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Notas para
estudiar el asilo
diplomtico
meXlcano
en
Argentina,
1974-1982
Silvia Dutrnit Bielous
Profeso ra invitada de b Maes
trl
en Partidos Polticos dd Ce ntro
de
Estudios Avanzados.
ESTUDI
OS
N 1
Enero-Dlciembre
2000
Centro
de
Estudios Avanzados
de
la
Univers
idad Naciona
de C
rdoba
S
bre los procesos de gestacin de las
ltimas dictaduras
en
el
Co no Sur
se
ha escrito de l1unera abundante des
de distintas disciplinas . No
es
menos
cierro que, en
b
med ida
que
los reg
m
enes di
c
t.ltorialcs fuero n d
es
apareciendo, all de su
resolucin en cada caso
,
muchos historiadores y
(ienrisras sociales 3 vuelro sobre aqullos. Y
dio
por variadas razones en t re las cuales no deja
de estar
la
fuerza de
la
expl icacin del presente,
de lo que se vive da a da
y
del futuro a con
s
truir. Como lo Jfirm
el
historiador francs, Jean
Chesneaux: La memoria colectiva,
la
apelacin
a
la hi
storia) actan en ltima instancia respecto
al futuro. 1
El
prop
sitO
de
este artculo
es
delinear
arra
enfoque para conocer efectOs y consecuencias de
la dictadura argentina iniciada en 1976 y tam
bin de su crtico prembulo comprendido
en la
gestin gubernamental de
e
l Pern. Se trata
de un
plUlto
especfico que
es la
conjuncin en
tre
el
derecho de asilo)
la
decisin ue algunos
perst:guidos polticos de buscar refugio en una
embajada y la disposicin de un estado de
poner
en prctica el as ilo diplomtico. Para estO se re
construyen fragmentos de la experiencia diplo
mtica mexicana en Argentina durante aquel
periodo, con algunos momentos centrales del iti
nerario
que
hizo posible
otorgar
pr
oteccin
y
en
donde
aparecen con los
nudos
gordianos
que el
propio caso nacional present . La presentacin
se hace en tres apa rtados. En el primero se
cl as
i
fican distintas Jin1ension
es
del derecho de asilo
y de su pucSt3. en prcticJ, apoyada en documen
tOS
diplo mticos
y
tes
tn
onios,
y
se presentan
las caractersti
cas
en W J perspectiva comparati -
El artculo es
proouao
de una
in
vestigacin so
bre las cxpcrienci ;ls
de
asilo dip lomt ico mexicano en el
Cono
Sur.
I Jean Chesnca ux, Hacemos
t bl
rasa del pasado ?A
propsit iJ
de la
histori } ins
historiadores
4 ed .) \1xico)
Siglo XX I Editores, 1981 p. 25.
4
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Silvia Durrnit Bielous
va de las experiencias de asilo mexicano en el
ono
Sur. En el seg
undo
se recrean
circunstancias de ese asilo diplom
t
ico en
el
caso argentino, basado en
la
remembran-
za de sus protagonistas. En el tercero, y ltimo, se avanza sobre algunas conclusiones
referidas a los alcan
ces
problemas en
la
regulaci
n
del derecho de asilo.
1. Distintas dimens iones del derecho de asilo y de su puesta en prctica y carac-
tersticas en perspectiva comparativa de las experiencias de asilo mexicano en el
ono
Sur.
De
manera frecuente en Amrica Latina miles de individuos se
han
transformado
en perseguidos polticos
por el
slo hecho de tener y defender ideas y creencias dife-
rentes a
la
de los regmenes imperantes en sus respectivos pases. En esas circunstan-
cias han
requerido con urgencia un refugio. Ese requerin1iento conduce a la bsqueda
del asilo.
La hisroria poltica, jurdica diplomtica de la regin exhibe desde
el
siglo pasa-
do
distintos
mamemo
s de discusi
n
y reglamemacin sobre
la
regulaci
n
del asilo. La
finalidad es obvia: la proteccin a los individuos que son afectados directamente por
los regmenes autoritarios
y
dictatoriales de sus pases.
3
La
regulacin busca proteger
a
los
perseguidos polticos
yal
mismo tiempo estipular los der
ec
hos y
las
obligaciones
de los
es
tados que conceden el asilo los que deben reconocerlo para facilitar
la
salida
de quienes obtienen la calificacin de asilados.
4
La firma ratificacin de los convenios especificos ha representado la volwHad de
los gobiernos por generar patiticas de estado que lvalen
tal
legislacin, no obstante}
su regulacin an necesita revisar aspectos que generaran
rula
contradiccin entre
la
filosofa del derecho
su
aplicacin.
La disposicin de poner en prctica
la
polti
ca
de asilo diplomtico hace posible
distinguir) al menos, cuatro niveles interacruantes. Ellos son: 1 el derecho de asilo
como parte de
la
legislacin de
un
estado toda vez que ese estado
es
signatario de la
convencin interamericana,
n) la
percepcin de l crisis de un estado} y por tanto de
la
posible existencia de perseguidos politicos) de los representantes diplomticos acredi-
tados en ese lugar, m) el inters coyullrnral de los estados asilame y territorial en
la
2 El refugio es un lugar inviolable
para
todo perseguido poltico. Y el asilo designa el hecho de
dar refugio a un extranjero expues to en su pas por razones de
raza
o id
eo
lgicas. Vase Edmund
Jan
Osmacryk. Enci
clopedia Mundial de
Relaciones
Internacionales
y Naciones
Unidas.
