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A un Paso del Amor
D. H. Araya
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© Bubok Publishing S.L., 2012
1ª edición Electrónica
Registro Safe Creative
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Para mi hermana
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Argumento
Cinderly no tiene nada extraordinario, no es la mas inteligente
de la escuela y menos la mas bonita. Lo único que la divierte son
los animales de su granja y sus tres mejores amigas, Maly, Liz y
Anita. Pero al enterarse de los viles planes de unos de los chicos
más guapos de la escuela no puede menos que planear una forma
de darle una lección.
Jet detesta la escuela, mas aun a Bárbara, la chica bonita que
acaba de terminar con el. Pero que tan malo puede ser salir con
una de "Las Microbios" si gracias a eso puede darle una lección a
su ex-novia y a uno de sus amigos, y de paso divertirse un tiempo.
Vamos, que es lo peor que puede pasar.
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Contenido
Primera Parte ...................................................................................... 11
Capitulo 1 ........................................................................................ 12
Capítulo 2 ........................................................................................ 19
Capítulo 3 ........................................................................................ 27
Capitulo 4 ........................................................................................ 40
Capitulo 5 ........................................................................................ 53
Segunda parte..................................................................................... 84
Capitulo 1 ........................................................................................ 85
Capitulo 2 ........................................................................................ 97
Capitulo 3 ...................................................................................... 105
Capitulo 4 ...................................................................................... 114
Capitulo 5 ...................................................................................... 123
Capitulo 6 ...................................................................................... 132
Capitulo 7 ...................................................................................... 142
Tercera Parte .................................................................................... 157
Capítulo 1 ...................................................................................... 158
Capítulo 2 ...................................................................................... 171
7
Capítulo 3 ...................................................................................... 182
Capítulo 4 ...................................................................................... 187
Capitulo 5 ...................................................................................... 197
Capítulo 6 ...................................................................................... 210
Despedida ..................................................................................... 224
Cuarta parte ...................................................................................... 227
Dos meses después. ..................................................................... 228
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“La razón y el amor son enemigos jurados”
Pierre Corneille.
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Por Cinderly Berrocal y Jet Farraguer.
Sucesos ocurridos durante el penúltimo
año escolar. Escritos simplemente para
aclarar las cosas.
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Primera Parte
Conociendo al enemigo
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Capitulo 1
***
J.: Esto es muy extraño.1
C.: Ya aceptaste.2
J.: Comienza.
C.: ¿Cómo acabe aquí?
J.: Acabamos.
C.: No es una pregunta difícil de contestar, si observamos mi vida
desde otro punto de vista.
J.: No solo tu vida.
C.: Esta bien, no solo la mía, pero comenzaremos con la mía, ¿o
no?
J.: Las damas primero.
1 Jet Farraguer
2 Cindy Berrocal
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C.: Gracias. Era el primer día clases y aun no salía de mi casa…
***
—Cinderly—llamo mi padre por centésima vez—llegaras tarde.
¿Por qué cuando se molestaba no me llamaba como prefería?
Cindy. Mire hacia la puerta asiendo una mueca, y como es que me
quede dormida el primer día de clases.
—Cin…
—Ya bajo—grité y me mire en el espejo por última vez, luego
solté un bufido.
Al llegar a la cocina mire a mi padre unos segundos. Era un
hombre alto y fuerte, de cabello rubio oscuro y ojos verdes, su piel
estaba morena por el sol y aunque llevaba ahora un bigote lo
consideraba guapo, sonreí un poco, lo era, aun. Había visto
fotografías de él cuando era más joven y me había sorprendido, mi
padre había sido la sensación de su escuela en sus años, y a veces,
cuando iba con él a la ciudad aun llamaba la atención.
En cambio yo era todo lo contrario, de cabello rojizo oscuro, largo
hasta mis codos y muy liso, tenía los ojos de mi madre, castaños, a
demás de su delgadez y estatura, 1,65 metros. Era lo único
interesante de mí, cabello y delgadez, una saludable, claro está,
todo lo demás era tan común como aburrido.
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Mi padre levanto la vista del periódico y arrugo su frente, golpeo la
mesa con él.
—Tarde—casi gruño, voltee mis ojos y me moví hacia la mesa,
tome una tostada.
—Ya me voy—me acerque a él y deposite un beso en su mejilla, él
aprovecho para pellizcarle el vientre—auch—solté y me aleje de él.
—Te mereces eso, es el primer día de clases—arrugo su frente— y
estas muy delgada—negué y comencé a irme.
—También te quiero papa—le dije, el hizo ese sonido exasperado
que solo el tenia, al llegar a la puerta lo oí gritar.
—No llegues tarde—volví a negar.
—Si padre—conteste con un grito. Con eso salí de la casa y mire
hacia el establo viejo de color rojo oscuro, seguí por el camino de
tierra hacia la calle y me apresure para no perder el bus que me
llevaría a mi penúltimo año en la escuela.
***
Observe a la chica de curvas y cabello rubio largo a mi lado,
no podía ser cierto.
— ¿Estas terminando conmigo?—le dije a Bárbara, asintió y
me sonrió con dulzura, o lo más dulce que la reina de hielo
podía sonreír.
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—Vamos, Jet, cariño—dijo y acaricio mi brazo con sus
dedos. Evite estremecerme al sentir sus uñas en mi piel, lo
odiaba.
Continuo.
—Solo será por un tiempo, por las competencias, ambos
necesitamos concentrarnos en los equipos, sabes que las
chicas de mi equipo de gimnasia me necesitan más que
nunca, y creo que este año quieres ganar el torneo de tenis—
solté un bufido y me aleje de ella—eso que ni siquiera he
nombrado los estudios— mire alrededor del campo de fútbol.
La mayoría de los alumnos del colegio nos miraba, aunque
cada vez que alzaba la cabeza todos fingían hacer otras
cosas. Sabia porque lo hacían, éramos o fuimos, me corregí,
unas de las parejas más llamativas del lugar. Yo, el mejor
jugador de tenis y ella, pues era Bárbara o Barbie, para sus
amigos, la rubia despampánate, la estrella del lugar.
Regrese mi mirada a ella y suspire.
—Como si te interesara lo que me pasa—Barbie se quejó
suavemente.
—Sabes que no es así, es lo mejor…—me sonrió mostrando
todos sus perfectos dientes blancos y siguió hablando,
también odiaba eso de ella.
La observe mejor, el maquillaje exagerado para alguien que
iba a clases de gimnasia, la ropa ajustada, no dejaba nada a
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la imaginación, el cabello rubio, brillante y lacado, todo en
ella la hacia la perfecta chica de escuela, claro excepto su
carácter. Cuando paso a mi lado caminando olí el aroma que
dejaba, aparte del jabón, champú y perfume, también olía a
laca. Volví a suspirar y la mire cuando se paró frente a mí, al
parecer se había callado.
—Estarás bien—dijo como yo necesitara esas palabras, alce
una ceja irritado.
—Como sea—le dije y me aleje de ella, Barbará me llamo
pero la ignore completamente — terminar conmigo —
murmure molesto al salir de campo — ridículo — nadie
termina con Jet Farraguer, nadie.
***
Observe a Jet Farraguer pasar a mi lado mascullando cosas sin
sentido, como siempre él ni siquiera me miro, constantemente me
sorprendía lo fácil como algunas personas hacían sentir a los
demás, invisibles. Negando camine hasta el patio de la escuela y me
senté al lado de mis amigas, todas me miraron.
Maly, Liz y Anita, eran mi grupo de amigas, “Las microbios”, nos
llamaban, algo que continuamente me hacía reír.
— ¿Por qué esa cara?—me pregunto Maly con su tono de voz
aburrido, negué. Si le decía a ella que había visto a Jet Farraguer
molesto comenzaría a quejarse como siempre que lo hacía, a veces
ese lado negativo de la chica era molesto.
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Observe al resto de mis amigas fijamente. A diferencia de Maly,
que era delgada y de cabello castaño, Liz era bajita, de cabello
rubio muy enrulado y ojos cafés, la chef del grupo, por eso mismo
era la más rellenita. Anita era la más inteligente de las cuatro, de
respuesta rápida e irónica, igual de delgada que Maly, solo que su
cabello negro era corto, sus ojos grises y su cara pecosa, esta última
levanto la vista al sentirse observada y arrugo su frente.
— ¿Qué?—pregunto—has descubierto que estas enamorada de
mi—todas se rieron, negué ante sus ocurrencias.
—De ti, jamás, quizás de Maly, con ese atractivo suyo, quien
sabe—estallaron en nuevas carcajadas, excepto la nombrada que
solo arrugo su frente.
—No sé si sentirme feliz o triste por eso—dijo ella y suspiro.
—Tu madre volvió a cortarte el cabello—le comente a Liz, ella
llevo su mano a él y lo acaricio.
—Tanto se nota—dijo ella antes de quejarse—no logro
convencerla de las bondades de un estilista.
—Tu madre tiene un pequeño problema con el dinero—dijo Maly,
Liz negó y sus risos se movieron alrededor de su cabeza.
—No es eso—la defendió—solo cree que ella lo hace mejor—
Anita soltó un bufido y la miramos.
—Hm, tu madre tiene toda la razón—dijo y miro su libro
fijamente, Liz arrugo su frente un segundo antes de mirarme.
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—Hoy te quedaste dormida—suspire.
—Es que esta escuela es tan aburrida como trabajar en casa—ella
volteo sus ojos.
—Lo que pasa es que nos falta, a todas, novios—Anita cerró el
libro y nos miró.
—Quizás este año pase.
Nos miramos entre si y negamos riendo.
—Basta de esto y vamos a clases, me aburren—dijo Maly, nos
pusimos de pie y caminamos a clases detrás de ella, Liz nos miró
sonriendo.
—Lo que pasa es que ya se rindió—dijo antes de reírse, Maly solo
arrugo su frente.
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Capítulo 2
***
J.: ¿Qué tiene que ver con la historia la desesperación de tus
amigas por un novio?
C.: Lo mismo puedo preguntar yo, ¿Qué tiene que ver que Barbie
terminara contigo?
J.: Mucho.
C.: Exacto, déjame continuar.
J.: Está bien.
***
—Saben lo que oí—dijo Liz mientras salían de clases—al parecer
Barbie termino con Jet Farraguer.
Todas la miramos fijamente, hasta que Maly suspiro.
—Pobre de él, no debe ser muy agradable que te terminen—
negué.
—Probablemente se dañó su ego—dije sin darle importancia al
asunto—se unió al grupo de los solteros— moví mi bolso para
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acomodarlo en mi hombro pero este choco con algo, al girarme
me encontré con que Jet Farraguer caminaba detrás de mi con su
grupo de amigos.
Trague al ver su mirada y mire al frente, ellos nos adelantaron en
seguida, el chico me mando una mirada molesta al pasar a mi lado,
cuando se alejaron lo suficiente me queje.
—Maldita sea—las chicas a mi lado se rieron, excepto Maly, nunca
lo hacía.
Nos detuvimos en la salida de la escuela para despedirnos, el grupo
de Jet Farraguer estaba de pie al lado de un auto, hablaban. Suspire
y deje de mirarlos.
—Incluso yo sé que jamás tendríamos oportunidad—dijo Maly
mirándome, hice una mueca.
—No pensaba en eso—le discutí, mire a las demás—¿y por qué
no?
Liz suspiro y Anita negó suavemente.
—No por nada nos llamas “Las microbios”—voltee mis ojos.
—Si le das alguna importancia a esa tontería te la terminaras
creyendo— asegure y mire de nuevo al grupo.
Entre ellos note que el que más destacaba era Jet Farraguer, con su
cabello negro y ojos azules casi eléctricos causaba estragos entre las
chicas, sus amigos no se quedaban atrás. Tomas tenía el cabello
corto, de un color castaño oscuro y ojos del mismo color, su rostro
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era el más amable. Rodrigo, que estaba parado al lado de Jet era un
poco más bajo, de cabello negro al igual que sus ojos cansados,
estos le daban un aire exótico y misterioso. Y por ultimo Gustavo,
el rubio del grupo, tenía el rostro duro, firme y ojos verdes, había
algo en el que daba un poco de miedo, como si fuera peligroso.
—Basta—me dijo Liz sacándome de mi exanimación, la mire,
sonreía como siempre—y quien es el elegido—todas encerraros los
ojos y esperaron.
—Ninguno—solté rápidamente, mire hacia otro lado.
—Bien, nos vemos mañana—nos dependimos.
—No llegues tarde—me dijo Liz.
—Recuerda poner tu despertador—soltó Anita.
Mire a Maly esperando algún comentario pero solo se encogió de
hombros, suspire y me apresure para regresar a mi casa.
Estaba trabajando en el establo cuando mi padre me hablo.
— ¿Cómo estuvo?
Me encogí de hombros y empuje un fardo de heno hasta la pared.
Lo mire.
—Como todos los años y aquí—él también se encogió de
hombros, de él había sacado ese gesto.
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—Igual—arrugo su frente—me llamaron por un trabajo—me
detuve, el suspiro y se acercó a mí, acaricio a Estrella, una yegua, al
pasar cerca de ella—es para la universidad, quieren que vuelva a
dar clases.
— ¿Quieres hacerlo?
Antes, cuando mi madre vivía mi padre daba clases en la
universidad, era profesor de biología. Mi madre era veterinaria y
dueña de esta granja, ella trabajaba por los alrededores, ayudando a
los vecinos con sus reses, caballos y demás, aparte recogía animales
abandonados y los traía aquí, así nuestra familia termino cuidando
a un caballo, dos yeguas, 4 ovejas, 2 vacas, un pato y un gato
discapacitado, una docena de gallinas y dos perros.
Mi padre se encogió de hombros.
—Tengo que hacerlo, me ofrecieron un muy buen sueldo.
—Eres buen profesor—le dije, sonrió.
—Con eso podremos seguir cuidando de ellos—apunto a los
animales—y podre seguir con mis estudios.
Asentí y tome un balde, salí del establo para llenarlo de agua, al
regresar mi padre seguí de pie en el mismo lugar. Eche el agua en
la fuente de las vacas, Sin cola y Adelaida. Sin cola había llegado
cuando yo era muy pequeña, mi madre la había salvado de morir
causa de unos tipos que la golpearon y le quitaron su cola.
Mi padre se acercó a mí.
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—Solo serán en las tardes—lo mire—tres días a la semana, lunes,
miércoles y viernes, de 14:00 a 15:00, el resto de la semana
continuare con mis estudios—le sonreí.
—Está bien, puedo estar sola—el arrugo su frente—también
puedo cuidar de ellos.
—No te dejare todo el trabajo a ti—me encogí de hombros—estas
en esa edad en que sales con chicos y tus amigas, podrás hacerlo—
voltee mis ojos.
— ¿Cuándo comienzas?
—La semana que viene.
—Iras en la camioneta—el asintió.
—En verdad no quieres usarla tú—negué.
—No, prefieren el bus—sin contar que no conduzco muy bien,
tengo la extraña manía de hacerlo como si estuviera en una carrera.
Pato, ese era el nombre del pato, me picoteo la zapatilla y lo mire.
—Sí, ya voy—le dije, mi papá se rio al ver que Pato me seguía por
el lugar, solté un bufido y lo alimente.
Luego de algunas semanas de clases, estaba en la biblioteca
sacando copias para una tarea. Al acabar decidí regresar el libro a
su estante, pero al doblar por uno de los pasillo me cógele al ver a
Jet Farraguer y sus amigos hablando despacio entre sí, regrese un
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paso y los rodee para llegar al estante que quería, ellos quedaron al
otro lado.
— ¿Cómo es posible que no entienda nada?—se quejó Jet
Farraguer al otro lado, sus amigos se rieron.
—Si prestaras atención quizás sería diferente—le dijo Tomas, él se
quejó.
—Esto es muy aburrido—dijo Rodrigo.
—Dímelo a mí—le contesto Jet—este año ha empezado mal para
seguir peor.
—Tanto te dolió lo de Barbie—le dijo Gustavo.
—No, lo que me molesta es que todo el mundo ante diciendo que
ella me termino.
—Lo cual es cierto—dijo Tomas, luego se escuchó un golpe y él se
quejó.
Arrugue mi frente, debería irme de ahí, dejar de escuchar, pero no
quería, siempre me pregunte de que cosas hablaban ellos que lo
tenían todo.
—Aun así, no me gusta—dijo Jet Farraguer molesto.
—Pues consíguete otra novia—dijo Rodrigo—así todos hablaran
de otra cosa.
—Si claro, eso sería simple si estuviéramos en otra escuela, aquí no
hay mucho material para elegir.
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Suspire y negué, su conversación era decepcionante e insultante,
comencé a alejarme pero me congele al oír a Gustavo decir.
—Apuesto a que no te haces novio de una de “Las microbios”—
silencio.
Al segundo los cuatro se rieron.
—Caballeros—dijo la bibliotecaria.
—Y para qué demonios iba yo a hacer algo así—dijo él, una suave
risa se escuchó.
—No puedes—dijo Gustavo.
—No necesitaría de mucho esfuerzo—dijo él, arrugue mi frente y
me acerque más.
—Te apuesto una cena donde quieras a que no llegas hasta el final
con una de ellas—dijo Gustavo, otra vez silencio.
Abrí mi boca sorprendida, hablaban de una de nosotras como si
nada, como si fuera tan fácil, y no solo sobre salir si no sobre sexo,
que clase de…
— ¿Dónde yo quiera?—pregunto Jet Farraguer interesado.
No puede ser.
—Sí, con todo pagado.
—No es suficiente—dijo él, asentí—quiero una semana
completa—ho rayos.
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—Que—se quejó Gustavo—mierda, está bien, pero tendrás que
ser su novio, por todo el resto del año.
—Que, no era solo por acostarme con una de ellas.
Apreté los dientes, si serán cerdos.
—Tú pides una semana, yo quiero que seas su novio por todo el
año y que te acuestes con una de ellas en la fiesta de fin de año.
—Y si pasa antes—dijo Jet.
—Será asunto tuyo.
Todos se quedaron callados, incluso deje de respirar esperando, si
este chico dice que no, lo convertiré en mi ídolo. Me equivoque.
—Está bien—dijo, Rodrigo y Tomas se rieron suavemente y yo
solté una maldición, se callaron y lleve mi mano a mi boca.
Me moví rápidamente por el pasillo doble y seguí moviéndome
hasta salir del lugar, no mire atrás.
Por una semana, por una semana de comida, eso valíamos para
ellos, los malditos idiota arrogantes y guapos, como se atrevían.
Llegue al bus maldiciendo, todos me miraron pero los ignore.
Pero no, esto no se quedaría así, si él se atreve a hacer algo así, con
una de mis amigas o conmigo, la iba a pagar muy caro, se iba a
arrepentir el resto de su vida, yo misma me haría cargo.
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Capítulo 3
***
J.: Si hubiera sabido que escuchabas…
C.: No hubieras hecho la apuesta.
J.: No estoy seguro, quizás aun así, considerando todo lo
que paso después.
C.: No se cómo responder a eso.
J.: Continua.
C.: Como quieras.
***
—Y la última pareja es…—el profesor de matemáticas observo
sus apuntes aunque todos en la clases sabíamos quiénes eran—
Cinderly Berrocal y Jet Farraguel.
Me queje mentalmente por esto, ahora era la pareja de Jet
Farraguer, pareja para un trabajo de matemáticas, pareja con ese
idiota, con ese… suspire. Maly alzo una de sus cejas como
pregunta, yo solo arrugue mi frente y negué.
Habían pasado semanas desde que escuchara al grupo de
amigos y su apuesta, no se lo había dicho a nadie, tenía la pequeña
esperanza de que él no lo hiciera.
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Después de darnos 4 hojas completas de ejercicios el profesor
nos permitió irnos antes de clases luego de decirnos que el trabajo
era para mañana, todos nos quejamos.
Me despedí de mis amigas y observe a Jet guardar sus cosas,
como sea, pensé. Camine hasta él lentamente, al llegar a su pupitre
levanto la vista y me miró fijamente.
— ¿Cómo vamos a hacer la tarea?—le pregunte enseguida para
salir lo más rápido de esto, sus ojos azules me taladraron la cabeza
un segundo o eso creí yo al notar cómo me miraba, al parecer
nadie le hablaba así.
—Debo regresar a mi casa ahora, podemos reunirnos luego—
dijo él, suspire y negué.
—No puedo luego, tengo cosas que hacer—como ayudar en mi
casa, el arrugo su frente.
—Lo único que se me ocurre es que vayamos a mi casa—ahora
yo arrugue mi frente.
Yo en la casa de Jet, ni muerta, pero… no me quedaba de otra.
—Nos vamos—le dijo uno de sus amigos, lo mire, Tomas
recordé. Jet negó.
—Vayan ustedes—el chico asintió y paso a mi lado sonriendo,
mantuve mi expresión, Jet se puso de pie— ¿entonces?
Lo mire y me congele un segundo al notar su estatura, yo
apenas le llegaba a su hombro, tuve que mirar hacia arriba para
contestar.
—Está bien—le dije irritada, el alzo una ceja— ¿tu casa está
muy lejos?
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El negó y lo seguí fuera del colegio. Como acabe así, me
pregunte, era el karma quizás, una vida pasada llena de maldad que
venía a cobrar mis pecados.
—Solo está a 10 minutos caminando—contesto el luego de un
rato, tuve que recordar que le había preguntado, asentí.
Lo mire de reojo, caminábamos a una distancia un poco mas de
normal, casi tendría que estirar mi brazo para tocarlo, arrugue mi
frente ante el pensamiento, y para que yo querría tocarlo, ese chico
eran puros problemas con P mayúscula, negué mentalmente ante la
idea. Pensé en todas las chicas de la escuela que estaban de cierta
manera interesada en Jet, era Jet Farraguer, el chico atlético, guapo
y de ojos azules como el cielo. No había nadie que no hubiera
pensado aunque sea una sola vez en ser su novia, eso incluía a mis
amigas y a mí, no en lo de novia pero si él lo de salir juntos, claro
antes de saber quién era, o de oírlo mejor dicho.
—Aquí es—dijo el deteniéndose y lo imite.
Su casa estaba en una de las zonas residenciales del pueblo, eran
de esas casas de tres pisos, delgadas y altas, como si hubieran
crecido más hacia arriba que hacia los lados, esto era para que
todas tuvieran un mayor patio. La casa era bonita, de color blanco
con el marco de las ventanas azules, muy de película, incluso su
patio era muy cuidado, verde y pulcro.
—Linda casa—le dije a él cuando llegamos a su puerta, él se
encogió de hombros.
—Muy perfecta—lo oí murmurar, aunque no supe si quiso que
lo oyera, no dije nada por si acaso—adelante.
El me llevo hasta su sala, pequeña pero bien decorada, solo
había un sofá para tres personas, una mesa de centro y un televisor
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de pantalla plana puesto en la pared, mas una serie de adornos de
figuritas y algunas fotografías, me acerque a una de ellas para ver a
Jet con al parecer su madre y un niño muy parecido a él, solo que
con un rostro más amable, aun no tenía esa expresión de yo soy el
rey del mundo.
—Hijo—dijo una mujer con voz demasiado aguda desde una
puerta de la izquierda, me gire para ver a la misma mujer de la
fotografía aparecer por ella, al verme se detuvo. Sus ojos se
movieron de su hijo a mí una y otra vez hasta que me sonrió.
— ¿Qué pasa?—pregunto Jet, su madre lo miro.
—Tengo una cita de trabajo, llegas temprano—ella me miro,
como su hijo no hacía nada me acerque a ella.
—Soy Cindy, compañera de la escuela de Jet—ella me tomo de
la mano.
—Soy Ester, la mama de Jet, un gusto—dijo ella.
—Tenemos que hacer una tarea madre—le dijo el secamente,
su madre lo miro y bajo los hombros.
—Pensaba salir antes ya que estabas aquí pero si vas a estudiar
no podrás cuidar de Aníbal.
—Por eso estoy aquí, no me importa—dijo él y se quito su
mochila, la arrojo al suelo y me miro—podemos trabajar aquí—
asentí.
—Pero…—dijo su madre y me miro—no quiero que él los
interrumpa.
—A mi no me molesta—le dije rápidamente, ella dudo un
segundo y miro a la cocina.
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—Entonces les traeré algo de comer antes de irme—con eso
desapareció por la puerta, mire a Jet antes de sentarme en el suelo
al lado de la mesa de centro, él se sentó frente a mí y saco sus
cuadernos. Lo mire un segundo y me pregunte si siempre era así,
tan…hablador o si solo se debía que estaba conmigo. Al sentir mi
mirada alzo la vista y arrugo su frente.
— ¿Qué?—pregunto secamente, alce una ceja.
—Nada, solo me preguntaba si siempre eres tan afable—el
abrió la boca para decir algo pero su madre regreso y nos puso
galletas en la mesa y dos vasos de jugo.
—Gracias—le dije y ella sonrió, un niño apareció detrás de ella,
una versión en miniatura de Jet.
—Este es Aníbal—dijo la mujer, lo miro—prometió portarse
bien y no molestarlos mientras trabajan, cierto—le pregunto a él, el
niño me miro y luego a su madre, asintió.
Su madre lo hizo sentarse al lado de Jet para que dibujara, no
debía tener más de 6 años, le sonreí y el miro su dibujo muy
interesado.
—Hagamos eso—dijo Jet y lo mire.
—Claro.
Saque mis materiales y nos pusimos a trabajar. Luego de una
hora comprendí que él no entendía las matemáticas para nada y
que yo tendría que ayudarle, suspire cuando el dejo caer su lápiz
molesto antes de dejarse caer al suelo, su hermano pequeño lo
miro y lo imito.
—No logro entender nada—se quejo él, apoye mi codo en la
mesita y negué.
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Calma, dijo una parte de mí, recuerda, no sabes nada, no has
oído nada, así que no hagas una tontería. Suspire.
—Lo que no entiendes es la base de esto—apunte la hoja—por
eso te complicas tanto— él se apoyó en sus codos y me miro.
—Entonces qué demonios hago, sería más fácil que tu lo
hicieras sola—negué y el volvió a dejarse caer.
—Ya intentaste eso y ya dije que no, se supone que es un
trabajo en pareja, no voy a hacerlo sola y luego poner tu nombre
en el—el soltó un bufido.
—Sí, ya me dejaste en claro que te molesta, gracias—dijo con
ironía.
—Me molesta que te cierres tanto a esto, debes calmarte,
comencemos desde el principio—él se quejo y se sentó, tomo su
lápiz.
—Odio esto, todo el mundo odia las matemáticas—me miro—
menos tu, claro.
—Que las entienda no quiere decir que me gusten—el alzo una
ceja—está bien, si me gustan. Podemos continuar—el asintió y
comenzamos desde el principio.
Me tomo tres horas completas que entendiera lo que hacía, me
encontré dividida entre explicarle a él y hacer dibujos en la hoja de
su hermano para que el luego las pintara, al acabar ambos
suspiramos con cansancio.
—No era tan difícil—dije y me apoye en el sofá, él se quejo y
llevo una mano a su cabeza.
—Cómo es posible que sienta la cabeza saturada—dijo él, lo
mire y sonreí.
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—Es tu cerebro que se lleno de nueva información, el usarlo
causa eso—me calle al oírme decir eso y él me miro, alzo una ceja,
mire hacia otro lado y me encontré con un reloj en la pared.
Ho mierda, pensé.
—No puede ser posible—me puse de pie enseguida, Jet y su
hermano me miraron, comencé guardar mis cosas rápidamente.
— ¿Que pasa?—pregunto él.
—Es muy tarde, mi padre me va a matar—cerré la mochila sin
fijarme si había guardado todo bien y la puse en mi hombro—
debo irme.
Eran más de las 8 de la noche, como no me di cuenta de eso.
Jet se puso de pie y miro el reloj.
—En verdad es tarde—me moví hacia la puerta.
—Bien, nos vemos—me despedí, mire al niño—adiós—le dije
moviendo mi mano, el me imito.
—Adiós—dijo con su voz clara, jet lo miro sorprendido, por un
segundo sentí curiosidad de esto pero al recordar a mi padre decidí
irme.
—Adiós—dijo Jet mientras salía de su casa.
Camine rápidamente por la calle y al doblar en la esquina
comencé a correr, alcance el bus justo cuando cerraban las puertas.
Luego de sentarme hice una mueca, mi padre iba a matarme,
probablemente ya me esperaba con esas tobilleras de arresto
domiciliario.
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Me tomo 40 minutos llegar a mi casa, entre como si nada pero
me congele al sentir un escalofrió en mi espina, esa energía
negativa venia de la cocina, así que al agua pato, pensé y me lance a
la tormenta.
—Hola—dije al ver a mi padre sentado mirando un cuaderno,
el levanto la vista.
—Hola—dijo como si nada—la comida está ahí, sírvete.
Asentí y lo mire un segundo, luego deje mi mochila en la silla y
me serví, no perdí de vista a mi padre hasta que me senté frente a
él y comencé a comer lentamente.
— ¿Como estuvo tu día?—pregunto tranquilo sin mirarme, me
limpie la garganta.
—Bien…bien—dije y me metí una cucharada de comida a la
boca.
—Bien—repitió el y dio vuelta la hoja.
Permanecimos en silencio hasta que acabe, incluso aunque
permanecí sentada frente a él más de 15 minutos sin decir nada me
no miro. Me sentí incomodo con su silencio, sabía que me merecía
un castigo por llegar tan tarde y en verdad lo prefería molesto que
silencioso.
Luego de otros 10 minutos no pude soportarlo.
—Ay papa—le dije, el me miro y espero—lo siento, sé que
llegue tarde, pero tuve que hacer un trabajo con un compañero
para matemáticas y fuimos a su casa, no creí que tardaríamos tanto,
pero él no entendía nada y tuve que explicarle algunas cosas, el
tiempo se me paso volando, lo siento—me calle y el entrecerró los
ojos.
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— ¿Y quién ese compañero tuyo?—pregunto.
—Jet Farraguer—dije rápidamente, el asintió y saco una caja
pequeña, me la dio y arrugue mi frente— ¿qué es?—pregunte y la
abrí, un teléfono celular, lo mire unos segundos, esto no era
bueno.
—Cuídalo—dijo él y lo apunto con su mano.
— ¿Por qué me estás dando esto? tú crees que estos aparatos
son maquinas controladoras que separan a las personas—el alzo
una ceja y caí en cuenta—es para controlarme a mi—asintió y
sonrió.
Mis hombros cayeron con la idea de mi padre llamándome la
próxima vez que me atreviera a llegar tarde, suspire y me puse de
pie, luego de lavar mi plato me moví hacia la puerta.
—Tienes trabajo en el establo—lo mire.
—Son más de las nueve…—me calle—claro— volví a
moverme hacia la puerta.
—Y estas castigada—me congele—por una semana, nada de
internet, televisor, ni salidas y si vuelves a llegar tarde será por un
mes.
—Si Papá—le dije y salí del lugar rápidamente antes de que
agregara otro castigo.
Llegué al establo y entre, mire el teléfono celular unos
segundos, era bonito, moderno, a mi padre no le gustaban y la
única vez que se lo había pedido me explico los males de ese tipo
de comunicación, no estaba en contra de los teléfonos, si no de
los celulares y las personas que pasaban más tiempo con ellos que
con las mismas personas. Suspire y lo guarde en mi pantalón. Mire
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alrededor, mi padre ya había trabajado ahí, lo único que tenía que
hacer era limpiar la porquería de los animales, sabía que lo había
hecho a propósito, otro castigo, volví a suspirar y me puse a
trabajar.
No me tomo más de dos horas limpiar todo, al acabar me senté
al lado de Nube Veloz, una de las yeguas y comencé a jugar con el
teléfono, escuche la puerta abrirse pero no mire, posiblemente uno
de los perros habían entrado.
— ¿Qué hiciste?—me pregunto una voz grave cerca de mi
oído, salte por el susto y solté el teléfono que cayó sobre un
montón de heno, cerré los ojos cuando choco—vamos, que hiciste
para causar todo esto y un celular—dijo Bastian, el chico rubio,
alto, moreno y de ojos verdes intensos parado a mi lado
sosteniendo el aparato, el me miro y entrecerré los ojos.
—Idiota, me asustaste—el sonrío como si le alegrara la idea.
—Me dirás que hiciste para terminar limpiando a esta hora y
obtener un celular, y desde cuando a ti te castigan—él lo movió
delante de mí y se lo quite, Bastian se sentó a mi lado.
—A mí sí me castigan—el alzo una ceja.
—No, no lo hacen. Recuerdas las veces que íbamos al rio,
cuando niños, tu padre siempre me castigaba a mi por eso, aunque
fuera idea tuya—voltee mis ojos.
—Eran tus ideas, a mi no me gustaba.
—Ha, cierto—dijo él y sonrío—pero aun así esto es extraño—
movió su mano alrededor, suspire y le conté lo que había hecho, el
solo negó. Le conté lo de Jet Farraguer y volteo sus ojos.
—Lo sabía, un chico, quien más podía causar esto.
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—Oye—me queje y lo empuje, él ni siquiera se movió—yo no
digo nada de tus novias y ese chico ni siquiera es mi amigo—solté
un bufido.
—Tú siempre hablas de mis novias y…no voy a decir nada del
chico.
Sonreí antes sus palabras, Bastian era mi mejor amigo, desde
siempre, no estábamos en la misma escuela y lo agradecía, él era el
chico que causaba estragos entre las adolecentes, si hubieran
estado en la misma escuela el probablemente ni siquiera me
hubiera mirado, aunque hubiéramos sido vecinos.
El me pillo mirándolo y alzo una ceja.
— ¿Qué?—pregunto— por fin vamos a ir a nadar al lago y no
sabes cómo decírmelo—solté un bufido.
—A esta hora, estás loco.
—Bien tienes razón, que te parece el sábado—lo mire y
entrecerré mis ojos.
—Nunca te rindes— negó sonriendo y asentí.
—Está bien, paso por ti a las 10, nos vemos—dijo mientras
salía. Suspire.
Otro asunto, desde que lo conocí siempre había intentado
hacerme a nadar, sabía hacerlo, solo que no era lo mío, no desde la
muerte de mamá.
La semana siguiente, justo cuando acabo mi castigo observe que
mi nombre estaba en una de las peticiones de ayudantía, ideas del
profesor de matemáticas. Lo sorprendente no era esto, si no el ver
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que mi nombre al lado del de Jet, al parecer yo debía darle clases
privadas, justamente yo.
— ¿Que ves?—me dijo alegremente Liz, observo la lista—
increíble—murmuro.
— ¿Qué?—pregunto Anita, Maly apareció a su lado.
—Cindy tendrá clases particulares con Jet Farraguer—dijo ella
riendo, Anita la imito y Maly arrugo su frente.
—Yo quería tu ayuda—dijo Maly, suspire y apunte el papel.
—Quizás pueda cambiarlo.
—Ni lo pienses—dijo Anita.
—Te imaginas la cara de Barbie al saberlo—comento Liz
mientras íbamos al patio, arrugue mi frente.
— ¿Por qué habría de interesarle?—dije sin prestar demasiada
atención, me senté, las chicas me imitaron.
