en donde este nos representa en cierto nivel. Sus preguntas son las nuestras, así como su dolor y perplejidad. Las respuestas que Habacuc recibe de Dios son de gran ayuda a nosotros en el siglo veintiuno para entender mejor al Dios que tiene todo en sus manos poderosas.

2. LA RESPUESTA DIVINA APARENTEMENTE NO TIENE PRECEDENTES (1:6)

El panorama mundial de los tiempos de Habacuc estaba cambiando y Dios le muestra que él interviene también en esos asuntos geopolíticos. Dios no solo es el Dios de Israel, sino el Dios creador de todo el universo. Había naciones muy poderosas, económicamente y militarmente. Entre ellas se hallaban Egipto y Asiria. Para entonces se levantaba Babilonia como nueva potencia mundial. Dios le está mostrando al profeta su actividad entre las naciones, aunque Habacuc no lo entendía. Continúa Dios mostrándole su plan con las naciones: “Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas” (1:6).

11 F. F. Bruce, New International Bible Commentary, p. 946.

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Si Habacuc estaba asombrado por la paciencia de Dios al esperar tanto tiempo en permitir que Judá pecara y también por no castigar el pecado de su pueblo, ahora su asombro se elevaría mucho más cuando Dios le muestra que él no es un observador desinteresado en los asuntos de su pueblo. Habacuc está a punto de conocer el plan de Dios en usar a los caldeos para castigar a Judá por sus pecados.

Por mucho tiempo Judá se mantuvo en la equivocada actitud de que cualquiera fuere su condición moral y espiritual, Dios permanecería incondicionalmente de su lado para protegerlos de sus adversarios. Su teología optimista de ser intocables por sus enemigos se basaba en la idea de que solo por ser descendientes biológicos de Abraham y por estar apegados a las eternas promesas a David estarían libres de peligros de los de afuera. Su fe y confianza solo en Dios fue desviándose hacia los actos externos de las ceremonias y ritos, llegando a pensar que porque tenían el templo no importaba cuales fueran las amenazas más peligrosas, no recibirían ningún daño. Jeremías lo dice de esta manera: “No fieis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este” (Jer. 7:4). Concebir la idea de que la nación y específicamente la santa ciudad de Jerusalén, sería objeto de destrucción por los enemigos de Judá era considerado como una blasfemia.

El comentario de este pasaje de Caleb Fernández Pérez en su libro Habacuc De La Crisis A La Esperanza es interesante: “Dios no debería desconcertarnos al decir que aquellos que le han sido desleales serán implacablemente corregidos. Los caldeos eran megalómanos y se creían el cuento de su poder, y atribuían su “fuerza” a su dios. Esto definitivamente ofende a nuestro Dios. Ellos se sentían supremos, infranqueables, arrogantes, orgullosos y mientras Dios los estaba usando, nunca reconocieron que Dios los estaba usando, nunca reconocieron que Dios estaba por detrás de todo su poder y dominio.” 12 La respuesta de Dios no nos debe dejar desconcertados, pues desde la antigüedad la idea de juzgar a su pueblo era una medida correctiva. La vemos en Levítico 26:14 – 17 “Pero si no me oyeres, ni hicieres todos estos mis mandamientos, y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semillas, porque vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga. Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados.” También en Deuteronomio 28: 47 – 51 encontramos paralelismo a estas advertencias: “Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviará Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y el pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte. Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas; gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonara al niño; y comerá el fruto de tu bestia, y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y

12 Caleb Fernández Pérez, Habacuc De La Crisis A La Esperanza, p. 46.

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no te dejara grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.”

3. LOS CALDEOS SON CONQUISTADORES ARROGANTES (1:7)

Los caldeos, o babilónicos, no solo eran insaciables en sus campañas expansionistas, sino que en su arrogancia se sentían estar por encima de toda ley y moralidad. En la visión son descritos como: “Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad” (1:7). No rendían cuentas a ningún aliado o a la justicia de alguna coalición de otras naciones. Ellos mismos eran la ley y no respetaban a nadie. Su propósito era promoverse ellos mismos y conquistar y esclavizar a las otras naciones.

Esta nación se sentía que estaba sobre todos hasta el punto de no reconocer a Dios. Procedía unilateralmente en todo asunto con los demás. Sus conquistas expansionistas eran reconocidas como logros alcanzados por ellos mismos. Esta nación en su ejercicio del poder era como las otras que le precedieron, que con las mismas condiciones también fueron déspotas y arbitrarias en sus actos con los conquistados. Sobre la interpretación de este texto encontrada en el Comentario Exegético y Explicativo De La Biblia leemos así: “Es decir, no reconocen juez alguno sino a sí mismos, y logran para si su propia dignidad y la guardan, sin necesitar la ayuda de otros. Será inútil que los judíos se quejen de los juicios tiránicos de los caldeos; porque estos, decreten lo que decreten, obrarán de acuerdo con su propia voluntad, y no tolerarán a nadie que intente interponerse.”13 También acertadamente dice F.F. Bruce en su Libro New International Bible Commentary que: “Es cierto que el principio de operación de ellos es uno en que muchos poderes despóticos han usado antes y desde entonces. Sim embargo, en el caso de ellos, el hecho de su maldad estaba compuesta por endiosar y adorar su propia invencibilidad.” Los caldeos indiscutiblemente son una nación arrogante, no negocia con otros ni teme ninguna oposición militar. Todo era acerca de ellos mismos, su propia dignidad y derecho.

4. EL DESPLIEGUE MILITAR ES ATERRADOR (1:8)

Dios es quien levanta a esta nación con un poder militar aterrador. Ahora ésta es un instrumento de Dios para castigar la maldad de Judá. Ésta es la parte que deja a Habacuc todavía más perplejo que al principio de su queja. Los caldeos se convierten en la vara de la ira de Dios. No escaseaban en nada en sus preparativos militares. Dios le muestra a Habacuc a este temible adversario con las siguientes descripciones: “Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus jinetes, y volarán

13 Roberto Jamieson, A. R. Fausset, David Brown, Comentario Exegético y Explicativo De La Biblia, p. 926.

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como águilas que se apresuran a devorar” (1:8). Estos jinetes guerreros eran imparables en sus propósitos de ferocidad. En su ofensiva se precipitan como águilas sobre su presa. Dios usaría este pueblo guerrero que no tiene reglas para la guerra solo el cometer violencia, Dios lo usaría para castigar con violencia a su pueblo Judá. Éstos pensaban que no serían alcanzados por sus también violentos pecados y ahora ven venir un terrible enemigo ante el cual se ven impotentes para defenderse. El pecado de Israel era la violencia (1:2 y 3) y el invasor violentamente le castigará. El análisis del Comentario Bíblico Mundo Hispano es relevante: “Estos versículos enseñan dos verdades centrales del libro. Primero, se recalca la ley del talión: el juicio corresponde al pecado. El pueblo judío (o por lo menos sus líderes) pervierten la justicia de Jehová (1: 4); por lo tanto, tendrán que vivir según la ley caldea (1:7). La nación está llena de violencia (1:2,3); ahora sufrirá la violencia del opresor” (1:9). 14

En este versículo vemos la descripción de los jinetes caldeos. Estos invasores caldeos son comparados con animales predadores. El leopardo, el lobo y el águila son predadores feroces, con habilidad extraordinaria para hacer su ataque certero, de tal manera que a su presa le sería muy difícil escapar de tan hábil cazador. Los judíos serian severamente corregidos por sus consentidos pecados.

5. EL AVANCE INEVITABLE DEL INVASOR (1:9)

El verso nueve la Reina Valera 1960 lo traduce así; “Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante de ella, y recogerá cautivos como arena” (1:9). La versión Reina Valera Contemporánea lo traduce: “¡Y todos ellos caen sobre su presa! El terror los precede, y recogen cautivos como quien recoge arena.” La Reina Valera Antigua lo traduce: “Toda ella vendrá a la presa: delante de sus caras viento solano; y juntará cautivos como arena.” La Nueva Versión Internacional traduce: “Vienen en son de violencia; avanzan sus hordas como el viento del desierto, hacen prisioneros como quien recoge arena.” La Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy traduce: “Vienen todos ellos para hacer violencia, Su horda de rostros avanza, recoge cautivos como arena.”

El versículo nueve ha resultado un tanto desafiante a los traductores, pues no llegan a un consenso en la interpretación. En relación a este asunto, Charles L. Feinberg en su libro Los Profetas Menores nos comparte la siguiente línea: “Una de ellas expresaría que sus rostros miraban hacia adelante; otra es que sus rostros sorbían como el viento del este. En ambos casos, parece claro que el avance del enemigo será formidable e irresistible. Al pasar, arrasaran todo lo que se les ponga por delante. Las innumerables huestes de sus cautivos solo se pueden comparar con la arena.” 15 Consideremos también el análisis del Comentario Bíblico Mundo Hispano: “La frase todos sus rostros en el versículo 9, ha causado problemas. RVR – 1960, por ejemplo, traduce “el terror.” De acuerdo con la RVA, es mejor presuponer que el término viene de la raíz gaman (“ser abundante,” de allí, “todos”) y no de otras raíces, de las cuales las diferentes 14 Daniel Carro, Juan Carlos Ceballos, José Tomas Poe, Rubén O. Zorzoli, Comentario Bíblico Mundo Hispano, p. 252.15 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 230.

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versiones basan sus traducciones. La frase todos sus rostros sería paralela a la anterior todo este pueblo. Así que el versículo 9 describe el avance incontenible del invasor.” 16 Lo interesante es que en estas versiones de la Escritura encontramos varias traducciones, pero solo una interpretación que nos comunica la idea de que los babilónicos darían un golpe certero a los judíos. Nos permiten ver el mismo ímpetu de dominio sobre sus enemigos sometiéndolos y reduciéndolos al cautiverio.

6. DISTINGUIDOS POR FALTA DE RESPETO A OTROS (1: 10 – 11)

Estos últimos versículos de esta sección contienen una descripción del ejército babilónico acercándose a territorio judío para ser subyugado. El relato de Habacuc retrata la ferocidad y audacia de este cruel y arrogante invasor: “Escarnecerá a los reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de toda fortaleza, y levantará terraplén y la tomará. Luego pasará como el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios” (1:10 – 11).

Los caldeos en su arrogancia mostraban una completa ausencia de respeto por cualquier autoridad fuera de ellos mismos. Sin importar si la autoridad procedía de reyes, o de generales con fuerzas militares. Los obstáculos físicos no les detenían su avance. Humillaban a los reyes capturados, exhibiéndolos en jaulas como si estos fueran animales. Se burlaban en las entradas y murallas de las ciudades fortificadas, mientras éstas eran asediadas con rampas hasta capturarlas. Este método era típicamente empleado por los ejércitos de la época en el Cercano Oriente. Construían las rampas hasta alcanzar el nivel superior de la muralla habilitándose así su feroz ataque. La descripción “levantará terraplén y la tomará” habla gráficamente de la construcción de esas obras terreras.

Dios sorprende a Habacuc al mostrarle que sí él estaba trabajando y que a su tiempo traería su instrumento que castigaría el pecado de los judíos: estos babilonios son su vara de justicia sobre la nación judía. Los arrogantes babilonios, llenos de maldad y poderosos para aterrorizar a sus víctimas, serían usados para ejecutar juicio rápido y devastador. En otras palabras, Judá está atrapado y no tendrá ninguna posibilidad de escapar de las violentas intenciones de tan diestros cazadores, los caldeos.

El versículo once es muy importante para entender que Dios, quien es perfectamente justo, no dejaría sin castigo a los malvados caldeos. En el proceso de corrección a su pueblo Judá, estos babilonios fueron instrumental. Pero no pensemos que Dios los dejaría sin castigo por sus muchos pecados e idolatrías. Esta nación había hecho de sus propios logros y fuerza en un dios. Se adoraban a sí mismos y ciertamente que por esta idolatría serían justamente castigados. De esta manera los babilonios acumulan sus pecados delante Dios que les serían la causa de su caída final. El idólatra caldeo adoraba su propia fuerza y poder, lo cual veía como su dios. El Comentario Bíblico Moody Antiguo Testamento resume este versículo así: “Por mucho éxito que tuviera el invasor, sería culpable delante de Dios, y aunque fuera el instrumento de Dios para

16 Daniel Carro, Juan Carlos Ceballos, José Tomas Poe, Rubén O. Zorzoli, Comentario Bíblico Mundo Hispano, p. 253.

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castigar a los culpables de Judá, el mismo quedaría sometido a su debido tiempo al juicio divino.” 17

CONCLUSIÓN

Al concluir esta segunda lección, descubrimos que tiene mucho parecido a la primera. En ambas vemos que hay maneras de Dios actuar que nos son misteriosas. En la primera lección notamos que Habacuc no entiende el aparente silencio de Dios a su oración. Tampoco entendía la supuesta inactividad de Dios ante circunstancias que son un insulto a la santidad de Dios. Ahora en esta lección dos, vimos la forma misteriosa de Dios de responder a la oración en una forma que Habacuc no esperaba. Esta manera extraña de responder Dios espantó al profeta.

El profeta Habacuc interpretó que la nación necesitaba ser castigada por Dios. La extraña respuesta de Dios que levantaría al ejército caldeo para castigar a Judá fue lo que turbó más al profeta, pues semejante cosa nunca Habacuc imaginó. Sin embargo, precisamente como Dios le respondió así mismo fue cumplido. La comprensión de Habacuc sobre el obrar de Dios tenía su límite, al igual que la nuestra. También nos pasa a nosotros, cuando nuestra tendencia es a indicarle a Dios como debe contestar nuestra petición.

Sin duda alguna que el mensaje de Habacuc es relevante para la iglesia de todos los tiempos o todos los periodos de la historia. De estos versículos estudiados en Habacuc hasta aquí podemos afirmar o establecer que hay momentos que el obrar de Dios nos resulta extraño o nos deja perplejo. De este pasaje debemos aprender que el andar de fe debe reconocer que debo humillar mi mente y dar lugar al obrar misterioso de Dios, pues él es soberano absoluto del universo y el hace como quiere.

La importancia que merece ser observada hasta aquí es que debemos considerar la posibilidad de que las pruebas que antagonizan con la iglesia, sean los instrumentos de Dios para corregir a la iglesia. Habacuc nos convence que en el obrar de Dios, el emplea medios que a nuestro entender son muy extraños. Puede ser que el instrumento de Dios jamás lo hubiéramos imaginado. Martyn Lloyd- Jones en su libro Del Temor A La Fe formula acertadamente el pensamiento de esta conclusión: “La ilustración más notable de este principio, está registrada en Hechos 13: 41, donde el apóstol Pablo cita Habacuc 1:5 y lo aplica a sus contemporáneos. En efecto declara: Ustedes no van a creer, como tampoco hicieron sus padres, pero así como Israel no ha reconocido a su Mesías, sino que lo ha crucificado, y ahora persiste en no creer su evangelio, Dios va a obrar finalmente en un juicio. Él va a levantar el imperio romano para saquear y destruir su templo, y ustedes mismos van a hacer desparramados entre las naciones. Sé que no creerán esto, pues el profeta Habacuc ya lo ha profetizado y ustedes persisten en ignorar este mensaje. El año 70 d.C. llegó inexorablemente, y las legiones romanas rodearon a Jerusalén y la destruyeron y los judíos fueron esparcidos entre las naciones donde permanecen hasta el día de hoy. Es verdad que las personas religiosas negligentes, nunca creen a los profetas. Siempre dicen: ¡Dios no va a hacer tal cosa! Yo les estoy recordando que Dios sí hace tales cosas.” 18

17 Charles F. Pfeiffer, Comentario Bíblico Moody Antiguo Testamento, p. 857.18 Martyn Lloyd – Jones, Del Temor A La Fe, p. 19.

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PREGUNTAS

1. ¿Cuál es el imperativo en el versículo 5? 2. ¿Qué alcance tendrá el obrar de Dios revelado en el versículo 5? 3. ¿Cómo describe la profecía de Habacuc la obra de Dios? 4. ¿A quiénes levantará Dios para castigar a Judá? 5. ¿Cómo es la descripción de la nación atacante? 6. ¿Qué procede de ella misma? 7. ¿Cuáles son las tres imágenes que describen su fortaleza militar? 8. ¿Con qué compara la cantidad de prisioneros? 9. ¿A quiénes escarnece y de quienes se burla? 10. ¿Cuál es el ídolo que adoran los caldeos en el versículo 11?

LECCIÓN TRES

SEGUNDA PERPLEJIDAD DE HABACUC (1: 12 – 17)

INTRODUCCIÓN

En la lección tres ya el profeta recibe la anhelada respuesta de Dios a su oración. Claro con la diferencia que la reacción de Habacuc es de mayor perplejidad ahora que cuando el inició su oración. Esto obedece a su incapacidad de poder reconciliar la santidad de Dios con la determinación de Dios usar tal malvado pueblo como los babilonios para castigar el pueblo de

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Dios. En su mente se debate una extraña línea de pensamiento, como a la luz de los atributos del carácter de Dios, la santidad y su justicia puede ser tolerante con una invasión que a su juicio es injusta. Su sistema teológico no cuadraba con la realidad que se desarrollaba ante sus propios ojos. Al principio Habacuc, por la supuesta demora de Dios, presumió de Dios como negligente e indiferente (1:2 – 4). Ahora se encuentra más confundido por no armonizar en su mente como el Dios santo está usando el mal para vencer el mal. Tal plan era inconcebible para Habacuc que le deja perplejo.

En esta sección claramente notaremos la angustia del profeta al percibir la respuesta de Dios como si fuera descabellada. En su comprensión de la naturaleza de Dios no conseguía compatibilidad de su fe en la justicia del gobierno de Dios con los babilonios como instrumentos de Dios. Habacuc se encuentra paralizado por la tención de su incomprendida realidad del método de Dios. Sin embargo no es ajena al profeta la relación de pacto de Dios con su pueblo y esto es evidenciado con el uso del nombre personal de Dios, Jehová. La expresión “Dios mío” también indica esa cercanía del profeta con su Dios.

El profeta nos representa a nosotros los creyentes del siglo veintiuno cuando nos preguntamos por qué Dios permite que se cometan injusticias a los débiles por los fuertes. Produce angustia la tensión entre la fe en el Dios de amor y los actos desmedidos de violencia, abusos y atropellos. Muchos creyentes de hoy día tienen en sus mentes la equivocada impresión de que Dios es inconsistente con respecto al hecho de la maldad de los hombres. Simplemente no perciben con claridad los tratos de Dios con la humanidad. Para Habacuc este no era meramente un problema nacional, aunque si era un problema nacional, para el profeta el problema se trataba de la lucha de su fe producida por el carácter de Dios que él conocía y el ambiente antagónico que le rodeaba. La agitación en la mente del profeta no le permitía juzgar su entorno con justo juicio, pues en verdad la maldad de Judá era mayor que la de los caldeos, siendo que Judá tenía mayor luz de la verdad que sus enemigos.

