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Núm. 9 - 74 H
EL MICROCLIMAEN LASEXPLOTACIONESDEAMBIENTE CONTROLADO
ANDRES IRAIZOZ LABARTADoctor Veterinario
EL MICROCLIMA EN LAS EXPLOTACIONESDE AMBIENTE CO NTROLADO
En condiciones naturales, la salud y el futuro del ani-
mal recién nacido, dependen en gran parte, por un lado,
de los cuidados que le presta su madre y, por otro, de la
climatología regional ; pero en el caso de los animales domés-
ticos explotados en las granjas modernas, estos dos factores
se hallan relegados en parte o modificados por la intervención
del hombre.El desarrollo y la futura productividad de los animales
jóvenes dependen solamente en un 20 por 100 de su cons-
titución genética y, como mínimo, en el 80 por 100 de las
condiciones ambientales.De todo ello se desprende la neĉesidad de crear en las
explotaciones ganaderas intensivas un ambiente controlado
e higiénico, en especial cuando se trata de animales jó-
venes.Este control debe estar relacionado, en primer lugar, con
las exigencias primarias : espacio-cubicación, espacio-pavi-
mento, espacio-camedero y bebedero. Después se debe pen-
sar en la temperatura, la iluminación, la alimentación, los
cuidados sanitarios y la eliminación de deyecciones.
INFLUENCIA DE LA TEMPERATURA SOBRE
LA SALUD DE LOS ANIMALES
Lo mismo que ocurre con las personas, el medio ambien-te en el que se hallan inmersos los animales condiciona engran manera sus constantes fisiológicas y repercute, muchas
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veces de modo sorprender.te, sobre su salud y, por consi-
guiente, sobre su productividad.
Lo expuesto hasta aquí se encuentra relacionado con la
aclimatación, concepto que -a efectos zootécnicos- puede
definirse como el lento proceso de adaptación de un animal
a nuevas condiciones climáticas, lo que permite que su or-
ganismo mantenga sus funciones a un nivel normal me-
diante una serie de mecanismos compensadores.
Entre los componentes climáticos, tiene especial impor-
tancia la temperatura, que es el factor principal para deter-
minar la denominada zona de indiferencia térmica.Pueden intervenir, además, otras consideraciones de tipo
físico que modifican la tolerancia a los extremos de tempe-
ratura : ventilación, humedad del aire ambiente, aislamiento
de paredes y suelo, etc.
La zona de indiferencia térmica es más restringida para
los animales jóvenes que para los adultos, siendo máximas
las necesidades calóricas en el caso de los pollitos y de los
cerditos recién nacidos. En los rumiantes los límites de esta
zona pueden oscilan de -3° C. a 20° C. para los ovinos adultos,
de 0° C. a 16° C. en los bovinos adultos y de 12° C. a 25° C. en
los terneros. El cerdo adulto resulta indiferente para las tem-
peraturas comprendidas entre 0° C. y 15° C., las cuales, en
cambio, son, a veces, gravemente nocivas para los lactantes.
Un clima adverso determina la intervención de mecanis-
mos como la sudoración y el aumento de movimientos res-
piratorios para refrigerar el organismo, temblores muscu-
lares para elevar la producción calórica, aumento del nú-
mero de glóbulos rojos para compensar la disminución del
oxígeno en las grandes alturas, etc.
Todo ello tiene como fin inmediato obtener la aclimata-
ción y que de ese modo el animal no quede expuesto a dosis
de clima demasiado bajas o muy altas.
COMO LOGRAR UN MICROCLIMA ADECUADO
Todos los especialistas en zootecnia están de acuerdo en
reconocer que sólo se puede obtener una buena rentabili-
Fig. 1.-SÓIo se puede obtener una buena rentabilidad de los animales en-cerrados si se les proporciona buenas condiciones ambientales.
dad del ganado manteniendo a los animales enclaustradosen las condiciones óptimas de ambiente, las cuales han sidodeterminadas en la actualidad para cada especie.
En general, y especialmente en climas extremos, cuando
las locales están mal aislados del exterior, la climatización
se impone, ya que reduce:
- la mortalidad, los riesgos sanitarios y los gastos ve-
terinarios;
- la duración del ciclo de explotación, lo que entrañauna economía de alimento.
Los factores ambientales, en particular la temperatu-
ra, tienen una acción preponderante en el índice de trans-formación o, dicho de otra forma, en la cantidad de carne,
huevos o leche producidos por cada kilo de pienso consumi-
do por el animal. Los otros factores actúan preferentemen-
te sobre el estado sanitario de los animales y, por consi-
guiente, sobre su índice de mortalidad.
Se puede definir la climatización como el conjunto de
medios y de materiales susceptibles de crear y de mantener
en un recinto dado una serie de elementos bioclimáticos que
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independizan las condiciones ambientales del mismo de los
factores climáticos exteriores.
Sólo una excelente climatización permitirá, en consecuen-
cia, mejorar el índice de transformación y disminuir el de
mortalidad.
