Download - Ensayo 2000 Palabras

Transcript
Page 1: Ensayo 2000 Palabras

La influencia del cine y la televisión sobre la imagen

En este ensayo quiero hablar sobre la forma en que la aparición del cine y posteriormente de la televisión, logró que la imagen perdiera su valor como algo único e irrepetible y cómo se fue introduciendo en la rutina de las personas para posteriormente ser objeto de entretención más que de admiración o culto. Por lo cual mi hipótesis es: ‘El valor de la imagen, se quiebra con el cine y la televisión’. Antes de continuar quisiera definir unos conceptos básicos que son los que utilizaré constantemente a lo largo de este ensayo. Además de definir los conceptos que utilicé en mi hipótesis. Para empezar, definiré el concepto de valor, el cual se refiere a la virtud, cualidad o utilidad que hace que algo sea importante. En este caso, de la imagen como obra de arte o como forma de comunicación. La imagen se puede definir como una superficie con significados y para que sea considerada imagen, debe tener la cualidad de ser imaginada por alguien. Radica en que este alguien este involucrado (observador) o que sea un espectador que se dispone a mirar de manera pasiva. Existe además la imagen técnica, la cual es producida por aparatos. Este tipo de imagen es la que vemos a través del cine o la televisión, puesto que esta imagen es producida por distintos mecanismos, cámaras o filmadoras y son parte de un proceso antes de llegar a los receptores. Menciono también la palabra quiebre, la cual tiene por significado una ruptura, un interrupción de algo no material o la disminución de la fuerza de algo. Dentro del contexto de la imagen, la utilizo para referirme a la depreciación de la validez original con la cual la imagen fue producida. Continúo con la explicación del concepto de cine. En el cine hay una administración de lo lumínico, pero a diferencia de la fotografía, por ejemplo, el cine consiste en una proyección para un grupo de personas, las cuales pagan una entrada para ver aquella proyección. Esto se lleva a cabo en salas oscuras y con asientos, la mayor comodidad posible, para evitar las distracciones que pueda tener el observador al momento de la percepción. Por la retención de la imagen en la retina y puesto que en la proyección cinematográfica las imágenes se mueven con mucha rapidez y constantemente, el ojo humano las percibe como si estuvieran realmente en movimiento. A diferencia de la imagen fija, la cual requiere de un observador activo (condicionado por sus limitaciones propias), el cine requiere de un observador pasivo, el cual se le llama espectador. Por otro lado, la televisión tiene una explicación similar a la del cine, también es una proyección, pero mientras que el cine es una exo-proyección, la televisión es una retro-proyección. Esto quiere decir que el cine es una proyección frente al monitor, sin embargo en la televisión la proyección se hace detrás del monitor. Y la televisión puede ‘entrar’ en la casa, las personas pueden ver la televisión dentro de sus hogares.También será necesario definir el concepto de aura, utilizado por Walter Benjamin y el cual utilizaré también en el ensayo. Benjamin habla del aura como la esencia de una obra, todo aquel único e irrepetible de algo. “Reposando en una tarde de verano, seguir la línea montañosa en el horizonte o la extensión de la rama que echa su sombra sobre aquel que reposa, eso quiere decir respirar el aura de estas montañas, de esta rama” (Benjamin, 2003: página 7). El aura es la autenticidad, abarca el ‘aquí y ahora’ de una creación, todo aquello que en autor sintió o experimentó al momento de hacerla, además de la intención principal con la que la obra de arte fue concebida. “La

