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CIS
#8
Diciembre 2015
Publicación digital del Centro de Investigación Social (CIS) de TECHO - Chile.Autor: Isabel IbañezSantiago de Chile, Julio 2015
ÉnfaCIS es una publicación periódica del Centro de Investigación Social (CIS) de TECHO – Chile, dedicada a resaltar temas de relevancia particular dentro de la investigación sobre pobreza y vulnerabilidad social. Su objetivo principal es ofrecer resultados de investigación rigurosa en un formato atractivo para públicos diversos.
INSATISFACCIÓN BARRIAL EN CONJUNTOS DE VIVIENDAS SOCIALES
énfaCIS#8
El presente artículo expone los factores más influyentes en la insatisfacción barrial de los conjuntos de viviendas sociales. Para esto, se tomó el caso
de Bajos de Mena –posiblemente el sector de viviendas sociales más perjudicado por la política habitacional- y se exploró la relación entre los componentes del barrio (seguridad, vecinos, salubridad, servicios, ubicación y equipamiento) y el nivel de disconformidad con espacio de residencia. De esto, resultó que la inseguridad, el descontento con los vecinos, la insalubridad y la carencia de servicios, son las variables que tienen mayor probabilidad de aumentar la insatisfacción con el lugar de establecimiento. No es así la mala ubicación y el mal equipamiento, que demostraron no tener influencia estadística en la insatisfacción con el espacio habitado.
El análisis realizado permite dar cuenta que los componentes utilizados se encuentran íntimamente relacionados a fenómenos tales como el desgaste del
tejido social, la estigmatización territorial-social y la exclusión urbana, llevando a la conclusión de que dichas problemáticas tienen un elevada injerencia en la insatisfacción de los pobladores de viviendas sociales con sus barrios.
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Calidad habitacional y satisfacción residencial
Creciente ha sido el interés sobre la calidad residen-
cial en los últimos años en nuestro país debido a los
vacíos que dejó la política habitacional entre los años
1992 y 2011. El gran déficit habitacional que existía,
conllevó a una masiva entrega de viviendas sociales,
las cuales se otorgaron en terrenos urbanizados y en
propiedad, cubriendo hasta esa fecha, el 80,8%1 del
déficit cuantitativo. Si bien esto significa un éxito en
términos numéricos, han surgido enormes malestares
con respecto a la calidad de vida y las posibilidades
de convivencia social que ofrecen estas viviendas,
puesto que dicha medida, no consideró las necesida-
des cualitativas-materialidad, espacio, funcionalidad,
y acceso- cubriendo solo un 0,38%2 de su déficit. Por
ello, la ambición en el último tiempo se ha concentra-
do en el mejoramiento de los estándares y calidad de
las viviendas y los conjuntos habitacionales.
Dentro de la calidad habitacional es posible identifi-
car dos dimensiones: 1) las condiciones objetivas (en-
torno físico, materialidad, estructura, etc.) y 2) la per-
cepción que éstas condiciones objetivas tengan en los
habitantes (Toro et all, 2003).
En base a esto, las corrientes de estudios han conce-
bido a la calidad residencial como “la percepción o va-
loración que diversos observadores y participantes le
asignan al total y a los componentes de un conjunto
habitacional, en cuanto a sus diversas propiedades o
atributos en sus interacciones mutuas y con el contex-
to en el cual se inserta” (Haramoto, 1994:17). De este
modo, la dimensión sobre la percepción toma una
relevancia especial, basándose en el supuesto de que
los individuos son los únicos capaces de evaluar la
calidad de los lugares en los que habitan, puesto que
sólo ellos pueden señalar en qué medida se satisfacen
sus necesidades habitacionales.
En este sentido, es que se vuelve significativo el estu-
dio sobre la satisfacción/insatisfacción residencial,
ya que aquella dimensión permite conocer cuál es la
valoración que hace un grupo determinado sobre la
complacencia de sus necesidades en el espacio en que
habitan, abarcando la calidad residencial.
Teniendo en claro que la satisfacción es una “eva-
luación subjetiva que un sujeto realiza respecto a la
adecuación entre sus expectativas, sus posibilidades
y un objeto o situación” (MINVU, 2000), la satisfacción
residencial respondería a un criterio subjetivo, que se
entendería como la “actitud o afecto que produce el
hecho de vivir en un determinado contexto” (Arago-
nés y Amérigo, 1987:135).
