14 DE FEBRERO -POEMAS ÍNTIMOS-
Salvador Pliego
Copyright © 2014 COPYRIGHT by Salvador Pliego. All rights reserved. México Todos los derechos reservados. Este libro no puede ser parcial o totalmente copiado o reproducido de cualquier forma sin autorización del autor.
ii
A Blanca
iii
ÍNDICE
2 Poemas íntimos
23 Biografía del autor
POEMAS ÍNTIMOS
2
Bruma y sueños
Alzas las velas: tus brazos son navíos.
Rompen tus ojos las olas en mis ojos.
Tu mástil abre mi boca y en la bruma
la brisa cuelga azul desde tus senos.
Entonces, rotas el mar, lo viertes a tus manos,
y es cuando te conozco y siento.
En el acorazado de la noche,
a todo viento y sueños,
anclado a tu corazón despierto.
3
Íntima
Habitas mi corazón: lo limpias, lo sacudes,
le abres sus ventanas,
dejas que la luz le alumbre,
le sueltas avecillas,
abrillantas su alcoba para hospedarte y distenderte,
cuelgas tus rizos y tus ojos en sus paredes,
y los enmarcas con tus manos de madera suave.
Por eso, no me encontrarás nunca en reposo:
vallado por ti, en ti incursiono,
reverbero en ti,
te siento,
estás en mí.
4
El beso del amor
Oh cosechadora, mujer viñedo,
antes de que tus brazos cayeran a la tierra
y tu boca, otra vez mitad un mundo y mitad mi boca,
se alzara sobre el campo,
porque de ti parte la tarde, de ti se crece
-la noche es sólo un sollozo de tu rostro-,
ibas levantándome con tus siegas.
Mas, el fruto eran tus manos,
la pulpa eran tus ojos,
y el barbecho eran tus párpados cerrándose y pintándose.
Mujer, mujer, me engarzaste como a un pájaro a sus alas
y me obsequiaste el vuelo de tus besos.
He alcanzado la ebriedad de la sonrisa,
la piel del ala, el espejo de la rosa,
y en un cerrojo de miradas
el estallido elemental desde el amor,
donde no se requiere de palabras.
5
Pasas por mi boca
Me gusta tu color de encanto
y el barniz con que te entintas.
Pareces nacer de mis palabras
que todo el tiempo hablan de ti.
Pasas por mi boca
y derrites cada letra.
Ahí es donde te hablo.
Y de la nada, del silencio,
de un color que hay en tu boca,
pronuncio ese nombre
que es un bálsamo reconstruyendo al firmamento.
6
Proyección
Empezaste por ser un pedacito
y, sin notarlo, comencé de nuevo
a liberar mi mente y mis muros,
hasta que lo tenías todo
y no había forma de dejarte.
7
Cada día
I Por todo cuanto es y te respira,
tengo una sensación de ti y otra en la mente,
y la más bonita es tropezarme con tu boca.
II Más allá del cielo hay un espacio,
tan bonito y maravilloso,
que me hace volver los pies hacia la tierra…
y mirarte.
III Cuando revolotea tu lengua en mi boca,
un beso de dos alas se desnuda,
y tu hermosa piel
tiembla a mi boca y la hace espuma.
8
Lleno de flores
Cuentan que Dios creó el árbol,
el árbol a la hoja,
la hoja a la primavera,
y que ésta se extendió
y forjó las alas…
Y luego viniste tú a parpadearlos,
a darles los colores,
a polvorearlos con mil tintes,
a ofrendarles luz, pupilas y botones:
fue entonces cuando el huerto
amaneció lleno de flores.
9
Volando hacia ti
Pajarera de mis ojos que vienes volando hasta mí,
eres como las gaviotas con sus alas de espuma
dejándose anidar entre las tempestades y arenas,
sacudiendo a los buques, a las ráfagas inmensas de bruma y cetáceos.
Cuando extiendes tus brazos en la altura,
los míos se cuelgan de tu sal y la saborean.
¡Oh extensión del beso y la marea!
Contemplándote, tus ojos golpean
la escarcha y la luz de las estrellas.
Yo salgo a buscarte en la resaca
cuando ya estás entre mis brazos,
para que no te vayas.
10
Llenándote de nubes
Porque tú vienes hacia mí
y me desvaneces tibiamente,
me vuelves tu capricho.
Estoy aquí: cegado y fugado,
sembrado a tu misma carne,
dibujándote la espalda;
a tu lado, fijo,
rotándote y girando permanentemente hacia tu eje,
llenándote de nubes y alegres guacamayos,
besándote y besándote,
besándote y amándote.
11
Poema de amor II
Si no hay boca, ¿qué te besa entonces?
