BLOQUE 2.- LEGISLACIÓN EDUCATIVA. Tema 1: LOE El sistema educativo español en la actualidad.
1. El Marco normativo general del sistema educativo.
Como cualquier otro aspecto de la regulación del Estado, el marco normativo
que define el actual sistema educativo español está enraizado en lo previsto por la
Constitución Española de 1978. A su vez, los principios y los derechos recogidos en la
Constitución, en materia de educación se desarrollan en las leyes orgánicas siguientes
que, en conjunto, establecen el marco normativo general que regula nuestro sistema
educativo:
- Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del derecho a la educación (LODE).
- Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades, modificada por la Ley
4/2007, de 12 de abril.
- Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las cualificaciones y de la formación
profesional.
- Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de educación.
De la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de educación es importante destacar, en
primer lugar, que uno de los objetivos que persigue es el de simplificar la dispersión
legislativa que se había venido produciendo:
“A partir de 1990 se ha producido una proliferación de leyes educativas y de sus
correspondientes desarrollos reglamentarios, que han ido derogando parcialmente las
anteriores, provocando una falta de claridad en cuanto a las normas aplicables a la
ordenación académica y al funcionamiento del sistema educativo. En consecuencia,
conviene simplificar la normativa vigente, con el propósito de hacerla más clara,
comprensible y sencilla”.
(Preámbulo LOE)
Por otra parte, y esta es otra de las características relevantes de la nueva Ley, se
ofrece un amplio margen para el desarrollo de la misma por parte de las Comunidades
Autónomas, salvado un mínimo homogeneizador del conjunto del sistema:
“Cuando ya se ha desarrollado plenamente el marco de reparto de competencias, que
en materia de educación estableció la Constitución española, las nuevas leyes que se
aprueben deben conciliar el respeto a dicho reparto competencial con la necesaria
vertebración territorial del sistema educativo.
La normativa básica estatal, de carácter común, y la normativa autonómica, aplicable
al territorio correspondiente, deben combinarse con nuevos mecanismos de
cooperación que permitan el desarrollo concertado de políticas educativas de ámbito
supracomunitario. Con esta Ley se asegura la necesaria homogeneidad básica y la
unidad del sistema educativo y se resalta el amplio campo normativo y ejecutivo de que
disponen estatutariamente las Comunidades Autónomas para cumplir los fines del
sistema educativo. La Ley contiene una propuesta de cooperación territorial y entre
Administraciones para desarrollar proyectos y programas de interés general, para
compartir información y aprender de las mejores prácticas”.
(Preámbulo LOE)
Este hecho, auténtica novedad característica de la LOE, implica que se hace más
difícil pronosticar la concreción o repercusión que los diferentes preceptos normativos
en ella contenidos tendrá sobre la regulación del Sistema Educativo, puesto que el
ánimo descentralizador que la inspira puede conducir (de hecho conducirá) a variantes
en cada Comunidad Autónoma.
Otra novedad significativa de la Ley es que pretende ampliar la cooperación, en
materia de educación, a las diferentes Administraciones, incluidas las locales.
Tres son los principios inspiradores que han guiado su elaboración y justifican la
necesidad de la nueva Ley:
1. La exigencia de proporcionar una educación de calidad a todos los ciudadanos
de ambos sexos, en todos los niveles del sistema educativo. Tras haber
conseguido que todos los jóvenes estén escolarizados hasta los dieciséis años de
edad, el objetivo consiste ahora en mejorar los resultados generales y en reducir
las todavía elevadas tasas de terminación de la educación básica sin titulación y
de abandono temprano de los estudios. Se trata, en suma, de mejorar el nivel
educativo de todo el alumnado, conciliando la calidad de la educación con la
equidad de su reparto.
2. La necesidad de que todos los componentes de la comunidad educativa colaboren
para conseguir ese objetivo tan ambicioso. La combinación de calidad y equidad que
implica el principio anterior exige, ineludiblemente, la realización de un esfuerzo
compartido. Pero la responsabilidad del éxito escolar de todo el alumnado no puede
recaer sólo sobre el alumnado individualmente considerado, sino también sobre sus
familias, el profesorado, los centros docentes, las Administraciones educativas y, en
última instancia, sobre la sociedad en su conjunto, responsable última de la calidad del
sistema educativo. La sociedad, en suma, habrá de apoyar al sistema educativo y crear
un entorno favorable para la formación personal a lo largo de toda la vida. Solamente el
compromiso y el esfuerzo compartido permitirán la consecución de objetivos tan
ambiciosos.
3. Un compromiso decidido con los objetivos educativos planteados por la Unión
Europea para los próximos años:
a. Mejorar la calidad y la eficacia de los sistemas de educación y de formación, lo que
implica mejorar la capacitación de los docentes, desarrollar las aptitudes necesarias para
la sociedad del conocimiento, garantizar el acceso de todos a las tecnologías de la
información y la comunicación, aumentar la matriculación en los estudios científicos,
técnicos y artísticos y aprovechar al máximo los recursos disponibles, aumentando la
inversión en recursos humanos.
b. Facilitar el acceso generalizado a los sistemas de educación y formación, lo que
supone construir un entorno de aprendizaje abierto, hacer el aprendizaje más atractivo y
promocionar la ciudadanía activa, la igualdad de oportunidades y la cohesión social.
c. Abrir estos sistemas al mundo exterior, lo que exige reforzar los lazos con la vida
laboral, con la investigación y con la sociedad en general, desarrollar el espíritu
emprendedor, mejorar el aprendizaje de idiomas extranjeros, aumentar la movilidad y
los intercambios y reforzar la cooperación europea.
