GUERRA DE INDEPENDENCIA: LEÓN Y EL 24 DE ABRILFonsado. Fuente.
Ante la cercanía del 24 de abril, nuevamente
vuelven las discrepancias y discusiones sobre si ese
día de 1808, la ciudad de León se manifestó
contundentemente contra la presencia militar
francesa en la Península.
Las tropas francesas, al mando del mariscal
Bessières, no llegan a León hasta el 26 de julio de
1808. La noche del 18 de julio la Juntaleonesa sale
de la ciudad y es el polémico obispo D. Pedro Luís
Blanco, única persona de representación pública,
quién negoció la capitulación con el mariscal
francés, consiguiendo unas aceptables condiciones.
En tres días se formó un nuevo Ayuntamiento con leoneses adeptos a la causa
francesa, y en el acta del día 30 de julio la nueva corporación jura fidelidad al nuevo rey
José Bonaparte, proclamado por Napoleón tras las abdicaciones de Bayona el 5 de mayo:
“... Y en su vista deseando el Ayuntamiento complacer en todo y en cuanto esté de
su parte a dicho Excmo. señor Mariscal Bessières acordó… prestar obediencia, y
fidelidad a S.M. Catholica el Sr. Dn. Joseph Napoleón primero y reconocerle por su
Rey y Señor en nombre del Común de vecinos de esta Ciudad, su Provincia y
Reino, y que llegue noticia de todos este solemne Acto, se publicase por bando…”
Poco duró esta primera estancia de las
fuerzas ocupantes, porque siete días después,
concretamente el 1 de agosto, se ven
obligados a abandonar la población como
consecuencia de la amenaza militar que,
desde el sur y tras la victoria española en
Bailén ocurrida el 19 de julio, presiona sobre la
ocupación francesa existente en el norte
peninsular, imponiendo su repliegue.
Desde comienzos del año 1808 la sociedad española está convulsa. En una
inmensa mayoría de pueblos y ciudades se producen actos de solidaridad, patriotismo,
revueltas ciudadanas, etc., que desembocan en los acontecimientos definitivos del 2 de
mayo en Madrid.
El disturbio más importante lo protagoniza el Conde de Montijo, que consiguió
reunir en torno al Príncipe de Asturias a la mayoría de los nobles, y en la noche del 17 al
18 de marzo de 1808 amotinó a los habitantes de Aranjuez y de otros pueblos cercanos,
para que acudieran al Real Sitio a “defender” al Rey. La revuelta, conocida como Motín de
Aranjuez, tiene como resultado la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando y la
posterior detención de Godoy. A raíz de aquel suceso, se producen algaradas en varios
puntos de la Península.
En el acta municipal del Ayuntmiento de León correspondiente al 1 de abril de
1808, se da cuenta de los acontecimientos referentes a la renuncia de Carlos IV y de la
subida al trono de Fernando VII, pero también se hace cumplida referencia a la revuelta
ocurrida en la ciudad el 28 de marzo de1808 y que es conocida
popularmente como “motín de la hogaza”.
El acta relata minuciosamente como los leoneses,
conocedores de la detención de Godoy unos días antes en
Aranjuez, se concentran ante la residencia del Comisionado Regio,
D. Felipe Sierra y Pambley, para demandarle que arroje a la calle el
retrato de Godoy con el fin de arrastrarlo por las calles y quemarlo.
En la misma revuelta, exigen la supresión de la nueva e impopular tasa sobre el vino, de
la que se decía que había sido impuesta por el favorito. El Comisionado se negó a las
exigencias de los alborotadores y, en vez del retrato de Godoy, lanzó a los amotinados
desde una ventana una hogaza de pan. Esto ocurría en la ciudad el 28 de marzo.
Esta pequeña revolución popular que se produce contra la persona y gobierno del
favorito del ahora depuesto Carlos IV, si podría considerarse una oposición a la presencia
francesa en España, ya que la estrategia seguida en su momento por Godoy con respecto
a Francia, tuvo como consecuencia la ocupación militar del
territorio español y, de alguna manera, el pueblo leonés
manifestó su desacuerdo y repulsa contra el gobierno y la
estrategia política de Manuel Godoy.
