Ataques a los Servicios de Salud Pública y Derechos Humanos:
La Prohibición de Entrada e Inmigración a los Estados Unidos para Personas con VIH
Update: January 2010
UPDATE: January 2010
Eliminación de la Veda de Ingreso por VIH: ¿Cuál es su Significado Práctico?
Por Erin Price♦ Antecedentes
El 4 de enero de 2009 se puso en efecto el último paso en la eliminación de la veda de viaje e
inmigración para solicitantes que fueran seropositivos para VIH. Por mucho tiempo, los
Estados Unidos negó acceso a [solicitudes de] ciudadanía, residencia legal y derechos de
visitación, a aquellos individuos carentes de ciudadanía basándose
únicamente en su seropositividad a VIH. A partir de 1987, bajo la
sección 212(a)(1) del Acta de Inmigración y Nacionalidad (INA),
los individuos sin ciudadanía norteamericana a quienes se les
hubiera determinado tener “una enfermedad comunicable de
importancia en la salud pública,” se les consideraba inadmisibles
para entrar a los Estados Unidos. Durante los últimos veinte años,
el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se ha considerado como una “enfermedad
comunicable de importancia en la salud pública.” Así, a personas VIH-positivas sin
ciudadanía les ha sido negado el ingreso a los Estados Unidos; y a otros individuos sin
ciudadanía, aunque ya estén residiendo en los Estados Unidos, se les ha negado la
oportunidad de ajustar su status inmigratorio para convertirse en ciudadanos o por lo menos
en residentes permanentes. Aunque existía una exención a estas reglas a disposición de
personas sin ciudadanía VIH-positivas, dicha exención sólo estaba disponible a personas cuyo
padre o madre; cónyuge o hijo/a viviese en los Estados Unidos como ciudadano o residente
legal permanente. Dicha restricción se puso en efecto a petición del fallecido Senador Jesse
Helms (R-NC) en el apogeo de la atmósfera política homofóbica de los finales de los años
1980s.
♦ Erin Price cursa actualmente el tercer año de leyes en la Escuela de Derecho de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY Law School) y funge como practicante jurídica en el GMHC.
Los expertos de salud pública han reconocido, desde hace mucho tiempo, que la veda
de entrada por VIH no contribuía a prevenir la propagación de VIH a través de fronteras
internacionales y que, en cambio, esta en desacuerdo con las políticas de salud e inmigración
vigentes en gran parte del resto del mundo. Este cambio favorable es el resultado de décadas
de abogacía y [esfuerzos] en proveer información [adecuada] a oficiales públicos.
Las acciones legislativas necesarias para rechazar la ley de veda se iniciaron en julio de 2008,
cuando el Presidente [George W.] Bush firmo la ley que reautoriza el Plan de Emergencia
Presidencial para la Reducción del SIDA (PEPFAR II). Este plan enmendó el Acta de
Inmigración y Naturalización, eliminando la provisión que estipulaba que los individuos con
VIH no pudieran entrar a los Estados Unidos. La congresista Barbara Lee y el Senador John
Kerry dirigieron la lucha en el Congreso para eliminar la prohibición de entrada. No obstante,
para rechazar [en forma definitiva] los estatutos de veda se requería que el Departamento de
Salud y Servicios Humanos (HHS) reconsiderara si el VIH debiera o no continuar en la lista de
enfermedades comunicables “de importancia en la salud pública,” lo cual resultaba en la
inadmisibilidad de individuos sin ciudadanía para ingresar a los Estados Unidos. Por tanto, la
última barrera para la eliminación definitiva de la veda requería un cambio en las reglas del
HHS. En una propuesta para establecer dicho cambio, hecha durante los últimos meses de la
presidencia de [George W.] Bush y promulgada por la administración del presidente [Barack]
Obama, se planteó eliminar al VIH de la lista de “enfermedades comunicables de importancia
en la salud publica.” Durante un periodo de audiencias publicas, realizadas en julio y agosto
de 2009, el HHS recibió una abrumadora respuesta en apoyo a los cambios propuestos, con
19,000 comentarios a favor y sólo 500 en contra.
El anuncio de la publicación del dictamen final, hecha por el Presidente Obama, tuvo
lugar el 30 de octubre de 2009 y tomaría efecto el 4 de enero de 2010.
Notando la importancia histórica y el profundo significado de este cambio legal, el
Presidente Obama aseveró: “Hace veinte años, en una decisión más arraigada en temor que en
información, los Estados Unidos de America instituyó una política de prohibición de entrada
al país para personas con VIH/SIDA. Ahora, tenemos que hablar respecto a la reducción del
estigma de esta enfermedad. Somos líderes a nivel mundial en los esfuerzos para reducir la
pandemia del SIDA; no obstante, formamos parte de una docena de países que aún prohíben
la entrada a personas con VIH. Si deseamos ser líderes globales en el combate del VIH/SIDA,
necesitamos actuar como tales. Y es por tal motivo que el lunes [2 de noviembre de 2009], mi
administración publicará las reglas finales que eliminan la veda de viaje en forma efectiva a
partir del año nuevo…i”
¿Qué significa [la eliminación de la veda] para la abogacía de VIH? De manera simbólica, estos cambios en las regulaciones contribuirán a reducir el estigma
relacionado con VIH y conducirán a los Estados Unidos a cumplir con regulaciones de salud
internacionales relacionadas con VIH y con respecto a asuntos de viaje e inmigración. La
prohibición de entrada a los Estados Unidos por razón de status de VIH contradecía al
conocimiento medico contemporáneo acerca de la transmisión de VIH; asimismo, estaba en
oposición directa a las Guías Internacionales para VIH/SIDA y Derechos Humanos de la
ONU.ii La prohibición de entrada por VIH colocaba a los Estados Unidos en un grupo de
países que no permiten visitas de corta duración y que incluye Brunei, Egipto, Iraq, Yemen,
Malasia, Omán, Qatar, Singapur, Sudán, Corea del Sur, Túnez, las Islas de Turcos y Caicos, y
los Emiratos Árabes Unidos. [La veda] también colocaba a los Estados Unidos en la misma
categoría en la que se encuentran muchos países con deficiencias en derechos humanos, o con
problemas significativos, según informes del Departamento de Estado.iii La nueva política
norteamericana demuestra que la administración [del presidente] Obama se ha comprometido
a luchar contra la estigmatización relacionada con el VIH y a tratar a individuos sin
ciudadanía que son VIH-positivos con mayor dignidad.
¿Qué significa [la eliminación de la veda] para individuos VIH positivos sin ciudadanía?
El VIH será eliminado de la lista de “enfermedades comunicables,” lo cual era motivo para
prohibir la entrada a individuos que no poseyeran exenciones. Los individuos VIH-positivos
carentes de ciudadanía ya no tendrán que someterse a la prueba de VIH al solicitar una visa
para entrar a los Estados Unidos. Aún así, los solicitantes deberán someterse al examen
medico que forma parte del proceso de visado, pero dicho examen ya no incluirá una prueba
de VIH, disminuyendo así los costos de dichos exámenes médicos. Además, en caso de
solicitar una exención o ajuste [de status migratorio], las personas VIH-positivas sin
ciudadanía no tendrán que pagar por una solicitud de exención para admisibilidad, la cual
costaba la fuerte suma de $545. Sin embargo, aún se puede negar el ingreso a aquellos
solicitantes que posean alguna otra de las “enfermedades comunicables de importancia en la
salud pública,” y que incluyen tuberculosis, sífilis infecciosa, gonorrea, lepra infecciosa, etc., a
no ser que se obtenga [la] exención [correspondiente].
Este cambio [en la ley] no otorga amnistía para personas con VIH que hayan entrado
previamente sin haber pasado por inspección o a quienes se les haya negado ingreso al país
debido a su estado de salud. Aunque el VIH ya no representa una barrera para solicitar
residencia permanente, los solicitantes de tarjetas de residencia deberán reunir los requisitos
estipulados por las leyes de inmigración en vigor. Esto significa que, para conseguir una
tarjeta de residencia, uno debe obtener el patrocinio de un familiar o empleador; haber ganado
un lugar en la lotería; asilo; o algún otro mecanismo reconocido para solicitar residencia
permanente. Muchos indocumentados VIH-positivos que han vivido en los Estados Unidos
por largo tiempo no podrán solicitar residencia permanente porque la razón de que han estado
en el país en forma ilegal. La nueva provisión de ley tan solo significa que después del 4 de
enero de 2010 aquellas personas VIH-positivas sin ciudadanía que se encuentren en el proceso
de obtener su residencia legal, ya no deberán obtener una exención por su status de VIH.
Aquellos individuos que se encuentran en diversas etapas de solicitud de residencia
permanente, exenciones y asilo, serán afectadas de manera diferente por este cambio. Si una
persona ha solicitado exención por status de VIH como parte de su solicitud de residencia
permanente deberá notificar a la oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración de los
Estados Unidos (USCIS) que la veda ya no está en vigor y también debe solicitar una decisión
final a dicha solicitud. Si alguien ha solicitado residencia y ésta no fue otorgada debido a su
estado de VIH, el caso puede reabrirse si tal persona es elegible bajo los estatutos actuales.
Las personas que se hallen tramitando una solicitud de asilo con base en seropositividad para
VIH no se verán afectadas por la nueva ley, porque sus solicitudes se hicieron por motivo de
amenazas de persecución en sus países de origen. Para aquellos individuos a quienes se les ha
negado visa debido a su status de VIH, éste ya no constituye una barrera. Sin embargo, uno
debe reunir aún todos los demás requerimientos, incluyendo la intención de retornar a su país
natal. Aunque el status de VIH ya no es impedimento para el acceso a los procesos de
inmigración, otras barreras aún pudieran afectar los casos de algunas personas que viven con
VIH. Así, algunos individuos que viven con VIH y cuya salud representa grandes obstáculos,
tendrán dificultades para cumplir con los requerimientos de la oficina de Servicio de
Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos* (USCIS) debido a los efectos de la infección con
VIH; es decir, que los candidatos a inmigrar tienen que demostrar la capacidad de mantenerse
por sí mismos. No importa cuál sea el estado de salud del solicitante, no se requiere que revele
su status de VIH durante el proceso de inmigración.iv
El nuevo reglamento no es retroactivo. La regulación definitiva determina que los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades [CDC] y el Departamento de Salud y
Servicios Humanos [HHS] continúen trabajando en con el Departamento de Estado y el
Departamento de Seguridad Nacional [DHS] para asegurar que los médicos y cirujanos civiles
que conducen los exámenes médicos [para trámites de inmigración] estén conscientes de la
revisión al reglamento en vigor.v
* Nota del traductor: El nombre en español del USCIS fue tomado literalmente del sitio http://www.uscis.gov/portal/site/uscis-es
Conclusión:
Esta es una enorme victoria para los derechos humanos y para personas que viven con VIH.
La nueva regla no sólo elimina los análisis de VIH durante los exámenes médicos, sino
también prescinde de la necesidad de una costosa solicitud de exención. Asimismo, los
Estados Unidos están ahora en lineamiento con políticas internacionales relativas a VIH y
restricciones de viaje, al mismo tiempo eliminando el estigma institucional que se aplicaba a
personas con VIH y SIDA a través de las regulaciones anteriores.
Referencias
i Presidente Barack Obama. “Remarks by the President at the Signing of the Ryan White HIV/AIDS Treatment Extension Act of 2009.” Oficina del Secretario de Prensa de la Casa Blanca. Octubre 30, 2009. http://www.whitehouse.gov/the-press-office/remarks-president-signing-ryan-white-hivaids-treatment-extension-act-2009. Fecha de acceso: Diciembre 17, 2009.
ii En 2004, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/SIDA (UNAIDS) publicó una declaración en
la que se concluía que las restricciones de viaje relacionadas con VIH no tienen efectos benéficos de salud pública. iii United States State Department. “2007 Country Reports on Human Rights Practices.”
http://www.state.gov/g/drl/rls/hrrpt/2007/index.htm. Fecha de acceso: Noviembre 26, 2008. iv Immigration Equality. “The HIV Ban: Frequently Asked Questions.”
http://www.immigrationequality.org/template.php?pageid=176. Fecha de acceso: Diciembre 17, 2009. v Department of Health and Human Services: Centers for Disease Control and Prevention.
“Medical Examination of Aliens—Removal of Human Immunodeficiency Virus (HIV) Infection From Definition of Communicable Disease of Public Health Significance.” 42 CFR Part 34. Docket No. CDC-2009-0003] RIN 0920-AA26. http://www.cdc.gov/ncidod/dq/laws_regs/fed_reg/remove-hiv/full-version-final-rule.html. Fecha de acceso: Enero 4, 2010.
Ataques a los Servicios de Salud Pública y Derechos Humanos: La Prohibición de Entrada e Inmigración a los Estados Unidos para
Personas con VIH
Créditos
Escrito por Jaime Gutiérrez, MPH
Editado por Robert Bank, Esq.; Sean Cahill, Ph.D.; Nathan Schaefer, MSSA
Asistentes de investigación: Debanuj DasGupta, Lyndel Urbano
Diseñador gráfico: Adam Fredericks
Diseñador de cubierta: Brian Toynes
Traductor: Miguel Cervantes‐Cervantes
Ofrecemos nuestro agradecimiento a donadores anónimos, Arcus Foundation, Ford Foundation,
Walter and Evelyn Haas Foundation y Overbrook Foundation por su apoyo en la realización de
este trabajo.
© Marzo 2009 por Gay Men’s Health Crisis. Derechos Reservados.
El permiso para copiar, diseminar o usar este trabajo en diferentes maneras, usualmente se
otorga siempre y cuando la propiedad de autor se atribuya a Gay Men’s Health Crisis.
