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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 1
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN
Facultad de Derecho
Escuela Profesional de Derecho
“EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA”
CURSO: CIENCIA POLITICA
DOCTOR:
INTEGRANTES
ELVIS GUSTAVO COLCA MARQUEZ GUSTAVO VILLENA PACCO
1RO “B”
Arequipa – Perú
2015
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 2
INDICE
INTRODUCCION ..................................................................................................................... 4
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA........................................................................................ 7
1. MARCO TEORICO .............................................................................................................. 7
1.1 BREVE HISTORIA TEORICA DE LA DEMOCRACIA ....................................................... 9
1.2 DEFINICION DE DEMOCRACIA ..................................................................................... 11
LOS IDEALES Y LA "CRUDA REALIDAD"
LA NOCIÓN DE DEMOCRACIA
PROMESAS INCUMPLIDAS
EL CIUDADANO, LA DEMOCRACIA Y LA REPUBLICA.
1.3 DOCTRINA DE LA DEMOCRACIA ................................................................................. 21
NORBERTO BOBBIO
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA
MARTHA C. NUSSBAUM
LA CRISIS SILENCIOSA, EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Y EL CULTIVO DE LA
HUMANIDAD
ERNESTO GARZON VALDES
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA ................................................................................... 23
TZVETAN TODOROV
LOS ENEMIGOS INTIMOS DE LA DEMOCRACIA
RADA FRANCISCO MIRO QUEZADA
DEL AGORA ATENIENSE AL AGORA ELECTRONICA (FUTURO DE LA DEMOCRACIA)
RADA FRANCISCO MIRO QUEZADA
LA REINVENCION DE LA DEMOCRACIA
LUIS ANTONIO CORONA NAKAMURA
DEMOCRACIA Y ELECCIONES
JOHAN SUBIRATS, DANIEL INNENARITY, JOSE TUDELA ARANDA, QUIN
BRUGUE, SERGIO CASTEL GAYAN, IGNACIO CEYALA PEREZ, FERNANDO PINDADO,
FERNANDO LOPEZ
PARTICIPACION CIUDADANA PARA UNA ADMINISTRACION DELIBERATIVA
SERGE CHAMPEAU
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INTERNET Y EL FUTURO DELA DEMOCRACIA
1.4 APLICACIÓN DE TEMA: ................................................................................................. 32
EL FUTURO DE LA DEMOGRACIA EN LATINOAMERICA Y EL MUNDO
FALLOS EN LA GOBERNABILIDAD Y EN LAS INSTITUCIONES: UNA AMENAZA
PARA LADEMOCRACIA
CONSTRUYENDO CONSENSOS DEMOCRÁTICOS PARA LA GOBERNANZA
GLOBAL
LOS PACTOS DE CIUDADANÍA
SUGERENCIAS PARA LA TOMA DE DECISIONES POLÍTICAS EN EL PORVENIR
DE LA DEMOCRACIA
•IGUALDAD DE OPORTUNIDADES A TRAVÉS DE UNA FISCALIDAD PROGRESIVA
ORIENTADA AL CRECIMIENTO SOSTENIBLE ..................................................................... 38
•MACROECONOMÍA PARA EL DESARROLLO Y NO SOLO PARA EL MERCADO ....... 39
•PARTICIPACIÓN, DIALOGO SOCIAL Y COHESIÓN SOCIAL: LAS NUEVAS
TECNOLOGÍAS............................................................................................................................. 39
•CRECIMIENTO ECONÓMICO SOSTENIBLE CON COHESIÓN SOCIAL ........................ 40
LA AGENDA DE LA POLÍTICA PÚBLICA EN AMÉRICA LATINA Y EUROPA
CONCLUSIONES .................................................................................................................. 44
BIBLIOGRAFIA ..................................................................................................................... 45
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 4
INTRODUCCION
El presente trabajo explica sobre el estado actual de los regímenes democráticos, y el futuro
de la Democracia; por lo cual intentamos dar algún pronóstico cauteloso sobre el futuro de la
misma.
Consideramos que la democracia está caracterizada por un conjunto de reglas que
establecen quién está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qué
procedimientos. En principio, no se puede establecer el número de quienes tienen derecho al
voto para que se pueda comenzar a hablar de régimen democrático. Por lo que respecta a la
modalidad de la decisión la regla fundamental de la democracia es la regla de la mayoría. La
unanimidad es posible solamente en un grupo restringido u homogéneo.
De la definición de democracia, sea cual sea, podemos inmediatamente establecer las
diferencias entre lo ideal de la definición y la realidad de la práctica democrática y sus
limitaciones. Es fácil estar de acuerdo con el análisis que hace Bobbio pero debemos analizar
que las sociedades se han hecho mucho más complejas de lo que las personas pensaron
cuando pensaron en la democracia, por lo que se hicieron necesarias crear estructuras más
complejas y diversas para satisfacer demandas cada vez mayores, con el consiguiente
resultado de constante insatisfacción ciudadana.
Por lo que es complicado analizar la aceptación de esta realidad, por ejemplo, cuando se
habla sobre la confrontación de muchas elites que la existencia de una sola dominante En
este sentido, la capacidad de representación que los partidos tienen de los ciudadanos,
aunque sea la mejor posibilidad que los ciudadanos tengan, no es la más efectiva.
Es notorio cómo los partidos ya no tienen su legitimación en sus bases, sino en el apoyo
económico a los proyectos políticos generado de un creciente nexo entre empresa y
dirigentes de partidos. Es más fácil preocuparse de representar a quien tenga poder que a
quien, a pesar de tenerlo, no encuentra las vías adecuadas en el sistema “democrático” para
expresarse.
Segun Bobbio la defensa de la democracia no liberal, establece fuertes nexos entre
democracia y liberalismo, hasta llega a señalar que no pueden vivir separados, como una
forma de demostrar su éxito y efectividad, para mantener el apaciguamiento más que la paz,
el evitar los conflictos más que enfrentarlos.
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Las ideologías de izquierda, equivocaron el camino a través de las vías revolucionarias, pero
los ideales de igualdad no lo están, que choquen con intereses de grupos de poder que no
quieren una justa distribución de la riqueza y de la misma justicia es otra cosa. A través de la
vía democrática la izquierda, debería buscar nuevas opciones para superar la realidad
existente. La lucha de la democracia ha sido siempre la misma, poder establecer criterios
racionales para el gobierno a través de la ley, y siempre se ha visto superada por una realidad
que busca intereses que resultan únicamente racionales para grupos reducidos, pero no para
la totalidad.
Hoy el debate sobre la democracia no gira ya principalmente en torno a su emergencia y
consolidación, a las cualidades que debe o debería tener como sistema de gobierno y como
forma de vida, sino más bien acerca del rumbo que lleva y a dónde puede llegar, como lo
expuso el doctor Ernesto Garzón Valdés en la conferencia magistral “El futuro de la
democracia”, en donde se aboca a delinear cuáles son las condiciones necesarias para
asegurar que la democracia perviva.
Garzón Valdés reflexiona sobre cómo una postura optimista o pesimista ha influido en el
pensamiento de teóricos de la democracia, clásicos y contemporáneos, y cómo a partir de
dichas posturas es posible pensar en las condiciones que permitirían vislumbrar el futuro de la
democracia. Optimismo y pesimismo han sido estados de ánimo determinantes para la
configuración de las ideas respecto a los aspectos vinculados con el concepto de democracia
y su realización práctica, como lo apunta el “El futuro de la democracia autor”, del marqués de
Condorcet, Alexis de Tocqueville, Carlos S. Nino, Jeremy Waldron, Immanuel Kant, Francis
Fukuyama, Anthony Downs, Kenneth J. Arrow, Jean Jacques Rousseau, David Hume, John
Rawls, Brian Barry y David Held, entre otros.
El análisis sobre estas dos posturas, optimista y pesimista, desde una perspectiva demócrata
ambas, permite a Garzón hacer una aproximación a las condiciones necesarias para que la
democracia permanezca, pues “la democracia no debe morir, pero sus males no han de ser
curados con falsas ilusiones sino introduciendo las correcciones que exigen las cambiantes
circunstancias de una historia que nunca termina y que no tiene más sentido que el que sus
actores, es decir, el género humano”. Con una abierta invitación a la reflexión y a la
propuesta, Garzón Valdés concluye que para el futuro de la democracia es indispensable
procurar mantener alertala conciencia de los problemas que enfrenta actualmente la
democracia, asegurar el mayor grado de libertad en igualdad, dar prioridad a lo político sobre
lo económico, privilegiar la condición de ciudadanos como eje central de la democratización,
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tener en cuenta que la democracia es un sistema normativo sometido a reglas muy exigentes,
democratizar primero al ciudadano para así, después, proyectar esta tendencia al sistema
internacional, mantener una responsabilidad recíproca entre gobernantes y gobernados, no
dar cabida a la exclusión, no admitir las falsas ilusiones, no suponer que se ha logrado ya la
realización plena de todas las potencialidades que encierra la Presentación concepción de la
democracia, y no equiparar la tolerancia democrática con la permisividad incondicionada para
la que todo vale.
Sólo siguiendo estas simples condiciones se podrá luchar contra el desconcierto político-
institucional y garantizar así, más allá de una definición de democracia, que ésta llegue al
futuro, y nosotros con ella. En conclusión decimo que, dentro de los patrones democráticos
se debe despertar el conflicto y mostrar como los grupos de poder pueden pelear por sus
derechos infligiendo muchas veces los principios democráticos, y como la mayoría es excluida
de defender los suyos y más aún criminalizada por ser solidaria y por defender sus derechos.
A continuación desarrollamos el futuro de la democracia sobre distintos puntos de vista según
diversos autores y como se amplió a través de la historia especificando las doctrinas
desarrolladas, además de entender casos de democracia a nivel mundial, en América Latina
y en nuestro país.
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA
1. MARCO TEORICO
Según Océano Uno Color, Diccionario Enciclopédico, Editorial Océano, Barcelona
España; se entiende por democracia un “sistema de gobierno en el que la soberanía
pertenece al pueblo, que ejerce bien el poder directamente, bien por medio de
representantes. Nación gobernada de esa manera”.
La idea radica en que todos los sistemas de gobiernos deben ampararse bajo los criterios de
los sistemas democráticos, ya que a través de la democracia se pueden saber los intereses
de la ciudadanía y la voluntad del pueblo popular, existiendo diferentes tipos de democracia,
las cuales pretenden lo mismo pero a través de diferentes modos de operar; existiendo la
democracia directa, representativa, formal, delegada, etc.
Para Bobbio el futuro de la democracia, como se titula su libro, es incierta. Pero en realidad
¿quién puede saber con certeza cuál es el futuro de la democracia? ¿Quién se atrevería a
decir que la democracia no es la mejor forma de gobierno y señalar cual es la correcta? O tal
vez simplemente decir ¿cuál es el mejor porvenir del mundo, que no sea la democracia?
Estas son interrogantes que han estado con bastante frecuencia rondando los diferentes
momentos históricos existentes, pero nadie aun ha podido dar la respuesta concreta a esto,
ya que solo sabemos que la democracia es un sistema de gobierno en el cual todos los
ciudadanos son libres, tanto de modo individual como de elegir que los representa al
momento de tomar decisiones, llevando también a cabo la democracia el cómo lograr el bien
común de la ciudadanía amparándose en el sistema de derechos y en los procesos de
gobernabilidad existentes. A parte la democracia es lo que todo estado, pueblo, nación, país,
territorio, desea llegar, ya que se sabe que con está, las cosas se pueden realizar de modo
más pacífico y legal, logrando el bienestar del pueblo y del mundo.
Para Bobbio la democracia “es contrapuesta a toda forma de gobierno autocrático, es
considerarla caracterizada por un conjunto de reglas que establecen está autorizado a tomar
las decisiones colectivas y bajo que procedimientos “caracterizándola como el gobierno de
todos, siendo la regla primordial la mayoría, una mayoría grande, ya que la unanimidad para
el autor solo debe considerarse y se puede llevar del todo a cabo cuando se cuenta con un
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grupo pequeño de personas, ya que esta puede traer dificultades a medida que avanza el
tiempo.
