1
EVOLUCIÓN EN LAS CONCEPCIONES SOBRE AMBIENTE PARA LA FORMACIÓN CIUDADANA
Yisneth Álvarez Tobón1
[email protected] Angélica Trujillo Rondón
2
[email protected] Fabio Andrés Bastidas
3
Mesa de trabajo: Currículo, Sociedad y Gestión Educativa.
Resumen
La presente investigación busca ampliar la reflexión sobre la importancia de la
evolución en las concepciones sobre ambiente para propiciar en los jóvenes, las
herramientas necesarias en la toma de decisiones frente a los asuntos
ambientales. Enmarcada desde una metodología cualitativa, y a partir de la
aplicación de un cuestionario y el planteamiento de situaciones problémicas se
realiza el análisis de las concepciones de ambiente según las categorías
planteadas por Eschenhagen (2010), para luego diseñar la Unidad Didáctica.
Palabras clave: Concepciones Ambiente, Formación para la ciudadanía,
Participación en asuntos socioambientales.
DESARROLLO
1Estudiante Maestría en Educación Universidad del Tolima, Licenciada en Ciencias Naturales y Ed. Ambiental, Docente
Ciencias Naturales Institución Educativa Patio Bonito –Espinal Tolima. 2 Estudiante Maestría en Educación Universidad del Tolima, Licenciada en Educación física para la recreación y el deporte,
Directiva docente I. E. Neiva - Tolima.
3Estudiante Maestría en Educación Universidad del Tolima.
2
DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA
Nuestra civilización actual está pasando por una crisis planetaria (Novo y Ángeles-
Murga, 2010) de escala no muy comprendida por los ciudadanos del común. La
naturaleza y la humanidad se han visto profundamente perturbadas por las causas
y efectos de problemáticas ambientales que parecieran ser irreversibles y que
crean ese sentimiento de incertidumbre general frente al por-venir.
En consecuencia, y aunque son el pan de cada día; las problemáticas ambientales
no son tratadas ni estudiadas en su complejidad, sino que la mayoría de los
ciudadanos tienden a concebirlas como crisis ecosistémicas (González, 2007), y a
pesar de reconocerse la responsabilidad del hombre en muchos de los daños
causados; se interpreta que los efectos son sólo en el sistema natural y no en el
social. En este sentido, coincide Leff (2006) en que “la muerte antrópica del
planeta es resultado de las formas de conocimiento a través de las cuales la
humanidad ha construido el mundo y lo ha destruido por su objetivación y
cosificación del mundo, no es pues, una catástrofe ecológica” (p.44).
Esta visión errada de la problemática ambiental tiene su fundamento en las
limitadas concepciones que se tiene del ambiente, pues hay que comprender que
los cambios ambientales no son neutros y que el acceso, los beneficios y costos
de los recursos naturales son mediados por relaciones desiguales de poder.
Entonces, como lo plantea la antropóloga Colombiana Astrid Ulloa (2001); “hay
que pasar de una noción prístina de la naturaleza y sociedad a la de un ambiente
politizado” (p.189). De esta forma, existe tradicionalmente una visión dualista del
3
ambiente (entorno natural/entorno social) desde la cual según la investigadora en
asuntos ambientales Maria Luisa Eschenhagen (2010) corresponde al ambiente
como objeto “el cual puede ser conocido a través de las ciencias positivistas y por
ende ser manipulado” (p. 2, 2003).
Postura fragmentaria que demuestra cómo los seres humanos no comprendemos
el verdadero rol que desempeñamos, como tampoco las implicaciones que tienen
la ciencia y la tecnología en los aspectos socioambientales. “Es necesaria,
entonces, la disolución del “sujeto” (sociedad), que como el “objeto” (naturaleza),
son conceptos cargados de intencionalidad de dominio y explotación del mundo de
la vida, por parte de la razón instrumental” (Noguera, 2007, p.61).
