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Del mtodo y del juicioINTRODUCCINEl desenvolvimiento del espritu emerge de una capital necesidad humana, cuyo nacimiento figura en lo ms profundo de su constitucin y bajo la constante construccin de su conciencia. El hombre que se sabe l mismo, llena su conciencia del fundamento de su verdad en la inteleccin perenne de lo diverso y lo diferente, de lo uno y de lo otro; es decir, de aquello que a su entendimiento aparece como distinto pero a la vez claro, de lo que reconocemos en nosotros mismos. Tal parece que abogamos por un movimiento en el que se va la vida del hombre, porque significa la operacin conjunta de todas nuestras facultades, algunas veces como retroceso, otras como avance, dependiendo la forma del entendimiento y un objeto determinado. El asunto medular significa el esbozo apenas, de una sintaxis y diccin de un movimiento que opera con distincin en la naturaleza pura de los hombres que hace parecer en las ltimas consecuencias de la raznsu facultad y su mediolos principios como antinomias, si bajo sus condiciones y categoras busca respuestas a su modo de lo que se pregunta1KANT Emmanuel, Cristica de la Razn Pura, PORRA, Mxico, 1998. Una breve parfrasis de lo que Kant anota en el prlogo a la 2 edicin de 1787, rescatando la idea central de las antinomias de la razn: pp. 11-25

. La consecuencia de moverse con la luz de la razn terica o de la lucidez de la razn prctica, es la delimitacin categrica de sus naturales caractersticas, en cuales campos, hacia la ltima reduccin de su sustancia, le parecen inadmisibles algunos criterios, que pueden ser resultado extrao a lo que nos podra referir su mismo anlisis, pero que son verdad y son de por s y en s en nuestro pensamiento, en nuestras acciones o en algn otro lugar de ndole, que por dems, nos era obscuraa no ser por la antigua metafsica, que mostraba algunas luces al respecto, pero demasiado abstracta, lejos de la esencia de su objeto; mostraba pues, al entendimiento, la forma de lo bello como ad extra de su sujeto, como algo ms del topos platnicoy apenas algo claro ahora, luego de la ardua tarea reflexiva de hasta hace apenas tres o cuatro siglos. El hecho artstico exiga un cuidado peculiar del hombre, pues, aunque siempre lo ha producido, no le comprende con la suficiencia del conocimiento o la moralidad.Aqu no hablaremos ms de lo que corresponde al arte, como debiera ser de la esttica; de la que esencialmente se desprende el fenmeno artstico. Nuestro principal objetocomo lo denota el ttuloes el modo en cmo Kant establecea grandes razgos, desde luegoel lugar del sentimiento dentro de su sistema, visin que reina hasta nuestros das. Tal parece que la esttica conforma una parte desisiva e importante en la conciencia del hombre.

I. Historia y delineamiento del problemaQuisiera partir de un cambio concreto que modific la cultura occidental, para luego iniciarnos en nuestro objetivo. Me refiero al giro copernicano, detrs del cual, nos aparecieron mltiples problemas, que atendieron diligentemente los filsofos de entonces hasta llegar al culmen de esta reflexin, a sea, Kant. Lo que la historia llama giro copernicano representa la ndole de todo un movimiento hacia un nuevo pensar, del cual Kant no ver ajeno. La atencin por el sujeto y su naturaleza constituy el centro del ideario filosfico moderno. Un retorno a la pregunta del cmo antes de la pregunta del qu revindico una nueva direccin del pensamiento, razn por la que las primeras teoras de carcter filosfico frente al desarrollo de la ciencia fueran bsicamente gnoseolgicas antes que ontolgicas o peor an, metafsicaspara entonces nadie sola hablar de metafsica, aunque subrepticiamente era un problema capital, del que Kant nunca se alej. Los pensadores britnicos fueron los pioneros de la filosofa como gneoseologa; es decir, el problema del cmo conocemos pareca anterior a la pregunta por el ser, pero su reflexin los condujo a un extremo: el escepticismo. Mientras que en Francia, se encontraban los seguidores de Descartes, conocidos como racionalistas, de modo que tanto unos como otros se allegaron a su ocaso de distintos modos. Kant lidiaba con ambas tradiciones y culturalmente Alemania surga como un exponente poltico, religioso y filosfico, de suerte que sus pensadores conocan tanto una como otra vertientes, incurriendo en aseveraciones tanto escpticas como dogmticas, problema del que se quera salvaguardar Kant. Su mtodo le permiti desasirse de las dos aunque con algunas reticencias finalmente2Mtodo: Se considera que el mtodo trascendental, es el rganon con el cual Kant entresaca todas sus teoras, sin la tentativa del escepticismo o el dogmatismo.