Existe una amplia gama de estudios sobre la satisfac-
ción residencial, no obstante la mayoría de estos con-
vergen en que se encuentra en función de tres compo-
nentes: la casa, el barrio, y los vecinos (Canter y Rees,
1982). Indagaciones más sistémicas consideran a di-
chos factores como sistemas funcionales (INVI, 2002),
que dentro de un conjunto habitacional, interactúan
y son interdependientes, condicionando distintos gra-
dos de satisfacción y/o insatisfacción. Sin embargo, es
la percepción o valoración de las características del
barrio el aspecto más acentuado en la satisfacción/
insatisfacción residencial (Marans y Rodgers, 1975).
El barrio es central en lo que respecta al agrado resi-
dencial de los individuos, y esto se recalca más en vi-
viendas sociales. Esto se debe a que en el entorno “se
concentran una serie de oportunidades especialmen-
te estratégicas para los hogares que tienen menores
recursos propios” (Brain y Mora, 2012:122). Entonces,
los emplazamientos que reúnen mayores problemas
sociales y desventajas, un mal entorno les hace aún
más difícil la movilidad social ascendente (Íbid), influ-
yendo en su satisfacción/insatisfacción.
En este contexto, el presente artículo pretende iden-
tificar los principales factores que condicionan la
insatisfacción barrial de las personas que habitan
viviendas sociales. Para ello, se indagará la situación
específica de tres villas del sector de “Bajos de Mena”
(Pedro Lira, El Caleuche, Quitalmahue), en la comuna
de Puente Alto.
El caso de Bajos de Mena
El sector Bajos de Mena puede ser la consecuencia
más negativa de la política habitacional en Chile. Ubi-
cado en la comuna de Puente Alto, este conjunto reú-
ne cerca de 122.000 personas, se encuentra a dos horas
del centro de Santiago, y carece de servicios públicos
básicos como bomberos, carabineros y hospitales. Asi-
mismo, se caracteriza por su población socioeconómi-
camente homogénea, la cual concentra altos niveles
de pobreza. Este sector se encuentra aislado de los
beneficios de la urbe, disparando los niveles de segre-
gación urbana en Santiago.
Sobre la base de una encuesta realizada por el Centro
de Investigación Social de TECHO - Chile en conjunto
con estudiantes de la Universidad Católica en el sector
de Bajos de Mena (2012)3 , fue posible detectar que el
58,2% de los encuestados se encuentran insatisfechos
con el barrio en que residen. Debido a este alto nivel
de insatisfacción barrial, es que se decidió explorar en
los factores más influyentes de aquella percepción.
1Fuente Censo 2002 y encuesta CASEN 2011 - 2Fuente Censo 2002 y encuesta CASEN 2011 - 3Esta encuesta fue representativa de tres villas de Bajos de Mena: Pedro Lira, El Caleuche, Quitalmahue. Se aplicó a 407 hogares en octubre del 2012.
Insatisfacción barrial en conjuntos de viviendas sociales
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Factores del barrio que explican la insatisfacción de habitarlo
Para llevar a cabo este objetivo, se consideraron los
niveles de insatisfacción en los componentes que se-
gún las fuentes teóricas, confi guran un barrio. Estas
corresponden a: seguridad, vecinos, salubridad, ser-
vicios, ubicación y equipamiento (ver fi gura 1). Dichos
componentes fueron extraídos de la encuesta aplica-
da en el sector Bajos de Mena y se construyen de la
siguiente manera:
Seguridad: Refi ere a la percepción de res-
guardo de los individuos en el barrio en que residen.
Se construyó en base a la percepción de los habitantes
del barrio con respecto a los niveles de inseguridad
que tienen en el lugar de residencia.
Vecinos: Apunta al sentimiento de confor-
midad o inconformidad con las personas que viven
cerca. Este componente se construyó en base a la per-
cepción de los residentes con respecto a los niveles de
insatisfacción con los vecinos.
Salubridad: Tiene relación con los elementos
del barrio que perjudican –o no- el estado de salud
de sus habitantes. Este componente se construyó en
base a la percepción de los residentes del barrio con
respecto a los malos olores, la contaminación del aire,
el ruido, las inundaciones, la basura y los vertederos
ilegales, la presencia de plagas, y las calles y veredas
sin pavimentar en el sector.
