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Deuda Pública: Un partido decisivo (Pág. 1).
Próxima Semana: Precios, Comercio Exterior.
Deuda Pública: Un partido decisivo Con el Mundial de Brasil recién iniciado, Argentina jugará un partido judicial por la deuda en default en Estados
Unidos. En estos días (entre el 12 y el 16 de junio), la Corte Suprema de aquel país decidirá si acepta o no tomar
el caso argentino, que ya acumula dos fallos contrarios al interés nacional. De lo que decida la máxima instancia
judicial dependerá si el Estado deberá pagar o no USD 1.300 millones al contado a los fondos buitres y holdouts,
lo que podría traer múltiples consecuencias. Pero antes de ello conviene repasar los escenarios posibles.
El primero sería favorable para el
país. La Corte puede aceptar el caso,
de lo que podría inferirse cierta
disidencia con el fallo del juez
Griesa. Teniendo en cuenta que la
sentencia original fue muy negativa
para la posición argentina, una
reconsideración de la Corte podría
beneficiar al país. Además, el fallo
definitivo no se conocería (por lo
menos) hasta mediados de 2015.
En el escenario más pesimista, la
Corte rechazaría de plano revisar el
caso argentino. Ello asentaría de
forma definitiva la sentencia de
Griesa, obligando al Estado
argentino a pagar USD 1.300
millones. El problema es que a fines
de junio vencen USD 160 millones
por el Discount NY (uno de los bonos surgidos de la reestructuración, con jurisdicción en Nueva York), y si no se
Deuda Pública Bruta En miles de millones de USD
(*) Los registros ya incluían USD 6.000 millones adeudados al Club de París. Fuente: Elaboración propia en base a Mecon y fuentes de mercado.
121,7
(58%)
25,3
(12%)
54
(25%)
9,5(5%)
0
50
100
150
200
Nueva Deuda
Sector Privado
Multi. y Bilaterales
Sector Público
3,6 0,5 5,4
0 2 4 6 8 10
CdP* CIADI Repsol
REPORTE SEMANAL 13 de Junio de 2014
Página Web:
www.myfconsultora.com.ar
Economista Jefe:
Matías Carugati
Analistas:
Máximo Pisa
Juan Seita
13 de Junio de 2014 2
M&F Consultora – Reporte Semanal
gira también el dinero correspondiente a los fondos buitre y holdouts se podría caer en default técnico, ya que
estos últimos tendrían prioridad de cobro sobre el resto de los bonistas.
El escenario más probable es aquel en el cual la Corte difiere su decisión. La máxima autoridad judicial de
Estados Unidos puede solicitar la opinión del Procurador del Tesoro, para luego decidir si toma el caso o no. Ello
no implica una decisión sobre la cuestión, pero sí estiraría los plazos hasta mediados del año próximo.
Precisamente, el Gobierno apuesta a
ganar tiempo para, en el peor de los
casos, negociar una solución. En
diciembre vence la cláusula RUFO (Rights
Upon Future Offers), que habilita a los
bonistas de las previas reestructuraciones
a reclamar igualdad de trato en caso de
una nueva negociación de deuda. Al
margen de los aspectos políticos, ello
actualmente impide cualquier arreglo con
los fondos buitre y el resto de los
holdouts, ya que una oferta beneficiosa
para estos gatillaría nuevos reclamos de
los primeros y desarmaría los canjes
anteriores. No obstante, a partir del año
próximo una salida consensuada entre
partes no correría estos riesgos.
Normalizar la deuda en default es de lo
poco que resta para restablecer las
relaciones con el sistema financiero. Los
primeros pasos fueron los canjes de 2005 y 2010 y la cancelación de la deuda con el FMI. El pago de sentencias
del CIADI, la compensación a Repsol por la estatización de YPF y el acuerdo con el Club de París también pueden
leerse en esa clave. Algo similar se deriva de los cambios en materia estadística, que evitarían sanciones por
parte del FMI. En este sentido, resolver el asunto de la deuda en default prácticamente terminaría con el
aislamiento financiero del país y sería una verdadera victoria política y simbólica.
Detrás de la estrategia oficial se percibe la intención de mantener a flote la economía. El Gobierno desea alentar
el crecimiento, pero una política fiscal expansiva necesita financiamiento en pesos que no derive en suba de
tasas de interés (si el BCRA esteriliza la monetización de un déficit más alto) o mayor inflación (si no lo hace).
Algunas medidas señalan que este podría ser el rumbo de la política económica: la moratoria previsional
aumenta el gasto, la regulación de las tasas de interés frena el encarecimiento del crédito y la colocación de un
bono (Bonar 17) por $4.460 millones aporta financiamiento extra-BCRA.
También se necesitan dólares frescos si se quiere financiar un nuevo atraso cambiario, para así estimular el
crecimiento a corto plazo. Con el dólar corriendo a la inflación desde atrás, la estabilidad cambiaria depende de
la habilidad del BCRA para sostener su stock de reservas. Lamentablemente, la entidad aún no se recuperó de
las pérdidas de comienzos de año (el stock está USD 2.000 millones por debajo del valor inicial). De ahí la
necesidad de incrementar la oferta de divisas de cara a lo que resta del 2014, ya que por cuestiones estacionales
el aporte de la cosecha es menor. En este sentido, resolver los asuntos pendientes en materia financiera reduce
Vencimientos de Capital e Interés* En miles de millones de USD
(*) Excluye deuda intra-Sector Público. (**) Se asume pago completo a Club de París en 5 años. Fuente: Elaboración propia en base a Mecon y fuentes de mercado.
6,810,1
15,62,4
2,3
7,7
0,65
1,5
9,1
0
5
10
15
20
25
30
35
2014 2015 2016-19**
CdP + CIADI + Repsol
Multi. y Bilaterales
Privados
9,8
14,0
32,4
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M&F Consultora – Reporte Semanal
el costo financiero, facilitando la emisión de deuda en dólares (por parte de empresas -incluyendo a YPF- y el
sector público) e incrementando el influjo de divisas.
Regresar a los mercados financieros puede ayudar a CFK en lo que resta de su mandato, pero complica a la
próxima administración. Si bien los pasivos asumidos por la gestión actual (CIADI, Repsol y Club de París)
equivalen a 3% del PBI (USD 15.600 millones) e incrementan el stock de deuda en apenas 5% (hasta ahora sólo
se incluían UDS 6.000 millones del Club de París), casi ¾ partes deberán pagarse entre 2014 y 2019. Ello implica
que el servicio de la deuda con acreedores privados y organismos multilaterales aumentará alrededor de 25% en
ese período, con mayor incidencia sobre la próxima administración (ver gráfico). Literalmente, la gestión que
viene financiará a la que se va, pero a un costo elevado. Para peor, el nuevo endeudamiento no resuelve los
problemas de fondo, sino que apenas los pospone.
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