Comunicación Para La Transformación Social 2013
Lic. Daniel Emilio Andada – UNLZ (clases prácticas) Página 1
Índice
Washington Uranga
UN ITINERARIO PARA LA ACCIÓN SOCIAL .................................................................................................... 2
EL DERECHO A LA COMUNICACIÓN ..................................................................................................................... 2
LA DIVERSIDAD Y EL CONFLICTO ......................................................................................................................... 3
LA MOVILIZACIÓN SOCIAL ................................................................................................................................ 3
LA COMUNICACIÓN, LA POLÍTICA, LAS OBAS PÚBLICAS .............................................................................................. 4
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Un Itinerario Para La Acción Social1
Se propone reflexionar acerca de una relación de la comunicación con las prácticas sociales, con el
derecho, con la diversidad, con el conflicto, con la movilización social.
El eje propuesto para esta recuperación del concepto de comunicación es el sujeto, como
protagonista de las transformaciones sociales
La práctica de la comunicación trascurre en la tensión entre la construcción de sentidos entre los
sujetos y entre las dimensiones culturales y políticas que atraviesan a los medios masivos.
Si buscamos que la comunicación sea vehículo y sostén, la debemos considerar en un terreno de
tensión permanente entre: 1) la producción de sentidos en lo micro, lo próximo y cercano y 2) con
los ámbitos propios de las industrias culturales. Esta dimensiones están en diálogo, tensión y
competencia permanente; es el escenario donde se produce sentido colectivo y por ende
conocimiento.
El sujeto comunicador como un protagonista de la historia social que se construye y que a la vez es
resulta de su entorno, del trabajo, la escuela y la cultura masiva en que está sumergido. Es ambas
cosas a la vez; qué esfera prevalece es cuestión de coyuntura.
Esto es: lo comunitario y popular no debe oponerse a la cultura masiva y comercial, ya que esta
última no tiene porqué estar siempre en riña con un proyecto de transformación social.
El desafío entonces es hacer comunicación masiva como si estuviera dirigida a un sujeto. Rescatar al
sujeto como eje central de la comunicación popular adecuando todo el proceso a la producción
masiva de bienes culturales. En este momento, dice el autor, el contexto ayuda (2012).
El derecho a la comunicación
Ahora el derecho a la comunicación se entrelaza y refuerza con los derechos humanos ya que
habilita a su vez al acceso a otros derechos. La comunicación permite conocer algo a lo cual se tiene
derecho; he ahí su vital importancia.
La comunicación se reivindica dada la posibilidad de expresarse, de manifestarse. La "escucha",
como contraparte, es el campo donde esas ideas comunicadas se expanden y provocan la reflexión
enriqueciendo a personas y colectivos. La "escucha" alimenta y potencia a la palabra. Se hace
perentorio desarrollar dentro de la masividad de los medios espacios para la escucha.
Se pueden observar expresiones artísticas y culturales que son propiciadas por las nuevas
tecnologías. Se abren por este medio nuevas instancias que solicitan un estudio pormenorizado
para evitar caer en especulaciones erróneas. Es necesario que estos espacios de producción no
queden aislados, se requiere que sean parte o germen de la transformación social. Las Tics
permiten que una producción hogareña no profesional se incorpore al espacio público a través de
las redes sociales.
1 Washington Uranga: Córdoba, agosto 2012
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La diversidad y el conflicto
Uranga nos indica que en Argentina y en gran parte de Latinoamérica nos vemos encerrados en una
lógica binaria de buenos-malos, amigo-enemigo. Dentro de esta lógica quedan enredados varios
matices de grises que ni son "tibios" ni indefinidos, solo son distintos puntos de vista que merecen
ser atendidos.
Si la comunicación alienta a la polifonía, la lógica amigo-enemigo conspira contra ella ya que por su
vía se acalla la diversidad de voces que hablan de lo complejo de la realidad y sin las cuales las
decisiones que se tomen serán erradas. La polarización atenta contra la diversidad, la pluralidad y
el derecho a comunicarse.
El conflicto surge ante miradas diferentes, pero puede ser también motor de creación. Se puede
construir un bien común con miradas dispares en la medida que se implementes instancias
mediadoras desde lo político-cultural y lo comunicacional. El problema se agrava cuando la solución
al conflicto se piensa desde la eliminación del oponente.