También se hace necesario que se garanticen los derechos de libertad de opinión, estos
derechos en los cuales se ampara el estado liberal y se construye la doctrina de estado de
derecho en el cual se establecen los límites del conocimiento constitucional, ya que estas
permiten que se lleve a cabo el juego político. “El estado liberal no solamente es el supuesto
histórico sino también jurídico del estado democrático. El estado liberal y el estado
democrático son interdependientes… en la línea que va del liberalismo a la democracia… y
en la línea opuesta, la que va desde la democracia al liberalismo… es improbable que un
estado no liberal pueda asegurar un correcto funcionamiento de la democracia, y por otra
parte es poco probable que un estado no democrático sea capaz de garantizar las libertades
fundamentales”
Los debates por el establecimiento de una definición más clara y concisa sobre la
democracia son innumerables, así como los años que caracterizan su existencia. No
obstante, existe únicamente una realidad consensuada al respecto, las definiciones parten
dependiendo del caso en el que operan y las características únicas que rodean al caso
específico. Las aproximaciones que existen al respecto son muy complejas dadas las
realidades con las que tratan; sin embargo, más allá de la tipología de la democracia lo
importante es destacar sus componentes y cómo se aplican a un país en específico.
Por otra parte, se encuentran contradicciones y, siempre ante la contraposición de escuelas y
autores, habrá aspectos que difieran; sin embargo, lo más significativo es la vigencia y la
constante modernización del término, así como su capacidad de expansión y evolución en la
temporalidad y la territorialidad. No resulta indispensable apegarse a las raíces etimológicas
de la palabra democracia, puesto que de acuerdo a Sartori “las democracias existen porque
se ha entendido que el problema de dotarlas de existencia, comienza exactamente en donde
el planteamiento etimológico se agota.”
La intención no es adecuar la realidad a las exploraciones conceptuales, sino categorizar las
variables que conduzcan a la incorporación de una definición más específica y propia que
permita iniciar una exploración hacia términos que actualmente se encuentran en medio de
debates muy interesantes como lo es la ciudadanía y su extensión hacia los derechos
sociales y económicos de un país. La economía no constituye una esfera aislada de la vida
política y social de un país, es simplemente una perspectiva más de una misma realidad; no
obstante se hace referencia a su marco teórico para el entendimiento de ciertas medidas, de
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algunas decisiones y precisamente de las relaciones entre los principales actores que
convergen en esta discusión.
Me permitiré establecer una definición de democracia tomando en cuenta algunos conceptos
muy genéricos, así como procedimientos básicos y los principios que la hacen funcionar de
acuerdo a la dinámica política del país.
No obstante es importante señalar que la mayoría de las teorías sobre la democracia han sido
desarrolladas bajo el contexto de países europeos, por lo que la construcción de la
democracia en los países latinoamericanos posee un patrón de desarrollo muy diferente a
dichos países.
Sin embargo, la democracia en América Latina, a su vez presenta una serie de similitudes
que pueden remitirse a comparaciones; sin embargo, este patrón posee variaciones
dependiendo del país que se estudie, puesto que “las sociedades latinoamericanas han
pasado por periodos que le han dado una contextura similar y por experiencias únicas que los
diferenciaron; pues sólo alcanzaron a algunos países.”
1.1 BREVE HISTORIA TEORICA DE LA DEMOCRACIA
El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. La democracia corresponde a una de
las formas actuales de convivencia del ser humano más comunes en el mundo, la cual
corresponde a la idea de la igualdad entre los hombres y la libertad de todos para decidir
cómo regir sus propias vidas.
Antes de definir en concreto lo que es la democracia y dar sus características principales,
sería prudente llegar hasta ella sabiendo acerca de los orígenes del poder político en la
historia universal: El poder político se inicia en el comienzo de la humanidad como tal, los
seres humanos ya en la edad de piedra debieron reunirse en bandas para su mayor
protección, originándose un respeto mutuo y común entre ellos, lo que más tarde se
centralizaría en los primeros líderes, los “bigman” quienes podrían ser los mejores cazadores
y los más fuertes de entere los hombres pero que no tenían ningún poder sobre los demás
puesto que ellos les seguían por voluntad propia. El problema del poder se origina más
adelante, cuando los hombres se dan cuenta que al imponerse sobre los demás lograban
tener un mayor control sobre el resto y logrando un cierto grado de veneración, más por temor
que por respeto o por sus propias capacidades (superiores a las de otros) así podremos llegar
luego y por medio de este pensamiento al real origen de lo que es el odio y el temor en el
hombre, que son aún hoy parte del poder que algunos imponen sobre otros.
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El temor se genera luego de la ejemplificación del poder del hombre que hoy es tan
repudiado, siendo la opción de la palabra más que la del puño la que hoy se acepta, aunque
no sea la que más se utilice.
El odio en cambio es originado por la envidia presente en el hombre ante la presencia del
poder o por la ejemplificación del mismo ante sus semejantes.
El ser humano hoy en día aún trata de imponerse sobre los demás por medio de la fuerza, el
terror y el odio, lo que genera repudio en todos los sectores de la humanidad que no están
nublados por las actitudes encubridoras de la prensa o de organizaciones que en sí se alían a
ciertos ideales que consideran solo posibles por medio de la concentración del poder político.
La democracia se genera en Grecia, con el pensamiento de Aristóteles donde se planteaba
claramente que la única forma de gobierno de aquél entonces correspondía al “gobierno del
pueblo, por el pueblo y para el pueblo” pero sería bueno el especificar que este “pueblo” solo
correspondía a aquellos que pertenecían a la raza Aria de los griegos y que presentaban un
gobierno real y no representativo, es decir que todos los que eran ciudadanos decidían juntos
en “plebiscitos”. Esta democracia, es muy elitista, muy selectiva y por tanto contradecía sus
propios ideales de igualdad y fraternidad.
El estado: El estado como los bienes del país no existía en aquél entonces sino como
ciudades estado. Esta forma de ver a los bienes del país solo nace con las teorías liberales de
ROUSSEAU, SMITH Las teorías presentadas por estos pensadores liberales se basa en la
idea del “Homo Homini Lupus”, el hombre es libre y se organiza su conducta por medio de la
libertad que el mismo le entrega a la autoridad.
Nace entonces el estado representativo, es decir el poder centralizado en una persona quién
es el estado y a posterior la nación originándose así al Absolutismo como régimen de
gobierno. En aquél tiempo también surge el voto, como por ejemplo en el sacro imperio
germano romano, pero que en verdad solo correspondía a la ratificación de los poderosos con
respecto a sus propias decisiones y no a la intervención del pueblo en la política real.
Tras el triunfo posterior de las 3 revoluciones liberales en el siglo XVIII renace el concepto de
democracia del pueblo perdida luego de la absoluta concepción del poder divino en el rey,
pero este no correspondió al fin de la lucha por la igualdad que representa la democracia y
que aún no puede jactarse de estar completa y que en realidad sería muy difícil de lograr aún,
mientras no se llegue a considerar a todos los seres humanos como iguales sin importar la
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política, la economía, la religión o la misma sociedad que excluye a los hombres solo por ser,
pensar o querer ser diferentes en cierto modo.
1.2 DEFINICION DE DEMOCRACIA
Una noción preliminar parte del hecho que la democracia siempre ha indicado una entidad
política, así como una forma de Estado y de gobierno, se le considera como un “sistema de
gobierno que cuenta con un cuerpo de gobernantes que son responsables de sus acciones en
el terreno público ante los ciudadanos, actuando indirectamente a través de la competencia y
la cooperación de sus representantes electos.”
Asimismo, de acuerdo al trabajo de Robert Dahl, la democracia posee otros atributos como “la
posibilidad de elegir a los gobernante selecciones libres y justas (aquéllas que son
competitivas, decisivas, inclusivas), sufragio efectivo, el derecho de postularse para el
gobierno, libertad de expresión, información alternativa, autonomía de asociación y un
aspecto de vital importancia el territorio que comprende a la población que ejerce el voto.”
Siendo así, la democracia alude a una sociedad libre, no oprimida, ni dominada, se refiere a
una elección. De acuerdo a estas afirmaciones la democracia contiene dos atributos
esenciales: la libertad y la igualdad; y a pesar de que son dos términos que se utilizan de
manera generalizada, poseen características que claramente los diferencian. Libertad es un
término sumamente difícil de definir, no obstante posee un significado específico para el
lenguaje político. De acuerdo a Bobbio se habla de libertades negativas (ausencia de
impedimento y ausencia de constricción) y de libertades positivas que constituyen “la
posibilidad de orientar la voluntad hacia un objetivo, de tomar decisiones, sin verse
determinado por la voluntad de otros.”
Las libertades negativas, en palabras de Benjamin Constant, son para el disfrute privado, para
el desarrollo de la personalidad humana en lo que se refiere a libertad de opinión, de iniciativa
económica, de reunión, entre otras; mientras las libertades positivas constituyen la toma de
decisiones que atañen a la sociedad en su conjunto y en sus partes, es decir la libertad de
participar en el poder político.
No se trata de determinar qué tipo de libertad es más importante o cómo sobreviven dentro de
una democracia, ambas son complementarias y está claro que las libertades civiles no duran
mucho si no existe una participación en el poder, esta aserción se remonta al antiguo debate
entre liberalismo y democracia, mismo que no compete a este estudio.
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Alain Touraine reflexiona asertivamente al respecto “la idea de libertad no incluye la de
representación y la de ciudadanía; asegura únicamente la ausencia de coacciones.”
La verdadera dificultad se encuentra en la determinación de la voluntad colectiva, cada
individuo posee sus propios intereses tanto personales como referentes a la sociedad en la
que se encuentra y de esta manera está haciendo uso pleno de sus libertades; por lo tanto, la
proyección de la voluntad colectiva debe estar constituida por la mejor expresión de la
voluntad de cada individuo. Esta afirmación se remite a la representatividad, como un valor
democrático que reconoce la pluralidad de actores políticos en un mismo espacio.
Por otra parte, la igualdad también está rodeada de ambigüedad; por lo tanto, resulta
indispensable especificar ¿igualdad entre quiénes? e ¿igualdad en qué?
Estos cuestionamientos se refieren básicamente a “un modo de establecer un determinado
tipo de relación entre los entes de una totalidad, es considerada como un bien o un fin para
los componente singulares de una totalidad en tanto que tales entes se encuentran en un
determinado tipo de relación entre sí.”
Sin embargo, no se trata de hacer eco a la premisa de que todos los hombres son iguales,
puesto que depende del contexto en el cual el término sea invocado, además el “todos”
implica un análisis más detenido sobre un grupo y la idea es que ese grupo que es
considerado igual, sea cada vez más grande, y sobre todo tratando de dar respuesta en qué
pueden ser iguales, tomando en cuenta las diversas concepciones de la naturaleza humana.
De acuerdo a la diferenciación que establece Jean Jaques Rosseau en su contrato social,
existen desigualdades naturales y sociales; siendo las segundas las producidas La
democracia en nuestro país por las relaciones de dominio económico, espiritual y político;
mismas que deben ser eliminadas “el pacto fundamental sustituye lo que la naturaleza había
podido establecer de desigualdad física entre los hombres por una igualdad moral y legítima.”
Por consiguiente la igualdad es realizable dentro de la democracia mediante la asignación de
derechos fundamentales, por ejemplo, la asignación del derecho al voto es una regla que se
ha aplicado de manera parcial y gradualmente incluyente puesto que anteriormente se
extendía únicamente a los hombres y con cierta posición económica, con el paso del tiempo
incluyó a las mujeres y a todo individuo dentro de un territorio especifico siempre y cuando
respetase los estatutos de ciudadanía y nacionalidad (dicha inclusión no se encuentra
precisamente caracterizada por el ejercicio pleno de la ciudadanía, aún cuenta con muchas
limitaciones). Por consiguiente, la igualdad consiste en la especificación de reglas que posean
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un carácter incluyente en beneficio de un mayor número de personas y no en detrimento de
otras. Si la igualdad es aplicable en términos políticos, por qué no habría de serlo respecto a
lo económico, no en cuanto al ejercicio del dominio por igual, pero sí respecto al incremento
del poder adquisitivo, de una mejoría de la calidad de vida y una mejor distribución de la
riqueza, no con la finalidad de establecer el todos iguales en todo, porque simplemente no
existe, sino del acceso a las distintas posiciones de la sociedad y no necesariamente el
reordenamiento de la distribución de las posiciones mismas.