2. Principios, fines y estructura del sistema educativo español.
El proyecto educativo que introduce la LOE y que responde a los tres principios
generales inspiradores de la Ley señalados anteriormente, queda definido por lo
establecido en sus artículos primero y segundo, en el que se definen los principios y
fines generales que rigen el sistema educativo (ver Tablas 2 y 3). El análisis de su
contenido permite detectar el esfuerzo de modernización y de actualización del Sistema
Educativo de dicho proyecto y, simultáneamente, lo ambicioso que resulta.
Las enseñanzas que prevé el sistema educativo LOE son las siguientes:
a) Educación infantil.
b) Educación primaria.
c) Educación secundaria obligatoria.
d) Bachillerato.
e) Formación profesional.
f) Enseñanzas de idiomas.
g) Enseñanzas artísticas.
h) Enseñanzas deportivas.
i) Educación de personas adultas.
j) Enseñanza universitaria.
La Ley, además, introduce las siguientes definiciones y puntualizaciones:
- La educación primaria y la educación secundaria obligatoria constituyen la educación
básica, que será obligatoria y gratuita.
- La educación secundaria se divide en educación secundaria obligatoria y educación
secundaria postobligatoria.
- Constituyen la educación secundaria postobligatoria el bachillerato, la formación
profesional de grado medio, las enseñanzas profesionales de artes plásticas y diseño de
grado medio y las enseñanzas deportivas de grado medio.
- La enseñanza universitaria, las enseñanzas artísticas superiores, la formación
profesional de grado superior, las enseñanzas profesionales de artes plásticas y diseño
de grado superior y las enseñanzas deportivas de grado superior constituyen la
educación superior.
- Las enseñanzas de idiomas, las enseñanzas artísticas y las deportivas tendrán la
consideración de enseñanzas de régimen especial.
En la Figura 1 se muestra, de modo esquemático, la estructura general del
sistema educativo introducido con la LOE. La Educación Infantil, que comprende de los
0 a los 5 años de edad, se organiza en dos ciclos de tres años de duración cada uno
(primer ciclo, de los 0 a los 2 años y el segundo ciclo de los 3 a los 5 años). Es
importante destacar que el segundo ciclo de la educación infantil tendrá carácter
gratuito.
La Enseñanza Básica, formada por la Educación Primaria y la E.S.O, es gratuita,
obligatoria y organizada según los principios de educación común y atención a la
diversidad. Abarca de los 6 a los 16 años.
La Educación Primaria consta de seis cursos que se cursan ordinariamente entre
los 6 y 12 años.
La Educación Secundaria se divide en obligatoria (ESO) y postobligatoria
(Bachillerato y FP de
Grado Medio, en la que se incluyen, además, las enseñanzas profesionales de artes
plásticas y diseño de grado medio y las enseñanzas deportivas de grado medio).
La Educación Secundaria Obligatoria (E.S.O.) consta de cuatro cursos que se
realizan ordinariamente entre los 12 y 16 años. Hay programas de diversificación
curricular a partir de 3º orientados a la consecución del título. El título de Graduado en
ESO da acceso a la secundaria postobligatoria.
Los Programas de Cualificación Profesional Inicial (P.C.P.I.) están pensados
para alumnos y alumnas mayores de 16 años, excepcionalmente de 15. Incluyen tres
tipos de módulos: a) tendentes a la obtención de una cualificación profesional, b)
formativos de carácter general y c) voluntarios conducentes a la obtención del título de
graduado en ESO.
El Bachillerato consta de dos cursos con tres modalidades: Artes, Ciencias y
Tecnología y Humanidades y Ciencias Sociales. El título de bachiller da acceso a la
Educación Superior. La Educación superior está constituida por las enseñanzas
universitarias, las enseñanzas artísticas superiores, la FP de grado superior, las
enseñanzas profesionales de artes plásticas y diseño de grado superior y las enseñanzas
deportivas de grado superior.
Dado el perfil y objetivos de los destinatarios de este curso, en el siguiente
apartado entraremos a describir con mayor detalle las características de las enseñanzas
incluidas en la Educación Secundaria.
Tema 2: Legislación Autonómica La Educación Secundaria comprende la Educación Secundaria Obligatoria
(ESO), el Bachillerato, la Formación Profesional Específica de Grado Medio. La
Formación Profesional de Grado Superior se considera formación de tipo superior, no
educación secundaria, pero la incluiremos en este capítulo a efectos de su descripción y
porque su impartición corresponde a los mismos profesionales que imparten la
educación secundaria. A continuación abordaremos una breve descripción de la
estructura y elementos básicos de los respectivos currículos de estas tres etapas
educativas.
1. La Educación Secundaria Obligatoria.
La Educación Secundaria Obligatoria (ESO) es una etapa educativa que se
extiende desde los 12 a los 16 años de edad, comprendiendo cuatro cursos académicos.
La regulación específica de esta etapa viene dada, además de por lo establecido en el
Capítulo III del Título de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (Art. 22
a 31), por el REAL DECRETO 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen
las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria.
A estas normas de carácter básico y de aplicación en todo el territorio nacional, debe
añadirse la regulación específica dada en cada Comunidad Autónoma. En el caso de la
Comunidad Autónoma de Canarias se trata del DECRETO 127/2007, de 24 de mayo,
por el que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Secundaria
Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Canarias.
