Por el accidentado sendero de la comunicación productiva en México
Por Octavio Islas Carmona, Fernando Gutiérrez Cortés, Norma Campo Garrido CruzInvestigadores del Proyecto Internet del Tecnológico de Monterrey,
Campus Estado de México 1
A Francisco Sierra, catedrático e investigador de la Universidad de Sevilla.
Toda nuestra gratitud
Introducción
En la primera parte de nuestro texto realizamos una escueta revisión historiográfica sobre el
desarrollo de la licenciatura en ciencias de la comunicación en México, la cual nos permitió
identificar algunas de las principales dificultades que han enfrentado las escuelas y
universidades que imparten la licenciatura en periodismo, la licenciatura en ciencias de la
comunicación, carreras afines y programas de posgrado.
En no pocos países de América Latina, las escuelas y universidades en las cuales se
imparten esas licenciaturas han enfrentado similares adversidades. A pesar de los
incuestionables esfuerzos que han realizado destacados académicos e investigadores de la
comunicación, todavía suele objetarse el estatuto científico y profesional de las ciencias de
la comunicación, y consecuentemente los egresados de la licenciatura en ciencias de la
comunicación y de carreras afines enfrentan un sin número de dificultades para lograr
incorporarse a un mercado profesional que suele recelar de sus conocimientos,
competencias y habilidades.
En la segunda parte de nuestro ensayo referimos cuál es el grado de desarrollo que han
alcanzado en México las relaciones públicas, la comunicación organizacional, el cabildeo,
la imagen pública y las relaciones públicas digitales. La academia mexicana de
comunicación históricamente ha manifestado un insensible menosprecio por las relaciones
públicas y la comunicación organizacional, considerándolas asuntos secundarios y
periféricos en la reflexión comunicológica.
Deseamos que el diagnóstico que hemos emprendido sobre el accidentado devenir de la
comunicación “productiva” en México, pudiese reportar útil información a aquellos
académicos e investigadores españoles que se muestren interesados por analizar las rutas
que han observado en su desarrollo las disciplinas asociadas al ejercicio profesional de las
comunicaciones institucionales en otras latitudes. Seguramente descubriremos que en no
pocas ocasiones hemos “tropezado con las mismas piedras en el camino”, y que quizá por
tal razón silenciosamente hemos compartido muchas preocupaciones que en realidad nos
resultan comunes. Tal familiaridad sin duda alguna fincará las bases de un diálogo fecundo
y propositivo, permitiéndonos trascender nuestras limitaciones y distancias.
1 Reloj no marques las horas, porque voy a enloquecer
“El problema parece ser que el oficio no logró evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los periodistas se quedaron buscando el camino a tientas en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Las universidades debieron creer que las fallas eran académicas, y fundaron escuelas que ya no son sólo para la prensa escrita –con razón- sino para todos los medios. En la generalización se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orígenes en el siglo XV, y ahora no se llama periodismo sino Ciencias de la Comunicación o Comunicación Social. Lo cual para los periodistas empíricos de antaño, debe ser como encontrarse al papá vestido de astronauta bajo la ducha”.
Gabriel García Márquez: “El mejor oficio del mundo”. Pulso.
1.1 De las escuelas de periodismo a la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación
En Estados Unidos, a finales del siglo XIX, ya algunas escuelas impartían estudios en
periodismo. A comienzos del siglo XX, Joseph Pulitzer, célebre empresario de la industria
de la información estadounidense realizó las gestiones necesarias para elevar el periodismo
al rango de una disciplina superior, en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
De acuerdo con el investigador peruano Juan Gargurevich (1999: 96), la primera escuela en
América Latina en la cual empezaron a impartirse estudios de periodismo fue fundada en el
año de 1934, en La Plata, Argentina. Quince años después –en 1949- fue fundada en la
Ciudad de México la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, la primera institución
educativa en la cual se impartió la carrera de periodismo en México.2 En 1951 la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) abrió la licenciatura en periodismo
en su Escuela Nacional -hoy Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-. La UNAM es la
principal universidad pública en México. En 1954, la Universidad Veracruzana, también
universidad pública, empezó a impartir la licenciatura en periodismo.3
En 1960 la Universidad Iberoamericana -universidad privada que pertenece a la Compañía
de Jesús- abrió la primera licenciatura en ciencias y técnicas de la comunicación en
América Latina. Sobre el significado histórico de ese hecho, la destacada investigadora de
la comunicación Fátima Fernández Christlieb (1985:313) señala:
“1960 es un año clave en los anales de la investigación de la comunicación en México. La evolución de los investigadores y del Estado en este campo, marcha paralelamente a partir de este año. Se abre la primera carrera que con nivel universitario se propone analizar el fenómeno de la comunicación y de la información de masas, contemplando a todos los medios existentes”.
De acuerdo con Fátima Fernández (1997:94), José Villaseñor García, fundador de la carrera
de comunicación en la Universidad Iberoamericana, de la siguiente manera describió el
perfil deseable del egresado de la licenciatura en comunicación:
“Su misión es comunicar el rico saber acumulado en su mensaje mediante técnicas de difusión, relaciones públicas, publicidad, radio, televisión, cine y periodismo. Controlar esos tremebundos poderes que moldean, como dócil arcilla al hombre contemporáneo”.
Es posible afirmar que al abrir la primera licenciatura en ciencias de la comunicación en
América Latina, la Universidad Iberoamericana estableció un importante precedente
curricular, el cual con el paso de los años definió el rumbo que habría de seguir la
enseñanza de las ciencias de la comunicación en la región, pues la mayoría de las escuelas
y universidades que durante los años inmediatos abrieron esa licenciatura sin duda alguna
siguieron el ejemplo de la Universidad Iberoamericana, y en consecuencia adoptaron el
llamado “modelo polivante”, el cual partía del propósito de trascender la autonomía relativa
de las profesiones independientes en la comunicación, tales como: publicidad, relaciones
públicas, periodismo, fotografía, etc., subordinándolas a la perspectiva aglutinante e
integradora de la licenciatura en ciencias y técnicas de la comunicación.
Reconocidos investigadores de la comunicación, como Felipe López Veneroni (1989:25)
han señalado que la supremacía del llamado modelo “polivante” representó el fundamento
mismo de muchos de los problemas de identidad profesional que aún arrastra nuestra
profesión:
“Puesto que no toda la práctica profesional se deriva de, ni corresponde a una formación actual de las llamadas ciencias de la comunicación resulta inadecuada e injusta tanto para quienes quieren dedicarse a la práctica del periodismo, la radio, la televisión, la fotografía o las relaciones públicas, como para quienes procurarían dedicarse, profesionalmente, a la investigación, más allá del análisis sociológico, económico, político o psicológico de los mass media y de sus efectos”.
Durante las décadas de 1960 y 1970, algunas de las principales universidades públicas y
privadas empezaron a impartir la licenciatura en ciencias de la comunicación. En 1962, el
Instituto Pío XII (hoy Universidad del Valle de Atemajac) en la ciudad de Guadalajara. La
UNAM, en 1963. En 1967 el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente
(ITESO), el cual también es propiedad de la Compañía de Jesús y se localiza en la ciudad
de Guadalajara. En 1970 la Universidad Anáhuac, universidad privada que pertenece a los
Legionarios de Cristo; la Universidad del Nuevo Mundo, también una universidad privada,
la cual se localiza en un municipio del Estado de México, precisamente en los límites con la
Ciudad de México, al igual que la Universidad Anáhuac; y la Universidad de Guadalajara,
-universidad pública-. En 1971 la Universidad de Monterrey y el Tecnológico de
Monterrey, Campus Monterrey –ambas universidades privadas, ubicadas en la ciudad de
Monterrey-.
Como fiel reflejo de nuestro acentuado centralismo histórico, las primeras escuelas y
universidades en las cuales empezó a impartirse la licenciatura en ciencias y técnicas de la
comunicación se localizaban en las tres principales ciudades del país: el área metropolitana
de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
A pesar del incierto desarrollo profesional al cual se enfrentaron las primeras generaciones
de egresados de la licenciatura en ciencias y técnicas de la comunicación en México, y de la
objetable legitimidad que los científicos sociales concedían a la emergente disciplina,
durante esa década se registró un notable incremento en el número de aspirantes dispuestos
a estudiarla. A ello definitivamente contribuyó la formidable expansión que registraron los
medios de comunicación masiva en México durante la década de 1970, particularmente la
radio y la televisión. De acuerdo con el investigador Francisco Javier Torres (1999: 38) la
licenciatura en ciencias de la comunicación presentaba un panorama poco halagador a
comienzos de la década de 1970:
“La carrera se volvió incluso una moda que dio origen a varios estigmas que a la fecha persisten. Entre ellos figuran los siguientes: saturación de escuelas y egresados; concepción de un programa sencillo y lejano al glamour de las estrellas del espectáculo; carrera propia de Mujeres Mientras se Casan (MMC); lejanía entre los programas de estudio y las necesidades reales de las empresas; pobre impacto social en la curricula; profesión mal pagada; débiles planes de especialización”.
1.2 1976. Un año axial en el desarrollo de la
academia mexicana de comunicación
El año de 1976 admite ser interpretado como un año axial en la atribulada historia de la
academia mexicana de comunicación. La trascendencia de los acontecimientos que durante
ese año se registraron permiten establecer un antes y un después en la enseñanza y la
investigación de las ciencias de la comunicación en México.
Creación del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC)
En 1976 fue fundado el Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las
Ciencias de la Comunicación (CONEICC). Por iniciativa de Jesús Cortina, quien entonces
se desempeñaba como director de la licenciatura en ciencias de la comunicación en la
Universidad Iberoamericana, los directores de algunas escuelas de comunicación
empezaron a sostener algunas reuniones periódicas desde el año de 1974, las cuales
aprovechaban para compartir sus experiencias. De esas reuniones derivó la inquietud de
fundar un organismo académico que se dedicaría a promover la enseñanza y la
investigación de las ciencias de la comunicación: CONEICC. Con el paso de los años el
CONEICC se ha consolidado en México como el más importante y el más representativo de
las escuelas y universidades que imparten la licenciatura en periodismo, en ciencias de la
comunicación, carreras afines o programas de postgrado en comunicación. En el año 2001
más de 55 escuelas o universidades en las cuales se impartía la licenciatura en periodismo,
en ciencias de la comunicación, carreras afines o programas de posgrado en comunicación
participaban como miembros activos de CONEICC.
Creación del primer programa de posgrado en ciencias de la comunicación
También en el año de 1976 la Universidad Iberoamericana abrió el primer posgrado en
comunicación, y de nueva cuenta algunas de las principales universidades públicas y
privadas del país, ubicadas en las tres principales ciudades del país (México, Monterrey y
Guadalajara) procedieron a abrir sus respectivos programas de postgrado en comunicación.
En 1979, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, ubicada en el sur de la
Ciudad de México, empezó a impartir la maestría en comunicación. En 1984, la
Universidad Autónoma de Nuevo León –también universidad pública, la cual se localiza en
la ciudad de Monterrey-. En 1985, el ITESO -en Guadalajara-, y la Universidad
Regiomontana –universidad privada que se localiza en Monterrey-. En 1987, el
Tecnológico de Monterrey, Campus Eugenio Garza Sada empezó a impartir la maestría en
periodismo especializado. También ese mismo año el Centro Avanzado de Comunicación
(CADEC) propiedad del Grupo Ferrer, fundado por el destacado publicista español Eulalio
Ferrer comenzó a impartir la maestría en comunicación institucional.
Es posible afirmar que quiénes diseñaron los programas de estudio de las Maestrías en
Ciencias de la Comunicación en México básicamente repararon en la necesidad de formar a
docentes e investigadores, a pesar de que los egresados de la licenciatura en ciencias de la
comunicación históricamente han manifestado un pobre interés por realizar estudios de
posgrado en las ciencias de la comunicación. La mayoría de los estudiantes de ciencias de
la comunicación o carreras afines que expresan algún interés por realizar estudios de
posgrado, en primera instancia consideran otras opciones –como la mercadotecnia, la
administración, los negocios internacionales- y si reparan en la posibilidad de realizar un
posgrado en ciencias de la comunicación, afirman interés por la consultoría y no por la
investigación y la docencia.
Salvo contadas excepciones, la formación de consultores y extensionistas representa una
asignatura pendiente en el diseño de programas de posgrado en comunicación en México.
La ruta crítica que observó la creación de programas de posgrado en comunicación en
México prácticamente siguió el mismo camino de la licenciatura en ciencias de la
comunicación, restringiéndose al llamado modelo “polivante”, tal como reconoce el
investigador Carlos Luna (1990,28), del ITESO, quien durante la década de 1990 fue
presidente de CONEICC:
(...) salvadas las proporciones, la oferta de estudios de maestría en comunicación tiende a reproducir las condiciones de proliferación características de la Licenciatura en comunicación, en momentos en que esta especialidad profesional no acaba de resolver muchos de sus aspectos básicos: estatuto teórico de la comunicación, planteamiento curricular y metodología, inserción socio-profesional de los egresados y disponibilidad de recursos humanos y materiales para enfrentar la creciente demanda estudiantil, entre otros.
Una mirada retrospectiva de la licenciatura en comunicación
En el año de 1976 -como podremos apreciar en la siguiente tabla- en un total de 25
escuelas, universidades públicas y privadas se impartían la licenciatura en ciencias de la
comunicación o algunas modalidades de ésta. De acuerdo con el periodista Jesús Pablo
Tenorio (1986: 115), el número estimado de estudiantes entonces ascendía a 4,126.
Entidad Institución Educativa LicenciaturaDistrito Federal(10).
Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Periodismo.
Universidad Iberoamericana. Ciencias y técnicas de la información.
Escuela Nacional de Estudios Profesional de Aragón (ENEP- Aragón).
Periodismo y comunicación colectiva.
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM).
Ciencias de la comunicación.
Universidad Nacional Autónoma de México Periodismo y comunicación
(UNAM). colectiva.Universidad Anáhuac. 4 Ciencias de la comunicación
social. Universidad Latinoamericana. Comunicación y relaciones
públicas.Universidad del Tepeyac. Ciencias y técnicas de la
comunicación.Universidad del Valle de México. Ciencias de la comunicación.Universidad Intercontinental. Ciencias de la comunicación.
Durango (1). Instituto Superior de Ciencia y Tecnología. Ciencias de la comunicación.Guanajuato (1). Universidad del Bajío. Periodismo y ciencias de la
comunicación.Jalisco (3). Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores
de Occidente (ITESO).Ciencias de la comunicación.
Universidad Autónoma de Guadalajara. Periodismo y comunicación colectiva.
Instituto Superior del Valle de Atemajac. Comunicación.Estado de México (2).
Universidad del Nuevo Mundo. Comunicación.
Escuela Nacional de Estudios Profesional de Acatlán (ENEP- Acatlán).
Periodismo y comunicación colectiva.
Nuevo León (4). Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Ciencias de la comunicación.Universidad Autónoma de Nuevo León. Periodismo.Universidad de Monterrey. Ciencias de la información.Universidad Regiomontana. Ciencias de la comunicación.
Sinaloa (2). Universidad Autónoma de Sinaloa. Ciencias de la comunicación.Universidad del Pacífico. Relaciones públicas.
Tamaulipas (1). Universidad del Noroeste. Ciencias de la comunicación.Veracruz (1). Universidad Veracruzana. Periodismo.
Fuente: Jesús Pablo Tenorio: “Las escuelas de periodismo ante la crisis”. En Crisis y comunicación en México. IV Encuentro Nacional CONEICC. Tomo II. Marzo de 1986. México. Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.
Sin duda alguna sorprende el hecho de que sólo dos de las 25 escuelas y universidades que
fueron consideradas en la tabla anterior (la Universidad Latinoamericana y la Universidad
del Pacífico) entonces manifestaban particular interés por el estudio de las relaciones
públicas, distanciándose sensiblemente del enfoque que observaban las 23 escuelas
restantes, las cuales sólo reconocían la disyuntiva de poder impartir la licenciatura en
periodismo o la licenciatura en ciencias de la comunicación, con diferencias poco
significativas.
1.3 Rudos contra científicos y “apocalípticos” contra integrados, a tres caídas y sin límite de tiempo
Durante la década de 1970 no pocos académicos e investigadores de la comunicación en
América Latina razonaron todo conocimiento posible en las ciencias de la comunicación,
desde la intolerante perspectiva del llamado “paradigma del imperialismo cultural”.
Las tesis del reconocido marxista italiano Antonio Gramsci, y las teorías del tristemente
célebre pensador francés Louis Althusser, relativas al desempeño que admiten los
aparatos ideológicos del Estado en las formaciones capitalistas avanzadas (AIEs), en
México fueron afirmadas por no pocos académicos e investigadores de la comunicación
como auténticos dogmas de fe.
Al amparo de esa radical lectura, los medios de difusión colectiva irremediablemente
estaban al servicio de la burguesía, y destinados a garantizar la efectiva reproducción
ampliada de la ideología dominante, contribuyendo además a la realización de la
reproducción ampliada de la calificación diversificada de la fuerza de trabajo. En las
formaciones capitalistas más avanzadas, los medios de difusión colectiva habían
adquirido la condición de aparatos ideológicos hegemónicos, desplazando a un segundo
plano a la familia y a la escuela en la tarea de garantizar la reproducción ampliada de la
ideología dominante y la reproducción ampliada de la calificación diversificada de la
fuerza de trabajo.
Algunos académicos e investigadores de la comunicación en México, y también, por
supuesto, en América Latina, afirmaron la validez de tales planteamientos como dogmas
irrefutables. Los excesos –hoy finalmente ya han empezado a aceptarse así- representaron
una auténtica deformación del trabajo intelectual de los comunicólogos, como reconoce
Raúl Fuentes Navarro (1992: 92), destacado investigador del ITESO, quien para exhibir
el estrecho radicalismo en el cual incurrieron los presuntos depositarios de la verdad
absoluta, cita algunos párrafos de la tesis profesional de Daniel Carlos Gutiérrez Rohan:
“(...) dentro de la práctica científica de la ciencia de la comunicación, la investigación es aceptada cuando funciona para el sistema general, adecuándose a los objetivos racionales establecidos, cuando cumple el papel de reproductora y encubridora de las relaciones de producción y de explotación dentro del sistema capitalista (...) Solamente en aquellos casos en que su práctica científica produce estructuras teóricas susceptibles
de ser utilizadas por la mercadotecnia, las campañas electorales, el cambio de actitudes, sólo por mencionar tres ejemplos, es cuando se les otorga una validez científica (...) Entonces, cuando la ciencia de la comunicación deje de encubrir y diluir los conflictos y contradicciones producidos en el capitalismo y los aborde como en realidad son, desde sus causas, desde sus orígenes, hasta sus resultados y efectos, la ciencia de la comunicación superará las implicaciones ideológicas que tiene” (Fuentes, 1992: 92).
El estudio de las relaciones públicas, la comunicación organizacional, la publicidad, la
investigación sobre las tecnologías de información, así como muchos otros temas que hoy
perfectamente pueden ser considerados como indispensables en cualquier plan de
estudios de la licenciatura en ciencias de la comunicación, entonces fueron
menospreciados por no pocos académicos e investigadores de la comunicación, por
considerárseles asuntos de menor jerarquía conceptual en la reflexión comunicológica o,
en el caso particular de las tecnologías de información, invariablemente su lectura se
limitaba a la denuncia por servir de instrumentos subordinados a propósitos de control
ideológico, conforme a las tesis propuestas por celebridades, como el belga Armand
Mattelart.