En este sentido, partimos en esta investigación de un supuesto básico; el
concepto de ambiente es mucho más que una simple relación dicotómica –
naturaleza/sociedad-, es la complejidad de procesos en los cuales es
imprescindible reconocer las implicaciones de la Ciencia, Tecnología y Sociedad
en éste, así se puede llegar a comprender no solamente la naturaleza del
concepto de ambiente sino también el papel que como humanos debemos
desempeñar. Así mismo, el Ambiente debe ser entendido cómo crítica a la visión
dominante (Eschenhagen, 2010) en la cual “el eje de atención no se centra en la
efectividad de los controles, instrumentos o sanciones, sino en la racionalidad y el
conocimiento desde los cuales se analizan los problemas para revisar cómo estos
comprenden la complejidad ambiental en su sentido más amplio” (p. 115).
4
A pesar de ello, la ciudadanía se inclina por relacionar el ambiente con los
aspectos naturales; se necesitan entonces, conocimientos y habilidades
apropiadas para tratar con esta clase de problemas (Jiménez y Otero, 2012), por
lo cual afirman Manassero y Vázquez (2001); “es en las escuelas donde se debe
adquirir una mejor comprensión de la ciencia, tecnología y ambiente, y por el
contrario no se dan oportunidades suficientemente explícitas para promover una
formación más útil para su vida personal y social” (p. 2).
Muestra de esa crisis por la que pasa la escuela, es que los estudiantes tienden a
confundir el ambiente con “naturaleza” “entorno natural” (Cubillos, 2007) y no
reconocen el papel de la tecnología y la ciencia dentro de éste. Por lo cual
podemos deducir que si piensan la ciencia como “verdades absolutas” y de “elites”
(Daza, Arrieta, Ríos y Crespo, 2011); la tecnología como “mera aplicación de la
ciencia” o “como artefactos electrónicos” (Vázquez y Manassero, 2013); la
sociedad como “sujetos” receptores pasivos de la ciencia y la tecnología”.
De acuerdo a lo planteado, sostenemos como hipótesis que la formación
ambiental, puede de esta forma, brindarle el poder necesario a los estudiantes
para que tomen decisiones críticas y una posición fundamentada sobre el
ambiente y las problemáticas a las que se enfrentan día a día; es decir a hacer
ciudadanía.
En consecuencia el presente trabajo busca indagar ¿Cuál es la incidencia de la
evolución de las concepciones sobre ambiente en la formación para la
ciudadanía en estudiantes de 11°?
5
Por consiguiente, el principal objetivo de la investigación es determinar la
incidencia de la evolución de las concepciones sobre ambiente en la formación
para la ciudadanía; lo cual se busca conseguir a partir de unos objetivos
específicos; a) Caracterizar las concepciones que tienen los estudiantes sobre
Ambiente; b) Diseñar y aplicar la Unidad Didáctica teniendo en cuenta los
contenidos sobre formación ciudadana más pertinentes y c) Establecer y validar
las implicaciones de la Secuencia Didáctica en la evolución de las concepciones
sobre Ambiente.
ESTADO DE LA CUESTIÓN
Con base en el análisis realizado a algunas investigaciones sobre las
concepciones sobre ambiente y las implicaciones de la formación para la
ciudadanía, se encontró que la mayoría de estudiantes y docentes tienen
concepciones reduccionistas o fragmentadas sobre el ambiente. En este sentido,
una de las investigaciones de mayores aportes es la de Marcos Reigota (1990);
este estudio, le permitió clasificar las representaciones sobre ambiente en tres
tipos: naturalista, globalizantes y antropocéntricas; categorías en las que se han
basado los estudios posteriores relacionados con las concepciones sobre
ambiente.