La democracia también puede ser definida de acuerdo a los mecanismos y procedimientos
bajo los cuales opera; por lo tanto puede entenderse como una forma de organización que
promueve una participación popular ampliada en los que haceres públicos (decisiones
políticas) y que permite la creación de espacios de representación. Existe una La
democracia en nuestro país corriente que atribuye a la democracia un carácter tridimensional,
en donde confluyen lo económico, lo político y lo social en cuanto a la búsqueda del disfrute
de bienes y servicios de naturaleza socioeconómica. No obstante, de acuerdo a Guillermo
O‟Donnell las definiciones de democracia que la vinculan directamente con la justicia social o
la igualdad, no son analíticamente útiles.
La realidad de nuestro pais se ubica más dentro de una oligarquía que de una democracia,
puesto que independientemente de que hay elecciones libres, libertad de organización y
asociación, varios partidos políticos por la contienda del poder, libertad de expresión, entre
otras características; asimismo se detenta una forma de ejercicio de la dominación política por
un grupo minoritario perteneciente a clases sociales que detentan poder económico y social.
Por otro lado coexisten la desigualdad y la pobreza, en diferentes niveles, lo cual resulta un
tanto contradictorio y dista de ser una democracia, puesto que los principales problemas que
aquejan al país estriban alrededor de una desigualdad, de la mala distribución del ingreso, la
falta de oportunidades, la discriminación; por lo tanto la definición de democracia en nuestro
país se limita a un mecanismo de representación política, con elecciones libres, que reconoce
la pluralidad de actores y opera en una sociedad profundamente desigual. Perú inició su
proceso democratizador en recientes fechas, aunque no existe un acuerdo preciso respecto a
su inicio, la transición democrática se dio en la medida que los cambios institucionales fueron
tomando forma; es decir, en la evolución de las reglas del juego que permiten el acceso al
poder y su posterior ejecución.
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LOS IDEALES Y LA "CRUDA REALIDAD"
Esta hace referencia a los principios que permiten entrar en materia, de hacer, alguna
observación sobre la situación actual de la democracia. Se trata de un tema que
tradicionalmente se debate bajo el nombre de "transformaciones de la democracia". Si se
reuniese" todo lo que se ha escrito sobre las transformaciones de la democracia o sobre la
democracia en transformación se podría llenar una biblioteca. Pero la palabra
"transformación" es tan vaga que da lugar a las más diversas interpretaciones: desde la
derecha (pienso por ejemplo en el libro de Pareto, Trasformaziones de ia democrazia, 1920,5
verdadero arquetipo de una larga e ininterrumpida serie de'lamentaciones sobre lacrisis de la
civilización), la democracia se ha transformado en un régimensemi-anárquico que tendrá
como consecuencia la "destrucción" del Estado; desde la izquierda (pienso por ejemplo en un
libro como el de Johannes Agnoli, Die Transformation en der Democratie, 1967, típica
expresión de la crítica extraparlamentaria), la democracia parlamentaria se está
transformando cada vez más en un régimen autocrático. Me parece más útil para nuestro
objetivo concentrar nuestra reflexión en la diferencia entre los ideales democráticos y la
"democracia real" (uso esta expresión en el mismo sentido en el que se habla de "socialismo
real"), que en la transformación. No hace muchos días un interlocutor me recordó las palabras
conclusivas que Pasternak hace decir a Gordon, el amigo del doctor Zivago: "Muchas veces
ha sucedido en la historia.
Lo que fue concebido como noble y elevado se ha vuelto una cruda realidad, así Grecia se
volvió Roma, la Ilustración rusa se convirtió en la Revolución rusa," De la misma manera
agrego, el pensamiento liberal y democrático de Locke, Rousseau, Tocqueville, Bentham,
John Stuart Mili, se volvió la acción de... (Pongan ustedes el nombre que les parezca, no
tendrán dificultad en encontrar más de uno). Precisamente es de esta "cruda realidad" y no de
lo que fue concebido como "noble y elevado" que debemos hablar o, si ustedes quieren, del
contraste entre lo que había sido prometido y lo que se realizó efectivamente.
LA NOCIÓN DE DEMOCRACIA
Al momento de enfrentar la compleja tarea analítica e intelectual de definir acabadamente qué
es la democracia hay, si cabe el término, una suerte de “consenso generalizado” respecto de
que la misma, para ser concebida como tal, debe funcionar como un sistema que va
redefiniendo sus objetivos y metas a medida que éstos se van logrando paulatinamente a
través del desarrollo político y social de la sociedad.
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Pero, al mismo tiempo, la democracia – y ello incluye, obviamente, a los actores políticos y
sociales que dicen trabajar por su sostenimiento desde el convencimiento de que es el mejor
sistema de gobierno y organización social - no debe perder de vista su objetivo primigenio: la
consolidación y vigencia permanente de dos valores o características a todas luces
medulares: la libertad individual – propia de un estado de derecho - en la esfera política y, al
mismo tiempo, logre, desde un punto de vista “económico-social”, la siempre preciada
igualdad de oportunidades. Este último punto es, sin lugar a duda, un objetivo a alcanzar.
Más allá de hacer referencia a esta falencia del sistema democrático, reflexionar sobre esta
incapacidad para conjugar libertad e igualdad nos abre la puerta para desarrollar el tema que,
como ya se dijo anteriormente, promueven estas líneas. Sin embargo, se hace indispensable,
en primera instancia, reparar en la definición de democracia desarrollada por el autor.
Desde su cosmovisión la democracia, entendida como contraposición a cualquier forma de
gobierno autocrático, está signada por “un conjunto de reglas (primarias y fundamentales) que
establecen quién está autorizado a tomar las decisiones colectivas y con qué
procedimientos”2. Siguiendo está matriz argumentativa el autor añade: “en cuanto se refiere a
la modalidad de la decisión, la regla fundamental de la democracia es la regla de la mayoría,
o bien la regla en base a la cual son consideradas decisiones colectivas, y por tanto
vinculantes para todo el grupo, las decisiones aprobadas al menos por la mayoría de aquellos
a los que corresponde tomar la decisión”
Sin embargo, ni la participación directa o indirecta en la toma de decisiones de un grupo
elevado (en términos estrictamente numéricos y no en referencia a su formación intelectual)
de personas, ni la regla de la mayoría son atributos que, de por sí solos, alcancen para hablar
estrictamente de democracia.
En este marco, el autor argumenta que es necesario que se cumpla una tercera condición que
garantice que “los que son llamados a decidir o a elegir a aquellos que deben decidir, sean
colocados frente a alternativas reales y puestos en condiciones de poder elegir entre una y
otra”. Y agrega, “Para que se realice esa condición es necesario que a los llamados a decidir
se les garanticen los derechos de libertad, de expresión de la propia opinión, de reunión, de
asociación, etc, derechos sobre cuya base ha nacido el Estado liberal y se ha construido la
doctrina del Estado de derecho en sentido fuerte, o sea, del Estado que no sólo ejerce el
poder sub lege, sino que lo ejerce dentro de los límites derivados del reconocimiento
constitucional de los llamados derechos „inviolables‟ del individuo”
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Por lo dicho, democracia y Estado liberal aparecen hermanados en la interpretación que el
autor desde las páginas de “El futuro de la democracia” cuando enfatiza: “el Estado liberal es
el presupuesto no sólo histórico, sino también jurídico del Estado democrático”6. Es
interesante, en este contexto, pensar en el grado de interdependencia que existe ente Estado
liberal y Estado democrático.
Según la cosmovisión del autor citado, se plantea una relación en dos sentidos: “en la
dirección que va desde el liberalismo a la democracia, en el sentido de que se necesitan
ciertas libertades para el correcto ejercicio del poder democrático, y en la dirección opuesta
que va desde la democracia hasta el liberalismo, en el sentido de que se necesita el poder
democrático para garantizar la existencia y persistencia de las libertades fundamentales”.
Este parentesco conceptual, según Bobbio, se demuestra desde la lectura – que puede o no
compartirse plenamente – de la experiencia histórica: “el Estado liberal y el Estado
democrático, cuando caen, caen juntos”8
PROMESAS INCUMPLIDAS
Ahora bien, definida someramente la idea de democracia, es momento de adentrarnos en el
tema que da razón de ser a esta obra. En este punto, y así como se habla de democracia, es
preciso distinguir dos cuestiones medulares: los ideales de la democracia, es decir, los
objetivos que esta se propone alcanzar en tanto sistema, y la „democracia real‟. Del análisis
conjunto de estas dos variables surge lo que Bobbio denomina las seis “promesas no
mantenidas” de la democracia.
A partir de aquí pensemos, entonces, cuáles son esas “cuestiones pendientes” y, sobre todo,
cuáles fueron – y son – las causas que hacen posible la cristalización de este escenario. En
primer lugar, y tomando como punto de referencia el nacimiento de la sociedad política
signada por la pluralidad, Bobbio pone en crisis la idea del “individuo soberano” (un hombre,
un voto) que plantea Rousseau en El contrato social.
Este cuestionamiento se funda en el siguiente razonamiento: el tipo de democracia ideal, para
ser tal, debe situar al individuo por sobre las organizaciones y grupos sociales que componen
la comunidad, es decir, debe ser una sociedad centrípeta.
Desde esta interpretación surge la primera deuda de la democracia ya que, para el autor, se
vive en una sociedad centrífuga, esto es: un núcleo social en el que no existe la voluntad
soberana como centro de poder y, por el contrario, se asiste a una sociedad centrifuga – y
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 17
que numerosos estudiosos de la ciencia política han denominado policéntrica o poliarquía -
donde pude identificarse tanto centros de concentración de poder como grupos u
organizaciones sociales se desarrollen en la sociedad.
Si nos detenemos por un instante podemos observar con claridad meridiana la persistencia de
esta coyuntura. En la actualidad, en todas las democracias vigentes, existe una puja entre
sectores sociales – sindicatos, asociaciones de profesionales, organizaciones no
gubernamentales y partidos políticos, entre otros grupos – que se disputan espacios de poder
en nombre de los individuos a los que dicen representar. Frente a este escenario, el
ciudadano (soberano) es concebido como un simple voto, socio o número de afiliado según
sea el caso en cuestión.
En segundo lugar, Bobbio plantea, en una clara correlación con el punto anterior, la promesa
incumplida de la democracia en torno al modelo de representación. La insolvencia del sistema
en este sentido, se explica desde la siguiente tesis argumental: en una democracia
representativa o moderna, quien es llamado a representar no puede estar sujeto a un
“mandato vinculado”, es decir: no debe legislar o velar por los intereses del grupo al que dice
representar (aunque todos los representantes, desde todos los sectores, vinculen desde el
plano discursivo sus intereses con los intereses comunes o el bienestar general) sino que
debe perseguir los intereses de la nación. Para el autor, esto no se cumple y, en tal sentido,
los partidos políticos y las democracias europeas (y otras) dejaron de lado el modelo de
representación y se visualiza una marcada tendencia a la defensa y representación de los
intereses sectoriales.
A partir de lo anterior sobran los ejemplos. Uno de ellos está dado por las características de
los debates legislativos, ¿cuántas veces se ha oído en nuestro país a legisladores nacionales
decir, con vehemencia e igual grado de ignorancia, que ellos fueron elegidos para velar por
los intereses de los ciudadanos de “su” provincia? Este error en el modo de concebir la
representación política, en líneas generales, hace que, por ejemplo, existan representantes
cuya acción legislativa y participación en los debates de “la cosa pública” se circunscriba
exclusivamente a cuestiones o temáticas que afecten – por así decirlo – los intereses
territoriales y no los generales.