En algunas escuelas y universidades en las cuales se impartía la licenciatura en
comunicación o algunas carreras afines, inclusive se llegó al extremo de etiquetar a las
relaciones públicas y a la comunicación organizacional como “preocupaciones de
carácter funcionalista”, y consecuentemente sospechosas y despreciables, situación que
automáticamente las convertía en asignaturas incómodas o francamente irrelevantes en el
proceso de formación de comunicólogos verdaderamente “críticos”.
La descalificación de todos los esquemas interpretativos que pudieran contradecir las
tesis del llamado Paradigma del Imperialismo Cultural, particularmente aquellos que
fueron designados como “funcionalistas” -clasificación que incluso se extendió a la obra
del célebre pensador canadiense Marshall McLuhan-, sin duda alguna adquirió el carácter
de una negativa constante en la enseñanza de las ciencias de la comunicación en tan
“revolucionarios” días, tal como reconoce el destacado investigador español Miquel de
Moragas (1997: 28):
“El interés preferente por los aspectos ideológicos de los discursos sociales impidió a muchos analistas comprender la validez de las principales intuiciones de McLuhan respecto de los cambios en los usos de los medios, o respecto de las distintas relaciones culturales que pueden establecerse entre los medios y sus receptores”.
En la investigación de la comunicación que se realizó durante la década de 1970 en
América Latina imperó el “teoricismo” –término propuesto por Daniel Prieto para
designar el trabajo teórico improductivo que durante esos años realizaron no pocos
académicos e investigadores de la comunicación-. Al respecto, el destacado investigador
Enrique Sánchez Ruiz (1994: 35) señala:
“(...) se tomaron ciertos dogmas y ciertas verdades absolutas que impedían hacer la investigación concreta. A los investigadores latinoamericanos en los años sesenta y setenta se les olvidaban operar con rigor las teorías, las metodologías y las técnicas de investigación. Entonces elaboraban un discurso muy acabado, a veces con un respaldo factual, pero no dejaba de ser discurso”.
Ya avanzada la década de 1970, las discusiones relativas a la reglamentación del derecho a
la información en México despertaron un gran interés entre académicos e investigadores
de la comunicación. El primero de diciembre de 1976, en su toma de posesión como
presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos para el periodo 1976-1982,
José López Portillo expresó la necesidad de emprender la reglamentación el derecho a la
información, el cual estaba considerado en los artículos sexto y séptimo de la Constitución
de los Estados Unidos Mexicanos. El entonces presidente de México declaró:
“En el caso de la información no basta con abrir la oportunidad legal y libre para que haya información y comunicación. En una economía mixta en la que los procesos mercantiles también se garantizan, menester es garantizar que quienes por la fortuna no tienen medios, tengan sí la seguridad de informar y ser informados” (Solís, 2001: II).
Durante los primeros años de su gobierno José López Portillo manifestó particular interés
por impulsar la reglamentación del derecho a la información. El 30 de diciembre de 1977
fue presentada en el Congreso de la Unión una iniciativa de ley, la cual modificaba 17
artículos constitucionales, concediendo a los partidos políticos el acceso permanente a la
radio y la televisión. Como las implicaciones de la referida iniciativa efectivamente
afectaban no pocos de los privilegios metaconstitucionales que habían logrado acumular
los concesionarios y propietarios de los medios de comunicación masiva, ese poderoso
grupo de presión no titubeó un solo instante en conformar un frente común, dispuesto a
oponerse por todos los medios posibles a la referida iniciativa.
De acuerdo con información que fue publicada en el semanario Proceso -refiere la
investigadora Beatriz Solís-, los propietarios y concesionarios de medios masivos de
comunicación emprendieron una costosa campaña propagandística orientada a descalificar
la iniciativa de reglamentar el derecho a la información. En más de 481 artículos que
fueron publicados en 17 periódicos y 8 revistas, la iniciativa fue calificada con los
siguientes adjetivos: “intento fascista”, “totalitaria”, “comunista” y “mordaza”.5
Es indispensable reconocer que durante la administración del presidente Luis Echeverría
Álvarez (1970-1976) fue ejercida una caótica presión sobre los concesionarios de la
televisión, quienes optaron por dejar a un lado el incipiente sistema de competencia que
habían establecido apenas unos años antes las dos grandes cadenas de televisión del país:
Telesistema Mexicano (canales 2, 4 y 5) y Televisión Independiente de México (canal 8),
procediendo a conformar una sola televisora: Televisión Vía Satélite (Televisa). El
presidente Luis Echeverría tenía el propósito de asumir el control absoluto sobre la
industria de la televisión en México, de acuerdo con información que años después fue
publicada en el semanario Proceso.
Al presidente Luis Echeverría además se acusa de haber perpetrado deleznables maniobras
para despojar al coronel García Valseca de su importante cadena periodística -la cual
inexplicablemente quedó en manos del empresario mueblero Mario Vázquez Raña-, y de
haber desplazado de la dirección del periódico Excélsior –entonces el más importante del
país- al destacado periodista Julio Scherer García para imponer a un incondicional suyo:
Regino Díaz Redondo, quien el año pasado fue expulsado de Excélsior por los propios
cooperativistas, acusándole de malversación de fondos.
Tales antecedentes permiten explicar la firme oposición que presentaron los
concesionarios de la radio y la televisión a la iniciativa de reglamentar el derecho a la
información durante el gobierno del presidente José López Portillo.
Ante la efectiva presión que lograron ejercer los industriales de la radio y la televisión en
México sobre la opinión pública, el gobierno de López Portillo finalmente decidió abortar
la iniciativa de reglamentar el derecho a la información. De acuerdo con Sergio López
Ayllón –citado por el destacado periodista Rafael Rodríguez Castañeda-, esa iniciativa no
prosperó porque:
“A pesar de haberse incluido el derecho a la información en la Constitución, el balance hace que se considere que fue un periodo de indecisiones, acciones contradictorias y mucha tinta. El último año se inclinó la balanza hacia las posiciones y acciones más conservadoras. En realidad, creemos que la reglamentación del derecho no prosperó, pues además de afectar intereses poderosos de los propietarios de los medios de comunicación, iba a poner en orden muchas en el ámbito del Estado. Como hemos dicho, en muchos casos, el derecho se iba a ejercer contra el Estado limitando la acción y ámbito de influencia de muchos funcionarios que a la fecha actúan a su eterno arbitrio” (Rodríguez Castañeda, 1992: 253).
Desde aquellos días, en repetidas ocasiones los concesionarios de la radio y la televisión
han opuesto una decidida resistencia a toda iniciativa que pudiera reabrir el tema de la
reglamentación al derecho a la información, el cual se proyecta hasta nuestros días como
una asignatura pendiente para el actual gobierno.
Al margen de lo establecido en la ley, e independientemente de insuficiencias y lagunas
jurídicas, durante los gobiernos de la “presidencia imperial” (1929-2000) los
concesionarios de la radio y la televisión mexicana han conseguido renovar concesiones,
incrementar el número de sus frecuencias, lograr que algunas de sus deudas fuesen
condonadas, e inclusive suspender o impedir la aplicación de determinadas leyes. Los
amplios privilegios metaconstitucionales que alcanzaron los concesionarios de la radio y
televisión en México en tiempos del PRI no han sido modificados por el gobierno del
presidente Vicente Fox. 6
Las relaciones entre el gobierno y los periodistas históricamente han resultado
particularmente conflictivas en México. Para explicar cuan intrincadas son acudimos a la
autorizada opinión del periodista Rafael Rodríguez Castañeda (1992: 13), actual director
del semanario Proceso, quien afirma:
“En los últimos cinco decenios prensa y gobierno en México han vivido enredados en una trama de relaciones equívocas. Resulta poco menos que imposible precisar dónde se originan los vicios que desde los años cuarenta entorpecen, enrarecen y distorsionan la información periodística en el país: ¿en la mano que pide, en la mano que soborna, en la mano que recibe, en la mano que golpea? En la insana relación prensa-gobierno se mezclan los intereses económicos, políticos y aún facciosos –locales, regionales o nacionales-, que utilizan a los medios impresos como instrumentos de influencia o presión. Y también, por supuesto, los intereses muy particulares de periodistas, políticos y funcionarios. De sexenio a sexenio, de Presidente a Presidente, la situación prevalece: un gobierno que ejerce el autoritarismo prácticamente sin limitaciones; una prensa en su mayoría domesticada; y un público que desconfía por igual de la prensa y del gobierno. Desde el funcionario de más bajo nivel hasta el Presidente de la República, las instancias gubernamentales han asumido la tarea de cortejar, corromper y aun reprimir en la búsqueda de una prensa sumisa e incondicional. En contraparte, muchos periódicos y periodistas--desde los reporteros de nota roja hasta directores y gerentes— han hecho suyo el hábito de cortejar y dejarse cortejar, adular, corromperse, chantajear, someterse, ponerse al servicio del gobierno en su conjunto o del funcionario en lo personal, con las excepciones de quienes están dispuestos a enfrentar los riesgos de romper las reglas del juego”.
Julio Scherer García, director fundador del semanario Proceso, y sin duda alguna uno de
los periodistas más importantes en México, en el libro Los presidentes acudió al reportero
Elías Chávez quien emprendió una escueta revisión histórica sobre la forma cómo
empezó a extenderse la distribución del embute a los periodistas durante el gobierno del
presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). El reparto del “chayote” se ha convertido en
una auténtica gangrena para el desarrollo del periodismo independiente en México:
“El chayote florece a su máximo esplendor desde que Gustavo Díaz Ordaz institucionalizó su irrigación. Mientras el entonces presidente de la República pronunciaba un día de 1966 el discurso inaugural de un sistema de riego en el estado de Tlaxcala, entre los reporteros corría la voz: “¿Ves aquel chayote? Están echándole agua. Ve allá.” Allá, semioculto por la trepadora herbácea, un funcionario de la Presidencia entregaba el chayote, nombre con el que entonces se conoce el embute en las oficinas de prensa. Tan popular se volvió que su entrega dejó de ser oculta (...) Para recibir un
chayote –en ocasiones fundamental para su sobrevivencia-, los reporteros, muchos con un sueldo menor al mínimo, aparecen como los más corruptos del periodismo nacional, mientras sus patrones, potentados cuya riqueza y negocios tienen origen en la manipulación de la información, son conocidos como personas honorables. El chayote creció y se institucionalizó, aunque su florecimiento máximo se da en cada campaña del PRI a la Presidencia de la República (...) Tan natural era dar o recibir chayotes que de la inconciencia se pasó al cinismo: un reportero (¿de El Nacional?), en su crónica acerca de una “reunión Popular para la Planeación titulada “Agua y Desarrollo”, organizada por el IEPES en Sonora, escribió –y así se publicó: “... los periodistas que cubren la campaña electoral presentaron una ponencia para que se aumente el riego del chayote” (Scherer García, 1986: 162-164).
Al respecto el destacado periodista Raymundo Riva Palacio (1990: 24) añade:
“La impunidad con que se mantienen los viejos esquemas de corrupción en la prensa capitalina, son inconcebibles para la sociedad moderna (...) No pueden existir ya más jefes de prensa que corrompan a los periodistas, que no son lo más corrupto del sistema pero sí a quien se fustiga por ello. Las prebendas, las gratificaciones, o los embutes como coloquialmente se conoce al dinero allegado irregularmente, son utilizados por un buen número de empresarios periodísticos como complemento a los salarios que pagan, lo cual es una desviación ética y profesional. No son pocos los dueños de periódicos que, cínicamente, llegan a decir que pagan bajos salarios porque las fuentes de información, complementan la paga. De esa manera, los periódicos reciben un subsidio adicional muy peculiar, que abate los costos de las nóminas y, así incrementan las ganancias”.
Dada la lógica trascendencia de la iniciativa de reglamentar en México el derecho a la
información, destacados académicos e investigadores de la comunicación participaron en
las mesas de análisis y de discusión sobre la referida iniciativa, unos afirmando la
necesidad de emprender profundas reformas y otros pronunciándose en favor de no
introducir ningún tipo de modificaciones por considerar que cualquier cambio en el
marco legal existente atentaría contra la libertad de expresión.
De acuerdo con el investigador Raúl Fuentes Navarro (1991: 95), la iniciativa de
reglamentar el derecho a la información y la realización de la XXX Conferencia Anual de
la International Communication Association (ICA) -en mayo de 1980, en Acapulco-,
agudizaron las sensibles diferencias que ya exhibían muchos académicos e investigadores
de la comunicación:
“La polémica metodológica, con fuertes implicaciones políticas, establecida entre los investigadores mexicanos en los setenta, desvió y deformó el trabajo de investigación, se convirtió en un torneo de descalificaciones y adjetivos e implantó por un tiempo el maniqueísmo más feroz en el estudio de la comunicación. Los primeros años de la AMIC pusieron en evidencia esta sobre-ideologización que apenas empezaba a superarse. Dos eventos especialmente: la realización en Acapulco de la XXX Conferencia Anual de la International Communication Association (ICA) en mayo de 1980 con el copatrocinio del gobierno mexicano, y las audiencias públicas sobre la reglamentación del derecho a la información alrededor de las mismas fechas, fermentaron la expresión y el ahondamiento de las diferencias entre los investigadores”
En 1979 fue fundada la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación
(AMIC). A diferencia de CONEICC, organismo en el cual participan representantes
institucionales de las escuelas y universidades que imparten la licenciatura en periodismo,
comunicación o carreras afines, además de programas de posgrado en comunicación, y en
la cual también participan algunos destacados investigadores como miembros a “título
personal”, AMIC fue concebida como una asociación en la cual específicamente
intervendrían académicos e investigadores de la comunicación, independientemente de
las instituciones educativas. La destacada investigadora de la comunicación Fátima
Fernández, primer presidente de AMIC, refiere el contexto histórico y las condiciones
generales en las cuales surgió ese organismo:
“Hoy en día podríamos decir que existen dos grandes grupos o corrientes. Por un lado, los depositarios de la herencia funcionalista, que es un grupo muy grande. Dentro de esta corriente hay una muy larga lista de investigadores, o mejor dicho, gente que estudió Comunicación, que no tuvo formación sociológica que necesita un investigador y que han hecho, o más bien han tratado de medir efectos de determinados programas de televisión en distintos grupos humanos con una serie de variables que explican, cuando no describen, aspectos parciales del fenómeno. Por otro lado, hay ese grupo que habiendo conocido la escuela funcionalista la dejó de lado por tener, posiblemente, una formación en materialismo histórico; ellos van creando una escuela que no tiene aún consistencia teórica. Este grupo, llamado por algunos corriente crítica, busca desarrollar una teoría que explique el fenómeno de la comunicación de una forma global, a diferencia del funcionalismo y el estructuralismo; sin llegar a ser todavía una teoría marxista de los medios, intenta seriamente serlo. Quedán también algunos residuos del Mattelartismo y de marcoteoricismo flotando por ahí. (...) En la AMIC no queremos ser sectarios ni partidarios de una sola corriente. Consideramos que la discusión es de todos. Cada
quien está decidido por un grupo en particular y cada quien tiene una serie de cosas que decir; queremos que la asociación sea un foro de convergencias, nunca de divergencias. Lo esencial es podernos sentar a discutir; esperamos que esto se mantenga, aunque finalmente será la coyuntura la que hará que se expliciten las diferencias que vienen de mucho más para atrás” (Fuentes, 1991: 95-96).
En el marco de las audiencias públicas que durante el gobierno de José López Portillo se
realizaron sobre la reglamentación del derecho a la información, el 3 de julio de 1980 un
grupo de investigadores de la AMIC entregó al Congreso de la Unión sus
recomendaciones en la materia, a través de un documento de 420 páginas. El radicalismo
asumido en el referido debate político, y el sensible descuido de aspectos académicos
fundamentales –reconoce el investigador Raúl Fuentes Navarro- orillaron a que algunos
miembros fundadores de la AMIC decidieran separarse de esa asociación.
Además de las diferencias y divisiones suscitadas entre académicos e investigadores de la
comunicación, particularmente entre aquellos que expresaron los puntos de vista más
radicales, ya sea a favor o en contra de la iniciativa de reglamentar el derecho a la
información, como lógica secuela de los acontecimientos, los concesionarios de la radio y
la televisión afirmaron la desconfianza que ya habían venido manifestando hacia la
mayoría de los académicos e investigadores de la comunicación en México, y
particularmente hacia aquellos que en el marco de las discusiones relativas a la
reglamentación del derecho a la información habían expresado las denuncias y objeciones
más enérgicas a los concesionarios de la televisión.
Sin embargo, de forma por demás injusta, la desconfianza de los concesionarios de la
radio y televisión, así como de los propietarios de muchos medios impresos, se extendió
hacia los egresados de aquellas universidades en las cuales impartían cátedra los
académicos e investigadores que asumieron las críticas más radicales. Las miradas
excluyentes de unos y otros inhibieron toda posibilidad de diálogo, profundizándose el
distanciamiento de los medios y de la academia. Los egresados de la licenciatura en
ciencias de la Comunicación sin duda alguna fueron los más perjudicados. Les fue mucho
más difícil el poder incursionar a los medios de comunicación. 7
Mientras tanto, en 1981 fue fundada la Federación Latinoamericana de Facultades de
Comunicación Social (FELAFACS). Su actual presidente, Luis Núñez Gornés, estudió la
licenciatura en comunicación en la Universidad Anáhuac, y actualmente se desempeña
como responsable de extensión universitaria en la Universidad Iberoamericana, Unidad
Santa Fe.
El 8 de mayo de 1981, Luis Marcelino Farías –entonces el grisáceo presidente de la
Cámara de Diputados- dio por concluidas las discusiones relativas a la reglamentación
del derecho a la información de la siguiente manera:
“El cuerpo legislativo de la Cámara de Diputados no ha encontrado la fórmula para reglamentar el derecho a la información. Por así decirlo, no le encontramos la cuadratura al círculo”.
Con tan memorable frase, el gobierno de López Portillo renunció a la enorme
responsabilidad histórica de proceder a reglamentar el derecho a la información. Por esas
fechas todavía un amplio número de académicos e investigadores de las ciencias sociales,
principalmente aquellos que simpatizaban con algunas de las tesis más arraigadas en la
izquierda histórica, todavía confiaban en la posibilidad de que el Estado mexicano algún
día decidiera enfrentarse a la “nefasta oligarquía burguesa”.
En el último informe de gobierno, el presidente José López Portillo anunció su propósito
de “nacionalizar la banca”. Con el paso de los años sin duda alguna sorprende la forma
cómo los concesionarios de la radio y televisión consiguieron doblegar al presidente José
López Portillo, quien al amparo de un recurso populista pretendió pasar a la historia
como el presidente que “nacionalizó la banca”, enfrentándose a los poderos banqueros.
Ese hecho definitivamente fracturó la confianza que la iniciativa privada había
depositado en el sistema político mexicano. La nacionalización de la banca marcó el
principio del fin de aquello que Octavio Paz –siempre indispensable- designó como “el
ogro filantrópico”.
1.3 La derrota profesional
“The day after”
La década de 1980 ha sido considerada por algunos especialistas como la “década
perdida de la América Latina”. El crecimiento económico que a lo largo de esos años
registraron los países de la región prácticamente fue nulo, y en el mejor de los casos
incipiente. La década de 1980 en México fue sumamente difícil para los egresados de la
licenciatura en ciencias de la comunicación, periodismo o carreras afines. Inclusive a
finales de la década de 1980, Televisa consideró la posibilidad de abrir su propia
universidad.
La señal fue muy clara. El principal consorcio televisivo del país rechazó a los egresados
de la licenciatura en comunicación o carreras afines por considerarles
sobreideologizados. En la mayoría de los medios de comunicación en México, los
licenciados en ciencias de la comunicación sistemáticamente fueron despreciados por los
empleadores.