Los parámetros a tener en cuenta en una climatización
interior son:
- La temperatura del aire.
- La humedad relativa del mismo.
- La composición química de la atmósfera del local en
cuestión y, consecuentemente, la capacidad de reno-
vación aérea.
- La velocidad de circulación del aire.
- Su trayecto.
De lo dicho anteriormente se deduce que para climati-
zar una instalación ganadera es necesario disponer de los
elementos siguientes :
- Un sistema de ventilación.
- Un dispositivo de humidificación y desecación.
- Un procedimiento de refrigeración.
- Un sistema de calefacción del ambiente o focal.
La regulación independiente de los distintos aparatos
presenta el riesgo de provocar trastornos en la perfecta sin-
cronización del sistema, por lo que sólo una regulación co-
mún del conjunto permite obtener resultados satisfactorios.
Estos procedimientos de climatización son actualmente rea-
lizables gracias a las posibilidades que ofrece la electrónica.
Otro elemento a tener en cuenta al climatizar una ins-
talación ganadera es la propia edificación donde se aloj anlos animales, que, además de su función de clausura y de
protección contra las inclemencias, constituye una barreratérmica entre el interior y el exterior y permite orientar la
circulación del aire admitido.
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La ventilación se realiza por medio de aparatos que po-
nen en movimiento el aire, además de renovarlo. La po-
sición respectiva de las entradas y salidas del mismo deter-
minan, en parte, su trayecto.
Cuando los ventiladores funcionan por extracción, lasentradas de aire, protegidas por paravientos eficaces, debenser automáticamente regulables, de forma que mantenganuna velocidad constante y adecuada.
En lo que respecta a la humidificación y desecación, el
humidificador por pulverización es la solución más econó-
mica y eficaz para aumentar la humedad relativa del am-
biente del local ; a1 pasar el aire por el generador absorbe la
cantidad de agua suficiente para llevar el nivel de humedad
al umbral requerido. Por el contrario, la humedad relativa
del aire puede ser reducida mediante la acción simultánea
de la calefacción y la ventilación.
Como sistema de refrigeración, el mejor, desde el pun-to de vista económico, consiste en el riego del tejado. El aire
Fig. 2.-La climatización crea y mantiene el interior de un recinto en condi-ciones ambientales independientes del exterior.
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procedente del exterior circula entre la techumbre y el cie-
lo raso antes de penetrar en la nave. Este aire cede calorías
a lo largo de la cubierta por la evaporación del agua. Se
puede obtener de este modo una disminución de la tempe-
ratura del orden de 5 a 6 grados. A1 referido sistema se le
puede incorporar un mecanismo que lo haga automático.
Finalmente, nos vamos a referir a los dispositivos de ca-
lefacción, dividiéndolos en los dos sistemas fundamentales :
calefacción de ambiente y calefacción focal.
Calefacción de ambiente
Existen diferentes sistemas para lograr una temperatu-
ra adecuada en una nave. En este sentido juega.n papel muy
importante los factores económicos respecto al combustible
y las instalaciones necesarias. Resulta primordial también
que las pérdidas al exterior del referido calor sean mínimas
y que la regulación esté automatizada eficaz y fácilmente.
En la actualidad se hallan muy generalizados los generado-
res de fuel-oil o propano, en los que la energía calórica
producida se distribuye mediante canalizaciones estratégi-
camente situadas.
Un buen sistema de calefacción ambiental debe presen-
tar las siguientes caxacterísticas :
- Eficacia y seguridad.
- Homogeneidad de la temperatura en toda la nave.
- Flexibilidad de utilización y de puesta en funciona-
miento.
De todas formas, la calefacción ambiental t:iene un in-
conveniente y es que, en algunos casos, los animales jóvenes
necesitan temperaturas elevadas l 30-40° C. ) en sus prime-
ras semanas de vida. Esta temperatura resulta demasiado
costosa y difícil de obtener si se quiere lograr en todo el
ambiente de la nave. Además, puede ser contraproducente,
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ya que, por ejemplo, en el caso de las naves de parto para
cerdas, aunque es necesaria para los cerditos, resulta le-
siva para la buena secreción láctea de las madres, debido
a que la misma disminuye cua,ndo la temperatura rebasa
los 15° C. En estos casos sólo la calefacción focal permite
proporcionar a los animales jóvenes su temperatura ade-cuada.
Calefacción focal
E1 principal procedimiento para lograr este tipo de ade-cuación térmica son las pantallas de rayos infrarrojos ali-mentadas por gas propano.