La organización de esta etapa educativa vendrá dada por los principios de
educación común y de atención a la diversidad del alumnado. En este sentido, los
centros deberán procurar una organización flexible de las enseñanzas, recurriendo a las
medidas de atención a la diversidad, organizativas y curriculares, reguladas por la
Administración.
En todo caso, Las medidas de atención a la diversidad que adopten los centros
estarán orientadas a la consecución de los objetivos de la educación secundaria
obligatoria por parte de todo su alumnado y no podrán, en ningún caso, suponer una
discriminación que les impida alcanzar dichos objetivos y la titulación correspondiente.
La finalidad de la educación secundaria obligatoria consiste en lograr que los alumnos y
alumnas adquieran los elementos básicos de la cultura, especialmente en sus aspectos
humanístico, artístico, científico y tecnológico; desarrollar y consolidar en ellos hábitos
de estudio y de trabajo; prepararles para su incorporación a estudios posteriores y para
su inserción laboral y formarles para el ejercicio de sus derechos y obligaciones en la
vida como ciudadanos (Art. 22.1 LOE).
Este planteamiento de la etapa se articula, pedagógicamente, en los objetivos de
la etapa, que contribuirán a desarrollar en los alumnos y las alumnas las capacidades y
competencias básicas. En la LOE y en el REAL DECRETO 1631/2006, de 29 de
diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la
Educación Secundaria Obligatoria estos objetivos se han fijado para el conjunto del
Estado, en los siguientes:
a) Asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a
los demás, practicar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre las personas y
grupos, ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos como valores
comunes de una sociedad plural y prepararse para el ejercicio de la ciudadanía
democrática.
b) Desarrollar y consolidar hábitos de disciplina, estudio y trabajo individual y en
equipo como condición necesaria para una realización eficaz de las tareas del
aprendizaje y como medio de desarrollo personal.
c) Valorar y respetar la diferencia de sexos y la igualdad de derechos y oportunidades
entre ellos. Rechazar los estereotipos que supongan discriminación entre hombres y
mujeres.
d) Fortalecer sus capacidades afectivas en todos los ámbitos de la personalidad y en
sus relaciones con los demás, así como rechazar la violencia, los prejuicios de
cualquier tipo, los comportamientos sexistas y resolver pacíficamente los conflictos.
e) Desarrollar destrezas básicas en la utilización de las fuentes de información para,
con sentido crítico, adquirir nuevos conocimientos. Adquirir una preparación básica en
el campo de las tecnologías, especialmente las de la información y la comunicación.
f) Concebir el conocimiento científico como un saber integrado, que se estructura en
distintas disciplinas, así como conocer y aplicar los métodos para identificar los
problemas en los diversos campos del conocimiento y de la experiencia.
g) Desarrollar el espíritu emprendedor y la confianza en sí mismo, la participación, el
sentido crítico, la iniciativa personal y la capacidad para aprender a aprender,
planificar, tomar decisiones y asumir responsabilidades.
h) Comprender y expresar con corrección, oralmente y por escrito, en la lengua
castellana y, si la hubiere, en la lengua cooficial de la Comunidad Autónoma, textos y
mensajes complejos, e iniciarse en el conocimiento, la lectura y el estudio de la
literatura.
i) Comprender y expresarse en una o más lenguas extranjeras de manera apropiada.
j) Conocer, valorar y respetar los aspectos básicos de la cultura y la historia propias y
de los demás, así como el patrimonio artístico y cultural.
k) Conocer y aceptar el funcionamiento del propio cuerpo y el de los otros, respetar las
diferencias, afianzar los hábitos de cuidado y salud corporales e incorporar la
educación física y la práctica del deporte para favorecer el desarrollo personal y
social. Conocer y valorar la dimensión humana de la sexualidad en toda su diversidad.
Valorar críticamente los hábitos sociales relacionados con la salud, el consumo, el
cuidado de los seres vivos y el medio ambiente, contribuyendo a su conservación y
mejora.
l) Apreciar la creación artística y comprender el lenguaje de las distintas
manifestaciones artísticas, utilizando diversos medios de expresión y representación.
El Decreto 127/2007 por el que se establece el currículo de la educación
secundaria obligatoria en la Comunidad Autónoma de Canarias asume estos objetivos
de modo literal y añade el exhorto, genérico, de que “se contribuirá al desarrollo de los
aspectos relacionados con la realidad, acervo y singularidad de la Comunidad
Autónoma de Canarias en el tratamiento de los restantes objetivos, según lo requieran
los currículos de las diferentes materias”.
Además de los objetivos generales de la etapa, la LOE introduce otro referente a
considerar en la toma de decisiones de carácter curricular denominado “competencias
básicas”.
Las competencias básicas son el conjunto de conocimientos, habilidades y
actitudes que debe alcanzar el alumnado al finalizar la enseñanza básica para lograr su
realización y desarrollo personal, ejercer debidamente la ciudadanía, incorporarse a la
vida adulta de forma plena y ser capaz de continuar aprendiendo a lo largo de la vida. Se
han definido las siguientes:
A. Competencia en comunicación lingüística: esta competencia se refiere a la utilización
del lenguaje como instrumento de comunicación oral y escrita, de representación,
interpretación y comprensión de la realidad, de construcción y transmisión del
conocimiento y de organización y autorregulación del pensamiento, las emociones y la
conducta. También incluye la habilidad de expresar e interpretar conceptos,
pensamientos, sentimientos, hechos y opiniones de forma oral y escrita, así como la de
comunicarse de forma apropiada en una amplia variedad de situaciones al menos en una
lengua extranjera al finalizar la educación básica.
