CONSTRUCCIÓN DE HÁBITATS SUSTENTABLES EN
PAISAJES TRANSFORMADOS DE BORDE
SECTOR QUIBA – ARBORIZADORA ALTA EN BOGOTÁ D.C.
MAYERLING SANABRIA BUITRAGO
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
FACULTAD DE ARTES
MAESTRÍA EN HÁBITAT
SEDE BOGOTÁ
BOGOTÁ, COLOMBIA
2015
CONSTRUCCIÓN DE HÁBITATS SUSTENTABLES EN PAISAJES TRANSFORMADOS DE BORDE
SECTOR QUIBA – ARBORIZADORA ALTA EN
BOGOTÁ D.C.
MAYERLING SANABRIA BUITRAGO
Tesis presentada como requisito parcial para optar al título de:
Magíster en Hábitat
Director: Jorge Enrique Sánchez Ruíz
Arquitecto y Magister en Historia y Teoría del Arte en la Arquitectura
Universidad Nacional de Colombia
Co- Directora: Edith González Afanador
Bióloga y Magister en Ecología Universidad Nacional de Colombia
PhD Ecología Regional Texas A&M Universitiy
Línea de Investigación:
Hábitat y Medio Ambiente
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
FACULTAD DE ARTES
MAESTRÍA EN HÁBITAT
SEDE BOGOTÁ
BOGOTÁ, COLOMBIA
2015
IV Construcción de hábitats sustentables en paisajes transformados de borde.
Sector Quiba – Arborizadora en Bogotá D.C.
Dedicado a
Mi familia y amigos, por su infinito amor y
paciencia…
“…Sera que existe algo así como una
“inteligencia social” en este planeta, capaz de
reorientar las acciones?...”
Jorge Mario Jáuregui
Agradecimientos
A los Profesores Edith González y Jorge Sánchez, por sus valiosos aportes y por haber
aceptado amablemente dirigir este proyecto de investigación.
A la Ing. Edda Lissete Beltrán, profesional especializado del Grupo Bordes Urbano –
Rurales de la Subdirección de Ecosistemas y Ruralidad de la Secretaria Distrital de
Ambiente por su gestión para adelantar el trabajo de campo y su apoyo en la
recopilación de la información documental utilizada como referencia en esta
investigación.
A la Ing. Nancy Obeira Castellanos y German Arévalo, profesionales especializados de la
Subdirección de Políticas y Planes Ambientales de la Secretaria Distrital de Ambiente,
por sus aportes y colaboración en la identificación de la problemática de ocupación en las
áreas de borde Sur en Bogotá.
A la Ing. Gladys Gómez Ariza por enriquecer la reflexión sobre las alternativas de gestión
social e institucional del Borde Sur
A Clara Lucia Matallana, por su amable invitación al foro de discusión: “Figuras de
Gestión Social del Territorio para Fortalecer el Modelo de Ocupación Campesino en el
Borde Urbano Rural Sur”, y su apoyo con el grupo de Bordes del Instituto Alexander von
Humboldt.
A Serio Gómez, D.I. por sus oportunas y acertadas observaciones al modelo dinámico
relacional bajo el Programa STELLA ®
Al Dr. Uriel Mora, Gerente de la Unidad Administrativa Especial Bosques de
Cundinamarca por permitirme culminar mis compromisos académicos bajo las licencias y
permisos concedidos durante este último año de maestría.
Resumen y Abstract VII
Resumen
Con esta investigación se desea abordar los modos de habitar en aquellas zonas
de borde sometidas a notables transformaciones del paisaje para reconocer la viabilidad
sistémica de un espacio de transición urbano - rural a partir de una herramienta
metodológica que permita identificar la complejidad de su situación; es decir, facilitar la
identificación de oportunidades alternas en la posterior construcción de un hábitat de
borde sustentable.
En este proceso se describirá entonces, un contexto particular de ocupación y uso del
territorio en el sector Quiba – Arborizadora Alta de la localidad de Ciudad Bolívar en
Bogotá, donde, bajo un modelo dinámico conceptual semi cuantificado se identificaran
aquellas relaciones que se perciben en este sector de borde, de manera que se pueda
establecer la tendencia de dicho paisaje complejo frente a cambios teóricos inducidos al
referido modelo y así, posteriormente señalar aquellas acciones que fomenten cambios
sustanciales hacia la sostenibilidad.
Palabras clave: Modos de Habitar, Sostenibilidad en los bordes, Paisaje
transformado habitado, alternativas emergentes.
VIII Construcción de hábitats sustentables en paisajes transformados de borde.
Sector Quiba – Arborizadora en Bogotá D.C.
Abstract
This research wants to know about the life in areas under edge of remarkable
transformations of the landscape, and recognize the systemic feasibility of such a
transitional space between urban and rural; to facilitate the identification of alternative
opportunities in building sustainable edge habitat.
This process is described a particular context of occupation and land use at Quiba
- Arborizadora Area’s of Ciudad Bolivar in Bogota, to identify systemically as it has been
building that now transformed landscape, and later notice those synergies under a
dynamic theoretical model to identify the trend of landscape transformed into highly
densified cities like Bogotá.
Keywords: Inhabiting modes, Sustainability at the edges, transformed landscape
inhabited, and emerging alternatives.
Contenido 9
Contenido
Resumen VII
Abstract VIII
Contenido ………………………………………………………………………………………9
Lista de figuras y tablas ............................................................................................ 11
Introducción............................................................................................................... 13
1. El paisaje de borde como hábitat emergente ..................................................... 18 1.1. Hábitat / habitar: evidencias de la evolución simultánea de lo natural y lo cultural......... 19 1.2 El paisaje bajo una visión sistémica de hábitat .................................................................. 23
1.2.1. La evolución de la percepción del paisaje ................................................................... 26 1.2.2 La estructura del paisaje desde lo sistémico............................................................... 29 1.2.3 Paisaje, sistema abierto hacia la autorregulación ........................................................ 31 1.2.4 El sistema paisaje transformado habitado: representación del hábitat / habitar ............ 33
1.3 Lo sostenible y lo sustentable en el desarrollo de las ciudades ......................................... 36
2. El paisaje transformado de borde Quiba - Arborizadora .................................... 41 2.1 Descripción del Área de Estudio (Los Lugares) ................................................................. 42 2.2 Descripción de los actores que transforman el área de Estudio.......................................... 58
2.2.1 Las comunidades de borde ....................................................................................... 59 2.2.2 Las instituciones comunitarias ................................................................................... 72 2.2.3 La Academia ............................................................................................................. 75 2.2.4 La institución Pública ................................................................................................ 77 2.2.5 La Industria Minera ................................................................................................... 79
2.3 Tejiendo las Tramas en el Paisaje de Borde (Los Modos de Habitar) ................................ 81 2.4 Proyectos de Sustentabilidad en los Bordes ..................................................................... 89
2.4.1 Gestión del Borde sur en Bogotá ............................................................................... 89 2.4.2 Red de reservas naturales de la sociedad civil en la laguna de la cocha .................... 91 2.4.3 Mesa de concertación del borde sur .......................................................................... 93 2.4.4 Cinturón verde metropolitano Medellín ...................................................................... 94 2.4.5 Experiencia interinstitucional, privada y comunitaria en la cuenca del Río Meléndez en el Municipio de Cali. ......................................................................................................... 96
2.5 El sector Quiba-Arborizadora frente a los proyectos exitosos de sustentabilidad en los bordes …………………………………………………………………………………………………….97
10
3. Hacia la construcción de hábitats sustentables y luego sostenibles .............. 102 3.1 Modelo Relacional sistémico de la Situación Actual del Área de Estudio ......................... 104 3.2 Aplicación del Modelo Sistémico de Análisis ................................................................... 108
3.2.1 Subsistema de transformación del paisaje por explotación de materiales para la construcción ...................................................................................................................... 110 3.2.2 Transformación del paisaje por ocupación campesina .............................................. 115 3.2.3 Transformación del Paisaje por Expansión Urbana ................................................... 120 3.2.4 Estabilidad Ecológica del Paisaje Natural .................................................................. 125 3.2.5. La Construcción social del espacio habitado............................................................. 128
3.3 Alternativas Emergentes para Contribuir a la Sustentabilidad de los Bordes ............... 136
4. Conclusiones ..................................................................................................... 147
5. Recomendaciones................................................................................................ 153
Anexo A: Archivos Digitales .................................................................................... 155
Anexo B. Documento soporte de diseño, configuración y fundamento del modelo de sistema dinámico implementado. ....................................................................... 156
Anexo C: Importancia de los ecosistemas secos andinos del distrito capital ........ 176
Bibliografía……………………………………………………………………………………..180
11
Lista de figuras y tablas
Figura 1 Fundamento teórico de los modos de habitar................................................................. 18
Figura 2 Ilustración de la relación entre los modos de habitar y el paisaje transformado habitado 22
Figura 3 Esquema conceptual genera de los modos de habitar ................................................... 28
Figura 4 Relación de estructura, proceso, organización o función y finalidad en un sistema........ 31
Figura 5 Esquema de la construcción conceptual de los modos de habitar ................................. 33
Figura 6 Localización general delo área de estudio Quiba Arborizadora ..................................... 42
Figura 7 Mapa de referencia para el área de estudio .................................................................. 43
Figura 8 Sectores diferenciados del área de estudio .................................................................... 44
Figura 9 Sector arborizadora alta del área de estudio .................................................................. 45
Figura 10 Referencia fotográfica de inestabilidad del terreno identificado en Arborizadora (Foto 1
mapa de referencia) .................................................................................................................... 46
Figura 11 Registro de la Ocupación expansiva actual hacia el cerro. (Foto 2 mapa de referencia)
................................................................................................................................................... 46
Figura 12 Registro Fotográfico de la condición del enclave subxerofitico de Arborizadora Alta (Foto
3 izq. Foto 4 der. Mapa de referencia) ........................................................................................ 48
Figura 13Localización del Plan Parcial proyectado Azoteas ......................................................... 49
Figura 14 Vista general del centro poblado de Quiba Bajo. (Foto 5 mapa de referencia) .............. 50
Figura 15 Sector Quiba Bajo del área de estudio y su relación con las áreas protegidas y el
parque minero del POT ............................................................................................................... 50
Figura 16 Registro General de las Viviendas Rurales de Quiba (Foto 6 mapa de referencia) ...... 51
Figura 17 Registro fotográfico área rural sector Quiba (Foto 7 mapa de referencia) ................... 52
Figura 18 Registro fotográfico del sector sur de la vereda Quba (Foto 8 mapa de referencia) ...... 53
Figura 19 Localización de los Parques Minero Industriales en Bogotá según POT 2004 ............. 55
Figura 20 Registro Espacial de los Títulos Mineros y las Zonas compatibles con minería en
Bogotá DC .................................................................................................................................. 56
Figura 21 Localización Geográfica de la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca
Alta del Rio Bogotá ..................................................................................................................... 57
Figura 22 construcción conceptual de los modos de Habitar para el Área de Estudio................... 58
Figura 23 Registro fotográfico de las actividades pecuarias e la zona (Foto 9 mapa de referencia)
................................................................................................................................................... 65
Figura 24 Registro fotográfico Iglesia San Martin de Quiba .......................................................... 66
Figura 25 Registro Fotográfico de la resistencia de la zonas rurales a la expansión urbana. Foto:
cortesía Asamblea Sur ................................................................................................................ 67
Figura 26 Registro fotográfico de la escazas áreas para el esparcimiento en los barrios sobre el
perímetro de borde del área de Estudio (Foto 10 mapa de referencia) ......................................... 68
12
Figura 27 Jornada de limpieza por parte del colegio Arborizadora Alta al cuerpo de agua del cerro.
Cortesía: SDA .............................................................................................................................69
Figura 28 Representación gráfica de los modos de habitar identificados i. ..................................83
Figura 29 Registro Fotográfico de expansión urbana en los bordes de Arborizadora ....................83
Figura 30 Representación gráfica de los modos de habitar identificados ii ..................................84
Figura 31 Representación gráfica de los modos de habitar identificados iii ..................................85
Figura 32 Representación gráfica de los modos de habitar identificados iv.................................89
Figura 33 Representación gráfica de los modos de habitar identificados v. ............................... 101
Figura 34 Esquema general de los modos de habitar identificados en la zona .......................... 103
Figura 35 Modelo Conceptual de los situaciones identificadas en Qiuiba _ Arborizadora .......... 105
Figura 36 estructura principal del modelo Stella ........................................................................ 106
Figura 37 perspectivas de Capra en el Área de Estudio ............................................................. 107
Figura 38 Equivalencias de los modos de habitar identificados bajo el modelo conceptual y el
programa Stella ......................................................................................................................... 108
Figura 39 Registro de variables identificadas para el primer proceso ........................................ 110
Figura 40 Modelo conceptual del proceso de extracción de materiales para la construcción. .... 111
Figura 41 Diagrama en Stella Diseñado para el primer proceso ................................................. 112
Figura 42 Registro Grafico de Tendencia del Primer Proceso .................................................... 114
Figura 43 Registro de Variables Identificadas para el segundo proceso ..................................... 115
Figura 44 Modelo conceptual del proceso transformación del paisaje por ocupación campesina
.................................................................................................................................................. 116
Figura 45 Diagrama en Stella Diseñado para el segundo proceso ............................................. 117
Figura 46 Registro Grafico de Tendencia del segundo Proceso ................................................ 118
Figura 47 Registro Grafico de Tendencia del segundo Proceso alterando los valores de una de
sus variables ............................................................................................................................. 119
Figura 48 Registro de Variables Identificadas para el tercer proceso........................................ 121
Figura 49 Mapa Conceptual del Sub sistema transformación del paisaje por expansión urbana
.................................................................................................................................................. 121
Figura 50 Diagrama en Stella Diseñado para el tercer proceso ................................................. 122
Figura 51 Registro Grafico de Tendencia del tercer Proceso ..................................................... 123
Figura 52 Registro Grafico de Tendencia del tercer Proceso modificando una de sus variables 124
Figura 53 Registro sobre el Programa de los valores alterados para reportar la tendencia de
cambio ...................................................................................................................................... 124
Figura 54 Registro de Variables Identificadas para el cuarto proceso ....................................... 125
Figura 55 Modelo conceptual del proceso estabilidad ecológica del paisaje natural................... 126
Figura 56 Diagrama en Stella Diseñado para el cuarto proceso ................................................. 127
Figura 57 Registro Grafico de Tendencia del cuarto Proceso .................................................... 128
Figura 58 Registro de Variables Identificadas para el quinto proceso ........................................ 129
Figura 59 Modelo conceptual del proceso construcción social del espacio habitado .................. 130
Figura 60 Diagrama en Stella Diseñado para el quinto proceso ................................................ 130
Figura 61 Registro Grafico de Tendencia del quinto Proceso .................................................... 131
Figura 62 Registro de la Condición Actual del Sistema ............................................................. 132
Figura 63 Registro Grafico de Tendencia del quinto Proceso incorporando valores de las
acciones emergentes identificadas ............................................................................................ 133
Figura 64 Registro del sistema al cuantificar acciones emergentes identificadas ....................... 134
Figura 65Gráfica de visualización a nivel macro del sistema de franja de borde. ........................ 135
Figura 66 Foto panorámica desde el cerro seco hacia la ciudad................................................ 141
13
Introducción
Abordar los fenómenos de transformación que presentan las grandes ciudades en
los bordes, es entrar a estudiar de manera categórica las relaciones entre las personas
y los lugares que habitan; pues es precisamente desde los territorios de borde donde se
percibe de manera más directa los modelos de intervención de los sistemas naturales y
la misma evolución urbana.
Actualmente las dinámicas que se presentan en las periferias son procesos tan
activos y poco sustentables que para la mayoría de las ciudades iberoamericanas el
crecimiento de los bordes se plantea como una de las problemáticas urbanas más
importantes en el desarrollo de las ciudades. Tal vez por esta razón, el estudio de las
periferias urbanas, ha evolucionado y ha dejado de enfocarse desde la planeación bajo
un concepto netamente geográfico de ordenación espacial para incorporar una
dimensión social y cultural donde se comienza a reconocer que las formas de
organización social y sus hábitos es lo que determinan finalmente la sustentabilidad de
dichos territorios.
Por tanto, al considerar los bordes como espacios donde se concentran dinámicas
particulares de ocupación, y que dependiendo de cómo se aborden podrían generar
logros importantes en el mejoramiento de la transición urbano - rural, su productividad y
la calidad de vida de sus habitantes; se propone con esta investigación el estudio
sistémico de los modos de habitar que presenta Quiba – Arborizadora en el borde sur-
occidental de Bogotá, de manera que se pueda identificar bajo un modelo dinámico
conceptual la tendencia del sistema en general al implementar teóricamente acciones
o estrategias emergentes que orienten su gestión hacia la sostenibilidad.
14
Para su cumplimiento, se desarrollaron como objetivos específicos: el análisis de
la situación particular de borde en Quiba - Arborizadora, donde inicialmente se
reconoció el contexto de paisaje a través de las diferentes caracterizaciones que se han
adelantado en el área de estudio y que fueron compiladas para esta investigación.
Posteriormente bajo este compendio, se identificaron las relaciones dinámicas
entre los actores que inciden en la ocupación de dicho territorio estableciendo su
influencia en los procesos de transformación que presenta el paisaje complejo actual.
Finalmente, se realizó un análisis del comportamiento del sistema bajo un modelo
dinámico semi - cuantificado1 diseñado en el programa STELLA ®2, en el cual, fue
posible explorar la influencia de cada una de las variables que a lo largo de la
investigación fueron emergentes y convergieron como elementos constituyentes del
referido modelo. De tal manera que al final bajo un ejercicio teórico de modelación de
una situación actual se puede identificar el cambio global del sistema frente al
fortalecimiento o mitigación de dichas variables que lo componen.
Esta iniciativa se abordó desde un concepto integral de paisaje; pues si bien el
paisaje es reconocido coloquialmente como aquel terreno valorado por su aspecto
escenográfico, esta definición no deja de ser una percepción simple y visual donde se
estima solo la parte estética del territorio; por el contrario, en esta investigación, se
perfila un concepto de paisaje en clave de hábitat, donde se abordan aquellas otras
dimensiones que contribuyen a su cambio y evolución.
Desde esta perspectiva, las adaptaciones humanas se consideran como
contribuciones contundentes y propias de la evolución de los mismos paisajes, pues la
configuración actual de cualquiera de ellos ha sido generada precisamente por las
prácticas sociales y culturales que en él se despliegan. Pese a que muchas veces en los
procesos de planificación el territorio se maneja como la estructura física de los espacios
habitados; son las significaciones propias de los que la habitan las que determinan su
desarrollo; es decir, sus procesos de construcción social, los modos de apropiación,
1 Para este ejercicio fue necesario cuantificar las relaciones identificadas durante la investigación para que puedan ser percibidos los cambios y la tendencia de estos, sobre el sistema en general 2 Structural Thinking Experimental Learning Laboratory with Animation
15
hábitos e intereses comunes van creando tejidos de significaciones tan propios que son
éstos los que van modelando los cambios y transformaciones en el paisaje.
Es por esta razón que el concepto de paisaje abordado en esta investigación, no
es posible plantearlo sin los habitantes y su influencia cultural como un componente
fundamental. Es necesario entonces ampliar la visión simple de paisaje visual hacia una
mirada sistémica, que integre, tanto la parte física donde se desarrolla, como a los
diferentes actores que intervienen e influyen en su evolución hacia un hábitat humano.
En esta labor, el sector de Quiba - Arborizadora en Bogotá ofrece todo una gama
de situaciones por explorar que contribuirán al interés planteado en esta investigación
respecto a: (i) evidenciar las relaciones entre el consumo de los recursos naturales, el
valor ecosistémico de la región y el sentido de territorialidad de sus habitantes; y (ii) el
reconocimiento de la influencia de las prácticas sociales y culturales en las
transformaciones físicas de estos territorios de borde, no solamente desde el punto de
vista de los impactos negativos por degradación de un espacio natural; sino a la
posibilidad de reconocer en esa relación, eventos alternos o situaciones poco evidentes
que puedan orientar una transición urbano rural más sustentable en este borde de
Bogotá.
Pero, si bien el análisis de las acciones antrópicas son determinantes en esta
investigación, es necesario no perder de vista el potencial natural y de servicios
ecosistémicos que zonas como estas aportan al equilibrio ecológico y urbano de la región
capital; pues la zona de Quiba – Arborizadora es uno de los pocos sectores en la sabana
de Bogotá, que por sus características climáticas y posición geográfica registra enclaves
secos (xerofíticos) que según estudios de Rivera (2014), son ecosistemas estratégicos ya
que tienen un alto potencial para la captura de CO2 y además poseen características
importantes para la restauración ecológica como especies facilitadoras en la dinámica
sucesional.
Pese a esta condición, esta zona ha sido reconocida más por el potencial de
materia prima para la construcción, que por su importancia en el equilibrio ecológico de la
región, pues la mayoría de los suelos del enclave xerofítico en Bogotá, cuenta con una
16
gran oferta de gravas, arena, limo y arcillas provenientes de la formación cono fluvio–
glaciar, que se extiende a lo largo del río Tunjuelo.
Esto promovió a que las actividades mineras generaran una fuerte presión sobre el
territorio circundante que aún conserva coberturas naturales y tierras agrícolas;
presentándose así, de manera paulatina, procesos alternos de aglomeraciones barriles
espontaneas y de segregación social que aún se perciben en esta zona de borde.
Ante un panorama tan dinámico de transformación de paisaje como este, se hace
necesario indagar sobre ¿cómo identificar acciones efectivas que contribuyan a
mejorar los modos de habitar en los bordes de ciudad sometidos a intensas
transformaciones de su paisaje inicial? Esta pregunta de investigación induce a
reconocer que bajo el enfoque de pensamiento sistémico es posible comprender una
realidad y descubrir aquellas acciones o conexiones contundentes que en dicho sistema
determinan su actual funcionamiento. Bajo este punto de vista entonces, es posible
explorar todas aquellas posibilidades que puedan inducir a la transformación de un
paisaje habitado, y es ahí donde los modelos relacionales dinámicos se reconocen como
una herramienta útil que permite registrar dichos cambios.
Al caracterizar sistémicamente este territorio, se hacen evidentes diferentes
dinámicas y relaciones que se manifiestan en el actual hábitat – habitar del área de
estudio, identificando estructuras y patrones de organización que teóricamente podrían
modificarse para contribuir a una sostenibilidad futura. Por tanto, el alcance de esta
investigación se establece con la interpretación de una situación actual de territorio de
borde bajo un modelo sistémico conceptual que evidencia las posibles trayectorias del
sistema desde una comprensión de la totalidad y no desde un análisis separado de sus
componentes.
En esta tarea, los patrones culturales construidos por el hombre, son considerados
como el gran componente adaptativo que requiere la mayor exploración; pues al igual
que las transformaciones biofísicas de un territorio, la cultura también evoluciona y se
diversifica, siendo esta condición la posibilidad de dimensionar alternativas para el
desarrollo de territorios sostenibles donde la construcción colectiva del hábitat se
consolida como el pilar más importante de los casos exitosos de hábitats sostenibles.
17
Este documento ha sido estructurado en 3 Capítulos; El primero, “El Paisaje de
Borde como Hábitat Emergente”, direcciona al lector hacia una comprensión más
holística del término tradicional de paisaje, desarrollándose así la fundamentación en
clave de hábitat abordada en esta investigación donde se resalta la cultura como
fenómeno fundamental en la transformación del paisaje.
Un segundo capítulo denominado “El Paisaje Transformado de Borde en Quiba
Arborizadora” está asociado al proceso de observación y análisis de las percepciones del
área de estudio. En este capítulo se identifica la problemática de ocupación desde los
diferentes actores a los que se tuvo acceso durante este periodo de investigación, las
cuales van tejiendo esas tramas particulares de los modos de habitar que se perciben
allí. Así mismo, en este capítulo se presentan algunos proyectos de referencia nacional
desarrollados en zonas de bordes considerados como experiencias exitosas en la gestión
colectiva del territorio que ratifican la importancia de la participación comunitaria en
procesos de transformación de hábitats.
Finalmente el Capítulo 3 “Hacia la Construcción de Hábitats Sustentables y
luego Sostenibles”, presenta el modelo conceptual implementado como técnica de
análisis para la comprensión de la realidad compleja de Quiba - Arborizadora en el
marco de un espacio/tiempo concreto que permite distinguir bajo unos diagramas de
tendencias no lineales la influencia de cada uno de sus componentes.
Con esta investigación finalmente se sugiere que la sustentabilidad de los bordes
está en el reconocimiento del paisaje como un sistemas adaptativo abierto donde se van
haciendo evidentes las huellas de todos sus actores, las que a su vez van y vienen
configurando las tramas de vida; es decir, los modos de habitar. Se hace evidente que
es allí donde emergen alternativas para la recuperación de aquellos territorios marginales
que actualmente se reconocen como zonas de tensión, donde se identifican tantos
conflictos sociales como intensas transformaciones antrópicas que han impactado en tal
grado su base natural, que los han proyectado hasta ahora como sistemas decadentes.
18
1. El paisaje de borde como hábitat emergente
Evaluar desde una perspectiva integral de hábitat, la condición de deterioro progresivo
que presenta actualmente el paisaje de las zonas de borde al sur de Bogotá; implica una
precisión de los razonamientos epistemológicos, teóricos y conceptuales planteados en
esta investigación.
Por esta razón, a continuación se presenta de una manera concreta aquellos
fundamentos acogidos a lo largo de esta investigación, y que se traducen bajo un
diagrama simple y genérico en la siguiente ilustración.
Figura 1 Fundamento teórico de los modos de habitar
19
1.1. Hábitat / habitar: evidencias de la evolución simultánea de lo natural y lo cultural
Si bien el concepto de hábitat fue acuñado inicialmente por las ciencias naturales
para definir aquel espacio geográfico donde se establece una especie (Odum, 1986) se
puede señalar entonces, que dicho lugar representa las condiciones más favorables
para que se desarrolle la vida; es decir, un territorio deseable. Y es bajo este precepto
que se desea abordar el hábitat humano.
Según Echeverría (2009), el hábitat es aquel contenedor que bajo campos
relacionales va construyendo dinámicamente escenarios de relaciones en donde cada
componente contribuye a la compleja trama del habitar. Al respecto, para Leff (1997), el
hábitat es la forma de inscripción de la cultura en un espacio geográfico, destacando, al
igual que Echeverría, el acto de habitar; y si bien el hábitat es un espacio físico, éste
está permeado por una serie de simbolizaciones y significaciones las cuales determinan
usos y ocupaciones particulares. Por tanto, no es posible conceptuar sobre el hábitat sin
prácticas de apropiación al territorio físico donde se desarrolla la acción de habitar.
Es evidente que en el devenir del habitar los territorios han sufrido alteraciones por
la intervención antrópica, inicialmente como única alternativa para sobrevivir, pero
actualmente se percibe que dichas alteraciones están en pro de un desarrollo y
crecimiento económico. Por eso, tal y como lo referencia Leff (1997), “habitar es el
proceso de renovación de la naturaleza desde identidades culturales diferenciadoras”, en
otras palabras, el medio donde los seres humanos complejizan su existir, perfilándose
así la cultura, como un componente fundamental a la hora de comprender los modos de
habitar.
Por otro lado, en la caracterización de hábitat abordada por Sánchez (2009) en su
artículo “El hábitat no es una cosa”, vale la pena destacar la relación que presenta entre
naturaleza, sociedad y habitante como componentes de un sistema dinámico, donde se
reconoce que el hábitat no podría describirse de manera completa sin identificar los
20
vínculos que relacionan cada uno de estos componentes; y hace la referencia también al
hábitat como expresión simbólica del comportamiento humano; es decir, un reflejo de la
expresión de las ideas, creencias y sentimientos tanto individuales como colectivas
donde se vinculan las acciones, las ideas y los sentimientos a las cosas mismas.
En este sentido se hace imprescindible ver el hábitat como un proceso en
permanente evolución, es decir, aquel tejido complejo de relaciones y procesos
dinámicos entre el ser humano con su entorno natural, los cuales son regulados bajo
una serie de conductas culturales intencionadas enfocadas en la búsqueda del bienestar.
Pues finalmente el hábitat humano no puede ser otro sino aquel que garantice una vida
satisfactoria para todos.
Teniendo en cuenta las referencias anteriores, sin duda los modos de habitar se
asocian con la manera como se articulan los diversos factores que contribuyen al
desarrollo de los territorios y su función transformadora (el territorio, y los que lo habitan);
por lo que la cultura, se vincula de manera directa, pues la misma historia del hombre, no
es posible comprenderla si no se considera como un proceso íntimamente vinculado a la
modificación de los ecosistemas. (Angel, 1996)
Al entender la cultura como aquel conjunto de elementos físicos, sociales y
simbólicos transmitidos por cada generación en la cual no es posible reconocerla de
manera aislada de la transformación del medio donde se desarrolla; se hace definitiva su
influencia en el estudio del hábitat humano, pues no solamente debe incluirse la
comprensión del espacio físico, sino también de los instrumentos de organización social
y de cohesión simbólica de los que en él habitan.
Por tanto, como una reflexión importante hacia la comprensión del habitar humano
está el reconocimiento del componente cultural en la transformación de los territorios.
Pues según Márquez (2002), la evolución cultural es un hecho tan natural como la
misma evolución biológica.
Desde donde se tiene referencia de los procesos evolutivos de la tierra, la
adaptación de la humanidad siempre ha estado haciendo frente a los cambios, por tal
razón, el papel del ser humano en las transformaciones de su medio son decisivas a la
21
hora de modelar el hábitat más apropiado para su desarrollo. El cambio de los hábitats
refiere entonces, tanto componentes de la naturaleza física de los territorios como las
tradiciones y enseñanzas recibidas a través del aprendizaje social que en ellos se
suscitan; siendo así el ser humano, además de la causa del cambio en un territorio,
también es el resultado de los procesos sociales y culturales que en esos ambientes
dinámicos se construyen.
La dicotomía del ser humano como ser biológico y como ser social, al cual se le ha
otorgado el poder consiente de la transformación, orienta a ubicar esta especie como un
elemento externo del medio donde se desarrolla, cuando finalmente viene siendo tanto
causa como resultado de la evolución en sí misma. Dicho proceso evolutivo ha reflejado
a través de la historia ciertos desequilibrios, lo que se ha promovido formas alternas de
adaptación al medio y por tanto formas distintas de relacionarse con él; es decir, la
supervivencia del hombre primitivo, vestido de pieles frente a la que ejerce el hombre
moderno con toda su tecnología representan un claro ejemplo de dichas adaptaciones y
formas distintas de relación con el medio. (Marquez, 2002)
Sin embargo, estas adaptaciones al medio que definen los modos de habitar son
diferenciables justamente por la conjunción cultural en los distintos territorios. Cada ser
humano ha sido dotado de manera desigual a procesos de acumulación cultural y resulta
ser muy distinto como percibe el territorio una persona de la ruralidad, a como lo hace
una persona que habita el centro de una ciudad; en este sentido, la percepción del
territorio estará dada por el capital cultural que cada individuo ha aprehendido a lo largo
de su trayectoria, en los cuales los procesos sociales y su relación con el territorio que
habita es definitivo.
Por tanto no es posible dividir el territorio físico de los que lo habitan y sus propios
procesos culturales y sociales para conceptualizar sobre las formas de habitar. El ser
humano es indivisiblemente un ser biológico y un ser social, pues es el resultado de los
cambios físicos que percibe de su territorio al igual que del aprendizaje social, y
herencias culturales, del cual hace parte y de los cuales también evoluciona y va
transformando su ambiente; en este sentido, los modos de habitar un territorio no se
limitan al estudio del ser humano y su medio, sino más bien, es el reconocimiento de
22
aquellos procesos dinámicos que presenta la trama de relaciones entre en ser humano y
su medio.
Entre dichos procesos dinámicos, es posible reconocer entonces que la cultura es
un elemento emergente de las tramas entre el medio natural y los procesos de
intervención de las sociedades a su medio, pues la ocupación y transformación de un
lugar va determinando finalmente las organizaciones sociales que en él se desarrollan y
son los tejidos de significaciones que las comunidades van elaborando en su habitar los
que determinan las características propias de los territorios.
Figura 2 Ilustración de la relación entre los modos de habitar y el paisaje transformado habitado
23
En este sentido, es posible reconocer entonces a la cultura como una estrategia
adaptativa, es decir, si el medio también determina las formaciones culturales y la cultura
a su vez también modifica y determina la estructura y el funcionamiento del medio, es
posible que a través de formas organizativas alternas de la cultura, se puedan mejorar
dichas adaptaciones hacia modelos más sustentables. Pues a través de la historia, se
reconoce que muchas sociedades han desaparecido al no haber establecido equilibrios
estables con el medio.
Sin embargo, complejizar los sistemas culturales puede que no sea la solución
directa, pues tal y como lo indica Odum (1986) el desconocimiento del hombre sobre la
manera de cómo están conformados los equilibrios en los sistemas naturales es todavía
de tal magnitud, que a pesar del desarrollo científico es el manejo inadecuado del
sistema natural la principal amenaza de la subsistencia de la vida misma.