La característica de estos rayos es que se comportan co-
mo la radiación solar cenital; es decir, lo mismo que ocurre
con el sol, las pantallas de infrarrojos envían sus rayos, que
se transforman en calor en el cuerpo que los recibe, sin ser
absorbidos por el aire que atraviesan. Estas pantallas pue-
den emitir sus rayos calóricos en la dirección deseada, sin
que su eficacia quede afectada, particularmente a1 incidir
de arriba abajo. Si se tiene en cuenta que en las naves don-
de se aloja el ganado lo que interesa es calentar a los ani-
males y a las camas donde descansan los mismos, sin des-
perdiciar energía calórica en los muros, techos, etc., se com-
prende el interés de las pantallas de infrarrojos, que per-
miten dirigir el calor solamente allá donde es útil. Así se
consigue que las camas y los animales adquieran la ade-
cuada temperatura a1 absorber los infrarrojos, y que se ca-
liente el aire solaniente a nivel del suelo por su contacto
con el piso. Ocurre exactamente lo contrario de lo que su-
cede con las criadoras antiguas, que necesitan calentar' pre-
viamente el ambiente para que, finalmente, reci.ban el be-
neficio las zonas bajas y los animales, da.ndo lugar a con-
densaciones de humedad en la cama, lo que resulta muy
perjudicial para la salud.
E1 empleo de infrarro_las en las explotaciones ganaderas
proporciona, por tanto, las siguientes ventajas:
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• Las camas se calientan más que el aire ambiente, lo
que da lugar a que estén secas, agradables y sin microbios
a nivel peligroso.
• El calor se dirige solamente allí donde es útil.
• Las criadoras de infrarrojos a gas desprenden algo
de vapor de agua, que humidifica el aire, en provecho de los
animales.
• El ambiente del local se templa, debido a que el aire
se calienta algo al ponerse en contacto con los emisores ,y
con la cama, por lo que, al ser evacuado por la ventilación,
no sale muy caliente. Por ello, no es indispensable insta-
lar una ventilación dinámica controlada.
• Las criadoras de infrarrojos pueden funcionar sin co-
rriente eléctrica, lo que representa economía y seguridad
en caso de cortes de corriente. Por la misma razón es inte-
resante poder utilizar utla ventilación estática.
• No dan lugar a corrientes de aire de importancia, lo
que mejora el estado sanitario de las aves.
• No originan humos, ni hay pérdidas por las chime-
neas ; se gana en espacio y se logra mejor homogeneidad.
Este tipo de calentamiento es útil para los lechones ( 27
a 21^^ C. ); en las primeras semanas de vida de los pollos,
pintadas, patos y pavos ( 35 a 22° C. ) y en las explotacio-
nes de especies de caza (faisanes y codornices).
En todos los casos la temperatura debe ir descendiendo
a medida que los animales avanzan en edad. El calentamien-
to localizado se obtiene con criadoras provistas de radiado-
res de inducción, criadores con paneles de catálisis y con
paneles radiantes de infrarrojos.
Un buen calentamiento en foco debe proporcionar, ade-más de un nivel térmico homogéneo sobre la superficie cor-
poral, la regulación perfecta de la temperatura en función
de la edad de los animales. La regulación de la temperatura
en las criadoras se realiza por termostatos.
En lo que concierne a los paneles radiantes de infrarro-
jos, la regulación térmica se obtiene bien mediante el con-
trol de la presión del gas o bien modificando la altura de la
pantalla respecto al suelo. Los paneles pueden ir equipados
con dispositivos de seguridad.
NECESIDADES AMBIENTALES EN LA EXPLOTACION
DE BOVINOS
Temperatura
Respecto al comportamiento fisiológico de los bóvidos en
relación con la temperatura ambiente, David Sainsbrug (1)
señala que el ganado europeo tiende a ser tolerante con ^l
frío, pero soporta mal el calor. Su "zona de temperatura
confortable" se encuentra entre 0 y 24^^ C., y el grado ópti-
mo para la temperatura ambiente coincide, aproximadamen-
te, con los 10° C. La temperatura crítica superior capaz de
dar lugar a que baje el rendimiento de la leche se encuen-
tra entre 21 y 27° C. para el ganado europeo, incluyendo a
la raza Holandesa y a la Jersey, y llega hasta los 29-32° C.
en la Pardo Suiza. El ganado de raza Brahman soporta, sin
alteración en este sentido, hasta 38° C. Mientras que a los
rebaños de razas tropicales, como la Brahrnan ya citada,
no les afectan las altas temperaturas, los cruces entre ga-
nado europeo y tropical tienen un comportamiento inter-
medio a este respecto y toleran bien hasta los 32^^ C.
Se ha señalado que, en ocasiones, puede presentarse un
ligero descenso en el contenido graso de la leche en el
ganado europeo cuando la temperatura rebasa los 10° C. Sin
embargo, la práctica indica que este nivel térmico es ade-
cuado para las vacas y que sólo por encima de los 18° C.
puede apreciarse un efecto nocivo en la calidad de la leche.
