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1. Título
Al final del laberinto:
Lectura crítica a la obra de Juan Manuel López
2. Descripción del tema
Referirnos a Cuba es encontrarnos con un mundo que, desde afuera, se percibe ajeno a nuestra
realidad, pues si bien la isla hace parte del continente americano, las condiciones sociales y
políticas que han rodeado su historia le han alejado y marginado de nuestra cultura; en la que
aparecen como referentes la revolución, el bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos,
el ―Che‖ Guevara y, por supuesto, Fidel y Raúl Castro.
Pero Cuba va mucho más allá de estos aspectos, su tradición cultural, construida siempre con
particularidades bastante marcadas; la música con el sabor inigualable de sus intérpretes, y la
literatura, con grandes nombres y obras que se han forjado un lugar importante en las letras
latinoamericanas, aparecen con aire seductor para atrapar las miradas de críticos y lectores del
común.
En este sentido cabe mencionar a personalidades como José Lezama Lima, Eliseo Diego, Alejo
Carpentier, Dulce María Loynaz, entre muchos otros. Ahora bien, en las últimas décadas han
surgido nuevas generaciones de narradores y poetas que se han apropiado de la realidad que les
circunda y, por medio de las palabras, la han llevado al papel con los matices propios de su genio
y con el tamiz de su construcción de mundo.
Caminando por estos senderos de la literatura aparece el nombre de Juan Manuel López, poeta
cubano que publicó en 1997 el libro Los cielos metidos, en 1998, Otros milagros del ser, y en el
año 2000 El libro de Kristine, obras en las que se advierten versos de gran elaboración, con
caminos variados en cuanto a temática se refiere y con signos bien marcados, como las espadas
cortantes y rutilantes, las flores acompañadas de la figura de la muerte, la soledad del ser humano
y una voz de protesta camuflada por las vestiduras del lenguaje poético, en el que los símbolos y
las imágenes se conectan con el legado de los simbolistas franceses.
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Enfocándonos un poco en el aspecto biográfico, podemos decir que López nació en la provincia
de Camagüey, municipio Jatibonico, Sancti Spíritus, en el año de 1967; en su haber se encuentran
diferentes reconocimientos como los premios Poesía de Amor Varadero (1995), América Bowia
(1996), Eliseo Diego (1996), en Cuba: y, recientemente, el I premio de Poesía de la Comunidad
no Universitaria (2007) y Premio Alcaraván de Poesía (2007) en España.
La obra de Juan Manuel López es, además, un interesante fenómeno de investigación, debido a
que en los diferentes motores de búsqueda de la Internet son mínimas las referencias, se limitan a
algunas informaciones sobre premios obtenidos por el poeta, un blog de otro cubano, Manuel
Sosa, en el que hay colgados algunos poemas de López acompañados por un comentario más
apasionado que crítico; y tan sólo una referencia de un poema suyo publicado en la revista
―Piedra del molino‖ de la UNAM.
Algo similar ocurre con la bibliografía impresa, pues la obra de Juan Manuel, contrario a lo que
se lee al final de su primer libro, donde se expresa que ha participado en diferentes compilaciones
poéticas; no se encuentra referenciada en ninguna antología reconocida, ni en revistas culturales
como ―La gaceta de Cuba‖, ―El Caimán Barbudo‖ o ―Casa de las Américas‖.
Pero si López no aparece mencionado en antologías críticas o inventarios poéticos, no pasa lo
mismo con el entorno literario en el que se mueve. Su poesía no está aislada, sino que responde a
toda una ―nueva‖ tradición que se ha forjado después de la revolución, en ella se perciben
diferentes puntos de encuentro y de desencuentro entre poetas que comparten el hecho de escribir
desde la isla y fuera de ella.
El marco histórico en que se mueve el poeta se da a partir de 1960. Tras la revolución, nace una
nueva realidad en Cuba, y con ella, una generación innovadora en cuanto a literatura se refiere,
con una visión diferente del país y con una carga bastante fuerte de parte de las decisiones
políticas tomadas desde el poder dictatorial.
Esa generación ha sido llama ―Los Novísimos‖, tal como lo dice Carmen Alemany Bay, en su
ensayo Poesía cubana del siglo XX, publicado por la Universidad de Alicante; y aunque una
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ubicación temporal exacta resultaría arbitraria, puede decirse que en ella se cuentan a todos
aquellos escritores nacidos después de 1965 que publicaron su obra entre las décadas de los
ochenta y noventa.
Para abordar la obra de López, se propone realizar una lectura crítica desde la hermenéutica
abierta, recogiendo las reflexiones de Mario J. Valdés (1995) y empleando el modelo por él
planteado; servirán también los ejemplos de Gimferrer (1980) y Serna (2004).
Por otra parte, como complemento del trabajo, se adelantará un análisis simbólico de la obra
desde la teoría planteada por Waldo Ross (1992) partiendo de símbolos recurrentes en la poesía
de López.
Las pretensiones son varias: dar a conocer la obra y su autor, demostrar la calidad de los versos
desde su significación; abordar algunos símbolos marcados en los poemas; realizar un ejercicio
profundo de lectura crítica; y mostrar el tema investigativo como una interesante propuesta de
estudio debido a su total marginalidad y gran calidad.
3. Justificación
Hablar de la obra de Juan Manuel López, responde, como es natural, a un interés personal de
investigación. Este interés surge por la calidad de los versos del cubano, que lograron estimular el
gusto por el género poético, que, de alguna manera, era algo distante a los afectos literarios de
este lector.
Por otra parte, el hecho de estar frente a un escritor poco o nada estudiado, resulta un trabajo
interesante, toda vez que la obra del poeta se muestra como un territorio virgen en cuanto a la
investigación; y si tenemos en cuenta la calidad de sus versos, el trabajo cobra valor, ya que su
aporte a la academia es innegable, por ser el primer estudio sobre el autor y servir de base para
futuras investigaciones.
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Para la Maestría en Literatura resulta importante un trabajo de este tipo, ya que amplía el espectro
respecto a los objetos de estudio y aporta un nombre a los índices de escritores abordados por la
crítica, renovando el canon que se crea en el mismo programa.
Al mismo tiempo, el aspecto social surge como elemento importante a través del cual se descubre
una nueva visión de Cuba reflejada en los versos de López, que van más allá de la idea política de
la revolución; muestran un fenómeno más humano desde lo particular, desde la forma en que un
habitante mira y sufre su país.
Por tratarse de una lectura hermenéutica, resulta un ejercicio valioso en la parte académica, pues
el aporte del investigador es casi total y requiere un trabajo juicioso de su parte.
4. El problema
Cuando entre finales de los ochenta y principios de los noventa desaparecen los dos grandes
referentes del socialismo en el mundo, El Muro de Berlín y la Unión Soviética, surgen grandes
traumatismos en la vida sociopolítica de Cuba, pues el país euroasiático, representaba el mayor
apoyo ideológico y económico para la isla, además de proveerla de los insumos necesarios para
las actividades más importantes de su diario vivir.
Toda esta situación influye en la idea del estado de conservar su solidez ante el temor de seguir
los pasos del modelo soviético; en este sentido se retoman grandes restricciones frente a la
posibilidad de expresar puntos de vista discordes con el modelo de sociedad mantenido por los
altos mandos, y se pierden grandes avances logrados por medio del Proceso de rectificación
errores, que se dio a partir de 1984, y en el cual se pretendía la libertad de expresar y escuchar,
mediante el arte y el periodismo, ciertas críticas frente al gobierno.