La analogía en esta sección nos llega de la experiencia del pescador. Todos los hombres son como los peces listos para ser pescados por medio de la red del pescador. Luego el pescador quien le atribuye cualidades divinas a su red le ofrece honores por haberle enriquecido. En la analogía, se está comparando al mundo con los mayores cuerpos de agua conocidos, el mar. La nación era los peces; Nabucodonosor era el pescador; la red representaba las fuerzas militares que conquistarían y someterían a Judá. En este pasaje podremos distinguir la diferencia de lo que es incredulidad y lo que es no entender a Dios ni su actuar. En Habacuc no se da ninguna rebelión hacia Dios por incredulidad. Antes bien el profeta indaga con sus preguntas y espera respuestas, lo cual es una clara fe en su Dios. Habacuc pregunta porque cree, sus preguntas no son motivadas por ningún escepticismo. La incredulidad es un acto de la voluntad, reúsa aceptar a Dios y sus actos. En Habacuc observamos a un creyente con una mente en lucha y un corazón abatido por la incomprensión no la incredulidad y rebelión.

1. SOSTENIDO POR EL CONOCIMIENTO DE DIOS (1: 12)

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La primera respuesta que Dios le da a Habacuc no parece ser del todo satisfactoria al profeta. Para Habacuc fue como sumarse otro problema, y este, más complicado. Su agitación se incrementó por su noción de la inconsistencia por parte de Dios. Lo que el profeta encontraba inconsistente era, como el Dios santo usa gente cruel y malvada para castigar su pueblo malvado pero en menor grado. Ahora se incrementa la perplejidad del profeta con el interrogante, como Dios soluciona “el mal con otro mal.”

El profeta entra en un argumento con Dios diciéndole: “¿No eres tu desde el principio, oh Jehová, Dios mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar” (1:12). Lo que está registrado aquí es como el bosquejo de un breve estudio de contenido teológico. Son verdaderos conceptos que tiene el profeta de la deidad. Comienza reafirmando su asombrosa creencia de que Dios es un Dios eterno. Sigue refiriéndose a Jehová, al “YO Soy el que Soy” como el único Dios existente, quien no depende de nada ni de nadie en todo el universo. Continúa con el precioso y tan exaltado atributo de Dios, el hecho de la santidad de Dios. Luego manifiesta su visión de Dios como totalmente estable, expresándolo: “y tú, oh Roca.” Charles L. Feinberg hablándonos de este versículo hace la siguiente observación: “El profeta apela a Dios, a quien el enemigo ha tratado desdeñosamente. Habla en representación del pueblo y usa los bien conocidos nombres de Dios: Jehová, Santo y Roca. Al dirigirse al Dios eterno, declara por fe que el pueblo de Dios no perecerá. Conoce la naturaleza del Dios que guarda el pacto, el cual no permitirá que su pueblo sea suprimido.” 19 John Macarthur opina de una forma muy similar a la de Feinberg: “Aunque el profeta no podía entender a plenitud la obra soberana de la justicia de Dios, el expresa su completa fe y confianza. Así dice del incambiable carácter de Dios como eterno, soberano, y santo, esto le asegura que Judá no será completamente destruido.” 20

En las convicciones de estas verdades sobre la persona de Dios, Habacuc exclama: “No moriremos.” Su exclamación de confianza no se refiere a que Judá no tendrá perdidas de muchas vidas por causa de la invasión de los caldeos, Tampoco no está aludiendo de la vida más allá de la peregrinación terrenal. De lo que el profeta está declarando es que un remanente será preservado con toda seguridad por el Señor mismo. Son interesantes las palabras de Caleb Fernández Pérez sobre este versículo: “No hay nada más aliviador y tranquilizante que, al encontrarnos agobiados por nuestros problemas y al desear saber la que va a pasar con nosotros, podamos recobrar la admiración por el Dios a quien adoramos, y acordarnos de su fidelidad y compromiso diciéndole “¡Que grande eres… tu, oh Roca”! 21

2. LAS EXPECTATIVAS AFECTAN LAS CONVICCIONES (1:12B)

Las persuasiones de Habacuc se manifiestan en su declaración: “No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tu oh Roca” (1:12). Al igual que en Habacuc a todos nos hacen bien las convicciones. Los creyentes pueden pasar por duras y variadas pruebas, pero ellas no le

19 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 231.20 John Macarthur, The Macarthur Bible Commentary, p. 1031.21 Caleb Fernández Pérez, Habacuc De La Crisis A La Esperanza, p. 53.

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destruyen jamás. Pueden ser derivados pero no destruidos. La diferencia la hace el conocimiento de Dios mismo. Conocer y vivir con Dios se traduce entre muchas cosas en una fortaleza para enfrentar las demandas de la vida. En el caso de Habacuc era enfrentar en su momento histórico lo que para él era un enigma.

Es de gran importancia conocer a Dios porque él nos ayuda a interpretar lo significativo que es la historia que sin duda alguna está en sus manos. Ni si quiera pensemos que es irrelevante nuestro conocimiento de Dios, pues también nos ayuda a reconocer cuando ya es tiempo de renovar nuestras expectativas de él y sus propósitos. Conocer a Dios nos hace ajustar nuestras perspectivas por las que Dios nos revela, pues esa es la verdadera realidad de las cosas. Habacuc conoce a Dios y la imagen de una Roca le hace confiar en el bienestar del futuro del pueblo de Dios. ¡Que tremenda ventaja tenemos los creyentes del Siglo veintiuno, pues contamos con el canon de las Escrituras con las cuales deberíamos tener una amplia perspectiva de la historia en las manos de Dios!

3. PARADOJA TEOLÓGICA EN HABACUC (1: 13)

En su conflicto con lo deplorable que son los caldeos y sus conocimientos de Dios comienza su argumento: “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué vez a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él, y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne?” Tenemos que admitir que lo que aquí está tomando lugar es un dialogo totalmente honesto de Habacuc con Dios. Este le sirve de válvula de escape a la tensión creada por la carga que se ha ido creando en el profeta por su perplejidad. Su persuasión teológica choca con las circunstancias que están tomando lugar ante sus ojos.

No olvidemos que las declaraciones de Habacuc en el versículo anterior le sirven de contención para afirmarse en la fe y confianza en su Dios. Lo exaltado que es Dios para el profeta le ayuda para enfrentar sus fuertes conflictos. Para Habacuc Dios es “Jehová,” el YO SOY EL SOY, el auto suficiente y absoluto. También confeso su eternidad, su santidad y ahora se dirige en franca honestidad con su pregunta. En este versículo trece lo describen como “Muy limpio eres de ojos para ver el mal.”

La pregunta aflora en un contexto en donde el profeta lo que observa es el caos en todo su alrededor. Esa realidad es totalmente distinta al carácter de Dios. Judá se ha apartado tanto de las normas esperadas por Dios, que el profeta puede expresar asombro de que él pueda mirar si quiera su mal. Martyn Lloyd Jones nos comenta sobre este pasaje en su libro sobre Habacuc, Del Temor A La Fe: “Puedo estar inseguro sobre muchas cosas, pero estoy cierto que Dios no puede ver el mal sin odiarlo. Lo detesta. Todo el mal que existe en el mundo, le es completamente aborrecible debido a su pureza. Sus ojos son demasiado puros para mirar la maldad en forma complaciente. Dios y el mal son eternos enemigos." 22 Las palabras de John Macarthur en su libro The Macarthur Bible Commentary resumen con claridad este pasaje: “A pesar de las 22 Martyn Lloyd Jones, Del Temor A La Fe, p. 34.

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expresiones de confianza y fe del profeta, este se encuentra todavía en perplejidad. En esencia lo expresa el verso: ¿Si Dios es tan puro para ver el mal, entonces como usa al malvado para castigar a uno más justo que ellos?” 23

4. TRATO SUBHUMANO DE LOS CALDEOS (1: 14)

En esta sección estaremos abordando la segunda parte de la pregunta de Habacuc a Dios. En el versículo trece el profeta inicio la primera parte de su honesta pregunta a Dios. El profeta se dirige a Dios: “¿Y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne?”(1:14) Notemos el lenguaje figurativo que emplea, en este caso es una metáfora. Con esta figura del lenguaje compara el trato subhumano de los caldeos a las naciones. En esta pregunta de manera metafórica parece estar implícita la idea de que Dios usa el mismo estándar de trato que los caldeos. La manera en que el profeta formula la pregunta deja ver su confusión al usar semejante analogía. No obstante Habacuc es altamente audaz en su acercamiento a Dios.

Lo que se describe aquí es que los caldeos tratan a las naciones no mejores que los peces en el mar, estos son para pescarlos para el placer de los pescadores. Los caldeos actúan de la misma manera subhumana. La vida de las sociedades era cosa barata para los caldeos. Contrario a como Dios los creo, con valor. Dios creo al hombre a su imagen y semejanza por tanto no es un cero, sino que tiene valor y dignidad otorgada por Dios en la creación. El hombre es la cumbre en la creación de Dios. En el Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno lo expresa de la manera siguiente: “Ahora, metafóricamente, el los degrada a criaturas menores, peces y criaturas subhumanas que se arrastran.” 24 El análisis que presenta el Comentario Exegético y Explicativo De La Biblia merece ser considerado: “Y- vale decir: “Y así…” por dejar a los opresores sin castigar, haces que los hombres sean como los peces…que no tienen señor; o sea, que no tienen defensor. Todos pueden pescar en la mar con impunidad; asimismo los caldeos con impunidad afligen a tu pueblo como si estos no tuviesen más al Dios de la teocracia, su Rey que los defendiese” 25

En las palabras del profeta parece que está afirmando que Dios ejecuta lo que en realidad otros están haciendo. Es que las causas secundarias no siempre son consideradas como cumplimiento de la voluntad divina. Como humanos se nos hace difícil entender o discernir cuando son leyes humanas y cuando es intervención directamente divina. Sea como sea Dios usa el medio que él quiera para ejecutar su voluntad. José Grau en su libro ¿Por Qué, Señor, Por Qué…? sobre Habacuc aporta lo siguiente: “Como resultado de la aparente indiferencia de Dios ante la destrucción de los pueblos por el avance caldeo, es evidente que los seres humanos todos aparecen a primera vista como peces atrapados en las redes por marineros que utilizaron toda clase de medios para aumentar la pesca.” 26

23 John Macarthur, The Macarthur Bible Commentary, p. 1031. 24 G. J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson y R. T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, p. 876.25 Roberto Jamieson, A. R. Fausset, David Brown, Comentario Exegético Y Explicativo De La Biblia, p. 927. 26 José Grau, ¿Por Qué, Señor, Por Qué…? p. 53.

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5. AFIRMACION EN LA PROVIDENCIA DIVINA (1: 15)

Ahora el profeta Habacuc se expresa así: “Sacará a todos con anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus mallas; por lo cual se alegrará y se regocijará.” (1: 15) Esta expresión comunica fe y confianza en gobierno de Dios sobre los eventos en la vida. La audacia de Habacuc muestra sin duda pero nunca incredulidad. Habiendo dicho esta sariá justo elaborar un poco sobre la duda y sobre la incredulidad. Nos beneficiaria distinguir con claridad la diferencia entre ambas. Cuando tenemos dudas nos resulta legítimo acercarnos al Señor con nuestras preguntas, pero nunca hago un retiro abandonando a Dios por no entender las cosas, sigo confiando en Señor. Con la incredulidad es diferente, esta es una clara rebelión contra Dios y sus propósitos.

Son muy pertinentes las palabras encontradas en el libro Habacuc De La Crisis A La Esperanza de Caleb Fernández Pérez: “En la experiencia de Habacuc, el profeta por cuya baca habla Dios, observamos lo contrario a nuestro proceder de evitar preguntas difíciles, o contentarnos con medias verdades y respuestas superficiales complacientes. Esa actitud ha detenido nuestra vida en la inmadurez, en la incapacidad de encarar las cuestiones honestamente, discutirlas con el Señor y dar lugar al crecimiento en la gracia, en la conciencia de la presencia de Dios y el conocimiento de Jesucristo. Es posible llegar a tener profundas convicciones que nos ayuden a preguntar a Dios sobre lo cotidiano de los acontecimientos que desafían nuestra fe en el Dios único, sustentador, sanador, defensor, libertador.” 27

Habacuc es realista cuando aborda esta situación. No vive en una negación como los ciegos profetas que enfrentó Jeremías durante cuarenta años. Para entonces Jeremías suplicó al pueblo tornarse a Dios, pues lo que necesitaban no era un gran ejército para ser defendido de sus enemigos, sino volverse a Dios en obediencia y Dios se encargaría de sus enemigos. La firme confianza de Habacuc en la providencia divina le permite estar convencido de que Dios se halla detrás de cada evento que ocurre. Estas son las palabras que encontramos en el Comentario Bíblico Moody: “Jesús afirmo que aun los gorriones están bajo el cuidado de Dios. Solamente una creencia en una providencia toda inclusiva, puede producir una afirmación como la que hace aquí el profeta.” 28

6. LA ALTIVEZ DE LOS ENEMIGOS DE JUDA (1:16 – 17)

Termina el primer capítulo de Habacuc con estas palabras: “Por esto hará sacrificios a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas engordo su porción, y engraso su comida. ¿Vaciara por eso su red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones continuamente?”(1: 16 – 17). Con la figura de la red el profeta Habacuc nos da un perfil de la brutalidad de estos agresores caldeos. Entre las naciones su crueldad era bien notoria. En su actividad invasora no

27 Caleb Fernández Pérez, Habacuc De La Crisis A La Esperanza, pp. 59 – 60.28 Charles F. Pfeiffer, Comentario Bíblico Moody, p. 858.

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reposaban después de vaciar su red y de inmediato procedían a echar la red y atrapar nuevas presas.

La tensión en la mente angustiada del profeta no minimiza. Habacuc sabe quién es Dios y su carácter es todo lo opuesto a estos paganos caldeos. Lo que señala Habacuc en este pasaje es la vida llena da barbarie y de adoración a su propio poder. Entre los dioses de estos crueles se encontraba los dioses del poder y la violencia. Reconocían poderes y honores divinos a sus armas de guerra. Adoraban las herramientas con que fabricaban sus armas, de ahí su manía de desenfrenada destrucción. Su confianza estaba en su maquinaria militar, que les hacía todavía más arrogantes e imparables violentos. Se adoraban así mismos al otorgarse su excito a su propio esfuerzo. Ante todo este cuadro tétrico Habacuc no deja de explorar en sus conceptos teológicos como resolver la tensión entre el juicio que precisa y la forma de ejecución.

La interrogante dentro de Habacuc era, como podía Dios honrar a los crueles babilonios permitiendo victoria sobre Judá. Según la figura de la red, Dios estaba permitiendo que esta se llenara de victimas de nación tras nación. Toda esta lucha interna se está dando en el profeta sin remover su fe y confianza en su Dios. Aunque parece irrazonable que Dios permitiera que su pueblo fuera conquistado por tan malvados hombres, no obstante Habacuc se mantiene en espera de la respuesta de Dios mismo. ¿Sera posible que Dios los tolere indefinidamente? ¿Seguirán gozándose del fruto de su violencia ininterrumpidamente? No dejen de tener en cuenta que no es el escepticismo lo que hace quejarse Habacuc ante Dios, sino su fe la que le hace llevar su argumento a su Dios, en quien confía. Es de mucho provecho el resumen que nos da Matthew Henry en su libro Comentario De La Biblia Matthew Henry: “Ellos admiran su propio destreza y capacidad inventiva: Hay una gran proclividad en nosotros para adueñarnos de la gloria de la prosperidad externa. Esto es idealizarnos a nosotros mismos, sacrificando a la red porque es nuestra. Dios terminara pronto los robos esplendidos y exitosos. La muerte y el juicio harán que los hombres cesen de ser predadores del prójimo, y serán sus propias presas. Recordemos que sin importar las ventajas que poseamos, debemos dar toda la gloria a Dios.” 29

CONCLUSIÓN

En las primeras dos lecciones discutimos sobre el lamento de Habacuc al ver las injusticias de su pueblo y se queja por la aparente apatía de Dios en traer la corrección a Judá. En esta lección vimos cómo se incrementa la perplejidad del profeta, pero la enfrenta con un exaltado conocimiento de su Dios y sus atributos. Ahora el profeta hizo algo muy sensato, se recordó a si mismo lo que sabía de Dios. No enfrento su dilema desprovisto de todo conocimiento de Dios, sino que se armó con el conocimiento elevado de Dios. En esta lección vimos a Habacuc enfrentando la realidad del problema en perspectiva de su Dios, quien es más grande que todo problema.

El profeta fue sinceramente honesto con Dios cuando formulo sus preguntas. Tengamos presente que su cuestionamiento no procedió de incredulidad, sino porque es creyente se dirige a su Dios sus dudas. La conducta de Habacuc revela su fe aun en la manera en que formula sus

29 Matthew Henry, Comentario De La Biblia Matthew Henry, p. 679.

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preguntas a Dios. De esta lección podemos aprender que hay una marcada diferencia en proceder con murmuración contra Dios y acercarnos a él para preguntar.

Vimos el realismo en Habacuc, no solo al no entrar en negación del tremendo problema en que Judá se encontraba, pero también vemos realismo en contemplar al poderoso Dios. La realidad del enorme problema no eclipso la más elevada realidad del Dios en cuyas manos se encuentra su pueblo y toda la historia de las demás naciones. Nos conviene proceder como hizo Habacuc, enfrentar cualquiera se la adversidad con la perspectiva de la grandeza de Dios. Es de mucho consuelo y fortaleza llevar nuestra mirada y mente a Dios quien es como dice Habacuc, “oh Jehová, eterno, santo, roca, y es mío.” En medio de la perplejidad de la fe del profeta su tornan con más relevancia los atributos del único Dios verdadero.

En esta última sección del primer capítulo fuimos instruidos que como Habacuc podemos ser sinceramente audaz en nuestra oración sin estar deshonrando a Dios. La condición para ello es el motivo correcto de una fe no fingida. También aprendimos que a los hombres de fe le es posible que le asalten las dudas pero ellas seguramente serán disipadas, esto lo veremos más tarde en nuestro estudio. La sincera comunión en oración permite llevar a Dios sin reserva alguna nuestra angustia causada por la incomprensión de las experiencias adversas. En esta comunión es posible alcanzar en alguna medida que Dios está en el asunto dándonos paz que sobre pasa nuestro entendimiento. No hará falta saber todos los detalles para encontrar descanso, solo nos basta saber que nuestro Dios tiene absoluto control de todo evento que ocurre en nuestro derredor. Esa confianza en el neutralizara los temores y perplejidades que nos llegan en la vida, así como le llegaron al profeta Habacuc.

De este pasaje se expresa Warren W. Wiersbe, en su libro Be Amazed de forma pastoral: “Admiramos a Habacuc por ser un hombre honesto y desear que Dios dispense su amor a su pueblo. Debemos ser imitadores de el en su apertura y sinceridad y en su disposición de esperar la respuesta de Dios. Pero debemos recordar lo que Pablo escribió a los creyentes en Roma: ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿Quién entendió la mente del Señor? ¿O quien fue su consejero? ¿O quien le dio al primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amen” (Ro. 11:33 – 36). 30

PREGUNTAS

1. ¿Cuál es el primer atributo de Dios que alude Habacuc? 2. ¿Qué otros atributos de Dios menciona el profeta? 3. ¿Cuál expresión revela la fe del profeta en el versículo 12? 4. ¿Cómo se expresa el profeta para exaltar la santidad de Dios, en el versículo 13? 5. ¿Qué expresión nos indica el dilema de Habacuc en el versículo 13? 6. ¿Con que compara a las víctimas de la invasión?

30 Warren W. Wiersbe, Be Amazed, p. 115.

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7. ¿Existe un trato subhumano por los invasores caldeos? Explique brevemente. 8. ¿Cuál expresión refleja el sadismo de los caldeos en el versículo 15? 9. ¿Dónde se ve la idolatría de los caldeos en el versículo 16? 10. ¿Cómo describe Habacuc la violencia imparable de los caldeos?