En lo que se refiere al frío, salamente cuando la tem-
peratura del establo desciende por debajo de -1^^ C. el me-
Fig. 3.-Los cambios bruscos de temperatura producen una disminución dela producción de leche en las vacas.
canismo de la regulación térmica entra en función, actuan-
do, por una parte, sobre el consumo de pienso, que aumen-
ta, y, por otra ( cuando el frío es muy intenso ), hacien-
do que aparezca un tupido "pelo de invierno". Si no se pre-
sentan perturbaciones en el abrevadero, tales como la for-
mación de hielo, o modificaciones en el régirnen alimenti-
cio, no disminuye la sección láctea.
Por el contrario, los cambios bruscos de temperatura in-
fluyen sobre el ganado vacuno lechero, disminuyendo la pro-
ducción. Cualquiera que sea el modelo de establo, un descen-
so brutal de la temperatura da lugar a una disminución en
la producción de leche ( que no suele pasar del 5 por 100 )
durante veinticuatro-euarenta y ocho horas, mientras que
una elevación brusca de 21 a 32^^ C. es acusada también por
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las vacas, dando lugar a un descenso de la producción leche-
ra de mayor o menor importancia, según las razas.
En lo que concierne a los terneros, existen numerosas
referencias sobre los efectos de los cambios bruscos de tem-
peratura. Los 10^^ C. se consideran una temperatura favora-
ble, pero cuando el termómetro rebasa los 26° C. o no a1-
canza los 5° C., el estado fisiológico del animal joven se
puede alterar.
Las altas temperaturas ambientales reducen su ganancia
en peso. El investigador indio Gangwar realizó una experien-
cia con 10 terneros de raza de leche y comprobó que si se co-
locaban la mitad de estos animales en ambiente de aire
acondicionado a 16-18° C., y los demás en un establo abier-
to a la temperatura ambiente de verano ( en la India) , el au-
mento de pesa diario era de 993 y 816 gr., respectivamente, a
pesar de que su alzada y su longitud corporal se incremen-
tasen a1 mismo ritmo.
El ganado de carne o cebo necesita una temperatura
similar a la que requieren las vacas lecheras.
En las razas europeas, los 23° C. se consideran el lími-
te máximo admisible entre las temperaturas elevadas, aun-
que las tropicales pueden soportar bien los 35" C.
La "zona confartable" en las razas de carne europeas se
halla comprendida de los 7° C. a los 15° C., aproximadamen-
te, y en las tropicales, entre 10° C. y 26° C.
La humedad y la ventilación del establo
Poco se sabe de la influencia de la humedad en el ga-
nado vacuno. El nivel de humedad óptima está situada en-
tre el 65 y el 80 por 100 en función de la temperatura.
Una humedad excesiva, próxima a la saturación, es el ori-
gen de condensaciones y del desarrollo de microbismos, fuen-
te de trastornos sanitarios.
La renovación del aire en los establos es necesaria para:
1.° Aportar a las vacas el oxígeno indispensable.
2.° Eliminar el gas carbónico (150 litros/hora, aproxi-
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madamente ), el vapor de agua ( 300-400 gr. /hora ) y el amo-níaco que se desprende de las deyecciones.
3." Eliminar el calor desprendido por las vacas ( 700-
900 Kcal/hora) y mantener la temperatura ambiente en su
óptimo.
4.^ Eliminar los olores del establo, que se pueden fijar
en la grasa de la leche y que comunican a la misma un gus-
to desagradable.
En la estabulación permanente se considera que la re-
novación del aire se debe realizar cinco veces por hora, lo
que se consigue mediante una ventilación estática o diná-
mica correctamente concebida. Esta renovación no debe dar
lugar a corrientes de aire, a las cuales son muy sensibles
las vacas.
En el comportamiento del ganado bovino con respecto
a las temperaturas extremas infiuye también la humedad
ambiental. Está comprobado que la humedad excesiva acen-
túa los efectos contraproducentes de las temperaturas ele-
vadas. Por ello, si se incrementa la ventilación de los esta-
blos cuando sube el termómetro, el efecto resulta beneficio-
so. Se ha visto que, cuando el animal se encuentra en un
Fig. 4.-En todo establo es necesaria una buena ^^entilación.
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ambiente cuyas características son 29^^ C. de temperatura,
65 por 100 de humedad relativa y una ventilación de sólo
0,5 metros por hora, puede sobrevenir un descenso del 10
por 100 de la producción normal de leche. Esta situación se
corrige haciendo que el aire alcance los 5-10 metros por hora.
Protección de los bóvidos contra el frío y el calor
El efecto de las altas temperaturas se puede evitar por
varios procedimientos, como, por ejemplo, proporcionando
sombras, barios e incluso mediante aspersiones artificiales.
En general, el último sistema es el que mejor resultado da
respecto a la producción de leche.
Cuando la temperatura llega a los 18-19° C. a la intem-
perie o a los 22^^ C. en corrales abiertos, se debe suministrar
al ganado alguna sombra o protección contra el calor.
Con sombra y lluvia artificial en verano ( cuando las
temperaturas alcanzan 30-32° C.), se puede lograr que cada
vaca dé 2,5 kg. más de leche diaria que dando a los anima-les solamente sombra.
