ESSSSPIGA DE PAPEL
Entre el dolor y el gozo
Colegiado de Desarrollo Educativo y Cultural Secretaria de Cultura Recreación y Deporte
No. 3
SNTE Sección 16 febrero 2009
Colegiado de Desarrollo Educativo y Cultural
Secretaría de Cultura Recreación y Deporte
Francisco Sarabia 240
Sec. Libertad Guadalajara, Jal. Mex.
Tel. 38 83 11 82
Coordinadora del proyecto: Ma. Justina Santana Tejeda
Corrección de estilo: Hugo Salvador Bautista Campos
Prólogo: José Moisés Aguayo Álvarez
Diseño gráfico y redacción: Ana Paola López Santana
Impreso en México
Estos poemas podrán ser reproducidos y difundidos respetando los créditos y solicitando el consentimiento de los
autores por escrito
ÍNDICE
Prólogo
J. Moisés Aguayo Álvarez.......................2
Desenlace
Acosta Aroche Samuel………………………...3
Despierta
Aguayo Álvarez J. Moisés…………………….4
Ver un colibrí
Bañuelos Raúl……………………………………..5
Ventanas
Bautista Campos Hugo Salvador………….6
Un abismo de música
Esteves Pinto Fernando……………………….7
Cariño
Fuentes Fuentes Juan Carlos……………….8
Siembras Huellas
González Ibarra David………………………….9
Realmente
Hernández Santiago……………………………11
Sedientos de pecado
Huerta Hernández Epifanio…………………12
Te has marchado
Macías Comparan José de Jesús………….13
Te quiero dar un ramo de sol
Muñoz Guzmán Miguel……………………...14
Estaremos
Murillo Leaño Martha Eduviges………….15
Tu brillar
Orihuela Antonio……………………………….16
One
Paredes Santana Arturo Accio……………17
Rememoros lejanos
Santana Tejeda Ma. Justina……………….18
Arcoíris
Ramírez Gutiérrez Jorge O…………………19
Cosas que perdimos en el fuego
Vertua Marcelo…………………………………20
1
PRÓLOGO ANTICRISIS
Hay un velo en lo trivial, que es a la vez niebla y cerumen; nos mantiene absortos, con los
oídos estreñidos y los ojos entrecerrados y llorosos. El tráfago es monstruo que nos bebe, que
se alimenta a bocanadas de existencia, nos roba los instantes para seguir vivo: Ni un
contemplar estrellas, porque el smog refleja el brillo venenoso de las luces que inventamos para
borrar la noche; ni un mirar de cerca al escarabajo que pasa rotando una suculenta bola de
boñiga, porque es mejor seguir de largo, o pisarlo e ignorar sus gritos de insecto moribundo.
Más difícil aún, contemplarse hacia adentro, reñir con los demonios de uno, emborracharse
con los ángeles de uno… Sin duda, lo trivial se hizo la vida; no obstante, sobreviven los que se
atreven a abrir los ojos en la neblina, a desnudarse los oídos, a capturar estrellas, escarabajos,
demonios y ángeles; les dicen poetas.
Los poetas de esta antología son saltimbanquis de las palabras, magos, trapecistas, mimos…
hablan del amor y el desamor (que es lo mismo, pero desarmado), andan buscando una voz,
¡Ah!, también son maestros en sus ratos libres. Esta es su espiga tempranera de febrero florido
(Qué raro suena este enunciado, frente al eco del noticiero-mortero). Yo te propongo, lector,
dejar que lloren y enloquezcan los que perdieron sus millones; que se arranquen sus cabellos
implantados; vamos, abramos juntos este cofre donde se atesoran versos.
J. Moisés Aguayo Álvarez
2
Desenlace
La mirada enigmática que posees es noche atenta, tranquila.
La luna intenta imitar tu piel y mi mente sólo
puede contener una parte de tu ser.
Mi nostalgia al no verte creó la noche y mi recuerdo te hizo diosa.
Cada noche algo de mí muere y cada recuerdo
mío te resucita.
Y al oír el susurro de mis alas al volarte, pienso
ser quien sepa escuchar el diálogo de tu
mirada y quien te acaricie con palabras.
Así te prometo más lluvia sobre tus labios,
más humedad en tus remansos,
más poesía sobre tus senos,
la inmortalidad de mi pluma, y eso sí
es como oscurecer entre recuerdos.
Samuel Acosta Aroche
3
Despierta
que el reloj nos mira
ya nuestras voces
deben vestirse
para hablar
encimándose en el noticiero
y en los otros duendes que raptan los ojos,
quítale el vestigio del hastío,
lustra bien esas angustias
y déjame el alma tendida a la espera.