—A quien le importa Barbie o lo que le interese—dijo Anita—
Cindy va a pasar las tardes con Jet Farraguer sola, ambos—las tres
me miraron.
—Y—dije molesta, Anita volteo sus ojos y negó.
—Debes aprovechar esto—dijo ella—hazte su amiga y luego
nos presentas a sus amigos—me reí.
—Haaaa—dije—ahí está el asunto, me quieres como un
enlace—apunte con mi cabeza al grupo de amigos.
Jet, Gustavo, Rodrigo y Tomas, los chicos más llamativos de la
escuela, estaban sentados al otro lado del patio.
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—Pues no tengo ningún problema en conocer a Tomas—dijo
Liz sonriendo, cuando todas la miramos se sonrojo completamente
y estallamos en risas.
Suspire, si supieran pensé, pero no iban a saber, esperaba que
nunca.
39
Capitulo 4
***
J.: Si que debías odiarme.
C.: Odiarte no, detestarte, es diferente.
J.: Claro, muy diferente.
C.: Continuo.
J.: No, dejarme empezar a mí.
***
—Parecen que hablan de nosotros—dijo Gustavo, levante
la vista del libro y seguí su mirada. El observaba a “Las
microbios”.
—Siempre hablan de nosotros—dijo Tomas sonriendo.
—Solo a ti te gusta que hablen de ti—dije yo y regrese mi
vista al libro.
—Y no de eso se trata la escuela, de llamar la atención—
replico Tomas, solté un bufido y Rodrigo suspiro.
—Todos disfrutamos el llamar la atención—note que el
miraba a una chica a lo lejos, de esas que le gustaban, alta y
delgada, esta le sonreía con descaro.
Suspire y volví mi vista al libro, como detestaba literatura.
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—Deja eso—dijo Gustavo molesto y me lo quito—no sirve
de nada que lo leas ahora, la prueba es en 30 minutos—le
quite el libro y me queje.
— ¿Por qué tan preocupado de las calificaciones?—
pregunto Tomas, siempre era el más perceptivo de todos.
—El entrenador Ferralli me dijo que si no subía las notas
me sacaría de club de tenis—el asintió al comprender.
—Como va lo de la chica—pregunto Rodrigo, todos me
miraron y arrugue la nariz.
—Recién empecé—se miraron entre sí.
—Que, cuanto tiempo te puede tomar hacerlo—dijo
Gustavo, entrecerré los ojos hacia él, siempre había tenido
problemas con Gustavo, pero ahora se estaba volviendo más
evidente. Suspiré mentalmente y conté hasta 10.
—Me niego a responder a eso—dije y guarde mi libro en
mi mochila—pero con eso de las clases de matemáticas voy a
tener oportunidad.
—Hasta fin de año—le recordó Gustavo.
—Tiempo suficiente.
—Ustedes son idiotas—dijo Rodrigo negando.
—Tú también apostaste—dijo Tomas—de que te quejas.
—De las tonterías que hacemos—sonrío—pero aun así es
divertido, por lo menos él tiene algo que hacer—el miro a
“Las microbios” y suspiro.
—Que, también quieres unirte a la apuesta—dijo Gustavo,
Rodrigo lo miro.
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—Si siguen así los cuatro deberíamos hacerlo.
Volví a suspirar y me puso de pie.
—No, eso sería demasiado obvio, vámonos a clases—
Rodrigo se quejo.
—Lo hare gratis—dijo él y se puso de pie, todos lo
miramos—que, estoy aburrido.
—No puede ser—dijo Tomas y salimos del lugar.
—Cindy—dije parándome frente a ella, levanto la vista de
su mochila, la chica su lado nos observo a las dos y se puso
de pie.
—Nos vemos—dijo y siguió a las demás.
La chica observo algo detrás de mí y me gire a ver, una de
sus amigas hacía señas pero al verme se despidió.
—Nos vemos mañana—dijo y se alejó con las demás.
—Simpáticas tus amigas—le dije.
—Claro, solo que a veces son un dolor en el…—se calló y
miro hacia otro lado.
—Sí, entiendo, a veces mis amigos también son un dolor
en el culo—arrugue mi frente—bueno, no a veces, casi
siempre—sonrió y se puso de pie.
— ¿Qué pasa?—me pregunto.
—Quería hablar de las clases—comenzamos a caminar
hacia la salida.
—Claro, cuando tienes libre.
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—Los sábados, puedes este, en la mañana—arrugo su
frente.
—Este no, pero parte de la tarde la tengo libre, si quieres
puedo ir a tu casa.
Mire alrededor pensando.
—Está bien—dije, nos detuvimos fuera.
—Entonces estaré en tu casa a eso de las 4—asentí y nos
despedimos, cada uno tomo caminos separados.
Sábado en la mañana.
No podía dejar de pensar en mi cita, perdón no, reunión con
Jet.
—Llevas tu celular—me pregunto mi papá mientras terminaba
de desayunar, asentí.
—Ni siquiera se para que hago esto—me queje, mi papá alzo
una ceja.
—A ver si aprendes de una vez—hice una mueca.
—Recuerda que después de hacer mis tareas debo ir a la casa de
Jet—mi padre se detuvo y me miro.
—Eso cuando lo hablamos.
—Ayer, te dije que tenía que ayudar a un chico para las clases
del matemáticas, fue idea del profesor—el arrugo su frente.
—Es el mismo chico de la otra noche—asentí.
—Jet Farraguer.
—Aja —dijo él y lo mire.
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—Es mejor que me vaya—me puse de pie.
—Cuidado con las pirañas—dijo él, solté un bufido.
—Ya no soy una niña—el sonrío—sé que no hay pirañas en el
lago.
—Pero cuando niña no lo sabías.
—Sí y es muy vergonzoso que le dijeras a tu hija tal cosa.
—Te mantenía lejos del lago.
—Hasta que conocí a Bastian.
—Hasta que ese chico llego a esta casa, como olvidarlo.
Sonreí al recordarlo, no tenía más de 6 años cuando Bastian
apareció en el establo, estaba con su padre ahí atendiendo a un
caballo, el solo se había acercado a mirar sin decir nada, desde ese
día éramos amigos. Tocaron a la puerta y mi papa volteo sus ojos.
—Está abierto—grito.
—Hola—dijo Bastian apareciendo.
—Desayunaste—pregunto mi papá, el asintió y me miro,
apunto el reloj de su muñeca.
—Ya—me queje y tome mi plato—pudo lavar esto.
—Rápido, rápido—se quejo, se sentó en la silla que deje libre—
se supone que debo ayudar a mi padre en la granja, no tengo
mucho tiempo libre.
—Por mi podemos dejarlo para otro día—el sonrío un segundo
y luego se puso serio.
—No.
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—Aggg—me queje y lave mi tazón, mire a mi padre que trataba
de no reírse—sabes que tiene nueva novia—le dije a mi padre,
Bastian se ahogo con un vaso de jugo.
—Hey—se quejo mirándome.
—Otra—dijo mi padre negando, sonreí—que paso con la
ultima.
—Nada—dijo él y se puso de pie, al ver que mi padre seguía
esperando suspiro—solo terminamos.
Nadie podía guardar un secreto a mi padre, solo bastaba una
mirada de él para hablar hasta por los codos, una vez le dije que
sería buen policía.
—Adiós—le dije a mi padre, Bastian se despidió con un
movimiento de cabeza.
Afuera de la casa el paso su brazo por mis hombros y me atrajo
hacia él, me apretó un segundo con fuerza.
—Auch—dije y lo mire.
—Boquifloja—sonreí.
—No es culpa mía lo que haces, solo hice un comentario—el
entre cerró los ojos.
—Que linda—dijo riendo falsamente mientras piñizcaba mi
vientre, arrugo su frente—estas muy delgada— lo empuje
quejándome.
—Que no, como saludablemente, estoy más arriba de mi
peso—él sonrió.
—Hagamos esto.
***
45
Sábado en la tarde.
Tocaron a la puerta de mi casa y me quite los audífonos,
mire el reloj en la mesita de noche en mi habitación, 10
minutos para las cuatro, suspire al saber quién era, lo que
hacía para cerrarle la boca a Gustavo y molestar a Barbie.
Me senté en la cama y mire alrededor, menos mal que se
me había ocurrido limpiar un poco. A los minutos golpearon
a mi puerta, mi madre entro.
—Te busca la misma chica del otro día, Cindy—asentí.
—Deja que suba, vamos a estudiar—ella arrugo su frente.
—En tu habitación—me estaba comenzando a molestar,
siempre que pasaba más de 5 minutos con ella me
molestaba.
—Madre—me queje, ella levanto sus manos.
—Está bien, Dios—comenzó a salir pero se detuvo, me
miro—creo que a tu hermano le agrada.
—Es un niño—dije explicándolo, cuando creciera
cambiaria de opinión. Ella volteo sus ojos y negó.
Mientras se iba recordé que mi hermano había hablado
por fin, algo que nunca había hecho, jamás ningún médico o
especialista había logrado que hablara. Como era posible que
ella hubiera logrado algo así. Suspire y me sentí levemente
incomodo por no habérselo dicho a mama, la hubiera
emocionado.
Escuche risas en el pasillo y la puerta fue abierta, mi
madre entro seguida de mi hermano y ella, al verme me
sonrío.
46
—Hola—dijo ella, miro a mi madre.
—Bueno los dejare solos—me miro y luego a ella—les
traeré algo de beber.
—Gracias—dijo ella y mi madre nos dejo solos, cerrando
la puerta tras de sí.
Nos miramos unos segundos.
—Siéntete como en tu casa—dije y apunte el escritorio—
podemos trabajar ahí—ella asintió.
—Está bien—dijo y se quito su mochila y chaleco, note
que llevaba una camiseta clara que se le pegaba a su cuerpo
delgado.
Ella se acercó a mi escritorio y miro alrededor, los posters,
las fotografías en todas partes, los aviones armables.
Mientras lo hacia la examine mas minuciosamente,
obviamente no era como Barbie, su cabello era una mezcla
de rojizo, castaño y algunos reflejos rubios, largo y lizo,
ahora, amarrado en una trenza. Era unos cuantos
centímetros más baja que yo, su piel era de color de la
canela, más clara y suave, mire su rostro, tenia ojos color
chocolate y unos labios pequeños. Me sentí un poco
incomodo, ¿en verdad iba a llega tan lejos por una simple
apuesta? arrugue mi frente.
—Te gusta la fotografía—dijo sacándome de mis
pensamientos, asentí y me senté, ella me imito y se sentó a
mi lado, saco sus cosas.
— ¿Que se supone que vamos a hacer?—le pregunte.
47
—Comenzaremos desde el principio, es más fácil, si ya
sabes algo lo saltaremos—asentí.
—Y si no—ella sonrío.
—Pues eso significa que nos tomara más tiempo ponernos
a la par con las clases — se encogió de hombros —
comencemos.
Pase una hora completa escuchándola explicar formulas y
demás, a diferencia de las clases yo preste atención, la idea
era conocerla a ella y subir mis notas, no parecer un
completo idiota. Por lo menos era buena en esto y no se me
hizo difícil, solo note algo extraño en ella, se mantenía a una
distancia extraña de mi, como si no quisiera estar cerca, eso
me pareció gracioso por un segundo. Cuando acabo de
explicar una formula ambos nos apoyamos en nuestras sillas.
—Quieres que tomemos un descanso y luego
continuemos o lo dejamos por hoy—la mire, ella observaba
fijamente una fotografía que había sacado hacia unos años,
dos caballos, uno blanco y otro negro aparecían en ella
corriendo en un campo verde.
Pensé en su pregunta, deseaba dejarlo pero si lo hacia ella
se iría, debía hacer que se quedara más tiempo.
—Descansemos y luego continuamos—ella asintió y se
puso de pie, se acercó a la imagen.
—Me gusta esta—me miro.
—Si quieres puedo darte una copia—ella sonrió.
—Eso sería agradable—asentí y busque la imagen en mi
computadora, ella se acercó y se inclino levemente a mi lado,
48
lu sentí su aroma de nuevo, suave, agradable, olía como el
campo. Deje de pensar en eso y me concentre en imprimir la
imagen en papel de fotografía y dársela.
—Gracias—ella la observo—sabes quién la tomo—me
miro fijamente.
—Yo lo hice—dije sin pensarlo, luego me arrepentí, solo
mi madre y Tomas sabían de mi afición a la fotografía.
—Pues te felicito, es buena—la guardo.
—Gracias.
—Las demás las sacaste tú—negué.
—Algunas, otras me gustan—ella asintió—te gusta la
fotografía—le pregunte, debía averiguar cosas de ella.
—Me gusta, pero no sé nada sobre el tema—ella me miro
de una forma extraña, sentí la urgencia de decirle cosas, no
sabía que, solo quería hablar, me contuve—y tu, debes saber,
no.
—Un poco, lo que he leído en internet.
—No has tomado un curso en la escuela—negué—eso te
ayudaría mucho, podrías aprender bastante.
—No es algo que quiera que los demás sepan—ella sonrió
y negó.
—Claro, lo que opinen en la escuela es muy importante—
asintió para enfatizar sus dichos.
—Sabes cómo molestan a los del club de fotografía—ella
volteo sus ojos.
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—Claro que lo sé, todos lo saben, también molestas a los
de ajedrez, matemáticas, teatro, si no es un deporte, no
cuenta—negó molesta.
—Tu estas en algún club—negó—vez, no quieres que te
molesten.
—Para nada, tengo que ayudar en mi casa—me miro—y si
me molestan.
—Si—pregunte, nunca había visto que lo hicieran.
Se encogió de hombros, suaves golpes se sintieron en la
puerta y miramos, supe quien era. Me puse de pie y abrí,
Aníbal entro rápidamente con una hoja y un lápiz, se acercó
a Cindy, ella le sonrió.
—Estamos ocupados—le dije al niño, me ignoro y le
entrego los materiales a Cindy.
Ella se dejo caer al suelo y se apoyó en la cama.
— ¿Quieres que te haga un dibujo?—le pregunto, el solo
la miro— ¿que te gustaría?—como mi hermano no dijo nada
hable.
—No habla—dije, ella me miro y arrugo su frente.
—Pero la otra vez…—me encogí de hombros.
—Eso fue extraño, es la primera vez que lo escuche decir
algo—me acerque a ambos.
—Le paso algo o solo no quiere.
—Creo que solo no quiere—me senté y los observe.
— ¿Quieres que te dibuje en caballo?—le pregunto ella,
mi hermano solo la miro, ella lo quedo mirando como si
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esperara algo—si o no— mi hermano asintió con la cabeza—
está bien.
Justo cuando terminaba de hacer el dibujo mi madre
apareció en la puerta.
—Lo siento, lo llevare abajo—ella tomo de la mano a
Aníbal, Cindy le entrego el dibujo a ella, se despidió con la
mano.
—Adiós—le dijo.
—Adiós—dijo mi hermano y todos lo miramos, mi madre
más sorprendida que yo.
—Ho Dios—dijo ella agachándose a su lado—hablaste,
hablo—nos miro a ambos—nunca lo había hecho—lagrimas
aparecieron en sus ojos.
Cindy se puso de pie y llego a su lado.
—Trate de calmarse, si no él se asustara—ella la miro y
asintió, se limpio el rostro.
—Aníbal, hijo, puedes decirle otra cosa a mami—el niño
solo la miro, luego a Cindy y por último a mí, mi madre
insistió— Aníbal, hijo—Cindy puso su mano en el hombro
de mi madre, la miro—quizás deba llevarlo a medico.
— ¿Hablo con ellos?—pregunto, mi madre negó y la mire,
paso su mano por su cabello mirando a mi hermano, le
sonrió— quizás deba esperar a ver qué pasa, tomarlo como
algo natural, si lo lleva al médico lo van a revisar, hacer
exámenes, asustarlo, pensara que lo que hizo es malo—mi
madre la miro un segundo y luego asintió, se puso de pie.
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—Tienes razón, hay que ser paciente—se rio nerviosa,
Cindy asintió y ambos observamos a mi madre y hermano
salir.
— ¿Como es que sabes de esto?—le pregunte luego de un
rato, me miro.
—Veo
mucha
televisión,
programas
médicos,
documentales—se encogió de hombros y se sentó a mi
lado—solo se me ocurrió.
—Aja—dije yo—muchos documentales.
—Muchos—confirmo ella—continuemos—dijo y asentí.
Una chica que ve documentales, le gustan las
matemáticas, que al parecer le caía bien a mi hermano y que
si la mirabas bien, no estaba tan mal, quizás esto no sería tan
malo.
52
Capitulo 5
***
J.: Mi hermano te adora.
C.: Yo igual a él, tienes una agradable familia.
J.: Todos dicen eso de las familias de otros.
C.: Tú pediste las clases o fue el profesor.
J.: Yo lo hice, aunque fue idea de él, solo elegí a mi
compañera.
C.: ¿Por qué yo?
J.: Curiosidad.
C.: Mejor continúo.
J.: Claro, ahora viene algo interesante.
***
Llevaba tres meses dándole clases a Jet, casi siempre nos
reuníamos en su casa tres veces a la semana, siempre los sábados,
los otro días dependía de lo que teníamos que hacer. Extrañamente
habíamos ampliado las clases a literatura y biología.
Todo ese tiempo me pregunte si iba a realizar la apuesta, nunca
intento nada conmigo, ningún acercamiento, ningún nada, a lo
sumo simplemente nos conocimos más y eso me relajo, al parecer
no intentaría nada conmigo.
53
Casi siempre las clases eran en su casa, pocas veces nos
reuníamos en la biblioteca, y jamás en mi casa. Conocía su cuarto
casi como el mio, al igual como parte de su casa. Llegue a tratar a
su madre y a encariñarme con su hermano. Tenia un extraño trato
conmigo misma, si el no hacia nada con respecto a su apuesta, yo
tampoco haría algo. Para mí, ahora, luego de todo el tiempo que
había pasado, se estaba volviendo en simplemente un compañero
de clases. Si, claro, dijo mi cabeza, ignore el comentario.
Ahora esperábamos los resultados de los exámenes de
matemáticas, el profesor pasaba por las clases entregando las
pruebas a cada uno, no sabía porque estaba nerviosa, si por mi
examen o por el de Jet.
Observe mi calificación rápidamente, 6.83, no me emociono
nada, así que me di cuenta que estaba así por él. Maly tomo mi
prueba y comenzó a compararla con la suya, yo solo observe al
profesor darle el examen a Jet, su espalda se tenso y temí lo peor,
pero al ver que el profesor le decía algo y Tomas, que estaba
sentado a su lado lo golpeaba en la espalda sonriendo me relaje,
esperaba que eso fuera una felicitación.
—Y para cuando las presentaciones con sus amigos—susurro
Anita desde atrás, la mire y me acerque a ella.
—Creí que era Liz la que quería conocer a Tomas—las tres la
miramos y ella arrugo su frente, luego sonrió.
—Es lindo soñar—suspiro y miro al chico un segundo, luego a
nosotras—que—pregunto.
3 De una calificación entre 1 a 7
54
—Yo prefiero a Rodrigo—dijo Anita—con esos ojos que
tiene—suspiro. Mire a Maly esperando algún comentario.
—Me niego a hacerme falsas ilusiones—me reí de sus
palabras— y mas te vale a ti no hacerlas, se como lo miras—
apunto con su cabeza a Jet.
Como lo miraba, yo, debía estar bromeando.
—Oye, quien crees que soy.
—Aja—dijeron las tres en coro y les di la espalda.
—No estamos bromeando—dijo Anita—es el novio de
Barbie—la mire—sabes lo que te haría si descubre algo entre
ustedes—se estremeció.
—Primero que nada es su ex novia—ella alzo una ceja—
segundo no le tengo miedo y tercero no…
—Voy a estudiar mas—dijo Liz mirando detrás de mí, me
voltee para ver a Jet acercarse y pararse al lado de mi mesa, dejo el
examen encima.
—Guau—dije— un 6, eso es bueno—él sonrió suavemente.
—Ningún tipo de celebración—voltee mis ojos.
—No, sé que te importa eso del qué dirán los demás, así que no
te dejare en vergüenza—el volteo sus ojos pero rio.
—Pero a nosotras no nos importa—dijo Liz sonriendo, la
mire—así que vamos a felicitarte a nuestro estilo.
Ella miro a cada una de nosotras y supe lo que iba a hacer, las
chicas asintieron y comenzaron a aplaudir, no pude evitarlo,
termine aplaudiéndole igual que ellas. Jet tomo su examen e inclino
la cabeza levemente.
55
—Esa si es una felicitación—sonrió—que todos deberíamos
tener—dijo antes de regresar a su asiento, nos reímos unos
segundos.
Sus amigos lo interrogaron al llegar y el debió contarles porque
se rieron y nos miraron.
—Quien nos hubiera dicho que estaríamos aplaudiendo a Jet
Farraguer por sus calificaciones—dijo Anita—si seguimos así
puede que conozcamos a algunos de ellos.
—Quizás no—le dije—ahora le va bien, no va a necesitar de
mis servicios—ella y Liz se quejaron, un sentimiento incomodo
paso a través de mi.
— ¿Por qué nos arruinas el plan? he—dijo Liz.
—Plan.
—Lo teníamos fríamente calculado—dijo Anita—incluso Maly
iba a participar, un poco mas y hubiéramos terminado las cuatro
con pareja para el baile—mire a Maly y ella se encogió de
hombros.
—Aja—murmure y deje de prestarles atención, como podían
pensar algo así, y por qué no, me pregunte, para ellas salir con el
grupo de Jet era un sueño.
El profesor dio termino a la clase y nos apresuramos a salir, era
día de cine, cuando pasamos cerca de la mesa de Jet el me llamo.
—Mañana a la misma hora—dijo, arrugue mi frente.
—Quieres seguir con las clases—mis amigas y sus amigos nos
observaban, asintió.
—Claro, no pienso perder mi racha de suerte—le movió su
examen delante de si, voltee mis ojos.
56
—Puedes más temprano—pregunte, el arrugo su frente.
—Cine—susurro Maly detrás de mí, la ignore.
—No puedo, tengo una competencia de tenis—jamás lo había
visto jugar, sabía que era una de los mejores, pero solo eso.
—Tenis—dijo Liz.
—Competencia—dijo Anita mirándolo.
—Porque no van mañana a verlo—dijo Tomas—o mejor, lo
animan, incluso si gana pueden volver a felicitarlo—él sonrió.
—No sé, no se—dijo Liz, la mire y note que jugaba—no
anímanos a cualquiera.
—Podríamos hacer una excepción—dijo Anita.
—Y lo haremos, pero vámonos, llegaremos tarde—se quejo
Maly, las tres me miraron a mí.
—Por mi está bien—mire a Jet—a qué hora.
—A las 10, en el campo de atrás—dijo él y asentí, Maly me
agarro del brazo y me empujo.
—Tarde—se quejo.
—Por Dios vamos—dijo Anita.
—Pero…—me empujaron mientras se despedían de los demás.
En el cine, antes de que comenzara la película mire a las chicas
que no dejaban de hablar del día de mañana.
—El plan está saliendo como esperaban—pregunte, Anita me
miro y asintió seria.
—Pero hemos decidido que lo mejor para esto es que tú
establezcas una relación con Jet—mantuve mi cara seria.
57
—No se supone que si hago eso Barbie me matara—mire a las
demás, ella se encogieron de hombros.
—Vale la pena—dijo Liz sonriendo.
—Veré que puede hacer—asentí para darle énfasis a mis
palabras y luego las mire como si estuvieran locas, estallaron en
risas causando que todos nos miraran.
Pero sus comentarios me dieron una idea, si Jet y sus amigos
eran capaces de hacer una apuesta con relación a nosotras, por qué
yo no podía seguirles el juego si se presentaba la oportunidad.
Veamos como avanzan las cosas.
***
Me concentre en mi oponente todo lo posible, él realizo un
saque pero la pelota cayó fuera de la cancha, de repente sentí
un escalofrió en la base de mi nuca y por suerte pude
responder a mi oponente, luego de terminar ese set mire
alrededor y descubrí que “Las microbios” estaban ahí
mirándome y hablando entre ellas, mis amigos se les
acercaron.
Los vi hablar animadamente, observe a Cindy unos
segundos y luego suspire. Ya era tiempo de que mi relación
con ella avanzara, llevaba meses evitándolo y soportando a
Gustavo, ya no podía seguir ignorando esto. Justo cuando el
arbitro nos dijo que regresáramos al partido ella me miro,
otra vez un sentí un estremecimiento pasar por mi espalda,
ignore eso y me concentre en el partido.
***
58
—Así que llegaron—dijeron a mi derecha, vimos a Tomas,
Gustavo y Rodrigo acercarse.
— ¿Como va?—le pregunte a Tomas.
—Empatados, es el último set—asentí y lo vi mientras
regresaban a la chancha.
—Hay algo atrayente en los pantalones cortos—me susurro
Anita, mire a Jet más fijamente y note que tenía razón.
Jet corría en la cancha de un lado a otro golpeando la pelota,
podía ver los musculo de su cuerpo tensarse a mover la raqueta y
me sentí extrañamente fascinada, que rayos.
—Voleibol—dijo Anita, la miramos, o más bien yo despegue
mis ojos de Jet para verla—voy a ver.
—Ho no—dijo Liz—para que, mejor veamos el tenis.
—Solo voy a ver—se quejo ella.
—No vinimos a apoyar a Jet—le recordé, ella arrugo u frente y
cruzo sus brazos.
—Ustedes son muy malas conmigo—se quejo ella, negué.
—Si quieres te acompaño—dijo Rodrigo, todos lo miramos, yo
mire a Anita que se había quedado muda, Liz la empujo
suavemente.
—Sí, si quiere—le dijo Liz, Anita la miro y luego a él.
—Sí, claro—caminaron juntos hacia el partido.
—Increíble—murmuro Maly, la tome del brazo sonriendo.
—Mejor veamos el partido—le dije.
59
Al cabo de 20 minutos Jet gano el último set y el partido, le
aplaudimos con eso y él nos saludo con la mano, luego de recoger
sus cosas se acercó a nosotros, Anita y Rodrigo también regresaron
de ver su partido.
—Hola—dijo jet al llegar con nosotros—pensé que no iban a
venir.
—Felicidades amigo—le dijo Rodrigo a Jet.
—Como estuvo el partido—le pregunto Liz a Anita.
—Bien, aunque el equipo del colegio perdió.
—Y eso estuvo bien—dijo Maly.
—Solo fue por un punto.
Nos reímos.
—Amigo, apestas—le dijo Tomas a Jet, el volteo sus ojos.
—Será porque no me he bañado.
—Pues hazlo—se quejo Tomas, Jet sonrió.
Maly me dio un codazo certero y la mire, ella alzo una ceja.
—Ha, claro—recordé que tenía que hablar con él—Jet, te
molesta si dejamos para otro día los estudios—el me miro y arrugo
su frente.
— ¿Ocupada en tu casa?—pregunto, negué.
—No, es que con las chicas queremos ir al lago que está cerca
de mi casa—las chicas asintieron.
—Un lago—pregunto Tomas— ¿podemos ir?—todos lo
miramos.
60
—Mm—mire a las chicas—claro—ellas sonrieron, luego mire a
Jet—si quieren.
El miro a Tomas y luego a mí.
—Claro, no es mala idea.
—Está bien, sabes la dirección de mi casa, nos vemos a eso de
las 2—el asintió, nos despedimos de los chicos y nos fuimos.
—Esto es increíble—dijo Liz, Anita asintió.
—Un día en el lago con ellos—se miraron entre sí—que rayos
me voy a poner.
—Ho no—se quejo Liz, Maly suspiro.
—Compórtense como chicas con cerebro, no sean otra versión
de Barbie y sus amigas.
Me reí unos segundos.
—No, en serio chicas, comportémonos como si siempre
hiciéramos esto.
—Pero nunca lo hacemos—dijo Anita.
—Sí, déjanos disfrutar esto—dijo Liz.
—Disfrútenlo en silencio—las regaño Maly, me miro—todas
ustedes.
—Que—me queje y ellas continuaron hablando de la salida.
***
—Lago—dije y mire a Tomas luego de vestirme, él se
encogió de hombros y sonrió.
—Vamos, no es mala idea—miro a los demás, Rodrigo
también se encogió de hombros y Gustavo negó.
61
—Que te hace pensar que no teníamos otra cosa que
hacer—dijo.
—Que, tienen alguna cita o algo, porque el único aquí que
puede quejarse de eso en Rodrigo.
—Ya no—dijo él, lo miramos—termine con la chica, me
aburrió.
—Es no es raro, todo te aburre—dije yo—pero no es mala
idea, así continuare con mi plan y lograre avanzar con Cindy.
—Aun no lo haces—dijo Gustavo sonriendo, voltee mis
ojos.
—Ella no es como las demás—dije, arrugue mi frente al
darme cuenta de que era en verdad, no iba a lograr algo con
ella con solo decirle que me gustaba como con las demás.
—Tiene razón—dijo Rodrigo—cuando son inteligentes
son más difíciles.
—Es una de las microbios—dijo Gustavo—debería
sentirse alagada—me queje mentalmente por el apodo.
—A todo esto quien les puso así—pregunte.
—Creo que fue Barbie cuando éramos niño—dijo Tomas.
—Te creo, es capaz de eso.
—La vi en el partido—dijo Rodrigo, lo mire—me estuvo
preguntando por ti—alce una ceja.
—Y que quería.
—Saber cómo era eso de las clases privadas—el marco
con sus manos la palabra clases.
—Y.
62
—Pues le dije la verdad, que eran eso, clases y que te
estaba yendo mejor.
—Ya veo—tome mi bolso.
—Crees que te busque para el baile de fin de año—
pregunto Tomas, me encogí de hombros.
—Aunque lo hiciera no iría con ella, voy a ir con Cindy—
el volteo sus ojos.
—Sí, lo olvide, ese es el gran día—el negó y salimos del
camarín.
—Entonces iremos—pregunto Tomas, asentí y mire a los
demás, aceptaron—pasare por ustedes a eso de la una.
Luego de despedirnos camine con Tomas a mi casa, él
había dejado su auto allí.
—En serio llegaras tan lejos—me pregunto, lo mire y
suspire.
—No lo sé, pero por ahora me conformo con esto, el saber
que puedo ganarle a Gustavo me da cierto incentivo.
—Bien, tu sabes lo que haces amigo, solo no te enamores
de ella como en esas películas de chica—solté un bufido—
siempre pasa—explico él.
—No estaba enamorado de Bárbara y crees que lo estaré
de ella—negué incrédulo.
—No son iguales—dijo el—y eso puede jugarte en contra.
Arrugue mi frente pensando, no lograba entenderle. Yo ya
sabía que no eran iguales, lo veía, pero también sabía que
Cindy era más inteligente que Barbie, era una mejor persona,
63
pero eso no significaba que yo terminaría enamorándome de
ella, imposible, ¿cierto?
***
Mi padre nos observo mientras guardábamos mas comida de lo
requerido.
—Entonces irán ustedes y cuatro chicos mas—asentí y lo mire.
—Jet será uno de ellos—el arrugo su frente.
—Señor Alex puedo usar sus especies—pregunto Liz
mirándolas una a una.
—Usa lo que quieras—dijo el sin mirarla—y a qué hora
regresaran.
—No lo sabemos, pero no creo que sea tarde.
—Mm—dijo él.
—Papa, estaremos a 20 minutos a pie—le dije, el volteo sus
ojos.
—Irán caminando—pregunto, arrugue mi frente y mire las
cosas que llevaríamos.
—No lo sé—dije y mire a las chicas.
Mi padre saco las llaves de su auto y me las tendió, todas las
chicas se quejaron.
—No puedo conducir yo—dijo Anita, mi padre arrugo su
frente.
—No le hagas caso, son unas miedosas.
—Debí decir mis últimas oraciones—oí decir a Maly, todos se
rieron incluyendo mi padre.
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—Oye, tú me enseñaste a conducir.
Escuchamos un auto afuera y salimos a ver, Jet y sus amigos
aparecieron en un auto 4x4 enorme, se estacionaron a unos metros
de nosotros y bajaron.
—Guau—dijo Tomas—tú vives aquí—me pregunto y asentí—
y tienes animales, cabellos, esas cosas—me reí y volví a asentir.
—Todo lo que un establo debe tener—dijo Liz imitando a un
vaquero, todos nos reímos.
Me gire cuando sentí a mi padre salir de la casa, se paro al lado
de nosotros, todos los chicos lo miraron y saludaron, yo los
presente.
—Tomas, Gustavo, Rodrigo y Jet—el asintió—mi padre Alex
Berrocal.
—Un gusto señor—dijo Tomas.
—Igualmente—el miro a Jet—así que tu eres Jet, he oído
hablar de ti.
Mire a mi amigas pidiendo ayuda, Liz hablo.
—Creen que podemos irnos con ustedes—dijo, todos la
miramos.
—No creo que caigamos los 8—dijo Tomas arrugando su
frente.
—No le hagan caso—dije—esta bromeando—mire a mi
padre—sacare la camioneta—el asintió.
—En serio—dijo Anita—no nos importa si vamos muy
apretados.
65
—Fue un gusto conocerlo señor Alex—dijo Maly seria—
despídame de mi madre.
—Que graciosas están hoy—les dije mientras me alejaba.
—Que pasa—pregunto Rodrigo, Anita respondió.
—Cindy va a conducir—dijo como si eso lo explicara todo.
Al llegar al garaje mire atrás y vi que todos hablaban, incluido
mi padre con Jet. Mi padre era unos centímetros más alto que el,
un poco mas musculoso por el trabajo en la granja, aun así Jet no
dejaba de ser enorme.
Saque la camioneta vieja de doble cabina y me detuve al lado de
la otra, al bajarme todos me miraron fijamente.
—Está bien, creo que podemos hacer algo para que se vayan
con nosotros—dijo Tomas serio.
—Que gracioso—dije yo—no conduzco mal—sabía que no era
así.
—No, tú conduces como si estuvieras en un rallye—se quejo
Anita.
—Por qué mejor para evitar problemas yo conduzco—dijo Jet,
el miro a mi padre y este se encogió de hombros.
—Esa es una genial idea—dijo Liz, Anita asintió.
—Por favor—dijo Maly.
—Agg—me queje y le entregue las llaves a Jet—ya, dejen de
llorar y mejor vámonos.
***
Conduje la vieja camioneta por el camino indicado por
Cindy, ella iba sentada a mi lado con Rodrigo y Anita
66
sentados atrás, Tomas, Gustavo y las demás iban en su auto
detrás de nosotros siguiéndonos.
—Quien te enseño a conducir—le pregunte curioso, ella
me miro y alzo una ceja.
—Mi padre me enseño—contesto, Anita se rio.
—Y extrañamente tu padre no tiene ese problema—dijo
ella, Cindy volteo sus ojos.
—Sigue hablando así y conduciré de regreso—contesto
ella, su amiga se calló en seguida, sonreí—dobla a la derecha
más adelante, veras el lago seguida.
Lo hice y lo vi, un lago enorme rodeado de árboles y
plantas, más una cascada a unos metros.
—Estaciónate cerca de las mesas—dijo Anita y me
estacione cerca de ellas.