Espaa. FCE.
1976,
p
102.
La historia de esta regu lacin ha sido asentada en la documentacin de la OEA. natados y
Convenciones Interammcanas. Washington. D.C. y de man era especfica para el caso mexicano en
Senado de la Repblica.
Tratados Ratific
os
Convenws
Ejecutil10s
Celebrados por
MxiC ), Mxico,
D.E
4 Las Convenciones de Caracas
de
1954 (sobre asilo diplomtico y asilo territorial ) avanzaron
en trminos de derechos y obligaciones
de
las partes in volucradas .
42
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Notas
para estudiar e asilo diplomtico mexicano en Argentina, 1974-1982.
~ .
coyuntura especfica tanto para conceder
as
ilo como para brindar la documentacin
necesaria
y
IV e
estilo perso nal del embajador n
otro
diplomtico responsable
de
la
sede de cmo poner en prctica la poltica de asilo
Qu se quiere seialar con
10
anterior?
1
Que
resulta esencial para
t l
estado en tanto
la
posibilidad de considerar
la
aplicacin del derecho de asilo, haberse constituido como signatario de las convencio
nes interamericanas calificadas para el renta y en su caso, haberlas ratificado y tenerlo
tambin aceptado en su propia legislacin.
Por ejemplo Mxico ha nonnado internamente el derecho interamericano de asi-
10.
6
No
se debe olvidar que Mxico ha ratificado las tres convenciones interamericanas
y
que
la
prctica
de
asilo
es
Ufl
precepto
de su
poltica exterior.
Una
rpida revisin de
siglo XX muestra momentos distintivos del asilo
pr
op orcionado por Mxico, como
fueron
e
de Le n Trotsky, en los aos treinta.', pasando por
e
de importante y
significativo contingente de republicanos espaoles
y
de sus familias', en
la
misma
dcada, continuando con los centroamericanos y caribeos (cubanos, haitianos y do
minicanos) hasta e de considerable grupo de conosureos de los aos
setenta
ll Que es importante
la
apreciacin, o
la
percepcin
que,
sobre de
la
crisis poltica
y
su
desenlace, transmiten los diplomticos acreditados en los pases en conflicto a
su
Cancillera. Ello no s lo advierte de las condiciones de la poltica interna sino que
sensibiliza ante la simacin
de
posibles violaciones a los derechos
hwnanos.
Por ejem
plo, en el caso argentino,
la
fuente diplomtica contiene respecto,
al
retorno esperado
de Pern y
al poder
recuperado a destiempo, un documento que seala 10 siguiente.
Este mantenimiento de la jerarqua justicialista pudo inquietar durante algn tiempo
a varios sectores del no peronismo', temerosos de un retorno a los tiempos de la 'dictadu
ra\ aunque parece que ta l prevencin hubiese cambiado en las ltimas semanas, cuando la
5 Estado asilan te es el que otorga la proteccin
y
estado territorial es el que persigue a las
personas.
6Este derecho se establece a partir
e
la
Constitucin Poltica en su artculo 15 y en la Ley
General de Poblacin y su Reglamento.
Es
as que la
...
Ley General de Poblacin (1947) y
su
Ley
Reglamentaria, definen al asilado poltico como aquel ex t
ra
njero que para proteger su libertad o su
vida, de persecuciones polticas en su pas de origen, es autorizado a residir en teritorio nacional
por
el
tiempo que la Secretara de Gobernacin juzgue conveniente atendiendo a las circunstancias
que en cada caso concurran; si el asilado poltico se ausenta del pas perder todo derecho a regre
sa r, cancelndose definitivamente su documentacin migratoria, salvo que haya salido con permiso
expreso de la Secretara (artculo 50, fra
cc
in IV de la Ley y artculo 72 del Reglamento
e
la Ley
General de Poblacin)>>. Tomado de Gmez Robledo, op cit., p. 262.
7Arc
hi
vo Histrico Diplomtico de Relaciones Exteriores Mexicanas (ARDREM), Legajo
En
cuadernado 2258.
8AHDREM LE 1120; LE 1121;
u1 ,diente
31-10
-3
.
9A manera de ejemp lo, entre la larga lista de asi lados por el estado mexicano, figuran Luis
Buiiuel, Jos Gaos, Nico
ls Guilln) Pablo Neruda, Vctor Haya de
la
Torre, Luis Cardoza y Ara
gn, Rigoberta Mench, Horten
cia Bu
ssi de Allende yHctor Cmpora. Confrntese Cecilia Imaz,
op cit. p 47.
43
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Silvia Dutrnit Bielous
escalada
de
Galimberti y Juan Manuel Abal Medilla
o
fue detenida por el propio Pern,
desbaratando un intento
de
radicalizacin del pcronis
mo.
