Los trabajadores somos quienes movemos la
economía, quienes generamos las enormes ri-
quezas que unos pocos capitalistas se apropian
engordando sus ganancias. Mientras ese pu-
ñado de poderosos, cada vez más ricos, junto a
sus gobiernos patronales, siguen acumulando
capital y extendiendo su dominación, hunden
cada vez más en la miseria a una parte impor-
tante de las masas obreras que vivimos apiña-
dos en villas miseria, barrios pobres, sin agua
potable ni cloacas; con salitas de primeros au-
xilios sin insumos, con turnos limitados y que
sólo abren algunas horas al día; con escuelas
que se caen a pedazos; viajando mal en colec-
tivos, trenes o subtes; con viviendas precarias,
muchas veces alquilando a costos impagables,
perseguidos por la policía del gatillo fácil que
asesina a nuestros hijos por la espalda, que ma-
neja el narcotráfico y las redes de trata junto con
el poder político y los punteros.
Son millones también, los que en nuestro país,
estamos desocupados o trabajamos en forma
cada vez más precarizada, mientras que para
los que tenemos trabajo los salarios son de mi-
seria en su gran mayoría y es muy difícil contar
con una estabilidad laboral. La mayoría de los
trabajadores no tenemos obra social, porque es-
tamos desocupados o precarizados. Son una in-
mensa minoría los trabajadores que hoy ganan
por encima de la canasta familiar y que “gozan”
de los “beneficios” sociales pero es a costa de
trabajar horas extras o en pésimas condiciones
y de perder las conquistas laborales en conve-
nios a la baja.
A su vez, los monopolios imperialistas y sus so-
cios locales saquean todos nuestros bienes co-
munes (minería, petróleo, pesca, nuestra tierra,
etc.), mientras nos dejan a cambio la devasta-
ción y la contaminación cada vez más acelerada
de nuestro ambiente. Incluso en muchos lugares
del país nos fumigan nuestros barrios con agro-
tóxicos, nos contaminan el agua que tomamos
con cianuro para llevarse el oro, nos riegan los
lagos, ríos y mares de residuos industriales….
Nuestro costo de vida empeora día tras día, au-
mentan todos los productos de la canasta bá-
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sica, así como las tarifas en los servicios públi-
cos y en el transporte.
Quienes se encargan de que esto se mantenga
así, defendiendo los intereses de su clase capi-
talista, son los distintos gobiernos de turno como
el actual, que administran un Estado que es la
herramienta que tienen para sostener la opre-
sión, para seguir explotándonos a los trabajado-
res. Para eso tienen a las fuerzas represivas:
policía, gendarmería, prefectura, ejército, para
perseguir y reprimir a los que luchan por enfren-
tar tosas estas injusticias. Y lo hacen en compli-
cidad con las burocracias sindicales que
defienden los intereses patronales (incluso mu-
chos burócratas son directamente empresarios
más que trabajadores).
TRANSFORMEMOS LA BRONCA EN MÁSORGANIZACIÓN Y MÁS LUCHAS
En todo el país se lucha para enfrentar todas
estas políticas: por trabajo y contra la precariza-
ción laboral, contra los despidos y la persecu-
ción, por aumento salarial y mejores condiciones
laborales, contra la burocracia sindical, por tierra
y vivienda, contra el saqueo y la contaminación,
contra la represión, en defensa de la educación,
la salud pública y de los bienes comunes. En de-
finitiva, luchamos por conquistar una vida más
digna.
Todas esas luchas crecen y se multiplican, pero
aún siguen dispersas. Es fundamental trabajarpara la unidad y la solidaridad, construyendodesde las bases de manera coordinada paragolpear con un solo puño a nuestros enemi-gos de clase y lograr nuevas victorias para los
justos reclamos de nuestro pueblo trabajador.