.La pregunta genoseolgica de cmo conocemos no slo implicaba la carga propia de esta ciencia, sino adems, la actitud ms caracterstica de todo este periodo: el conocimiento del hombre. As, el idealismo alemn se desenvuelve como una filosofa dialctica, en la que se da un estudio de la conciencia del hombre, que se identifica con el anlisis de la naturaleza3YVON Belaval, Historia de la filosofa V. 7, SIGLO XXI- Espaa Editores, 1973. La filosofa alemana del s. XVII. pp. 1-24

. Aos posteriores surge el humanismo, como bsqueda y anlisis del hombre y su naturaleza y puesto que el hombre es el que conoce, investigar el modo en cmo conocemos nos llevara al descubrimiento del hombre mismo, cuya cualidad esencial es el conocer, la razn. De seguida, se consegua el acometido de pasar de un teocentrismo a un pleno humanismo. Este potente hecho se manifest hasta en la ciencia; de una teora geocentrista descubrimos la verdad del movimiento celeste, la tierra gira alrededor del sol y no es ms que una pequea porcin de un espacio infinito y nosotros junto con ella, insignificantes.Arranca, pues, la mirada introspectiva de nuestra naturaleza y lo primero que habra de atenderse eran sus facultades, los mecanismos y el desarrollo del conocimiento. La Crtica de la razn pura condensa el contenido de lo que hasta el momento ya se haba dicho; Kant le da orden y forma, atendiendo tanto a las conclusiones de unos (Hume, Lucke) como de otros (Wlff, Leibniz). En resumen, el pensamiento de Kant es una teora del conocimiento, una teora de la experiencia, de la que pretenda subsumir, por la razn, el entendimiento y la sensibilidad, aquello que constitua el mundo ms real, cuyo estudio le corresponde a la ciencia. El mtodo trascendental tena por acometido formular, por una parte, los principios de la crtica del conocimiento; y por otra, librarse en el empeo, del dogmatismo. Ni la ciencia, fundada en principios a priori ni la psicologa que finalmente viene a ser una ciencia, pueden fundamentar la posibilidad de la experiencia, puesto que sta es el principio de ambas4 KANT, Emmanuel, Critica del Juicio: V. 1, Librera general Victoriano Surez, Madrid, 1958: pp. 47-58

.Es pues que el renacimiento, y la luz de su musa, transform, con su espritu libre e inquieto, lo que se conceba por belleza. Puesto que ya no se hablaba del conocimiento como aprehensin de la forma del ente, por cuya operacin se conoca la esencia de la cosa, y por lo tanto a la cosa misma, pues lo ms real era esta tal forma, ahora se sugera evidente la aprehensin verdica de los entes por la vista: observen esto deca Galileo a los pensadores conservadores de su tiempo, mientas miraba a travs de su telescopio (as, la tecnologa pas a ser extensin confiable de las potencias de los sentidos). A la posibilidad disuasiva que para Galileo fue un descubrimiento abrupto de la actividad de pensar, para los an medievales, les era inopinada actitud que significaba necedad5Recurdese que para entonces, toda una plyade de pensadores no se haban logrado separar por ocmpleto de la escolstica tradicional, dgase de aristteles, como Rudrauff, Schart, Geilfus, entre otros; todos ellos protestantes, linea de la que probienen los pietistas, entre los que se formar Kant.