Las conclusiones) frente a ese
episodio, hacen ver que
las
garantas contra la ultraizquicrda radican, no en Cmpora, sino
en
el
mismo Pern. De esta manera,
el
jefe del movimiento ha logrado ser
ob
j
eto
de mira
4
das de esperanza desde
la
derecha del plano polcico argentino. 10
Otro
de los
tanto
s informes a la Cancillera dejan conocer las noticias y considera
ciones
que
se hacan
en
los meses
que
antecedieron al golpe
de
estado.
El
embajador
mexicano da cuenta, al fUlalizar el
ao
1975 de la dificultad para
obtener
informacin
confiable sobre
la situacin politica.
No obstante
)
tuvo
conocllniento
de
una subleva
cin militar
que
busc derrocar al gobierno y
que
ste respondi as:
design al Brigadi
er
Orlando Agosti
par
a substituir al Brigadier Famario ... El Ejrcito
y
la
Armada se mant ienen fieles
al
Gobierno ... Los
insurrcL tos
preconizan
la
ruprura del
orden constitucional , la toma del poder por las tres armas -reservndose la jefatura del
Estado al Comandante General del Ejrcito- y la instauracin de un nuevo orden de fefun
dacin, con sentido nacional y cristiano .
El
jefe del Ejrcito, General Videla,
al
parecer
reflejando tambin
la
opinin de
los
jefes de
la
Armada
y la
Aviacin ,
in
form ayer que
consideraba grave la crisis
y
cue se ... reclamar a las instituciones responsables
y
en
nom-
bre de
los
supremos intereses de
la
Repblica, que acten rpidamente en funcin de las
so
lu
ciones profundas y patriticas que
la
simacin ex ige .. I
Yen el
informe inmediato l go lpe militar, la valoracin de la
coyuntu
ra se comu-
nica
de
esta forma:
La toma del poder por las fuerzas armadas
la
madrugada del 24 de
marLO
de 1976 no
fue una sorpresa casi para nadie. Lo asombroso quizs estuvo en que no hubiera ocurrido
antes y en que
el
gobierno de la seora Pern hubiera logrado mantenerse por ta nto tiempo
en
el
poder ...
A
manera de conclusiones, Seor Secretario, a continuacin gloso
los
princi
pales puntos de esta carta, que pretende reflejar mi opinin personal sobre
la
situacin
acrual de Argentina: a)
El
gobierno de
la
Junta Militar presidido por el Genera l Videla
es
una dictadura
de
derech
a.
Hasta
la
fecha ha actuado con moderacin en
la
represin. No
debe descartarse, sin embargo,
la
posibilidad de que, con el pretexto de acabar con
la
ola de
violencia que ha aumentado ltimamente tanto de
la
derecha como de la izquierda,
el
gobierno militar endurezca su posicin frente a quienes podra considerar como sus oposi
tores, que
se
reclutaran principalmente en
las fila
s de
la
izquierda polti
ca y
en
el
sindicalis
mo, pero tambin entre militantes ms moderados del centro-izquierda y del centro. b) El
nuevo gobierno ejerce control absoluto de
la
situacin
y
1 seguir ejerciendo por un tiem
po indeterminado y probablemente largo.
La
vuelta a una vida constitucional no se avizora
en
el
futuro previsible. c)
El
sistema econmico establecido es del
m
s puro Iiberalismo.
12
lO
AHDR
E1>t, Exp. 111-3214-2 .
orreogr m
de Embamex Argentina a
SRE.
Buenos Aires,
26
de
junio de 1973.
II AHDREM Exp. 111-32 80-9. Telex de Embamex a SRE. Buenos Aires, 20 de diciembre de
1975.
12
AHDRE. -1, Exp. AEMARG, Leg. 91. Exp. 9. nforme de Embamex Argentina a SRE. Buenos
Aires, 5 de abril de 1976.
44
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Notas
para estudiar el asilo diplomtico mexicano en Argentina, 1974-1982.
m) Que la disposicin de
W l
estado a otorgar asilo en un
momento
determinado
puede
deberse
no
slo a
la
conviccin
de
la
necesidad
de proteger dar
refugio a
perseguidos polticos sino tambin a intereses que trascienden la regulacin
sobre
el
derecho de asilo que tienen ms que ver con imponderables de poltica interna, o
tambin,
de
poltica internacional. Respecto a ello es elocuente l testimonio
de
quien
fuera embajador mexicano en Argentina en 1976, Roque Gonzlez Salazar.
Yo
no podra decirle muy concretame
nt
e cua
les
fueron
las
..
las
causas,
l
origen de esta
poltica pero s en l caso concreto
de
Argentina,
de
mi misin ah. Cuando l presidente
Echeverra me llam, para m cra un hecho inusitado
porque
generalmente las instruccio
nes las reciba a travs del canciller, a travs del ministro, pero me llam a mi puesto en
la
Unin Sovitica pues para decirme que haba pensado en algn cambio.
Tal
vez era en
realidad porque necesitaba ese puesto para oua persona pero, en todo caso, tuvo esa genti
leza, esa amabilidad y me lo present de una manera muy digamos, elegante, dicindome
que necesitaba
la
experiencia que yo tena, en un puesto muy importante
COmo
era
Argentina ...
Yo
dije de inmediato que aceptaba ese cambio y ese reto y l me dio instrucci
o-
nes muy concretas con relacin
al
asi l
o.