El ideal en las regiones de máximos extremos sería clima-
tizar los locales y mantener al ganado en confinamiento.
Respecto al frío, el problema es menos complicado. Se
han señalado descensos en la producción de leche como con-
secuencia de las bajas temperaturas, pero ello se puede evi-
tar administrando a los animales un adecuado suplemen-
to alimenticio, con lo que, incluso en establos con frente
abierto, pueden permanecer a temperaturas muy bajas, sin
que se reduzca la producción. De todas formas, unas razas
soportan el frío mejor que otras. Por ejemplo, a la Holan-
desa no le afecta tanto el descenso del termómetro comoa la Channel Island.
Señala Labussiére que el calentamiento de los locales
de ordeño permite, en el caso de que el edificio esté mal
aislado, y cuando las temperaturas invernales son muy des-favorables, mantener la temperatura ambiente a nivel ade-cuando durante la operación.
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Una adecuada ventilación complementaria tendrá enton-
ces como finalidad esencial regular la higrometría y reducir
el nivel de gases nocivos.
La existencia de energía barata ( gas-oil, propano, etc. )
ha animado a los constructores a fabricar generadores de
aire caliente impulsado, ya que el calentamiento del suelo
mediante resistencias eléctricas, aunque saludable, es muy
costoso.
La tendencia a refrigerar el local en verano con el fin de
lograr condiciones de ambiente rigurosamente constantes
no ha progresado mucho todavía. Sin embargo, se están rea-
lizando por los industriales algunos ensayos para promover
esta técnica. En este sentido la bomba de calor sería una
solución interesante, porque en verano refrigera y en invier-
no sirve para elevar la temperatura del local.
NECESIDADES AMBIENTALES EN LAS
EXPLOTACIONES PORCINAS
Cuando se planee la instalación de una granja para cer-
dos se debe tener muy en cuenta las condiciones climato-
lógicas de la zona. Según sean éstas, habrá que adoptar más
o menos precauciones para regular las condiciones ambien-
tales en el interior de las naves que van a alojar los anima-
les. Si es zona de variables térmicas muy acusadas. el aís-
lamiento de las paredes y el material de calefacción y ven-
tilación tendrán que estar perfectamente estudiados, ya que
la especie porcina es muy sensible al factor "medio ambiente".
Temperatura
Lo que acabamos de decir se comprende fácilmente sólocon tener en cuenta que el lechón recién nacido carece de
un sistema de termorregulación "incorporado", parafrasean-
do la terminología técnica actual, por lo que es extraordi-
nariamente sensible al frío. A pesar de ello, le bastan unas
cuantas semanas de vida para alcanzar los 90 kg. de peso,
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y entonces, por el contrario, se hace muy susceptible a las
temperaturas relativamente elevadas.
Por todo ello, y por este rápido cambio en sus preferen-
cias respecto a las condiciones térmicas ambientales, es ne-
cesario que el ganadero disponga de una serie de alojamien-
tos adecuados para las diversas fases de crecimiento, des-arrollo y producción.
No se ha realizado todavía entre los propietarios de ex-
plotaciones porcinas la debida "mentalización" ( como tam-
bién se dice ahora) que dé importancia a las necesidades
térmicas reales de este ganado y a los problemas que se
derivan de no cumplirlas a lo largo de toda la vida delcerdo. Por lo general, solamente preocupa el aporte de ca-
lor para los lechones, no dándosele mayor importancia a
los beneficios del "confort térmico" entre las cerdas y los
animales a punto de cebo. Y, sin embargo, el correcto apor-te calórico para unas u otros contribuye notablemente a
que los rendimientos en leche y en peso, respectivamen-
te, sean los adecuados. Los ganaderos que tienen sus ex-
plotaciones porcinas en áreas rurales frías han de tener
en cuenta esto para lograr el eficiente suministro de ener-
gía calórica. Todo ello hace que en las regiones de grandes
variaciones climáticas se vaya pensando cada vez más ^ en
instalaciones caloríficas de tipo general regulables para to-
das las edades, las cuales irán sustituyendo a los simples
equipos actuales de lámparas de infrarrojos. Estas instala-
ciones pueden ser a base de aire y agua calientes. Su regu-lación deberá, no obstante, ser perfecta, ya que las grandes
variaciones podrían dar lugar a trastornos. Por ejemplo,
es interesante señalar que las investigaciones sabre ambien-
te controlado realizadas por la Universidad de California,
han demostrado que los rendimientos de los cerdos mante-
nidos en naves con temperaturas uniformes durante el día
y la noche son mejores que los logrados con animales de
esta especie situados en alojamientos sometidos a oscilacio-
nes térmicas.
Las diferencias de temperatura dan lugar a que los cer-
Fig. 5.-En los cerditos jóvenes ^es muy adecuada la calefacción focal conlámparas de rayos infrarrojos.
dos se exciten, se intranquilicen, peleen y no digieran con
reposo, por lo que no aprovechan bien el alimento y se re-
trasa el desarrollo o cebo.