Por su lado, Goya (2000) desde su trabajo “desconstrucción de las
representaciones sobre el medio ambiente y la educación ambiental”; encontró
que los maestros participantes representan al ambiente como un gran ecosistema,
un lugar distante y frágil, por lo cual se utilizó como estrategia de intervención la
6
lectura y discusiones sobre textos relacionados con el ambiente; De igual forma,
Meira (2001) en España encontró que los estudiantes simplifican el ambiente a
respuestas como “todo lo que nos rodea”. De Oliveira, Tiyomi y Aparecida (2007)
identificaron representaciones del ambiente antropocéntricas en once profesores
de ciencias de educación primaria.
En la misma línea, Raúl Calixto (2010) desarrolló su investigación con estudiantes
y observó que “las representaciones de los profesores en formación están más
vinculadas con la información que proporciona la televisión que con los contenidos
que se encuentran en los programas de estudio” (2013, p.15);
Otra investigación dedicada a evaluar las concepciones sobre ambiente, pero en
el contexto español, es la de Amérigo (2009), la cual se realizó con una muestra
de 227 estudiantes universitarios, obteniendo como resultado que la mayoría de
estudiantes manejan discursos antropocéntricos, quienes centran su énfasis en lo
humano y consideran a la naturaleza desde una perspectiva de control y utilidad.
MARCO TEÓRICO
“Se debe comprender las implicaciones sociales y ambientales de la ciencia y la tecnología; en particular ser capaces de evaluar los objetivos de los desarrollos científicos y tecnológicos” (Solbes y Vilches, 2004, p. 346).
CONCEPCIONES SOBRE AMBIENTE
Los problemas ambientales a los que nos estamos enfrentando la humanidad, son
noticia en primera plana y son temas que se han vuelto muy populares. Los
organismos internacionales y ambientalistas no cesan en los llamamientos sobre
7
esta delicada situación. Y, sin embargo, la mayoría de las ciudadanas y
ciudadanos, incluidos los responsables políticos y los educadores, continuamos
sin reaccionar ante las serias amenazas de colapso de nuestras sociedades
(Diamond, 2006). Ejemplo de ello, son las terribles consecuencias que la
degradación ambiental tiene para miles de millones de personas, contribuyendo al
hambre, las pandemias y, en definitiva, a una pobreza extrema (Vilches y Gil
Pérez, 2007).
Se trata de un aspecto especialmente grave del proceso de degradación al que,
lamentablemente, los libros “de ciencias” no suelen hacer referencia cuando
abordan la problemática ambiental, Vilches et al., (2008) plantean que;
Ello constituye, de nuevo, un ejemplo de grave reduccionismo que impide comprender la gravedad de la situación y el tipo de medidas necesarias para hacerle frente. Porque, además, se trata de una relación circular: la degradación ambiental contribuye a la pobreza extrema, pero dicha pobreza empuja a la explotación desordenada e insostenible del entorno para satisfacer a necesidades perentorias (p.146).
Eschenhagen (2010) se pregunta; ¿por qué después de más de 30 años de
esfuerzos no se observan mejoras sustanciales? Considera ella que “mientras las
bases epistemológicas modernas no se cuestionen y se replanteen
sustancialmente, será difícil obtener cambios significativos en materia ambiental”
(p. 112). Con base en ello, plantea tres categorías de ambiente (2007), las cuales
son el fundamento del presente trabajo de investigación; a) el ambiente como
objeto; b) el ambiente como sistema; c) el ambiente como complejidad.
El ambiente como objeto.
8
Según Eschengahen (2010) el ambiente como objeto;
Tiene sus bases epistemológicas en el positivismo, que fragmenta, cosifica y objetiviza todos los elementos del entorno, incluyendo al mismo ser humano. Los análisis que se derivan de esta perspectiva están enfocados a cuantificar, medir y calcular un aspecto específico del problema ambiental. Las medidas resultantes son eminentemente instrumentalistas, muchas veces también denominadas ´soluciones de fin de tubo´ (p. 112).