Bajamos del auto y caminamos hasta el agua, los chicos se
estacionaron a lado de la camioneta y nos acompañaron, Liz
empujo a Cindy cuando llego a su lado, este se tambaleo
precariamente y estiro un brazo, yo la afirme y ella se
estabilizo, miro a su amiga que se reía.
—Oye, que pasa si me caigo—Liz dejo de reírse.
—Te hubieras ahogado en 10 centímetros de agua—
Cindy suspiro y me miro.
—Gracias—me dijo y la solté.
—Está bien, solo bromeaba—dijo Liz y la agarro de un
brazo—vamos a sacar todo y luego bañémonos, si—Cindy la
miro.
67
—Está bien, solo no lo hagas de nuevo.
—Lo prometo—dijo su amiga.
Las ayudamos a sacar cosas de las camionetas, bolsos y
canastos, mire a Tomas al ver la cantidad de cosas.
—Mujeres—dijo él para explicar la situación y asentí de
acuerdo.
Las chicas sacaron cosas de una canasta y armaron una
mesa, habían traído mucha comida.
—Sí que están hambrientas—dijo Gustavo y tomo un
sándwich de una fuente, comenzó a comérselo.
—Somos como los boy scout—dijo Liz levantando su
mano—siempre listas.
Arrugue mi frente.
—Ellos no hacen así—dijo Maly, ella mostro tres dedos de
su mano haciendo la señal de los boy scout, Liz arrugo su
frente mirando sus dedos.
—Y esto que es—pregunto.
—Creo que eso es de esa serie futurista, viaje a las
estrellas—dijo Tomas mirándola, ella se encogió de
hombros.
—Pero entendieron la idea.
Todos nos reímos.
—Hey—dijo una voz de hombre a los lejos, todos nos
giramos para ver a un chico rubio y alto acercarse
acompañado de una chica igual de rubia, eran tal para cual.
68
—Pero si no es el diablo—dijo Cindy, el chico se rio y se
acercó a ella, nos miro a todos.
—Bastian—dijo Liz, todos se acercaron.
—Hey, chicas—dijo el sonriendo, miro Cindy y alzo una
ceja, la mire y note que ella miraba a la chica.
—Claro—dijo el—déjame presentarte a Caroline, una
amiga—arrugue mi frente un segundo al notar que decía
amiga en dirección de Cindy, la chica nos saludo—ellas son
Maly, Liz, Anita y Cindy—nos miro a nosotros.
—Ellos son Tomas, Gustavo, Rodrigo Y Jet—nos presento
Cindy, me acerque un poco a ella y el tipo alzo una ceja—él
es Bastian, un Amigo—dijo ella marcado la palabra como él,
el chico sonrió y no me agrado todo eso, me pregunte si ellos
tenían algún tipo de relación, estúpido de mi parte ni
siquiera averiguar eso, mire a Tomas y el alzo una ceja.
— ¿Qué hacen por estos lados?—pregunto Liz.
—Nadar—dijo el sonriendo, el idiota no podía dejar de
sonreír, pensé.
—Pues nosotros igual, porque no nos acompañan—dijo
Anita, me trague mi desagrado.
—Pero…—comenzó la chica.
—Claro—soltó el sin mirarla—nos encantaría.
Cindy tosió a mi lado y note que intentaba ocultar su risa.
—Está bien, vamos a bañarnos—miro hacia la mesa—o
comemos ahora, creo que Gustavo no nos esperara—todos
nos giramos para verlo de pie al lado de la canasta comiendo
una manzana, el alzo una ceja.
69
—Bañémonos, yo alejo al pozo sin fondo de la comida—
dijo Tomas caminando hacia él.
Todas las chicas se fueron a un lado de la camioneta para
cambiarse, nosotros solo nos quitamos las zapatillas y
camisetas, mire al tipo y note que parecía un maldito modelo
de revista, luego me pregunte que hacía yo mirándolo.
Bastian se metió al agua rápidamente y todos los
seguimos, me estremecí al sentir el agua fría un segundo, me
hundí rápidamente pero al salir esta se sintió bien.
—Que hacen—grito Bastian—por qué tardan tanto, están
haciendo los trajes de baño.
Mis amigos se rieron.
—Ja, ja—escuche decir a Cindy, él se rio.
Todos miramos cuando escuchamos pasos, la primera en
salir fue la chica, Caroline, con un traje de baño simple pero
que le quedaba a la perfección, me recordó vagamente a
Barbie. La chica toco el agua con el dedo de su pie y se
estremeció, dio un paso hacia atrás dudando.
—No es para tanto—dijo Gustavo.
Maly, Anita y Liz aparecieron al lado de la chica con
diferentes trajes de baño. Ellas no tenían un cuerpo
extraordinario o llamativo como el de la chica, pero tampoco
estaban mal, incluso Liz que era la más rellenita de todas se
veía bien, dentro de lo que cabía. De repente me sentí
ansioso por verla, me pregunte como seria en traje de baño,
yo sabía que era delgada, había pasado mucho tiempo con
ella, pero sabía que esto era diferente.
70
Cindy se paro al lado de sus amigas y la mire, usaba uno
de esos trajes de baño de tres piezas color negro, su cuerpo
se veía largo y estilizado, las caderas anchas y su cintura
delgada. Me agrado lo que vi y agradecí estar bajo el agua
fría.
Todas las chicas menos Cindy tocaron el agua y se
quejaron. Abrí mi boca para decirles algo pero Bastian se
adelanto.
—Si entran rápido no lo notaran—dijo, exactamente lo
que deseaba decir.
Ellas se miraron entre sí, Cindy dijo algo y se dio la vuelta
pero Anita la agarro del brazo.
Cindy y Anita entraron rápidamente, Liz las siguió
quejándose y luego lo hicieron las demás más despacio.
Luego solo me fije en Cindy hundirse en el agua y salir, no se
alejó mucho de la orilla aunque nadaba suavemente cerca de
nosotros, note que Bastian se acercaba a ella pero me
adelante, tenía que hablar con ella.
***
Vi que Jet nadaba hacia mí, se hundió un segundo y apareció a
mi lado, sonrió.
—Todo bien—pregunto, arrugue mi frente, el me miro
esperando.
—Todo bien, solo que el agua me pone un poco nerviosa—él
se movió a mi lado y pude sentir el agua chocar con mi cuerpo por
culpa de sus movimientos.
— ¿No te gusta?—pregunto.
71
—No es eso, solo me pone nerviosa—también tu, pensé, el
alzo una ceja.
Ambos miramos hacia nuestros amigos cuando los escuchamos
reírse, Anita y Rodrigo estaban jugando con los demás, lanzándose
agua y persiguiéndose.
—Yo no podría hacer eso.
—Nadie puede hacer eso—dijo el mirando a mi amiga nadar
como un pez de un lado a otro, haciendo competencias con
Rodrigo. Mire a Bastian y él hablaba con su nueva novia-amiga,
como si sintiera mi mirada me miro y me pregunto si me pasaba
algo, negué.
—Si quieres puedes ir a divertirte con ellos, yo solo me quedare
por aquí—el negó y me miro, evite estremecerme por eso, me
miraba como si quisiera algo.
—No, prefiero quedarme contigo—miro a sus amigos y luego a
mi—o podríamos ir a caminar.
Sonreí ante su idea, debía admitir que eso me agradaba más.
—Seguro, no quiero arruinar tu día—apunte a los demás.
—No lo haces—sonrió—además podemos venir otro día—
asentí y lo seguí fuera del agua.
— ¿Donde van?—nos pregunto Liz.
—A caminar—le dije y miramos a Anita gritar debido a
Rodrigo, quien la levanto y la lanzo al agua.
Me acerque a un bolso y saque unos pantalones cortos y
sandalias, me las puse, mire a Jet y el solo se puso sus zapatillas.
Me acerque a él.
72
—Vamos—dijo sonriendo y nos alejamos de los demás.
Al cabo de unos minutos caminábamos por un sendero entre el
bosque, el más cerca de lo normal, casi tocándonos, que era todo
esto, me pregunte.
— ¿Bastian y tu se conocen hace mucho?—pregunto de
repente, lo mire.
—Desde que éramos niños, somos vecinos—el asintió y toco
un árbol a su lado, se detuvo y lo imite.
— ¿Son novios?—soltó, lo mire sorprendida—es que note que
tienen una relación especial—se encogió de hombros.
—Novios, no, pero muy buenos amigos—me moví por el lugar
y metí mis manos en mis bolsillos, arrugue mi frente.
—Pero nunca han tenido nada mas—lo mire, pero que es lo
quiere.
— ¿Por qué?
—Siento curiosidad—dijo él y volvió a encogerse de hombros,
yo también me encogí de hombros negándome a responder, solo
observe unas flores blancas pensando cual sería su nombre, bueno
ese pensamiento solo estuvo una milésima de segundo en mi
cabeza, más bien pensaba por qué a él le interesaba, a menos que...
Lo mire y note que se había parado a mi lado. Lo observe a los
ojos, él me mantuvo la mirada y suspiro.
—Solo sentí curiosidad, pareció que te divertía el verlo con una
chica—sonreí.
—Me divierte porque él es Bastian, siempre sale con alguien
nuevo, no logra mantener una relación con la misma chica más de
unas semanas.
73
—Te pone celosa—pregunto, alce una ceja y cruce mis brazos.
—No—dije— y a ti—sonreí al ver su confusión.
—No, graciosa—dijo y negó.
Lo empuje suavemente con mi hombro y me miro.
— ¿Por qué tanta curiosidad? te gusta la chica y todo esto es
una manera sutil de preguntarme si puedo hacer algo por ti—el
arrugo su frente mirándome, luego paso sus manso por su
cabello— esto es malo—dije, me miro.
— ¿Que cosa?—pregunto.
—Siempre cuando haces esto—lo imite y pase mi mano por mi
cabeza—significa que algo te molesta y no sabes cómo decirlo.
— ¿Como sabes eso?—pregunto intrigado.
—He pasado muchos tiempo contigo, una llega a conocer a las
personas—el me miro fijamente, como si se diera cuenta de algo,
suspire y me pare frente a él, evite pisar las flores—dime que pasa,
no lo pienses tanto, mas te molestara.
Miro alrededor pensando, segundos después me miro a mí.
—Está bien, te lo diré—me miro a los ojos y suspiro—no solo
sentía curiosidad con respecto a ese chico y tu, si no también
celos—arrugue mi frente y me miro de una forma extraña, de una
forma que hizo que mi corazón se acelerara— me gustas Cindy,
mucho.
Me quede muda de la impresión, luego arrugue mi frente, esto
no era posible.
—No es posible—repetí en voz alta, el me miro confundido.
— ¿Por qué no es posible?—pregunto, me aleje de él.
74
Porque te oí en la biblioteca, porque se lo que quieres, porque
me gustas en verdad y sé que yo no, por eso y muchas cosas,
pensé, no podía decirle eso.
—Porque no—conteste negando—no es posible que yo te
guste, eres novio de Barbie—camine unos pasos dejos de él, me
siguió.
—No lo soy, desde hace meses—dijo él.
—uf, te aseguro que entonces lo volverás a ser—el volteo sus
ojos y se detuvo, me pare unos pasos lejos de él.
— ¿Cuál es el problema?—dijo— me gustas, es la verdad.
Mentiroso.
—Pues eso no puede ser posible, mírate y mírame a mi—solté
un bufido exasperada, el me imito pero molesto.
— ¿Qué diablos significa eso, no me crees?—pregunto, negué.
—Dime una cosa, algo que te guste de mi—el arrugo su frente
como si le sorprendiera la pregunta.
—Pues, no lo sé—miro alrededor como si buscara la respuesta
entre los árboles, negué y me aleje de él, me alcanzo y me detuvo
agarrándome de un brazo—puedo terminar—espere y suspiro—lo
que me gusta de ti es tu forma de ser, como piensas, como tratas a
mi hermano y como él te trata a ti, me gusta cómo eres con tus
amigas, como eres conmigo—me miro fijamente—me gusta la
forma que sonríes y que siempre cuando estas un poco molesta
dices aja—sonrió y se acercó mas a mi—a demás siempre me
divierto contigo—alce una ceja.
—Incluso cuando estudiamos—arrugo su frente.
75
—Extrañamente si, aunque me gustan más los descansos—
sonreí suavemente.
Jet tomo mi mentón y me hizo mirarlo, trague. No me hagas
esto, rogué dentro de mi cabeza, no cuando me relaje contigo,
cuando creí que no eras…vil.
—Dime, no te gusto—negué y él se tenso.
—No es eso—le aclare—si me gustas, pero esto es…extraño—
él sonrió y acaricio con su pulgar mi mentón.
—Extraño pero divertido—dijo y se inclino hacia mí, cerré los
ojos al darme cuenta de lo que iba a hacer, no podía ni quería
evitarlo—creo que no me aburriré contigo—murmuro, abrí mis
ojos molesta.
—Aja—le dije, el soltó una carcajada.
—Aja—repitió antes de besarme.
Cerré los ojos cuando sus labios tocaron los míos, suaves y
agradables, cálidos contra mí. Se alejó un segundo para volver a
besarme pero más intensamente, esta vez puso su mano en mi
cuello para inclinarme más hacia él, su otra mano en mi cintura
para mantenerme pegada a su cuerpo.
En ese pequeño segundo olvide todo, porque tenía que
rechazarlo, porque esto no estaba bien, solo sentí.
Me estremecí al tenerlo tan cerca, lleve una mano a su cuello, la
otra a su hombro y me pare sobre los dedos de mis pies para imitar
lo que hacía, no era experta besando, a decir verdad era mi primer
beso pero no me quedaría atrás.
Sonreí internamente al escucharlo gemir y luego de eso solo me
concentre en el beso.
76
No se cuento tiempo estuvimos así, pero tuve que alejarme de
él para poder respirar correctamente, me sentía mareada, extraña y
muy viva.
—Aire—dije sin pensar, era lo que necesitaba en ese momento,
él sonrió y lo mire.
—Lo siento—aun permanecíamos abrazados.
—No importa, sola falta practica—solté torpemente, luego
sonreí—lo haremos mejor la próxima vez.
—Hay que practicar mucho—aseguro. Voltee mis ojos.
—Yo debo practicar mucho, tú no creo—el alzo una ceja.
—Quien dice—dijo y volvió a besarme, se alejó de mi—no te
dije que también me gustas en traje de baño—miro hacia abajo
entre los dos.
—Lástima que no pueda vestirme siempre así.
—Quien lo dice—replico serio.
—Creo que toda la sociedad en general— lo bese rápidamente
y me aleje de él—es mejor que regresemos.
Él se quejo y lo mire.
— ¿No podemos seguir besándonos?—me reí, como decirle
que no a esos labios.
—Si quieres—dije y volvió a abrazarme y besarme. Al cabo de
unos minutos ambos llegamos al acuerdo de regresar, si no
comenzarían preocuparse.
Pensé en lo que había hecho, como había caído en sus brazos
tan fácilmente, el me tomo de la mano y lo mire, a esto podemos
jugar dos.
77
— ¿Que se supone que somos?—le pregunte como si nada—
compañeros con ciertas ventajas.
—Hm—dijo el pensando.
—O no—él se acercó y puso su brazo sobre mis hombros,
caminamos así, yo pase mi brazo por su cintura.
—Y si seguimos los patrones convencionales—lo mire y
arrugue mi frente.
—Amigos con ventaja—el negó—no me digas que solo fue un
momento de desliz—eso me hacía sentir enferma, aunque no
debería ser el caso. El volteo sus ojos.
—Ni pienses que te libraras de mi tan fácil—sonreí— pensaba
más bien en novios—lo mire mientras fingía pensarlo.
—Bien, no está mal—el arrugo su frente y se detuvo, por lo
tanto también yo, me miro con intensidad, me ponía nerviosa
cuando me miraba así. Hablando de miradas penetrantes.
—Entonces somos novios—asentí sin pensarlo en lo más
mínimo—te advierto que vamos a cometer muchos deslices de
ahora en adelante.
—Está bien—dije—tendré que vivir con eso.
—Aja—dijo él y me beso.
—Regresemos o Gustavo y Maly no nos dejaran comida.
—Eso es verdad, he visto comer de todo a ese chico.
***
Cuando llegamos con los demás nos reíamos de una
historia sobre Rodrigo y una chica, todos se giraron a vernos,
78
no llegamos tomados de la mano ni nada y pensé que
hubiera sido mejor.
— ¿Por qué tardaron tanto?—pregunto Liz—ya
pensábamos ir a buscarlos.
Cindy se sentó en una banca y yo a su lado.
—Eso no hubiera sido bueno, hubiéramos tenidos que
buscarlos—dijo Cindy.
—Les dejamos comida en la canasta—dijo Anita.
—Me sorprende que quedara—comente de mejor humor y
mire dentro de la canasta, saque dos sándwich y bebidas, le
entregue una a ella.
—Gracias—dijo, le sonreí.
Mientras comía note que Tomas me miraba, el alzo una
ceja y le sonreí, volteo sus ojos.
—Estábamos hablando de que podríamos regresar en
unas semanas, otro sábado—dijo Tomas.
—En unas semanas comienzan las vacaciones de
invierno—dijo Rodrigo.
—Va a hacer un frio increíble—dijo Cindy.
—Que horrible—se quejo Liz—no me gusta el frio.
—Podríamos venir en la noche—dijo Gustavo, lo mire—
hacer una fogata o algo.
Mire a las chicas que se observaban entre sí.
—No es mala idea—dijo Liz, mire a Cindy que tenía su
frente arrugada.
79
—No, no lo es.
—Nosotras podríamos quedarnos en casa de Cindy
después—dijo Maly— ustedes no lo sé.
—Yo podría ir a dejar a los chicos a sus casas, de eso no
hay problema.
Todos aceptaron, solo fue Cindy que permaneció en
silencio y con la frente arrugada.
—Es buena idea—dije, ella me miro y asintió.
—Pero ahora les tocaría a ustedes traer la comida—nos
miro a todo, arrugue mi frente y mire a mis amigos.
—Es gusto—dijo Rodrigo.
—Tú no cocinas—le recordé.
—Pero mi madre si—dijo él.
Anita soltó un bufido y lo miro.
—Ya me imaginaba que alguien diría algo así—ella negó.
—No le des ideas—dijo Tomas—si lo retas será capaz de
cocinar y todos sufriremos de una intoxicación.
—Que gracioso—se quejo él.
Tome dos sándwich más de la canasta y le tendí uno a
Cindy, ella negó.
—Deberías comer mas—le dijo Bastian.
—Estoy bien, mi peso es normal—se quejo, ella miro a
sus amigas—a mi padre y a él se le ha metido en la cabeza la
idea de que estoy muy delgada—todas las chicas negaron,
incluso Caroline.
80
La mire mejor, era una chica delgada, pero se veía
saludable, no consideraba que estaba mal.
—Yo creo que estas bien—le dije, todos me miraron y me
congele un segundo. Ella me miro y sonrió con dulzura, puso
su mano sobre la mía.
—Gracias—me dijo, ya que estábamos todos ahí, decidí
sacar a relucir lo nuestro.
Tome su mentón para afirmarla un poco y la bese, note
que todos que quedaron callados de la impresión, al alejarme
vi que se había sonrojado.
—De nada—seguí comiendo, por un segundo nadie dijo
nada hasta que todos comenzaron a hablar, claro excepto
Gustavo que arrugo su frente, lo mire alzando una ceja.
Las chicas la llenaron de preguntas de todo tipo mientras
se reían, a mi igual me tomaron el pelo un poco pero al final
le aclaramos que éramos novios, nos felicitaron.
Luego regresamos a su casa, Bastian y su chica se fueron
caminando y asegurando que los volveríamos a ver. Nos
despedimos de las chicas, yo de Cindy pero solo de la mano,
su padre estaba ahí y no sabía si ella deseaba que lo supiera,
solamente le recordé lo de juntarnos el martes como siempre
a estudiar, ella asintió.
En el auto de Tomas solo pasaron 10 segundos antes de
que comenzaran a hablar.
—Ya lo tenias planeado—dijo Rodrigo—hacer todo esto,
no creas que no nos dimos cuenta.
81
—Pues sí, no la salida pero lo considere una buena
oportunidad—mire por la ventana.
—Pues si sigues así ganaras—dijo Tomas.
—No te molesta que en la escuela lo sepan—pregunto
Gustavo, lo mire—te aseguro que ellas se lo dirán a todos.
—A decir verdad no, incluso creo que será divertido.
—Sobre todo ver la cara de Barbie cuando se entere—dijo
Rodrigo, voltee mis ojos.
—Ni siquiera puedo imaginarlo—dije, pero quería ver su
expresión, a ver qué pensaba ahora al saber que estaba
saliendo con otra chica, arrugue mi frente—en verdad
quieren salir el próximo sábado con ellas.
—Si—dijo Tomas—me divertí bastante—mire a los
demás, Rodrigo asintió y Gustavo se encogió de hombros.
—Por ahora no tengo nada mejor que hacer—dijo él.
—Está bien.
Dejamos a Rodrigo y Gustavo en sus casas y Tomas me
llevo a la mía.
—Amigo, no deberías hacer esto—lo mire—esa chica es
agradable, le vas a ser daño.
—No, si no se entera, no tiene porqué—me encogí de
hombros—cuando termine el año y gane esperare un poco y
le diré que simplemente lo nuestro se acabó, pasa.
Tomas suspiro y negó.
—Creo que el que mas mal va a salir de esto eres tú—
voltee mis ojos.
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—No empieces con tus teorías, no voy a maltratarla o
algo, saldré con ella un tiempo y luego esto acabara, muchas
relaciones son así, casi todas, la única diferencia es que ella
jamás se enterara que se debió a una apuesta.
—Eso espero—lo oí murmurar, luego de un rato suspiro,
cuando se estaciono frente a mi casa lo mire.
—Tanto te molesta—pregunte, me miro y negó.
—No, solo pensaba que me caen bien esas chicas, no
entiendo porque les dicen microbios.
—Yo tampoco si viene al caso—me quite el seguro y
comencé a salir del coche hasta que tuve una idea— ¿te
gusta una de ellas?—pregunte, el me miro y arrugo su frente.
—Por qué preguntas eso.
—No lo sé, una idea que tuve—el miro alrededor.
—Pues no, aunque creo que le gusto a esa chica, Liz, no
siento lo mismo—asentí.
Tomas era de lo más agradable, por eso era mi mejor
amigo. Él era el chico rico de la escuela, su padre era dueño
de una de la empresas agrícolas más grandes del país, aun
así él era sencillo y amable, probablemente yo a su lado era
un idiota, a él nunca le importaría el aspecto o la clase de una
chica si esta le gustara, aunque siempre salía con las más
bonitas.
—Nos vemos el lunes—me despedí, él se despidió con su
cabeza.
83
Segunda parte
Yo tengo el control
84
Capitulo 1
***
C.: Tu amigo tiene más sentido común que tu.
J.: Es Tomas, nadie tiene más sentido común que él.
C.: Como se hicieron amigos.
J.: En una pelea, cuando niños.
C.: Eso es extraño.
J.: Para nada. Te dije que no sabía si iba a llegar hasta el
final.
C.: Ahora lo veo.
J.: Tú también jugaste.
C.: Si, pensé que podía controlar la situación.
***
Estaba un poco nervioso mientras caminaba con Jet a su casa,
sabía que íbamos a estudiar pero también sabía que no sería lo
único, estaba un tanto ansiosa y no lograba entender porque, se
supone que no debería querer esto, no debería ansiarlo, pero aun
así lo hacía.
En la escuela, creía, nadie tenía conocimiento de lo que pasaba
entre los dos, excepto mis amigas y los suyos, yo no quería que se
convirtiera en el chisme de la semana o más bien no quería ver a
Barbie, no le tenía miedo pero siempre era mejor prevenir, deseaba
85
decirle a el que tratáramos de ser discretos en la escuela, no lo
había visto mucho a causa de los trabajos así que tampoco es como
si hubiéramos tenido tiempo para nosotros.
El abrió la puerta de su casa y me hizo pasar, al primero que vi
fue a su hermano.
—Hola—le dije.
—Hola—respondió el moviendo su mano.
—Como has estado, has dibujado mas caballos—el asintió—
que bien—me acerque a él y me agache—sabes que yo tengo tres
en mi casa—abrió sus ojos sorprendido—Estrella, Nube veloz y
Máximo.
—Caballos—dijo el feliz.
—Algún día le pediremos a tu hermano que te lleve a
conocerlo, te gustaría.
—Sí, caballos—dijo él y le hice cosquillas, se rio.
—Ho, Cindy, hola—dijo la madre de Jet apareciendo desde la
cocina, me puse de pie—como has estado.
—Bien y usted.
—Bien, Aníbal ya dice unas pocas palabras—mire al niño.
—Muy bien—lo felicite.
—Subamos—dijo Jet detrás de mí y asentí.
Me despedí del niño con la mano y me imito, al llegar al cuarto
de Jet suspire y me senté en su cama mientras dejaba mi mochila
en el suelo, el me imito y se sentó a mi lado solo que se recostó, lo
mire.
86
Se supone que el estar aquí, en su cuarto con él era muy
diferente a las veces pasadas, ahora éramos novios, ya no existía
esa barrera entre los dos.
—No creo que pueda estudiar hasta el viernes—dijo él, me
senté con una pierna doblada en la cama y lo mire—comenzó el
torneo inter escolar de tenis, el entrenador dijo que teníamos que
aumentar las horas de entrenamiento.
Suspire, el tomo mi mano y la puso sobre su vientre sin soltarla,
comenzó a jugar con mis dedos.
—Y con eso de la salida del sábado tampoco vamos a poder
estudiar—el asintió.
—Podríamos hacerlo los domingos—arrugue mi frente.
—Tengo mucho trabajo los domingos en mi casa, lo sabes.
—Y en las tardes—pregunto—yo podría ir a tu casa.
—No es mala idea—dude— solo que tendríamos que estudiar
en la sala, mi padre no sería tan receptivo con eso de estudiar en
mi habitación.
—Menos si sabe que somos novios—me queje.
—No me lo recuerdes, no se lo he dicho—el alzo una ceja—lo
voy a hacer.
—Cuando, debes decírmelo para saber qué hacer si él está
presente.
—No, si le diré esta semana, antes del domingo—asentí, tenía
que hacerlo, por muy extraña que fuera esta situación.
—O antes del paseo—asentí y él sonrió.
87
—Mejor estudiemos—comencé a ponerme de pie y él me
detuvo.
—Antes ven aquí—lo hice, me acerque a él apoyándome en un
codo a su lado. Me sentía aun más extraña estar con él en su cama,
así los dos acostados, me imito y puso una mano en mi cabeza
para atraerme a él—he querido hacer esto desde hace un rato.
Me beso, suavemente al principio, solo rozando mis labios,
luego con más confianza, moviéndose contra mí. De repente me
encontré sobre él, no sé como se había recostado poniéndome a
mí sobre su pecho apoyada con mis manos, me aleje un poco para
tomar aire pero él continuo depositando besos hasta mi oído y de
regreso a mi boca.
—Si continuamos así no vamos a estudiar—murmure, él
sonrió.
—Es tu culpa, me debes días de besos—murmuro y volvió a
besarme, sonreí contra él, el muy...
—Y eso a cuanto equivale—pregunte.
—A muchas horas de hacer esto—me aleje un poco y me miro.
—Tu mamá sabe que somos novios—el asintió y arrugue mi
frente—no dijo nada por estar solos aquí.
—Creo que dijo algo pero no la escuche—voltee mis ojos—no
es la primera vez tampoco.
Me puse de pie y se apoyó en los codos.
—Eso era algo que no quería saber—él sonrió, me senté en la
silla que siempre ocupaba y tome mi mochila.
—No estés celosa—solté un bufido.
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—Para nada—dije, aunque si me había molestado un poco el
saber que él había estado con una chica en esa cama haciendo lo
mismo, me molesto mas el darme cuenta que me afectaba,
obviamente había estado con Barbie en el mismo lugar, no iba a
ser diferente conmigo.
Él se puso de pie y se sentó a mi lado, me hizo mirarlo y me
beso suavemente, seguía sonriendo.
—Por cierto te quería pedir que fuéramos un tanto discretos en
la escuela—el alzo una ceja.
—Sí, tus amigas no han dicho nada—asentí—ya me parecía
raro que nadie hablara sobre esto.
—Hubiera sido el chisme de la semana, no quiero que los
demás hablen de mi.
—Vamos a ser novios en secreto—pregunto divertido.
—No, solo vamos a ser discretos, si alguien se entera no
importa—el arrugo su frente.
—No veo la diferencia, pero está bien—agrego, yo asentí—
hablamos de las horas de estudio, que pasa con nosotros—arrugue
mi frente al no entender—también necesitamos tiempo para salir y
esas cosas.
—Claro—murmure, quería tiempo para nosotros—nos tocaría
organizarnos, pero dudo que podamos esta semana—él se quejo.
—Lo sé, en este momento no me agrada el tenis—sonreí.
—Pues a mi si—toque un segundo su vientre con mi dedo—es
lo que te mantiene en forma—él se rio un segundo y tomo mi
mano.
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—Solo por eso me esforzare el doble—se acercó para besarme
y solo se lo permití un segundo.
—Estudiemos—le recordé—podemos continuar cuando
acabemos.
—Eso es un incentivo, comencemos ya—se apresuró a sacar su
cuaderno y lo imite mientras me reía.
Al llegar a mi casa mire a mi padre y dude unos segundos, tenía
que decirle que salía con Jet, pero no sabía cómo se lo tomaría,
jamás había estado en esta situación y no quería que comenzara a
vigilarme por salir con él, pero tampoco era adecuado
escondérselo, él se enteraría tarde o temprano y era mejor que lo
supiera por mí.
Me senté delante de él y dejo de leer el periódico.
— ¿Que pasa?—pregunto en seguida, suspire y mire la mesa.
—Recuerdas a Jet— el asintió y espero a que continuara—mm.
— ¿Cómo le va en la escuela?—pregunto.
—Bien, han mejorado sus notas, aun así vamos a seguir
estudiando juntos.
—Eso es bueno, así no perderá el ritmo—asentí suavemente.
—Pues…tengo que decirte que ahora…—lo mire—somos
novios—solté rápidamente, el solo me observo.
—Ya me lo imaginaba—comentó como si nada.
— ¿Qué?
—Sospechaba que algo así pasaba.
— ¿Por qué?
90
—Por el sábado, la forma en que te miro antes de irse.
—Ha—solté sin saber que más decir—no te molesta.
— ¿Por qué habría de molestarme?
—Por eso de que estudiamos juntos—el negó—vamos a pasar
más tiempo juntos.
—Me lo imagino—dijo—te recuerdo que también fui joven.
—Eso lo sé—dije—tienes muchas fotografías de esa época.
—Con tu madre salíamos casi todos los días—comento él y
miro por la ventana.
Siempre me preguntaba por qué no volvía a salir con alguien, a
veces pensaba que estaba muy solo.
—No creo que eso sea posible con nosotros, Jet esta en el
equipo de tenis y comenzaron las competencias, no nos veremos
hasta el viernes que vamos a estudiar.
—Ya veo—dijo él.
—El sábado vamos a ir otra vez al lago, todos, solo que será en
la noche—el me miro fijamente, doblo su periódico y lo dejo a un
lado, luego se apoyó en la mesa mirándome.
—En la noche.
—Sí, sé que no debo ir al lago de noche, pero no estaré sola, las
chicas van a quedarse aquí después y los chicos se irán a sus casas,
Tomas, unos de ellos tiene un auto, él se hará cargo de eso.
El me estudio unos segundos.
—Incluso ira Bastian y creo que su nueva novia también—el
asintió suavemente, luego se quedo callado como si pensara en
esto— ¿que pasa?—el me miro y sonrió.
91
—Solo trato de pensar que dentro de poco serás mayor de
edad, toda una mujer, debo…tener paciencia con estas cosas.
—Papa—dije, el negó y volvió a tomar su periódico —también
quería decirte que Jet vendrá el domingo a estudiar—el alzo una
ceja.
—A estudiar—repitió y entre cerró los ojos, asentí—no en tu
cuarto, mi límite es ese.
—Lo imaginaba—me puse de pie.
—Si da la casualidad de que el viene un día que yo no esté—lo
mire—no quiero encontrarlos en tu habitación.
—Si papa.
—Sé que en algún momento lo estarán, solo trata de que yo no
los vea.
—Pasaste mucho tiempo en el cuarto de mama cuando eran
jóvenes.
—Soy joven—dijo el—y si, más de lo que sus padres sabían,
por eso lo digo. Su padre también nos lo tenía prohibido.
—Aun así lo hacían—el asintió—mensaje captado.
—No creo necesario volver a tener contigo la conversación
sobre sexo—me estremecí.
—No, gracias, con una vez es suficiente, además en la escuela
cada cierto tiempo hay charlas.
—Esas cosas no sirven para nada—lo oí murmurar, me miro—
bien, entonces es un trato, si yo te veo con Jet en tu habitación
tendré esa conversación de nuevo contigo y él presente—asentí en
seguida, mi padre nunca bromeaba, ya me lo imaginaba parado
92
delante de los dos hablando sobre sexo y responsabilidad, volví a
estremecerme y no solo por sus palabras, si no porque era lo que
Jet busca de mi.
—Voy a cocinar algo—el asintió y lo mire por un segundo, me
acerque a él y deposite un beso en su majilla, sonrió.
***
Eran cerca de las 11 de la noche cuando mi celular sonó,
sabia de quien era el número, Cindy, sonreí ante ese hecho,
nunca me había llamado.
—Hola—dije—y esto a que se debe.
—No es muy tarde—pregunto.
—Para nada, ni siquiera he pensado en acostarme— me
tire a la cama y mire el techo — y que haces.
—Nada, solo aquí recostada en mi cama y pensé en
llamarte—sonreí a un mas.
—A sí que pensando en mi—ella se rio suavemente.
—Si—confirmo—pero te llame para decirte que le dije a
mi padre sobre nosotros.
—Y que dijo.
—Que se lo imaginaba—arrugue mi frente— y claro me
advirtió que no nos quería en mi habitación—me reí—claro
aunque supiera que no le haríamos caso.
— ¿No lo haremos?—pregunte, apoye mi cabeza en mi
brazo.
—Quizás, el solo no nos quiere ver aquí, dijo que ese era
su límite.
93
—Tu habitación, divertido—comente.
—Debe estar pensando en su juventud con mi madre,
pasaba mucho tiempo con ella en su habitación.
—Nunca me has contado que le paso a ella, tu madre—
silencio fue la repuesta— ¿estas bien?—pregunte
preocupado.
—Sí, solo…ella murió cuando era una niña.
La escuche suspirar suavemente.
—Lo siento.
—Está bien, fue hace mucho, fue en un paseo a la playa,
tenia 5, me caí de un bote y ella salto para ayudarme, murió
ese día.
—Vaya, es horrible, por eso te pone nerviosa el agua—me
sentí mal por ella.
—Sí, es el motivo—suspiro—mi padre y Bastian han
intentado que pierda el miedo, por lo menos ahora me meto
al agua, antes ni siquiera me acercaba.
No me gusto hablar de su amigo, no entendía porque,
solo no me gusto.