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Resumen ejecutivo
La prohibición de entrada e inmigración a los Estados Unidos de América para personas con
VIH causa gran daño a los esfuerzos para prevenir la infección por VIH, tanto a nivel doméstico
como internacional. Aunque la intención original de esta prohibición era la de proteger la salud
pública, los expertos están de acuerdo en que, a pesar de la veda, la pandemia del SIDA ha
continuado expandiéndose en los Estados Unidos y que, en realidad, contribuye a perpetuar el
preciso problema que se intentaba resolver. La veda impide el ingreso al territorio de los Estados
Unidos a individuos VIH-positivos que no son ciudadanos norteamericanos. Al mismo tiempo la
veda prohibe que personas VIH-positivas sin ciudadanía adquieran residencia permanente. Esta
situación, además de contribuir a mantener la epidemia, evita que aquellos inmigrantes que
desean hacerse la prueba del VIH, obtengan diagnosis y reciban tratamiento. Los expertos en
salud pública coinciden en que esta prohibición causa más daños que beneficios y apoyan la
eliminación de dicha prohibición. Sin embargo, la política frecuentemente ignora a la ciencia y la
prohibición de entrada e inmigración a personas con VIH aún está vigente.
Una ley que data de1987, y que prohibía la entrada de individuos VIH-positivos, fue rechazada
tanto por el Congreso como el Presidente [George W.] Bush en el año 2008. No obstante, una
regulación emitida en 1993 impide la entrada de individuos VIH-positivos y aún está en vigor en
el año 2009.
En este documento se presenta un análisis de la prohibición de entrada a personas con HIV y
examina las consecuencias en los campos de la salud pública y derechos humanos. También se
analizan los argumentos económicos que han favorecido esta prohibición y relata con detalle
recientes triunfos políticos, así como los retos que aún existen.
3
Introducción: La veda al ingreso de portadores de VIH
Las leyes de los Estados Unidos de América prohiben el ingreso al país a aquellas personas sin
ciudadanía que estén infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), aún para
hacer una escala de viaje.i Ocasionalmente se otorgan exenciones a la veda, en particular para
reuniones de alto nivel, tales como la Sesión de la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas sobre el SIDA. Sin embargo, estas exenciones se otorgan de manera arbitraria y
tardía. Las leyes estadounidenses también impiden que extranjeros infectados con VIH, aúnque
estén viviendo en los Estados Unidos, puedan ser considerados para recibir su Tarjeta de
Registro de Extranjerosii también conocida como la “mica,” “tarjeta verde” o “tarjeta de
residencia” salvo en circunstancias muy limitadas. Los individuos a quienes se les niega su
tarjeta de residencia permanente debido a que están infectados con VIH se enfrentan a un dilema:
regresar a su país de origen donde, con mucha frecuencia, no hay acceso a tratamientos efectivos
contra el VIH; o violar la ley y permanecer en los Estados Unidos, donde hay tratamientos
eficientes contra el VIH y existe la esperanza de prolongar su
expectativa de vida. Originalmente, la intención de esta
prohibición era la de proteger la salud pública, pero en realidad
la prohibición para viajar e inmigrar a los Estados Unidos
basada en seropositividad para VIH no ha impedido el paso del
VIH a través de las fronteras internacionales y, en cambio, ha
promovido discriminación en contra de personas que son inmigrantes potenciales y que viven
con VIH/AIDS; incluso, esta veda pudiera estar contribuyendo a la diseminación de VIH en los
Estados Unidos al forzar, por lo menos a algunos de los inmigrantes seropositivos, a no hacerse
pruebas de VIH y seguir el tratamiento subsecuente.
ElapoyoparalaprohibicióndeentradaporVIHseviófomentada…pormalentendidosconrespectoalVIHyahostilidadencontradehombresgay.
4
Historia de la ley de veda
En asuntos de inmigración el Congreso de los Estados Unidos posee poderes que son casi
plenarios. Con el fin de proteger al pueblo norteamericano, el Congreso tiene la autoridad de
excluir del país a aquellos extranjeros que pudieran representar una amenaza a la salud pública.
Los Estados Unidos ha negado ingreso a individuos debido a razones relacionadas con la salud
desde 1881. Dichas razones han sido determinadas y/o definidas políticamente. Por ejemplo, una
regla de prohibición implícita de inmigración para homosexuales se estableció en 1917 mediante
el Acta de Inmigración y Nacionalidad (INA), conocida también como el Acta de la Zona
Asiática Prohibida.iii Dicha acta procuraba excluir la entrada a los Estados Unidos a individuos
que fueran “mentalmente defectuosos” o que tuviesen una “inferioridad sicopática constitutiva.”
Estos términos fuero interpretados de manera que incluyeran a los homosexuales y en última
instancia para que impidieran la inmigración de aquellos homosexuales inmigrantes que
declararan su status de minoría sexual.iv Lo anterior se hizo más explícito a través de enmiendas
al INA en 1965 las cuales añadieron “desviación sexual” como base médica para negar ingreso al
país. Esta prohibición anti-gay permaneció en efecto hasta 1990. En 1952 el Congreso enmendó
el INA, especificando treinta y un criterios de exclusión de personas sin ciudadanía
nortemericana, incluyendo personas infectadas con “alguna enfermedad peligrosa y contagiosa.”
La veda al ingreso por VIH status data del año 1987, cuando [el ahora difunto] Jesse Helms,
quien fuera senador de los Estados Unidos por Carolina del Norte, introdujo una enmienda al
INA. El senador Helms determinó que el Servicio de Salud Pública (PHS) de los Estados
Unidos, parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS)—y que está a cargo de
administrar la lista de exclusiones—añadiera el VIH a la lista de “enfermedades peligrosas y
contagiosas” convirtiéndolo así en criterio de exclusión para inmigrantes.v En 1990, el senador
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Edward Kennedy introdujo una ley, comúnmente conocida como el Acta de Inmigración de
1990, y que enmienda el INA. Dicha acta autorizó al HHS para eliminar la veda.vi En 1991, y
habiendo determinado que el VIH “no se esparce por contacto casual” o “ a través del aire,”vii el
HHS propuso eliminar al VIH como base para excluir extranjeros en los Estados Unidos, dado
que el riesgo de infección “no es conferido por la nacionalidad… sino es debido a
comportamientos específicos.”viii El punto de vista del HHS en favor de eliminar al VIH de la
lista de exclusiones recibió apoyo de un muy diverso grupo de importantes individuos y
organizaciones de salud, incluyendo la Asociación Americana de Salud Pública (APHA),ix la
Asociación Médica Americana (AMA), los Centros para Control y Prevención de Enfermedades
(CDC), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación de Oficiales de Estados y
Territorios (ASTO),x y la VIII Conferencia Internacional sobre el SIDA.xi No obstante, el
Congreso rechazó esta propuesta del HHS para eliminar el VIH como criterio de exclusión de
extranjeros y, por el contrario, optó por hacer obligatorias tales exclusiones a través de estatutos.
En 1993, el Congreso convirtió en ley la prohibición de entrada por status de VIH, especificando
que las condiciones de exclusión “incluyen infección con el agente etiológico del Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA),” es decir, el VIH.xii Los archivos congresionales indican
que el apoyo a favor de la prohibición de ingreso por VIH-status fue avivado en parte por falsas
ideas con respecto a la transmisión del VIH y por la hostilidad en contra de ciertas comunidades
asociadas por el público con el VIH (i.e., hombres gay). Los líderes en el Congreso también
pensaron que al permitir extranjeros infectados en los Estados Unidos no solamente se
incrementaría la propagación del VIH/SIDA, sino que también resultaría en un incremento en la
demanda de escasos recursos públicos por parte de individuos con VIH.
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Impacto de la prohibición
Actualmente existen 14 países alrededor del mundo que restringen la entrada a personas VIH-
positivas. Este grupo incluye a los Estados Unidos. Dependiendo del país, las restricciones se
aplican a individuos que desean ir a dicho país por un corto plazo como turistas, por motivos de
negocios, para visitar a la familia, u otra razón personal. En algunos casos, dichas restricciones
se enfocan a personas con VIH que desean permanecer por largo
tiempo con el propósito de continuar su educación, obtener empleo, ser
recibidos como refugiados, o quienes aspiran a convertirse ciudadanos
de tales países. Aunque la protección del público contra enfermedades
comunicables ha sido tradicionalmente un criterio racional para negar
la entrada a visitantes potenciales o inmigrantes, no existe un consenso entre los profesionales de
salud pública acerca de ser VIH-positivo que justifique la exclusión. De hecho, el consenso es
que el status de VIH no debiera excluir a posibles inmigrantes o visitantes. Históricamente, tales
restricciones fueron establecidas para impedir la “introducción” de enfermedades infecciosas a
una población susceptible, impidiendo de esa forma que la entrada a visitantes o inmigrantes
infectados ponga en riesgo a los ciudadanos de un cierto país o que se conviertan en una carga
financiera para tal nación. Sin embargo, expertos alrededor del mundo consideran que las leyes y
las políticas que restringen la entrada en un determinado país basándose en el status de VIH, o
que requieren una declaración de status de VIH or prueba serológica, son inefectivas para
prevenir la dispersión del VIH, e imponen limitaciones arbitrarias e injustas a la libertad
personal.xiii En los Estados Unidos, la prohibición de viaje estatutoria para individuos que son
VIH-positivos establece lo siguiente:
Se requiere que los solicitantes de residencia permanente mayores de quince
NoexisteevidenciaalgunadequelasrestriccionesdeentradaalpaístienenunefectonotableenlaprevencióndelatransmisióndelVIH.
7
años se sometan a una prueba de VIH. A los solicitantes de ingreso al país
como no-inmigrantes se les preguntará acerca de su status de VIH, y si
admiten ser positivos, se les puede negar admisión. Si el gobierno sospecha
infección por VIH en algún solicitante, se le requerirá una prueba de VIH. Los
individuos que ingresen a los Estados Unidos con medicamentos contra el
VIH en su equipaje serán sometidos a cuestionamiento o expulsados. Personas
que son VIH-positivas y no inmigrantes puede solicitar (aunque se les podría
negar) una exención para viajes de corta duración.xiv
Desde 1993, la Sociedad Internacional para el SIDA (IAS), que convoca la Conferencia
Internacional del SIDA (IAC), se ha negado a organizar sus reuniones biennales en los Estados
Unidos. En julio del 2007, el Consejo de Gobierno de la IAS adoptó una restricción adicional a
su política previa: “La IAS no sostendrá sus conferencias en países que restrinjan la entrada por
corto plazo a personas que viven con VIH/SIDA y/o que requieren que los visitantes
prospectivos infectados con VIH declaren su status serológico en las solicitudes de visa u otros
documentos requeridos para su entrada a ese país.” Esto significa que la IAS requiere ahora
mejores estándares en los países deseosos de patrocinar futuras conferencias bajo sus auspicios.xv
Los Estados Unidos no han podido beneficiarse económicamente de una conferencia de tal
magnitud. Asimismo, otros grupos [internacionales] de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros
(LGBT), así como diversas organizaciones para los derechos humanos, han boicoteado a los
Estados Unidos debido a la prohibición de entrada por status de VIH. La restricción a viajeros
también ha tenido un efecto negativo en numerosos eventos gay internacionales, tales como los
Gay Games, un acontecimiento que atrae millares de atletas cada cuatro años. Las restricciones
de viaje limitan la participación o por lo menos la desalientan, ya que todos los competidores que
8
son seropositivos requieren someterse al escrutinio del Departamento de Seguridad Nacional
(DHS), incluyendo la necesidad de solicitar excepciones a la veda de entrada por status de VIH.
Situación actual de la veda
En los primeros meses del 2008, los líderes del Congreso y defensores de derechos, decidieron
incluir un rechazo a las leyes de prohibición de entrada por status de VIH como enmienda a la
reautorización del Plan de Emergencia Presidencial para la Reducción del SIDA (PEPFAR). El
PEPFAR otorga fondos económicos a los países con la más alta prevalencia de VIH; dichos
países se localizan en Africa, el Caribe, y el sureste de Asia. Esta propuesta gozó de gran
popularidad entre los politicos de ambos partidos, y fue un triunfo de la administración de
[George W.] Bush. La reautorización del plan recibió apoyo político, a pesar de la posibilidad de
causar controversias. En abril de 2008, el Comité Senatorial de Relaciones Exteriores aprobó su
version de la reautorización del PEPFAR, la cual incluía cláusulas que repelían la prohibición de
entrada por status de VIH. La reautorización del PEPFAR se promulgó como la Ley Pública
N° 110-293. La sección 305 de dicha ley enmienda la sección 212(a)(1)(A)(i) del INA de tal
modo que el HHS ya no requiere designar la infección por VIH como “una enfermedad
comunicable de importancia en la salud pública.” Sin embargo, en marzo del 2009, la HHS no
había enmendado la acción reglamentaria original que data de 1987. Este es el segundo paso en
el proceso de rechazo total de la ley de veda por VIH. La promulgación del PEPFAR repelió tal
ley y contribuyó a que el HHS recuperase el control de la política relativa al VIH. No obstante,
hasta el momento en que el HHS elimine el VIH de la lista de enfermedades comunicables, la ley
prohibición de entrada por status de VIH y los requerimientos de excepciones a tal ley para
entrar temporalmente al país seguirán en vigencia.