Te buscan mis manos reproduciéndote las manos.
Te persiguen mis ojos buscándote en mis ojos.
En el dormitorio de mis labios
tu boca duerme un predilecto canto.
¡Ay de las ebrias tardes que te quieren!
También mis besos te encubren, te sienten y te quieren.
Los labios son un río que en la noche se derrama…
y son tus labios los que clarean sus canales.
Te abrazan mis ojos. Mis manos se consumen.
Para que la noche viva dos pájaros se encienden.
Y tú eres el amor, el deseo de mis ojos,
lo que la noche aluza
y mi corazón retiene.
En cada beso te pierdes y haces que me pierda,
para que un labio se sonría más alegremente.
12
Amor, amor…
Tú me envías jazmines en las rosas
y yo espero besarme de tus besos.
Por eso, amor, amor mío, amada,
vamos y nos queremos y nos besamos,
nos llenamos de descansos y esmeraldas,
y hasta nos rogamos uno al otro dolorosamente;
nos sanamos de ojos y de labios,
nos hincamos en los pechos, suplicando,
y en cada imploración juntamos nuestras manos,
y nuestros brazos se tienden en plegarias.
Amor, amor, es sólo un canto…
y nuestras lenguas son un bemol durante el día.
13
Ojos manzanos
Ojos manzanos, trigales en la estampa,
también te vuelves la delgada espiga de un beso de mi alma.
Y como al fruto o la semilla,
mis labriegas manos te conservan.
Naces de la viña,
y eres el devoto placer hacia este mundo,
a su oficio verde y de cultivo.
Y mi corazón te habla
desde el manantial del beso,
del amor y la cosecha dulce
de tu piel hecha racimo.
14
La noche se compone de tus ojos
La noche se compone de tus ojos negros.
Como el alimento del mar estás;
como la oscuridad silente.
La extensa primavera de las luces en tu rostro viaja.
En mi corazón desencadenas las estrellas
en una solemne caminata azul silvestre.
Y junto al infinito, junto a lo viviente,
una medalla de colores en mi pecho enciendes.
¡Qué irrepetible forma de quererte!
15
Pluvial
Como la espuma vendrás:
sin perfiles, sin formas, sin tejidos;
pluvial solamente: húmeda;
llena de brisas y colores,
estampada desde el mar…
llenándome de agua
los ojos con tus mieles.
16
Marinera de ojos dulces
Sus ojos ardieron como un pájaro el mar
y relumbraban sus iris en las redes.
Ave que adentraste tu boca al naciente de la orilla,
por debajo de las olas saliste a navegar.
Y un coral de espuma en las sombras cabalgó,
marcando con tus pasos las rutas de ese mar.
Marinera de agua fresca, hombros acuáticos del velo azul,
tu pecho triza el agua y le vuelve pleamar.
Marinera de bajeles,
navegas en mi canto y navegas el amor.
17
Otoño
Plumean de rojo las frescas mañanas.
La cobriza coloración templa la solemnidad del viento.
Pero no caen las hojas, sino se abrazan
al arrebato y a la tertulia del firmamento.
Las galerías de pájaros levantan sus picos
para machacar cortezas de aire y de neblina.
Donde mis brazos caen te has vuelto tú la tierra,
como si la primavera no se hubiera ido
y siguiera su estación verde y de fruto.
Aún me asolean tus ojos y tus manos ya se enredan
en la evocación equinoccial de un beso.
Me dices que es otoño…
y la primavera trina su canción de amante
para revelar tu piel de sorgo y trigo.
18
Eras el corazón de la amapola
Tú eras la invitada: tus ojos rociaban heliotropos,
las ágatas buscaban tus hombros y mudarse,
la greda a tu cintura se enredaba.
Yo sólo buscaba tu voz cristalizada, tu mirada persistente.
El sol de madreperlas a tu piel iba a besarle.
Luz que a mis ojos en fiebre convertiste.
Blanca hoja que al amor lo bautizaste.
Tú eras el corazón de la amapola
y el beso más dulce de la noche.
Y cada beso era un águila acallando mil suplicios.
¡Oh etérea!, bellamente oral y murmurada,
en el pozo de mis brazos te hundiste,
en el beso de agua juntos nos ahogamos.
Y tus ojos rociaban lo que mi alma al beso salpicaba.
¡Aún tus besos siembran amapolas!
19
Corazón que te amaría
Dibujando mis manos sobre ti,
¿qué no recorrerían?
Irían por los altos bosques y las altas praderas,
a los enconados vuelos y circulares ríos;
buscarían los sures y perpendiculares áreas
para mirar las hojas por donde dormitaron sus capullos,
y me quedaría, como un cenzontle, mirándote
a los brazos, observándote las plumas y colores.
