Expresión y Apreciación Artística I
Actividad 010
El arte como expresión o fascinación (AEV)
Alumno:
-Raúl Armando Lafarja Morales
Séptimo Semestre
Grupo II
04/Diciembre/2015
Raúl Armando Lafarja Morales.
Desarrollo de las facultades analíticas
y la comprensión de los contextos culturales
En la actualidad existe una re conceptualización de la idea de arte que plantea que
el arte es una trama cultural.
El vínculo entre arte y vida colectiva se da en el plano semiótico; los signos están
conectados ideacionalmente con la sociedad en la que se ubican, por ello la
significación de los objetos de arte es un asunto local, es decir, el significado del
arte no es igual en Francia, México o Indonesia (Geertz, 1994).
Es así como lo local manifiesta un poder constructivo para el arte; es en lo local
donde se da el encuentro entre la unidad de la forma y el contenido
La noción dinámica de cultura, sumada a la perspectiva posmodernista del arte,
arribó a un enfoque multicultural en la enseñanza de las artes.
Los objetivos de la educación artística en las sociedades multiculturales, según
Chalmers (2003), son: impulsar una compresión del arte desde la perspectiva de
diferentes culturas, encomiar la comprensión de otras culturas, mostrar que el arte
constituye una parte apreciable del conjunto de las actividades 88 humanas, e
impulsar el cambio social.
El papel del profesor en el currículo multicultural es de guía y facilitador para
ayudar a los estudiantes a investigar y entender cualidades comunes en los roles y
las funciones del arte en diferentes culturas.
El modelo curricular posmoderno se acerca a la idea de collage o red “en el que se
yuxtapongan dicotomías del tipo pasado-presente, masculino-femenino,
dominante-marginal y arte elevado-arte popular” (Efland, Freedman y Stuhr,
2003:190).
Se puede observar en este planteamiento una tendencia a evitar la organización
jerárquica, propia de las disciplinas, para dar paso a la convergencia de una serie
Raúl Armando Lafarja Morales.
de relatos como proveedores de significado en la experiencia, propios de la
interdisciplinariedad y la transculturalidad, con la intención de fomentar el
pensamiento crítico, la aceptación y la tolerancia de la diferencia.
Tanto posmodernistas como multiculturalistas conciben el arte como sistema
cultural, sin embargo, es necesario tener en cuenta y reflexionar acerca de sus
implicaciones en la enseñanza de las artes:
a) La identificación de lo artístico frente a lo que no merece ese nombre hace
recordar que las obras de arte se hacen significativas al abrigo del contexto
y a su vez son capaces de cambiarlo.
b) La educación artística es un buen medio para la educación intercultural, en
cualquiera de sus perspectivas y niveles. La educación intercultural es,
entonces, interdisciplinaria, transversal, crítica, ética y estética” (Calbó,
Perxachs, Vallès, y Morejón, 2005:561).
c) En relación con la interpretación de los significados estéticos, lo que
observa Aguirre es una serie de problemas relacionados con la idea del arte
como sistema simbólico: el límite que todos tenemos al tratar de
comprender el punto de vista del otro, la relación entre interpretación y
producción, confundir análisis y juicio crítico, abandono de la producción en
las actividades de la enseñanza de las artes.
Barbosa (s/f) plantea que el arte en la educación como expresión personal y
cultural es un importante instrumento para la identificación y el desarrollo cultural.
A través de las artes es posible desenvolver la imaginación, la percepción y el
aprendizaje de la realidad; así como la capacidad crítica, y analizar la realidad que
perciben los niños capacitándolos para no ser extraños en su propio país o región,
y de igual forma favorecer que el ciudadano sea un constructor de lo que acontece
en su nación.
Desde este marco de referencia Barbosa propuso una metodología para la
enseñanza de las artes que denominó “propuesta triangular”; los vértices del
triángulo son: historia del arte, lectura de la obra de arte y el hacer artístico; donde
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el docente puede iniciar por cualquier de estos vértices de acuerdo con los
propósitos establecidos.
La historia y cultura de México, y en sentido estricto de América Latina, ha puesto
a la interculturalidad, además de las propuestas multiculturales, como eje
transversal de la formación en la educación básica.
El enfoque intercultural se planteó para atender a la diversidad cultural de los
alumnos y de la sociedad, con la finalidad de que la diversidad se convierta en un
potencial educativo que provea a los estudiantes de un panorama amplio de
referentes culturales.
Como lo señala Fernández Salinas (2005), en el mundo contemporáneo la
emergencia de conceptos como capital social, inteligencias, colectividades, etc.,
suscitan que se vea a los recursos culturales como el patrimonio cultural en su
contundente protagonismo político, técnico y formativo.
La enseñanza del patrimonio cultural es un espacio curricular de intersección que
además de reinstaurar el valor de lo cultural, social, político, histórico y ambiental,
restituye el papel fundamental del patrimonio inmaterial o intangible, en particular
el de los pueblos indígenas.
El patrimonio cultural es algo más que el conjunto de bienes y se manifiesta en
significados; “significados históricos, estéticos o cosmológicos, pero siempre
vinculados a referentes culturales cuya protección inicia con el acto de conocerlos
y nombrarlos” (Millán, 2008:47).
Así como el patrimonio intangible, en la enseñanza de las artes son
indispensables para el conocimiento social significativo espacios como los de
memoria social, los lugares públicos y los medios como terrenos de
representación; pensar en estos espacios corrobora que la enseñanza de las artes
reafirma su convicción de la necesaria integración de múltiples espacios para
producir aprendizajes.
Raúl Armando Lafarja Morales.
Indica Luz Maceira (2009) que el museo permite el abordaje interdisciplinario con
alto potencial educativo en donde se entrelazan prácticas y procesos culturales,
sociales y comunicativos; particularmente los museos de arte muestran una
contemporaneidad no sólo en lo que exponen sino en sus políticas de atención a
las personas que los visitan.
Se considera arte público a aquello que es el legado de un espacio y un tiempo,
pero también como aquello que nos es impuesto en un espacio y en un tiempo”
(Navajas, 2008).
Son obras de arte público las producciones humanas que a lo largo de la historia
marcan la cultura y la identidad de una comunidad como: iglesias, edificios o calles
que se han convertido en espacios de culto estético.
Raúl Armando Lafarja Morales.
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