9
Cuestiones de salud pública
“Las restricciones de viaje basadas en el status de VIH hacen resaltar de nuevo
la excepcionalidad del SIDA, especialmente en restricciones a estancias de
corta duración… Ninguna otra condición impide que la gente tenga acceso a
otros países para hacer negocios, turismo, o atender conferencias. Ninguna
otra condición hace que los viajeros teman que su equipaje sea examinado en
búsqueda de medicamentos en la frontera, con el resultado de que la entrada
les sea negada o, peor aún, que sean detenidos y posteriormente deportados a
su país de origen.”xvi
—Dr. Peter Piot, Director Ejecutivo del UNAIDS, marzo 4 de 2008
La mayoría de los expertos en enfermedades infecciosas y salud pública, incluyendo el Programa
Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/SIDA (UNAIDS), confirman las recomendaciones
de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) con respecto a que el
“VIH/SIDA no debe considerarse como una condición que amenace a la salud pública porque el
virus, aunque infeccioso, no se transmite por el arribo de una persona con VIH a otro país o por
contacto casual.”xvii Además, no existe evidencia de que las restricciones de entrada han tenido un
efecto significativo en los esfuerzos para impedir la transmisión del VIH.xviii Las Directrices
Internacionales de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA y Derechos Humanos establecen que:
No existe una razón en materia de salud pública para restringir la libertad de
movimiento o selección de lugar residencia con base en status de VIH. De
acuerdo a regulaciones de salud internacionales vigentes, la única enfermedad
para la que se requiere certificación antes de viajar internacionalmente es la
fiebre amarilla. Por tanto, cualquier restricción de tales derechos basada tan
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sólo en la sospecha o en seropositividad comprobada para VIH, incluyendo
análisis de viajeros internacionales para determinar status de VIH, es
discriminatoria y no puede justificarse por motivos de salud pública.”xix
La prohibición de entrada por VIH daña los esfuerzos de salud pública
Las medidas de restricción pudieran de hecho perjudicar los intereses de salud pública, dado que
la exclusión de individuos extranjeros VIH-positivos incrementa el ambiente de estigmatización
y discriminación en contra de gente que vive con VIH y así pudiera también impedir que alguna
persona, independientemente de su estado inmigratorio, se hiciera la prueba de VIH, utilizara
servicios de prevención y atención médica. Lo que es más, las restricciones de viaje podrían
reforzar, entre los ciudadanos nacidos en los Estados Unidos, la idea de que el VIH es un
“problema foráneo” que está solucionándose al mantener a los extranjeros fuera de las fronteras
y que por tanto no hay necesidad de protección en su comportamiento.xx
En la actualidad various estudios han desechado el mito de que los
extranjeros infectados con VIH propagan el virus en los Estados Unidos.
De hecho, estos estudios concluyen que los inmigrantes que han sido
infectados con VIH, generalmente han adquirido la infección en los
Estados Unidos, no en sus países de origen y que, a su regreso a sus tierras nativas, llevan
consigo el virus. Por ejemplo, investigaciones conducidas en Los Angeles aseguran que la mayor
parte de las infecciones adquiridas por inmigrantes ocurrieron en los Estados Unidos.
Los pacientes VHI-positivos [en estos estudios]… inmigraron en su
adolescencia tardía o en la parte temprana de sus años veintes y han vivido en
los Estados Unidos por un promedio de 12 años. La mediana del período que
Losinmigrantes,engeneral,seinfectanconVIHenlosEstadosUnidos,noensuspaísesdeorigenyamenudollevanconsigoalVIHasuregresoasuspaísesnatales.
11
ha transcurrido entre la infección con VIH y la diagnosis con SIDA en casos
sin tratar es de 10 a 12 años, y la mayor proporción de casos de SIDA
registrados se reportan en individuos de 30 a 39 años de edad, lo que es una
indicación general de que dichos pacientes fueron infectados en sus años
veintes. Por tanto, sugerimos que la mayoría de los pacientes VIH-positivos y
que padecen enfermedades transmitidas sexualmente (ETS), adquirieron la
infección después de haber emigrado a los Estados Unidos.xxi
Este fenómeno también ha sido demostrado en proyectos de investigación en epidemiología del
VIH entre inmigrantes mexicanos en California quienes posteriormente regresan a México. Un
gran número de inmigrantes adquieren la infección con VIH cuando se encuentran en los Estados
Unidos y más tarde retornan a comunidades rurales en México que tienen las tasas más altas de
emigración hacia los Estados Unidos. De acuerdo a este trabajo:
El 33% de casos de SIDA en México se hallan en aquellos estados que envían
el mayor número de emigrantes a los Estados Unidos Este incremento…
aunado a la asociación entre casos de SIDA y los estados con la mayor
proporción de envío de trabajadores provee evidencia potencial de que los
inmigrantes adquieren la infección durante su estadía en los Estados Unidos.xxii
Los inmigrantes que arriban a los Estados Unidos procedentes de pequeñas comunidades rurales
tienen la mayor posibilidad de verse envueltos en comportamientos sexuales de alto riesgo, así
como en el uso de alcohol o drogas. Los sentimientos de aislamiento y extrañamiento prevalecen
entre inmigrantes, conduciendo a muchos de ellos a buscar solaz en la intimidad sexual y/o el
uso de drogas.xxiii Además, el mínimo control social de comportamiento, acoplado con un nuevo
12
ambiente en el cual los inmigrantes pueden explorar su libertad sexual recientemente encontrada,
los conduce a adoptar nuevas prácticas sexuales, dificultándoles la exploración de
comportamientos sexuales seguros.xxiv, xxv
La exploración de prácticas sexuales no ocurre en el vacío, sino que está sujeta a factores
ambientales y situacionales. El comportamiento individual es sólo una parte de una intrincada
red de factores interrelacionados, tales como el ambiente, las dinámicas de relaciones
interpersonales, y diferencias en la jerarquía de mando.xxvi Las barreras del lenguaje se aúnan a
los bajos niveles de conocimiento acerca de la infección por VIH y su prevención. Muchos
inmigrantes también se encuentran en situaciones económicas precarias que los compelen a
canjear sexo por comida, alojamiento y dinero.xxvii Escribiendo para el periódico The New York
Times, Marc Lacey reporta que “más de un tercio de [hombres] inmigrantes en sitios donde se
congregan para ofrecer sus servicios de trabajo, han recibido ofertas monetarias para tener
relaciones sexuales con hombres; alrededor de uno de cada diez inmigrantes, desesperado por
ganarse la vida, ha accedido.”xxviii
La prohibición de viaje e inmigración por status de VIH perjudica los esfuerzos para prevenir la
propagación del virus al perpetuar el mito del inmigrante infectado con VIH. Sin embargo,
diversos estudios basados en las experiencias de individuos con VIH que han viajado a los
Estados Unidos bajo la actual ley han demostrado que las leyes que restringen la entrada con
base en status de VIH no han sido efectivas en mantenerlos fuera de las fronteras. Por lo
contrario, estas leyes han sido contraproducentes al poner el asunto bajo cubierta y muchos
eligen mentir acerca de su status serológico en vez de arriesgarse a ser deportados. El miedo de
ser sorprendido en una frontera con medicamentos anti-VIH en el equipaje puede causar que
individuos con VIH no continúen con su tratamiento mientras estén viajando. Dichas
13
interrupciones en su tratamiento incrementan la posibilidad de que tales individuos favorezcan la
aparición de nuevas mutaciones en el virus, lo que a su vez conduciría a la aparición de
variedades de VIH resistentes [a antivirales] y el riesgo de posible falla del tratamiento.xxix
Otro de los inconvenientes debido a estas restricciones es que esencialmente establecen un
sistema que conduce a ciertas personas a hacerse la prueba del VIH obligatoriamente al solicitar
residencia legal permanente. Esta actividad se contrapone a las Directrices Internacionales de las
Naciones Unidas sobre VIH/SIDA y Derechos Humanos.xxx Más aún, dichas pruebas
generalmente se llevan a cabo sin importar el estado de salud de los inmigrantes. Con frecuencia
no existen mecanismos para la obtención de cuidados y tratamiento medicos. Los inmigrantes
reciben las noticias de que tienen VIH, pero no tienen un sistema de apoyo que les brinde ayuda.
Más allá de la falta de apoyo en asuntos de salud, estos programas de pruebas obligatorias
desperdician una excelente oportunidad para proporcionar educación en cómo prevenir el VIH.
Se hace muy poco para asegurar que las personas que se han sometido a la prueba de VIH
reciban las herramientas y el apoyo necesarios para no transmitir este virus.
La prohibición de entrada por VIH y la transmisión conyugal del VIH
Otro motivo de preocupación es la falta de servicios de referencia y educación profiláctica que
conducen a la posibilidad de transmisión conyugal del VIH. Es
decir, los trabajadores inmigrantes que resultan seropositivos para
VIH, pero que no se someten a intervención médica, podrían
retornar a sus hogares en el extranjero, sin poseer educación alguna
sobre el riesgo de transmisión del VIH a sus compañeras(os)
sexuales. Marc Lacey reportó en The New York Times que en
LaincidenciadeinfecciónconVIHentrelosneoyorquinosnacidosenelextranjerohaaumentadosininterrupciónde2001a2006.
14
México, un gran número de mujeres han sido infectadas por sus maridos, quienes emigraron a
los Estados Unidos debido a circunstancias económicas. La infección tuvo lugar después de su
regreso a México. Lacey reporta que “el más grande riesgo de contraer SIDA [sic] que tienen las
mujeres en regiones rurales de México es el tener relaciones sexuales con sus esposos
inmigrantes…, lo cual es un problema que se complica con la actitud del marido de no querer
utilizar condones.”xxxi Jennifer Hirsch, investigadora de la Universidad Columbia, provee aún
más evidencias de que los inmigrantes varones, debido a su preocupación con su status social en
las pequeñas comunidades rurales, hacen que “el matrimonio [se convierta en]… el mayor riesgo
de invección con VIH para las mujeres en el México rural.”xxxii De acuerdo a la Dra. Hirsch, la
reputación de un hombre en las comunidades rurales conduce a comportamientos sexuales que,
aunque no contribuyen a una disminución en su status social, tampoco reflejan los riesgos de
infección con VIH para él y su esposa, lo que equivale a decir que las aventuras extramaritales de
un hombre con mujeres u otros hombres son clandestinos por naturaleza y con frecuencia
ocurren en lugares lejos del hogar, como por ejemplo, los Estados Unidos.
Para empeorar lo que ya es un sistema deteriorado, muchos sitios donde se efectúan las pruebas
de VIH no comprenden o no respetan el código de confidencialidad. Como resultado, no se
respeta la privacía de un gran número de trabajadores inmigrantes que buscan entrada a los
Estados Unidos y a menudo los burócratas discuten, inapropiadamente, los resultados de pruebas
de VIH. A su vez, esta situación causaría que un alto número de trabajadores inmigrantes
regresen a sus hogares diagnosticados con infección por VIH pero sin suficiente información o
apoyo para confrontar dicha diagnosis; ésto va aunado al peso adicional de confrontar el estigma
y discriminación debidos a la inadecuada revelación de su status de VIH.xxxiii
15
Epidemiología
Various grupos de investigadores en Los Angeles y Nueva York, las ciudades de mayor tamaño
y con las más grandes áreas metropolitanas en los Estados Unidos, han conducido un número de
estudios epidemiológicos en poblaciones de inmigrantes e infección con VIH. Los Angeles posee
la mayor proporción de inmigrantes en los Estados Unidos, seguida de la ciudad de Nueva York
y ambas ciudades también poseen altas tasas de incidencia y prevalencia de VIH.xxxiv, xxxv
De acuerdo al “Reporte Semestral de Epidemiología del VIH y Servicios al Público,” emitido
por el Departamento de Salud y Salud Mental de la Ciudad de Nueva York (NYC DOHMH), el
más grande número de individuos diagnosticados con VIH proceden de las islas del Caribe y las
Indias Occidentales; los inmigrantes de América Central, Sudamérica y Africa les siguen en
número.xxxvi Asimismo, un estudio de prevalencia de VIH entre pacientes nacidos en el extranjero
o en los Estados Unidos demuestra que, entre diversos grupos de inmigrantes, individuos
procedentes del norte de Africa y el Medio Oriente tiene las tasas de nuevas infecciones más
altas, seguidos por pacientes del Caribe, las Indias Occidentales, y América Central.xxxvii
Complicando estos datos, informes de los CDC demuestran que, al compararse con poblaciones
de individuos caucasoides nacidos en los Estados Unidos, los Latinos nacidos en el extranjero no
sólamente se retardan en hacerse la prueba de VIH, sino que además son diagnosticados en fases
tardías de la infección.xxxviii La ciudad de Nueva York muestra una tendencia similar. De acuerdo
con información del NYC DOHMH, individuos nacidos en el extranjero, sin importar su lugar de
origen, tienen una mayor probabilidad (32%) de ser diagnosticados con VIH y SIDA con
respecto a individuos nacidos en los Estados Unidos (24%); lo cual sirve como un marcador de
prueba y diagnosis tardías.xxxix Esta disparidad tiene enormes implicaciones en el desarrollo de
estrategias para tratamiento de VIH y extensión de la longevidad de los individuos infectados.
16
Los resultados de la Encuesta de Salud Comunitaria de la Ciudad de Nueva York también
demuestran que existen significantes disparidades de salud entre neoyorquinos nacidos en los
Estados Unidos o en el extranjero. Por ejemplo, los habitantes de Nueva York nacidos en el
extranjero se hicieron la prueba del VIH en menor proporción que los nacidos en los EStados
Unidos (29% vs. 32%).xl Neoyorquinos de origen extranjero están adquiriendo la infección por
VIH con más frecuencia que hace cinco años.