B. Competencia matemática: mediante esta competencia se adquiere la habilidad para la
utilización de los números y sus operaciones básicas, así como de los símbolos y las
formas de expresión y razonamiento matemático en situaciones cotidianas, de modo que
se seleccionen las técnicas adecuadas para calcular, resolver problemas, interpretar la
información y aplicar los elementos matemáticos a la mayor variedad posible de
contextos.
C. Competencia en el conocimiento y en la interacción con el mundo físico: la
adquisición de esta competencia permite interactuar con el mundo físico, tanto en sus
aspectos naturales como en los generados por la acción humana, para comprender
sucesos, predecir consecuencias y mejorar las condiciones de vida propia, de las demás
personas y del resto de los seres vivos. Esto implica la conservación y mejora del
patrimonio natural, el uso responsable de los recursos, el cuidado del medioambiente, el
consumo racional y la protección de la salud individual y colectiva.
D. Tratamiento de la información y competencia digital: el dominio de esta competencia
supone el ejercicio de una serie de destrezas y habilidades que incluyen la obtención
crítica de información utilizando distintas estrategias y soportes, su transformación en
conocimiento y la adecuada transmisión mediante un conjunto de recursos que van
desde técnicas y lenguajes determinados hasta las posibilidades ofrecidas por las
tecnologías de la información y la comunicación. La competencia comporta asimismo
hacer uso habitual de los recursos tecnológicos disponibles para resolver problemas
reales de modo eficaz.
E. Competencia social y ciudadana: esta competencia proporciona las destrezas
necesarias para comprender la realidad social del mundo, adiestrarse en el análisis del
pasado histórico y de los problemas actuales, preparándose así para la convivencia en
una sociedad plural y contribuir a su mejora. Esto implica formar a las personas para la
asunción y práctica de una ciudadanía democrática por medio del diálogo, el respeto y
la participación social, responsabilizándose de las decisiones adoptadas.
F. Competencia cultural y artística: a través de esta competencia el alumnado podrá
apreciar, comprender y valorar de manera crítica la variada gama de manifestaciones
culturales y artísticas, familiarizándose con éstas mediante su disfrute y su contribución
para conservar y mejorar el patrimonio cultural y artístico. Supone el dominio de las
destrezas necesarias para la expresión de ideas, experiencias o sentimientos de forma
creativa.
G. Competencia para aprender a aprender: implica esta competencia el inicio en el
aprendizaje y la posibilidad de continuarlo de manera autónoma, tomando conciencia de
las propias capacidades intelectuales, de las estrategias adecuadas para desarrollarlas y
del propio proceso de aprendizaje. Son cruciales para adquirir tal competencia la
motivación, la confianza del alumnado en sí mismo, la autoevaluación, la cooperación,
etc.
H. Autonomía e iniciativa personal: con esta competencia se pretende, por una parte,
que el alumnado tome decisiones con criterio y desarrolle la opción elegida asumiendo
las consecuencias, adquiera habilidades personales como la autonomía, creatividad,
autoestima, autocrítica, iniciativa, el control emocional..., de modo que pueda afrontar la
adopción de soluciones distintas ante nuevos contextos. Por otra, se trata de que alcance
la facultad de aprender de los errores.
La forma en que los centros deben conciliar ambos referentes, objetivos
generales y competencias básicas, en el proceso de diseño y desarrollo del currículo, se
tratará en la unidad didáctica correspondiente. Sin embargo, ya se puede anticipar que la
organización y funcionamiento de los centros, las actividades docentes, las formas de
relación que se establezcan entre los integrantes de la comunidad educativa y las
actividades complementarias y extraescolares pueden facilitar también el logro de las
competencias básicas.
En el proceso de adquisición de las competencias básicas se destaca que la
lectura constituye un factor importante para su desarrollo, por lo que los centros deberán
garantizar en la práctica docente de todas las materias un tiempo dedicado a la lectura
en todos los cursos de la etapa.
En cuanto a las materias que habrá de cursar el alumnado, la regulación
avanzada por la LOE está marcada por la intención de evitar que el número de materias
que cursen los alumnos exceda en dos el número de áreas que venían cursando en la Ed.
Primaria. El motivo de esta limitación se relaciona con tratar de propiciar una
incorporación paulatina a un régimen de estudio más disciplinar y también, como
mecanismo facilitador de las estrategias de atención a la diversidad en estos primeros
momentos. Otra consideración que marca la organización y distribución de materias a lo
largo de la etapa es el deseo de combinar la aspiración de una educación común para
todo el alumnado con una progresiva diferenciación de materias según se avance de
curso, asociada a la diversidad de intereses, capacidades y motivaciones del alumnado.
En función de ello, la ley establece una organización común de materias en los tres
primeros cursos de la etapa, a diferencia del cuarto curso que tiene carácter orientador,
tanto para los estudios postobligatorios como para la incorporación a la vida laboral.
A lo largo de los tres primeros cursos de la etapa, todos los alumnos deberán cursar las
siguientes materias:
- Ciencias de la naturaleza.
- Educación física.
- Ciencias sociales, geografía e historia.
- Lengua castellana y literatura y, si la hubiere, lengua cooficial y literatura.
- Lengua extranjera.
- Matemáticas.
- Educación plástica y visual.
- Música.
- Tecnologías.
La LOE establece que las materias destacadas en negrita deberán cursarse en
cada uno de estos tres primeros cursos, mientras que las restantes se deberán cursar en
alguno de estos tres primeros cursos, pero no necesariamente en todos.