Se ha visto también que la exposición súbita de las cer-
das de cría a temperaturas elevadas influye desfavorable-
mente en algunas de ellas, impidiendo la concepción o que
la gestación llegue a buen término, especialmente en las que
van a ser madres por primera vez.
Los cerdos en cebo expuestos al frío emplean parte de la
energía que les proporciona la alimentación en mantener
el calor corporal, mientras que, por el contrario, el ambien-
te caluroso reduce voluntariamente la ingestión de pienso,
con el subsiguiente retraso en el crecimiento y desarrollo.
A continuación se indican las condiciones más adecua-
das de temperatura y humedad que se requieren en las dis-
tintas fases de explotación de esta especie:
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E^anaTernpernti^ra Ilumedad
° C. rcialivn %
Al nacimiento ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 30-35 60
Primera semana ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 28 60
Segunda semana ... ... ... ... ... ... ... ... ... 24 60
Tercera semana ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 20-22 60
Cuarta scmana ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 18 20 60
Cebo hasta los 65 kilogramos ... ... ... ... ... 20-25 60-70
Cebo hasta los 120 kilogramos ... ... ... ... ... 16 70-80
Hembras gestantcs ... ... ... ... ... ... ... ... ... 12-15 60-70
Ventilación
La mejor ventilación para los lechones es aquella en que
la velocidad del aire oscila entre 0,05 y 0,08 metros por se-
gundo. Cuando se trata de cerdos de cebo, pueden permitir-
se velocidades de 0,1 a 0,2 metros por segundo. Cuando las
temperaturas de verano son altas ( 32-38° C. ), lo que ocurr^
en muchas zonas de España, puede señalarse como máxi-
ma la cifra de 1.500 metros por hora, y cuando el termó-
metro sólo marque de 18 a 20^^ C., la velocidad del aire en
las naves de cebo será de 700 metros por hora.
En estos últimos años se ha incrementado considerable-
mente la tendencia hacia la explotación de los cerdos en
régimen intensivo, y esta tendencia inevitablemente seguirá
aumentando en el futuro. Por esta razón, después de tratar
de manera general los aspectos de temperatura y ventila-
ción en las instalaciones porcinas, creemos interesante pro-
fundizar un poco más y referirnos concretamente a los dis-
tintos aloj amientos que ocupa el ganado según la fase de
explotación en que se encuentra.
Nave de partos
Es natural que estas instalaciones sean las más cuida-
das respecto al control ambiental. Ya hemos dicho anterior-
mente que el cerdito recién nacido conserva mal su propio
calor corporal. En el interior del útero de la madre se en-
-19-
contraba confortablemente a unos 39^^ C., pero en unos ins-
tantes es expulsado al medio externo completamente des-
provisto de pelo y de grasa o de cualquier otro abrigo 0
sistema que le permita defenderse contra el enfriamiento.
Su temperatura desciende dos o más grados en cuestión de
segundos y sigue descendiendo a lo largo de los 20-30 primeros
minutos. Solamente podrá recuperarse si nos hemos preocu-
pado de que reciba un aporte artificial de calor y si ha po-
dido mamar. Luego, la normalización térmica se establece
entre las doce y las veinticuatro horas. Se comprende, pues,
la gran importancia que tiene proporcionar al lechón recién
nacido una temperatura media de 32^^ C., que facilite el nor-
mal funcionamiento de su organismo.
Para defenderse del frío el cerdito se aproximará a su
madre o a sus hermanos, tratando de reducir así la pér-
dida de calor a través de la piel.
Sus reservas energéticas, especialmente de lípidos, son
escasas al nacer (1 por 100 ). Posee algo más de glicógeno,
Fig. 6.-En los criaderos de porcino es necesario evitar toda corriente de aire.
-zo-
pero esta sustancia se agota rápidamente a una velocidad
que depende de la temperatura externa. Por ejemplo, a
15° C. la muerte sobreviene en veintiocho horas, como con-
secuencia de la hipoglucemia.
Todo ello se evita preparando con la antelación necesa-
ria (veinticuatro horas) una adecuada instalación de cale-
facción, que puede ser una pantalla emisora de rayos infra-
rrojos, alimentada con gas propano; este dispositivo tiene
la ventaia de que calienta solamente la zona en que se en-
cuentran los cerditos, sin que afecte la temperatura relati-
vamente elevada de emisión ( 30-35° C. ) a la madre, que so-
lamente necesita 12-15° C., aproximadamente.
El calor por infrarrojos es sano y económico y es un sis-
tema de calefacción independiente y seguro.
Los emisores son reg^ulables normalmente de 50 a 150
milibares y dan llama constante, porque disponen de filtros.
La duración aproximada de la crianza mediante calor
artificial puede extenderse a lo largo de quince días.
Criadero
Es el lacal donde suelen alojarse los lechones desde la
tercera o cuarta semana de edad, en que se realiza el des-
tete, con unos 5-6 kg. de peso, hasta que alcanzan los 27-
32 kg. a las cinco o seis semanas.