Según Angel (1993), una cultura es un sistema complejo que se organiza
estrechamente según los limites del medio, pero tambien según los limites de la
tecnologia y de la organización social; entonces, la construccion de los habitat humanos
se consolidan sobre las posibilidades del medio, pero definitivamente es a traves del
desarrollo cultural, que los cambios y transformaciones se consolidan en el territorio. Sin
embargo, dichos cambios inducidos corren el riesgo de llegar a niveles de inestabilidad
tan altos, que pueden hacer inviable el sistema, a lo que las modificaciones culturales se
perfilan como la mejor alternativa para superar dicha crisis. “Una cultura que no
encuentre las formas tecnolóigicas y sociales para superar los límites que propone la
misma evolución del ambiente natural, no tiene futuro.” (Angel, 1996)
1.2 El paisaje bajo una visión sistémica de hábitat
Es indiscutible que para el estudio del paisaje y sus transformaciones es
necesario comprender la manera como los seres humanos se relacionan con su entorno,
y entre sí; pues finalmente todo obedece a sus propias necesidades y contextos
culturales.
24
Abordar dichas relaciones implica adoptar un enfoque sistémico en términos de
conectividades, relaciones y contextos; pues según Capra (1998) las propiedades
esenciales de un sistema son propiedades del todo que ninguna de las partes posee; es
decir, son propiedades emergentes precisamente de las relaciones y conexiones que se
manifiesten entre sus componentes en un espacio y un tiempo determinado.
Esta visión que se plantea bajo la teoría de los sistemas, es un
pensamiento contextual que marca la interdependencia de lo que compone un sistema
bajo un entretejido de eventos y fenómenos propios, promoviendo la aplicación de los
modelos de redes a todo nivel; por tanto, comprender el paisaje, es comprender las redes
que se generan en él.
Aparte del esquema relacional en redes propuesto por la teoría de los sistemas
para la profundización en el concepto de habitar, el proceso de conocimiento de una
realidad territorial se entiende como una acción subjetiva y no objetiva, pues es
precisamente el sujeto (y no el objeto), quien incorpora su propia interpretación como
observador de la realidad3. Es por esta razón, que abordar la transformación de los
paisajes habitados obedece a un fenómeno de descripción de la realidad a partir de la
visión del observador. “Lo que observamos no es la naturaleza en sí misma, sino la
naturaleza expuesta a nuestro método de observación” (Capra, 1998)
En este sentido, es importante indicar que no necesariamente la integración de
los componentes en redes, ni las propiedades o emergencias que puedan surgir de esas
interrelaciones son las únicas que caracterizan un sistema, sino que gran parte de ello
obedece al contexto mental y cultural que le da el observador a dichas relaciones.
Una clara orientación de esto es soportada por las analogías y diferencias
que presenta Echeverría (2009) entre espacio, vivienda, ambiente y territorio. El
espacio, entendido, no como un asunto de volúmenes o vacíos entre objetos, sino más
bien como aquella dimensión donde se crea el ser humano y expone que el espacio va
más allá de las dimensiones físicas (alto, largo, ancho, pequeño, grande), pues desde
Einstein y su teoría, se sabe que las dimensiones son relativas y de hecho, una
3 Este subjetivismo es idealismo o imposición de las ideas de un sujeto personal sobre la realidad. En sistémica, se habla de construcción del conocimiento como una relación sistémica de sujeto↔sujetos↔objetos, sujeto-cultura-realidad
25
percepción particular del sujeto, es decir, la determinación de un hábitat, depende del
punto de vista del observador. (Fals Borda, 1998).
Si bien el espacio, es considerado el sustrato de la estructura de un sistema, que
es en si mimo delimitable (por que sin duda la existencia misma del sistema es física),
solo es comprendido desde la experiencia perceptiva del obsevador, pues es observable
para todos, pero cada uno, desde su propio enfoque. Por tanto, tal y como lo menciona
Garciandía (2005), las fronteras de un sistema son un aspecto supeditado al observador
y a ciertas condiciones de la observación.
El espacio / tiempo toma forma a partir de las unidades concretas pero transitorias
de ocupación humana y toman vida en la medida en que son afectados por la actividad
del ser humano. Es así como se percibe entonces que en el hábitat, el espacio / tiempo
es una unidad flexible y variable producto de la construcción social de un territorio donde
se dan procesos de identidad y de sentido de pertenencia, pero donde también se
presentan conflictos por intereses políticos o económicos, pues no se puede desconocer
que un territorio se ordena sobre todo bajo unos lineamientos económicos donde la
finalidad última es favorecer procesos productivos y de consumo, es decir, garantizar que
el capital tenga fluidez. (Daza, 2006).
Cualquier evento se hace perceptible en un tiempo/espacio específico, cualquier
fenómeno presente en el hábitat humano está inscrito ahí, y si bien el efecto del tiempo
se relaciona directamente a la degradación de la estructura por la tendencia inevitable del
paso de los sucesos; también lo hace en cuanto a la evolución del sistema complejizando
su organización y así mismo su permanencia.
En tal sentido, se entiende la flexibilidad que le da a los espacios vivos en el hábitat
estos dos conceptos relacionados donde se desarrolla todo evento. De manera que, justo
desde el espacio/tiempo, se permite comprender un contexto y la evolución que
manifiesta a partir de sus construcciones sociales, donde se presentan
permanentemente tensiones y se ejercen poderes. Dichas transformaciones hacia la
evolución podrían ser nocivas cuando se supera la capacidad del sistema para regularse;
o favorables en la medida en que se supere la dualidad sujeto - objeto / naturaleza –
26
cultura / biológico – social, pues todo obedece a un mismo sistema y cada uno de ellos
cumple funciones únicas y complementarias dentro del mismo.
1.2.1. La evolución de la percepción del paisaje
Si bien en términos coloquiales se considera el paisaje como aquella extensión de
terreno reconocida por su aspecto escenográfico, esta definición no deja de ser una
percepción simple donde se valora meramente la parte estética o artística del territorio,
Sin embargo, sin desconocer la belleza escénica como una de las propiedades más
destacadas a la hora de definir un paisaje, es posible complementar el concepto de una
manera más holística como la expresada el Convenio Europeo del Paisaje, hecho en
Florencia el 20 de octubre de 2000, donde se describe como:
“(…) componente esencial del entorno donde viven las
poblaciones, el cual representa la expresión de diversidad de
su patrimonio común ya sea cultural, ecológico, social y
económico; que a la vez, fundamenta su identidad. (…)
Enfatizamos que el paisaje es un elemento esencial del bienestar
individual y social donde se reconocen aquellos factores que han
hecho posible las determinadas formas de territorio, pues son
finalmente las personas y sus acciones las que modelan
significativamente el paisaje”. (Europa, 2000)
En este sentido, se reconoce entonces al paisaje como aquella expresión
vinculante de las dimensiones sociales, culturales, geográficas y ecológicas de un
territorio del cual puede ser leída su propia evolución. El paisaje no solo representa la
escenografía de un tiempo presente, sino que a través de su estudio y observación es
posible reconocer su pasado, pues es allí donde queda registrada todas aquellas
acciones de habitar que reafirman la identidad de un territorio. En este mismo sentido,
desde 1968 Bertand citado por Ramos, (1979) sostenía que:
“El paisaje no se puede considerar como la simple suma de
elementos geográficos separados, sino que es el resultado de las
combinaciones dinámicas, a veces inestables, de elementos
físicos, biológicos y entrópicos que engarzados dialécticamente
27
hacen del paisaje un cuerpo único indisociable en perpetua
evolución”
Esta consideración de paisaje que se reconoce desde hace ya varias décadas,
apunta a un concepto más profundo y dado que el interés real es abordar aquellas
huellas de la actividad humana que han contribuido al cambio y evolución de los
territorios; la incorporación de los fundamentos del pensamiento sistémico resulta muy
pertinente.
Una adecuada evaluación del paisaje se debe construir sobre la base del análisis
de todos aquellos componentes que interactúan en un territorio sin perder de vista su
historia evolutiva y adaptativa; que en ultimas, son aquellas que les confieren ciertas
peculiaridades que permiten la diferenciación misma con respecto a otros lugares.
Bajo esta referencia, se podría afirmar que el paisaje en un sentido más profundo,
representa la relación entorno – acciones humanas, donde el entorno más que
representar todo aquello que rodea al ser humano, hace parte de él, por tanto, al
considerar el paisaje bajo este nuevo entendimiento donde el ser humano es un
componente y no un elemento externo que contamina y transforma sin miramientos; se
analiza el paisaje como aquel territorio donde el ser humano no se relaciona como la
especie dominante de la naturaleza, sino como un hilo más de la trama de la vida.
(Angel, 1996)
Desde esta perspectiva, el ser humano es una especie más, sin duda una muy
importante, pues su impacto ha sido muy grande sobre la naturaleza, más que el de
cualquier otra; pero dichos impactos y transformaciones finalmente representan un
producto en sí mismo de la evolución. Es por esto que abordar el concepto de paisaje
implica entender no solo las transformaciones de un territorio como una evolución
biológica, sino también bajo una evolución cultural que es la que influye directamente en
la magnitud e importancia de los cambios inducidos al paisaje.
28
Figura 3 Esquema conceptual genera de los modos de habitar
En este sentido, se entiende entonces, que la intervención humana en el paisaje
no supone siempre una brusca alteración, pues bajo una perspectiva natural el ser
humano es una especie más que cohabita este planeta y su evolución y desarrollo es
recíproco con el del ambiente, pues el tejido de relaciones mutuas entre los seres
vivíos y no vivos es dinámico y natural. Esto no quiere decir que la incidencia de las
alteraciones inducidas por ciertas especies tengan el mismo impacto; por el contrario, es
definitivo que las alteraciones inducidas por el hombre a su entorno representan el mayor
29
de los impactos por lo que es necesario identificar de manera clara y sistémica ese tipo
de intervenciones para no sobrepasar aquellos límites y hacer el sistema insostenible.
1.2.2 La estructura del paisaje desde lo sistémico
Tal y como lo describe Camargo (2005) podría ser abrumador enfrentarse al
estudio de cualquier situación desde el modelo sistémico, pues la diversidad de
elementos y complejidad de las interrelaciones que la constituyen puede ser infinitas; sin
embargo, ante tal desafío existe un método básico de análisis de los sistemas que no
está asociado a que tan simple o complejo sea; pues todo sistema puede ser analizado
en términos de estructura, organización, proceso y finalidad. (Capra, 2003)
En el estudio de la ecología del paisaje, donde el enfoque de trabajo es hacia los
mosaicos territoriales distinguibles en una imagen de satélite o fotografía aérea, se
involucra la estructura y función como componentes definitivos a la hora de inferir
patrones espaciales de una matriz de paisaje específica.
En esta ciencia natural, la estructura se refiere a las formas, tamaño, cantidad y
densidad de los elementos que componen el mosaico de usos y coberturas de la matriz
del paisaje, mientras que la función se refiere a aquellos flujos e intercambios de materia
y energía analizados bajo una escala particular y unos niveles de organización que
garantizan su funcionamiento. Por tanto, al ser una ciencia que se fundamenta en el
estudio de las relaciones entre las coberturas y usos existentes frente a los lujos de
energía o nutrientes se considera una definición análoga frente al pensamiento sistémico;
pues fue precisamente desde las ciencias naturales que se desarrolló la teoría de los
sistemas.
De la composición y los respectivos flujos e intercambios de materia y energía
que se presentan en un paisaje dado, se determinan procesos en el hábitat que inciden
en La Organización o Función de su estructura física; “el patrón de organización de
cualquier sistema vivo o no, es la configuración de las relaciones entre sus componentes,
las cuales determinan las características propias del sistema” (Capra, 1998); es decir,
para reconocer una condición especifica en el territorio, es necesario abordarlo desde
sus relaciones y conexiones funcionales. Mientras que La Estructura en sí misma,
30
representa la parte material de la organización, es decir, es la manifestación física de su
patrón de organización en términos de elementos, componentes y formas específicas.
Identificar la estructura de un paisaje desde el punto de vista sistémico significa
distinguir el conjunto de elementos vivos y no vivos que lo componen bajo sus patrones
de organización los cuales determinan las características esenciales del referido sistema.
En el capítulo las tres perspectivas de la vida del libro “Las conexiones ocultas”
Capra (2003) se involucra un tercer componente que viene a integrar la estructura con el
patron: El Proceso; el cual promueve de manera continua la materialización de la
organización en un sistema, es decir, tal y como lo define Garcialandía (2005) es “el
paso obligado que va desde la organización que se vuelve estructura y el paso de la
estructura a la organización”, todo esto al servicio de un mismo proposito, por lo que es
imperante incorporar un cuatro compomente en el estudio de todo paisaje que será La
Finalidad.
Existe una tendencia que enfoca la organización, la estrucutra y el proceso hacia
su integracion en un mismo proposito. Cualquier sistema posee varios procesos de
regulacion que van mas alla de las estructuras y que estan determinando un equilibrio en
el sistema4. Dicho equilibrio, producto de la confluencia entre la estructura, la
organización y el proceso esta enfocado en cierto modo a conlfuir hacia un fin
(Garcilandía, 2005). Por tanto bajo el concepto de paisaje desde un enfoque sistemico,
el mantenimiento de la vida misma (reconociendola como sistema abierto) obedece a
una compleja red de acontecimientos y tranformaciones que viene siendo la clave
integradora que lo mantiene dinámico y continuo.
4 El equilibrio es un concepto propio de la termodinámica clásica, de un sistema simple, estático, regular, cerrado y determinista. En sistémica o ecología se habla de equilibrio dinámico o inestable ya que las dinámicas y la incertidumbre propia de los sistemas complejos generan procesos no lineales alejados del equilibrio, y es esto lo que permite que aparezcan emergencias o procesos no previstos ni determinados a priori. El equilibrio significa que no hay movimiento, que no hay flujos de energía, materiales e información, y por lo tanto, es la muerte del sistema. Hay equilibrio físico interno en sistemas cerrados: homeostasis. Y no equilibrio externo en sistemas abiertos o estructuras disipativas irreversibles
31
Figura 4 Relación de estructura, proceso, organización o función y finalidad en un sistema
Puede que la gran diferencia entre el concepto de paisaje en las ciencias
naturales y el que se aborda en esta investigación en clave de hábitat se fundamente en
la inscripción del ser humano al sistema paisaje. Pues, en ecología, el estudio del paisaje
relaciona las acciones humanas como un factor de perturbación a analizar, es decir,
como un elemento externo al sistema; mientras que en este abordaje de paisaje en clave
de hábitat, se integra al ser humano y sus acciones como parte de él, un elemento más
que determina su desarrollo y evolución.
1.2.3 Paisaje, sistema abierto hacia la autorregulación
Indicar por qué el paisaje es un sistema que en sí mismo se autoregula, es
comenzar por entender la presencia permanente de los estados de equilibrio y no-
equilibrio de los sistemas, donde dicha relación antagónica se transforma en una relación
de complementos (Garcilandía, 2005).
32
La vida, se sustenta en cierta medida en procesos homeostáticos, en donde se
articulan procesos tanto de degradación, contaminación y desorganización, como de
producción promoción y reorganización. Tal vez por esta razón, se reconoce ese nexo
antagónico indisociable desde el pensamiento sistémico. En este sentido, para estudiar el
paisaje es necesario examinar ese conjunto de acciones reguladoras mediante las cuales
se desencadena simultáneamente la producción y la descomposición que genera
posteriormente una reorganización.
Ese conjunto de acciones reguladoras está asociado a la estructura y
composición de dicho sistema; todo sistema, al poseer una estructura física que está
sometida inevitablemente a la variabilidad de sus propios componentes a través del
tiempo, sufre procesos de síntesis y degradación permanentes, lo cual hace que exista
un flujo constante de materia y energía que afecta la estructura. (Garcilandía, 2005)
Cuando dicho flujo entra y sale del sistema se reconoce como sistemas abiertos:
_...Desde un planteamiento lógico resulta absurdo que si un
sistema atravesado permanentemente por un flujo de materia y
energía, toda su composición se modificara a cada instante.
Entonces, ¿Cómo puede ser reconocido como el mismo sistema
si su estructura o composición no es la misma?. El hecho de ser
organización cerrada hace que permanezca invariable el
esquema de las relaciones, el tipo de organización que lo
identifica como sistema determinado. ”… (Garcilandía, 2005)
Es así entonces, que el carácter cerrado de la organización se torna
complementario con la constante apertura de la estructura, de esta manera, la estructura,
al ser abierta, incorpora variabilidad en el sistema permitiendo su evolución y cambio; y
la organización al ser cerrada, incorpora una forma estable, autónoma e identificable, es
decir, garantiza la permanencia.
Desde la teoría de los sistemas entonces se señala con claridad la propiedad
evolutiva de un paisaje sustentable bajo los sistemas abiertos, pues la apertura es
necesaria para la renovación y en ese sentido para la supervivencia y permanencia de
dicho sistema.
33
1.2.4 El sistema paisaje transformado habitado: representación del hábitat / habitar
Bajo una contextualización sistémica, se puede indicar que el paisaje es pues, la
expresión de las interacciones complejas entre el ambiente, la sociedad, las
percepciones propias del individuo frente a su territorio y sus propios patrones de
comportamiento al habitar individual o en colectivo; es decir, lo que en esta investigación
se denota como los Modos de Habitar. Por tanto, el producto de dichos modos de
habitar será pues el paisaje trasformado habitado.
Figura 5 Esquema de la construcción conceptual de los modos de habitar
34
En el diagrama anterior se identifican entonces, aquellos elementos que serán
abordados para comprender las transformaciones del Paisaje Habitado presente en el
área de estudio el cual se aborda de manera sistémica en esta investigación.
Sociedad /Habitante: En cuanto al componente identificado como sociedad e
individuo, entendidos como “los otros” y el “ser”, son los actores que participan en
la transformación del espacio geográfico haca un hábitat humano de manera
individual o colectiva. Se entiende entonces en esta investigación este
componente como aquel grupo de personas que comparten lazos económicos,
ideológicos o políticos los cuales les permiten establecer características de
identidad que finalmente se ven reflejadas en procesos de pertenencia,
adaptación, participación o comportamiento diferenciado en el territorio.
Por lo que para el análisis de los espacios socio-naturales (paisajes) se debe
partir de la base de que dichas áreas son el resultado de las experiencias
humanas en tiempos determinados y que adquieren significado a través de la
intencionalidad de los grupos sociales que en ellos cohabitan o que intervienen
de manera indirecta en su ocupación; en este caso, las comunidades de borde en
la zona de estudio, la industria minera, la administración pública, la academia, las
comunidades locales etc.
Dentro de este componente se reconocen tanto las acciones colectivas como
también las acciones individuales, pues son las Percepciones e interpretaciones
propias de cada ser humano las que según Capra, (2003), determinan la vida
misma; es decir, al estar las percepciones individuales directamente asociadas
con la actividad mental y los procesos neuronales propios de cada uno donde la
mente es entonces el instrumento principal de interpretación de la realidad. Dicho
de otro modo, los procesos mentales complejos vinculan las percepciones
sensoriales, las emociones y la memoria en una experiencia de vida que, según el
nivel de conciencia, puede conducir al pensamiento reflexivo del actuar y por
tanto del habitar. Por tanto, las escalas y temporalidades en las que se manifieste
35
el fenómeno de habitar depende en gran medida de ése proceso cognitivo creado
en el espacio vivido5.
Ambiente Físico: Este componente obedece claramente a la definición de Leff
(2000), donde el ambiente actúa como el soporte donde que permite la
articulación de los procesos físicos, biológicos, políticos, económicos y culturales,
es decir, es aquel contenedor donde se desarrollan los modos de habitar. En este
sentido, el “ser” y “los otros”, entendidos como el individuo y la sociedad
respectivamente son los directos transformadores de ese soporte estructural
llamado ambiente.
Cultura: Finalmente, entre los que transforman y el ambiente físico , “la cultura”,
se ratifica como el componente “modelador” del paisaje, pues son las pautas de
conducta individual o de un grupo social las que influyen de manera definitiva en
la transformación de los territorios.
Al abordar la cultura como un componente importante del concepto de Paisaje
Transformado Habitado - PTH, es necesario tener en cuenta la influencia de los
patrones de comportamiento propios de la naturaleza del hombre y su relación
con los otros, los cuales construyen sinergias que particularizan la manera como
se modela y transforma el territorio.
En este sentido, Angel (1996) en su libro, “El Reto de la Vida, Ecosistema y
Cultura”, muestra como el Ecosistema y la Cultura emergen de la naturaleza, es
decir, la misma cultura ha sido la plataforma que el hombre ha construido para
poder adaptarse a la evolución natural que presentan los ecosistemas vivos. Por
lo que hay que considerar entonces a la cultura como una estrategia adaptativa
por las estructuras sociales a su medio.
La especie humana, es otro producto más de la evolución, pero la capacidad de
generar cultura sería entonces uno de los rasgos distintivos de la raza humana
frente a las demás especies vivas del planeta, y teniendo en cuenta que muchos
5 Una mirada sistémica implica que no se consideren las cosas por separado, por lo tanto las percepciones del sujeto individual son construidas conjuntamente con las percepciones de los demás sujetos construidos a través del lenguaje (Cultura), por lo tanto, no es solo un sujeto, sino sujeto-s o intersubjetividad)
36
de los patrones culturales han sido heredados, son susceptibles a cambios, es
decir, podrían ser dirigidos como ocurre en los hábitos y las costumbres,
adquiridas a formas más sustentables de relaciones con el medio.
Teniendo en cuenta lo anterior, y retomando la trama de fenómenos interdependientes
que se crean al relacionar los componentes del diagrama, surgirá entonces el concepto
de Paisaje Transformado Habitado - PTH; pues es el paisaje aquel territorio
heterogéneo transformado y adecuado, donde se aprecia la manifestación pura de
la evolución resultante entre la relación naturaleza- ser humano, es decir, los
modos de habitar que obedecen a un de espacio y tiempo específico. En otras
palabras, serán aquellas percepciones de la realidad formadas bajo un contexto
particular de relaciones y tejidos creados entre sus componentes que están en
permanente evolución.
1.3 Lo sostenible y lo sustentable en el desarrollo de las ciudades
Tras la historia de la evolución de la raza humana en este planeta, ha sido
definitiva y concluyente la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología. El ser humano
ha adquirido y perfeccionado el poder de transformar, de innumerables maneras y en
una escala sin precedentes cuanto lo rodea; pero durante este proceso el consumo de
los recursos ha sido importante, tanto así que se ha adaptado el adjetivo sostenible para
denotar alguna acción en pro de la conservación del medio ambiente o en su defecto no
perjudicial (vivienda sostenible, agrología sostenible, desarrollo urbano sostenible etc).
La retórica sobre el desarrollo sostenible comenzó a tener trascendencia a nivel
global tal vez desde la primera cumbre mundial sobre medio ambiente y desarrollo
adelantada en Estocolmo en 1972, donde se comenzó a vislumbrar a futuro los posibles
impactos de la acción del hombre al medio; por lo que en su principio No. 2 enfatiza la
preservación de los recursos naturales en beneficio de las generaciones presentes y
futuras. Desde allí, se perfila la tan llamada ola verde, donde el compromiso
fundamental frente a toda acción o producción del hombre seria direccionada bajo el
37
respeto a la naturaleza de manera que se garantizaran así las condiciones futuras de
habitabilidad de la tierra.
De esta manera, el concepto de desarrollo sostenible comenzó a formar parte no
solo de los planes de gobierno de algunos estados sino que también de acciones civiles
donde población inconforme ha promovido la formación y mantenimiento de grupos y
sociedades en defensa del Medio Ambiente.
Sin embargo, es preciso diferenciar el significado entre el concepto de
sustentabilidad y sostenibilidad, pues las implicaciones del uso de uno u otro termino son
diferenciables.
La sostenibilidad tiene como antecedente el Informe Brundtland, el cual
consolida una visión crítica del modelo de desarrollo adoptado por los países
industrializados e imitado por las naciones en desarrollo, del cual se destaca la
incompatibilidad entre los modelos de producción – consumo, el uso racional de los
recursos naturales y la capacidad de soporte de los ecosistemas; y enfatiza la
consolidación de una mejor calidad de vida pero dentro de los límites de los ecosistemas.
Así concebido el desarrollo sostenible es mucho más que la protección al medio,
implica una preocupación por las generaciones futuras, por su calidad de vida y por el
medio ambiente a largo plazo.
Por otro lado, desde la definición básica, el adjetivo sostenible refiere a algo
que está en condiciones de conservarse o reproducirse por sus propias características,
sin necesidad de intervención o apoyo externo, es decir, en términos de hábitat, éste es
sostenible, en la medida en que posea elementos que permitan asegurar el “espacio
vital”; es decir, aquel territorio donde se admiten manifestaciones de cotidianeidad entre
los grupos humanos que conviven y que a través del tiempo van construyendo un
equilibrio dinámico el cual va modelando el espacio físico donde se desarrolla sin saturar
ni agotar los recursos disponibles que provee la naturaleza misma.
Esta condición conlleva entonces al compromiso de mantener a lo largo del
tiempo, la vitalidad del sistema. Es decir, que su propia dinámica garantice la posibilidad
de mantener la vida sobre la base de sistemas naturales aún y no de manera artificial.
38
Por otro lado, lo sustentable, entendido en el sentido estricto de su definición,
como aquello que se puede sostener en un momento especifico, induce a la reflexión en
torno a las ciudades de: ¿Qué es lo que la sostiene?, y ¿qué es lo que se quiere sostener
en realidad?. En este sentido, es importante tener en cuenta lo que actualmente se
reconoce de los sistemas de ciudad, donde existen unos servicios ambientales que
presta la naturaleza y por otro lado, la demanda que se mantiene desde los sistemas
socio-económicos inscritos en ella.
Para comprender esta relación y donde se fundamenta su desequilibrio es
necesario aceptar que el hombre es parte de la naturaleza y no algo que está por encima
de ella. Es decir, reconocer las necesidades humanas de manera sistémica pues como
ejemplo, el problema de la alimentacion no se puede resolver sin atender el problema del
empleo, y este a su vez sin resolver el tema de la recreación etc. Pues según Neff “la
unica manera de llegar a una sostenibilidad es conjugar el crecimiento economico con la
salubridad social, y con el crecimiento personal”
Independientemente de que el término sea sostenible o sustentable, lo
fundamental, es que el concepto sugiere una calidad del espacio vital de la gente; por
tanto, para esta investigación la sustentabilidad y la sostenibilidad son entonces una
consecuencia de la otra, pues es necesario inicialmente construir un equilibrio dinámico
entre los componentes de un sistema que le permitan su reconocimiento y visibilidad
(sustentabilidad) y así, posteriormente, adelantar acciones para su permanencia
(sostenibilidad).
Frecuentemente cuando se abordan los temas de crecimiento urbano, se asocia
con algo negativo en términos ambientales, por lo que es necesario hacer una reflexión
sobre la importancia del ambiente natural y su relación con las ciudades.
Desde la revolución industrial se tiene la percepción que la relación más directa
entre los ambientes naturales circundantes y las ciudades está específicamente en la
demanda de recursos para su crecimiento y mantenimiento, pues este depende
directamente del consumo de recursos y materias primas para la producción y desarrollo
urbano. Sin embargo, actualmente existen iniciativas a nivel institucional que reconocen
aquellos espacios naturales como elementos de bienestar no solo por la oferta de
materiales para la producción, sino también como elementos con los que se crean sanas
39
dependencias, en donde los espacios naturales contribuyen tanto a la salud mental como
física de sus habitantes.
En este sentido, es importante reconocer la estrategia de recuperación de los
espacios del agua adelantada por el programa Bogotá humana dentro de los ajustes
excepcionales al POT donde, mediante acciones que promueven la compactación del
desarrollo de la ciudad, la re naturalización de los cuerpos del agua y la re densificación
de las áreas forestales a través de programas de recuperación de la Estructura Ecológica
Principal; se reconoce a los espacios naturales circundantes en la ciudad como vitales
para restablecer progresivamente la calidad de vida de los ciudadanos y dirigir la ciudad
a la sustentabilidad.
Se puede considerar que esta es una época de urbanización sin precedentes;
pues las ciudades son el hogar de la mayoría de la humanidad; que si bien cubren el
menor porcentaje de territorio por país, son evidentemente las áreas que más consumen
recursos y las que mayor producción de residuos genera; así que pensar en estrategias
para mejorar la calidad de vida y la satisfacción plena de las necesidades básicas de sus
habitantes bajo los modelos que sobre desarrollo se conocen, resulta ser abrumador;
ante esto, Carrisoza (2002) expresa que una salida posible ante las tendencias
insostenibles de las ciudades sería aceptar la complejidad del caso:
“Aceptar la complejidad significa mirar con un poco de alejamiento los
modelos que se hicieron en el siglo XIX sobre desarrollo, mirar con un
poco de alejamiento los modelos que han tenido éxito en el corto plazo y
aceptar que la solución no está solamente de la economía, la filosofía, la
sociología, la ingeniería, la arquitectura ni el urbanismo, sino que
encuentra mirando ampliamente, porque solamente mirando
ampliamente se puede identificar y aceptar la complejidad”. (Carrisoza,
2002)
Se debe partir entonces reconociendo que los actuales problemas de la
sustentabilidad de las ciudades no están aislados de las dinámicas sociales, naturales y
hasta económicas propias de un territorio, y que una mirada amplia debería reconocer
asentamientos más eficientes, en términos de consumo y producción, donde se
reconozcan condiciones saludables y seguras para el desarrollo de todos sus habitantes
dentro de un marco de justicia social.
40
En este sentido se percibe que para Bogotá, se ha desarrollado un esquema
claramente inequitativo entre lo urbano. Según la Secretaria Distrital de Planeacion,
(2014) es una práctica común que las comunidades altamente vulnerables otorguen sus
derechos sobre los suelos rurales a derechos sobre suelos urbanos, sin ninguna
obligación de desarrollarlos en el tiempo ni bajo condiciones urbanísticas mínimas, o de
incrementar usos y densidades como otros beneficios a quienes han entregado sus
suelos, y quienes entonces tienen que trasladar sus actividades a la ciudad.
Esta es una dificultad identificada en el área de estudio, y puede que ésta se
presente posiblemente por la poca eficacia que traen los acuerdos a largo plazo
adelantados con las entidades públicas encargadas de dar el lineamiento para el
desarrollo de las ciudades y la ausencia de un modelo de ocupación en los bordes que
sea el correlato de un modelo de ciudad compacta.
“Ya es casi común reconocer en los bordes a los “ordenadores” del
territorio como los mismos urbanizadores ilegales, las empresas
mineras, algunos grupos armados, por lo cual los acuerdos a que se
llega entre la administración distrital y los grupos organizados urbanos y
rurales no alcanzan para (y realmente ni siquiera se lo proponen)
detener la dinámica de los demás actores porque se ha soslayado la
mirada compleja que el fenómeno requiere.” Gladys Gómez (IAvH,
SDA, & Universidad Piloto, Foro de Discusión, 2014) Archivo Digital de
Audio Anexo A.
41
2. El paisaje transformado de borde Quiba - Arborizadora
Este proyecto se desarrolla sobre el polígono indicado en la siguiente figura que
corresponde al borde urbano - rural de la localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá. Dicha
zona que no está catalogada propiamente como de expansión urbana, presenta
procesos de urbanización hacia las áreas naturales que aún mantiene la ciudad en la
zona sur occidental, y que es necesario reconocer, pues este espacio articulador entre lo
urbano y lo rural requiere total atención para el desarrollo no solo de la ciudad, sino de la
región en general.
Esta fue pues la razón particular para delimitarla como área de estudio, sin que
esto determine un análisis de sistema cerrado, pues en el presente capitulo se intentará
plasmar de manera general no solo la situación actual que presenta dicho polígono, sino
también las presiones y relaciones que se manifiestan con su área de influencia.
En este sentido se reconoce entonces “el sector Quiba Arborizadora” como un
territorio difuso del borde sur de Bogotá (aunque cartográficamente este delimitado),
donde se producen interacciones entre sistemas rurales, naturales y urbanos, afectados
por una demanda de recursos importantes (ya sea en términos de suelos para urbanizar,
o materiales pétreos). Por tanto, en esta investigación dicho borde no se enfoca como un
límite ni una franja, sino que se constituye en un territorio en donde se generan diferentes
y complejas interacciones entre los actores que allí se reconocen y su espacio físico.
42
2.1 Descripción del Área de Estudio (Los Lugares)
El sector donde se desarrolla esta
propuesta se ha denominado “Quiba –
Arborizadora” y se encuentra localizado
justo en la transición urbano – rural de la
localidad de Ciudad Bolívar al sur
occidente de la Ciudad; Qiba, por ser la
vereda Quiba bajo la representación de la
zona rural del área de estudio, y
Arborizadora, por la denominación que se
le conoce al cerro que hace parte de la
zona urbana seleccionada.
Figura 6 Localización general delo área de estudio Quiba Arborizadora
Teniendo en cuenta las dinámicas propias del área de estudio (espacio/tiempo
concreto) a continuación se describirá de manera general sus condiciones físicas y el
estado actual de dicho territorio frente a las figuras de gestión y ordenación planificadas
por el estado para este sector de la ciudad. Para facilitar la caracterización de los
elementos descritos, a continuación se presenta un mapa de referencia diseñado para la
zona de estudio, de manera que facilite la identificación espacial de los lugares descritos
en el presente capitulo.
Así pues, se reconocen “los lugares” donde se desarrolla esta propuesta y que
hace parte de la estructura de soporte de los modos de habitar que serán descritos
posteriormente.
44
El sector de Quiba Arborizadora Alta,
es un espacio geográfico de transición
entre la zona urbana y rural de la
localidad de Ciudad Bolívar.