Entre 2001 y 2006, la incidencia de infección con VIH se incrementó en forma continua entre los
neoyorquinos que no nacieron en los Estados Unidos. En 2001, sólamente constituían un 15% de
nuevos casos diagnosticados; en cambio, en 2006, totalizaron el 24% (1,352 de 5,727) de nuevas
infecciones (Fig.1).xli Con respecto a la población de la ciudad de Nueva York, los neoyorquinos
nacidos en el exterior constituyen sólamente un 36%, de acuerdo con el censo del año 2000;xlii sin
embargo, constituyen el 24% del total de nuevas infecciones con VIH en la tasa de infección de
48% en neoyorquinos nacidos en los Estados Unidos.xliii El más grande número de nuevas
infecciones entre los inmigrantes en la ciudad de Nueva York (la cual es una pluralidad sin una
mayoría), occurrieron en individuos originarios de la República Dominicana (201), seguidos por
Jamaica (172) y México (163). Muchos de éstos habitantes de Nueva York nacidos en el
extranjero recurren con mayor frecuencia a servicios públicos con respecto a los neoyorquinos
17
nacidos en los Estados Unidos, pues tienen menores posibilidades de tener cuidados médicos, un
médico personal, o seguro médico.xliv
Si bien es cierto que los inmigrantes representan un gran porcentaje de poblaciones en la
pobreza, y por tanto más posible que atiendan clínicas urbanas gratuitas para el tratamiento de
ETS, la cantidad de inmigrantes que se hacen la prueba de VIH es aún muy baja, debido al
estigma que acarrea el VIH, así como un creciente sentimiento anti-inmigratorio en los Estados
Unidos, temor a la deportación y/o la incapacidad en convertirse en residente legal permanente
en los Estados Unidos.
Perspectivas acerca de los derechos humanos
Los Estados Unidos como nación fue un instrumento importante en el proceso de crear la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual fue adoptada por la Asamblea General
de las Naciones Unidas en 1948. Eleanor Roosevelt, la primera Presidenta de la Comisión de
Derechos Humanos, afirmó: “[La Declaración Universal de los Derechos Humanos es] un
testamento global de la humanidad, un estándar que servirá para que cualquier humilde persona
en la Tierra puede someterse al juicio ante cualquier gobierno del planeta.” La Declaración
establece que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.”xlv La
prohibición de viaje e inmigración por HIV establecida por los Estados Unidos, así como la
prueba de VIH obligatoria, son una afrenta a la dignidad humana y viola los derechos de
antidiscriminación, protección a la igualdad, privacidad personal, y libertad de viaje—derechos
que los Estados Unidos ha defendido por largo tiemo en la esfera internacional. Las Directrices
Internacionales de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA y Derechos Humanos afirman:
18
Cualquier restricción de libertad de movimiento o escogimiento de lugar de
residencia basado tan sólo en VIH-status (real o sospechado), incluyendo
analísis de viajeros internacionales para determinar la seropositividad por
VIH, es discriminatoria. Las restricciones de viaje relativas al status de VIH
provocan cuestiones fundamentales respecto a los derechos humanos de
antidiscriminación y libertad de movimiento que son prerrogativa de personas
que viven con VIH en un mundo actual, áltamente móvil.xlvi
Las personas que viven con VIH/SIDA tienen el derecho de gozar plenamente de sus derechos
humanos, incluyendo el derecho a la privacidad, la confidencialidad y
la protección de sufrir afrentas y discriminación. Las restricciones de
viaje relacionadas con el VIH infringen éstos y varios otros derechos
humanos en múltiples formas. Al tiempo presente, el Servicio de
Inmigración y Naturalización de los Estados Unidos (INS) está
conduciendo el más amplio programa de análisis de VIH en el
mundo. A todo solicitante de residencia permanente, mayor de 15 años, se le somete a una
prueba de VIH, generalmente sin su conocimiento informado.xlvii In muchos casos, estas pruebas
obligatorias se hacen sin consejería previa o posterior, o sin garantías de confidencialidad. Toda
prueba de VIH debiera hacerse voluntariamente y con base en consentimiento informado.
El impacto personal de las restricciones de viaje relacionadas con el VIH pueden ser
devastadoras para un individuo que desea emigrar, procurar asilo, visitar a su familia, atender
una reunión o conferencia, estudiar, or hacer negocios. Un candidato de inmigración, refugiado,
estudiante, u otro viajero, sabría, simultáneamente, que está infectado(a) con VIH, que no se le
permitirá viajar en el país, y posiblemente que su status de VIH se ha hecho del conocimiento de
Atodosolicitantederesidenciapermanente,mayorde15años,selesometeaunapruebadeVIH,generalmentesinsuconocimientoinformado.
19
oficiales del gobierno o de su familia, comunidad o empleador, exponiendo a tal individuo, muy
probablemente, a serios problemas de discriminación y afrenta.xlviii Por si ésto fuera poco, las
restricciones de viaje por VIH se añaden a las políticas y reglas discriminatorias que ya sufren las
personas LGBT. Aunque la eliminación de la veda por VIH ayudará a individuos VIH-positivos
que desean emigrar a los Estados Unidos, los miembros norteamericanos o residentes
permanentes que formen parte de una pareja del mismo sexo en relaciones binacionales no
podrán fungir como patrocinadores para sus compañeros nacidos en el extranjero y así obtener
los beneficios de ser inmigrante legal. El Acta de Unificación de las Familias es una ley que, de
ser aprobada, ofrecerá a parejas binacionales del mismo sexo los mismos derechos que a otras
parejas. Actualmente esta ley se encuentra bajo discusión en el Congreso.
Más aún, antes del 12 de enero de 2009, a personas VIH-positivas procedentes de países
acaudalados y con exenciones de visa para los Estados Unidos, no se les sometía a revisión por
oficiales consulares o el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) durante viajes a los
Estados Unidos con duración de 90 días o menos, ya que dichos individuos no necesitan solicitar
una visa. No obstante, el formulario I-94 (Registro de Entrada y Salida) contenía la pregunta
“¿Tiene usted una enfermedad comunicable?” Por otro lado, las personas que viven con
VIH/SIDA procedentes de países africanos, asiáticos o de países latinoamericanos y del Caribe,
tenían que declarar su status de VIH como parte del proceso de solicitud para visa.xlix Sin
embargo, a partir del 12 de enero de 2009, todos los ciudadanos del Programa de Excepciones de
Visado (VWP) deben obtener una previa autorización de viaje a través del Sistema Electrónico
de Autorización de Viaje (SETA), una solicitud gratuita en línea y administrada por la DHS a
través de un sitio Internet gubernamental. Dicho sitio electrónico contiene la pregunta “¿Tiene
usted una enfermedad comunicable?” y ahora incluye VIH junto con las siguientes infecciones:l
20
∞ Chancroide
∞ Gonorrea
∞ Granuloma inguinal
∞ Infección con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
∞ Lepra (en su forma contagiosa)
∞ Linfogranuloma venéreo
∞ Sífilis (en período de contagio)
∞ Tuberculosis (activa).
Otras enfermedades también se incluyen, tal y como lo determina el HHS.
Antes del 12 de enero de 2009 [el proceso era] incierto, aunque las personas de todos los países
que no participan en el VWP eran sujetas a una entrevista y se les requería someter un formulario
de solicitud para obtener su visa.
Detenidos—y despojados de sus medicamentos vitales
Los Estados Unidos tiene un largo historial de discriminación contra personas infectadas con
VIH. Aunque la época de histeria causada por el VIH ya ha pasado, el fanatismo y el estigma aún
permanecen. En los 1980s, “hombres gay, usuarios de drugas intravenosas, e inmigrantes—
especialmente haitianos—tenían que enfrentar el temor y la antipatía, ya que los prejuicios,
mezclados con el miedo a la enfermedad, produjeron una combinación tóxica de discriminación
y afrenta.”li Esta desafortunada respuesta inicial al VIH aún persiste en las políticas de
discriminación establecidas en los 1980s y que todavía siguen vigentes. Las personas con VIH, o
quienes se pensaba que lo tenían, fueron rechazadas, despedidas de sus empleos, mantenidos
fuera de las escuelas y, en algunas circunstancias, detenidos. Quizá el mejor ejemplo de
detención relacionada con VIH fue lo que ocurrió con los refugiados haitianos que fueron
enviados a Guantánamo hasta que las cortes intervinieron y forzaron al gobierno de los Estados
21
Unidos a concederles su libertad.lii La veda de viaje e inmigración es una versión menos severa
de la misma política de discriminación. Establecida durante la administración de Ronald Reagan,
la prohibición de entrada por VIH continua negando a inmigrantes VIH-positivos sus más
fundamentales derechos humanos, incluyendo el derecho a la privacidad, confidencialidad y
protección contra la discriminación. Las restricciones de viaje debidas a infección con VIH
afectan éstos y otros derechos humanos en una forma multifacética.
Una de las áreas en las cuales los derechos humanos han sido ignorados tiene que ver con
inmigrantes mantenidos en centros de detención en los Estados Unidos. Varios informes de estos
centros de detención muestran que los Estados Unidos no provee
de cuidados, tratamiento médico adecuado, o de ayuda a los
detenidos VIH-positivos. El reporte “Indiferencia Crónica:
Servicios para Inmigrantes con VIH/SIDA Detenidos por los
Estados Unidos,” publicado en 2007 por el grupo Guardianes de
los Derechos Humanos (Human Rights Watch, HRW),liii documenta las experiencias de
individuos seropositivos para VIH en detención inmigratoria, a quienes se les negó, retrasó o
interrumpió su tratamiento para la infección con VIH, dando como resultado serios riesgos y, con
frecuencia, daño a su salud. La investigación proveyó evidencia de que los centros de detención
donde se encontraban los inmigrantes infectados con VIH fallaron consistemente en la provisión
de medicamentos anti-retrovirales, la conducción de indispensables análisis de laboratorio, y en
asegurar la confidencialidad o protección contra la discriminación.
En oposición a las obligaciones de derechos humanos internacionales, los asuntos de protección
constitucional y sugerencias para mejoramiento de procesos, las directrices del HHS para el
cuidado de pacientes con VIH/SIDA no satisface los estándares, ni nacionales ni internacionales,
Lalistade66[detenidos]fallecidosincluíaun13%queperecierondeVIH/SIDAycondicionesrelacionadas.
22
para el tratamiento adecuado de dichos individuos. Lo anterior crea una situación en los Estados
Unidos, donde existe un sistema de salud establecido para personas VIH-positivas basado en un
doble estándar implícito. De acuerdo al grupo HRW, “ con políticas y leyes que procuran
proteger a [nuestros] propios ciudadanos de la discriminación por infección con VIH y
enfermedades relacionadas, [estamos] ignorando las igualmente válidas necesidades y los
derechos de aquellos que no son ciudadanos.”liv
El grupo HRW determinó las siguientes deficiencias en el cuidado de la salud para los
inmigrantes detenidos en los Estados Unidos:
1. Falla en administración consistente de medicamentos anti-retrovirales.
2. Falla en la conducción oportuna de análisis de laboratory necesarias, incuyendo cuentas de células CD4 y carga viral, así como pruebas de resistencia [viral] a medicamentos.
3. Falla en la prevención de infecciones oportunistas.
4. Falla en asegurar continuidad de cuidado médico, incluyendo, de ser necesario, el accesso a los servicios de especialistas.
El HRW ha documentado la negligencia en el cuidado y servicios para los inmigrantes con
VIH/SIDA detenidos. El HRW también encontró que la agencia responsable de asegurar que los
detenidos reciban cuidado médico necesario (el Departamento de Ejecución de Inmigración y
Aduanas, ICE, una rama del DHS) no lleva un registro de cuantos de sus detenidos tienen VIH o
SIDA, ni de cuantos necesitan tratamiento o lo están recibiendo. Más aún, el grupo HRW ha
encontrado que las regulaciones del DHS no solamente han fracasado en alcanzar sus propios
estándares mínimos, sino que también han fallado en alcanzar estándares nacionales e
internacionales de cuidado y tratamiento de VIH/SIDA. Como resultado, los inmigrantes VIH-
positivos en detención corren el riesgo de adquirir enfermedades peligrosas, padecer sufrimientos
23
innecesarios, e incluso, morir. lv
En un momento dado, más de 30,000 inmigrantes son detenidos by ICE mientras esperan ser
deportados o el resultado final de su petición de asilo politico. Dichos inmigrantes se mantienen
bajo detención en cárceles municipales, centros de detención del gobierno federal, o prisiones
administradas por compañías privadas. Cada año, un cierto número de inmigrantes fallece
mientras esperan la resolución de su status de inmigración. No existe ninguna promesa de que los
detenidos tendrán acceso a representación legal y sólamente uno de cada diez tiene un abogado.
Más aún, cuando los abogados logran involucrarse, con frecuencia tienen problemas para
encontrar clientes; sin embargo, es más difícil encontrar información médica a través de la
burocracia del HHS.lvi
En mayo de 2008, y como resultado de una solicitud
basada en el Acta de Libertad de Información,
The New York Times obtuvo una lista de 66 individuos
que fallecieron bajo la custodia inmigratoria de 2004 a
2007.lvii De las 66 defunciones en la lista, nueve de los
detenidos (es decir, un 13% de ellos) fallecieron de
VIH/SIDA y condiciones relacionadas. En particular,
un caso preocupante sirve como ejemplo de las
condiciones extremas a las que se enfrentan los
individuos con VIH/SIDA cuando se encuentran
detenidos. Victoria Arellano falleció el 20 de julio del 2007, encadenada a un lecho de hospital
después de haber pasado ocho semanas en pésimas condiciones de salud, empeorando
paulatinamente debido a que su tratamiento para el SIDA había sido interrumpido. Ella era una
VictoriaArellano,unadetenidaVIH‐positiva,fallecióenuncentrodedetencióndelosEstadosUnidosen2007despuésdehabérselenegadosusmedicamentos.