Por otra parte, el papel, que normalmente provenía de la URSS, comenzó a escasear, lo que llevó
a las editoriales cubanas casi a la quiebra. En este sentido, el panorama de la literatura en Cuba,
hasta mediados de los años noventa, estuvo marcado de un lado, por las restricciones propias de
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un gobierno dictatorial y de otro, por la poca probabilidad de publicar debido a la falta de
recursos físicos, en este caso, el papel.
En la segunda mitad de la década pasada la mejoría fue notoria. En estos años surge una primera
producción de papel nativo que sirve para publicar algunos títulos de nuevos escritores que
surgieron de la mano de la crisis, tanto en su concepción de mundo, como en su estilo; pues
debido a los grandes inconvenientes con el papel, los géneros cambian y se promueve, entre los
escritores, la idea de géneros breves: poesía, cuento y crónica, con el fin de que sean
publicaciones más probables.
En este marco aparece la editorial Letras cubanas, con el auspicio de algunos artistas argentinos,
y publica una colección llamada ―Pinos Nuevos‖, haciendo homenaje a los primeros pinos
sembrados en Cuba, la primera ―gran‖ colección publicada desde la crisis editorial (que aun no se
supera del todo) y la aparición de una nueva generación de escritores.
Esta nueva generación lleva consigo el talento propio de todos los escritores cubanos que han
aparecido en los finales de siglo, tal como la afirman algunos críticos de la literatura cubana.
La nueva ―camada‖ de escritores adopta en su producción diversos rasgos de la literatura
simbolista del siglo XIX, principalmente en lo proveniente de Francia y Alemania; esto cobra
sentido en la medida en que se entiende la necesidad de expresar ideas bajo ciertas máscaras
lingüísticas que escapen al asedio del gobierno.
Algunos teóricos han llamado a esta generación ―Los novísimos‖, quienes adoptaron esta
modalidad para mostrar situaciones cotidianas e inexpresables debido a la censura estatal que
tuvo lugar en la isla a partir de 1991; en ese marco se mueve la obra de Juan Manuel López, la
cual muestra a partir del lenguaje poético, múltiples consecuencias sociales y culturales.
En ese sentido, y partiendo de toda la realidad que le circunda, surge una pregunta que nos lleva
al interior del autor, siempre partiendo de su obra: ¿de qué manera se construye una propuesta
estética en la poesía de Juan Manuel López?
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Se propone, entonces, una lectura hermenéutica de la obra, que permita responder a la pregunta
problema, por esto surgen desde allí diferentes interrogantes que apuntan a develar el asunto:
¿Construye Juan Manuel López una propuesta estética propia a través de sus versos?
¿Refleja el autor una visión de mundo a través de sus poemas?
¿De qué manera se puede realizar una lectura profunda de la obra de López?
¿Cómo interactúa Juan Manuel López con otros autores de la tradición literaria?
¿Qué papel juega lo simbólico y cómo se estructura en la obra del cubano?
5. Hipótesis
Juan Manuel López construye su propia estética desde el diálogo con la tradición y una visión
personal de la realidad, en la que se entiende al ser como un individuo cambiante y lo inscribe en
un mundo cargado de elementos que modelan la existencia; López se apropia de otras voces y por
medio de la intertextualidad y los simbólico deja ver algunas concepciones personales que
contribuyen a reconstruir su idea de mundo en consonancia con las tendencias literarias propias
de su contexto histórico literario.
6. Descripción del estado del arte
Estado del arte
El presente texto pretende establecer ciertos puntos de partida para el abordaje de la poesía
cubana en las dos últimas décadas del siglo XX; para esto se plantean una contextualización
general de la situación socio cultural en Cuba, un recorrido por las antologías poéticas realizadas
sobre poetas de las últimas generaciones y una mención a la identidad cubana que se construye en
su poesía.
Poesía cubana: tradición y nuevas búsquedas
La realidad cubana ha estado marcada a lo largo de la historia por múltiples condiciones sociales,
culturales y económicas que han tenido un gran nivel de influencia en su producción literaria, de
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manera particular en la poesía, género que se ha desarrollado con amplitud y fortuna a través de
los años y autores de la talla de Eliseo Diego o Julián del Casal en el siglo XIX; y Dulce María
Loynaz, Nicolás Guillén y José Lezama Lima, en el siglo XX, tan sólo por mencionar algunos.
Estos elementos extra literarios han trascendido sus barreras y, como es lógico, han contribuido a
la construcción de una identidad cubana que se ha visto reflejada en las letras de la isla; en las
que resalta a lo largo de la tradición una literatura comprometida no sólo con la obra artística,
sino claramente con la realidad socio política que a cada autor le ha correspondido; de esta
manera encontramos a Martí defendiendo a poetas de finales del XIX en su antología Los poetas
de la guerra:
Rimaban mal a veces, pero sólo pedantes y bribones se lo echarán en cara: porque morían bien (Ette,
1993:30)
Con Julián del Casal ocurre diferente; en él, el poeta se separa de cualquier atadura distinta a la
estética y se define desde un concepto propio de modernidad que, sin establecer juicios de valor,
parece más cercano y alentador para la labor poética:
El poeta moderno no es un patriota, como Quintana o Michiewicz (…); ni un soñador, como Lamrtine
(…); ni un didáctico, como Virgilio o Delille (…); ni un moralista como Milanés (…); sino un
neurótico sublime, como Baudelaire o Swinbum, mitad caótico y mitad pagano; o un nihilista como
Leconte de Lisle o Leopardi, que no ve más que la esterilidad de los esfuerzos humanos, ni aspira más
que a disolverse en el seno de la nada (…) (Casal, cit en Ette, 1993: 30)
Jorge Cabezas Miranda, en la introducción a la antología Novísima Poesía Cubana¸ se acerca al
mismo tema casi un siglo después, en las generaciones posteriores a la Revolución; en este
sentido, se refiere de la siguiente manera:
En cuanto a la temática, un asunto primordial recorre la mayoría de los textos de este período: la
Revolución, contada y cantada hasta la saciedad desde un sinfín de voces. (Cabezas, 1999:11)
Más adelante, haciendo referencia a las mismas generaciones, apunta:
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Digamos que se traicionaron principios básicos de cualquier concepción poética elemental. Tanto lo
explícito del modelo conversacionalista como la sobrecarga ideológica perjudicaron y empobrecieron
una poesía monotemática (hubo escasas salvedades), aburrida, que a menudo quedaba reducida a
poesía de panfleto. (Cabezas, 1999:11)
Ahora bien, el mismo Cabezas asume que en la novísima poesía cubana, que él mismo ubica en
las dos décadas finales del siglo XX, se da un cambio que ha significado ―una bocanada de aire
fresco‖ para renovar el amplio panorama literario de la isla. Estos cambios han llevado un camino
lento en el que la renovación ha estado marcada por la timidez en cuanto al abandono de temas
recurrentes en la tradición. Si bien aparecen nuevas tendencias, éstos se relacionan de alguna
manera con otros preexistentes o coexistentes.
Pero si los cambios no son significativos en las temáticas, no ocurre igual con las formas y, sobre
todo, con lo estético. Podría hablarse de una búsqueda constante dirigida al desarrollo de nuevas
propuestas estéticas, entre las que se cuentan, por ejemplo, la ―poesía cósmica‖ y el empleo de lo
simbólico en el grueso de los ―novísimos‖.