Tras las desalentadoras conclusiones de las discusiones y debates en torno a la iniciativa
de reglamentar el derecho a la información, paulatinamente los investigadores de la
comunicación en México repararon en la necesidad de introducir nuevos
cuestionamientos con el propósito de reorientar el horizonte reflexivo de las ciencias de
la comunicación. Las ciencias de la comunicación habían adquirido el rango de una
“profesión en peligro”. De acuerdo con José Carlos Lozano (1995:15), destacado
investigador del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey:
“En la década de los ochenta y a principios de los noventa, las teorías de la comunicación en México y América Latina han experimentado una renovación saludable y necesaria. Importantes investigadores de la comunicación han criticado la sobreideologización de los enfoques teóricos, la escasa producción técnica de los autores en los diferentes métodos cuantitativos y cualitativos de investigación, y el divorcio inadecuado entre los estudiosos de la comunicación y los profesionales de la misma”.
A comienzos de la década de 1990, algunos académicos e investigadores de la
comunicación, como Guillermo Orozco Gómez (1992: 116), oportunamente advirtieron
que el panorama que presentaban los estudios de comunicación en México
definitivamente resultaba crítico:
“La deficiencia congénita de los estudios sobre comunicación se traduce actualmente en el hecho de que los académicos de la comunicación, estamos a punto de ser completamente irrelevantes para la sociedad en general y en particular para la formación de nuevos comunicadores. Los mercados laborales están fuera de nuestro control; no logramos que los empleadores acepten nuestros productos; los comunicadores recién egresados no tienen una identidad o en todo caso tienen una identidad 6difusa ante sí mismos como profesionistas de la comunicación. Hemos improvisado a los docentes a que la expansión galopante, desarticulada y caprichosa de facultades de comunicación en suelo latinoamericano. Hemos dirigido la investigación a problemáticas o de moda o derivadas de intereses personalistas, desvinculando la producción de conocimiento de la formación de nuevos profesionistas. Y seguimos aferrados a sostenes disciplinarios que cada vez nos oscurecen más la salida”.
En el marco de la XXX Asamblea General del Consejo Nacional para la Enseñanza y la
Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC), evento que se llevó a cabo
durante los días 10 y 11 de octubre, en Guadalajara, la Unidad de Opinión Pública de la
Revista Mexicana de Comunicación –la más importante publicación impresa en México
especializada en temas de comunicación- aplicó una encuesta a un grupo representativo de
académicos e investigadores de las ciencias de la comunicación, quienes precisamente
habían asistido a la referida asamblea del CONEICC. Los resultados de la pregunta relativa
a la calidad de los planes de estudios fueron los siguientes:
Los planes de estudio de las carreras de comunicación proporcionanUna regular preparación 37%Una preparación mínima 36%Una preparación completa 15%Muchos elementos teóricos por complementar
6%
No contestó 6%
Fuente: Bertha Hernández y Juan Antonio Barrera: “Investigación y docencia en comunicación: aquí tampoco las cosas son fáciles”. En Revista Mexicana de Comunicación. Número 14. Noviembre-diciembre de 1990, página 24.
El 79% de los académicos e investigadores que fueron encuestados por la Unidad de
Opinión Pública de la Revista Mexicana de Comunicación expresó que los programas de
estudio de las carreras de comunicación proporcionaban una cuestionable preparación.
De acuerdo con el investigador Daniel Prieto Castillo -citado por el investigador Marcelino
Bisbal- en 1993 el número estimado de estudiantes de la licenciatura en ciencias de la
comunicación en América Latina ya ascendía a 150 mil. Con respecto a la indiscriminada
apertura de escuelas en las cuales empezó a impartirse la licenciatura en ciencias de la
comunicación, Daniel Prieto afirma:
“(...) no puedo menos que aterrarme ante la fundación vertiginosa de escuelas y facultades de comunicación (...) Esta proliferación de escuelas me parece una improvisación violentísima que causa daño. Pienso que hay mucha gente que aprovechando el boom, el interés de los estudiantes. Se calcula que hay 150 mil estudiantes de comunicación en América Latina, y tal parece que no es mal negocio. No dudo que haya gente honesta, no quiero crucificar a nadie, pero de repente en un año nacen tres, cuatro, cinco escuelas de comunicación y uno no sabe cómo nacen. Se crean con cuatro improvisados que juntan unos cuantos planes de estudio, sacan una materia de aquí y otra de allá y se instalan en un local al que hay que entrar de perfil y hablar con la boca torcida porque si hablas de frente no cabes”. (Bisbal, 2001:16)
En México, y en realidad en la mayor parte de América Latina, la licenciatura en ciencias
de la comunicación y los programas de posgrado que se desprenden de ésta enfrentan una
delicada crisis, la cual pocos académicos e investigadores de la comunicación en la región
se atreven a reconocer en su profundidad y en sus verdaderos alcances. Hasta la fecha,
afirma el destacado investigador Enrique Sánchez Ruiz, no disponemos de un marco
disciplinario que permita afirmar la existencia de las ciencias de la comunicación, a pesar
de la proliferación de una multiplicidad de teorías. En la mayoría de las escuelas de
comunicación en México, en realidad lo que se enseña son técnicas de intervención
comunicacional:
“(...) es casi un lugar común, por lo menos en México, que lo que se enseña en las escuelas de comunicación suele no tener mucha relación directa con lo que se investiga en el campo (ni viceversa). Se habla, pues, de una desarticulación múltiple que incluye, además de la enseñanza y la investigación, los campos profesionales –de hecho, también diversos- de los comunicadores. De todo lo anterior se derivan una primera serie de
retos fundamentales para quienes poblamos este campo sociocultural de la comunicación. Uno es reconocer, y asumir como reto, que no tenemos ni hemos tenido un campo disciplinar propio, sino un dominio de estudio, más o menos común, alrededor del cual se ha conformado nuestro campo sociocultural. Y dos, que tal dominio ha sido, es y probablemente tendrá que seguir siendo, una encrucijada Inter. Y transdisciplinaria, dentro de las ciencias sociales y humanidades” (Sánchez Ruiz, 1997: 6).
Al margen de las adversidades que enfrentaban los egresados de las licenciaturas en
ciencias de la comunicación o carreras afines para poder incorporarse al mercado
profesional, durante la década de 1990 de nueva cuenta se registró un significativo
incremento en el número de escuelas y universidades en México que empezaron a impartir
la licenciatura en ciencias de la comunicación o carreras afines, en condiciones similares a
las ya descritas por el destacado investigador Daniel Prieto.
Al respecto, Claudia Benassini Félix, reconocida investigadora de la Universidad
Iberoamericana, estimaba que en México, en el año 2001, por lo menos 190 escuelas y
universidades ya impartían la licenciatura en ciencias de la comunicación o algunas carreras
afines. Como algunas instituciones no se limitan a impartir la licenciatura en ciencias de la
comunicación y simultáneamente ofrecen algunas carreras afines, como periodismo,
publicidad, fotografía o relaciones públicas –entre otras-, el total de escuelas y
universidades en las cuales se imparte la licenciatura en ciencias de la comunicación,
carreras afines o programas de posgrado, ascendía a poco más de 250. Entonces el total de
estudiantes de la licenciatura en ciencias de la comunicación se estimaba en 50,000, y de
acuerdo con las estadísticas relativas a la demanda nacional de educación profesional, esta
carrera ocupaba el octavo lugar. Claudia Benassini (2001: 46) concluye:
“Los datos hasta aquí resumidos cobran relevancia nuevamente a la luz de los planes de estudio. La mayoría de las escuelas de comunicación y afines continúa privilegiando los campos tradicionales para el ejercicio de la profesión, a pesar de que la mayoría están saturados. En consecuencia los egresados han visto disminuidas sus oportunidades de empleo o bien, los espacios considerados como nuevos en su momento –y muchas veces los tradicionales- se ocupan de manera creciente por egresados de Licenciaturas a veces afines y a veces incompatibles a primer vista, a la vez que comienzan a aparecer egresados de Licenciaturas de más reciente expansión –como Relaciones Internacionales- que también compiten con los comunicadores en diversos campos profesionales. En este sentido, al menos en una gran parte del país los empleadores continúan con la
tendencia a ubicar a los comunicólogos trabajando en los medios –en el mejor de los casos en la publicidad- y no lo identifican trabajando en una empresa, sea cual sea su carácter. Aunado a este panorama, es creciente el número de empleadores que, conociendo las características y la formación del comunicador, reconocen que no está dotado de los conocimientos, competencias y habilidades requeridas para formar parte de su empresa, por lo que prefieren contratar a egresados de otras Licenciaturas”.
En los años recientes, destacados académicos e investigadores de la comunicación en
México han empezado a realizar las funciones de consultores en aspectos estratégicos de
comunicación para algunos organismos o dependencias gubernamentales, y también han
empezado a desempeñarse como asesores de destacados funcionarios públicos.
Beatriz Solís se desempeña como asesora de Javier Corral, senador por el estado de
Chihuahua y quien además funge como presidente de la Comisión de Comunicaciones y
Transportes del Senado de la República. Durante los tres últimos años de gobierno del
presidente Ernesto Zedillo (1997-2000), Javier Corral Jurado se desempeñó como diputado
federal. Beatriz Solís participó intensamente en las discusiones relativas a la
reglamentación del derecho a la información en el gobierno de José López Portillo (1976-
1982) e insistentemente ha pugnando por cambiar los modelos de desarrollo de la radio y la
televisión en México, además de incorporar la figura del ombusman de la comunicación en
el gobierno.
El doctor Javier Esteinou Madrid –destacado investigador de la Universidad Autónoma
Metropolitana Unidad Xochimilco- y sin duda alguna el más prolífico investigador de la
comunicación en México, actualmente se desempeña como asesor en el Canal Legislativo
del Congreso de la Unión.
La doctora Fátima Fernández –investigadora de la UNAM- actualmente asesora a José Luis
Durán Reveles, subsecretario de Gobernación.
El doctor Carlos Fernández Collado, ex rector de la Universidad de Celaya, durante la
presente administración se ha desempeñado como responsable de la Dirección de Radio,
Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación; secretario particular de la
señora Marta Sahagún -esposa del presidente Vicente Fox-; y durante los primeros días del
año en curso, el destacado especialista en comunicación organizacional -quien como pocos
académicos e investigadores de la comunicación en Iberoamérica conocen la obra de
Marshall McLuhan- ingresó a la Dirección General de Comunicación Social de la
Presidencia de la República.
La incursión de tan destacados académicos e investigadores de la comunicación, en áreas
estratégicas de comunicación social del actual gobierno, sin duda alguna admite ser
considerada como positiva. De su adecuado desempeño profesional en el sector público en
buena medida dependerá la credibilidad y utilidad práctica que se conceda a los licenciados
en ciencias de la comunicación en los próximos años. Los retos que ellos habrán de
enfrentar de ninguna manera resultarán sencillos. Durante el gobierno de José López
Portillo, algunos de los referidos investigadores –particularmente Beatriz Solís, Fátima
Fernández y Javier Esteinou- participaron activamente en las mesas de discusión sobre la
reglamentación al derecho a la información, pronunciándose a favor de ésta. Hoy
nuevamente se ventila la posibilidad de reglamentar el derecho a la información, y los
concesionarios de la radio y televisión de ninguna manera pretenden perder los privilegios
adquiridos en los tiempos de la “presidencia imperial”.
2 El dulce encanto de las sirenas
“Cuando Zaratustra llegó a la primera ciudad que se alzaba al borde del bosque, encontró en la plaza a un gran gentío que se había reunido para presenciar la actuación de un volatinero. Y Zaratustra se dirigió a la gente diciendo: Yo os muestro al superhombre. El hombre es algo que hay que superar. ¿Qué habéis hecho para superarlo?
Federico Nietzsche Así habló Zaratustra
2.1 Las Relaciones Públicas 8
Las relaciones públicas, como reconocen sus principales teóricos, son una disciplina que
todavía se encuentra en proceso de formación 9 y aún se debate si admiten ser consideradas
como una disciplina subordinada a las ciencias de la comunicación o si son susceptibles de
interpretarse como una disciplina autónoma e independiente.
Algunos profesionales de las relaciones públicas afirman -no sin cierta ironía- que las
relaciones públicas en México admiten ser consideradas como una especie de disciplina
“surrealista”, pues primero es indispensable establecer qué no son para entonces proceder a
definirlas. A tal confusión sin duda alguna contribuyen los “anuncios clasificados” que
todos los días se publican en los principales periódicos nacionales, en los cuales se solicitan
“bellas jóvenes para realizar actividades de relaciones públicas” –en el mejor de los casos,
en realidad tales empleadores desean contratar los servicios de edecanes-. También es
frecuente encontrar aquellos anuncios en los cuales se solicita “personal de ambos sexos”
para realizar actividades de relaciones públicas, el cual finalmente será canalizado a áreas
como ventas, promoción o telemarketing.
Por todo lo anterior, es posible afirmar que las relaciones públicas son una de las
profesiones más difamadas en México. Sin embargo, en los años recientes, los
profesionales de las relaciones públicas paulatinamente se han encargado de despejar los
negativos estereotipos que prevalecían sobre su trabajo, entre los cuales es posible
mencionar los siguientes:
Las relaciones públicas cumplen una función “cosmética” y de ninguna manera
admiten ser consideradas como prioritarias para el desarrollo de las organizaciones.
Representan un gasto superfluo.
Son un lujo que sólo las grandes empresas y corporaciones pueden darse.
Se trata de un sofisticado instrumento de manipulación que permite presentar, con
“gente bonita”, una atractiva imagen de las empresas.
Son una actividad frívola y superficial que bien puede postergarse para esperar a
que efectivamente lleguen los tiempos de prosperidad para la empresa.
Se trata de una actividad que sólo deben realizar las empresas, y no otras
instituciones, como sindicatos, partidos políticos, organismos no gubernamentales e
inclusive gobiernos. Se ve muy mal cuando lo hacen.
Sin relaciones públicas una organización perfectamente puede trabajar con el mismo
nivel de eficiencia.
Las relaciones públicas son el departamento de quejas, pero con un nombre
sofisticado.
Es el área dedicada a consentir a los periodistas “influyentes” que solicitan
información sobre la empresa.
Es el área encargada de enviar flores y telegramas de felicitación, publicar esquelas
y organizar los eventos especiales.
Los primeros antecedentes del ejercicio profesional de las relaciones públicas en México
admiten ubicarse en el año de 1949, cuando Federico Sánchez Fogarty abrió la primera
agencia de relaciones públicas -la Agencia Mexicana de Relaciones Públicas-. Sánchez
Fogarty fue un entusiasta promotor de las relaciones públicas en México. Su contribución
sin duda alguna fue definitiva en la fundación de la Asociación Mexicana de Profesionales
de Relaciones Públicas, la cual después de fusionarse con otros organismos derivó en la
Asociación Mexicana de Relaciones Públicas (AMRP).
En 1978, mientras se realizaban las audiencias públicas sobre la reglamentación del
derecho a la información, las cuales generaron gran interés en la mayoría de los académicos
e investigadores de la comunicación, los profesionales de las relaciones públicas de más de
70 países celebraron en la Ciudad de México, por iniciativa de la Asociación Mexicana de
Relaciones Públicas, la Primera Asamblea Mundial de Relaciones Públicas. En ese evento
los participantes suscribieron “el Acuerdo de México”, en el cual fue definido el sentido
que debe admitir el pertinente ejercicio profesional de las relaciones públicas:
“El ejercicio profesional de las relaciones públicas exige una acción planeada, con apoyo en la investigación, en la comunicación sistemática y en la participación programada, para elevar el nivel de entendimiento, solidaridad y colaboración entre una entidad pública o privada y los grupos sociales a ella vinculados, en un proceso de integración de intereses legítimos, para promover su desarrollo recíproco y el de la comunidad a la que pertenece”.
Las diferencias que surgieron entre los miembros de esa asociación, desafortunadamente
paralizaron las actividades que venía realizando la Asociación Mexicana de Relaciones
Públicas, la cual hoy sólo existe en el papel. En 1992 fue fundada la Academia Mexicana
de Relaciones Públicas. En 1995 ese organismo adoptó una nueva denominación:
Academia Nacional de Relaciones Públicas. También ese mismo año fue fundada la
Asociación Mexicana de Agencias Profesionales de Relaciones Públicas (PRORP).
En 1984 el Directorio de Agencias y Anunciantes -publicación especializada que dos veces
al año edita la empresa Medios Publicitarios Mexicanos-, únicamente consignaba la
existencia de 10 agencias de relaciones públicas en México. A partir de 1980 las principales
agencias de relaciones públicas de Estados Unidos empezaron a establecer sus respectivas
filiales en México, anticipando la posible formalización de un tratado de libre comercio
entre los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México, el cual efectivamente se concretó
y entró en vigor el primero de enero de 1994.
La primera agencia estadounidense de relaciones públicas que incursionó en el mercado
mexicano fue Grupo CGI, filial de Grey Inc, la cual en 1980 se asoció con la agencia
mexicana Alonso y Asociados, fundada en 1963 por Manuel Alonso Muñoz, uno de los
pioneros en el ejercicio profesional de las relaciones públicas en México, y quien durante el
gobierno del presidente Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) se desempeñó como
responsable de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la
República. La segunda agencia extranjera que estableció una representación en México fue
Burson Marsteller, filial de Young & Rubicam Inc. Burson Marsteller primero se asoció
con la agencia local Olmo Delta y posteriormente la compró. La empresa Manning Selvage
& Lee se asoció con Silvia Pendás, reconocida profesional de las relacional públicas,
convirtiéndose en la tercera agencia extranjera de relaciones públicas que se estableció en
México. Fleishman-Hillard optó por establecer una oficina propia. Edelman se asoció con
la agencia Comunicaciones Interamericanas, propiedad de Robert Benjamín y Robert
Prescott, y posteriormente compró esa agencia para establecer Edelman México. Ketchum
PR y Hill & Knowlton sostuvieron una breve alianza con Bruno Newman. Porter-Novelli se
asoció con la agencia local Martec. Golin/Harris formalizó una alianza estratégica con
Zimat, una agencia local que principalmente se dedicaba a las comunicaciones.
De acuerdo con el reporte anual que elaboraba la revista Adcebra, en el año 2000 las
agencias de relaciones públicas facturaron 474 millones de dólares. En el año 2001 ya
operaban en México más de cincuenta agencias de relaciones públicas, las cuales facturaron
600 millones de dólares, a pesar de la aguda recesión que ese año enfrentó la economía
mexicana.
La sostenida rentabilidad que en los años recientes ha alcanzado la industria de las
relaciones públicas en México, sin duda alguna permite afirmar a las relaciones públicas
como uno de los sectores más prósperos y dinámicos en el desarrollo de las profesiones
asociadas a las ciencias de la comunicación en México.
Según el Licenciado Carlos Bonilla, uno de los más destacados expertos en relaciones
públicas en México, actualmente en 36 escuelas o universidades de América Latina se
imparte la licenciatura en relaciones públicas o la correspondiente especialidad. Además las
relaciones públicas se han convertido en la tercera área de especialidad más importante en
las escuelas de comunicación, después de periodismo y publicidad. En Estados Unidos se
han publicado más de 150 libros sobre el tema de las relaciones públicas, algunos de los
cuales cuentan con varias ediciones. En América Latina sólo se han publicado unos 30
libros sobre el tema. En Brasil se han editado 14 libros de autores brasileños, y en Europa
se estima un reducido número de títulos publicados sobre el tema.