Tambin para m fue una cuestin inusitada, ex
cepcional, yo no .. nunca recib antes, ni d.espus tampoco, en los otros cargos como emba-
jador, instrucciones muy concretas a ese respecto ni a ningn otro respec to, de los presiden
tes
si no era a travs del canciller. l me dijo: se aproximan momentOS difciles quiz para
la Argentina, queremos que usted recuerde que la poltica nuestra, la poltica de Mxico ha
sido siempre de puertas abiertas y de generosidad, queremos que
la
seora de Pern,
la
seora presidente que haba tomado
ya
posesi6n, usted la convenza que queremos
qu
venga a una reunin importante sobre la mujer , que era, no recuerdo exactamente qu
acontecimiento, pero que l tena un inters especial en que dla, como la nica mujer
presidente
n
Amrica Latina, estuviera presente...
.
Pero yo creo que sobre todo, lo que mueve o lo que mova
al
menos en ese caso al
presidente Echeverra,
al
darme esas instrucciones era, sobre todo, l prestigio que daba a
Mxico l practicar una poltica de ese tipo, de puertas abienas } de generosidad para
los
intelectua
les
...
tal vez, yeso no quisiera entrar a analizarlo porque pues no s los detalles,
tambin por los acontecimiemos del sesenta y ocho aqu en Mxico en los que l presidente
Echcverra haba tenido ... cuando era solo ministro de Gobernacin, alguna participacin,
haba
ral
vez una, un dejo de, de culpa, digamos que querra tal
v z
envanecer, poner
fuera de toda duda que ( ..) esre es un pas abieno, limpio, democrtico, eso
es
lo que
creo. 13
Al
mismo tiempo
es
necesario tener en cuenta que desde
el otro
polo del binomio)
l del estado territorial) se
imponen
intereses, distintas estrategias
que
determinan
suertes diversas tanto para los asilados como para las relaciones entre los estados rnvo
lucrados. Por ejemplo en Chile qued andado en la representacin diplomtica, un
grupo de asilados durante meses esperando los salvoconduClos para parti r hacia Mxico.
Finalmente
una
negociacin comercial permiti
la
resolucin
de
esos casos
la
ruptu
ra
de
relaciones fue el corolario entre Mxico Chile. En Argentina
se
destacan dos
\3 Entrevista realizada al Embajador Roque Gonzlez Salazar, por Silvia Dutrnir, en Mxico,
D.F., mayo-julio de 1998 .
45
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Silvia Durrnit Bielous
aspectos sobre este
pWHO.
Uno tiene que ver con los perseguidos polticos que pidie-
ron asilo antes del
24
de marzo de 1976. Aqu
el
problema era
que el
gobierno cons-
titucional de Isabel Pern
no
acept:.lbJ
que
cxistierJll perseguidos polticos)
por
tan-
to, con excepcin de algWl0S casos,
no
se facilit
la
documentacin. Pero r::unbin
siendo la persecucin dentro de
una
gestin de gobierno cOllstimcional
,
se imponen
dificultades
al
tratar de probJr la
respo l1 sab ilic.iJd
estatal en
el
peligro que corre
l l
vidJ
de una persona. El otro aspecto a destaca r es
la
jcrarquiz.\Cin de los 3s ibdos
el
trminos politicos y
la
decisin de , 31menos, cJ.5tigarlos mcdi:1ntc la negacin de 1 1
documentacin
.
Esto
sucedi de manera ext r
ema
en
la
embaj:.lda
mcxic::lIlJ.
en Al gen -
tilla en donde debieron permanecer por aos tres asilados, convirtiendo la r
cs
idencia
en un W
l
espacio de libertad en condiciones de encierro.
En realidad hay un, un proccdim ienro de costumbre
y
de estilo en las canci lleras
que consiste en los casos difciles llamar desde
la
Cancillera
al
Embajador p:lra consult.ls ..
Es
un expediente al 1ue se recurre con alguna frecuencia cuando
ha
y problemas serios entre
los p:lses. En este caso
fui llamado p.\r:l consult:ls, que en re:l lidad, pues, esas consul
t:l,s
podan haberse desahogado en unas horas, porque no era tampoco mucho lo que IliIba
evolucionado, ni m u ~ o lo que haba lUe informar que no hubicra ya informado yo por
escrito. Pero estando aqu, en Mxico, la Cancillera decidi retenerme, s
in
que volviera yo
a mi sede.
Un
poco con
la
idea, segn crco,
aunque
no nunca se dijo as oriCialmelHe, de
presionar. Tambin para mostrar quiz.. un poco lo del disgusto nuestro de que no cumplie-
ra
el gobierno militar argemino con una prc
ri
c.l
imernacional de derecho de asilo, era una
manera de mostrar tambin que pues , bueno, pues
el gob i
erno
de Mxico poda ir un poco
ms lejos en estos trmites si
los
normales no daban resultados exitosos para lograr
es
te
propsito dd salvoconducto. Y as estuve no recue rdo cundo, pero fueron varios meses
siempre en con tacto obviamente con mi Canci
ll
er a en [Buenos
Aires)>>.14
1\ )
Que la forma y decisin personal de aplicar
el
asilo diplomtico juega Wl rol
s
llSt :Ul
rivo en reducir
la
dista ncia entre la filosofa del derecho de asilo y
la
prctica del
mismo. Sin embargo, en este punto queda mucho por explorar en los casos concrctos
porque hay demasiadas lagunas en la documentacin
como
para conocer
rc.llmcnrc)
por ejemplo, cuntas so licirudes se recibieron) no fueron conced id
as.
