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  • El 2 de abril de 1990, poco despus delas ocho de la maana, un pre s u n t omilitante del grupo guerrillero Pa rt i d oRe volucionario Ob re ro ClandestinoUnin del Pueblo (P RO C U P) asesin at i ros a dos vigilantes de La Jo rn a d a, aunos metros de la entonces sede de estediario en la calle de Balderas de la Ciu-dad de Mxico.

    Un mensajero del P RO C U P, com-paero del que dispar, haba llegadopoco antes al peridico a entregar pro-paganda impresa dirigida a varios re-p o rt e ros y colaboradores de La Jo r-n a d a. As lo hizo, pero cuando salidel edificio la recepcionista advirt i que, como otras veces, haba varios so-b res destinados a personas ajenas alperidico, por lo cual le pidi a uno delos vigilantes que alcanzara al mensa-jero y le devolviera la correspondenciasobrante.

    El vigilante sali a toda prisa para de-vo l ver los sobres y tras de l sali unc o m p a e ro suyo. Ambos se acerc a ron alm e n s a j e ro del P RO C U P y entonces el pro t e c-tor de ste, quien caminaba a corta distanciadetrs de l, supuso que los vigilantes del dia-rio iban a atacar al mensajero y les disparpor la espalda.

    Tres horas despus lleg al peridico unpolica judicial enviado para proteger alentonces Di rector General de La Jo rn a d a,Carlos Payn Ve l ve r. Ese polica era esGuillermo Rubio y de Vi zc a r rondo, autorde Pasito tun tun. La encomienda como es-colta de aquel personaje de izquierda no lecay en gracia a Guillermo Rubio porq u e ,como l mismo advierte en el libro, habasido entrenado para combatir a los comunis-tas, a los ro j o s que i n f e s t a b a n la poltica mexi-cana y ahora deba custodiar a uno de ellos.

    Poco tiempo requiri Rubio para darsecuenta de que los comunistas no comannios ni eran traidores a la patria como du-rante decenios se quiso hacer creer a la socie-dad mexicana. Ms an, la buena pre s e n c i a ,la cordialidad y la personalidad que hacande Payn Ve l ver un seductor de mujeres y deh o m b res, en el buen sentido, conquistaro nen cuestin de das a ese duro personaje pro-veniente de los bajos fondos de la polica yla delincuencia, que en este pas frecuente-mente son una y la misma.

    De ese modo, Guillermo Rubio quienapenas tiene estudios de primaria se vio dep ronto inmerso en un mundo desconocidopara l, muy diferente al suyo: escritores,poetas, pintores, cineastas, actores y, natural-

    mente, muchos periodistas, que consti-t u a n el hbitat de Payn, despertaronen el polica el deseo de escribir. Cuan-do Jos Francisco Ruiz Massieu, Se-c retario General del Pa rtido Re vo l u c i o-nario Institucional (P R I) , es asesinado,Rubio encuentra el hilo conductor deuna historia que le rondaba desde t i e m-po atrs en la cabeza y, estimulado porCarlos Payn, comenz a escribirla am a n o y con maysculas, que es comoescriba los informes policiales.

    Un da debi ser de 1994Rubio se present en mi oficina de LaJo rn a d a para platicarme de su l i b ro ypedirme que lo pusiera en contacto conalguna editorial. Por ese entonces yopublicaba en Grijalbo, de modo quele ofrec hacer las gestiones del caso,pero naturalmente no poda garanti-zarle nada, porque la editorial tendraque revisar el original, evaluarlo y tomaruna decisin. Me entreg el manuscrito,que era una coleccin de agravios a lasintaxis, a la puntuacin, a la ort o g r a f a .

    Difcilmente haba una parte de la gramti-c a que se salvara de ser fracturada. Bueno,quiz la prosodia se salvaba y slo porquesta se ocupa de la pronunciacin. Pero elmanuscrito tambin contena un algo quelo haca atrayente, no era una novela an,pero tena madera para serlo.