Por otra parte, y tras citar a Gaetano Mosca y su teoría de las elites, se menciona el tercer
punto pendiente del sistema analizado: la derrota del poder oligárquico. Es indiscutible, desde
la visión del autor, la existencia de las elites en los gobiernos democráticos. Pero, retomando
a Schumpeter, Bobbio sostiene que un gobierno democrático no es aquel que carece de elites
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 18
sino, por el contrario, el que tiene a varias elites disputándose el voto popular. En
consecuencia – contradiciendo la idea de democracia representativa de Rousseau – en la
actualidad se sigue planteando la democracia en función de la relación que se establece entre
gobernantes y gobernados y, al mismo tiempo, la sociedad internalizó la idea de la existencia
de “la clase política” o “la clase dirigente”.
En cuarto lugar, aparece un tema tan complejo y debatible como significativo que se plantea
desde un interrogante insoslayable: ¿en cuántos espacios políticos y sociales donde se
ejercita la toma de decisiones la democracia aún no ha podido anclar?
La respuesta a esta pregunta sigue siendo materia pendiente básicamente porque, desde una
lectura de la realidad errónea, se continúa creyendo que el grado de desarrollo democrático –
y como tal representativo – de una sociedad avanzada está dado por el número de personas
que ascienden a la categoría de ciudadano y, en su condición de tal, tienen acceso al voto.
Para cumplir con esta deuda del sistema el enfoque debe ser diferente. Se debe promover no
sólo la mayor participación – sin caer en “excesos de democracia” de los que habla Bobbio –
sino que, por sobre todo, debe existir democracia en los espacios en los que, existiendo
ciudadanos, la democracia - entendida como participación de los hombres llamados a decidir
(y en consecuencia elegir) en la en la toma de decisiones que afectan sus interese de grupo –
no ha penetrado. La persistencia de esta falencia, puede encontrarse en el complejo
entamado cerrado y burocrático que, desde siempre, ha signado la actividad de algunos
espacios públicos y privados donde la democracia está ausente, pese a que muchos actores
que se desempeñan en ellos digan lo contrario.
Por otra parte, y no menor que los puntos anteriores, Bobbio menciona la quinta promesa no
cumplida por la democracia real: la eliminación del poder invisible. De acuerdo a la
interpretación del autor, en la democracia vigente el poder del gobernante es visible al
gobernado. Valiéndose del manejo de los resortes del Estado, el gobernante del sistema
democrático tiene acceso – y control – sobre la actividad del soberano.
La cristalización de esta situación pone en crisis la vigencia de la democracia como sistema
ya que invierte la premisa democrática y no garantiza (no del todo) el control del gobernado
sobre el gobernante, tal como se planteó desde la concepción de democracia real. ¿Quién
controla al gobernante que está ocupado, a la vez, en controlar a sus gobernantes? es la
pregunta a responder. Y la respuesta no es fácil de brindar porque ¿acaso hay un ente o
autoridad superior al gobernante democráticamente electo que cuente con elementos
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 19
tecnológicos y el andamiaje político-institucional más avanzado que el propio Estado para
controlar a quién manda?
Por último, como sexta promesa no cumplida, aparece la incapacidad de la democracia en su
tarea de formar ciudadanos, esto es: nutrirlos de cultura política. Es evidente, según la idea
de Bobbio, que el dotar a los individuos de derechos ciudadanos no garantiza una cultura de
compromiso con la democracia. Y en este punto también sobran casos testigo: los Estados
Unidos – y citamos este ejemplo por ser una de las democracias más antiguas – ha dotado de
derechos ciudadanos a gran parte de su población y, sin embargo, la inmensa mayoría se
muestra escéptica frente a la actividad política partidaria.
EL CIUDADANO, LA DEMOCRACIA Y LA REPUBLICA.
Si reparamos en lo dicho hasta aquí podemos decir sin, apartarnos de las cavilaciones de
Bobbio y sin temor a caer en lecturas equivocadas, que la democracia nos debe, y nos debe
mucho. Pero, más allá de todas las fisuras o defectos que pueda tener, sigue siendo el
sistema más adecuado para promover el desarrollo político, social y económico de los tejidos
sociales en la actualidad.
Sin embargo, pese a esta ponderación, surgen dos interrogantes de significativa importancia
a la hora de considerar la presente coyuntura democrática. El primero de ellos, consiste en
pensar – o repensar - qué actividad o actitud encara o asume cotidianamente el ciudadano a
fin de revertir la tendencia planteada por Bobbio y hacer posible que se cumplan las promesas
que la democracia pretendió (y pretende) alcanzar.
El segundo cuestionamiento – que se hermana con el primero - está dado por las
características que presenta el sistema democrático en función del logro de sus objetivos.
En relación al primero de los planteos formulados, hay que decir que, en líneas generales, en
la gran mayoría de las democracias modernas, asistimos a la configuración de un escenario
de creciente apatía política donde, por un lado, campean la falta de compromiso y de
participación política, hecho que se explica si nos detenemos en dos situaciones fácilmente
comprobables: un número cada vez mayor de ciudadanos que no participan y hasta descreen
de los procesos electorales y del sistema democrático en sí mismo; y, como dice Bobbio, la
falta de mecanismos democráticos en el interior de numerosas entidades o grupos de
personas.
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 20
Por otra parte, quienes sí manifiestan discursiva y activamente un apego al sistema
democrático y a sus mecanismos de consolidación, suelen caer en el error de creer que la
democracia se ejercita solamente cada determinada cantidad de años concurriendo a las
urnas y renuncian, en tanto, a la participación en partidos políticos, grupos sociales,
asociaciones intermedias, etc.
El resultado de la conjunción de estas dos formas mayoritarias - aunque no absolutas- de
razonar la participación en la vida democrática e institucional de un país, produce un resultado
alarmante: se configuran sociedades políticamente organizadas en las que coexisten dos
grupos de ciudadanos. En el primer núcleo encontramos a quienes constituyen lo que
podríamos denominar una “ciudadanía de baja intensidad” que sólo vota. Al mismo tiempo, y
si se quiere en contraposición, se forma una “ciudadanía delegativa” que no participa y, tal
como su nombre lo indica, delega en los demás ciudadanos y en la dirigencia política de la
cual reniega permanentemente, su suerte como grupo.
Por último, en función del segundo interrogante, hay quienes sostienen enfáticamente que, en
la actualidad, lo que existe en la mayoría de los países que se reivindican democráticos no es
democracia, sino que, de momento y en función de las materias pendientes, está instaurada
la República. En nuestro país, uno de los defensores de esta teoría es el ex presidente de la
Nación, Dr. Raúl Alfonsín. En este sentido, reiterando lo manifestado en algunos de sus
libros10, el ex mandatario en el prólogo del libro de Pablo Regnier, De la boina blanca al
sushi. Análisis del Partido Radical 1890-2001 expresa: “Siempre hago una distinción entre
Republica y democracia. La República es la que nos da las denominadas libertades
negativas, es decir, la que evita que se nos secuestre, se nos torture o se nos mate, pero a
estas libertades deben sumárseles las positivas o los derechos crédito que tiene cualquier
persona por el sólo hecho de existir, que son los derechos sociales. Las personas no pueden
ser libres en las calles y súbditos en las fábricas. Lamentablemente creo que con suerte los
hijos de sus hijos podrán ver una verdadera democracia, que brinde a todos los ciudadanos la
libertad y la igualdad de oportunidades, tema este último que está muy lejos de alcanzarse, al
menos en nuestras naciones subdesarrolladas”.
Si nos detenemos en estas palabras – que pueden compartirse o no – el futuro de la
democracia (paradójicamente, así se titula el libro de Bobbio sobre el que hablamos) aparece
medianamente alentador, ya que, si bien no tenemos una democracia plena que garantice
libertad e igualdad de oportunidades, estamos en presencia de una República, cosa para
nada despreciable. Podría pensarse, entonces, que si la democracia ideal no se ha alcanzado
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 21
aún, y por tanto las promesas planteadas por Bobbio siguen sin poder ser cumplidas, esto se
debe a que vivimos en un sistema republicano y no, como suele creerse, en uno democrático.
A riego de parecer políticamente romántico, un elemento determinante en este anhelo de
superación lo brinda el tiempo. Quizás, y parafraseando a Marx cuando plantea al socialismo
como instancia anterior al comunismo, las sociedades – las subdesarrollas pero también las
más avanzadas – tengan que vivir primero muchos años de República (que también es
perfectible y, entre otras cosas, debe velar por el correcto funcionamiento de las instituciones
legislativas y jurídicas que la componen y así alentar el compromiso y participación
ciudadana) para pasar luego a una instancia superior donde, desaparecidas las “promesas
incumplidas” por acción colectiva de los individuos en el seno de la República, se pueda
consolidar finalmente la democracia real tal cual como fue concebida. Quizás porque esa
meta no se ha alcanzado aún, es que tenemos la obligación de seguir apostando por el
fortalecimiento de la democracia para las futuras generaciones de ciudadanos.
1.3 DOCTRINA DE LA DEMOCRACIA
NORBERTO BOBBIO
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA
Las transformaciones por las que ha
pasado el sistema democrático
demuestran que hay un futuro para la
democracia moderna, porque allí donde los derechos de libertad, así como la participación de
l os ciudadanos han sid o reconocidos constitucionalmente, la posibilidad de un retroceso a
sistemas dictatoriales es conjurada por la existencia misma de la democracia, y aunque haya
riesgos, amenazas y caídas, el espíritu de la democracia vive como realidad y anhelo de los
seres humanos organizados socialmente. En esencia, concibe la democracia como un
conjunto de reglas procesales para la toma de decisiones colectivas en el que está prevista y
propiciada la más amplia participación posible de los interesados. Sin embargo, el autor es
bastante agudo y crítico con ésta cuando habla de las seis falsas promesas y los tres
obstáculos para su desarrollo y desenvolvimiento; un inevitable distanciamiento, por demás,
entre los ideales y la "cruda realidad". De las seis falsas promesas, comienza por considerar
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 22
el nacimiento de la sociedad pluralista como un anhelo no cumplido ante la dificultad de
encontrar una mediación directa entre el Estado y los individuos que lo conforman; cada vez
más se reconoce que los individuos no son los grandes protagonistas de la vida política
democrática y que su capacidad de participación política es casi nula frente a los grupos, las
organizaciones, las asociaciones, los sindicatos y los partidos. En segundo lugar, el autor
considera que la reivindicación de los intereses personales se sigue imponiendo sobre la
representación política de los intereses en general. De manera atinente, seguidamente se
permite señalar que la persistencia de las oligarquías, el espacio limitado y el poder invisible
son otras de las dificultades de la democracia en su propósito de derrotar los intereses de
pocos frente a la colectividad; algo fácil de entender si se tienen en cuenta las circunstancias
por las que atraviesa la democracia. Finalmente, en la sexta falsa promesa señala que la
educación no es garantía suficiente para que los individuos tomen conciencia de su verdadero
papel democrático; idea ésta que fue el sustento de la Ilustración en el siglo XVIII. De las seis
falsas promesas pasa a los tres obstáculos: La tecnocracia, el aumento del aparato
burocrático y su escaso rendimiento. De la misma manera, cualquier parecido con la realidad
es sólo una coincidencia con las circunstancias políticas del momento.
MARTHA C. NUSSBAUM
LA CRISIS SILENCIOSA, EL FUTURO DE LA
DEMOCRACIA Y EL CULTIVO DE LA
HUMANIDAD
"Se está producie ndo cambios drásticos en
aquello que las sociedades democráticas
enseñan a sus jóvenes, pero se trata de
cambios que aún no se sometieron a un
análisis profundo. Sedientos de dinero los
estados nacionales y sus sistemas de
educación están descartando sin advertirlo ciertas aptitudes que son necesarias para
mantener viva a la democracia. Si esta tendencia se prolonga las naciones de todo el
mundo en breve producirán generaciones enteras de máquinas utilitarias, en lugar de
ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos, poseer una mirada
crítica sobre las tradiciones y comprender la importancia de los logros y sufrimientos
ajenos. El futuro de la democracia a escala mundial pende de un hilo"
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 23
Reflexionar sobre la crisis mundial de la educación y su estrecha relación con el futuro de las
sociedades democráticas. Esta crisis que denomina silenciosa, pone en fuerte tensión y en
conflicto la idea de la educación concebida como una herramienta para el crecimiento
económico, poco preocupado por una reflexión sensible sobre la equidad en el acceso y las
oportunidades, por la salud, la educación y la calidad de vida de la población pobre y rural y
para el modelo de desarrollo humano de una educación liberal, que es indispensable para
cultivar las democracias del mundo global.