Empero, se
debe scabr que para proteger a los perseguidos polticos en el C1SO de Chile) fllc
decisi\ a la presencia del embajador Gonzalo Marrllcz
Corb31.1,
durante I.\s primcrJs
semanas posteriores al golpe de estado
y
p.lra el caso de Uruguay, lo fue tambin 1 \
del embajador Vicente MWliz Arroyo, en un lapso de tiempo de ms de un :lo. La
informacin diplomtica generada en ArgeIlti.na so bre el
por
qu no hubo tUl nmero
importante de solicitudes de asilo,) menos an otorgados} est asentada en los frag-
memos que se transcriben de un info rme del embajador m
ex
icano.
46
El que haya habido pocos as ilados
se
ha deb ido principa lmente, segn creo, a las
razones siguientes: a) inmediatamente despus del golpe militar [ ... ] todas l
as
embajild.ls,
y
en cspecial las que tradicionalmente conceden asilo, fueron sitiadas por
las
fuerzas armadas,
14
In
d
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Notas para estudiar el asilo diplomtico mexicano en Argentina 1974-1982.
para controlar rigurosamente a
la
gente que entraba y saJa de las mismas, y
el sitio
fu
mantenido por
varios das;
b) durante ese lapso fueron detenidas por
las fuerzas armadas la
mayor pane de
la
s
personas con
posibilidad de asilarse que
eran
perseguidas [ ... ) e muchas
embajadas latinoamericanas
y
desde
luego
las de otros continentes tenan instrucc iones
de no conceder asilo; d muchos posibles perseguidos pol ticos escaparon antes, cuahdo el
golpe
era
inminente, o poco despus a refugiarse a otros pases, internndose como turistas
aparentes o ilegalmente.
En nuestra embajada
se
han presentado muchos casos de solicitud
es
de asilo, los cuales
se
han estudiado con el debido cuidado y en su mayora
se
han contestado negativamente.
Se trata sobre
todo
de personas que han sido cesadas de sus puestos dentro de la Adminis-
tracin Pblica O en empresas que por su funcin o estatura han sido intervenidas por el
gobierno militar uni versidades , institutos , sindicaros, empresas de servicios pblicos , etc.).
En
muchos
de
estos casos resulta
obvio
que
la
causa del cese ha
sido
exclusivamente
la
de
la
filiacin poltica del cesado. Se trata a veces de casos muy claros de personas hostilizadas
por ostentar ideas polticas distintas a las del gobierno en el poder, o por considerarlos
enemigos en potencia. Pero en general, no han podido aportar los solicitantes otros indio
cios que lleven a
suponer que
la hostilizacin en su contra va a continuar hasta poner en
peligro su libertad o
su
vida, y
mucho
menos
que
dicho peligro sea inminente. Por lo tanto,
con todo y
lo conmovedores
y lamentables que resultan muchos de esos casos, se ha
tenido
que negar por no reunir todos los requisitos
que se
requieren para conceder asilo.l s
Ahorl
bien, una caracterizacin rpida
de
las experiencias
de
asilo mexicano
en
el
Cono Sur permite con mayor claridad ubicar y dimensionar
lo
sucedido en Argenti
na. De forma que se rompe con una acostumbrada generalizacin en la sinlilitud de
los
rasgos sobresalientes de los golpes de estado de los aos 70 los consecuentes
regmenes dictatoriales
que
se aftrmaron.
Es
suma) se procura con esta argumentacin
y
estoS
datos abrir paso y ofrecer algunas claves a
las
distinciones entre fenmenos
aparentemente similares.
Una primera distincin se da en el nivel de cuando aparece
la
necesidad y
la
disposicin de obtener proteccin diplomtica. En Chile y Argentina los golpes de
estado de 1973 y 1976 respectivamente provocaron una demanda de refugio por
parte de los perseguidos polticos. En Argentina sin embargo
el
requerimiento fue
anterior
al
golpe de estado desde 1974 varias personas buscaron proteccin diplom
tica. Un ejemplo de ello
es el
de Rodolfo y Delia Puiggros. En cambio en Uruguay
las solicitudes comenzaron habiendo transcurrido dos aos del golpe de estado. on
lo anterior se podra decir que en el caso de Argentina
la
urgencia de refugio y
la
demanda comenz durante el gobierno de Mara Estela Martinez de Pern en la
gestin de un gobierno constitucionalmente electo y se prolong hasta avanzado el
ao 1976.
Una segunda distincin est en
el
nmero de asilados. En Chile Uruguay
el
asilo
fue masivo destac el caso chileno como el ms nwneroso. Los nmeros exceden el
millar para los chilenos y unas cuantas centenas para los uruguayos. En cambio en
5 nforme Reglamentario Archivo de la Embajada de Mxico en Argentina (AE -tARG).
Leg.
91.
Exp.
6.