La parte sur, está definido por el limite
administrativo de la vereda Quiba Bajo;
mientras que al norte, en verde,
corresponde a polígono determinado
por el Distrito como “sector de
Arborizadora Alta”, el cual está
conformado por quince (15) predios de
propiedad privada y un (1) predio de
propiedad del Distrito,. Estos predios
definen El Parque Ecológico Distrital de
Montaña Cerro Seco, propuesto como
área protegida en los Ajustes
Excepcionales del POT de Bogotá
(Decreto 364 de 2013 actualmente
suspendido).
Figura 8 Sectores diferenciados del área de estudio
El área objeto de estudio, si bien presenta espacios abiertos de transición entre la
matriz urbana de Ciudad Bolívar y los territorios agrícolas circundantes a la ciudad, se
evidencia una distribución de población dispersa y campesina, donde se representan
importantes valores naturales para el equilibrio ecológico no solamente de la ciudad, sino
también de la región.
45
Arbolizadora Alta
El Parque Ecológico
Distrital de Montaña (PEDM)
Arborizadora Alta posee un área
total de 358 ha, y se localiza en
un punto estratégico a nivel
hídrico, debido a que esta área
es el punto de convergencia de
drenajes, en apariencia secos,
que alimentan la cuenca media
del río Tunjuelo, los cuales
atraviesan el cerro en dirección
sur – norte. Dentro de esta red
de drenajes se destacan la
Quebrada Trompetica, El Zanjón
del Ahorcado, la Quebrada Peña
Colorada y el Zanjón la Muralla
que actúa como límite entre
Soacha y Bogotá D.C.
Figura 9 Sector arborizadora alta del área de estudio
Según observaciones de campo, dentro del poligono determinado como área
protegida no se encuentra población asentada de forma directa, solo en la zona zur,
sobre la falda del cerro se identifica expansion urbana informal del barrio el Guaval casi
hasta los lìmites con el municipio de Soacha (Figura No. 11). Es posible que esta
situacion se presente por los fuertes vientos en la parte alta del cerro, y por la condicion
de inestabilidad de terreno que se manifiesta en algunos sectores (Figura No. 10).
46
Figura 10 Referencia fotográfica de inestabilidad del terreno identificado en Arborizadora (Foto 1 mapa de referencia)
Figura 11 Registro de la Ocupación expansiva actual hacia el cerro. (Foto 2 mapa de referencia)
47
La directa intención de declarar parque ecológico de montaña este cerro radica
principalmente por la presencia de vegetación subxerofitica6 y su importancia como
ecosistema único para el Distrito Capital en cuanto a: las características ambientales
propias de este tipo de ecosistemas secos andinos, su belleza escénica, e importancia
en la regulación hídrica y climática de la región.
Arborizadora Alta, ha sido clasificada como bioma azonal particular colombiano por
ser de los pocos ecosistemas secos, localizados por encima de los 2.500 msnm.,
identificándose así, como una zona frágil de vida no solo por estar en grave amenaza de
destrucción y de extinción de sus especies asociadas, sino porque este sector constituye
un importante potencial hidrogeológico para la recarga de acuíferos de la región ( Rivera
2014).
“El desconocimiento y falta de medidas restrictivas para la
protección del enclave subxerofítico del sur de la ciudad,
amenaza seriamente con su destrucción, y con ella, la
extinción de las especies y los bienes y servicios
ambientales propios de este ecosistema”. (Rivera 2014).
6 Según estudios realizados por el Jardín Botánico José Celestino Mutis, la Sabana de
Bogotá por sus características y posición orográfica registra sectores de enclaves secos
(xerofíticos) caracterizados principalmente por comunidades vegetales de matorrales y pastizales
sobre escarpes y suelos poco profundos que muestran, por un lado, gran resistencia al efecto
secante de los vientos y por otro, una gran adaptación a condiciones de alta evapotranspiración y
baja pluviosidad. Esta particularidad que presentan dichas especies vegetales, permite considerar
estos ecosistemas como estratégicos ya que tienen un alto potencial para la captura de CO2 y
adaptación al cambio climático. (Rivera 2014).
48
Figura 12 Registro Fotográfico de la condición del enclave subxerofitico de Arborizadora Alta (Foto 3 izq. Foto 4 der. Mapa de referencia)
En este sentido, cobra relevancia ambiental la conservación de este este tipo de
ecosistemas en el sur de la ciudad; ya que por un lado resulta ser el único relicto para la
región, y por el otro, se hace evidente la falta de investigación y caracterización de este
ecosistema en la zona andina pues la mayoría de los ecosistemas secos del país se
asocian con la costa Caribe, y sobre los enclaves semiáridos como en la Tatacoa,
Chicamocha, Patía y algunos en el altiplano cundiboyacense (Calvachi 2012)
El caso es que la mayoría de los suelos del enclave xerofítico de la cuenca del río
Tunjuelo, cuenta con una gran oferta de gravas, arena, limo y arcillas provenientes de la
formación cono fluvio–glaciar, que se extiende a lo largo del río Tunjuelo, por lo que esta
zona ha sido reconocida más por el potencial de materia prima para la construcción, que
por su importancia en el equilibrio ecológico de la región.
49
Junto a la minería, la zona afronta
también altas presiones por los procesos
de urbanización tanto legal como ilegal.
Actualmente está en revisión en la
secretaria de planeación el proyecto de
desarrollo del plan parcial denominado
Azoteas, pues al suspenderse el Decreto
364/2013 (ajustes excepcionales al POT
de Bogotá) se levantó la restricción de uso
por suelo de protección en el Cerro Seco
Arborizadora Alta, y fue así como se
reactivó la solicitud al Plan parcial Azoteas,
el cual plantea la construcción de 14000
viviendas en dicho cerro.
Figura 13Localización del Plan Parcial proyectado Azoteas
Pese a que la Secretaría de Planeación Distrital, en su momento negó dicha
solicitud a través de la resolución 1615 del 27 de diciembre del 2013. Su decisión estaba
fundamentada en la Incorporación del Parque distrital de Montaña propuesto para esta
zona en los ajustes al POT, y al estar suspendido, el interés de establecer un proyecto de
vivienda en esta zona se reanudó.
Quiba
Por otro lado, la Vereda Quiba-Bajo de Ciudad Bolívar, sector sur del área de
estudio, presenta un desarrollo urbanístico disperso alrededor de la vía de acceso
principal. Colinda al nororiente con Tierras Coloradas y Bella Flor al oriente y al sur con
la vereda Quiba Alto. En el centro poblado se encuentra una iglesia y una casa de tipo
Colonial en la que funciona la sede del CED Quiba con la educación primaria.
50
Figura 14 Vista general del centro poblado de Quiba Bajo. (Foto 5 mapa de referencia)
La vereda de Quiba bajo posee
una expansión aproximada de
1050 ha, de las cuales 79,17 ha
hacen parte del Área forestal
Distrital el Carraco; 576.07 ha
hacen parte del Parque Minero
Industrial Mochuelo. Pese a esta
superposición de figuras de
gestión de territorio, la población
de esta vereda se encuentra
dispersa en fincas con sus
viviendas campesinas, sin tener
un núcleo poblado de forma
densa.
Figura 15 Sector Quiba Bajo del área de estudio y su relación con las áreas protegidas y el parque minero del POT
51
La población de Quiba Bajo, es de alrededor de 250 familias, para un total de 750
personas aproximadamente7. La tendencia general de la composición de las familias que
allí habitan es que son mononucleares, en su mayoría son de escasos recursos, habitan
en pequeñas fincas, algunos en calidades de propietarios y otros como arrendatarios,
aquí es importante resaltar que se ha encontrado un número significativo de casas que
no están habitadas por que los dueños han fallecido y los herederos no se interesan por
ocuparlas, y otras que son simplemente espacios para el almacenamiento de insumos
agrícolas y ganaderos, cosechas y cocinas temporales, pues los dueños viven en el
núcleo poblado de la vereda; sus casas son modestas, generalmente de una sola planta.
Figura 16 Registro General de las Viviendas Rurales de Quiba (Foto 6 mapa de referencia)
La historia de ocupación por comunidades campesinas en lo que hoy es la zona
rural del sur de Bogotá, está ligada a los procesos de recuperación de tierras, que datan
de los años treinta; cuando es reconocida la propiedad de la tierra a los campesinos,
mediante la parcelación de las grandes haciendas (Castellanos, 2011).
7 Esta información fue obtenida en la oficina de la ULATA de Cuidad bolívar, según sus propios registro de asistencias técnicas en la zona.
52
De este proceso, se generó una
matriz de paisaje campesino, en la cual
predomina en la vereda de Quiba la
producción agropecuaria convencional
principalmente con el cultivo de arveja y
papa, con un porcentaje bastante
menor en algunas hortalizas y frutales,
se realiza en condiciones de secano, es
decir sin prácticas de riego, en
pequeñas parcelas donde predominan
los monocultivos (ibid). La producción
agrícola se realiza bajo sistemas
tradicionales que son comunes en
zonas de minifundio.
Figura 17 Registro fotográfico área rural sector Quiba (Foto 7 mapa de referencia)
Por otro lado, el pastoreo es otra de las actividades económicas que predominan
en la zona.recientemente y con motivo de la asistencia de la ULATA y CORPOICA, se ha
venido trabajando en la formación de una cooperativa que les permita comercializar la
leche que se produce.
Sobre la zona sur de la vereda, se registra un área importante de bosque de
encenillo y sobresale la Hacienda El Granero con la mayor extensión en bosque, que
abarca las veredas Quiba Baja y Quiba Alta, y aunque es un bosque intervenido, con
alta presencia de especies exóticas como Ulex europaeus (Retamo espinoso),
Eucalyptus globulus (Eucalipto), Pinus patula (Pino patula), Pinus radiata (Pino
candelabro) y Acacia decurrens (Acacia), presenta una alta importancia para esta región
por su alta capacidad de recarga acuífera y la conectividad entre el bosque alto andino,
el páramo y los cuerpos de agua que llevan al río Tunjuelo (ver mapa de referencia
localización de Cobertura vegetal).
53
Figura 18 Registro fotográfico del sector sur de la vereda Quba (Foto 8 mapa de referencia)
Pese a esta condición predominante de paisaje rural, en general la zona sur
occidental de Bogotá, se ha consolidado desde hace ya varias décadas como un nodo
importante para el suministro de materiales para la construcción.
La actividad minera en Bogotá, se presentó casi de manera simultánea y paralela
con los procesos de urbanización que tuvieron su origen hacia los inicios del siglo XX,
donde la minería de materiales de construcción aparece como producto indispensable
para la ejecución de obras de infraestructura para el desarrollo de la ciudad (Moreno &
Peña, 2010).
La construcción de grandes obras de infraestructura, como la antigua vía al Llano,
uno de los primeros focos de crecimiento al sur de la Sabana de Bogotá; se constituyó
como un eje de acceso y movilidad importante que posteriormente, dinamizó la
construcción de otras vías arteria del sur como las actuales Avenidas Caracas y Boyacá.
En este sentido, se podría afirmar que fueron las vías las que impulsaron el
desarrollo de los barrios sobre las haciendas y fincas del sector de la cuenca del
Tunjuelo. Pero estos procesos de ocupación se hacen tal vez más evidentes en la
década de los 40 donde la división progresiva de las grandes haciendas de la zona
54
produjeron asentamientos de barrios con una alta densidad de población y con pocos
espacios verdes, donde se apreciaba claramente que la actividad minera desplazaba la
agrícola (Leon & Sanchez, 2005).
La explotación de gravas y arcillas en el valle medio del río Tunjuelo fue promovido
dado el crecimiento de la población, lo cual conllevo a la creciente demanda de la
construcción de vivienda para todos los sectores sociales de la cuidad y esto al final
generó una fuerte presión sobre los terrenos del valle del rio Tunjuelo.
Bajo este panorama, se hace indiscutible la influencia de la minería en Bogotá en
los procesos de incorporación de zonas rurales a la matriz urbana; no solo por la
disponibilidad de materiales sino también por su influencia en la consolidación de
pequeños núcleos de colonización alrededor de la actividad minera.
Estos asentamientos que inician de manera informal, suelen localizarse cerca de
los mismos frentes de extracción minera, porque además de proveer sub-empleo dentro
de la economía informal local aportan a la degradación del suelo que a la larga hacen
barato y accesible estos terrenos.
Esta situación conduce a señalar que estos asentamientos han sido focos
substanciales de la expansión de las periferias por los procesos informales que ha
sufrido la Ciudad, donde finalmente dichas comunidades suelen entrar en conflicto con la
misma minería por los impactos ambientales y riesgos que son generados por la
naturaleza de su operación. De ahí la pertinencia de identificar aquellos procesos que se
suscitan entre estas sociedades que cohabitan un territorio tan altamente perturbado, y
que a su manera, rediseñan sus propios espacios geográficos.
55
Con el establecimiento y
crecimiento de este tipo de industria
en el Distrito Capital, y teniendo en
cuenta la necesidad de regular esta
actividad para lograr una mayor
racionalidad y coherencia en el
desarrollo de los frentes de
explotación minera, se incorpora en
el Decreto 190 del 2004 la figura de
Parque Minero Industrial como las
“zonas donde se permite desarrollar
de manera transitoria la actividad
minera, aprovechando al máximo sus
reservas bajo parámetros de
sostenibilidad ambiental”, legalizando
de alguna forma las prácticas de este
tipo de industria en suelo tanto
urbano como rural del Distrito.
Figura 19 Localización de los Parques Minero Industriales en Bogotá según POT 2004
Sin embargo, el artículo 61 de la Ley 99 de 1993, declaró a la Sabana de Bogotá,
sus páramos, aguas, valles aledaños, cerros circundantes y sistemas montañosos, como
de interés ecológico nacional, y estableció que la vocación prioritaria de la misma, sería
la agropecuaria y forestal.
56
Pese a esta condición, el
mismo Ministerio de Medio
Ambiente expidió el 3 de agosto
de 1994 la resolución 222 por la
cual se establecen las zonas
compatibles con la minería de
materiales de construcción en la
Sabana de Bogotá, donde,
posteriormente la ratifico con la
Resolución 1197 de 2004. De
esta manera se habilitó gran
parte de las zonas rurales e
inclusive urbanas del Distrito
Capital para el desarrollo de la
industria minería.
Figura 20 Registro Espacial de los Títulos Mineros y las Zonas compatibles con minería en Bogotá DC
No obstante, El Consejo de Estado - Sala de lo Contencioso Administrativo -
Sección Tercera, en sentencia de fecha veintitrés (23) de junio de dos mil diez (2010)
dejó sin efecto jurídico los polígonos compatibles con actividades mineras establecidos
en el artículo 1 de dicha Resolución; lo que representó para el distrito una razón más
para la redefinición de estas zonas habilitadas para el desarrollo de la industria minera
local.
Bajo este panorama, el 28 de agosto de 2012, en el marco de la concertación a la
modificación excepcional de normas urbanísticas del Plan de Ordenamiento Territorial de
Bogotá D.C., suscrita por los representantes de la Corporación Autónoma Regional de
Cundinamarca-CAR- y del Distrito, se acordó la prohibición total de nuevas actividades
mineras en todo el Distrito Capital, y establecer un régimen de transición para regular que
las actividades extractivas existentes tengan un cierre de forma ambientalmente
57
adecuada. Por lo que actualmente solo se mantendrán en operación aquellas zonas que:
(i) estén sobre territorios compatibles según la resolución 222, (ii) tengan el respectivo
permiso de aprovechamiento expedido por la autoridad competente y (iii) hayan
generado el correspondiente plan de manejo ambiental. Los permisos mineros que no
cumplan con estos lineamientos serán considerados ilegales; esta situación entraría a
modificar los usos del suelo en los parques minero industriales, abriendo la posibilidad
de usos alternos en estas zonas.
Por otro lado, sobre la misma revisión al POT, la secretaría Distrital de Ambiente
elevó consulta a la CAR para incorporar, dentro de la estructura ecológica principal de la
ciudad, la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta del Rio Bogotá
declarada bajo la resolución 77 en el año 76 por el INDERENA y que aún permanece
vigente.
Dado que el mapa de delimitación de
dicha resolución no existía, la CAR
expresó al Ministerio del Medio Ambiente
la necesidad de definir cartográficamente
el polígono de dicha reserva. En este
proceso de realineación participó el
Instituto Humboldt, quien bajo la
elaboración de los respectivos estudios
técnicos, ambientales y económicos, re
alinderaron el área que se presumía
textualmente en la resolución 77 del 76
bajo un nuevo acto administrativo
(resolución 138 de 2014, incorporando
gran parte del área rural de las localidades
de Usme y Ciudad Bolívar a esta figura de
protección.
Figura 21 Localización Geográfica de la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta del Rio Bogotá
58
Teniendo en cuenta la anterior documentación del área de estudio, se puede
concretar bajo un esquema la condición que presenta el sector Quiba Arborizadora, bajo
el desarrollo conceptual adelantado en el Capítulo 1 de la siguiente manera.
Figura 22 construcción conceptual de los modos de Habitar para el Área de Estudio
2.2 Descripción de los actores que transforman el área de Estudio
A partir de la descripción del numeral anterior (Los lugares), y bajo el
acompañamiento de algunos talleres sociales adelantador por la consultoría del Instituto
Humboldt sobre el área de estudio, fue posible identificar la intervención de los actores
que a continuación se categorizan como:
Las comunidades de Borde, diferenciándose claramente la población rural
campesina de los habitantes la zona urbana del sector.
59
La Academia, asociada a las instituciones del estado para diagnosticar y
proponer acciones frente al desarrollo territorial local de los bordes de ciudad
La Instituciones del estado, cuyo fin es planificar y gestionar el desarrollo
territorial de la ciudad
La industria minera, específicamente la referente a la extracción de materiales
para la construcción.
Las instituciones y saberes locales: Relacionadas con las asociaciones
comunitarias, y el conocimiento tradicional que se han venido consolidando como
iniciativas locales de participación en la ordenación de sus territorios.
2.2.1 Las comunidades de borde
En términos generales, Ciudad Bolívar es de las localidades que ha recibido
probablemente los mayores impactos, pues concentra una significativa acumulación de
pasivos ambientales de la ciudad (el relleno sanitario Doña Juana, canteras ilegales,
procesos de minería legales e ilegales) y esta situación puede que se haya presentado
por la perspectiva de atender las necesidades y las expectativas económicas de la
ciudad, pero no precisamente las necesidades de las comunidades que allí habitaban
desde siempre; y aunque con el tiempo y la proyección de desarrollo sobre la periferia se
iniciaron algunos procesos de participación comunitaria, en general han sido dispersos y
lentos.
Atendiendo la condición de transición entre lo urbano y lo rural, en la zona del
polígono de estudio, puede identificarse que prevalece la dicotomía entre dos mundos:
por un lado, la zona rural predominantemente dispersa, y por otro el sector urbano que
presenta una densa aglomeración en el borde.
Esta clara diferenciación de uno y otro modelo de ocupación tienen unos
antecedentes muy marcados respecto a su relación con el territorio y el reconocimiento
de su hábitat. Las raíces colectivas, económicas, culturales y sociales propias de las
comunidades rurales han regulado a través del tiempo el impacto de su desarrollo,
mientras que la consolidación del proceso de urbanización en las zonas periféricas de la
60
ciudad, se reconocen como áreas en permanente conflicto entre los grupos sociales que
allí se conforman. Por tanto, a continuación se documentara este tema desde estas dos
vertientes, pues del análisis desarrollado en las visitas a campo, el territorio es el medio
que podría potenciar el desarrollo colectivo de estos dos modelos de ocupación, sus
modos de pensar y por ende de habitar.
La zona urbana
Según los reportes que maneja la alcaldía de Ciudad Bolívar sobre el poblamiento
de esta zona, en los años 80 se realizó una de las ocupaciones masivas más importantes
de la localidad, con los primeros complejos urbanísticos por la Caja de Vivienda Popular
donde sobresalen las urbanizaciones de Candelaria La Nueva, habitada por afiliados al
Fondo del Ahorro y Vivienda Distrital Favidi, y los barrios Arborizadora Alta y Baja.
(Quimbay, 2011)
Estos programas tenían una vertiente especial para aquellas familias en su mayoría
desplazadas que estaban llegando a la ciudad huyendo de la violencia de sus regiones y
con la esperanza de construir un mejor futuro; pues representaba la posibilidad de
acceder a vivienda propia con muy bajos recursos pues ellos mismos participaban en la
construcción de sus viviendas:
…() Esas eran buenas épocas, la pasábamos muy chévere
y todos ayudamos. Sin saber cuál sería la casa que nos iban a entregar, todos construimos el barrio por igual, y nos conocimos y así los fundadores nos hicimos amigos hasta hoy en día. ()… (Callejas, 2014) Archivo Digital de Audio Anexo A.
Sin embargo la verdadera densidad urbana se reflejó posterior a la ocupación de
dichos barrios con la intervención de los urbanizadores piratas como Rafael Forero
Fetecua. Pues gran parte de las haciendas que existían fueron invadidas y otras loteadas
de manera indiscriminada, tanto así, que para los años 90 el panorama que predominaba
era la invasión de tierras, principalmente en zonas de alto riesgo geológico. (Castellanos,
2011).
61
Pronto se comenzaron a consolidar los proyectos de vivienda de interés social en
las zonas bajas de la localidad gracias a la construcción de infraestructura vial y al
prestación de servicio de transporte público; y más o menos para esta misma época se
inicia el proceso de urbanización la zona rural de Mochuelo Bajo. Estos nuevos
asentamientos poco a poco fueron colindando con zonas de extracción minera, pues está
se había desplazado a las áreas rurales por la demanda de material para la construcción;
entonces, las vías de acceso construidas para la extracción del material eran colonizadas
poco a poco por inmigrantes de otras regiones en su mayoría huyendo de la violencia y
buscando alternativas de vida en la capital.
A finales de la década de los ochenta, las Farc, en su intento por trasladar el
conflicto a los grandes centros urbanos del país, se estableció en la zona de Ciudad
Bolívar, construyendo un corredor estratégico en el denominado Eje del Páramo
Sumapaz (Usme-Soacha-Altos de Cazuca-Ciudad Bolívar), con el cual el grupo
insurgente conectaba el oriente y sur del país (Meta, Casanare, Tolima y Huila) con la
capital colombiana.
Una década después (entre 1999 y 2002), se registraron acciones de grupos
paramilitares, principalmente del Bloque Centauros que incrementaron los asesinatos
selectivos, las extorsiones, los desplazamientos intraurbanos y el reclutamiento forzado
de jóvenes. (Carabali, 2014 )
; …()el reclutamiento era en dos modalidades: de un lado, se utiliza a la familia como mecanismo de presión: “si no deja que el muchacho mayor trabaje, se muere”. La otra modalidad fue el sometimiento violento de pandillas y bandas organizadas”.()…ibíd. Archivo Digital de Audio Anexo A.
Actualmente la presión de los grupos al margen de la ley es menor, sin embargo el
tema de “la juventud del barrio” es una preocupación permanente pues las pandillas aún
operan sobre todo aquellas que bajo el fenómeno social de las “Barras Bravas” intimidan
a los demás habitantes del sector.
62
Pese a estos conflictos sociales, la zona sur de cuidad bolívar no dejo de crecer y
en su mayoría por familias desplazadas de las demás regiones del país, así que la
urbanización cada vez se hacía mayor en las zonas aledañas a la vereda Quiba Bajo; y
poco a poco se fue consolidando un nuevo barrio denominado por la comunidad como el
Guabal (ver mapa de referencia) donde, en su mayoría, se dedican al comercio informal.
A pesar de su situación económica es una comunidad muy unida que ha venido
trabajando en los últimos años con la Fundación Un Techo para mi País que les ha
apoyado con programas alternos de programas de educación y capacitación en oficios
para mejorar su calidad de vida.
En síntesis se puede concluir que la consolidación de matriz urbana en los bordes
se ha forjado bajo los procesos de inequidad y violencia que ha vivido el país en los
últimos 60 años, y pese a que los fundadores han creado u arraigo importante con su
territorio, pues ellos mismos levantaron sus casas y han participado en la construcción
permanente de sus tejidos sociales, eso no ocurre con los nuevos pobladores, donde se
identifica una desarticulación general con el territorio el cual solo lo perciben como el
único espacio disponible dentro de sus posibilidades para habitar. (Carabali, 2014 )
Este hecho tan diferenciador de percepción de los modos de habitar induce a
pensar que el arraigo a la tierra es fundamental para que se fortalezcan los procesos
colectivos de participación. Los habitantes que han permanecido en este territorio por
más de 20 años han creado toda una red de significados y sentidos propios de su tejido
social y su identidad cultural, lo que se traduce en liderazgos y formas de organización
comunitaria. Sin embargo, para aquellos pobladores que han llegado después de
haberse consolidado el sector, al manifestar orígenes tan heterogéneos y situaciones de
ocupación tan divergentes, no reconocen como propio dicho espacio. Estos neo
habitantes urbanos en el borde no se sienten ni parte de la ciudad ni parte del campo;
solo es el espacio que les toco habitar, e intentan día a día resistir, porque el otro no es
propiamente un aliado, sino otro más que intenta sobrevivir. No se siente un arraigo con
su entorno que les permita reaccionar como grupo o entidad consolidada y esto se vio
reflejado en la nula partición de los encuentros programados de manera conjunta con el
Instituto Humboldt en el marco de esta investigación.
63
Sin embargo, como manifiesta don Benjamín Carabali, las acciones colectivas de
los habitantes que no son fundadores, se han manifestado en los esfuerzos que de
manera individual desarrollan en su entorno para sentirse parte de la ciudad, es decir,
intentan copiar, en la medida de sus posibilidades, los modelos de consumo, diversión y
esparcimiento de las áreas centrales de la ciudad, es decir, montan un bar, una
miscelánea, un lavadero de carros o un restaurante, los cuales son adaptados a sus
propios desarrollos y es así como ratifican su relación con el territorio, es decir, bajo una
acción colonizadora donde, citando a (Noguera, 2012) no se siente que habitaran la
tierra, sino por el contrario que la tomaran, sin el mínimo interés en comprenderla ni
escucharla, es un recurso más disponible para aprovechar al máximo.
…”y escindidos de la tierra, des-terrados de nuestra casa,
absolutamente desolados, odiamos el mundo, despreciamos la tierra;
solo un odio y desprecio profundos por la tierra han potenciado el trato
ingrato y taimado que le hemos dado. La tierra se ha convertido en un
campo de concentración, donde todo es mercancía” …. (Noguera,
2012).
La zona rural
La zona rural en general de la localidad de Ciudad Bolívar se basa en la
Producción agropecuaria y alguna explotación minera, complementada con el comercio.
Los productos agrícolas de mayor importancia son papa, arveja, haba y cebolla, en la
región de Quiba sobresale la papa y la arveja. Respecto a la producción pecuaria se
centra en el pastoreo en forma extensiva de bovinos de doble propósito, siendo la raza
predominante la Normanda. (Arevalo, 2014)
Las familias de las veredas Quiba Alto y Quiba Bajo tienen dos tipos de
procedencia. La primera es la relacionada con los trabajadores de la gran hacienda EL
GRANERO de unas 3.000 fanegadas de extensión aproximadamente, que fuera
propiedad del señor José Manuel Guillen y luego del poeta Jorge Rojas, quien es
64
recordado por la comunidad como "una persona humanitaria que pensaba en la gente y
le gustaba el progreso de la comunidad", (Rodriguez, 2014)
La segunda se refiere a campesinos provenientes de las regiones aledañas como
Cabrera, Une y Silvania. Cuenta doña Graciela que sus abuelos se radicaron en la zona
desde el año 1920 cuando la finca era del señor Guillen, luego al ser comprada por el
poeta Rojas (el cual cedió varios terrenos posteriormente para construir allí una escuela y
una iglesia). Por la trocha a Soacha se realizaban intercambios de alimentos e insumos y
por el camino que lleva a la región del Sumapaz, hubo mucho tránsito de personas en la
época de la violencia y luego fue usado por grupos armados como corredor de
desplazamiento a diferentes regiones del país. Con el tiempo abrieron más terrenos,
decepando los árboles del bosque y sacaban la leña y el carbón de palo para Bogotá.
…()La gran hacienda El Granero era un terreno que
se usaba para la siembra de cebada, el señor Rojas tenía
convenio con Bavaria que le compraba la cosecha,
…todavía se ven las ruinas del centro de acopio en la
carretera de Quiba Bajo a Quiba Alto. Aquí se veían 4 y 5
combinadas trabajando al mismo tiempo, eso era mucho lo
que se sacaba de aquí en esa época ()…también se veían
muchas ovejas, usted las veía pastar ocupando mucha
tierra,” comenta doña Graciela Rodríguez. Archivo Digital de
Audio Anexo A.
Por otro lado, el tema del ganado está asociado a la producción de leche, muchos
habitantes de la vereda obtienen el sustento de la venta de leche en los barrios aledaños,
como Bella Flor y Los Alpes. Algunos finqueros tienen ovejas y en las casas son
comunes las gallinas, algunos pavos. El ganado que se mantiene es de raza Normando,
Holstein y recientemente han introducido exitosamente algunos ejemplares se de la raza
Cebú. (Arevalo, 2014)
65
Figura 23 Registro fotográfico de las actividades pecuarias e la zona (Foto 9 mapa de referencia)
El caserío central de la vereda cuenta con una iglesia, salón comunal bien dotado,
colegio y aproximadamente 30 casas (una minoría con relación al número de familias que
habitan en la vereda).
Las casas son pequeñas, con grandes patios, tienen baño y se cocina con gas, a
excepción de algunas casas en las que se utiliza estufa de leña para la preparación de
los alimentos. Sin embargo, no todas las viviendas tienen pozo séptico y aunque son
viviendas dignas en general presentan condiciones que ameritan programas de
mejoramiento de las mismas. Las aguas residuales se dejan bajar a los potreros o
cultivos, las basuras se queman o se entierran, los residuos orgánicos se les dan a los
animales o se votan en las huertas y cultivos.
En cuanto a la salud, la vereda no cuenta con un puesto de salud, los atienden en
el hospital de Vista hermosa y Meissen o en las IPS que prestan servicios a los afiliados.
Hay un programa del hospital de Vista hermosa que hace visitas esporádicas en el
colegio y allí. Las enfermedades más frecuentes son respiratorias y gastrointestinales.
(Arevalo, 2014)
Respecto a los centros educativos de Quiba, la educación formal se imparte en la
Institución Educativa Distrital Rural Quiba Alto que fue fundada hacia 1953 se dio inicio a
las actividades escolares en una casa de bareque rodeada de rosas y árboles en la
vereda Quiba Alto, con un aula de clase y una profesora para atender un grupo de
estudiantes campesinos vestidos con ruana y sombrero para protegerse del intenso frío.
66
Diez años después, el poeta Jorge Rojas, fundador del movimiento Piedra y Cielo y
fundador de Colcultura, construyó una casaquinta de estilo colonial donándola como
patrimonio educativo a la vereda Quiba Bajo, junto con una Iglesia de la misma
arquitectura que fue bautizada por la comunidad campesina como San Martín de Quiba.
Ibid.
Figura 24 Registro fotográfico Iglesia San Martin de Quiba
Cada una de estas escuelas funcionaron en forma independiente, pero
compartieron el mismo director rural, hasta que en el año 2002, se integran quedando
establecida una sola institución con dos sedes. Esta integración generó beneficios como:
contratación de servicios de aseo, celaduría, rutas escolares, refrigerios y ampliación de
planta docente y administrativa.
Hoy atiende a 1.399 niños y niñas Muchos de los niños y niñas que estudian allí
vienen de los barrios aledaños como Mochuelo, San Martín, Paraíso, el Guabal,
Vistahermosa, Bella Flor y Los Alpes, conformando el 70% de los estudiantes, el 30%
restante, es decir, 420 son habitantes de las dos veredas Quiba Bajo y Quiba Alto. (ver
mapa de referencia para la localización de los barrios aledaños) (Castellanos, 2014)
Estas comunidades campesinas, dada su proximidad a la zona urbana, mantienen
vínculos sobre todo comerciales con dicho borde, los cuales generan dinámicas en las
que se sustenta la vida rural. A pesar de dicha cercanía a la ciudad, se evidencia en los
67
campesinos de la vereda Quiba un sentimiento de arraigo y pertenencia que se expresa
en la idea de seguir siendo campesinos y pertenecer a la ruralidad de Bogotá como
grupo social específico. Esto se manifestó claramente en el foro figuras de gestion social
para fortalecer el modelo de ocupacion campesino en el borde urbano rural sur de
Bogota, oorganizado por la Universidad Piloto el mes de noviembre de 2014 en el marco
de la iniciativa rebordeando los bodes latinoamericanos.
.
Figura 25 Registro Fotográfico de la resistencia de la zonas rurales a la expansión urbana. Foto: cortesía Asamblea Sur
Esto lo que manifiesta es el reconocimiento colectivo de una trama de significados
y sentidos propios de su tejido social y su identidad cultural, lo que al final se traduce en
liderazgos y formas de organización comunitaria en torno a reconocerse como
campesinos.
Sin embargo su cercanía a la ciudad viene ejerciendo una fuerte influencia sobre
todo con fenomenos de segregación socio-espacial (asentamientos ilegales en zonas de
riesgo, minería legal e ilegal, ubicación del relleno sanitario, uso de las cuencas como
vertederos, entre otros), cuyo manejo exclusivamente sectorial ha invisibilizado estos
valores territoriales. (Castellanos, 2011).