. Se trata de mirar no exactamente lo conocido, sino los modos en que conocemos. Esto ya nos es demasiado familiar en nuestros das y cuando deseamos traerlo a colacin, simplemente, nombramos este fenmeno como el giro copernicano, aludiendo a este otro personaje pionero del nuevo modo de comenzar la terea del pensamiento; es decir, Coprnico. De aqu que, la metafsica como ciencia, sea el constante problema kantiano dentro del sistema de la razn. La filosofa se transforma en un correlato de la ciencia que, a pesar de no haber adquirido independencia como la de nuestros das, comenzaba por seguir una senda paralela a los criterios filosficos en cuanto tal; empero, se le sola llamar no ciencia, sino filosofa de la naturaleza. Newton es quizs el filsofo natural ms representativo de la poca, maestro terico de Kant (pues nunca tubo trato directo con l, a no ser por sus escritos) en las primeras dos dcadas de su reflexin, al punto de poder decir que Kant se dedic esmeradamente a la investigacin fsica, pero pronto se elev su inters a problemas an ms agudos que, de suyo, concernan a la filosofa. Me es claro, que en la evolucin del pensamiento kantiano es notablemente manifiesta la sucesiva evolucin de su saber; as, el joven Kant, pas de un conocimiento estrictamente fsico-matemtico (como lo demuestran sus primeras obras), hasta la ltima faceta filosfica del espritu criticista y su preocupacin por el juicio esttico.En consecuencia, se nos dio la ubrrima porcin de un pensador que podemos llamar con justeza, autntico traductor e innovador de las principales preocupaciones de la filosofa. Traductor, porque traslada los antiguos conceptos al lenguaje de la modernidad; e innovador por su mtodo. Con estas dos cualidades se reviste Kant, para figurar como un excepcional pensador.

Lugar y desarrollo de la idea de belleza

Qu es lo bello? Es la pregunta que conserva la primaca por sobre aquello que nos es bello y que se multiplica segn el gusto de los artistas y las palabreras de los crticos. Hoy, en razn de lo aceptable por la esttica Kantiana, se considera bella toda forma, que, a los ojos de muchos, les parece arte, una desgarradora consecuenciabsicamente interpretativade la teora esttica de Kant. De cualquier modo, algo deben tener de arte, pero, en definitiva, no todo ello podemos llamarlo bello con propiedad slo porque satisface la necesidad expresiva del sentimiento del hombre. Pero, al respecto, tambin podemos decir que Kant es la aportacin ms acabada sobre la esttica; el lugar de lo bello y lo sublime en su obra, representa una justa partida meritoria que hoy en da atribumos a su autor. Con mucho dej atrs las viejas especulaciones sobre lo bello e introdujo su particular forma de abordar los problemas. Despus de Kant, se habla de una esttica como teora de la sensibilidad en toda forma y constitucin; si bien se encuentran otros pensadores pioneros de esta ciencia (Burke y Dubos con el sensualismo y Baumgarten de quien surgi el concepto de esttica), a Kant se le debe el descubrimiento del carcter independiente junto a la facultad de conocer y a la facultad de desear, la del sentimiento. Lo importante aqu, es observar el mtodo y la forma de su modo de operar, que para los pensadores anteriores les era obscuro. Para Baumgarten, la sensibilidad le era un conocimiento confuso que no le permiti adoptar una tendencia hacia el arte o la ciencia, vio la unidad de una serie de problemas pero no su relacin con la conciencia. Por otra parte Winckelmann, se percat de la tenue curva que unifica y separa a la vez la naturaleza y el arte: el ideal. Vino a conclur en la sencillez y la unidad como caracteres fundamentales de la belleza, por las que se asciende a lo sublime que convierte a la belleza en indeterminable e intransferible por el arte. Se determina ya de alguna forma del juicio esttico a como lo vendr a concebir Kant. La expresin de lo universal en lo individual es el ideal, que determina el arte como una actividad espiritual y como una actividad original que expresa la naturaleza. Por medio de la indeterminacin consigue Winckelmann una tercera caracterstica del ideal que halla su determinacin concreta en el individuo, un espritu puro. En l la actividad esttica de la conciencia encuentra en la naturaleza su materia prima. Hasta el momento slo se haban llegado a reflexiones estticas concernientes a un determinado campo de lo que ms tarde sera su materia; es decir, a partir de las diversas artes: la escultura, la poesa, la arquitectura, la pintura (de la que Winckelmann era un diestro artfice), etc., produciendo una acortada visin del fenmeno esttico, de modo que concluy en una idea platnica de esttica, confundiendo lo bello con lo bueno al enfrentarse al campo prctico, por lo que convena una aportacin con la fuerza de la filosofa lo suficientemente clara, para darle su lugar correspondiente6Ibid. (KdU) pp. 16-21