—Cambiemos de tema.
—Claro, de que quieres hablar.
—No lo sé, solo puedo pensar en besarte—y era verdad,
me agradaba besarla, ella era tan suave y cálida. Se rio
suavemente.
—Ahora, ese es un mejor tema—sonreí—lástima que
estemos tan lejos.
94
—Mm, eso significa lo que creo.
— ¿Qué?—podía verla sonreír.
—Que te gusta besarme.
—Voy a mantener eso en secreto—me queje suavemente y
soltó una carcajada.
—Pues a mí me gusta.
—En serio—dijo—aunque mi experiencia sea limitada.
—Aprendes rápido—le dije—aunque hay cosas que te
tomaran un tiempo dominar.
—Pero tú estarás ahí para enseñarme.
—Con mucho gusto—suspiro.
—Es mejor que cuelgue.
—Tan pronto—cerré los ojos—háblame de tu día.
—Espera…—escuche movimiento de ropa y preste
atención—quieres que te relate mi día de trabajo en la
granja.
—Te quitaste ropa—pregunte interesado, más de lo que
debía. La escuche reírse suavemente.
—Adiós Jet.
—No espera…
—Nos vemos mañana—colgó, suspire y deje mi teléfono a
un lado.
Debía pensar antes de abrir la boca. Recordé una vez que
había tenido una conversación parecida con Barbará por
teléfono, de eso hacía mucho tiempo, solo había tenido que
95
preguntar qué estaba haciendo para que luego de 10 minutos
casi hubiéramos tenido sexo telefónico, que diferentes eran
las personas. Sonreí y me acosté, en verdad me iba a divertir
mucho con esa chica.
96
Capitulo 2
***
J.: En verdad tu amigo no me agrada.
C.: Ya sabía eso, aunque no entiendo por qué.
J.: Demasiada confianza entre tú y él. Lo que me agradaba
era besarte, siempre.
C.: Si, eso también lo sabía, debo decir que me sentía igual.
J.: Sentías.
C.: Continuemos.
***
Era de noche y estaba montando a Nube Veloz cuando vi a
Bastian apoyado en la reja, llegue a él.
—Hola bonita—sonreí—hola Cindy—voltee mis ojos y me
moví con la yegua hace el establo, luego de dejarla en su caballeriza
y cepillarla salí, él estaba sentado en la escalera de mi casa.
Sin decir nada llegue a su lado y me senté, luego de unos
minutos le pregunte.
— ¿Cómo va la relación?—el suspiro.
—Bien, me agrada esa chica, y tú.
—Bien, me agrada ese chico—arrugue mi frente un segundo,
me miro e imito mi seño.
97
—A mi no—miro alrededor.
Podía el saber algo, no era posible.
— ¿Por qué? dímelo.
—Tiene algo, solo no me agrada.
—Pero no lo conoces.
— ¿Y tu si?—se puso de pie y lo seguí.
—Mas que tu.
—Obviamente—murmuro, metí mi brazo por el suyo y
caminamos juntos. Nos paramos debajo de un gran árbol, yo me
subí al columpio que había ahí, el llego detrás de mí y me empujo
suavemente.
—Crees que dures más de tres semanas con esa chica—se rio
un segundo.
—Ya llevamos una semana.
—Por que la otra vez te quedaste, ella no quería—dejo de
empujarme y lo mire.
—Si me lo dijo luego—suspiro—solo…—se encogió de
hombros—sentí curiosidad al ver a tanta gente y ese chico estaba
parado a tu lado como si me retara a algo—me miro—o como si
dijera es mía.
—Claaarooo—negué y reí.
—Los hombres a veces hacen eso.
—Y tú te quedaste para retarlo—pregunte.
—Eres mi mejor amiga—deje de columpiarme y lo mire—están
juntos, cierto—asentí—debes tener cuidado con él, no quiero que
98
te hagan daño—voltee mis ojos, no era algo que permitiría, yo era
quien manejaba esa relación.
—Gracias, pero se cuidarme sola—el negó.
—No, no lo sabes, menos en esto—se movió hacia el árbol y se
sentó, lo seguí y me senté a su lado—pero no te preocupes, si te
hace algo yo me hare cargo.
—Por Dios—murmure.
—Tu papá sabe—asentí y él me imito.
— ¿Como van las cosas en tu casa?
—Bien, igual que siempre, por lo menos algo bueno de irme a
la universidad, se acabaran las discusiones.
—Te echare de menos—el me abrazo.
—Igual yo, eres como mi única familia—lo mire un segundo—
tu papá igual, no sé que hubiera hecho sin ustedes.
—Y yo, siempre me diviertes—el volteo sus ojos.
—Pero ahora ese chico te divertirá.
—Aggg—dije—no pienso comentar nada y su nombre es Jet—
me puse de pie y camine a la casa.
—Pues te aseguro que no quiero oírlo—me dijo, lo escuche
seguirme a mi casa y sonreí.
***
Sábado en la noche.
Rodrigo tomo la guitarra de Tomas e intento tocar algo,
todos nos reímos al escuchar su falta de habilidad.
Estábamos sentados alrededor de una fogata cerca del lago,
99
sobre mantas, bebiendo chocolate caliente, idea de Tomas, y
comiendo pastelillos.
—Por lo menos lo intenta—dijo Cindy.
Estábamos sentados juntos, yo apoyado en un árbol y ella
en mi, ambos con nuestras piernas mirando en diferentes
direcciones. Cindy se estremeció suavemente debido al frio y
moví una de las frazadas sobre los dos, evite estremecerme
cuando ella apoyo una mano en mi muslo para sentarse
mejor, apoye mi mano en su cintura, debajo de la manta y
con la otra afirme la taza caliente.
—Eso no es intentarlo, quieres hacerlo tu—le dije para
molestarla, ella soltó un bufido.
—Carezco de esa habilidad.
—Pero si de otras—le susurre al oído, sonreí cuando se
estremeció.
—Me rindo—se quejo Rodrigo, Bastian estiro su mano.
—Déjame a mí.
—Esto será bueno—murmuro Cindy, la mire y le dije solo
a ella.
—No lo hace bien—ella negó y me miro para susurrarme.
—Es bueno, quiere impresionar a la chica.
En ese momento su amigo comenzó a tocar, si lo hacía
bien, Cindy me toco la pierna para llamar mi atención, la
mire.
—Y tu, que tal eres.
100
—Tampoco es lo mío, ¿Por qué? ¿Quieres que te
impresione?—ella alzo una ceja.
—Quizás.
—Tus quizás me dan que pensar, sabias—ella rio.
—Por eso lo digo—bese su cuello y sonreí.
—Mm—dijo Anita al agacharse cerca de nosotros por una
de las mantas —tanto amor empalagoso, basta.
—Que linda—le dijo suavemente Cindy—mejor vete a
jugar con Rodrigo.
—Rodrigo—pregunte, la chica se sonrojo y se alejó de
nosotros—así que Rodrigo.
—Es secreto de estado—murmuro Cindy y me miro—
nada de decirlo por ahí.
—Y que ganare a cambio, necesito algo que me haga
olvidar lo que descubrí—ella miro alrededor pensando y
luego a mí, sonrió y se acercó para besarme, la alcance a
medio camino.
Me pregunte mientras la besaba como es que siempre era
suave y cálida, como es que siempre tenía la impresión de
que no me era suficiente, quería más que solo besarla.
Calma, dijo mi cabeza, despacio o lo arruinaras, solo ten
paciencia. Aun así mi mano se movió por su cintura para
atraerla más a mí.
Ella se alejó de mí sonriendo y bebió un poco de su tazón.
—Hm—le dije mientras apoyaba mi cabeza en su
hombro—tramposa.
101
Una bolsa cayó sobre mis piernas y mire, Gustavo me
había arrojado un paquete de galletas.
—Gracias—le dije mientras lo veía sentarse al lado de
Rodrigo. El me miro a mí un segundo y luego a Cindy, alzo
una ceja y la mire a ella, también lo miraba solo que su cara
era seria.
Toque su rostro y me miro.
— ¿No te agrada Gustavo?—le pregunte, ella lo miro un
segundo, luego negó suavemente—por qué.
—Tiene algo…
—Malvado—la ayude, sonrió.
—Se podría decir.
Mire al chico unos segundos y encontré que tenía razón,
ella apoyo su cabeza en mi hombro y sin pensarlo deposite
un beso en su frente, me tense un segundo al darme cuenta
de eso.
—Tomas es muy simpática y Rodrigo es…
—Rodrigo—dije—no creo que se pueda clasificar,
simplemente es Rodrigo—ella se rio—tus amigas también
son simpáticas—las mire—claro, excepto Maly, es un tanto,
seria.
—Si—dijo ella—es como la adulta del grupo, es un tanto
negativa pero solo cuando hay que serlo, aun así es
agradable.
—Eso es raro—confesé, me miro.
—Como soy yo—arrugue mi frente.
102
—No sé, creo que si respondo eso puedo sufrir de
lesiones—me miro sorprendida.
—Aja —dijo y entrecerró los ojos.
Como quiso alejarse de mí, la afirme de la cintura y me reí
suavemente.
—Bromeaba—murmure cerca de su oído, se detuvo.
—Mira que yo no he dicho como eres tú—me tense y me
miro.
—Como soy—ella me encogió de hombros y miro a otro
lado, tome su rostro con cuidado para que me mirara, eso de
como soy, me dejo intrigado—dime.
—Tu primero—nos observamos un rato.
—Agradable—dije, ella guardo silencio esperando mas—
y—pregunte.
—Presumido—abrí mi boca sorprendido y sonrió.
—Enojona—eso por una extraña razón la hizo reír,
también lo hice.
—Petulante.
—Sabelotodo.
—Presuntuoso.
—Son sinónimos—alzo una ceja.
—Guapo—solté una carcajada.
—Adorable—se mordió la lengua una fracción de segundo
y observe ese simple hecho interesado, moví mi pulgar por su
labio inferior—interesante—me acerque a ella.
103
—Don Juan—murmuro, eso me hizo reír con ganas.
—No sé si eso es bueno o malo—se encogió de hombros.
—Depende de quién lo mire—me acerque más a ella y
roce mis labios con los suyos, cerró los ojos. La mire un
segundo antes de besarla correctamente, al acabar me miro y
sonreí, luego arrugue mi frente.
—Don Juan—murmure, se rio entre dientes.
Como los demás estaban hablando sobre la escuela decidí
prestarles atención.
Esa noche descubrí que Bastian se iría a la universidad al
siguiente año y que Cindy deseaba estudiar para ser
veterinaria. Solo ellos sabían que deseaban hacer de sus
vidas, yo tenía una idea, pero no estaba muy seguro.
104
Capitulo 3
***
J.: Ahora entiendo lo de don Juan.
C.: Un apodo adecuado.
J.: No tanto.
C.: Ves, todo depende del punto de vista.
J.: Siempre me gustaron los paseos al lago, eran relajantes.
C.: Lo sé, el lago hace que seas más cariñoso.
***
Eran las 4 de la tarde del domingo cuando tocaron a la puerta,
las chicas se habían ido a sus casas temprano y ya había terminado
mi trabajo en el lugar. Aunque sabia quien era me tense un
segundo, mi padre me miro y alzo una ceja.
Suspirando me puse de pie y fue a abrirle la puerta.
—Hola—le dije a Jet—adelante.
El pasó a mi lado y miro alrededor.
—Ven—lo lleve a la cocina, note que mi padre se había puesto
de pie, se acercó a él y le estrecho la mano.
—Un gusto tenerte aquí Jet—él sonrió suavemente.
—Vamos a la sala, ahí podemos estudiar más cómodos.
—Claro—dijo él, se despidió de mi padre y me siguió.
105
En la sala me senté en el sofá y el a mi lado, puso una mano en
mi cabeza y me inclino suavemente hacia él para besarnos, miro
hacia la cocina cuando se alejó.
—Tu padre es intimidante—me dijo, sonreí.
—Puede ser muy amable cuando quiere—el asintió—mejor
estudiemos para luego vayamos a caminar un rato.
—Podríamos ir al lago—sonrió.
—Sí, hagamos eso.
Luego de una hora de matemáticas lleve a Jet fuera de la casa, el
me tomo de la mano mientras caminábamos.
— ¿Quieres ir en caballo o caminando?—lo mire y vi que tenía
el seño fruncido.
—No se montar—dijo, sonreí, esto podía ser divertido.
—Entonces cabalgaremos juntos, la próxima vez te enseñare o
quieres que te enseñe ahora.
—Vayamos juntos—caminamos al establo.
Saque a Estrella de su caballeriza, Princesa y Drácula, los
perros, aparecieron por el lugar y comenzaron a olfatear a Jet, él se
quedo quieto y los miro. Observe como los animales se sentaron a
su lado, él se agacho y le acaricio la cabeza a cada uno.
—Te gustan los animales—dije, el me miro y sonrió
suavemente.
Odiaba cuando hacia eso, sonreír como si estuviera muy
cómodo, lo hacía ver dulce.
106
Observe a Estrella y la prepare para los dos, no le puse la silla,
seria incomodo así que solo le puse la brida y una manta. Jet se
paró a un paso de mí mirándola, note que estaba nervioso.
—En verdad nunca te has subido a uno, ni cuando eras niño.
—No, nunca—asentí.
—Está bien, ven aquí—extendí mi mano hacia él y la tomo, se
acercó lentamente. Luego de unos segundo puse su mano en el
cuello de Estrella—debes acostumbrarte a ella.
—Es increíble—murmuro mientras la acariciaba, paso sus
manos por su cuello, la crin de color negro, llego hasta su hocico.
Estrella lo miro un segundo y luego lo ignoro.
— ¿estás listo?
El siguió mirando a estrella, pasando sus manos por su piel.
Dudaba, podía verlo. Luego de unos segundos me mi.
—Quizás deberíamos ir caminando.
Esa parte malvada de mi no se lo permitió, además sabia que
una vez que lo intentara le gustaría.
—Mejor así—mire alrededor y tome una silla, la puse al lado de
Estrella, me subí y luego la monte. El miro la silla un segundo y
luego a mi—vamos—estire mi mano, el suspiro pero asintió.
Subió a la silla, tomo mi mano y se impulso detrás de mí, tuve
que firmarme de la yegua para soportar su peso. Le costó lograr
sentarse pero cuando lo hizo puso ambas manos en mi cintura, las
tome y lo hice abrazarme, trague suavemente al sentirlo tan cerca,
su respiración hacia cosquillas detrás de mi oído.
—Incomodo—le pregunte.
107
—Todo lo contrario—dijo él y se apegó más a mí.
—Se sentirá un poco incomodo mientras camina.
—Está bien.
Apreté mis piernas entorno a Estrella y ella comenzó una lenta
caminata, luego de unos minutos se volvió un suave trote. Sentí
sus brazos apretarse contra mí y su pecho más cerca de mi espalda,
su corazón latía rápidamente contra su pecho, cuando llegamos al
lago me detuve cerca de un árbol. Él ya estaba más relajado pero
aun así se mantenía muy cerca de mí.
— ¿Estás bien?—le pregunte luego de un rato, el asintió.
—Sí, no estuvo tan mal—apoyo su mentón en mi hombro y
suspiro.
—Es más cómodo con la silla.
—No lo dudo, pero no podríamos estar así—me apretó un
segundo.
Jet acaricio mi cuello con su nariz, de repente movió mi cabello
hacia un lado y deposito un suave beso en la piel expuesta, cerré
los ojos un segundo. Se supone que yo tenía el control de esto, no
él, por qué me sentía levemente perdida, interesada y muchas cosas
más.
Él tomo mi mentón y me giro suavemente en su dirección
hasta que pudo besarme. Nos quedamos un rato ahí, hasta que
Estrella se movió y recordé donde estábamos, me aleje de él.
—Bajemos—dije, el suspiro y bajo, paso una pierna por un lado
y se dejo caer suavemente, yo lo imite solo que él me agarro de la
cintura, cuando llegue al suelo no me soltó, gire para mirarlo y me
abrazo de la cintura.
108
Mis brazos subieron hasta abrazar su cuello. Había algo que no
podía hacer, note, no podía rechazarlo, dar un paso atrás como si
nada y fingir que él no me atraía, sabía que me pasaba todo lo
contrario.
Jet se acercó mas a mí y beso mi mejilla, luego mi mentón, la
comisura de mi boca y por ultimo mis labios, suavemente. Me reí
un poco y arrugo su frente.
— ¿Qué?—pregunto.
—Solo pensaba que sabes lo que haces—volteo sus ojos.
—Y yo que quería hacerte pensar en otra—me soltó y yo igual,
comenzamos a caminar alrededor del lago.
—Como que—le pregunte luego de un rato, no me miro—mm,
molesto—me acerque a él, si lo parecía.
Seguimos caminando hasta llegar a las bancas, él se sentó y yo
me agache cerca del agua, comencé a jugar con ella con mis dedos,
estaba helada. Luego me puse de pie y lo vi aun sentado
mirándome, apoyado sobre la mesa con su mano.
—Que—pregunte.
Negó y siguió guardando silencio. Me moví hacia él y me pare
frente, el apoyo su frente en mi estomago y acaricie su cabello
lentamente, suspiro.
—Cansado—dije—como va el tenis.
—Agotador—murmuro—pero está bien, siempre es así.
—Ahora tienes un grupo de animadoras—su cuerpo se sacudió
al reírse.
—Y mi novia es una de ellas.
109
—Claro, que clase de novia seria si no te voy a animar—él se
encogí de hombros— ¿si hiciera algún deporte me animarías?
—Quizás, lo más probable—levanto su cabeza y tome su rostro
entre mis manos.
—Barbie no te animaba—volteo sus ojos y se alejó de mi, tome
su asiento.
—No quiero que hablemos de ella.
—Pero yo sí, siento curiosidad.
—Por que las chicas sienten curiosidad de las ex novias de sus
novios—pregunto, me encogí de hombros.
—No lo hacía—insistí, negó.
—Está en gimnasia, no tenía tiempo.
—Entonces se veían después de entrenar.
—A veces, otras veces los fines de semana, ella iba a mi casa o
yo a la suya—asentí.
— ¿Cómo se llevaba tu hermano con ella?—el miro alrededor,
luego se agacho a recoger algo.
—No le agradan los niños.
—No me interesa ella, si no tu hermano—me miro.
—No le agrada—sonreí.
—Yo si le agrado—el asintió, se acercó al lago y arrogo una
piedra, esta reboto tres veces en el agua antes de hundirse.
— ¿Cómo es que terminaste saliendo con ella?—suspiro pero
no dijo nada, me puse de pie y llegue a su lado—y.
110
—Bien, te lo diré, pero se acabaron las preguntas sobre ella,
está bien.
—Bien—dije.
—Salí con ella porque me gustaba un poco, es Barbie, todos
quieren ser su novio y yo lo fui, no hay otra razón—lo mire y alce
una ceja.
—Eso es todo, no hay…
De repente me atrajo a él con un abrazo, lo mire.
—Basta—dijo—no quiero hablar de ella, como es que no te
molesta.
—Siento curiosidad, si me molestara no te preguntaría, además
ella es muy diferente a mí —metí mis manos por su chaqueta hasta
abrazarlo—esa es la razón.
—Tú crees que yo deseo salir con otra versión de Barbie, si
fuera así no estaría aquí—eso me dio que pensar. Mis brazos
cayeron a mis lados.
—Quieres decir que si ella no hubiera terminado contigo aun
serias su novio—el parpadeo un segundo confundido.
—Probablemente—murmuro.
Negué y me aleje de él, camine de regreso a Estrella. Así de
simple, si Barbie no hubiera terminado con él nada de esto estaría
pasando, yo era como un premio de consolación. Eres una
apuesta, me recordó mi cabeza y peor me hizo sentir, un
entretenimiento pasajero. Todo esto era culpa de Barbie, todo esto.
—Que dije—pregunto Jet mientras caminaba. Solo lo ignore.
Qué diablos estaba pensando al hacer esto.
111
Llegue al lado de la yegua y tome su brida, la mano de Jet
apareció sobre la mía deteniéndome, no lo mire.
—Dime que hice mal—dijo suavemente.
—Nada—me aleje de él y de la yegua, me observo.
—Nada—repitió—esto no se ve como nada, sabía que hablar
de ella iba a causar algo malo.
Me moleste a un mas al oírlo.
—Jet—lo llame, me miro—si yo te dijera que solo salgo
contigo porque mi ex novio termino conmigo que sentirías—él se
quedo quieto pensando, luego de unos segundo asintió.
—Ya veo—dijo.
—Eso es lo que me pasa—dije y le di la espalda, cruce mis
brazos sobre mi pecho.
—Yo no salgo contigo solo por eso—voltee mis ojos—primero
tienes que pensar en la lógica del asunto.
—Lógica—repetí.
—Si Barbie no hubiera terminado nuestra relación yo no me
hubiera fijado en otra chica—obviamente, pensé, tenía un maldito
punto, me gire para mirarlo y note que estaba parado justo detrás
de mí, levante los ojos.
—Bien—dije al ver que esperaba—pero no me hace sentir
mejor. Entonces sales conmigo porque te entretengo—el arrugo su
frente y me miro largo rato.
—Si—dijo como si nada—lo haces.
112
Abrí mi boca sorprendida y él se me acerco a un mas, tomo mi
rostro con sus manos y me beso, no solo eso, su lengua entro en
mi, tocando, jugando, tentando a la mía. Se alejó solo un poco.
—Salgo contigo porque quiero, porque me atraes, me gustas—
volvió a besarme unos segundos—me encanta besarte, sentir tu
cuerpo junto al mío—me abrazo y atrajo hacia él—me gusta como
hueles, me gusta el sabor de tu boca—me beso y jadee por su
intensidad, jamás me había besado así—me diviertes.
Trague y lo mire a los ojos.
—Hay muchas otras razones que no voy a decir, eso te hace
sentir mejor—asentí suavemente—bien, no quiero que lo dudes,
nunca.
Suspire y apoye mi frente en su pecho.
Eres débil, me regañe, demasiado débil.
—Regresemos—dije, lo mire y el asintió.
—Primero nuestra reconciliación—arrugue mi frente—tuvimos
nuestra primera pelea.
—No fue una pelea—él se encogió de hombros.
—No importa, aun así reconciliémonos.
113
Capitulo 4
***
J.: Ahora entiendo lo de don Juan.
C.: Un apodo adecuado.
J.: No tanto.
C.: Ves, todo depende del punto de vista.
J.: Siempre me gustaron los paseos al lago, eran relajantes.
C.: Lo sé, el lago hace que seas más cariñoso.
***
Eran las 4 de la tarde del domingo cuando tocaron a la puerta,
las chicas se habían ido a sus casas temprano y ya había terminado
mi trabajo en el lugar. Aunque sabia quien era me tense un
segundo, mi padre me miro y alzo una ceja.
Suspirando me puse de pie y fue a abrirle la puerta.
—Hola—le dije a Jet—adelante.
El pasó a mi lado y miro alrededor.
—Ven—lo lleve a la cocina, note que mi padre se había puesto
de pie, se acercó a él y le estrecho la mano.
—Un gusto tenerte aquí Jet—él sonrió suavemente.
—Vamos a la sala, ahí podemos estudiar más cómodos.
—Claro—dijo él, se despidió de mi padre y me siguió.
114
En la sala me senté en el sofá y el a mi lado, puso una mano en
mi cabeza y me inclino suavemente hacia él para besarnos, miro
hacia la cocina cuando se alejó.
—Tu padre es intimidante—me dijo, sonreí.
—Puede ser muy amable cuando quiere—el asintió—mejor
estudiemos para luego vayamos a caminar un rato.
—Podríamos ir al lago—sonrió.
—Sí, hagamos eso.
Luego de una hora de matemáticas lleve a Jet fuera de la casa, el
me tomo de la mano mientras caminábamos.
— ¿Quieres ir en caballo o caminando?—lo mire y vi que tenía
el seño fruncido.
—No se montar—dijo, sonreí, esto podía ser divertido.
—Entonces cabalgaremos juntos, la próxima vez te enseñare o
quieres que te enseñe ahora.
—Vayamos juntos—caminamos al establo.
Saque a Estrella de su caballeriza, Princesa y Drácula, los
perros, aparecieron por el lugar y comenzaron a olfatear a Jet, él se
quedo quieto y los miro. Observe como los animales se sentaron a
su lado, él se agacho y le acaricio la cabeza a cada uno.
—Te gustan los animales—dije, el me miro y sonrió
suavemente.
Odiaba cuando hacia eso, sonreír como si estuviera muy
cómodo, lo hacía ver dulce.
115
Observe a Estrella y la prepare para los dos, no le puse la silla,
seria incomodo así que solo le puse la brida y una manta. Jet se
paró a un paso de mí mirándola, note que estaba nervioso.
—En verdad nunca te has subido a uno, ni cuando eras niño.
—No, nunca—asentí.
—Está bien, ven aquí—extendí mi mano hacia él y la tomo, se
acercó lentamente. Luego de unos segundo puse su mano en el
cuello de Estrella—debes acostumbrarte a ella.
—Es increíble—murmuro mientras la acariciaba, paso sus
manos por su cuello, la crin de color negro, llego hasta su hocico.
Estrella lo miro un segundo y luego lo ignoro.
— ¿estás listo?
El siguió mirando a estrella, pasando sus manos por su piel.
Dudaba, podía verlo. Luego de unos segundos me mi.
—Quizás deberíamos ir caminando.
Esa parte malvada de mi no se lo permitió, además sabia que
una vez que lo intentara le gustaría.
—Mejor así—mire alrededor y tome una silla, la puse al lado de
Estrella, me subí y luego la monte. El miro la silla un segundo y
luego a mi—vamos—estire mi mano, el suspiro pero asintió.
Subió a la silla, tomo mi mano y se impulso detrás de mí, tuve
que firmarme de la yegua para soportar su peso. Le costó lograr
sentarse pero cuando lo hizo puso ambas manos en mi cintura, las
tome y lo hice abrazarme, trague suavemente al sentirlo tan cerca,
su respiración hacia cosquillas detrás de mi oído.
—Incomodo—le pregunte.
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—Todo lo contrario—dijo él y se apegó más a mí.
—Se sentirá un poco incomodo mientras camina.
—Está bien.
Apreté mis piernas entorno a Estrella y ella comenzó una lenta
caminata, luego de unos minutos se volvió un suave trote. Sentí
sus brazos apretarse contra mí y su pecho más cerca de mi espalda,
su corazón latía rápidamente contra su pecho, cuando llegamos al
lago me detuve cerca de un árbol. Él ya estaba más relajado pero
aun así se mantenía muy cerca de mí.
— ¿Estás bien?—le pregunte luego de un rato, el asintió.
—Sí, no estuvo tan mal—apoyo su mentón en mi hombro y
suspiro.
—Es más cómodo con la silla.
—No lo dudo, pero no podríamos estar así—me apretó un
segundo.
Jet acaricio mi cuello con su nariz, de repente movió mi cabello
hacia un lado y deposito un suave beso en la piel expuesta, cerré
los ojos un segundo. Se supone que yo tenía el control de esto, no
él, por qué me sentía levemente perdida, interesada y muchas cosas
más.
Él tomo mi mentón y me giro suavemente en su dirección
hasta que pudo besarme. Nos quedamos un rato ahí, hasta que
Estrella se movió y recordé donde estábamos, me aleje de él.
—Bajemos—dije, el suspiro y bajo, paso una pierna por un lado
y se dejo caer suavemente, yo lo imite solo que él me agarro de la
cintura, cuando llegue al suelo no me soltó, gire para mirarlo y me
abrazo de la cintura.
117
Mis brazos subieron hasta abrazar su cuello. Había algo que no
podía hacer, note, no podía rechazarlo, dar un paso atrás como si
nada y fingir que él no me atraía, sabía que me pasaba todo lo
contrario.
Jet se acercó mas a mí y beso mi mejilla, luego mi mentón, la
comisura de mi boca y por ultimo mis labios, suavemente. Me reí
un poco y arrugo su frente.
— ¿Qué?—pregunto.
—Solo pensaba que sabes lo que haces—volteo sus ojos.
—Y yo que quería hacerte pensar en otra—me soltó y yo igual,
comenzamos a caminar alrededor del lago.
—Como que—le pregunte luego de un rato, no me miro—mm,
molesto—me acerque a él, si lo parecía.
Seguimos caminando hasta llegar a las bancas, él se sentó y yo
me agache cerca del agua, comencé a jugar con ella con mis dedos,
estaba helada. Luego me puse de pie y lo vi aun sentado
mirándome, apoyado sobre la mesa con su mano.
— ¿Qué?—pregunte.
Negó y siguió guardando silencio. Me moví hacia él y me pare
frente, el apoyo su frente en mi estomago y acaricie su cabello
lentamente, suspiro.
—Cansado—dije—como va el tenis.
—Agotador—murmuro—pero está bien, siempre es así.
—Ahora tienes un grupo de animadoras—su cuerpo se sacudió
al reírse.
—Y mi novia es una de ellas.
118
—Claro, que clase de novia seria si no te voy a animar—él se
encogí de hombros— ¿si hiciera algún deporte me animarías?
—Quizás, lo más probable—levanto su cabeza y tome su rostro
entre mis manos.
—Barbie no te animaba—volteo sus ojos y se alejó de mi, tome
su asiento.
—No quiero que hablemos de ella.
—Pero yo sí, siento curiosidad.
—Por que las chicas sienten curiosidad de las ex novias de sus
novios—pregunto, me encogí de hombros.
—No lo hacía—insistí, negó.
—Está en gimnasia, no tenía tiempo.
—Entonces se veían después de entrenar.
—A veces, otras veces los fines de semana, ella iba a mi casa o
yo a la suya—asentí.
— ¿Cómo se llevaba tu hermano con ella?—el miro alrededor,
luego se agacho a recoger algo.
—No le agradan los niños.
—No me interesa ella, si no tu hermano—me miro.
—No le agrada—sonreí.
—Yo si le agrado—el asintió, se acercó al lago y arrogo una
piedra, esta reboto tres veces en el agua antes de hundirse.
— ¿Cómo es que terminaste saliendo con ella?—suspiro pero
no dijo nada, me puse de pie y llegue a su lado—y.
119
—Bien, te lo diré, pero se acabaron las preguntas sobre ella,
está bien.
—Bien—dije.
—Salí con ella porque me gustaba un poco, es Barbie, todos
quieren ser su novio y yo lo fui, no hay otra razón—lo mire y alce
una ceja.
—Eso es todo, no hay…
De repente me atrajo a él con un abrazo, lo mire.
—Basta—dijo—no quiero hablar de ella, como es que no te
molesta.
—Siento curiosidad, si me molestara no te preguntaría, además
ella es muy diferente a mí —metí mis manos por su chaqueta hasta
abrazarlo—esa es la razón.
—Tú crees que yo deseo salir con otra versión de Barbie, si
fuera así no estaría aquí—eso me dio que pensar. Mis brazos
cayeron a mis lados.
—Quieres decir que si ella no hubiera terminado contigo aun
serias su novio—el parpadeo un segundo confundido.
—Probablemente—murmuro.
Negué y me aleje de él, camine de regreso a Estrella. Así de
simple, si Barbie no hubiera terminado con él nada de esto estaría
pasando, yo era como un premio de consolación. Eres una
apuesta, me recordó mi cabeza y peor me hizo sentir, un
entretenimiento pasajero. Todo esto era culpa de Barbie, todo esto.
— ¿Que dije?—pregunto Jet mientras caminaba. Solo lo ignore.
Qué diablos estaba pensando al hacer esto.
120
Llegue al lado de la yegua y tome su brida, la mano de Jet
apareció sobre la mía deteniéndome, no lo mire.
—Dime que hice mal—dijo suavemente.
—Nada—me aleje de él y de la yegua, me observo.
—Nada—repitió—esto no se ve como nada, sabía que hablar
de ella iba a causar algo malo.
Me moleste a un mas al oírlo.
—Jet—lo llame, me miro—si yo te dijera que solo salgo
contigo porque mi ex novio termino conmigo que sentirías—él se
quedo quieto pensando, luego de unos segundo asintió.
—Ya veo—dijo.
—Eso es lo que me pasa—dije y le di la espalda, cruce mis
brazos sobre mi pecho.
—Yo no salgo contigo solo por eso—voltee mis ojos—primero
tienes que pensar en la lógica del asunto.
—Lógica—repetí.
—Si Barbie no hubiera terminado nuestra relación yo no me
hubiera fijado en otra chica—obviamente, pensé, tenía un maldito
punto, me gire para mirarlo y note que estaba parado justo detrás
de mí, levante los ojos.
—Bien—dije al ver que esperaba—pero no me hace sentir
mejor. Entonces sales conmigo porque te entretengo—el arrugo su
frente y me miro largo rato.
—Si—dijo como si nada—lo haces.
121
Abrí mi boca sorprendida y él se me acerco a un mas, tomo mi
rostro con sus manos y me beso, no solo eso, su lengua entro en
mi, tocando, jugando, tentando a la mía. Se alejó solo un poco.
—Salgo contigo porque quiero, porque me atraes, me gustas—
volvió a besarme unos segundos—me encanta besarte, sentir tu
cuerpo junto al mío—me abrazo y atrajo hacia él—me gusta como
hueles, me gusta el sabor de tu boca—me beso y jadee por su
intensidad, jamás me había besado así—me diviertes.
Trague y lo mire a los ojos.
—Hay muchas otras razones que no voy a decir, eso te hace
sentir mejor—asentí suavemente—bien, no quiero que lo dudes,
nunca.
Suspire y apoye mi frente en su pecho.
Eres débil, me regañe, demasiado débil.
—Regresemos—dije, lo mire y el asintió.
—Primero nuestra reconciliación—arrugue mi frente—tuvimos
nuestra primera pelea.
—No fue una pelea—él se encogió de hombros.
—No importa, aun así reconciliémonos.
122
Capitulo 5
***
J.: Lo bueno de las discusiones son las reconciliaciones.
C.: Estoy de acuerdo en eso, aunque tú eras el que siempre me
hacia enojar.
J.: No siempre, a veces simplemente amanecías de mal
humor.
C.: Como sea, mejor continuemos.
J.: Ves, pero continuemos, que sigue ahora.
C.: Barbie.
J.: Claro, no hay mejor tema.
***
Estaba en el baño sola cuando Barbie entro, la mire por el
espejo y supe en seguida que era lo que quería.
Sabía que esto iba a pasar en algún momento, mas cuando Jet y
yo nos encontramos con una de las amigas de Barbie en la cola del
cine, tomados de las manos y para que no quedara dudas
besándonos. Eso había sido el viernes en la noche, hoy era lunes,
nada mal.
Observe que Barbie me miraba directamente, con sus amigas
detrás, creando un muro. Me seque las manos en la maquina y me
123
moví a la puerta. Las cuatro chicas se movieron para impedirme el
paso, me aleje de ellas.
—Me conto un pajarito que estas saliendo con mi novio—dijo
ella, arrugue mi frente.
—Pues tu pajarito está muy mal informado—ella alzo una ceja.
— ¿Estas saliendo con Jet Farraguer?—pregunto.
—Sí—le dije—pero no es tu novio.
