En tu enfermedad, desde la cruzMeditación para la mujer en Cristo
Como un aire fresco que renueva el ambiente,
llega el mensaje del Señor Todopoderoso, para ti.
Él quiere decirte, en mediode tu desesperación, que
estés tranquila.
Él desea comunicarte, que tu dolor solamente
será por un corto tiempo. “Por un corto instante te abandoné, pero con bondad inmensa te volveré a unir commigo.”
Isaías 54:7
Y aunque las ansias de llorar estremezcan tu ser; ¡no te desanimes, tampoco te inquietes...
Tu barca anclará cerca de la orilla, para que nades con confianza,
hasta encontrar la ribera.
Mantén la paz , porque ella es
la que gobierna tu cuerpo y
alma; abraza la paz porque ella es la que ensancha tus deseos
de vivir.
Aférrate a la paz, porque sin ella; los laberintos serán más
oscuros, los mares más profundos y las montañas
inalcanzables.
Como sabrás, la paz no es solamente la tranquilidad del espíritu. La paz es el Señor, tu Dios el que te acompaña en tu lecho
de enferma.Dios sabe de tus sollozos e
incertidumbres; Él no ignora los quejidos de tu cuerpo
doliente.
Al igual que Su propio cuerpo; soportó
vejaciones y quebrantos, de allí
que Él conoce tus llantos; tristezas y
desiluciones.
Piensa en Dios y todo lo que Él te ha dado.
Considera también, las bendiciones
que Él ha derrochado sobre ti.
Entonces, recuerda aquellos que han sufrido iguales o peores padecimientos; y
a otros que no han tenido fe; pues no han
sabido alzar una plegariay encomendarse al Señor en
cuerpo y alma.
Dice la Palabra de Dios: “Tu serás una hermosa
corona real en la mano del Señor, tu Dios.
No volverán a llamarte abandonada ni a tu tierra destruida,sino que tu nombre
será mi predilecta.” Isaías 62:3-4
Contempla la cruz del Señor desde tu lecho y deposita tus
sinsabores bajo Sus venerables
pies. Dios, desde lo alto, observa tu congoja. Desde Su cruz,
mitiga tu tristeza desde Su rústico
madero, te bendice.
Él envía a que Sus ángeles te cuiden. Su bondad y Su amor se hacen cargo; no sólo de restablecer la fe perdida sino también la salud anhelada.
Por lo tanto, con devoción y absoluta confianza,acógete a Su Divinidad y eterna Misericordia.Dale siempre gracias a Dios por todo y recuerdaque:
¡No duerme ni descansael Santo de Israel! ¡Vigila ferviente el guardián de Jerusalen!
“Aunque las montañas cambien de lugar los cerros se vengan abajo,
mi amor por ti no cambiará ni se vendrá abajo mi pacto de paz. Lo dice
el Señor que se place de ti.” Isaías 54:10
Noris Capín©Copyright 2006
Noris Capín Autora del libro:¡Mujer, levántate!
Reflexiones para la mujer,
basadas en la Palabra de Dios.
www.brisauniversal.com
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