EMB.'V
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Silvia Dutrnit Bielous
Argentina fue con1parativa mente escaso no
mucho ms de
me io centenar
de
perso-
nas, y sobre
todo
si se considera que
26
de
las
que obtuvieron la proteccin diplom-
tica eran integrantes de una sola familia,
la
de Vaca Narvaja.
Una
tercera distincin corresponde a
la
permanencia de los asilados dentro de
las
representaciones diplomticas. O dicho de otra forma,
al
tiempo que transcurri entre
la
comunicacin
al
estado territorial de la calificacin como asilado de
rul
persona y
l
otorgamiento del salvoconducto, o de algn
otro
tipo de
dorumento
que permitie
ra al asilado salir al exterior.
En
Chile y Uruguay los casos extremos de permanencia
dentro de
las
instalaciones diplomticas estuvieron entre 9 meses
y un
ano respectiva-
mente. La mayora e los asilados vivieron semanas y
no
ms de dos o tres meses. En
el
caso argentino, lo que destac fue la permanencia en
la
embajada mexicana
de
tres
asilados por varios aos entre casi 3 aos y 6 aos.
Otras distinciones podran hacerse en el plano de
las
cotidianidades
en
siruacin
de encierro colectivo o casi individual, que caracteriz a los distintos lugares de refn
gio diplomtico. Entindase
por
esto ltimo
la
residencia del embajador, la cancillera
O
el consulado
notro
lngar reconocido para ofrecer asilo. Tambin hay diferencias en
trminos de conformacin gubernamental, partidaria, social y culrural de los asilados.
Empero, para el argumento que se desarrolla en este artculo se jerarquizan
las
prime
ras
cuatro distinciones.
2)
Algunas
circunstancias
de
la experiencia
de
asilo
diplomtico
mexicano
en
Argentina
Tomada la decisin de asilarse
por
iniciativa propia o
por
haber sido persuadido en
tal sentido comienzan las peripecias para
su
concrecin.
Es por
dems obvio que si se
trata
de
perseguidos polticos en situacin de urgencia, en tanto el peligro que estn
corriendo sus vidas, el trmite de solicitar asilo
no
es sencillo. Para ello hay
que
llegar
hasta
las
instalaciones de
las
representaciones diplomticas y sortear
la
vigilancia mili
tar y policial que trataba
de
impedir qne los perseguidos concretaran
su
asilo.
El cmo llegar y el
cmo
entrar fueron entonces
un
dilema para la mayora de los
asilados. Se trat de un nuevo desafo entre las fuerzas represivas de los gobiernos
dictatoriales y los perseguidos. Verdaderos operativos solitarios
O
colectivos debieron
defmirse para cada ingreso. Sin embargo, no todos los casos estn comprendidos en lo
anterior
En
Argentina, especialmente,
hubo
experiencias distintas. Algunas
de
extrema
desesperacin generadas a partir de la necesidad dada
por
advertir la urgencia del
asilo. Por qu? Porque el itinerario requera de pasos rigurosos
de
solicitar, esperar,
entrar y salir de l representacin diplomtica significaban aumentar los riesgos de
perder la libertad cuando no la vida. En este sentido, los siguientes fragmentos de los
testimonios de Gonzalo y Agustn
Vaca
Narvaja ilustran acerca de las historias vividas.
8
7/26/2019 Exilio Mexicano
9/12
Notas para estudiar el asilo diplomtico mexicano en Argentina, 1974-1982.
que marc el quiebre fue el secuestro de mi padre, hicimos rodas las investigacio
nes tratamos de indagar a travs de sus relaciones a ver dnde, si, si haba forma de, de
ubicarlo
y
fue como que
se
lo trag
la
t ierra
e
ll
O?
Y
bueno, posteriormente estuvimos
despus unos das en Crdoba haciendo algunas gestiones, en Buenos Aires con Frondizi
para
ve
r
si l
poda influenciar, digamos, sobre
mi
padre, sobre cmo vea
l la
situacin.
Un
poco en
las
charlas con
l
nos aconsej que nos furamos del pas
el
grupo familia r
porque si no 1105 iban a 'bo]etcar' a todos, como
se
deca en ese entonces. Enronces, eeh,
d igamos en trminos de un grupo fami liar grande como somos nosotros,
es
decir, una
familia de doce hijos, mi hermano mayor estaba preso, ceh, por defender presos polticos
justamente,
l
era, era abogado, digo era porcue despus lo, lo
fusi
laron en
la
crcel. En
tonces decidimos, casi toda la familia, tomar
la
resolucin de irnos del
pas.1
6
Nosotros entramos tres horas antes del
go
lpe del 10 de marzo [24], y
no
entramos a
l embajada sino que entrbamos a la canci llera, porque d (ema de ese momentO era que si
entramos a
la
embajada probablememe no nos, dejaran entrar, pues tenamos noticias
de
que [ .. ] digamos, el golpe estaba ah en, en ciernes y adems de que probablemente l
as
mismas embajadas estuvieran
ya
medias acordonadas
n01
impidiendo por ah una estam
pida masiva de mucha gente.