Ella entrecerró sus ojos y miro a sus amigas, sonrió mostrando
todos sus perfectos dientes blancos.
—Sí, lo es—dijo segura.
—Pues yo sabía que no, incluso que tú habías terminado con
él—ella negó riendo suavemente.
—No terminamos, solo nos dimos un tiempo para poder
concentrarnos en nuestros equipos de deportes y los estudios.
—Ha, ya veo, claro, eso lo explica todo—volvió a entrecerrar
sus ojos y esta vez sus amigas la imitaron.
—Ya te acostaste con él—soltó como si nada, me sonroje—lo
conozco más de lo que cree—sonrió y se me revolvió el
estomago— es hombre—arrugo su frente—incluso dudo de que
en verdad estén saliendo—miro a sus amigas y luego a mí como si
me examinaran—probablemente solo lo hace o para que sigas
ayudándole en clases o porque quiere sexo, me inclino más por la
primera.
Las cuatro chicas se rieron de mi, mi estomago se contrajo por
sus palabras y las miradas desdeñosas, Barbie me miro seria, como
si quisiera dar miedo.
124
—Te lo voy a decir solo para que no sufras tanto—me apunto
con dedo—cuando acaben las competencias de gimnasio regresare
con él y juntos iremos a la fiesta de fin de año, vamos a pasar el
verano juntos y volveremos a ser la mejor pareja de esta escuela, tu
vas a desaparecer de su vida más rápido de lo que crees, te lo
aseguro.
Se volteo y comenzó a salir del lugar, no pude quedarme
callada.
—No estés tan segura de eso—ella se detuvo y me miro.
Regreso para pararse más cerca de mí y casi escupió.
—No te metas conmigo idiota, porque si lo haces te
arrepentirás el resto de tu vida, Jet es mío y siempre lo será, aléjate
de él—sonreí y me cruce de brazos.
—Primero que nada—le dije más seria y molesta de lo que
había estado en toda mi vida—a mi no me vas a amenazar, no te
tengo miedo. Segundo, no me dirás lo que puedo o no puedo
hacer, no soy como tus lacayos que te siguen por miedo,
admiración o cualquier tontería—apunte a sus amigas—tercero no
pienses que porque vengas a decirme que Jet regresara contigo o
todas esas tonterías lo creeré, te conozco, se lo bajo que puedes
caer y aunque te cueste creerlo si—sonreí—somos novios—ella
apretó su mandíbula—así que vete a molestar a otros—apunte la
puerta con mi mano.
Nos miramos a los ojos unos segundos y supe lo que haría, el
trabajar con animales que se molestaban sin razón aparente, el
siempre tener cuidado y mantenerlos vigilados por si atacaban
extrañamente me sirvió en esa oportunidad con ella. Barbie levanto
su mano para golpearme pero la detuve agarrándola de la muñeca,
125
me miro sorprendida. Lance su mano hacia un lado y me acerque
lo más que pude, sin dejar de mirarla a los ojos, le dije.
—La próxima vez que intentes si quiera tocarme te arrepentirás
Barbie, porque yo no dudare en responderte de la misma
manera—pase a su lado y entre sus amigas que se movieron para
dejarme salir.
Camine rápidamente a clases de matemáticas, entre en la sala
justo cuando tocaron la campana, por suerte el profesor aun no
llegaba.
Pase cerca de la mesa de Jet, lo vi abrir la boca para decirme
algo pero se arrepintió al verme, arrugo su frente. Me senté al lado
de mis amigas casi lanzando mi mochila sobre la mesa.
— ¿Qué pasa?—pregunto Maly a mi lado, mire alrededor un
segundo antes de inclinare hacia ellas y relatarles el incidente.
***
Observe a Cindy pasar a mi lado hecha una furia, nunca la
había visto tan molesta. Mire a Tomas confundido y él se
encogió de hombros, luego mire hacia donde ella se sentaba
con sus amigas, se juntaron para hablar y luego unos
minutos escuche a Maly soltar una maldición, Cindy la calló
y continuaron hablando.
El profesor entro en la sala justo cuando había decidido ir
con ella a ver qué pasaba.
—Bien comencemos—dijo él y tuve que aguantarme la
curiosidad.
Luego de un rato la mire, ella estaba escribiendo
concentrada, aun tenía esa expresión molesta y el cuerpo
126
tenso. Mire a Anita tras de ella y le pregunte en silencio que
pasaba, ella me dijo que esperaba y apunto una hoja, asentí,
me lo escribiría.
Me gire para ver a Anita doblar un papel justo en el
momento Cindy se volteaba para sacar algo de su mesa, ella
miro el papel, hablo algo y me miro un segundo, negando se
lo quito y guardo en su bolsillo, su amiga le dijo algo y ella
negó.
Anita me miro y se encogió de hombros, le dije que no se
preocupara. Ya lo averiguaría después de clases.
Se me hizo la hora más larga del día, pero apenas tocaron
la campana guarde mis cosas y salí con mis amigos detrás
hasta alcanzar a las chicas en un casillero.
— ¿Qué paso?—le pregunte a Cindy, ella estaba de
espaldas a mi sacando un libro, se tenso cuando escucho mi
voz. Luego de un rato se giro para verme.
—Nada—dijo intentando parecer tranquila, voltee mis
ojos.
—Esto no es nada—dije yo, mire a sus amigas— ¿qué
paso?
Liz miro a Cindy y luego a mí, suspiro.
—Lo siento—le dijo a ella—pero tienen que saberlo.
—Liz, no…—levante mi mano y la puse sobre su boca
para callarla, arrugo su frente.
—Barbie la abordo en el baño con sus amigas y le dijo que
tú solo salías con ella para obtener algo a cambio y que
ustedes volverían a ser novios apenas terminara la
127
competencia de Gimnasia— abrí mi boca sorprendido y la
mire, quite mi mano de su boca.
—Es cierto, Bárbara se atrevió a hacer algo así—ella
suspiro y asintió.
—Lo peor no es eso—dijo Anita.
— ¿Hay más?—pregunte.
—Barbie la amenazo para que se alejara de ti—dijo Maly.
—E intento abofetearla—termino Liz.
— ¿Qué?—pregunte incrédulo junto con los demás, mire
a Cindy, ella miraba hacia otro lado con la frente arrugada—
Cindy—la llame, pasaron unos segundos antes de que me
mirara—intento golpearte—asintió—maldita sea.
—Esa chica está loca—dijo Tomas.
—Más que eso—concluyo Rodrigo, Gustavo permaneció
callado.
—Debo hablar con esa chica—dije pero Cindy me detuvo.
—No puedes hacer eso.
—Que, no puedo crees que deje esto así, debo poner a
Barbará en su lugar—ella negó.
—Es un problema entre ella y yo, si te entrometes solo
será peor—mire a mis amigos, Tomas se veía igual de
confundido que yo.
—Tiene razón—dijo Anita—solo vas a causar más
problemas, es mejor que te mantengas aparte.
—No puedo creer esto—dije molesto—esto se debe a mí.
128
—Sí, pero lo único que lograras es que Barbie la moleste
mas—dijo Anita.
—Tiene razón, soy yo la que tiene que defenderse, estaré
bien—la mire.
—Pero…—dije, ella negó.
—Me ayudas más si permanecer alejado de esto—suspire
y tome su mano, entrelace sus dedos con los míos.
—Segura—asintió—está bien, pero si vuelve a pasar
dímelo, si.
—Está bien, lo hare.
Caminamos hasta la salida de la escuela y nos
dependimos, esta vez la bese, si Barbie sabía lo que pasaba
ya toda la escuela debía saberlo.
—Hasta mañana—le dije, sonrió.
—Hasta mañana.
Nos dependimos de las chicas y observe a Cindy doblar en
una esquina.
—Que vas a hacer—pregunto Tomas, lo mire—no te
quedaras callado.
—No, no voy a dejar que arruine esto—el asintió y mire a
los demás.
—Yo estoy de acuerdo—dijo Rodrigo, mire a Gustavo y
asintió.
—Tú le dijiste a Barbie sobre mi relación con ella—el
arrugo su frente.
— ¿Que te hace pensar eso?—pregunto.
129
—Que eso serviría para ponerla contra Cindy y arruinar la
relación—el alzo una ceja.
—Pues no lo hice, aunque tienes razón—suspire y mire a
Tomas.
—Buscare a esa chica para que no vuelva a meterse en
esto—me despedí de ellos y regrese a la escuela.
No me tomo mucho tiempo encontrarla, estaba en su
clase de gimnasia entrenando, llevaba uno de esos leotardo
que antes me habían atraído, ahora los consideraba horribles.
Al verme sonrió y como termino su turno se acercó a mí.
— ¿Que pasa cariño?—dijo poniendo una mano en mi
pecho, la tome y aleje de mi, alzo una ceja.
—Le dijiste a Cindy que yo salía con ella por
conveniencia, para obtener algo—ella arrugo su frente—
dime si fuiste tan estúpida de decirle que yo regresaría
contigo, que intestaste golpearla—me molesto el solo pensar
que ella se hubiera acercado a Cindy.
—Tú me crees capaz de algo así—dijo molesta—claro que
no.
—No me mientas Bárbara, te conozco, sé que eres capaz
de eso y más—ella me miro como si la hubiera ofendido.
—Yo jamás haría algo así, menos intentar golpearla, por
Dios—me miro y entrecerró los ojos—no me digas que te fue
con ese cuento, te aseguro que solo lo hizo para llamar tu
atención, sabes que anda diciendo que es tu novia—soltó un
bufido y tuve deseos de golpear algo, me controle—como si
tu salieras con alguien como ella.
130
Entrecerré los ojos y sonreí, no me molesto que todas las
chicas nos estuvieran escuchando.
—Escúchame bien, no te lo voy a volver a decir—me miro
fijamente—no te vuelvas a acercar a ella, no quiero que le
digas estupideces como que vamos a regresar, porque no es
así—apretó su mandíbula—si me entero de que la golpeaste,
no, de que solo intestaste hacerle daño, juro que te vas a
arrepentir.
—No puedo creer lo que dices, le crees mas a ella que a
mí, fui tu novia por dos años.
—Sí, le creo a ella y siempre le creeré a ella por sobre ti—
tomo aire con fuerza y dio un paso hacia atrás— y no creo
eso de que ella anda diciendo por ahí que es mi novia, no sé
cómo te habrás enterado y para tu curiosidad es verdad,
Cindy es mi novia—eso ultimo lo dije con más fuerza para
asegurarme que todas me escucharan—así que deja de
molestarla. Fui lo suficientemente claro.
No espere a que respondiera, solo me aleje de ella
dejándola con la boca abierta de la impresión y echando
chispas por los ojos. Sonreí, si había valido la pana decírselo.
131
Capitulo 6
***
C.: Cumpliste tu venganza al decírselo.
J.: De cierta manera sí, pero también estaba molesto.
C.: Continuare.
J.: Y ahora sobre qué vas a escribir.
C.: De ti y mis impulsos.
***
Jet y yo estábamos en la sala de mi casa el día domingo en la
tarde cuando lo observe unos segundos, mi padre había tenido que
salir por trabajo, nosotros habíamos terminado de estudiar no
hacía mucho y decidimos sentarnos allí. Hacia unas pocas semanas
del incidente con Barbie, no había vuelto a dirigirme la palabra
pero eso no significaba que guardara silencio, cada vez que pasaba
cerca decía algo lo suficientemente alto para oírla, casi siempre
eran leves insultos pero otras veces eran comentarios sobre mi
relación con él. No era eso lo que me molestaba, sino lo que las
demás chicas de su equipo hablaban animadamente.
Jet al sentirse observado levanto la vista.
— ¿Qué?—pregunto sonriendo.
132
—Hablaste con Barbie—el miro hacia otro lado un segundo.
— ¿Por qué dices eso?
—Porque casi todas las chicas de la escuela están comentando
que tu le dijiste que yo soy tu novia y que no se me acercara mas,
mas una suma de cosas increíbles, creo que la mayoría son
mentiras—el paso su mano por su cabello y baje mis hombros—lo
hiciste—me apoye en el sofá y cruce mis brazos sobre mi pecho,
por qué no podía cumplir su palabra.
—Sí, lo hice—dijo él.
—Me dijiste que te mantendrías al margen—el suspiro.
—No podía quedarme callado después de saber que intento
golpearte—negué molesta—que se supone que tenía que hacer,
fingir que nada paso, no puedo hacer eso , me preocupo por ti—lo
mire.
—Pero esto tampoco me ayuda—me tomo de las manos.
—Lo siento, pero no podía quedarme sin hacer nada—lo mire a
los ojos y asentí.
—Lo entiendo, solo, si me dices que vas a hacer algo, mantén
tu palabra—el asintió.
Tomo mi rostro entre sus manos y me beso intensamente, mi
corazón latió muy rápido dentro de mi pecho, quise permanecer
así mucho tiempo. Adoraba sentir sus labios junto a los míos, sus
manos en mi cuello haciendo suaves círculos, el calor de su cuerpo,
quería más de él que solo un beso y eso me abrumaba tanto como
me asustaba.
133
Sabía lo que me pasaba aunque nunca se lo hubiera dicho,
aunque yo lo negara intensamente, estaba enamorada de él,
completamente y eso me aterraba.
Jet dejo de besarme un segundo para susurrarme.
—Cariño, no sabes cuánto te deseo—volvió a besarme y gemí
por su intensidad.
Si, lo sabía, pensé, y eso no disminuía ni un poco lo que sentía,
era como si me hubiera acostumbrado a la idea.
Disfruta, me dije, porque no llegaras muy lejos con él, por lo
menos de eso si estaba segura.
Él me empujo suavemente contra el sofá y me recosté, él lo
hizo a mi lado para quedar frente a frente. Siguió besándome y
sentí su mano en mi cadera, levanto un poco mi blusa y la punta de
sus dedos acariciaron la piel, me estremecí y jadee, él se aprovechó
de eso para hundir su lengua en mi. Ahora ya sabía cómo
responderle y disfrute la batalla que se produjo con nuestras
lenguas, ambas buscando doblegar a la otra. Su dedos subieron
hasta mi cintura donde apoyo toda la palma, metí mis manos en su
cabello, enredando un poco los dedos ahí, él se apoyó suavemente
en mi, cuando sentí su mano subir más cerca de mi pecho y una de
sus piernas comenzar a meterse entre las mías una alarma se
encendió en mi cabeza.
Últimamente Jet estaba llegando más lejos, acercándose cada
vez más a mí, más lejos, con caricias que buscaban ser más íntimas.
Todo tiene su límite, pensé, él se estaba acercando al mío
lentamente, como si me acostumbrara a su tacto.
Cuando su pierna logro posicionarse entre las mías y su mano
se poso suavemente sobre mi pecho la alarma se encendió
134
completamente como si fuera una de bomberos. Me aleje de él
dentro de lo que pude, tome su mano y la quite.
—Espera—logre decir, me miro—no, no quiero…
—Voy muy rápido—dijo con voz ronca, asentí.
El suspiro y apoyo su cabeza en mi hombro pero alejo su mano
hasta tocar mi cadera y movió su pierna de entre las mías, no la
saco, solo la alejo de esa parte de mi, note que un poco mas y
hubiera estado completamente apoyada en él.
Luego de unos minutos levanto la cabeza y me miro, se veía
más tranquilo.
—Lo siento, no pretendía asustarte ni nada—negué.
—No te preocupes, solo que es demasiado rápido para mí—el
asintió.
—Lo entiendo cariño—acaricio mi rostro con sus dedos y me
beso suavemente—solo me descontrole un poco.
Nos sentamos en el sofá, en una distancia que me acomodaba.
—En verdad lo siento—insistió el—tratare de controlarme—
sonreí suavemente.
—Yo también—sonrió, yo también, repetí en mi cabeza.
—Eres mejor que yo en eso.
—No lo creas, que tuve que pesarlo bastante antes de pararte.
—Menos mal que uno de nosotros pensaba.
Entrelace sus dedos a los míos, el me atrajo a su pecho con un
abrazo y nos quedamos así. No tenía la urgencia de llenar el
silencio con una tonta conversación, no era la primera vez que
solamente estábamos juntos sin decir nada, era agradable,
135
tranquilizador. Él comenzó a jugar con mi cabello como siempre
lo hacía y cerré los ojos.
A los minutos sentí la puerta abrirse y supe que era mi padre,
levante la cabeza y lo mire entrar.
—Hola chicos—dijo el quitándose la corbata y lanzándola en
una silla.
—Hola—dijimos los dos al mismo tiempo, nos pusimos de
pie—quieres comer ahora—mi papa me miro y asintió cansado.
Era raro que cuando trabajaba en la granja nunca tenía esa
expresión, pero cuando iba a la universidad mi padre volvía a si,
como si hubiera tenido que soportar muchas cosas en un par de
horas. Mire a Jet.
— ¿Quieres comer con nosotros?—pregunte, el me miro.
—Sí, me gustaría.
Nos movimos a la cocina y comencé a preparar todo, mi padre
y Jet se sentaron frente a frente en la pequeña mesa.
— ¿Cómo va la escuela?—le pregunto mi papa.
—Bien, solo un poco cansado debido a las competencias de
tenis.
—No es el torneo final en unas semanas.
—Sí, el último viernes del mes, el entrenador ha estado
nervioso desde que quedamos en la final—lo escuche suspirar—
desea fervientemente que ganemos.
—Tú no—le pregunto papa.
—Claro, solo que es agotador tener que verlo todos los días
diciéndonos que hacer o que no hacer.
136
—Se pierde el interés cuando no eres libre.
Me gire para ver a Jet asentir, puse la mesa y ellos siguieron
hablando.
—Piensas seguir el próximo año en el club.
—Sí, me gusta, en verdad, solo es un poco agotador—cuando
le serví el arrugo su frente—gracias—me dijo y miro a mi padre—
creo que se debe a que antes no estudiaba mucho, ponía toda mi
energía en entrenar.
Sonreí y le serví a mi papa.
—Gracias—dijo él.
—Pues el tenis, los estudios, novia—me senté entre los dos, mi
papa sonrió—se llevan toda tu energía—jet sonrió y asintió.
—Estoy pensando en dejar una de ellas—mi padre asintió.
—La menos importante.
Solté un bufido, ahora, después de unos meses, mi padre y Jet
se llevaban bien, al principio había sido una relación formal, de
saludos y despedidas, ahora se daban el gusto de tomarme el pelo,
algo bastante gracioso. Mire a Jet y dije como si nada.
—Tu novia sea quizás la mejor opción—el me miro fingiéndose
alarmado.
—Si termino con mi novia ya no me ayudaría en mis estudios—
arrugue mi frente.
—Tampoco te iría a animar en tus partidos—dijo mi papa.
—Aja—solté y me concentre en mi comida, ambos se rieron.
—Solo bromeaba—dijo el e intento peñizcarme, me aleje.
137
—Basta, estoy comiendo—sonrió.
Mi padre se rio suavemente y lo mire.
—Y tu no le ayudes—el asintió y siguió comiendo.
Cuando acabamos Jet se despidió de mi padre y lo acompañe a
que tomara el bus, paso su brazo por mis hombros mientras
caminábamos, deposito un beso en mi cabeza.
—Solo bromeaba—me dijo con una sonrisa en los labios.
—Aja—le dije yo, piñizque su vientre y se quejo—tienes mucha
suerte—el arrugo su frente—tu novia tiene mucha paciencia—más
de la que crees.
—Pues yo también tengo mucha paciencia con ella—entrecerré
los ojos y negué, como intente alejarme de él me agarro de la
cintura para mantenerme cerca, estábamos en la parada de buses—
no te molestes—sonreí suavemente.
Lo abrace por el cuello y me beso.
—Yo no me molesto—le dije, se rio.
—Finjamos que es verdad—asentí riendo.
Acaricie su mandíbula y sus labios, se veía tranquilo, feliz, yo
extrañamente lo estaba y ese me hizo querer decirle lo que sentía,
suspire y solo escondí mi cara contra su pecho.
—Como es que aun no me voy y ya te extraño—dijo él, sonreí
y lo mire.
—No dicen que eso es bueno, aun no te aburres de mi—se rio
con ganas.
138
—Yo sabía que ibas a divertirme bastante—suspiro—pero eso
de extrañar…—murmuro, justo en ese momento el bus apareció y
lo hizo parar.
Aunque sabía que estaba mal, que no debía hacerlo, que no iba
a ganar absolutamente nada e incluso iba a perder demasiado,
cuando él estaba por subir al bus, lo detuve y me miro, me acerque
para besarlo rápidamente, llegue a su oído y susurre.
—Te amo—con eso me aleje de él y camine a mi casa sin mirar
atrás, escuche el bus irse y mire en su dirección, él había abordado.
—Aggg—casi grite molesta—por qué no puedo quedarme
callada—me sentía torpe y tonta, y lo era. Como fui capaz de algo
así, como podía sentir algo por el sí sabía porque estaba conmigo,
como era posible que nada de eso mantuviera mis sentimientos
restringidos, a raya. Se suponía que solo me iba a divertir un
tiempo, iba a tener a Jet como novio y al acabar el año, iba a
terminar con él, pero no, tenía que enmaromare. Llegue a mi casa
y me fui a mi habitación.
Me moví de un lado a otro sin saber qué hacer, decir o pensar.
No te hagas ilusiones, no te formes una idea equivocada, me dije.
Mi teléfono sonó y corrí a verlo, tropecé con mi cama y casi caigo
de bruces al suelo, al ver quien era me decepcione.
—Hola Liz—dije sin ánimo.
—Uf, estabas dormida—pregunto.
—No, solo…pensé que era otra persona.
—Lamento decepcionarte—dijo con ironía.
—Lo siento—me disculpe.
—No importa, creíste que era Jet—suspire.
139
— ¿Por qué me llamas?—ella suspiro.
—Cinderly—hice una mueca.
—No me llames así.
—Dime qué pasa, o mañana no dejare de preguntártelo.
—Está bien, pero no se lo digas a nadie.
—Nadie, nadie—pregunto.
—No, es vergonzoso—ella espero—le dije te amo, se me
escapo, justo cuando estaba por irse en el bus se lo dije—ella tomo
aire con fuerza—lo sé—me queje— no debí hacerlo, pero solo
salió de mi.
—Bien, espera, esto debe ser malo solo debido a una cosa—
mire mi habitación y me senté en mi cama—no te lo dijo.
—No—dije desanimada, como iba a decírmelo.
—Nunca han hablado de lo que sienten.
—No, nunca de esos sentimientos—bueno me había dicho que
me deseaba, pero eso era privado y no contaba, suspire.
—Solo eso—ella suspiro exageradamente.
—No sé qué hacer, no puedo decirle, oye lo de la otra noche
olvídalo, no fue nada—me queje.
—No es malo que le digas lo que sientes.
—Ahora mismo pienso que si, y el no siente lo mismo.
—Eso no lo sabes.
—Pero…
—Es hombre, a ellos siempre les cuesta decir lo que sienten, a
lo mejor lo tomaste por sorpresa.
140
—Pues sí que lo tome por sorpresa—mire la fotografía que él
me había dado hacía mucho tiempo y otra sobre mi escritorio,
estábamos juntos a la salida del cine—insisto, y si no siente lo
mismo.
—Pues, eso complicara todo.
—Como voy a mirarlo a la cara.
—Finge que nada paso.
—Tú crees.
—Sí, hazlo, si él decide decirte algo tendrás que afrontarlo pero
sino no te preocupes, solo tienes que tener paciencia.
—Pero si no siente lo mismo.
—Cindy—dijo ella.
—Me siento como una tonta.
—Yo no sé lo que siente por ti, pero tú no solo le gustas, va
más allá de eso.
— ¿Cómo lo sabes?
—Por cómo te mira cuando tu no lo miras, es espeluznante—
voltee mis ojos—en verdad hay algo mas ahí que solo un me
gustas.
Suspire.
—Sabes que Tomas me invito al cine…—sonreí, ya sabía que
algo iba a pasar entre ellos, le agradecí mentalmente que me hiciera
pensar en otra cosa, debía olvidar el asusto por ahora.
141
Capitulo 7
***
J.: Eso me dejo mudo de la impresión.
C.: A mi igual, no lo esperaba.
J.: Tampoco yo sinceramente, aunque fue agradable.
C.: Mejor continúo.
J.: Espera, ahora es mi turno, no eres la única que no
puede mantener su boca cerrada.
C.: Adelante, todo tuyo.
***
No habían pasado ni dos minutos luego de llegar a mi
casa cuando tome mi teléfono.
—Que—contesto una voz adormecida.
—Estas durmiendo—dije y mire el reloj en mi mesita,
eran las 11 de la noche.
—Hay gente que se acuesta temprano—dijo Tomas y se
quejo—yo no tengo novia que me mantenga despierto.
—Por ahora—le dije al recordar a Liz, al parecer le estaba
comenzando a gustar.
—Quien sabe—dijo—a que se debe tan grata sorpresa.
—No me lo vas a creer—dije rápidamente.
142
— ¿Que pasa?
—Es Cindy—dejo de respirar por un segundo.
—Descubrió la verdad—mi estomago se contrajo al oír
eso.
—Claro que no—solté.
—Entonces.
—Me dijo que me amaba—silencio—Tomas.
—Y eso es…—que, no lo veía.
—No entiendes lo que pasa.
—No se supone que quieres eso, que este enamorada de
ti, no es la idea, ahora dime cual es el problema.
—No lo sé—me queje—no logro olvidarlo, tengo una
maldita y extraña sensación dentro de mí.
—Ho diablos—dijo él—no me digas que tu…
—No—dije enseguida imaginando lo que pensaba—solo
no puedo olvidarlo.
—Quizás es el remordimiento.
—Y desde cuando yo tengo remordimiento.
—No pretendas ser conmigo un tipo duro y toda esa
mierda, te conozco desde el jardín de niños—voltee mis
ojos—eres una buena persona, aunque te moleste.
—Aggg—me queje al oírlo—si fuera una buena persona
no habría hecho esa apuesta.
—Lo sé—nos quedamos callados.
— ¿Que se supone que haga?
143
—Si quieres acostarte con ella lo sabes, si te comportas
como es debido también lo sabes y si te gusta de verdad
puedes decirle lo que sientes—me queje.
—Ninguna otra idea.
—No, solo tienes esas tres, aunque la última es la mejor,
creo.
—Sí, claro.
—En verdad no sientes nada por ella—arrugue mi frente.
—Ese es el problema—le dije despacio, pase mi mano por
mi cabello—no sé lo que siento, pero tampoco quiero
terminar con ella, o con todo esto, o hacerle daño, tengo un
maldito enredo de pensamientos, que casi me dan dolor de
cabeza.
—Jet—dijo el serio, o rayos, odiaba cuando se ponía serio,
era como mi maldita conciencia—aunque tú lo niegues, todo
lo que quieras, yo sé que esto va mas allá de una apuesta,
estoy casi seguro que sientes algo por ella.
— ¿Por qué crees eso?—pregunte irritado por sus
palabras, aunque lo negara sabía que era verdad.
—Por como la miras cuando ella no te mira, o cuando
crees que nadie te mira a ti—arrugue mi frente—tiene una
expresión de lo más divertida.
—Que gracioso, no—dije molesto, suspiro.
—No bromeo—dijo él.
—Lo sé, lo sé.
144
En la escuela.
—Una semana—repetí mirando a Maly.
Estábamos en el patio de la escuela, sentados en una
banca. Note que ahora ya no nos miraban tanto, al principio
muchos se sorprendieron de vernos sentados con las
microbios.
Liz suspiro, estaba sentada al lado de Tomas.
—Su abuela enfermo, ella vive en el norte, a varias horas
de viaje—me miro—Cindy fue con ella para ayudarle ya que
vive sola.
—Debió haberme llamado—dije.
—Quizás lo haga en la tarde—comento Anita—me llamo
en la mañana para decírmelo, apenas se había enterado y
estaba saliendo de su casa.
—Entiendo—dije pero me pregunte por qué no me había
llamado a mí.
Mire alrededor como si ella fuera a aparecer, sabía que no
era así y eso me hacía sentir decepcionado.
—Ahí está Barbie—dijo Maly y suspiro.
Mire en la dirección para ver a la chica de pie con sus
amigas a unos metros de nosotros, me pregunte que sentiría
ahora al estar en otra mesa diferente, siempre nos
sentábamos en la misma mesa antes, ahora ni siquiera nos
dirigíamos la palabra, pero ahora me sentía mejor que antes.
—Ha vuelto a molestar a Cindy—les pregunte a las chicas,
se miraron entre si—lo ha hecho—asegure y mis hombros
cayeron, ella no me había dicho nada, esa chica.
145
—No como la otra vez—dijo Liz—solo comentarios
molestosos cuando pasamos cerca de ella.
—Nada que valga la pena—dijo Anita.
Ellas comenzaron a hablar de otras cosas, mire a Barbie
un segundo, ella miro en mi dirección y alzo una ceja. La
ignore y me concentre en el libro que tenía que leer para
literatura.
Mi teléfono sonó a eso de las 10 de la noche, estaba
recostado sobre mi cama sin camiseta a punto de quedarme
dormido, lo tome y sonreí, Cindy.
—Estoy molesto contigo—dije enseguida.
—Y eso a que se debe—dijo ella, se oía cansada.
—Estas bien—le pregunte.
—Si—dijo—pero dime por qué estas molesto conmigo.
—Te fuiste sin decirme nada, me hubiera gustado
enterarme por ti que por tus amigas.
—Por eso te llamo ahora, para decírtelo, no pensé que te
molestaría.
—Claro, por qué ha de molestarme que mi novia se vaya
una semana—la oír reír suavemente—no es gracioso—le
dije, aunque también sonreía, bostezo—te oyes muy
cansada.
—Lo estoy—murmuro—como estuvo tu día.
—Aburrido sin ti, cuando regresaras.
146
—No lo sé, creo que dentro de una semana pero no estoy
segura, depende de lo que tarde mi abuela en recuperarse.
—Está bien, que le paso.
—Nada grave, solo se le agravo un resfriado y tienen que
pasar varios días en cama, es una mujer muy testaruda.
—Ya sé a quién te pareces.
—Mm—dijo ella—puedes creer que aquí durante el día
hace un calor horrible pero la noche es todo lo contrario,
tengo frio.
—Me gustaría estar ahí contigo, calentaría tu cama—se
rio suavemente.
—No solo mi cama—murmuro y cerré los ojos al
imaginarlo, ambos muy juntos en una cama, piel contra piel,
suspire y trate de pensar en otra cosa, me era casi imposible.
—Estas tentándome—dije en voz baja.
—Tu comenzaste—suspiro.
—Creo que es mejor que cuelgue, debes descansar, no
quiero que termines tu enferma.
—Mm—se quejo—sé que tienes razón pero no quiero,
háblame sobre algo, cualquier cosa—sonreí.
—Como de nuestra cita para el cine cancelada—recordé.
—Lo siento—dijo suavemente, al parecer se estaba
quedando dormida, me pregunte como seria dormida, como
se vería, arrugue mi frente ante ese pensamiento.
—Podemos dejarlo para otro día, debes colgar cariño, creo
que te estás quedando dormida.
147
—Aguafiestas—murmuro, me reí—está bien.
—Descansa—le dije.
—Igual tu.
Colgué y observe el teléfono unos segundos, me reí
suavemente. Ella no había dicho nada sobre el domingo y su
declaración, y que esperaba, que lo dijera de nuevo, hice una
mueca al descubrir que parte de mí si lo quería.
No solo estuvo fuera una semana, si no 10 días. La echaba
de menos como a nadie, me había acostumbrado a verla
todos los días. Echaba de menos su risa, el estudiar con ella,
su voz, el besarla y tocarla, me sentía como si una gran parte
de mi se hubiera ido con ella, tenía un vacío en el pecho que
me hacía sentir incomodo gran parte del día, esto solo
disminuía cuando hablaba con ella por teléfono y si ella no
me llamaba lo hacía yo. Me descubrí mirando la hora en mi
cama todos las noches, solo esperaba hasta las diez y media
para llamarla, y no solo eso, era yo quien la llamaba casi
siempre.
El último día me llamo ella para decirme que regresaba el
día miércoles y que iría el jueves a la escuela, yo le dije que
teníamos que recuperar las horas de estudio y que lo
haríamos en mi casa como siempre, acepto. Ambos sabíamos
que no íbamos a estudiar ni nada, solo la quería para mi, un
momento a solas.
Cuando la vi el día jueves en la mañana, en clases de
matemáticas, su piel estaba un poco mas morena de lo
normal, un cambio sutil que fui capaz de notar enseguida,
ella me sonrió y esa incomoda sensación que mantenía
148
dentro de mi desapareció en seguida, en ese mismo
momento lo supe, sentí mi rostro tensarse y la vi arrugar su
frente.
—Mierda—murmure y mire al frente de la clase, sentí a
Tomas mirarme pero solo mantuve mí vista en el pizarrón,
estaba demasiado sorprendido para decir algo.
No podía ser posible, eso era lo que sentía, por eso me
había sentido tan vacío y solo toda esa semana y más, por eso
al verla mi cuerpo se relajo un segundo y al siguiente se lleno
de deseo, necesidad, alegría, cariño… amor.
Estaba enamorado, está enamorado de Cindy, estaba
enamorado de una de las microbios. Apreté el puño bajo la
mesa, intente sentirse molesto pero no pude, solo sentí que
me había quitado un peso de encima.
Pasé todo el día pensando en lo que había descubierto y
cuando llego la hora de irse a casa, tuve por un solo segundo
el impulso de irme solo, me arrepentí en seguida.
Me encontré con Cindy en su casillero, estaba sola, todos
nuestros amigos se habían ido rápidamente de la escuela.
Llegue cerca de ella y levanto la vista, sonrió.
—Hola…—logro decir, pero la calle con un beso, la atraje
hacia mí y ella apoyo sus manos en mi pecho, me agarro de
la camisa, no para alejarme, si no para mantenerme ahí.
No habían pasado ni 5 segundos cuando nos
interrumpieron.
149
—Chicos—dijo un voz seria a nuestro lado y nos alejamos,
ambos miramos al profesor de matemáticas—están en la
escuela, deben comportarse.
—Sí, lo siento profesor—dijo Cindy llevándose una mano
a la boca—no volverá a pasar.
Ella me tomo de la mano y la apretó un segundo.
—Lo lamento—dije, aunque no era verdad, el hombre alzo
una ceja y se fue.
—Adolecentes—le oí murmurar.
Cindy se rio a mi lado y la imite.
—Lamento que nos descubrieran.
—Yo igual—dijo ella, cerro tu taquilla y tomo su bolso—
vamos.
Llegamos a mi casa en pocos minutos, observe una nota
en un mueble.
—Estamos solos—le dije a ella, me miro—mi madre salió
por un trabajo y se llevo a Aníbal.
—Ya veo.
—Vamos arriba.
Caminamos a mi habitación tomados de la mano, en ella
Cindy dejo su mochila en una silla, yo en la cama, la vi
girarse en mi dirección, caminar hasta mí sonriendo. Mi
corazón aumento sus latidos, mis manos picaron por tocarla
y cuando llego a mi lado, cuando me abrazo por mi cuello y
beso, solo pude responderle con la misma intensidad y más.