Relacionado con el tema, Víctor Rodríguez Núñez afirma:
La poesía cubana muestra, hoy, un nuevo y más atractivo rostro. En un proceso que se inició a finales
de los años 70, que se consolidó en los 80 y que alcanza su clímax en los 90, cambió radicalmente su
fisonomía. (Rodríguez Núñez, 1994:9)
En cuanto a la ―poesía cósmica‖, podemos decir que tiene como centro la ciudad de La Habana,
de hecho existe una antología escrita en tres tomos que recoge poemas inscritos en esta tendencia
(Arias de la Canal, 2002).
Rastreando puntos de encuentro entre los diversos poetas incluidos y sus textos, vale notar el uso
que se le da a algunos símbolos y el empleo constante de palabras que conectan al lector con los
astros y el universo en general.
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En el primer caso, las navajas y los objetos cortantes cobran un papel protagonista, toda vez que
se reiteran constantemente y se dibujan como objetos que amenazan y que trazan un camino
inexpugnable; en el poema Islas, de Nelson Simón González, incluido en la antología de Arias de
la Canal, se vislumbra este asunto:
El horizonte es una navaja y nadie ha de escapar entonces
De la herida, ese fuego redondo que nos muerde el costado.
Nadie ha de dudar que la vigilia, el polvo acumulado y la ciudad,
nos van volviendo islas con sus tardes de otoño, acorralándonos,
con sus acantilados y sus mordazas de humo
premeditadas, necesarias al salir de las casas
y recorrer el viejo paisaje, los hierros retorcidos,
el mínimo espacio de la muerte. (Arias de la Canal, 2002:93)
Antes de continuar, es importante notar que en la antología referenciada todos los poemas tienen
palabras en negrilla y mayúscula sostenida; esto hace que la lectura esté bastante condicionada
desde el principio y dificulte un acercamiento desde las intuiciones propias del lector particular.
En el segundo punto, aparecen poemas como Ausencia y Elegía de Daniuska González González
y Oración bajo el mármol virginal de la noche, de Ileana Álvarez González; este último reza:
La luna era una espada por la sombra del miedo.
Una gota de carne húmeda sobre el mantel
de mis días. En el alféizar de mi vieja ventana,
herida por sus bordes, era un clamor.
Un sollozo fugándose al silencio. (Arias de la Canal, 2002:107)
Como se observa, las palabras ―noche‖ y ―luna‖, no sólo aluden a lo nocturno, sino que su carga
semántica contiene una relación estrecha con lo amenazante, con el dolor, e incluso con la
muerte.
Esta relación es una constante en la poesía cubana finisecular y se da no sólo con los objetos
cortantes sino con el símbolo de la rosa, tema que analiza teóricamente Ramón Pérez Parejo en la
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tesis doctoral Metapoesía y crítica del lenguaje (De la generación de los 50 a los novísimos)
(Pérez Parejo, 2002).
Junto a lo cósmico aparece otra serie de fenómenos literarios entre los que se cuentan la poesía
escrita por mujeres y la poesía homoerótica; esta última cuenta con múltiples reflexiones pues
responde a una realidad encubierta en la tradición literaria cubana. Cabe recordar en este sentido
a Severo Sarduy Y José Lezama Lima.
Dos textos leídos durante el congreso LASA realizado en el año 2000 en la ciudad de Miami,
Tema homosexual en la literatura cubana de los 80 y los 90: ¿renovación o retroceso?, de
Alfredo Alonso Estenoz; y Sujetos queers en la literatura cubana: hacia una (posible)
genealogía homoerótica¸ de Jesús Jambrina; y un libro electrónico Del portal hacia adentro
(Pérez Rivero, 2003), asumen el asunto:
Todas estas tendencias hacen parte de la parcelación literaria en la que se inscriben los
novísimos.
La ubicación temporal del movimiento es un poco difusa, como suele ocurrir, pues en algunos
casos se incluyen sólo a los poetas nacidos en la segunda mitad de la década de los sesenta cuya
obra ha sido publicada en los años noventa; en otros, desde los poetas nacidos en los años 50; sin
embargo todos coinciden en la idea de que han publicado su obra en las dos últimas décadas del
siglo XX.
Ahora bien, la generación de los novísimos aunque con cambios, no chocó con la generación que
le antecede: ―Los Nuevos‖, que son clasificados como los nacidos entre los años 40 y 50 que
publican desde mediados de los setenta.
Los nuevos y los novísimos comparten un proyecto poético similar, que comienza con los nuevos
y se acentúa con los novísimos, esto hace que entre ambos haya cierto nivel de colaboración,
afirma Víctor Rodríguez Núñez:
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Así las cosas, los novísimos no han roto con los nuevos, sino que amplían y ahondan la ruptura iniciada
por estos, en tiempos mucho menos propicios para el cambio que los actuales. (Rodríguez Núñez,
1994:11)
Ahora bien, a ambas generaciones les toca compartir algo más que el proyecto poético y es la
realidad sociopolítica marcada por la Revolución; si bien es cierto que no vivieron los grandes
acontecimientos que tuvieron lugar en sus primeros años, sí comparten el hecho de tener que
vivir sus consecuencias cada día.
A los novísimos hay que agregarles que debieron vivir en propiedad la ausencia de la Unión
Soviética, la caída del Muro de Berlín y todo el desmoronamiento de los sistemas socialistas
internacionales; estos hechos, sobre todo la Perestroika, influyeron de manera vital en la
economía cubana de principio de los noventa; para nadie es un secreto la dependencia de la Isla
frente a la URSS.
En el caso de la literatura, la crisis afectó en dos aspectos concretos; en primera instancia y quizás
el mayor obstáculo, la crisis del papel que llevó a la quiebra casi absoluta de las editoriales y a
una serie de pequeñas publicaciones marcadas por su mala presentación:
La quiebra productiva de la industria cubana del libro fue tan violenta que se trataron de hallar soluciones
desesperadas al vacío y la demanda que dejaban las cifras de 2.500 títulos anuales (en todas las literaturas) que
se publicaron en los años 80. Primero fueron las tristes plaquettes, hechas de recortería, que albergaban algún
cuento o grupo de poemas, mal presentados y peor distribuidos. Luego fueron apareciendo opciones de
coedición con instituciones extranjeras, que tuvieron un momento especialmente grato con la publicación en
1994 de los cien pequeños volúmenes de la colección Pinos Nuevos, financiada por autores y editores
argentinos; más tarde, la creación de un Fondo Para el Desarrollo de la Cultura, que destinaba ciertas cantidades
de divisa a esta esfera intelectual y que propició la aparición de colecciones como La Rueda Dentada, para textos
de poco volumen, de los cuales se han publicado ya una cantidad estimable. (Inter press service, 1996)
El segundo aspecto a superar fue el recelo con que el régimen vio los acontecimientos mundiales
y su temor ante una posible crisis propia, que llevó a detener un poco el proceso que se venía
dando, denominado ―Proceso de rectificación de errores‖, que consistía en ampliar los límites
puestos al periodismo, la literatura y otras artes en cuánto al material publicable y el marginado.
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Sin embargo estas situaciones no se extendieron durante mucho tiempo, al menos en sus etapas
más críticas; después de la segunda mitad de la década de los noventa todo fue retornando a una
relativa ―normalidad‖; durante los últimos años se escribe con cierta tranquilidad sobre los temas
más variados y con enfoques diversos; siempre y cuando haya disponibilidad de papel, pues esta
crisis aun no se supera del todo.