.A este contexto responde el poder reflexivo de Kant, un filsofo por dems singular, que, al respecto, no tuvo formacin artstica (al menos como se entiende hoy en da) alguna, pues lo nico familiar era el pueblo de Knigsberg, que nunca abandon; sin embargo, posea la magnfica herramienta de la crtica. Si quisisemos proceder con los conceptos de Winckelmann dira que posea un espritu creador a priori que l mismo llamaba lo sistemtico7 PLAZAOLA, Juan, Introduccin a la esttica, Unv. De Deusto, Bilbao, 1999. p. 118

.Hablar sobre algn elemento especfico dentro del sistema Kantiano, significa una tarea lo suficientemente difcil como el conocimiento mismo de l, pues, su mtodo exige una debida concatenacin de cada uno de sus conceptos, de modo que el primero explique el segundo y los principios sustenten las conclusiones; mejor dicho: lo ms simple nos lleva a los principios (a priori). Un profesor sola decir que, en realidad, la forma de pensar de Kant, le permita ser un verdadero visionario, por lo que se ha dicho que desde el momento en que comenz sus primeras obras, ya prevea la direccin de las consecuentes. Sea esto cierto o no, sabemos que un mtodo tal que establece un orden apropiado, suma en su debido lugar todo conocimiento que a la par se descubre y, esto s es claro en Kant; de aqu que, si deseamos hablar de la belleza, aludimos generalmente a la Crtica del Juicio, pero por ende, nos refierimos a las Crticas anteriores. No hay estudios que hayan logrado sustraer una idea particular como si no tuviese precedentes o consecuentes. Es como un detallado rompecabezas delimitado minuciosamente para acoplarse pieza por pieza. Es el caso de la belleza, que, en definitiva, no podramos estudiar sin el auxilio de cuanto implica la razn prctica o incluso, terica. Hay una lnea sutilmente tenue que distingue el uso de la razn prctica con el juicio esttico por ejemplo; como la hay entre la razn teortica con la razn practica. Tal confusin fue esclarecida por Kant, no sin el constructo debido de autores anteriores que paulatinamente descubrieron conceptos y todo tipo de suertes ideales que observaban no caan sobre la base de la experiencia, que no son visibles ni tangibles, pero que presentan el objeto de conocimiento asequible a las formas del entendimiento, algunas veces; a la razn, en otras. El espacio conceptual que durante toda la historia ayud al descubrimiento o explicacin del mundo y lo real, es lo que Kant denomin la ciencia, el conocimiento. Gracias a esta consideracin, podemos entender aquello que l describi como el nomeno y el fenmeno y que no se pierde de vista en el juicio esttico. Kant considera que no es posible otro conocimiento sino el de la ciencia (en el sentido ya descrito). Sustraer un universo ms real que la realidad misma es la labor de su sistema, all, su contenido es apriorstico, ya que una justificacin de la cienciacomo hemos dichono puede fundarse en la experiencia, o en la conciencia psicolgica del hombre mismo. La filosofa trascendental es la descripcin de la experiencia, el anlisis del cmo se da sta, por lo que aquella realidad fenomnica, debe, incluso, encontrarse fuera de nuestras propias categoras. Se trata del descubrimiento de las formas a priori de la razn: espacio y tiempo, que preceden a la percepcin de todo objeto. Los caracteres propios que hacen posible la ciencia como objetividad, universalidad, necesidad son producto de las categoras que nuestra actividad cognoscitiva implica en su posibilidad de conocer y puesto que es un producto, ha de llamarse fenmeno; sin emabrgo, esto nos da cuenta de que debe existir algo que no es objeto de la experiencia, lo puro pensado y que nos es ininteligible ya que es irreductible a esos mismos conceptos de nuestro pensar, de lo contrario dejaran de ser la cosa en s8Ibid. (KdRV) pp. 41-57