Lávate los dientes
no olvides la cuerda
ni la navaja, amor
J. M. Aguayo
4
A Alfredo Zitarrosa y a Carlos Pellicer
Ver un colibrí VER UN COLIBRÍ ES TENER UNA VISIÓN. Pájaro en dos alas temporales, llega del futuro a volar sobre el es y el qué será. Tiene largo el pico para caber siempre en una flor. Hace su actuar en un dos por tres que nada tiene que ver con la prisa. Su cuerpo es del tamaño de un pajarito. Su interioridad es visible en el aire. Su canto se escucha con los ojos abiertos. Lo mismo que el salmón y la ballena, el colibrí es un milagro vivo. El día se puede dividir en antes y después del colibrí. Ver un colibrí es ver una aparición. No se pude tocar con las manos. Algo se trae con el misterio. Da todo lo que tiene y es en un momento, llevándose al partir su propio sabor en el pico. Y al volar a otro espacio que uno desconoce, el asombro parece aguardar otra sorpresa: la lluvia, el arcoíris sobre el patio algo semejante. Pero él se va y no vuelve cuando lo esperan. Siendo una presencia absoluta, el colibrí está por verse siempre. Cuando se va deja algo de sí permaneciendo. Y deja el recuerdo de haber visto el mediodía encarnado en dos alas, un pico y unos colores rápidos
parados en la punta del aire. Un día vi muerto un colibrí. Y vi la muerte arrodillada en sus dos ojos sorprendidos y no lo pude creer muerto. Sigo sin creerlo: Este amanecer me pareció verlo entrar por la ventana.
RAUL BAÑUELOS Premio Jalisco de literatura.
Tomado del libro Bebo mi limpia sed.
5
Ventanas
Toda tu pared
debería ser una ventana,
siempre que digas
voy al cuarto
a cambiarme de ropa.
Es decir,
que más que un alquimista
transmutando
el plomo en oro,
quisiera muros cómplices
de mis manos
que con un ademán
se hicieran transparentes.
Que mis dedos
no tuvieran el toque de Midas,
sino el del arte secreto
de hacer ventanas
que tú no adviertas,
mientras te bañas
o en la tela que te cubre.
Hugo Bautista
6
Un abismo de música
Tus manos íntimas como el estrépito del fuego.
Un abismo de música, tu voz vertical e infinita.
Inexorable felicidad de una presencia silenciosa.
Un rostro, una sombría inmensidad del espacio.
Acumuladas son las palabras por minúsculas razones.
En tu cuerpo está el límite de la certeza, los nacimientos de la mirada.
Conozco los vestigios de un regreso superficial.
Aquí están los frutos de la sensación, los indicios de la sangre.
La docilidad de la alegría en la limpia claridad del rostro.
Un fragmento de agua en torno a la boca
Fernando Esteves Pinto
7
CARIÑO
Cuando estoy contigo
Me confundo, me siento entre las sombras de la caverna.
No sé qué hacer, me siento engaño, mi sueño se perturba.
Me confunde tu recuerdo, eres cariñosa, amable, sonriente.
No sé si vivo en un mundo de apariencia de mil fantasías.
Cuando estoy contigo
Mi alma flota, mis poros se dilatan,
existo, respiro, brillan mis ojos.
Mis palabras brotan, para decirte…
emoción al escuchar tu voz.
Cuando estoy contigo
Quisiera gritarte.
Quisiera sonreírte.
Quisiera amarte.
Cuando estoy contigo
Mi cielo me abraza.
Mi estrella brilla.
Mi constelación explota.
Cuando estoy contigo
Escribo poemas, sólo para ti.
Espacio lleno de tí y de mí.
Estar fundido al holón.
Cuando estoy contigo
Adoro tu perfume.
Agradezco a Dios tu sonrisa.
JC FJC FJC FJC Fυεντεσ υεντεσ υεντεσ υεντεσ
8
SIEMBRAS HUELLAS
Siembras huellas
en el anverso de mis latidos
en el golpe de la sangre que se amotina
En la escalera de la tarde
donde la mirada se cuelga de las aves
donde las ventanas, reclaman su derecho
a ser abiertas
Siembras
y al sembrar
brotan pasos que llenan los caminos
surgen muros abrazando sombras
como semillas secas
que se insertan en la tierra.
David González
9
Realmente
Realmente no hay palabras
para decir lo que tu presencia
me hace sentir.
el universo se coagula
en tus manos,
las ansias de ser más sólo por tí.
Difícilmente olvidarte hoy
cuando ayer excitabas mis futuras
ganas de amar. Flotas seductiva por mi mente,
nadas por aguas profundas, te podrías ahogar.
Sinceramente mis sentimientos
sienten una sensible emoción
que no es normal,
tu aroma mejor que las flores
me hace sentirme
en un ambiente especial.
Insoportablemente original al amar
me imagino
que serías mi miel,
el panal está cerrado
la abeja sueña
y yo quiero calmar su sed.