Además de estás materias, la LOE prevé que en uno de los tres primeros cursos
todos los alumnos cursen la materia de “Educación para la Ciudadanía y los Derechos
Humanos” en la que se prestará especial atención a la igualdad entre hombres y
mujeres, así como alguna materia optativa. En la oferta de materias optativas deberá
figurar, necesariamente, la Cultura Clásica y la Segunda Lengua Extranjera, aunque la
ley deja margen para que las distintas Administraciones educativas decidan incluir la
Segunda Lengua Extranjera como materia troncal.
Para el cuarto curso de la etapa, la LOE prevé que todos los alumnos deberán
cursar las materias siguientes:
- Educación física.
- Educación ético-cívica.
- Ciencias sociales, geografía e historia.
- Lengua castellana y literatura y, si la hubiere, lengua cooficial y literatura.
- Matemáticas.
- Primera lengua extranjera.
Además de las materias enumeradas en el apartado anterior, los alumnos deberán
cursar tres materias de las siguientes:
- Biología y geología.
- Educación plástica y visual.
- Física y química.
- Informática.
- Latín.
- Música.
- Segunda lengua extranjera.
- Tecnología.
A los efectos de facilitar la elección del alumnado, estas materias opcionales
para el alumnado, podrán ser ofertadas en grupos tres materias, definiendo opciones de
entre las que elegir.
Sin perjuicio de su tratamiento específico en algunas de las materias de la etapa,
la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, las
tecnologías de la información y la comunicación y la educación en valores se trabajarán
en todas las áreas.
Cada una de estas materias tiene asignado un mínimo de horas lectivas
obligatorias, establecido reglamentariamente a través del REAL DECRETO 1631/2006,
de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a
la Educación Secundaria Obligatoria. Este mínimo horario, que no puede suponer más
del 55% del horario escolar para los Comunidades Autónomas con lengua oficial
distinta del castellano, ni más del 65% para aquellas que no la tienen, será completado
por cada Comunidad Autónoma en el momento de establecer su propio currículo.
Efectivamente, es en el momento de definir el currículo propio de cada
Comunidad Autónoma cuando las Administraciones competentes en educación propias
de esa Comunidad Autónoma (en el caso de Canarias, la Consejería de Educación)
adopten las decisiones de organización de materias a partir de las propuestas generales
dadas por la LOE y se complete el horario semanal de las diferentes materias hasta
llegar al 100% del mismo.
Por ejemplo, este marco general, regulador de la oferta de materias educativas en
la ESO, se ha concretado en la Comunidad Autónoma de Canarias, en virtud del
DECRETO 127/2007, de 24 de mayo, por el que se establece la ordenación y el
currículo de la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de
Canarias, en la distribución de materias que se detalla en la Tabla 4. Se añade a la
misma la asignación horaria semanal.
En el ámbito de las cuestiones propias de la metodología didáctica, la LOE,
como no podía ser de otra manera, no concreta en exceso ni hace opciones específicas
por determinadas corrientes o interpretaciones del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya
la metodología docente es una competencia y una responsabilidad del profesor. No
obstante, la ley y sus desarrollos si detallan los siguientes principios pedagógicos
generales:
1. Los centros elaborarán sus propuestas pedagógicas para esta etapa desde la
consideración de la atención a la diversidad y del acceso de todo el alumnado a la
educación común. Asimismo, arbitrarán métodos que tengan en cuenta los diferentes
ritmos de aprendizaje de los alumnos, favorezcan la capacidad de aprender por sí
mismos y promuevan el trabajo en equipo.
2. En esta etapa se prestará una atención especial a la adquisición y al desarrollo de las
competencias básicas y se fomentará la correcta expresión oral y escrita y el uso de las
matemáticas. A fin de promover el hábito de la lectura, se dedicará un tiempo al mismo
en la práctica docente de todas las materias.
3. Las Administraciones educativas establecerán las condiciones que permitan que, en
los primeros cursos de la etapa, los profesores con la debida cualificación impartan más
de una materia al mismo grupo de alumnos.
4. Corresponde a las Administraciones educativas promover las medidas necesarias para
que la tutoría personal de los alumnos y la orientación educativa, psicopedagógica y
profesional, constituyan un elemento fundamental en la ordenación de esta etapa.
5. Asimismo, corresponde a las Administraciones educativas regular soluciones
específicas para la atención de aquellos alumnos que manifiesten dificultades especiales
de aprendizaje o de integración en la actividad ordinaria de los centros, de los alumnos
de alta capacidad intelectual y de los alumnos con discapacidad.
Respecto a la concepción general de la evaluación en la ESO, esta define como
continua y diferenciada según las distintas materias del currículo. La evaluación deberá
estar dirigida a determinar el grado de adquisición y desarrollo, por parte del alumnado,
de las competencias básicas y de los objetivos generales de la etapa. Como característica
añadida de indudable relevancia, queremos destacar que la evaluación deberá
extenderse a los procesos de enseñanza y la propia práctica docente.
El referente principal de la evaluación lo constituyen los criterios de evaluación de las
diferentes materias que integran el currículo.
El equipo docente constituido por el conjunto de profesores del alumno o
alumna que se evalúa, coordinados por el profesor tutor, actuará de manera colegiada a
lo largo del proceso de evaluación y en la adopción de las decisiones resultantes del
mismo: promoción y titulación.