LECCIÓN CUATRO

HABACUC EN ESPERA DE UNA RESPUESTA (2: 1- 4)

INTRODUCCIÓN

En el capítulo primero observamos el estado de profunda perplejidad que el profeta experimentó. Después de su queja por la injusticia por parte de los de su pueblo, y luego su protesta por la respuesta de Dios, el profeta se afirma más en seguir esperando en Dios. Su agitada experiencia narrada en el primer capítulo le convenció de que su Dios le atiende escuchando y contestando su oración, por lo cual procede a permanecer en espera por la respuesta de Dios.

En esta sección consideraremos la postura expectante que asume el profeta. El profeta Habacuc se determina invariablemente a esperar la respuesta de Dios. Sin importar lo que Dios responda, Habacuc estará firmemente decidido como profeta de Dios en aguardar confiadamente

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por la voz de su Dios. No recurre a nadie más ni a otra cosa, sino a la fuente correcta, Dios. No es suspendida su comunión en lo mínimo, sino que persiste en orar con la convicción que ha de llegar una respuesta.

Ante una inminente invasión y sin posibilidades de repeler la agresión, solo tenía sentido recurrir a Dios en oración por respuesta. Habacuc no se quedó confinado en el problema, sino que tomando la decisión más sensata se presenta a Dios en oración. Por decirlo así, se salió de su enceramiento, en que muchos lamentablemente caen. Es en esta espera que le llega la respuesta del cielo. Habacuc nos relata una visión celestial. Esta no fue subjetiva, es decir producto de sus corazonadas. Esta se generó en el cielo como una privilegiada concesión especialmente de parte de su Dios a su siervo Habacuc.

El profeta Habacuc fue inspirado divinamente para entender en visión con toda claridad las ideas transformadas en sentencias severas. Dios le ordena a escribir la visión y grabarlas sobre tablas. Se trataba de una visión que tenía continuidad por generaciones y generaciones. La revelación era de carácter permanente, por eso la orden a escribirla. Un mensaje que se extendía hacia el futuro y de alcance universal. Todos debían conocer, pues quedaría escrita para ese fin.

Dios le muestra que lo que va a suceder no será algo que ha de ocurrir de inmediato. Ha de pasar algún tiempo, pero ciertamente sucederá. La revelación de Dios se caracteriza por su cumplimiento. Es como si nos dijera, no te preocupes de lo que pase entre tanto. Aun cuando tengamos una impresión que las cosas no están saliendo bien, las cosas que te he revelado que van a pasar se cumplirán, espéralo porque sucederá. El propósito de Dios es imposible que se retrase o se adelante, sino que se ha de cumplir en el momento señalado por el Dios soberano. Nadie ni nada frustrará los planes del Señor. Estas son palabras que nos muestran con claridad la fidelidad de Dios en dar cumplimiento sus planes. Esto nos recuerda que Dios no es como los hombres que mienten. Por esa razón el profeta podía mantenerse en espera por la respuesta sabiendo que aunque al momento no entendía sabía que puedo confiar en quien entiende todas las cosas, Dios.1. ESPERANDO LA RESPUESTA CON CONFIANZA (2: 1A)

Hasta este momento Habacuc sabe que la iniquidad de su propio pueblo merece ser castigada. También sabe que Dios va a castigar a su pueblo por sus injusticias. Ahora le es conocido por medio de revelación divina que el instrumento que Dios escogió para castigar la maldad de su pueblo serán los caldeos. Lo que no logra entender es porque Dios escoge un pueblo mucho más pecador y perverso como medio para castigar a Judá por su pecado. No obstante el profeta tiene el bien definido propósito de mantenerse en espera de una respuesta de Dios a su dilema.

Fue el método de la providencia de Dios que le creo duda al profeta, pero sensatamente se mantiene en guarda contra la tentación de ser impaciente. Esta postura la expresa así: “Sobre mi guarda estaré, y sobre la Fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y que he de responder tocante a mi queja” (2: 1). Con estas palabras Habacuc está admitiendo su duda por tanto su queja, “No comprendo este asunto.” Al verse sin otro recurso deja que Dios se encargue de la dificultosa situación. Por cierto la actitud del profeta nos transmite la sabiduría

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que hay en reconocer que nuestras mentes finitas no pueden entender tantas variantes en los asuntos de la historia. Lo más sabio es dar lugar a Dios dejándolo en sus manos. Habacuc había llegado hasta el límite que le permitía su razonamiento, había mirado el carácter de Dios. Supo que “sus ojos son tan puros que no pueden mirar el mal.” Lo que ahora hare es esperar a que Dios me lo explique.

La explicación contenida en el Comentario Exegético y explicativo De La Biblia es interesante: “ Loa profetas a menudo se comparan, mientras esperan con diligente paciencia las revelaciones de Jehová, a centinelas que sobre alguna elevación vigilan con ojo atento todo lo que viene al alcance de la vista (Isaías 21:8, 11; Jeremías 6: 17; Ezequiel 3: 17; véase Salmo 5: 3; 85: 8) El puesto de atalaya significa el retiro de toda el alma de lo terreno y su afianzamiento en las cosas celestiales.” 31

Charles L. Feinberg es una de las más reconocidas autoridades en historia judía, analiza este versículo en su libro Los Profetas Menores: “Puesto que Dios ha respondido a las primeras preguntas del profeta, Habacuc confía en que El hará lo mismo respecto de su problema más grande. Igual que un centinela debe vigilar lo que sucede fuera de la ciudad fortificada, así el profeta se aposta en espíritu de esperar la respuesta de Dios a sus preguntas. Esto no quiere decir que en realidad Habacuc fue a una torre de vigía, sino que el adopto esa actitud de expectación y vigilancia en su corazón. La mayoría de los interpretes entiendes el versículo en el sentido espiritual de una preparación interior.” 32

2. AGUARDANDO POR LA RESPUESTA DE DIOS (2:1B)La segunda parte del primer versículo ha sido objeto de más de una traducción. No han

sido pocos los intérpretes y comentaristas que han arribado con una interpretación diferente. Estos son los datos encontrados en el Comentario Bíblico Mundo Hispano: “La última frase del versículo ha sido traducida de varias maneras. Muchos comentaristas y algunas versiones como la RVA le hacen una enmienda en el texto. El TM dice “y qué tengo (primera persona singular) que responder a mi queja.” Con el cambio sugerido, la frase se lee “y qué tiene (tercera persona singular) que responder a mi queja.” La enmienda busca uniformidad en toda la oración y toma a Jehová como el único sujeto. Según esta traducción, la idea es que Habacuc espera ver como Jehová va a reaccionar ante su último argumento teológico” (compare Job13:6, 23:4). 33

La realidad que Habacuc no sé quedo obsesionado mirando fijamente el problema. Allí no encontraba luz alguna, sino que dejó de mantener fija su mirada solamente en el problema y se tornó a Dios en oración y espera. Hay mucha sabiduría en semejante acto. Es precisamente lo que el apóstol Pablo les dijo a los hermanos de Filipo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en todo oración y ruego, con acción de gracias, y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestros corazones y vuestros

31 Roberto Jamieson, A. R. Fausset, David Brown, Comentario Exegético Y Explicativo De La Biblia, p. 927.32 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 233.33 Daniel Carro, Juan Carlos Cevallos, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli, Comentario Bíblico Mundo Hispano, p. 255.

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pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:6,7). Esto no es escapismo o negación de la realidad es un secreto o la mejor defensa que nos saca de toda parálisis espiritual y emociona.

En los apuntes del libro Del Temor A La Fe del Dr. Martyn Lloyd – Jones dice así: “Debemos dar un paso más aun, y esperar la respuesta. Habacuc dice: “Velare para ver…” El deber del vigía militar es fijar sus ojos en el horizonte para detectar el más mínimo movimiento de parte del enemigo. Habacuc está buscando la contestación. Con frecuencia fracasamos porque oramos a Dios y nos olvidamos. Si pedimos algo a Dios debemos esperar que nos conteste. Después de orar, ¿seguimos mirando al Señor, a la espera de su contestación? ¿Somos como el profeta en su torre, esperando que en cualquier momento llegue la respuesta? Por supuesto que Dios puede contestar de diversas maneras. Por ejemplo, podemos esperar que responda mientras estamos leyendo su Palabra, pues es la manera más común de recibir respuestas.” 34

Dios no tiene una sola forma de contestar a nuestras suplicas. Entre la variedad de formas de Dios contestar podemos reconocer que una es hacerlo directamente a nuestro espíritu. También él puede colocar claros pensamientos en nuestra mente trayéndonos seguridad de su respuesta. Dejar una fuerte impresión de manera inconfundible, y otras muchas más. Lo cierto es que Dios no nos llamará a una obra en donde el no abra las puertas y cierra otras puertas que nos indican su voluntad. Puede que encontremos obstáculos o impedimentos, pero perseguiremos el cumplimiento de aquellos que no hay ninguna sombra de duda que es lo que Dios quiere. Seguiremos en la dirección que Dios nos señala, pues en el tenemos confianza sabiendo que aun nuestros caballos están contados por él, lo cual es clara indicación que tiene más interés en mi bienestar que el que yo mismo tengo.

3. UNA VISIÓN ESCRITA (2: 2)

Estuvimos analizando en el versículo anterior como el profeta sensatamente se dispuso a llevar su carga a Dios en oración y en espera. Lo que hiso es normalmente observado por un profeta. Aquí se encuentra más interesado en la respuesta firmemente esperada. No da señal de una posible reacción de temor por la ira de Dios que seguro vendrá, sino que aguarda llegar la respuesta divina pacientemente.

En este versículo dos, Dios no responde al profeta reprensiblemente por ser insistente en su búsqueda de respuesta a su dilema teológico, sino que ahora Dios le da más revelación. Dios le pide que escriba la visión en tablas; dando a entender que este no es un asunto privado sino público. Esta visión no solo es para a Habacuc, sino para todos. La visión que recibe Habacuc dice: “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella” (2: 2).

Dentro de la variedad de manera en que se ha interpretado esta frase, consideramos la que la visión se ha colocado sobre una tabla de un gran tamaño que no sería necesario para los que pasan frente a ella detenerse para ser leída. Otra interpretación nos dice, que se trata de un modismo para leer rápidamente. En resumen la idea es que lo escrito facilite la lectura de la

34 Martyn Lloyd – Jones, Del Temor A La Fe, pp. 40,41.

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visión, ya sea de cerca o de una distancia razonable para leer. El Comentario Bíblico Moody con respecto a los materiales empleados por los profetas para escribir la revelación divina nos dice: “Se utilizan diferentes tipos de materiales para hacer registros, ya que los judíos tenían contacto con todas las culturas del Oriente Medio. Isaías y Jeremías escribieron en rollos de pergaminos, pero a Isaías se le ordeno también escribir en una tableta (Is. 30: 8) Se puede suponer razonablemente que Habacuc hiciera un registro de su visión sobre una tableta de barro.” 35 La aportación de Charles L. Feinberg en su libro Los Profetas Menores es interesante: “Habacuc esperaba una respuesta a su queja, y Dios no defraudo a su siervo en su necesidad. Le mando que escribiera en tablillas la revelación que le daba. Eran tablillas sobre las que se acostumbraba escribir (Isaías 8:1). Tal vez fueron como las que se usaban en la plaza del mercado, en que se escribían (grababan en arcilla) los anuncios públicos con letra clara.” 36

El mandato a escribir la visión reviste una significativa importancia. Al ser grabada la Palabra de Dios permanecerá como un continuo testimonio de la incuestionable fidelidad del Señor. La visión escrita les servirá de perpetua evidencia a los hombres que Dios es fiel a sus promesas sean de juicio o sean promesas de liberación. La Humanidad está emplazada a constatar el registro de Dios y asombrarse en que esta siempre se cumple tal como fue entregada a sus siervos los profetas.

El análisis sobre la última frase de este versículo del Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno dice: “Las buenas nuevas de una liberación final deben ser publicadas de tal manera que sean claramente visibles a los que pasen. La frase que se traduce “para que corra” es oscura, pues puede referirse a que cualquiera que pase pueda leer la noticia aunque pase de prisa y luego pasar la noticia oralmente, o puede referirse a un corredor profesional, o heraldo, cuyo papel es publicar ese informe. En cualquier caso, las noticias se extenderán, aunque el juicio anunciado no sea inmediatamente próximo.” 37

4. LA VISIÓN ES DE CUMPLIMIENTO SEGURO (2: 3)

La versión Reina – Valera 1960 traduce el versículo tres de la siguiente manera: “Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará” (2:3). Al creyente le debe bastar el hecho del origen divino de la visión, para experimentar plena seguridad de su cumplimiento. El definitivo complimiento de la visión tendría lugar en el futuro en el momento determinado por Dios, que le llamamos “el tiempo de Dios.” El plazo determinado por Dios no se atrasará y no se adelantará. Nada ni nadie podrá entorpecer la realización de la misma en el tiempo establecido divinamente. Esta seguirá corriendo hasta que alcance el fijado momento de su cumplimiento, elegido soberanamente por Dios.

35 Charles F. Pfeiffer, Comentario Bíblico Moody, p. 858.

36 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 233.37 G. J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson Y R. T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, p. 876.

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En Daniel 8:19, se encuentran las mismas dos palabras, provocando en algunos intérpretes que aquí también se refiere al tiempo del fin. Otros exegetas entienden que aquí se está refiriendo al designio divino con respecto a los babilonios. Sin embargo podemos también comprender un alcance mayor en la visión con relación al juicio a los poderes impíos en todo el mundo. No cabe duda de que los caldeos son representativos de los poderes mundiales y que en la venida del Señor serán también totalmente destruidos. Aunque la expresión es análoga a la de Daniel 8:19 la de Habacuc 2:3 se refiere al juicio sobre los impíos contemporáneos a Habacuc.

El profeta se encuentra ministrando una palabra a los creyentes de su época pero esta trasciende la misma. Pues se trata del Dios que no miente y nos abrasa con el consuelo y seguridad de sus fieles promesas. ¡Que sólidos fundamentos tiene la esperanza del creyente! Esta persuasión firme de que “Sin duda vendrá” nos indica que nunca seremos defraudados por Dios, La siguiente cita de José Grau nos describe lo inexorable del cumplimiento de Dios: “El hebraísmo que se usa aquí ha sido traducido literalmente de la versión griega de los setentas: “Y el que ha de venir vendrá.” La idea central es la certidumbre del acontecimiento que ha de cumplirse. El escritor de la carta a los Hebreos, haciendo uso de la versión de los setenta, adapto el texto para aplicarlo a la promesa de la segunda venida de Cristo, un evento igualmente cierto en los planes de Dios, aunque también pueda parecer a los hombres que está siendo indebidamente aplazado. De ahí que en He. 10:37 leamos: “Porque aun un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardara. Mas el justo vivirá por la fe; y si retrocediere, no agradara a mi alma.” 38

5. POSTURA DE LA FE ESPERANZADA (2:3B)

En la sección anterior vimos el pasaje de Habacuc 2:3 y el de Hebreos 10:37 no por ver ellos paralelismos literales, sino para señalar la misma actitud que debe darse en el creyente ante ambos pasajes. Los contextos de ambos acontecimientos son diferentes. En Habacuc se trata de la esperada respuesta divina a su dilema planteado a Dios en sus dos preguntas, respectivamente formuladas en 1:1 – 4 y 1:12 – 17. En el pasaje de Hebreos 10:37 nos encontramos en otro contexto en donde se está considerando el segundo regreso de nuestro Señor Jesucristo.

Cada pasaje apunta a un distinto propósito divino que seguramente tendrá cumplimiento según la determinación de Dios. Lo común que vemos en ambos acontecimientos es la actitud que debe asumir el creyente, cabe decir que la postura de fe esperanzada es idéntica ante ambas visiones o promesas. Nuestra fe esperanzada alentada por la promesa de Dios es idéntica en ambos acontecimiento. La postura a tomar es idéntica, aguardar confiadamente en preciosas promesas del Señor.

Los incrédulos y burladores todavía se encuentran andando según sus propias concupiscencias. El apóstol Pedro nos advirtió al respecto: “Sabiendo primero esto, que en los

38 José Grau, ¿Por Qué, Señor, Por Qué?, p. 61.

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postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos” (1P. 3:3 – 7).

6. EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ (2:4)

El versículo de Habacuc 2:4 lee así: He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.” Este pasaje es citado tres veces en el Nuevo Testamento (Ro. 1:17; Gá. 3:11; He. 10:38). Cada contexto en estas referencias es de significativa importancia. Es esencial un claro entendimiento de este pasaje para ser sano en la fe. El contexto mismo nos indica la obvia referencia a los caldeos, no obstante el pasaje nos permite distinguir una diferencia entre los impíos y los justos, aparte de nacionalidad y de origen étnicos. En el pasaje se nos presenta el contraste de dos perfiles, el hombre que orgullosamente confía en sí mismo y el hombre “justo que por su fe vivirá.”

El comentarista Walter A. Elwell nos dice: “En él va y viene de las actividades de las instituciones humanas de la tierra, Dios supervisa los asuntos de los días. Y en hacerlo el permite las dos clases de los hombres, los justos y los injustos ser claramente distinguidos. A pesar de que Dios permite que el injusto prosperar por un periodo y tal vez este lo use para ejecutar sus propósitos misteriosos, no obstante el malvado arrogante llegara a su destrucción. 39 Lo cierto es que este versículo cuatro está lleno de profundo significado. Esto es demostrado por el uso que de la última parte del verso es citada tres veces en el Nuevo Testamento. En relación al significado de este versículo es pertinente la aportación del Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno: “Los matices de significado del Nuevo Testamento han sido influidos por su uso en la LXX más que en texto hebreo. Pablo en Romanos 1:17 expresa el resultado de la fe, con el énfasis griego en el compromiso intelectual, que lleva a la justicia. Este es el primer paso al reino de Dios: la justificación a los ojos de Dios mediante la fe en el evangelio de su hijo (Rom. 3:22; 5:1). Gálatas 3:11 contrasta la obediencia a Dios como un requisito legalista que no puede justificar a nadie de un de un compromiso fiel a el que resulta en el don inmerecido de la vida. Hebreos 10:38 presenta la fuerza del llamamiento a perseverar, viviendo en fiel obediencia a la voluntad de Dios en tiempos de pruebas” 40

CONCLUSIÓN

39 Waltre A. Elwell, Commentary on the Bible, p. 670. 40 G. J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson Y R. T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, p. 877.

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Vimos en esta sección la actitud de retiro del profeta con Dios para esperar la respuesta. Esta era la acostumbrada actitud de los profetas, buscar la voz de Dios. Fue la perspectiva de Dios la que procuró con firmeza. Muy importante principio este de esperar en Dios por respuesta y en el tiempo de él. Es crucial nuestro tiempo devocional diariamente, anhelando la voz de Dios para ser dirigidos y fortalecidos en todo tiempo y mucho más en épocas de muchas presiones externas e internas. Nos rodea un gigantesco mercado de ideas y voces, pero la más confiable es la del Señor, y como los profetas la debemos buscar.