En este sentido, es enfática Eschenhagen (2007) al describir;
Si el ambiente es visto como un objeto, el problema de la basura es visto como una contaminación del ambiente por objetos, elementos y gases. El ambiente tiene que ser protegido y conservado frente a la invasión de elementos ´externos´ que amenazan con deteriorar, contaminar o destruir. Bajo esta percepción del problema, se calculan las masas de basura producidas, su composición, sus impactos sobre los diferentes ciclos. El conocimiento sobre el ambiente se fragmenta en diferentes espacios (pag. 88).
Vemos entonces, cómo este concepto fragmentario de lo que implica ambiente, ha
sido promovido desde diferentes esferas; como por ejemplo, la “modernidad” con
los planteamientos filosóficos de Descartes (Noguera, 2007) quien fomentó un
mundo antropocéntrico fincado en el baluarte del sujeto; el pensamiento empirista
de Bacón, Locke y Hume quienes sembraron la semilla del método positivista
(Cubillos, 2007); pero además han influido la herencia judeocristiana y platónica, el
saber cultural (Leff, 1994) y las ideologías (Escobar, 1992). Por lo cual las
implicaciones epistemológicas, ideológicas, políticas y pragmáticas de estos
aspectos, han puesto en peligro la Tierra y han roto la conexión entre sociedad y
Cultura.
9
El ambiente como sistema.
Esta forma de entender el ambiente se basa en la Teoría de Sistemas, al respecto,
explica Eschenhagen (2010) que en esta visión “los objetos no existen ni se
pueden analizar aisladamente, sino que hacen parte de diferentes sistemas y
deben ser tratados más allá de lo simplemente puntual. Aunque se reflexiona
principalmente sobre sus interrelaciones e interdependencia, se podría hablar de
un positivismo sofisticado” (p. 112).
Aunque se reconoce la importancia de las relaciones entre los sistemas, esta
visión le sigue otorgando al ser humano y sus necesidades el papel principal en el
ambiente. Marcos Reigota (1990) llama a esta condición ´categoría
antropocéntrica´; se relaciona directamente con las condiciones de vida de los
seres humanos, en la cual predomina el privilegio de las necesidades de corto
plazo de las personas y se considera todo bien natural como un recurso para el
uso de la sociedad. Se tienen en cuenta los problemas ambientales como
contaminación, deterioro entre otros.
En consecuencia,
El problema de la basura no puede ser simplemente de contaminación, sino resulta ser un problema que está interrelacionado con y en diferentes sistemas que son interdependientes. Pero aquí, no es posible encontrar una línea causal inequívoca para determinar el origen así como las consecuencias del problema, ya que existen un sin fín de interrelaciones que van propiciando efectos emergentes insospechados, con lo cual el rango de la incertidumbre es grande. Así las soluciones no serán absolutas ni tendrán efectos inmediatos (Eschenhagen, 2007, p. 90).
10
El ambiente como complejidad.
Al ambiente como complejidad o crítica a la visión dominante, plantea
Eschenhagen (2010) que toma distancia frente al objeto/problema, ya que
“considera que el problema ambiental es la expresión de una crisis civilizatoria y
por tanto pone en el centro de la discusión no un objeto o sistema determinado,
sino que primero se pregunta por las bases epistemológicas que posibilitan esas
realidades” (p. 113).
A esta categoría de la complejidad ambiental, la llama Marcos Reigota (1990)
´globalizante´ en la cual no debe confundirse con la tradicional visión sistémica,
pero que plantea la importancia del análisis de los aspectos económicos, políticos
y la llamada tecnociencia. Al plantear la naturaleza y la sociedad como procesos
continuos y mutuamente interdependientes, conduce hacia la construcción de
nuevos niveles de complejidad y diversidad.
Se denomina “complejidad” a los sistemas dinámicos no lineales donde se
comprende que el ambiente tiene como centro fenómenos, sistemas y
comportamientos esencialmente cambiantes, irreversibles y sorpresivos también.
