UNA DÉBIL CLASE MEDIA ANTE LA DESACELERACIÓN
INDUSTRIAL
14 de junio de 2013 Volumen 2, N°64
Oficialmente México no es un país de clase media, al menos eso se desprende de la información publi-
cada por el INEGI: 59.1% de la población es de lo que denominó como clase baja y solamente 39.2%
pertenece a la clase media. Evidentemente que ello deja solamente a 1.7% de los mexicanos en la par-
te alta de la clasificación.
Independientemente de lo cuestionable que pueda ser la forma en que el INEGI definió a la clase me-
dia, la primera cuantificación oficial del instituto arroja luz a un debate que las cifras de pobreza publi-
cadas hace un par de años por el Coneval había abierto, y que giró en torno a si nuestro país era un país
de clase media o uno en donde la pobreza era preponderante.
El análisis del INEGI abona en el sentido de que en realidad México enfrenta un desafío socioeconómico
estructural que ha rebasado al modelo y a las estrategias de política económica implementadas duran-
te la última década, básicamente porque la abrumadora mayoría de la población es de bajos ingresos.
Uno de los problemas que reviste el tener un país en donde la clase media no sea predominante es que
ello limita el papel estabilizador que en teoría debería proporcionar. Una clase media robusta permite
realizar una transformación gradual de la sociedad y el sistema productivo, básicamente porque el nivel
de bienestar debería garantizar que si bien se tienen aspiraciones para mejorar también se tiene un
determinado nivel de satisfacción con el nivel actual de riqueza y acceso a servicios como educación,
salud y seguridad.
Lo anterior no ocurre en México, la población considerada por el INEGI como clase baja es casi el 60%
de total. Ello implica que prevalece una mayor presión por lograr superar los rezagos asociados a las
carencias económicas y sociales, un apremio que es la génesis de estrategias y programas que durante
las últimas décadas han emanado del gobierno federal para intentar aliviar dicha situación. La Cruzada
Nacional contra el Hambre, Oportunidades y el Programa Nacional de Solidaridad representan sola-
mente un ejemplo de ello, pero también lo son de que no constituyen la solución de fondo.
Viendo el vaso medio lleno podría indicarse que entre el año 2000 y el 2010 la clase media aumentó en
4%, sin embargo ello tiene una acotación: INEGI presenta el resultado de esos años, no indica que pasó
en el sexenio pasado, cuando la recesión económica incrementó la pobreza, algo que seguramente
mermó a la clase media.
Dado que otros indicadores laborales marcan que en las ciudades se ha deteriorado el ingreso moneta-
rio, no sería incorrecto apuntar que la clase media vive una situación más complicada que la registrada
al principio del nuevo milenio, cuando se heredó un país con un crecimiento económico que no se ha
vuelto a presentar en los últimos 12 años.
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En poco más de un mes se tendrán las nuevas cifras de pobreza que el Coneval elabora, y seguramente se ten-
drá un incremento en el número de personas que viven en pobreza. Homologar las metodologías para medir
ambos aspectos será prioritario, ya que existen vasos comunicantes entre quienes hoy pertenecen a la clase
media pero que en una crisis pasan a la pobreza.
El mecanismo se llama desempleo, precarización del salario y quiebra de pequeñas y medianas empresas. En
tanto no se logre dar mayor sustentabilidad al ingreso derivado del empleo y la gestión empresarial de la clase
media, la misma no podrá consolidarse como un elemento de estabilidad social y política.
Se debe reconocer el rezago que existe en el desarrollo económico de México, el crecimiento es parte de la
agenda pendiente, pero ello no garantiza la solución final del problema si sus beneficios no llegan al bolsillo de
toda la población. Con estas cifras debemos enfrentar una marcada desaceleración económica, un nuevo desa-
fío para este problema estructural.
Aunado a lo anterior, la clase media debe enfrentar una etapa de desaceleración industrial por la que actual-
mente atraviesa nuestro país, que de prolongarse por varios periodos podría afectar seriamente el crecimiento
de este segmento de la población.
Página 3 Una débil clase media ante la desaceleración industrial
Actividad Industrial Estados Unidos
La producción industrial estadounidense continúa en desaceleración. Aún y cuando en mayo exhibió un cre-
cimiento de 1.5% con respecto al mismo periodo del año pasado, la cifra es menor a la que se venía presen-
tando en meses anteriores. Lo anterior se debe en parte a que los sectores de maquinaria y equipo (-0.3%) y
el de equipo eléctrico (-0.1%) mostraron rendimientos negativos.
Fuente: Reserva Federal.
Fuente: Reserva Federal.
En cuanto al comportamiento de las tendencias se observa que solo equipo de cómputo y vehículos mues-
tran un comportamiento a la alza, en tanto que el resto de los componentes presentan señales de estanca-
miento.