Este beso me sabia tan diferente, tan dulce, agradable.
150
La afirme de la cintura y la empuje a la cama, ambos
caímos sobre ella pero no nos detuvimos, seguí besándola
intensamente hasta que disminuimos el ritmo, besándonos
más suavemente, más lentamente, disfrutándolo mejor. Baje
por su cuello y llegue a su hombro para empujar un poco su
camiseta. Ella acaricio mi rostro con sus dedos y yo tome su
mano, entrelace sus dedos con los míos y la lleve sobre su
cabeza, seguí besándola sin soltarla y me apoye un poco en
la cama, para que no soportara mi peso.
—Se siente… un poco diferente—susurro, la mire y la
bese.
—Lo es—dije y me estremecí al sentir sus dedos en mi
cuello, con delicadeza, como si me fuera a romper.
— ¿Por qué?—pregunto, su aliento haciendo cosquillas en
mi oído.
Bese la piel debajo de su oído y le susurre.
—Te extrañe—se estremeció haciéndome sonreír—
mucho.
—Te debo muchas horas de esto—dijo, me reí
suavemente.
—Muchas, muchas—le asegure—incluso vamos a tener
que disminuir las horas de estudio para ponernos al día—se
rio suavemente.
—Tengo mis dudas con eso—la mire—se acercan los
exámenes, la competencia de tenis, podemos guardar esta
horas para después—suspire y me apoye en ella, con mi
151
cabeza en la curva de su cuello, ella acaricio mi cabello
suavemente—tan malo suena.
—Son muchas horas, quizás semanas—soltó una
carcajada, su pecho se sacudió bajo de mi.
—Semanas—repitió, asentí, mire hacia abajo, la piel que
se veía de su vientre plano, libere mis dedos de los suyos y la
toque. Su vientre se contrajo un poco al sentirme pero no me
detuvo. Con la punta de mis dedos hice un círculo alrededor
de su ombligo, luego apoye toda mi palma en ella y la
acaricie con el pulgar, lentamente. Cerré los ojos y solo me
quede ahí.
Ella acaricio mi brazo, mi cabello, era relajante,
adormecedor.
—Espera—dijo y me alejo, la vi sentarse en mi cama,
tomar mi reloj despertador y cambiar la hora, lo dejo en la
mesa, volvió a acostarse y me trajo hacia ella, la mire
curioso—por si acaso nos quedamos dormidos—me reí
suavemente y regrese a mi lugar entre sus brazos.
Volví a cerrar los ojos y ella a acariciarme, el
adormecimiento regreso. La atraje más hacia mí,
abrazándola y poniendo una de mis piernas sobre las de ella.
No quería dormirme y desperdiciar mi tiempo con ella, pero
tampoco quería moverme.
—Como está tu abuela—le pregunte para distraerme.
—Mejor, le tomo más tiempo recuperarse, pero ya era
capaz de hacer todo sola.
—Vive sola.
152
—Si—dijo— mi abuelo murió hace unos años, mi padre
ha intentado convérsenla que viva con nosotros pero no
quiere, le gusta su independencia.
—A quien no—murmure.
Moví mi pulgar por su vientre, ella se revolvió suavemente
bajo mío.
—Me haces cosquillas—dijo, detuvo mi mano con la suya
y sonreí.
—Esto—dije moviendo mis dedos.
—Basta—se quejó he intento mover mi mano, pero era
más fuerte que ella y no me detuve.
Comenzó a reírse y revolverse, yo continúe haciéndole
cosquillas. Quiso empujarme pero se lo impedí afirmándola
con mi cuerpo, comencé a reírme con ella sin saber el
porqué, pero el solo hecho de escucharla reír provocaba esa
misma reacción en mí.
Ella puso una de sus manos en mi espalda mientras se
reía y la arrastro hacia abajo, me estremecí sin querer y ella
se detuvo, la mire. Tenía los ojos entrecerrados, como si
pensara en algo importante, de repente sonrió con malicia y
arrugue mi frente, no alcance a alejarme de ella cuando supe
lo que iba a hacer, ella volvió a arrastrar su mano por mi
espalda y descubrió, al igual que yo, que eso me provocaba
cosquillas.
Ahora era yo el que se revolvía riéndose con ganas, ella me
atrapo con sus piernas para impedir que me alejara, sus
153
manos me atacaron por todos lados, cuando logre
recuperarme un poco las tome y lleve sobre su cabeza.
Al cabo de un minuto respirábamos agitadamente, yo aún
sobre ella, afirmando sus manos, ella rodeándome la cintura
con sus piernas. La mire y libere sus manos, no las bajo. Ella
bajo un poco sus piernas hasta apoyarlas en la cama, fue todo
el movimiento que hicimos, luego solo nos miramos a los
ojos, yo temiendo moverme, quizás ella pensando como yo.
Por puro instinto me acerque a ella un poco y apenas la
bese, cuando me aleje su rostro siguió al mío y sonreí,
regrese a ella para besarla más profundamente, no
demasiado, solo lo suficiente para sentir sus labios junto a los
míos.
Sentí sus manos en mi rostro, acariciando, yo moví las
mías por su cintura, su cadera y volví a subir.
No podía seguir haciendo esto, no aquí, en la casa de mi
madre. Por qué no, pregunto mi cabeza, lo has hecho antes,
cuantas veces Barbie había estado aquí, haciendo más cosas
que solo besarnos, pero ella no es Barbie, a ella la amaba.
Alce la cabeza al pensarlo, ella me miro confundida y
sonreí.
—Te amo—le dije, abrió la boca por un segundo y luego
la cerró, me miro como si me examinara. Al cabo de unos
segundos su sonrisa regreso suavemente y al observar sus
ojos vi lo mismo que yo sentía.
—Yo también te amo.
154
Me reí con ganas y la bese, ella me imito y me abrazo por
el cuello.
—Hijo—dijo mi madre apareciendo por la puerta, nos
congelamos—ho Dios—la oí decir antes de regresar al
pasillo.
—Ho no—murmuro Cindy y me puse de pie, se había
sonrojado completamente, me miro, tenía una expresión
entre avergonzada y preocupada, me acerque a ella.
—No es nada.
—Nada—dijo—tu madre nos vio…—apunto la cama sin
terminar la frase, sonreí.
—Que—me miro—besándonos, acariciándonos, no hay
nada de malo en eso—ella gimió.
—Cómo puedes decir eso, cuantas veces te han
atrapado—lo pensé.
—Nunca—dije, increíble, la primera vez y era con ella.
—Quizás debería hablar con ella—dijo, negué.
—No te preocupes, en verdad no es nada—arrugo su
frente—iré a ver que quiere.
Ella suspiro y asintió, antes de salir volví a besarla, sonrió.
Cuando regresé estaba sentada delante de mi escritorio,
había sacado sus cuadernos y supe lo que significaba.
—No—me queje y dejo de observar la fotografía que tenia
de ella, me miro.
—Ven aquí—dijo, apunto la silla y me volví a quejar—
trabajemos.
155
Suspirando pesadamente lo hice, ella solo se rio de mi
unos segundos.
156
Tercera Parte
La triste verdad
157
Capítulo 1
***
J.: Quedaste muda de la impresión.
C.: Pues sí, no puedo decir otra cosa, es…
J.: La pura verdad, eso fue lo que paso.
C.: No duro mucho tiempo.
J.: No, lamentablemente, lo bueno nunca dura mucho.
***
Me rendí, así de simple, no podía ni quería seguir pensando en
la apuesta. Decidí solo seguir con esto porque quería, allá Jet y
Gustavo si seguían con su juego, si él lo hacía pues tendría que
asumir la responsabilidad, si no, bueno, eso no lo sabía, lo único
que podía hacer era asegurarme de los sentimientos de Jet, saber en
verdad lo que sentía por mi y luego decirle lo que “yo” sabia y
sentía, enfrentarlo y soportar cualquier cosa que pase.
Levante la cabeza cuando escuche el jadeo de mis amigas,
estábamos viendo a Jet en una de sus competencia de tenis, hacía
frío y no podía dejar de temblar.
Note que él tenía su mano en su vientre y una mueca de dolor.
— Que, que me perdí—le pregunte a Anita, todos me
miraron— que—insistí.
158
— Jet recibió un golpe en su estómago con la pelota, no
alcanzo a esquivarla—dijo Tomas, hice una mueca.
— El tipo lo hico a propósito—soltó Liz a su lado antes de
estornudar, Tomas sonrió y le paso su brazo por su hombro, ella
lo miro y sonrió.
— Dejo de mirar un segundo y pasa esto—me queje, Jet
camino a un lado de la cancha y hablo con el árbitro, este asintió.
— 2 minutos de descanso—dijo este.
Tuve deseos de caminar hasta él y ver si estaba bien, pero sabía
que no sería muy adecuado que me metiera a la cancha así que solo
me conforme con verlo sentarse y hablar con su entrenador.
Regresaron al juego al poco tiempo, no le tomo mucho a Jet
ganar. Lo vi doblemente concentrado, como si quisiera terminar lo
antes posible. Me preocupe por él, probablemente se había
lesionado y solo quería acabar con esto.
Todos aplaudimos al acabar el juego, rodeamos la cancha y
llegamos cerca de él. Me miro y sonrió.
—Felicidades amigo—dijo Tomas—dos juegos más y ganaras
el torneo—el asintió.
Cuando llegue a su lado, metió su mano en mi cabello y me
beso, intente acercarme pero me lo impidió.
— Apesto—murmuro, me reí.
— ¿Estás bien?—pregunte, dudo un segundo y arrugue mi
frente.
— No fue nada.
159
— Seguro—dijo Rodrigo y lo golpeo suavemente en su vientre,
Jet se quejó un segundo.
— Oye—lo regañe, él se encogió un poco sonriendo.
— Mejor iré a bañarme—dijo Jet.
Asentí y todos nos movimos hacia los camerinos.
Mis amigas y yo esperamos fuera, Tomas también lo hizo, solo
para quedarse con Liz, al mirarla sonreí. Hacia una semana que
estaban juntos y desde entonces apenas se separaban.
— No puede ser—dijeron detrás de nosotros, voltee mis ojos,
podía reconocer esa voz en cualquier parte.
— Hola, Barbie—dije y me gire, todos nos miraron, Tomas
volteo sus ojos.
— Y que hacen ustedes aquí.
— Admiraron los olores que salen de este lugar—dijo Maly sin
mirarla y apuntando al camerinos de chicas, todos nos reímos.
— Sí, es lo único que pueden hacer, admirar—dijo ella
sonriendo, alce una ceja, ella miro a Tomas—como has estado
Tomas.
— Bastante bien—dijo el mirando a Liz, mi amiga sonrió.
— Me pregunto qué les pasara a ustedes—el alzo una ceja—
con esto de salir con las…
— Guárdate tus comentarios para ti—dijo Jet saliendo del
camerino, se acercó a mí y tomo mi mano, miro a Barbie y este
alzo una ceja.
— Como sea—dijo alejándose de nosotros.
160
— Barbie otra vez—pregunto Rodrigo, Jet asintió y llevo su
mano a su vientre distraído.
— Te acompaño a tu casa—le dije, me miro.
— Y quien te acompañara a la tuya—negué.
— Eso no es problema—toque su vientre, se quejó—vamos.
Todos se rieron.
— Ta ganaron amigo—dijo Tomas, Jet soltó un bufido pero
me siguió.
Nos despedimos de nuestros amigos y llegamos a su casa,
salude a su madre y hermano y nos fuimos a su habitación. Él dejo
su bolso en un rincón y se acostó en la cama, me senté a su lado
tenía los ojos cerrados.
— ¿Te duele?—le pregunte y me miro.
— Pasara, no es la primera vez que me golpean con una
pelota—sonrió suavemente.
— Espera—le dije y me moví hacia la puerta.
— ¿Dónde vas?—pregunto, le sonreí.
— Regreso enseguida.
Llegue a la cocina y vi a la señora Ester preparando la comida,
al verme sonrió.
— ¿Qué pasa?
— Necesito hielo—arrugo su frente—Jet se lastimo durante el
juego.
— Una pelota—dijo, asentí y negó suavemente—mejor te daré
esto.
161
Se acercó al refrigerador y saco una compresa fría, me la dio.
— Y—murmuro—esto, un antinflamatorio.
— Llevare un vaso de agua—asintió.
— Hay jugo en el refrigerador.
— Gracias.
— Toma esto también.
Regrese al cuarto de Jet con un vaso de jugo, un medicamento,
una compresa y una tarta de chocolate. Él, al verme llena de cosas
alzo una ceja.
Deje todo en la mesita de noche y me senté.
— ¿Hambre?—pregunto él, sonreí.
— Tu madre—volteo sus ojos y volvió a recostarse.
— Toma esto—le dije, puse la pastilla en su mano y le mostré
el vaso de jugo, la miro un segundo y luego la trago, bebió un
poco—ni siquiera quieres saber que era—sonrió.
— Por qué, es algo malo.
— Claro que no.
— Lo sabía, confió en ti—eso me hizo sonreír.
Tome la compresa y levante su camiseta oscura, el solo me
observo. Mire la macha purpura que se estaba formando debajo de
sus costillas. Pase mis dedos por su alrededor suavemente. Lo mire
cuando su vientre se contrajo pero no dijo nada.
Sonriendo tome la compresa y la puse encima, se quejo un
segundo, baje su camiseta y comencé a comer, el abrió la boca y le
di.
162
Al acabar observe la hora, no era demasiado tarde, todavía
podía quedarme un poco.
El suspiro y lo mire, luego me acosté a su lado y apoye mi
cabeza en su pecho con cuidado, me abrazo.
Lo sentí quedarse dormido y suspire.
Adoraba estos momentos de tranquilidad con él, claro, como
muchos otros, pero los mejores eran cuando solo estábamos así,
tranquilos.
Media hora más tarde me levante un poco, él se movió inquieto
y me abrazo con más fuerza.
— Quédate—murmuro, sonreí.
— No puedo, es tarde—él se quejó y movió su rostro en mi
dirección, abrió los ojos, aun parecía dormido. Le sonreí y me
acerque a él para besarlo, no se movió, solo me dejo hacer.
Esta vez yo lo bese, lentamente, como si tuviera toda la noche
para hacerlo. Al alejarme suspiro.
— Descansa, mañana tienes otra competencia—él se movió un
poco y miro alrededor, luego a mí.
— Creo que aún estoy dormido—sonreí y me puse de pie, se
sentó.
— Descansa—le dije.
— No quieres que te acompañe—negué y sonreí al ver que
fruncía el ceño, lo bese.
— Prefiero que descanses—él sonrió y negó.
— Yo prefiero acompañarte.
163
Y así lo hizo, hasta la parada del autobús, quedándose conmigo
hasta que subía a él y me despedí con la mano.
***
Una vez más, pensé, un punto más y ganaba.
Apreté el mango de la raqueta y me incline levemente mi
cuerpo, no perdí de vista a mi oponente, mi último oponente.
— No pienses tanto—recordé la voz de Cindy de repente y
me tense—si lo piensas demasiado perderás la oportunidad,
solo hazlo.
Sonreí suavemente y mi oponente arrugo su frente. El
realizo su saque, pude determinar la trayectoria de la pelota,
me moví en su dirección y golpee con fuerza, la observe. Él
no fue capaz de contestarla.
— Punto—dijo el árbitro y respire.
Luego escuche el grito de los chicos a mí alrededor.
— Set y juego para Farraguer—continuo el árbitro, sonreí.
Me acerque a la mitad de la cancha y le di la mano a mi
contrincante, luego al árbitro y por ultimo al entrenador que
además me golpeo la espalda felicitándome.
Salí de la cancha y recibí varias felicitaciones, compañeros
del equipo, compañeros de la escuela, algunos profesores e
incluso Barbie estaba ahí, al verme sonrió y se acercó, me
detuve a un metro.
— Felicidades—dijo, alce una ceja.
— Gracias.
— Podríamos…
164
— Hey—dijo una voz detrás mío y me gire sonriendo, y de
paso olvidándome completamente de Barbie.
Cindy me abrazo y reí.
— Felicidades—me dijo al oído, apreté su cintura un
segundo y la mire.
— Gracias—justo cuando iba a besarla alguien me golpeo
la espalda.
— Hey, amigo, bien hecho—Tomas, todos los demás
aparecieron.
— Y que vamos a hacer para celebrar—pregunto Rodrigo.
— Pizza—dijo Anita, la miramos—hace tiempo que no
comemos.
— Bien—dijo Rodrigo—hagamos eso.
— Pero primero déjenme cambiarme de ropa—dije, todos
asintieron. Le di un beso a Cindy y me aleje de todos.
Luego de ducharme y mientras me cambiaba ropa
Gustavo apareció, alce una ceja cuando se apoyó en uno de
los pilares.
— ¿Qué pasa?
— ¿Cómo vas con la apuesta?
Arrugue mi frente, no había pensado mucho en eso, a
decir verdad ni siquiera me importaba, abrí mi boca para
decírselo pero la cerré al ver que sonreía.
— Bien—solté sin pensar—bastante bien, no lo vez.
Él se encogió de hombros y miro alrededor.
165
— Queda menos de un mes de clases y luego el baile—me
examino—o te estás arrepintiendo.
— Que, crees que ya ganaste.
— Eso significa que yo lo hiciste—cerré mis boca y
termine de vestirme, el me siguió hacia la puerta—entendería
si no.
Me detuve al lado de la salida.
— Qué demonios significa eso—él sonrió.
— Que no cualquiera se acostaría con…—cerro la boca de
repente, probablemente debido a la expresión de mi rostro y
que lo había agarrado de su camisa.
— Termina la frase—lo rete, el entrecerró los ojos y me
alejo de él con un empujón.
— Pero no lo has hecho, eso se debe a algo—le di la
espalda.
— No tengo por qué decirte algo—lo mire—no se supone
que tengo hasta la fiesta.
— Claro—se rio y deteste el sonido—entonces hasta la
fiesta, quiero un informe con lujo de detalles—abrió la puerta
y me miro—o mejor no—arrugo su nariz—preferiría que
omitieras detalles.
Escuchamos un ruido fuera y fuimos a ver, no había
nadie, mire a Gustavo unos segundos.
— Sabes—me miro—no voy a seguir con la apuesta, me
retiro, si quieres di que ganaste, pero esto se acabó.
El alzo una ceja y me estudio.
166
— ¿Alguna duda?—pregunte.
— Ninguna—sonrió con prepotencia—sabía que no
podrías—le devolví la sonrisa.
— Quien sabe—me encogí de hombros—no es algo que
vayas a saber, pero gracias—arrugo su frente.
— ¿Por qué?
— Porque gracias a esto conocía a Cindy, oye, si no
hubiéramos hecho la apuesta quizás habría regresado con
Barbie—me estremecí—otra cosa que agradecer.
Cuando regrese con mis amigos ellos hablaban de la
salida, mire a Cindy y note que se había puesto su chaqueta,
hablaba animadamente con Liz, sonreí y llegue a su lado.
— Vamos—le dije, ella dejo de hablar en seguida y me
miro.
Pero que, pensé, sonrió suavemente.
— Claro, vamos—dijo ella y la seguí.
Que fue eso, por un segundo creí que me miraba como si
yo le molestara, negué y olvide el asunto, debía ser solo mi
imaginación.
En el restaurant pedimos varios tipos de pizza, me senté al
lado de Cindy, ella hablaba con sus amigas, me encogí de
hombros y hable con los demás. Nos quedamos un rato en el
lugar, era la última vez que podríamos reunirnos todos por
simple gusto, la próxima semana comenzaban los exámenes
finales, nadie tendría tiempo libre y menos yo si quería
mantener mi promedio.
Cuando estábamos por irnos me acerque a Cindy.
167
— Vas a mi casa un rato—le pregunte, me miro y arrugo
su frente.
— No podría quedarme mucho tiempo, solo unos
minutos, quizás otro día—mis hombros cayeron, sabía que
tenía razón.
— Sigo esperando que algún día te quedes a dormir—ella
entrecerró los ojos— ¿no te parece buena idea?—pregunte.
— Es poco probable que pase eso.
— Lo sé—sonreí con picardía—aun así seguiré
esperando—ella volteo sus ojos.
— Ya vámonos—dijo Tomas—están cerrando y somos los
únicos aquí.
Acompañe a Cindy a que tomara el bus luego de
despedirnos de los demás, todos, incluso Maly y Gustavo se
fueron en parejas, eso me sorprendió.
— Vendrás a mi casa mañana—le pregunte mientras
esperábamos, me miro.
— No puedo, tengo mucho trabajo en el establo.
— Ya veo—murmure.
— Ya debo irme—la oí decir suavemente.
El bus paro frente a nosotros y abrió sus puertas.
— Nos vemos—murmuro y sorprendido vi como subía sin
decir nada más.
Observe el bus doblar en una esquina y me quede parado
unos minutos en el mismo lugar. ¿Que pasa aquí? me
pregunte.
168
Luego de unos segundos regrese a mi casa. En mi
habitación tome mi celular y espere, sabia cuanto tiempo le
tomaba llegar a su casa, siempre me llamaba para decirme
que había llegado bien, yo también lo hacía cuando salía
tarde de la suya, pero esta vez espere, y espere, y espere.
Cuando era demasiado tarde me preocupe seriamente.
Pensé en llamarla pero dude así que solo mande un
mensaje preguntándole:
¿Estás bien? ¿Cómo llegaste a tu casa?, J.
A los minutos me respondió:
Estoy bien, apenas llegue a mi casa me acosté y me quede
dormida. C.
Suspire y me recosté, no había pasado nada.
Lamento despertarte, me preocupe un poco. J.
Olvide llamarte. C.
Mire el celular, desde cuando ella era tan cortante.
Tu padre te regaño. J.
No. C.
Arrugue mi frente.
Y por qué estas molesta. J.
¿Qué te hace pensar que lo estoy? C.
No lo sé, solo lo siento. J.
Pues sientes mal. C.
Voltee mis ojos.
¿Quieres que te deje en paz? J.
169
Si. C.
Me dejo con la boca abierta.
Por ahora. C.
Gracias, es bueno saberlo. J.
Basta. C.
Y si no que. J.
Tomare represalias. C.
Me reír suavemente.
¿Cómo cuáles? J.
Ya verás. C.
Está bien, buenas noches. J.
Buenas noches. C.
Si tomo represalias. A las 5 de la mañana me envió una
serie de mensajes, todos cada 10 minutos, hasta que fueron
las 6, su juego me relajo, volvía a ser la de siempre.
170
Capítulo 2
***
J.: Sabes que dicen de los chismosos.
C.: Que nunca oyen algo bueno de sí mismos.
J.: Cierto, tú siempre estás en un mal lugar en el peor
momento.
C.: Mira, yo pienso todo lo contrario.
J.: Bien, pero… yo me equivoque, lo acepto, pero tú
también lo hiciste.
C.: Lo sé, siempre me arrepentiré de lo que paso después, de
todos las tonterías que hice.
J.: A mí me molesta la intención, no lo que hiciste. Te lo
explicare.
***
Cindy no volvió a comportarse extraño, nuestra relación
siguió de lo más normal. Ahora lo único que nos mantenía
un poco distraídos eran los estudios. Solo quedaban tres
semanas de clases, la última era la fiesta de fin de año y
después, las vacaciones, eso era lo que más me agradaba,
pasar unas vacaciones con ella, y el tener todo el día libre.
Un día pasó algo increíble. Eran las 9 de la noche cuando
ella bajo a la cocina por comida, habíamos acabado de
171
estudiar, era viernes, esos días podía irse más tarde así que
no me preocupaba mucho la hora.
Cuando regreso traía un plato con dos sándwich y dos
latas de refresco. Se acostó a mi lado en la cama y me entrego
uno, comimos allí.
—Quiero que acabe este año, rápido—dijo.
Me acosté de lado para mirarla, acomode el cojín bajo
mío.
— ¿Que vamos a hacer mañana?—pregunte, se encogió
de hombros.
— ¿Qué quieres hacer?—me miro.
Me mordí el labio un segundo pensando, espero.
—Estudiar no—asegure, llevábamos toda la semana en
eso—el lago quizás, una visita, solos. Ya es primavera, no has
nadado conmigo.
Asintió y dejo el plato a un lado.
—No es mala idea, un fin de semana sin estudiar—sonreí
y la abrace de la cintura, se movió para quedar frente a mí.
Golpearon a la puerta y ella se puso de pie, abrió, era mi
madre.
—Ya está lista—le dijo.
—Gracias—contesto—sé que es raro pero así mi papa no
se preocupara.
—Él lo sabe.
—Claro, le dije que hablaría con usted primero para
consultar si podía, lo voy a llamar ahora.
172
—Bien, entonces buenas noches, si quieres comer otra
cosa saca lo que quieras de la cocina, recuerda, es la
última—me apoye en mis codos para mirar mejor, de que
hablaban.
Cindy se despidió de mi madre y cerró la puerta, luego se
acercó a su mochila y tomo mi teléfono y marco, se acostó a
mi lado.
— ¿De que iba todo eso?—pregunte curioso.
—Espera—me callo y hablo por celular—papa—suspiro—
sí, hable con ella, dijo que no había problema—me miro—
no, eso ni se pregunta, tiene otra—volteo sus ojos—apenas
acabemos me iré para allá—tomo mi mano y comenzó a
jugar con mis dedos—lo sé, si papa, temprano, creo, iremos
al lago, hemos estudiado mucho—me miro y sonrió—no, le
diré que me ayude en el establo—arrugue mi frente—te
molestaría mucho, me lo imaginaba, está bien—apoyo su
cabeza en mi hombro—yo también—se rio—sí, papa, ya lo
sé, te quiero, nos vemos mañana.
Me tense, mañana.
—Mañana—le dije luego de que colgara, me miro
sonriendo.
—Sí, me voy a quedar a dormir aquí—abrí mi boca
sorprendido.
—Conmigo—dije enseguida.
—No contigo, técnicamente, más bien a unos metros de
distancia, tu mama me preparo una habitación.
Esto no podía ser posible.
173
—Mi madre te dejo…—negué—tu padre te dejo…
—Si—aseguro—mi papa siempre se preocupa cuando
salgo tarde de tu casa, como hoy es viernes le dije que podía
quedarme a dormir aquí—la mire esperando—él me dijo que
hablara con tu mama y lo hice, ella acepto porque también
piensa que me voy muy tarde, y que eso no es bueno.
—Por eso lo de antes—asintió—vaya—dije—ella nunca
hubiera permitido algo así— sonrió.
—Es porque sabe que vamos a estudiar y que soy una
chica responsable que se irá a dormir a la otra habitación.
—Me estás diciendo que vas a dormir a metros de mi—
todo los músculos de mi cuerpo se tensaron como si se
prepararan para algo, yo sabía el porqué, y que pensara en
eso no me ayudaba en nada, me puse de pie y la observe.
—Si—ella se acomodó en mi cama sonriendo.
Asentí y camine un poco, como es que mi madre permitía
algo así, recordaba bien las veces que Barbie se había
quedado más de lo permitido en mi habitación, siempre
aparecía para recordarle la hora.
La mire y me detuve al ver que estaba sentada, con las
piernas cruzadas y peinando su cabello con sus dedos, pocas
veces la veía con el cabello suelto, trague, como esto podía
ser fascinante. Ella me miro como si lo que hacía no fuera
nada.
—Vamos a estudiar, cierto—dije, ella alzo una ceja.
—No quieres que me quede.
174
—Claro que si—casi chille, me limpie la garganta. Pensar
en otra cosa, pensar en otra cosa, todo menos en ella
durmiendo a metros de mí, solo a pocos metros, diablos.
Se puso de pie y me miro.
— ¿Qué pasa?
—Solo digiero la información.
Me miró fijamente unos segundos, sabía que estaba
pensando en algo. Luego sonrió como si nada y comenzó a
acercarse a mí. No es bueno que la chica que amas te mire
de esa manera en tu habitación, pensé.
Di un paso hacia atrás y choque con la pared, ella llego
frente a mí, puso una de sus manos en la pared a mi lado y la
otra en mi pecho, sonrió suavemente.
— ¿Te incomodo?—pregunto con inocencia, trague.
Ella sabía que sí, podía verlo, esto la divertía. Arrugue mi
frente.
—Para nada—le dije, alzo una ceja y se acercó más.
—Ni un poquito—murmuro.
—No—mentí, alzo la cabeza y por un segundo pensé que
algo iba a hacer, pero se encogió de hombros y se alejó.
—Entonces estudiemos.
Se sentó delante de mi escritorio, yo solo pude quedarme
ahí, como un bobo. Cuando pude recuperarme un poco
camine hasta sentarme a su lado, ella comenzó a amarrar su
cabello, pero esta vez solo lo afirmo con un pinche.
—Todo bien—pregunto abriendo su cuaderno, me miro.
175
—Todo bien—repetí.
—No está bien—murmure. Estaba solo en mi habitación,
no hacía más de 30 minutos que Cindy se había ido al otro
cuarto. Habíamos estado estudiando por cerca de dos horas,
mi cabeza estaba agotada pero mi cuerpo no, todo lo
contrario, estaba muy despierto, más que despierto.
Suspire y me moví en la cama, me quite la sabana de
encima, me estaba dando comezón. Dios, me picaba todo el
cuerpo.
—Esto no es posible—me queje, me senté en la cama.
Tenía que parar esto, esta…necesidad de ella. Lo que
necesitaba era una ducha de agua fría, eso por lo menos me
ayudaría a dormir un poco.
Luego de ducharme regrese a mi habitación, me congele.
— ¿Que haces?—le pregunte a Cindy despacio, ella
levanto la cabeza y me mostro su mano.
—Lo olvide—era su celular—golpee pero no contestaste,
pensé que te habías quedado dormido.
—Necesitaba una ducha—menos mal que me puse unos
pantalones, ella se acercó a mí y observo mi pecho desnudo.
—A las 12 de la noche—asentí y tire la una toalla húmeda
al piso.
Al diablo, pensé.
Cuando llego cerca la atraje tomándola de una mano, ella
jadeo y sonreí.
176
— ¿Qué haces?—susurro, me miro y apoyo un mano en
mi pecho, ambos miramos esa acción.
—Solo pensaba—también susurre—que tengo a mi novia
a unos metros de distancia, durmiendo en otra cama, cuando
podría dormir en la mía.
—Eso no es posible—murmuro.
—Lo acepto, sé que no lo es, pero que tal una hora—alce
una ceja.
—Si me quedo una hora vas a necesitar otra ducha—me
reí suavemente.
—Ahora eso no me importa.
Pase mi mano por su cintura y la mantuve cerca, no me
alejo. Tomo aire lentamente.
—Nerviosa—murmure cerca de su oído.
—Estoy en tu cuarto, en la noche y tú solo llevas un
pantalón—su mano se movió hasta mi espaldas.
—Nunca vamos a hace algo que no quieras—levante su
rostro con mis dedos—está bien—asintió y acaricie sus
labios con mi pulgar—nunca te obligaría nada—murmure.
Caminamos a mi cama, pero en vez de llegar a ella me
senté en una silla, ella me observo.
—Siéntate aquí—toque mis piernas, sonrió y negó un
poco, pero aun así se sentó de lado.
— ¿Que estas pesando?—pregunto.
—Muchas cosas—confesé—una de ellas es besarnos un
rato.
177
—Solo un rato—asentí y la bese.
Mientras lo hacía lleve mi mano a su cabello y le quite su
pinche, este callo libre sobre mi mano. Acaricie algunos
mechones suavemente y seguí besándola, ella me abrazo por
el cuello con una mano, sentí la otra moverse por mi cuello,
mi hombro y mi brazo, la dejo hay, acariciando, haciendo
pequeños círculos.
—Debería irme—susurro mientras acariciaba su cuello.
—Solo un poco más—murmure, pero mentía, no quería
solo un poco.
—Mientes—la oí murmurar, me congele y la mire, tenía
los ojos cerrados, los abrió lentamente—si yo quiero más, tú
también—sonrió.
—Mm—me queje—mejor vete a tu cuarto.
—Un poco más—murmuro y tomo mi rostro para
besarme.
Cindy siempre me besaba de la misma forma, lento, suave,
de cierta manera romántico, como si tuviera todo el tiempo
del mundo para hacerlo. Ahora era físico, puramente, la
forma como se movía, la energía con que lo hacía, había
cambiado esa inocencia por simple deseo. El problema es
que no sabía cuál me gustaba más, la chica que se tomaba su
tiempo y encendía mi alma o esta, que encendía mi cuerpo
en cosa de segundos, me pregunte como era posible esta
diferencia.
—Cama—murmure cuando se alejó.
178
—Cierto—dijo y se puso de pie, me beso una última vez
antes de retirarse.
Me quede sentado un rato, mirando el techo sin verlo.
—Tan diferente—murmure, cruce mis brazos pensando.
A qué se debe esto, que la hizo cambiar. Ya llevábamos
unos meses de novios, quizás simplemente estaba entrando
en confianza, además nunca habíamos hablado de nuestra
atracción física, de los que nos pasaba, yo la deseaba, eso
estaba claro, y creía que ella también me deseaba, teníamos
que poner un límite, conocía el de ella, pero quería oírselo
decir, saberlo a ciencia cierta.
La mañana siguiente baje a la cocina y descubrí que todos
estaban ahí, hablando animadamente y desayunando.
—Buenos días—dije para que me miraran, lo hicieron.
—Buenos días dormilón—dijo Cindy, sonreí.
—Buenos días hijo, siéntate, te sirvo enseguida.
Lo hice y mire a mi hermano.
—Que hablan tan animadamente.
—Le estaba diciendo a tu mama que quería pedirte que
me ayudaras en mi casa, con mis tareas en el establo—alce
una ceja y sonrió—ya sabes, limpiar un poco, mover cosas,
hacer mucho ejercicio.
Mire a mi madre y luego a ella.
—Está bien, no me molesta.
179
—También le decía que podía llevar a Aníbal a mi casa en
la tarde, para que conozca a los caballos—mi madre me
sirvió—luego de que fuéramos al lago.
— ¿Puedes?—le pregunte a ella.
—Sí, tengo libre así que creo que está bien—la miro—no
le molestara a tu padre.
—No, para nada.
—Entonces está bien.
—Claro—estuve de acuerdo.
Luego de desayunar nos fuimos a su casa.
—Trabajos forzados—le pregunte en broma mientras
salíamos de mi casa, asintió.
—Luego vendrá la paga—sonreí.
—Cobro por hora, así que espero que me paguen de igual
forma—se rio.
—Veré que puedo hacer.
Las tareas en su casa no eran muchas. Al llegar ahí
saludamos a su padre que nos miró fijamente a ambos como
si buscara algo, luego comenzamos a trabajar. Limpiamos el
establo, las caballerizas, alimentamos a todos los animales,
incluido un pato que tendía a atacar mis zapatillas cada vez
que me acercaba. Cepillamos a los animales e incluso
sacamos a los caballos a caminar, Cindy me enseño a ensillar
un caballo, me salve esta vez de montarlo.