En este sentido, entender el ambiente como complejidad implica reconocer “tres
razones estrechamente relacionadas entre sí: de una parte a nuestra presencia en
el mundo y nuestra acción en sobre el mundo; de otra parte, debido a la existencia
de fenómenos abiertos e indeterminados, inciertos y cambiantes, irreversibles y no
lineales; y finalmente debido al tiempo mismo ya que él es determinante en la
11
complejización creciente de los fenómenos, sistemas y comportamientos”.
(Maldonado, 2011, pag, 16).
En coherencia con esta postura, Eschenhagen (2007) sustenta que el problema
ambiental, no es solo un problema de contaminación o destrucción de la
naturaleza, sino un problema de las formas de conocer y apropiación del
conocimiento (p. 87). Si el ambiente se propone como una crítica a la visión del
mundo actual, plantea la misma autora;
Es porque se supone que existe una relación que se constituye a
través de un conocimiento que legitima y justifica una apropiación
específica de una sociedad del entorno y que ahora critica y pone en
evidencia la insustentabilidad de la visión del mundo actual. (p. 91).
Esto significa que el problema de la basura es el resultado de no reconocer/admitir
lo real complejo, ni el tiempo o ser complejo que no son entendibles ni dominantes
de manera causal/lineal y fragmentada.
METODOLOGÍA
El eje fundamental de la presente investigación es el Hermenéutico -
Interpretativo, planteado por Jürgen Habermas (1990) en su teoría de “los
intereses constitutivos”. En el cual el autor plantea que “es un interés por la
necesidad inexorable de entendimiento, de auto-entendimiento y de comunicación”
(p.308), denominándolo interés práctico. Este tipo de ciencias, desde su interés
12
cognoscitivo tiene como fin sostener la intersubjetividad abierta y no coactiva ni
violenta.
En consecuencia, se hace pertinente dentro de la investigación el camino
hermenéutico – interpretativo porque éste, busca interpretar y comprender los
motivos internos de la acción humana, mediante procesos libres, no
estructurados, sino sistematizados, que tienen su fuente en la filosofía humanista,
y que han facilitado el estudio de los hechos históricos, sociales y
psicológicos del ser humano (Aristizabal, 2008).
La presente investigación se reconoce como cualitativa, ya que pretende la
comprensión de las complejas interrelaciones que se dan en la realidad, se trata
de identificar, en palabras de Martínez M. (2006); “la naturaleza profunda de las
realidades, su estructura dinámica, aquella que da razón plena de su
comportamiento y manifestaciones” (p. 128).
Participantes
Se tomó como universo, escenario la Institución Educativa Patio Bonito (IEPB) del
municipio del Espinal, con una población de aproximadamente 350 estudiantes y
20 docentes, de la cual se toma como muestra el grado 11 con 19 estudiantes.
Con relación al componente ambiental, tiene un recorrido de más de ocho años;
cuenta con un PRAE centrado en el fortalecimiento de la cultura ambiental,
además los estudiantes de todos los niveles deben recibir una asignatura optativa
denominada “Educación Ambiental”. Teniendo en cuenta que el énfasis es
13
académico, cuenta con una articulación con el SENA en el programa “Técnico en
conservación de los recursos naturales”.
Unidad de Análisis y Unidad de Trabajo
De acuerdo a los intereses de la investigación, se tomó como Unidad de Análisis
la categoría Concepciones sobre Ambiente.
La unidad de trabajo fue intencionada, correspondiendo a 19 estudiantes
pertenecientes a undécimo grado de la Institución Educativa Patio Bonito. Los
criterios para la selección son los siguientes:
1). Se escogieron los estudiantes de educación media, específicamente undécimo,
debido a que ya cuentan con un recorrido ambiental, gracias a la formación
recibida en la básica primaria y secundaria, además de la formación en
competencias ciudadanas y científicas.
2). Los estudiantes de 11° deben desarrollar el programa técnico del SENA en
conservación de los recursos naturales, así que se les ha brindado la posibilidad
académica y práctica de relacionarse a profundidad con aspectos como legislación
ambiental, conservación de fauna y flora silvestre, efectos de las agroindustrial
entre otros.