La mayoría de los criaderos tienen el suelo de listones,
para facilitar la limpieza y mejorar la temperatura del suelo.
Es imperativo que estas edificaciones estén libres de co-
rrientes de aire y mantengan un ambiente confortable, que
no sea frío -para evitar enfriamientos- ni cálido, para
soslayar que disminuya el consumo de pienso.
R,especto a las temperaturas más adecuadas, ver el cua-dro insertado anteriormente.
Cebaderos
El confort térmico de estos locales es muy importante,
porque infiuye directamente sobre los rendimientos ; en lo-
- 21 -
cales templados los animales de hasta 50 kg. crecen un 7 por
100 más rápidamente y el consumo de pienso es un 8 por
100 menor, consiguiéndose índices de conversión del pienso
en carne hasta del 16 por 100 más bajos, lo que quiere decir
que aprovechan mejor el pienso que los alojados en locales
con un frente abierto. Durante la fase de cebo las cifras
correspondientes son 10 por 100 de aumento en la rapidez
de crecimiento, 12 por 100 de reducción en el consumo depienso y 12 por 100 de mejora en el índice de conversión.
NECESIDADES AMBIENTALES EN LAS
EXPLOTACIONES AVICOLAS
Temperatura
En las aves la temperatura ambiental es wz factor im-
portantísimo, especialmente por su influencia en el metabo-
lismo de los animales. Para la crianza de pollitos recién lle-
gados al criadero la óptima es de 32 a 35" C. Progresivamen-
te se debe ir descendiendo en unos cuatro grados por se-
mana. A partir de las cuatro semanas de vida son suficien-
tes para los "broilers" 18-22° C., y después de la novena-dé-
cima semana se puede ya descender la temperat.ura ambien-tal a los 13° C.
Las temperaturas demasiado elevadas deprimen la vita-
lidad de las aves, retrasando el engorde y la velocidad de su
desarrollo. Por otra parte, aumenta el número de hembras
que entran en cloquez, estado que no debe afectar a más
del 2 por 100 de las gallinas en condiciones normales.
Si no se establece un período de aclimatación adecuado,
la temperatura de 40^ C. puede resultar peligrosa para los
"broilers", y para las ponedoras, la de 30° C.
Las temperaturas demasiado bajas emperezan a los ga-llos, lo que se traduce en un descenso del número de hue-vos fecundos.
Fig. 7.-La temperatura es im factor ambiental muy importante en las edifi-caciones avícolas.
Humedad
Según el clima de la región, la humedad o grado higro-
métrico del ambiente de los alojamientos para aves puede
oscilar entre el 40 y el 90 por 100. Entre estos límites la hu-
medad relativa de los criaderos debe ser del 60 al 70 por
100, mientras que las aves adultas requieren una humedad
relativa del 50 por 100, poco más o menos.
El problema de la humedad en las camas de paj a o viru-
ta se reduce, en la mayoría de los casos, a los meses fríos.
Si se quiere evitar este inconveniente hay que procurar :
1.° No alojar demasiadas aves por metro cuadrado.
2.° Realizar correctamente la ventilación.
3.° Dotar a los locales de buen aislamiento.4.° Proporcionar el calor necesario en la fase de crianza.
5.° Hacer que la cama tenga una altura de 14 milíme-
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tros en las naves de "broilers" y de 20 a 25 crn. en las de
ponedoras.
En un alojamiento en el que la humedad relativa del ai-
re sea del 70 por 100 y la temperatura ambiente de 16° C.,
toda superficie interna con temperatura no superior a 7,5° C.
se cubrirá constantemente de agua de condensación.
La combinación de aire renovado, sin producir corrien-
tes, y una temperatura adecuada, evita el excesivo humede-
cimiento de la cama o yacija durante la crianza.
Un error muy frecuente y grave consiste en tratar de aho-
rrar combustible a base de mantener cerradas las ventanas.
La cama no debe ser muy seca ( pulverulenta ) ni de-
masiado húmeda (apelmazada). Tampoco desprenderá ma-
los olores ni se percibirá la emanación de amoníaco. El por-
centaje de humedad en ella no debe ser superior al 35 por
100 si se quiere evitar la presentación de úlceras o llagas
en la piel del pecho u otros inconvenientes relacionados con
el frío húmedo, al que las aves son muy sensibles.
Todos los animales, cualquiera que sea la especie a la
que pertenezcan, desprenden gran cantidad de agua; este
fenómeno es más acusado todavía en las aves. Es curiaso
señalar que una vaca de 500 kg. de peso produce, en vein-
ticuatro horas, siete litros de agua, mientras que 500 kg.
de pollos aloj ados en una nave dan lugar a 45 litros.
Si se cuida la temperatura ambiente para evitar conden-saciones y se consigue una buena ventilación, se eliminaráuno de los mayores enemigos de la avicultura: la humedadexcesiva.