Dios le ordenó al profeta Habacuc a escribir la visión con la intención de facilitar la lectura y la publicación de la misma. Al escribirse la visión las generaciones futuras podían cotejar el cumplimiento de la misma, tal como Dios había dicho al profeta. Dios mismo se encarga de fortalecer la confianza en la visión afirmando la confiabilidad de su palabra para esperar seguramente en su cumplimiento, diciéndole que la espere porque seguro se cumplirá. Había que esperarla con paciencia pues no se adelantaría ni se atrasaría, sino que en el plazo establecido por Dios ocurrirá tal como lo prometió. Aquí la iglesia del siglo veintiuno puede aprender que no importa cuán perplejo nos deja todo lo que está alrededor comprenda que la historia está en las manos de Dios.

Algunos comentaristas extienden el significado de la visión de Habacuc aun hasta nuestros tiempos. La segunda venida del Señor es contemplada en este pasaje, pues será tiempo de justa retribución. Así como el juicio justo de Dios les llego a los crueles babilonios, también le llegara en la venida del Señor a los arrogantes y altivos que nunca pusieron se confianza en el verdadero Dios.

PREGUNTAS

1. ¿Cuál es la primera cosa a la que Habacuc se determina? 2. ¿Sobre qué el profeta decide afirmar su pie? 3. ¿Para qué dice Habacuc, “y velare”? 4. ¿Qué es lo que Habacuc ha de responder? 5. ¿Qué le dio Dios al profeta como respuesta? 6. ¿En que debía escribir la respuesta Habacuc? 7. ¿Cuál era el propósito de escribir la visión? 8. ¿Qué les dice Dios a aquellos que tienen par tardanza su promesa? 9. ¿Cómo describe Dios a aquel cuya alma no es recta? 10. ¿Cómo vivirá el justo?

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LECCIÓN CINCO

EL JUICIO VIENE SOBRE LA INJUSTICIA (2: 5 – 20)

INTRODUCCIÓN

En la lección pasada observamos al profeta librándose de su problema y se refugia en Dios, decidiendo esperar con paciencia la voz de Dios. En fe y confianza buscó y encontró la respuesta tanto esperada, pues como profeta se dispone en cumplir fielmente su llamado a oír la voz de Dios. En el mensaje contenido en esta lección estaremos considerando un trato de parte de Dios a los babilonios, a quienes Dios seleccionó para castigar a Judá, no escaparían al justo juicio de Dios, y a ellos les llegaría la derrota o destrucción. Solo fueron instrumentos de disciplina a Judá temporeramente. El final de ellos y sus maldades era cuestión de tiempo, o sea su destino estaba seguramente sellado para ser castigados. Estos no podrán evitar la humillación de su arrogancia y la ejecución del terrible castigo.

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Este pasaje describe lo descendido que estaban los caldeos en su maldad. Estos detalles de orgullo son demostrados aun por la historia secular. Abordaremos cinco ayer contra los injustos que son presentados en forma de burla o sátiras. Notaremos que estos versículos desarrollan convicción de que toda injusticia es destructiva, tarde o temprano vera su propio colapso. Habacuc nos confirmará que toda injusticia lleva en su propio seno la simiente de su ruina. El rumbo que ha tomado va labrando su autodestrucción. Las palabras de José Grau añaden claridad: “En el castigo del tirano, Dios no tiene que intervenir directamente porque la maldad acaba destruyéndose así misma; basta con que Dios la deje a su aire y a su propia aniquilación.” 41

Los caldeos con todas sus fuerzas militares no podrán escapar a la ruina que le esperaba por delante, pues tienen cuentas pendientes con el Juez justo del universo. Les llego el momento de escuchar el veredicto divino. En los Hayes el profeta Habacuc da lectura a estos arrogantes opresores la condena justa por sus atrocidades. Habacuc nos introduce al principio espiritual que el hombre cosecha lo que siembra y esto mismo será lo experimentaran los soberbios caldeos. No es en vano lo que la Escritura dice: Dios no puede ser burlado. El comentarista Matthew Henry en su libro Comentario De La Biblia Matthew Henry lo dice así: “La codicia ocasiona inquietud e incomodidad a la familia; el que ambiciona ganancia perturba su propia casa; lo que es peor, se acarrea la maldición de Dios para todos los asuntos de ella. Hay ganancia licitas que, por la bendición de Dios pueden ser consuelo para una casa, pero lo que se obtiene por fraude e injusticia, traerá pobreza y ruina a una familia.” 42

1. LA INSACIABLE SED DE CONQUISTA DE BABILONIA (2:5 – 6)

Los versículos del 5 al 8 serán los considerados en esta sección. De la Reina – Valera 1960 leemos así: “Y también, el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio, que no permanecerá; ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos. ¿No han de levantar todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo había de acumular sobre sí prenda tras prenda? ¿No se levantarán de repente tus deudores, y se despertarán los que te harán temblar, y serás despojo para ellos? Por cuanto tú has despojado muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán, a causa de la sangre de los hombres, y de los robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que habitan en ellas.”

En la primera línea del versículo cinco se hace mención al vino, dando a entender de la práctica de los babilonios entregados al consumo desmedido del vino. Esta afirmación ha sido confirmada por escritores antiguas quienes describen a los caldeos como muy dados al vino. Aún más, estos babilonios llenos de arrogancia y embriaguez, también eran insaciables por la 41 José Grau. ¿Por qué, Señor, Por qué?, p. 73. 42 Matthew Henry, Comentario De La Biblia Matthew Henry, p. 680.

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búsqueda del poder y el dominio. Impulsados frenéticamente salían para ejecutar su gran monstruosa sed de rapiña y su deseo de destrucción. No negamos que este pasaje ha sido objeto de mucha controversia entre los eruditos por las diferentes maneras que puede ser visto. Lo cierto es que el comportamiento de los perversos líderes caldeos es peor que la que se produce cuando se está intoxicado con la bebida alcohólica.

Sobre la expresión “ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí todas las gentes, y junto para sí todos los pueblos,” el comentarista Charles L. Feinberg nos enseña lo siguiente: “El Seol era el lugar que iban los muertos. El cuerpo desendia a la tumba y el alma al Seol. En Lucas 16(sobre todo en el versículo 26) se nos indica que, antes y después de la muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo, el Seol tenía dos divisiones: una para los justos, llamada tambien el seno de Abraham o paraiso, y otra para los injustos. Después de la resurrección de Cristo (Efesios 4:8), el Señor llevo las almas de los justos del Seol al cielo, donde se encuentra ahora el paraíso. (Léanse con cuidado los pasajes de Lucas 23: 43; 2Corintios 5:1 – 10 y Filipenses 1:23). En estos días de gracia, los impíos siguen yendo al Hades (Seol), mientras que el creyente va al tercer cielo para estar con el Señor.” 43

Ninguna nación permite ser dominada por otra nación sin que esta levante su protesta. Las palabras se convierten muchas veces en una de sus poderosas armas contra el opresor. Los argumentos intelectuales y las creativas expresiones suelen surtir un efecto defensivo contra los invasores. El conquistador con su poder militar logra poseerse de las cosas materiales, pero difícilmente consigue adueñarse de la idiosincrasia o de los espíritus de los conquistados. El profeta Habacuc expresa con toda claridad del arte de la sátira y los refranes empleados contra aquellos crueles invasores indicando así que a ellos les llegara también su ruina. En el versículo seis Habacuc da inicio al primer “ay” que le vendrá a los caldeos con toda seguridad. José Grau es certero con su observación: “La llamada “Canción Protesta” de nuestros días no es una invención de este siglo. Los Ayes proféticos son un antecedente bien elocuente y poderoso.” 44

La historia confirma como los medos y los persas sorpresivamente lanzaron un ataque a los caldeos y se cumplió la profecía del juicio que los arruinó. Les ocurrió a ellos mismo lo que estas cometían a los otros pueblos a su alrededor.

2. BABILONIA RECIBE JUICIO POR LA EXPLOTACIÓN (2:7 – 8)

Las riquezas acumuladas por Babilonia no las habían alcanzado por sus honestas labores ordinarias. Se enriquecía por sus continuas extorsiones. El mal trato y la brutal violencia a los otros pueblos era la orden del día. Por medio de este maltrato sin misericordia alguna, iban creciendo sus tesoros. Noten que el versículo siete muestra que estos de explotación no seguirán indefinidamente, sino que “de repente” tendrá una movida opuesta. “De repente,” o sea que los babilonios serán tomados por sorpresa y entonces todo lo que estos cometían con los demás se vendrá contra ellos. Quienes eran objeto de explotación se convertirán en los opresores de los caldeos, respondiendo de igual forma que cuando ellos fueron abusados.43 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 235.44 José Grau, ¿Por qué, Señor, Por qué?, p. 75.

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Los papeles se invirtieron, las victimas ahora desempeñaran un papel de despojador. Este pasaje claramente muestra lo que se conoce como la antigua ley del talión que recorre todo el Antiguo Testamento desde Génesis: “El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre” (Gn. 9:6). No nos confundamos con la idea que lo que se está dando aquí es una acción de venganza. Lo que estamos planteando aquí es un puro acto de justicia. Los caldeos están recibiendo lo que merecían sus actos, ni más ni menos. Ojo por ojo y diente por diente. El Comentario Bíblico Moody arroja luz en este asunto: “La ley de retribución que discurre a través de todo el A.T. desde Gn. 9:6 no tiene la intención de constituirse en una norma de venganza, sino en un principio de justicia.” 45

Esta sección puede ser resumida con las muy apropiada observación de Caleb Fernández Pérez: “Las características violentistas e injustas del sistema caldeo, no es exclusivo de ese tiempo. La dominación política y económica ha sido característica de todas las civilizaciones que desarrollaron imperios: de la egipcia, la babilónica, la romana, etc. El problema es que nosotros, sin una visión bíblica de la historia, terminamos sorprendidos por un sistema de éxito temporal; pero la proyección de nuestro trabajo, que ha sido puesto en las manos de Dios, no camina hacia un éxito momentáneas (Sal. 90:17). Por ello, el sistema refleja lo efímero en promocionarse como seguro, distrayéndonos así de la confianza en Dios, la Roca sobre la que se debe asentar nuestra expectativa.” 46

3. JUICIO POR CODICIAR GANANCIAS INJUSTAS (2:9 – 11)

Estaremos considerando en estos versículos una continuación de la misma idea de las sanciones que le seguirán siendo aplicadas a los brutales caldeos. Es como si el profeta le estuviera leyendo la sentencia al extorsionador y estafador. El texto describe mediante el empleo de figuras literarias no solo los malvados actos sino sus corazones de donde fluían sus perversas intenciones. Maquinaban sus actos con la meta que nadie les podría hacer daño. El versículo nueve no dice: “¡Hay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escapar del poder del mal!” La observación de F. F. Bruce en su libro New International Bible Commentary es interesante: “La comodidad y la caprichosa seguridad había sido producida por medios ilegítimos, ganancias injustas. Es la inaceptable cara del capitalismo. El precio pagado ha causado la ruina de muchos pueblos. Eventualmente será la pérdida del derecho a la vida.” 47

El cuadro de la conducta injusta de los caldeos los enriqueció dejando en vergüenza a los pueblos despojados. Se protegía de los demás como el ave de rapiña que construye su nido en riscos apartándose de los problemas o amenazas externas. Esta medida de protección la podemos inferir en la expresión “en alto su nido” intentaba “establecerse,” o sea, sentirse segurísimo al

45 Charles F. Pfeiffer, Comentario Bíblico Moody, p. 860.46 Caleb Fernández Pérez, De La Crisis A La Esperanza, p. 75. 47 F. F. Bruce, New International Bible Commentary, p. 948.

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perpetuar sus abusos. Nabucodonosor quería asegurar su dinastía y alejarse de todo pasible desastre contra la misma, pero su ganancia injusta y sus atrocidades clamarían contra todos ellos. John MacArthur ofrece más información de esta búsqueda de protección del malvado caldeo: “Deseando protegerse ellos mismos de cualquier recriminación que sus enemigos, el caldeo buscaba construir sus ciudades inaccesibles al enemigo.” 48

La ganancia en sí misma no es mala ni buena, a sea no constituye algo inmoral tenerla. Esta es bendición de Dios cuando procede de Dios. Por medio del trabajo honesto es una de las formas que Dios nos bendice enriqueciéndonos. Cuando esta es conseguida por medios fraudulentos se torna en maldición. Deja de ser bendición cuando la convertimos en el fundamento de nuestra vida. Aparte del reino de Dios, la búsqueda de estatus social, político, cultural, económico, no pueden ofrecer la verdadera seguridad. Todo es temporal, solo el reino de Dios y su justicia permanece para siempre.

4. EXPLOTACIÓN DERRAMANDO SANGRE (2:12 – 14)

Con estos versículos comenzamos esta sección: “¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad! ¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos, trabajaran para el fuego, y las naciones se fatigaran en vano. Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (2:12 – 14). Habacuc continua con sus ayes que sin duda alguna estos son la sentencia a los caldeos por sus explotaciones. Este es el tercero de cinco que estaremos analizando en esta sección. Es dirigido por la codicia de grandeza y por el logro de la misma derrama sangre.

Los creyentes podemos tener una visión coherente de la historia, pues sabemos que Dios gobierna en todo. El hombre secular y humanista solo interpreta la historia como la lucha de las fuerzas políticas, económicas, militares, culturales, y deja fuera de la ecuación al creador, obteniendo así una comprensión de la historia desbalanceada. Los caldeos no si quiera se imaginaban que la mano en la historia los guiaría a la disolución y a lo efímero de su poder. La historia está llena de surgimientos de injustos gobiernos en diferentes regiones de la tierra.

En nuestros tiempos la inmensa mayoría de la gente se está acostumbrando a lo que pudiéramos llamar “la institucionalización de la violencia.” De esta realidad se hace entretenimiento, llenando las salas de cine, y aun en nuestros hogares con Rambo, Jack Bauer, Terminator y otros tantos. Pocos disputarían la realidad de la violencia en este mundo y su entorno de injusticia. Pero el profeta Habacuc levanta la voz comunicándonos que el justo Juez está listo para impartir verdadera justicia.

Ninguna fuerza económica, política, militar, o cultural que representen el establecimiento de estructuras injustas no está al margen de la justicia de Dios. Los individuos que se jactan pensando que pueden eximirse quedando fuera de rendir cuenta Dios se quedaran mudos al ver cara a cara el Juez del universo cuya moral es su santo carácter. Resumamos esta sección, con las palabras del Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno sobre el versículo 14: “En medio de la

48 John MacArthur, The MacArthur Bible Commentary, p. 1032.

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oscuridad de los ayes viene un versículo de luz y de esperanza para los que confían en Dios en vez de en sus propias adquisiciones perversas. En vez de una profecía de derrota atada al tiempo para una nación histórica, esta adaptación libre de Isaías 11:9 pone la esperanza futura en el contexto del fin de los tiempos. El conocimiento de Dios, una relación íntima y experimentada con él, bañará toda la tierra. La manifestación externa del poder asombroso de Dios, su gloria (Exo. 40:34; Isa. 6:3), será perceptible no solamente para los opresores asirios y babilonios, sino para toda la creación.” 49 Habacuc describe ese día que ciertamente llegará: Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren la mar” (2:14).

5. JUICIO POR TRATO INHUMANO (2:15 – 17)

El versículo 15 introduce el cuarto “ay” y en la expresión “que da de beber a su prójimo” cuando la comparamos con otras afirmaciones paralelas como en Jer. 25:15, 16; Is. 51:17; Sal. 75:8, nos damos cuenta que no debe ser interpretada literalmente. Le humillante idea presentada por este pasaje es lo de conducir a otro a un estado de impotencia hasta postrarlo como se da en un estado de alto nivel de embriaguez. La frase “su desnudez” nos indica la práctica de aquellos tiempos de despojar a los conquistados aun de sus ropas y llevarlos cautivos al cautiverio.

Babilonia quien había sido instrumento de la ira de Dios a las otras naciones ahora se invertiría los papeles y ella pasaría a tomar la copa de la ira divina. No estaría en posición de gloriarse de la humillación de los otros pueblos, sino que pasaría a un estado de vergüenza y deshonra ante los otros pueblos. La opinión de William MacDONALD es certera en este contexto: “El cuarto “ay” es contra Nabucodonosor por deleitarse salvajemente en corromper a otras naciones, por sinvergüenza y por su destrucción de Jerusalén y de Judá. En pocas palabras, Nabucodonosor era culpable de promover dos cosas que son ingredientes principales de la televisión, las películas y la literatura moderna: estilos de vida sexualmente desvergonzados (incluyendo formas de perversión) y violencia desmesurada.” 50

En la última parte de esta sección el profeta reitera el principio de la justa retribución. En el tiempo debido los babilonios no escaparían a ella, pues venia de la mano del Señor. Su violencia y destrucción no se limitó a los seres y sus propiedades, sino a la naturaleza (Líbano), los animales del campo. Las notas encontradas en el Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno arrojan luz al pasaje: “La violencia del malvado se ve como marchando más allá de las fronteras de Israel hasta el vecino Líbano, posiblemente en referencia a la batalla en Carquemis en 605 a. de J. C. Este torbellino no solo daña a la gente, sino que resulta en la matanza de fieras, que también es condenada. Este es un correctivo necesario para el entendimiento equivocado de que la humanidad es el único interés del Creador. Más bien, toda la creación sufre por causa del pecado, y espera su restauración” (Rom. 8:20 – 22; Gén. 6:5 – 7). 51

6. JUSGADOS POR SU IDOLATRÍA (2:18 – 19)

49 G. J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson Y R. T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, p. 878.50 William MacDONALD, Comentario Bíblico de William MacDONALD, p. 498.51 G. J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson Y R. T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, p. 878.

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De esta manera la versión Reina – Valera traduce los versículos 18 y 19: “¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿La estatua de fundición que ensena mentira, para que haciendo imágenes mudas confié el hacedor en su obra? ¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá el ensenar? He aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu en el.” El profeta continúa abordando las sanciones de los babilonios. Habacuc deja ver con claridad la impotencia de los ídolos para librar a Babilonia de su sentencia. La locura del idolatra es expuesta por el inexplicable disparate de su práctica. El esfuerzo del hombre con su técnica artística por hacer su ídolo y añadiéndole valor al cubrirlo con oro y plata no dejará de ser totalmente impotente para ayudarlo o aconsejarlo. Este cuadro muestra como la idolatría destruye la más básica inteligencia del hombre. La inteligencia humana va en descenso cuando este se entrega a la idolatría.

Habacuc pone de manifiesto la total inutilidad de los ídolos. El ídolo es el maestro de la mentira por los falsos oráculos a que se le adore. ¡ Que insensatez es la actitud del idolatra! No importa la postura que asuma, o los gritos dirijidos a su ídolo, no lograra que este le escuche, la imagen ha de permanecer sorda. Podemos comparar lo dicho por el profeta con las que pronuncio Elías en el Monte Carmelo en Reyes 18:27.

7. JEHOVÁ ESTÁ EN SU SANTO TEMPLO (2:20)

Con el versículo veinte finalizamos la discusión en esta sección, y lee así: “ Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.” Notaremos un radical contraste con el ídolo mudo, que la verdadera revelación es solo posible de Jehová mismo. Ante su majestuosa y santa presencia todos deben inclinarse en silencio reverente.

La totalidad de la tierra es invitad a guardar silencio. Los exegetas dicen que el hebreo emplea un imperativo muy fuerte: ¡Silencio! Esta expresión debe entenderse por todo creyente a estar en quietud y reposo por la entera confianza en las fieles promesas del Señor. El Hará como ha dicho, aunque estemos experimentando un largo periodo de tiempo sin ver su cumplimiento. Aguardemos humildemente, confiados, pacientes, así estaremos en condición de oír al Señor en nuestra situación en particular. No olvidemos el imperativo divino: ¡Silencio en su presencia todos! ¡Toda la tierra calle delante de él!