24
transgénero de 23 años de edad y había llegado a los Estados Unidos en su infancia, procedente
de México. Después de su arresto por una infracción de tránsito, Victoria fue enviada a un centro
de detención para inmigrantes en San Pedro, California. Ella tenía SIDA al tiempo de su arresto,
pero no presentaba síntomas debido a que tomaba medicamentos diariamente. Durante casi dos
meses Victoria le suplicó al personal del centro de detención que le permitieran ver a un médico
para que le proporcionara los antibióticos que ella necesitaba para sobrevivir. Sin embargo, nadie
hizo caso de sus peticiones y ella se puso extremadamente enferma.lviii Otros detenidos en su
unidad de alojamiento llamaban contínuamente a los guardias para decirles que ella necesitaba
ayuda médica, pero la dejaron sufriendo en su camastro y su condición empeoró. Finalmente,
cuando la llevaron a la clínica del centro de detención, el personal se burlaba de ella. Poco antes
de morir, Victoria les dijo a sus compañeros de celda, “Eso fue una pesadilla.”lix La muerte de
Arellano es un claro ejemplo del fracaso del gobierno federal en tratar humanamente a los
inmigrantes, en darles cuidado adecuado o en responder a emergencias. Cuando se trata de
atender a inmigrantes enfermos, los centros de detención no están legalmente obligados a
cumplir con ningún parámetro de atención de la salud.lx
El 1° de mayo de 2008, la congresista por California Zoe Lofgren propuso el Acta de Atención
Médica Básica para los Detenidos a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Esta
acta requeriría que el Departamento de Seguridad Nacional estableciera procedimientos para que
los inmigrantes detenidos y bajo custodia reciban servicios de salud física y mental, entre otros.lxi
Al forzar a una persona a hacerse una prueba de VIH, la prohibición de viaje e inmigración
afecta los derechos humanos por múltiples razones: a una persona que resulte VIH-positiva no se
le asegura que va a recibir cuidados de salud y tratamiento médico, o que se protegerá su
confidencialidad; su estado seropositivo podría hacerse del conocimiento público y, además, a
25
los inmigrantes se les trata de manera diferente dependiendo del país de donde provienen
(ciertos países poderosos no requieren de que sus habitantes obtengan visas para entrada a los
Estados Unidos). Por si esto fuera poco, los derechos de salud de los inmigrantes se hallan
severamente restringidos cuando se les detiene en alguna instalación norteamericana. Los
Estados Unidos continúan siendo uno de sólamente 14 países en el mundo que ejercitan una veda
de viaje e inmigración por VIH. Estas 14 naciones no permiten la entrada de personas que viven
con VIH/SIDA o requieren declaración de que una persona tiene
infección por VIH aunque su visita sea de corta duración. La
prohibición coloca a los Estados Unidos junto con los peores países
que violan los derechos humanos en el mundo.
Puesto que los Estados Unidos aún continúa con estas prácticas discriminatorias, se le puede
colocar en la compañía de algunos gobiernos a los cuales el Departamento de Estado de los
Países con prohibición de ingreso a personas VIH-positivas para visitas cortaslxii
Ejemplos de países sin prohibiciones de ingreso
Estados Unidos de América Brunei Egipto Iraq Yemen Malasia Omán Qatar Singapur Sudán Corea del Sur Túnez Islas Turcas y Caicos Emiratos Arabes Unidos
Australia Dinamarca Finlandia Francia Irlanda Italia Japón Holanda Portugal Suiza Reino Unido
LaprohibicióncolocaalosEstadosUnidosjuntoconlospeorespaísesqueviolanlosderechoshumanosenelmundo.
26
Estados Unidos describe como poseedores de derechos humanos que pueden calificarse de
“pobres” a “significantemente problemáticos.” Las siguientes observaciones provienen del
Reporte Anual sobre Prácticas de Derechos Humanos, elaborado por el Departamento de Estado
en el año 2007. lxiii Un buen número de países que han promulgado una veda a la entrada de
individuos que planean una visita de corta duración no permiten que sus ciudadanos elijan su
propio gobierno. Algunos de estos países tienen una historia de practicar tortura o tienen fuerzas
de seguridad que continuamente violan los derechos de sus detenidos. Además, un alto número
de los países que han implementado prohibiciones de ingreso debido a VIH, tienen pésimos
registros en lo referente a derechos de la mujer, así como discriminación activa y generalizada en
contra de sus mujeres.lxiv
Algunos países han adoptado restricciones de entrada y de otorgamiento de visas para personas
con VIH/SIDA. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (WHO) “ha tomado la
posición de que no existe una justificación de salud pública para emitir restricciones que
sólamente discriminan con base en el status [de HIV] de una persona.”lxv Y, en tanto que los
Estados Unidos aún rehúsa la entrada a ciudadanos extranjeros VIH-positivos, muchos otros
países desarrollados no tienen tales restricciones. Algunos otros países, por ejemplo Noruega y
Suecia, no vedan a individuos que no son sus ciudadanos basándose solamente en su status de
HIV; en vez de éso, en caso de duda, podrían ofrecer u obligar al individuo extranjero a
someterse a una prueba de VIH, pero sólo para asegurarse que se aplicará el tratamiento
adecuado.
Incluso China, un país que hasta hace poco se encontraba en la lista de países que prohibía el
ingreso a visitantes VIH-positivos, ya no impide la entrada de personas que visitan dicho país por
un tiempo corto.lxvi Más aún, durante la Conferencia Internacional sobre el SIDA en la Ciudad de
27
México en 2008, el periódico China Daily News citó las palabras de Hao Yang, Director
Suplente de la Oficina de Control y Prevención de Enfermedades del Ministerio Chino de Salud:
Varias agencias gubernamentales, incluyendo el Ministerio de Salud y la
Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentenas,
han alcanzado un consenso en este asunto… Luego de llevar a cabo los
procedimientos legales y administrativos necesarios, las restricciones debidas
a VIH/SIDA serán eliminadas en 2009.lxvii
Este cambio indica que China muy probablemente eliminará su veda de dos décadas,
permitiendo así la entrada a individuos con VIH en este año.
Perspectivas económicas
Además de criterios carentes de bases, las restricciones de viaje relacionadas con VIH tampoco
tienen una justificación económica. En la actualidad personas que viven con VIH, dado el acceso
apropiado a recursos de salud, llevan vidas largas y productivas. Cuando la veda de ingreso fue
establecida en los Estados Unidos éste no era el caso. Sin embargo, la dinámica de la epidemia
ha cambiado, y la actitud de los Estados Unidos también debería cambiar.
La preocupación de que los inmigrantes VIH-positivos constituyen una carga adicional e
innecesaria de los recursos para la salud en los Estados Unidos ha resultado ser falsa, pues
existen ejemplos de otros países que no tienen tales trabas para permitir viajes a su interior; el
Congreso debe considerar las contribuciones potenciales de dichos inmigrantes en contraste con
el minúsculo potencial de derroche de recursos en el sistema de cuidado de la salud. De hecho, la
veda de los inmigrantes VIH-positivos es en extremo inclusiva, pues el ingreso se niega tanto a
los inmigrantes acaudalados como a los de origen humilde.
28
En el año 2001, durante la primera Sesión Especial sobre VIH/SIDA de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, los países miembros adoptaron unánimemente una Declaración de
Compromiso sobre VIH/SIDA. Cinco años más tarde, los países miembros de la ONU acordaron
continuar la expansión de los programas de tratamiento para lograr un “acceso universal” en el
año 2010, además de contribuir a sobrellevar el costo de tratamiento en países de ingresos bajos
y medianos. De esta forma, también ayudan a disipar el mito de que las personas con VIH
cuando viajan causan un aumento de los costos de los sistemas de salud en el extranjero.lxviii El
acceso universal a los programas de tratamiento aún es un ideal, dada la actual crisis económica
mundial, pero es un ideal que vale la pena alcanzar. Si dicho objetivo llegara a alcanzarse, habría
seguridad de que cualquier personal alrededor del mundo tendría acceso a medicamentos
antiretrovirales que los mantendrían con vida. Si los costos de tratamiento continúan
reduciéndose, los costos de servicios de salud también disminuirían y este argumento,
frecuentemente utilizado en contra de la eliminación de la prohibición de viaje e inmigración,
sería finalmente rechazado.
La Organización Mundial de la Salud estimó en 1987 que los costos para establecer los
procedimientos de pruebas y análisis en todos los puertos de entrada (aéreos, marítimos y
terrestres), incluyendo equipo, personal y otros recursos necesarios para poner en marcha,
mantener y vigilar las actividades de análisis para VIH, más el costo de la infraestructura, sería
equivalente a cerca de $20 para analizar a un viajero.lxix Los Estados Unidos gastan cerca de 10
millones de dólares anualmente en la exclusión de aproximadamente 500 individuos VIH-
positivos carentes de ciudadanía. Este dinero podría ser utilizado en programas de prevención
oportuna dirigidos a inmigrantes, muchos de quienes no ingresaron al país a través de puertos de
entrada tradicionales, previniendo así nuevas infecciones en las comunidades de inmigrantes.
29
Un cierto estudio afirma que el dinero gastado en pruebas de VIH obligatorias podría utlizarse
para cubrir [futuros] gastos previstos en el tratamiento de inmigrantes VIH-positivos, aún sin
considerar el establecimiento de una cláusula de costo público [para cubrir dichos gastos]. Esta
cláusula se ha erigido para evitar la concesión de residencia permanente a individuos que
pudieran convertirse en una carga para el sistema público de salud. Este mismo estudio también
determinó que en caso de que el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) decidiera
eliminar el requerimiento de la prueba del VIH y en su lugar requiriera que, a su llegada, los
inmigrantes depositaran en una cuenta especial una fracción de las cuotas que pagan
actualmente, los fondos resultantes excederían los costos para el tratamiento de los inmigrantes
VIH-positivos en necesidad de asistencia por parte del gobierno. Esto se podría implementar sin
incurrir en otros gastos [que actualmente se hacen] durante el proceso de exclusión.lxx
Objeciones éticas aparte, el 11 de abril del 2008, la Oficina Congresional del Presupuesto (CBO)
dió a conocer sus pronósticos de lo que le costaría al gobierno federal la eliminación de la veda
de viaje e inmigración por VIH. Sus estimaciones iniciales se basaron en un número adicional de
aproximadamente 900 individuos que solicitarían cambio de status para obtener residencia legal
permanente durante el primer año de las nuevas regulaciones. La CBO calculó que para el año
2013, un número adicional de 4,300 personas con VIH/AIDS habrán solicitado residencia legal
permanente, y que para el 2018, el número adicional sería 5,600.lxxi Es importante hacer notar que
este reporte no considera la situación de aquellos solicitantes a quienes se les niega el cambio de
status y supone que todas las solicitudes serían aprobadas. La cifra estimada por la CBO se aúna
al argumento de que la eliminación de la veda por VIH le costaría al gobierno federal un total de
$83 millones en el transcurso de los próximos 10 años. Esta estimación considera un incremento
potencial en el uso de programas de salud pública. Particularmente, este reporte cita un
30
incremento proyectado en $73 millones por costos de Medicaid, $9 millones en alimentación y
nutrición, así como $4 millones para el programa de Seguridad de Ingresos Suplementarios
(SSI). El SSI provee fondos a personas con discapacidades y ancianos para cubrir necesidades
básicas tales como comida, ropa y vivienda. El informe de la CBO afirma que sus cálculos se
basaron en datos de tendencias de inmigración, por ejemplo, de cuáles partes del mundo
proceden los inmigrantes VIH-positivos, y en proyecciones de niveles de ingreso económico así
como de dependencia en el sistema de servicios de salud públicos.
Los costos estimados fueron modificados antes de que las negociaciones finales tuvieran lugar,
ésto fue debido a cambios en los cálculos de ganancias. Las estimaciones originales mostraban
que la eliminación de la veda por VIH produciría un superávit de $21 millones en un período de
10 años.lxxii La predicción de este sobrante de fondos no fue el simple resultado de una revisión
de los cálculos originales, sino el reflejo de una propuesta en el incremento del costo de
solicitudes de visa, la cual fue hecha por individuos involucrados en las negociaciones del
PEPFAR en el Senado. En 2011, el costo de una solicitud de visado se incrementaría de $131 a
$132 y en 2014 un dólar adicional a $133. Tal incremento se aplicaría a todos los solicitantes de
visas, cuyo número asciende a 8 millones anualmente, y no tan solo a personas con VIH. Los
ingresos combinados sumarían $103 millones a lo largo de 10 años, cantidad que compensaría
con creces las proyecciones de [casi] $83 millones previamente hechas por la CBO.
De acuerdo con estas estimaciones, el nuevo incremento de $21 millones en ganancias evitó el
riesgo de haberse convertido en un punto de orden del presupuesto y condujo a que el Senado
aprobara el PEPFAR. Un punto de discusión le permitiría al congreso impedir el paso de
legislación si viola los términos de una determinada resolución del presupuesto. La importancia
de este proceso es tal que un sólo miembro de la Cámara de Representantes o del Senado podrí
31
proponer un punto de orden en el Congreso y así obstaculizar dicha legislación.lxxiii
No existe evidencia alguna en apoyo de argumentos tales como el que la admisión de personas
VIH-positivas en un determinado país representa costos adicionales para el gobierno huésped.