Esta situacion sin embargo, puede verse como una oportunidad, es decir, una
potencialidad para la ciudad en términos de reconocer y fortalecer la integración de la
diversidad cultural con la diversidad biológica. El potencial mutuamente enriquecedor del
encuentro del campo con la ciudad.
68
En este sentido, se hacen evidentes algunos vínculos e interacciones urbano -
rurales, que generan dinámicas, sobre todo económicas, en las que se sustenta tanto la
vida rural como la urbana. Por ejemplo, algunas de las fincas de la vereda de Quiba han
adaptado sus terrenos para establecer canchas de futbol o tejo, las cuales se han
convertido en la alternativa recreativa y de esparcimiento para los habitantes de Sierra
Morena, los alpes, la estrella, el guabal, barrios de la zona urbana aledaña a la vereda
con déficit de zonas verdes y zonas abiertas de esparcimiento.
Figura 26 Registro fotográfico de la escazas áreas para el esparcimiento en los barrios sobre el perímetro de borde del área de Estudio (Foto 10 mapa de referencia)
Por otro lado sobre los alrededores del área objeto de estudio se presentan altos
valores culturales y espirituales, determinados por la existencia del Cerro De Las Tres
Cruces, lugar reconocido en toda la localidad, por constituirse en un sitio para la práctica
religiosa y de peregrinación, principalmente durante la temporada de semana santa.
También se encuentra El Palo Del Ahorcado, Las Cercas De Piedra, El Puente Del Indio
y dentro del cerro seco de arborizadora alta la Laguna Encantada (ver mapa de
referencia sitios de interés).
69
Estos representan símbolos culturales e históricos de la zona, cuya importancia
radica en que son lugares que albergan creencias y costumbres de las comunidades que
han habitado en el área. Por ejemplo en la zona de la laguna del cerro seco se
evidencian icopores y neumáticos de llantas que según el gestor de la localidad son
utilizados por los niños del sector en época de verano.
Figura 27 Jornada de limpieza por parte del colegio Arborizadora Alta al cuerpo de agua del cerro. Cortesía: SDA
Adicionalmente, existen vestigios de pintura rupestre en algunas rocas muy
cercanas al PEDM Arborizadora Alta, que generan un alto valor arqueológico para toda el
área de influencia.
Por otro lado, teniendo en cuenta la información disponible se puede identificar bajo
una percepción visual global el cambio de coberturas en el área de estudio bajo el
registro fotográfico multi temporal disponible en la infraestructura de datos espaciales de
Distrito Capital y en las imágenes de satélite dispuestas en Google Earth8.
8 Es importante indicar que este registro fotográfico ha sido incorporado como referente general del cambio en las coberturas más importantes registradas para el área de estudio en diferentes fuentes de sensores remotos , y no deben ser tomadas como mapas a escala, pues el acceso a la fuente original de los datos fue limitada.
70
Año Toma 1992 Cortesía Orthofoto Distrito Año Toma 2000 Cortesía Google Earth
Año Toma 2006 Cortesía Google Earth Año Toma 2014 Cortesía Google Earth
En el registro visual anterior, es evidente que las diferentes dinámicas de
habitabilidad adoptadas a través del tiempo se manifiestan directamente sobre los
cambios físicos del territorio, es decir, los cambios que se perciben en los usos del suelo
C
a
b
71
desde 1992 hasta hoy, obedecen a la relación que promueven los diferentes actores con
el entorno natural inicial. Por ejemplo, en la zona norte referente al polígono de
Alborozadora alta (a) las transformaciones físicas del territorio representan la relación
que se consolido entre la industria de gravas y material pétreo y el paisaje natural,
aprovechando las reservas que el suelo de esta región manifestaba para satisfacer la
demanda de materiales para la construcción en la región.
Por otro lado, en el sector marcado como zona (b), se percibe la expansión
urbana de la ciudad hacia áreas que pueden representar riesgos por deslizamientos de
tierra causados por la inestabilidad geomorfológica que ha dejado la actividad minera en
la zona. En este sentido, la relación entre el paisaje natural se consolida más con
poblaciones urbanas marginales que bajo limitadas oportunidades de habitación, se
establecen en áreas como estas, potenciando la sub urbanización de áreas rurales. Y
finalmente la zona (c), donde se percibe que durante los 22 años de registro fotográfico
aéreo la relación entre las comunidades de borde rural, y su entorno natural han
desarrollado una asociación que ha garantizado la permanencia de uno y del otro durante
este periodo de tiempo.
Solo con este registro visual general y esquemático se reconoce entonces que la
problemática asociada a este sector de borde de la ciudad se presenta como una
sucesión de fenómenos típicos: deterioro ambiental (agotamiento y contaminación del
suelo), uso intensivo en actividades mineras, crecimiento legal e ilegal de asentamientos
en zonas de riesgo, usos del territorio como vertederos de escombros o de residuos y
no se evidencia medida alguna para controlar los efectos que produce estas actividades
sobre los asentamientos humanos más próximos, ni respecto a las consecuencias de
largo plazo.
Frente a esta situación Gallo (2008) plantea:
“Las interfases urbanas enfrentan procesos acelerados de
deterioro por encontrarse entre la dicotomía de procesos de
cambio de uso sin las dotaciones de infraestructura urbana
y un alto consumo de recursos naturales y por otro
presiones de cambio que afectan los sistemas sociales,
económicos anclados en modos de vida rural, que por las
72
dinámicas no son incorporados sino por el contrario
desplazados”.
Por lo que induce a pensar que para reconocer posibilidades alternas de los
modos de habitar una opción clara es ajustar los procesos de organización que
presenta actualmente el sistema de borde. pues durante las actividades de campo, la
convocatoria adelantada en el sector de borde de la localidad de ciudad bolívar, siempre
fue baja . Esto pudo ser evidente especialmente en dos sentidos: el primero, por la
notoria resistencia de las personas y organizaciones a ser convocados por las entidades
públicas pues manifiestan estar cansados de ser objeto de estudio de múltiples proyectos
y diagnósticos diseñados en un escritorio que al final no representan ningún valor
agregado para ellos; y segundo por la cantidad de situaciones que se manifiestan en esta
zona en particular que relaciona diferentes temáticas, conflictos y actores (minera,
rellenos sanitario, expansión urbana, factores de riesgo, entre otros) lo que ha dilatado
aún más las organización y cohesión de los grupos y líderes que surgen en los
diferentes talleres o reuniones.
Sin embargo, tal y como se registra en los anexos digitales de audio (Anexo A) se
pudo contar con la presencia de algunos representantes de la comunidad para analizar
su percepción particular de los conflictos en el territorio, y sus propuestas de auto
organización que los orientara a mejorar su calidad de vida.
2.2.2 Las instituciones comunitarias
Sin embargo no se puede desconocer la movilización social que tiene cada grupo
conformado en el borde de manera separada frente a la convocatoria de las
organizaciones o movimientos comunales locales para afrontar los conflictos que desde
el interior de dichas comunidades se reconocen, lo cual resulta ser un gran avance de
organización social, pero finalmente disperso.
73
... “Muchas de estas organizaciones, algunas creadas desde la misma
gestación de los asentamientos, han venido construyendo historia y
ejerciendo una praxis ciudadana reivindicativa por atención e inclusión
en lo público experimentando distintas maneras para lograr
cumplimiento de leyes, servicios, posibilidades para superar la situación
calamitosa de supervivencia que les ha tocado afrontar. Acciones que
se han expresado en un sinnúmero de figuras organizativas legales e
informales actuando de manera atomizada, dispersa, sin una clara
relación de participación pública, actuando desde la vereda, el barrio o a
nivel de la localidad con alcances poco favorables y resultados
puntuales de favoritismo del clientelismo y oportunismo político e
influenciados por el modelo capital de planeación y gobernabilidad
quienes finalmente han determinado las relaciones de la sociedad y el
estado”… (Reyes, 2010) Archivo Digital de Audio Anexo A.
Desde las figuras de participación social identificadas en el área de estudio,
asamblea sur, consejo consultivo del sur, mesa de vida digna y territorio de vida y paz,
tienen un reconocimiento importante por parte de la comunidad, y aunque intentan
mantener continuidad en los procesos de participación que ellos mismos promocionan
independientemente de la administración distrital de turno, reconocen que el respaldo
institucional frente a sus propuestas de figuras de gestión comunitaria es la vía más
afectiva de participación para la promoción de su desarrollo.
Frente a las construcciones colectivas de las comunidades del borde se
manifiesta como común denominador la resistencia a la expansión de la matriz urbana y
se destaca la solicitud de autonomía que esperan tener frente a las decisiones de
manejo de su territorio, pues no sienten que tengan capacidad de intervención y
manifiestan que con el fortalecimiento de dichas iniciativas comunitarias se promovería el
mejoramiento integral del sector.
Entre las propuestas que más acogida ha tenido entre todos los grupos sociales
identificados está el establecimiento de un parque agropolitano en la franja borde sur de
Bogotá, la cual lo definen como aquel escenario que se construye de acuerdo a las
vocaciones agro-productivas de cada zona de borde para la recuperación y
fortalecimiento de la cultura campesina, sus formas de producción y la consolidación de
74
sus formas de organización. Estos espacios protegerán la ruralidad de las presiones
urbanas y ofrecerán a los habitantes de la ciudad, la región y la nación un entorno rural
al cual pueden acceder y compartir dentro de la lógica del esparcimiento, la recreación, la
cultura, el entretenimiento, la investigación y la producción (Alcaldia Mayor, 2008)
En síntesis, las propuestas9 que de manera conjunta han manifestado las
organizaciones comunitarias son:
o Reconocer las dinámicas poblacionales y establecer las capacidades de
carga del territorio
o Promover la gestión comunitaria de los servicios públicos
o Regulación de actividades productivas de alto impacto
o Promoción de la seguridad territorial
o Mejoramiento integral de los asentamientos
o Fortalecer la productividad territorial a través de la promoción de empresas
sociales
o Control en la compra y venta de tierras en el borde urbano y rural de la
ciudad.
Estas propuestas han sido presentadas por los representantes de asamblea sur al
gobierno local como alternativas internas dirigidas a contrarrestar fenómenos como la
violencia, la injusticia social, la desigualdad, la exclusión y la falta de oportunidades, y en
este sentido reconocen que para ello es necesario una nueva comprensión de la relación
articulada entre lo urbano y lo rural y proponen al borde, como un escenario fundamental
para la construcción de las apuestas de desarrollo humano que surgirán entre todos los
actores, y bajo dinámicas colectivas de restitución de dignidades, de oportunidades, de
reparación y de reconocimiento del aporte sustancial de cada uno, emerja una apuesta
9 Estas propuestas ha sido tomadas de los ejercicios adelantados por la Secretaria Distrital de Hábitat en el marco de la meta plan de desarrollo: Planificación Territorial para la Adaptación y la Mitigación frente al Cambio Climático, en la cual se estipulo formular un documento que pudiera indicar lineamientos de ocupación sostenible en las 4 franjas de transición urbano rural de Bogotá. El listado de propuestas corresponde a las indicadas en la presentación de la Secretaria e Hábitat desarrollada en el marco de las conferencias rebordeando la ciudad organizadas por la universidad piloto en pasado mes de noviembre de 2014.
75
integral, económica, cultural y productiva que garantice la continuidad sistémica de este
territorio de transición.
2.2.3 La Academia
En los bordes de ciudad se reconoce a la academia y las instituciones de
investigación como autores de las principales iniciativas del distrito en cuanto a los
diagnósticos y ejercicios de participación social, tal es el caso del POMCA del Tunjuelo
con la universidad Nacional (2007), la Universidad distrital con el diagnostico de las áreas
rurales de Bogotá (2007), la política de biodiversidad con la ONG Conservación
Internacional (2010) y recientemente el diseño de herramientas de paisaje con el Instituto
Humboldt (2014). En este sentido es necesario reconocer que la participación de la
academia ha sido fundamental para la construcción colectiva de conocimiento y el
manejo del mismo; sin embargo, algunos de estos avances no tienen la trascendencia
necesaria para fortalecer aquellos esfuerzos de organización social que se logran con la
gestión de las entidades académicas y de investigación, y muchos de ellos terminan
archivados solo como el registro físico de contratos ejecutados.
Sin embargo, la construcción colectiva de conocimiento y manejo del mismo, ha
sido una iniciativa de los sectores académicos puesta en marcha. Esto se percibe
precisamente en el fortalecimiento de la participación social en la planeación del territorio,
que encabezado por la academia y apoyado por las instituciones que las contratan como
consultores, promueven diferentes escenarios bajo dinámicas y procesos que posibilitan
la articulación e interacción del conocimiento ancestral y popular de las comunidades que
habitan en los bordes, de manera que la tendencia actual en la gestión de los bordes es
analizar, reflexionar y proponer de manera colectiva los intereses de la población para
llegar a acciones concretas de intervención. Los resultados (tanto para la academia
como para las comunidades), mayor apropiación y percepción integral de la realidad que
se vive.
Durante los procesos de acompañamiento generados con la Secretaria de
Ambiente y el Instituto Humboldt, se suscitaron espacios de discusión y aportes mutuos
lo cual logró crear un ambiente de confianza entre las partes. Pero es posible que este
76
esfuerzo no permanezca, pues estos espacios para el diálogo y el intercambio de
saberes se mantienen hasta la vigencia del contrato o convenio, esto ha sido “la mala
tradición” y al final, la comunidad se siente bajo un estudio temporal donde termina
rechazando estos procesos que no culminan en acciones concretas sobre el territorio.
Esta situación, que poco a poco ha venido creando resistencia ante las iniciativas
externas de convocatoria, fue la que generó la necesidad de asociar este trabajo de
investigación al desarrollo de proyectos vigentes en el área de estudio para abordar los
temas de percepción social frente a los modos de habitar, por lo que para documentar la
participación de los diferentes actores en el sector Quiba – Arborizadora Alta, se adoptó
como estrategia, la participación activa en aquellos espacios interinstitucionales donde
las entidades públicas adelantan actualmente proyectos en las zonas de borde. Tal es el
caso del Convenio 1275 de 1213 celebrado entre el instituto Humboldt y la Secretaria
Distrital de Ambiente, cuyo objeto es “Diseñar herramientas de manejo del paisaje en el
suelo rural del distrito capital y generar insumos técnicos que aporten a la consolidación
del modelo sur del borde urbano – rural”; por tanto, las actividades programadas con las
comunidades, en el marco del referido convenio fueron aprovechadas para el
relacionamiento directo con los diferentes actores para esta investigación.
Esto facilito la logística y de alguna manera garantizó la seguridad y la asistencia
de algunos líderes comunitarios y personas interesadas en dichos procesos estos
encuentros programados. Gracias a los insumos y aportes de dichas convocatorias fue
posible interpretar las percepciones aquí expuestas de cada uno de estos grupos y su
influencia en los procesos de construcción de modos de habitar.
De este trabajo conjunto entre la academia y la administración local, vale la pena
resaltar que bajo esta alcaldía se ha ido fortaleciendo la participación social bajo sus
modelos de política pública con el apoyo de la academia, pues en estos 3 años se hace
evidente la creación de espacios para que de manera colectiva, se articule y posibilite la
comunión con el conocimiento ancestral, popular, académico e interdisciplinario y
promover así, la construcción de propuestas complementarias frente a las políticas de
atención del Distrito.
77
Por otro lado, se destaca igualmente los esfuerzos de la academia en cabeza de
la Universidad piloto con el pasado Foro de discusión de las figuras de gestión social
para fortalecer el modelo de ocupación campesino desarrollado el 17 de octubre. En
este evento, se desarrollaron espacios para el diálogo, el intercambio de saberes y
experiencias de los diferentes procesos sociales que se desarrollan en la zona del borde
sur de Bogotá, generando así, mayor conocimiento integral de la realidad que se vive en
estos territorios de borde.
Sin embargo, no es suficiente que la academia diseñe y promueva estos
importantes espacios para el diálogo, e intercambio de experiencias, es necesario que la
construcción de propuestas complementarias al desarrollo integral del territorio sea una
tarea permanente ente la academia, las instituciones y la comunidad misma.
2.2.4 La institución Pública
Teniendo en cuenta la documentación que de la zona se ha adelantado en esta
investigación, se percibe que las acciones de las entidades púbicas respecto a la
integración de los espacios de borde no son planificadas de manera conjunta,
manifestándose en la comunidades de Quiba un Distrito poco cohesivo ante la gestión
que cada una de las entidades de manera sectorial desarrolla en el borde.
Este fenómeno se evidencia en el seguimiento a los programas de vivienda,
cultura, educación salud, servicios públicos ambiente etc., los cuales obedecen a
lineamientos e indicadores programados por la administración de turno que, en cierta
medida, fundamenta su plan de desarrollo según las estrategias de inversión del
gobierno nacional, así que la continuidad de procesos locales no es la prioridad. En este
sentido vale la pena abordar el tema del plan parcial azoteas diseñado para ser
implementado en arborizadora alta, pues para la anterior administración distrital este
representaba una solución de vivienda importante para los habitantes del sector, de
hecho una alternativa muy llamativa para el gobierno nacional respecto a sus indicadores
de vivienda de interés social en Bogotá; sin embargo, el gobierno local de turno, “la
Bogotá Humana” plantea formas alternas de planeación de ciudad, por lo que entre uno
78
de sus lineamientos esta evitar la expansión de ciudad en los bordes y establecer una
estrucutura ecológica de ciudad que tenga conectividad con la región, por lo que esta
zona fue proyectada como área protegida, sin embargo, la propuesta del ajustes al POT
fue suspendida, por lo que la discusión del plan parcial volvió a reactivarse y pese a los
conceptos técnicos de entidades como el FOPAE y la Secretaria de Ambiente frente al
riesgo que representa ubicar casas en ese sector, prima el interés nacional de cumplir las
metas de vivienda gratuita.
Y si a esta situación se le agrega el conflicto de competencias entre las mismas
instituciones del estado, que sobre estos territorios de borde comparten algunas
funciones; entonces la percepción de la comunidad frente a las entidades públicas es de
entes pasivos que no han figurado en los bordes como una autoridad técnica ni política
que los respalde. Tal es el caso del permiso otorgado en 1998 por la CAR al título minero
No. 15558 por 28 años de explotación de arenas y gravas sobre suelos del Distrito capital
en la zona de arborizadora alta, donde la autoridad ambiental es la Secretaria de
Ambiente, pero que al compartir algunas funciones respecto a la administración del
territorio rural de Bogotá y al ser tan difusos los limites administrativos en el áreas, se
presentan este tipo de conflictos entre instituciones.
Por tanto, al tener el distrito un esquema tan sectorizado, se hace demasiado
evidente las diferencias en el enfoque de las entidades que acompañaban los distintos
escenarios de participación ciudadana que en ocasiones no refleja la visión de quienes
habitaban el territorio.
Para algunas entidades, su gestión en los bordes representa llevar adelante las
intervenciones y labores operativas planificadas y diseñadas “desde escritorio” para
luego ser socializadas a la comunidad para que las acojan como soluciones definitivas a
situaciones que algunas veces ni siquiera habían sido diagnosticadas de manera integral.
Se podría afirmar que un problema que ha venido afectando el desarrollo y la
pronta solución a los problemas de ordenamiento de los territorios de borde es la
cantidad de instituciones de orden nacional, regional y distrital que intervienen en estas
áreas sumado a la infinidad de normas de orden ambiental, minero, agrícola, social y
cultural que en conjunto carecen de armonía, gradación normativa, subsidiaridad,
79
articulación y coordinación, por lo cual ha hecho más complicado la toma de decisiones
sobre estos territorios.
Sin embargo, este problema ya se ha venido identificando por las mismas
instituciones del estado y actualmente la administración distrital como primer paso para la
consolidación de acciones hacia estos territorios ha fortalecido el trabajo con dichas
comunidades tanto así que hoy por hoy se reconocen en la zona de estudio escenarios
institucionales con participación comunitaria tales como las mesas para la formulación de
la UPR en cabeza de la Secretaria de Planeación, la Comisión intersectorial de
operaciones estratégicas liderada por el IDU y Secretaria de Movilidad, las mesas de
gobierno zonal en cabeza de secretaria de gobierno, el trabajo en la franja de borde con
la secretaria de Hábitat entre otras.
Dichos procesos adelantados por las distintas instituciones de Distrito incorporan
en su mayoría un componente de participación social importante, sin embargo, la
fragmentación institucional se sigue haciendo evidente a la hora de definir acuerdos
mínimos entre ellas mismas, que muchas veces los alcances a la gestión territorial con la
comunidad se restringe y el trabajo conjunto no refleja una visión compartida de territorio
de manera efectiva. (Beltan, 2014)
2.2.5 La Industria Minera
Según el relato de German Arevalo, gestor local de Ciudad Bolívar quien lleva ya
varios años trabajando con estas comunidades, es posible identificar el desarrollo de esta
industria en el sector. Por un lado, los antiguos chircaleros progresaron al punto de
constituirse en medianos empresarios de la explotación minera; mientras que por otro,
empresas como Holcim y Cemex habían ingresado con fuerza no solo en la extracción y
producción de materiales para la construcción sino que también promovieron la
innovación tecnológica del gremio, participando posteriormente de manera muy activa en
los mercados nacionales.
80
En esta evolución la exigencia y modificación de la norma ambiental hace que la
Secretaria de Salud intensifique la presión sobre los pequeños mineros que mantenían
practicas artesanales en la producción generando mayores índices de contaminación en
el sector y en respuesta éstos ven la necesidad de crear consensos y organizarse como
agremiación (Arevalo, 2014).
Teniendo en cuenta que las reservas de arcillas se calculan aproximadamente en
98 millones de toneladas en este sector de la ciudad, con lo cual la preponderancia de
este tipo de actividad ha punteado en el desarrollo económico de las familias que habitan
en el sector de Quba, su vinculación en las canteras genera una oferta de trabajo por lo
menos permanente, lo que ha conllevado al desplazamiento de la agricultura y la
ganadería tradicionales en la parte rural en los últimos años. (Andean Geological
Services AGS, 2009).
Es importante indicar que los acercamientos que se intentaron con la industria
fueron en vano, pues no hubo nunca interés por parte de este gremio en discutir respecto
a las acciones y propuestas de aprovechamiento de los recursos pétreos en el borde,
pues actualmente concentran todos sus esfuerzos técnicos y jurídicos en mantener sus
actividades en el Distrito Capital con la suspensión provisional del decreto de
modificación excepcional del plan de ordenamiento de Bogotá (MEPOT)
Sin embargo, con este reconocimiento de los actores y del papel diferencial que
pueden jugar respecto al territorio, es la manera en que se puede avanzar del discurso
reiterativo de los impactos de las actividades humanas sobre los ecosistemas naturales
del borde, permitiendo la entrada de nuevos enfoques e interpretaciones que enriquecen
sustancialmente el proceso, haciendo visible que los modos de ocupación en los bordes
de ciudad se pueden convertir en factor tangible de amortiguamiento a la dinámica de
expansión urbana y los usos de alto impacto, si se asume como corresponsabilidad
comunidad-entidades-academia y gremios.
81
2.3 Tejiendo las Tramas en el Paisaje de Borde (Los Modos de Habitar)
Desde el punto de vista sistémico, el paisaje transformado y habitado que
describe la zona de Quiba – Arborizadora representa una dinámica de transformación del
paisaje muy alta; pues por un lado está:
i.) La explotación de material pétreo requerido por la ciudad y la región;
ii.) La presión de la expansión urbana tanto planificada como informal,
iii.) La prevención de las comunidades rurales frente a cualquier figura de
gestión del territorio (por temor a entrar en la matriz urbana)
iv.) Las instituciones públicas, unas de carácter ambiental queriendo
establecer una figura de protección para conservar los relictos de
ecosistemas naturales presentes aún y otras queriendo desarrollar
urbanísticamente lo que aún queda de suelo disponible en el borde.
Cada una de estas situaciones ejerce ciertas conectividades y relaciones entre
ellas mismas que proporcionan unas cualidades propias que finalmente son las que
caracterizan esta zona y que no pueden ser identificadas en otro lado, aunque fuera en
la misma franja del borde sur de Bogotá, pues dichas propiedades son producto de las
conexiones que se manifiestan entre las circunstancias descritas en este espacio/tiempo.
Por lo que los fenómenos estudiados en esta investigación son propios de su contexto y
de la forma en que los actores perciben su realidad.
Teniendo esto en cuenta y las descripciones del capítulo anterior logradas con
cada uno de los grupos de actores reconocidos en el área de estudio, se van
identificando aquellas relaciones y tejidos que consolidan los modos de habitar actuales
de la zona. Por ejemplo:
82
Entre la explotación minera: Evidentemente la extracción de materiales para la
construcción en el borde sur de Bogotá, se ha fortalecido a través de los años. No solo
por la oferta laboral de mano de obra no calificada en esta zona, sino porque las
condiciones geológicas y ambientales permiten que esta actividad tenga unos
rendimientos importantes y se consolide como una actividad rentable tanto para el
minero, como para el cliente comercial del material pétreo en la región.
Si bien podría ser una actividad admisible bajo una regulación de la tasa de
extracción frente a los precios del mercado, la autoridad ambiental en Quiba -
Arborizadora no ejerce una función de ente regulador y de control de este tipo de
actividades, que aunque es necesaria para el desarrollo humano es altamente
impactante a las condiciones naturales que presenta este ecosistema. En este sentido,
para la personería de Bogotá, de las de 108 empresas mineras que operan en Bogotá,
100 funcionan en la ilegalidad, 88 no tienen ningún papel soporte de su actividad y 12 los
tienen incompletos, es decir, cerca del 92% de la industria extractiva de no está dentro de
los términos de legalidad minera ni ambiental. (Fierro, 2012).
Siendo esta actividad en la zona sur de Bogotá tan poco regulada por el estado,
se hace muy evidente la alteración paisajística y la generación de escenarios de riesgo
para el establecimiento de vivienda. Cerca del 80% de los procesos activos de
deslizamientos corresponden a zonas que han sido afectadas por actividades extractivas,
lo cual la convierte en una amenaza de afectación sobre la estructura funcional de la
ciudad. (Beltan, 2014)
Eventos propios de la excavación, tales como la perdida de la cobertura vegetal y
de suelo, la inestabilidad de los terrenos aledaños por cambios en sus composición
geomorfológica; crean pasivos ambientales a la región, pues se genera un daño
ambiental casi irreversible al extraer gran cantidad de material natural sin ningún tipo de
compensación. Esta situación promueve las escombreras ilegales, pues al presentarse
un socavado en los terrenos, se crea la oportunidad de utilizarlos como escombreras sin
ningún tipo de técnica de relleno que contribuyen a los procesos de inestabilidad.
83
Figura 28 Representación gráfica de los modos de habitar identificados i.
La expansión urbana en los bordes: como se ha referido anteriormente, la
actividad minera ha contribuido a la consolidación urbana del borde en Arborizadora Alta,
sin embargo, la topografía del area de estudio cumple un papel fundamental al evitar la
expansión de la urbanización hacia el área de estudio; es decir, que el crecimiento
urbano de la ciudad en este borde obedece a una lógica de las condiciones biofísicas de
dicho espacio geográfico.
Figura 29 Registro Fotográfico de expansión urbana en los bordes de Arborizadora
Sin embargo, en esta periferia fragmentada de quiba arborizadora se evidencia
un alto grado de segregación socioespacial y un elevado impacto de la transformación
del paisaje principalmente por la expansión no planificada de la matriz urbana de la
ciudad en esta zona. Es decir, la expansión urbana en este borde obedece a decisivos
84
fenómenos de deterioro social en una ciudad que bajo la consideración de “foco de
oportunidades” alberga desplazados, o emprendedores de muy bajos recursos que ven
en esta ciudad razones para mejorar sus condiciones de vida.
La consolidación de matriz urbana en los bordes forjada bajo los procesos de
inequidad y violencia que ha vivido el país en los últimos 60 años, han generado en los
habitantes del borde una desarticulación general con el territorio el cual solo lo perciben
como el único espacio disponible dentro de sus posibilidades para habitar.
Figura 30 Representación gráfica de los modos de habitar identificados ii
La ocupación campesina: Esta situación se incorporó como hecho especifico de
estudio pues, aunque los impactos al paisaje por las actividades propias de la vida
campesina identificadas en Quiba no son las más extremas, si representan una
modificación a las condiciones originales del área.
Se estima que alrededor del 1% del consumo total de alimentos de la población
urbana de Bogotá es aportado por la zona rural de Ciudad Bolívar. Su producción
agrícola se desarrolla en 419 predios ubicados en el suelo rural, que representan el
19.26% del total de unidades prediales, 55 predios se ubican en suelo de protección
(13.08% de los predios con producción agrícola), 231 en suelo de producción (55.10%) y
133 en suelo minero (31.82%); el área destinada a la producción específicamente
agrícola es de 2011.90 Has, equivalentes al 20.94% del total del suelo rural. De la
superficie con actividad mixta (961.18 ha), 331.03 Has se dedican a la producción
85
agrícola, de la cual, la vereda de Quiba bajo contribuye alrededor de un 0,73% (Andean
Geological Services AGS, 2009). Esta situación se manifiesta especialmente porque sus
suelos no presentan una capa orgánica importante, al contrario al prevalecer en sus
alrededores la industria de gravas y arenas, la producción agropecuaria, aunque exista
es baja.
Por otro lado, la especulación permanente de los precios de la tierra en esta zona
desequilibran los modos de habitar campesinos tradicionales de esta vereda. Bajo los
diferentes acercamientos con la comunidad logrados durante este periodo de
investigación, fue posible identificar como factor predominante que la falta de regulación
del precio de la tierra ante la especulación de proyectos de vivienda o infraestructura
asociados a la expansión urbana de la ciudad, generan un gran desequilibrio social en
estas áreas rurales, por lo que algunas familias campesinas, sobre todos los más
próximos a la matriz urbana, solo esperan una oferta por la compra de sus tierras, pues
ya su cultura campesina ha sido permeada por las costumbres urbanas.
Entre otros vínculos de la zona rural con la zona urbana están: la prestación de
servicios de salud, pues el centro de atención más completo con el que pueden contar
las comunidades rurales de Ciudad Bolívar es el Hospital de Meisen, sin embargo, el
tema de la educación si predomina la vía contraria, pues las familias de la zona urbana
prefieren que sus hijos estudien en los colegios de la vereda de Quiba y mochuelo, pues
según Lucy Hernández, habitante de la comunidad de Quiba Bajo “representa un
ambiente más sano para los muchachos”.
Figura 31 Representación gráfica de los modos de habitar identificados iii
86
Las figuras de protección para garantizar la gestión sostenible de territorios
con objetos de conservación:
Para el Distrito, y en especial la Secretaria de Ambiente, el sostenimiento de la
estructura ecológica principal, la conectividad ecológica y la productividad de la zona
rural de la localidad de Ciudad Bolívar, es fundamental, por tanto es de su interés
particular gestionar la implementación de planes de recuperación y restauración y
conservación de las coberturas naturales que aún persisten en la zona, pues aunque, los
índices de biodiversidad de la localidad no son relevantes, la existencia de especies
endémicas calificadas como vulnerables a nivel internacional, así como la representación
de ecosistemas no existentes en otras zonas del distrito, hace para dicha entidad
altamente relevante la conservación del patrimonio biológico del sector de Arborizadora
Alta (ver Anexo C).
Sin embargo, la desarticulación e intermitencia del sector público en el área con
experiencias de declaratoria como “la RFD Encaníllales de Mochuelo” y la “RFD El
Carraco” en la vereda de Quiba, ha alimentado gran desconfianza de la acción protectora
de las entidades públicas en los habitantes de la zona. Esta desconfianza se nutre
actualmente, entre otras razones, de los conflictos generados por las decisiones tomadas
en el ordenamiento del territorio sin consulta previa a las comunidades. Este fue el caso
de la declaratoria de las Reservas Forestales Distritales El Carraco y Encenillales de
Mochuelo, lo que al final determino unos nuevos mojones en sus fincas y una limitación
al uso de su propia tierra.
Tradicionalmente el campesino ha generado unas formas cotidianas de
resistencia ante la planificación del sector público. Pues hasta ahora el ordenamiento de
su territorio se ha dirigido a la consolidación de las áreas protegidas lo que se traduce
para el campesino como una amenaza más de perder el derecho a la propiedad, al
trabajo y por tanto al territorio construido. (Beltan, 2014)
Una de las primeras expresiones de defensa que manifestó la comunidad de
Quiba al anunciar el ministerio la delimitación de la reserva forestal protectora productora
87
de la cuenca alta del rio Bogotá fue la negativa a que fueran restringidos sus usos del
suelo.
La declaratoria de áreas protegidas como ejercicio de planificación por parte del
estado, no tiene buena acogida entre la comunidad de Quiba, básicamente por los
antecedentes que tiene la zona; áreas forestales como el carraco, el mochuelo, que se
traslapan con el parque minero y que al final dichos polígonos restringidos y
contradictorios no han representado para ellos ninguna acción directa para el desarrollo
del territorio ni siquiera en la temática ambiental.