. Tras de esto, nos volcamos sobre el problema de los problemas, el problema por antonomasia, una tarea infinita que comienza con la delimitacin; esta actividad recibe el nombre de ideal de la razn, forma del conocimiento cuya principal pretensin es la de alcanzar la unidad del sujeto, de las condiciones de todos los objetos del pensar; empero, carecen de objeto en la experiencia, no existe intuicin alguna de ellas. Con todo, las ideas son el motivo regulador que nos dirige a la unificacin, directriz de las formas de la razn en la experiencia. Nuestra existencia se ve dirigida por esta experiencia infinita de acuerdo a principios constitutivos ysemejante a un correlatola moralidad del hombre produce su propio objeto, pero a diferencia del conocimiento, que lo hace en la existencia, ste se desenvuelve en el deber. As comprendemos los dos campos de la teora y la prctica; el primero como construido, el segundo como producible en una eterna actividad9 KANT, Emmanuel, Crstica de la Razn Prctica, CFE-UNAMA-Casa abierta al tiempo, Mxico, 2005. (Introduccin) p. XIX

.Hemos entrado a la moralidad, al deber. Trataremos de elaborar a modo de resumen, pero importante para nuestro inters, esta parte. Digamos que el deber tiene una doble formalidad: interna, que emana de la personalidad misma del sujeto y le obliga a ejecutar determinada accin; y la externa, que lo coacciona desde fueracomo su nombre lo indicaa saber: una autoridad, una razn ajena a nosotros. En el primero se encuentran dos clases de motivos que determinan la accin, los unos naturales y otros racionales. Es entonces, que actuamos movidos por una razn externa (ley, mandato social, etc.) o por la razn en s. La concordancia de este ltimo motivo con la razn misma, es el imperativo, ajena ya, al factor externo. El imperativo categrico constituye la moralidad pura, debido a que se hace por una razn superior a lo que podemos hacer cuando se nos ordena hacer algo10Op cit. Libro II: Dialctica de la razn pura prctica. pp. 135-143

. Se aprueba, intrnsecamente que el bien es superior al ser, ya proclamado por Platn. Como hombres de deber y productores del deber, es que nos podemos llamar distintos a cualquier otro ser, lo que nos hace humanos; en la moralidad se construye la humanidad, lo verdaderamente humano, bajo la nica caracterstica de la libertad. Hasta aqu, una esfera ms del hombre.Finalmente, llegamos al punto especfico que nos incumbe: El juicio esttico (objeto de la Kritic der Urtheilskaft), que en el orden de nuestras facultades de conocimiento, forma un trmino medio entre el entendimiento y la razn11Op. cit. (KdU): 101

. Expresin lo suficientemente ilustrativa que resume, por decirlo as, la importancia de esta facultad y su carcter mediativo. Lo primero en que se ha de centrar Kant, es en el establecimiento (o descubrimiento) de sus principios a priori propios. De esta manera se concluye el estudio de las facultades del espritu: conocer, el sentimiento del placer o el dolor y el desear que conforman las tres partes de la filosofa como posiblemente las vislumbraba ya Wlf. Algo interesante es que a esta ultima, le adjudica el nombre teologa, en un principio, que nos da a entender el sentido finalstico del juicio de gusto. Pero pronto la nombrar ms apropiadamente como Crtica del juicio, concediendo a la teleologaaparentemente alejada de la teora y el conocimientola categora del principio de la esttica.El problema esttico es parte de la necesidad sistemtica que exige el saber humano, segn Kant. La fundamentacin del arte, junto al estudio de la naturaleza y la moral es el objetivo de Kant; no el decir qu es la belleza, sino cmo es posible la belleza; encontrar una condicin a priori de la conciencia que de validez a la actividad de decir esto es hermoso, me gusta esto, me parece agradable tal cosa. Hasta el momento no se consideraba el fenmeno artstico como una actividad independientecomo tambin se ha dichosino dentro del conocimiento o la moral. Lo nuevo reside en haber encontrado tal independencia. La diferenciacin que permite su independencia est en que, por una parte, no tiene concepto alguno de su objeto, dentro del conocimiento; y por otra, que no expresa cualidad alguna objetiva de objetoen la moralidad. Lo subjetivo en una representacin, lo que no puede, de ningn modo, llegar a ser un elemento de conocimiento es el placer o el dolor que con ella va unido12Op. cit. (KdU): Prlogo: 99-106