Page 2: Ensayo 2000 Palabras

autenticidad de una cosa es la quintaesencia de todo lo que en ella, a partir de su origen, puede ser transmitido como tradición, desde su permanencia material hasta su carácter de testimonio histórico.” (Benjamin, 2003: página 5). También dentro de su autenticidad quedan evidenciados todos los cambios a los que ha sido sometida la obra original o por decirlo de otra manera, todo a lo que la obra fue sometida luego de su creación. “La historia a la que una obra de arte ha estado sometida a lo largo de su permanencia es algo que atañe exclusivamente a ésta, su existencia única. Dentro de esta historia se encuentran lo mismo las transformaciones que ha sufrido en su estructura física a lo largo del tiempo que las cambiantes condiciones de propiedad en las que haya podido estar” (Benjamin, 2003: página 4). El aura va acompañada además del valor cultual o ritual, el cual se le atribuye al objeto original. En la antigüedad las obras de arte nacían para ser objeto de rituales, por ejemplo las estatuas y representaciones religiosas. Ahora bien, Benjamin menciona que el aura se pierde y se desvalora con la perfección de la reproductibilidad técnica. Esta reproductibilidad es la multiplicación de las obras, para aproximar a las masas que cada vez quieren acercarse más a las cosas y hacerlas suyas, propias. La fotografía aparece como una forma de reproductibilidad y por consiguiente para romper el aura de lo reproducido. Sin embargo, a través del retrato fotográfico, rescata un poco de esa aura, al capturar la mirada del retratado. Fijar sus ojos en la película, es como fijar su propia esencia. Con la fotografía también crece el valor de exhibición y es como empieza a prevalecer frente a cualquier otro valor de la imagen. Ahora que ya expliqué los conceptos básicos de los cuales hablaré, puedo comenzar a hablar de mi hipótesis. Como decía anteriormente, la fotografía comienza a fomentar el valor exhibitivo el cual alcanza una mayor fuerza con la aparición del cine y de la televisión. Refiriéndome primero al cine puedo decir que lo proyectado en las salas es sólo una copia de algo original. El original de una película, no es aquel que se proyecta por primera vez, sino que vendría a ser aquel que no tiene ninguna edición, ningún cambio y ningún corte. Lo que el cine produce no es una obra de arte en sí, sino que la adaptación de una. “Aquí lo reproducido ya no es una obra de arte, y la reproducción tampoco, igual que en el primer caso. La obra de arte surge aquí sólo a partir del montaje. Un montaje en el cual cada componente singular es la reproducción de un suceso que no es en sí mismo una obra de arte ni da lugar a una obra de arte en la fotografía.” (Benjamin, 2003: página 16). La disponibilidad de la escenografía, de la iluminación y todo lo concerniente al montaje tiene un peso el la reproducción. Pero también la actuación del actor cinematográfico tiene su influencia en la mantención de la autenticidad del personaje al cual está representando. Este se ve condicionado por las decisiones que tome el director de la película y todos los especialistas que trabajan en ello. Al cine no le importa que el actor represente al personaje frente al público, sólo le importa que lo represente bien frente a las cámaras; no así el actor de teatro que actúa frente a una masa de gente, debe apegarse al personaje y seguir su desarrollo en un orden que no puede ser alterado; tiene la facilidad de acomodar su presentación a las condiciones de la ambientación y del escenario, pero no puede alterar la esencia del personaje, puede sentirse identificado con su personaje, mientras que el actor de cine no. La filmación de una película no tiene una continuidad como en el teatro, una misma escena puede ser filmada en interior y días después se puede rehacer en exteriores.