    En t regu el texto a la editorial y el d i ct a-men fue tan feroz como lo eran los ataquesdel manuscrito a la gramtica. Y hete a q u que el sedicente escritor no se amilan.Reescribi de nuevo todo el libro, lo pre s e n-t a otra editorial y tras de un nuevo re c h a zo ,lo reescribi dos veces ms. As habra segui-do, pero un dios que no fue Zepar, el GranDuque de los Infiernos, lo puso en manos deAna Mara Jaramillo, quien con la paciencia,

    Pasito tun tun, una historia de tenacidad

    E d u a rdo R. Huchim

    REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO | 101

    Posadas, Calavera de Don Quijote

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    el tesn y la renuencia del autor, lo ayud aescribir la sptima versin y final, que ha vistola luz con el sello de Tiempo Extra Ed i t o re s .

    Es Pasito tun tun una novela negra? No,c reo que situarla en este gnero sera un eufe-m i s m o. La novela es negrsima: una mezc l ade poltica, sexo, droga, corrupcin, impu-nidad y sangre, mucha sangre. Como apun-t a Ana Mara Jaramillo en la cuarta de forro s ,su lejana de lo que normalmente entende-mos por literatura, lo vuelve un hecho lite-rario extre m o. El dinero, que en el libro corretambin a raudales, explica el porqu la guerracontra el narcotrfico, en los trminos en queactualmente la libran el gobierno mexicanoy el estadounidense, es una guerra perd i d a .

    Pasito tun tun, que debe su nombre a latonadilla que el personaje principal tarare adespus de sus crmenes, pinta tambin, contonos intensos, la impunidad llevada al l-

    mite, a un lmite cercano al pre valeciente enM x i c o. La novela parte del asesinato de Jo s Francisco Ruiz Massieu (J F R M), llamado enel libro Juan Flix Rueda Madrigal ( JFRM),y tiene su desarrollo en la persecucin deldiputado Manuel Muoz Rocha (M M R), lla-mado Martn Mena Rico en la novela yquien fue acusado de ser el autor intelectualdel asesinato de Ruiz Massieu y luego de-sapareci misteriosamente, si bien el autorpropone una hiptesis de lo que probable-mente ocurri.

    La persecucin, ordenada por un capodel narcotrfico a solicitud de Romn Sa n-tiago Gamiz (hermano del Presidente), esta cargo de el Ya q u i, un corrupto comandan-te de la Polica Judicial Federal y sicario als e rvicio de los traficantes de drogas. Un hom-b re brutal y simptico, descuartizador y va-liente, mujeriego y leal. El autor nos lo pre-

    senta en la pgina 13 del libro y nos dice quese llama Canuto Corella Bowie, quien viajadel D F a Guadalajara para trasladar a So n o r ael cuerpo de un polica judicial amigo suyoque haba sido asesinado con treinta y cua-t ro balazos y cuyo cuerpo qued destro z a d o.( Una bala o dos son suficientes para sal-dar una cuenta, hay re s p e t o. Muchas peromuchas balas significan miedo, traicin opasados de, acota el autor en labios deel Ya q u i).

    Antes de trasladarlo, el Ya q u i, hijo de unindio apache, lleva el cadver a Culiacn paraque un par de expertos lo re c o n s t ruyan. s-tos expresan la imposibilidad de restaurarel cuerpo porque para ello necesitan carney, salvo el ro s t ro, el resto del cadver estabad e s h e c h o. El comandante judicial, entonces,o rdena a Diego, su hombre de confianza, quefuera al S E M E F O ( Se rvicio Mdico Fo re n s e)a comprar un cadver.

    Si no lo consigues rpido, vas y matasa un cabrn del vuelo de mi compa, de unt i ro te lo echas

    En menos de una hora, re g resa Di e g ocon el encargo. El Ya q u i le pregunta si habaido al S E M E F O y Diego responde que le ha-ba dado flojera. Y ambos ren a carc a j a d a s

    Al entregar el cuerpo a los re s t a u r a d o-res, stos, horrorizados, se niegan a hacer lailegal suplantacin y argumentan que el jo-ven asesinado era quien les llevaba la leche.el Ya q u i los convence con un c a o n a zo d edoscientos mil dlares en efectivo.

    El Ya q u i, un devoto del machismo quetermina siendo seducido por un transexual,es la principal aportacin literaria de estaprimera novela de Guillermo Rubio y Vi z-c a r rondo, un narrador que se ha estre n a d ocon buena fortuna en el anchuroso mundode la nove l a .

    Es Pasito tun tun una novela negra?No, creo que situarla en este gnero sera

    un eufemismo. La novela es negrsima.

    Guillermo Rubio, Pasito tun tun, Tiempo Extra Editores,Mxico, 2006, 180 pp.