En particular, una humedad ambiente elevada, unida auna temperatura demasiado baja, favarece la presentaciónde enfermedades del aparato respiratorio.
Por el contrario, la humedad excesivamente baja favore-
ce la formación de polvo y la transmisión con el mismo de
enfermedades infecciosas, además de desencadenar el cani-balismo.
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Ventilación
La renovación del aire en un gallinero proporciona el
oxígeno que necesitan los animales, elimina los gases tóxi-
cos y el vapor de agua y hace descender las temperaturas
elevadas en la época estival, lo que contribuye a evitar la
multiplicación de microbios.
El anhídrido carbónico y el amoníaco dificultan la co-rrecta respiración de las aves y contribuyen a que la cásca-ra de los huevos sea delgada y, por lo tanto, muy frágil. Porestas razones, ambos gases deben ser evacuados de la nave.
A1 ventilar se elimina también el vapor de agua proce-
dente de las deyecciones y de ese modo se seca la cama sobre
la que descansan los animales.
Sin embargo, la rapidez con que el aire choca contra lasaves y pasa sobre su cuerpo es tanto más nociva cuanto más
Fig. S.-En los gallineros hay que tener buena ventilación para evitar malosolores y humedades.
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baja sea la temperatura ambiente, dando lugar en ocasiones
a graves catarros.
En las naves de pollitos, con temperatura comprendida
entre 21 y 24° C., la velocidad del aire no debe superar los
15-18 metros por minuto y en los "broilers" se debe evitar
que la corriente supere los 24 metros en la misma unidad
de tiempo.
Las necesidades de aire puro que tienen las aves jóvenes
en crecimiento son de 60 litros por minuto y por cada kilo
de peso corporal. Se trata de una notable masa de aire que
en verano se puede lograr con facilidad intensificando la
ventilación.
En invierno la ventilación excesiva puede originar ^un
descenso demasiado fuerte de temperatura. Tal riesgo se
reduce si la construcción posee un aislamiento térmica óp-
timo y si se recurre a focos calóricos proporcionados por
pantallas alimentadas con propano.
Como regla general, y cuando la diferencia de tempera-
tura entre el aire externo y el interno oscila entre 10 y
11° C., puede tolerarse bien un aflujo de aire de unos 30 li-
tros por minuto y por kilo de peso vivo. Si, par el contrario,
la diferencia entre la temperatura externa y la interna al-
canza los 20° C., convendrá reducir el aflujo de aire a la mi-
tad de la última cifra citada.
Si se trata de aves adultas, cuyos alojamientos, por loregular, están escasamente aislados, se dobla el aporte de
aire (120 litros por minuto y por kilo de peso corporal) y
se aumentan también las necesidades de ventilación de 30
a 60 litros, según las diferencias de temperatura.
Ello no quiere decir que esta mayor ventilación sea ne-
cesaria porque los adultos consuman más oxígeno que los
jóvenes a igualdad de peso, sino porque refresca el ambien-
te en verano y evita las condensaciones de humedad en los
meses fríos.
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EL MEDIO AMBIENTE EN LAS EXPLOTACIONES
DE CONEJOS
Señala Robert A. N. Napier ( 2) que en el cuidado de estaespecie, a pesar de que también se precisa una buena ven-tilación, las necesidades térmicas son, en general, de gran
Fig. 9.-Los conejos recién nacidos son muy susceptibles de enfriamientos,por ello debe proporcionárseles alguna protección.
Fig. 10.-E1 exceso de calor hace que la piel del conejo sea de peor calidad.
tolerancia a las variaciones. El calor excesivo puede dar co-
mo resultado que su piel sea de peor calidad, pero, aparte
del mal aspecto que entonces presentan los animales, ello
no impide que se desarrollen en buenas condiciones.
Aunque no es fácil señalar cuál es la temperatura ideal
para los conejos, se sabe que la comprendida entre los 10
y 18" C. resulta óptima, tanto para mantener en un agrada-
ble ambiente a los animales como a las personas que los
cuidan.
Un nivel térmico de 16° C., aproximadamente, se puede
lograr y mantener sin privar al grupo de buena ventilación,
ni de la humedad requerida, que debe sostenerse en la nave
en el 75 por 100, aproximadamente.
Los conejos recién nacidos son particularniente suscep-
tibles a los enfriamientos, debiéndoseles proporcionar algu-
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na forma de pratección en las primeras dos o tres semanasde su vida.
En numerosos conejares industriales disponen de panta-llas de rayos infrarrojos de características similares a las
que se utilizan en los criaderos de cerditos. Estas pantallas
se suelen intercalar entre las baterías de jaulas, de modo
que los a.nimales reciban con la debida intensidad la radia-
ción calórica, quedando templado el medio ambiente de una
forma homogénea y suave.
(1) Animal henlth and housing, Londres, 1967.
(2) Benard Matthews Ltd., Great Witchinghan Hall. Noruega.
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