Page 3: Ensayo 2000 Palabras

“Lo peculiar de la filmación en el estudio cinematográfico está en que ella pone al sistema de aparatos en el lugar del público. Se anula de esta manera el aura que está alrededor del intérprete, y con ella al mismo tiempo la que está alrededor de lo interpretado.” (Benjamin, 2003: página 17). Al momento en que la filmación es proyectada frente a las masas de gente, es interpretada por ellos, pero la participación de esta gente es sólo pasiva. Pasan de ser un observador capaz de crear una visión y sacar conclusiones a partir de lo que observan, a ser simplemente un espectador que recibe las imágenes sin espacio a procesarlas una por una. La rapidez con la que pasan las imágenes, sumado a la retención retiniana, crean la sensación de un movimiento continuo en la proyección que mantiene al receptor ocupado sólo en mirar la pantalla y no en analizar cada cuadro que está pasando frente a sus ojos. En cuanto al valor cultual que la imagen tenía en la antigüedad, esta queda relegada frente al culto que se le rinde al personaje en si. Se comienza a valorar más al actor cinematográfico, creando una falsa figura ritual. Y las nuevas aspiraciones comienzan a ser convertirse en estrella de cine, adorado por las masas. Con la televisión esta aspiración también empieza a tomar fuerza. Las figuras que se muestran en la televisión a diario, son objeto de deseo, algo a lo cual se pretende llegar. Así es como también la imagen se desvalora y pasa a ser algo con importancia propia, con un sentido y contenido determinado, a ser víctima de la exhibición. Todas aquellas generaciones que nacieron en esos años en los cuales la televisión ya era parte de la sociedad, la ven como algo natural, como algo propio de ellos y la apropian a sus vidas y su desarrollo (se les llama ‘hijos de la televisión’). Por otro lado, para todos los que vivieron la transformación y la incorporación de la televisión a sus vidas, aparece como una amenaza y hacen críticas más fuertes sobre la influencia y los efectos de esta sobre la imagen. Estas críticas se hacen desde un punto de vista externo y no comprenden el significado que tiene para la vida cotidiana de las personas. La televisión es considerada un medio masivo de comunicación, porque es capaz de informar y comunicar los acontecimientos más importantes, tanto locales como de todo el mundo. Se puede decir que pretende acortar distancias aún más de lo que la fotografía y los periódicos ilustrados lograron en su momento. En un principio su mayor intencionalidad era esta, pero con el paso del tiempo y con el desarrollo de la sociedad, la televisión comenzó a preocuparse más por adquirir audiencia, por aportar mayor entretención y tener más cercanía con el público, generando mayor competencia y menos preocupación por la calidad de lo que se transmite. Así como también los espectadores la hacen parte de su rutina. “Ya otros han evidenciado un doble movimiento: la televisión tiende a entrar en cada habitación, la televisión tiende a permanecer encendida casi todo el día independientemente de lo que se hace delante de la pantalla. Se van generalizando fenómenos de consumo televisivo distraído y personalizado que coexisten con las experiencias más tradicionales, que tienden aún a rutinizarse también cuando en el esquema mental de la cita fija se introduce el mecanismo de la elección, activado por la guía de los programas o, cada vez más, por el mando a distancia” (Baudrillard, 1990: página 57). Las consecuencias de esto es que las masas utilizan la televisión únicamente como ‘caja de sonidos’ y pierde valor como dispositivo que transmite

Page 4: Ensayo 2000 Palabras

imágenes. Y las imágenes que transmiten pierden valor e importancia como tal. El rol del espectador es considerado como el de un simple oyente que interpreta a la televisión como una ventana por la cual escucha los rumores del exterior, ventana a la cual se asoma de vez en cuando para ver el espectáculo que le tiene preparado. El espectáculo es todo aquello a lo que se recurre para captar la curiosidad de la personas, comunicándoles noticias, sucesos o expresando sentimientos y emociones. Todo esto anula el valor propio de la imagen. Para finalizar y haciendo una conclusión entre los puntos de los cuales he hablado, puedo decir que es así también como tanto el cine y la televisión se convierten en un método de entretención para las masas. Ya no les interesa en absoluto el sentido de lo que están viendo, sino que le entregan valor a la exhibición y a la diversión que les causa lo que ven. Con el cine los espectadores no tienen lugar a plantearse dudas, sólo les sirve para distraerse de las rutinarias y agotadoras vidas a las que están sometidos. Con la televisión sucede lo mismo, sólo que además le permiten la entrada a sus hogares y se alimentan de todo lo que ella muestra, sin criticar su contenido o su valor.

Bibliografía referida:

-Benjamin, Walter. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. México: Ítaca, 2003.

-VV. AA. Videoculturas de fin de siglo. Madrid: Cátedra, 1990.

-Crary, Jonathan. Las técnicas del Observador: Visión y modernidad en el siglo XIX. Murcia: CENDEAC, 2008.