El
trmite nuestrO comienza [... ]
e
esto, ms que todo se
acuerdan ms mis hermanos mayores. En esa poca [ . .] yo tengo recuerdos bastante sub
jetivos en funcin
e
que [ ... ] no era yo
e los
que organizaban nada porque mi cosa era
ms quedarme que irme, con lo cu
al
estaba ms custodiado por mi familia que, que libre. Y
salimos de
ac
[Crdoba] eeh, nos asilamos el 24, tres horas antes del golpe In01[ ...] y
salimos, unos salieron en avin otros salieron en mnibus, otros salieron en tren para no
despertar demasiadas sospechas de salir todos juntos en un solo medio de transporte [ .. ]
nos ubicamos en distintas casas, algunas de familiares, otras de amigos.
El sistema que tenan en ese momento
mis
hermanos mayores era ver gente
qu
e eran
diputados, senadores, gente de
la VeRI
este, co
mo
por ejemplo [ ...
1
stuvieron con Fron
dizi, estuvieron con Alfons{n,
es
tuvieron con varios { ..
]Y
alguien ms,
qu
e
no
me acuerdo
quin era,
cue
coment que no furamos directamente a
la
embajada porque
no
nos iban a
[ ..1 bamos a ser aceptados y que entrramos a la cancillera que tambin era territorio
mexi
ca
no, que entrramos en distintos grupos, cada uno hacindose, desconocindose del
otro.
o
raro era que, por ah, mis sobrinos (re)
s
conocan, no
se
miraban ,
el
chiquito
tena un ao, de un ao a siete aos tenan m
s
o menos (no? Y cuando entraron todos , ah
s planteamos que estbamos, que nos declaramos asilados.
Claro,
s
arm un despelote brbaro en la en la embajada, el que estaba ah, que no
era el em bajador, no s si era uno de los asesores de la cancillera, nos dijo que no, dijimos
que no nos movamos de ah, que nos sacaran en todo caso [ .. ] nos dijeron que vayamos
por
lo
s cana
les
normales [ ..
1
espus creo que
ll
eg
el
canciller, despus e
todo el
quilom
bo, no nos dejaban
ni
ir
al
bao, este [ ... ] por
lo
cual uno de
mis
hermanos dijo: 'Bueno,
perfecto hacemos todo eso ac era un piso alfombrado (viste? as que [ . .] (ren) inmedia
tamente nos
ll
evaron
al
(ren),
al
bao en grupos pero con mucho miedo,
mu
cho terror y la
verd:ld que no, no, nadie entenda demasiado que es lo que estaba p:lsando, ni lo que iba a
suceder mucho menos.
t { ... ] entonces, ah estuvimos varias horas,
se
dio el golpe, ah noms, inmediatamente
despus de [ .. ]
el
golpe,
ya
aparecieron
es
te [ ... ] militares y policas rodeando la,
la
canci
llera, lo cual gener mucha
ms
incertidumbre [ .. ]
en
ese momento creo [ ..
Jque
apare
ce el
embajador y [ ... ]
l
nos da
el)
digamos,
el
asilo poltico y
el
tema era, cmo
sa
limos de
16 Entrevista a Agustn Vaca Narvaja, por Csar Tcach, en Crdoba, e1S de junio de 1997.
49
7/26/2019 Exilio Mexicano
10/12
Silvia
Dutrnit
Bielous
ah para
la
embajada. Entonces, bueno, de ah salimos en varios coches [ .. ] cada coche con
un funcionario de
la
embajada mexicana, eeh coches oficiales de
la
embajada. Eso tam-
bin fue una [ .. ] porque no sabas en ese
momento
dnde podas llegar a ir
no?
porque
tambin fue una, digamos, una suerte [ .. ] absoluta, te dira. Nos trasladan a la embajada
despus de varias horas de estar ah, nos hacen de comer, nos dieron unos sandwiches [ .]
ten en cuenta que fuimos los primeros asilados de trnsito entre l
gobierno
de Isabel l
de Videla,
de
la dictadura,17
En todo caso existi siempre un punto nodal en la disposicin a facilitar una pro-
teccin que est ntimamente vinculado con la sensibilidad, la valoracin, la percep-
cin de las circunstancias que se estaban viviendo por parte de los funcionarios diplo-
mticos. Sin duda,
un
conjw1to de imponderables pudieron ayudar o entorpecer l
ingreso a las respectivas embajadas y la acrerlitacin misma. Es tambin legalmente
justificable que el asilo es
una
prerrogativa del pas que lo concede, atenindose a la
regulacin establecida para l mismo,
por tanto no
debe ni puede ser una imposi-
cin de persona alguna.
De
modo que se debe insistir en que sobre estas experiencias
de aplicacin del derecho de asilo hay
mucho
que examinar y reflexionar. Otros
son
recuerdos de lo vivido por Hctor Cmpora (h).
Para esto vi, o pas mejor dicho, por alguna sede diplomtica, para ver en qu situa-
cin estaba, y estaban con una enorme custodia, con una gran custodia,
lo
cual hara muy
dificultoso entrar a una de esas sedes diplomticas. Entonces esperamos unos das, y cuan-
do vi
que
la
custodia haba disminuido, nos pusimos en contacto con un amigo para que
hablara con
e
embajador de Mxico y
le
solicitara asilo para mi padre y para m. [El amigo
era
e
periodista brasileo, Flavio Tavares, corresponsal entonces de Exclsior, a quien su
padre, siendo embajador, haba conocido en Mxico].