Importancia de las antologías en la poesía cubana del siglo XX
Si quisiéramos conocer la poesía cubana de todo el siglo XX, al menos una gran muestra
representativa, lo más sensato sería acudir a las antologías realizadas en la Isla; la cantidad es
prácticamente incontable; la idea de clasificar a los autores en diferentes taxonomías, sumada a la
hipérbole de que en Cuba ―hay más poetas que personas‖ (Cabezas, 1999:9) pueden ser
explicaciones valederas para este fenómeno; sin embargo también cobran importancia otros
elementos:
Sirven las antologías poéticas como muestras de realidades literarias que existen y, por lo tanto,
objetivas. No cabe duda, también es cierto, que la impresión, la composición que el lector, en especial
el lector que se acerca con más curiosidad que erudición, pueda hacerse, varía dependiendo de lo que
de esa otra realidad más grande y englobadota se muestre. (Cabezas, 1999:21)
La reflexión de Cabezas es acertada cuando se mira desde la práctica; leer antologías permite
reconocer tendencias en el grueso de los autores, puntos de encuentro que en la poesía cubana nos
llevan siempre a reencontrarnos con una tradición fuerte y siempre presente, aunque de diferentes
maneras; este diálogo con la tradición ha sido abordado por Ottmar Ette en un texto que
asumiremos para la discusión un poco más adelante.
Esteban y Salvador, aportan un nuevo argumento para entender la gran cantidad de antologías en
el siglo XX y en especial, de sus finales:
Existen bastantes antologías de la poesía cubana del siglo XX, muchas de las cuales se han publicado
en los últimos años. El interés creciente por la literatura hispanoamericana, y la cubana en particular, ha
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ido parejo a la proliferación de nuevos valores que corroboran el buen estado en el que se encuentran
las letras en un país azotado por graves problemas económicos y políticos, con una población no tan
nutrida para justificar tal eclosión. (Esteban y Salvador, 2002:43)
En este caso importan tanto los motivos como los números; el inventario que se construye entre
Cabezas, Esteban y Salvador, deja como resultado 84 antologías sobre poetas cubanos de las
últimas generaciones; entre ellas se destacan: Un grupo avanza silencioso (1990), de Gaspar
Aguilera Díaz, El pasado del cielo. La nueva y novísima poesía cubana (1994), de Víctor
Rodríguez Núñez, Retrato de grupo (1989), de Víctor Fowler y Antonio José ponte, Novísima
poesía cubana (1999), de Jorge Cabezas Miranda y Noche insular. Antología de la poesía cubana
(1993), de Mihàly Dés.
Cabe destacar que esta multitud de antologías se escriben y publican desde diferentes partes del
planeta; algunas en la misma isla cubana y una gran mayoría en España, normalmente por
académicos europeos o cubanos exiliados.
Construcción de la identidad cubana desde su propia poesía
Martí, citado por Esteban y Salvador, afirmaba ―No habrá literatura hispanoamericana hasta que
no haya Hispanoamérica‖; esta afirmación puede trasladarse particularmente a Cuba. Su literatura
ha sido una constante búsqueda por definirse desde lo propio; ha tenido que soportar un estado de
colonialismo bastante duradero por parte de España, los intereses de los Estados Unidos por
dominarla, varias dictaduras, un modelo socialista que sobrevive a pesar de las vicisitudes, un
prolongado bloqueo económico y una crisis constante en este mismo ámbito; Estos elementos han
hecho que el cubano construya una propia identidad desde la realidad que lo circunda; ahora bien,
no sólo estos elementos construyen una idea de lo cubano.
Cintio Vitier recorre los elementos fundacionales de esta poesía en un texto que se ha convertido
en clásico: Lo cubano en la poesía; en él construye un curso que consta de diecisiete lecciones y
aborda temáticas tan variadas como la patria en autores como Heredia, la poesía negra en Nicolás
Guillén y la poesía nueva, último movimiento que trata.
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Vale decir que el estudio de Vitier, quien hizo parte del Grupo Orígenes, otro de los grandes
referentes de la poesía cubana del siglo XX, es bastante juicioso y referencia obligada para
acercarse a la poética de la Isla.
Por otra parte, la identidad cubana en la poesía ha contado con un elemento adicional: el exilio.
En la idiosincrasia del cubano este elemento ha estado presente desde la época de la colonia,
recordamos a Martí fuera de su patria en varias ocasiones por razones políticas; Fidel Castro
también estuvo fuera de la isla antes de su proyecto revolucionario. Resulta interesante que las
dos figuras políticas más representativas de la historia cubana hayan adelantado gran parte de sus
planes fuera de su propia tierra.
Muchos escritores han adoptado y sufrido esta realidad; multitud de ellos escriben desde fuera e
interactúan con los de adentro. Pero esta posibilidad no siempre estuvo presente, pues en diversos
momentos de la historia, quienes se encontraban fuera no tenían acceso a lo que se escribía en su
tierra natal y quienes estaban en la isla no conocían el producto de sus compatriotas en el exilio.
Se puede constatar pues que el destierro no alcanza solamente a la persona física del desterrado, sino
que se trata en muchos casos de de un verdadero exilio doble, ya que también la producción intelectual
del exiliado queda fuera del alcance del público cubano… (Ette, 1993:26)
Lo interesante en este punto es el diálogo que se establece en la tradición literaria cubana, las
formas cambian, las temáticas, los autores, sin embargo hay una mirada retrospectiva constante
que alimenta y construye sentido más allá de las condiciones que se den.
El mismo Ottmar Ette se refiere al fenómeno así, terminando la cita anterior:
El régimen colonial refuerza así la insularidad geográfica de Cuba, construyendo una insularidad
intelectual de un empobrecimiento cultural y político en ―la siempre fiel‖ isla de Cuba. Entre el exilio y
la isla aislada se establece lo que bien se podría llamar un diálogo diferido. (Ette, 1993:26)
Vale precisar que el ―empobrecimiento cultural‖ del que habla Ette, se circunscribe al entorno de
la época colonial.
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Para representar este diálogo diferido al que hace alusión Ottmar Ette, se pueden leer en conjunto
dos poemas, uno de Eliseo Diego y el otro de Juan Manuel López:
Oda a la joven luz
(Fragmento)
En mi país la luz
es mucho más que el tiempo, se demora
con extraña delicia en los contornos
militares de todo, en las reliquias
escuetas del diluvio
la luz
en mi país resiste a la memoria
como el oro al sudor de la codicia,
perdura entre sí misma, nos ignora
desde su ajeno ser, su transparencia (Diego, 1977)
Sitio de fe
(Fragmento)
En mi país, la luz es limpia
y los hombres saben morir.
Existe el país como existe Dios,
Y yo me acojo a sus mandatos.
Sus símbolos sobre el fuego
hacen que no exista
otro sitio ideal para mi muerte. (López,1997:50)
En ambos poemas la luz es mucho más que eso, parafraseando un poco a Diego; es un elemento
externo que alienta y que está siempre presente; trasciende además algunas ataduras; por ejemplo,
en Oda a la joven luz, está por encima del tiempo, lo supera y escapa a él; tiene además un tinte
de esperanza con características personificadas ―nos ignora desde su ajeno ser‖. Otro elemento
que es bastante intangible pero que hace cercanos a estos dos poemas es el ritmo. Ambos se
construyen desde el vero libre y mantienen una cadencia similar. Ahora bien, el segundo verso de
Sitio de fe nos remite inmediatamente a la afirmación de Martí: ―Rimaban mal a veces, pero sólo
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pedantes y bribones se lo echarán en cara: porque morían bien‖, descubrimos entonces un diálogo
con la tradición entre el poema de López y dos autores sustancialmente diferentes y separados por
el tiempo: José Martí y Eliseo Diego.