De hecho, evidencias provenientes de otros países indican lo contrario. En 1996, Brasil comenzó
a proveer acceso universal a vitales medicamentos anti-retrovirales, anticipándose así a la
mayoría de los países en vías de desarrollo. A pesar de la ausencia de políticas restringentes
contra viajeros e inmigrantes basadas en VIH-status, Brasil no ha experimentado entrada de
inmigrantes VIH-positivos en busca de tratamiento.lxxiv Canadá tiene un mayor movimiento
inmigratorio que Brasil. Sin embargo, algunos investigadores canadienses han concluido que, en
tanto que “el costo estimado de análisis masivo [para VIH] podría haber sido de $3.3 a $3.4
millones, el costo del tratamiento hospitalario para inmigrantes con VIH [entre 1989 y 1998], y
quienes también presentaban SIDA, hubiera sido de $5 a $17.1 millones.”lxxv Consecuentemente,
análisis de los inmigrantes para HIV le ahorra a Canadá $1.7 a $13.7 millones en un período de
10 años después de la inmigración.lxxvi No obstante, Canadá reconoce que la política de
inmigración de personas VIH-positivas debiera considerar riesgos concurrentes, tales como el
costo de otras enfermedades, así como aspectos sociales, legales y éticos.lxxvii
Aunque los visitantes de larga duración e inmigrantes VIH-positivos llegaran a requerir servicios
de salud pública, y por tanto contribuir a sobrecargar el presupuesto de dichos servicios
gubernamentales, el argumento financiero para justificar la exclusión del ingreso al país es
discriminatorio en el sentido de que no existen políticas de exclusión para personas con otras
enfermedades de alto costo, tales como el cáncer.lxxviii Según un estudio en el que se comparan las
cargas económicas potenciales de los tratamientos contra VIH y padecimientos de las arterias
coronarias (CHD), “el impacto de CHD en cuanto al número de personas afectadas y los costos
32
de salud relacionados, sería equivalente cuando menos al impacto de infección por VIH.”lxxix
Además de lo anterior, la idea de que existe una carga económica debida a una sola enfermedad
es ilógica, ya que las enfermedades no ocurren en forma aislada y, con frecuencia, resultan de
una mezcla de factores ambientales que rodean a una persona, su comportamiento, y su
predisposición o fisiología. Considerando los elementos anteriores, es
difícil determinar cuál enfermedad resultaría, a largo plazo, más costosa
de tratar. Encima de lo anterior, al utilizar sólamente el criterio de
costos para negar entrada o residencia legal permanente a individuos
VIH-positivos de nacionalidad extranjera, se está enfatizando la
discriminación inherente de la veda por VIH. Fumar y tomar alcohol
son factores de riesgo de salud ampliamente reconocidos y lo mismo es
el envejecimiento. En el New England Journal of Medicine, [Lawrence]
Gostin postula la siguiente pregunta: “¿Deberíamos considerar que las personas mayores de 50
años serían inadmisibles, desde un punto de vista médico, porque es poco probable que
contribuyan significativamente a la sociedad… desde un punto de vista monetario y, en su lugar,
muy probablemente requerirían costosos cuidados de salud? lxxx El establecimiento de reglas
justas requiere de políticas de inmigración que sean éticas y que eviten la discriminación. La
veda de entrada por VIH, no satisface estos criterios.
Esfuerzos de intercesoría para eliminar la prohibicion de entrada por VIH
En 1987, el GMHC comenzó sus esfuerzos para eliminar la veda de entrada a viajeros e
inmigrantes al organizar, en coordinación con otros grupos de abogacía, una junta de intercesoría
comunitaria para de asuntos de inmigración. Tres años más tarde, en 1990, un grupo de activistas
Elestablecimientodereglasjustasrequieredepolíticasdeinmigraciónqueseanéticasyqueevitenladiscriminación.LavedadeentradaporVIH,nosatisfaceestoscriterios.
33
en asuntos del SIDA, organizaron un boicot de la VI Conferencia Bienal Internacional sobre el
SIDA (IAC), la cual iba a tener lugar en San Francisco. Los organizadores de la conferencia
enviaron instrucciones a posibles delegados para solicitar exenciones; asimismo, organizaron
paneles legales para prevenir problemas en la frontera. Estas estrategias no funcionaron y se
estima que miles de personas no pudieron entrar al país, mientras que otras miles organizaron
demostraciones en San Francisco. A partir de entonces, los Estados Unidos no han hospedado
ninguna Conferencia Internacional sobre el SIDA. La más reciente IAC [organizada en la Ciudad
de México] tuvo alrededor de 25,000 participantes.lxxxi
En 1995, el GMHC argumentó eficazmente el primer caso que se ganó en la obtención de asilo a
un individuo VIH-positivo en los Estados Unidos con base en su membresía en un grupo social
en particular, es decir, individuos infectados con el VIH. Este caso sentó un importante
precedente para miles de casos de personas procurando asilo en los Estados Unidos debido a su
estado VIH seropositivo. Al año siguiente, las oficinas legales del DHS instruyeron a los agentes
y jueces de inmigracíon que concedieran, siempre y cuando fuera legalmente apropiado, alguna
manera de solucionar problemas de inmigración (tales como otorgar asilo) a solicitantes con VIH
que reunieran los requisitos adecuados. Más aún, en 1999 el Cirujano General ordenó que el
Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) modificara sus prácticas para así facilitar
que personas VIH-positivos solicitando refugio [pero aún] en el extranjero obtuvieran
exenciones. El siguiente año, el Acta de Inmigración y Nacionalidad (INA) se enmendó para
ofrecer exenciones más generosas a personas con VIH en grupos selectos, tales como ciertos
solicitantes de Vietnam, Cambodia y Laos; extranjeros involucrados en demandas legales
relacionadas con la implementación de un programa de amnistía en los años 1980s;
sobrevivientes de violencia doméstica; víctimas de trata de personas; y otros crímenes.
34
El proceso de asilo se aplica a “refugiados” que escapan de persecución y se concede con base en
diferentes razones, proporcionando a los individuos solicitantes una estadía [de carácter] más
permanente.lxxxii Entre tales razones están el estar infectado/a con VIH o ser LGBT. La exención
por VIH permite a algunas personas VIH-positivas la entrada a los Estados Unidos con visas de
corta duracón. Dicha exención no produce un nuevo esquema de regulaciones que permitiría a
personas VIH-positivas la entrada a los Estados Unidos temporalment, ni tampoco cambia las
leyes aplicables a inmigrantes VIH-positivos quienes ya se encuentran dentro de los Estados.
Unidos. Los inmigrantes VIH-positivos aún deben cumplir los requisitos de la exención 212(g),
que incluyen la necesidad de tener un miembro de la familia que [también] posea los requisitos
apropiados, una poliza de salud privada, etc. Los viajeros cuyo status es VIH-positivo y que
solicitan exenciones están limitados a admisión con una visa B-1 (entrada por razones de
negocios a corto plazo) o B-2 (viaje de placer), las cuales permiten visitas con una duración
máxima de 30 días. Sin embargo, bajo las nuevas reglas, dichos viajeros pueden solicitar
exenciones que les permitan ser admitidos en los Estados Unidos sin haber obtenido aprobación
previa por el DHS. En otras palabras, la aprobación o negación de la solicitud se hace a nivel de
la oficina del consulado en los países de origen y no por el DHS. El “sello de visado” es válido
por 12 meses o menos y se permite que el viajero entre a los Estados Unidos por dos “visitas”
que no excedan 30 días. El sistema aún permite la solicitud de exenciones.
A través de los años, el GMHC ha realizado muy exitosas campañas de intercesoría para educar
a los oficiales del gobierno en asuntos de barreras legales a las que se enfrentan los inmigrantes
indocumentados que son LGBT y VIH-positivos. En reuniones de la Sociedad Internacional para
el SIDA (IAS), el GMHC siempre ha estado a la vanguardia al organizar un movimiento
internacional para anular la veda de entrada por VIH; dicho movimiento incluye varias
35
organizaciones no gubernamentales (NGOs). El GMHC produjo el anteproyecto HIV/AIDS and
Lawful Permanent Residency: An Analysis of the HIV Bar, Waivers, and Prospects for Change
[Traducido al español en 2008 con el título “El VIH en Relacion con la Residencia Legal
Permanente: Análisis de la Prohibición de Entrada a Personas VIH-positivas, Excepciones, y
Prospectos de Cambio”]. Este documento se publicó por primera vez en 1999. Actualizado en
2008, se puede usar como herramienta educativa y de abogacía para ganar apoyo de legisladores
y otras organizaciones. El personal legal del GMHC también proveyó el concepto y el bosquejo
origiinales, así como la terminología para el Acta de Salud y Seguridad de los Inmigrantes en el
año 2000. Bajo ésta ley federal hubiera podido concederse residencia permanente a aquellos
inmigrantes VIH-positivos que confrontan extremas dificultades médicas en sus países de origen.
En 2001, 2006 y 2008, el equipo legal del GMHC colaboró con el Programa Conjunto de las
Naciones Unidas para el VIH/SIDA (UNAIDS) durante la reunión bienal de alto nivel de las
Naciones Unidas sobre VIH/SIDA en Nueva York, ofreciendo guianza técnica a delegados con
VIH/SIDA que habían obtenido exenciones especiales para atender las reuniones en Nueva
York. El GMHC también trabajo hombro con hombro con el UNAIDS para facilitar un esfuerzo
internacional y así ejercer presión en el gobierno de los Estados Unidos para eliminar la política
discriminatoria de veda de entrada e inmigración por VIH. El GMHC fungió como consejero
para los Gay Games en Chicago en 2006 y también para aquellos participantes en la IAC en
Toronto, Canadá, que hicieron escala en los Estados Unidos. Además de lo anterior, en mayo de
2006 el personal legal y de políticas del GMHC organizó una mesa redonda que incluyó
defensores, activitstas, académicos, trabajadores sociales en derechos humanos, abogados, y
responsables de políticas, provenientes de diversas partes del mundo, para formular estrategias
de eliminación de la veda por VIH. El ímpetu generado por este evento logró que el GMHC se
36
convirtiera en el lider de Lift the bar [“Derrumbemos la barrera”]—una coalición cuyo trabajo
está enfocado a eliminar esta política. Los miembros fundadores de Lift the Bar incluyen los
grupos Immigration Equality [Igualdad en Inmigración], International Gay and Lesbian Human
Rights Commission [Comisión Internacional de Derechos Humanos para Gays y Lesbianas],
African Services Committee [Comité Africano de Servicios], Queers for Economic Justice
[Homosexuales pro-Justicia Económica], New York Immigration Coalition [Coalición de
Inmigración de Nueva York, la cual representa más de 200 grupos en el Estado de Nueva York
que trabajan con inmigrantes y refugiados], Global Network of People Living with HIV/AIDS-
North America [Sección Norteamericana de la Red Global de Personas que Viven con
VIH/SIDA], y el GMHC. Otros miembros incluyen individuos de varios grupos de defensa legal
y LGBT, así como otras organizaciones de derechos humanos.
Con el liderazgo del GMHC, diversos grupos de trabajo se han formado para colectar y organizar
narrativas; para producir sumarios de investigación acerca de los costos económicos, de derechos
humanos y de salud pública asociados con la veda por VIH; para organizar foros de discusión
comunitarios; así como para redactar declaraciones o peticiones de circulación nacional. Esta
coalición ha conducido esfuerzos para educar a aquellos individuos que elaboran las políticas
federales acerca del impacto contraproductivo que resulta de la prohibición de entrada por VIH.
Cambios y triunfos recientes
A finales del 2007, la Representante Barbara Lee y los Senadores John Kerry y Gordon Smith
introdujeron un proyecto de ley que eliminaría la veda de entrada por VIH en el Acta de
Inmigración y Nacionalidad (INA). Aunque éste acto representa un progreso sustancial, el paso
de cualquier ley requiere producir motivación en los políticos y, por supuesto, tiempo.
37
A principios de 2008, los líderes del congreso y grupos de intercesores consideraron proponer un
nuevo vehículo legal para eliminar al VIH del INA. Su decisión fue la de incluir un rechazo de la
veda de entrada por VIH en forma de enmienda a la reautorización del PEPFAR, el cual entraría
en su segundo período de cinco años. EL PEPFAR provee fondos a países con altas tasas de
prevalencia de VIH, es sumamente popular entre políticos en ambas alas del Congreso y fue un
éxito de la presidencia de [George W.] Bush. La reautorización del plan recibió apoyo político, a
pesar de la posibilidad de causar controversias.
En abril de 2008, el Comité Senatorial de Relaciones Exteriores aprobó su version de la
reautorización del PEPFAR, la cual incluía cláusulas que repelían la prohibición de entrada por
status de VIH. Como resultado, algunos senadores solicitaron que la CBO analizara el impacto
financiero que causaría el rechazo de la veda. Ese reporte indicaba que al eliminar la prohibición
de entrada por VIH costaría más de $80 billones sobre un período de cinco años. El GMHC
encabezó un esfuerzo para responder a las estimaciones de la CBO, clarificando lo que en
realidad significaría una eliminación de la veda. Más tarde, dicha respuesta fue adaptada en una
carta de tipo “Estimado Colega” enviada a varias oficinas del Congreso a través de los senadores
John Kerry y Gordon Smith.
Aún a punto de votar por el PEPFAR, se había pensado que los republicanos conservadores iban
a introducir enmiendas para rechazar las porciones relativas al rechazo de la ley de veda. Debido
a los esfuerzos persistentes por parte de los defensores de derechos, líderes en el congreso, y la
Casa Blanca, no se llegó a proponer ninguna enmienda hostil. La Cámara de Representantes
adoptó la versión del PEPFAR propuesta por el Senado y el PEPFAR fue firmado como ley el 30
de julio del 2008. Mediante la autorización del PEPFAR por los siguientes cinco años, el
congreso y el presidente de hecho eliminaron la veda de entrada por VIH contenida en el INA.