Hoy el ejercicio profesional de las relaciones públicas comprende, entre otras actividades,
el cuidado de la reputación corporativa, el desarrollo de la comunicación filantrópica, el
manejo de comunicación en situaciones de crisis, el cambio cultural en la organización, la
mercadotecnia social, el marketing político, la ingeniería en imagen, las relaciones públicas
digitales, el desarrollo de programas de comunicación estratégica con públicos financieros,
estrategias de información y servicio postventa, el cabildeo, el desarrollo de programas de
relaciones públicas especializadas para determinados sectores o industrias, como la
químico-farmacéutica, la industria de la informática, el manejo de conflictos sindicales, el
desarrollo de fusiones, etc.
De acuerdo con el sondeo que realizamos con directivos de primer nivel de algunas de las
principales agencias de relaciones públicas en México, cuando en esas agencias contratan
personal, en primera instancia consideran a egresados de la licenciatura en relaciones
públicas, y en segundo término a egresados de cualquier otra licenciatura –no
necesariamente a egresados de la licenciatura en ciencias de la comunicación-, destacando
egresados de las licenciaturas en relaciones internacionales, mercadotecnia, publicidad,
comercio internacional, administración, etc. Además las agencias de relaciones públicas
prefieren contratar a egresados de universidades privadas “de prestigio”.
2.2 La Comunicación Organizacional 10
La Asociación Mexicana de Comunicadores Organizacionales (AMCO) fue fundada en el
año de 1973 como Asociación Mexicana de Comunicaciones Internas (AMCI). Durante las
décadas de 1970 y 1980, en la AMCI participaron destacados comunicólogos interesados
en la comunicación organizacional o en las relaciones públicas, entre los cuales es posible
mencionar a Carlos Fernández Collado, Roberto Hernández Sampieri, Pilar Baptista, Carlos
Bonilla y Abraham Nosnik -quien sin duda alguna admite ser considerado como el más
prolífico investigador de la comunicación organizacional en México-. En esos días la
prestigiada Escuela de Comunicación de la Universidad Anáhuac ejercía una especie de
supremacía sobre la AMCI.
Ya avanzada la década de 1980, y con motivo de una agitada elección en la cual se
designaría a un nuevo presidente de ese organismo, las evidentes diferencias que
prevalecían entre los comunicólogos interesados en el tema de la comunicación
organizacional y aquellos interesados en las relaciones públicas se intensificaron, motivo
por el cual los comunicólogos interesados en el estudio de las relaciones públicas optaron
por abandonar AMCI para emprender, años después, la fundación de un organismo que
efectivamente respondiera a sus intereses profesionales.
En 1996 los miembros de AMCI decidieron modificar el nombre de ese organismo y
cambiaron la razón social, adoptando en lo sucesivo el nombre de AMCO (Asociación
Mexicana de Comunicadores Organizacionales). Destacados profesionales de la
comunicación organizacional se han desempeñado como presidentes de AMCO, como
Salvador Sánchez, Serafina Llano y Alejandro Berrocali.
En 1996 fue publicado el estudio “Similitudes, diferencias y perspectivas de la práctica de
las relaciones públicas en Canadá, Estados Unidos y México”, el cual fue realizado por
ZIMAT / Cinco, bajo la dirección del Licenciado Bruno Newman. Un año después AMCO
realizó un diagnóstico sobre el panorama laboral de los comunicadores organizacionales en
México, para identificar las posibles áreas de oportunidad profesional. Los resultados del
estudio fueron presentados durante el Encuentro Anual de AMCO, en noviembre de 1997.
En el año 2000 la AMCO emprendió un nuevo diagnóstico. El líder del proyecto fue el
Licenciado Jesús González Almaguer, entonces Presidente de AMCO, quien egresó de la
Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán (ENEP), quien actualmente labora
en la Universidad Anáhuac.
Los objetivos del referido estudio fueron:
Definir el perfil demográfico de los comunicadores organizacionales.
Identificar qué puestos ocupan los comunicadores organizacionales, el tipo de
empresas en las cuales trabajan y las tareas que desempeñan en éstas.
Detectar qué necesidades tienen los comunicadores organizacionales respecto a
cualquier asociación de profesionales y en específico sus expectativas sobre
AMCO.
Se aplicaron entrevistas telefónicas a la totalidad del público objetivo que estaba registrado
en las bases de datos de AMCO. Ese público objetivo se dividió en tres grupos de interés:
socios, exsocios y socios potenciales. El diagnóstico comprendió la Ciudad de México, y
los estados de Baja California, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nuevo
León, Puebla, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz.
La base de datos de la AMCO contenía información de 293 personas de los tres grupos de
interés. Sin embargo, en el estudio sólo se manejó una muestra de 171 personas (66 socios,
35 ex-socios y 70 socios potenciales), es decir, del 58% del universo inicial.
El instrumento para obtener información fue diseñado a partir del estudio realizado en
1997. Se conservó el formato de entrevista y fueron eliminadas algunas preguntas. De esa
forma el instrumento empleado comprendió 47 preguntas (28 abiertas y 19 cerradas). Las
preguntas comprendieron los siguientes temas:
Datos de la empresa
Datos del informante
Datos del puesto
Relación con asociaciones profesionales
Conocimiento y percepción de AMCO
Expectativas sobre AMCO
Internet en las organizaciones
La conformación de la muestra quedó de la siguiente manera:
Informantes entrevistadosSocios 38%Ex socios 24%Potenciales 38%
Estos son los resultaron que arrojó la encuesta:
Datos de la empresa
Sector en el cual se inscribe la organización en la que labora el informanteIniciativa privada 92%Sector público 8%
La mayoría de los entrevistados desempeña sus labores en empresas de la
iniciativa privada (92%).
Origen del capital de la empresa u organización en la cual laboraNacional 65%Extranjero 24%Mixto 11%
Gráfica 1
N = 172
La mayoría de los entrevistados labora en empresas mexicanas (65%) .
Sector económico al cual pertenece la organizaciónServicios 45%Industrial 22%Académico 14%Financiero 4%Comercio 3%Gobierno 2%Otro 10
La mayoría de las empresas en las cuales laboran los entrevistados se dedica a la prestación
de servicios (45%). Sólo el 2% trabaja en el gobierno.
Tamaño de la organización conforme al número de empleadosDe 1 a 10 11%De 11 a 50 10%De 51 a 100 4%De 101 a 500 8%De 501 a 1000 8%De 1001 a 3000 23%Más de 3000 35%
El 58% de los entrevistados trabaja en grandes empresas, las cuales dan empleo a más de 1,000 trabajadores.
Datos del informanteSexo del informanteFemenino 51%Masculino 49%
El género no representa una diferencia significativa en el ejercicio profesional de la comunicación organizacional.
EdadDe 22 a 25 15%De 26 a 30 31%De 31 a 35 21%De 36 a 40 15%De 46 a 50 5%Más de 50 4%
Prácticamente la mitad de los profesionales de la comunicación organizacional que fueron encuestados (46%) son menores de 30 años.
Escolaridad del informanteSin licenciatura 3%Licenciatura no titulado 5%Licenciatura titulado 60%Posgrado 32%
El 60% de los encuestados realizó estudios de licenciatura y se tituló. Además el
32% realizó estudios de posgrado.
Profesión del informanteLicenciatura en comunicación 72%Licenciatura en administración 9%Licenciatura en diseño 3%Licenciatura en psicología 2%Licenciatura en sociología 1%Otras 13%
El 72% de los profesionales de la comunicación organizacional que realizaron
estudios universitarios estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación o
carreras afines.
Universidad en la cual realizó sus estudiosUniversidad Iberoamericana (privada) 17%Tecnológico de Monterrey (privada) 14%UNAM (pública) 14%Universidad Anáhuac (privada) 11%Universidad de la Comunicación (privada)
6%
Universidad Autónoma Metropolitana (pública)
2%
Universidad La Salle (privada) 2%Otras 23%
La mayoría de los profesionales de la comunicación organizacional que realizaron estudios
universitarios procede de instituciones privadas. El 17% estudió en la Universidad
Iberoamericana, la primera universidad que impartió la licenciatura en ciencias de la
comunicación en América Latina (1960), y también la primera universidad en México que
abrió un programa de posgrado en comunicación (1976).
Sin considerar el descriptor “otras”, el porcentaje de entrevistados que realizó
estudios profesionales en alguna universidad pública asciende al 16%.
Años de experiencia en el ejercicio profesional de la comunicación organizacionalNinguna experiencia 71-5 años 516-10 años 2411-15 años 7
16-20 años 421-25 años 4Más de 25 3
El promedio de años de experiencia de los entrevistados en el ejercicio profesional
de la comunicación organizacional es de 7.
Antigüedad en la empresaMenos de un año 81-5 años 606-10 años 1911-15 años 916-20 años 4
El 60% de los entrevistados tiene entre uno y cinco años laborando en la empresa.
Datos del puesto
Antigüedad del puesto que ocupan en la organización en la cual laboran actualmenteMenos de un año 141-5 años 506-10 años 1811-15 años 1316-20 años 3Más de 20 2
El 50% de los entrevistados tiene entre uno y cinco años ocupando el mismo
puesto en la empresa en la cual actualmente laboran.
Nivel del puesto que ocupan Coordinación 26Dirección 25Gerencia 17Jefatura 15Subdirección 3Departamento 3Consultor asociado 3Consultor independiente 2Otro 7
El 51% de los entrevistados ocupa cargos a nivel de coordinación o dirección.
Nivel al cual reportaDirección 29Gerencia 23Dirección General 13“Puesto más alto” 9Subdirección 8
Coordinación 6Jefatura 4Presidencia 1Otro 6
El 76% de los entrevistados reporta sus actividades a la alta dirección de sus
respectivas organizaciones (Dirección, Gerencia, Dirección General, Subdirección,
Coordinación, Presidencia).
Personal que le reporta (tiempo completo)Ninguno 39De 1 a 5 42De 6 a 10 9De 11 a 15 4De 16 a 20 1Más de 20 5
El 81% de los entrevistados trabaja en unidades de trabajo que no exceden a 5 integrantes e
dedicados de tiempo completo.
Salario bruto mensual (en dólares, considerando una paridad de10 pesos por dólar)Menos de 500 dólares 6De 501 a 1000 18De 1001 a 1500 22De 1501 a 2000 20De 2001 a 3000 15De 3001 a 4500 11De 4501 a 6000 3Más de 6000 4
Los entrevistados declararon percibir elevadas remuneraciones. Dieciocho de ellos perciben
un ingreso superior a 3,000 dólares mensuales.
Percepción de la importancia de la función de comunicación en su organizaciónMayor importancia 48%Igual importancia 35%Menor importancia 17%
Prácticamente la mitad de los entrevistados (48%) afirmó que en las instituciones
en las cuales laboran se reconoce un relevante significado a la gestión de la
comunicación institucional.
Principales responsabilidades
Administración profesional de la comunicación organizacional a través de productos comunicativos
64
Comunicación e imagen corporativa 14Diseño de programas de comunicación organizacional según necesidades
13
Desarrollo organizacional 9Comunicación organizacional a través de relaciones públicas
9
Proyectos de Internet e Intranet 7Organización de eventos 6Coordinación de maestros y carreras 6Diseño de programas de capacitación y motivación
5
Relación con medios masivos 4Actividades y planes de estudio 4Promoción y publicidad de productos y servicios
4
Sólo 7 de los entrevistados realizan actividades de comunicación institucional
estratégica a través de Internet.
Funciones comunicativas que se realizan a través de InternetProporcionar y agilizar la información interna y externa
43
Obtener información valiosa 22Análisis documental de las empresas 14Estar actualizado 12La rapidez de las acciones y los procedimientos
9
Eleva el clima y la imagen de la organización
4
Consultar revistas y periódicos 2Reduce costos 2
A pesar de que los entrevistados admiten la importancia del empleo de Internet en las
instituciones en las cuales laboran, en sus respuestas sobre la forma cómo emplean Internet
no se advierte que reparen en aplicaciones comunicativas efectivamente estratégicas.
¿Qué medios de comunicación consideran más efectivos para comunicarse con el personal?Internet 33Escritos 26Comunicación directa 23Revista interna 13Sistemas audiovisuales 1Comunicados oficiales 1Vía telefónica 1No hay medio interno 1Ninguno 1
En cambio reconocen a Internet como el medio de comunicación más efectivo para
comunicarse con el personal, por encima de la comunicación directa. Posiblemente el
sentido de las respuestas obtenidas dependió del momento en el cual fue formulada la
pregunta, asociándosele con la anterior.
Conclusiones
Es indispensable tener muy presente que los interesantes resultados que arrojó la encuesta
que realizó la AMCO en el año 2000 proceden de socios, exsocios y potenciales socios que
fueron entrevistados por medio del teléfono. Generalizar tal información afirmándola como
fidedigna y representativa del desarrollo profesional alcanzado por la comunicación
organizacional en México sería faltar a la verdad. Los socios, exsocios y potenciales socios
que fueron entrevistados por medio del teléfono en realidad representan una selecta minoría
de las personas que efectivamente se desempeñan como responsables de las áreas dedicadas
a la comunicación organizacional.
Para definir el perfil demográfico de los comunicadores organizacionales en México es
indispensable trascender la base de datos de la AMCO y emprender una encuesta nacional
que efectivamente permita consignar información confiable, proporcionada por los propios
responsables de las áreas dedicadas a la comunicación organizacional -independientemente
que conozcan o desconozcan la existencia de la AMCO-, comprendiendo áreas dedicadas a
la comunicación organizacional en la iniciativa privada, gobierno, organismos no
gubernamentales y, por supuesto, agencias especializadas –las hay-.
Una de las primeras dificultades que enfrentaría un estudio de esa naturaleza, radicaría en
poder distinguir con claridad a la comunicación organizacional del ejercicio profesional de
las relaciones públicas. De ese modo efectivamente se podrían reconocer cuáles son los
puestos que ocupan los comunicadores organizacionales, el tipo de empresas en las cuales
trabajan y las tareas que desempeñan en éstas.
2.3 El cabildeo. La próspera industria del influyentismo y el consentimiento
“Hay objetos de estudio de los que ya no se puede hablar o todavía no se puede hablar de ellos. Su fantasma no se ha estabilizado –el marxismo, por ejemplo. Hay objetos de los que todavía no se puede hablar o de los que ya nunca más se puede hablar, porque su fantasma corre ya por las calles, su sombra va por delante: la comunicación, la información”.
Jean Baudrillard: La paradoja de la comunicación
En fechas relativamente recientes, el cabildeo se ha convertido en una práctica recurrente
en México. Particulares, importantes empresas, partidos políticos, organismos
gubernamentales y organismos no gubernamentales, con mayor frecuencia recurren a los
servicios profesionales de agencias de relaciones públicas especializadas en cabildeo o a
cabilderos independientes.
De acuerdo con Manuel Gameros (2000: 57), investigador del Departamento de
Comunicación de la Universidad Iberoamericana, el cabildeo siempre ha existido, pues en
todas las sociedades siempre hay quienes pretenden influir en las decisiones de las
autoridades. Los cabilderos –afirma Jeffrey H. Birnbaun, ex corresponsal del Wall Street
Journal y autor del libro The lobbyists- son “vendedores de privilegios”:
“Los cabilderos son despreciados, indignos de la confianza popular, porque generalmente representan intereses multimillonarios. Para cubrirse de su mala fama, algunos prefieren rescatar el anglicismo y hacerse llamar lobistas” (Scherer Ibarra, 2001: 18).
El futuro del cabildeo profesional en México sin duda alguna es promisorio y podría
desarrollarse a partir de dos rutas:
1.- Restringirse al tráfico de influencias y la compra de voluntades a partir del
empleo de cuestionables mecanismos para ejercer presión –por supuesto que ese
camino no creemos que sea el deseable-.
2.- Evolucionar profesionalmente a partir del empleo de efectivas técnicas de
persuasión, sustentadas en la calidad de la información que es sometida a
consideración de las autoridades o instancias que disponen de la capacidad necesaria
para tomar decisiones.
El cabildeo profesional –afirma Manuel Gameros- simultáneamente puede ser considerado
como estrategia y tecnología de comunicación. Su práctica exige efectivamente disponer de
relaciones y “contactos” en las principales esferas de decisión de la administración pública.
El moderno cabildeo profesional parte de una rigurosa planeación, e involucra la ejecución
de estrategias de relaciones públicas, promoción de imagen pública y el empleo de
avanzadas técnicas de propaganda y de persuasión, de las cuales se desprende el
consecuente desarrollo de múltiples actividades de inteligencia y negociación.
Por razones históricas muy complejas, en México el cabildeo admite una estrecha
asociación con el fenómeno del “influyentismo”. En los tiempos de la “presidencia
imperial”, el influyentismo sin duda alguna caracterizó el estilo personal de gobernar de la
vieja familia política del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Al amparo del
influyentismo proliferó la corrupción. Para colmo el influyentismo no pocas ocasiones
degeneró en “patrimonialismo”. De ese modo, narcotizados por las seductores sensaciones
que emanan del ejercicio del poder, no pocos servidores públicos han dispuesto de los
bienes públicos como si éstos fuesen de su propiedad. Sin duda alguna muchos de los males
que aquejan a la atribulada América Latina precisamente derivan de los negativos excesos
del patrimonialismo.
Por medio de complejas negociaciones que frecuentemente se realizaban por encima de la
ley, los “influyentes” -a semejanza de los grandes “capos” de la mafia- se encargaban de
satisfacer las peticiones formuladas por sus protegidos. Todo cacique simultáneamente
desempeñaba las funciones de gestor y negociador. Del eficiente desempeño del cacique
como gestor y negociador, y de sus relaciones con “el centro”, en buena medida dependía la
posibilidad de incrementar sus cuotas de poder, pues sus protegidos deberían asumir la
obligación de corresponder en todo momento a las exigencias de su protector.
A mayor número de protegidos disciplinados mayor capacidad de negociación del cacique
con “el centro”. Además de los presidentes, en tiempos de la “presidencia imperial” los
principales líderes sindicales se desempeñaron como los más influyentes “caciques”, e
inclusive consiguieron prolongar sus cuotas de poder más allá de los periodos sexenales.
Fidel Velásquez, por ejemplo, controló durante casi seis décadas a la CTM, el principal
sindicato de trabajadores en México. Inclusive hubo quien consideró a Fidel como inmortal.
Joaquín Hernández Galicia “La Quina” –ése es su apodo- otro importante líder sindical,
también durante décadas dispuso a su antojo de los recursos del sindicato petrolero,
erigiéndose como perfecto ejemplo del cacique que practica el “influyentismo”. Sobre el
polémico líder sindical, el destacado historiador Enrique Krauze, (1997: 402) -quien fue un
ilustre discípulo de Octavio Paz- señala:
“(...) a su poder regional en el noreste de México aunaba una impresionante acumulación de riquezas y fueros superiores a los de las corporaciones eclesiásticas del siglo XIX, tenía diputados, senadores, regidores, barcos, haciendas, fábricas, tiendas, diarios, escuelas; sus ingresos no eran gravables; sus empleados insubordinados podrían sufrir desde la inocente exclusión hasta la muerte.
En el viejo sistema político mexicano, en realidad cualquier prominente miembro de la
clase política perfectamente podía desempeñarse como eficiente cabildero de los más
variados intereses, incluyendo, por supuesto el narcotráfico.
Sin embargo las labores de cabildeo no estaban reservadas a destacados miembros de la
“familia revolucionaria”, también informalmente podrían realizarlas empresarios,
banqueros, industriales, artistas, intelectuales, algunos deportistas, muchos periodistas y
líderes de opinión, pues para improvisarse como “cabildero” sólo bastaba disponer de
estrechas relaciones en los principales círculos políticos, económicos y culturales del país.
Bastaba ser un “influyente”, pues a partir de su privilegiada posición y con un poco de
“voluntad política”, el influyente podría interceder a favor de sus protegidos con el
propósito de concederles empleo, ayudarles a emprender o concretar determinados
negocios –llevándose por supuesto una atractiva comisión-, simplificarles trámites
administrativos, proporcionarles información confidencial, y en algunos casos inclusive
agilizar, obstruir o impedir la aplicación de la ley.