Técnicas e Instrumentos
De acuerdo al carácter cualitativo del presente trabajo, se recurrió en primera
instancia, a dos cuestionarios, entrevista focalizada y observación participante
para determinar la tipología de ambiente que conciben los estudiantes.
14
CONCLUSIONES
Desde lo que se ha construido hasta el momento, la investigación ha dado cuenta
de algunas posturas que toman los estudiantes frente ambiente; teniendo en
cuenta que se aplicó el primer cuestionario en el cual se indagó sobre: 1) ¿Cuáles
consideras que son los problemas ambientales más graves que afectan a nuestro
planeta?; Escoge uno de los problemas que mencionaste y responde: 2) ¿Quiénes
son los principales responsables de esa problemática? 3) ¿Consideras que la
ciencia y la tecnología aportan beneficios y/o perjuicios a dicho problema?
¿Cuáles? 4) ¿Cuáles son las medidas más urgentes que se deberían adoptar? 5)
Señala cómo podríamos contribuir cada uno de nosotros a resolverlos.
De acuerdo a ello, la gran mayoría se enmarca en una visión del ambiente como
“objeto”; centrado en los recursos naturales y los ecosistemas por proteger,
quitándole todo vínculo con la ciencia, la tecnología o la sociedad. Un segundo
grupo de estudiantes, conciben el ambiente como un gran “sistema” en el cual
todo está íntimamente relacionado, pero colocan al hombre como el protagonista
de ese gran andamiaje y justifican algunos problemas ambientales en la necesidad
de satisfacer ciertos requerimientos sociales. Ninguno de los jóvenes admite el
ambiente como “complejidad” pues la mayoría de las soluciones que plantean son
de tipo prohibicionistas y aplicables a un contexto demasiado específico.
Cabe mencionar, que lo anterior es un primer abordaje sobre las posturas que
toman los estudiantes, ya que la aplicación de todos los instrumentos diseñados
podrá dar cuenta de la tipología sobre ambiente con la que ellos se identifican.
15
Después de que se realice la caracterización del ambiente, el siguiente objetivo de
la investigación es diseñar un proceso de enseñanza – aprendizaje (Secuencia
Didáctica) que les permita a los jóvenes avanzar hacia nuevos estadios de
conciencia sobre el papel que tenemos como ciudadanos de responder por el
planeta y las complejas relaciones que en él se construyen.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Amérigo, M. (2009). Concepciones del ser humano y la naturaleza desde el antropocentrismo y el biosferismo. Revista medio ambiente y comportamiento humano, 10 (3), 217-234.
Aristizabal Botero, C. A. (2008). Teoría y metodología de la investigación. Bogotá: Fundación Universitaria Luis Amigo.
Calixto Flores, R. (2010). Medio Ambiente y educación ambiental:
representaciones sociales de los profesores en formación. Magis Revista
Internacional de investigación en educación, 2 (4), 401-414.
Calixto Flores, R. (2013). Investigaciones de las representaciones sociales del
medio ambiente en Brasil y México. Revista Electrónica Actualidades
Investigativas en Educación, 13 (1), 1-20.
Cubillos Quintero, L. F. (2007). La epistemología de las ciencias ambientales:
reflexión desde la “impertinencia” social (pp. 70-78). En Las Ciencias
Ambientales: Una nueva área del conocimiento. Colombia: RCFA.
Daza Rosales, S. F.; Arrieta, J. R.; Ríos Carrascal, O. & Crespo Rojas, C. A.
(2011). Ciencia / Tecnología / Sociedad / Ambiente. Revista CITECSA del
instituto universitario de la paz, 2 (2), 49-58.
De Oliveira, A. L.; Timoyi Obara, A. R. & Aparecida Rodríguez, M. (2007).
