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Luis Cortorreal
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Comnmente toda persona tiene una visin distorsionada de quin es y cul es su verdadero
valor. Hoy en da es normal que las personas tengan un concepto sobre s mismo muy
alejado de la realidad y muy distinto a la verdad de las Escrituras. Pero, este no es un
problema presente nicamente entre no creyentes sino an entre los mismos creyentes. De
forma mayoritaria, cristianos actuales han conseguido creer una verdad sobre s mismos
bastante errada.
Esta falsa visin y conocimiento sobre quines somos y qu valemos ha sido introducida
por nuestro enemigo en el Evangelio tan sigilosamente que ha sido muy difcil detectarla.
Pero nos preguntamos, Cmo la ha introducido? Cmo logra Satans hacernos creer algo
falso an con las Escrituras en mano? Lo hace a travs de la descontextualizacin y mala
interpretacin bblicas. Es comn que en estos tiempos las personas (creyentes o no)
tiendan a creer que son: Valiosos, importantes, campeones, buenos, el centro del universo;
entre otras cosas que realmente no son ciertas. Pero veamos segn las Escrituras mismas
quines somos y qu valemos.
Primero veamos, nuestra condicin segn las Escrituras y luego analicemos nuestro valor.
Nuestra condicin segn las Escrituras.
La Biblia presenta al hombre como pecador, depravado, corrupto y alejado de Dios. Es algo
totalmente opuesto a lo que se ensea en algunas iglesias hoy en da. Hoy se dice que eres:
hijo del rey, eres un prncipe y toda cosa que exalte al hombre provocando de una forma
u otra que se oculte su verdadera condicin. Dios le dio a Adn un mandamiento nico que
no obedeci dndole as, entrada al pecado.
Por medio de un solo hombre el pecado entr en el mundo, y por medio del pecado entr la
muerte; fue as como la muerte pas a toda la humanidad, porque todos pecaron. Romanos
5:12
Al ocurrir tal incidente en el Jardn del Edn, toda la raza humana qued expuesta al infierno,
qued sucumbida totalmente en el pecado. Ya no es necesario que intervenga ninguna
fuerza externa en nosotros para hacernos pecar, ya que nosotros mismos reflejamos qu
tan malos somos. Con nuestros hechos damos a mostrar que nuestro corazn est inclinado
totalmente al mal como expresan las Escrituras.
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El pecado es la peor enfermedad espiritual que alguien puede tener, y nadie est
exceptuado de ella. Todos estamos muertos! El hombre no es alguien un poco bueno y un
poco malo, el hombre es completamente malo, no hay nada bueno en l. Esto no quiere
decir que en algunos momentos no podamos hacer cosas buenas, claro que podemos!
pero no es la naturaleza original humana. Somos tan depravados que sin siquiera nacer ya
merecamos la muerte eterna, ya estbamos destituidos de la gloria de Dios.
Pues todos han pecado y estn privados de la gloria de Dios. Romanos 3:23
Dios siempre ha conocido el corazn del hombre. Despus de la transgresin en el Edn, el
pecado ha existido y ha estado en el corazn de cada ser humano. Todos nuestros sentidos
son cautivos del pecado y esa realidad no ha cambiado. Todo nuestro ser no hace ms que
pecar. An nuestras mejores obras, no sirven. No existen momentos en que no pequemos,
siempre pecamos y estamos inclinados al mal.
Vio el Seor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus
pensamientos tendan siempre hacia el mal. Gnesis 6:5
Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras
justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos
arrastran. Isaas 64:6
Si es cierto que todos somos malos y pecadores, y peor an, cierto que an lo bueno que
hacemos es pecado, entonces no nos queda ms que aceptar la cruda realidad: Estamos
perdidos! Realmente lo estamos. No slo pecamos sino ms bien, somos amantes al pecado.
No es que tan solo somos pecadores sino peor, nos gusta pecar, nos deleitamos en el
pecado, nuestro corazn est lleno de abominacin contra Dios. Todo lo que pensamos,
hablamos y hacemos, va en contra de la naturaleza divina de Dios.
Usualmente vemos como las personas buscan tener una alta autoestima. Buscan sentirse
importantes, buscan que los elogien, buscan fama, llamar la atencin, ser los ms morales
posibles. Pero esto lo hacen porque son arrogantes y hacen nicamente lo que le indica su
corazn: Vanagloria, la cual es pecado. La moralidad o bondad no te hace menos pecador.
T puedes ser el ms moral y bueno en toda la faz de la tierra y sigues sin merecer siquiera
que Dios te mire.
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No hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios.
Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; no
hay uno solo! Romanos 3:11, 12
Fijmonos en un nio. Por naturaleza a los nios no hay que ensearle lo malo ya que lo
aprenden por s solos. Aprenden a desobedecer, a golpear y a todo lo malo. Pero lo bueno
hay que enserselo e inculcrselo arduamente. Pero, a qu se debe esto? Se debe
exactamente a la naturaleza cada del hombre, a su pecado interior y a su destitucin y
alejamiento de Dios. Se debe a su amor al pecado. El pecado no es algo que se aprende
despus de nacer, ms bien se nace con l y no necesitamos que se nos ensee a practicarlo.