Las luchas obrerasDurante la década de los 90, con las privatiza-
ciones, fueron miles y miles los trabajadores que
se quedaron sin trabajo. Pero también existió
gran resistencia por parte de los trabajadores
frente a las privatizaciones, como los de Luz y
Fuerza y los petroleros, los estatales de la salud
y la educación contra todos los ajustes. En ese
contexto nacieron las organizaciones de des-
ocupados, el movimiento piquetero, con el ejem-
plo de los fogoneros de Cutral-Co, Plaza
Huincul, Mosconi, Tartagal. Las organizaciones
piqueteras marcaron un camino de lucha, por
trabajo, por la dignidad y por el cambio social.
En todo ese recorrido se lograron diversas con-
quistas, entre tantas otras, puestos de trabajo
en ferroca-
rril, en las
petroleras, y
fundamental-
mente en obra
pública, donde
se trabaja en
forma precari-
zada y con
salarios de
miseria, por
lo cual se
está lu-
chando para
ingresar a
planta per-
m a n e n t e ,
por aumento salarial y mejoras en las condicio-
nes laborales.
Con todo ese ejemplo, viene creciendo la or-ganización y la lucha en distintos sectores:trabajadores de subte, colectivos y ferrocarriles,
de automotrices, metalúrgicas, petroleros, de la
industria pesquera, docentes y demás trabaja-
dores del estado, entre tantos otros. En cada
uno de esos sectores vienen surgiendo delega-
dos combativos, comisiones internas y algunas
conducciones sindicales que no transan y luchan
en defensa de los intereses de los trabajadores.
Una vez más la clase obrera da muestras de su
fortaleza y combatividad. Es que los trabajado-
res nunca hemos dejado de luchar; en defensa
de nuestros derechos y conquistas, con mayor o
menor profundidad, con peor o mejor resultado,
siempre hemos resistido.
Los sindicatos y la unidad de los trabajadores
El sindicato es la herramienta natural de or-ganización de los trabajadores para enfren-
tar a la patronal en lalucha por mejorarnuestras condicio-nes de trabajo y devida. Por lo tanto, el
sindicato no es el edifi-
cio, la sigla, la super-
estructura, si no los
trabajadores organiza-
dos defendiendo
nuestros intereses.
Hoy, la conducción
de los sindicatos
(salvo excep-
ciones) y las
c e n t r a l e s
obreras están
en manos de la buro-
cracia. Esa burocracia sindical está enquistada
en los sindicatos, traicionando los intereses de
su clase, actuando como dique de contención
de las luchas obreras, utilizando los sindicatos
como fuente de enriquecimiento personal. Mu-
chos de esos burócratas, con el poder político y
económico que consiguieron desde los sindica-
tos se han transformado directamente en em-
presarios.
Nuestra lucha no debe ser por conquistar un si-
llón, o tener la llave de un edificio, o tener deter-
minado cargo. Nosotros luchamos para que el
movimiento obrero conquiste y construya sindi-
catos como herramientas de lucha, con direc-
ciones políticas antiburocráticas, antipatronales,
clasistas, solidarias, combativas.
Para esto no hay un solo camino posible a re-
correr, y la experiencia práctica histórica habla
mucho en este sentido: las elecciones, la toma
de los sindicatos corriendo a la burocracia, con-
formar nuevos sindicatos, todas son formas vá-
lidas siempre que surjan de un trabajo genuino
de base de los trabajadores, sosteniendo a una
dirección que surja de ese proceso con los me-
jores compañeros al frente. En ese camino, las
coordinadoras de base son una herramienta fun-
damental que permite ir consolidando la cons-
trucción política sindical, afirmando sobre
cimientos sólidos al movimiento obrero. La or-
ganización en los lugares de trabajo, de la mano
de la coordinación con trabajadores de otros
sectores, la solidaridad con todas las luchas, la
organización de base de los trabajadores.