Página 4 Una débil clase media ante la desaceleración industrial
Con respecto a los ciclos, el panorama es menos alentador. Prácticamente todos los componentes de la acti-
vidad industrial estadounidense exhiben un comportamiento a la baja con excepción del equipo de cómputo
el cual se encuentra estancado. Lo anterior podría implicar que la desaceleración en la producción industrial
continúe presentándose durante los próximos periodos.
Fuente: Reserva Federal
Fuente: INEGI y Reserva Federal
Por su parte, al hacer un comparativo entre el desempeño del ciclo de las manufacturas de Estados Unidos
con el de México, así como con la actividad industrial mexicana en general, se observa que las series siguen
prácticamente el mismo comportamiento, situación que podría implicar que la desaceleración económica, al
menos en la parte industrial, seguirá vigente en nuestro país para los próximos periodos.
Página 5 Una débil clase media ante la desaceleración industrial
Actividad Industrial México
En abril la actividad industrial presentó una tasa de crecimiento de 3.3% con respecto al mismo mes del año
pasado, cifra inferior a la exhibida en el mismo periodo de 2012 (4.1%). El incremento en la producción se vio
influenciado principalmente por el aumento en las manufacturas (5.6%), seguido por la construcción (1.2%);
en tanto que electricidad presentó un crecimiento marginal (0.7%) y minería mostró una tasa de crecimiento
negativa (-1.7%).
Fuente: INEGI.
Fuente: INEGI.
En lo que respecta a las tendencias, se presentan resultados poco alentadores ya que la actividad industrial
total, construcción, manufacturas y minería presentan un comportamiento a la baja, mientras que electrici-
dad se encuentra estancada. Ningún componente de la producción industrial exhibe una tendencia a la alza.
Por su parte, al analizar los ciclos, el panorama luce menos favorable ya que todas las variables presentan un
movimiento a la baja por lo que el desempeño de la actividad industrial de nuestro país podría verse limitada
en los próximos periodos.
Página 6 Una débil clase media ante la desaceleración industrial
Adicionalmente, al revisar el componente de construcción (1.2%), se observa que el rubro que tuvo la
mayor contribución para el crecimiento fue la construcción especializada (5.6%) seguida de la ingeniería
civil (3.6%), mientras que edificación solo exhibió un avance marginal (0.6%). Por su parte, tanto las ten-
dencias como los ciclos presentan un comportamiento a la baja, por lo que el sector de la construcción
podría continuar desacelerándose.
Fuente: INEGI.
Fuente: INEGI.
Página 7 Una débil clase media ante la desaceleración industrial
En cuanto a las manufacturas se tienen resultados heterogéneos. La siguiente tabla muestra las tasas de
crecimiento anual en abril para los rubros de manufacturas:
Fuente: INEGI.
Rubro de manufacturas Tasa de crecimiento anual
(abril 2013)
Confección textil 14.3%
Bebidas 14.2%
Insumos textiles 12.4%
Equipo eléctrico 10.8%
Prendas de vestir 10.3%
Madera 9.4%
Productos metálicos 9.2%
Impresión 7.9%
Maquinaria y equipo 6.2%
Muebles 6.1%
Cuero 5.1%
Industria química 4.6%
Derivados del petróleo 3.7%
Alimentos 3.6%
Metales básicos 3.5%
Plásticos 1.8%
Otros 1.6%
Minerales no metálicos -0.6%
Equipo de cómputo -3.8%
Papel -6.5%
Equipo de transporte -6.8%
Los resultados muestran 4 rubros con tasas de crecimiento negativas, 6 con crecimiento inferior al total de
las manufacturas (5.6%) y 10 con un aumento superior a 6% en donde destacan confección textil (14.3%),
insumos textiles (12.4%) y prendas de vestir (10.3%), es decir, rubros que tienen que ver con la industria del
vestido se ubicaron dentro de los de mayor crecimiento.
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Fuente: INEGI.
Página 9 Una débil clase media ante la desaceleración industrial
En lo que respecta a las tendencias, únicamente papel y equipo de transporte presentan un movimiento a
la alza, en tanto que el resto de los rubros presenta estancamientos o comportamientos a la baja.
Fuente: INEGI.
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En cuanto a los ciclos, se presenta una situación similar ya que solo los rubros de vestido y de derivados del
petróleo muestran un comportamiento al alza, en tanto que 14 de los 20 de los 20 rubros analizados exhi-
ben movimientos a la baja, situación que puede afectar el desempeño de la industria de las manufacturas
en los próximos periodos.
Fuente: INEGI.
Dr. José Luis de la Cruz Gallegos
Director del Departamento de Economía y Finanzas
Director del Centro de Investigación en Economía y Negocios
Escuela de Negocios, Tecnológico de Monterrey
Campus Estado de México.
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