.Otro elemento importante del juicio esttico se halla en el desinters, donde el sentimiento no espera satisfacerse de algo, sino que se manifiesta como plenamente acabado en el gusto mismo de la contemplacin. No le place, sino que le deleita. Esta y algunas otras caractersticas otorgan independencia al gusto; el desinters lo aparta de la moral y su agradabilidad que es parte del hombre como sujeto, de la naturaleza13PLAZAOLA, Juan, Introduccin a la esttica, Unv. De Deusto, Bilbao, 1999: p. 114-115

. En este sentido entiende Kant, el alarde de universalidad que le adjudicamos al juicio cuando lo emitimos frete a otros sujetos, pues, tal universalidad slo se pretende en la esfera de los mismos sujetos y no del objeto (la obra de arte) en cuanto tal, y puesto que se observa la universalidad en el sentimiento se ha de buscar algn principio que lo haga valer tal; aqu es donde Kant se encuentra con el problema principal: Cmo son posibles los juicios sintticos a priori en el sentimiento; o lo mismo: en la esttica?Volvemos entonces a la finalidad, donde Kant establece el principio a priori del sentimietno. Pronto se descubre que la universalidad de los juicios de gusto se busca de cualquier forma hasta llevar a los sujetos receptores de una experiencia esttica (como cuando contemplamos la Monalisa o un paisaje) a pensar que la belleza reside en el objeto o que es algo en s y por s como perfeccin autora de perfeccin y armona en las cosas; sin embargo, hemos dicho que, la base del gusto est en el sentimiento, cuya naturaleza es independiente a la moralidad o el conocimiento, de aqu que careciendo de concepto algunocomo tambin queda dichono puede encontrar su principio en alguna representacin externa ni condicionarse por alguna regla, una vez que las reglas las suministra tal o cual conocimiento; es entonces que se nota el juego de representaciones libres que se originan en el estado del espritu, en su desenvolvimiento. Si este juego se da libremente, la conciencia crea contenido moviendo todas su facultades de representacin, que conforman lo que llamamos la imaginacin, razn por la que no se trata de un conocimiento en particular, sino de un conocimiento general, ya que es producto de todas las facultades representativas14Ibidem: p. 116

.La explicacin que Kant hace con respecto a este contenido15Op. cit. (KdU) Pargrafo 49

es la pauta de las posteriores teoras de Fichte y Schelling, quienes concedieron la facultad creadora ms perfecta al genio artstico, en el cual se hace visible la condicin subjetiva del juego del espritu y tiene la capacidad de comunicarse universalmente. Es, pues, que el desenvolvimiento del espritu no es otra cosa sino un omnipotente vuelco hacia todo lo posiblemente cognoscible, pero no enteramente conocido; ah donde hay objeto de conocimiento emergen todas nuestras facultades, de las cuales es posible entresacar su condicin a priori que hace posible su identificacin, originando un a priori de la intuicin, de los principios (que constituyen el objeto) y de las ideas (hyase aqu la finalidad); una finalidad que en suma, es subjetiva16Op. cit. (KdU): Introduccin: p. 82