Sin embargo, la fecha que suscita grandes controversias y
la que es considerada por diversos sectores como la
sublevación u oposición de la ciudad de León a la presencia
francesa, el 24 de abril de 1808, no contiene ninguna
evocación contra la ocupación, a pesar de ser uno de los días
importantes en la vida política de la ciudad de León.
Prueba de ello, es que los franceses todavía no han llegado
a la ciudad, como ya hemos comentado, pero, sobre todo, lo
que se invoca y demanda aquel día durante la algarada popular, es el apoyo al nuevo
monarca Fernando VII. Para confirmar lo expuesto, acudimos al acta municipal de ese día
que refiere dos sucesos importantes.
En primer lugar, se da conocer al pueblo de León la Real Orden de Fernando VII
del 12 del mismo mes, expedida en Burgos, mientras el monarca se encaminaba a la
frontera francesa para entrevistarse con Napoleón, por la que el Rey solicita que se hagan
rogativas públicas para conseguir el mejor gobierno para el País. En segundo lugar, el
Ayuntamiento hace saber a S.M. Fernando VII los incidentes ocurridos esa mañana a
favor de su persona:
“A las 10 de la mañana de ese día (24 de abril), ora en que recibe la ciudad el
correo xeneral, empezó a trascender la noticia de que en esa vuestra Villa y Corte
intentaron algunos malvados el día 20 del presente mes publicar edictos revolucionarios
contra el sagrado gobierno que autoriza a Vuestra Digna Persona ... Los repetidos
conductos por donde se comunicó dicha noticia a diferentes sujetos en esta Ciudad,
ocasionaron a un tiempo mismo, no sólo el que no se dudase de su aserto, sino el que se
llegase a vulgarizar entre todos los ciudadanos ... En tal supuesto, agitados, señor, todos
los ánimos de estos fieles ciudadanos que no ceden en su amor y lealtad acendrada
hacia vuestra Real Persona, ... juntándose en numerosos corrillos a cotejar sus pálidos
semblantes, a la primera insinuación de un compatriota fiel repitieron millones de ecos:
¡Viva Nuestro amado Rey Fernando VII, mueran los conspiradores! ... de tal manera,
Señor, se desplegaron las Quadrillas de vecinos de todas clases por las calles y por las
plazas repitiendo entre incesantes alaridos y demostraciones emprendedoras ¡Viva el
Rey, mueran los malvados!...”.
De lo manifestado en el acta, se desprende que los orígenes de la revuelta popular
en la ciudad leonesa se encuentran en la noticia recibida aquella misma mañana, en la
que se cuenta que el día 20 dos agentes franceses intentaron imprimir una proclama en
Madrid a favor del abdicado Carlos IV (18 de marzo de 1.808) y en contra de su hijo y
nuevo rey Fernando VII, originando una revuelta en la capital del Reino.
Tras comentarse la noticia, se fueron concentrando los
vecinos animados por “patriotas”, entre otros, como bien se conoce,
D. Luis de Sosa Tovar, que acabaron exigiendo en el Ayuntamiento
los pendones de la ciudad para mostrar su fidelidad a Fernando VII,
que en aquellos momentos no estaba en contra de la ocupación
francesa, sino, más bien, trataba de entrevistarse y negociar con
Napoleón su permanencia en el trono, manteniendo la situación de aliado y, por ende, la
ocupación militar del territorio español.
* Mariscal Jean Baptiste Bessières.
* Regimiento de Infantería Fijo de Ceuta, en el frente de Bailén. Augusto Ferrer Dalmau.
* Proclamación de Fernando VII en Aranjuez.
* Don Felipe Sierra Pambley, Comisionado Real.
* Fernando VII. Francisco de Goya.
* Don Luis de Sosa Tovar.
* León sobre águila. Monumento a la victoria sobre las tropas francesas. Astorga.
* Oficiales británicos prisioneros en Astorga. Museo de Versalles.
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