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  • 1Prodavinci

    Dos novelas en el deslaveJacqueline Goldberg Thursday, December 2nd, 2010

    Escribo este texto bajo cielos equvocos de los ltimos das de noviembre. Lo quedebera ser transparencia, intenso cobalto, es nubarrn, techo aborrascado,

    aguacero que porta amenazas y una contabilidad de fallecidos, damnificados,inundaciones, llamadas de emergencia, miedo, desgracias que discurren hacia unanica memoria, la del deslave ocurrido en el Estado Vargas en diciembre de 1999,cuyo saldo de vctimas jams se oficializ.

    Por casualidad o porque los acasos no existen, he ledo en estos das, una tras otra,dos novelas venezolanas que conducen a aquellas devastadas horas finiseculares:Paleografas de Victoria de Stefano (Alfaguara, 2010) y Bajo tierra de Gustavo Valle(Norma, 2009). Ambas se sumergen en el tema del deslave casi de soslayo, haciendode la hecatombe real el desaguadero de los infortunios de sus personajes. Y es esadistancia, ese ocurrir sin ataduras ni apremios historicistas, lo que imprime a estasdos particulares novelas una autntica dimensin literaria que las separa de obras quehan acudido ms al periodismo y al dato inequvoco que a la intimidad, ms al espantoque a la decantacin metafrica. Vienen desordenadamente a la memoria algunosttulos emparentados: Pronombres personales, novela de Isaac Chocrn; La ltimasesin, obra teatral de Johnny Gavlovski; Noche oscura del alma, novela de CarmenVincenti y Cuando bajaron las aguas, conjunto de relatos de Gabriel Payares.

    En Paleografas, Victoria de Stefano deja flotar la depresin de su personaje central,Augusto, un pintor cincuentn, por ros en apariencia calmos. Slo cuando se topaconsigo mismo y la pasin, se convierte en un torrente que no halla respuesta,claudica a conciencia y emprende un duro y pertinaz regreso. Hacia la mediana de lanovela se intuye que la posada donde ocurre el encuentro amoroso est enmarcada enuna catstrofe conocida. Se habla de lluvias que no cesan, carreteras anegadas,traslados pospuestos. La autora asoma en un correo electrnico que no se propuso eltema del desvale deliberadamente: l vino a mi encuentro a medida que avanzaba lanovela. Siempre me ocurre as, trabajo ms con una imagen inicial y unos personajesen determinadas situaciones. Las catstrofes naturales, inundaciones, terremotos,como bien dijo Faulkner en relacin a su gran novela Las palmeras salvajes, son unescenario adecuado para poner en movimiento a los seres humanos, que son los querealmente me interesan como escritora.

    Bajo tierra, de Gustavo Valle ganadora del Premio Bienal de Novela AdrianoGonzlez Len en su edicin 2008 y del Premio de la Crtica a la Novela 2009,

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  • 2tampoco pretendi acudir adrede a los lodazales de Vargas. Su personaje se zambulleen busca del padre en los vericuetos subterrneos de una Caracas maloliente,tapizada de alimaas, que oculta fantsticas historias. Sin que el lector puedapresentirlo, Sebastin se despea como una de esas enormes rocas que bajaron de lamontaa, cae en el mar y en una confusin propia y colectiva. Explica el autor desdeBuenos Aires, donde la novela tuvo este ao su primera edicin argentina: En mi casoel tema apareci como una exigencia ms de los personajes, del motor narrativo, de laatmsfera. Leyendo a Humboldt encontr que el deslave tena una clara lecturasubterrnea desde el punto de vista geolgico, y all se hizo el puente entre la tragediaque conocemos y los motivos profundos de mis personajes y sus desenlaces. Latragedia de Vargas est presente en la novela, sin duda, pero no de manera excluyente,pues de hecho ocupa solamente una pequea parte, aunque significativa, de la historia.El tema lleg o surgi por obra de mltiples coincidencias, porque una novela esentre otras cosas una red de coincidencias.

    Obras con el tema del deslave de Vargas han ido apareciendo en la literatura nacionalen muy diferentes momentos. Las de Victoria de Stefano y Gustavo Valle lo hacen condiez aos de lejana. Y me pregunto, ahora que llueve sin bridas, justo cuandotememos lo peor, cunto tiempo requiere la realidad para deslastrarse de mrgenes,obviedades y sobresaltos, para hacerse vocablo y llegar a las encrucijadas del discursopotico?

    De Stefano seala que cualquier cataclismo con fecha, referencias geogrficas ysignos de actualidad, envejece muy pronto: Basta una dcada para que empiece aquedar en el olvido. Por otra parte, tienen un valor simblico y literario en el sentidoque no dependen de nosotros, que son destino y circunstancias, y nada ms digno deser novelado que un destino y la tenacidad o la pusilanimidad con que se lo enfrenta.Sea ste la muerte, la enfermedad, las prdidas, los encuentros y las emociones quelos acompaan.

    Por su parte, Valle acota que la literatura depende poco de la voluntad del escritor: Siuno se sienta y dice: voy a escribir una novela sobre la tragedia de Vargas, lo msseguro es que el resultado final sea un adefesio. La conseja indica que debe pasarmucho tiempo, o por lo menos un tiempo prudencial. Cunto? Quin sabe? Creo quehay temas viejsimos que nadie toca y que ya tienen telaraas, o temas recientsimosque si no los abordamos se perderan en la efmera marea de los das. En definitiva, unescritor est en la obligacin de hacer lo que le da la gana. Y en esto tiene que seguirsu personal olfato. Yo odio, por ejemplo, aquello de historia de amor con gran teln defondo, pues me parece que es la manera ms facilona de meter un gran tema en laconstruccin de una ficcin. Y un gran tema no puede llegar a la novela como temasino como un personaje ms.

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