Yo s que soy malo de nacimiento; pecador me concibi mi madre. Salmos 51:5
Los malvados se pervierten desde que nacen; desde el vientre materno se desvan los
mentirosos. Salmos 58:3
El salmista entenda quin era. Saba que naci en pecado. No crea que se hizo pecador en
el transcurso de su vida ni nada por el estilo. No! Este hombre entenda que naci con el
pecado en su interior y que era algo que l no poda quitar, era algo que estaba en su
corazn y que a pesar de todo segua desobedeciendo a Dios. El hombre est depravado
totalmente. No puede amar el bien, no puede venir a Dios, no quiere amar la Luz.
sta es la causa de la condenacin: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefiri las
tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos. Juan 3:19
Esto quiere decir que no importa cuntas veces el hombre tenga la oportunidad de elegir a
Cristo y su Luz, no lo har a menos que una fuerza exterior a l (El Espritu Santo mismo)
actu en su corazn y lo cambie. Por qu es necesario un cambio de corazn para creer en
Cristo? Porque ste est tan corrompido que slo se inclina al mal y solo anhela el deseo
pecaminoso.
El hombre solo quiere pecar y hacer el mal. Nada puede evitarlo. Es una realidad que no se
puede confiar en el corazn. Si el corazn est corrompido y es necesario un cambio, por
ende es necesaria una regeneracin total y real.
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Nada hay tan engaoso como el corazn. No tiene remedio. Quin puede comprenderlo?
Jeremas 17:9
Porque del corazn salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la
inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Mateo 15:19
Nuestro valor segn las Escrituras.
Las personas piensan que porque Dios envi a Cristo a morir en la Cruz significa que el
hombre es valioso y que Dios no puede vivir sin l. Y mirndolo a simple vista parecera hasta
lgico pero, es esto lo que ensean las Escrituras? Es el hombre tan valioso como dice
ser? Ama Dios a todo el mundo a pesar de su pecado? Veamos lo que dicen las Escrituras.
Me pregunto: Qu es el hombre, para que en l pienses? Qu es el ser humano, para que
lo tomes en cuenta? Salmos 8:4
Estas preguntas tiene una nica respuesta y es esta: Nada. El hombre es polvo y al polvo
volver. A pesar de ser polvo, es pecador, es aborrecedor de Dios y es imposible que el
pecado y Dios tengan comunin. Si usted ley y entendi la condicin del hombre, ya vio
que tan malos somos. Si usted sigue creyendo que usted es el centro del universo, tengo
para decirle que, no lo es! Cristo no gira alrededor del hombre, ms bien, el hombre gira
alrededor de Cristo. l es el centro! Por y para l es todo!
Cree que Cristo muri por usted porque lo mereca o usted era tan importante? De verdad
quiere saber por qu Cristo muri en la Cruz? Bien! Paul Washer dijo en una ocasin algo
que siempre la gente dice y yo he observado:
La gente dice que la Cruz de Cristo prueba cuan valioso es el hombre y eso es mentira. La
Cruz prueba cuan depravado es el hombre que se requiri de un Salvador para librarlo del
pecado.
Si en verdad valamos tanto y ramos tan autosuficientes, por qu no nos salvamos a
nosotros mismos del pecado? Era y es imposible! Ese es el valor del hombre: Ninguno.
Simplemente somos pecadores incapaces de salvarnos a nosotros mismos. Cristo muri por
Su pueblo por Su misericordia. No fue porque valamos mucho o porque lo merecamos,
imposible! fue porque a l le placi hacerlo a pesar de que ramos pecadores, a pesar de
que habamos quebrantado cada una de sus leyes. Mientras andbamos por ah vagando y
pecando continuamente, mientras caminbamos rumbo al infierno, Cristo se preparaba
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para ser sacrificado por muchos. Un sacrificio perfecto que es efectivo para todo aquel que
cree.
Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todava ramos
pecadores, Cristo muri por nosotros. (Romanos 5:8)
En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales
andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducan segn el que gobierna las
tinieblas, segn el espritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia.
En ese tiempo tambin todos nosotros vivamos como ellos, impulsados por nuestros
deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propsitos. Como los
dems, ramos por naturaleza objeto de la ira de Dios. (Efesios 2:1-3)
Qu concluimos de todo esto? El hombre no tiene solucin en s mismo. El hombre est
perdido por s solo, somos miserables humanos pecadores que nunca buscaremos a Dios
por nuestra cuenta. Slo queda decir: La nada es ms que nosotros, a ti me aferro Cristo, t
me das valor.
Querido lector, no s si estas palabras han destruido todo tu concepto de ti mismo o no. No
s si te enojaste o baj tu autoestima. En verdad eso no es lo importante aqu. Slo quiero
que entiendas tu verdadera condicin y como Dios te ve. La nica manera de que tu
condicin cambie y pases a valer algo es: Creyendo en Cristo y Su sacrificio en la Cruz. Si
llegas a ser salvo por Su gracia, pasars de muerte a vida. De pecador destituido de Su gloria
a un pecador salvado y rumbo a la perfeccin. Ya Dios no te ver como un pecador, sino
como ve a Cristo: Santo.
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