Por otra parte, Alexander Pérez Heredia reflexiona sobre la identidad de la poesía cubana
refiriéndose concretamente a los novísimos de los ochenta en su ensayo Familia e identidad en la
novísima literatura cubana de los ochenta; su texto comienza con una afirmación que se acerca
bastante a lo que se percibe, por ejemplo, en la obra de Juan Manuel López:
La identidad se expresa en la actividad simbólica y opera, en su diálogo intercultural, como mecanismo
de (auto) conocimiento, (auto) legitimación y adaptación de un individuo o de un grupo de individuos.
(Pérez Heredia,2002:314)
Pérez Heredia asume temas que para esta investigación son bastantes relevantes; entre ellos las
figuras de la madre y la mujer, para ejemplificarlo emplea algunos versos de Antonio José Ponte,
quien es bastante cercano cronológicamente a López:
No tengo encima nada tejido por mi madre.
Como si no hubiese nacido de mujer
no hubiese amado alguna
En López encontramos:
Tengo 27 años y nunca fui el hijo predilecto,
nunca tuve un amigo para sembrar juntos un cerezo
ni novia para contaminar con mis frustraciones
Siempre fui el amigo y la novia de mí mismo. (López, 1997:10)
Aunque establecer todos los elementos que permiten la construcción de una identidad particular
de la poesía cubana resultaría bastante difícil, mucho más si se mira el país desde fuera, pueden
ser estos unos posibles puntos de partida.
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7. Marco teórico
Esta investigación apunta en dos direcciones; en primera instancia se trata de llegar al autor a
través del contexto literario y cultural en el que se mueve, para esto se propone un trabajo de
lectura hermenéutica que es el segundo punto referencial al que se atiende. En este sentido el
marco teórico se construye en esos dos momentos.
Ya con anterioridad hemos visto que la novísima poesía cubana responde a una tradición y que, si
bien rompe con muchos paradigmas, no se aparta radicalmente de sus raíces, de su naturaleza
insular y de su carácter particularmente cubano; Octavio Paz, en El arco y la lira, advierte la
esencia de este fenómeno y lo expresa así:
Cada lengua y cada nación engendran la poesía que el momento y su genio particular les dictan (Paz,
1998:16)
El poeta utiliza, adapta o imita el fondo común de su época – esto es, el estilo de su tiempo – pero
transmuta todos esos materiales y realiza una obra única (Paz, 1998:17)
Atendiendo a ese diálogo con la tradición literaria, ya no sólo la cubana, se aprecia una relación
con los simbolistas franceses a quienes López hace alusión en algunos de sus poemas como
―Baudelaire entre dos voces‖ y ―Escandaloso reino‖, que tiene como epígrafe un verso de
Rimbaud; en esa relación que se establece entre los franceses y los novísimos a través del
símbolo, aparece una figura clave: la flor, más concretamente la rosa. Vale la pena recordar, en
este sentido, a Las flores del mal, de Baudelaire.
A propósito de la rosa como símbolo se ha establecido una reflexión teórica amplia, para esta
investigación se tomará como referente el texto Metapoesía y crítica del lenguaje. (De la
generación de los 50 a los novísimos) de Ramón Pérez Parejo, quien hace un análisis de la carga
semántica que tiene la rosa en diferentes momentos de la historia literaria.
Pérez Parejo asocia este símbolo con la ficción y la belleza poética, sin embargo reconoce en él
toda una tradición que se ha ido creando en múltiples culturas con el correr de los años;
refiriéndose a la rosa, cita a César Nicolás, quien afirma:
18
Este símbolo disémico nos remite a un nuevo intertexto icónico de raíces esotéricas, místicas u
ocultistas (Eleusis, alquimia, gótico, sufís, persas, cátaros, rosacruces…) que de occidente a China
abarca, como un arcano, diferentes culturas. Es la rosa como símbolo de la belleza, de la creación y de
la obra. (Pérez Parejo, 2002:408)
A Pérez Parejo podría refutársele un poco la idea de totalizar el concepto de rosa, sin embargo
hay algo vital en su reflexión y es la vinculación del símbolo con realidades trascendentes; esto
permite comprender la cercanía entre las flores y la muerte, que se aprecia constantemente en la
obra de Juan Manuel López.
Más adelante, el autor habla de tres formas posibles para entender el simbolismo de la rosa, lo
hace a partir del análisis de un poema cuyo autor es Gil de Bielma:
a. El motivo literario de las rosas de la tradición literaria
b. Las rosas artificiales que pueden servir para adornar
c. Las rosas reales, de las que se diría mediante una metáfora impura A de B que son o
parecen artificiales.
Si bien las posibilidades son propuestas para el poema de Bielma en particular, permiten mirar
que el símbolo no tiene una carga semántica única, sino que está en consonancia con el contexto
en el que aparece.
Por otra parte, y también en el campo de lo simbólico, nos interesa en gran medida la teoría de
Waldo Ross a propósito del imaginario cultural en Hispanoamérica; para Ross los sentimientos
cumplen un papel preponderante en la construcción del símbolo en nuestras culturas; en ese
sentido resalta la importancia de algunos sentimientos como la improvisación, la relación directa
entre individuos que dejan de lado a las autoridades; el azar, representado en la gana y la suerte,
ambos sentimientos dispersivos pues en cualquiera de los dos casos sujeto u objeto deben salir de
sí mismos para integrarse al otro; la vida cósmica, que tiene que ver con la relación que se entabla
entre el ser humano y la naturaleza que lo circunda, en este caso cita como ejemplo principal a la
novela Canaima de Rómulo Gallegos; la mismidad del hombre en el interior de la mismidad del
19
universo, que permite establecer una igualdad de valores en la jerarquía del ser; y por último los
conceptos de heroísmo y mesianismo, representados en Don Quijote y Martín Fierro, estos
sentimientos, según Ross, condicionan el pensamiento latinoamericano.
A partir de estos sentimientos, Ross elabora una compleja construcción de un símbolo sintético
de la imaginación hispanoamericana y lo esquematiza a manera de cruz con una espiral; en esta
construcción confluyen diferentes visiones múltiples como la egipcia representada en el sendero
o la línea recta, la rueda como representación simbólica del hinduismo, y la cruz como símbolo
inequívoco de la toda la edad media.
Ahora bien, en el ámbito de la interpretación abierta aparece Mario J. Valdés, quien da una
mirada contemporánea a la hermenéutica en la que predomina el estatus del intérprete, a
propósito de esto, afirma:
La hermenéutica es una teoría de la interpretación de documentos escritos en la que se considera el
estatus del intérprete en el comentario. La hermenéutica fenomenológica es una revisión
contemporánea de la disciplina decimonónica; en ella, la noción romántica en la que se establecía el
genio del autor ha sido sustituida por una consideración total de la experiencia de lectura como el
punto de partida de la investigación. (Valdés, 1995:31)
Esta propuesta de lectura hermenéutica considera que el sentido del texto se da en la interacción
con el lector, y no en la intencionalidad del autor:
La autonomía semántica del texto significa que la intención del autor y el significado del texto ya no
coinciden. Lo que el texto significa para sus lectores ahora importa más que la intención del autor
cuando la escribió. (Valdés, 1995:36)
No quiere decir esto que la lectura deba ser arbitraria; de hecho Valdés plantea tres criterios de
identidad textual; lo formal, que ―sólo puede ser el primer paso en la búsqueda de la identidad
textual‖ (Valdés, 1995:35); su historicidad, de la que no se puede separar ya que se perdería el
significado; y la potencialidad de ser leído, a partir de la cual afirma: ―el texto fue escrito por
alguien, sobre algo, para que alguien lo leyera‖(Valdés, 1995:37).