Las decisiones sobre la promoción se adoptarán por el equipo docente al
finalizar cada curso escolar, amparándose en la información recopilada en el proceso de
evaluación. En este sentido, promocionará al curso siguiente el alumnado que haya
superado los objetivos de las materias cursadas o tenga evaluación negativa en dos
materias como máximo, y repetirá curso cuando tenga evaluación negativa en tres o más
materias. Excepcionalmente, podrá autorizarse la promoción con evaluación negativa en
tres materias cuando el equipo docente considere que el alumno o alumna puede seguir
con éxito el curso siguiente, que tiene expectativas favorables de recuperación y que
dicha promoción beneficiará su evolución académica.
Se establece la posibilidad de que, en las condiciones que en su momento determine la
Administración competente en educación, el alumnado con materias no superadas pueda
presentarse a las correspondientes pruebas extraordinarias.
Cuando se decida que el alumno o alumna promocione con materias pendientes,
se establecerá un programa de refuerzo destinado a recuperar los aprendizajes no
adquiridos y deberá superar la evaluación correspondiente a dicho programa, de tal
manera que su evaluación positiva será tenida en cuenta a los efectos de calificación de
las materias no superadas, así como de los de promoción y, en su caso, obtención del
título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
Cuando el alumno o la alumna no promocione, deberá permanecer un año más
en el mismo curso.
Esta repetición irá acompañada de un plan específico orientado a que el alumno
o la alumna supere las dificultades detectadas en el curso anterior. Es importante señalar
que el alumnado podrá repetir el mismo curso una sola vez y dos veces como máximo
dentro de la etapa. Excepcionalmente, un alumno o una alumna podrá repetir una
segunda vez el cuarto curso si no ha repetido en los cursos anteriores de la etapa.
Siempre que la segunda repetición se produzca en el último curso, se podrá prolongar el
límite de permanencia en la etapa, establecido en 18 años.
Con respecto a la titulación, quienes superen todas las materias de la etapa
obtendrán el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Asímismo,
podrán obtener dicho título aquellos alumnos y alumnas que hayan finalizado la etapa
con evaluación negativa en una o dos materias, y excepcionalmente en tres, siempre que
a juicio del equipo docente hayan alcanzado las competencias básicas y los objetivos de
la etapa.
Los alumnos y alumnas que al finalizar el cuarto curso de la ESO no hayan
obtenido el título podrán realizar una prueba extraordinaria de las materias que no hayan
superado.
Para el alumnado que, una vez agotadas sus posibilidades de permanencia en la
etapa, no hayan logrado alcanzar la titulación, la LOE prevé la posibilidad de que se
incorporen a un Programa de Cualificación Profesional Inicial.
El Bachillerato.
El bachillerato forma parte de la educación secundaria postobligatoria y
comprende dos cursos académicos. La edad teórica de ingreso en el Bachillerato es de
16 años. Los alumnos y las alumnas podrán permanecer cursando bachillerato en
régimen ordinario durante cuatro años, consecutivos o no.
La regulación específica de esta etapa viene dada, además de por lo establecido
en el Capítulo IV del Título de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación
(Art. 32 a 38), por el REAL DECRETO 1467/2007, de 2 de noviembre, por el que se
establece la estructura del bachillerato y se fijan sus enseñanzas mínimas. Dado lo
reciente de la aprobación de la normativa estatal que regula el Bachillerato, aún no
existe una regulación específica en las diferentes Comunidades Autónomas.
El bachillerato tiene como finalidad proporcionar a los estudiantes formación,
madurez intelectual y humana, conocimientos y habilidades que les permitan desarrollar
funciones sociales e incorporarse a la vida activa con responsabilidad y competencia.
Asimismo, capacitará a los alumnos para acceder a la educación superior.
Los objetivos generales del Bachillerato contribuirán a desarrollar en los
alumnos y las alumnas las capacidades que les permitan:
a) Ejercer la ciudadanía democrática, desde una perspectiva global, y adquirir una
conciencia cívica responsable, inspirada por los valores de la Constitución española
así como por los derechos humanos, que fomente la corresponsabilidad en la
construcción de una sociedad justa y equitativa y favorezca la sostenibilidad.
b) Consolidar una madurez personal y social que les permita actuar de forma
responsable y autónoma y desarrollar su espíritu crítico. Prever y resolver
pacíficamente los conflictos personales, familiares y sociales.
c) Fomentar la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres,
analizar y valorar críticamente las desigualdades existentes e impulsar la igualdad real
y la no discriminación de las personas con discapacidad.
d) Afianzar los hábitos de lectura, estudio y disciplina, como condiciones necesarias
para el eficaz aprovechamiento del aprendizaje, y como medio de desarrollo personal.
e) Dominar, tanto en su expresión oral como escrita, la lengua castellana y, en su caso,
la lengua cooficial de su comunidad autónoma.
f) Expresarse con fluidez y corrección en una o más lenguas extranjeras.
g) Utilizar con solvencia y responsabilidad las tecnologías de la información y la
comunicación.
h) Conocer y valorar críticamente las realidades del mundo contemporáneo, sus
antecedentes históricos y los principales factores de su evolución. Participar de forma
solidaria en el desarrollo y mejora de su entorno social.
i) Acceder a los conocimientos científicos y tecnológicos fundamentales y dominar las
habilidades básicas propias de la modalidad elegida.
j) Comprender los elementos y procedimientos fundamentales de la investigación y de
los métodos científicos. Conocer y valorar de forma crítica la contribución de la
ciencia y la tecnología en el cambio de las condiciones de vida, así como afianzar la
sensibilidad y el respeto hacia el medio ambiente.
k) Afianzar el espíritu emprendedor con actitudes de creatividad, flexibilidad,
iniciativa, trabajo en equipo, confianza en uno mismo y sentido crítico.
l) Desarrollar la sensibilidad artística y literaria, así como el criterio estético, como
fuentes de formación y enriquecimiento cultural.
m) Utilizar la educación física y el deporte para favorecer el desarrollo personal y
social.
n) Afianzar actitudes de respeto y prevención en el ámbito de la seguridad vial.