En pasadas administraciones, inclusive el gobierno mexicano intensamente practicó el
cabildeo para lograr determinados propósitos. En 1991, Carlos Salinas de Gortari, quien se
desempeñó como presidente de México en el periodo 1986-1994, contrató los servicios de
la empresa Public Strategies para convencer a legisladores demócratas de las ventajas que
reportaría a la economía de los Estados Unidos la celebración del Tratado de Libre
Comercio con México (TLC). En esa empresa entonces laboraban importantes ex-políticos
cercanos al texano Lloyd Bentsen, quien se desempeñó como primer secretario del Tesoro
en el gobierno del presidente William Clinton, y quien mantenía una estrecha relación con
Pedro Aspe, secretario de Hacienda en el gobierno del presidente Salinas. Para asegurar que
los congresistas estadounidenses efectivamente aprobarían el TLC, el gobierno del
presidente Salinas además contrató los servicios de dos importantes agencias de relaciones
públicas, Burson Marsteller y el despacho neoyorquino Shearman y Sterling. El trabajo
realizado por los cabilderos profesionales de esas firmas, efectivamente permitió superar la
oposición que mantenían algunos congresistas estadounidenses a la celebración del TLC.
De acuerdo con Manuel Gameros Esponda (2000: 53-54):
“Se dice que el gobierno y el sector empresarial mexicano entre 1989 y 1993 gastaron más de 25 millones de dólares para asegurar la firma del Tratado, y la cifra podría haber pasado de $100 millones –entre cabildeo de congresistas, producción de propaganda para la opinión pública e incluso sobornos a algunos de los negociadores del Tratado”.
Durante la administración del presidente Salinas, el gobierno mexicano también contrató
como cabilderos a ex funcionarios estadounidenses de alto y mediano nivel, pretendiendo
ampliar así su margen de influencia en el gobierno de Estados Unidos. Entre los cabilderos
profesionales que fueron contratados por la administración del presidente Carlos Salinas
destacaron: William Brock –ex representante Comercial de Estados Unidos y ex senador-;
dos ex gobernadores de Nuevo México, Toney Anaya y Jerry Apodaca; un subsecretario de
Comercio, Robert Herztein; y un ex secretario de la Marina, Edward Hidalgo.
También algunas dependencias gubernamentales contrataron los servicios de importantes
agencias de relaciones públicas dedicadas al cabildeo profesional. La Secretaría de
Turismo, por ejemplo, contrató los servicios de algunas firmas de relaciones públicas de
Nueva York; el Fondo de Cultura Económica tenía un agente contratado en Chicago, la
Secretaría de Hacienda y PEMEX contrataron los servicios de importantes firmas de
abogados en la Unión Americana.
Algunas empresas mexicanas, como Vitro, Alfa, Bancomer, Hylsa, Gamesa, Tamsa
también recurrieron a los servicios de cabilderos profesionales. Vitro acudió a la firma
Public Strategies. Incluso un próspero empresario mexicano, Miguel Alemán Velasco -hijo
del presidente Miguel Alemán, quien se desempeñó como presidente de México en el
periodo 1952-1958-, adquirió la firma Rosenablath y Scheman, en Washington, la cual
realizó servicios de cabildeo para Alemán Velasco y Asociados. Miguel Alemán Velasco
entonces figuraba como uno de los socios mayoritarios de Televisa. Hoy ese ilustre
miembro del Partido Revolucionario Institucional se desempeña como gobernador del
estado de Veracruz.
Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente de México durante el periodo 1994-2000,
también recurrió a los servicios de cabilderos profesionales, y particularmente a la agencia
de relaciones públicas Burson-Marsteller-México, cuando Aliza Chelminsky se
desempeñaba como directora de esa agencia.11 Burson-Marsteller México comenzó a
ofrecer servicios de cabildeo en el año de 1997, al inaugurar un área dedicada a la
vinculación con el gobierno y la comunidad. De acuerdo con el periodista Alejandro
Gutiérrez (2001: 17) entre los principales clientes de la reconocida experta en cabildeo
profesional figuraron:
“Ernesto Zedillo, quien recurrió a ella en su campaña para diseñar y aplicar encuestas nacionales sobre su reforma electoral; en 1994, el entonces secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, la contrató como asesora para la creación de programas de apoyo a la pequeña y mediana industrias. Y antes, de 1989 a 1999, el canciller Fernando Solana la ocupó como asesora en programas para la imagen de México a escala mundial. También la emplearon IBM --cuando se enfrentó en litigio con la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal por la venta de equipos en mal estado--, Bancomer-, para la fusión con los banqueros españoles de BBV- y el gobernador panista de Jalisco, Alberto Cárdenas- para capacitar a todo el gabinete en el manejo de medios”.(Gutiérrez, 2001: 17).
También durante la administración del presidente Ernesto Zedillo, algunas secretarías de
Estado -como la Secretaría de Relaciones Exteriores- contrataron los servicios de firmas
dedicadas al cabildeo. José Ángel Gurría, responsable de la Secretaría de Hacienda en el
gobierno del presidente Zedillo, recurrió a los servicios de la firma Public Strategies, la cual
admite ser considerada como una de las agencias predilectas de aquellos políticos que
observaron una estrecha relación con el expresidente Carlos Salinas de Gortari.
En tiempos de la “presidencia imperial”, las cámaras de senadores y diputados
prácticamente estuvieron subordinadas al presidente en turno. La absoluta sumisión de los
legisladores al poder ejecutivo garantizaba que cualquier iniciativa que el presidente de la
República en turno presentaba al Congreso, automáticamente era aprobada por las cámaras.
El análisis y el debate legislativo francamente eran muy pobres. Esa situación cambió
radicalmente en 1997, cuando el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de
Diputados. Para impulsar cualquier iniciativa presidencial, los diputados del PRI se vieron
en la necesidad de negociar con los grupos parlamentarios de los principales partidos
políticos opositores, el Partido Acción Nacional (PAN), y el Partido de la Revolución
Democrática (PRD).
La práctica del cabildeo y la compra de los votos de aquellos diputados que pudieran
decidir el sentido de alguna votación, adquirieron el carácter de una constante en las
negociaciones que tienen que realizar los diferentes grupos parlamentarios.
En los años inmediatos, la labor que ya desarrollan los cabilderos o lobistas en México bien
podría extenderse al financiamiento de las campañas de ambiciosos aspirantes a ocupar
puestos de elección popular, quienes a cambio del financiamiento necesario para acceder a
una curul, bien podrían comprometer el desempeño de sus funciones públicas a los
intereses de los verdaderos patrocinadores de sus carreras políticas.
Debemos tener muy presente que en las dos últimas legislaturas en la Cámara de Diputados
se ha incrementado la indisciplina partidista de algunos legisladores. En no pocas
votaciones críticas algunos diputados han emitido su voto en contra de la postura asumida
por su propio grupo parlamentario. También algunos diputados inesperadamente se han
ausentado en los momentos en los cuales se realizan votaciones críticas, y otros más han
anticipado sus vacaciones. Las nuevas condiciones políticas del país son propicias para la
perversión del trabajo legislativo, y sin pudor algunos diputados venden su voto al mejor
postor, y también algunos partidos políticos lo hacen, como el Partido Verde Ecologista,
ejemplo límite del nepotismo de la familia González.
Una vez que las encuestas confirmaron las posibilidades de triunfo del entonces candidato
Vicente Fox a la presidencia de la República, el señor González entonces declinó a la
candidatura presidencial del Partido Verde para sumarse a la Alianza por el Cambio, con el
Partido Acción Nacional, para apoyar la candidatura de Vicente Fox. Como la familia
González definitivamente fue marginada del “gabinetazo” del presidente Vicente Fox, en el
marco del Primer Informe de Gobierno del presidente Fox, el niño González, predestinado
a convertirse en el heredero del trono ecologista, pronunció un agitado discurso en el cual
anunció la ruptura del Partido Verde Ecologista con el gobierno de Vicente Fox.
La práctica del cabildeo profesional en Estados Unidos se encuentra protegida por la
Primera Enmienda de la Constitución. Además en esa nación se cuenta con la Ley de
Agentes Extranjeros, la cual permite regular las actividades de los profesionales del
cabildeo que trabajan a favor de organismos o gobiernos extranjeros en los Estados Unidos.
Actualmente en México no existen disposiciones relativas al ejercicio del cabildeo
profesional, tema que sin duda alguna debería ser incorporado en las discusiones relativas a
la reglamentación del derecho a la información.
De acuerdo con las declaraciones del senador Javier Corral a la periodista María Scherer
Ibarra, ya se cuenta con una iniciativa de ley, la cual, “de ser aprobada, exigirá que se
acrediten las instituciones que realizan enlace legislativo profesional y que hagan públicos
sus propósitos, sus intereses y sus métodos de financiamiento” (Scherer Ibarra, 2001: 20).
Con el cambio de régimen distinguidos políticos del PRI quedaron en el desempleo. Para
enfrentar las adversidades impuestas por los nuevos tiempos mexicanos, algunos
funcionarios de pasadas administraciones priístas sencillamente optaron por improvisarse
como cabilderos, pretendiendo sacar el mayor provecho posible a sus relaciones.
En el listado de lobistas instantáneos figuran célebres políticos del PRI, como Fernando
Lerdo de Tejada, quien durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo se desempeñó
como titular de la Procuraduría de Protección al Consumidor (PROFECO), y
posteriormente pasó a ocupar la Dirección General de Comunicación Social de la
Presidencia de la República, a pesar de su evidente desconocimiento del ejercicio
profesional de la comunicación social. En febrero de 2001, Lerdo de Tejada ya figuraba
como socio de la firma “Lobbying México”. De acuerdo con Luis Antonio Godina, ex
diputado del PRI y socio de Lerdo de Tejada en la referida firma:
“El cabildeo no es sólo un proceso de negociación. No se trata de que le presente a tu cliente al senador o al gobernador para que se entiendan entre ellos. Eso no es profesional. Quien requiere interlocución con los poderes necesita elementos básicos para convencer y estudios que sustenten su pretensión para ofrecerle las debilidades o fortalezas del proyecto a quien va a tomar la decisión. Lo demás no es lobbying y es cosa de farsantes (Scherer Ibarra, 2001: 19).
En cambio para Alisa Chelminsky, quien entonces se desempeñaba como directora de
Burson-Marsteller México, los verdaderos profesionales del cabildeo deben proceder de
forma totalmente opuesta a la descrita por Luis Antonio Godina:
“lejos de la idea tradicional del lobista que llega al Congreso y aborda a los legisladores. Nosotros pensamos que los afectados, nuestros clientes, tienen que negociar directamente con ellos. Nuestra tarea es preparar el escenario y estrategia (...) el cabildeo 12 es, en última instancia, una herramienta de la comunicación” (Scherer Ibarra, 2001: 19).
Uno de los rasgos distintivos de la nueva generación de lobistas “instantáneos” radica en su
formación universitaria -cuando acaso la tienen-, la cual no precisamente la realizaron en
ciencias y técnicas de la comunicación o en alguna de las carreras afines. Los distinguidos
profesionales de la nueva generación de cabilderos, si estudiaron una carrera universitaria,
la realizaron en ciencias políticas, administración, derecho, economía, sociología, etc. No
en comunicación. Quizá por esa razón conciben al cabildeo como lógica extensión del
influyentismo, pero sutilizado, despreciando el recurso de la comunicación. No sin
particular ironía, la destacada investigadora de la comunicación Guillermina Baena
(Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM) en alguna ocasión afirmó que
“revivir a los dinosaurios es desafiar al poder de la naturaleza”.
2.4 La imagen pública
(“No me mires, no me mires, no me, no me, no me mires, no me mires, no me mires, déjalo ya, que hoy no me puesto el maquillaje y mi aspecto
externo es demasiado vulgar para que te pudiera gustar. No me mires, no me mires, no me, no me, no me mires, no me mires, no me mires, déjalo ya, que hoy no me he peinado a la moda y tengo una imagen demasiado normal para que te pueda gustar. Sombra aquí y sombra allá –maquíllate, maquíllate- un espejo de cristal y mírate y mírate”)
Mecano: “Maquillaje”.
Durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940) fueron
establecidas las primeras oficinas de prensa y de relaciones públicas de las dependencias
gubernamentales. Con el paso de los años los responsables de esas oficinas asumieron las
tareas de auténticos operadores políticos, dedicándose en realidad a cuidar la “imagen
pública” del jefe en turno.
Las partidas presupuestales de las áreas de comunicación de las dependencias
gubernamentales generalmente eran confidenciales, y no estaban sujetas a ningún tipo de
procedimientos de control o de comprobación de gastos. Por tal motivo, las áreas de prensa
y relaciones públicas representaban una especie de un cheque en blanco para los operadores
políticos que se desempeñaban como sus titulares.
Entre los directores de las áreas de comunicación social del gobierno y no pocos
periodistas, se establecieron estrechas relaciones, condicionadas al monto del “embute”. El
trabajo de los directores de las oficinas de comunicación social en el gobierno, básicamente
consistía en ejercer un efectivo control sobre la prensa a través del reparto del embute, el
cual garantizaba la autocensura y la reproducción acrítica del boletín oficial que se
entregaba a los periodistas de la “fuente”.
En la mayoría de las oficinas de comunicación social del gobierno -auténticas células de
corrupción- se ejerció un sistemático menosprecio al ejercicio profesional de la verdadera
comunicación social. No pocos periodistas accedieron a la condición de responsables de las
áreas de comunicación de las dependencias gubernamentales. No pocos responsables de las
áreas de comunicación de las dependencias gubernamentales acumularon grandes fortunas,
las cuales sin duda alguna resultan imposibles de explicar si sólo se tomase en
consideración el justo monto de los honorarios devengados.
La decadencia de la “presidencia imperial” marcó también el ocaso de los viejos operadores
políticos. Durante las elecciones federales del año 2000, las cuales permitieron desalojar al
Partido Revolucionario Institucional (PRI) de la presidencia de México, fueron muy
evidentes las limitaciones que exhibieron los operadores políticos que estuvieron a cargo de
la propaganda política de Francisco Labastida Ochoa, el entonces candidato del PRI a la
presidencia de México.
Ninguno de los operadores políticos que improvisó Francisco Labastida como responsables
de imagen en su campaña en pos de la presidencia –particularmente Lara, Borrego y
Gamboa Patrón- en los hechos resultó capaz de poder manejar adecuadamente la
comunicación política del candidato del PRI a la presidencia de México. Al inicio de la
campaña de Francisco Labastida Ochoa en pos de la presidencia de México, se dio a
conocer que la estrategia de comunicación política del candidato del PRI correría a cargo
del doctor Gastón Melo Medina, presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales
A.C., destacado comunicólogo, y quien fue discípulo de Abraham Moles y jefe de asesores
de Emilio Azcárraga Milmo durante sus últimos años de vida.
Los operadores políticos del equipo de campaña de Francisco Labastida sistemáticamente
obstruyeron el trabajo de Gastón Melo, quien optó por mantenerse al margen del desarrollo
de la campaña de Francisco Labastida, la cual se convirtió en una sucesión de errores. Por
ejemplo, en el pobre municipio de Chimalhuacán, ubicado en el Estado de México, la
célebre lideresa Guadalupe Buendía “La Loba”13 –ese es su apodo- organizó un espectáculo
“chippendale” en un acto de campaña. El PAN exhibió las fotografías tomadas durante el
referido acto de campaña en los principales periódicos nacionales, a cuyo pie consignó el
siguiente texto: “No, señor Labastida ... Usted no puede ser presidente”.
Algunos periódicos que publicaron encuestas en las cuales se reconocía la ventaja de
Vicente Fox sobre Francisco Labastida en la intención del voto ciudadano, recibieron
amenazas por parte de los operadores políticos de Labastida, quienes además arremetieron
en contra de las firmas responsables de haber realizado esas encuestas.
Carentes de la más elemental sensibilidad, los operadores políticos que manejaron la
comunicación política de Francisco Labastida procedieron como en los viejos tiempos de la
“presidencia imperial”. Es posible afirmar que los operadores políticos –dada su formación-
confiaron en el recurso del autoritarismo sobre el genuino ejercicio profesional de la
comunicación política. Esa desafortunada apuesta selló el destino de ese candidato.