La anterior situación se ha reforzado dada la presencia irregular de las
instituciones. Particularmente la ULATA, en temas como el manejo apropiado de los
recursos, lo cual ha generado una pérdida de reconocimiento como extensión técnica
institucional. Por tanto, la declaratoria de áreas protegidas por parte de las instituciones
públicas se reconoce en la realidad como una limitación directa al uso y producción de su
propio territorio, donde el estado tampoco participa con acciones concretas para
conservar el agua o las coberturas vegetales del sector por ejemplo, pues hasta ahora
por parte de las comunidades se reconocen unos tomos de estudios técnicos de
diferentes instituciones, y algunos mojones con los cuales ejercen de manera esporádica
control y vigilancia en la ocupación de dichas áreas.
Por tanto, si para algunas instituciones públicas y la academia, la conservación de
estas áreas son vitales para el equilibrio ecológico de la región; por otro lado, existen
intereses contradictorios para la zona de Arborizadora alta desde el mismo Distrito, pues
mientras Secretaria Distrital de Ambiente quiere declarar el área como zona de
protección, Secretaria Distrital de Planeación quiere dar cumplimiento a las metas del
plan de desarrollo orientadas por las políticas nacionales en cuestión de viviendas de
interés social y llevar a cabo el Plan Parcial Azoteas10.
10 Pues como se describió en capítulos anteriores, al encontrarse en suspensión los Ajustes al POT, la declaratoria de Arborizadora alta como área protegida no se consolidó, por lo que desde la misma secretaria de planeación se adelantan los estudios para la viabilidad al plan parcial la azoteas
88
Frente a esta situación, el pasado 22 de mayo de 2014 en la sección de Bogotá
del periódico el tiempo se advierte de las presiones que sobre la Secretaria Distrital de
Ambiente se han manifestado por mantener una medida cautelar impuesta sobre el cerro
de arborizadora dentro de su jurisdicción (resolución 1197 del 2 de agosto del 2013) y
advienen en su artículo:
“… en caso de no quitar la prohibición para edificar legalmente en esas
tierras, “contratarían a los Tierreros para que promuevan la invasión y
loteo en la zona”, dijeron habitantes del sector. Eso podría llevar “a la
conurbación con Soacha y a crear un nuevo polvorín social en el sur, por
los graves problemas de conflictividad e inseguridad de la zona”, dijeron
las fuentes…” (El tiempo 2014).
Bajo este panorama, se hace evidente lo disfuncional de la gestión pública en las
zonas periféricas en las ciudades tan grandes como Bogotá.
“Una hipótesis preliminar que se plantea ante las dificultades de los
gobiernos locales para atender los déficits en los bordes de ciudad es el
patrón de crecimiento disperso y extendido que no contribuye al uso
eficiente de los recursos urbanos, limitando de esta manera las
posibilidades de los gobiernos locales de alcanzar condiciones
sostenibles en el tiempo”. (Marengo, 2002)
En este sentido, revisar los modelos de territorio planificados para la expansión de
las ciudades es definitivo, pues por que si se considera la urbanizacion como la clave de
la integracion regional, no se estan contemplando las posibilidades que tienen estas
areas como espacios articuladores alternos.
Por tanto, frente a este escenario de reconocimiento tecnico de objetos de
conservacion en el area y una poblacion prevenida frente a cualquier figura de proteccion
propuesta en sus terrenos, se identifica como situación a modelar, la “Estabilidad
Ecologica del Paisaje Natural”
89
Figura 32 Representación gráfica de los modos de habitar identificados iv
2.4 Proyectos de Sustentabilidad en los Bordes
Teniendo en cuenta el panorama anterior de las situaciones más dominantes que
presenta actualmente el paisaje complejo de Quiba - Arborizadora, es necesario
investigar aquellos otros escenarios de borde que pese a desarrollarse en circunstancias
muy diferentes se reconocen como experiencias exitosas gracias a la implementación de
figuras de gestión social sobre el territorio. Esto promoverá a incorporar un quinto
componente dentro de la trama de análisis sistémico abordado en esta investigación.
2.4.1 Gestión del Borde sur en Bogotá
A partir de la revisión de los archivos que reposan en los diferentes centros de
documentación de las entidades públicas frente a las acciones de desarrollo en los
bordes de la ciudad, se han encontrado experiencias importantes en la gestión social del
territorio.
Como uno de los ejemplos está el Agroparque Los Soches, localizado en el borde
sur oriental de la ciudad en la localidad de Usme, donde la gestión ha sido liderada por la
misma comunidad campesina que en su momento, frente a la decisión del distrito de
declarar esa vereda como área de expansión urbana, tomaron la decisión de manera
colectiva de constituirse como parte del borde rural de la ciudad limitando de esta manera
90
las posibilidades de compra y venta bajo un mercado de la tierra más favorable. Sin
embargo emprendieron toda una organización para abrir un nuevo mercado de turismo
rural comunitario, constituyéndose como un modelo de vida en los bordes.
Este proyecto tiene como fin contribuir con el desarrollo de la ciudad en los bordes
de una manera alterna, con una visión dirigida hacia la conservación del ambiente y la
cultura tradicional campesina. Actualmente se trabaja por la promoción de la
conservación ambiental y la sensibilización hacia el ambiente a través de caminatas
ecológicas y se promociona el agroturismo. (Nieto, 2009)
El Agroparque Los Soches es el resultado de la apropiación social del territorio
que se ha desarrollado en defensa del derecho a existir como comunidad campesina
en el borde de la ciudad y se evidencia claramente el nivel de organización comunitaria y
el aprovechamiento de sus recursos naturales de tal manera que han iniciado procesos
de transición desde la agricultura convencional hacia agriculturas alternativas para
garantizar la conservación de los ecosistemas presentes.
Por otro lado, comunidades urbanas de las localidades de san Cristóbal, Usme y
Rafael Uribe Uribe, han suscrito la corporación Parque Entrenubes reconocida
jurídicamente en la protección y conservación del Parque Distrital de Montaña
Entrenubes
El Parque Entrenubes como experiencia de gestión social del territorio, se
constituyó inicialmente para contrarrestar la urbanización ilegal en los cerros de
Guacamayas, Juan Rey y la cuchilla El Gavilán que según el acuerdo 06 del 90 habían
sido declarados zona de protección orográfica y que por la intervención oportuna des las
comunidades urbanas de los barrios circundantes a dichos cerros, lograron consolidar la
Corporación Parque Entrenebes y así de esta manera, contrarrestar dicho fenómeno
(Quimbayo, 2013)
En cualquiera de los casos, la identificación y promoción de los intereses
colectivos prima respecto a los particulares en cuanto al uso del territorio. Y se
evidencia de manera clara, que es posible bajo iniciativas comunales la defensa de lo
público.
Promover el desarrollo de los bordes representa entonces, vincular a sus
comunidades pues en estos claros ejemplos, las comunidades demuestran que son
91
capaces de contribuir con el desarrollo de la ciudad, asumiendo de manera
responsable proyectos de gestión de territorio. Es en ejemplos como estos donde se
resalta la función social y ecológica de la propiedad referida en la Ley 388 de 1997.
Otras experiencias de la gestión de conflictos socio ambientales de borde son la
Asamblea Permanente por el Cierre al Basurero Doña Juana, La Asamblea por el Cierre
a la Gran Minería Multinacional en el valle aluvial del río Tunjuelo, promovidas desde el
proceso social Asamblea Sur y las movilizaciones por los conflictos sociales en las
ciudadelas de Metrovivienda en Usme. Todas ellas han confrontado las políticas públicas
de ciudad de las últimas décadas, y su implementación no ha tenido una evolución
satisfactoria ni para los particulares ni para las comunidades. (IAvH & SDA, 2014)
Con estos ejemplos, se reconoce la existencia de una dinámica de comunidades
organizadas en torno a la Cuenca del Rio Tunjuelo, la cual ha permitido el surgimiento
de propuestas, reconocidas por la administración, sobre las opciones de manejo de los
principales conflictos de dicha cuenca en las que las comunidades urbanas y rurales
tienen un papel destacado.
Esos antecedentes han mostrado alternativas perfectamente posibles donde se
pueden identificar visiones compartidas del territorio, no solo entre lo urbano y lo
rural sino también entre comunidad y entidades que demuestran ser las bases de un
esfuerzo conjunto que logra superar la tendencia general de la administración publica en
“implantar” unilateralmente sus proyectos de desarrollo local. (IAvH & SDA, 2014).
Igualmente los aprendizajes que han surgido de manera emergente en cada una de
estas experiencias exitosas de construcción social de territorio en el borde, ha
beneficiado no solo la sostenibilidad de las áreas de transición, sino que han contribuido
para que la gestión pública en estos sectores sea más participativa e incluyente.
2.4.2 Red de reservas naturales de la sociedad civil en la laguna de la cocha
En 1991 se consolido esta iniciativa en el departamento de Nariño, como una
alternativa para satisfacer las necesidades fundamentales en esta zona del país, quienes
basaban su economía en la explotación de carbón vegetal y la extracción de madera. Las
promotoras fueron un grupo de mujeres que decidieron liderar algunos procesos de
92
organización que pusieron en marcha pequeños proyectos productivos que poco a poco
se constituyeron como una fuente importante de ingresos para la familia que inclusive
llegaban a superar los ingresos obtenidos por la explotación forestal, por lo que la
acogida de la comunidad en general de la laguna de la cocha fue positiva,; dando paso a
una red de reservas local donde la minga se estableció como sistema de organización sin
jerarquía alguna que tenía como unidad fundamental el núcleo familiar (IAvH, SDA, &
Universidad Piloto, Foro de Discusion, 2014).
Dentro de las principales áreas de trabajo de esta red de reservas esta:
La soberanía alimentaria: Con alternativas productivas que recuperen tradiciones
culturales, minimicen los daños ambientales y tengan en cuenta a cada miembro de la
familia potenciando así su crecimiento y dignificando su posición en la sociedad. En estos
procesos se considera cada predio como un sistema abierto en donde el ciclo de la
materia y energía se provecha al máximo evitándose al máximo materiales que no se
puedan re utilizar o reciclar.
La formación del relevo generacional: Desde los niños y jóvenes, de cada una de
las veredas que hacen parte de la red de reservas, se adelantan procesos de
dignificación de su cultura de manera que se formen criterio y actitudes propios q les
permitan ser protagonistas de sus propias vidas como base para la construcción social y
armónica con el entorno.
Gestión para el bienvivir local: a través de espacios de formación en gestión, se
buscan mayores niveles de auto dependencia, diseñando el futuro a través de su propia
cultura, el entorno natural, y el marco legal del país.
Esta red se ha convertido en una experiencia motivadora en procesos de
sostenibilidad y gestión social de los territorios, pues esta integración de los campesinos
de la región de la laguna de la cocha y su entorno natural ha permitido mejor los niveles
de calidad de vida de los campesinos y de todo ser vivo que convive con ellos.
“...los cambios han sido muy grandes, es que uno cuando
conserva uno como que siente una sensibilidad muy grande hacia
todas las cosas que le rodean...” (Concepción Matabanchoy
2014) Archivo digital de Audio Anexo A.
93
Iniciativas locales como estas hacen evidente la incidencia de los procesos de
organización comunitaria en los modos de habitar, pues tiene en cuenta no solo un
control social sobre el territorio, sino que la vinculación de saberes y aprendizajes que
fueron recuperados desde su propia cultura donde construir en colectivo y reconocer
en su medio natural la base fundamental de su desarrollo, garantizaría su
supervivencia. Pues desde el territorio es donde las acciones de recuperación,
versatilidad de lo productivo y la defensa de lo propio se revelan el concepto de
territorialidad.
Esta experiencia de organización campesina se presenta como ejemplo de cómo
existen interacciones alternas entre lo social y lo físico en donde la defensa del
patrimonio incide en la sustentabilidad de los procesos de habitar.
2.4.3 Mesa de concertación del borde sur
En el marco de la discusión de la expansión de la ciudad al sur bajo la Operación
Estratégica Nuevo Usme, se consolido la mesa de concertación campesina, como
respuesta a la expansión sobre áreas rurales que se proponía desde las organizaciones
de planeación de la ciudad.
Dentro de dicho trabajo participativo cobra gran relevancia los procesos
comunitarios realizados en las veredas de la Localidad de Usme, La mesa de
concertación campesina de Usme y la Mesa de patrimonio propone que la gestión del
territorio y el suelo debe basarse en una formulación conjunta comunidad organizada –
instituciones, estructurando una franja territorial que permita definir medidas de
planificación, gestión, control y ejecución orientadas al ordenamiento, aprovechamiento
del uso del suelo y que dé cuenta de la transición Urbano - Rural en la periferia
(Secretaria Distrital de Planeación, 2014)
Esta asociación que aún se mantiene vigente, tiene como objetivo contribuir la
construcción de un saber colectivo que haga de la participación un elemento
central en la solución de los conflictos socio ambientales de los territorios de
borde sur de la cuidad para el bienestar de sus pobladores. En este sentido, han
propuesto en el 2012 a la administración distrital una nueva figura de manejo y gestión de
94
borde denominada Parque Agropolitano, la cual la han definido como una asociación
dinámica del campo y la ciudad, y que se espera sea acogida por el Distrito como una
solución espacial-integral al problema de la degradación humana y ambiental que se ha
generado con el Parque Minero Industrial El Mochuelo en los ecosistemas de borde.
“La Agropolis hace consientes a los habitantes del valor de la vida campesina y
en general de las bondades del territorio para su conservación, poblamiento, uso y
aprovechamiento, la importancia de su función agraria y de la necesidad de integrar
orgánicamente la ciudad y la región con el entorno productivo primario que la sostiene.”
(Reyes, 2007)
2.4.4 Cinturón verde metropolitano Medellín
Esta experiencia fue presentada en el pasado 17 de octubre de 2014 en el foro
de discusión organizado entre la Universidad Piloto y el Instituto Humboldt respecto a las
figuras de gestión social en los bordes. Este proyecto conocido también como jardín
circunvalar de Medellín, es una estrategia no solo de la ciudad sino de los municipios que
componen el valle de aburra para controlar la presión expansiva de Medellín a través de
la consolidación de zonas de encuentro entre lo urbano y lo rural de tal manera que
se oriente y regule la ocupación y la expansión de la matriz urbana. Las acciones están
dirigidas a recuperar alternamente los elementos naturales del paisaje, mejorando la
accesibilidad y generando desarrollo económico de manera sostenible en un marco de
equidad.
Lo más interesante de este proyecto es que vincula a través de una estrategia
urbana pedagógica las acciones entre la ciudad y los municipios del valle de aburra,
donde se generan transformaciones en el territorio a través de la promoción de
competencias y capacidades para las personas que habitan construyendo de manera
conjunta con las autoridades municipales los siguientes ejes estructurales de desarrollo:
Vivienda digna, segura, sostenible y accesible: el cual incluye programas
de mejoramiento de vivienda, titulación y legalización e inversión en obras
de mitigación de riesgo y espacio público.
95
Sostenibilidad integral del territorio: en la cual se adelantan programas de
acompañamiento social para la formación de empleos ambientales y
colectivos como las huertas comunitarias.
El espacio público incluyente y estructurador de territorio: el cual emprende
el desarrollo de micro centralidades, parques barriales, plazoletas y
paseos urbanos que ofrecen espacios de encuentro comunitario.
Conectar el Territorio con calidad: donde la estrategia es el mejoramiento y
la construcción de las vías barriales y aquellas que conectan el eje de
movilidad de la ciudad.
Control de la Expansión con una visión integral de desarrollo: en la cual la
cultura y formación ciudadana es fundamental para fortalecer la
participación comunitaria que posibilite la apropiación social e institucional
de las estrategias de uso y ocupación territorial razonable y sostenible en
los ámbitos de gestión e intervención integral de estas zonas de transición,
tejiendo la equidad, la inclusión social, la gobernanza y gobernabilidad de
los que allí habitan.
En este proyecto de gestión de borde, se resalta la voluntad de la administración
local en trabajar estas estrategias con la comunidad, donde se adelanta un programa
alterno de pedagogía al ciudadano para que conozca, planifique y construya su
territorio; pues solo así se garantiza el desarrollo de dichas estrategias por apropiación
de sus comunidades. (IAvH, SDA, & Universidad Piloto, Foro de Discusion, 2014).
De esta manera, la acción de las entidades públicas se perfila como un
facilitador en la puesta en marcha de las propuestas construidas, es decir, el
respaldo institucional a las comunidades es el punto diferenciador que ha permitido q
actualmente se reconozcan 14 planes maestros producto de las diferentes
caracterizaciones adelantadas en la zona con las mismas comunidades y que la región le
apueste a la cultura ciudadana, pues la transformación de su entorno físico bajo
espacios de recreación y deporte han facilitado la integración comunitaria y el
fortalecimiento de la convivencia y apropiación del territorio para le mejoramiento de su
calidad de vida.
96
2.4.5 Experiencia interinstitucional, privada y comunitaria en la cuenca del Río Meléndez en el Municipio de Cali.
Este proyecto ha sido adelantado entre el corregimiento de Villa Carmelo, La
Buitrera y las comunas 18,19 y 20 de la ciudad de Cali para recuperar el emblemático río
Meléndez y alternamente las conectividades naturales con la Reserva Forestal de Cali y
con el Parque Nacional Natural Farallones de Cali, donde nace el río.
Inicialmente los esfuerzos de la alcaldía de Cali era poder declarar como área
protegida el área de la cuenca del rio Meléndez con acciones interinstitucionales; sin
embargo, una vez adelantadas las obras de reconocimiento del área donde la
intervención antrópica era tan elevada en la zona, se vio la necesidad de vincular en el
proyecto las zonas urbanas y rurales que hacían parte de la cuenca.
Entre los principales problemas identificados por estas comunidades estaban la
intensa e inadecuada actividad minera sobre el corregimiento la buitrera, la ocupación de
la llanura de inundación del río por asentamientos informales y las laderas deforestadas.
En este proyecto se resalta la integración de comunidades tan diferentes (urbanas y
rurales) frente a un objetivo común: la recuperación del río para retomar la tradición
del popular paseo de olla, que tanto los habitantes de la ciudad como los de las zonas
rurales añoraban.
Por tanto dentro de los objetos de conservación evaluados en esta zona para la
declaratoria del área protegida se destacó, no solo valor ecosistémico de la cuenca,
en cuento a la conectividad con otros sistemas de protección; sino también su
relevancia cultural frente a las actividades de esparcimiento y recreación producto
de las costumbres a la orilla del rio por parte de los habitantes locales.
Bajo esta iniciativa, se formularon planes de acción marco, que involucraban a la
comunidad en proyectos de reforestación, reconversión productiva, el control en el
vertimiento de aguas residuales al río, bajo programas como el de familias cuidadoras del
Agua, los planes de mejoramiento de vivienda , prohibición de las explotación minera, el
establecimiento de caminos ecológicos, entre otros. Hoy en día la declaratoria de la
reserva del Rio Meléndez es un Hecho en el POT de Cali y las acciones programadas
siguen estando en cabeza de las comunidades rivereñas. (Sierra , Caceres , & Hoyos ,
2014).
97
2.5 El sector Quiba-Arborizadora frente a los proyectos exitosos de sustentabilidad en los bordes
Teniendo en cuenta lo anterior, el panorama de las comunidades que se relacionan
con el polígono de estudio Quiba - Arborizadora indica que, mientras los campesinos
tienen una relación vigente con el territorio, que han construido durante décadas, los
habitantes urbanos en el borde, en su mayoría se encuentran dispersos ante los
procesos de participación comunitaria en torno a mejorar sus condiciones de
habitabilidad.
Por tanto, se hace evidente que en áreas tan dinámicas como estas, es
necesario construir puentes de comunicación, escenarios de interlocución que
conduzcan a fortalecer la capacidad auto organizativa local para invertir aquellas
divergencias entre una y otra comunidad tal y como se muestra en las experiencias en
los proyectos de sustentabilidad como el adelantado en la ciudad de Medellín en los
bordes, y en Cali con la recuperación de la quebrada Meléndez, que si bien
corresponden a periodos considerables de trabajo conjunto, confirman que la inclusión
de las comunidades en la gestión del territorio garantiza la continuidad de los
procesos y contribuyen a consolidar alternativas viables tanto para la sociedad
como para el ambiente.
La gestión en el borde sur de Bogotá presentadas anteriormente son producto del
reconocimiento del territorio como un elemento de identidad, por lo que se plantea como
alternativa para comunidades tan heterogéneas como estas, el cambio de visión de lo
que se considera marginal, es decir, adoptar una perspectiva basada en una
cohesión social entorno al reconocimiento de su patrimonio local para así
contribuir a desarrollar un modelo propio de territorio sustentable.
En este sentido, cada uno de los componentes descritos en la zona, al igual que la
incidencia de los actores identificados, deben dejar de analizarse como mundos aislados
y desarticulados, pues cada uno de ellos hace parte del sistema de borde de ciudad, y
como tal participa en su promoción y desarrollo (tal como en el ejercicio planteado por la
98
red de reservas en la laguna de la cocha); por lo que es necesario incentivar la
participación social dentro de los instrumentos de planificación y gestión de los bordes.
Pero dicha participación debe pensarse como una estrategia contundente e
integral, de manera que se promueva la generación de pactos sociales que permitan
mantener y respectar los acuerdos a los que se pueda llegar entre todos los actores que
inciden en la ordenación de Quiba- Arborizadora, pues el objetivo es común para todos:
i) contener la presión sobre las áreas rurales, ii) preservar los valores ambientales y
culturales y iii) no perder las relaciones de interdependencia y de intercambio de bienes y
servicios entre el sector rural y el urbano.
Al polígono de la zona de estudio, se le reconoce como como un área que ha
desarrollado unos cuantos procesos de ocupación, que si bien no son intensivos por la
geomorfología que presenta específicamente la zona, si obedecen a una condición
emergente, pues se percibe como un proceso que ha ido desarrollándose a través de los
sucesos de ocupación histórica de la región; es decir, no ha sido, un ordenamiento
prospectivo donde se marque un interés importante por ordenar los bordes en función de
sus valores ambientales y culturales.
Si bien la ocupación de los bordes en general, actualmente no representan una
curva de crecimiento considerable como tal vez si se presentó en la década de los 80s,
en este momento en Quiba – Arborizadora se demandan unas consideraciones distintas
dentro de las figuras de gestión y ordenación propuestas por la administración pública,
pues de alguna manera, ya la población que allí habita, ha consolidado unos vínculos con
su territorio que van más allá de las estrategias diseñadas desde un escritorio para
fortalecer las relaciones con el territorio.
En este sentido, aunque las actividades culturales en la zona son escasas, son
producto del interés de la misma comunidad por ejemplo, en octubre se organiza en
Quiba, el Festival de la cerveza, básicamente es un bazar donde se colectan fondos para
las necesidades de la vereda; el 16 de Julio se celebra el día de la Virgen del Carmen,
que incluye una misa con procesión; en Junio se celebra el día del campesino, el cual
es el único evento que se desarrolla en el área organizado por la ULATA y la Alcaldía
Local y finalmente en Diciembre, se organizan las novenas que se celebran en diversas
casas, pero en Agosto, aunque no se establezca de manera oficial, es el mes en el que
mas afluencia de población tanto urbana como rural se presenta en Arborizadora, pues
99
por los fuertes vientos que permanecen en la zona, es el espacio ideal para elevar
cometa.
Este tipo de actividades fortalece en las comunidades urbanas como rurales las
relaciones con este territorio, pues para los habitantes en la zona, si es importante
contener la expansión urbana, pero no bajo los argumentos de la administración
local (los cuales se enfatizan en un tema de inversión y administración), sino, por
que ellos mismos reconocen unos valores ambientales y culturales que desean
defender y mantener.
Ante este panorama, es fundamental generar estrategias de ordenación
concertada entre la población rural de Quiba y los barrios de borde consolidados en la
zona de arborizadora, de manera que se vincule a todos los actores que configuran este
territorio y así, poder orientar lineamientos de intervención pública y privada mucho más
efectivos.
Esto implica indiscutiblemente el control de usos de alto impacto como la minería
que actualmente se manifiesta en el área de manera legal e ilegal y que han contribuido
sustancialmente al deterioro físico del sistema de borde sur en general, pero no solo un
control de alto impacto en términos ambientales sino también sociales, pues la
sostenibilidad que se busca del territorio debería partir de la participación de todos los
actores es decir, promover unos usos concertados que darían viabilidad al sistema.
Frente a este este gran reto de eco construcción, se propone que las estrategias
estén orientadas a la protección y fortalecimiento de aquellos valores culturales y
ambientales que reconocen sus habitantes tanto del borde urbano como el rural; es decir,
adaptar mecanismos para la recuperación y fortalecimiento del arraigo de los que
habitan la zona de Quiba – Arborizadora. Esto implica entender que no es solo un área
de influencia del límite administrativo trazado para separar lo urbano y lo rural, ni
tampoco son suelos disponibles para que la ciudad se siga expandiendo y mucho menos
seguir considerándolo como un sinónimo de marginalidad. Es un área donde confluyen
distintas dinámicas que por su complejidad difícilmente se podrían categorizar o zonificar
estáticamente y que por ello los procesos que incentiven la participación de sus
comunidades (no solo en espacios de discusión o asambleas, sino también en
actividades lúdicas y culturales) deben ser permanentes.
100
Al hacer partícipes a todos los habitantes de la zona en diferentes
actividades, habrá una mejor comprensión de lo que los rodea, tal y como ocurrió en
los procesos que dieron paso a la red de reservas indicadas anteriormente en la laguna
de la cocha, el cinturón verde de Medellín, la recuperación del Rio Meléndez y la
creación del agro parque los soches. Todos estos proyectos tienen un común
denominador: la relación emergente creada entre naturaleza y la sociedad que
obedece a unos procesos y lógicas propias de los habitantes a su territorio vivido,
pues eso fortalece el sentimiento de corresponsabilidad en el bienestar de sus
territorios.
Y es ahí donde emergerán diferentes propuestas comunitarias las cuales serán
efectivas si las instituciones públicas, bajo unas agendas políticas concretas, las acogen.
De esta manera es posible contribuir a la re definición de los modos de habitar actuales,
es decir, a partir de las vocaciones que los mismos habitantes de Quiba – Arborizadora
identifican en su territorio, pueden llegar a acuerdos que permitan ser más sostenible
esta franja de transición.
El reto es entonces construir una visión compartida que involucre a todos los
actores y así mismo sean definidas unas responsabilidades, pero que sobre todo, logren
integrar a los habitantes de las zona rural de Quiba y de la urbana de arborizadora bajo
un objetivo común, y este puede ser el espacio natural y abierto que ofrece esta área
para el disfrute de todos sus habitantes.
Sin embargo, definir el objetivo común no es suficiente, la articulación de estas
visiones conjuntas debe ser una cuestión permanente, por lo que el acompañamiento a
estos procesos es una construcción a lo largo del tiempo, pues el verdadero desafío
será coexistir en medio de la diversidad. Y no solo de la diversidad biológica, sino
también la cultural y social, es decir, respetar al otro y reconocerlo como un
elemento fundamental para que el sistema en general sea viable y sostenible. No
se trata de buscar un modelo de ocupación o de gestión que garantice la sustentabilidad
en el borde, pues puede que la solución no sea propia un patrón o molde que pueda ser
implementado en otro lugar con condiciones similares, sino más bien la solución este
orientada a reconocer los espacios y comprender las dinámicas que en él se suscitan, de
manera que se incentive permanente la participación de sus habitantes para que la
constricción de su propio hábitat sea colectiva y propia, es decir, sostenible.
101
Este logro depende sustancialmente del acompañamiento tanto institucional como
de la academia, pues tal y como se refieren en las experiencias exitosas de borde
reseñadas anteriormente, estas iniciativas no son fortuitas sino que obedecen a unos
procesos de largo plazo, por lo que se requiere comenzar a derribar el paradigma de
encontrar una única y pronta solución de sustentabilidad en los bordes.
Tal vez la solución no sea enfocarse en buscar aquellos medios que garanticen su
permanencia en esta zona, es posible que lo que se requiera es fortalecer aquellos
espacios de encuentro, aquellas áreas naturales y despejadas (de los cuales son
carentes las comunidades de barrio en la zona urbana) y que de alguna manera
promueven un ejercicio democrático de derecho a la cuidad y sus espacios de
esparcimiento donde se da naturalmente la participación de todos; pero también
donde los compromete a todos a cuidar y mantener, pues si se logran estos acuerdos
es porque tanto las comunidades urbanas como las rurales están dispuestos a mejorar
su paisaje habitado.
Teniendo en cuenta este análisis del área de estudio frente a los proyectos
documentados en esta investigación, “la construcción social del espacio habitado” se
reconoce entonces, como un componente más que se requiere incorporar al modelo
conceptual de los modos de habitar en Quiba – Arborizadora en aras de contribuir a la
transición de hábitats decadentes a sustentables y en un futuro posterior sostenibles.
Figura 33 Representación gráfica de los modos de habitar identificados v.
102
3. Hacia la construcción de hábitats sustentables y luego sostenibles
Si bien la teoría de sistemas induce a entender que el conocimiento de cualquier
fenómeno corresponde a la comprensión de las interconexiones de sus componentes y si
todo está relacionado de múltiples maneras a su entorno, se podría mal interpretar que
para explicar cualquier situación es preciso comprender todo lo demás que ocurra en el
mundo, lo que resultaría ser una tarea infinita. Por esta razón es necesario siempre
delimitar la situación, es decir, establecer un espacio/tiempo concreto, el cual enmarca la
investigación bajo una situación inscrita en una época y lugar determinado para el
análisis que se desea abordar.
Teniendo en cuenta lo anterior, en análisis de la situación en Quiba –
Arborizadora se adelantara bajo los hechos dominantes descritos en el Capítulo 2 las
cuales serán conectados bajo un modelo conceptual de sistemas que permitirá identificar
tanto entradas como salidas; las cuales son las que han consolidado las condiciones
actuales que presenta en sistema Quiba- Arborizadora.
Sin embargo, es importante indicar que el modelo relacional conceptual diseñado
es el resultado de la aproximación de conocimiento que sobre las transformaciones de
borde se obtuvieron gracias a la documentación referida a lo largo de esta investigación
en el sector de Quiba - Arborizadora; lo cual no indica que lo aquí planteado obedece a
una verdad absoluta, pues bajo el pensamiento sistémico no importa cuántas conexiones
se consideren para describir una situación, siempre serán excluidas otras tantas que no
han sido percibidas, o de las que no fue posible tener acceso a información durante el
tiempo planificado para esta investigación.
103
Con el estudio de las redes y conexiones entre las situaciones aquí identificados
fue posible vislumbrar emergencias que podrían promover la sustentabilidad futura de
estos paisajes de borde altamente transformados, particularmente para este territorio se
puede entrever que los procesos ecológicos son tan fundamentales como los procesos
sociales que se suscitan; pues al analizar la situación bajo un pensamiento sistémico el
propósito final es identificar aquellos factores que determinan su resiliencia11, de manera
que con ello se contribuya a identificar acciones alternas de planeación y desarrollo para
estas zonas de transición urbano - rural.
De manera descriptiva el modelo relacional implementado para comprender
sistémicamente el área de estudio ha sido armado a lo largo de la investigación desde el
análisis conceptual del hábitat /habitar, hasta la identificación de los modos de habitar
más distintivos en el área de estudio, pues esta será la base para la estructuración del
modelo conceptual aplicado en el programa de simulación adoptado en esta
investigación.
Figura 34 Esquema general de los modos de habitar identificados en la zona
11 Entiéndase resiliencia como la representación de los límites dentro de los cuales es posible la conservación del equilibrio de cualquier sistema.
104
3.1 Modelo Relacional sistémico de la Situación Actual del Área de Estudio
Al considerar el sistema de Quiba - Arborozadora como un conjunto de
situaciones y relaciones que conforman una unidad global compleja, se pueden
establecer conexiones constantes y persistentes entre dichos hechos que al ser
analizadas bajo modelos dinámicos, permiten identificar el cambio del sistema a través
del tiempo, haciéndose evidentes aquellas correlaciones entre la estructura y su función
que permiten su comprensión integrada y viabilidad a través del tiempo.
La simulación de modelos dinámicos a través de programas de computador
permiten estudiar el comportamiento de cualquier sistema complejo pues aportan una
visión más integral de la situación lo cual contribuye finalmente a la toma de mejores
decisiones; es por esta razón que se incorporó como herramienta metodológica para la
comprensión sistémica de la situación de borde en Quiba- Arborizadora el programa
STELLA ® (Structural Thinking Experimental Learning Laboratory with Animation)
La comprensión de situaciones a través de sistemas dinámicos como este, han
sido metodologías que se han venido desarrollando desde los años sesenta, donde el
profesor de ingeniería Jay Forrester ha sido uno de los principales exponentes. Los
sistemas dinámicos suponen que cualquier comportamiento complejo del mundo real
puede describirse y explicarse mediante sistemas de propiedades que forman estructuras
de niveles y flujos articulados en bucles de realimentación; estos diagramas representan
gráficamente la estructura conceptual del modelo, pues es así como los conceptos y sus
relaciones vinculantes se ponen de manifiesto a través de un diagrama (Forrester, 1994)
Sin embargo aun reconociendo las limitaciones que tendría la aplicación de
cualquier programa de computador sobre aquellas representaciones de los fenómenos
que ocurren en el mundo real (pues nunca atenderán la totalidad), este método
representa una buena alternativa para acercarse a la comprensión global de los modos
de habitar actuales, pues la dinámica de sistemas que aplica, presenta la estructura de
cada modelo o subsistema como un patrón de relaciones entre los actores según sus
105
actividades y funciones, lo que le permite reconocer su organización, mantener su
complejidad y facilitar su comprensión.