Luego nos despedimos de su padre y fuimos al lago,
caminando por suerte. Ahí nos divertimos nadando un poco,
180
lo que más me impresiono fue su traje de baño, no lo
olvidaría fácilmente. Este era pequeño, de un color azul
claro, muy diferente al de la otra vez. Disfrutamos del agua
fría, nadando lentamente no muy lejos de la orilla. La
convencí de llegar a pequeña cascada y mientras yo me
acercaba lo más posible a ella, Cindy se sentó en una saliente
para observarme. Eso es algo que tampoco olvidaría, ella con
ese traje de baño húmedo, gotas de agua en su cuerpo
tomando un poco de sol. Luego comimos bajo un árbol y
regresamos a su casa. Mi madre llego media hora después de
que regresáramos, ella le presento a su padre y los vi hablar
mientras le mostrábamos a mi hermano los caballos.
Aníbal se emocionó completamente, se asustó al principio
por su tamaño pero fueron unos minutos. Cindy dio unas
vueltas con él en el corral y mi madre aprovecho de tomarle
muchas fotografías, ya que también jugó con las vacas, los
perros, incluso el pato que lo perseguía haciéndolo reír.
Cuando se hizo de noche nos despedimos de todos.
—Te extrañare en la noche—le susurre a ella, sonrió.
Ese día volvió a ser ella misma, tranquila, a veces
mandona, pero muy dulce, descubrí que a esa chica prefería
más, no a la que intento seducirme un poco en mi casa.
181
Capítulo 3
***
C.: No veo el punto.
J.: ¿Cuál?
C.: ¿Por qué dices que no te molesto lo que hice?
J.: Porque gracias a eso descubrí que me gustaba de ti.
C.: Entiendo.
J.: Ahora es turno del baile, cierto.
C.: Mi turno.
***
Solo faltaban dos días para el baile y estaba nerviosa. Mi plan
estaba resultando, varias veces había logrado llevar a Jet a su límite,
pero solo eso, él siempre se detenía y a mí también, cuando era yo
la que no lo deseaba, él quería una cosa de mí y yo solo quería que
acabara pronto, que lo tuviera y me dejara en paz de una vez.
Por suerte habíamos hablado de esto, habíamos llegado al
acuerdo de tener relaciones en la fiesta de graduación, mi idea, y
por un segundo había temido que se diera cuenta de la verdad. Me
había mirado raro al proponérselo, mirándome por un largo rato,
yo solo había esperado fingiendo tranquilidad, como si lo que le
proponía no tuviera segundas intenciones.
— ¿Por qué?—pregunto él de repente.
182
— ¿Qué cosa?
— ¿Por qué en la fiesta?—había suspirado.
—Creo que es un buen momento, es el único momento que
vamos a poder pasar la noche fuera de casa, para estar solos—me
encogí de hombros y espere—yo quiero que seas el primero—le
dije, fue eso lo que al parecer le hizo cambiar de opinión, su rostro
se relajó y asintió.
—Gracias—lo había oído murmurar antes de besarme.
Ahora estaba en mi habitación, mirando el vestido que había
comprado. Este era de seda, de un color plateado, idea de Liz, con
un cierre trasero y tirantes que eran más decorativos que otra cosa,
el vestido era bonito, agradable y cómodo, caía suavemente hasta
mis rodillas.
Suspire y me recosté en la cama, por decisión de todos,
llegaríamos al baile en limusina, nos pasarían a buscar a cada uno.
El sueño de ellas se había cumplido, Liz iría con Tomas, Anita con
Rodrigo y yo con Jet, solo Maly iba a ir con otro chico y Gustavo
con otra chica, no sabíamos con quién.
No vería a Jet hasta el martes, el día de la fiesta, eso lo
agradecía, me sentía nerviosa, ya no consideraba esto buena idea,
sabía que no lo era. Jet dijo que se haría cargo de todo, del hotel
donde nos quedaríamos por la noche, por parte de la noche, no
tenía que preocuparme, se suponía.
Cerré los ojos e intente pensar en otra cosa, no podía, Jet y el
baile, lo que pasaría después, ocupaba toda mi mente, cada rincón
de ella, era como un letrero gigante brillando dentro de mí.
183
Me pregunte como seria después, de que todo esto acabara. Él
quería acostarse conmigo por la apuesta, lo había oído hablarlo con
Gustavo en el camerino, hablar de mí como si nada. El muy cerdo
me había dicho que me amaba y yo, la muy…torpe le había creído.
Mis ojos picaron, como cada vez que pensaba en eso y me puse
de pie, no iba a llorar, no de nuevo.
Salí al patio y llegue al establo, ensille a Nube veloz y salí,
necesitaba pensar en otra cosa, cualquiera, y tenía que sacármelo de
dentro de mí, Jet y lo que sentía por él tenía que desaparecer de mi
vida.
— ¿Estás lista?—me pregunto mi padre, entre en la cocina y al
verme sonrió—pero mira esto—dijo poniéndose de pie.
Por fin, el día de la fiesta, el día D.
Mi padre saco una cámara fotográfica de su espalda y me miro,
voltee mis ojos.
—En serio—pregunte, alzo una ceja—claro.
Me tomo algunas fotografías, en ese momento tocaron a la
puerta. Al abrir vi a Jet apoyada en un pilar, con un traje elegante
pero sencillo, sonriendo.
—Pero mira esto—dijo y me miro de pies a cabeza, me forcé a
sonreír.
Camino hasta mí y tomo mi mano, la levanto para depositar un
beso en la palma.
—Jet—dijo papa, lo miramos.
—Señor—saludo él, mi padre le mostro la cámara y él sonrió.
184
Luego de posar para varias fotografías, incluidos, Tomas, Liz,
Rodrigo y Anita, y un recordatorio de tener cuidado y llamar por si
pasaba algo, subimos al automóvil.
Jet y los demás se rieron luego de entrar.
—Me agrada tu papá—me dijo Tomas, voltee mis ojos.
—Hoy le toco ser la madre emocionada por el baile.
—Es divertido—dijo Liz—luego mándame una copia de todas
las fotografías—asentí.
—A mi igual—dijo Anita.
Jet tomo mi mano y entrelazo sus dedos a los míos, la apoyo en
su pierna sin dejar de hablar con los demás.
—Y Maly, Gustavo—pregunte.
—Iremos a buscar a Maly y el chico—dijo Liz.
—Gustavo llegara allá solo—comento Jet sonriendo.
—Con quien ira Maly—pregunto Anita.
—Eso lo veremos pronto—contesto yo.
Al ver al chico nos miramos entre nosotros, era uno de los
miembros de teatro, Maly también lo era, este nos saludó a todos
sonriendo y subieron al automóvil. Maly nos miró y alzo una ceja.
Nadie dijo nada.
Ya en el baile los chicos pagaron las entradas. Todos nos
movimos hacia un lado para observar un segundo y al ver a
Gustavo me reí, Jet me miro y apunte. Su amigo estaba con su ex
novia, bailando muy animados, mire a Jet para ver que me miraba.
—Tal para cual—me dijo—bailemos.
185
Luego de eso nos pasamos cerca de una hora bailando, todos
juntos, riéndonos y lanzando comentarios por cada canción.
—Deseas irte ahora—me pregunto Jet al oído, me detuvo y lo
mire. El acaricio mi rostro suavemente, trague y negué—entonces
no.
Retrase el momento una hora más, hablando con mis amigas,
bebiendo ponche y bailando con él, música lenta y romántica.
Jet me mantuvo cerca de él en todo momento, siempre
tocándome, si no estábamos de la mano, tenía un brazo sobre mis
hombros. Cuando me di cuenta que ya no podía seguir haciéndolo
esperar me acerque a él y le susurre.
—Estoy lista—susurre, él se detuvo y me miro.
— ¿Estás segura?—pregunto suavemente.
—Sí.
Suspiro y apoyo su frente sobre la mía. Permaneció en silencio
unos segundos y luego asintió.
—Entonces vamos.
Nos despedimos de nuestros amigos y salimos del lugar, suspire
al subirme al taxi, esta noche todo acabaría.
186
Capítulo 4
***
J.: Mentiste.
C.: Si, lo hice, pero sobre que específicamente.
J.: En verdad pensaste que todo iba a acabar así como así,
que íbamos a tener…pasar la noche juntos y que luego yo me
desentendería de ti, de todo.
C.: Si, lo hice, en ese momento. Solo quería que todo acabara.
J.: En verdad no sabíamos nada del otro, no nos
conocíamos, no como creí.
C.: Lo sé.
J.: Ahora es mi turno.
***
Llegue al hotel nervioso, en extremo, sabía lo que iba
pasar, lo deseaba mucho pero también le temía. Y si no era lo
suficientemente bueno para ella, si no le gustaba. Tenía que
hacer que esta noche fuera la mejor para ella, olvidarme de lo
que yo deseara y solo concentrarme en ella.
Observe a Cindy por el espejo del elevador, ella solo
miraba la nada, perdida en sus pensamientos. Sabia, desde
187
hacía mucho tiempo que algo iba mal, que algo le molestaba.
Ella me miro por el espejo y sonrió, eso me relajo, era como
si la chica que amara regresara de un viaje. Tome su mano
con la mía y acaricie su piel con mi pulgar, ella se apoyó en
mi y suspiro.
Llegamos a la habitación, abrí la puerta y la deje entrar, la
seguí.
La habitación era sencilla pero con una bonita vista, había
una cama grande al medio del lugar, sillas, muebles y un
televisor, otra puerta llevaba al baño. La observe caminar por
el lugar y pasar sus dedos por unos de los cuadros. Llegue a
ella y la abrace por la espalda.
— ¿Estas bien?—pregunte, ella asintió.
—Un poco nerviosa—dijo.
—No lo estés, sabes que puedo esperar todo el tiempo que
quieras—ella se volteo y me miro.
—No me deseas—pregunto.
—Más que al aire—le dije, sonrió suavemente y se acercó
a mi hasta besarme, la afirme de la cintura.
Ella paso sus dedos por mi cabello, bajo por mi cuello y
llego a mi chaqueta, la empujo fuera de mi, la ayude un poco
y la deje caer al suelo. Caminamos lentamente hasta la cama
mientras desabrochaba mi camisa, yo moví mis dedos por la
piel de sus brazos, acaricie su cuello, su mentón sin dejar de
besarla. Cindy termino de desabrochar mi camisa y la yema
de sus dedos acariciaron mi piel, me estremecí, ella me
188
abrazo por debajo de la tela y yo solo la acerque más a mí,
tanto como pude.
Llegamos al lado de la cama, ella se subió y se movió
hasta el centro, donde me espero sentada en sus rodillas, me
quite mis zapatos y llegue a su lado. Nos besamos en
seguida, con más urgencia esta vez, jadee un poco y tome su
rostro entre mis manos.
—Tenemos toda la noche, cariño.
—Yo te quiero ahora—murmuro y gemí, volvimos a
besarnos y esta vez lleve mi mano al cierre de su vestido, lo
baje lentamente, hasta que este resbalo por sus hombros y
me mostro que llevaba un sostén sin tirantes.
Me acerque a ella y bese su cuello, su hombros y un
camino hacia el otro, mordí muy suavemente la piel que
estaba sobre uno de sus pechos y ella se estremeció.
—Jet—murmuro y volví a besarla.
Ahora su lengua saqueo mi boca, con urgencia, necesidad,
pero con algo más que no pude identificar, algo que me
costaba entender, y sabiendo que la tenía casi desnuda
delante mío no me ayudaba a pensar precisamente.
Sus manos se movieron a mi pantalón, alcanzaron mi
cinturón y cuando la sentí jalar con fuerza comprendí que
algo andaba muy mal y que debía detenerla.
—Cindy—la llame, ella me callo con un beso,
abrazándome por mi cuello, al cabo de unos minutos pude
alejarme de ella, quería mirarla a la cara pero oculto su rostro
189
en mi cuello y bajo sus manos hasta abrazarme. —Cindy,
cariño, ¿que pasa?
Ella se estremeció y jadeo, pero no fue como esa vez
pasada, cuando había provocado ese sonido en ella con mis
besos y caricias. Este jadeo salió como si no pudiera respirar,
como si algo no la dejara.
—Cariño, me estas asus… —se tensó a mi alrededor.
—No lo hagas—dijo, su voz sonó quebrada, dolida—no
me digas cariño, no ahora—apretó su agarre.
— ¿Qué pasa?—pregunte, me estaba asustando
seriamente, intente alejarme pero me lo impidió.
—Solo estoy tratando de darte lo que quieres—sus manos
tomaron mi camisa y se cerraron.
—Cariño…
—No.
—Cindy—me corregí—sabes que puedo esperar, que esto
no tiene porqué pasar ahora—ella se rio, no con amabilidad,
no relajada, se rio fríamente, sin un ápice de humor.
—No tiene que pasar—repitió y no pude soportarlo, la
agarre de los hombros y la aleje de mí.
Me congele al ver su mirada. No pude moverme al ver sus
siempre dulces y adorables ojos castaños congelados y fríos,
ya ninguna emoción había ahí.
—Por Dios que pasa—pregunte, ella solo me observo, al
cabo de un momento dejo caer sus manos a sus lados. Una
lagrima cayo por su mejilla y ella se alejó de mi bruscamente,
190
al sentirla la vi quitársela con rabia, casi como si la odiara,
fue la única que vi caer.
—No puedo—dijo mirando alrededor—no puedo
hacerlo—murmuro.
—No…entiendo—intente decirle algo, pensar en algo que
me explicara esto, nada venía a mi mente.
Me miro un segundo y luego se alejó, se puso de pie y
subió su vestido, la imite solo que a mí no me importo tener
la camisa abierta, quise llegar a su lado pero ella dio un paso
atrás con la mano estirada deteniéndome, obedecí.
—Tienes que decirme que tienes, no logro comprender
esto—la apunte con mi mano— ¿que pasa?—pregunte
impotente.
Ella suspiro y negó.
—No te lo imaginas—dijo subiéndose el cierre del
vestido.
— ¿Que debería imaginar?—me miró fijamente y lo supe
enseguida, como si un rayo me hubiera caído directamente
con todo su poder, fue tan real la sensación que por un
segundo me sentí mareado.
—Veo que si lo sabes—dijo ella y se puso sus zapatos.
—Cindy—susurre, esto no podía estar pasando, no ahora,
no aquí, no así, no con ella, por favor.
—Que—dijo y espero—que me vas a decir, con que vas a
justificar esto.
Negó y paso a mi lado, tomo su chaleco y se acercó a la
puerta, solo el miedo a perderla me hizo moveré y tomarla
191
del brazo, se alejó de mi tan bruscamente que di un paso
hacia atrás.
—No me toques—dijo molesta—he soportado que me
toques por demasiado tiempo.
—Hace cuando que lo sabes—tenía que hacer que se
quedara, hasta que pudiera pensar en algo que decir, algo
que explique lo que hice, algo que sea lo suficientemente
bueno para que me perdone.
Ella me observo unos minutos, miro hacia otro lado y
respondió.
—Hace como un mes—asentí, ahora lo entendía, su
comportamiento extraño, todo.
—Por qué seguiste…—apunte entre los dos.
— ¿Por qué no?—dijo ella, se encogió de hombros—creo
que solo quería ver si serias capaz de llegar aquí, a esto—
apunto la habitación con su rostro, trague, sentía la garganta
seca.
—Yo no…debes escucharme… yo no quise…
—Qué cosa, dímelo, que escusas vas a usar—ella espero—
no tiene explicación, tu solo hiciste una apuesta con Gustavo
afirmando que te acostarías conmigo, bueno, no conmigo, si
no con una chica del grupo de los microbios, antes que
terminara el curso, que mejor oportunidad que hacerlo la
noche del baile de fin de año, como se explica eso.
—Yo…no…—negué, por qué no podía pensar
correctamente.
192
—Debo decir que te esforzaste mucho, las citas, los
paseos, los detalles, el que me dijeras que me amas—ella
miro el piso— que me defendieras de tu ex novia sicótica,
debió ser muy horrible para ti tener que hacer todo eso, tener
que besarme, que los demás te viera conmigo.
Negué enseguida.
—No es así—dije.
Ella se movió hacia la puerta y quise seguirla, la abrió y se
detuvo, no me miro.
—Dime solo dos cosas, se sinceró en eso por lo menos—
espero y me miro—Tomas y Liz, el también…—negué
enseguida.
—Para nada, no es así, a él en verdad le gusta tu amiga, la
quiere mucho.
—No me mientas en esto—arrugo su frente—no voy a
permitir…
—No miento, créeme, a él le gusta de verdad—me miro
un segundo y luego asintió.
—Dime qué hubiera pasado después—la mire
detenidamente— si yo no me hubiera enterado, si me
hubiera acostado conmigo, cuando tiempo esperarías para
terminar conmigo o ni siquiera hubieras hecho eso, y solo me
hubieras dejado.
Cerré los ojos unos segundos y me senté en la cama.
—Nada—le dije—no hubiera pasado nada de lo que
dices, si hoy nos hubiéramos acostado me hubiera sentí el
hombre más afortunado del mundo, te hubiera dicho cuanto
193
te amo—ella negó—lo cual es verdad y hubiera hecho todo lo
posible para permanecer a tu lado mucho tiempo.
—Si claro—dijo y negó, me puse de pie.
—Debes creerme en eso—pedí—yo si hice esto por una
apuesta, pero luego me enamore de ti. Me costó asimilarlo
porque con nadie, ni siquiera con Bárbara me sentí así, bien,
feliz—lleve mi mano a mi pecho—te amo Cindy, no lo hice
desde el principio pero lo hago ahora, más que a nadie.
Solo me miro, sin decir nada.
—No te creo—dijo.
—Es la verdad, aunque no quieras aceptarlo, te amo—ella
negó, di un paso en su dirección, al verme salió rápidamente
al pasillo y camino al ascensor, la seguí—Cindy—la llame—
por favor.
Ella se detuvo delante del ascensor llamándolo repetidas
veces, me pare detrás de ella y se congelo.
—Te amo—le repetí, si valiera de algo se lo diría
siempre—debes creerme, por favor.
—Y que si te creyera—dijo—eso no cambia nada, no me
hace sentir mejor, no me hace olvidar el dolor que sentí el día
que lo supe.
—Qué día, dímelo—pregunte.
—Hablabas con Gustavo en el camerino, luego de que
ganaste la final—solté aire al recordar esa conversación.
—Entonces no escuchaste lo que hable con él,
completamente.
194
— ¿Que más tenía que oír?
—Ese día le dije que se terminaba la apuesta, que no iba a
seguir con ese juego.
—Seguiste saliendo conmigo—dijo tensa, el elevador llego
y ella dio un paso en su dirección, detuve las puertas, no se
giró a verme.
—Lo hice porque lo deseaba, porque mucho antes de eso
me había dado cuenta de que te amo, hable con él para
acabar con esa apuesta, pero no contigo, no podía, te amo
demasiado.
No dijo nada, no se movió, solo me dio la espalda y
hubiera preferido que se fuera así. Cuando se giró, lo único
que vi en su rostro fue decepción, una enorme y gran
decepción. Di un paso alejándome de ella y las puertas del
ascensor, estas se cerraron separándonos, aún más de lo que
ya sentía que lo estábamos.
Regrese a la habitación perdido, sin saber qué hacer,
observe el cubrecama arrugado donde habíamos estado,
considere que se burlaba de mí. Abotone mi camisa, me puse
el resto de mi ropa y salí del lugar. No espere el ascensor, use
las escaleras.
Afuera del edificio mire en todas direcciones sin saber
dónde ir, no quería regresar a mi casa, no quería regresar a la
fiesta, solo…la quería a ella a mi lado, tanto que era
doloroso.
—Tengo que hacer algo—murmure, tengo que hablar con
ella, no puedo dejar que las cosas solo terminen así, como si
nada, yo sabía que ella me amaba, bueno, lo esperaba, yo la
195
amaba, no iba a dejar esto, no iba a rendirse sin siquiera
pelear por ella.
Con esa idea me sentí mejor, quizás tenía una
oportunidad, tenía que encontrarla.
196
Capitulo 5
***
J.: Sentí mi corazón detenerse dos veces el mismo día.
C.: Nunca pensé que las cosas terminarían así.
J.: Yo tampoco, no es un día que quiera recordar.
C.: Para mi tampoco fue fácil.
J.: Y creí sinceramente que podía lograr que me
perdonaras.
C.: No podía.
J.: Lo se.
C.: Mi turno.
***
Llegue a mi casa más temprano de lo esperado, me detuve en la
entrada, no quería ir a mi habitación, necesitaba hablar con alguien,
no podía con mi padre, tampoco con algunas de mis amigas. Si lo
hacía tendría que explicar que fue lo que hizo Jet, que fue lo que
hice yo, y eso me avergonzaba demasiado. Tampoco quería que
Liz ni Anita se vieran afectadas por eso, podrían dudar de Tomas y
Rodrigo. Sabía dentro de mí que Jet no había mentido, a su amigo
en verdad le gustaba la mía, y Rodrigo solo estaba comenzando a
salir con Anita, eso se vería con el tiempo.
197
Me aleje de mi casa y camine hacia el lago, solo podía pensar en
una persona en ese momento pero primero quería llegar a ese
lugar.
A causa del vestido y que caminaba descalza opte por otro
camino que rodeaba un poco el lugar, este iba de subida, sabia
donde, cerca de la cascada, al pequeño risco. Al llegar a él me
detuve y mire alrededor, estaba oscuro, pero había luna llena y eso
permitía ver bastante bien, note un tronco caído y me senté ahí.
Dude un segundo antes de llamarlo, pero tenía que hablar, no
podía seguir callándome esto.
El teléfono marco tres veces antes de que contestara.
—Diga—dijo una voz dormida.
—Bastian—lo llame—lo siento, estabas dormido.
—Lo estaba, pero ahora no, ¿que pasa?—lo escuche moverse—
no deberías estar en la fiesta.
—Lo estaba, solo…
— ¿Que va mal?—pregunto.
—Estoy en el lago, te molestaría venir aquí.
—No, claro que no, estaré ahí en unos minutos.
—Gracias—le dije y colgó.
Llego a mi lado más rápido de lo que creí posible, tenía el pelo
desordenado al igual que la ropa, al verme camino más lentamente
y se sentó a mi lado.
— ¿Que haces aquí arriba?—pregunto, yo nunca subía ahí,
menos con el risco tan cerca, me encogí de hombros—esto debe
ser malo—tomo una de sus manos entre las mías— ¿que paso?
198
—Yo…—mire alrededor sin saber que decir, me puse de pie y
me aleje de él un poco, solo me miro—te lo diré si solo me
escuchas—el apretó los labios y asintió.
Entonces lo hice, le conté todo, desde el comienzo, desde día
que escuche a Jet y Gustavo hacer la apuesta, de la rabia que sentí,
de cómo decidí seguirle el juego hasta esta noche.
Bastian solo me observo moverme de un lado a otro sin decir
una sola palabra, la única reacción que note fue que se cruzó de
brazos. Al acabar tome aire y me detuve, el permaneció callado
varios minutos.
—Soy una estúpida, no—dije y tuve deseos de llorar de nuevo,
me moleste, había jurado que no lloraría más por culpa de él.
—Aun así te enamoraste de él—dijo él, me congele, no podía
mentirle.
Asentí y se puso de pie, se acercó a mí y me abrazo, yo también
lo hice, con fuerza, casi desesperadamente y, en contra de todo el
esfuerzo que puse llore.
—Calma—me susurro él—ya termino—y eso me hizo llorar
aún más, porque a pesar de todo lo seguía queriendo y el alejarme
de él era tan difícil como mantenerme cerca.
—No sé porque lo hice, nunca debí salir con él, yo…—me
calle, me sentía tan torpe, estúpida, todo esto era tan culpa mía
como de Jet.
Bastian solo me abrazo, repitiéndome que ya había acabado,
que no importaba.
Luego de un rato y que me calmara, suspire contra su camiseta.
—La arruine—le dije con voz ronca.
199
— ¿Qué cosa?—dijo él, tire un poco de la camiseta—no
importa, de todas maneras no me gustaba—me reí—mejor.
—Un poco.
—Me alegro.
— ¿Por qué nosotros nunca salimos?—le pregunte, el levanto
mi rostro con una de sus manos, me limpie la cara.
—Porque te quiero demasiado para arruinarlo de esa manera—
asentí al entender.
—Lo hubiéramos arruinado—el asintió de acuerdo.
—Prefiero tenerte como mi amiga el resto de mi vida, que
como mi novia solo tres semanas.
—Quizás menos.
—O quizás más, quien sabe—el me estudio, como si quisiera
saber si aún seguiría llorando.
—Estoy bien—le asegure, asintió y me atrajo hacia él, deposito
un beso en mi cabeza y cerré los ojos.
— ¿Que harás ahora?
—Me gustaría no tener que regresar a la escuela.
—Podrías ir conmigo al…
—No es algo que yo permita—dijeron a nuestra derecha y
ambos nos giramos para ver.
Jet estaba parado a metros de nosotros, observadnos
intensamente, su cabello estaba revuelto y traía su chaqueta en una
mano, parecía que había estado corriendo.
200
Dio un paso en nuestra dirección, Bastian me tomo de la
cintura y me puso detrás de él de un solo movimiento, mire
alrededor de él y vi que Jet se había detenido.
Se estudiaron largos segundos entre sí.
— ¿Qué haces aquí?—le pregunte, el me miro y vi dolor en sus
ojos.
—Tenemos que hablar.
—No—dijimos Bastian y yo al mismo tiempo, Jet miro a mi
amigo molesto.
—Este es un asunto entre ella y yo.
—Ya no—le dijo—desde el momento que decidiste jugar con
ella es asunto mío—hice una mueca al oírlo, Jet también.
—Cindy—me llamo Jet—aún tenemos cosas que hablar—
negué.
—No…
—Ella no hablara contigo—me interrumpió Bastian—lárgate
de aquí.
—Insisto—dijo Jet molesto—esto es un asunto entre ella y yo,
no vuelvas a meterte.
Bastian se alejó de mí en dirección a él, esto no me estaba
gustando.
—Lárgate de aquí—casi gruño Bastian.
—Si no lo hago, que—lo reto Jet.
Bastian se rio sin humor. Los estudie a ambos, eran del mismo
porte, Bastian tenía la espalda más ancha debido a su afición a la
201
natación, Jet era uniforme, ambos fuertes, llenos de testosterona y
muy molestos.
No sé cómo paso, de repente se estaban mirando y ahora Jet
estaba golpeando a Bastian en el rostro luego de recibir uno de mi
amigo en su estómago.
Bastian no pudo evitar el golpe pero contra ataco enseguida, el
golpe desestabilizo a Jet y Bastian se aprovechó de eso para
lanzarlo al suelo, siguieron peleando ahí, levantando tierra,
gruñendo y maldiciendo sin control.
Salí de mi sorpresa luego de unos segundos.
—Basta—les dije—deténganse—ni siquiera me miraron.
Jet se sacó de encima a Bastian y lo arrojo hacia atrás, ambos se
pusieron de pie enseguida para encontrarse y seguir peleando.
Desde mi posición note que ambos sangraban, Jet desde un
costado de su cara y Bastian de su labio.
—Paren—grite y me moví hacia ellos, tuve que dar un paso
hacia atrás cuando se movieron—detengan esto—no sabía qué
hacer, si seguían así se matarían.
Molesta con la situación me acerque a ambos, no me importaba
nada, solo detener esta absurda pelea, pero salió mal, obviamente.
Bastian empujo a Jet y él choco conmigo desestabilizándome, me
moví hacia atrás perdiendo el equilibrio, ambos gritaron al verme.
—Cindy.
—Cindy.
El mundo se movió o más bien yo caía hacia atrás, durante un
segundo vi todo claramente, la cara de terror de ambos, los
morenotes que tenían, la sangre en la camiseta de Bastian y la
202
camisa de Jet, vi cómo se alejaban de mí y ni siquiera pude gritar.
Mi cabello me impidió seguir viendo y choque con el agua.
Mi primera reacción fue pelear con el agua, yo sabía que no
tenía que dejarme llevar por el pánico, que sabía nadar, que podía
hacerlo, pero aun así no pude impulsarme hacia arriba, solo me
hundía, cada vez más. Mis pies tocaron el fondo, la tierra fangosa e
intente impulsarme hacia arriba pero me enrede en unas algas.
Estaba atrapada, no podía nadar, mi pecho dolía por la falta de
aire y mi cuerpo se sentía pesado. Cálmate, dijo la parte racional de
mi cabeza, tienes que liberarte. Llegue a mi tobillo e intente
liberarme, como era posible que unas simples algas fueran tan
resistentes.
Pasaron varios segundos así, demasiados, hasta que mi pecho
quemo, el dolor se hizo horrible, tenía el impulso de respirar, sabía
que no debía hacerlo, que solo empeoraría la situación, pero era
demasiado grande. Luego comencé a perder el sentido, no tuve
fuerzas para moverme y no lo hice, cerré los ojos y simplemente
me deje llevar, y, aun en contra de lo que sabía inhale.
Unas manos tocaron mi brazo, las sentí, me empujaron hacia
arriba pero no pudieron levantarme más, esas manos se alejaron
para aparecer en mis manos, mi cintura, mis piernas. Tantearon
mis tobillos y jalaron, una, dos, tres veces, a la cuarta lograron
zafarme.
Las manos volvieron a tomar mis brazos y me impulsaron hacia
arriba hasta que sentí el aire frio contra mi cara y a alguien toser.
—Aquí esta—grito Jet, él me había liberado.
—Llévala a la orilla—respondió Bastian y lo hizo, comenzó a
nadar conmigo.
203
—Cindy—me llamo Jet mientras se movía—vamos di algo, no
me hagas esto.
Otras manos aparecieron y me tomaron para sacarme del agua,
me arrastraron fuera y me dejaron sobre la tierra.
En ese punto me encontraba en una extraña fase, como si
estuviera dentro y fuera de mí al mismo tiempo, tenía una extraña
conciencia de lo que pasaba a mí alrededor pero no podía
moverme.
—Cindy—dijo Jet.
—Vamos Cindy— oí decir a Bastian.
Me tocaron el rostro.
—No respira—dijo Bastian.
—Déjame, debes llamar por ayuda.
—Llamare a su padre.
Jet puso sus manos en mi pecho y comenzó a empujar hacia
abajo, luego de tres empujes su boca apareció sobre la mía para
empujar aire, lo volvió a hacer.
—Vamos—lo oí murmurar—no me dejes.
Otra vez su boca sobre la mía.
—Viene en camino—dijo Bastian desde muy lejos.
Sentí las manos de Jet en mí y su boca pero ahora era una vaga
sensación, me estaba alejando de él.
—Por favor—dijo.
—Vamos Cindy—dijo Bastian y fue como si ambos hablaran
desde otra habitación.
204
Jet siguió intentándolo y yo solo me deje llevar por esa falta de
sensaciones, por ese lugar etéreo que nublaba mi cabeza, deje de
oírlos.
—No deberías estar aquí—dijo una suave voz en mi cabeza.
—Mama—pensé, no tenía boca para hablar.
—Debes regresar hija.
—No quiero, lo arruine todo.
—Debes regresar, todo estará bien—dijo ella.
—Es mejor aquí, no duele.
—Pero le dolerá a ellos, a tu padre, a tu amigo, a él. Debes
regresar ahora o no podrás hacerlo nunca.
—Bien—pensé, escuche una suave risa—te quiero mama.
—Y yo a ti.
—Por favor—dijo una voz en mi oído—te amo, por favor.
Mi pecho dolió y tosí. Me inclinaron hacia un lado para
masajear mi espalda, seguí escupiendo agua, igual como si
escupiera vidrio molido.
—Auch—me queje suavemente y me dolió la garganta.
—Pasara—dijo Jet, no dejo de masajear mi espalda—despertó,
está respirando—le dijo a alguien.
—Gracias a Dios, creo que hay viene su padre.
Luces aparecieron detrás de mis parpados cerrados.
—Gracias cariño—susurro Jet en mi oído.
205
Por qué me agradece, pensé.
— ¿Que paso?—pregunto la voz de mi padre.
—Cayó al agua—dijo Bastian.
Unas manos desaparecieron y otras tomaron su lugar, me
alzaron del suelo.
—Jet conduce, Bastian siéntate a su lado—ordeno mi padre
mientras caminaba, entramos al auto y él me acostó a lo largo del
asiento, manteniéndome en su pecho, me tapo con una manta.
Luego de unos minutos mi padre hablo, tenía ese tono de voz
que no permitía mentiras.
—Me imagino porque ambos tienen sangre en sus camisetas,
pero quiero saber cómo es que me hija termino en el lago.
—Fue mi culpa—dijo Jet.
—De ambos—soltó Bastian—peleábamos y ella cayo, fue un
accidente.
—La pelea o que callera—dijo papá.
—Lo segundo—dijo mi amigo y mi papá suspiro.
—Cariño, me escuchas—me pregunto él, asentí lo mejor que
pude.
—Solo…—lleve mi mano a mi pecho—duele—dije, me dolía
cuando respiraba, tenía el deseo de no hacerlo.
—Solo eso—pregunto preocupado, asentí.
—Hay que llevarla al hospital—dijo Jet.
—No—me queje.
—Dejo de respirar—dijo mi amigo.
206
—Y su corazón se detuve unos segundos—soltó Jet.
—Entonces vamos al hospital, debimos ir enseguida—estuvo
de acuerdo él, me volví a quejar pero nadie dijo nada.
Mi padre los interrogo por la pelea, cuando llego al porqué de
esta se quedaron callados.
—Termine con Jet—dije suavemente, mantuve los ojos
cerrados.
—Ha—dijo papá como si eso fuera suficiente.
En el hospital me hicieron unas pruebas, como estaba bien me
dejaron ir a casa, solo debía descansar. A ellos los atendieron y
curaron sus heridas, por suerte a ninguno tuvieron que ponerles
puntos.
Afuera del hospital me subí al auto y mire a mi padre y los
chicos que permanecían afuera.
—Te llevare a tu casa—le dijo a Jet, el me miro y luego a mi
padre, negó—no te lo estoy dando como una opción—tosí dentro
del auto y todos me miraron.
—Está bien—dijo rendido.
—También a ti, pero antes de daré otra camiseta—le dijo a
Bastian apuntando la suya—no quiero que tengas problemas con
tu padre.
—Gracias—dijo él, todos subieron.
Lo último que vi de Jet luego de que se bajara del auto fue una
mirada triste, cansada, se me encogió el corazón, ¿por qué tenía
que ser tan débil? abrí la puerta del auto.
207
— ¿Que haces?—pregunto mi padre agarrándome del brazo.
—Un minuto—le dije.
—Cindy, no…
—Por favor—lo mire y suspiro.
—Un minuto.
Baje del auto y me acerque a él, me mantuve de espaldas a los
demás. Jet me miro sorprendido.
—Pero que haces—dijo, quiso poner una mano en mi brazo
pero se detuvo—debes regresar.
—Estas bien—le pregunte.
—No soy yo quien casi se ahoga—apunte su cabeza, el arrugo
su frente —no es la primera vez—dijo—no es nada.
Nos miramos a los ojos.
— ¿Estás bien?—pregunto suavemente y asentí.
—No es la primera vez que me pasa—el suspiro y pasó su
mano por su cabello.