1 Octavio Islas (41 años) realizó la Licenciatura en Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana, la Maestría en Comunicación y Desarrollo en la Universidad Iberoamericana, la Maestría en Administración de Tecnologías de Información en el Tecnológico de Monterrey, y el Doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad La Salle. Se desempeña como Director del Proyecto Internet del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. Su correo electrónico es [email protected] Fernando Gutiérrez (29 años) realizó la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, la Maestría en Administración de Tecnologías de la Información y la Maestría en Comercio Electrónico en la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey. Se desempeña como Coordinador Operativo del Proyecto Internet del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. Su correo electrónico es [email protected] Norma Campo Garrido Cruz (29 años) estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México y actualmente realiza la Maestría en Imagen Pública en el Colegio de Consultores en Imagen Pública. Su correo es [email protected] Respecto a los primeros antecedentes históricos del periodismo en México, Karin Böhmann (1986: 56) refiere: “alrededor de 1536, el italiano Juan Pablos estableció en la ciudad de México, específicamente en la Casa de las Campanas, cerca del Zócalo, la primer imprenta del continente americano. Los primeros libros que imprimieron allí tuvieron un mero carácter religioso. Juan Pablos imprimió en 1542 el más antiguo volante de México conocido hasta ahora, en el que se describe el terremoto del 10 y 11 de noviembre con el título Relación del terremoto de Guatemala (...) En 1722, Juan Ignacio de Castoreña Ursúa y Goyeneche, quien después sería obispo, fundó el primer periódico de México con el nombre Gazeta de México y Noticias de Nueva España Imprimieron la primera edición el primero de enero y le siguieron otras seis hasta mediados del año. Además de publicar notas religiosas, oficiales y relativas al comercio, también reprodujo informaciones sobre Europa tomadas de la Gazeta de Madrid”.3 Como lógica consecuencia de la agitada historia del estado de Veracruz, el periodismo alcanzó un significativo desarrollo en uno de las entidades más pobres de México. El periódico El Dictamen, “decano del periodismo en México”, el más antiguo de los periódicos que actualmente se encuentran en circulación, precisamente se publica en el puerto de Veracruz. 4 Es importante señala que en realidad la Universidad Anáhuac se localiza en el Municipio de Huixquilulcan, en el Estado de México, y no en el Distrito Federal.5 En 1997 y 1998 los concesionarios de la radio y televisión emprendieron una intensa campaña de desprestigio a la iniciativa de Ley Federal de Comunicación Social, calificándola como “Ley Mordaza”. Recomendamos consultar: Javier Corral Jurado: “¿Qué busca la iniciativa de Ley Federal de Comunicación?”. En Revista Mexicana de Comunicación. Número 56. Octubre-diciembre de 1998.6 En el mes de febrero de 2001, los concesionarios de la radio y televisión impidieron la instalación del Consejo Nacional de Radio y Televisión, órgano rector del Estado, el cual, de acuerdo con lo que establece la ley, debe: “elevar el nivel moral, cultural, artístico y sociales de las transmisiones” de esos medios. Santiago Creel –entonces responsable de la Secretaría de Gobernación- quedó en ridículo al haber anunciado el miércoles 7 de febrero, que el “próximo lunes” se instalaría el Consejo Nacional de Radio y Televisión, en una ceremonia que se realizaría en la residencia presidencial de Los Pinos. Como ocurría en los tiempos de la “presidencia imperial”, a los concesionarios de la radio y televisión les bastó negociar directamente con el presidente Vicente Fox consiguiendo postergar indefinidamente la instalación del Consejo Nacional de Radio y Televisión. Entre los concesionarios que lograron torcerle el brazo al actual presidente de México estaba Joaquín Vargas, quien el martes 23 de mayo del 2000 fungía como presidente de la Industria de Radio y Televisión. Ese día, afirma Guillermo Cantú (2001: 35): “Joaquín Vargas se encharcó hasta el cuello,
También Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien fue candidato del Partido de la
Revolución Democrática (PRD) a la presidencia de México fue víctima de los errores
cometidos por los operadores políticos que manejaron su propaganda. Cuauhtémoc
Cárdenas –quien por tercera ocasión consecutiva participaba como candidato a la
apoyando abiertamente la asociación de corte mafioso en contra del que sería presidente de México”. Para afirmar su “buena voluntad”, los concesionarios de la radio y televisión anunciaron la creación del Consejo de Autorregulación de la Cámara Industria de la Radio y Televisión, conformando un estado de excepción jurídica, pues a través de ese organismo se “autorregularán”, evadiendo lo dispuesto en la Ley Federal de Radio y Televisión, la cual data de 1960, y que sin embargo en los artículos 91, 92 y 93, y conforme al título sexto del Reglamento de esa ley, el cual data de 1973, se contempla la instalación del Consejo Nacional de Radio y Televisión. Un total de ocho representantes deben formar parte de ese consejo: cuatro del gobierno, dos de los concesionarios y dos de los sindicatos de radio y televisión. Además la ley establece la creación de un comité asesor con representantes de las universidades, el Instituto Politécnico Nacional, el Consejo Nacional de la Publicidad y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. En conclusión. A pesar de las promesas que Vicente Fox expresó en campaña, el hoy presidente de México ha incurrido en la desafortunada defensa del viejo sistema de privilegios acumulados ayer por los concesionarios de radio y televisión, el cual definitivamente resulta contrario al proceso de democratización del país. En su gobierno, los concesionarios de la radio y televisión conservan un trato sin duda alguno privilegiado. Por ejemplo, ante el adverso desarrollo de la economía nacional, durante su primera año de gobierno el presidente Vicente Fox pretendió extender el impuesto al valor agregado (15%) a alimentos y medicina. Lógicamente el impacto de esa iniciativa repercutiría negativamente en la economía de amplios sectores de nuestra sociedad, principalmente en los menos favorecidos. En su iniciativa de reforma fiscal, la cual en diciembre de 2001 finalmente fue sustituida en el congreso por un conjunto de impuestos concebidos principalmente por la bancada perredista (PRD), ni siquiera se consideró la posibilidad de incrementar impuestos a los concesionarios de la radio y televisión. Palo al pueblo y pan a los concesionarios de la radio y televisión. 7 Desde finales de la década de 1990, por iniciativa de Gastón Melo (discípulo del destacado comunicólogo Abraham Moles, y quien durante los últimos años de vida de Emilio Azcárraga Vidaurreta se desempeñó como director de asesores), año con año Televisa ha venido realizando el evento Espacios, dirigido a estudiantes de ciencias de la comunicación de todo el país. Sin duda alguna Espacios ha contribuido a mejorar significativamente la imagen de Televisa en miles de estudiantes de ciencias de la comunicación, quienes cada año saturan el evento. Además Televisa ha comenzado a procurar un respetuoso diálogo con catedráticos e investigadores de la comunicación. 8 Con base en un libro del licenciado Carlos Bonilla, uno de los más destacados profesionales de las relaciones públicas en México, el cual próximamente publicará CECSA-Grupo Patria Cultural, elaboramos la mayor parte del aparatado 2.1 Deseamos hacer patente nuestro total agradecimiento a Carlos Bonilla. 9 El estadounidense Ivy Ledbeter Lee ha sido considerado como el primer consejero en relaciones públicas en los “tiempos modernos”. En 1916 Ledbeter Lee estableció la primera agencia de relaciones públicas. A él se atribuye el haber transformado la imagen del poderoso industrial John Rockefeller, considerado como avaro e injusto con sus trabajadores, en un generoso filántropo preocupado por su comunidad. El término “relaciones públicas” lo propuso el abogado Dorman Eaton, hace aproximadamente un siglo, durante una conferencia en la Universidad de Yale, en Estados Unidos. En 1935, en varias universidades de la Unión Americana ya se impartían cursos de relaciones públicas. En 1942 la Asociación Nacional de Fabricantes (Estados Unidos) patrocinó la Primera Conferencia Nacional de Relaciones Públicas. Ese evento se realizó cada año, hasta 1950. En 1944 fue fundada en Washington la American Public Relations Association. En 1948 las asociaciones de relaciones públicas existentes en los Estados Unidos decidieron fusionarse, derivándose la fundación de la Public Relations Society of America, con más de 5 mil miembros activos. Hasta 1946 el desarrollo de las relaciones públicas se restringió a los Estados Unidos. Ese año un conferencista estadounidense introdujo el concepto de relaciones públicas en Francia, cuando dictó algunas pláticas en los
presidencia de México- delegó en Javier González Rubio la responsabilidad del cuidado de
su “imagen”.
El referido operador político se había desempeñado como subalterno de Carlos Almada en
la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia durante el gobierno del
presidente Ernesto Zedillo (1994-2000), y su trayectoria profesional en la comunicación
social de organismos gubernamentales estuvo estrechamente asociada a la carrera política
de José Carreño Carlón, quien fue director del periódico El Nacional, y posteriormente
asumió la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la República en
el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), y que actualmente se
desempeña como director del Departamento de Comunicación de la Universidad
Iberoamericana.
La incorporación de Javier González Rubio al equipo de campaña de Cuauhtémoc
Cárdenas, como responsable de la imagen del candidato generó amplios cuestionamientos
en el seno del PRD. No pocos dirigentes calificaron la aventura emprendida por González
Rubio como expresión de oportunismo político, objetando los estrechos vínculos de
González Rubio con distinguidos políticos del PRI –particularmente Carreño Carlón-. El
célebre operador político optó por dejar a la deriva la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas.
El desprestigio de los viejos operadores políticos ha sido capitalizado por los “vendedores
de imagen”. El trabajo que han venido realizando los “vendedores de imagen”,
principalmente como asesores independientes, también ha contribuido a exhibir las
limitaciones profesionales y operativas de los gabinetes de comunicación social de
entidades y organismos públicos. Entre los más reconocidos consultores de imagen
destacan: Gabriela Vargas, Víctor Gordoa y José Antonio Sosa Plata.
foros de la sociedad petrolera. De ese modo, en 1949 empezaron a funcionar los primeros servicios de relaciones públicas en Francia. En 1950 fue fundado el club de la “Maison de Verre”, primera asociación francesa de especialistas en relaciones públicas. En 1952 fue formada la Asociación Profesional de Relaciones Públicas, organismo que en 1954 derivó en la Asociación Francesa de Relaciones Públicas. El club de “la Maison de Verre” se integró a la Asociación Francesa de Relaciones Públicas en 1955. 10 Deseamos hacer patente nuestro agradecimiento al Licenciado Jesús González Almaguer, actual Presidente de la Asociación Mexicana de Comunicadores Organizacionales, quien amablemente nos proporcionó una síntesis del diagnóstico “Perfil y expectativas del asociado real y potencial de la Asociación Mexicana de Comunicadores Organizacionales”.
Gabriela Vargas
Gabriela Vargas de González Carbonell14 admite ser considerada como pionera y
precursora de los servicios profesionales de consultoría en imagen pública en México, pues
desde 1977 se desempeña como consultora de imagen y comunicación no verbal.
Gaby Vargas ha asesorado a importantes funcionarios públicos, candidatos a puestos de
elección popular, industriales, empresarios, artistas e intelectuales. A pesar de que sus
argumentos han sido menospreciados por la mayoría de los académicos e investigadores de
la comunicación -incluyendo por supuesto a los expertos en relaciones públicas y
comunicación organizacional, quienes consideran sus planteamientos como frívolos y
superficiales-, sin duda alguna debemos concederle el mérito de haber convertido al tema
de la imagen profesional en una preocupación recurrente en personajes públicos.
Entre los temas que Gabriela Vargas ha abordado como consultora de imagen destacan:
reglas y normas del “buen vivir”, del “buen vestir”, del “buen convivir”; cómo crecer en los
ámbitos personal, social, cultural, familiar y de negocios; consejos para conseguir mejores
relaciones de trabajo y conseguir sus metas; guardarropa para caballeros; sugerencias para
el arreglo de la mujer y su guardarropa; claves para interpretar el lenguaje no verbal de los
demás; comunicación, secretos para el éxito; el lenguaje de la mujer; protocolo de negocios
y salud.
Gaby Vargas fundó las empresas Diseño Facial Spa e Imagen Ejecutiva Empresarial.
También publicó, afirma –sin ningún tipo de pretensiones literarias- La imagen del éxito
(McGraw-Hill, 1998) y Más allá de la imagen del éxito (McGraw-Hill, 1999).
La familia Vargas ha acumulado una considerable fortuna como concesionarios de la radio
y de servicios de televisión restringida en México. Son dueños de MVS Comunicaciones y
de la cadena de restaurantes Wings, entre otros negocios.
Víctor Gordoa
Víctor Gordoa Gil, carismático experto en imagen pública, estudió la licenciatura en
administración de empresas en la Universidad Iberoamericana. En la defensa de su tesis
profesional obtuvo la mención honorífica. Muy joven incursionó en la televisión como
conductor de una sección del popular programa “El Club del Hogar”, una de las series de
mayor duración en la historia de la televisión mexicana. Posteriormente se convirtió en
destacado productor de Televisa, y su carrera en la televisión mexicana estuvo
estrechamente asociada a la carrera de la conductora Talina Fernández.
A comienzos de la década de 1990, Víctor Gordoa abandonó Televisa y en Estados Unidos
emprendió sus estudios en imagen pública, consiguiendo el reconocimiento de la
Association of Image Consultants International como consultor en imagen pública.
Víctor Gordoa concibió el concepto de “ingeniería en imagen pública”, y es autor del
“sistema íntima” -una metodología que permite establecer el diagnóstico indispensable para
definir las estrategias pertinentes que habrán de observarse en el desarrollo de programas de
imagen pública personalizados-.
En 1999 publicó El poder de la imagen pública. Plan maestro para inspirar confianza y
ganar credibilidad. México. Edamex. Se ha desempeñado como consultor de imagen
pública de importantes funcionarios, candidatos a puestos de elección popular, industriales,
empresarios y artistas. Además regularmente participa como comentarista de Monitor, el
noticiero que durante varias décadas ha sostenido los más altos niveles de audiencia en la
radio mexicana, y cuya conducción corre a cargo del destacado periodista José Gutiérrez
Vivó. Además publica regularmente una columna en el periódico Reforma, el diario más
importante de la Ciudad de México.
Víctor Gordoa actualmente se desempeña como presidente de la empresa Consultoría en
Imagen Pública, y también es Rector del Colegio de Consultores en Imagen Pública,
institución educativa que fundó en el año 2000 en la Ciudad de México, y en la cual se
imparte la maestría en imagen pública.
José Antonio Sosa Plata
José Antonio Sosa Plata estudió la licenciatura en periodismo y comunicación colectiva en
la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Cuenta con una amplia
experiencia profesional como consultor de comunicación política y es considerado como
uno de los mejores media trainers en México. Es director general de la empresa consultora
Apoyo, Asesoría en Comunicación Política, y autor del libro Información política: Enfoque
analítico y perspectiva estratégica, publicado el Instituto Federal Electoral.
En la Universidad Iberoamericana ha coordinado un diplomado en análisis y diseño de la
comunicación política, y alcanzó particular notoriedad en el año 2000 al incorporarse al
equipo de campaña del candidato Vicente Fox en pos de la presidencia.
El estupendo trabajo que realizó José Antonio al preparar a Vicente Fox para los debates
que el panista sostuvo con los candidatos Francisco Labastida Ochoa (PRI) y Cuauhtémoc
Cárdenas Solórzano (PRD), sin duda alguna estableció una importante diferencia en los
referidos comicios. Guillermo Cantú (2001: 28), quien vivió intensamente aquellos
instantes decisivos relata:
“Los tres aparecieron frente a las cámaras muy bien vestidos, con caras animosas y presentaciones firmes y bien articuladas. Sin embargo, súbitamente, Francisco Labastida le ofreció a Fox la oportunidad de la noche: Reclamó los ataques burlones que Fox le había lanzado en diferentes momentos de la campaña. –Me ha llamado -balbuceó quejumbroso el priísta- chaparro, me ha dicho mariquita, lavestida, mandilón... –Vicente no lo podía creer. Velozmente vino a su mente lo que la esposa de Diego Fernández de Cevallos, por conducto de su marido, le había recomendado replicar al ser atacado por mal hablado. Agregó el punto de malos para gobernar y lanzó su andanada: -Mi estimado señor Labastida, a mí tal vez se me quite lo majadero, pero a ustedes lo malos para gobernar y lo corrupto no se les va a quitar nunca”.
José Antonio Sosa Plata actualmente labora para la señora Marta Sahagún –esposa del
presidente Vicente Fox- en una fundación dedicada a realizar acciones de filantropía.
2.5 Por la ruta de las relaciones públicas digitales
“Se puede afirmar que la aparición de Internet constituye un parteaguas histórico que divide la comunicación humana, entre antes y después de Internet”.
Ernesto Villanueva.
Primeros antecedentes de Internet en México
La participación del sector académico en el desarrollo de la industria mexicana de radio y
televisión admite ser calificada de marginal e incipiente, a pesar de notables casos, como
XHIPN, Canal 11 de televisión, primera estación cultural y educativa de América Latina,
cuya operación corre a cargo del Instituto Politécnico Nacional. En cambio las
universidades han desarrollado un papel decisivo en el desarrollo de Internet. De hecho es
posible afirmar que la historia de Internet en México -al igual que la historia de Internet en
un amplio número de naciones de América Latina- definitivamente no podría explicarse
sin tomar en consideración la decidida participación de algunas de las principales
universidades publicas y privadas, las cuales, a finales de la década de 1980 por su cuenta
y riesgo realizaron considerables inversiones para poder establecer los primeros enlaces
dedicados a la red de la NSF (NSFNET) 15 infiriendo la importancia que ésta podría
alcanzar en los años inmediatos, como efectivamente ocurrió. 16
Los primeros “experimentos” de interconexión entre equipos de cómputo en México
comenzaron en los últimos años de la década de 1970. Las primeras conexiones en
realidad se restringían a un reducido número de horas, en las cuales los expertos de las
áreas de informática bajaban de la red sus correos electrónicos o consultaban información
de los grupos de discusión en línea. Tales conexiones se realizaban a través de líneas
telefónicas analógicas.
En junio de 1986 el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey consiguió conectarse a
la red BITNET (EDUCOM) a través de la Universidad de Texas en San Antonio (UTSA),
y por medio de una línea conmutada. La velocidad del referido enlace fue de 2,400 bps y
los equipos interconectados eran máquinas IBM 4381. De acuerdo con Óscar Robles
Garay (2000:4), investigador del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey y director
del Centro de Servicios de Información y Registro en Internet (Network Information
Center de México), entonces se realizaban dos conexiones en promedio al día, cada una
con una duración aproximada de 30 minutos.
En el mes de octubre de 1986, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
estableció su primer enlace a la red BITNET, a través del Tecnológico de Monterrey,
Campus Monterrey. Posteriormente la UNAM consiguió articular un enlace satelital
independiente, a través del satélite Morelos II.
El 28 de febrero de 1989 el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey se convirtió en
la primera institución en México que logró establecer un enlace dedicado a la red de la
NSF, por medio de una línea analógica privada de 5 hilos de 9,600 bits por segundo,
conformándose así el primer nodo en México. El Tecnológico de Monterrey, Campus
Monterrey estableció su acceso dedicado a la red de la NSF a través de la Escuela de
Medicina de la Universidad de Texas en San Antonio. Por esa sencilla razón el
Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey dispone del primer nombre de dominio
“.mx”.
A través del Instituto de Astronomía, la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) se convirtió en la segunda institución en México que consiguió establecer un
enlace dedicado a Internet, conformándose así el segundo nodo nacional. La conexión
digital a la red de la NSF se realizó vía satélite, a 56 Kbps, a través del Centro Nacional de
Investigación Atmosférica (NCAR), ubicado en Boulder, Colorado, Estados Unidos.
La tercera institución que logró establecer un enlace dedicado a Internet en México fue el
Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. Su conexión a la red de la NSF
también la estableció a través del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR).
La UNAM y el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey entonces mantenían un
enlace común, por medio de la red BITNET y a través de líneas analógicas privadas.
México fue el primer país de América Latina que logró establecer un enlace dedicado a la
red de la NSF. Nuestra siguiente tabla concentra información relativa a las fechas en las
cuales algunos países de América Latina establecieron sus primeros enlaces dedicados a la
red de la NSF. Nuestra proximidad geográfica con los Estados Unidos, sin duda alguna
resultó definitiva para articular nuestros primeros accesos dedicados a Internet antes que
cualquier otro país de América Latina:
Fuente: ftp://nic.merit.edu/nsfnet/statistics/nets.by.country
En América Latina las universidades impulsaron las primeras conexiones a red de la NSF.
Por esa razón la administración de los dominios nacionales, responsabilidad que se
concede a las instituciones que lograron articular los primeros enlaces dedicados a la red,
en un amplio número de países de América Latina reside aún en alguna universidad
pública o privada.
Nuestra siguiente tabla nos permitirá identificar en cuáles países de América Latina las
universidades siguen administrando los nombres de dominios nacionales:
ccTLD Nombre del Nombre de la Institución Tipo de la Institución
11 Aliza Chelminsky actualmente se desempeña como asesora de Francisco Barrio, el llamado “zar anticorrupción” del gobierno del presidente Vicente Fox.12 Las cursivas son nuestras.13 Hoy la lideresa priísta Guadalupe Buendía se encuentra tras las rejas tras haber protagonizado un sangriento enfrentamiento con los simpatizantes del actual presidente municipal de Chimalhuacán, también de extracción priísta. 14 Véase: www.gabyvargas.com.mx15 Red creada por la National Science Foundation (NSF).16 Para ampliar la información histórica relativa al desarrollo de Internet en México y en América Latina, recomendamos consultar: Octavio Islas y Fernando Gutiérrez: “Internet y una nueva comunicación”. En Diálogos de la Comunicación. Número 62, julio 2001, páginas 61-75.
País Fecha de conexión inicial a NSFnetArgentina Octubre de1990Brasil Junio de 1990Chile Abril de 1990Colombia Abril de 1994Costa Rica Enero de 1993Ecuador Julio de 1992México Febrero de 1989Perú Noviembre de 1993Venezuela Febrero de 1992
Servicio
.ar NIC-Argentina Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto Ministerio de gobierno
.bz .BZ NIC University Management Ltd. Alianza entre una organización privada y una universidad pública
.bo NIC-Bolivia BolNet / Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología Red Boliviana
.br Registro-Br Fundacao de Amparo a Pesquisa do Estado de Sao Paulo
Ministerio de gobierno
.cl NIC-Chile Universidad de Chile Universidad pública
.co NIC-Colombia Universidad de los Andes Universidad pública
.cu Cuba-NIC CENIA Internet Ministerio de gobierno
.sv SVNet Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología Asociación civil
.gt NIC GT Universidad del Valle de Guatemala Universidad privada
.hn NIC-HN Red de Desarrollo Sostenible Asociación civil
.mx NIC-México Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Universidad privada
.pa PANNET PANNET Universidad Tecnológica de Panamá Universidad pública
.pe NIC-Perú Red Científica Peruana Institución sin fines de lucro
.py NIC-Paraguay Universidad Católica de Asunción y Universidad Nacional de Asunción
Universidad privada y Universidad pública
.do NIC-Do Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra Universidad pública
.uy NIC-UY Universidad de la República Universidad del Estado
.ve NIC-VE Red académica de centros de investigación y Universidades Nacionales Asociación civil
Fuente: Latin American & Caribbean Country Code Top Level Domain Organization (www.lactld.org).