El Bachillerato se desarrolla en modalidades diferentes que se organizan de
modo flexible y, en su caso, en distintas vías dentro de cada modalidad, a fin de que
pueda ofrecer una preparación especializada al alumnado acorde con sus perspectivas e
intereses de formación o permita la incorporación a la vida activa una vez finalizado el
mismo.
Las modalidades del Bachillerato serán las siguientes:
- Artes.
- Ciencias y Tecnología.
- Humanidades y Ciencias Sociales.
La modalidad de Artes se organizará en dos vías alternativas, una referida a
Artes plásticas, diseño e imagen y la otra a Artes escénicas, música y danza. Las
restantes modalidades tendrán una estructura única, aunque dentro de cada una de ellas
se podrán organizar bloques de materias, orientados a facilitar la elección del alumnado.
Las enseñanzas del Bachillerato se organizarán a partir de tres tipos de materias:
materias comunes, materias de modalidad y materias optativas.
Las materias comunes del Bachillerato tienen como finalidad profundizar en la
formación general del alumnado, aumentar su madurez intelectual y humana, y
profundizar en aquellas competencias que tengan un carácter más transversal y
favorezcan seguir aprendiendo. Las materias comunes del
Bachillerato serán las siguientes:
- Ciencias para el mundo contemporáneo.
- Educación física.
- Filosofía y ciudadanía.
- Historia de la filosofía.
- Historia de España.
- Lengua castellana y literatura y, si la hubiere, lengua cooficial y literatura.
- Lengua extranjera.
Las materias de modalidad del Bachillerato tienen como finalidad proporcionar
una formación de carácter específico vinculada a la modalidad elegida que oriente en un
ámbito de conocimiento amplio, desarrolle aquellas competencias con una mayor
relación con el mismo, prepare para una variedad de estudios posteriores y favorezca la
inserción en un determinado campo laboral. Los alumnos y las alumnas deberán cursar
en el conjunto de los dos cursos del bachillerato un mínimo de seis materias de
modalidad, de las cuales al menos cinco deberán ser de la modalidad elegida. En la
Tabla 5 se presentan las materias de modalidad, propias de cada modalidad.
Las materias optativas en el Bachillerato contribuyen a completar la formación
del alumnado profundizando en aspectos propios de la modalidad elegida o ampliando
las perspectivas de la propia formación general. La oferta de materias optativas deberá
incluir una segunda lengua extranjera y
Tecnologías de la información y la comunicación y deberá regularse de tal modo que
permite la elección de, al menos, una materia de modalidad como materia optativa.
La orientación metodológica de los procesos de enseñanza y aprendizaje del
Bachillerato tenderá a favorecer la capacidad del alumnado para aprender por sí mismo,
para trabajar en equipo y para aplicar los métodos de investigación apropiados. Además,
desde las distintas materias se desarrollarán
actividades que estimulen el interés y el hábito de lectura y la capacidad de expresarse
correctamente en público así como el uso de las tecnologías de la información y la
comunicación.
La evaluación del aprendizaje será continua y diferenciada según las distintas materias y
se llevará a cabo teniendo en cuenta los diferentes elementos del currículo. El profesor
de cada materia decidirá, al término del curso, si el alumno o la alumna han superado
los objetivos de la misma, tomando como referente fundamental los criterios de
evaluación.
En el proceso de evaluación, el equipo docente, constituido por los profesores de cada
alumno o alumna coordinados por el profesor tutor, valorará su evolución en el conjunto
de las materias y su madurez académica en relación con los objetivos del bachillerato
así como, al final de la etapa, sus posibilidades de progreso en estudios posteriores. El
alumnado que no supere alguna materia en la convocatoria de junio, puede presentarse a
una prueba extraordinaria, que en la mayoría de las Comunidades Autónomas se celebra
en septiembre.
Las normas de promoción y repetición de curso establecen que se promocionará
al segundo curso del Bachillerato cuando se hayan superado todas las materias cursadas
o se tenga evaluación negativa en dos materias como máximo. Los alumnos y las
alumnas que no promocionen a segundo curso deberán repetir primero en su totalidad si
el número de materias con evaluación negativa es superior a cuatro.
Quienes no promocionen a segundo curso y tengan evaluación negativa en tres o
cuatro materias podrán optar por repetir el curso en su totalidad o por matricularse de
las materias de primero con evaluación negativa y ampliar dicha matrícula con dos o
tres materias de segundo en los términos que determinen las administraciones
educativas. En todo caso estas materias de segundo no podrán requerir conocimientos
incluidos en materias de primer curso no superadas, ya sea en función de lo dispuesto en
el anexo I de este real decreto o en lo que dispongan las administraciones educativas
para las materias comunes y optativas. La matrícula en estas materias de segundo tendrá
carácter condicionado, siendo preciso estar en condiciones de promocionar a segundo
dentro del curso escolar para que dichas materias puedan ser calificadas.
Los alumnos y las alumnas que al término del segundo curso tuvieran evaluación
negativa en algunas materias podrán matricularse de ellas sin necesidad de cursar de
nuevo las materias superadas.