Figura 35 Modelo Conceptual de los situaciones identificadas en Quiba _ Arborizadora
El programa implementado para la modelación, maneja analogías ente los
sistemas con la naturaleza, en donde todo son flujos, niveles o variables conectadas
entre sí. De esta manera el programa Stella posibilita un prototipo dinámico de una
situación compleja a través de subsistemas o modelos relacionados como los referidos
en la gráfica anterior (cada una de esas casillas representa finalmente “los procesos”); y
cada uno de ellos a su vez, están conformados por una serie de variables
interconectadas e integradas bajo ecuaciones de diferencia (“las Estructuras” y sus
“funciones”); es decir, se basan en modelos matemáticos que permiten evidenciar el
cambio de “un proceso” entre lo que genera su incremento y aquello que aporta a su
agotamiento.
106
Ev ento Dinamico a
Modelar
Regulacion de v ariables
que incrementan el ev ento
Regulacion de v ariables
que disminuy en el ev ento
Figura 36 estructura principal del modelo Stella
El programa Stella es considerado como uno de tantos métodos para el estudio
del comportamiento de una situación real bajo un enfoque sistémico mediante la
construcción de modelos de simulación informática que ponen de manifiesto las
relaciones entre la estructura del sistema y su organización; es decir, es la
representación formal de una realidad en un tiempo específico, bajo una estructura
sistémica diseñada para computador (Morlan, 2010).
Y es precisamente por estas propiedades que fue aplicado en esta investigación,
pues permitió explorar desde las diferentes relaciones que se identificaron de manera
conceptual en los capítulos anteriores, la tendencia de los cambios de ciertas situaciones
de manera que se constituye como una herramienta muy útil para identificar posibles
trayectorias emergentes del sistema. La aplicación de modelos formales como estos
ayuda a entender el mundo y los fenómenos que en él ocurren de manera integral al
considerar las interrelaciones que suceden y no solo a las diferentes partes que lo
conforman. (Murillo, 2007)
Es importante indicar que los acontecimientos identificados en esta investigación
fueron adecuados en el programa Stella como sub sistemas para ser individualmente
abordados; y para ello se mantuvo las 4 perspectivas de Capra: estructura,
función/organización, proceso y finalidad; las cuales diferencian de manera única cada
uno de dichos eventos, pues al final, constituyen características propias a cada
subsistema que también le dan identidad a la totalidad (transformaciones en el paisaje
de Quiba - Arborizadora). Esto se debe a que existe una relación de interdependencia
tal, que hace que los hechos se manifiesten como procesos activos.
107
Figura 37 perspectivas de Capra en el Área de Estudio
Se hace evidente que la organización que presenta el sistema Quiba-
Arborizadora es dinámico y complejo, por lo que una caracterización bajo análisis de
causalidad lineal sería insuficiente. Así pues, en este capítulo se indica la simulación
bajo computador de las variables reconocidas y sus interacciones, las cuales fueron
señaladas en cada uno de los subsistemas identificados como los modos de habitar de
Quiba - Arborizadora. Este ejercicio si bien representa un modelo conceptual de la
situación actual, ha sido semi-cuantificado en términos proporcionales para poder
identificar el comportamiento y el cambio del sistema global (bajo un periodo de tiempo
determinado) de manera que se pueda representar gráficamente a través del tiempo la
tendencia del sistema y la influencia en el cambio de magnitud de cualquier de las
108
variables que lo componen. (La explicación de la semi - cuantificación proporcional se
detalla en el Anexo B)
En este capítulo entonces, se podrán identificar aquellos esquemas que
orientaron las distintas relaciones modeladas, y que fueron definitivos para comprender la
situación bajo una visión sistémica; sin embargo, siendo un proceso que requiere toda
una fundamentación para el manejo apropiado del instrumento, en el anexo B. se
presentan los principios generales del programa acogidos para el desarrollo del modelo,
los algoritmos implementados bajo un par de ejemplos específicos y la descripción del
proceso de semi - cuantificación implementado para la simulación.
3.2 Aplicación del Modelo Sistémico de Análisis
Para definir los procesos o situaciones de análisis en cada subsistema fue
necesario retomar entonces, el diagrama general de estudio, el cual refiere a “los
actores”, “los lugares” y “el paisaje transformado” como las grandes unidades que
fundamentan la construcción teórica y conceptual de esta investigación (ver diagrama
No. 33) y que al final revelan en cinco hechos, es decir, los modos de habitar más
distintivos de la zona. Dichos modos de habitar ilustrados, han sido categorizados como
sub sistemas en el modelo conceptual diseñado así:
Figura 38 Equivalencias de los modos de habitar identificados bajo el modelo conceptual y el programa Stella
109
Cinco hechos o procesos identificados en los modos de Habitar (izq,) y cinco
acontecimientos o procesos identificados como subsistemas en el programa Stella que
confluyen “Los Modos de Habitar” (der.), esto indica que la situación número seis sea
el subsistema que integra cada una de los comportamientos y trayectorias identificadas
de manera detallada en cada uno de los cinco eventos a modelar (los cuales a su vez,
también están relacionados entre ellos).
De esta manera cada uno de los subsistemas será examinado reconociendo que
sus componentes no son exclusivos, es decir cualquier variable que los constituye, puede
interferir en otra situación o subsistema, o puede que también se presente que un
subsistema en su totalidad, infiera en otro.
Por tanto, la acción de los actores en cualquiera de las situaciones a modelar
determinará el comportamiento final del sistema y es así como se puede examinar de
manera esquemática (bajo el registro de graficas de tendencia en cada sub sistema) las
diversas formas adaptativas de cada situación analizada que viene a integrar este paisaje
habitado de borde. Es entonces en el sexto subsistema denominado “modos de habitar”,
donde se verá reflejado la condición de totalidad pues es la confluencia teórica de todos
los hechos analizados.
Cada uno de los seis subsistemas o procesos diferenciados en el esquema
anterior encierra gran complejidad por tanto, a continuación se indicarán los
componentes de cada uno de los subsistemas diseñados, con sus relaciones y variables
así como los valores apreciativos definidos proporcionalmente para la semi-
cuantificación12 del modelo según las descripciones adelantadas en el Capítulo 2 sobre
los modos de habitar en Quiba Arborizadora. Es importante aclarar que no fue posible
identificar un valor de referencia para todas las variables incluidas, pues de todas hay
algunas a las que oficialmente no se ha establecido un indicador; sin embargo, para
estas fue deducido un valor de referencia a partir de los procesos de observación
12 Teniendo en cuenta que el proceso de semi cuantificación de las variables en un procedimiento adelantado directamente sobre el Software Stella, en el Anexo C, se presenta de manera detallada la valoración de un sub sistema dado que los demás obedecen al mismo criterio de calificación.
110
adelantados durante este periodo de investigación. (ver anexo B para la documentación
de dicha asignación de valores).
3.2.1 Subsistema de transformación del paisaje por explotación de materiales para la construcción
Este hecho dinámico o proceso se incorpora dado el desarrollo que ha tenido esta
industria en el sector. De acuerdo a la descripción abordada en el capítulo anterior se
puede sintetizar en la siguiente tabla los variables o elementos que integraran este
subsistema, al igual que su función en dicho proceso.
PROCESO Extracción De Material Para La Construcción
FINALIDIAD Abastecimiento de la demanda de materiales para Bogotá y la región.
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL
PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA
Industria minera Estructura: Componentes físicos del proceso
(materia, sustancia, elementos que constituyen
en proceso)
Habitantes de la Zona de borde
Autoridad ambiental
Recurso minero (gravas y arcillas)
Minería ilegal Organización : fenómeno que afecta el sistema
(vínculos, conexiones, configuración particular
entre los componentes) Minería legal
Excavación
Salidas del proceso
Inestabilidad de los terrenos
Áreas potenciales para la disposición de
escombros ilegalmente
Remoción de cobertura vegetal
Perdida de suelo
Pasivos Ambientales
Precio del mercado Factores externos al proceso evaluado
Demanda De materiales
Figura 39 Registro de variables identificadas para el primer proceso
111
Los elementos anteriormente referidos integran el siguiente modelo conceptual
construido para orientar el diseño del modelo formal construido en el programa Stella.
Figura 40 Modelo conceptual del proceso de extracción de materiales para la construcción.
A partir del diagrama anterior y demás variables identificados en la figura 39 se
incorpora al programa Stella los referidos elementos como se presenta en el siguiente a
continuación:
112
Figura 41 Diagrama en Stella Diseñado para el primer proceso
Como se aprecia en el modelo, la válvula simboliza una condición cambiante,
influida por una serie elementos (flechas de llegada), de proceso de extracción, se
esperan una serie de salidas que al final determinaran la condición general de este
subsistema
En el diagrama anterior no se identifica un flujo de entrada para el recurso de
arcillas y gravas, pues la extracción de material pétreo es sobre un recurso natural no
renovable el cual es consumido, pero no hay manera de reestablecerlo a su forma
original. Mientras que para los elementos de salida si se identifican como variables más
importantes aquellos productos del proceso de extracción que se relacionan con la
perdida de la cobertura vegetal y de suelo, la inestabilidad de los terrenos aledaños por
cambios en sus composición geomorfológica y del mismo modo, se crean pasivos
ambientales a la región, pues se genera un daño ambiental casi irreversible al extraer
gran cantidad de material natural sin ningún tipo de compensación. Esta situación
promueve las escombreras ilegales, pues al presentarse un socavado en los terrenos, se
crea la oportunidad de utilizarlos como escombreras ilegales que contribuyen a los
procesos de inestabilidad.
113
Dentro de los componentes identificados como “estructura” en la tabla anterior (es
decir aquellos elementos que integran el sistema) se reconocen entonces los actores que
participan de la actividad minera, ya sea como autoridad reguladora, industria o mano de
obra del proceso de extracción y las áreas con potencial de materiales para la
construcción, pues sin estos componentes el proceso de extracción no puede llevarse a
cabo.
Respecto a la “función” entendida como la forma en que se configuran las partes
para diferenciar uno u otro proceso, se identifica que la minería en el área de estudio
tiene una proporción mayor de ilegalidad frente a la actividad minera que está registrada
(ver sub capítulo 2.3). Independiente si la minería es legal o ilegal esta actividad afecta
considerablemente las condiciones físicas del entorno, pues en términos de paisaje
irrumpe en la panorámica natural de montaña.
Por otro lado, como factores que alteran la dinámica del proceso se identifican
como los más influyentes la demanda del material para la construcción y el precio del
mercado, pues de ellos se definen las tasas de extracción del material.
Una vez orientadas dichas variables en el diagrama, se procedió a asignar un
valor de referencia a cada una de ellas para reconocer bajo la simulación, la tendencia o
trayectoria de este proceso modelado. Dichos valores fueron calculados guardando las
respectivas proporciones según la información de referencia obtenida en el capítulo 2.
La explicación respecto al proceso de las calificaciones incorporadas, han sido
documentadas en el Anexo B bajo ejemplos específicos. Pues para mantener el balance
del sistema en general y de las ecuaciones que lo integran, fue necesario estabilizar las
proporciones de los valores para cada subsistema tal y como se explica en el referido
anexo.
Por otro lado, en el anexo digital del programa Stella (Anexo A), puede
identificarse claramente para cada una de las variables los valores apreciativos y
proporcionales indicados para cada una, según la información de referencia consignada
en el Capítulo 2 y el proceso de observación en campo.
114
Una vez semi cuantificado el subsistema, fue posible identificar la trayectoria de
este procesos bajo una función grafica donde se percibe la variación de la situación a lo
largo de un tiempo de referencia (para este caso se tomó como tiempo de referencia 100
años para todos los sub modelos). Esa variación puede ser tanto un incremento de la
extracción de material a través del tiempo, o como una disminución pues todo obedece a
los valores de referencia estimados para el modelo.
Para los valores asociados, si se estima que la demanda del material para la
construcción se mantiene como se ha documentado en el sub capítulo 2.3, la tendencia
de este subsistema en los próximos 100 años será la que se muestra a continuación:
Figura 42 Registro Grafico de Tendencia del Primer Proceso
La simulación fue realizada para un periodo de 100 años (eje X de la gráfica),
asumiendo como valor actual de la cantidad de material pétreo 100 unidades (eje Y de la
gráfica). Nótese que la trayectoria de la gráfica muestra entonces una tendencia al
decrecimiento y esto indica que si la actividad de extracción sigue bajo las mismas tasas
documentadas en esta investigación, es posible que en 25 años se presente un
agotamiento total de dicho recurso en la zona de Quiba – Arborizadora.
115
3.2.2 Transformación del paisaje por ocupación campesina
Esta situación ha sido incorporado al sistema, pues aunque los impactos iniciales
al paisaje por las actividades propias de la vida campesina identificadas en la zona de
estudio no son los más extremos, si representan modificaciones considerables en las
condiciones actuales debido a las presiones por las actividades minera, la expansión
urbana bajo planes parciales y ocupación informal, de hecho por la misma declaratoria de
sus territorios como zonas de protección lo que limitaría sus usos actuales . Por tanto, de
acuerdo a la descripción indicada de este fenómeno a lo largo de esta investigación se
puede sintetizar en la siguiente tabla las variables o elementos que integraran este
subsistema, al igual que su función en dicho proceso.
PROCESO Transformación del Paisaje por Ocupación Campesina
FINALIDIAD Desarrollo territorial bajo practicas agro sostenibles
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA
Comunidades Rural Estructura: Componentes físicos del
proceso (materia, sustancia, elementos que
constituyen en proceso)
Comunidad Urbana de borde
Entidades púbicas de planeación
Regulación en el precio de la tierra Organización : fenómeno que afecta el
sistema (vínculos, conexiones,
configuración particular entre los
componentes)
Actividades agropecuarias actuales
Establecimiento de áreas para la protección
Ocupación minera en áreas rurales
Influye en la disminución del evento Falta de oportunidades para el desarrollo rural
integral
Bienestar de las comunidades que cohabitan
Influye en el aumento del evento Promoción de la cultura campesina
equidad
Figura 43 Registro de Variables Identificadas para el segundo proceso
116
Figura 44 Modelo conceptual del proceso transformación del paisaje por ocupación campesina
El diagrama anterior es importante destacar las presiones a las cuales está
actualmente sometida las formas de vida campesina en la vereda Quiba, pues como se
indicó en capítulos anteriores, las actividades agropecuarias no representan una
actividades económica fuerte, pues la condición de sus suelos promueven a esta vereda
como áreas aptas para la minería. Esta condición ha hecho que la actividad minera
ejerza una gran presión sobre el paisaje rural campesino que aún permanece. Por otro
lado, es aún incierto la restricción de usos que puedan tener estos suelos rurales, pues
según el polígono declarado por el Ministerio de Medio Ambiente para la Reserva
Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta del Rio Bogotá, es posible que las
actividades propias de la cultura campesina en esta zona tiendan a verse disminuidas.
Por otro lado, la falta de regulación del precio de la tierra ante la especulación de
proyectos de vivienda o infraestructura asociados a la expansión urbana de la ciudad,
generan un gran desequilibrio social en estas áreas rurales. De hecho, es de los temas
que se perciben como de gran preocupación por parte de la comunidad.
117
A partir del referido diagrama conceptual, y el listado, a continuación se presenta
el subsistema diseñado para representar la condición actual de este hecho teniendo en
cuenta los fundamentos de los elementos de incremento o reducción del proceso en los
diagramas Stella:
Figura 45 Diagrama en Stella Diseñado para el segundo proceso
Para establecer valores de referencia para este hecho y así conocer la tendencia
actual de este sub sistema, fue fundamental atender la información de referencia
reportada en el capítulo 2.3 respecto a los modos de habitar en la zona rural de Quiba,
pues fue de allí que se definieron las proporcionalidades.
Para este subsistema en particular es de resaltar que las variables indicadas
como: “ocupación minera en áreas rurales”, “falta de regulación en el precio de la tierra”,
“establecimiento de áreas protegidas” son las situaciones que representaron mayor
incidencia al cuantificar el modelo y al correr la simulación se registró la siguiente
trayectoria en un tiempo hipotético de 100 años:
118
Figura 46 Registro Grafico de Tendencia del segundo Proceso
Nótese que al tener los mayores valores las referidas variables, se presenta una
tendencia a la disminución de la ocupación campesina pues la trayectoria de la gráfica
muestra que éste modo de ocupación en el borde tendería a desaparecer en los
próximos 12 años aproximadamente si se mantienen dichas presiones.
Por tanto, es posible que sea necesario incrementar en gran medida las acciones
que promuevan este modelo de ocupación, y en ese sentido la promoción de la cultura
campesina, la regularización de los usos del suelo y las estrategias dirigidas a garantizar
la equidad en la zona tenderían a revertir esa tendencia.
En la siguiente grafica se representa una nueva trayectoria (levemente al
incremento) si se fortalecen las anteriores acciones que hacen parte también del
modelo13.
13 Al ser este un modelo conceptual, la forma de identificar el cambio en la trayectoria de la gráfica es aumentando los valores de referencia que se establecieron inicialmente en las variables que influyen en el incremento de ocupación campesina (por ejemplo para este caso). Por tanto, este ejercicio no puede ser tomado como un modelo matemático estandarizado, pues al ser conceptual las variables indicadas no obedecen a índices normados sino a valoraciones de referencia propuestas. Es decir, actualmente no se tiene un índice oficial que indique “la promoción de la cultura campesina” por ejemplo; pero si se generan
119
Figura 47 Registro Grafico de Tendencia del segundo Proceso alterando los valores de una de sus variables
En el diagrama anterior se hace evidente que incrementando los valores de
referencia para “bienestar de las comunidades que cohabitan” por ejemplo, la tendencia
de la gráfica cambia sustancialmente. De ahí la utilidad de contar con la valoración
cuantitativa de todas aquellas variables que interfieren en un proceso, pues a partir de la
modificación de sus valores, el cambio podrá ser percibido bajo la tendencia que
presente la gráfica al correr la simulación, y si a esto se le agrega que todos los sub
sistemas están relacionados, es posible llegar al análisis de una situación real de una
manera más holística que bajo las formas tradicionales, porque con el apoyo de estas
herramientas de simulación es posible comprobar y comparar el cambio que tendría una
situación al fortalecer o minimizar ciertas acciones.
.
acciones que contribuyan a incrementar esta condición en una proporción mucho mayor a las que actualmente existen, el cambio será evidente, tal y como se presenta en la figura 47. Por tanto, vale la pena indicar que las variables incorporadas al modelo fueron construidas bajo el sentido estricto de simulación de un modelo conceptual que tiene como fin indicar tendencias.
120
3.2.3 Transformación del Paisaje por Expansión Urbana
De la descripción del de área de estudio y de la presentación en diferentes
temporalidades de las fotografías aéreas se puede establecer que la baja densidad
urbana en la ocupación del polígono seleccionado como área de estudio, corresponde a
su propia condición geo morfológica; pues la topografía cumple un papel fundamental al
evitar la expansión de la urbanización hacia el área de estudio; es decir, que el
crecimiento urbano de la ciudad en este borde obedece a una lógica de las condiciones
biofísicas de dicho espacio geográfico.
Sin embargo, en esta periferia fragmentada se evidencia un alto grado de
segregación socioespacial y un elevado impacto de la transformación del paisaje
principalmente por la expansión no planificada de la matriz urbana de Bogotá. En el
siguiente diagrama puede evidenciarse ciertos factores que tienen alguna influencia en el
fenómeno de transformacion del paisaje por expansión urbana.
PROCESO Expansión Urbana en los Bordes
FINALIDIAD Suplir el déficit de vivienda para población vulnerable
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL
PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA
Barrios Informales
Estructura: Componentes físicos del proceso
(materia, sustancia, elementos que constituyen en
proceso)
Instituciones públicas que determinan la
planeación de la ciudad
Barrios Legalizados
Comunidades desplazadas
Desarrollos urbanos ilegales Organización : fenómeno que afecta el sistema
(vínculos, conexiones, configuración particular
entre los componentes)
Promoción de los planes parciales en la
zona
Re densificación de las centralidades
Influye en la disminución del evento Procesos de Reubicación
Regulación en el precio de la tierra
Déficit de tierra para proyectos de vivienda Influye en el aumento del evento
Violencia, exclusión, marginalidad
121
Inversión en espacios recreativos y
culturales Influye en la disminución del evento
Intereses particulares en los usos del suelo Influye en el aumento del evento
Inversión elevada en la legalización de
barrios Producto del desarrollo ilegal urbano
Desarticulación institucional para el
desarrollo urbano Influye en el aumento del evento
Déficit de habitacional
Figura 48 Registro de Variables Identificadas para el tercer proceso
Figura 49 Mapa Conceptual del Sub sistema transformación del paisaje por expansión urbana
Con la identificación anterior de las variables que afectan esta situacion ya sean
como estímulo para que se genere expansión urbana en los bordes o para que el
proceso decrezca, a continuación se presenta el subsistema diseñado para representar
la condición actual de este hecho:
122
Figura 50 Diagrama en Stella Diseñado para el tercer proceso
La expansión urbana en el borde como se reconoce en el sur de Bogotá obedece
a una débil planeación bajo el fundamento de la equidad, pues al considerarse la capital
“foco de oportunidades” alberga a todos los emprendedores y población desplazada que
ven en esta ciudad razones para buscar un nuevo modo de vida.
Dentro de los componentes identificados en la estructura se destacan las
comunidades del borde, los desplazados y las entidades públicas que de alguna manera
inciden en el desarrollo urbano de estas áreas. Como formas de organización se
identifican los desarrollos urbanos legales (orientados específicamente en la zona de
estudio a la promoción del plan parcial la azotea, actualmente en curso) o en su mayoría
ilegales.
Sin embargo, con el tiempo se han reconocido instrumentos alternos como la re
densificación de las centralidades o los procesos de reubicación como respuesta al
control de la expansión en los bordes. Pero factores externos como la presión
demográfica de comunidad despezada, la falta de regulación del precio del suelo, el
123
déficit que tiene la ciudad para el establecimiento de proyectos de vivienda, promueven
la expansión de los corredores urbanos en este borde de ciudad.
Una vez cuantificadas las variables que inciden en este proceso, las cuales
pueden ser verificadas en el anexo digital del programa Stella, se tiene la siguiente
tendencia para el proceso de expansión urbana en los bordes bajo la condición que
actualmente presenta el área de estudio.
Figura 51 Registro Grafico de Tendencia del tercer Proceso
Bajo el panorama descrito respecto a este tema en capítulos anteriores, se puede
identificar que la tendencia si se llegara a aprobar el plan parcial es densificar esta zona
promoviendo posiblemente la conurbación con el municipio de Soacha, y el crecimiento
de la expansión urbana casi hasta el borde de su límite de carga podría ser en 25 años
probablemente. Esta situación seria lamentable no solo para el equilibrio ambiental de la
región, sino para la misma administración pública de la ciudad; por tanto, como ejercicio
alterno se modificaron algunos valores indicado para este sub sistema de manera que
pudiera identificarse bajo que acción poder contrarrestar esta tendencia. A continuación
se presenta el ejemplo de simulación.
124
Figura 52 Registro Grafico de Tendencia del tercer Proceso modificando una de sus variables
La grafica anterior presenta tres diferentes tendencias del sub modelo bajo la
modificación de una de sus variables por ejemplo en este caso, la “re densificación de las
centralidades” la cual tenía un valor inicial de 0.1 tal y como se muestra a continuación:
Figura 53 Registro sobre el Programa de los valores alterados para reportar la tendencia de cambio
En el diagrama anterior se indica en qué proporciones fue modificada la variable
“re densificación de las centralidades” para contrarrestar el fenómeno de expansión que
se observa en la gráfica 54. Entre más se intensifique esta circunstancia (de value 0,02 a
0,08) la orientación de la gráfica tenderá a decrecer. Nótese que cada trayectoria está
definida con un color diferente y cado uno de ellos tiene un número de identificación que
125
corresponde al número que acompaña el valor modificado así: la línea azul marcada con
el No. 1 tiende a decrecer, mientras que la línea 3 marcada con rojo, la trayectoria va en
descenso. Esto indica que acciones desarrolladas en pro de re densificar las
centralidades de la ciudad, contribuirá a la reducción de los procesos de expansión en los
bordes.
3.2.4 Estabilidad Ecológica del Paisaje Natural
Los sub sistemas anteriores representan las circunstancias mas evidentes de la
transformacion del paisaje natural inicial, por lo que el siguiente diagrama representa la
influencia de de todas estas acciones directamente en el paisaje de Quiba Arborizadora,
puesto que es alli que se desarrollan dichas acciones, por tanto, algunos componentes
identificados en sub sistemas anteriores tambien haran parte de este tal y como se
registra en el siguiente cuadro:
PROCESO Estabilidad Ecológica del Paisaje Natural
FINALIDIAD Sostenibilidad del soporte natural de todo ser vivo
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA
Aumento en la expansión urbana
Influye en la disminución del evento
Tasas de extracción de material para la construcción
Disminución de los procesos de construcción social del
territorio
Disminución de la ocupación campesina
Conectividad de ecosistemas en la región
Influye en el aumento del evento
Procesos de construcción social del territorio
Bienestar de las comunidades que cohabitan el sector
Tasas de aumento de la ocupación campesina
Definición de políticas públicas para la protección de
estos territorios
Disminución y control de la expansión urbana
Figura 54 Registro de Variables Identificadas para el cuarto proceso
126
Figura 55 Modelo conceptual del proceso estabilidad ecológica del paisaje natural
El diagrama anterior indica la relación que guardan algunos componentes de otros
subsistemas en esta situación analizada, pues cada uno presenta un comportamiento
particular en su respectivo “sub sistema fuente”. La forma iconográfica en programa
Stella para representar esto es a partir de los círculos punteados tal y como se
esquematiza en el siguiente diagrama. Esto significa que se el comportamiento de las
variables incorporadas en otros subsistemas tienen efecto directo en este; pues es
finalmente, el espacio físico el contenedor de todas aquellas acciones e intenciones del
fenómeno mismo de habitar. En este sub sistema entonces, se está introduciendo el
comportamiento que manifiestan ciertas variables en otros subsistemas, reflejándose así
el enfoque sistémico propio de esta herramienta.
127
Figura 56 Diagrama en Stella Diseñado para el cuarto proceso
Teniendo en cuenta lo anterior, y la influencia de cada uno de los componentes
identificados en otros sub sistemas para simular este proceso, a continuación se
presenta la trayectoria que presentaría la estabilidad ecología del paisaje en el sector
Quiba - Arborizadora:
128
Figura 57 Registro Grafico de Tendencia del cuarto Proceso
Como puede reconocerse en la gráfica anterior, bajo los valores de referencia
incorporados en los otros sub sistemas, la condición del paisaje actual puede afectar en
tal medida el sistema natural de soporte, que si las condiciones de los demás hechos
aquí modelados se mantienen, muy probablemente en menos de 10 años desaparezca.
Es así que la necesidad de modificar la tendencia de la gráfica es el gran reto. Y en este
sentido, las acciones que involucran la participación conjunta de los actores (como se
pudo apreciar en los casos exitosos de gestión de bordes referenciados en esta
investigación), son las que permiten evidenciar un cambio importante, y mejor aún,
mantenerlo, por tanto a continuación se presenta un quinto proceso emergente producto
del análisis de dicha información en relación con el área de estudio.
3.2.5. La Construcción social del espacio habitado
Este sub sistema fue diseñado precisamente para identificar aquellas acciones
que desde la participacion ciudadana pueden ser potencializadas ademas de las que
alternamente fueron emerginedo como propuestas mientras se esquematizaba dicho
proceso.
129
A continuacion se presenta en la sigueinte tabla los componentes que promuebe este
sub sistema
PROCESO Construcción social del espacio Habitado
FINALIDIAD Promoción de los procesos colectivos para mejorar los modos de habitar
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL
PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA
Falta de participación en la gestión delo
territorios e borde
Influye en la disminución del evento
Áreas potenciales para escombreras
ilegales
Desarticulación institucional para el
desarrollo urbano
Falta de regulación en el precio de la tierra
Promoción de la cultura campesina
Influye en el aumento del evento
Procesos de construcción social del
territorio
Conciencia colectiva del habitar
Construcción y dotación de equipamientos
Inversión en los espacios que propicien el
encuentro en los bordes
Inversión en espacios recreativos y
culturales
Figura 58 Registro de Variables Identificadas para el quinto proceso
130
Figura 59 Modelo conceptual del proceso construcción social del espacio habitado
La distribución de estas variables, algunas provenientes de otros sub sistemas y
otras identificadas de forma emergente durante la descripción del área de estudio son
propuestas en el siguiente diagrama
Figura 60 Diagrama en Stella Diseñado para el quinto proceso
131
Figura 61 Registro Grafico de Tendencia del quinto Proceso
La tendencia actual que representa este sub sistema creado, indica que si bien
existen procesos de participación ciudadana que han sido promovidos actualmente por
las instituciones del estado y la academia, las acciones se muestran insuficientes a
través del tiempo y la tendencia de este proceso indica que si se mantienen así, perdería
representatividad en los procesos de gestión de su propio territorio.
Hasta ahora se han representado independientemente las tendencias de los
hechos identificados como los más relevantes en la descripción sistémica del área de
estudio. Sin embargo fue posible integrar los cinco sub modelos anteriores, en un sexto,
denominado modos de habitar, el cual registra el siguiente comportamiento dada la
influencia de cada uno de los subsistemas simulados así:
132
Figura 62 Registro de la Condición Actual del Sistema
Nótese que cada línea de color representa las trayectorias simuladas para cada
sub sistema presentado y que en el anterior diagrama se integran para denotar la
condición actual del área de estudio bajo un enfoque sistémico.
Mientras la estabilidad ecológica, la ocupación campesina y el material disponible
para la explotación de gravas y arcillas decrecen en los próximos 15 años, la expansión
urbana tiende al crecimiento si se promueve el plan parcial azoteas que actualmente está
en curso en la secretaria distrital de planeación.
Y aunque actualmente se presenten fenómenos de participación, se hace evidente que
es necesario fortalecer esas iniciativas para promover un cambio en el sistema general
de manera contundente. Por tanto, en el caso hipotético de aumentar los valores en:
“inversión en espacios que propicien el encuentro en los bordes”, “la conciencia colectiva
al habitar”, “el fortalecimiento de las asociaciones comunitarias” y el “reconocimiento de
la belleza paisajística del paisaje habitado” (componentes del proceso de “construcción
social del espacio habitado”) se puede evidenciar tal y como se muestra en la siguiente
figura que se puede invertir la tendencia de dicho proceso.
133
Figura 63 Registro Grafico de Tendencia del quinto Proceso incorporando valores de las acciones emergentes identificadas
Con esta nueva trayectoria para la “construcción social del espacio habitado”, a
continuación se presenta una segunda simulación de los cinco subsistemas. Pero para
evidenciar mejor el cambio, se ha incluido también en esta nueva situación una
reducción en los valores que representan: las tasas de extracción de material pétreo, la
promoción de los modelos de ocupación campesina sustentables y la negación de la
licencia del plan parcial azoteas. El producto de dichos campos puede apreciarse en la
siguiente imagen:
134
Figura 64 Registro del sistema al cuantificar acciones emergentes identificadas
El cambio de tendencia del sistema en general es bastante notorio y puede considerarse
que las transformaciones serian percibidas en un corto plazo, pues se puede inferir de la
interpretación de la gráfica anterior que durante el primer año ya se podrían tener
evidencias del cambio en las trayectorias de los procesos modelados.
Asimismo se puede concluir que bajo el diseño de este modelo conceptual semi
cuantificado, cualquier alteración en los valores de referencia asociados a elementos que
componen: la ocupación campesina, la transformación del paisaje para la producción, la
transformación del paisaje por expansión urbana o la construcción social del espacio;
tanto positiva como negativamente, tiene un impacto directo en el aumento o disminución
de la estabilidad ecológica del paisaje y en el subsistema de los modos de habitar; pues
es sobre todo en estos dos subsistemas donde confluye la mayoría de los demás
componentes del modelo en general.
Esta situación se presenta debido a que todos los subsistemas se encuentran
relacionalmente conectados unos con otros y enmarcados en un sistema mayor que
135
permite visualizar y controlar mejor las variables, relaciones, comportamientos y
emergencias que puede presentar esta franja de borde.
Figura 65Gráfica de visualización a nivel macro del sistema de franja de borde.
Finalmente, es importante indicar que con el diseño y conceptualización de este
modelo en Stella se contribuyó notablemente a la comprensión de la situación del
sistema de borde en Quiba – Arborizadora, pues permitió plantear bajo un enfoque
sistémico el estado actual y las posibilidades de cambio de esta zona de borde en Bogotá
a partir de las relaciones establecidas ente los componentes más relevantes
identificados a lo largo de esta investigación.
Con el modelo construido puede identificarse claramente la tendencia de cambio
de todo el sistema con la variación cuantitativa de cualquiera uno de los componentes
indicados como variables relacionadas en cada uno de los sub sistemas. Es así que se
hace más eficiente identificar aquellas acciones que promuevan (de una manera
contundente) los cambios a un sistema de transición sostenible en los hábitats de borde
en Bogotá.