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En este caso, la lectura apunta a lo que Paz ha llamado ―un trato desnudo con el poema‖; al
encuentro con el acto poético, es decir con ―la poesía en estado amorfo‖; y con el poema,
entendiéndolo como el ―lugar de encuentro entre la poesía y el hombre‖ (Paz, 1998:14).
8. Precisión del corpus
Debido a que la obra publicada de Juan Manuel López es corta, se asumirán como objeto de
estudio los libros publicados en Cuba entre los años 1997 y 2000:
López, Juan Manuel. (1997) Los cielos mentidos. La Habana: Editorial Letras Cubanas
________________ (1998) Otros Milagros del ser. La Habana: Editorial Luminaria
________________ (2000) El libro de Kristine. La Habana: Editorial Luminaria
De estos libros se tomarán para el desarrollo de un trabajo de hermenéutica abierta los poemas
―Alabanza por los cuerpos rotos‖, ―Proemio de la relatividad‖, ―La espada en el brasero‖,
―Lamentaciones del escriba‖, de Los cielos mentidos (1997); ―Entre el poeta y la locura‖, de
Otros milagros del ser (1998); y ―Los espejos y los hombres‖, de El libro de Kristine.
El autor anunció la publicación del libro Rogación de cabeza, sin embargo éste no ha salido a la
luz pública, hecho que hace que no entre en el corpus de esta investigación.
9. Objetivo General y objetivos específicos
Objetivo general:
Realizar una lectura crítica a la obra de Juan Manuel López que permita establecer los
elementos que estructuran su poética.
Objetivos específicos:
Enmarcar la obra de Juan Manuel López en un contexto sociocultural y literario
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Aplicar el modelo de Interpretación Abierta a la obra poética de Juan Manuel López
Realizar un análisis simbólico de la obra a través del modelo de interpretación planteado por
Waldo Ross.
10. Título para cada capítulo
10.1 Juan Manuel López y el contexto sociocultural de Cuba a finales de Siglo XX
Recorrido por el contexto histórico y social que enmarcó la realidad cubana a finales del siglo
pasado y su relación con el surgimiento de ―Los novísimos‖ como movimiento literario en el que
se inscriben Juan Manuel López y su obra.
10.2 Acercamiento a “Los poemas insulares”
Lectura profunda y juiciosa de la obra poética del autor, desentrañando niveles de significación
en sus poemas publicados entre 1997 y el año 2000. Se trata de una propuesta de lectura desde la
hermenéutica abierta, partiendo de las reflexiones de Mario J, Valdés (1995) y tomando como
modelos las propuestas de Julián Serna, Un mundo detrás de un verso (2004, 19-36) y de Pere
Gimferrer, Lecturas de Octavio Paz (1980)
10.3 Construcción simbólica en la obra de Juan Manuel López
Análisis de los símbolos recurrentes que aparecen en la obra y construcción de posibles hipótesis
de lectura siguiendo los postulados de Waldo Ross
22
11. Bibliografía comentada
11.1 Bibliografía del autor
López, Juan Manuel (1997). Los cielos mentidos. La Habana: Editorial Letras Cubanas.
Es el primer texto publicado por el poeta, consta de 27 poemas divididos en tres grandes cuerpos.
Escritos entre 1992 y 1996.
De los tres cuerpos, dos están escritos en verso (primero y tercero) y uno en prosa poética
(segundo). Vale la pena decir que todos sus poemas están escritos en verso libre.
En estos poemas se descubren varias tendencias; por una parte hay una crítica voraz al sistema
dictatorial y a la realidad cubana en general. Pertenecen a esta vertiente, poemas como:
La espada en el brasero.
Hemos envejecido a la espera de una patria
sin descubrir que la patria estaba en uno mismo
Digo que la patria será siempre una espada
suspendida sobre nosotros.
En el poema, López utiliza un símbolo recurrente en su obra: la espada. En este caso aparece
como una amenaza latente que hace referencia a la patria. Entendiendo la patria como una ilusión
no concretada, pero también como un engaño al que han sido sometidos.
23
Sitio de Fe
Aquí la vida pasa entre el ojo y la paja en el ojo,
entre la mansedumbre
y el ondular de las palmas.
Aquí la vida pasa como un temblor,
como un milagro.
Hay en este poema la intención de resaltar al país mediante exaltaciones y contradicciones
constantes.
puedo sentir que es tan hermoso como triste
cada amanecer lejos de casa
Equipara al país con la imagen de Dios, lo que hace pensar en un estado autoritario, represor, al
que el poeta se acoge siguiendo sus mandatos.
Probablemente esta sea la razón para que no se ataque al estado de manera directa. Aunque
ciertamente sería atrevido reducir la razón a este hecho, vale la pena pensar en que, la poesía no
requiere de las palabras tal como se usan en el lenguaje cotidiano, sino que, atendiendo a su
naturaleza, resignifica el lenguaje a través de la metáfora.
Otra tendencia apunta a una poesía íntima, en la que López se sumerge en una introspección
profunda de su vida y que muestra relaciones entre vivencias propias e imágenes que las
representan. La relación de las imágenes suele ser contraria a la carga semántica que en nuestro
contexto suelen tener.
Así, por ejemplo, la figura de la muerte está precedida por la imagen de la rosa o de las flores en
general; la madre, símbolo del amor incondicional y de la fertilidad, aparece como símbolo
inequívoco del dolor, de la ausencia y de la soledad; La espada, símbolo recurrente, como dije
antes, no es imagen de triunfo heroico, sino una amenaza constante, que como elemento
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particular está siempre pendiendo en un movimiento de caída y no de ascenso. Encontramos
poemas como:
Cumpleaños
Una mujer vino y trazó una rosa en mi pecho,
un sello de muerte sobre el corazón del niño.
Se aprecia la figura de la mujer relacionada con la rosa, pero la rosa y la mujer equivalen a una
marca de muerte, la primera como sello imborrable y la segunda como victimaria.
Más adelante aparecen versos que insinúan una gran soledad en el poeta:
Tengo 27 años y nunca fui el hijo predilecto,
nunca tuve un amigo para sembrar juntos un cerezo
ni novia para contaminar con mis frustraciones.
Siempre fui el amigo y la novia de mí mismo.
En otros poemas del libro puede apreciarse un alto grado de intertextualidad y reescritura, en
Alabanza por los cuerpos rotos, aparece una versión del mito del Minotauro en la que se puede
leer el mito y, al mismo tiempo, La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges.
Pero la intertextualidad con Borges no para allí, sino que en otro poema aparece presente desde el
título, Juan López y yo, que guarda una estrecha relación con Borges y yo, del poeta argentino.
López, Juan Manuel (1998) Otros Milagros del ser. La Habana: Editorial Luminaria.
Otros milagros del ser es un libro con características muy diferentes al anterior. Las palabras
mutan en sus poemas. Se advierten la soledad y el mundo del poeta, pero aparecen más cercanos
a la relación con otros, incluso el amor, en contravención al libro pasado, se muestra natural,
presente.
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En, Ojos de mujer en el paisaje, encontramos un Juan Manuel López diferente:
Píntame un mar sin costas,
sin orillas que se crucen en tus ojos.
Sean tus ojos mi mar único.
Sobre el horizonte pon mi nombre
como una frágil barca que se hunde.
Quiero que tus ojos sean una espada
entrando en el crisol de un combate
Sin embargo aparece nuevamente la espada como símbolo constante; con otras connotaciones,
pero presente apuntando a las marcas imborrables.
La intertextualidad se hace presente nuevamente en Baudelaire entre dos voces, por otra parte
comienza a tejerse cierta relación con los simbolistas franceses propia de los novísimos cubanos.