En la actualidad hay una fuerte tendencia a considerar que el principal objetivo de la
educación es enseñar a los estudiantes a ser económicamente productivos y según parece
las cosas que si importan son aquellas que preparan para una carrera laboral. Esta visión
limitada de la educación, basada en habilidades rentables, ha erosionado las capacidades
para criticar la autoridad y para sentir compasión por las gentes que son diferentes o están
marginadas y se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo de la capacidad para tratar
problemas globales complejos.
Y dado que la educación se ha vuelto cada vez más utilitaria, más centrada en la
profesionalización y con un corte significativo de las artes y humanidades en todos los niveles
educativos, la perdida de habilidades asociadas a la formación humanística está poniendo en
peligro la salud de la democracias y la esperanza en un mundo basado en el respeto mutuo
entre seres de distintas latitudes y geografías. Con este diagnóstico advierte sobre el peligro
de reducir la educación y valorarla desde la idea de la rentabilidad otorgando un papel
desproporcionado a la ciencia y a la tecnología, cultivando únicamente habilidades útiles por
su alta aplicabilidad para la producción y la globalización económica, que tanto preocupa a los
dirigentes del mundo.
ERNESTO GARZON VALDES
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA
"La democracia no gira ya principalmente
en torno a su emergencia, consolidación,
cualidades que debe o debería tener como
sistema de gobierno y como forma de vida,
sino más bien acerca del rumbo que lleva
y a donde puede llegar"
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 24
El futuro de la democracia, se aboca a delinear cuales son las condiciones necesarias para
asegurar que la democracia perviva. Reflexiona sobre como una postura optimista o pesimista
ha influido en el pensamiento de teóricos de la democracia, clásicos y contemporáneos y
como a partir de dichas posturas es posible pensar en las condiciones que permitirían
vislumbrar el futuro de la democracia.
Optimismo y pesimismo han sido estados de ánimo determinantes para la configuración de
las ideas respecto a los aspectos vinculados con el concepto de democracia y su realización
práctica. El análisis sobre estas dos posturas optimista y pesimista, desde una perspectiva
demócrata ambas permiten hacer una aproximación a las condiciones necesarias para que la
democracia permanezca, pues “la democracia no debe morir, pero sus males no han de ser
curados con falsas ilusiones sino introduciendo las correcciones que exigen las cambiantes
circunstancias de una historia que nunca termina y que no tiene más sentido que el que sus
actores, es decir el género humano, le confiere”. Con una abierta invitación a la reflexión y a
la propuesta; concluyendo que para el futuro de la democracia es indispensable procurar
mantener alerta la conciencia de los problemas que enfrenta actualmente la democracia,
asegurar el mayor grado de libertad en igualdad, dar prioridad a lo político sobre lo
económico, privilegiar la condición de ciudadanos como eje central de la democratización,
tener en cuenta que la democracia es un sistema normativo sometido a reglas muy exigentes,
democratizar primero al ciudadano para así después proyectar esta tendencia al sistema
internacional, mantener una responsabilidad recíproca entre gobernantes y gobernados, no
dar cabida a la exclusión, no admitir las falsas ilusiones, no suponer que se ha logrado ya la
realización plena de todas las potencialidades que encierra la presentación y concepción de la
democracia, no equiparar la tolerancia democrática con la permisividad incondicionada para la
que todo vale. Solo siguiendo e stas simples condiciones se podrá luchar contra el
desconcierto político institucional.
TZVETAN TODOROV
LOS ENEMIGOS INTIMOS DE LA
DEMOCRACIA
"Hoy en día ningún modelo de sociedad no
democrática se presenta como rival de la
democ racia. En contrapartida, la democracia
genera por si misma fuerzas que la amenazan
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 25
y la novedad de nuestro tiempo es que esas fuerzas son superiores a las que la atacan
desde afuera, destacando las amenazas del populismo, el ultraliberalismo y el
mesianismo"
En realidad todo influye en el régimen político, en sus éxitos y en sus fracasos, también en
sus vicios: la corrupción y la transparencia, la calidad de política y los políticos, los desafíos
de participación ciudadana, los partidos y el régimen electoral, la falta de alternancia en el
gobierno, el uso y abuso de las encuestas, la influencia desmedida de las oligarquías
partiditas, la incapacidad de cambiar los errores visibles de la propia democracia. A ello se
debe sumar el éxito o fracaso económico de los gobiernos y sus consecuencias políticas,
como se expresaron dramáticamente en la década de 1920 y 1930 en Europa, precipitando
una desafección democrática de consecuencias lamentables. Finalmente no podemos dejar
de mencionar el hecho de que la propia normalidad democrática hace menos épica a la propia
democracia, a diferencia de los impulsos que guían la lógica revolucionaria, los carismas del
populismo o el compromiso en tiempos de polarización política. Dicho en otras palabras con
excepción de los procesos de recuperación democrática, lucha contra las dictaduras, con su
correspondiente épica de promesas y esperanzas, la vida en democracia es más plana, la
solución a los problemas más compleja y la misma deliberación política hace más lenta la
toma de decisiones.
Todos estos problemas se vuelven terreno fácil para el populismo y las vías alternativas,
como ocurrió en el pasado. También para la crítica despiadada contra las autoridades a
través de las redes sociales, muchas veces utilizadas de manera irresponsable y cobarde.
Con ello se abre el camino a la depresión y desesperación de los demócratas y los ataques
audaces de los que siempre han esperado el momento para destruir las instituciones. La
democracia ha experimentado enormes dificultades para establecerse como el sistema más
aceptado dentro de los regímenes políticos. Tuvo que soportar la agresión violenta y fanática
del comunismo y fascismo.
En los últimos años ha pasado por momentos que muestran signos de decrepitud e
incapacidad de renovación. Sus instituciones fundamentales, los parlamentos, los partidos
políticos e incluso las propias elecciones periódicas, enfrentan cuestionamientos, tienen
rechazo en las encuestas y parecen alejados de los intereses ciudadanos. Se debe de tener
en claro que no es la primera ni será la última de las pruebas que enfrente la democracia en
su historia.
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 26
RADA FRANCISCO MIRO
QUEZADA
DEL AGORA ATENIENSE AL AGORA
ELECTRONICA (F UTURO DE LA
DEMOCRACIA)
"En el contexto histórico producto de un
debacle tanto del estado totalitario como
del estado/nación, es posible augurar la
formación de una futura civilización, más simétrica y no arbitraria, que utilice para ello
los avances tecnológicos; este es el mar que navega la democracia en el nuevo
milenio"
La realidad está diseñada desde el punto de vista histórico, trata de un marco teórico que
ilustra el pasado y relaciona el futuro, busca el arma prefecta de interpretación y da los
aportes más importantes que todo individuo debe tomar en cuenta.
Hemos entrado en una época de cambios profundos que asegura la potencial formación de
una futura civilización, surge la necesidad de tomar conciencia a los aportes de experiencia
que el ser humano a través de la historia ha diseñado, concepto que ayudan a desarrollarse,
presagia el problema al cambio de vida y pensamiento como un legado de nuestros
antepasados.
Es una transición y como en toda transición en la vida humana, se está produciendo crisis
clínicas que afectan el comportamiento de millones de seres humanos. La democracia navega
en este mar por proceloso a mediados de esta primera década del tercer milenio. Incorpora el
detalle del término democracia como producto insano de no tomar conciencia sobre dicho
termino y separa a la democracia del pensamiento humano y lo toma como producto de las
sociedades.
Así la democracia está ligada al producto histórico de las culturas desarrolladas sobre la
tierra, muchas culturas han aportado pero pocas han diseñado un plan de trabajo y domino
para con sus pueblos, tanto que han quedado olvidadas en historia o han sido opresoras de
otros imperios.
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 27
Actualmente la democracia se basa en el principio de libertad tiene que lidiar con el
capitalismo, el problema radica en que el capitalismo está basado en el concepto de
desigualdad y opresora de su capital, convirtiendo al hombre como parte de ello.
Se plantea una tesis que sostiene: existe una tendencia actual a favor de la democratización
de las sociedades, la tendencia actual está basada en la relación democracia-futuro, ya que
para los seres humanos el futuro de la democracia radica en la importancia que el ser
humano ponga al desarrollarla, durante el desarrollo del ser humano la democracia ha
adquirido un papel primordial y que por ende debe tomar la posta de toda decisión.
Que debido a internet las condiciones tecnológicas están contribuyendo y contribuirán más en
el futuro, a que las personas puedan ejercer por este medio sus derechos democráticos de
manera más directa y universal.
No cabe duda que el ser humano ha diseñado y elaborado muchos proyectos a través de la
historia sin embargo el diseño de sistemas operativos en internet y la elaboración de
programas físicos que vincula la realidad con lo virtud adquiere el valor de uno de los avances
más resaltantes que el hombre ha aportado.
RADA FRANCISCO MIRO QUEZADA
LA REINVENCION DE LA DEMOCRACIA
"Establecer cuáles son los principales valores
democráticos y como se puede consolidarlos
para el presente y el futuro, mirándonos en el
espejo de la democracia no solo como una forma
de ejercitar el poder y la autoridad, sino como
una oportunidad para vencer los retos que como
país confronta el Perú"
Se debe hacer una reflexión sobre la democracia participativa y el análisis de los
mecanismos electrónicos que la fortalecerían de modo determinante.
El marco en que se desarrollan las consideraciones de Miro Quesada Rada es el del
reconocimiento que la democracia en América Latina no ha cumplido sus fines de
universalizar los derechos sociales ni uniformizar las oportunidades económicas. Lo ha
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 28
impedido a su parecer que durante los últimos setenta años, los gobiernos del continente
hayan implementado, según un patrón pendular, modelos populistas nacionalistas y modelos
liberales de corte autoritario, incluso cuando cumplían con todas las formalidades del estado
de derecho. Ninguno de los dos sistemas consiguió superar la exclusión económica pero en
cambio ambos vulneraron las libertades políticas, con la consecuencia de fijar
endémicamente un clima social convulso, siempre al borde del abierto conflicto. Hoy como si
no fuera suficiente, los estados latinoamericanos enfrentan nuevos escenarios problemáticos
en su relación con el gran capital corporativo y financiero. De hecho Miro Quesada Rada los
reconoce maniatados en buena medida por él, cuando no capturado por los grupos que lo
representan localmente.
LUIS ANTONIO
CORONA NAKAMURA
DEMOCRACIA Y ELECCIONES
"El análisis de diferentes
manifestaciones de la democracia
dentro de un Estado de Derecho
constituye una herramienta para
aproximarnos a las realidades
sociales y políticas de nue stros
países latinoamericanos. A través
de las líneas de investigación se
pretende acercarse a estas realidades, estudiando problemas relevantes en los ámbitos
de la política, el derecho y el buen gobierno. La democracia y los procesos electorales
representan el núcleo de este libro"
En el devenir de la historia política de la humanidad el concepto de democracia, ha ido
evolucionando, en un concepto moderno y liberal, se basa en la idea político filosófica de la
soberanía del pueblo, esto es, la reducción de todo el poder político a su representante
originario que no es otro que el pueblo, el cual ejerce en conjunto el poder estatal, mediante
procedimientos jurídicos y políticos que posibiliten su participación en la formación de la
voluntad política mediante las elecciones libres, periódicas y secretas de sus representantes.
La autoridad del pueblo es la base de la autoridad del poder público, que se expresa mediante
las elecciones auténticas, libres y periódicas, mediante sufragio universal, igual y secreto.
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 29
El eje transversal de este trabajo es la democracia expuesta de diferentes maneras. Las
instituciones electorales forman parte importante de este trabajo dado el significado que tiene
para sostener la democracia en su perspectiva electoral. La necesidad que surge de reformar
disposiciones legales en materia de justicia electoral, visión de un panorama general de las
instituciones electorales, descripción de las principales reformas constitucionales y legales
relacionadas con el sistema electoral, el papel de los candidatos perdedores en las
contiendas electorales, su futuro y el impacto que pueden generar sobre las instituciones
electorales. Esta publicación continúa abordando temas centrales para un buen gobierno y
para sostener la democracia desde distintas perspectivas.