Para obtener el título de Bachiller será necesaria la evaluación positiva en todas las
materias de los dos cursos de Bachillerato.
La Formación Profesional Específica.
La formación profesional, en el sistema educativo, tiene por finalidad preparar a los
alumnos y las alumnas para la actividad en un campo profesional y facilitar su
adaptación a las modificaciones laborales que pueden producirse a lo largo de su vida,
así como contribuir a su desarrollo personal y al ejercicio de una ciudadanía
democrática.
En cuanto a los objetivos que persigue la formación profesional en el sistema educativo
el artículo 40 de la LOE establece los siguientes:
a) Desarrollar la competencia general correspondiente a la cualificación o
cualificaciones objeto de los estudios realizados.
b) Comprender la organización y las características del sector productivo
correspondiente, así como los mecanismos de inserción profesional; conocer la
legislación laboral y los derechos y obligaciones que se derivan de las relaciones
laborales.
c) Aprender por sí mismos y trabajar en equipo, así como formarse en la prevención de
conflictos y en la resolución pacífica de los mismos en todos los ámbitos de la vida
personal, familiar y social. Fomentar la igualdad efectiva de oportunidades entre
hombres y mujeres para acceder a una formación que permita todo tipo de opciones
profesionales y el ejercicio de las mismas.
d) Trabajar en condiciones de seguridad y salud, así como prevenir los posibles riesgos
derivados del trabajo.
e) Desarrollar una identidad profesional motivadora de futuros aprendizajes y
adaptaciones a la evolución de los procesos productivos y al cambio social.
f) Afianzar el espíritu emprendedor para el desempeño de actividades e iniciativas
empresariales.
La formación profesional en el sistema educativo comprende un conjunto de
ciclos formativos con una organización modular, de duración variable y contenidos
teórico-prácticos adecuados a los diversos campos profesionales.
Los ciclos formativos serán de grado medio y de grado superior, estarán
referidos al Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales y constituirán,
respectivamente, la formación profesional de grado medio y la formación profesional de
grado superior (esta última encuadrada en el ámbito de la
Educación Superior).
Los módulos que integran los ciclos formativos están concebidos como el
instrumento para lograr la competencia profesional asociada a cada título de la
formación profesional, que constituye la referencia fundamental para definir la
formación. El perfil profesional que inspira cada ciclo formativo se define por expertos
de cada campo ocupacional, con la participación de las organizaciones empresariales,
sindicales y profesionales más representativas del sector.
Los módulos de formación teórico-práctica que comprenden los ciclos
formativos, pueden ser de dos tipos: asociados a una unidad de competencia (los más
específicos) y transversales o de base, que contribuyen a construir capacidades
transversales básicas para la competencia profesional del ciclo formativo
correspondiente.
Los ciclos formativos incluyen también un módulo de Formación en Centros de
Trabajo que deben cursar obligatoriamente todos los alumnos y alumnas. Se trata de un
bloque de formación específica que se desarrolla en la empresa y tiene como objetivos
aplicar los conocimientos teóricos aprendidos en los centros educativos en procesos
productivos concretos y situaciones laborales reales, así como conocer y comprender, de
forma real, la organización socio-laboral de un centro de trabajo.
La duración de cada ciclo formativo, así como de los módulos profesionales que
los integran, es variable en función de la naturaleza de la competencia profesional de
cada uno, y oscila entre 950 horas y 2000 horas de formación. Los ciclos de mayor
duración se organizan, generalmente, en dos cursos académicos.
En la actualidad, la oferta de la formación profesional implica unas 22 familias
profesionales que integran unos 130 ciclos formativos, tanto de grado medio como de
grado superior. La oferta exacta varía de unas Comunidades Autónomas a otras. Por
ejemplo, en la Comunidad Autónoma de Canarias, la oferta de familias profesionales
para el curso 2007/2008.
Las enseñanzas mínimas de cada título establecidas para todo el Estado incluyen
los objetivos generales de cada ciclo formativo, los módulos que los integran, su
duración total, los objetivos específicos (expresados en términos de capacidades) y los
criterios básicos de evaluación de cada módulo. Como ocurre con el resto de las
enseñanzas, las Administraciones competentes en materia de educación de las diferentes
Comunidades Autónomas dictan las disposiciones correspondientes al currículo de cada
ciclo formativo, en el ámbito de su competencia.
En cuanto a los condiciones de acceso, podrán cursar la formación profesional
de grado medio quienes se hallen en posesión del título de Graduado en Educación
Secundaria Obligatoria y a la formación profesional de grado superior quienes se hallen
en posesión del título de Bachiller.
También podrán acceder a la formación profesional aquellos aspirantes que,
careciendo de los requisitos académicos, superen una prueba de acceso regulada por las
Administraciones educativas.
Para acceder por esta vía a ciclos formativos de grado medio se requerirá tener,
con carácter general, diecisiete años como mínimo, y diecinueve para acceder a ciclos
formativos de grado superior, cumplidos en el año de realización de la prueba.
La evaluación del aprendizaje del alumnado en los ciclos formativos se realizará
por módulos profesionales. La superación de un ciclo formativo requerirá la evaluación
positiva en todos los módulos que lo componen.
Los alumnos que superen las enseñanzas de formación profesional de grado
medio recibirán el título de Técnico de la correspondiente profesión. Los alumnos que
superen las enseñanzas de formación profesional de grado superior obtendrán el título
de Técnico Superior.
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