—Lo siento—dijo con tristeza, me miro—no sabes cuánto—
asentí—pero no me arrepiento de lo que hice.
— ¿Qué?—pregunte ahora yo sorprendida.
—Si no lo hubiera hecho no me hubiera acercado a ti. No te
hubiera conocido—me miro con cariño—y de eso no puedo
arrepentirme.
—Ni siquiera sé cómo responder ante eso—mi padre toco la
bocina, suspire—debo irme.
208
— ¿Podemos hablar mañana?—pregunto, al verlo a la cara supe
que esperaba un no como respuesta.
—Quizás—le dije, sonrió en seguida.
—Me conformo con eso—suspire y me aleje de él.
Cuando me subí al auto y lo mire aun sonreía, no pude evitar
copiar el gesto.
— ¿Por qué terminaste con él?—me pregunto mi padre y la
sonrisa se esfumo, lo mire y el condujo como si nada.
—Problemas—dije y mire al frente. Bastian soltó un bufido
pero permaneció callado.
—Algunos problemas se pueden arreglar—dijo papá.
—Algunos—estuve de acuerdo—pero él me decepciono—me
decepcione a mí misma.
—Ya veo, eso es más que un problema—lo mire y luego a
Bastian, él tenía los ojos cerrados.
—Sí, lo es.
209
Capítulo 6
***
J.: Lo supiste desde el principio. Debiste decírmelo esa
noche.
C.: No estaba pensando mucho, además me avergonzaba.
J.: Ahora todo es más confuso.
C.: Lo sé, ya no sé qué creer.
J.: No puedo decir que fue verdad o mentira en nuestra
relación.
C.: Es mi culpa, lo siento.
J.: Terminemos con esto.
***
—Pero que te paso—pregunto mi madre al verme, hice
una mueca, quise pasar a su lado pero me agarro de un
brazo—otra vez con lo mismo—había lágrimas en sus ojos.
—No, solo es una tontería, estoy bien—mentí.
— ¿Con quien peleaste?—pregunto.
—No quiero hablar de eso—ella arrugo su frente.
—Pues vamos a hablar de eso—dijo seria—me canse de
que me evites, lo aguante porque creía que era lo mejor, pero
ahora no, no con esa mirada.
210
Estaba demasiado cansado para discutir con ella así que
la seguí a la cocina, me senté en una silla y ella preparo café,
cuando estaba listo me sirvió una tasa y se sentó frente a mí.
— ¿Con quién peleaste?—suspire.
—Con Bastian, un amigo de Cindy.
— ¿Por qué?
—No lo sé, solo no me agrada—la mire y ella asintió.
—Le gusta Cindy.
—No, no lo sé, no lo creo, son amigos—bebí un poco de
café.
— ¿Quien vino a dejarte?
—El papá de Cindy—ella arrugo su frente—ella callo al
lago, uno que está cerca de su casa, casi se ahoga—ella llevo
una mano a su boca preocupada—está bien, la llevamos a
urgencias y como estaba bien le permitieron irse a su casa.
—La pelea fue antes o después.
—Antes—dije, ella suspiro.
—No deberían haber estado en el baile.
—Lo estábamos, pero…—mire alrededor—salió todo mal,
peleamos, ella termino conmigo y se fue a su casa.
—La seguiste—asentí—no se arreglaron las cosas.
—No, pero espero poder arreglarlo.
—Me agrada esa chica—murmuro.
—No tanto como a mí.
— ¿Por qué terminaron? ¿Qué paso?
211
—Me equivoque con ella, metí la pata hasta el fondo y
paso.
—Las quieres—la mire y asentí—lo sabía, con ella has
estado más tranquilo, mejor.
—Me hace sentir mejor.
Nos bebimos el café en silencio y al acabar le pregunte.
— ¿Cómo lo arreglo?—me miro—no sé qué decirle para
que regrese conmigo.
—Dile lo que sientes.
—Lo hice—murmure—no me creyó.
—Demuéstraselo, díselo de nuevo, la verdad es lo único
que te puede ayudar—suspire y me puse de pie.
—Lo intentare—dije, deje mi tasa en el lavaplatos y me
moví hacia la puerta.
—Cariño—dijo ella, la mire—a veces hay que aceptar que
algunas cosas no pueden arreglarse.
—No puedo dejarla ir, tengo que hacer algo—ella asintió
y sonrió.
—Entonces tienes una oportunidad, solo inténtalo.
—Buenas noches—le dije y salí de la cocina.
—Buenas noches—le oí decir.
A la mañana siguiente me queje por el dolor de mi
estómago. Ese chico si sabía golpear, pensé. Me puse de pie
y fui al baño a mirarme.
212
Tenía un corte en la ceja, un moretón en la mejilla y otro
corte en el labio, además varios moretones en mi vientre,
algunas sobre las costillas.
Mi madre me dijo que no era necesario que fuera a la
escuela, en otro momento se lo hubiera agradecido, ahora no,
tenía que ir.
Varios o casi todos en la escuela me miraron fijamente, los
más sorprendido fueron Tomas y Rodrigo, Gustavo solo alzo
una ceja.
— ¿Qué demonios te paso?—pregunto mi amigo.
—Cindy termino conmigo—dije, el arrugo su frente.
—No le basto con terminar contigo, también te golpeo—
voltee mis ojos.
—Bastian fue, nos peleamos.
—Ahora, no entiendo nada—dijo él.
—Es muy complicado—dije yo, lo mire diciendo luego.
—Como es que te peleaste con Bastian—pregunto
Rodrigo.
—Estaba con Cindy, en el lago—arrugaron su frente—ella
fue allí luego de que termináramos y la seguí, discutí con
Bastian y comenzó la pelea.
—Debe ser bueno peleando—dijo Gustavo.
—Lo es—asegure.
Busque a Cindy por el lugar, no sabía si vendría, lo
dudaba, se supone que tenía que descansar, aun así tuve la
esperanza de verla.
213
En clases de deporte me mantuve a un lado, el entrenador
no me dijo nada. Tomas se acercó a mí luego de correr.
—Y qué fue lo que paso.
Se lo dije, completamente, la discusión en el hotel, la pelea
con Bastian, el accidente, el solo me escucho.
—Una noche divertida—murmuro.
—Bastante—dije.
— ¿Qué vas a hacer?
—No lo sé, solo quiero hablar con ella—suspire.
—Crees que hable con Liz—lo mire y negué, se relajó—
está en su derecho, solo…
—No lo hará, le dije que tu no habías hecho lo que yo,
creo que me creyó—el asintió.
Mire a Gustavo correr por la cancha de fútbol y arrugue mi
frente, siempre me pregunte por qué me juntaba con él si
nunca nos hemos llevado bien.
—La última semana—dijo Tomas.
—Luego las vacaciones y el último año.
—Has pensado que vas a estudiar.
—Fotografía profesional—lo mire, sonrió suavemente.
—No vas a seguir con el tenis.
—No, me gusta, pero prefiero lo otro y tu.
—Aun no lo sé, tengo algunas idea, nada definitivo.
—Y Liz—pregunte, sonrió.
—Cocina internacional, quiere ser chef—nos reímos.
214
Cuando el entrenador le grito a Tomas que regresara a la
cancha el suspiro.
—Mejor voy—murmuro y se alejó de mí
Tomas tenia suerte, él había sido amigo de Liz, la había
conocido porque quiso hacerlo, se había enamorado y ahora
salía con ella, tenía un futuro con ella, por tanto tiempo como
quisieran, podía acabarse mañana pero sería porque así eran
algunas relaciones, no porque el cometiera un estúpido error.
Suspire y me apoye en la banca, tenía que arreglar esto, debía
haber alguna manera.
***
Lo mire un segundo en la última clase de matemáticas, el
profesor solo nos dejó andar a nuestras anchas, Jet se volteo a
mirar en mi dirección y baje la vista.
—Aun no puedo creer que terminaran—me dijo Anita, la mire.
—Paso.
—Esto va a ser extraño con nosotros—dijo Liz—yo saliendo
con Tomas y Anita con Rodrigo.
—No salimos—dijo ella.
—Pero casi—contesto Liz.
—No tiene nada que ver con ustedes, no se sientan incomodas
ni nada—me encogí de hombros.
—Pero por que terminaron—insistió Liz.
—Solo paso, las cosas no resultaron como queríamos, no
sentimos lo mismo, por lo menos él no lo siente—Maly soltó un
bufido.
215
—Ese chico te adora, mas, te ama, como puedes creer que no
siente nada por ti—hice una mueca.
—Lo creo, y ya paso, eso ya se terminó.
—En verdad peleo con Bastian—pregunto Anita, asentí—
increíble—dijo.
—Es horrible—murmure—no quiero volver a ver algo así.
— ¿Que va a pasar con el paseo a la playa?—pregunto Maly,
suspire.
Habíamos estado planeando esa salida desde hacía semanas, las
mire a todas.
—No lo sé, no quiero que la cancelen pero…
—Si no vas, o no va el—dijo Maly—no será lo mismo, la
planeamos para todos, nos hemos hecho amigos, o novios—miro
a las chicas—debes ir y relajarte.
—En verdad no te gusta Gustavo—le pregunto Liz a ella, Maly
la miro y negó.
—No lo conozco lo suficiente y lo que he visto de él no es
agradable—asentí de acuerdo.
—Hay que hacerlo—dije, las mire—tenemos que ir, el ultimo
día que estaremos todos juntos, luego de eso no será hasta el
próximo año.
Sonrieron y suspire.
Mire al grupo de Jet, no me haría daño una última salida.
Extrañamente después del accidente me sentía relajada, lo peor
había pasado, había acabado, no tenía por qué seguir molesta o
herida, era mejor que lo olvidara y continuara con mi vida.
216
Yo sabía que él deseaba hablar conmigo, yo aún no estaba lista
y por suerte, para mí, debido a las calificaciones y demás estuve
todo el resto del día ocupada y no lo volví a ver. Sabía que iba a
tener que enfrentarlo en algún momento, solo…sabía que no
podría hacerlo por ahora.
En la playa.
Liz le entrego una bebida a Tomas y se sentó a su lado, el la
abrazo mientras hablaba con Jet. Mire a Anita que jugaba con
Rodrigo en el agua y luego a Maly que ojeaba una revista, Gustavo
nadaba no muy lejos de la orilla.
—Voy a caminar—les dije y me puse de pie.
—No te pierdas—dijo Liz.
—No lo hare—le asegure y me aleje de ellos.
No estuve mucho rato sola, Jet apareció a mi lado y caminamos
en silencio. Cuando llegamos a unas rocas camine por ellas hasta
sentarme, él lo hizo a mi lado, a unos centímetros de distancia.
— ¿Podemos hablar ahora?—pregunto—o eso arruinaría tu día.
Lo mire, se había cortado un poco el cabello y ya sus heridas se
estaban curando.
—No, hablemos—dije, el asintió.
Ninguno dijo nada, yo esperaba que el dijera algo y
probablemente el esperaba lo mismo de mí.
— ¿Por qué me agradeciste ese día?—recordé—el del
accidente—el pareció pensarlo un segundo.
217
—Claro, lo hice. Te agradecí porque te pedí que no me dejaras,
que no murieras—asentí—sé que suena raro, pero…—se encogió
de hombros.
—Tomas hablo conmigo el otro día.
—Lo sé, me lo dijo, gracias por no decírselo a las demás.
—Dije que no lo haría.
Silencio de nuevo.
—Tu amigo sí que sabe pelear—comento.
—Sí, lo sé—alzo una ceja—lo he visto, antes, peleaba mucho.
Tenía problemas en su casa y se desquitaba de esa manera.
—Entiendo—dijo y miro alrededor—yo también lo hacía.
—Si—pregunte, me miro.
—Cuando era un niño, luego de que mi padre nos abandonara.
—Ya veo—murmure, una cosa que no sabía de él.
Nos quedamos callados y mire el mar.
—No te pone nerviosa estar aquí—pregunto, negué.
—No—me encogí de hombros—no puedo seguir teniéndole
miedo—apunte el océano con mi mano.
—Eso está bien—murmuro.
— ¿Cómo está tu hermano y tu mama?
—Bien, bien—dijo—mi hermano pregunta por ti—sonreí
suavemente—le dije que quizás lo irías a ver—me miro.
—Quizás vaya—le dije.
—No te sientas forzada ni nada—negué.
218
—No, está bien.
Ambos suspiramos.
—Me siento como si estuviera en un campo minado—lo
mire—creo que si digo algo malo te alejaras de mí, no deseo
eso—negué.
—No te sientas así, vamos a tener que hablar en algún
momento, creo que este es el mejor—asintió.
—Cuando hice la apuesta no creí que te haría daño—lo mire y
arrugue mi frente—sé que suena estúpido, pero según yo nunca te
enterarías, la relación solo acabaría, como cualquier otra.
—Ya veo—murmure, descubrí que ya no me dolía tanto pensar
en eso. Echarle la culpa de todo a él no fue bueno.
—Después, me descubrí queriendo saber más cosas sobre ti,
use las clases para eso—asentí—creo que me enamore de ti antes
de que comenzara la relación—lo mire y no dije nada—pero me di
cuenta de que lo estaba luego de que te fueras de viaje, ese día que
regresaste. Fue increíble.
Mire alrededor pensando.
—Si fue ese día, según tú, por qué hablaste con Gustavo
tiempo después.
—No había pensado mucho en eso, sabía que tenía que hablar
con él en algún momento, ese día simplemente paso.
—Ya veo.
— ¿Por qué no me dijiste que lo sabías?
219
—Porque estaba molesta, quería demostrarte a ti y a mí que
podía jugar tú mismo juego, creí que podía darte una lección—lo
mire—sé que debí decírtelo enseguida.
—No me crees—pregunto y lo mire.
— ¿Qué cosa?
—Que te amo—arrugue mi frente al oírlo—no, no lo haces.
—Cada vez que lo dices pienso en la apuesta, además yo…—
suspire
—Es la verdad, te amo—ambos miramos a la playa—no hay
una forma de que me perdones, cierto.
—Jet—lo llame, me miro casi suplicando y se me encogió el
corazón—lo siento—murmure—todo esto es mi culpa, nunca debí
aceptar ser tu novia.
—No digas eso, yo…—negué.
—Yo supe desde el principio lo que pretendías—el arrugo su
frente—los oí a ti y a tus amigo hablando ese día en la biblioteca.
El miro alrededor y luego a mí.
—Ya veo—murmuro—quieres decir que solo saliste conmigo
por la apuesta, estabas jugando conmigo—lo mire y alce unza ceja.
—Te parece conocido—el negó.
—Eso no justifica…—se calló y me miro, lo único que quedaba
de su expresión era molestia.
Paso sus manos por su cabello, estaba molesto, probablemente
se sentía igual que yo cuando lo oí, decepcionado.
220
—Me dices que te enamoraste de mi luego de conocerme—
mire hacia al frente—yo también—abrace mis piernas—me
enamore de ti después, luego de que nos hiciéramos novios.
— ¿Cómo creerte?—murmuro y lo mire.
—Ese es el punto, creer en lo que dice el otro, no nos tenemos
confianza.
—Esto es tan confuso—asentí—no entiendo por qué…
—Si pudiera, te contaría desde el principio todo, porque lo
hice—negué—pero no sé cómo decirlo, como explicártelo.
—Yo tampoco lo sé, ni siquiera entiendo para que quieres que
lo sepa—él se puso de pie y lo observe.
—Solo me gustaría hacer algo bien, que algo entre los dos fuera
verdad.
Jet me observo unos segundos y luego negó, lo vi alejarse por la
playa, caminar pesadamente, con los hombros caídos. Sabía lo que
tenía, él había venido a mi pidiendo perdón, buscando una
oportunidad, pero como podía si yo también lo había engañado,
no quería que pensara que él se había equivocado, no quería que
me viera con cariño sin imaginar lo lejos que llegue simplemente
por estar molesta. La verdad era lo único que podía darle.
Regrese con los demás después de una hora y solo había tenido
una idea, una muy absurda idea que nos permitía saber
exactamente qué fue lo que sintió el otro. Mis amigas me miraron
cuando me senté lejos de Jet, él no me miro y yo fingí que no
estaba triste de nuevo.
Al llegar a mi casa tome mi teléfono y espere unos minutos,
luego lo llame.
221
— ¿Qué pasa?—pregunto en seguida.
—Te molesto—dije recordando los mensajes telefónicos de
hace tiempo.
—Si—dijo él, nada más. Suspire.
—Lo siento, lo que pasa es que tuve una idea que puede
permitirnos saber cómo vivió el otro esta relación—silencio—algo
que nos permita contarle al otro nuestra verdad.
—Te preocupa mucho esto, aun cuando ya no hay una
relación—cerré los ojos un segundo.
—Sí, lo hace, no quiero que pienses que yo…—me calle.
—Jugaste conmigo
—Sí.
El permaneció en silencio unos segundos.
— ¿Qué idea?—me relaje un poco.
—Escribir.
—Que.
—Sé que suena raro, pero si lo escribimos sabremos qué fue lo
que paso—mire alrededor—lo escribiremos ambos, cada uno
contando algo, alguna parte de la relación, algo que creamos es
importante.
— ¿Que pasara al acabar?
—No lo sé.
—Está bien.
—Podemos mandarle al otro lo que escriba por correo
electrónico.
222
— ¿Cuánto tiempo nos tomara?—pregunto cansado.
—No creo que mucho, solo unos días—espero.
—Entonces hablamos mañana—asentí.
—Bien, gracias—el suspiro y colgó.
Había que hacerlo, terminar, cerrar el círculo, después veríamos
que hacer.
223
Despedida
***
Conversación entre Cindy y Jet (vía Chat) días después.
***
J.: Que pasa ahora, hemos terminado.
C.: No lo sé, pero por lo menos sabes cómo paso.
J.: No siempre fue mentira, eso querías que supiera.
C.: Si, y como me sentí después de que todo terminara.
J.: No lo escribiste.
C.: Puedo hacerlo ahora. Me sentí mal, como si me hubiera roto
algo. Tú escribiste “sentía como si una gran parte de mí se hubiera
ido con ella”.
J.: ¿Que tiene que ver eso?
C.: A si me sentí, como si una parte de mí se hubiera ido
contigo.
J.: No sé si eso sirva ahora.
C.: Lo imagino. Ya no queda nada entre los dos, si no hay
confianza, no se puede esperar más.
J.: Todo se resume aquí, lo que vivimos, sentimos, todo.
C.: Completamente.
224
J.: Pero que hacemos ahora.
C.: No lo sé, seguir con nuestras vidas, quizá.
J.: Puedes seguir como si nada.
C.: No lo sé, hay que intentarlo, yo solo…
J.: Entonces si te gustaba.
C.: Si, lo hacías.
J.: Ya no.
C.: No creo que se clasifique con gustar solamente.
J.: Me amas.
C.: Jet, yo…
J.: Yo te lo dije, te dije que te amaba, ¿tú lo haces?
C: Si.
J.: Pero aun así falta algo.
C.: Confianza.
J.: Lo entiendo, confianza. Ya que tú diste esta idea, yo
tengo otra.
C.: ¿Cuál?
J.: Tiempo. Dicen que el tiempo cura todo. Creo que lo
mejor es que no nos veamos, que durante todo el verano
permanezcamos lejos del otro para saber qué pasa.
C.: Tiempo para pensar y aclarar la mente.
J.: Para saber que sentimos por el otro.
225
C.: Bien, es buena idea. No tendremos ningún tipo de
comunicación hasta el primer día de clases, ese día aclararemos las
cosas.
J.: Esta bien. Pero pase lo que pase escribiré el final, como
acaba esto.
C.: Como quieras.
J.: Adiós.
C.: Adiós.
226
Cuarta parte
Nuevo año, vida nueva.
227
Dos meses después.
***
Era temprano por la mañana cuando estaba ingresando al
colegio, era el primer día de clases.
—Hola Jet—dijo una voz a mis espaldas y me trague mi
mueca.
—Bárbara—salude, la chica estaba a mi lado, mas
bronceada que de costumbre e igual de rubia.
—Me entere de algo interesante.
—Así—le dije.
—Terminaste con esa chica, no—la mire—sabía que no
era para ti—levanto su mano para tocarme pero me aleje un
paso, congelo la sonrisa en su cara.
Algo bueno en el primer día de clases, Bárbara no me
atraía, ni un poco, al observarla me pregunte sinceramente
que le había visto, por qué había salido con ella si la mayoría
del tiempo que pasamos juntos solo nos besamos o más.
Entendía el porqué, claro, pero como estuve tanto tiempo
con ella, ahora me era sorprendente. Sonreír y ella arrugo su
frente.
—Adiós, Bárbara—ella abrió la boca para hablar pero me
aleje rápidamente y solo me gire para verla parada en el
mismo lugar donde la había dejado.
228
El día paso sin problemas, en la primera hora descubrí
que tenía una clase con Cindy, la segunda hora fue igual,
esta última también. Al parecer las tenía casi todas con ella
como compañera.
El profesor de matemáticas dio una noticia interesante.
—Continuaremos con las parejas de estudio, son las
mismas si su compañero se encuentra en esta clase, si no
infórmelo para buscarle una.
Suspire y mire a Cindy, ella tenía el ceño fruncido, se giró
a hablar con sus amigas y yo mire hacia el frente.
Había tomado una decisión con respecto a lo nuestro,
pase todo el verano pensando en ello y no veía una mejor
salida.
Al final de la clase el profesor nos dio la primera tarea y
todos se quejamos. Mire a Cindy pararse delante de mi mesa,
como ella mantuve la expresión de mi cara neutral.
—Tenemos que organizar las clases—dijo ella, nada más,
asentí y me puse de pie.
—Si quieres vamos a mi casa.
—Claro—dijo sin ni un poco de humor.
Me despedí de mis amigos, Tomas salió con Liz
mirándome serio al igual que su novia, habían sobrevivido
las vacaciones, me alegre por ellos.
Caminamos en silencio hasta mi casa.
—Hola—le dijo ella a mi hermano—que guapo.
229
Aníbal había entrado al jardín de niños, tenía que usar un
uniforme, aun lo llevaba puesto.
Mi hermano sonrió, luego ella saludo a mi madre que me
miro llenas de preguntas, subimos a mi cuarto. Ahí ella dejo
su mochila en el suelo y se sentó, no miro nada a su
alrededor, había agregado fotografías.
Cindy saco un cuaderno y comenzó a anotar.
—Aun estas en tenis.
—Si—dije sin dejar de mirarla.
—El horario.
—El mismo que el año pasado.
—Martes y jueves—ella anoto en el cuaderno creando un
calendario.
—Si—asegure.
—Entonces estudiaremos lunes y viernes—arrugue mi
frente, el año pasado también eran los miércoles—los
miércoles—continuo ella—serán alternados, así que serán
dos veces al mes, podremos descansar de esa manera.
Ella siguió mirando su cuaderno y la observe, se había
cortado el cabello, hasta un poco más debajo de sus hombros
y lo llevaba suelto. Note que tenía una venda en su muñeca,
oculta por su ropa y sentí mucha curiosidad y preocupación.
— ¿Dónde?—le pregunte, levanto la vista— ¿dónde vamos
a estudiar?
230
—Tratemos de ir alternando los lugares, un día en tu casa
y otra en la mía, incluso podemos hacerlo en la biblioteca de
la escuela, la cierran tarde—asentí.
—Es buena idea.
Nos quedamos en silencio.
—Trabajemos—dijo ella y asentí.
Solo nos tomó 30 minutos realizar la tarea, al acabar
levante la vista y la pille mirándome.
—Crees que es bueno que seamos compañeros de
estudio—me puse de pie y llegue a mi cama, me miro.
—Ya no quieres estudiar conmigo—pregunto.
La mire pensando.
— ¿No es lo mejor?—le pregunte—no estarías más
cómoda.
—Cómoda—repitió ella—tú no lo estás.
Me encogí de hombros, ella solo me observo.
— ¿Quieres estudiar conmigo?— pregunto.
—Sí, porque no—apoyo su brazo en el escritorio y luego lo
quito, arrugue mi frente.
—El año pasado nos fue bien a ambos—dijo.
Más que bien, pensé. Apunte su mano.
— ¿Por qué la venda?—ella la miro un segundo y luego
sonrió.
—Me caí de un caballo—me tense—Máximo.
— ¿Qué estabas pensando para caerte?
231
Se encogió de hombros y pase mi mano por mi cabello sin
saber que decir. Estuvimos callados un rato y mire el
calendario que había hecho.
— ¿Qué pasa con el fin de semana?
—Solo serán para las emergencias, si tenemos un examen
difícil o un trabajo.
Asentí.
—Has pensado en todo.
—Fuimos un poco desorganizados el año pasado.
—Nos fue bien, por lo que recuerdo.
—Lo sé—suspire y me recosté en la cama, mire el techo.
—Mejor me voy—dijo ella y la mire, guardaba sus cosas.
Me senté en la cama y ella me ignoro. Se supone que
teníamos que hablar sobre nosotros, en que terminaría todo
esto. El año pasado, al saber lo que había hecho me había
sentido engañado, como si todo lo que hubiera vivido
hubiera sido una gran farsa, extrañamente eso no cambiaba
lo que sentía, solo me hizo sentir como un estúpido.
También pensé en lo que yo había hecho y como se hubiera
sentido ella si lo hubiera sabido solo al final, obviamente
hubiera sido peor. Al final las cosas simplemente habían
tenido un término medianamente bueno, si se podía decir,
ambos sintiéndonos como estúpidos.
Ella se puso de pie y la imite, quedamos frente a frente,
ninguno se movió.
—Entonces hasta el próximo viernes—asentí.
232
Ambos nos acercamos para despedirnos con un beso en la
mejilla, eso pensé yo, pero por alguna razón ninguno ladeo
su rostro, solo nos encontramos al medio, boca con boca.
Me deje llevar por la situación. La abrace y ella a mí, su
mochila sonó al chocar contra el piso y sentí sus manos llegar
a mi cuello, sus dedos tocaron mi cabello y yo hice lo mismo
al tomar su cabeza para mantenerla ahí, donde la quería.
Jadeamos al alejarnos, la mire y mantuvo sus ojos
cerrados, sonreí y volví a besarla. Al acabar me miro y luego
bajo la vista, se alejó de mí.
—Tengo que irme—dijo y agarro su mochila, alcance a
agarrarla de su brazo, se detuvo y la abrace por la espalda.
—Esto se debe a lo que creo—suspiro—dime.
— ¿Tenemos que hacer esto ahora?—asentí a su lado.
—No lo sé, quieres esperar hasta mañana, pasado mañana
o la próxima semana, o quizás algún día dentro del mes—se
giró y alzo una ceja—solo lo pregunto.
—Sigues molesto conmigo.
— ¿Por qué lo dices?
—Ya dije que lo siento, que hice mal, pero tú también—se
cruzó de brazos—me niego a sentirme culpable más tiempo.
— ¿Te sientes culpable?
—Antes, ya no—asentí suavemente—tu no.
—No—negué y volteo sus ojos—me sentí como un idiota,
pero ya paso.
233
—Me alegro por ti—murmuro, sonreí, ella me miro y
arrugo su frente—creo que tienes razón en eso de cambiar de
compañero de estudios.
—Ya no quieres estudiar conmigo.
—Siempre vamos a pensar en lo que paso, solo nos
sentiríamos incómodos, no creo que sea difícil encontrar a
otra persona para estudiar—ahora yo arrugue mi frente.
Como si fuera a permitir eso, pensé.
—Pero sería raro.
— ¿Por qué?
—Si vamos a ser novios sería raro que nos encontráramos
con otros durante la semana—ella alzo una ceja.
—Ni tanto—sonrió—no tienes porqué estudiar con otra
chica—me trague mi risa.
—No voy a ponerme a estudiar con un desconocido,
Rodrigo y Tomas estudiaran con sus novias, para eso mejor
estudio solo, o—sonreí—con una chica.
—Entonces estudiare con un chico—abrí mi boca y la
cerré.
—Mejor dejemos las cosas como están—me miro—me
refiero a los estudios.
—Está bien.
La tome de la mano y la lleve a mi cama, nos acostamos,
ambos mirando el techo.
—Me gusta esta cama—dijo, acomodo los cojines detrás
de ella—nunca te lo dije.
234
—No, nunca lo hiciste. Tu cama es más grande—asintió.
—Sabes porqué deje algunos miércoles fuera y los fines de
semana.
Negué.
—Porque el año pasado nos pasamos más tiempo
estudiando que juntos, claro salimos, pero fueron pocas
veces, puedo contarlas con los dedos de mis manos.
—Ahora debe ser diferente—estuve de acuerdo— ¿confías
en mí?—pregunte.
—Sí, lo hago—se apoyó en un brazo y la imite, acaricio mi
rostro con sus dedos y cerré los ojos—como dicen, año nuevo
cuenta nueva—me reí suavemente—tu confías en mí.
—Sí, claro que si—me miro a los ojos y acaricie su
rostro—te extrañe todo el verano, cada día. Cindy, yo sabía,
de antes de que todo acabara lo que siento por ti, eso no ha
cambiado nada—sonrió suavemente.
—Yo también lo sabía, por esa misma razón te dije la
verdad ese día en la playa—asentí.
—Dímelo—pedí—dime lo que sientes, quiero oírlo.
Se recostó en la cama sonriendo y me acerque más.
—Hazlo—me miro.
—Tu primero—alce una ceja, me incline hacia ella y le
susurre.
—Te amo—me abrazo por el cuello y acerco su labios a
mi oído.
—Igual yo—susurro—también te amo.
235
Nos miramos a los ojos unos segundos. Ahora volvía todo
a su lugar, sentía que ya no estaba perdido, que importaba lo
que había pasado si ahora todo estaba bien.
Ella me empujo hasta acostarme en la cama y la bese
suavemente al principio, se apoyó en mí y puse una mano en
su espalda y la otra en su cabeza para afirmarla. El beso
cambio y la bese a mi ritmo, como hacía mucho quería
hacerlo y cuando escuche un gemido escapar de su boca
sonreí, quería oír más de esos.
—Entonces que somos ahora—pregunto mientras me
entretenía en la curva de su cuello.
—Amigos con ventaja—susurre y se estremeció.
—Prefiero algo más convencional, como novios—mordí
su cuello suavemente y luego pase mi lengua, ella movió su
rostro buscándome y la bese, la recosté en la cama, bajo mi
cuerpo manteniéndola prisionera. Entrelace mis dedos con
los de ella y puse una de sus manos sobre su cabeza. La
seguí besando largo rato, solo me alejaba para que ambos
pudiéramos recuperar el aire, pero yo me movía por su
cuello, besando la piel, oliendo.
—Por favor—susurro ella.
—Que cariño, que quieres.
— ¿Qué somos?
—Mm—puso su mano en mi boca y levante la cabeza.
—Nada de besos a menos que respondas, somos novios
de nuevo—quite su mano.
—Quizás.
236
—Tus quizás me dan mucho que pensar—me reí con más
ganas y apoye mi cabeza en su cuello. Ella acaricio mi
cabello un segundo como sabía que me gustaba, luego me
abrazo.
—Quieres que me mueva—le pregunte luego de un rato.
—Sabes que no—dijo, sonreí.
La mire.
—Te amo—le dije, ella sonrió suavemente, como me
gustaba.
—Lo sé—me beso y ahora yo gemí, se alejó un poco solo
para decirme—yo también te amo.
Suspire contra sus labios y la bese, en ese momento
tocaron a mi puerta, sabía quién era por los golpes, me queje
contra su cuello y se rio. Como siguieron insistiendo me aleje
de ella, Cindy se puso de pie, arreglo su ropa y abrió la
puerta, mi hermano estaba ahí.
—Hola guapo—dijo ella, mi hermano le entrego una hoja
y un lápiz.
—Caballo—le dijo.
—Lo que quieras—le respondió y caminaron a la cama,
los mire y les hice espacio.
—Este niño recibe más atención que yo—ella se sentó en
el suelo y comenzó a dibujar.
—Es como una mini versión de ti.
—Crees que será igual que yo cuando crezca—asintió—te
mantendré alejada de él.
237
—Que gracioso—dijo y piñizco mi vientre—además soy
una mujer soltera, cuando él tenga 18 yo tendré 31, no es
tanto—solté una carcajada y luego me calle.
—Y quien dijo que eras soltera— me miro—eres mi novia,
que no se te olvide.
—Para nada—aseguro, miro a mi hermano.
La observe hablar con él y dibujar.
Mi hermano ya hablaba correctamente, con confianza. Yo
me sentía mejor gracias a ella. Cuando termino el dibujo mi
hermano le agradeció y salió del lugar, Cindy se puso de pie
y cerró la puerta con seguro, me miro.
—En que estábamos—llego a mi lado y le hice un espacio
en mi cama.
—Acuéstate aquí y te lo mostrare—sonrió mientras lo
hacía.
238
C.: Estuvimos a un paso.
J.: ¿Qué?
C.: Que estuvimos a un paso de que esto terminara.
J.: No dicen que hay solo un paso entre el amor y el odio.
C.: Que haremos con esto.
J.: Guardarlo de recuerdo, que más.
C.: No se lo has mostrado a nadie, cierto.
J.: Mm.
C.: Jet, no se lo has mostrado a nadie, cierto.
J.: Claro que no, como podría, es privado.
C.: Aja.
J.: Sabes que Gustavo y Barbie son novios.
C.: ¿Por qué cambias de tema? Jet Farraguer a quien se lo
mostraste.
J.: No se lo he mostrado a nadie, por Dios. Sabes que si
seguimos así vamos a tener que escribir una segunda parte.
C.: Jajajajajaja
J.: No es gracioso.
C.: Esta bien, solo creo que estas inventando una excusa para
meterte a mi cuarto, con eso de la reconciliación.
J.: ¿Funciono? Oye, piensa que pronto entraremos a la
universidad, no tendremos mucho tiempo libre.
C.: Esta bien, creo que tienes toda la razón.
239
J.: Sabía que no te negarías. No, solo estoy bromeando.
Cindy. Cindy.
C.: Deja eso y ven de una vez.
J.: A tus órdenes, cariño.
C.: Lo sé.
Fin.
240
Blogs
Fractura literaria
fracturaliteraria.blogspot.com
Pecados y Pasiones
pecadosypasiones.blogspot.com
241
Table of ContentsPrimera Parte ......................................................................................Capitulo 1 ........................................................................................Capítulo 2 ........................................................................................Capítulo 3 ........................................................................................Capitulo 4 ........................................................................................Capitulo 5 ........................................................................................Segunda parte..................................................................................... 8Capitulo 2 ........................................................................................Capitulo 3 ...................................................................................... 10Capitulo 4 ...................................................................................... 11Capitulo 5 ...................................................................................... 12Capitulo 6 ...................................................................................... 13Capitulo 7 ...................................................................................... 14Tercera Parte .................................................................................... 1Capítulo 1 ...................................................................................... 15Capítulo 2 ...................................................................................... 17Capítulo 3 ...................................................................................... 18Capítulo 4 ...................................................................................... 18Capitulo 5 ...................................................................................... 19Capítulo 6 ...................................................................................... 21Despedida ..................................................................................... 224Cuarta parte ......................................................................................Dos meses después. ..................................................................... 228
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