También nos muestra la importancia de la profesionalización de los servidores públicos,
aunque dicho planteamiento puede predicarse de toda la Administración Pública. La justicia
constitucional es garantía del sostenimiento del Estado de Derecho. El fenómeno de la
globalización política y económica sin duda influye sobre los procesos democráticos de
cualquier país del mundo.
En toda elección y en general para una democracia, las relaciones entre los partidos políticos
y los militantes son muy relevantes, se estudia el clientelismo político y algunas causas que
dan origen al mismo. ¿Debe ser el voto un derecho o un deber?, discusiones sobre los
cambios positivos que podrían resultar de eliminar la obligación de ejercer el sufragio activo.
Se debe realizar un estudio comparado del perfil ideológico (izquierda y derecha) y el grado
de democracia interna que tienen algunos partidos políticos a partir de las percepciones de
sus militantes. La evolución del reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales nos
obliga a girar la mirada hacia la importancia que tiene el derecho al Medio Ambiente sano
como parte del Estado de Derecho; sin embargo, los fenómenos de la corrupción y la mala
Administración pueden obstaculizar su real reconocimiento y garantía.
Se plantea una alternativa a la clásica democracia representativa: la gobernanza participativa.
Se expresan algunas preguntas que pueden ser útiles para conocer los impactos que puede
generar este tipo de gobierno en la profundización de la democracia.
JOHAN SUBIRATS, DANIEL INNENARITY, JOSE TUDELA ARANDA, QUIN
BRUGUE, SERGIO CASTEL GAYAN, IGNACIO CEYALA PEREZ,
FERNANDO PINDADO, FERNANDO LOPEZ
PARTICIPACION CIUDADANA PARA UNA ADMINISTRACION DELIBERATIVA
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 30
La democracia es sin duda, el mejor
de los gobiernos posibles.
Observamos como la historia de la
política contemporánea ha sido la de
la consolidación de procesos y
procedimientos democráticos en las
principales regiones del mundo. Hoy
en día menos de un tercio de todos
los estados del mundo son
autoritarios, habiendo aumentado el
número de democracias. De este modo podemos afirmar con total rotundidad que la
democracia se ha convertido en el principio de la legitimidad política de nuestra era.
Ahora bien este sistema político se encuentra ante un contexto de complejidades que altera
en cierto modo sus bases instrumentales. Es cierto que el sistema representativo, como eje
del modelo democrático, es el régimen adecuado para las actuales sociedades amplias,
diversas y complejas.
Sin embargo los poderes públicos deben ser conscientes de que la participación de los
ciudadanos en la vida pública no debe limitarse al periódico ejercicio de los derechos
electorales. La legitimidad política no se basa únicamente en las urnas o en la regla de la
mayoría, sino también en deliberar, explicar y motivar la adopción de las decisiones públicas.
Por ello propiciar una mayor intervención de la ciudadanía, como titular de la soberanía, en la
construcción de las políticas públicas, se ha convertido en una de los ejes centrales de la
teoría política con la finalidad de mejorar la calidad del régimen democrático en el siglo XXI.
Este pensamiento político no trata de poner en duda quien toma las decisiones. La
participación y deliberación permiten, como complemento del sistema representativo, adoptar
decisiones públicas más eficaces y adecuadas a las necesidades sociales, en tanto la
decisión final se adopta teniendo en cuenta la voz de los propios interesados. Esta es la gran
apuesta política, abrir vías y procedimientos de participación ciudadana que impliquen una
profundización democrática y mejoren la calidad en el funcionamiento de las instituciones
públicas.
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 31
Los poderes públicos deberán promover la participación social en la elaboración, ejecución y
evaluación de las políticas públicas, así como la participación individual y colectiva en los
ámbitos cívico, político, cultural y económico.
Para la construcción de esta cultura de participación democrática resulta fundamental
impulsar además, proyectos de investigación, análisis y estudio en el ámbito de la innovación
democrática. Herramientas que nos sirvan para reflexionar sobre cómo mejorar la forma de
gestionar lo público, convirtiéndose en foros de debate para que los políticos, técnicos y
ciudadanos contribuyan en esta estrategia.
SERGE CHAMPEAU
INTERNET Y EL FUTURO DELA
DEMOCRACIA
"Uno de los debates clave en la
enseñanza y el aprendiza je de la
ciudadanía actual es precisamente el
uso de tecnologías de la información y
de la comunicación de internet, de las
redes sociales"
Cabe hacerse las siguientes interrogantes sobre el internet y las redes sociales ¿ayudan o
dificultan? ¿Qué uso hacemos de ellas?
Por otro lado no cabe ninguna duda que el presente pone de manifiesto de que el futuro de la
democracia está estrechamente relacionado con las tecnologías de información y
concretamente con el uso del internet para promover una participación de los ciudadanos más
activa; una mayor participación cívica, social y política que es el corazón de la democracia.
La necesidad de preguntarnos lo que razonablemente podemos esperar de internet, de las
redes sociales, de las tecnologías de información y comunicación. Podemos juzgar la virtud
emancipadora de internet, sin olvidar incluso su lado oscuro. De ahí se deriva la necesidad de
poner al día la noción de técnica, de poder y democracia que subyacen a la utopía que ha
acompañado el desarrollo de internet.
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 32
En resumen el contenido del libro con una cita del último de los artículos que parece
especialmente revelador y una sana reflexión para las ciencias sociales en general y para el
mundo de la comunicación y la educación en concreto. El desarrollo de una cultura crítica de
los algoritmos parece cada vez más necesaria e invita a las ciencias sociales a no dejar
únicamente en manos de los matemáticos el monopolio de la atribución de significado al
nuevo mundo de los datos digitales.
1.4 APLICACIÓN DE TEMA:
EL FUTURO DE LA DEMOGRACIA EN LATINOAMERICA Y EL MUNDO
Desde agosto de 2008, Estados Unidos, y seguidamente Europa, han enfrentado una crisis
económica que ha puesto en tela de juicio sus modelos de desarrollo. La crisis económica ha
sido fuente de desempleo e inestabilidad, generando un impacto en las bases de la cohesión
social. Hace que más actores compitan por los recursos, alimenta los discursos que ponen en
duda los beneficios del estado del bienestar y especialmente debilita el capital social. La
eurozona se halla ya en recesión, con un decrecimiento estimado por el FMI para 2012 del -
0.3%.En España, el porcentaje de la población que se ubica bajo el umbral de riesgo de
pobreza ha aumentado hasta llegar a un 21%. Además el 36% de las familias no tiene
capacidad para enfrentar una imprevista situación que nace y se suma a la gravísima tasa de
desempleo que roza el 24%actualmente. Además del drama personal que esto constituye, la
precariedad hace que los lazos dela organización y la participación se rompan, que
la confianza en las instituciones se debilite y que la participación ciudadana se vea resentida.
En medio de este panorama sombrío, vemos con buenos ojos la aparición de movimientos de
diferente tipo que promueven el cambio. Su papel, más allá de su capacidad de incidencia
política, ha sido la revitalización del debate y un llamado de atención a los partidos políticos,
sindicatos e instituciones que no están a la altura de las demandas de los ciudadanos. En
América Latina el contexto es muy diferente: un crecimiento económico consolidado - superior
al4% para el conjunto de la región en 2012 – y buenas expectativas para esta década. Desde
hace unos años, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe viven un periodo
de crecimiento y auge económico, si bien el déficit social es aún considerable. Este déficit es
reflejo de las contradicciones de la construcción política y social. La región carga con una
historia de desigualdad e inequidad y ha perdido en más de una ocasión la oportunidad para
conseguir de una vez por toda una transformación social integral, pero sobretodo, integradora.
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 33
Tras años de azarosa trayectoria política, hoy en día la región acoge cuadros políticos de alto
nivel que han mostrado ser buenos administradores, consiguiendo una política
macroeconómica contra cíclica y previsora. Pero todavía es necesario avanzar hacia una
mayor calidad de la democracia y de la equidad social. La región cierra el 2011 con ciento
setenta y cuatro millones de personas en situación de pobreza, de los cuales setenta y
tres millones están en condiciones de pobreza extrema o indigencia, respecto al año anterior
hay una disminución de tres millones de personas pobres pero también un incremento de
cuatro millones en la cantidad de personas en la indigencia. Vastos sectores sociales no han
podido convertirse en titulares efectivos de los derechos económicos, sociales y culturales
que corresponden a su condición de ciudadanos. Esta condición de exclusión de la
ciudadanía está altamente ligada a los sistemas de economía informal e ilícita. Los estados
latinoamericanos, hoy en día reconocidos por su capacidad para atraer la Inversión extranjera
directa, no han logrado suficiente credibilidad como proveedores de bienes públicos,
recaudadores fiscales, garantes de la protección social ni promotores de la productividad y el
empleo. La región a día de hoy es la más desigual del mundo. Por fortuna esta incapacidad
contrasta con el avance en el consenso en torno al rol fundamental del Estado, y muy
especialmente sobre la incapacidad de los mercados para garantizar por sí mismos el
desarrollo y la estabilidad. En este sentido, las experiencias de participación ciudadana cada
vez más frecuentes constituyen una idea clara de cuál es el camino a seguir.
La crisis financiera global se halla vinculada a una crisis energética, medioambiental,
alimentaria, o de seguridad, producto a su vez de grandes desequilibrios macroeconómicos,
la falta de control de actores como las multinacionales, o la inadecuación de las instituciones
internacionales. Ello nos obliga a repensar no solamente el modelo de desarrollo: en último
término, nos obliga a repensar la democracia, las formas de representación y de participación
en varios niveles, desde lo local hasta lo global, pasando por lo nacional y lo regional. En
otras palabras, la profunda inestabilidad, el crecimiento futuro y la exacerbación de la
vulnerabilidad social, remiten en último término a un déficit democrático que sólo puede
abordarse mediante una gobernanza global que asegure el acceso de la ciudadanía a los
bienes públicos globales.
FALLOS EN LA GOBERNABILIDAD Y EN LAS INSTITUCIONES: UNA
AMENAZA PARA LADEMOCRACIA
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 34
En la medida en que la configuración y el funcionamiento de las instituciones no cuente con
los recursos y la capacidad de afrontar los problemas de la ciudadanía se corre el riesgo de
generar cada vez más desafección e incluso rechazo a la democracia. Según el Latino
barómetro del 2011, el apoyo a la democracia en América Latina cayó 3 puntos respecto del
año anterior, pasando de 61 a 58%. En América Central cayó el doble (6%), pasando de59 a
53%. Esta caída interrumpe el crecimiento que el apoyo a la democracia venía
experimentando en los últimos cuatro años, y se debe a dos problemas centrales: por un lado
los altos niveles de concentración de la riqueza, y en segundo lugar la percepción de que el
poder político solo beneficia a unos pocos. Asimismo se encuentra ligada a la incapacidad
institucional para resolver problemas como la inseguridad ciudadana, especialmente grave en
Centroamérica, siendo Honduras (43%) y Guatemala (36%) son los países con el nivel más
bajo de apoyo a la democracia y los que enfrentan las cifras más preocupantes de
criminalidad y violencia junto con El Salvador. Por otro lado, casi un tercio de
latinoamericanos (31%) consideran que a sus democracias les falta participación ciudadana.
En el caso de Brasil, el apoyo a la democracia es notablemente inferior a la media de la
región (45%), mientras que un tercio (33%) echa en falta mayor participación. Otro factor que
dificulta los cambios es una fuerte polarización social. Ésta dificulta la capacidad de respuesta
institucional, lo que genera círculos viciosos y pone en peligro los progresos democráticos
alcanzados. Resulta pues crucial disminuir la desigualdad desde el respeto a la diversidad,
fomentando el sentimiento de pertenencia y los canales de la participación ciudadana.