Subiría a tu corteza, a tu pijama de arena,
de eucalipto y pan que me despierta,
a esa desnudez de leche y de maicena
que trae el sur hacia tu rostro,
donde se engendran los racimos y las noches,
la niebla que cubre a los cervatos de las garras y las lluvias.
Más que nada, ay amor, amor, iría por tu boca,
y en tus labios, la luz transformaría.
20
Beso tibio
Yo le llamé el beso tibio a tu boca,
y de tus labios sonaban campanadas;
las flautas silbaban sin nostalgia.
Oh, niña mía, mujer, soplo del otoño,
cuando el jazmín apenas brotaba
tú ya coloreabas mi sed de arrecifes,
y donde yo vivía, caían tus manos
para anidarse en mis ojos en plena mansedumbre.
Yo extendí mis brazos como dos acordeones,
para llamarte: amor, mi dulce, mi Pegaso.
Y en la atmósfera de un beso
alzaste mis ojos a tu reino,
para que fuera yo el viajero, el capitán de mi pecho,
el buque hacia el paisaje,
y enredarme en tus provincias,
como un palomo destinado a su paloma
y emprender, así, el nupcial despegue.
21
Pintada por mi alma
Te llamaré Blanca, mi Blanca, mi eterna bruma,
pintada por mi alma,
amorosamente mía,
jaspeada y almendrada
o cubierta por mis manos frías,
pero siempre mía,
como una boca mía,
como un gajo que me falta,
como una porción que nunca sobra
por ser una mañana linda.
22
SALVADOR PLIEGO:
Nacido en la ciudad de México. Con estudios en Antropología Social y una Maestría en Sistemas de Computación. Como escritor inicia su carrera a finales de 2005 y desde entonces ha publicado los siguientes libros:
Poemarios:
Flores y espinas 2006 Claro de la luna 2007 Encuentro con el mar 2007 – 2008 Libro I y II Bonita… Poemas de amor 2008 Libertad 2009 México 2010 Los niños 2010 El libro de los besos 2010 Poemas de amor y de bolsillo 2011 Arterias de la tierra 2011 Crepitaciones 2011 Letras del buen humor 2011 Poemas de desamor y olvido 2012 Evocación de pájaros 2012 Poemitas enamorados 2013 Felicidad 2014 Autodefensas comunitarias 2014
Cuentos:
Los trinos de la alegría 2006 Aquellas cartas de amor 2008
Fue premiado como segundo lugar en poesía por la ENSL en México y nominado como finalista por el II Certamen Internacional de Poesía “San Jordi” en España, 2006.
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Participó como jurado en el Primer concurso literario “Atina Chile” en 2007. Su poema “Espadas y papiros” fue entregado como parte de los premios otorgados al ganador del Segundo concurso de cuentos cortos HdH Medieval. De sus viajes ha recibido múltiples reconocimientos, entre otros, el de ser “visitante ilustre del Municipio de Urrao”, Colombia.
Durante 2007 y 2008 participa activamente en el foro MundoPoesia, considerado uno de las más grandes de la red de Internet en cuanto a escritores, publicaciones y lecturas. En ese periodo es premiado en 19 ocasiones, entre ellas, otorgándosele el premio de Poeta del mes.
En 2011 gana los siguientes premios: Ganador del premio de poesía Rubén Darío Rumbaut con el poema “Dulzura”, y “Primera mención de honor” en el concurso internacional de poesía “Trofeo Memorioso” organizado en Chiloé, Chile, con los siguientes poemas: Corcel de alas blancas, ¿Dónde los olivos? y Templanza.
En enero del 2012 se le otorga el premio al primer lugar del Primer Concurso Literario Andrés D. Puello a su libro Crepitaciones, y en el mes de mayo se incorpora su poema “Oda a la risa” a libros de texto para el aprendizaje del español en Puerto Rico (el poema ha sido incorporado a este libro). La radio satelitevisión/Americavisión de Chile le otorga un reconocimiento “por su participación en la Poesía destacada, mes de septiembre 2012, de los programas radiales ‘Música y declamación de poesías’”.
En abril de 2013 Radio Satelitevisión/Americavisión le otorga un nuevo reconocimiento como poesía destacada por su poema: Arde la poesía. En el mes de mayo, otro más por su poema “Desnudez de tu mirada”. En junio, un nuevo reconocimiento por el poema: Canción de viento y brisa. Y en julio, uno más por su poema: “Cuando contigo”.
A la fecha ha realizado lectura de su poética en Estados Unidos, México, Perú, Chile, Argentina, Colombia y España.
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