A finales de la década de 1980, algunas de las principales universidades del país realizaron
considerables inversiones para establecer alguna forma de acceso hacia las redes de
información electrónica. En tal proceso es posible advertir tres grandes tendencias:
1 Instituciones de educación superior y centros de investigación que optaron por
establecer su acceso a Internet a través de algún campus del Tecnológico de
Monterrey o por medio de la UNAM.
2 Instituciones de educación superior y centros de investigación que decidieron
establecer su enlace dedicado a Internet por medio de alguna universidad de los
Estados Unidos.
3 Instituciones educativas que optaron por establecer alguna forma de enlace a
redes de información electrónica alternativas a Internet.
Instituciones de educación superior y centros de investigación que optaron por establecer su acceso a Internet a través de algún campus del Tecnológico de
Monterrey o por medio de la UNAM.La Universidad de las Américas (UDLA) y el Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Occidente (ITESO) optaron por establecer sus primeros enlaces a Internet a
través del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. A pesar de que los enlaces
dispuestos por esas instituciones eran de muy baja velocidad (9,600 bps), en tales
condiciones fue posible establecer servicios de correo electrónico, transferencia de
archivos (FTP) y acceso remoto (Telnet).
También a través del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey se enlazaron a
Internet el Colegio de Postgraduados de la Universidad de Chapingo, el Centro de
Investigación en Química Aplicada, y el Laboratorio Nacional de Informática Avanzada
(LANIA). La Universidad de Guanajuato, ubicada en Salamanca, Guanajuato, decidió
establecer su acceso a Internet a través de la UNAM.
Instituciones de educación superior y centros de investigación que decidieron establecer su enlace dedicado a Internet por medio de alguna universidad de los
Estados Unidos.En cambio, otras instituciones educativas, como la Universidad de Guadalajara (U de G),
optaron por establecer sus primeras conexiones a Internet a través de universidades e
institutos de investigación de los Estados Unidos. La U de G articuló sus primeras
conexiones a Internet a través de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA),
Estados Unidos, mediante una línea privada de 4 hilos y a una velocidad de 9,600 bps. Los
primeros servicios de información en Internet de la Universidad de Guadalajara inclusive
se encontraban bajo el dominio de la UCLA, y con direcciones IP de esa reconocida
universidad de la Unión Americana.
Instituciones educativas que optaron por establecer alguna forma de enlace a redes de información electrónica alternativas a Internet.
Otras instituciones educativas optaron por establecer su acceso a redes de información
electrónica alternativas a Internet. El Instituto Tecnológico de Mexicali, por ejemplo,
articuló un enlace hacia la red BESTNET. Sin embargo Internet finalmente terminó por
asimilar a las redes alternativas.
La era de las punto com y en el sendero del gobierno digital
Hasta el año de 1993 el uso de Internet en México prácticamente estuvo restringido a
aplicaciones de carácter científico y de investigación. Entonces los principales usuarios de
la red eran académicos e investigadores adscritos a las principales instituciones de
educación superior o a institutos de investigación, y por lo regular expertos en ciencias de
la informática. En el periodo comprendido entre 1989 y 1993, las universidades operaron
como únicos proveedores de acceso a Internet en México.
El 18 de enero de 1993 el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), se
convirtió en la primera institución gubernamental que logró establecer un enlace dedicado
a Internet. El referido enlace fue satelital, y el acceso a Internet lo proporcionó el Centro
Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) en Boulder, Colorado, Estados Unidos.
El primer proveedor comercial de servicios de Internet en México inició sus operaciones
en el año de 1994. Sin embargo, es posible afirmar que a mediados de la década de 1990,
tanto en México, como en la mayor parte de América Latina, Internet todavía no admitía
aplicaciones de carácter comercial.
En el año de 1994, algunas empresas realizaron los trámites necesarios para obtener los
primeros dominios “.com.mx”. En 1995 se registró un significativo incremento en el
número de empresas comerciales que tramitaron dominios “.com.mx”. El 10 de octubre de
ese año, de acuerdo con información de NIC-México, el número de dominios destinados a
propósitos comerciales ascendió a 100, superando por primera vez al número de los
dominios asignados a instituciones educativas (85). Entonces el total de dominios “.mx”
ya ascendía a 211.
Ese hecho representó el inicio de una nueva etapa en el desarrollo de Internet en México,
en la cual los proveedores comerciales que proporcionan servicios de acceso a Internet, las
compañías de telefonía y de telecomunicaciones, así como las empresas nacionales y
multinacionales que incursionaron en los mercados emergentes de Internet empezaron a
ejercer una mayor influencia sobre el desarrollo de Internet en México, desplazando a las
universidades.
Internet se ha convertido en el principal impulsor de una profunda convergencia
tecnológica, la cual trasciende a las industrias de telecomunicaciones, a la informática y a
los medios de difusión colectiva, extendiéndose a la industria de la electrónica de consumo
doméstico, a los dispositivos móviles con acceso a Internet y, por supuesto, a otras
industrias emergentes -como la del entretenimiento-, por ejemplo. A pesar del rotundo
fracaso de miles de empresas “punto com” en el mundo, la convergencia tecnológica es
irreversible.
En el documento Evolución del Sector Telecomunicaciones, publicado por la Comisión
Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) se afirma que el sector telecomunicaciones creció
cuatro veces más que el conjunto de nuestra economía, y que su participación en el
desarrollo de la economía nacional aumentó del 1.07% al 3.03% durante el periodo
comprendido entre 1990 y 2000.
Con respecto al número de usuarios de Internet en México, éstas son las cifras que
reportaban algunos de los principales especialistas en el 2001:
Nombre Cargo Cuentas de Internet Total usuarios de Internet en México
Marco Romero
Gerente de Mercadotecnia de MCM Telecom.
1.9 millones. 1.843 millones son cuentas de dial up y 57,000 están conectadas por circuitos dedicados, cable módem e ISDN. Sólo 9% de las cuentas son gratuitas.
4.5 millones
Rodrigo Martínez
Subdirector de Mercadotecnia de Productos de Avantel
1.8 millones No hay una cifra precisa.
Mathias Dechelette
Director general de Netvalue México
No indicó A finales del 2000 había 3.5 millones
Gabriel Moreno
Analista señor de Internet y Transmisión de Datos de Select IDC
2.6 millones de cuentas. 1.9 son cuentas pagadas.
2.8 millones
Alejandro Pisanty
Coordinador de Educación a Distancia de la UNAM, presidente de la Sociedad Internet de México.
No indicó 3.5 millones
Enrique Díaz
Director general de Estudios Técnicos Investigación y Desarrollo de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel)
Desconoce las cifras de cuentas que hay en el país.
3.2 millones, el 60% está concentrado en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey.
Fuente: Nuestra tabla fue elaborada con base en información que fue publicada en la revista Net@ Número 126, correspondiente al 30 de abril de 2001, página 8.
Actualmente México cuenta con poco más de 100 millones de habitantes. Algunos
especialistas estiman que en el año 2004 habrá 9.5 millones de usuarios de Internet en
México. Ello dependerá del comportamiento que observen varias variables, como el
desarrollo de la economía nacional, las tarifas de los ISPs, el desarrollo de ofertas de
contenido y servicios, la evolución del comercio electrónico, el auge de nuevas tecnologías
de banda ancha y sistemas inalámbricos de transmisión de información, el grado de
involucramiento del gobierno, el desarrollo del proyecto e-México.
De acuerdo con Julio César Margáin y Compéan (2001:3), responsable del Sistema e-
México, los principales objetivos del gobierno de Vicente Fox en materia de Internet son:
“Reducir la brecha digital entre México y el mundo; entre el gobierno, las empresas, las familias; incrementar la penetración y cobertura de servicios como telefonía e Internet, así como servicios afines; eliminar barreras de acceso a la información, el conocimiento, los servicios y los mercados; facilitar el acceso a diversos servicios como salud, educación, comercio, y los servicios y trámites del gobierno; incorporar a las pequeñas y medianas empresas, así como a los microproductores artesanales y de diversas actividades regionales en la denominada nueva economía; eliminar cadenas de intermediarios que no agreguen valor a las actividades productivas y comerciales de las empresas; difundir nuestra riqueza pluricultural, así como los atractivos naturales y turísticos que México ofrece al mundo”.
En la primera etapa del Sistema e-México el gobierno pretende integrar los esfuerzos de
diversas dependencias e instituciones públicas y privadas para desarrollar servicios y
contenidos en línea de e-Gobierno, e-Educación, e-Salud, y e-Comercio.
Abraham Sotelo Nava (2001:15), responsable del Programa e-Gobierno, afirma que las
acciones de la presente administración en materia de Internet persiguen el propósito de
modificar la forma como el gobierno se comunica con la ciudadanía:
“es la innovación continua de los servicios, la participación de los ciudadanos y la forma de gobernar mediante la transformación de las relaciones externas e internas a través de la tecnología, el Internet y los nuevos medios de comunicación. En otras palabras, el e-Gobierno implica una transformación de la función gubernamental introduciendo nuevos valores de comunicación, cooperación y participación interactiva para la toma de decisiones gubernamentales (G2C: Relaciones Gobierno-ciudadano). De igual manera se modificarán las estrategias de transparencia, desempeño y rendición de cuentas al interior del gobierno (G2G: Relaciones gobierno-gobierno) para que éste actúe más eficientemente en la presentación de los servicios y en la administración de la información, reforzando su liderazgo frente a la sociedad. Finalmente, las relaciones gobierno-empresas (G2B government-business) serán también rediseñadas buscando la participación activa y comprometida del sector privado en la modernización gubernamental”.
Entre las principales aplicaciones genéricas que podrían derivarse del desarrollo del
“gobierno electrónico”, Abraham Sotelo Nava (2001:15) destaca las siguientes:
“control del tránsito; e-taxation (cobro de impuestos); pago de servicios (uso de técnicas del comercio electrónico; voto electrónico; seguridad pública (prevención y respuesta ante accidentes; buzón de denuncias; ámbitos de comunicación directa en tiempo real de funcionarios en audiencias públicas (chats); encuestas; licitaciones públicas; tramitación y renovación de permisos y licencias; información sobre servicios de la administración pública; guía de trámites; bolsa de trabajo; registro de solicitudes de beneficios sociales diversos (Progresa, Fonaes); iniciativa popular (ámbito para propuestas de legislación o normas diversas por parte del público); servicios para sectores segmentados (jóvenes, mujeres, jubilados); registro de agenda y eventos; y, en general, poder involucrar a la ciudadanía en el proceso de deliberación previo a la toma de decisiones”.
. Sin duda alguna el óptimo desarrollo de los recursos de información del Estado en Internet
debe inscribirse en el marco mismo de la reglamentación al derecho a la información,
delimitando claramente la responsabilidad del Estado en la tarea de socializar el
conocimiento de un considerable número de asuntos de interés público. Durante los
primeros días de enero de 2002 empezó a operar el sistema de información en línea
“Tramitanet”, el cual simplificará la realización de un considerable número de trámites
administrativos a la ciudadanía, y seguramente podrá erradicar muchas prácticas de
corrupción de servidores públicos.
Apuntes sobre el estudio y la investigación de las tecnologías de información en las escuelas de comunicación en México
En algún tiempo el estudio y la investigación de las tecnologías de información en
México –al igual que las relaciones públicas- fueron considerados asuntos periféricos en
la reflexión comunicológica. Sólo un reducido número de investigadores de la
comunicación –particularmente aquellos interesados en el estudio de las tecnologías
educativas- se interesó por la investigación de las tecnologías de información.
El escaso número de textos en los cuales se abordaba el tema de las tecnologías de
información generalmente procedía de enfoques diametralmente opuestos. Los
investigadores de la comunicación que asumieron la perspectiva teórica del imperialismo
cultural insistían en denunciar que la innovación tecnológica inevitablemente se
encontraba subordinada a la lógica de reproducción ampliada de la ideología dominante,
y que las tecnologías de información estaban al servicio de la perpetuación de la
hegemonía que ejercían las clases dominantes sobre el resto de la sociedad.
En cambio algunos investigadores de la comunicación fueron más optimistas al analizar
el desarrollo de las tecnologías de información, recuperando las tesis propuestas por
Marshall McLuhan a mediados de la década de 1960, quien en La comprensión de los
medios como extensiones del hombre ya advertía el inminente tránsito a la “aldea global”.
Es posible afirmar que Marshall McLuhan (1977, 25-26) al igual que Julio Verne,
anticipó con impresionante claridad el advenimiento de Internet. 17
“Después de tres mil años de explosión por medio de técnicas fragmentarias y mecánicas, el mundo de Occidente entra en implosión. Durante las eras mecánicas prolongamos nuestros cuerpos en el espacio. Hoy en día, después de más de un siglo de técnica eléctrica, hemos prolongado nuestro propio sistema nervioso central en un alcance total,
17 Sólo la privilegiada imaginación de Julio Verne fue capaz de poder concebir a Internet con casi un siglo de anticipación. En el documento “París en el siglo XX”, el cual data de 1863, y que fue publicado por primera vez en Francia, en el año de 1994, el célebre visionario anticipó: “La foto-telegrafía permitía enviar cualquier tipo de escrito, firma o ilustración, o cualquier contrato para ser firmado, a una distancia de 20,000 kilómetros. Todas las casas estaban cableadas”.
aboliendo tanto el espacio como el tiempo en cuanto se refiere a nuestro planeta. Estamos acercándonos rápidamente a la fase final de las prolongaciones del hombre, o sea la simulación técnica de la conciencia cuando el desarrollo creador del conocimiento se extienda colectiva y conjuntamente al total de la sociedad humana, del mismo modo en que ya hemos ampliado y prolongado nuestros sentidos y nuestros nervios valiéndonos de los distintos medios”.
En 1984 la destacada investigadora Fátima Fernández Christlieb presentó una interesante
ponencia relativa al desarrollo de las nuevas tecnologías de información en México, en el
marco del Tercer Encuentro del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación
de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC), evento que se realizó en la ciudad de
Guadalajara, Jalisco.
En 1986, en el marco del Quinto Encuentro Latinoamericano de Facultades de
Comunicación Social -evento que se realizó en Bogotá, Colombia-, el investigador Raúl
Fuentes Navarro dictó una interesante conferencia sobre el tema de las escuelas de
comunicación y la enseñanza de las nuevas tecnologías en América Latina.
A pesar del interés que ya manifestaban algunos investigadores de la comunicación en
México por el estudio de las tecnologías de información, es posible afirmar que aún a
principios de la década de 1990 la producción de investigaciones sobre el referido tema aún
era muy incipiente en México, como lo demuestra un estudio realizado por Raúl Fuentes
Navarro.18 Las investigaciones en materia de tecnologías de información fundamentalmente
admitían un carácter teórico-especulativo, sin incursionar en el análisis técnico de las
aplicaciones tecnológicas.
Sin duda alguna la determinación de algunos investigadores de la comunicación, como
Carmen Gómez Mont, quien a mediados de la década de 1980 se desempeñaba como
catedrática de la Maestría en Comunicación de la Universidad Iberoamericana, Plantel
Santa Fe, resultó definitiva para incorporar en los planes de estudio de algunas
universidades mexicanas que ofrecían la licenciatura en ciencias de la comunicación, las
18 En La comunidad desapercibida. Investigación e investigadores de la comunicación en México, texto publicado en el año de 1991, Raúl Fuentes consigna que apenas el 3.7% de los textos clasificados como documentos de investigación de la comunicación por el Centro de Documentación del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC), correspondían al tema de tecnologías de investigación.
primeras asignaturas dedicadas al estudio de las tecnologías de información. Las
investigaciones realizadas por Carmen Gómez Mont indudablemente demostraron que el
impacto social de las tecnologías de información merecía mayor atención por parte de los
investigadores. 19
Sin embargo, ya avanzada la década de 1990 la mayoría de los estudios realizados por
comunicólogos ni siquiera reparaba en la existencia misma de Internet. Los
investigadores estaban dedicados al estudio de las comunicaciones satelitales, la
televisión de alta definición (HDTV), las aceleradas transformaciones que registraba la
industria de las telecomunicaciones, el dominio técnico de la multimedia, el desarrollo de
la radio digital, entre otros temas.20 En 1994 los investigadores de la comunicación en
México observaban una relativa indiferencia hacia el tema de Internet. 21
Tan sensible menosprecio al tema de Internet no era exclusivo de los comunicólogos. A
pesar del formidable desarrollo que ya había alcanzado Internet en el mundo, los
“expertos” en informática del gobierno del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) ni
siquiera mencionaron una sola ocasión la palabra “Internet” en el “Programa de
Desarrollo Informático”, texto que fue desarrollado por la Academia Nacional de la
Informática para incorporarse al “Plan Nacional de Desarrollo” del gobierno de la
República en el periodo 1994-2000.
19 En La comunidad desapercibida. Investigación e investigadores de la comunicación en México , texto publicado en el año de 1991, Raúl Fuentes consigna que apenas el 3.7% de los textos clasificados como documentos de investigación de la comunicación por el Centro de Documentación del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC) correspondían al tema de las tecnologías de información.20 Entre los comunicólogos que en México manifestaron particular interés por el estudio de las comunicaciones satelitales destacan: Javier Esteinou, Fátima Fernández, Raúl Trejo Delarbre, Héctor Schmucler, Ligia María Fadul y Lino Santacruz; Del tema de la televisión de alta definición (HDTV) se ocupan Octavio Islas y Gabriela Warketin; el desarrollo de la televisión por cable era estudiado por Carola García Calderón, José Flores y Leobardo Conde; en la investigación de la telecomunicaciones destacan los trabajos desarrollados por Javier Esteinou, Eduardo Barrera y Javier Elguea; respecto al tema de la radio digital destacan textos de Alma Rosa Alva de la Selva, Gabriel Sosa Plata y Fernando Mejía Barquera. Carmen Gómez Mont mantenía su interés por estudiar las tecnologías de información en conjunto. 21 En enero de 1995 se publicó el número 104 de Cuadernos de Comunicación, el cual fue dedicado por completo al análisis de la “Sociedad de la Información”. La referida obra comprende una interesantísima colección de textos de Ángel Benito, Soledad Robina Bustos, Alberto Montoya Martín del Campo, Miguel Alemán, Albert Gore, Carlos Eduardo Colina, Raúl Fuentes Navarro, Elizabeth Fox, Alma Rosa Alva de la Selva, Migdalia Pineda de Alcázar, Rafael Roncagliolo, Javier Esteinou Madrid, Rafael Serrano Partida, Fátima Fernández Christlieb y Ligia María Fadul, Octavio Islas Carmona, y Eduardo Novoa.
El destacado investigador Raúl Trejo Delarbre es autor del primer libro que algún
comunicólogo mexicano dedicara al tema de Internet. Se trata de La nueva alfombra
mágica. Usos y mitos de Internet. Ese oportuno libro -independientemente de los
reconocimientos internacionales de que fue objeto- admite el mérito de haber despertado
la atención de los investigadores de la comunicación en México hacia el tema de Internet.