Servicios: Relacionado a las prestaciones bá-
sicas de un barrio. Este componente se construyó en
base a la percepción de los habitantes con respecto
al recolector de basura, el comercio menor, las farma-
cias, los jardines infantiles, los lugares para practicar
deporte, los centros de pago y/o cajeros automáticos
y las sedes sociales u otros lugares comunitarios.
Ubicación: Contempla la localización del ba-
rrio en relación a lugares de relevancia. Este compo-
nente se construyó en base a la percepción de los ha-
bitantes sobre la lejanía a comercios, centros de salud,
centros educacionales, centros legales, sucursales de
pago, y lugares de trabajo y/o interés.
Equipamiento: Refi ere a la infraestructura
del barrio. Este componente se construyó en base a la
percepción de los residentes sobre el estado de las ve-
redas, calles, plazas, iluminación, colectores de agua, y
paraderos de locomoción.
Figura 1: Componentes que confi guran al barrio.
Todos estos componentes se integraron en un análisis
estadístico de regresión logística, permitiendo verifi car
cuáles de estas variables tiene mayor infl uencia en la in-
satisfacción con el barrio y en qué grado la condicionan.
Según los resultados, no todos los factores lograban
explicar el nivel de insatisfacción de los habitantes.
Como muestra el gráfi co 1, son la inseguridad, el des-
contento con vecinos, la insalubridad, y la carencia de
servicios, los factores que predicen la falta de satis-
facción con respecto al barrio. No así la ubicación y el
equipamiento, los cuales no fueron estadísticamente
signifi cativos en la insatisfacción barrial, es decir no
demostraron ser causas explicativas del descontento
con en el barrio. Todos estos elementos serán desarro-
llados a continuación.
La seguridad es uno de los principales factores de satisfacción o insatisfacción con el barrio.
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Gráfico 1: Probabilidad (%) de insatisfacción barrial según percepción de componentes del barrio
Fuente: Creación propia en base al modelo resultante de una regresión logística.
Inseguridad: Del análisis realizado, resultó
que la inseguridad aumenta en 4,5 veces la probabi-
lidad de que exista insatisfacción con el barrio (ver
gráfico 1), siendo el componente más significativo en
la explicación de este fenómeno. No es extraño dicho
resultado, puesto que el 28% de los vecinos declaran
que la inseguridad es la mayor desventaja de residir
en su barrio, posicionándose como el segundo mayor
perjuicio de vivir en viviendas sociales4 . El sentimien-
to de poca seguridad se encuentra asociado a la de-
lincuencia y a los problemas del consumo de adictivos
como alcohol y drogas, los cuales han generado una
desconfianza colectiva tanto en los espacios públicos,
como dentro de los propios hogares. Además, este
sentimiento se agudiza al considerar la alta distancia
hacia los servicios de seguridad básicos, como carabi-
neros, que desde los conjuntos habitacionales encues-
tadas, se encuentran 4,9 Km de distancia en promedio,
trayecto que disminuye a 2,35 Km al considerar todas
las villas de blocks en Santiago Metropolitano.
Asimismo, la inseguridad también tiene consecuen-
cias en los vínculos sociales del barrio por el recelo
que forja. La falta de seguridad genera desconfianza
interpersonal y un alto nivel de insatisfacción con los
vecinos del barrio, desgastando el tejido social del
sector (Lunecke, 2012).
Sin embargo, la inseguridad no solo tiene relevancia
con respecto a la desconfianza que produce, sino que
también gatilla un proceso de estigmatización del
territorio y de sus pobladores, asociando a los indivi-
duos y su sitio de residencia con una cualidad profun-
damente desacreditada en un contexto determinado.
Esto se acentúa aún más en el caso de viviendas so-
ciales, ya que como señala Lunecke (2012), los barrios
que padecen problemas de inseguridad y violencia
generan un alto grado de estigmatización social. Ello
explica la alarmante cifra de que el 61,4% de las perso-
nas encuestadas, señala estar de acuerdo con que el
barrio en que viven es un obstáculo para que ellos y su
familia puedan surgir.
