EL GRAN RETO
Una producción de Francisco Arámburo S. Bahía de La Paz, Baja California
Con música
Fotos captadas enLa Paz, Baja Calif. (México)
y Salt Lake City (USA)
Al terminar las vacaciones e incorporarnos de nuevo a las clases en la Universidad, la mayoría de los
alumnos teníamos mucho qué platicar. Muchos habían viajado a diversos lugares y estaban ansiosos por narrar
sus experiencias. Por eso la excitación era general.
El viejo maestro de Sociología quería imponer silencio sin lograrlo. Con gran dosis de paciencia intentaba comenzar la clase.
“¡Muchachos, guarden silencio! ¡Jóvenes, por favor...!”Pero todos ignorábamos la solicitud y continuábamos
enfrascados en las conversaciones.
= NOTA =Aunque los personajes son
ficticios, los datos y conceptosson reales y valederos.
“Presten atención porque voy a decir esto una sola vez.” Y mirando a todos con firmeza agregó:
“Escuchen: aquí hay alumnos que sobran, ydesgraciadamente son la mayoría. ¡Entérense!”
Fue ahí cuando el maestro perdió la paciencia y nos habló como nunca lo habíamos oído antes. Elevando notable-mente el tono de su voz dijo con inusitada
fuerza:
Un espeso y pesado silencio reinó de pronto en todo el salón. Luego el profesor
continuó...Miren, jóvenes: desde que comecé a enseñar, hace ya muchos años, descubrí que nosotros los profesores trabajamos solamente para un 5% de los alumnos. En todos estos años he observado que de cada cien
alumnos, apenas cinco son los que realmente valen la pena hacer el esfuerzo para educarlos, esos que juga-rán un papel importante en la vida, destacarán en su
medio y harán alguna aportación al mundo.
Desgraciadamente esta es la pura verdad.
Así es. De un grupo de cien, apenas cinco se convierten en ciudadanos destacados, dirigentes respetables y profesionistas brillantes, contribuyendo así en forma
significativa a mejorar la calidad de vida de su comunidad y de sus semejantes.
El resto son solamente los ladrillos de la construcción, el material de relleno o de desecho, si queremos ser más exactos y llamarlos así. Ese otro 95% sirve sólo
para hacer volumen; son mediocres y pasan por la vida sin dejar rastro ni huella, nada firme ni trascendente.
Perdonen, pero esa es la realidad.
Lo interesante es que este porcentaje vale también para todos, incluyendo a los maestros mismos. Si
ustedes observan bien notarán que de cien profesores apenas cinco son aquellos que marcan la diferencia.
Igualmente de cien camareros, apenas cinco son excelentes; y de cien choferes... de cien sastres... de
cien barberos... apenas cinco son verdaderos y auténtica-mente profesionales. Y podría generalizarse más: Ciertamente de cien personas apenas cinco son
verdaderamente especiales.
Es una lástima no tener la forma de separar este cinco por ciento del resto, pues si eso fuera
posible dejaría yo en este salón a los escasos alumnos especiales que tienen interés por aprender, y mandaría a los demás afuera.
Entonces tendría aquí el silencio necesario para dar una buena clase a los que quisieran aprovecharla y dormiría tranquilo sabiendo que había invertido mi tiempo y mi esfuerzo en los mejores alumnos, y que estos multi-
plicarían con creces el producto de ese esfuerzo.
Pero desgraciadamente no hay forma de saber cuáles de ustedes son esos alumnos. Nadie puede saberlo. Sólo el tiempo será capaz de revelarlo. Por lo tanto tendré que
conformarme con intentar impartir mi clase a esos alumnos especiales que deben estar presentes entre ustedes, a pesar del desorden que está ocasionando el resto.
Claro que cada uno de ustedes siempre puede elegir a cuál grupo desea pertenecer. ¿En cuál quieren estar? ¿Quién está realmente interesado en aprender y quién no? ¿Y a quién de
ustedes le gustaría ser clasificado como parte del grupoque ya describimos?
Malecón de La Paz
Espero que haya quedado bien claro. Anden, mírense unos a otros y piénsenlo. Ustedes deciden.
¿Cuál camino quieren tomar?
No es necesario describir el silencio que se hizo en la clase y quedó flotando espesamente en el ambiente.
El nivel de atención que el maestro consiguió después de aquel discurso fue impactante.
¡Fue como una bomba!
El reto nos conmovió a todos, puedo decirlo, pues despues de ese momento nuestro curso tuvo un giro asombroso. Los alumnos tuvieron
un comportamiento ejemplar no sólo en esa clase sino en todas las demás.
Hoy no recuerdo ya muchas cosas de esas clases de sociología, pero el reto del profesor nunca lo olvidé. Me parece estarlo viendo todavía
ahí de pie, erguido frente a nosotros, disparando sus palabras como
certeras flechas directas a nuestra mente.
¡Qué gran lección!
Para mi, aquel maestro pertenece a ese grupo del 5% que marcó la diferencia en mi vida.
De hecho, muy dentro de mi percibí, como una luz,que él tenía razón, y desde entonces he hecho todo lo posible, aun en momentos difíciles, para procurar
estar en ese privilegiado y escaso grupo del 5%.
Han pasado ya muchos años desde entonces, perotodavía hoy medito acerca de esas sabias palabras.
Pero como él lo dijo, no hay forma de saber si estamos o no estamos incorporados, y sólo el tiempo
dirá a cuál pertenecemos.
Lo que hay que destacar y aprender de esta historia es esta conclusión: si no intentamos ser especiales en todo lo que
hacemos; si no desplegamos nuestro máximo esfuerzo; si no intentamos hacer lo mejor posible y utilizar nuestra máxima capacidad, seguramente formaremos parte de ese tumulto
informe de que están compuestas las multitudes.Universidad de Utah
¿Queremos formar parte de esa mediocre mayoría... o queremos ser parte de los privilegiados que mueven al mundo?
Una recopilación gráfica deFrancisco Arámburo Salas
¡Ese es el Reto!
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