En 1995 en el Proyecto Internet del Tecnológico de Monterrey publicamos en línea el
primer número de Razón y Palabra (www.razonypalabra.org.mx) la primera revista www
en América Latina dedicada al análisis de temas diversos de comunicación. En sus 23
ediciones en línea –en enero de 2002- más de 300 reconocidos académicos e
investigadores de la comunicación de México, América Latina y España han publicado
sus ensayos en las páginas www de Razón y Palabra. Posteriormente desarrollamos el
sitio WWW de la Revista Mexicana de Comunicación y el sitio www de la Fundación
Manuel Buendía.
Paralelamente emprendimos en Proyecto Internet nuestros primeros servicios de
consultoría, y en el año de 1996 desarrollamos el primer sitio WWW de PEMEX
Corporativo, el cual nuevamente diseñamos en el año de 1998. En el mes de junio de
1996 iniciamos el desarrollo de las primeras páginas WWW de la Presidencia de la
República,22 y el primero de septiembre de 1996 empezamos a operar el Sistema Internet
de la Presidencia de la República al publicar en la red el Segundo Informe de Gobierno
del Presidente Ernesto Zedillo.23 A partir de 1997 el Proyecto Internet del Tecnológico de
Monterrey asumió el desarrollo del sitio WWW de la Cámara de Diputados, y de 1998 a
1999 nos hicimos cargo de la administración del sitio WWW de la Cámara de Senadores .
En 1997 logramos introducir en el plan de estudios de la licenciatura en ciencias de la
comunicación del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México las primeras
asignaturas dedicadas al estudio de Internet. No fue sencillo. Los verdaderos expertos en
Internet eran alumnos que apenas habían egresado de la licenciatura en ciencias de la
comunicación.24 Los egresados de la licenciatura en ciencias de la comunicación del
Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México han encontrado en las pujantes
industrias de Internet y del comercio electrónico un atractivo campo de desarrollo
profesional. Los indicadores de eficiencia terminal de la licenciatura en ciencias de la
comunicación del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México
significativamente se han incrementado desde entonces.25
Las tecnologías de información. Asunto de interés en los programas de posgrado
El Posgrado en Comunicación de la Universidad Veracruzana –el cual se encuentra a
cargo de la maestra Elizabeth Bonilla Loyo- en México fue el primer posgrado que
incorporó materias dedicadas al estudio de Internet. De acuerdo con un interesante texto
que realizó el investigador Raúl Fuentes Navarro sobre planes de estudio de los
posgrados en comunicación de las universidades mexicanas, es posible advertir un claro
interés por la investigación de las tecnologías de información.26
Las cuatro instituciones educativas cuyos programas de posgrado en comunicación
estaban considerados en el Padrón de Excelencia del CONACyT disponen de áreas de
22 Al establecer su sitio WWW, la Presidencia de la República despertó un sensible interés por Internet en las dependencias del sector público. De acuerdo con información de NIC-México (www.nic.mx), en el mes de octubre de 1996, el número de dominios “.gob.mx” ascendió a 63. Tal cifra representó un incremento del 525 por ciento en el número de dominios “.gob.mx” que se desarrollaron durante el periodo comprendido entre diciembre de 1995 y octubre de 1996. 23 La representación del gobierno de México en Internet, primero fue asumida extraoficialmente a través del servidor WWW del Consulado de México en Nueva York. En ese sitio WWW Laura Sainz publicó el Primer Informe de Gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo. Posteriormente un asesor de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la República -de apellido Dávila- se atribuyó el derecho de elaborar unas páginas espurias de la Presidencia de México, las cuales residían en un sitio WWW que llevaba el apellido del referido asesor. En repetidas ocasiones Armando Quintero Mateos, quien se desempeñaba como secretario particular de Carlos Salomón Cámara, entonces titular de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la República, exigió al señor Dávila que retirase de su sitio personal las páginas electrónicas en las cuales se atribuía la supuesta representación del gobierno de México en Internet. Dávila se obstinó en mantener activo su sitio espurio hasta ya avanzado el año de 1996. ¿Por qué tan singular y delicado hecho prácticamente resultó inadvertido para la mayor parte de los medios informativos en México? En primer lugar, porque entonces no había una prensa especializada en el tema de Internet que estuviese atenta a consignar y analizar hechos o fenómenos ligados al desarrollo de la red de redes en México. Por otra parte, la mayoría de los funcionarios públicos en realidad entonces poco sabían de Internet y frecuentemente lo asociaban con temas de ciencia-ficción. Cabe mencionar que José Luis Oliva Posada, en el número 4 de la revista Gobierno Digital, correspondiente al mes de agosto de 1996, fue uno de los pocos periodistas que puntualmente advirtieron la ridícula situación en la cual se encontraban las supuestas páginas WWW de la Presidencia de la República, hospedadas en el sitio personal del señor Dávila. Finalmente las primeras páginas WWW de la Presidencia de México las desarrolló el Proyecto Internet del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, durante los meses de julio y agosto de 1996. Véase “La Presidencia de la República en Internet”. Gobierno Digital. Número 6, octubre de 1996, pp. 15-16.
investigación en tecnologías de información o en el estudio de los nuevos medios de
difusión masiva.
La maestría en comunicación que se imparte en la Universidad Iberoamericana, Plantel
Santa Fe –la cual inexplicablemente fue excluida del Padrón de Excelencia del
CONACYT- cuenta con una área de investigación sobre comunicación y nuevas
tecnologías.27
La maestría en comunicación que se imparte en la Universidad Nacional Autónoma de
México -a través de la Facultad de Ciencias Políticas- también incluye una línea de
investigación en comunicación e innovaciones tecnológicas.
El doctorado en ciencias sociales que se imparte en la Universidad Autónoma
Metropolitana contempla una línea de investigación en nuevas tecnologías y su impacto
en la organización de la vida pública y privada.
El doctorado en ciencias sociales de la Universidad de Guadalajara dispone de una línea
de investigación en nuevos medios de comunicación e industrias culturales.
24 Ese mismo año conseguimos introducir las primeras asignaturas dedicadas al estudio de Internet en el plan de estudios de la Maestría en Comunicación de la Universidad Veracruzana, la cual se convirtió en el primer posgrado en México que logró incorporar materias dedicadas el tema de Internet en sus planes de estudios.25 El Tecnológico de Monterrey es el sistema de educación superior privada más extenso de México. A través de sus sistemas escolarizados, de la Rectoría de la Universidad Virtual y de Tec.com actualmente atiende a más de 120,000 estudiantes en México y en el extranjero, ofreciendo programas de preparatoria, licenciatura, cursos de extensión y diplomados, maestrías y doctorados, y cuenta con 30 campus en el territorio nacional. Para abatir las elevadas inversiones que cada año es indispensable realizar para mantener nuestro equipo computacional en óptimas condiciones, en el Tecnológico de Monterrey optamos por centrar nuestra atención en la posibilidad de ofrecer miles de puntos de conectividad en todos nuestros campus, accediendo así a la condición de una universidad integrada inalámbrica. Además hemos delegado en nuestros alumnos la responsabilidad de adquirir computadoras portátiles a precios preferenciales y en pagos diferidos, con nuestros diferentes proveedores de equipo computacional. La periódica renovación de los equipos computacionales de nuestros alumnos, se encuentra considerada en los convenios que hemos celebrado con nuestros proveedores. Además cada uno de los profesores del Sistema Tecnológico de Monterrey por lo menos dispone de una computadora, ya sea portátil o estacionaria. Cada alumno del Sistema Tecnológico de Monterrey, de acuerdo con la lógica del modelo educativo que hemos implantado, estudia la mayor parte de sus materias en un ambiente virtual de aprendizaje integral -ya sea Learning Space, desarrollado por Lotus Notes, o Blackboard-. Ello independientemente del nivel de los estudios que se encuentre realizando, ya sea preparatoria, licenciatura, maestría o doctorado.26 Ese estudio fue publicado en las páginas WWW del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de la Comunicación (CONEICC), las cuales administró el Proyecto Internet desde 1997 hasta marzo de 2001.27 A la Universidad Iberoamericana, Plantel Santa Fe, en el año de 1996 le fue confiada la responsabilidad de impartir la Cátedra UNESCO en Telecomunicaciones y Sociedad.
El problema del soporte computacional
Desafortunadamente no basta incorporar líneas de investigación en tecnologías de
información en los planes de estudios de licenciaturas o posgrados en comunicación para
impulsar la investigación de las tecnologías de información. Es indispensable reparar en
la importancia que admite el mantener una moderna infraestructura computacional,
garantizar un pertinente equipamiento de las instalaciones, procurar la periódica
renovación del equipo y disponer de un eficiente soporte técnico.
Hoy en la producción profesional de audio y video se emplea sofisticado hardware y
software. Por tal motivo las escuelas de comunicación deben realizar mayores inversiones
para garantizar un adecuado equipamiento.
En no pocas universidades públicas y privadas de México, los responsables de la
administración del equipo computacional todavía consideran que no es necesario asignar
equipos de cómputo a los alumnos de la licenciatura en ciencias de la comunicación así
como a los catedráticos e investigadores.
Similares objeciones enfrentan alumnos de las licenciaturas en humanidades y en ciencias
sociales de universidades públicas y privadas, así como un amplio número de
investigadores de las ciencias sociales.
Si los responsables de la administración del equipo computacional disponen de un
presupuesto reducido, por lo regular optan por adquirir equipo computacional que
destinarán a los académicos, investigadores y alumnos de las licenciaturas o posgrados en
las ciencias de la informática.
Muchas universidades disponen de un equipo computacional francamente obsoleto, el
cual impide el acceso a muchas de las nuevas aplicaciones de Internet. Además si
tomamos en consideración el tipo de hardware y software que profesionalmente emplean
las industrias de audio y video digital, la brecha tecnológica que separa a las escuelas de
los medios se vuelve enorme.
Sólo un reducido número de universidades mexicanas ha demostrado una genuina
preocupación por garantizar el efectivo acceso de los estudiantes y catedráticos de las
licenciaturas o posgrados en ciencias de la comunicación a equipos computacionales
modernos y eficientes. Una amplia brecha computacional además se interpone entre las
universidades.
Los investigadores web
En los años recientes un mayor número de investigadores de la comunicación en México
ha manifestado interés por realizar investigaciones sobre diversos temas de las ciencias
de la comunicación asociados al desarrollo de Internet. De ninguna manera la presente
relación de académicos e investigadores que han manifestado particular interés por
abordar el tema de Internet admite considerarse como exhaustiva o definitiva. Sin
embargo, consideramos que esta relación permitirá identificar algunas de las nuevas áreas
de investigación en materia de Internet que han empezado a ser exploradas en México por
nuevos, viejos y renovados investigadores de la comunicación.
Alejandro Vázquez Vela Duhalt –Director de Programación de MVS Comunicaciones-
ha publicado sobre el desarrollo de la televisión WWW. Claudia Benassini –destacada
investigadora de la Universidad Iberoamericana- ha investigado sobre la televisión en
Internet, el desarrollo de las comunidades virtuales y campos profesionales y modelos de
enseñanza. Eduardo Scheffler Zawadzki –editor de la revista Cine Premier- ha publicado
sobre cine e Internet. Abraham Nosnik Ostrowiak –experto en comunicación estratégica-
ha abordado el tema de la “comunicación productiva” en Internet. Javier Esteinou Madrid
–investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana- ha incursionado en el tema del
Estado en Internet. Gabriel Sosa Plata –destacado periodista- ha realizado interesantes
estudios sobre el tema de la radio WWW. Perla Rodríguez –directiva de Radio
Educación- ha trabajado el tema de la Multimedia e Internet. Los doctores Ernesto
Villanueva –destacado investigador de la Universidad Iberoamericana- y Camilo Pérez
Bustillos –investigador del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México- han
realizado relevantes aportaciones al estudio jurídico de Internet y la reglamentación del
derecho a la información. Delia Crovi –destacada investigadora de la UNAM- ha
estudiado el tema de Internet y la educación a distancia. Después de abandonar la
Universidad de Colima, Jorge González –investigador de la Universidad Iberoamericana-
y Jesús Galindo –hoy investigador de la Universidad Veracruzana- han incursionado en el
estudio de temas de cibercultura. Gerardo Albarrán de Alba ha contribuido a impulsar
notablemente la investigación en materia de ciberperiodismo en México y en América
Latina.28 También en temas de ciberperiodismo ha destacado el trabajo que ha venido
realizando Lizy Navarro –investigadora de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí-.
Edgar Gómez –investigador de la Universidad de Colima- ha estudiado el tema de las
comunidades virtuales en Internet. Carlos Bonilla -destacado profesional de las relaciones
públicas- ya ha abordado el tema de las relaciones públicas digitales. Mario de la Garza –
investigador del Tecnológico de Monterrey- ha publicado libros sobre cibermarketing.
Raúl Trejo Delarbre –Director de la revista Etcétera- quien además de publicar La
alfombra mágica ha realizado fundamentales aportaciones al estudio de la comunicación
política a través de Internet, y Tulio Sánchez –destacado periodista- quien incursionó en
el estudio de las relaciones interpersonales a través de Internet.
Además es justo reconocer las valiosas aportaciones que han realizado algunos
profesionales ajenos a las ciencias de la comunicación, como el maestro Óscar Robles
Garay - Director del Centro de Servicios de Información y Registro en Internet (Network
Information Center de México- infatigable promotor del desarrollo de Internet en
México. Alejandro Pisanty -responsable del área de Educación Abierta y a Distancia de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)- decidido promotor de la Sociedad
de Internet Capítulo México, quien ha realizado relevantes investigaciones sobre el tema
de Internet para beneficio de todos los comunicólogos interesados en el tema. Gabriel
Moreno –investigador de Select IDC- quien durante los años recientes sin duda alguna ha
realizado las más importantes investigaciones sobre el desarrollo de las industrias de
Internet en México y el comercio electrónico.
28 Gerardo Albarrán desarrolló el sitio WWW más importante de América Latina en temas de periodismo en Internet. Se trata de Sala de Prensa: www.saladeprensa.org
Sobre las líneas de investigación que ya ha introducido Internet en las ciencias de la
comunicación, el destacado comunicólogo Abraham Nosnik (2000: 160-161) reflexiona:
“Algunas de las líneas de investigación sugeridas ya han sido abordadas o están en pleno desarrollo actualmente. Sin embargo, incluyo aspectos que pueden ofrecer perspectivas interesantes no sólo para el estudio de Internet per-se sino como ejemplos y temática en la educación de futuros especialistas de la comunicación y del público en general.a) Un primer acercamiento o estudio de Internet como tecnología deberá explorar el efecto diferencial de este canal en contraste con otros medios que son fuentes de datos y bases especializadas de información, en rubros como costo de acceso, eficiencia en el uso del tiempo en la búsqueda y retribución de dicha información, etcétera.b) Una segunda línea de estudios deberá abordar las diferencias -cada vez mayores- de acceso e infraestructura que tienen los diferentes segmentos de la población a Internet y la percepción de aumento o déficit en su calidad de vida, dependiendo del sector que se estudia, por razón del propio acceso o falta de él a este tipo de tecnologías; es decir, cómo se convierte Internet de una nueva tecnología en una necesidad o satisfactor básico en la vida moderna, con base en la existencia de diferentes sectores de la población y estilos de vida.c) Una tercera línea de investigación podría ser aquélla sugerida por John Naisbitt, experto estadounidense en tendencias futuras ya presentes en la sociedad. Naisbitt afirma que la tecnología no sólo se hace presente en un determinado ambiente laboral o educativo, sino que la propia tecnología redefine dicho ambiente a medida que pasa el tiempo y se vuelve parte integral del mismo. En este sentido, vale la pena explorar la intuición de Naisbitt como hipótesis de trabajo y ver si efectivamente la gente empieza a redefinir sus funciones y responsabilidades en el trabajo y en otros ámbitos como la propia escuela, con base en la presencia de herramientas como Internet. Incluso sugiero estudiar si el papel de contribución de diversas organizaciones -como las universidades, las empresas o el propio gobierno- se redefine con base en el acceso masivo a la realidad virtual por causa de este medio”.
Es indispensable renovar el imaginario conceptual de las ciencias de la comunicación
Según Alejandro Rodríguez, Director de la Asociación Mexicana de la Industria
Publicitaria y Comercial en Internet (AMIPCI), de los nuevos campos de desarrollo
profesional que introdujeron las industrias emergentes de Internet se desprende la
necesidad de emprender radicales transformaciones en los planes de estudios de las
licenciaturas y posgrados en ciencias de la comunicación en México. El desarrollo de
comunicaciones digitales exige de las habilidades técnicas y de los conocimientos
teóricos de auténticos “comunicólogos digitales”. Ello sin duda alguna representa un gran
reto para las universidades en las cuales se imparten licenciaturas y posgrados en ciencias
de la comunicación.
De acuerdo con el destacado investigador Jesús Galindo (2001), la reflexión ciberculural
es definitiva en la formación de todo comunicólogo. No se trata de una matriz ya
constituida -advierte Galindo- (2002) es un proyecto en construcción, un plan de trabajo
colectivo que impone y demanda nuevas condiciones de diálogo y de comprensión. Es
posible –también indispensable- emprender un plan emergente de reeducación y
formación subjetiva:
“Lo que sigue es el juego constructivo del nuevo espacio conceptual. Elementos como comunicación, interactividad, hipertextualidad, conectividad, redes, virtualidad, aparecen en escena. Son muchos los que van explorando sus contenidos y sus aplicaciones. Lo interesante es la dimensión reflexiva, la cibercultura supone más intersubjetividad, más diálogo y conversación entre distintos y semejantes. Este frente se va armando desde distintas regiones, en diversos lugares, todo ello con la apuesta de la formación de una ecología social más interconectada, más reflexiva, más dialógica y dialéctica. La nueva visión de la totalidad está en marcha, supone la participación de todos por todos los medios posibles. Creación social de nuevo cuño (...) La cibercultura, percibe que Internet implica una cosmovisión en sí misma, y en cierto sentido es portadora de una cosmología. Es decir, toda la red de redes está formateando a sus públicos en algo que es una nueva forma de vida, se parezca ésta al siglo veinte o a alguna utopía alternativa. Es decir, no es sólo asunto de contenidos, sino de principios y operadores constructivos. Internet está formando una cultura universal no en el sentido sólo de ser potencialidad homogénea, el molde de la cultura mediática de occidente, del primer mundo, sino en el formato general en el cual esos contenidos se configuran. Internet cumple con aquello de que “el medio es el mensaje”.
Del desarrollo de Internet se desprenden atractivas oportunidades para los egresados de la
licenciatura en ciencias de la comunicación y carreras afines. De acuerdo con Gustavo
Ross, directivo de la agencia “Activamente”:
“La publicidad no es la única forma de obtener ingresos en Internet. Identificamos cuatro modelos de ingresos principales:1.- Publicidad y patrocinios Los ingresos provienen de espacios publicitarios en las páginas que los usuarios visitan. Se cobran por millar (CPM) en el caso de las campañas publicitarias y por igual mensualmente en el caso de los patrocinios.2.- Comercio electrónicoLos ingresos vienen de la venta directa por Internet de cualquier tipo de bienes (digitales o materiales), y/o por comisiones derivadas de la venta.3.- Suscripciones y servicios en líneaAlgunos sitios con servicios y/o contenido muy valioso para los usuarios pueden cobrar cuotas mensuales, semestrales, etc., para su acceso.4.- Venta de contenidoLos generadores, intermediarios y sindicadores de contenido valioso y único cobran tarifas fijas o por millar de presentaciones. Esto sólo es posible cuando se refiere a un contenido que no se puede conseguir en forma gratuita en otro lugar”.
A esas atractivas áreas de desarrollo profesional para los egresados de la licenciatura en
ciencias de la comunicación y carreras afines es posible añadir el ciberperiodismo, las
relaciones públicas WWW, la radio WWW, la propaganda en Internet, la televisión WWW.
Son tiempos de renovarse o morir.
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