Respecto a Europa, la percepción del tradicional “déficit democrático” se ha traducido en un
progresivo descenso en la participación de los ciudadanos europeos en las elecciones al
Parlamento Europeo, quedando en 2009 en 43,01%, frente a 45,47% de 2004, o el 61,99% de
1979. Las encuestas reflejan que también persiste el desconocimiento ciudadano acerca de
los asuntos europeos y sus instituciones, a las que se responsabiliza en ciertos sectores por
el desigual reparto de las cargas para la salida de la crisis (reforma financiera y fiscal y
recortes en el estado del bienestar). Otra manifestación del descontento es el surgimiento con
más fuerza que en el pasado de partidos antieuropeos y xenófobos, en Francia, Holanda o
Finlandia, entre otros países.
CONCLUCIONES
La crisis que experimentan España y Europa nos muestra que ningún país o región, con
independencia de su grado de desarrollo, es inmune a la desafección democrática o a la
erosión del estado del bienestar. Tampoco América Latina, a pesar de su relativa bonanza,
está a salvo de retrocesos en esos terrenos. En ese sentido, la agenda Euro-latinoamericana
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para la renovación democrática y la cohesión social debería avanzar sobre dos bases. Por un
lado, los consensos internacionales sobre el desarrollo, y por otro, los pactos de ciudadanía.
La combinación de estas dos herramientas desde el sistema internacional y desde lo local,
cimentan las bases de una agenda realista, ajustada a las necesidades locales, y capaz de
vincularse a un proyecto más amplio y consensuado entre los diversos actores de la política
de desarrollo a nivel global. Los Pactos por la Ciudadanía consisten en un acuerdo de
principios entre las distintas fuerzas políticas y sociales para establecer una estrategia de
estado que permita alcanzar metas a largo plazo.
En este sentido la experiencia inicial de la formulación de los presupuestos participativos y la
actual de los consejos de desarrollo en Brasil y en América Latina son herramientas que
Europa también debe fortalecer para buscar una salida a la crisis por la vía de la cohesión
social.
Para aumentar su capacidad de influencia en la esfera internacional América Latina y Europa
no sólo necesitan potenciar su cooperación birregional y fortalecer su acción conjunta para
fortalecer los avances del sistema internacional - por ejemplo, la política internacional para el
desarrollo (agenda de eficacia de la ayuda, el plan de acción de Accra) o la reforma
financiera, en los diferentes foros de decisión internacional como el FMI, Banco Mundial o el
G20. También, en el ámbito de la relación estratégica entre ambas regiones, es necesaria la
reconfiguración de los procesos de integración subregional, poniendo de relieve el
componente político además del comercial.
Experiencias como los programas de transferencias condicionadas, los presupuestos
participativos, los programas de educación fiscal o las defensorías sociales deben
promoverse y extenderse a la participación ciudadana y hacia los espacios regionales.
CONSTRUYENDO CONSENSOS DEMOCRÁTICOS PARA LA
GOBERNANZA GLOBAL
La crisis ha traído como resultado una reflexión global sobre la interdependencia y fragilidad
del sistema internacional a lo que se suman otras preocupaciones como la constatación de
los efectos del cambio climático y la necesidad de introducir la sostenibilidad como base
fundamental del desarrollo. Trascendiendo los Estados, hoy en día, uno de los mayores retos
son los denominados bienes públicos globales, su provisión y sobretodo su protección son
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 36
tarea de todos los gobiernos. Una indispensable tarea de Europa y América Latina, con Brasil
a la cabeza, es jugar un rol activo en el debate internacional sobre el fortalecimiento de los
sistemas de gobernanza global
Hoy día, tanto en el ámbito nacional como regional, enfrentamos un proceso de
reconstrucción de la relación entre el Estado y la sociedad y el sistema internacional, de cara
a reconstituir una comunidad ética, política y socioeconómica. Esto implica especialmente
poner en el centro la cuestión de la igualdad; un concepto que toca al de la representación,
desde el nivel local al global, y que no puede supeditarse a intereses privados. La voz de los
ciudadanos expresada a través de sus representantes políticos es un imperativo de acción.
Los procesos que están experimentando América Latina y Europa deberían cristalizar en un
consenso para la acción en esta materia, que se traduzca tanto en sus acuerdos birregionales
respecto a la mejora de la calidad democrática y de los principios del estado del bienestar, así
como en una postura común en el ámbito internacional - Naciones Unidas o el G20 – que
acerque la voz del ciudadano a la toma de decisiones global mediante mecanismos de
participación y representación novedosos y eficaces. Los liderazgos para el desarrollo y la
cohesión deben interiorizar estos principios y reproducirlos en sus experiencias locales para
conseguir consolidar procesos y demandas de abajo hacia arriba. Asimismo es indispensable
trabajar en la transmisión de experiencias. La principal aportación que Europa puede hacer a
la gobernanza global y la participación de la ciudadanía global pasa por la puesta en valor del
modelo social desarrollado por sus estados miembros. El objetivo último es que el progreso
económico en otras regiones del planeta no se logre a costa de los derechos de ciudadanía.
LOS PACTOS DE CIUDADANÍA
Los pactos por la ciudadanía son unos acuerdos políticos y sociales a los que concurre la
sociedad para establecer las bases sobre las que se desea construir y regular su convivencia.
Determina qué derechos se aplican a todos, como se garantizan y cuando se hacen viables.
Esto supone el desarrollo de normas, instituciones, programas y recursos. La agenda por la
cohesión social y la participación ciudadana, requiere entonces la constitución de un gran
acuerdo económico-social. Una de las expresiones últimas de ese acuerdo es el pacto fiscal,
de gran importancia por cuanto es generador de ciudadanía responsable y establece los
términos dela distribución de la riqueza. Cada vez más, en Europa y América Latina se hace
evidente la necesidad de reformas fiscales de auténtico calado y la ampliación de los niveles
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de protección social para los sectores desfavorecidos. Pero para hacer posible ese pacto
social, es necesario que existan actores articulados, tradicionales y nuevos. Los sindicatos
pasan en la actualidad por dificultades debido a que necesitan renovarse en una sociedad
compleja con una estructura del mercado laboral en continua transformación, siendo objeto de
fuertes ataques desde sectores conservadores, especialmente en Europa. Sin embargo, los
sindicatos son actores imprescindibles para hacer posible ese pacto. Una alianza sindical
europea y latinoamericana constituiría un enorme elemento de presión para re-dirigir el
proceso de globalización sobre las bases de una renovada solidaridad. Pero al mismo tiempo
las fuerzas sindicales tienen que reconectar con los nuevos movimientos sociales, y en
especial los sectores más jóvenes, que, como ha mostrado el Movimiento 15-M y similares,
no se sienten representados por ellos.
Asimismo es importante dar a ese pacto un carácter territorial, que permita trabajar más en el
ámbito de lo local, con la mayor cercanía al ciudadano. Teniendo en cuenta la diversidad de
instituciones y actores que inciden en el desarrollo a nivel local hace falta alcanzar pactos
de cohesión territorial que permitan concertar los esfuerzos de promoción del desarrollo
regional y local de arriba hacia abajo. Las reformas resultantes necesitarán una base de
acuerdos forjados sobre una determinada visión de país, con la cohesión social como
denominador común que se sobrepone a las adscripciones políticas e ideológicas. Ahora
bien, no hay que olvidar que los pactos sociales son un contrato social incompleto en cuanto
su aplicación efectiva depende de la capacidad del Estado para garantizarlos. Inversamente,
los pactos fortalecerán la capacidad económica y de gestión del Estado en la medida en que
se vayan materializando en grado y forma los compromisos ciudadanos.
SUGERENCIAS PARA LA TOMA DE DECISIONES POLÍTICAS EN EL
PORVENIR DE LA DEMOCRACIA
Los liderazgos para la participación y la representación efectiva de la ciudadanía, deben hacer
suyos tres principios que sirvan de case a su acción en las diferentes áreas del ejercicio de la
toma de decisiones políticas. El primer principio es el interés general que remite a la creación
y provisión por parte del Estado de bienes públicos que beneficien a toda la sociedad, si bien
dichos beneficios solo se ven a largo plazo y requieren de importantes volúmenes de
inversión. Estos bienes requieren de inversiones considerables cuyos resultados muchas
veces se materializan solo a largo plazo. La política económica enfrenta el gran reto de
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 38
demostrar la sostenibilidad del sistema, Europa está pasando una dura prueba, pero su
experiencia será clave para crear un nuevo paradigma de la sostenibilidad en la gestión del
gasto público, por este motivo es tan importante que las medidas de ajuste financiero no
contravengan los principios de la igualdad y la cohesión social, un equilibrio desde todo punto
de vista difícil de conseguir. Segundo, la visión estratégica concertada. Es indispensable
aprender de la experiencia del pasado y enfrentarse al futuro con una visión estratégica. Es
indispensable actuar con criterios de largo plazo, entendiendo que todas las acciones de
hoy revertirán en el crecimiento de mañana. Esto exige tomar en cuenta que la acción estatal
se desenvuelve en un escenario de poder compartido, de manera que la negociación y la
construcción de consensos nacionales estratégicos son medio y fin a la vez. En tercer lugar,
el valor central de la política, que parte del reconocimiento y constitución del ciudadano como
centro de la acción pública. Hace falta por tanto reconfigurar la ciudadanía (inclusiva,
incluyente y activa) - y no meramente la capacidad de consumo - como base del
reconocimiento de los derechos y deberes. Es la política como ejercicio del servicio público
para los ciudadanos y en su representación.
Este principio se complementa con el ejercicio de la voluntad ciudadana que se expresa
mediante las instituciones democráticas y debe ser forjada y preservada cómo bien común
por las entidades del Estado. La construcción de la actual agenda de acción política también
debe contemplar áreas indispensables de acción e indicadores de seguimiento. Tanto
América Latina como Europa necesitan incluir en su agenda los siguientes aspectos
definitorios del estado social y aliados de la representación ciudadana.
•Igualdad de oportunidades a través de una fiscalidad progresiva orientada al
crecimiento sostenible
La política fiscal, en su doble vertiente del ingreso y del gasto, tiene tres funciones
tradicionales: proveer bienes públicos, realizar ajustes en la distribución del ingreso y
contribuir a la estabilización macroeconómica. América Latina tiene asignaturas pendientes en
las tres funciones. Por su parte, Europa, inmersa en una crisis de deuda soberana, y sometida
a dictámenes de una excesiva austeridad, enfrenta un debilitamiento del erario público que
obliga a una asignación más eficiente del gasto sin abandonar la equidad. Parahacerlo
posible serán necesarias políticas adicionales de estímulo. En materia de gasto público es
necesario un enfoque integral y estratégico que permita determinar apropiadamente el nivel y
estructura de gasto deseable en función de las metas de igualdad y productividad. La calidad
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del gasto público es un reto continuo, que pasa por la inversión sostenida en capital físico y
humano e innovación (I+D+i).
•Macroeconomía para el desarrollo y no solo para el mercado
La calidad y eficiencia de los mercados y del acceso de los ciudadanos a ellos depende, en
gran medida, de la capacidad de los Estados para regularlos por medio de mecanismos
apropiados de control, incentivos y orientación. Es necesario fortalecer el papel del Estado,
pero combinarlo con el de los agentes privados en alianzas que se construyan sobre la
responsabilidad compartida de todos los agentes en el desarrollo social. La política
macroeconómica debe tener como objetivo proteger las economías de la volatilidad externa y
hacerlas más vigorosas mediante el uso proactivo de los instrumentos económicos
disponibles (financieros, fiscales y cambiarios). La aplicación gradual e integral de la política
macroeconómica puede y debe contribuir a la creación de empleo de calidad y avanzar en
materia de convergencia y desarrollo productivos.
•Participación, dialogo social y cohesión social: las nuevas tecnologías
El dialogo social se puede considerar como un doble proceso, deliberativo y participativo, que
permite a los ciudadanos adoptar una mayor responsabilidad para una movilización igualitaria
de los recursos, promoviendo así la cohesión social dentro de una comunidad determinada.
Es un elemento clave de la estabilidad democrática, que permite a los individuos influir en la
toma de decisiones, y por tanto ejercer su influencia en los que elaboran las políticas. Dialogo
y participación redundan en un aumento de confianza en las instituciones.