38
Sin embargo, el HHS aún tiene que eliminar el VIH de la lista de enfermedades comunicables.
Con el fin de eliminar la infección con VIH de la lista de padecimientos que se catalogan como “
enfermedades comunicables de importancia en la salud pública,” el HHS tiene que enmendar el
artículo del Código de Regulaciones Federales 42 CFR 34.2(b). Este ha sido el objetivo de
diversos grupos de defensa desde el momento de la firma del PEPFAR como ley en julio del
2008. En el otoño del 2008, el HHS indicó que ya estaba tomando acción sobre estas
regulaciones e intentaba eliminar al VIH de la lista de enfermedades comunicables. El GMHC y
diversos participantes en la coalición circularon una carta de petición al [entonces] Secretario de
Salud y Servicios Humanos, Michael Leavitt, exhortándolo a actuar con urgencia en los aspectos
regulatorios de la prohibición de entrada por VIH. En su respuesta con fecha 30 de septiembre
del 2008, el Secretario Leavitt expresó que el HHS estaba tomando cartas en el asunto. La Dra.
Julie Gerberding, quien fungía como Directora de los CDC, reiteró las intenciones del HHS para
eliminar al VIH de la lista. En una carta al [periódico] The Washington Post, Gerberding
escribió: “De nuevo, esta administración se ha comprometido a eliminar la infección por VIH,
tan pronto como sea posible, de la lista de enfermedades comunicables que prohiben la entrada a
los Estados Unidos, tal como lo demuestran [un número de] acciones de caracter interino y
diversos procesos en vías de ejecución en el HHS.”lxxxiii
No obstante, en marzo de 2009, el proceso no ha terminado. El Federal Register aún no ha
publicado el borrador de los cambios a las reglas.
39
Conclusión
La prohibición de entrada a viajeros e inmigrantes debido a su status de VIH socava los derechos
humanos y de salud pública. No existen razones económicas o de salud pública que justifiquen
medidas que arbitrariamente limiten los derechos individuales de personas VIH-positivas, ya
sean turistas o individuos tramitando status de residencia legal permanente. Aún si esta
restricción de viaje fuera eficaz en la identificación y en la limitación al
acceso de inmigrantes VIH-positivos, no impediría que los ciudadanos
de los Estados Unidos llegaran a infectarse. Lo que es más, dado que el
virus no se propaga casualmente, los individuos con VIH no
constituyen amenaza alguna al público general. La veda por VIH ha
dado como resultado un doble estándar en cuidados de salud y
educación. Mientras que los ciudadanos norteamericanos pueden, en
muchas áreas del país, hacerse una prueba para VIH y, potencialmente, tener acceso a
tratamiento, los inmigrantes se ven forzados con frecuencia a hacerse la prueba. Los inmigrantes
que ya se encuentran en suelo norteamericano no se hacen prueba alguna por temor a ser
deportados. Obviamente, la prohibición de entrada por VIH-status ha causado más daño que
beneficio a la salud pública y debe ser rechazada de inmediato.
NoexistenrazoneseconómicasodesaludpúblicaquejustifiquenmedidasquearbitrariamentelimitenlosderechosindividualesdepersonasVIH‐positivas.
40
“Puedo vislumbrar la vida que anhelo, está a mi alrededor... pero no puedo vivirla”
Queridos amigos:
Nací en Buenaventura, Colombia, y soy el mayor de varios hijos. Como muchos de usted saben,
Colombia es un país con una larga historia de violencia y corrupción—violencia y corrupción
nacidas de la opresión y la desesperación, la inseguridad y la envidia.
La violencia sistémica y la corrupción producen un gobierno inestable en el que no se puede
confiar, así como distorsiones y estrés en la manera en que la gente maneja su vida, cría a sus
hijos, se alimentan, planean para el futuro, siguen su camino durante el día, e incluso la forma en
que cuidan su salud.
Inevitablemente, la violencia y la corrupción conllevan al hambre y la pobreza y éso, por
supuesto, es lo que causaron en mi familia.
Fotografía:AfricanServicesCommittee
41
Mi familia era pobre y mis padres eran incapaces de proveer alimentación adecuada, tanto para
ellos mismos como para sus hijos. Cuando ésto pasa en una familia (y acontece a diario en todo
el mundo) los pequeños son arrancados de las expectaciones de la niñez, tales como la escuela,
los juegos, e incluso las travesuras, sólo para satisfacer otras expectaciones: las de los adultos.
Por ser el hijo mayor, mis padres requirieron de mi ayuda para cumplir con sus obligaciones
familiares. Digo “requerir,” pero en realidad nadie “requiere.” No importa de dónde sean, los
niños pobres hacen lo que deben por su familia.
Al paso del tiempo, tal como muchos otros en diversas partes del mundo, mi atención se enfocó
en el norte, los Estados Unidos. En 1984, en un esfuerzo para ayudar a que mi familia en
Colombia llevase una vida mejor y más estable, me mudé a Nueva York. Como occure con
muchos otros millones de personas que llegan al norte, comencé a trabajar aquí y allá, ganando
muy poco dinero. Naturalmente, gastaba lo menos posible y enviaba el resto a mi familia en
Colombia.
Un día, la fortuna me sonrío y encontré trabajo como cocinero en un restaurante español.
Después de haber lavado durante dos años lo que me parecio fueron todos los platos en la ciudad
de Nueva York, nunca se me ocurrió que me gustara cocinar y mucho menos, que tuviera talento
para hacerlo.
Así que mi jefe se entusiasmó mucho con mis recién descubiertos talentos y a resultas decidió
patrocinarme para obtener mi tarjeta de residencia permanente. Yo también me entusiasmé
mucho, porque dicha tarjeta significaría vivir legalmente en los Estados Unidos, y siendo
residente legal tendría libertad, libertad para trabajar pero, especialmente la libertad de ver a mi
familia personalmente y algún día traerlos a los Estados Unidos.
42
Después de casi dos años, las autoridades de inmigración decidieron entrevistarme. Sin embargo,
la entrevista no iba a llevarse a cabo en Nueva York, ya que por ley se requería que tuviera lugar
en la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá, Colombia. Ésa sería mi primer viaje a casa y,
contrario a lo que la mayoría de los vuelos efectuados por inmigrantes indocumentados, sería un
vuelo libre del miedo de ser aprehendido o deportado. Si estaba nervioso, era porque estaba muy
excitado por adquirir mi tarjeta de residencia.
Hice los arreglos necesarios y esperé el día de la cita.
Y entonces, sucedió lo inesperado. Tan solo unas semanas antes de mi vuelo a Bogotá, caí
enfermo. Esta enfermedad era muy seria y requirió hosptalización. La causa de mi enfermedad
no pudo ser determinada y los medicos recomendaron que me hiciera la prueba de VIH. Así lo
hice. La prueba resultó positiva. Yo estaba devastado.
A pesar de mi enfermedad, el hospital me dió de alta, con tiempo para realizar mi viaje a
Colombia. Con o sin VIH, yo deseaba obterner mi tarjeta de residencia.
Sin embargo, las malas noticias que recibí de mis médicos acerca de mi salud empeoraron
cuando hablé con mi abogado de inmigración. Resultó que mi reciente diagnóstico de status
VIH-positivo indicaba que no podría viajar a Colombia para mi entrevista de inmigración
permanente. Esto era debido a que individuos VIH-positivos tienen prohibida la entrada a los
Estados Unidos.
Si la entrevista hubiera tenido lugar en Colombia no hubiera podido regresar a los Estados
Unidos, donde tenía la esperanza de una nueva vida y lo que supuse sería un nuevo futuro. Volar
a Colombia hubiera significado tener que permanecer allá, algo que no podía siquiera cruzar por
43
mi mente, no sólo por el estigma asociado al VIH en Colombia, sino porque perdería todo acceso
a la medicina contra el VIH. No tenía otra opción sino la de cancelar mi entrevista de
inmigración.
Al no atender la cita para la entrevista, naturalmente perdí el empleo. De nuevo me encontré
haciendo pequeños trabajos y, al igual que otros muchos individuos indocumentados, tuve que
vivir otra vez en los márgenes de la sociedad, viviendo quietamente, tratando de pasar
desapercibido, esperando, al igual que otros indocumentados, que la ley cambiara algún día.
Poco más tarde comenzaron a circular rumores, como siempre ocurre en las comunidades de
indocumentados, acerca de cambios a punto de ocurrir en la ley que permitirían a los inmigrantes
sin documentos solicitar residencia permanente. Para mi sorpresa, dichos rumores resultaron ser
ciertos y muy pronto las leyes fueron modificadas para permitir que los inmigrantes
indocumentados ajustaran su status y solicitaran residencia legal permanente. Pero había dos
obstáculos. Primero, la nueva ley requería un patrocinador, ya fuera un empleador or un pariente
inmediato que viviera en los Estados Unidos. Yo ya no tenía quién me patrocinara. Y segundo: la
nueva ley requría que los individuos VIH-positivos, aún aquellos con patrocinio, obtuvieran una
exención antes de hacer la solicitude de permanencia. Yo tampoco llenaba los requerimientos
para tal exención.
Una vez más, mi sueño de obtener una tarjeta de residencia se frustró por cause de mi status de
VIH.
Han pasado ya 24 años desde que me mudé a Nueva York y vivo en un estado de ansiedad y
frustración. Puedo vislumbrar la vida que anhelo, está a mi alrededor... pero no puedo vivirla. Mi
frustración se hace más grande por el hecho de que vivo con el temor a ser aprehendido, quizá
44
como resultado de algún encuentro casual en la calle, o debido a un
accidente de tránsito, o a resultas de una redada en mi lugar de
trabajo.
De ser aprendido, por supuesto, sería deportado.
In meses recientes, me he puesto paulatinamente más enfermo.
Sobrevivo solamente porque en la ciudad de Nueva York las medicinas para tratar la infección
con VIH también están a la disposición de inmigrantes indocumentados.
En Colombia, por supuesto, estos medicamentos no podrían encontrarse o aún si lo fueran, no
estarían disponibles a mi alcance económico.
Debido a la carencia de medicinas contra VIH y la afrenta—aún sin mencionar la amenaza de la
violencia—la vida en Colombia aún no es una opción para gente como yo.
Ha pasado ya mucho tiempo desde mi última visita a Colombia. Desde luego, extraño a mi
familia, pero no tengo libertad para visitarlos. Cualquier paso a través de aduanas resultaría casi
por seguro en mi detención y deportación. Y aún si tuviera una visa, tendría temor de que
revisaran mi equipaje, puesto que los viajeros que llevan consigo medicamentos contra VIH
pueden ser detenidos e impedidos a entrar a los Estados Unidos.
No obstante, permanezco en los Estados Unidos porque es la única manera de permanecer vivo.
Sé que si yo no fuera VIH-positivo hubiera podido adquirir permanencia legal permanente hace
mucho tiempo. De hecho, a estas fechas ya sería ciudadano norteamericano y seguramente habría
podido sacar a mi familia de la miseria.
SobrevivosolamenteporqueenlaciudaddeNuevaYorklasmedicinasparatratarlainfecciónconVIHtambiénestánaladisposicióndeinmigrantesindocumentados.
45
Hay buenas nuevas acerca de que los Estados Unidos pronto eliminará la prohibición de entrada
por status de VIH. Desafortunadamente, el rechazo de dicha prohibición, de llegar a ocurrir, no
beneficiaría aquellos quienes, como yo, se encuentran en la situación llamada “fuera de status,”
la cual se refiere a aquellos quienes hemos permanecido por mucho tiempo, después de ser
acogidos por éste país. Esto se debe a que aquellos individuos que se encuentran fuera de status
deberán regresar a sus países de origen por un mínimo de diez años antes de que reúnan los
requisitos para la llamada legalización. Diez años es mucho tiempo sin medicamentos; para
algunos de nosotros éso es un período muy largo.