136
3.3 Alternativas Emergentes para Contribuir a la Sustentabilidad de los Bordes
De la simulación descrita en el capítulo anterior, es importante destacar que de
las acciones que contrarrestan de manera más contundente el estado poco sostenible del
sistema actual, es la participación ciudadana y el reconocimiento de su territorio en los
procesos de construcción y planificación del hábitat. Esto apunta a que las posibles
alternativas para la sostenibilidad en los bordes estén orientadas más que al cambio de
su “estructura,” es a la reforma en “la organización de los actores que allí intervienen”;
es decir, es necesario atender ese conjunto de relaciones creadas entre los componentes
que caracterizan el sistema de Quiba- Arborizadora, pues son ellas las que al final
determinan su condición actual.
Esto implica empezar a destacar aquellos vínculos entre las comunidades
ecológicas y las humanas que allí se desarrollan, pues ambos son sistemas vivos que
revelan los mismos principios básicos de la organización, es decir, redes abiertas a los
flujos con su exterior.
Al reconocer que son sistemas abiertos, se va constituyendo una
interdependencia que es importante resaltar en este sistema modelado, pues todos los
actores que hacen parte del área de estudio se hallan interconectados en una red de
relaciones tan compleja que es la que va constituyendo los modos de habitar.
Por tanto, el comportamiento de cada uno de ellos dentro del sistema depende del
comportamiento de los otros, así que el éxito y viabilidad en la transición sustentable de
los bordes dependerá solo de las acciones de sus actores de manera individual, y
colectiva frente a su territorio. Es decir de la comprensión de las partes y el todo. Esto
se evidencia claramente en el modelo, pues el cambio de los valores de referencia en
alguna de las variables incorporadas no tiene un único efecto, esto se debe a que las
relaciones no son lineales, al contrario, el modelo se compone de múltiples bucles de
retroalimentación por lo que las consecuencias de algún cambio en el estado original de
137
cualquier variable repercute en todo el sistema; de hecho, para alguno de sus
componentes el cambio mínimo puede ser para otro subsistema amplificado debido a las
múltiples conexiones que presente.
Teniendo en cuenta lo anterior y las diferentes alteraciones inducidas al modelo,
han surgido las siguientes acciones asociadas a la participación comunitaria y al
reconocimiento de su territorio como alternativas emergentes propuestas a la
construcción futura de hábitats sustentables en los paisajes transformados de borde.
Fortalecimiento de las Asociaciones Comunitarias
La cooperación siempre revitaliza los vínculos de una sociedad, por tanto
adelantar acciones que animen la consolidación de alianzas entre los actores que
intervienen en la planificación y construcción de este territorio de borde es consolidar la
importancia de las partes en el todo.
Pues cada uno de los actores que intervienen en el desarrollo de este borde de
ciudad cumple un papel que resulta ser vital, y al ratificar el poder que tiene cada uno de
ellos en la evolución colectiva de su hábitat, es contribuir a mejorar los modos de habitar
actuales. Para la zona de estudio no se desconoce el esfuerzo de la mayoría de los
líderes en consolidar una organización robusta, que sea reconocida en el ámbito distrital,
esta fue pues la mayor iniciativa de forjar el grupo “asamblea sur” que intenta que intenta
de alguna manera centralizar tantas iniciativas difusas de participación tanto en los
barrios como en las veredas. Pero tal vez el ejercicio deba ir más allá de la simple
reunión de los grupos, pues cada uno ellos ha sido creado bajo un interés particular
que a veces se torna hasta político y clientelista; el reto es poder ver en los otros puntos
de convergencia, respetando la diferencia, pero con el objetivo común de buscar el
bienestar de todos.
Cuando las comunidades se asocian, de manera casi imperceptible cada parte va
comprendiendo a través de tiempo mejor las necesidades de los demás y tal vez esta
mirada ahora no es muy consiente por parte de las asociaciones que participan en torno
a la asamblea sur, pero con ello van identificando de manera indirecta tal vez que el
138
bienestar propio dependerá siempre del colectivo, por lo que vale todo la pela continuar
en el proceso, todos aprenden y cambian, y ese cambio siempre será para mejorar.
Las organizaciones sociales descritas en el capítulo de actores, son pues, una
respuesta autónoma de los que allí habitan a las profundas transformaciones que se
hacen evidentes en el paisaje actual de este borde de Bogotá; por lo que cualquier
alternativa que se plantee a los modos de habitar actuales en Quiba – Arborizadora, debe
incorporar ante todo un cambio en la mentalidad, pues la falta de sostenibilidad de este
territorio en sí, no es solo un tema de explotación o destrucción de recursos, sino un
problema de la forma como se ha reconocido este lugar (actualmente como zonas de
exclusión y marginalidad) y que por ende ha promovido una forma de actuar entre sus
mismos habitantes.
El desafío entonces, es de-construir estructuras de pensamiento tan arraigadas
para luego reconstruirlas orientándolas a una relación ser humano y entorno natural
diferente, Sin embargo, no se está limitando las alternativas propuestas en esta
investigación exclusivamente al cambio del modo de pensar, pues si así fuese, la
transición resultaría relativamente fácil (pues hoy en día existen muchas personas
elocuentes y convincentes que podrían modificar la forma de pensar de toda una
comunidad en cuestión de unas pocas sesiones); El cambio propuesto va más allá, debe
implicar un mayor esfuerzo por comprender, necesidades, ilusiones, anhelos, es decir
aquellos fenómenos propios de esta zona tan particular, sin orientar la atención a un
componente en especificativo; en otras palabras, evitar el reduccionismo de establecer
soluciones parciales bajo el análisis separado de lo económico, lo social, lo ambiental, o
lo educativo, dirigiendo cualquier proceso de impacto exclusivamente a crear por
ejemplo, un centro de salud, o a construir un colegio con capacidad de mil estudiantes,
en fin, dejar de pensar que la solución a todos los problemas que plantea este borde, se
resuelve bajo una única solución pues se va dejando de lado así, todas aquellas
posibilidades de conexión y correlación entre lo uno con el todo, por lo que siempre
quedara alguien inconforme.
En las comunidades del sector Quiba – Arborizadora se percibe el desgaste que
ha producido la búsqueda de soluciones parcializadas por la intervención desarticulada
de las entidades del Distrito que han dejado en las comunidades un sin sabor entre tanto
estudio y diagnostico en la zona para mejorar su calidad de vida de los cuales ninguno ha
139
promovido progreso alguno y pese a tanto estudio diagnóstico, aún se registran
fenómenos como la segregación, la pérdida del patrimonio ecológico, los
desplazamientos forzados o ruptura de tejidos culturales entre las comunidades urbanas
y rurales de este borde.
Por tanto, la apuesta es intervenir con acciones que motiven la participación de
las comunidades en actividades culturales alternas que promuevan el interés de
mejorar su entorno común; es decir, que con el apoyo de las instituciones y la
academia se establezcan ciclos de programación cultual que involucren caminatas,
actividades lúdicas al aire libre que promuevan en los habitantes el reconocimiento de los
atractivos físicos que ofrece su territorio, por ejemplo, las bellísimas panorámicas que
ofrece de la ciudad (en los atardeceres por ejemplo), y que no existen en otro lugar de la
ciudad y de los cuales pueden disfrutar libremente y es para todos sin distinción alguna.
Todas estas actividades fortalecen la apropiación de las comunidades a los
territorios, pero solo si estos ejercicios asociados bajo el mundo de la cultura, las
percepciones, lo interno, los imaginarios creados van más allá de ejercicios verbales de
comunicación entre talleres y capacitaciones, sino más bien de actividades o procesos
que involucren a todos los participantes, sus costumbres e intereses particulares; es
decir, ver la diversidad cultural que ofrece este territorio para promover acciones de tipo
lúdico que puedan desarrollarse sobre el mismo polígono de área de estudio demarcado
en esta investigación, de manera que les permita reconocer sus fortalezas y
oportunidades de pertenecer a ese territorio de transición.
Promoción de espacios físicos de encuentro.
Pensando en robustecer los tejidos sociales a partir del fortalecimiento de las
actividades culturales en Quiba - Arborizadora, se propone recrear ambientes físicos
(equipamientos deportivos, culturales, comunitarios y/o recreativos), pero no cerrados ni
aislados; por el contrario, si se espera modificar hábitos y costumbres actuales es
140
necesario contar con espacios que se disfruten con los cinco sentidos, de manera que
promuevan la inclusión y que den lugar a la integración y la tolerancia. Estos espacios
deberán ser accesibles tanto para los barrios consolidados en este borde de Bogotá
como para las comunidades rurales de la vereda Quiba y sus alrededores. Pues la
finalidad es poder crear una identidad de las comunidades de borde tan fuerte que les
permita mantener en el tiempo los procesos de participación en la construcción de su
hábitat, y tal vez esto se logra cuando se reconoce en el territorio elementos propios y
oportunidades de desarrollo personal y por ende, colectivo.
En este sentido el sector de Quiba Arborizadora ofrece todas las condiciones, pues
al ser la zona no ocupada más extensa del sector, se reproducen la mayor cantidad de
actividades lúdicas al aire libre, por ejemplo, según los relatos de los habitantes de la
zona, el mes más bonito es agosto, porque el cielo se llena de cometas, y hacen
competencias, aprovechando los fuertes vientos que sobre el cerro seco se producen.
Este tipo de actividades que emergen espontaneas, van fortaleciendo los sentidos de
apropiación de las comunidades a su territorio, precisamente porque aquellas prácticas
son promovidas desde los mismos habitantes, y tienen su origen en las mismas
relaciones de cotidianeidad entre los diferentes grupos humanos y su entorno; lo que
permite ir modelando de maneras alternas el espacio físico, emergiendo así los nuevos
modos de habitar.
Pero para que esto se manifieste de manera gradual y progresiva, es necesario
definitivamente fortalecer las interrelaciones entre la las comunidades urbanas y rurales
entorno al polígono demarcado en esta investigación Quiba – Arboriadora, para que se
convierta en la zona predilecta de todos; por ejemplo, la promoción de bazares, donde
las comunidades urbanas y las rurales puedan ofrecer sus productos (ya sean culinarios
o artesanales) en torno a un evento público abierto donde también se promocionen actos
culturales propios de sus habitantes.
Con el tiempo y persistencia, estos tejidos sociales irán desarrollando ciertos
niveles de confianza que en últimas son los que determinan la calidad de vida en estas
zonas de borde, en otras palabras, esos vínculos o relaciones que se crean con los otros,
evidencian realidades espacio – temporales específicas que van creando identidad y
141
sentido de pertenencia, pues cuando se habita se vinculan lugares en momentos
específicos, que son los que finalmente van tejiendo la vida misma.
De Certeau (1986), desarrolla este concepto de la apropiación del espacio con el
Barrio, el cual lo identifica como ese territorio de transición entre lo público y lo privado
donde se establecen esas relaciones de confianza con los otros; es decir, esa
prolongación del “habitáculo”, donde el habitante siente que hace parte de un entorno
social, pues finalmente es el barrio esa parte familiar del espacio urbano en el que se
desarrolla el sujeto. En este sentido, la propuesta aquí es fortalecer ese sentimiento de
pertenencia y fraternidad justo en este espacio natural que ofrece el sector Quiba –
Arborizadora, pues en la zona no se encuentra otro lugar con tanta zona verde y que
permita la contemplación de espacios naturales con panorámicas hacia la ciudad tan
sorprendente.
Figura 66 Foto panorámica desde el cerro seco hacia la ciudad.
Promover zonas de encuentro, armonioso, apacible, natural y seguro, entre lo
urbano y lo rural fortalecerá la co - responsabilidad de desarrollo sostenible del territorio
ocupado, pues será necesario la participación de todos para su cuidado y mantenimiento.
Por tanto bajo el diseño de estrategias cívicas que contribuyan a la cohesión social se irá
creando identidad en esta franja de borde y sus espacios públicos se harán vitales para
el encuentro siendo un potenciador de nuevas oportunidades de inclusión y del
fortalecimiento del tejido social.
Por tanto, ese entorno creado con el otro determina un universo social que
garantiza familiaridad y por tanto seguridad al habitar, siendo este punto un elemento
fundamental para crear arraigo; de hecho, da sentido de pertenencia de las comunidades
142
de Quiba – Arborizadora haciendo que el sector donde se habita haga parte de su
historia.
Construcción de una visión compartida en el borde
Para pensar en la sostenibilidad del área, es necesario transformar el significado
que tiene el territorio actualmente, para dejar de verlo como una problemática, y más
bien, entenderlo como el espacio vital, es decir, profundizar en todo el sentido que
representa el territorio donde se habita y de lo que esto representa para una mejor
calidad de vida; es comprender que los sistemas naturales que aún persisten allí, son el
soporte vital, la base de cualquier sistema productivo o de vivienda que se quiera
mantener allí o incorporar como alternativa.
La zona de Quiba - Arborizadora, ha sido construida bajo un espacio geográfico
especial, con importantes connotaciones ambientales, lo cual puede ser utilizado para
fortalecer el sentimiento de apropiación a dicho territorio; pues finalmente son las
significaciones y prácticas sobre los espacios que se habitan los que permiten crear en la
población sentidos y sensibilidades que los alienten a participar y a cuidar su entorno.
Este simbolismo, de co - existir con otros (entendiendo al “otro” como cualquier ser
vivo del entorno) y tratar de manejar unas buenas relaciones de vecindad no solo con las
comunidades que habitan sino también con su medio; es aceptar la diversidad, es
reconocer que todos tienen el derecho a ocupar un espacio, es sembrar el respeto en las
comunidades humanas por la diferencia y esto a la larga va consolidando modos de
habitar favorables para todas las partes, pues poco a poco a la trama de relaciones se
van construyendo bajo el respeto por la vida misma y se van surgiendo también aquellas
reglas de comportamiento que son aceptadas en conjunto por la colectividad, intentando
así mantener el punto neutral social que da la conveniencia de sentir pertenencia a un
lugar. (De Certeau, 1986)
Y es por eso que es necesario reconocer el territorio habitado como el espacio vital,
…() el territorio habitado es cuando el sujeto adquiere su
verdadero ser, es decir, cuando se va manifestando una
143
asociación indisoluble de objetos y acciones humanas (que
pueden ser individuales o colectivas) vinculándose
culturalmente con el territorio bajo la expresión de las ideas,
pues con el tiempo se ha logrado ligar el sentir y el pensar
en las cosas mismas ().... (Sanchez, 2009)
Reconocimiento de la belleza del paisaje habitado
Teniendo en cuenta lo anterior es indisoluble la relación entre el espacio habitado y
la calidad de vida; de hecho, este concepto ha sido construido como un indicador
universal para medir el bienestar. Pero hablar de calidad de vida humana, depende así
mismo, de la calidad de vida de los demás seres que habitan la tierra; pues finalmente la
sensación de bienestar para los seres humanos depende de las condiciones propias del
entorno, es decir, si el entorno es armonioso y mantiene un equilibrio dinámico propio de
los estados naturales en conservación, el ser humano manifiesta estados de equilibrio
emocional y placidez.
Esta condición permite plantear, que la armonía estética de un paisaje habitado es
tan importante como aquellas otras demandas de mejora en las condiciones de la
infraestructura que puede exigir una comunidad en pro de mejorar su “calidad de vida”.
El derecho a un paisaje visual agradable no puede considerarse entonces como
una necesidad secundaria de los habitantes de Quiba - Arborizadora, pues si para estas
comunidades de borde es importante conservar esos espacios verdes y abiertos,
demuestra que existe un deseo genuino de ir más allá de lo meramente funcional,
expresa la necesidad de contar en su territorio con espacios agradables a los sentidos
que al final se traducen en áreas que ofrecen un sano esparcimiento. Por tanto, la
belleza de paisaje pasa a ser entonces una cuestión estructural para contribuir a calidad
de vida de los habitantes del sector.
Al ser el paisaje el elemento donde se cimientan las re significaciones de sus
propio habitar, reconocer un espacio estéticamente agradable reconfigurará sus
percepciones y sentidos de apropiación, inspirando así conductas llenas de orgullo a
144
pertenecer a un espacio de reconocida belleza que los impulsa día a día a mantenerse y
mejorar sus entornos.
En este sentido, no solo por los servicios ambientales y ecosistémicos que ofrece
la zona de Quiba - Arborizadora, las autoridades ambientales, deben promover el
establecimiento de figuras de gestión que contribuyan de manera conjunta a la
conservación y restauración de estos espacios naturales altamente presionados por los
procesos antrópicos, pues conservar la belleza estética de los bordes de ciudad es una
necesidad para impulsar el bienestar de la ciudad; y los ejemplos son muchos en la
periferia, pues la significación de las montañas escarpadas por procesos de minería es
muy diferente a la percepción que se tiene de aquellas que aun guardan su estructura
natural.
Por tanto, reconocer bajo el concepto de paisaje la connotación biológica y
funcional de un territorio no es suficiente para contribuir al cambio en los modos de
habitar actuales, pues es desde aquellos efectos emocionales que produce el
paisaje donde se habita que se consolidan los sentimientos de apropiación a un
espacio, porque es desde ahí que se establecen comportamientos, intereses y
propósitos humanos comunes que se van transformando en intencionalidades colectivas
inducidas de alguna manera por la relación que se tiene con su entorno.
Sin embargo, dichos patrones no dependen exclusivamente de la estética del
paisaje, son muy subjetivos pues cada quien tiene su propia idea de belleza según su
contexto e historia, pero son importes; pues entre todos los componentes aquí
propuestos, se va diseñando el espacio geográfico de una forma distinta, bajo sentidos
de apropiación profundos y consistentes con sus significaciones y prácticas, con sus
sentidos y sensibilidades, con sus gustos y goces. (Leff, 2004)
145
Cambio en la organización para el Buen Vivir
Las alternativas anteriormente propuestas apuntan a la reconversión de las formas
actuales de organización que presenta la zona de Quiba – Arborizadora; y en ese
sentido, resulta interesante cómo bajo los experimentos de Ilya Prigogine14 fue posible
entender que los sistemas en sí mismos se auto organizan y que la disipación es en sí
misma es una fuente de orden; es otros términos: un sistema puede alcanzar la
estabilidad lejos del equilibro y de hecho es así como tiende a la evolución.
…”A partir de la inestabilidad misma se generan nuevas estructuras que
incrementan su complejidad de manera que al tener más influencia un sistema
del exterior, las inestabilidades y saltos a nuevas formas de organización son
el resultado de fluctuaciones internas amplificadas por bucles de
retroalimentación positiva, la cual había sido tradicionalmente contemplada
como destructiva en cibernética pero que aparece como fuente de un nuevo
orden y complejidad en la teoría de las estructuras disipativas”. (Capra, 1998)
A esta teoría se llegó bajo los cuestionamientos de Prigogine respecto a cómo los
organismos vivos son capaces de mantener sus procesos vitales bajo condiciones de no-
equilibrio; descubriendo así, que cuando un sistema se somete a profundas y continuas
transformaciones de su estado inicial, se aleja del equilibrio y alcanza un punto crítico de
inestabilidad en el que surge un patrón de nueva organización que tiende a una nueva
estabilidad. Pues bien, puede que haya llegado ese momento de transformaciones
profundas en la zona de Quiba – Arborizadora, y sea el momento de identificar la nueva
organización de este borde como sistema.
Identificar ese nuevo patrón de organización es un proceso colectivo de
aprendizaje, pues como lo precisa Maturana & Varela, (1980) “los sistemas vivos son
sistemas cognitivos y el proceso de vivir es un proceso de cognición” es decir, implica
procesos de percepción, emoción y comportamiento que inducen a los cambios, y por
14 Físico, químico, sistémico y profesor universitario belga de origen ruso, galardonado con el Premio Nobel de Química en el año 1977 por sus investigaciones que lo llevaron a crear el concepto, en 1967, de estructuras disipativas.
146
ello a la evolución. Cualquier ser humano, inclusive cualquier organismo vivo, responde
al medio que percibe, bajo la manifestación de cambios estructurales que van
indirectamente alterando su comportamiento; y es así como las alternativas indicadas
anteriormente como propuesta para transformar los modos de habitar de la zona podrían
ser la respuesta a esos nuevos patrones de organización que den cabida a modos de
habitar más sostenibles en zonas de bordes de ciudad.
Del fundamento contextual e histórico descrito del sector Quiba Arborizadora es
posible afirmar que este sector de la ciudad es una estructura viva, pues su actual
condición es el registro de su propio desarrollo, el cual definitivamente influirá en su
comportamiento futuro. Pero tal vez la razón más sólida que promueva al cambio, son las
iniciativas que surjan desde su interior, pues si bien podrán existir estudios y propuestas
de ocupación y uso de estos territorios como las que se listaron en el sub capítulo 2.2.3
por parte de la academia y las mismas instituciones del estado; solo serán las mismas
propuestas de los que allí habitan las que promoverán el cambio hacia la sustentabilidad.
“Un organismo vivo está determinado no tanto por fuerzas
externas como por su propia estructura, la cual se ha ido
formando mediante una sucesión de cambios estructurales
autónomos, por consiguiente su comportamiento esta
dictado por su estructura” (Capra , 2003)
147
4. Conclusiones
Teniendo en cuenta los objetivos propuestos y la pregunta de investigación
planteada para el desarrollo de esta investigación, es posible concluir:
El estudio sistémico de los modos de habitar identificados en la zona de Quiba –
Arborizadora fue enriquecido sustancialmente bajo el apoyo de herramientas
tecnológicas como los modelos dinámicos relacionales pues fué a partir del diseño del
modelo conceptual en el Programa Stella que se pudo explorar las tendencias que
presentaba el sistema en general al manipular teóricamente cualquiera de los
componentes identificados durante el proceso de descripción de los modos de habitar en
área de estudio.
Bajo el proceso de análisis de la situación particular del borde de Quiba –
Arborizadora a través de sus modos de habitar, fue posible reconocer bajo el concepto
revisado de paisaje que promover el desarrollo de un hábitat más sostenible en zonas de
borde implica el reconocimiento no solo de las transformaciones físicas sufridas en el
territorio (paisaje bio - físico), sino de todas aquellas que están directamente ligadas a los
procesos de evolución cultural que alcanzan los que allí habitan, por lo que el concepto
paisaje transformado habitado es el más apropiado para denotar los productos de los
modos de habitar en cualquier contexto.
Con los ejercicios de simulación del modelo y las alternativas emergentes
propuestas para orientar una transformación sostenible de la zona de Quiba Arborizadora
es posible inferir que los procesos de participación social en la regulación de los usos y la
ocupación de estas zonas de transición son fundamentales, pero definitivamente no bajo
148
los esquemas de promoción de la participación convencionales, pues claramente los
esfuerzos de las asociaciones comunitarias actuales en la zona no han generado
resultados efectivos y permanentes en cuanto a mejorar la calidad de vida de sus
habitantes bajo los principios de equidad e igualdad. No con esto se desconoce el
esfuerzo, por el contrario se invita a re - orientarlo a través de estrategias diferentes que
permitan la libertad de desarrollo de ese mundo interno de la cultura, donde los anhelos,
percepciones, imaginarios sean la amalgama que consolida y reafirma los modos de
habitar hacia formas más sostenibles.
Al reconocer a cada actor como parte del grupo que propone cómo habitar los
bordes es como se va forjando la “construcción social del espacio habitado”.
convirtiéndose esta estrategia en una herramienta poderosa de ordenación territorial
pues involucra y acepta la complejidad de cada uno de los referidos autores, donde
coexisten diferentes puntos de vista pero que al final todos hacen parte del mismo
objetivo común: mejorar el hábitat/habitar de las zonas de borde.
Con esto se demuestra que la articulación y participación esperada entre los
diferentes actores va más allá de agendar reuniones y tratar de poner a todos de
acuerdo. Es, aceptar los diferentes puntos de vista y admitir la diferencia entre los
intereses de cada actor sin perder de vista que cualquier esfuerzo colectivo solo merece
su desarrollo si es para garantizar un bienestar común, pues en ese contexto también
puede funcionar la sustentabilidad del habitar. Por tanto, consolidar estrategias de
gestión social del territorio no es buscar una única visión de desarrollo en los bordes,
por el contrario, es aceptar que cada actor funciona con un modelo mental diferente y
que esto es parte fundamental para aproximarse a la realidad y partir hacia posibles
alternativas construidas desde la base del reconocimiento de la diferencia, pero con un
objetivo en común: un mejor habitar.
De las diferentes entrevistas documentadas en los archivos digitales es posible
concluir que tanto para los habitantes de la zona como para la misma administración
pública, contener la expansión urbana es el pilar fundamental de toda propuesta que se
desarrolle de manera colectiva. La consolidación de la zona bajo una vocación agro
ambiental fue la que más acogida tuvo pero se hace evidente la falta de reconocimiento
por parte de las comunidades que allí habitan de la estructura natural que poseen, pues
149
actualmente cada quien maneja sus propias estrategias para sobrevivir aunque esto
demande un gran consumo de recursos (por ejemplo con la industria minera).
Pero ante esta falta de sensibilización de su entorno, no se propone la promoción
de talleres de concientización de los espacios naturales si antes no se dirigen esfuerzos
para re evaluar la oferta y demanda de material pétreo por ejemplo, o la comercialización
de los productos agrícolas producidos en el área, pues en cada una de estas temáticas
se desconoce la influencia de lo natural haciéndose tan notorio la poca importancia que
le da la comunidad al soporte vital que ofrecen los espacios naturales de Quiba –
Arborizadora y bajo este panorama no es posible comprender la totalidad.
Es necesario superar entonces, las tendencias a simplificar las situaciones
buscando soluciones únicas y absolutas a problemas tan complejos como los modos de
habitar en los bordes, por lo que pensar en áreas de conservación exclusiva para esta
zona, o la adecuación de terrenos para el establecimiento de vivienda para suplir las
metas de plan de desarrollo del gobierno de turno, o la inversión en infraestructura como
el metro cable o la circunvalar del sur puede que no sean las únicas soluciones para
mejorar las condiciones de vida en esta zona.
Por tanto identificar una única alternativa para la sostenibilidad de los territorios de
borde no es el fin último de la participación integral de los actores. Es la construcción
colectiva de propuestas donde la que emerja debe estar orientada a encontrar primero,
el bien común, y segundo a descubrir aquellos nuevos límites del sistema donde se
integra al hombre como un componente más, y no como un elemento externo con
propiedades absolutas de transformación y consumo de recursos disponibles.
Para adelantar estas dinámicas, se requiere considerar entonces que el proceso
de convivir implica la aceptación de un alto grado de complejidad y diversidad (no solo
ecológica sino social también) y que por ello no es algo de antemano negativo, por el
contrario, es lo que garantiza la evolución de todo sistema vivo; sin embargo ese discurso
se menciona frecuentemente en los sistemas naturales sin que se haga un mayor
esfuerzo por asociarlo a los sistemas sociales construidos por el hombre; por lo que es
definitivo explorar nuevas relaciones entre sujeto y territorio. Para esta zona en particular,
es re encontrar el carácter colectivo del espacio; en otras palabras, cuál es ese vínculo
150
real de los habitantes a esta zona?, qué los impulsa de manera asociada a sentirlo
propio y a buscar un desarrollo territorial conjunto?.
Bajo el proceso de observación y análisis adelantado durante este periodo de
investigación se concluye entonces, que se requiere para el área de estudio, una re
significación de ocupación y uso de los recursos naturales disponibles en Quiba -
Arborizadora, de manera que se reconozcan conexiones nuevas entre los
comportamientos, percepciones e interpretaciones de los actores que participan en la
evolución de este territorio de borde Es decir, incentivar por parte de las entidades
públicas y la academia las posibilidades de uso de este territorio, no para unos pocos,
sino para todos; que se recreen visiones alternas de habitar entre los actores y para ello
se propone que se promueva el fortalecimiento de los tejidos culturales de sus
habitantes ya que esto indirectamente promoverá la cohesión social/territorial.
Pero estos procesos no pueden ser fortuitos e intermitentes, por el contrario representan
una construcción permanente y a largo plazo de territorialidad. El reto es entonces
involucrar a los actores en un proceso de articulación permanente donde cada uno
pueda contribuir con sus propuestas e involucrarse en la construcción democracia del
territorio donde se reconoce a cada uno como parte de su hábitat.
Estos procesos de articulación de algún modo legitiman socialmente sus propias
propuestas donde la gestión del territorio tendría como eje fundamental los derechos y
deberes no solo de sus habitantes sino de todos los actores que intervienen en procesos
de ocupación de estas áreas (las instituciones públicas, la academia, la industria). Lo
anterior implicaría una gestión del borde urbano rural con herramientas de participación
diferentes, de tal forma que éstas se vean reflejadas en la regulación apropiada de los
usos e intensidades de ocupación de dichos territorios.
Si bien como resultado de esta investigación no se generó un listado de acciones
o ideas para alcanzar modos de habitar sostenibles en esta zona, si fue posible identificar
con claridad que es lo que no se debe seguir haciendo en aras de promover un territorio
más sostenible, y cómo desde la exploración de otros aspectos de la cotidianidad es
posible promover cambios que a largo plazo reflejara unas mejores condiciones de vida
para los habitantes del sector. Cuando las iniciativas provienen directamente de la
151
comunidad que habita los bordes representan el conocimiento acumulado de su propio
vivir plasmados en sus propias visiones de contener la presión del crecimiento urbano y
el deterioro de sus recursos naturales, pero para llevarlas a la práctica, se requiere el
esfuerzo y compromiso de todos los actores.
Por otro lado, con la aplicación del modelo dinámico conceptual para reconocer las
conexiones del sistema, se pudo dar respuesta a la pregunta de investigación, pues
identificar acciones efectivas que contribuyan a mejorar los modos de habitar es posible
bajo la aplicación de modelos relacionales como este.
En este sentido, bajo su análisis es posible inferir también que el sub sistema de
“estabilidad ecológica del paisaje natural” tiene una importante influencia pues la
mayoría de los subsistemas se relacionan con él; así que la variación de algún
componente sobre este proceso se verá reflejado considerablemente en los demás, por
lo que el reconocimiento de este patrimonio natural en el sur de la ciudad contribuiría
sustancialmente a sentir como propio el lugar, promoviendo su cuidado y mantenimiento.
Finalmente desde el modelo conceptual del programa Stella, vale la pena resaltar
que si bien cada sub sistema se fundamenta bajo modelos matemáticos de ecuaciones
de diferencia, su lectura es comprensible para cualquier profesional que no sea un
experto matemático, pues no es necesario acudir a las ecuaciones para entender el
modelo, sino que puede ser comprendido directamente con la interpretación de los
diagramas donde se identifican directamente las conexiones entre uno y otro sub
sistema.
En este sentido, en el sub sistema de “modos de habitar” confluyen todos los
demás que fueron simulados; y es que con esa intención fue creado, pues su finalidad es
poder registrar en una sola unidad el comportamiento conjunto de las demás situaciones
identificadas en este ejercicio. De esta manera fue posible evidenciar gráficamente, a
partir de su semi cuantificación, cuál de ellos tiene la mayor influencia en el sistema
global.
152
Por tanto con este modelo se hace evidente la practicidad que ofrece este tipo de
herramientas respecto al estudio de fenómenos complejos con muchas variables
interdependientes, pues a partir de la construcción de un modelo mental simple se puede
transferir de una manera muy intuitiva, a un modelo más complejo que permita
simulaciones a partir de unos valores de referencia, donde no se establece un orden
particular de secuencia, pues el sistema puede ser abordado desde cualquiera de sus
componentes sin que con ello se obstruya la comprensión del mismo.
153
5. Recomendaciones
Los modelos dinámicos implementados permitieron la representación
gráfica de las tendencias de un sistema, resultando ser una buena técnica de
interpretación de una condición real de territorio bajo el enfoque de la totalidad
descartando así el análisis exclusivo de sus partes, por lo que se ratifica como una
recomendación metodológica para futuras investigaciones.
Sin embargo, al ser recomendado como método, el modelo no puede
considerarse como un estándar o patrón para replicar en otra zona; por el contrario, con
el desarrollo de esta investigación se pudo establecer que los modelos sistémicos
obedecen en cierta forma al modelo mental con que se construyen. Por lo que este
modelo, al ser construido tras las diferentes percepciones e interpretaciones que
paulatinamente se iban descubriendo de la zona de estudio, está fundamentado bajo un
punto de vista personal, con toda la carga de subjetividad que implica la mirada del
observador a un espacio y tiempo concreto.
Es importante aclarar que el establecimiento de la ventana de tiempo
estimada para este análisis (100 años) fue tomado para la simulación como referente
teórico, lo que permite recomendar periodos más cortos de análisis dado los resultados
obtenidos en el ejercicio de simulación (cambios esperados del sistema alrededor de los
primeros 17 años). Por lo que incorporar periodos de tiempo más cortos, reduciría el
grado de incertidumbre, pues en la medida en que el tiempo estimado para la modelación
sea mayor, la posibilidad de fluctuaciones en la tendencia del sistema será mayor dada la
diversidad de factores externos a los que está sometido cualquier sistema de manera
natural.
154
Teniendo en cuenta la cantidad de variables incorporadas, se recomienda
analizar la influencia de fenómenos externos frente a la estabilidad del sistema
planteado, pues finalmente los valores tomados han sido de referencia bajo la
interpretación de una condición real y puntual, pero son susceptibles a ser modificados
en cualquier momento, pues la estructura del modelo así lo permite.
Al modelo resultado de esta investigación se han integrado, tanto variables
que pueden ser cuantificables como otras que no son medibles en unidades concretas
pues representan aspectos socio culturales (en su mayoría) que nadie esperaría
cuantificar; sin embargo, teniendo en cuenta el objetivo de esta investigación fue
fundamental incluirlos en las redes de interacciones sistémicas para describir la realidad
que presentaba la zona de estudio; por tanto, se recomienda leer el modelo como una
estructura conceptual para comprender las condiciones actuales que presenta el área de
estudio y no como una herramienta directa para la cuantificación de una realidad.