CONCLUSIÓN

En esta lección Habacuc anunció la condena de los actos de los hacedores de maldad, los babilonios. Mencionó cinco pecados por los cuales Dios traerá el juicio. El profeta introdujo estos cinco pecados con la palabra “ay.” Aunque los malvados aquí son los babilonios, pero las sanciones tienen una aplicación a todo tipo de pueblo, individuo, rasa y edad, que procede con injusticia. Es ilustrada la ambición por el poder de los babilonios mediante sus injusticias y

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atrocidades causadas a los pueblos de aquel momento. Las riquezas que los caldeos habían acumulado la alcanzaron por el trato brutal y vergonzoso a las naciones y pueblos vecinos.

Ellos pensaron ser intocables, pensando que las otras naciones eran impotentes frente a la absoluta superioridad de sus fuerzas militares. Con su brutal conquista destruía ciudades, y llevaban su botín para construir su lujosa y magnificente capital. En su jactanciosa seguridad no contemplaban que vendría el día de rendir cuentas. No reconocieron que Dios es el solo soberano del universo. Les llego el momento de justa retribución, presenciarían con sus propios ojos venir al suelo lo que habían construido con riquezas injustas. Los papeles fueron invertidos, ahora ellos serían los despojados y objeto de sarcasmo y burla de las naciones que antes ellos habían despojado.

Finalmente Habacuc nos mostró la condena de la idolatría de los babilonios. Ellos pensaron que sus ídolos eran los que les había dado las conquistas sobre las otras naciones. Sin reconocer que fue Dios quien les uso como instrumento de castigo a otros. Las imágenes hechas con mucha técnica artística y por más oro y plata que le añadieran no les daría vida por tanto impotentes para librarles de los juicios que El verdadero Dios les enviaría. Los ídolos no pueden hacer nada, solo engañar a aquellos que confían en ellos. Concluye esta lección presentándonos a Jehová en su santo templo, el cielo, de donde ejerce su poder y dominio sobre todo el universo. Al entender su majestad nos anima a confiar en él y responder a la demanda de guardar silencio, que es la actitud adecuada ante el verdadero Dios.

PREGUNTAS

1. ¿Qué tres características se dice sobre quien es dado al vino? 2. ¿Qué dos cosas “dirán” contra aquellos malvados en el versículo 6? 3. ¿Cómo serán tratados los babilonios en el versículo siete? 4. ¿Cómo trataron los babilonios a los hombres en el versículo ocho? 5. ¿A qué se refiere la expresión “en alto su nido “en el versículo nueve? 6. ¿A que alude el “ay” del versículo doce? 7. ¿Cuál es la promesa del versículo catorce? 8. ¿De qué se han llenado los descritos en versículo 16? 9. ¿Cómo dice el “ay” del versículo 19? 10 ¿Cuál es el imperativo del versículo 20?

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LECCIÓN SEIS

LA ORACIÓN DEL PROFETA HABACUC (3: 1 – 2)

INTRODUCCIÓN

Hemos llegado al tercer capítulo de Habacuc, que viene siendo el último de este corto libro de los profetas menores. Observaremos el tremendo y dramático cambio que tomará lugar en la vida del profeta, después de recibir la revelación de Dios. Cuando comenzamos a estudiar el libro, Habacuc estaba en lo más bajo del valle, luchando al no entender a Dios y su voluntad. Los dos primeros lamentos atestiguan de esa lucha que le creaba tanta agitación mental. Habacuc necesitaba resolver su comprensión de su Dios así como las circunstancias que vivía el país, Judá. A esto se sumaba la aparente contradicción de la voluntad de Dios, de invadir a Judá por un pueblo moralmente peor que Judá.

De inmediato que iniciamos el estudio de este capítulo tres, notaremos que en su narración, irrefutablemente evidenciará el cambio de 180 grados en la actitud del profeta. Las circunstancias que rodean al profeta no cambian, pues el justo juicio es inminente, inevitablemente ha de venir. Dios no cambia, sigue siendo el Dios inmutable, en el no hay mudanza. Donde se ve cambio desde el mismo versículo uno es la persona del profeta Habacuc. Sus palabras dan evidencia del comienzo de su viaje de lo más bajo del valle de la queja y la perplejidad, tornándose rumbo a las alturas de la seguridad y la absoluta confianza en Dios. Se dio cuando se determinó en capitulo anterior a esperar en Dios. Ahora está en la mejor posición, la de oír del Dios quien es perfectamente fiel a sus promesas, promesas de bendición o promesas de juicios. Ahora Habacuc emprende su viaje y sube más alto en la vida con confianza, viviendo

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no por vista, sino por fe. Aquí veremos a Habacuc como aquel que puede cantar aun en medio de la noche más oscura del alma.

El profeta Habacuc ciertamente representa a creyentes que luchan con la necesidad de respuestas a dilemas que enfrentan en su jornada cristiana. La magnitud de estos dilemas varía de creyente en creyente. Unos se encuentran sumergidos en las contradicciones y dificultades de la vida, mientras reflexionan teológicamente en un valle bien bajo y oscuro, cuando de momento descubren un rumbo que los va dirigiendo en una experiencia que va ganando alturas y cada vez más luz que aclara sus dilemas. A alturas crecientemente admirables de su vivencia de intimidad con el Señor. Por este proceso tuvo que pasar Habacuc, de la queja o perplejidad a una magnificente visión de Dios, que lo condujo a una vida más piadosa o reverente hacia Dios. Ahora el profeta se presenta a Dios en una oración que a la vez es una hermosa pieza de poesía que el profeta mismo la titula: “Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot.” José Grau nos da su opinión del género literario expresado en el capítulo tres, opina así: “Este capítulo tres de Habacuc es uno de los textos poéticos más sublimes de la literatura hebrea inspirada.” 52Los expertos en poesía hebrea dicen que esta fue una oración acompañada de música, en donde no da la impresión de tristeza, ni tampoco de alegría, sino vibrante, en profunda emoción. Ciertamente podemos pensar que Habacuc fue sacudido en sus conflictivos sentimientos, pero ha llegado a la sima que le llena de un sentir de triunfo y victoria.

En esta lección notaremos a un Habacuc con una postura de humildad. El versículo dos particularmente nos permite ver esa nueva actitud que ahora asume el profetar, su oración lo revela: “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí.” Podría ser entendido de esta manera, “Oh Señor ahora entiendo tu mensaje con claridad, y aun mas Señor, que tu mensaje no solo fue enviado a un grupo en particular, sino para mi” Recuerdan a Job cuando fue silenciado por las preguntas de Dios (Job 38). Igualmente la queja de Asaf fue eclipsada en el Salmo 73. Lo mismo le pasa a Habacuc y es humillado por las palabras de Dios en el capítulo 2. Se acabaron las protestas contra la aparente indiferencia de Dios, pues ahora está convencida que Dios nunca estuvo inactivo. Habacuc Ahora se entrega en oración y adoración por lo que Dios ha hecho en el pasado, sigue haciendo en el presente y por lo que ha de hacer en el futuro, en su debido tiempo, el estipulado soberanamente por Dios.

1. ORACIÓN SOBRE SIGIONOT (3: 1)

Para efecto de la discusión, dividiremos en tres secciones este capítulo y en esta lección seis nos ocuparemos en abordar los dos primeros versículos. Un dato que siempre es bueno dar a conocer es que algunos comentaristas sostienen que este último capítulo de Habacuc no fue escrito por el profeta Habacuc. Estos proponen la idea de que este fue añadido más tarde. Sin embargo, eruditos competentes mantienen la unidad de la obra, o sea el capítulo tres siempre fue parte de la obra que hoy conocemos como el libra de Habacuc. El comentario de José Grau al respecto es útil: “Incluso la Biblia de Jerusalén que no es conservadora en estas cuestiones,

52 José Grau, ¿Por qué, Señor, Por qué?, p. 102.

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admite: “El corto libro de Habacuc está compuesto con mucho cuidado. Se inicia con un dialogo entre el profeta y su Dios; a dos quejas del profeta responden dos oráculos divinos (1:2 – 2:4). El segundo oráculo fulmina cinco imprecaciones contra el opresor inicuo (2:5 – 20). Luego, el profeta canta en un Salmo el triunfo final de Dios (cap. 3). 53

La lección pasada la terminamos con el versículo 20 del segundo capítulo, Dios diciendo: “Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.” Precisamente es allí donde termina el sincero dialogo del profeta con Dios, pero con las perspectivas equivocadas, tanto sobre Dios y de su obrar. A partir de este momento en el interior de Habacuc va experimentando un cambio de perspectiva de 180 grados. El profeta entendiendo el imperativo de Jehová a que “calle delante del toda la tierra” que se refiere a que él tiene el control de todo en la historia del mundo y por esa misma razón la queja no tiene lugar. Ahora con esa comprensión, el profeta no prolonga el silencio y responde a Dios, y en esta ocasión no en forma de queja como al principio, ahora hace oración a su Dios, y más adelante en adoración y alabanza.

El versículo uno comienza diciendo así: “Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot” (3: 1). Este pasaje puede ser perfectamente apropiado el título del capítulo. Hay dos palabras en el capítulo que a la mayoría de los lectores les son desconocidas. La primera es la que encontramos en este primer versículo, Sigionot y la otra se encuentra en el versículo tres, Selah. Algunos intérpretes creen, que Sigionot era un instrumento musical. Pero la mayoría de los eruditos, concuerdan que la palabra Sigionot es una instrucción para los cantores, como la que encontramos al final del salmo. Es como una indicación del tipo de música a ejecutar. La referencia al director de música que encontramos al final del Salmo en 3:19 sugiere que la oración circuló aparte de los primeros dos capítulos como una alabanza. Esto pudo haber ocurrido por el tremendo impacto que tuvo entre el pueblo. Recordemos que la revelación que tuvo el profeta era pertinente a la nación entera, también esta oración lo fue. El punto es que la palabra Sigionot tiene que ver con música. Algunos piensan que se relaciona a un punto musical usado para indicar a los músicos la forma en que debe ser tocada.

En las notas del pastor Caleb Fernández Pérez en su libro Habacuc De La Crisis A La Esperanza se expresa de la manera siguiente: “Estamos delante de un himno con una melodía que impacta los sentimientos más profundos y transforma la visión de la vida y de la historia. Comienza con una oración del profeta cantada al estilo Sigionot, en la que la espontaneidad entrará, como una melodía de un grupo coral que cantará con profunda emoción, y luego le seguirá un cantico pausado. Es la representación de emociones, de un cambio de emociones, de un cambio de actitud frente a la vida.”54 También el comentario de Charles L. Feinberg arroja luz: “Estamos seguros de que se trata de la clase de música que acompañaba al cantico, si bien las traducciones de esta palabra han sido variadas, tales como “en la forma de elegías,” “una canción,” “una ronda “o “una canción triunfal.” Puesto que la palabra procede de un verbo que significa ir de un lado a otro, da la idea de una canción entonada con gran animación, una canción de triunfo.” 55

53 José Grau, ¿Por qué, Señor, Por qué?, p. 103. 54 Caleb Fernandez Perez, Habacuc De La Crisis A La Esperanza, p. 86.55 Charles L. Feinberg, Los profetas Menores, pp. 238,239.

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2. HABACUC ESCUCHÓ LA VOZ DE DIOS (3: 2a)

Este capítulo como lo dice el mismo autor es una oración. Comienza su oración así: “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí” (3:2). No hay duda de que esta sección esta designada como una oración, la misma está condicionada al versículo dos. Dentro del consenso de los exegetas se contempla como clave para interpretar el capítulo los eventos ocurridos en el Éxodo y el impacto que este tuvo en el pensamiento de los israelitas. Las memorias de las milagrosas intervenciones de Dios son realzadas en la mente del profeta, ahora ejerciendo fuerte influencia sobre su expectativa de Dios y su obrar. Entonces se mueve en clamor por repetición de más intervención divina a favor de la liberación de Judá. El análisis del Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno lo expresa así: “El conocimiento de la obra de Dios en el pasado en Israel guía al profeta a una respuesta doble. El personalmente experimenta un respeto lleno de temor reverente ante el poder de Dios, el que sustenta y provee para su creación. También usa este conocimiento de los actos previos de Dios para requerir que sean repetidos en el presente de Israel. En la misma ira que Habacuc ha orado que pase a los pecadores de su día, pide que Dios permita su misericordia calmante.” 56

En este verso notamos que en el proceso de la experiencia dolorosa de Habacuc fue la palabra de Dios la que trajo consuelo y nueva dirección. Dos medios le trajeron la esperanza y el regocijo, la Palabra de Dios y la oración de fe. Cuando pasamos por situaciones adversas, y nos quedamos con la mirada hacia abajo, invitaremos la desolación; y si pensamos que somos más inteligentes mirando nuestro entorno para analizarlo; nos invade el temor; en cambio, si fijamos la mira desde nuestro Roca hacia las alturas, hallaremos luz y la correcta perspectiva que nos renovará la esperanza.

La Reina – Valera traduce “he oído tu palabra,” mientras que la Biblia de Jerusalén traduce “He oído tu fama,” pero en una nota al pie de página dice que en el original literalmente quiere decir es “lo que tú haces oír” El profeta ha oído la “fama” de Dios en sus actos salvadores a favor de su pueblo. Habacuc no está haciendo referencia a las nociones humanas respecto a Dios, sino de la abundancia de palabras reveladas y de las intervenciones salvadoras de Dios. Estas palabras que ha oído Habacuc lo inflan de confianza para lo que Dios hará en el futuro. Cuando el profeta exclama “he oído lo que tú haces oír,” se encuentra haciendo alusión a el mensaje o revelación divina. El mensaje que Dios le hace entender también permite que Habacuc este más consiente que Dios se está magnificando ante él y de ahí vemos también la oración de del profeta marcada de temor reverente.

3. HABACUC PIDE A DIOS AVIVAR SU OBRA (3: 2b)

En este estudio de Habacuc es interesante notar como el profeta pone al descubierto su corazón, ya en los primeros versículos de cada capítulo percibimos lo intenso que es en sus reacciones. Habacuc no permaneció indiferente solo contemplando pasivamente el deprimente 56 G. J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson y R. T. France, Nuevo comentario Bíblico Siglo Veintiuno, pp. 878, 879.

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hundimiento moral de Judá. Mucho menos es visto como uno que a la recepción de las soluciones de Dios responde pasivamente. El profeta es diligente en todo este proceso, las revelaciones produjeron sacudidas en lo más profundo de su corazón.

La perturbación que llego a su corazón fue debido a su reacción al aparente silencio de Dios y luego cuando Dios rompe el silencio, como le parece que la respuesta es como incompatible con el carácter de Dios, esta le genera más crisis. Tanto la “inacción de Dios, como la intervención de Dios,” le generaron crisis. Pero cuando su visión de Dios y sus justos propósitos se expanden en su comprensión, este deja de quejarse y su dilema se desvanece, encontró la válvula de escape a sus presiones. Ahora observamos al profeta en el capítulo tres como si hubiera experimentado una catarsis que le cambio los esquemas y se desahoga en la oración y adoración. Sus perturbaciones fueron relegadas a un segundo plano. Dejo de pensar en los caldeos como medio corrector, abandono su lamento al estar fascinado con el actual obrar de Dios.

Esta es la parte del versículo dos en donde Habacuc eleva su oración de petición al Señor. Su oración de petición a Dios es: Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos” (3: 2b). El profeta conocía la historia de su pueblo y de las maravillas que Dios realizó en la antigüedad con ellos y por ellos. Solamente que ahora estos maravillosos actos del pasado, cobran un impresionante significado en la visión que el profeta tenia de Dios. Todo esto trae a Habacuc a una piedad o reverencia en reconocer que su Dios es infinitamente más grande que los grandes actos de la historia de Israel. El autor de aquellos portentosos eventos le inspira a rogar para que renueve esas poderosas manifestaciones a favor de su pueblo. Esta oración donde su petición no está enfocada en el hombre, sino en la gloria de Dios, iría escalando más altos niveles en sus conciencias, de quien es Dios mismo. Esa obra de cambio produjo en Habacuc avivamiento.

Pocos se atreverían a refutar que el tema del avivamiento es asunto de relevancia en las últimas décadas. Hay consenso entro las diferentes denominaciones cristianas de la necesidad de un avivamiento. El avivamiento ha sido esperado y también distorsionado por la confusión de por la pura intervención divina por innovaciones, fomento de espectáculos, por mencionar algunos. Lo cierto que el verdadero avivamiento es prerrogativa de Dios. Esto no quiere decir que la iglesia no debe anhelar el avivamiento, lo opuesto es lo correcto, el pueblo del Señor debe procurar lo que está en la soberanía del Espíritu Santo. El avivamiento es el favor de Dios no llega por la justicia imperfecta de los hombres. Es muy pertinente la observación de Caleb Fernández Pérez: “Todo avivamiento siempre estará centrado en la Palabra de Dios, donde haya tergiversación de la verdad bíblica no existe avivamiento, pues el espíritu no honra a aquellos que deshonran la verdad. El avivamiento siempre lleva a la iglesia a la oración, a la santidad y al trabajo comprometido con el avance del reino de Dios.” 57 La generación de este siglo veintiuno tiene que abrasar la oración del profeta. La obra de Dios precisa de avivamiento hoy también. Roguemos como el antiguo profeta que la revelación y los actos de Dios sean avivados en nuestras propias vidas y en este tiempo como lo fueron en el pasado y tenga continuidad extendiéndose hacia el mañana y muchos lugares.

57 Caleb Fernández Pérez, Habacuc De La Crisis A La Esperanza, p. 92.

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4. LA CONTINUIDAD EN DAR A CONOCER SU OBRA (3: 2c)

El profeta Habacuc además de orar pidiendo que Dios avive su obra, tambien le pide que esta obra avivada se dé a conocer en medio de los tiempos, o sea en la historia. La Reina – Valera la traduce así: “En medio de los tiempos hazla conocer.” Es el anhelo de Habacuc que Dios manifieste su poder nuevamente en medio de los tiempos de tanta crisis. Él sabe que los babilonios van a invadir a Judá, pero desea que en medio de esta agitación tome lugar los actos portentosos de Dios. En otras palabras, que a pesar del juicio que será inminente, el pueblo pueda permanecer en entera confianza a Dios. En los restantes versículos de este mismo capítulo arrojaran más luz sobre la confianza que Dios nos da cuando se renueva nuestra visión de misma persona.

Mientras se ocupa de la oración el profeta Habacuc, se encuentra experimentando una clara comprensión de su Dios y segura perspectiva de su obra. Con esa seguridad su oración es sosegada pues descansa en lo que Dios ha determinado hacer en el momento histórico de Habacuc, en la historia de Judá y a través de la historia de toda la humanidad. La cosmovisión que ahora posee el profeta le imparte una sólida confianza en su Dios. Su enfoque se encuentra en Dios. Los otros asuntos se mantienen ubicados en segundo lugar. En Habacuc el lamento quedó en el pasado. Se operó en su vida una transición que le coloco en una permanente confianza en el soberano Dios.