Descontento con vecinos: el segundo elemen-
to que más explica la insatisfacción con el barrio es el
descontento con los vecinos, impresión que aumenta
en 3,7 veces la probabilidad de que los residentes se
sientan insatisfechos con el emplazamiento en que re-
4El primero es la falta de privacidad - 5Afirmación hecha en base a un estudio realizado en la población Santa Adriana, lugar donde solo el 21,4% confía en la mayoría de sus vecinos
Insatisfacción barrial en conjuntos de viviendas sociales
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siden (ver gráfico 1). Teniendo en cuenta que el 52,5%
de los pobladores declara tener una baja confianza
en sus vecinos, y el 60% tiene poca confianza en las
juntas de vecinos y organizaciones vecinales, se hace
evidente el descontento general con los demás po-
bladores que habitan el conjunto habitacional.
La desconfianza en los vecinos provoca bajos nive-
les de participación en organizaciones vecinales, y
también un escaso interés de vincularse con los ve-
cinos (OSUAH, 2007)5 , generando una baja cohesión
social. La unión social configura y hace posible una
serie de fenómenos sociales como la construcción
de una identidad social y el sentido de pertenencia
a un colectivo, siendo considerada como el “princi-
pio de explicación de todas las relaciones sociales
y de sus formas de organización social” (Parraguez,
2008:5). Esto –en términos de barrios- significa que
los pobladores no han consolidado redes de apoyo
ni de cooperación, y que por tanto, al tener un pro-
blema, una emergencia, o simplemente la necesidad
de aliviar carga de trabajo, no se sienten parte de un
conjunto, y por ende, no cuentan con un apoyo -cer-
cano geográficamente- en quién confiar. Asimismo,
al no sentirse identificados con los habitantes de la
zona, estas personas no construyen un sentimiento
de pertenencia, desvinculándose tanto del territorio,
como de las construcciones sociales que se edifican
sobre el lugar.
Insalubridad: este componente evaluativo
del barrio aumentan en un 97% las probabilidades de
insatisfacción barrial de los residentes (ver gráfico 1).
Esta dimensión hace alusión a las malas condiciones
de higiene a las que se enfrentan los residentes, lo
que los hace susceptibles a un sin fin de enfermeda-
des, posicionándolos en un estado de vulnerabilidad,
6Considerando vacíos urbanos de un 33%. - 7Datos del 2009
que, tal como demuestra el análisis, tiene relación di-
recta con la insatisfacción del lugar en que habitan.
De la misma manera, el problema de la insalubridad gene-
ra una suerte de estigmatización social, puesto que se em-
pieza vincular a los habitantes del conjunto habitacional
con suciedad y focos de enfermedades e infecciones.
Carencia de servicios: La mala evaluación de
los servicios contemplados en este componente au-
menta en un 96% la probabilidad de que los habitan-
tes tengan insatisfacción con el barrio (ver gráfico 1).
Tal como se mencionó anteriormente, la política habi-
tacional en Chile no se preocupó de la localización de
las viviendas sociales, las cuales fueron ubicadas en
las periferias de las ciudades o en antiguas periferias
urbanas, siendo terrenos comúnmente desvinculados
de la urbe. Esta situación hace que los beneficiarios
de las viviendas sociales tengan un aislamiento físico
con la ciudad, y que por ende, no tengan acceso a las
principales fuentes laborales ni a los beneficios y ser-
vicios que los centros urbanos otorgan.
Sobre la base de esto, es que se hace relevante la pre-
sencia de servicios dentro del barrio, ya que al no par-
ticipar plenamente de la urbe, y carecer de servicios
dentro del mismo sector, la población se encuentra ex-
cluida de los bienes, servicios y oportunidades que im-
plica cualquier centro urbano. Como ejemplo, Bajos de
Mena concentra 305 habitantes por hectáreas6 (Curicó
concentra 88,97 habitantes por hectárea7), y sin embar-
go no existe ningún supermercado, farmacia, estación
de servicios, banco, comisaría o sub comisaría.
Finalmente, es importante señalar la inexistencia de
una relación significativa entre insatisfacción del ba-
rrio y mala ubicación o mal equipamiento de éste. Pa-
reciera lógico pensar que el sitio donde se encuentra
el conjunto habitacional tendría una injerencia en la
insatisfacción con el barrio, por las lejanías y tiempos
de transportes a los lugares frecuentes. Asimismo, es
razonable considerar que la infraestructura del barrio
también contribuye en los niveles de baja complacen-
cia con el barrio. No obstante, ambas variables no ex-
plican el nivel de insatisfacción de los residentes de
Bajos de Mena con su barrio.