Sin embargo, si bien el modelo construido obedece inicialmente al modelo
conceptual diseñado de la situación actual que presenta la zona de Quiba –
Arborizadora, es posible orientar el ejercicio a la cuantificación de la realidad a partir de
indicadores concretos de estado; por tanto se recomienda seguir depurando y ajustando
sus variables, si el caso es reconocer de manera directa el tiempo que tomaría la
transformación a hábitats más sustentables en esta zona de borde.
156
Anexo B. Documento soporte de diseño, configuración y fundamento del modelo de sistema dinámico implementado.
Componentes básicos de un sistema en Stella
ELEMENTO SIMBOLO
Variable de Estado: Representa la situación de cambio a
analizar que acumula, y/o consume recursos. Está
influenciado por flujos de entrada y salida
El Flujo: Representa la tasa cambio de la variable de
estado, es decir, está en función del tiempo y están
presentes tanto en la entrada como en la salida de la
situación de análisis Noname 1
Convertidor o variable auxiliar: usados para ingresar
parámetros o constantes al sistema, también son útiles
para hacer operaciones aritméticas de conversión de
unidades, u otras necesidades matemáticas.
Conectores: transfieren los flujos de información entre
los convertidores, flujos y variables de estado a través de
una flecha
Este modelo trabaja internamente bajo ecuaciones de diferencia que permiten
calcular la relación entre las entradas y las salidas en unas graficas de distribución a
través del tiempo.
157
?
Proceso Dianmico
?
Flujo que regula
la entrada
?
Flujo que regula
la Salida
?
Variables o
Factores de Entrada
?
Variables o
factores de Salida
Figura: Esquema básico bajo el programa Stella ®
Diseño y configuración.
Para efectos explicativos del diseño de los sub modelos en el software STELLA ®,
y basados en el hecho que todos los subsistemas fueron configurados bajo la misma
metodología, se presentarán como ejemplos para este anexo únicamente dos de ellos,
el de Ocupación Campesina y el de Estabilidad ecológica del paisaje.
Perfil del Modelo Implementado
El modelo bajo el cual está diseñado el sistema es el modelo logístico,
caracterizado por un crecimiento o decrecimiento de los indicadores estudiados no de
manera exponencial infinita, sino de manera tal que el crecimiento está enmarcado en lo
que se denominará de aquí en adelante “capacidad de carga”, o un límite natural fijo en
el que el sistema va a crecer hasta establecer un equilibrio. Para esto hay que establecer
un valor límite a la capacidad de carga (200 unidades).
Con ese límite cuantitativo, y a medida que el hecho se acerca a esta capacidad
de carga, su comportamiento tanto en crecimiento como en decrecimiento tenderá a la
158
disminución para mantenerse dentro de los límites naturales (Cervantes, Chiappa, &
Simoes, 2000).
Este tipo de modelos logísticos15 son utilizados principalmente para analizar
comportamientos de crecimiento demográfico, donde en un principio se presenta una
tasa de crecimiento alta, pero a medida que el aumento en el evento se eleva, las tasas
de crecimiento o decrecimiento bajan para mantenerse dentro de unos límites naturales.
Esta relación matemática se define mediante la siguiente relación:
ΔN = R*N*(1 – N/K)
i. Establecimiento de los componentes y relaciones en un sub sistema. Ejemplo
Subsistema Dinámico de Ocupación Campesina.
Partiendo de la clasificación anterior se realizó el diseño de cada uno de los
subsistemas teniendo como eje principal la situación dinámica a analizar, en este caso, la
Ocupación Campesina, fenómeno que decrecerá o crecerá, según el comportamiento de
las variables que se asocien a él.
De la situación principal se desprenden dos flujos o reguladores: uno de entrada y
uno de salida, donde el primero regula los datos que aportan al crecimiento de la
ocupación campesina, y el segundo regula los datos que aportan al decrecimiento de la
misma.
15 Es importante aclarar que este algoritmo para de modelo logístico no es el único, existen más modelos como el exponencial, estimulo respuesta, Goal – Seting entre otros
159
Posteriormente se precede a realizar conexiones entre los flujos de entrada y
salida (crecimiento y decrecimiento de la población campesina) con las tasas de
crecimiento y decrecimiento enmarcadas dentro de una capacidad de carga del sistema,
de acuerdo a lo explicado anteriormente respecto al modelo logístico y el aumento de
tasas de crecimiento y decrecimiento.
El establecimiento de estas relaciones y conexiones en el programa Stella,
permite tener la estructura básica para realizar el modelo dinámico logístico del hecho y
de implementar la ecuación anteriormente mencionada, que para este caso en particular
se definiría de la siguiente manera:
tasa_de_aumento_ocup_campesina*(1-
ocupacion_campesina/capacidad_de__carga)*ocupacion_campesina
A partir de esta estructura y de esta ecuación, se agregaron las variables que
influyen en el comportamiento del sistema conectadas a sus tasas de crecimiento y
decrecimiento respectivamente, y que aplicándoles una relación de adición matemática
directa, dan como resultado el número de la tasa de crecimiento o decrecimiento de la
ocupación campesina:
(bienestar_de_las_comunidades_que_cohabitan+conocimiento_y__aporpiacion_del__ter
ritorio+promocion_de_la_cultura_campesina)= Tasa de aumento pob campesina)
160
(establecimiento_de_areas_para_la_proteccion+Extraccion_de_material_para_la_constr
uccion+falta_de_regulacion_en_el_precio_de_la_tierra2+inequidad)=tasa_de_disminució
n_ocupación_campesina
Variables relacionadas con la tasa de crecimiento de ocupación campesina:
1. Conocimiento y apropiación del territorio.
2. Promoción de la cultura campesina.
3. Fomento de la identidad territorial.
4. Bienestar de las comunidades que cohabitan
Variables relacionadas con la tasa de disminución de la ocupación campesina:
1. Falta de regulación en el precio de la tierra.
2. Establecimiento de áreas para la protección
3. Falta de oportunidades.
4. Violencia
5. Inequidad.
Teniendo en cuenta que las relaciones entre las dos tasas (la de crecimiento y
decrecimiento) están directamente conectadas al aumento y disminución de la situación
161
“ocupación campesina” en busca del equilibrio del sistema, la tasa que se encuentre
numéricamente más alta que la otra hace que el comportamiento del evento aumente o
disminuya. Por ejemplo, si la tasa de crecimiento de ocupación campesina es de 0.05 y la
tasa de disminución de ocupación campesina es de 0.03, la situación “ocupación
campesina” presenta un crecimiento positivo siempre de cara a la capacidad de carga
como límite del sistema que en este caso está establecida en 200 unidades.
Tasa de ocupación campesina (0.8) superior a la de decrecimiento (0.075).
Por otro lado, si el índice de decrecimiento es numéricamente superior al de
crecimiento, la gráfica va a tender hacia cero
162
De acuerdo a lo anterior, y teniendo en cuenta que el tiempo establecido para la
modelación de este subsistema es de 100 años, a mayor tasa de crecimiento, menor es
el tiempo en que la ocupación campesina busca su equilibrio con la capacidad de carga
del sistema, que en este caso está establecida en 200 unidades. Y teniendo en cuenta
también que la tasa depende directamente de las variables que conforman el sistema,
cuanta mayor sea la intervención para el crecimiento de los valores de estas variables,
mayor será la tasa de crecimiento y por consiguiente, mayor será el aumento en la
situación “ocupación campesina”.
A continuación se presenta un ejemplo con respecto al aumento de dos variables:
“Conocimiento y apropiación del territorio” y “violencia”:
La variable “conocimiento y apropiación del territorio” fue modificada en 3
unidades de manera ascendente (0.01, 0.015, y 0,2), mientras que la variable “violencia”
fue modificada 3 unidades de manera descendente (0.02, 0.012, 0.005). El resultado del
hecho “ocupación campesina” es el siguiente con estas 3 modificaciones:
Grafica resultante de la modificación de 2 variables en 3 cantidades diferentes.
163
Analizando la gráfica anterior y la tabla explicativa a continuación, podemos
concluir lo siguiente: partiendo de un escenario en que la tasa de decrecimiento de la
ocupación campesina es mayor a la de crecimiento, interviniendo las variables de
“violencia” para disminuirlas y las de “conocimiento y apropiación de territorio” para
aumentarlas, el hecho central “ocupación campesina” muestra un cambio importante, en
el que pasa de negativo a positivo. Y podemos concluir que una intervención directa en
las políticas públicas que disminuyan la violencia y aumenten el sentido de apropiación
del territorio, pueden influir de manera importante a una reocupación campesina en la
zona de borde.
Año Ocupación 1 Ocupación 2 Ocupación 3
0 100.00 100.00 100.00
10 90.03 96.25 102.50
20 80.24 92.51 105.00
30 70.83 88.79 107.49
40 61.94 85.11 109.97
50 53.69 81.46 112.44
60 46.17 77.86 114.89
70 39.42 74.32 117.33
80 33.43 70.85 119.74
90 28.19 67.46 122.13
100 23.66 64.14 124.50 Tabla comparativa de ocupación campesina.
Analizando la gráfica y la tabla anterior se puede concluir que:
Partiendo de un escenario en que la tasa de decrecimiento de la ocupación
campesina es mayor a la de crecimiento, interviniendo las variables de “violencia” para
disminuirlas y las de “conocimiento y apropiación de territorio” para aumentarlas, el hecho
central “ocupación campesina” muestra un cambio importante, en el que pasa de
negativo a positivo. Lo cual una intervención directa en las políticas públicas que
promueva la disminución de la violencia y aumente el sentido de apropiación del
territorio, pueden influir de manera importante a una reocupación campesina en la franja
de borde analizado.
164
Nota: este análisis sobre dos de las variables que compone este sub sistema es
esquemático para representar la influencia de ellas en el sub sistema en general, pero la
modificación es posible para cualquiera de las demás variables que lo componen.
ii. Establecimiento de los valores numéricos de referencia para correr la
simulación. Ejemplo Transformación del paisaje por explotación de materiales
para la construcción
A partir del listado de variables indicado para cada subsistema, y teniendo las
indicaciones del sub título i anterior, se obtiene el siguiente diagrama para el proceso de
explotación de materiales para la construcción:
Sub sistema modelado en el programa Stella para denotar la condición actual de todo el sistema
Como se aprecia en el modelo, la válvula simboliza una condición cambiante,
influido por una serie elementos (flechas de llegada), del cual se esperan una serie de
salidas que al final determinaran su condición general.
165
Del diagrama es evidente que no se identifica un flujo de entrada para el recurso
de arcillas y gravas, pues la extracción de material pétreo es sobre un recurso natural no
renovable.
Para la semi cuantificación es importante tener en cuenta los datos de referencia
obtenidos en el capítulo respectivo de documentación de este proceso. En el que
sobresalen datos como:
Minería legal e ilegal:
“…De más de 100 procesos de minería ilegal en proceso de revisión en
Bogotá, solo siete son legales, de acuerdo con la secretaria Distrital de
Ambiente…”
“….Para el personero de Bogotá, Ricardo Cañón, de 108 empresas
mineras que operan en Bogotá, 100 funcionan en la ilegalidad, 88 no tienen
ningún papel soporte de su actividad y 12 los tienen incompletos. (El 92,6 por
ciento de la minería en Bogotá es ilegal, según la Personería)….”
“….Cerca del 91.2% de la industria extractiva de Bogotá -que a la fecha
se encuentra inventariada- no está dentro de los términos de legalidad minera ni
ambiental. Esta última situación conlleva a que la actividad minera a cielo abierto
en Bogotá en su mayoría se desarrolle sin control alguno, de manera antitécnica
y desordenada….”
Demanda y consumo:
“… En los últimos cinco años el crecimiento promedio de la demanda de
materiales de construcción ha promediado el 1.4%. La proyección de la demanda
de materiales de construcción muestra que para el año 2023 de las principales
ciudades, alcanzarán las 45 millones 999 mil toneladas. Esto representa un
crecimiento del 48% con respecto al año 2013. Bajo este escenario el consumo
per cápita de materiales de construcción se aproximaría a los 2.56 toneladas.
La ciudad de Bogotá representa el 45% de la demanda de materiales de las
ciudades analizadas. En total, la capital consume 12 millones 402 mil toneladas
actualmente. Esta participación ha venido disminuyendo desde 2008 debido a la
caída promedio de -1.3% que ha tenido el mercado en los últimos 5 años. El
descenso obedece a la disminución recurrente que ha tenido la construcción de
obras civiles en la ciudad, que ha caído por encima del 20% en los últimos 3 años.
166
Para el año 2023 se espera que la ciudad de Bogotá demande 19 millones 955
mil toneladas, lo cual representa un consumo de 2.3 toneladas por persona en
ese año. La caída en el mercado se revertirá al totalizar un crecimiento de 4,9%
por año en la siguiente década. La construcción del Metro de Bogotá, la
complementación de la red de Transmilenio con las troncales de la Boyacá y la
Av. Calle 68 y el desarrollo del metro ligero dinamizarán las obras civiles que
registrarán una variación media anual de 11%. Se estima que la demanda de
materiales de construcción de los municipios de la Sabana de Bogotá es
equivalente a 18 millones 239 mil toneladas en 2013. Para el año 2023 el
consumo total de materiales de construcción se estima que será de 29 millones
346 mil toneladas anuales.16
Oferta de arcillas
En Bogotá las zonas de producción se localizan en Usme y Mochuelo,
equivalen al 41,8 % de la producción, de la que depende la ciudad. En el evento
de cierre de estas minas, deberían desplazarse a la zona norte, donde se
encuentran la mayoría de los títulos mineros como es Cogua y La Ruidosa.
Impactos
Uno de los impactos negativos que ha generado la actividad de
extracción de materiales de construcción y arcillas corresponde a la alteración
paisajística y a la generación de escenarios de riesgo. Cerca del 80% de los
procesos activos de deslizamientos corresponden con zonas que han sido
afectadas por actividades extractivas, los cuales como también se ha
documentado en diversos informes técnicos de FOPAE y en estudios llevados a
cabo por la SDA, lo cual la convierten en una amenaza de afectación sobre la
estructura funcional de la ciudad.
La pérdida de la cobertura vegetal y de suelo, la inestabilidad de los
terrenos aledaños por cambios en sus composición geomorfológica y del mismo
modo, se crean pasivos ambientales a la región, pues se genera un daño
ambiental casi irreversible al extraer gran cantidad de material natural sin ningún
tipo de compensación. Esta situación promueve las escombreras ilegales, pues al
presentarse un socavado en los terrenos, se crea la oportunidad de utilizarlos
como escombreras ilegales que contribuyen a los procesos de inestabilidad.
16 Tomado de :
http://www.simco.gov.co/portals/0/publicaciones/Documentos/INFORME_EJECUTIVO_MATERIALES_CONS
TRUCCION.pdf consultado en línea.
167
Por tanto, una vez obtenido un contexto general del acontecimiento a analizar
bajo proporcionalidades numéricas, se procedió a asignar un valor de referencia a cada
una de ellas para así poder reconocer la tendencia de este proceso modelado.
Dichos valores fueron calculados guardando una relación de equilibrio entre las
tasas de disminución o incremento definidas para este hecho que para este modelo se
estableció como la unidad (1). Eso quiere decir que los valores indicados para cada
variable que compone cada flujo deben distribuirse según la proporcionalidad e su
condición manteniendo como límite máximo sumado en las tasas ya sea de
decrecimiento o crecimiento de 1.
Por ejemplo, según la información reportada de la actividad minera, que “108
empresas mineras que operan en Bogotá, 100 funcionan en la ilegalidad, 88 no tienen
ningún papel soporte de su actividad y 12 los tienen incompletos, es decir, cerca del 92%
de la industria extractiva de no está dentro de los términos de legalidad minera ni
ambiental”, por tanto, bajo esta información el valor indicado para la variable minería
ilegal es proporcionalmente mucho mayor del valor indicado en la variable minería ilegal
Por otro lado, a la tasa de extracción también le afecta el índice de extracción de
materiales que depende a su vez de la demanda de materiales y del precio del mercado.
Parte del esquema que indica los elementos que componen la tasa de extraccion no renovable
168
Por tanto, el valor indicado para la tasa de extracción de recurso no renovable no
debe superar la unidad. Es así que según la información de referencia se establece que
minería tomaría los siguetees valores.
Referencia de los valores para esta variable en el sistema
Mientras que para el índice de extracción se repartiría el otro 0.5 como máximo
valor posible. Sin embargo, según la referencia documental, el valor podría considerarse
de la siente manera:
Referencia de los valores para esta variable en el sistema
De manera que a la tasa de extracción se acumula un valor de 0.73 el cual no
está superando el valor de la unidad definida como estándar de equilibrio.
0,1
0,48
5
0,585
0,225
0,0155
0,24
169
Referencia visual de los valores indicados en el programa para conocer la situación del estado inicial
Es importante aclarar que no de todas las variables del sistema modelado se
tenía alguna referencia numérica para poder aplicar estas proporciones dentro del
programa, por lo que para algunas de ellas el valor fue estimado a partir del proceso de
observación adelantado en las fases de campo. En el archivo generado para las
simulaciones en el programa Stella pueden identificarse de manera detallada todos los
valores apreciativos adelantados para correr el modelo.
iii. Comportamiento del sistema cuando las variables q lo componen son
dependientes de otros subsistemas. Ejemplo Estabilidad ecológica del
paisaje.
Continuando con la clasificación inicial del sistema en sus respectivos
subsistemas, se describirá el diseño y configuración de este subsistema que al igual que
el de ocupación campesina, tiene un acontecimiento principal analizada que es el de
“estabilidad ecológica del paisaje natural”, que cuenta con dos flujos reguladores: uno de
entrada y uno de salida, donde el primero controla la entrada de datos de aumento del
equilibrio ecológico, y el segundo controla los datos de entrada de disminución del
equilibrio ecológico del subsistema.
170
Posteriormente, y continuando con la metodología de modelo logístico aplicado a
este subsistema, se adiciona la tasa de aumento del equilibrio ecológico en relación
directa con el flujo regulador “aumento del equilibrio ecológico”, y la tasa de disminución
del equilibrio ecológico en relación directa con el regulador “disminución del equilibrio
ecológico”.
Como puede apreciarse, ambos reguladores, “aumento del equilibrio ecológico” y
“disminución del equilibrio ecológico” están conectados a su vez con una capacidad de
carga del sistema, que funciona como límite cuantitativo de alcance del la situación
dinámica “estabilidad ecológica del paisaje” establecido en este caso en 200 unidades.
La relación matemática de este subsistema, se representa por medio de la
siguiente ecuación que contiene la situación dinámica principal, la capacidad de carga del
sistema, y la tasa de aumento o disminución, según sea el caso:
En el caso del aumento de la estabilidad ecológica:
tasa_de_aumento_estabilidad_ecologica_2*(1-
estabilidad_ecologica_del_paisaje_natural_2/capacidad_de_carga_5)*estabilidad_ecologi
ca_del_paisaje_natural_2
En el caso de la disminución de la estabilidad ecológica:
tasa_de_disminucion_estabilidad_ecologica_2*(1-
estabilidad_ecologica_del_paisaje_natural_2/capacidad_de_carga_5)*estabilidad_ecologi
ca_del_paisaje_natural_2
171
Gráfica de inserción de tasas de aumento, disminución y capacidad de carga.
Inserción de variables dinámicas.
A diferencia del subsistema de ocupación campesina que contaba con variables
representadas por medio de cantidades fijas independientes, este subsistema cuenta con
variables representadas por cantidades dependientes de otros subsistemas, dado que el
subsistema de “estabilidad ecológica del paisaje” reúne los comportamientos
presentados en todos los subsistemas, y por esta razón, las variables que se incluyen
son las tasas de aumento y disminución de los siguientes subsistemas:
1. Ocupación Campesina
2. Transformación del paisaje para la producción.
3. Transformación del paisaje por expansión urbana.
4. Construcción social del espacio de Hábitat.
5.
La inclusión de las tasas de aumento y disminución de éstos subsistemas como
variables de “estabilidad ecológica del paisaje” en lugar de los hechos dinámicos o
variables de estado es debido a que si bien las variables de estado reflejan el
comportamiento general del subsistema, es en las tasas de aumento y disminución
donde se realizan los cambios que desencadenan las reacciones positivas o negativas
de cada subsistema, y se presentan en éste último como la columna vertebral que
172
conecta a todos los subsistemas y permite tener una visión general de las dinámicas
ecológicas en la zona de borde urbano analizado.
Este último subsistema a su vez también cuenta con algunas variables de tipo
independiente que influyen en los acontecimientos que afectan positiva o negantemente
la estabilidad ecológica del paisaje natural.
Gráfica del subsistema “estabilidad ecológica del paisaje natural” con variables dependientes e
independientes.
Continuando con la dinámica relacional del modelo logístico aplicado a todos los
subsistemas diseñados en esta oportunidad, el comportamiento de aumento o reducción
de la situación “estabilidad ecológica del paisaje está dada por la tasa que
numéricamente resulte más alta que su contraria, producto de la adición directa de las
variables con las que se relacionan.
173
Tasa de aumento (0.28) mayor a la tasa de decrecimiento (0.27).
Tasa de decrecimiento (0.27) mayor que tasa de aumento (0.26)
Análisis de comportamiento del sistema.
Teniendo en cuenta que la proyección de los comportamientos de los
subsistemas está establecida para una duración en el tiempo de 100 años, y que el
sistema tiene una capacidad límite de carga es de 200 unidades, a medida que las tasas
aumenten las tasas, menor es el tiempo en que el comportamiento de la situación
“estabilidad ecológica del paisaje” llega a equilibrarse con el límite de carga del sistema,
o por el contrario al nivel mínimo de carga, que en este caso está establecido en 0
unidades.
174
Pero a diferencia del subsistema de ocupación campesina, al tener como
variables las tasas de aumento y decrecimiento de los demás subsistemas que son
dependientes de éstos, un cambio en cualquier variable independiente en cualquier
subsistema, sea de impacto positivo o negativo, afecta las variables relacionadas al
subsistema de estabilidad ecológica del paisaje y a su vez, tiene una afectación en la
tasa correspondiente al aumento o disminución de la estabilidad ecológica del paisaje
como acontecimiento dinámico principal analizado.
Para explicar la aplicación de las relaciones sistémicas del subsistema de
ocupación campesina con el de estabilidad ecológica del paisaje, se retomará el ejemplo
con respecto al aumento de dos variables: “Conocimiento y apropiación del territorio” y
“violencia”, que aunque están presentes en el primer subsistema “ocupación campesina”,
no se encuentran directamente presentes en “estabilidad ecológica del paisaje”, pero
tienen una relación que se explicará a continuación:
La variable “conocimiento y apropiación del territorio” fue modificada en 3
unidades de manera ascendente (0.01, 0.015, y 0,2), mientras que la variable “violencia”
fue modificada 3 unidades de manera descendente (0.02, 0.012, 0.005). El resultado de
la condición “estabilidad ecológica del paisaje” es el siguiente con estas 3
modificaciones:
Gráfica de comportamiento de “estabilidad ecológica del paisaje” con modificaciones en variables
“conocimiento y apropiación del territorio” y “violencia” presentes en el submodelo de “ocupación campesina”.
175
Año Estabilidad 1 Estabilidad 2 Estabilidad 3
0 10.00 10.00 10.00
10 6.77 8.66 10.99 20 4.55 7.49 12.07 30 3.05 6.47 13.25
40 2.04 5.59 14.54 50 1.36 4.83 15.94
60 0.91 4.16 17.46
70 0.60 3.59 19.11
80 0.40 3.09 20.91 90 0.27 2.67 22.85
100 0.18 2.30 24.94 Tabla explicativa comparativa “estabilidad ecológica del paisaje”.
Podemos concluir posterior al análisis tanto de la gráfica como de la tabla
comparativa, que teniendo un primer escenario (estabilidad 1) donde la a tasa de
decrecimiento de la estabilidad ecológica es mayor que la de crecimiento de la misma, si
se realizan intervenciones directas sobre las variables de “conocimiento y apropiación de
territorio” para aumentarlas, y se interviene la variable “violencia” para disminuirlas y así
aumentar la ocupación campesina en la franja de borde urbano, estamos también
aportando a nivel macro al crecimiento de la estabilidad ecológica del paisaje del borde
en los otros dos escenarios (Estabilidad 2 y 3).
176
Anexo C: Importancia de los ecosistemas secos andinos del distrito capital17
En general, la cuenca del Tunjuelo y su parte media y baja, tiene una importancia ecosistemita intrínseca
por los bienes y servicios ambientales que las coberturas naturales y seminaturales presentan (regulación
hídrica y climática, protección de suelos, refugios de fauna y flora, etc.) sin embargo, se hace relevante la
importancia de la presencia de ecosistemas secos o subxerofítico, exclusivo de esta parte de la cuenca, y
único relicto para la región, como uno de los ecosistemas mas ignorados, menos conocido y por tanto
menos protegido del sistema Distrital y Regional de área protegidas, en general también en el contexto
nacional de la xerofitia andina no está representado en el sistema de áreas protegidas.
Parte de la razón de este desconocimiento se centra en el hecho, que este tipo de ecosistema seco
(xerofitico), o “desértico”, se asocia con la costa Caribe, presentando dunas costeras y desiertos, y hacia el
interior del país, conformados por matorrales xéricos, ocupando enclaves semiáridos como en la Tatacoa,
Chicamocha, Patía y algunos en el altiplano cundiboyacense18
Los enclaves secos en el sur de la ciudad19, actúan a manera de “isla biogegráfica”, se asocia a un fuerte
endemismo de sus componentes tanto de fauna como de flora20.
Clasificado como bioma azonal particular colombiano por ser el único ecosistema seco , localizado por
encima de los 2.500 msnm., se ha Identificado como una zona frágil de vida, por estar en grave amenaza de
destrucción y de extinción de sus especies asociadas, siendo un área obligada de conservación de la
biodiversidad regional, de trascendencia nacional.
17 Por la pertinencia y síntesis abordada en este tema, ha sido incorporado como anexo este capítulo del DOCUMENTO
TECNICO DE SOPORTE – IMPORTANCIA AMBIENTAL DE LA CUENCA MEDIA Y BAJA DEL RIO TUNJUELO Y
AFECTACIÓN POR LOS POLÍGONOS DE ACTIVIDAD MINERA desarrollado por el grupo de minería de la Secretaria Distrital de Medio Ambiente en Noviembre de 2013, el cual fue presentado por David Rivera como anexo No, 3 en el
CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS No. 01323 DE 2013 el cual tenía como objeto: Prestar los servicios profesionales para apoyar el proceso de construcción y fundamentación de la funcionalidad ecosistémica del enclave seco,
en las microcuencas Limas, Trompeta y el área de interés ambiental de Arborizadora Alta. 18 Calvachi Zambrano, B. 2012. Los ecosistemas semisecos del altiplano cundiboyacense, bioma azonal singular de Colombia, en gran
riesgo de desaparición.
19 Rivera, O.D. et al. 2004. Pastizales xerófilos del municipio de Ubaque y norte del altiplano de Bogotá. 20 Hernández-Camacho, J.I. et al. 1995. Desiertos, zonas áridas y semi áridas de Colombia. Banco de Occidente.
177
El desconocimiento y falta de medida restrictivas para la protección del enclave subxerofítico del sur de la
ciudad, amenaza seriamente con su destrucción, y con ella, la extinción de las especies, los bienes y
servicios ambientales propios del ecosistema.
Algunos estudios científicos realizados, evidencian la importancia de este enclave único, y la urgencia en su
conservación:
IAvH. 2009. Bases técnicas para la consolidación del Sistema Regional de Áreas Protegidas.
Convenio 331 Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt
IAvH – Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca - CAR. Informe Final. Bogotá D.C.
La representatividad de la vegetación xerofítica andina, se encuentra en una situación crítica, debido a que
este ecosistema no se encuentra incluido las áreas protegidas declaradas del Sirap-CAR, por lo tanto, no
cuenta con una de representatividad, que permita su estudio, investigación, y el desarrollo de programas y
proyectos tendientes a la conservación de las especies de fauna y flora asociadas. Por lo anterior, está se,
constituye en la principal prioridad de conservación, para la región.
Pinzón, M. & Linares, E.L. 2006. Diversidad de líquenes y briofitos en la region subxerofitica
de la Herrera, Mosquera (Cundinamarca-Colombia). I. Riqueza y estructura. Caldasia
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El enclave seco de la región de La Herrera, es un referente ecosistémico para los fragmentos remanentes en
la localidad de Ciudad Bolívar. Se extiende desde el bajo valle del río Tunjuelo hasta cerca de Bojacá, en un
rango altitudinal comprendido entre 2550 y 2900 m de altitud, en jurisdicción de los municipios de Bogotá,
Bosa, Soacha, Bojacá, Madrid y Mosquera. Los enclaves xerofíticos, se constituyen como formaciones
vegetales únicas en su género, localizadas a más de 2500 m de altitud en Colombia, donde la combinación
de cuerpos de agua y zona seca aislada han permitido el desarrollo de su gran riqueza biológica. Como isla
biogeográfica es refugio de un importante número de especies animales y vegetales. Por su cercanía a la
capital y la naturaleza de su ambiente es un importante laboratorio de investigación de diferentes
universidades para estudiar y comprender los fenómenos relacionados con el avance de las zonas áridas de
alta montaña en escenarios como el cambio climático.
Cortés, S.P. 2008. Vegetación Potencial en la Cuenca media del Río Tunjuelo y Procesos de
Cambio en la Cobertura Vegetal, otro Enfoque Metodológico para un Análisis Temporal,
Jardín Botánico José Celestino Mutis.
Parte de la cuenca media del Tunjuelo, cuenta con proseos de degradación y desertificación, de las tierras
productivas, que inician con la reducción de la productividad y termina con la pérdida total del suelo y de los
recursos biológicos (CCD 2000), dando espacio a la llegada de plantas de tipo xerofítico, que causan la
asociación de los ecosistemas secos a este tipo de degradación de los suelos.
178
Los ecosistemas subxerofíticos, como tal, apenas son vestigios en la cuenca, y preocupa el avance de los
procesos de ampliación de las zonas con suelos degradados – desertificación-, lo cual se favorece por la
erosión geoquímica, eólica, el lavado de los suelos, la alta radiación solar y el aumento local de temperatura
por efectos de tipo micro y mesoclimáticos, por la cercanía de zonas duras tipo pavimento, ladrillo, metal,
plástico y otras que pueden estar extendiendo el límite normal del clima semiárido y semihúmedo de la
localidad de Ciudad Bolívar.
Rivera, D. & O. Rangel. 2004. CONGRESO LATINOAMERICANO Y II COLOMBIANO DE
BOTÁNICA. Simposio: Ecología, Biodiversidad y conservación de Zonas áridas de
Latinoamérica y Colombia. Septiembre 2004. Pastizales xerofilos del municipio de Ubaque y
norte del altiplano de Bogotá.
Los estudios florísticos de los pastizales propios de las zonas montañosas secas del país han tenido escaso
desarrollo, puesto que la atención se ha centrado en el análisis de la cobertura forestal y estos pastizales
pasan desapercibidos o se consideran vinculados a tierras erosionadas con poco valor.
Evidencias paleoecológicas y paleoclimáticas (Van der Hammen & Cleef 1986, van der Hammen 1992),
explicarían en parte, como hipótesis, el origen natural de los pastizales xerófilos actuales y no únicamente
como resultado del deterioro de los bosques andinos.
La parte más plana y baja de la cuenca media del río Tunjuelo coincide con la unidad geomorfológica del
valle de inundación del mismo, el cual provee sustratos arcillosos, lo cual, junto a un efecto secante de los
vientos, provoca la condición de subxerofitia,. Sin embargo, a pesar que estos ambientes presentan de por sí
unas condiciones que favorecen este ecosistema, otros factores, y ya de tipo antrópico, han propiciado que
estas zonas se extiendan un poco más y amplíen sus límites, lo cual se debe principalmente a la cercanía a
zonas duras de la ciudad y a la extracción minera extendida en la zona, la cual según el POT de Bogotá
hace parte del parque minero de la ciudad, con explotaciones licenciadas y proyectadas.
179
Cortés, P. 2008. Vegetación Potencial en la Cuenca media del Río Tunjuelo y Procesos de Cambio en la Cobertura Vegetal, otro Enfoque Metodológico para un Análisis Temporal, Jardín Botánico José Celestino Mutis.
La cuenca media del río Tunjuelo, por estar ubicada en el sector sur del Distrito Capital, y en la “sombra de
lluvias”, presenta al occidente y al suroccidente promedios anuales de precipitación inferiores a 600 mm, por
lo que es catalogado como un enclave seco con predominancia de ecosistemas subxerófiticos.
La alteración con la desertificación también se presenta cuando se encuentran matorrales subxerófitos en lo
que debieran ser bosques andinos de condición diferente a la subxerofítica; en el área de estudio
representan el 1,3 por ciento bajo esta condición.
Cobertura del ecosistema
subxerofitico de la cuenca media y
baja del rio Tunjuelo.
Cortés, S.P. 2008. Caracterización Fisionómica,
estructural y Florística de algunas comunidades
vegetales de la cuenca media del Tunjuelo. Pérez
Arbelaezia 19:84-111. Jardín Botánico José
Celestino Mutis
180
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