. De esta forma, el arte, como expresin de esta libre revolucin de las facultades, como imagen del juego del espritu no tiene finalidad objetiva (que se dirija hacia algn dato externo); no podemos decir que el arte sea til, bueno o siquiera agradable, simplemente se constituye en razn del estado de la conciencia, de la parte ms obscura del espritu, que hasta entonces, haba permanecido oculto a pesar de sus mltiples manifestaciones durante toda la historia. Conclucin

El punto central del mtodo y la forma de la teora esttica kantiana hyase resuelta en lo anteriormente dicho: El idealismo de la finalidad como principio esttico. Tal conclusin salvaguarda la independencia del juicio y nos sugiere el mundo de la creacin, coludido por categoras morales y tericassin las cuales no se da en la conciencia objeto alguno,un espacio de imaginacin, una veces como de forma moral, otras, como naturalmente pero distinto a ellas. Si bien Kant no le otorga un lugar preponderante a la moral en sus ltimas consideraciones, sino principalmente a la naturaleza, puesto que todo gnero de arte permite sintetizar bajo el espritu del hombre, el hecho natural, sin suprimirle movilidad y dinamismo; la moral ser el problema que heredarn los filosofos posteriores y su relacin con el arte, con el ideal artstico. A pesar de ello, a Kant le parece claro que el arte no es sino naturaleza viviente con el impreso signo de nuestra espiritualidad; en el arte se va un trozo de nuestra alma y el alma se unifica en la unidad con que el sentimiento reviste el yo del hombre: Slo el hombre, que tiene en s mismo el fin de su existencia, puede ser ideal de belleza. Acaso el hombre libre, no es por dems, el ms bello? Esto y lo mismo parece sugerir Kant; pero aqu surge la contradiccin, una vez que la voluntadsegn Kantes conciencia del movimiento interno en el cual crece y se desarrolla la vida esttica es necesario notar la perspicaz diferencia entre el juicio esttico junto al juicio moral en el orden de su aparicin y conversin dentro de la conciencia.En su ensayo sobre lo bello y lo sublime logra distinguir la procedencia del contenido del sentimiento; lo bello es el juego libre del entendimiento y la imaginacin, lo sublime, de la imaginacin y la razn17KANT, Emmanuel, De lo bello y lo sublime, Espasa Calpe, Madrid-Espaa: pp. 11-16

; el uno est en la naturaleza, lo otro en la moralidad. Es preferible, por tanto, realizar una accin bellaque viene a ser sublime propiamente dichoa la creacin de un hermoso paisaje, que es bello de por s.Empero, la insuperable barrera de su propio conocimiento era la razn; as, el hombre conoce de tres modos a partir de su razn, slo que con un severo y minucioso esquema crtico, para librarnos de un exacerbado empirismo, que conduce al escepticismo (en el establecimiento de formas a priori), y lejos de un deliberado racionalismo, que tiende al dogmatismo. De esta forma, tambin vino a ser la razn, el campo de toda posible filosofa y lo que en su modo terico no poda responderse, hallaba contenido en su forma prctica; ms an, las innumerables cuestiones contradictorias en s por cada una de ellas, poda explicarse con el influjo interdisciplinario de el juicio esttico, pero, a pesar de esto, slo se logr una aproximacin conceptual de la belleza como objeto de la esttica, esto, por una va racional-subjetiva; hecho que no satisfaca el carcter ya imperante de la razn, pues el juicio esttico o de gusto dependa, a pesar de los mltiples esfuerzos, de la experiencia.

BIBLIOGRAFAPLAZAOLA, Juan, Introduccin a la esttica, Unv. De Deusto, Bilbao, 1999KANT, Emmanuel, Critica del Juicio: V. 1-2, Librera general Victoriano Surez, Madrid, 1958KANT, Emmanuel, De lo bello y lo sublime, Espasa Calpe, Madrid-Espaa.KANT, Emmanuel, Crstica de la Razn Prctica, CFE-UNAMA-Casa abierta al tiempo, Mxico, 2005.BELAVAL, Yvon, Historia de la filosofa (La filosofa alemana de Leibniz a Hegel) , S. XXI-Espaa Editores, Espaa, 1973.