El poema reza así:
Las noches y las canciones del vino eran sus tesoros.
De joven soñaba tener una huerta frente al mar,
una imprenta propia y una puta negra.
Era todo cuanto soñaba de pequeño burgués.
El alcohol encendió la flor maligna de su lengua.
Si se mira esa relación de las flores acompañadas por la muerte, podría mirarse hacia Les Fleurs
du mal, del poeta francés. En el quinto verso del fragmento, hay una alusión a ―la flor maligna‖,
hay que recordar entonces que la obra poética de Baudelaire con mayor relevancia está
precisamente en el texto citado. Por otra parte, el adjetivo ―maligna‖, puede referirse al hecho de
haberlo catalogado como maldito debido a los temas tratados y la agudeza de sus versos.
El libro, aunque con otra tonalidad, coincide con el anterior por sus versos de gran elaboración y
profundidad.
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López, Juan Manuel (2000) El libro de Kristine. La Habana: Editorial Luminaria.
La principal característica de esta publicación es que está escrito, en su mayoría, en prosa. Pero
más allá de esto, resaltan nuevamente la intertextualidad y la mirada a los simbolistas franceses.
Escandaloso reino
En efecto, fueron reyes toda una mañana.
RIMBAUD
Mi loco y tu puta por las calles del pueblo, abrazados y besándose frenéticamente, comenzaron
a gritar ante un coro silbante:
Soy el rey de las visiones --dijo mi loco.
Soy la reina de los rumores —dijo tu puta.
Y ambos teníamos la pobre ilusión de ser la primavera en un invernadero
Hay un retorno al estilo de Los cielos mentidos, guardando la distancia en cuanto a la forma; pues
si bien en el primer texto aparece la prosa poética, ésta sólo ocupa un capítulo, mientras que en El
libro de Kristine son los versos los que ocupan un lugar mínimo en la publicación.
El gusto por Borges aparece nuevamente en ―Los espejos y los hombres‖¸
Bajo el sol los hombres parecen hechos de oro o de cobre, pero, sobre todo, parecen hechos de espejos
de torpes imprecisiones, de dobleces, de derechas por izquierdas y viceversa
Basta recordar la obsesión del argentino por el reflejo del hombre que no es el mismo sino otro.
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11.2 Bibliografía sobre el autor
La bibliografía que se ha encontrado sobre el autor es mínima, sólo una referencia en un blog
electrónico de otro autor cubano, Manuel Sosa, quien hace un breve comentario sobre la obra de
López.
Sosa, Manuel (2007,dic.25). Juan Manuel López: arena, palabras, marcas del cuerpo.
Consultado diciembre 29 de 2008 en: lafincadesosa.blogspot.com/2007/12/juan-
manuel-lpez-arena- palabras-marcas.html
Sosa reflexiona sobre la figura del poeta y la mirada que de él suele tenerse. El comentario se
construye desde la visión del poema en sí y carece de rigor crítico, no es su intencionalidad.
Tiene, además, un aire bastante poético.
El autor del blog incluye algunos poemas del cubano, todos extraídos de los tres libros que
conforman el corpus de este trabajo.
Vale la pena destacar que Sosa cae en una imprecisión, pues afirma la publicación de un cuarto
libro titulado Rogación de cabeza, texto que no ha visto la luz pública. El error se nota en el
mismo blog, ya que mientras los otros tres tienen fecha de publicación, éste, no.
Otras referencias apuntan a los premios que el autor ha ganado últimamente, pero no ofrecen
comentarios críticos de su obra.
Premios y premiados (2007) consultado agosto de 2008 en:
http://www.escritores.org/recursos/premios0807.htm
En este portal lo anuncian como ganador del premio ―Alcaraván‖ de poesía; nombran también a
los finalistas, pero no hay referencia crítica.
28
Premio Comunidad no universitaria. (2007) consultado agosto de 2008 en:
http://www.uc3m.es/portal/page/portal/cultura_y_deporte/cultura/concursos/VII%20c
ertamen%20de%20Poesia%20Rafael%20Morales/comunidad%20no%20universitari
a.pdf
Documento en pdf en el que lo muestran como el ganador del Primer Premio de Poesía otorgado
por la comunidad no universitaria. Artículo publicado por la Universidad Complutense de
Madrid.
No hay tampoco referencia crítica sobre el autor o su obra.
Piedra del molino. (2008) Revista de poesía. Número 8. Primavera. México: UNAM.
Consultado septiembre de 2008 en:
http://www.periodicodepoesia.unam.mx/index.php?option=com_content&task=blogse
ction&id=31&Itemid=87
Referencia en el portal de la UNAM, sólo lo anuncian como autor de uno de los poemas
publicados. Esta publicación refuerza la idea de marginalidad, ya que este es el requisito principal
para ser incluido en la revista de poesía.
Tampoco hay referencia crítica.
11.3 Bibliografía de apoyo teórico
Cabezas Miranda, Jorge (1999). Novísima poesía cubana. Antología (1980-1998).
Salamanca: Ediciones Colegio de España.
Cabezas elabora una antología crítica en la que incluye autores publicados entre 1980 y 1998.
El autor reflexiona sobre las condiciones en las que han surgido los ―novísimos‖ y la naturaleza
de su obra, sobre la cual afirma que, en principio, no se distancia mucho de las generaciones
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anteriores, sino sólo hasta la segunda mitad de los ochenta, cuando aparecen innovaciones
formales y temáticas que aportan a una separación de la poesía comprometida que antecedió a los
novísimos.
Cabezas afirma que sólo en esta generación se busca una mejor elaboración estética, libre de
compromisos con la revolución, que se aparta de las otras ―generaciones de la revolución‖.
Vale la pena resaltar que el autor clasifica a los poetas posteriores al sesenta en cuatro grupos, un
por cada década posterior a la revolución entre 1960 y los noventa.
Esteban, Á. y Salvador, Á. (2002) Antología de la poesía cubana. (T. IV). Madrid: Editorial
Verbum.
Antología crítica elaborada a partir de un trabajo anterior realizado por Lezama Lima; comprende
autores publicados en el siglo XX, desde sus inicios hasta la década de los noventa.
La introducción, de Antonio Benítez Rojo, es una reflexión sobre la poesía cubana del siglo
pasado; en ella cita autores como Lezama, Eliseo Diego y Cintio Vitier; y profundiza en
características propias de la poesía cubana en este período de tiempo.
Garagalza, Luis (2002). Introducción a la hermenéutica contemporánea. Cultura, simbolismo
y sociedad. Barcelona: Anthropos
Garagalza ofrece una introducción a la hermenéutica contemporánea en la que se encarga de
asuntos como el lenguaje simbólico y su relación con la sociedad, el simbolismo y la
hermenéutica del lenguaje.
Nos interesan del texto todos sus capítulos, sin embargo, resulta muy importante la lectura que
Garagalza hace Gilbert Durand a propósito de la clasificación de las imágenes.
30
Otro gran valor de esta obra es el diálogo que mantiene con la tradición interpretativa proveniente
de variadas disciplinas, de esta manera podemos encontrarnos con autores como Jung, Cassirer,
Heidegger, Gadamer o Gianni Vattimo.
Paz, Octavio (1998). El arco y la lira. Bogotá: Fondo de Cultura Económica
Octavio Paz reflexiona ampliamente sobre la creación poética. Si hubiese que definir el género en
que se inscribe esta obra tendría que describirse como ―ensayo poético‖.
Pero más allá de la belleza del lenguaje utilizado en la escritura, resaltan en el texto las profundas
reflexiones del mexicano.