Las experiencias de presupuestos participativos que desde Porto Alegre se han extendido
enlas últimas dos décadas por América Latina y Europa arrojan un balance muy positivo. La
introducción en la gestión pública de criterios de publicidad, transparencia y rendición de
cuentas, ha supuesto un revulsivo político que aún tiene mucho que aportar al ciclo de
renovación democrática planteada por la crisis. En este sentido, el uso inteligente de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC‟s: Internet, dispositivos móviles,
etc) puede contribuir a la estructuración de un diálogo social y al fortalecimiento de las
organizaciones de la sociedad civil. Puede pensarse incluso en la participación de la
ciudadanía a través de esta vía en foros birregionales Europa-América Latina, abiertos a la
participación local en la gestión de programas conjuntos.
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•Crecimiento económico sostenible con cohesión social
Además de incentivar la productividad, el desarrollo, y la cohesión, no puede olvidarse que es
indispensable que toda política pública incluya el componente de la sostenibilidad. Es parte de
una planificación a futuro de la previsión de bienes públicos, asimismo la política
medioambiental debe contemplar el impacto del cambio climático y sus efectos sobre la
agricultura y sobre los desastres naturales. Finalmente apuntar la importancia de cerrar la
brecha energética para producir y consumir de manera más sostenible y con menores
emisiones de carbono.
LA AGENDA DE LA POLÍTICA PÚBLICA EN AMÉRICA LATINA Y EUROPA
Para finalizar con las características de la agenda de la política pública, hay que insistir en la
importancia de integrar en los procesos deliberativos a los actores y coaliciones de agentes
sociales con vocación y posibilidades de instrumentar los pactos sociales en el marco de la
agenda para la cohesión ajustada a cada país o región. La historia reciente se caracteriza por
la incapacidad de los Estados para conectar con sus ciudadanos. Tendencia que se refuerza
bien con la crisis económica en Europa o bien con los riesgos implícitos de los discursos
populistas y el personalismo en la dirección de la política pública. El desafío es, por tanto, ser
capaz de configurar las vías de comunicación e interacción entre el ciudadano y las
instituciones, aglutinar consensos y compromisos en el marco de respeto a la institucionalidad
y a las herramientas del control democrático. Buena parte del problema que debe superarse
está asociado a la paradoja de la política. Por un lado los ciudadanos la cuestionan debido a
su incapacidad para plantear nuevas formas de relación entre instituciones y la sociedad. Por
otro la política sigue siendo reconocida como mecanismo imprescindible para encarar los
nuevos temas instalados en la discusión pública, desde las demandas de mayor participación
del estado en la gestión del desarrollo o la expansión democrática, hasta el mayor control
ciudadano sobre el poder público para asegurar transparencia y honestidad en el manejo de
los asuntos de todos.
Asimismo, uno de los fenómenos novedosos de cara al liderazgo público es el valor que
adquieren los componentes subjetivos como las percepciones, valoraciones y disposiciones
de la ciudadanía frente al modo en que actúan los mecanismos de inclusión y exclusión
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 41
social. Esto incorpora dimensiones como: multiculturalismo, confianza en las instituciones
básicas de la democracia y la economía de mercado, participación política y social,
expectativas de futuro y grado de solidaridad en torno a un proyecto común de
sociedad. Todas estas dimensiones de la participación popular no se consideraban antaño y
cada vez tienen un peso más marcado. Otra de las dimensiones para la implementación de
una política pública participativa y para instrumentalizar la representación efectiva en la
democracia son las TIC‟s. Dichas herramientas también permiten el intercambio de
experiencias y la mejora en los procesos de toma de decisiones. El político de hoy en día
debe saber trabajar en red, intercambiar conocimientos e información con otros políticos de su
región y manejar las mejores herramientas para la toma de decisiones, y sobretodo ser
partícipe del proceso de construcción de una sociedad más cohesionada y más democrática.
Los líderes sociales y políticos necesitan innovar, porque la sociedad es dinámica, y sus
desafíos también lo son. Las bases de la igualdad cambian a medida que se generan nuevos
derechos o que las circunstancias (geográficas, políticas, o demográficas) cambian. Algunos
de los conceptos que deben construirse un espacio en la agenda de la política participativa es
la idea de los “liderazgos adaptativos” y los “emprendimientos sociales”. Los primeros han
nacido para dar respuesta a los desafíos adaptativos, es decir de aquello que se caracterizan
por su falta de claridad y su dificultad para ser identificados, por estar vinculados a hábitos
fuertemente arraigados y en lo que las personas son parte del problema y de la solución. En
este caso la participación requiere de un liderazgo político capaz de movilizar a las personas
para enfrentarse a los desafíos y crear condiciones para el desarrollo; seleccionar lo que se
quiere mantener y preservar, lo que se quiere desechar y cuáles son las capacidades que se
deben crear para afrontar el futuro. Esta definición conduce al segundo concepto,
“emprendimiento social”. El liderazgo se puede adaptar en la medida que apoye el desarrollo
de procesos desde las bases sociales. La innovación nace de los propios ciudadanos y el
líder debe conducirla y darle espacio. Los gobiernos tienen antes si el gran desafío de probar
que la democracia es un mecanismo efectivo para lograr el desarrollo de un país y promover
el bienestar de su ciudadanía. Abrir espacios para el diálogo político entre el mayor número
de actores y que el método para hacer sostenible sus resultados es la construcción de pactos
y son los líderes quienes conducirán y gestionaran los pactos. Los partidos políticos retoman
su papel vital en la democracia pues son la instancia idónea para mediar y formalizar la
relación entre el Estado y la sociedad civil y más precisamente entre la lógica dispersa de los
actores sociales y la lógica más consistente de las propuestas concertadas de acción política.
Pero para que puedan cumplir con su tarea, deben superar la crisis de legitimidad que afecta
a muchos de ellos (causada en buena parte, en las dos regiones, por el abuso del capital
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EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA Página 42
político y del poder) y recuperar la capacidad de ofrecer a la ciudadanía otras opciones de
ordenamiento económico y social en el que todos los ciudadanos se sientan representados y
que conduzca a resultados concretos. La política con mayúsculas es diferente del populismo
o del clientelismo y va más allá de la mera competencia electoral. Su papel es ofrecer
opciones y así, liderar la vida en democracia.
Los ya reseñados “presupuestos participativos”, de Porto Alegre apuntan a la importancia que
para otros desarrollos de este tipo tuvo el tejido social sólido y profundo ya existente. De
hecho algunos estudios posteriores indican que el 75% de los actores que participaron en la
elaboración de los presupuestos pertenecían previamente a diversos tipos de organizaciones
cívicas. Es importante por tanto crear condiciones para que se desarrollen los tejidos
asociativos pues estos se convierten en los espacios sobre los que crece la participación
ciudadana y se construyen los pactos de ciudadanía. El espacio asociativo público no es un
opositor del Estado, ni únicamente un sistema de crítica del mismo. En el marco del nuevo
liderazgo es la base de la participación y de la construcción de los consensos. El éxito de los
presupuestos se apoya en cuatro elementos que pueden servir de base de todo proceso de
efectivo de diálogo social: sólidos compromisos políticos, descentralización política y
administrativa avanzada; capacidad municipal, y organización autónoma de la comunidad.
Finalmente retomar la importancia de la relación UE ALC en esta materia, por la comunidad
de valores y de posiciones entre ambas regiones. La UE sigue siendo un referente de suma
relevancia y ello a pesar de la crisis actual – una test de su fortaleza- y de las notables
diferencias en los niveles de ingresos por habitante y desarrollo económico entre las dos
regiones. A pesar de ello la UE es pionera en demostrar avances muy considerables en la
consecución y consolidación de la cohesión social. La experiencia Europea parte de un punto
básico: la preocupación por evitar la pobreza, reducir las diferencias entre los ciudadanos y
garantizar determinados estándares de igualdad; por otro, el concepto europeo de cohesión
social se relaciona con el objetivo de asegurar el acceso universal de los ciudadanos a
servicios básicos. Asimismo se ha incentivado la cohesión a través de los mecanismos de
protección del trabajador lo que significa el reconocimiento del dialogo social y de los
derechos laborales y su protección en el seno del mercado de trabajo. Adicionalmente la
cohesión social en la UE tiene también una dimensión territorial –internacional y
supranacional- al entenderse que es imposible la integración sino se amplían las áreas del
mercado y se aseguran niveles de vida similares entre los ciudadanos de sus distintos países
y territorios. Estos objetivos se han conseguido a través de la coherencia entre las políticas
económicas y sociales y del desarrollo de un sistema de solidaridad intraeuropeo a través de
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los fondos de cohesión. Para avanzar en la Europa social se estableció el Método Abierto de
Coordinación mediante el cual se establecen objetivos comunes en cohesión social que son la
base para la elaboración de planes nacionales y acciones basadas en indicadores comunes,
así como de un plan de acción comunitario que prevé el intercambio de experiencias y buenas
prácticas. La experiencia europea no se limita a lo técnico, lo que más resalta de ella es
que se construyó a partir del consenso y la voluntad política, activos que hoy en día aunque
se pongan en entredicho son los únicos que pueden apuntalar todo proceso político que
busque la cohesión social. Pero para aunar voluntades y conseguir consensos hacen falta
líderes capaces y convencidos del valor de la cohesión social. El desarrollo de los liderazgos
es pues, uno de los pasos indispensables de América Latina en un camino que, aunque largo,
apunta desde ya en la dirección correcta.
A modo de resumen, se señalan una serie de elementos a tener en cuenta en el marco del
debate sobre la crisis de la representación y la participación ciudadana:
•Potenciar la capacidad de movilización de los decisores y las instituciones en aras de la
construcción de la participación política.
•Mecanismos para la transparencia en los procesos y sistemas de control ciudadano
•Establecimiento de sistemas de dialogo entre los diferentes grupos sociales
• Reconectar viejo y nuevos actores – sindicatos y nuevas organizaciones sociales – claves
para constituir un nuevo pacto social, en América Latina y Europa, y también entre ambas
regiones
•Capacidad para transmitir mensajes y hacerlos parte de la opinión pública: Demostrar que a
través de la participación ciudadana todos obtienen beneficios.
•El nuevo paradigma: Persuadir argumentar y convencer. Desarrollar habilidades de
comunicación; aprovechar los nuevos recursos disponibles no solo para hacerse escuchar
sino para escuchar a los demás. Incentivar las denominadas Democracias 2.0 para
potenciarla participación ciudadana.
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CONCLUSIONES
PRIMERA: Decimos que, dentro de los patrones democráticos se debe
despertar el conflicto y mostrar como los grupos de poder pueden pelear por
sus derechos infligiendo muchas veces los principios democráticos, y como la
mayoría es excluida de defender los suyos y más aún criminalizada por ser
solidaria y por defender sus derechos.
SEGUNDA: La realidad de nuestro país se ubica más dentro de una oligarquía
que de una democracia, el ejercicio de la dominación política por un grupo
minoritario perteneciente a clases sociales que detentan poder económico y
social.
TERCERA: Por otro lado coexisten la desigualdad y la pobreza, en diferentes
niveles, lo cual resulta un tanto contradictorio y dista de ser una democracia,
puesto que los principales problemas que aquejan al país estriban alrededor de
una desigualdad, de la mala distribución del ingreso, la falta de oportunidades,
la discriminación; por lo tanto la definición de democracia en nuestro país se
limita a un mecanismo de representación política.
CUARTA: La crisis que experimentan la agenda Euro-latinoamericana en
cuanto a la renovación democrática y la cohesión social debería avanzar sobre
dos bases; los consensos internacionales sobre el desarrollo, y los pactos de
ciudadanía
QUINTA: Experiencias como los programas de transferencias condicionadas,
los presupuestos participativos, los programas de educación fiscal o las
defensorías sociales deben promoverse y extenderse a la participación
ciudadana y hacia los espacios regionales.
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López " Participación ciudadana para una administración deliberativa"
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RADA FRANCISCO Miro Quesada " La reinvención de la democracia"
RADA FRANCISCO Miro Quesada "Del agora ateniense al ágora electrónica
(futuro de la democracia)”
SERGE CHAMPEAU " Internet y el futuro dela democracia"
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