Educação ambiental: concepções e prácticas de profesores de ciencias do
ensino fundamental. Revista Electrónica de Enseñanza de las Ciencias, 6 (3),
471-495.
16
Diamond, J. (2006). Colapso, Barcelona: Debate.
Eschenhagen, M. L. (2003). El estado del arte de la educación ambiental y
problemas a los que se está enfrentando. Memorias del II encuentro
metropolitano de educación ambiental en Toluca Mexico. Noviembre de 2013.
Eschenhagen, M. L. (2007). La educación ambiental superior en América Latina: una evaluación de la oferta de posgrados ambientales. Revista theomai. Estudios sobre sociedad y desarrollo, 2 (16), 87-107.
Eschenhagen, M. L. (2010). Los límites de la retórica verde o ¿Por qué después de más de 30 años de esfuerzos no se observan mejoras ambientales sustanciales? Revista Gestión y Ambiente, 13 (1), 111-118.
Escobar, A. (1992) Desarrollo Sostenible. Diálogo de Discursos. En
Integración y Equidad. Bogotá: Tercer Mundo.
González Ladrón de Guevara, F. (2007). Aportes para una caracterización de
las ciencias ambientales (pp. 29-39). En Las Ciencias Ambientales: Una nueva
área del conocimiento. Colombia: RCFA.
Goya, E. M. (2000). Desconstrucción de las representaciones sobre el medio
ambiente y la educación ambiental. Tópicos en Educación Ambiental, 4 (10),
22-36.
Habermas, J. (1990). Conocimiento e interés. Buenos Aires: Taurus.
Jiménez, V. & Otero, J. (2012). Acceso y procesamiento de información sobre problemas científicos con relevancia social: limitaciones en la alfabetización científica de los ciudadanos. Revista CTS, 67-92.
Leff, E. (1994). Ciencias Sociales y Formación Ambiental. Barcelona: Gedisa.
Leff, E. (2006). La complejidad ambiental: del logos científico al diálogo de
saberes. En E. Leff, memoria del III seminario Bienal Internacional Complejidad
(pp. 9-12). La Habana, Cuba.
Maldonado, C. E. (2011). Colección Ciencia y Sociedad: Termodinámica y Complejidad. Ediciones Desde Abajo. Colombia.
Martínez M., Miguel. (2006). La investigación cualitativa (síntesis conceptual). Revista de investigación en psicología, 9 (1), 123-146.
Noguera de Echeverri, A. P. (2007). Emergencia de una episteme-ético-
estética-política que constituye un nuevo concepto de ciencia desde el
17
pensamiento ambiental complejo (pp. 53-69). En Las Ciencias Ambientales:
Una nueva área del conocimiento. Colombia: RCFA.
Novo, M. & Ángeles Murga, M. (2010). Educación ambiental y ciudadanía
planetaria. Revista Eureka, 7 (Nº Extraordinario).
Reigota, M. (1990). Les représentations sociales de l´environnement et les
pratiques pédagogiques quotidiennes des professeurs de Sciences a Sao
Paulo-Brésil. (Tesis de Doctorado). Université Catholique de Louvain, Belgica.
Ulloa, A. (2001). Transformaciones en las investigaciones antropológicas sobre naturaleza, ecología y medio ambiente. Revista Colombiana de Antropología, 37, 188-232.
Vázquez Alonso, A. & Manassero M. A (2013). La comprensión de un aspecto de la naturaleza de ciencia y tecnología. Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias, 10 (N° extraordinario), 630-648.
Vilches, A. & Gil Pérez, D. (2007). Emergencia planetaria: Necesidad de un
planteamiento global. Educatio Siglo XXI, 25, 19-49.
Vilches, A.; Gil Pérez, D.; Toscano, J. C. & Macías, O. (2008). Obstáculos que
pueden estar impidiendo la implicación de la ciudadanía y, en particular, de los
educadores, en la construcción de un futuro sostenible. Formas de superarlos.
Revista CTS, 4 (11), 139-162.
Top Related