Así por ejemplo, hace una distinción bastante afortunada entre poesía y poema en la que formula
la indivisibilidad de ese todo.
En La revelación poética, Paz asume la tarea de interpretar la poesía y formula puntos
interesantes en esta tarea; entre otros, abandonar los prejuicios del mundo occidental hecho de
dicotomías y asumir la realidad como un todo en el que los opuestos dejan de serlo para
convertirse en complemento.
Pero quizás el mayor aporte de Paz en este texto sea la invitación al ―trato desnudo con el
poema‖. Desde allí parte toda su reflexión erudita sobre la naturaleza poética.
Pérez, Ramón (2002). Metapoesía y crítica del lenguaje (de la generación de los 50 a los
novísimos). Cáceres: Universidad de Extremadura.
Tesis doctoral que parte de la poesía para realizar un estudio variado desde lo estructural hasta lo
semántico en un amplio período histórico que comprende alrededor de 40 años.
Del trabajo rescataremos la reflexión teórica sobre el movimiento de los novísimos a propósito de
una tentativa ubicación temporal y, sobre todo, el análisis que hace el investigador sobre los
símbolos en esta generación.
31
Símbolos de los que afirma son disémicos, o al menos su semántica transgredí lo que
tradicionalmente se ha tomado como relativo a su significación.
Ross, Waldo (1992). Nuestro imaginario cultural. Simbólica literaria hispanoamericana.
Barcelona: Editorial Anthropos.
Waldo Ross plantea una teoría para la interpretación simbólica desde la literatura
hispanoamericana, en este texto elabora una clasificación de símbolos que se construyen a partir
de los sentimientos. El modelo se distancia de otros como el de Gilbert Durand quien hace una
clasificación isotópica de las imágenes. Se pretende abordar la investigación desde allí toda vez
que es una propuesta novedosa y que no riñe con la obra del poeta
Valdés, Mario J (1995). La interpretación abierta: Introducción a la hermenéutica literaria
contemporánea. Ámsterdam: Editions Rodopi B.V.
El libro es un valioso aporte a la discusión sobre la hermenéutica abierta. Hace un recorrido por
los hitos de esta disciplina desde sus orígenes más antiguos hasta los puntos contemporáneos.
Reflexiona también sobre la hermenéutica fenomenológica partiendo del texto hasta llegar al
texto crítico, abordando dos autores franceses como Derridá y Ricoeur.
Su aporte también pasa por lo metodológico al hacer dos comentarios críticos sobre poemas de
Octavio Paz y Jorge Luis Borges.
Vitier, Cintio (1998). Lo cubano en la poesía. La Habana: Editorial Letras Cubanas
Libro concebido a manera de curso en doce lecciones. Vitier hace un recorrido a lo largo de la
historia poética de Cuba rastreando en diferentes autores los elementos que permiten establecer
una identidad de lo cubano en sus obras; elementos que además han sido heredados por otros
autores de la isla.
32
Particularmente interesa para este trabajo la undécima lección, en la que Vitier aborda las
características particulares de la poesía ―nueva‖ que es el antecedente más cercano - junto con el
Grupo Orígenes – de los ―novísimos‖.
En este capítulo, el autor desarrolla una reflexión sobre la poesía nueva como respuesta a la
confusa realidad literaria que se tejió tras la aparición en escena de los múltiples ismos propios de
mediados del siglo XX.
De este apoyo teórico se deriva una bibliografía que servirá como modelo metodológico en el
proyecto de investigación.
11.4 Bibliografía de apoyo metodológico
Gimferrer, Pere (1980). Lecturas de Octavio Paz. Barcelona: Editorial Anagrama
Gimferrer elabora una serie de lecturas críticas a partir de diversos poemas de Octavio Paz. Su
idea es dejar abierta la posibilidad de diversas lecturas, es decir, no pretende que las suyas sean
palabras establecidas como requisito para el abordaje de la poesía del mexicano.
Por medio de las lecturas interpretativas Gimferrer se acerca al proceso de escritura,
desentrañando niveles de significación y apuntando a la cohesión que se establece al interior del
poema.
Giraldo, Julián (2006). Ser y acontecer del nuevo mundo. El simbolismo mítico en la narrativa
de Germán Espinosa. Pereira: Universidad Tecnológica de Pereira (bibliografía de
apoyo)
Julián Giraldo plantea su tesis de maestría como una lectura desde la mitocrítica a dos personajes
femeninos de la literatura colombiana como son Rosaura García y Genoveva Alcocer. En este
ejercicio analiza la imagen de la heroína desde el universo simbólico.
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Es muy importante el recorrido teórico que hace ya que sirve de herramienta para el trabajo
investigativo.
En lo metodológico resulta bastante interesante el desarrollo de su discurso por la estructura y
aplicación de teorías como las de Durand o Jung.
Serna, Julián (2004). “Un mundo detrás de un verso”, en Filosofía, literatura y giro
lingüístico. Bogotá: Universidad Tecnológica de Pereira – Siglo del Hombre editores.
(Apoyo)
Lectura crítica del poema Escrito en un árbol, de Miguel Méndez Camacho. Julián Serna realiza
un ejercicio analítico cuyo eje central es el diálogo del poema con diferentes tradiciones.
Coloca por encima al poema pero lo aborda desde diferentes ontologías, resaltando, al final, el
papel de la literatura y el genio creador de la poesía.
Esta lectura muestra una gran elaboración y juicio crítico.
Otra bibliografía
Alemany, Carmen. (2001). ―Poesía cubana del siglo XX‖. Alicante: Universidad de Alicante.
Consultado mayo de 2007 en:
www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01361631935684729199802/articulo_11.htm
Diego, Eliseo (1977). Los días de tu vida. La Habana: Ediciones Unión
Fornet, Jorge. (2007). ―Y finalmente, ¿existe una literatura latinoamericana?‖. La Habana: revista
de cultura La Jiribilla. Consultado Junio de 2007 en:
http://www.lajiribilla.cu/2007/n318_06/318_01.html
González, Juan Antonio. (2004). ―El modernismo‖. Consultado junio de 2007 en:
www.geocities.com/hollywood/hills/7985/modernismo.htm
Mataix, Remedios. (2001). De la revolución vanguardista al estallido de la Revolución. Notas
sobre poesía y política entre 1930 y 1959. Alicante: Universidad de Alicante. Consultado
abril de 2007 en: www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01361631935684729199802/articulo_9.htm
34
Inter press service. (1996) ―Literatura cubana finisecular: un balance posible‖. Consultado mayo
de 2007 en: www.cubaalamano.net/sitio/promocion/enflitcu.htm
Pérez Rivero, Pedro. (2003) Del portal hacia adentro (e-book).La Habana: editorial Cuba
literaria. Consultado junio de 2007 en: http://www.cubaliteraria.com/libro/online/descarga/E00042.pdf
Pérez Heredia, Alexander (2002). ―Familia e identidad en la novísima literatura cubana de los
ochenta‖, en Anales de Literatura Hispanoamericana, Vol. 31 (2002) 313-321
12. Cronograma estimativo
12 meses: Octubre 2008 – Octubre 2009
Octubre – diciembre de 2008:
Acopio bibliográfico para la elaboración de todos los capítulos.
Elaboración del anteproyecto y sus correcciones respectivas.
Elaboración y presentación del primer capítulo
Enero – Mayo de 2009
Correcciones primer capítulo
Elaboración del segundo capítulo
Correcciones
Mayo – Octubre de 2009
Elaboración y corrección del tercer capítulo
Correcciones finales
Presentación ante la comunidad académica