Los medios no son el canal para resolver el conflicto ya que son parte del mismo; participan en la
disputa por el poder económico-político. Desde el lado de las corporaciones los medios son usados
como arietes de ruptura de todo aquello que les detente el poder y amenace sus intereses. Desde
el gobierno se emplean los medios como el único canal para defenderse de su enemigo político.
También están los medios comunitarios enfrascados en su lucha reivindicadora.
El Estado debe garantizar el derecho a la comunicación y que el medio público sea un reflejo de la
diversidad y no solo un brazo del gobierno. Debemos buscar medios públicos que lo sean
realmente.
Esta dinámica requiere un replanteo del concepto de bueno y de malo. Debemos comprender que
nuestra perspectiva está acompañada tanto por buenos como por malos. No debemos creer que
quienes comparten nuestras son por ello buenos, en paralelo, hay en la contracorriente muchos
buenos también. Esto es: lo bueno y lo malo cohabita tanto en nuestra perspectiva como en la
opuesta.
La movilización social
La movilización social debe comprenderse en el marco de construcción de bienes públicos que se
apoya en la identidad de los actores sociales y no como una manifestación o movilización aislada. La
movilización alentada desde la comunicación nos garantiza un proceso colectivo de inter-relación.
El tiempo se percibe de modo diferente. Una actualidad coyuntural basada en el "presente" como
concepto totalizador desdibuja tanto a la historia como al anhelo utópico, al sueño, a aquello que
esperamos que pueda concretarse.
Ampliar la oferta de voces hace a la comunicación estratégica ya que contribuye a la movilización
social multiplicando, a través de su uso, los ámbitos de creación cultural.
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La comunicación, la política, las obas públicas
La política resulta una herramienta para el proceso de comunicación para la transformación social.
La discusión entre "periodismo militante" y "periodismo independiente" resulta vana y sus
derivaciones ya no aportan más que distraernos de lo fundacional. No existe la independencia en la
comunicación si esta significa neutralidad o falta de compromiso.
La comunicación requiere compromiso político porque es en sí un hecho político. Todo
comunicador adopta una visión en defensa de posiciones de cultura, política, intereses del medios,
etc. No hay neutralidad.
Desarrollar prácticas que visibilicen a todo los sectores con algo que decir y ampliar la agenda es el
aporte propuesto. Sin invisibles no hay temas velados ni reclamos acallados.
La pretensión no es la objetividad sino la veracidad. Esta búsqueda culmina con contenidos puestos
a juicio público que permitirán el discernimiento y la toma de decisiones. El comunicador es un
facilitador del diálogo público. Sin renunciar a sus posiciones y sin ocultarse tras la supuesta
objetividad.
El espacio público se ha convertido en la arena donde se disputa el poder, donde se dirimen los
conflictos sociales. El comunicador está en el mismo plano; puede o no estar de acuerdo con los
intereses que representa y ante las contradicciones del caso buscará el modo de resolver esta difícil
cuestión ética.
La participación ciudadana tiene correlato con la recuperación de la ciudadanía comunicacional. No
hay democracia política sin democracia comunicacional (Roncagliolo) y ambas alimentan a la
democracia política.
Para consolidar esta tesis se requieren políticas públicas de comunicación, basadas en los derechos
humanos, impulsadas por el Estado que permitan las iniciativas estatales, privadas, y a las voces de
todo tipo acceder al medio. Esto es lo que propone la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual.
La sociedad debe subsumirse en esta lógica comunicacional. Los diferentes sectores de la misma
debe apropiarse de esta lógica comunicacional que proponen las Tics para ampliar sus horizontes.
Es importante que todas las iniciativas en esa dirección estén dirigidas por políticas
comunicacionales y no quedar en una suma intentos aislados.
La comunicación opera sobre las políticas públicas informando el alcance de las mismas; esto
protege al ciudadano de que esta pueda ser mal usada resultando en avasallante de derechos. El
objetivo de una política pública es buscar el bien común y no debe ser monopolizada por el
administrador de turno. Una política pública debería contemplar los siguientes rasgos: ser
multiactoral, multisectorial, plural y diversa y cultural y políticamente significativa.