Frente a esto, una posible respuesta es que estos com-
ponentes en sí no son problemáticos, sino que son sus
complementos los que lo hacen adversos. Por ejem-
plo, la mala ubicación no es un problema si hay bue-
na movilización, y el equipamiento tampoco si no hay
sentimiento de inseguridad en el barrio.
La basura en las calles es un factor de insalubridad que provoca el aumento en la sensación de insatisfacción de los vecinos con su propio barrio.
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4.-Por lo tanto, al tener como horizonte la
mejora de la calidad residencial de las personas, es
necesario tener en cuenta cómo el barrio satisface las
necesidades de los habitantes. El presente artículo
dio cuenta que, en lo que respecta al espacio en que
se habita, los problemas relacionados a la inseguri-
dad, el descontento con los vecinos, la insalubridad y
la carencia de servicios son los factores que impiden
el cumplimiento de las necesidades habitacionales,
generando en los residentes, la insatisfacción barrial.
Por ello, para la construcción de futuros barrios que
generen un impacto positivo en la calidad de vida de
sus habitantes, es necesario tener en cuenta dichos
ámbitos y potenciar su desarrollo integral a partir de
políticas públicas enfocadas en ello.
5.-Finalmente, se deja abierta la pregunta de
por qué la mala ubicación y el mal equipamiento del
barrio no tienen influencia en el descontento con el
barrio. Si bien, ambas variables parecieran ser crucia-
les al estudiar la satisfacción del lugar de residencia,
probablemente éstas tienen una relación poco signi-
ficativa debido a que los problemas no radican pre-
cisamente en dichas variantes. La mala ubicación no
es problemática mientras exista un buen transporte
para acercar a los lugares de interés, y el mal equi-
pamiento no es conflictivo en sí, sino que sus conse-
cuencias, como el sentimiento de inseguridad por el
mal estado de la infraestructura del barrio (ejemplo
peligros por mala iluminación), son las que producen
insatisfacción barrial.
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“Este inicio de trabajos da cuenta del empeño que hemos puesto pese a las adversidades, para seguir trabajando en torno a la problemática urbana” , dijo el alcalde de Puente Alto, Germán Codina.
Conclusiones
1.-Dentro de las evaluaciones de calidad de
las viviendas, el barrio juega un papel fundamental
debido a las posibilidades que éste genera. Al pregun-
tarse sobre la insatisfacción del barrio, este estudio
da cuenta que se explica principalmente por la in-
seguridad y el descontento con los vecinos. En este
caso, ambas variables se encuentran asociadas y son
interdependientes, puesto que la desconfianza en los
vecinos crea inseguridad, y la inseguridad genera una
baja cohesión social, generando una alta probabilidad
de una insatisfacción con el barrio. Estos significa que
en barrios con una alta insatisfacción barrial, es muy
probable que exista un desgaste en el tejido social por
la inseguridad, careciendo de redes de apoyo y coope-
ración entre los residentes.
2.-Por otra parte, la insatisfacción con el ba-
rrio se encuentra fuertemente asociada a la estig-
matización del mismo. Tanto la inseguridad como la
insalubridad –factores que aumentan la probabilidad
de insatisfacción con el sector que se habita- generan
una marca social que connota marginalidad, tanto del
lugar como de sus habitantes. Por ende, el proceso de
demarcación también determina el nivel de insatis-
facción con el espacio habitado
3.-Asimismo, la exclusión urbana –entendida
como la inaccesibilidad a los servicios que ofrece la
ciudad- también aumenta las probabilidades de un
descontento con el lugar de residencia. Es decir que
la falta de servicios que permiten adquirir insumos y
otorgan facilidades a las labores cotidianas, tiene una
relación significativa con la insatisfacción barrial.
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Insatisfacción barrial en conjuntos de viviendas sociales
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El Centro de Investigación Social (CIS) de TECHO-Chile,investiga sobre pobreza, desigualdad, exclusión y vulnerabilidad en campamentos y viviendas sociales, aspirando a que estas investigaciones contribuyan al desarrollo del país. Su interés es promover un debate que fortalezca las políticas públicas, planteando problemáticas ancladas en la experiencia directa del trabajo en conjunto con pobladores de
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