En relación a la expresión, “hazla conocer,” Habacuc quiere indicarnos su deseo por la continuidad de la obra Dios y de esta darse a conocer por Dios mismo. J. Vernon McGee escribe en su libro The Prophets Nahum And Habakkuc lo siguiente: “Puedes depender en que Dios continuará su obra. Pablo escribió sobre esto a nosotros los creyentes: “Estando confiado que él que comenzó la buena obra en vosotros la perfeccionará hasta el día de Cristo” (Fil. 1:6). 58 Esta no era la obra que Habacuc había escogido, sino la misma obra de Dios y ciertamente la oración del profeta será contestada, pues la obra de Dios nadie, ni nada la frustrará, ha de continuar hasta el final de la historia. Como nos dice la oración del Padre nuestro, “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mat. 6: 10). El recuerdo de los actos de Dios en el pasado, como el conocimiento de lo que Dios está haciendo en presente, tanto en juicio como en bendición, guía a Habacuc a orar por la repetición de ellos y la continuidad de los mismos en la historia a través de las otras naciones.

5. LA PETICIÓN DE ACORDARCE DE SU BONDAD (3:2d)

Parte de esta comunicación de Dios al profeta es aquellas intervenciones divinas en la historia, que expanden su “fama,” dando a conocer su severidad y su bondad. La severidad de Dios en sus justos juicios y la bondad de Dios en su gracia otorgada o bendición derramada. Descansando Habacuc, en la propia revelación de Dios y de sus atributos, le suplica “en la ira acuérdate de la misericordia,” porque en tiempos pasados Dios ha obrado en juicios pero también

58 J. Vernon McGee, The Prophets Nahum and Habakkuk, p. 108.

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ha extendido su misericordia y gracia. Las condiciones que se están dando en Judá y en las naciones vecinas atraen la ira de Dios. Es en medio de esa justa ira de Dios que Habacuc le ruega de no olvidarse de su misericordia, que hace que no caiga todo el peso de la justa ira de Dios. Consideremos la aportación de Charles L. Feinberg en su libro Los Profetas Menores: “El juicio ha de ser atemperado con la misericordia. En este versículo tenemos ante nosotros el tema del Salmo y el núcleo de la oración. En resumen, Habacuc ora a Dios para pedirle que haga con su pueblo lo mismo que había hecho en el pasado y que, mientras los castigue, se acuerde de liberarlos.” 59

Habacuc en su oración solicita a Dios recordar su misericordia para que Judá no sea exterminado totalmente. Ciertamente merecía corrección, pero con la misericordia luego estimaría que el castigo tuvo su provecho. Pensando que ya Habacuc había estado expuesto a las Santas Escrituras, las de Moisés y la de otros profetas asumió la actitud de intercesión de otros a favor del pueblo. En la mente de Habacuc pudo haber estado Moisés cuando intercedió por la nación en el Monte Sinaí (Ex. 32). Podría ser que tambien Habacuc tuvo presente el pasaje de Isaías: “Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré misericordia de ti, dijo Jehová tu Redentor” (Is. 54:7 – 8).

Sabemos que Dios se mostró misericordioso con los judíos, pues estos no fueron totalmente aniquilados en el extranjero, Babilonia. Preservó un remanente y les permitió regresar a su tierra y establecerse nuevamente como nación. Habacuc nos consuela dándonos esperanza cuando vemos la condición de la iglesia, o del mundo. Contamos con ese medio de la intercesión a Dios por sus misericordias por nosotros mismos, la iglesia y el mundo. Recordemos que bajo ninguna circunstancia la intercesión de Habacuc no está enseñando ninguna forma de universalismo, o sea una final salvación extendida a todos los hombres.

CONCLUSIÓN

Los primeros dos versículos de este capítulo tres expresan lo que seguirá a lo largo del mismo, una oración. Notamos que esta oración se dio en un tiempo de crisis nacional, así como lo hemos visto desde el comienzo del capítulo uno. El profeta expreso su reconocimiento de haber escuchado la voz de Dios y temió. Su experiencia de temer a la palabra de Dios va alineada a la de muchos santos del Antiguo Testamento. En la experiencia de Habacuc de recibir el mensaje de Dios tambien se da es una elevada visión de quien es su Dios y de sus maravillosas.

En presencia de Dios, Habacuc tuvo esta oración: “Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos” (3: 2). Al principio del libro, Habacuc se quejaba preguntando, ¿Señor, por que no haces algo? Ahora vimos en esta lección seis a Habacuc también diciendo, “En la ira acuérdate de la misericordia.” Es como si le dijera, “Señor, se cuidadoso, no procedas con mucha ira, en tu juicio no te olvides de mostrar misericordia.” Con la perspectiva correcta de Dios y su obrar no se requería argumentos filosóficos, ni una controversia teológica, no más queja a Dios.

59 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 239.

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Estos primeros versículos nos mostraron lo satisfecho y convencido que quedo Habacuc en que Dios puede ser confiado. La fe del profeta no era una fe ciega, pues tenía irrefutables evidencias mostradas en la historia. Estos maravillosos actos no pueden ser removidos del lugar y el tiempo en que tuvieron lugar. No pueden ser cuestionados como parte del obrar de Dios en la historia de la humanidad. Quedaron registrados en la historia como portentos gloriosos obrados por el Dios verdadero. Dios permitió que el profeta tuviera una mirada retrospectiva que le inspiró confianza en su presente y fe y esperanza en el futuro.

Habacuc está persuadido que las elecciones de los hombres malos, no importa en qué tiempos estos vivan o en qué lugar les servirán para guiarlos a su propia ruina. La perspectiva divina fue la que le trajo esta convicción. La experiencia de retroceder en el tiempo le afirmo en la confianza en Dios, al ver tanto los juicios de Dios, como las bendiciones de Dios.

PREGUNTAS

1. ¿Cómo describes el versículo uno? 2. ¿Quién hace la oración del primer versículo? 3. ¿Qué significa Sigionot en el primer versículo? 4. ¿Qué oyó Habacuc en el versículo dos? 5. ¿Cuál fue la reacción de Habacuc al oír la Palabra de Dios? 6. ¿En la segunda parte del segundo versículo que pide Habacuc? 7. ¿Que pide Habacuc ser avivado? 8. ¿Cuándo Habacuc usa la expresión “en medio de los tiempos se refiere a la historia? 9. ¿Cuándo dice “en la ira,” el profeta admite que vendrá el juicio? 10. ¿De qué le pide a Dios que se acuerde?

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LECCIÓN SIETE

LA CONFIANZA DE UN PIADOSO (3: 3 – 15)

INTRODUCCIÓN

Se ha considerado universalmente esta parte del libro como una teofanía. El Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado define teofanía como: “Reciben este nombre las apariciones de la deidad. Dios el Padre es invisible, Juan 1:18 dice: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer;” 1Timoteo 6:16: “El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inagsecible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amen.” Se manifestó a los hombres en la persona del Ángel de Jehová en Génesis 16:7: “Y la hallo el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur,” también en Éxodo 32:34: “Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel ira delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigare en ellos su pecado,” Éxodo 33:14: “ Y él dijo: Mi presencia ira contigo, y te daré descanso.” El Ángel del Pacto en Malaquías 3:1: “He aquí, yo envió mi mensajero, el cual preparara el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Y Cristo Se distingue: (1) Las teofanías del Antiguo Testamento, que preparan la venida de Cristo. (2) La encarnación de Cristo, Dios manifestado en carne. (3) El Retorno de Cristo.” 60

Recordemos que esta parte del libro la podemos llamar oración – salmo. Aunque la única oración petición explícitamente hablando es la del versículo dos, por su actitud de espíritu de temor reverente todo el capítulo también es una oración, claro no de petición. Sin negar bajo ningún modo que también se presenta como salmo. Esta oración - salmo no menciona a ningún nombre humano. La razón es, que siendo un salmo que en él se recoge portentosas maravillas obradas por Dios, no trata las obras que los hombres hallan hecho. A pesar que esto es cierto, los eruditos concuerdan que en el trasfondo de la narración si se alude a dos personajes bíblicos. Se

60 Samuel Vila, Santiago Escuain, Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, p. 1131.

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trata de Moisés y de Josué. Muchos piensan que en el trasfondo de los versículos del tres al diez se encuentra Moisés, y de los versículos del once al quince se encuentra Josué. Dios obraba y ellos fueron su instrumento.

En esta lección siete, nos ocuparemos de estudiaremos la parte del libro del profeta Habacuc que indudablemente es un salmo del triunfo de Dios sobre sus enemigos y también los enemigos de su pueblo. Esta alabanza habla sublimemente de la exaltada majestad y vislumbrante gloria de Dios, que permiten que Habacuc declare su completa confianza en los planes de Dios. El Salmo ilustra en diferentes eventos los Juicios de Dios. Algunas de ellos son tomadas de la historia de la liberación de los israelitas de sus opresores egipcios y su jornada a Canaán dirigidos por Moisés.

La manera como estos juicios están retratados o ilustrados son como tormentas de relámpagos. La tormenta es descrita como aproximándose a las cimas de las montañas sureñas (3: 3 – 4). Estos juicios son como plaga de las cuales nadie escapará (3: 5). Serán también, como repentinos temblores de tierra que aterrorizará a las naciones sacudiendo las montañas (3: 6). Sigue describiendo los juicios de Dios usando la imagen del fuerte viento del desierto que voltea las tiendas dejando a quienes la habitan a la intemperie (3:7). Serán como quien derriba a los enemigos en batallas mediante la fuerzas de la misma naturaleza (3:8 – 9). Dejaran ruinas como las que quedan al pasar una enorme inundación la cual nadie puede detener (3: 10). Estos juicios también tienen la imagen como el eclipse de sol que deja la tierra en crecientes tinieblas (3:11). También estos juicios serán como aquel guerrero que vence a su rival enemiga y libera a su pueblo (3: 12 – 15).

1. LA PRESENCIA DE DIOS (3: 3 – 5)

El profeta Habacuc dice: “Dios vendrá de Temán, y El Santo desde el monte de Parán. Selah” (3:3). La ciudad de Temán era la capital de Edom. Al oeste del Arabá en un área desértica se encontraba Parán. Ambas están ubicadas en la región de la península del Sinaí. No pasemos por alto un dato que nos permite entender que la intervención futura de Dios será algo similar a los actos milagrosos del pasado ocurridos en esa región. Aunque no lo menciona por su nombre con los detalles de estos dos nombres, Teman y Paran apuntan en esa dirección, la región de la península del Sinaí.

Por el género literario que emplea Habacuc, la poesía, y en forma de salmo, decimos que lo que está a punto de describir es de un modo sublime. En esta visión, Dios le muestra el plan de redención futura y lo que va a describir el profeta Habacuc es tomada de acontecimientos que Israel experimento en el pasado, actos liberadores y también fueron aterrorizante. El trasfondo histórico de estos sucesos es muy conocido entre el pueblo israelita y las otras naciones. Se trata de los portentosos actos que tomaron lugar siglos atrás, del Éxodo y del Sinaí.

De las notas del libro Los profetas Menores de Charles L. Feinberg nos llegan la siguiente observación: “Algunos críticos de este pasaje han mostrado carencia de percepción espiritual, al ver en esta sección tan solo la descripción de una tormenta proveniente del desierto,

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en vez de una gloriosa aparición de Dios, una teofanía.” 61 Para entender con claridad esta teofanía o esta visión se precisa que los verbos no deben traducirse como acciones que tomaron lugar en el pasado. Esto debe hacerse desde el versículo tres hasta el versículo quince de esta sección. El profeta alude a los hechos en el pasado, acontecidos en tiempo y espacio, o sea anclados en la historia, por eso nadie con mente sana puede negarlos, del mismo modo tan poderoso vendrá el Señor a socorrernos en el futuro.

Habacuc basa su fe en los sucesos que por ocurrir en la historia no pueden cuestionarse, ni ser removidos. Estas son evidencias que nos testifican que nuestro Dios ha dejado marcas de su propósito en la historia. Habacuc tiene bien presente en su mente la maravillosa obra que Dios realizo en Egipto, mientras su pueblo sufría las angustias de sus opresores. Así como Jehová acudió a Israel en el Sinaí, manifestándose haciendo maravillas a favor de ellos, y se estableció su pacto, también así mismo ha de venir para socorrer a su pueblo de mano de sus enemigos hoy y en el futuro. “Dios vendrá,” con esa expresión se le presenta el acercamiento del juicio desde la región en donde su pueblo recibió por gracia lo que mencionamos previamente, redención y un pacto.

Analicemos ahora la palabra Selah, esta palabra se encuentra relacionada con la ejecución musical. Se refiere a un incremento en el volumen del acompañamiento en la música ejecutada en el servicio público. Los expertos dicen que esto equivale a lo que en el lenguaje de la música corresponde a forte. Daba lugar a una pausa y meditación. Selah, es encontrada muchas veces en los Salmos. Esta palabra es una clara indicación que lo escrito fue designado para la adoración pública o corporal.

Consideremos la segunda parte del versículo tres: “Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza,” nos encontramos en esta parte en la adoración que Dios recibe por sus excelentes y maravillosas perfecciones. Esta alabanza en particular no está siendo pronunciada por los hombres, sino por la creación misma, pues Dios es digno de toda adoración por ser quien hiso todas las cosas. Los versículos cuatro y cinco son parte de estas declaraciones de alabanza que se ocupa de la magnificencia de Dios: “Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes salían de su mano, y allí estaba escondido su poder. Delante de su rostro iba mortandad, y a sus pies salían carbones encendidos.” Encontramos en las palabras de este salmo la grandeza de la presencia de Dios. El verso cuatro nos muestra el impacto de esa llegado del Señor. La creación misma es reveladora del esplendor del Señor. La luz misma oculta al Dios invisible; pero, ¡cuán maravilloso ha sido revelado en la faz de nuestro Señor Jesucristo! Recordemos que esta visión que está teniendo el profeta está enmarcada a un juicio para vindicar la justicia divina, y justamente es lo que estas imágenes indican.

2. DIOS CON SU PODER (3: 6 – 7)

Habacuc en su visión sigue describiendo: “Se levantó, y midió la tierra; Miró e hiso temblar las gentes; Los montes antiguos fueron desmenuzados, los collados antiguos se

61 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 239.

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humillaron. Sus caminos son eternos. He visto las tiendas de Cusán en aflicción; las tiendas de la tierra de Madián temblaron” (3:6 – 7). Con respecto el versículo seis el análisis que encontramos en el Comentario Bíblico Moody es interesante: “Jehová se detuvo en su camino a fin de medir la tierra, para medir el tipo y grado de castigo que se tenía que administrar. El mero toque de Dios sobre los montes los desmenuzo y los hisos temblar. Hay aquí un argumento para dar más peso a lo que se está diciendo. Si las mismas rocas y colinas que han desafiado los embates del tiempo se hunden en la nada al toque de los pies del Señor, o la mirada de su ojo, entonces, ¿Quién podrá resistir el día de Su ira?” 62

Los generales que inician una operación de invasión a otro territorio o continúan en la campaña militar o dan órdenes de retirada, pero el Señor todopoderoso se mantiene firme enfrentando sus enemigos hasta vindicar su santa justicia. Podemos decir que cuando alguien mide su propiedad es indicación que él puede hacer lo que quiera con lo le pertenece. Con poder irresistible, su mano hizo temblar las naciones y las venció. Según el libro de Apocalipsis en el capítulo 6, nos habla de una serie de plagas y castigos del cielo que precederán a la venida visible del Señor a la tierra. De las montañas y collados que son obra de sus manos estos ante el juicio de Dios se humillan inclinándose haciendo una reverencia en señal de entera sumisión a su Creador que viene a ejecutar justo juicio.

Con relación al versículo siete los nombres Cusan y Madian se refieren a pueblos que vivían en la región de la península del Sinaí. Eran como tribus nómadas que recibirán el golpe de la llegada del Señor en Juicio. Es compartida la opinión entre exegetas que Cusan se refiere a Etiopía y que de aquella región era la esposa de Moisés, llamada Séfora, en donde viene el nombre de cusita. Podemos resumir esta sección con las palabras del Comentario Bíblico Mundo Hispano: “Todos los datos textuales recalcan que el Dios que vendrá a socorrer a Judá es majestuoso. Su gloria trasciende a toda la creación (3:3, comp. 2:14). Aun las montañas, símbolos de permanencia, no pueden compararse con los caminos eternos de Jehová (3:6). Es decir, su carácter nunca cambia: así como mostro su poder a favor de su pueblo varias veces en el pasado, lo hará de nuevo.” 63

3. LAS PREGUNTAS RETÓRICAS DE HABACUC (3: 8a)

Sabemos que cuando nos referimos a preguntas retoricas estamos hablando de preguntas que por sí solas son contestadas. Este es el tipo de preguntas que iniciamos esta tercera sección, con las preguntas retóricas de Habacuc: “¿Te airaste, oh Jehová, contra los ríos? ¿Contra los ríos te airaste? ¿Fue tu ira contra el mar cuando montaste tus caballos, y en tus carros de victoria?” El profeta se dirige al Señor con una serie de tres preguntas, en donde su formulación anuncia la introducción al verdadero motivo de la venida del Señor. ¿Por qué viene el Señor? La respuesta fue dada a conocer en previos pasajes para traer juicio. Se hace referencia de forma repetida a la ira divina, que le hace venir trayendo juicio. Lo que suscita la ira de Dios fue

62 Charles F. Pffeiffer, Comentario Bíblico Moody, p. 863.63 Daniel Carro, Juan Carlos Cevallos, José Tomas Poe, Rubén O. Zorzoli, Comentario Bíblico Mundo Hispano, p. 265.

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abordado en el capítulo uno verso cuatro: “Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.”

Dios no luchará con la naturaleza, no lo hizo en el pasado tampoco lo hará en el futuro, pero si usará de la naturaleza lo menos imaginable para defender a su pueblo de sus enemigos. Son pertinentes las observaciones de Charles L. Feinberg en su libro Los Profetas Menores: “Aquí el profeta Habla directamente a Dios con intensidad y énfasis. Cuando Dios avanza, los ríos y la mar retroceden. El mar Rojo y rio Jordán se secaron para que Israel pudiera atravesarlos caminando en seco. Lo que Dios hizo con un mar y con un rio, lo puede hacer con todos.” 64

Evidentemente en esta línea de pensamiento del profeta en donde usando un lenguaje figurativo hace alusión a los hechos que ocurrieron cuando Israel cruzo el mar Rojo y el rio Jordán. Dios abrió las aguas para librarlos a ellos de sus enemigos. En la forma que lo dice Habacuc, representa la poesía hebrea. En las palabras que habla el profeta podemos inferir con claridad lo instrumental que es la naturaleza y sus elementos para ejecutar los juicios de Dios.

4. LOS EVENTOS HISTORICOS EN LA BIBLIA NOS ANIMAN (3: 8b)

El estudio del libro del profeta Habacuc es enormemente rico en aludir a los hechos históricos en donde Dios sobrenaturalmente intervino con juicios a los enemigos de Israel y liberación a su pueblo. Hoy en día en medio de este mundo lleno de escepticismo debemos apelar enfáticamente a la historia bíblica, diciéndonos, Dios lo hizo y tiene todo poder para repetirlo en nuestros días. Pues hay quienes dicen no solo equivocadamente pero sutilmente, que lo más necesario es regresar a la Biblia con un nuevo entendimiento en la instrucción de la Biblia. Distorcionadamente, con esto de “nuevo entendimiento” se están refiriendo a que lo importante no es la historia en sí, sino la enseñanza que esta encerrada en los supuestos hechos. Con esa idea lo se sugieren es que los detalles históricos del Antiguo Testamento no revisten mayor importancia sino su enseñanza. El resultado de estas nuevas propuestas de interpretación o actitud ante los relatos históricos es que socaba la misma base de la fe y muchos ya no creen en la historicidad del cruce a pie del mar Rojo. Se atrincheran con el argumento que científicamente es imposible. A esta nueva manera de pensar le llamamos la “nueva ortodoxia.”