Sinceramente,
Anónimo
46
Notas
i Sección 212(a)(1)(A) del Acta de Inmigración y Nacionalidad (INA), 8 U.S.C. § '1182(a)(1). ii INA § 232(b), 8 U.S.C. § 1252(b). iii Jane Guskin y David L. Wilson. “The Politics of Immigration.” Monthly Review Press. 2007 iv Tracy J. Davis. “Opening the Doors of Immigration: Sexual Orientation and Asylum in the United States.” American
University. http://www.wcl.american.edu/hrbrief/v6i3/immigration.htm, fecha de acceso: Enero 27, 2009. v Fundación de la Familia de Henry J. Kaiser. “Task Force Calls for Lifting of HIV/AIDS-Related Travel
Restrictions.” Kaiser Daily HIV/ AIDS Report. Marzo 10, 2008. http://www.kaisernetwork.org/daily_reports/rep_hiv_recent_rep.cfm?dr_cat=1&show=yes&dr_ DateTime=10-mar-08#50843, fecha de acceso: Octobre 24, 2009. [Nota del traductor: nótese el formato internacional usado para escribir la fecha en el URL.]
vi S.358. Propuesta por el senador Edward M. Kennedy. Esta ley enmienda el Acta de Inmigración y Nacionalidad para cambiar el nivel y sistema de preferencias para admision de inmigrantes a los Estados Unidos, así como para proveer naturalización administrativa y otros propósitos. The Library of Congress. http://thomas.loc.gov/cgi-bin/bdquery/D?d101:1:/temp/~bdbcwf:@@@L&summ2=m&|/bss/ d101query.html, fecha de acceso: diciembre 10, 2008. [Nota del traductor: El documento no se halla en tal enlace (producido para uso temporal) pero se puede encontrar en el siguiente URL: http://thomas.loc.gov/cgi-bin/bdquery/D?d101:22:./temp/~bdMpcr::, fecha de acceso: octubre 22, 2009.]
vii Departamento de Salud y Servicios Humanos. “Communicable Diseases and Foreign Visitors.” Federal Register Archives. January 25, 1991. http://www.hhs.gov/news/press/pre1995pres/910125.txt, fecha de acceso: diciembre 12, 2008.
viii Ibid. ix Carta de la Asociación Americana de Salud Pública (APHA) al Senador Kennedy (11 de febrero de 1993), véase 139
CONG. REC. S1697-02, S1714-1715 (edición cotidiana, 17 de febrero de 1993). x Carta de la ASTO al Presidente [Bill] Clinton en apoyo de la eliminación de prohibición de entrada a personas VIH
positivas, véase 139 CONG. REC. S1697-02, S1714. xi ACT-UP, ACLU, NOW, la Asociación de Abogados de San Francisco, el Centro para Derechos Constitucionales, la
Liga Nacional Urbana y otras organizaciones se han unido al GMHC en la elaboración y firma de un documento denunciando las políticas de migración discriminatorias con base en VIH status.
xii Scott Land y Jessica Stern. “Family Unvalued: Discrimination, Denial, and the Fate of Binational Same-Sex Couples under U.S. Law.” Human Rights Watch May 2006. [Devaluación de la Familia: Discriminación, Negación y el Destino de Parejas Binacionales del Mismo Sexo de Acuerdo a las Leyes de los Estados Unidos.]
xiii Lance Gable et al. “Legal Aspects of HIV/AIDS: A Guide for Policy and Law Reform,” Global HIV/AIDS Program and Legal Vice Presidency, The World Bank. 2008.
xiv Joseph Amon. “US, Repeal the ‘HIV Ban.’” Human Rights Watch document. Diciembre 9, 2007 [A los Estados Unidos: Eliminen la veda por VIH]
xv Ibid. xvi “HIV-related travel restrictions.” Documento del UNAIDS, marzo 4, 2008.
http://www.unaids.org/en/KnowledgeCentre/Resources/FeatureStories/archive/2008/20080304_HIVrelated_travel_restrictions.asp. Fecha de acceso: Septiembre 27, 2009.
xvii Ibid.
47
xviii Lance Gable et al., op. cit. xix Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights and the Joint United Nations Programme on
HIV/AIDS, HIV/ AIDS and Human Rights-International Guidelines From the second international consultation on HIV/AIDS and human rights, 23-25 de septiembre, 1996, Ginebra. U.N. Doc. HR/PUB/98/1. [Nota del traductor: PDF disponible en el URL http://data.unaids.org/publications/irc-pub02/jc520-humanrights_en.pdf, fecha de acceso: Septiembre 28, 2009]
xx “HIV-related travel restrictions.” Documento del UNAIDS, marzo 4, 2008. xxi Nina T. Harawa et al. “HIV Prevalence among foreign- and US-born clients of public STD clinics.” American Journal
of Public Health, Vol. 92, N° 12, pp. 1958-1963. Cf. p. 1961. xxii Melissa A. Sánchez et al. “The Epidemiology of HIV Among Mexican Immigrants and Recent Immigrants in
California and Mexico.” Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. Vol. 37 (Supl. 4), pp. S204-S214, noviembre 2004.
xxiii Ibid, p. S204. xxiv Ibid, p. S204. xxv Hector Carrillo et al. “Risk Across Borders: Sexual Contents and HIV Prevention Challenges Among Mexican Gay
and Bisexual Immigrant Men.” Findings and Recommendations from the Trayectos Study. Agosto 2008. http://www.caps.ucsf.edu/projects/Trayectos/. Fecha de acceso: diciembre 12, 2008.
xxvi Ibid, page 4. xxvii Melissa A. Sanchez et al. Op. cit. xxviii Marc Lacey. “Mexican Immigrants Carry H.I.V. Home.” The New York Times. Julio 17, 2007 xxix “HIV-related travel restrictions.” Documento del UNAIDS, marzo 4, 2008. xxx Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights and the Joint United Nations Programme on
HIV/AIDS, HIV/ AIDS and Human Rights-International Guidelines From the second international consultation on HIV/AIDS and human rights, 23-25 de septiembre, 1996, Ginebra. U.N. Doc. HR/PUB/98/1. [Ver URL en ref. 19.]
xxxi Marc Lacey. Op. cit. xxxii Jennifer S. Hirsch et al. “The Inevitability of Infidelity: Sexual Reputation, Social Geographies, and Marital
HIV Risk in Rural Mexico.” American Journal of Public Health. Vol. 97, Núm. 6, pp. 986-996, junio del 2007. xxxiii Documento del UNAIDS, marzo 4, 2008. xxxiv Steven A. Camarota. “Immigrants in the United States–2002: A Snapshot of America’s Foreign-born
Population.” Center for Immigration Studies. November 2002. http://www.cis.org/articles/2002/back1302.html. Fecha de acceso: Diciembre 3, 2008.
xxxv The Henry J. Kaiser Family Foundation. “The HIV/AIDS Epidemic in the United States.” HIV/AIDS Policy Fact Sheet. October 2008. http://www.kff.org/hivaids/upload/3029-09.pdf. Fecha de acceso: Diciembre 3, 2008.
xxxvi The New York City Department of Health and Mental Hygiene. HIV Epidemiology & Field Services Semiannual Report. Abril 2008.
xxxvii Nina T. Harawa et al. Op. cit. xxxviii Duran D. et al. “HIV Counseling and Testing among Hispanic Adolescents and Adults in the United States,
Puerto Rico, and the U.S. Virgin Islands.” Divisions of HIV/AIDS Prevention and the National Center for HIV/AIDS, Viral Hepatitis, STD, and TB Prevention. 2005. http://www.cdc.gov/hiv/hispanics/resources/reports/ct_hisp_pr_usvi/index.htm. Fecha de acceso: Diciembre 3, 2008.
xxxix Ellen W Wiewel. “HIV/AIDS in Foreign-born New Yorkers 2001–2006. HIV Epidemiology & Field Services Program.” New York City Department of Health and Mental Hygiene. PowerPoint presentation for the Immigrant Work Group of the NYC HIV Prevention Planning Group. Mayo 21, 2008. http://www.nyc.gov/html/doh/downloads/pdf/dires/foreign-born-nyc-jul09.pdf, accesible en el URL http://www.nyc.gov/html/doh/html/dires/hivepi.shtml. Fecha de acceso: Diciembre 3, 2008.
xl Ibid, pp 20-25.
48
xli Ibid, pp 20-25. xlii Ibid, p. 4. xliii Ibid, p. 22. xliv Ibid, pp. 20-44. xlv Declaración Universal de los Derechos Humanos. Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas,
diciembre 10, 1948. Versión en español: http://www.un.org/spanish/events/humanrights/2008/declaration.shtml Versión para imprimir: http://www2.ohchr.org/English/events/UDHR60/docs/DECLARATIONSP.pdf
xlvi “HIV-related Travel Restrictions.”Documento del UNAIDS, marzo 4, 2008. xlvii Scott Long y Jessica Stern. Op. cit. xlviii Ibid. xlix Joseph Amon. Op. cit. l U.S. Department of State. Visa Waiver Program.
http://travel.state.gov/visa/temp/without/without_1990.html#countries. Fecha de acceso: Febrero 18, 2009.li Wendy E. Parmet. “Stigma, Hysteria, and HIV.” The Hastings Center Report. Vol. 38, N° 5. Sep-Oct 2008. lii Ibid. liii Megan McLemore. “Chronic Indifference: HIV/AIDS Services for Immigrants Detained by the United States.”
Human Rights Watch. Diciembre 2007. Vol. 19, N° 5(G). liv Scott Long and Jessica Stern. Op. cit. lv Megan McLemore. Op. cit. lvi Megan McLemore. Op. cit. lvii Midwest Coalition for Human Rights. Deaths in Immigration Custody.
http://www.midwesthumanrights.org/sites/midwesthumanrights.org/files/ICE_FOIA.pdf, accesible en el URL http://www.midwesthumanrights.org/deaths-immigration-custody. Fecha de acceso: Diciembre 15, 2008.
lviii Sandra Hernández. “A lethal limbo for immigrants. Lack of healthcare turns federal detention into a death sentence for some immigrants.” Los Angeles Times. June 1, 2008 http://www.latimes.com/news/printedition/suncommentary/ la-op-hernandez1-2008jun01,0,1553498.story. Fecha de acceso: December 15, 2008.
lix Ibid. lx Ibid. lxi GovTrack.us. H.R. 5950—110th Congress (2008): Detainee Basic Medical Care Act of 2008, GovTrack.us
(Database of Federal Legislation) http://www.govtrack.us/congress/bill.xpd?bill=h110-5950&tab=summary. Fecha de acceso: Noviembre 26, 2008.
lxii Karl Lemmen et al. “Travel and Residence regulations for people living with HIV and AIDS – 2008–2009.” German AIDS Federation and European AIDS Treatment Group (EATG) http://doc.ilga.org/ilga/publications/publications_in_english/other_publications/travel_ and_residence_regulations_for_people_with_hiv_and_aids. Fecha de acceso: Diciembre12, 2008.
lxiii United States State Department. “2007 Country Reports on Human Rights Practices.” http://www.state.gov/g/drl/rls/hrrpt/2007/index.htm. Fecha de acceso: Noviembre 26, 2008.
lxiv Ibid. lxv WHO, International Travel and Health, 2003. www.who.int/ith/chapter05_05.html Fecha de acceso: Diciembre 15,
2008. Organización Mundial de la Salud (OMS), Viajando en el Extranjero y su Salud, 2003; liga en el Internet en http://www.who.int/ith/chapter05_05.html. [Nota del traductor: Este sitio no está vigente en 2009. La página Web de la OMS hace alusión a libros con el título de esta publicación, pero son para venta. El sitio http://www.who.int/ith/es/index.html ofrece esta guía en español.]
lxvi The Global Database on HIV Related Travel Restrictions. Regulations on entry, stay and residence for PLHIV – China restrictions. http://www.hivtravel.org/Default.aspx?PageId=143&CountryId=48. Fecha de acceso: Diciembre 12, 2008
49
lxvii Shan Juan. “China to lift HIV/AIDS travel ban – official.” China Daily. August 6, 2008
http://www.chinadaily.com.cn/china/200808/06/content_6906863.htm [Nota del traductor: nótese el cambio en las últimas 4 cifras del URL y el nombre del autor.]
lxviii International Task Team on HIV-related Travel Restrictions – Draft Report on First Meeting 5/22 UNAIDS Secretariat, Ginebra, 25–26 Febrero de 2008
lxix Sarah N. Qureshi, “Global Ostracism of HIV-positive Aliens: International Md.” J.Int’l l. & trade (Spring 1995). lxx Douglas Scott Johnson. “United States’ Denial of the Immigration of People with AIDS,” temp. Int’l & Comp. l.J. V.
6 145, 152 (1992). lxxi Congressional Budget Office. S.2731 Tom Lantos y Henry J. Hyde “U.S. Global Leadership Against HIV/AIDS,
Tuberculosis, and Malaria Reauthorization Act of 2008.” Congressional Budget Office Cost Estimate. Abril 11, 2008.
lxxii Congressional Budget Office. H.R. 5501 Tom Lantos and Henry J. Hyde “U.S. Global Leadership Against HIV/AIDS, Tuberculosis, and Malaria Reauthorization Act of 2008.” Congressional Budget Office Cost Estimate. Octubre 8, 2008.
lxxiii Martha Coven y Richard Kogan. “Introduction to the Federal Budget Process. Center on Budget and Policy Priorities.” December 3, 2007. http://www.cbpp.org/3-7-03bud.htm. Fecha de acceso: Febrero 18, 2009.
lxxiv International Task Team on HIV-related Travel Restrictions. Op. cit. lxxv Hanna Zowall et al. “HIV antibody screening among immigrants: a cost-benefit analysis.” Canadian Medical
Association Journal. Vol. 143. N° 2, pp. 101-107. 1990. lxxvi Ibid. pg. 101. lxxvii Ibid. pg. 101. lxxviii Lance Gable et al. “Legal Aspects of HIV/AIDS A Guide for Policy and Law Reform, Global HIV/AIDS
Program and Legal Vice Presidency,” The World Bank 2008 lxxix Hanna Zowall et al. “Economic Impact of HIV infection and Coronary Heart Disease in Immigrants to Canada.”
Canadian Medical Association Journal. Vol. 147, N° 8, pp. 1163-1172, octubre 15, 1992. lxxx [Lawrence O.] Gostin et al. “Screening Immigrants and International Travelers for the Human Immunodeficiency
Virus.” New England Journal of Medicine Vol. 322, N° 24, pp. 1743-1746, junio 14, 1990. lxxxi Firelight Foundation. Annual Report 2006. XVI International AIDS Conference.
http://www.firelightfoundation.org/AR06-Text/ conference.htm. Fecha de acceso: Febrero 18, 2009. [Nota del traductor: Este URL no está activo a fines de Octubre, 2009; la información con respecto al número de participantes a la IAC in la Ciudad de México se puede encontrar en: http://www.aids2008.org/subpage.aspx?pageId=371. Fecha de acceso: Octubre 28, 2009]
lxxxii Rosa Bramble Weed. “Political Asylum for People Living with HIV.” AIDS Community Research Initiative of America. Fall 2006. http://www.thebody.com/content/art38435.html. Fecha de acceso: Febrero 3, 2009.
lxxxiii Julie L. Gerberding. The Washington Post, Letters to the Editor: Removing the HIV Barrier. October 6, 2008. http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2008/10/05/AR2008100501854.html. Fecha de acceso: Diciembre 2, 2008