Santiago Hernández
11
SEDIENTO DE PECADO
En el camino me apropie de tus pasos
nuestras sombras buscaron acoplarse
la primavera se va en junio
julio empezó a retoñar con tu riego
formas parte de mi cielo
tus sueños descansan en los míos
vivimos con la fuerza de tenernos
de no dejar escapar
el calor de los cuerpos
en el invierno de todos los días
si es pecado amar
quiero condenarme
en el infierno de tu cuerpo.
Estar contigo
caminar en tus delirios
no desperdiciar el reloj
echo en saco roto
las malas lenguas
si te ven ojos acusadores
cierra los tuyos junto a los míos
deja que la envidia se envenene
y muera dentro de la amargura
no quiero morir sin tus encantos
quiero vivir en la gloria de tus besos
sedientos de pecado.
Epifanio Huerta Hernández.
12
TE HAS MARCHADO…
Somnoliento,
piso algunos sueños
se escurren en mis dedos
cuelgo tus gemidos en mi cama
y enmarco los orgasmos
mientras la sábana
sacude mi piel
sin encontrarte.
Buscaré
en caminos de hojarasca
donde gozabas
el crujir de las hojas
a tus pasos
al doblar la calle
en aquel sitio
donde pactamos
amor enmudecido.
El eco de tus pasos no perdona
me acompaña la soledad
que a diario engulle vida.
José de Jesús Macías Comparán
13
Te quiero dar un ramo de sol
para el florero del día
y respirarte en las mañanas
con la mirada colmada de tu figura
exactitud de semilla
plantada en el campo de mi cuerpo.
Miguel Muñoz Guzmán
14
ESTAREMOS
Perfume de violetas dentro de la noche
que gira dispuesta
esperando el universo inmutable
que sonríe misterioso.
Las olas de la ausencia
desplazan sueños incólumes y distantes
aparece la niebla desplaza la alegría
de ser solamente humanos
Gira el espíritu
trasporta esa tenacidad celeste
concibe el firmamento que estoy viva
el inframundo nos espera.
Estaremos por fin descarnados
felices cada quien con su sonrisa
vórtice final de su destino
seres infatigables
que perdieron tiempo en
el camino.
Martha Eduviges Murillo Leaño
15
TU BRILLAR
Somos cicatrices, me dices, somos
un grano de arena
visto desde la altura conveniente.
Somos sagrados, somos inmortales, te digo,
y mido la eternidad en tu cintura
con mis dos manos.
Va a ser verdad que el amor no tiene fin.
Antonio Orihuela
16
ONE
La única mujer viva de toda la ciudad
y es un suicidio permanente
como el fantasma decidido
de un solitario kamikaze en la oscuridad
que no le importa morir ni matar
pero sí llegar tarde a casa.
Arturo Accio Activista Literario.
17
Rememoros lejanos
tañer de campanas
cerros siempre niños
ensueños de azahares y jazmines
El frío de ausencia
colándose en el alma.
Mi padre de blanco
con olor a milpa
sembrando esperanzas.
Tardes de ensueño
que cortan al tiempo
agüilotes, guamuchiles, pitayas,
cauce de geranios
sabinos y sauces.
Mi madre con el pelo suelto
despidiendo aromas de amoles y jaras.
Coro de magnolias deshojadas:
Me ama…no me ama…
Luces de luciérnagas…
que no haya ventanas
ni puertas
ni lunas
que borren mi infancia.
Guty Santana
18
ARCOIRIS
Azul. Sutil descanso de tu
silueta a la orilla de
la luna.
Violeta. Cubierto de neblina,
vigilada por las aves
nocturnas con sus cantos
y misterios.
Naranja. Al amanecer
despiertas iluminada
desde el horizonte
contemplando una
hermosa parvada de
pájaros.
Rojo. Te levantas desnuda
deslizas tus manos por tu
cuerpo y miras por la
ventana.
verde atrás del cristal
y de frente al volcán,
esperando con pasión
a esa sombra que entra
en silencio.
Amarillo. A su llegada tocó
mi espalda, me acarició el
oído, el agua nos cubría
de vapor, mientras
sus brazos me iluminaron
con una intensa luz blanca
que nos convirtió en un
arcoíris infinito de amor.
Jorge Ramírez
19
Cosas que perdimos en el fuego
Entre las cosas que perdimos en el fuego al amanecer
había confesiones, poemas dedicados
que nunca te mostré.
Había cartas que escribiste,
que daría brazos, risas, veranos por volver a ver.
Entre las cosas que perdimos en el fuego
estaba el amanecer,
fotos corridas, playas desiertas, días celestes, noches azules,
botellas con mensajes que llegaban de alta mar.
Entre las cosas que perdimos había canciones de karaoke,
ositos-aniversario, agendas, corazones,
grafitis de vidrios empañados frente al río.
Entre las cosas que perdimos, estaba el fuego,
los extremos, esos raros movimientos del alma
que ahora llamamos Juventud.
Marcelo Vertua
20
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