La fe nuestra está basada en hechos que fueron acontecidos en tiempo y espacio, en otras palabras, en la historia, no está basada en simples ideas. Si reconociéramos lo que la nueva ortodoxia postula, negando lo histórico y lo sobrenatural, entonces nos queda una Biblia reducida a una obra de psicología con el fin de mantenernos contentos y ajustados ante las contingencias de la vida. Martyn Lloyd – Jones en su libro sobre Habacuc Del Temor A La Fe lo plantea este asunto de la manera siguiente: “El Dios en quien yo creo es el Dios que pudo dividir el Mar Rojo y el rio Jordán y también fue quien hizo esos cuerpos de aguas. Al recordarse a sí mismo y a nosotros de estas cosas, Habacuc no está simplemente consolándose por jugar con ciertas ideas, sino que está hablando de cosas que Dios efectivamente ha hecho. La fe cristiana está sólidamente basada en hechos y no en ideas. Si los hechos registrados en la Biblia no son hechos

64 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, p. 241.

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reales, entonces no queda consuelo ni esperanza para nosotros. No somos salvos por ideas, sino por hechos, por eventos. La fe cristiana se distingue de toda otra religión por el hecho de que sus doctrinas están basadas sobre hechos contundentes en la historia. El budismo, el hinduismo, y otras doctrinas están basados sobre teorías e ideas. Solo en la fe cristiana procedemos en basa a hechos. Esta moderna teoría acerca de “mitos” debe ser rechazada como algo del diablo.” 65

5. EL TEMOR DE LAS NACIONES (3: 9 – 10)

Los próximos dos versículos a considerar en esta sección, la Reina – Valera los traduce de esta forma: “Se descubrió enteramente tu arco; Los juramentos a las tribus fueron palabra segura. Hendiste la tierra con ríos. Te vieron y tuvieron temor los montes; Pasó la inundación de las aguas; El abismo dio su voz, A lo alto alzó sus manos” (3:9 – 10). La imagen que presenta el profeta de Dios en estos restantes versículos de esta sección desarrolla un cuadro de Dios como un guerrero, alistándose y comisionando flechas para la lucha. Mediante estas enfáticas expresiones Habacuc deja ver lo inminente del juicio sobre los enemigos de su pueblo. El arco del Señor está listo en su mano y las flechas se lanzaran. No pasemos por alto que estamos frente un salmo cargado de expresiones poéticas, hay mucho simbolismo que representan verdades y hechos históricos.

La segunda cláusula del versículo nueve es un tanto difícil de explicar. En el original esta compuesta de tres palabras. Alguien se tomó el tiempo para contar las distintas traducciones de estas palabras y conto más de cien. Con tanta diversidad de opiniones no debemos tomarnos el riesgo de ser dogmático en nuestras conclusiones. La observación sobre este punto de vista que nos da Charles L. Feinberg merece ser considerada: “Lo único que podemos hacer es sugerir una preferencia y dejarlo de ese modo. Una de tales traducciones da la idea de que las intervenciones sobrenaturales de Dios a favor de su pueblo no son para un solo periodo, sino que sus juramentos las aseguran para Israel en el futuro. Esta afirmación es verdad, aun cuando causa un cambio brusco en la descripción de los castigos de Dios sobre los enemigos de Israel. La interpretación marginal de esta misma versión es quizá algo mejor: “Los castigos de tu palabra estaban jurados “y daría el significado de que, según el solemne juramento de Dios, Él había anunciado venganza sobre sus enemigos” (véase Deuteronomio 32:40 – 42). 66

6. DIOS INTERVIENE A FAVOR DE SU PUEBLO (3: 11 – 15)

El profeta continua su salmo: “El sol y la luna se pararon en su lugar; A la luz de tus saetas anduvieron, y al resplandor de tu fulgente lanza. Con ira hollaste la tierra, Con furor trillaste las naciones. Saliste para socorrer a tu pueblo, Para socorrer a tu ungido. Traspasaste la cabeza de la casa de la casa del impío, Descubriendo el cimiento hasta la roca. Horadaste 65 Martyn Lloyd – Jones, Del Temor A La Fe, pp. 76 – 77.66 Charles L. Feinberg, Los profetas Menores, pp. 241 – 242.

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con sus propios dardos las cabezas de sus guerreros, Que como tempestad acometieron para dispersarme, Cuyo regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente. Caminaste en el mar con tus caballos, Sobre la mole de las grandes aguas” (3: 11 – 15).

En el versículo once se están haciendo referencia al momento cuando el sol y la luna se detuvieron en Gabaón. Lo que es normal en la naturaleza en aquel momento quedó suspendido para dar lugar a la victoria del Señor (Josué 10: 12). Sean montañas, el sol y la luna, nada en la creación de Dios puede resistir o se encuentre fuera del alcance del dominio absoluto de Dios. Los detalles que aluden a este pasaje del Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno es útil: “La presencia de Dios es relativa en su impacto, dependiendo de la relación que comparten con el aquellos a los que el viene. Los que se oponen a él y a su pueblo experimentan al guerrero con ira. Ellos se sorprenderán con su propia derrota cuando avancen esperando su victoria. Los que están en la voluntad de Dios conocerán a este mismo guerrero como el misericordioso Salvador y Libertador. Este conocimiento es la verdadera respuesta a las dudas de Habacuc” (1: 12 – 17). 67

El versículo doce presenta al Señor marchando sobre la tierra, sin que nada lo detenga, dando pasos como todo un conquistador que triunfa sobre su enemigo. Aplastando bajo sus pies las naciones enemigas, haciendo lo que los caldeos cometían en sus aplastantes e injustas invasiones. Habacuc está presentando una imagen que se vuelve al revés a los brutales caldeos, quienes no podrán escapar hasta ser hollados bajo las fuerzas de juicio del Señor.

El versículo trece que dice: “Saliste para socorrer a tu pueblo, para socorrer a tu ungido” es comentado por José Grau, y merece ser considerado: “El ungido debe ser el remanente fiel en medio del pueblo de la alianza. En los tiempos veterotestamentarios, no era todo Israel el que se llamaba Israel (Ro. 9:6) La liberación divina se extiende hasta los que esperan la consolación de Israel en la persona de su rey mesiánico (Is. 40). Lo que Dios hizo en el pasado es la garantía de lo que hará en el futuro. La segunda parte de este versículo, por vía de contraste, describe el fin de la casa del impío (compárese con 2: 9); sus mismos simientes serán inutilizados.” 68

En el versículo catorce el profeta Habacuc usa el verbo dispersarme, lo que indica su identificación con el pueblo y pasa a describir la manera en Dios trata a los brutales invasores de su tierra. Con toda seguridad el enemigo caerá bajo sus propias armas, pues su maldad alcanzaba los niveles de deleitarse en despojar el indefenso y pobres. Concluye Habacuc este pasaje Haciendo un recuento del cruce en seco del mar Rojo, cuando Jehová abrió camino a través del mar y su pueblo fue liberado. Podemos decir con completa seguridad ¡No hay Dios tan grande como el nuestro!

CONCLUSIÓN

Esta lección estuvo llena de mucha acción, y en verdad intensa en batalla. No solo dejo ver la angustia y casi la desesperación del pueblo, sino que presento su argumento a Dios en forma de oración viniendo en sus labios las grandes y portentosas obras de Dios realizadas en el pasado. El 67 G.J. Wenham, J. A. Motyer, D. A. Carson Y R. T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno, p. 879. 68 José Grau, ¿Por qué, Señor, Por qué?, p. 116.

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profeta Habacuc percibía con claridad la repetición del aquellas intervenciones de Dios repitiéndose en el su presente para ser librados de sus feroces enemigos.

En la historia ya Dios se ha Manifestado en gloria. Usando lo que para muchos sería imposible, pues el incrédulo y el impío no conocen al Creador. La obra de Dios, la creación se dispone a su servicio para el vindicar su santidad y justicia. Habacuc nos describió como los poderes de la naturaleza son remecidos, al grado que hasta el curso normal de la naturaleza fue alterado, y todo para Dios glorificarse y traer salvación a su pueblo.

Podemos decir que encontramos en los pasajes estudiados de esta lección que lo que Habacuc nos presento es también tipo y figura de la redención del mundo. La historia de las naciones y todo el mundo está bajo el absoluto control de nuestro Señor. Esto quiere decir que todo apunta a un cumplimiento en donde Dios triunfara sobre todos los males del universo. Así como anego en el mar las maldades de Faraón, también el triunfo final será definitivo.

PREGUNTAS

1. ¿Qué son Teman y Paran en el versículo tres? 2. ¿De qué se cubrió los cielos y de que se llenó la tierra en el versículo tres? 3. ¿Cómo fue su resplandor en el versículo cuatro? 4. ¿Qué iba delante de su rostro? 5. ¿Qué ocurrió cuando El miro en el versículo seis? 6. ¿Qué cosa midió Dios? 7. ¿Cuántas preguntas retoricas hace el profeta a Dios? 8. ¿Cuáles cuerpos celestes se detuvieron? 9. ¿Qué será hollado y que será trillado según el versículo 12? 10. ¿A quién sale Dios a socorrer?

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LECCIÓN OCHO

EL TRIUNFO DE LA FE (3: 16 – 19)

INTRODUCCIÓN

A partir de estos versículos nos ocuparemos del final de esta asombrosa profecía. El profeta Habacuc nos hablará de su extraordinaria experiencia ante una conmovedora revelación, describiéndonos en ella su dramática reacción que le llena de temer reflejándose aun físicamente. La crisis que enfrenta lo hunde en un sentimiento de temor y temblor. Entiende con claridad que Judá será hollada por los aterradores babilonios, que de por sí solo es lo más natural que lo dejen en profunda angustia mental. Ciertamente para Habacuc era difícil observar los castigos venir sobre su pueblo. Pero a la vez era sostenido por su comunión con Dios y la confianza en sus fieles promesas. Esto último le mantiene en pie, al declarar poderosamente su confianza en Dios se salvador. El profeta logra que apreciemos la inspiradora fe expresada en las sublimes palabras de esta canción triunfante.

Es imposible negar que el testimonio de fe que recibimos de Habacuc es uno de los más impresionantes encontrados en la Biblia. La vida del profeta es intensa en su compromiso y celo por la verdad de Dios. También en su testimonio notamos variedad en su relación con Dios, como periodos de silencios debido a sus dilemas con su teología limitada, se observan reacciones a las respuestas de Dios que lo dejaban perplejo al no entenderlas, y la más consoladora dentro de su relación con Dios encontramos sus proclamaciones de esperanza a los que confían en Dios. Las más seberas fueron las sanciones a los arrogantes y soberbios. En estos finales versículos observaremos a Habacuc en su relación con Dios matizada principalmente por dos diferentes experiencias, una de temor y la otra lleno de confianza.

En este poema el profeta deja escrito su firme persuasión en la soberanía de Dios, aun cuando esta va en contra de los desafiantes acontecimientos que sus ojos ven en su entorno. La afirmación de fe de Habacuc sería insostenible si Dios no fuese parte de la ecuación de su experiencia. Su confianza neutraliza el temor permitiéndole esperar tranquilamente en su Dios. Descansaba el profeta en la verdad de que su Dios guarda su pacto para siempre.

Obviamente que el sostenimiento del pueblo y del profeta Habacuc mismo, venia de los productos de la agricultura y el ganado. Todas estas cosas son parte de las bendiciones con que Dios mismo nos ha rodeado para que las disfrutemos. Pero en el profeta se ha elevado una clara conciencia de su principal socorro, que ciertamente no venía de esas bendiciones que nos sostienen temporalmente, sino de Jehová, su único Dios, quien le impartía la vida misma. Su

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confianza no está fundada principalmente en bendiciones observables y temporales, sino más bien en su relación íntima con el Dios que es fiel a su pacto. Es aquí en este salmo que precisamente dan a conocer la experiencia de la gran confianza de Habacuc. Ellos explican de una manera tan práctica el significado encerrado en el capítulo dos versículo cuatro, que nos dice: “mas el justo por su fe vivirá.”

Estos últimos versos muestran una elevada transformación en la manera de vivir de Habacuc. Pasajes como estos han comunicado gran consuelo a los creyentes a través de la historia. La vida del profeta no fue igual a partir de su visión, todo se tornó en un caminar seguro en Dios su fortaleza. Aunque en su futuro caminar surgieran interrogantes, Dios le consolaría respondiéndole en su tiempo. La fidelidad de Dios mostrada en el pasado, con las maravillas y portentos obrados a favor de su pueblo, le dieron tranquilidad en el presente, permitiéndole proyectarse en plena esperanza en los días que Dios le permitiría tener por delante.

Aunque los enemigos caldeos se avecinan para destrucción de la higuera, las viñas y los olivares, Habacuc se alegraría en su Señor y se gozará en Dios su salvación. Aunque la destrucción de los sembrados seria eminente y el arrebato del ganado no podía ser impedido, el profeta se regocijará en su Señor y se gozará en el Dios de su salvación. La fortaleza de Habacuc será Dios mismo y la fuente que le sostiene. El profeta descubre que la base de su seguridad se encuentra en la suficiencia de Dios mismo.

1. EL TERROR DEL PROFETA HABACUC (3:16a)

Al dar inicio al estudio de esta primera sección lo haremos aludiendo a las palabras del salmo del profeta Habacuc, pues es reconocido por los expositores de la Biblia que estos últimos versículos son un cantico de victoria. Estas son las palabras de Habacuc “Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios; Pudrición entro en mis huesos, y dentro de mí me estremecí” (3:16a). El profeta no solo se encuentra viendo una visión, también la oye, o sea, la está oyendo, comprendiendo el claro significado de la misma. A tal grado que le provoca un inmediato efecto que le deja aterrado. Habacuc recibe la visión y la entiende en su contenido e implicaciones. Por esa comprensión de la visión el profeta es objeto de un fuerte impacto. Podemos asumir que a este momento de la visión de Habacuc debe estar casi colapsado. Si al inicio de la visión estaba firmemente de pie, ahora siente que le faltan las fuerzas. Lo que está viendo le provoca que su estómago cruja, sus rodillas le empiecen a fallar. Parecería que está a punto de caer postrado en adoración. Lo que está sintiendo el profeta es parecido a otras experiencias que han tenido otros siervos del Señor a través del Antiguo Testamento (Is. 6:1 - 7) al igual que el Nuevo Testamento, Saulo camino a Damasco (Hch. 9:3 – 8).

Toda esta sobrecogedora experiencia le está viviendo con una clara conciencia, o sea el profeta no está en un estado soñoliento, se encuentra en sus plenos sentidos. Los argumentos teológicos o filosóficos que primero trajo ante Dios ya no tienen fuerza para detener el juicio de Dios sobre Judá. El solo hecho de enfrentar la realidad de que se avecina una invasión por un enemigo que no conoce lo que es tener misericordia, es aterrorizante y paralizante. El profeta sabe que muchos serán llevados al exilio, y que serán muchos los que morirán. La nación será

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arruinada y Jerusalén quedara destruida. El espanto por lo que está apunto por ocurrir a su patria lleva a entrar al profeta en gran angustia.

Recordemos que la manera en que Habacuc comunica su visión es en forma de un salmo. El profeta fue conmovido en lo más profundo de su ser y transmite su conmovida visión de forma cantada. Hoy en día no es común oír a alguien comunicar la palabra de Dios y que esta le conmueva. No estoy pensando que tiene que conmoverse en la misma magnitud que Habacuc, pero por lo menos no parezcan computadoras hablando. Esta palabra venia de la presencia de Dios y la experiencia del profeta la cuenta como alguien que está pasando por un trauma, diciéndolo así: “conmovieron mis entrañas; a la voz temblaron mis labios; pudrición entro en mis huesos, y dentro de mí me estremecí (3:16). Sería una mala exegesis decir que estas palabras son simbólicas, pues no lo son en ninguna manera, son literales. ¡Qué experiencia la de oír y entender la palabra de Dios y causar un efecto tan conmovedor!

Las palabras de Caleb Fernández Pérez nos sirven como resumen a esta sección: “Nadie puede contemplar a Dios y quedar imperturbable con su sola presencia. El impacto que se produjo es similar al de Isaías, al de Daniel y su desmayo cuando vio la gloria de Dios, a la ceguera del apóstol Pablo cuando se encontró con Jesús, al desvanecimiento de Juan delante de la visión que Dios le mostraba. Dios se manifiesta de manera poderosa a lo largo de la historia de la redención, y el ser humano no puede quedarse quieto delante de su poder. Así como Dios se mostró e hizo maravillas en la historia, así también lo hará por nosotros hoy; y parece insólito que no tengamos las mismas reacciones. Creemos en el mismo Dios de las Escrituras, El sigue siendo el mismo, Él se sigue manifestando, pero nuestra reacción no es la misma.” 69

2. LA CONFIANZA DEL PROFETA HABACUC (3:16b)

La segunda parte del versículo 16 el profeta continua describiendo la actitud que elije asumir frente a la visión: “Si bien estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas” (3: 16b). De inmediato notamos en esta segunda parte de este versículo una total paradoja. La razón de esta contradicción la encontramos en ¿cómo es posible conmoverse y temblar y a la vez estar quieto con una calma por experimentar una plena seguridad? La respuesta a esta pregunta de esta experiencia paradójica la encontramos certeramente en la observación de José Grau en su libro ¿Por qué, Señor, Por qué? y lo dice de esta forma: “El profeta ha recuperado la tranquilidad de espíritu y espera con paciencia apoyada en su Señor, el día malo de los enemigos de su pueblo. La última consideración del profeta es, consiguientemente, la de la fe segura. Calvino comento: “El que sabe anticiparse a tiempo a la ira de Dios y se siente tocado por el temor, tan pronto como oye que se acerca Dios el Juez, busca para sí el más seguro descanso para el día de la aflicción.” 70

Como creyentes al entender que se aproximan tiempos malos lo sensato es prepararnos. Al acudir a Dios para procurar sabiduría para manejar las dificultades que enfrentamos en nuestro peregrinar en la tierra, no se debe considerarse como una pérdida de tiempo. El buscar a 69 Caleb Fernández Pérez, Habacuc De La Crisis A La Esperanza, p. 107 – 108.70 José Grau, ¿Por Qué, Señor, Por Qué?, p. 118.

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Dios es un ejercicio que rendirá muchos beneficios, personales y a favor de otros. Así como Habacuc se determinó a buscar a Dios y esto le produjo una firme confianza. La experiencia del profeta fue de quietud a pesar de que el Juez se aproximaba para ejecutar sus juicios.

El profeta Habacuc al buscar a Dios logra ganar mejor compostura, pensamientos claros que son los que tiene todo hombre piadoso. De esta manera comprende que no tiene otra opción que serenarse y guardar silencio. No le dio mayor importancia si su sistema teológico se le desarticuló cuando tuvo un choque frontal con la soberanía de Dios. Esto de un choque con la soberanía de Dios no debe tomarse livianamente, pues la soberanía de Dios enoja a los hombres. La realidad es que muchos de nuestros enojos y molestias que nos mantienen deprimidos por mucho tiempo tienen su raíz en no aceptar la soberanía de Dios. Si abrazamos la soberanía de Dios la alegría aflora. Aceptar la soberanía de Dios resultaría en liberación de muchos conflictos. Cuando estas cosas pasan somos más mansos ante el Dios soberano, y la confianza nuestra crece junto con la celebración y otras bendiciones.