Debemos orientar esas luchas hacia unnuevo sindicalismo clasista, lo cual no va aocurrir espontáneamente, sino que más bienserá producto de un trabajo conciente. En
esas luchas, más allá de su orientación, los tra-
bajadores venimos haciendo nuestra experien-
cia, lo cual, sumado a las mejores experiencias
históricas, y al papel que desarrollen los secto-
res y compañeros más avanzados, permitirá dar
nuevos pasos hacia ese sindicalismo y a las or-
ganizaciones gremiales que sean verdadera-
mente una herramienta de organización y de
lucha al servicio de los trabajadores.
Por eso debemos ir fortaleciendo las organiza-
ciones de base, en cada lugar de trabajo, a la
vez que trabajando por la coordinación de los
distintos sectores, la solidaridad con las distin-
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tas luchas. Al mismo tiempo, desarrollamos po-
lítica para construir y consolidar desde ese tra-
bajo las coordinadoras de base, coordinadoras
de trabajadores en lucha. Desde ahí organizar
políticamente a las más amplias masas de tra-
bajadores, que encuentren en esos espacios ge-
nuinas herramientas de lucha.
Los sindicatos tienen que jugar también un papel
en la lucha política.
En palabras de Agustín Tosco (protagonista del
Cordobazo y del sindicalismo clasista y comba-
tivo de los 60 y 70, un ejemplo para nuestro pre-
sente junto a tantos otros compañeros): “Los
sindicatos deben llevar adelante una política (…)
La defensa del interés común de los trabajado-
res hace que la organización sindical en sí no
deba ser partidaria, pero la clase obrera es para
nosotros un agente fundamental en el proceso
de liberación nacional y social argentino, y todo
proceso de liberación nacional y social es esen-
cialmente político”.
Dice que hay dos tipos de sindicalismo, uno el
“participacionista” o burocrático, que se maneja
dentro del sistema. “El otro, es el sindicalismo
de liberación, que ha comprendido que debe ser
un factor en la lucha por la liberación nacional.
Es el que atiende tanto a la defensa de los de-
rechos y reivindicaciones de carácter inmediato
de los compañeros y que plantea la lucha contra
el imperialismo internacional del dinero, en su
manifestación concreta de monopolios de la pro-
ducción, de la distribución, de los servicios, de
las finanzas internacionales. Es el sindicalismo
que asume una misión y una responsabilidad
global, social y nacional. Que plantea la trans-
formación revolucionaria de las estructuras y que
reclama en lo inmediato que los grande medios
de producción y las palancas fundamentales de
la economía sean de propiedad estatal – social
y no privada -.”
Por un gobierno de los trabajadores
En la medida que el poder siga en manos de los
capitalistas, de los explotadores, seguiremos su-
friendo las consecuencias de este sistema in-
justo. Las crisis del sistema los capitalistas y sus
gobiernos intentan descargarlas sobre los tra-
bajadores por eso reafirmamos que más capita-
lismo es más barbarie, más capitalismo es más
inseguridad para el pueblo.
Decimos que, si bien son fundamentales, no al-
canza con las luchas reivindicativas, económi-
cas, por mejoras parciales en nuestras
condiciones de vida.
Para terminar con este sistema injusto hayque orientar las luchas desde una perspec-tiva revolucionaria, construir poder popular,para que nuestros golpes no sean parciales,generar las herramientas necesarias para darsalida a todos nuestras problemáticas. Ese poder no se construirá solo, debemos des-
arrollarlo en nuestro presente en cada fábrica,
en las escuelas, en la universidad, en nuestras
barriadas, en la ciudad y en el campo…. Cons-truir el doble poder, acumulando fuerza re-volucionaria, nutriéndonos de las mejoresexperiencias de lucha y organización denuestro pueblo con un partido de la clase, unpartido revolucionario, que abra nuevos sen-deros hacia la revolución socialista y avan-cemos a paso firme en la construcción deuna sociedad nueva, donde no exista ningúntipo de explotación.
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