3. LA SEGURIDAD NACIDA DE UNA FE VIVA (3:17)

El profeta no muestra ninguna señal de vivír en una negación de los hechos. Sabía muy bien sobre la inminente destrucción que se aproximaba, causando gran desolación. Sin embargo, a pesar de esa realidad Dios sostendría a su siervo. En medio de la prueba el experimentaría paz, el gozo del Señor le fortalecerían. Todo esto a pesar de la terrible desolación en que quedaría su nación.

Estas son las palabras del profeta Habacuc que describen de forma poética su inquebrantable seguridad nacida de una fe viviente: “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales” (3:17). El profeta a quien se le reveló la invasión de los caldeos, anticipa la devastación y la desolación que le seguiría y por decirlo así, se determina a prepararse para esa llegada. El tiempo de duración de la invasión, desde su entrada hasta cruzar la nación, sería suficiente para dejarla en una condición en donde quedarían pocas cosas de valor. Edificios serian derribados y quemados, tesoros serian robados, la deforestación y la agricultura serian devastada, trayendo abajo la economía del país. Ninguna de esas circunstancias nos movería a cantar, antes nos hundiríamos en depresión. Habacuc tampoco se alegraría por esas circunstancias tan deprimentes. Pero una cosa es indiscutible, que Habacuc podía regocijarse en su Dios, no en las circunstancias adversas, sino en su Salvador. A pesar de que sus labios temblaron, igualmente sus rodillas y estómago, pero el final efecto de la visión produjo en el profeta Habacuc a un conquistador, pues su fe estaba anclada en el Dios vivo, quien era su fortaleza. En esta historia tenemos el testimonio de una de las mayores manifestaciones de fe registradas en las sagradas Escrituras. La confianza de Habacuc contagia a aquel que se expone a la lectura y reflexión de su salmo.

En el Comentario Bíblico Moody se encuentra una útil aportación a este pasaje: “La mención de la higuera, de la vid, del olivo, del grano, y de los rebaños cubre todo el espectro de los productos agrícolas de los que dependía la nación. Presumiblemente, la razón del fracaso de

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las cosechas seria la invasión caldea. Las tropas enemigas no solamente vivieron del producto de la tierra sino que a manudo destruyeron deliberadamente los árboles y las cosechas. Una antigua crónica egipcia se vanagloria de que sus soldados egipcios habían destruido los árboles frutales en una de las llanuras costeras de palestina.” 71

La observación de F.F. Bruce en su libro New International Bible Commentary sobre este versículo 17 nos es beneficiosa: “No hay un mayor conmovedor comentario en la principal verdad de esta profecía que “el justo por la fe vivirá” (2:4) y este se encuentra en estos versos. La afirmación es exquisitamente expresada. La fe de Habacuc no es ciega, pues es expresada claramente en un contexto de completa catástrofe. Ya sea por desastre natural o en esta caso por la acción de la nación enemiga las cosechas cayeron y el ganado fue removido, por consiguiente la economía nacional colapso y entraría el hambre.” 72

La experiencia cotidiana de Judá era la de un pueblo, como igualmente otros pueblos dependen constantemente del intercambio de los productos de su agricultura para sobrevivir. Mucho de sus recursos financieros les llegaban de las transacciones delos rebaños. Darse el lujo de prescindir de la producción de vino y aceite era inaceptable. Eran imprescindibles esos renglones de su economía, tanto como la lana y la carne, pues había que vestirse y alimentarse. Enfrentar la necesidad, falta de abastecimiento, adaptarse a otra manera de vivir, encontrarse viviendo en una economía de sobrevivencia, en el caso de Habacuc y los verdaderos creyentes es una experiencia que abre la vida a afirmarse en una dependencia total en Dios. No hay fantasías en la vida del profeta y tampoco en un verdadero creyente, esta fe es verdadero realismo, y el cantico de Habacuc así lo expresa.

Es interesante el comentario de Caleb Fernández Pérez: “El profeta se da cuenta de que su propia existencia no dependía de esos recursos, sino de Dios, la fuente de esos recursos, también sujetos a la temporalidad. La confianza de Habacuc no estaba en la provisión, sino en el proveedor. Su fe se había forjado en una relación desinteresada con Dios. La poesía del cantico de Habacuc nos inspira a dejar de esperar lo que Dios puede darnos y pasar a confiar en el carácter de Dios en sus acciones soberanas, sobre nuestras vidas y la de su pueblo.” 73

4. HABACUC COMFIA EN DIOS PASE LO QUE PASE (3: 18)

Con absoluta convicción el profeta Habacuc se comunica: “Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación” (3: 18). Una cosa es silbar en la oscuridad y hacer un poco de alarde de nuestra valentía y otra cosa es cantar al Dios eterno que nunca falla. Habacuc tenía una razón para cantar de un modo infinitamente diferente a cualquier otro ser humano que no conoce a Dios. La alegría de Habacuc no tiene que ver con sentimentalismo. Se trata de una alegría provocada por la plena confianza en la realidad de Dios quien conduce la historia y soberanamente ejecuta sus planes. El profeta disfruta de una confianza en Dios quien es totalmente suficiente.

71 Charles F. Pfeiffer, Comentario Bíblico Moody, p. 863. 72 F. F. Bruce, New International Bible Commentary, pp. 849 – 850.73 Caleb Fernández Pérez, Habacuc De La Crisis A La Esperanza, p. 110.

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Matthew Henry se expresa de este pasaje de esta manera: “El gozo en el Señor es especialmente oportuno cuando nos topamos con pérdidas y cruces en el mundo. Aunque estén cortadas las provisiones, para demostrar que el hombre no vive solamente de pan, podemos ser abastecidos por la gracia y la consolación del Espíritu de Dios. Entonces seremos fuertes para la obra y la guerra espiritual, y con el corazón ensanchado podemos correr por el camino de sus mandamientos, y superar nuestros problemas. Y seremos exitosos en las empresas espirituales. Así, el profeta que empezó su oración con temor y temblor, la termina con gozo y triunfo. Y así la fe en Cristo prepara para todo acontecimiento.” 74

El profeta se determina a soportar la gran adversidad reusando entregarse a la desesperación. Atraviesa el torbellino de la invasión reafirmando su fe en su Dios. A los cristianos, nada ni nadie debería remover esta alegría la cual es posible experimentarla cualquiera sea nuestra circunstancia. El vivir en comunión con Dios será la diferencia para vivir por arriba de las contingencias de esta vida temporal. Habacuc se encuentra sintiendo confianza porque está absolutamente seguro de poder manejar los asuntos con alegría, aun cuando la escasez sea la orden del día.

5. CONFIANZA EN LA SUFICIENCIA DE DIOS (3:19)

Llegamos a las palabras de cierre de este libro, y en ellas descubrimos la declaración más feliz que puede confesar en tiempos de profunda dificultad. Habacuc lo dice confiadamente así: “Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar” (3:19). Lo narrado en este corto libro nos sirve de gran lección. El gozo de confiar en un Dios quien en sí mismo es suficiente para Habacuc, como puede serlo para nosotros si al igual que el profeta ponemos toda nuestra confianza en su suficiencia.

El profeta ha sido gozosamente renovado, pues las fuerzas que ha recibido de Dios le han dado la agilidad de los ciervos: “Hace mis pies como de ciervas y en mis alturas me hace andar (3:19). La cierva es un animal que puede ágilmente recorrer con pies ligeros oscuros lugares y escapar con rapidez ante los peligros. Con dominada destreza escala altas cumbres. Con esta imagen se nos transmite la sorprendente confianza del que plenamente convencido sabe que es guiado por el creador del universo, quien controla la historia. Este Señor nos sacó del valle de la muerte y nos da la agilidad de correr como las ciervas en la más oscura noche del alma y alcanzar la más altas cumbres de la fe y confianza.

Un dato interesante nos aporta Charles L. Feinberg en su libro Los profetas Menores: “Nótese que contraste hay entre la conclusión de esta profecía y la perplejidad que abrumaba al profeta al comienzo del libro. Encontró en Dios mismo la respuesta más que suficiente para todos sus problemas. Confiara en Dios aunque falten todas las bendiciones. ¡Que palabras más apropiadas para los momentos en que vivimos!” 75

El profeta ha hecho un viaje en donde sus comienzos fueron caracterizados por el temor, el llanto angustiado, las desesperadas preguntas y amargura. Pero que contraste hermoso el final 74 Matthew Henry, Comentario De La Biblia Matthew Henry, p. 681. 75 Charles L. Feinberg, Los Profetas Menores, pp. 243 – 244.

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de su viaje, lleno de fe, canticos de alabanza, humilde adoración. Si resumimos la experiencia de Habacuc en pocas palabras diríamos que Habacuc inauguró la verdadera vida, la que tiene a Dios mismo como más que suficiente. Nosotros podemos unirnos a las palabras del profeto y junto a el cantemos a coro: “Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual me hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar,” entonces venga lo que venga vivo mi vida confiando solo en la suficiencia del Señor.

Las notas de Caleb Fernández Pérez, en su libro Habacuc De La Crisis A La Esperanza, son una exhortación y sirven de resumen en esta última sección de nuestro estudio: “Debemos ser precisos: Dios no nos creó para los valles profundos; nos creó para vivir en las alturas. Así, bienvenidas y benditas sean las dificultades, si al final de la historia podemos decir: Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar.” 76

CONCLUSIÓN

Cuando la sobrecogedora visión fue desapareciendo de la vista del profeta, le había dejado exhausto y tembloroso. Habacuc logra recuperar su compostura para expresarlo de la siguiente manera: “Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios; Pudrición entro en mis huesos, y dentro de mí me estremecí” (3:16). Fue como si Habacuc fuera arrebatado y regresado a la tierra, devuelta al presente, a su nación donde la lucha de las fuerzas militares, económicas, y políticas están por redefinirse. Sigue enfrentando el profeta su patria debilitada por el pecado y a punto de ser invadida por los malvados caldeos. Con la tremenda diferencia que Habacuc busca a Dios en oración diciendo: “Si bien estaré quieto en el día de la angustia” cuando la invasión tome lugar.

El profeta estaba bien consiente del caos que vendría con y después de la invasión. Tanto las cosechas como el ganado quedarían en estado de devastación. Pero a pesar de esa triste realidad Habacuc es capaz de hacer declaraciones poco usuales bajo semejantes condiciones, “con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza. El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar” (3:18 - 19).

Los esquemas teológicos que le movían a interrogar a Dios fueron removidos de su mente. Sus limitaciones en su comprensión del control de Dios en los asuntos de la historia no le causaban ya más dudas. Sus problemas fueron reemplazados por la adoración al Dios que le sostenía. En Habacuc se efectuó un cambio de celebración al confiar y aceptar al Dios soberano y suficiente.

Una de las maneras de lograr que una verdad se grave en nosotros es haciendo de ella una pieza musical. La conciencia de los individuos y las naciones se forjan con la verdad expresa en una canción. Habacuc comunica su confianza en forma de canción y así ayuda a perpetuar dicha verdad. De esta manera Habacuc provoca que los suyos se solidaricen con él en esta confesión de fe. Dios es digno de ser creído, de ser adorado, de ser servido por sí mismo, independientemente de las bendiciones que pueda dispensarnos. Para el profeta ya la paz y el gozo no dependían más

76 Caleb Fernández Pérez, Habacuc De La Crisis A La Esperanza, p. 112.

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de sus circunstancias. Aun cuando Dios juzgara a su pueblo, el profeta podía regocijarse, pues su esperanza, fe, y gozo estaban fundados exclusivamente en Dios. En el momento de Dios, su pueblo seria librado. Dios era la fuente de su fortaleza, que sostendría en los más difíciles días.

PREGUNTAS

1. ¿Cuál parte externa del cuerpo fue impactada por la visión? 2. Cuales partes internas del cuerpo se impactaron por la visión? 3. ¿Qué iniciativa adopta el profeta en el día de la angustia? 4. ¿Quién va a subir al pueblo? 5. ¿Qué productos agrícola menciona Habacuc que están a punto de escasear? 6. ¿Cuáles animales están en riesgos de ser desaparecidos por la invasión? 7. ¿Qué elige Habacuc hacer en el versículo 18? 8. ¿En dónde está la fortaleza de Habacuc en el verso19? 9. ¿A qué animal compara Habacuc sus pies? 10. ¿Dónde Dios le hace andar en?

CONCLUSIÓN

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Una vez terminada una asignación como esta, la de estudiar el libro de Habacuc nos deja con una variedad de impresiones y conocimientos que resultan en un fortalecimiento de nuestra fe en Dios. Entre las cosas que Habacuc nos ensena se encuentra la verdad de que a Dios no solo se le conoce, sino que se le va conociendo. Esta fue la mayor experiencia en la vida del profeta narrada en su libro. A parte de las diferentes e importantes transiciones en la experiencia del profeta la de haber entendido la sufisencia de Dios es la que ocupa la más elevada exaltación.

Cuando miramos retrospectivamente en el libro, podemos explicar los cambios que tomaran lugar en el corazón de Habacuc. Su experiencia es dinámica, y se da en un proceso difícil y doloroso. Una de las dificultades que tuvo que enfrentar el profeta fue su incomprensión de lo que Dios estaba haciendo. Estas dificultades se acentuaron causándole todo un dilema, por su pobre perspectiva sobre la naturaleza de Dios y sus métodos de ejecutar su voluntad y juicios. Vemos que el profeta entiende mal la forma en que Dios trata el pecado del pueblo. Su perspectiva equivocada de Dios le guiaba a entenderlo cometiendo ese aparente fallo. Le costaba la idea de Dios usar a los caldeos como instrumento corrector de los pecados de Judá. Habacuc fue correcto en su análisis de las desenfrenadas injusticias de su pueblo, pero fallo en pensar que Dios estaba indiferente a estos injustos actos. Igualmente falló en entender el tiempo adecuado de Dios castigar los pecados del pueblo. Dios asiste a Habacuc y con la revelación de sí mismo pone en orden la situación y corrige la perspectiva del profeta (capítulos 2 y 3).

Decíamos en las primeras líneas de esta conclusión que la experiencia que más beneficio al profeta fue su más plena visión de Dios mismo, al grado de entenderlo como todo suficiente y soberano absoluto. Esto nos fortalece y asiste en resolver los enigmas de la historia con las expectativas correctas. Habacuc nos ayuda a procurar entendimiento de las circunstancias críticas y angustiantes. Nos incentiva a buscar una teología que no se limita a las expectativas pequeñas, sino que sea compatible con la naturaleza de Dios, su carácter, revelado en la Biblia. Así seremos guiados a llevar nuestros más profundos problemas, al igual los de nuestro entorno en nuestros países delante de Dios.

La profecía del profeta Habacuc nos enseña que el gran problema no era sus enemigos, los caldeos. Ni ningún otro problema experimentado por los demás, sino que el mayor problema radica en la pérdida del coraje para aceptar y reposar en la plena soberanía de Dios. De esta manera las palabras de Habacuc: “El justo por la fe vivirá” (2:4) cobraran un profundo significado.

La transformación en nuestra confianza en Dios, debilitara gradualmente la tendencia a pensar en nuestros méritos, en la insistencia en procurar solución a nuestros problemas. Antes bien fijaremos la atención en lo que Dios puede realizar en la historia. Las certezas de las obras de Dios en el pasado contribuyeron en la estabilidad del profeta en su presente, de esta manera su proyección al futuro era acompañada de esperanza.

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MANUAL DEL MAESTRO

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA LECCIÓN UNO

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1 – De la profecía de Habacuc. 2 – Habacuc3 – Visión 4 – Visión 5 – Abrazar 6 – Las del versículo 2 y las del versículo 3.7 – Iniquidad y molestia; Destrucción y violencia; Pleito y contienda8 – Es debilidad9 – No sale según la verdad10 – Asedia

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA LECCIÓN DOS

1 – Mirad2 – Naciones3 – Que aun cuando os contare, no la creeréis 4 – Caldeos5 – Nación cruel y presurosa6 – Su justicia y dignidad7 – Caballos, leopardos, águilas8 – Arena9 – Reyes, príncipes10 – Fuerza

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA LECCIÓN TRES

1 – Su eternidad2 – Su santidad3 – No moriremos4 – No puede ver el agravio5 – Ver a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que el6 – Peces7 – Los trata como animales8 – Se alegrará y se regocijará 9 – Cuando hace sacrificio a su red10 – No tendrá piedad de aniquilar nacionesRESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA LECCIÓN CUATRO

1 – Su guarda estará2 – Fortaleza3 – Ver lo que se me dirá

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4 – Tocante a mi queja5 – Visión6 – En tablas7 – Corra el que leyere en ella8 – Se apresura a su fin9 - Se enorgullece10 – Por la fe

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA LECCIÓN CINCO

1 – Traicionero, soberbio y no permanecerá2 – Multiplico, lo que no era suyo3 – Te harán temblar y serás despojo4 – Serán despojados5 – Protección6 – Caldeos7 – La gloria de Dios8 – De deshonra9 – Dice al palo despiértate, piedra muda levántate10 – Calle

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA LECCION SEIS

1 – Oración del profeta Habacuc2 – Habacuc3 – Relacionado a la música4 – Tu palabra5 – Temí6 – Aviva tu obra7 – La obra de Dios8 – Si9 – Si10 – Misericordia

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA LECCIÓN SIETE

1 – Territorios2 – Su gloria, de su alabanza3 – la luz4 – Mortandad

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5 – Hizo temblar la gente6 – La tierra7 – Tres8 – El sol y luna9 – La tierra, las naciones10 – A tu ungido

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA LECCION OCHO

1 – Labios2 – Entrañas, huesos3 – Estar quieto4 – El invasor5 – Higuera, uvas, aceituna6 – Ovejas, vacas7 – Alegrarse, gozarse 8 – En Jehová9 – Ciervas10 – En mis alturas

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BIBLIOGRAFÍA

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BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Willy Nieves nació en la ciudad de Arecibo, Puerto Rico, el 23 de junio del 1956. Creció en la zona montañosa del centro de la isla, en el pueblo de Lares. Es en el seno de una familia

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dedicada a los trabajos de la agricultura donde pasa sus primeros años de su juventud. Para el mes de septiembre del 1974, estando en su último nivel de escuela superior, el Señor lo salvo. Tenía la edad de 18 años cuando tuvo lugar el nuevo nacimiento en su vida. Desde entonces sirve a Cristo. Fue en aquellos últimos meses en la escuela superior que vio desarrollarse su servicio a Dios. Para el verano del 1975 se mueve a la ciudad de Arecibo, e inicia estudios de Administración de Empresas en el Colegio Regional de Arecibo, de la Universidad de Puerto Rico. En el campus del Colegio Regional desempeño un muy activo ministerio de evangelización y educación cristiana. Su ministerio ha tenido una trayectoria educacional y pastoral en Puerto Rico y en los Estados Unidos. Se mudó con su familia a la ciudad de Miami en el 1992. Para el mes de agosto del 2002 hasta el verano del 2008 estudio en el Miami International Seminary, obteniendo grados de Maestría en Teología y Maestría en Divinidades es candidato el Doctorado en Ministerio.

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