Lo
concedieron [el asilo] inmediata-
mente, y creo que fue al da siguiente, de esto no estoy seguro, pero fue un 13 de abril de
1976, que nos dijeron que iba a estar abierta, nos mandaron a decir que iba a estar abierto
l portn de la
residencia de embajador,
de la
calle Arcos, desde
las
16 a 16.30 o
17
a
17.30, esto
no
lo tengo muy presente ahora. Y as fue, fuimos en coche, mi padre y yo en
un
coche, yo manejando, mi padre simulando como que lea un diario.
Uno
de los motivos
principales
de
desechar todas
las
otras alternativas, era
e
enorme grado de exposicin p-
blica en que se encontraba mi padre
7/26/2019 Exilio Mexicano
11/12
Notas pata estudiar el asilo diplomtico mexicano en Argentina, 1974 1982.
Fin de abril [de 1976]. y [ ] entonces decid buscar alguna forma de asilo. Mario
Cmpora, sobrino del expresidente me sugiri que fuera a la Embajada de Mxico, yo
tambin haba pensado en
la
Emb
ajada de Mxico
y
entre Mario Cmpo
ra
y
Nilda Garr,
entonces mi mujer, organizaron el, l ingreso, con Roque Gonzlez Salazar, entonces l
embajador de Mxico. Y[ ... ] a la embajada Jlegu[ ... eludiendo diversas [ .. ] pinzas y ade
ms con Nilda Garr
y
con mi hermano Pablo, mi hermano menor [ .. ] me flanquearon el
paso, ingres
y
ah hice
la
formalidad de asuntura de asilo frente al [ .. ] no estaba el emba-
jador en ese momento sino el ministro Roberto
De
Negri [ ...
J
bueno,
y
ah me qued seis
aos
y
fraccin.19
3. Elementos para unas
primeras
conclusiones sobre alcances y problemas
en
la
regulacin del derecho
de
asilo.
Un
elemento, para
el
cual
10
sucedido en Argentina es sobresaliente, hace referen
cia a que aparece ntidamente marcado
el
tema de la diferenciacin entre la legislacin,
la
resolucin
y
la aplicacin de la poltica de asilo. Partiendo del caso concreto mexica
no, y de lo propio del estado asilante, que hist
r
icamente manifiesta Wla disposicin
de poner en prctica la poltica de asilo, parece advertirse que prima pata su resolu
cin la valoracin de
la
coyuntura que realiza el diplomtico in situ El testimonio del
Embajador y los documentos diplomticos son elocuentes en este sentido yen el que,
para otorgar asilo, median intereses de poltica interna e internacional. Sin embargo,
las
caractersticas concretas de la aplicacin del asilo exhiben un involucramiento y
lIDa decisin que corresponde
por
sobre todo al mbito personal del embajador o el
diplomtico que tiene la ms alta responsabilidad en la representacin mexicana. Son
exponemes claros de ello, los embajadores mexicanos en Uruguay y Chile que en
algunos casos resolvieron salir personalmente a buscar perseguidos polticos .
En l
caso argentino, como lo anota Gonzlez Salazar, U na prctica que yo observaba y
que yo segu observando despus tan1bin, en casos de asilo, era pues s, pedir a todos
los que solicitaban asilo, incluyendo al presidente Cmpora, que si llegaban a la Em
bajada [ ... ] que slo en ese caso, yo no poda movilizarme ni ninguno de mis colabo
radores para buscar o traer hasta la Embajada a quien solicitara asilo,
les
conceda
el
asilo.20
Una segunda conclusin tiene que ver con el estado territorial y los candados que
presenta, al menos a dos niveles. Retomando el testin1onio del Embajador Roque
Gonzlez Salazar en que seala que:
Bueno, cuando ocurri
l
golpe
de
estado, haba en
la
Embajada solamente dos, que
llamamos huspedes porque no les haban considerado la categora, l gobierno de la seo
ra
Pern, no cons ideraba
la
categora
de
asilado porque los funcionarios afirmaban que
no
19 Entrevista a Juan Manuel Abal Medilla, por Silvia Durrnit
y
Guadalupe Rodrguez de Ita ,
en Mxico, D.F., Crdoba,
el
12 de marzo de 1997.
20 Entrevista a Roque Gonzlez Salazar, op
cit
51
7/26/2019 Exilio Mexicano
12/12
Silvia
mrnit
Bielous
eran perseguidos polticos del gobierno. ProbabJcmentc no lo fueran, pero haba un grupo
paramilitar importante de derecha,
la
Triple A que actuaba un poco con
la
connivencia de
algunos crcul
os
gubernamentales
y
tambin seguramente con el apoyo
y
la proteccin, o
en todo caso, o casi la complicidad qui
z
de
est S
crculos y tena a su cargo pues
la
tarea un
poco de amenazar, de hostilizar, de presionar ) en ocasiones, de ejecutar o accionar a los
enemigos que consideraban enemigos ms nmables del go i mo 21
Se
puede afirmar que
W1
de los niveles alude a
la
distincin de los gobiernos en
turno. Cuando
se
trara de gobiernos constitucionales ejemplo de
cIJo es
l de
la
presidenta Mara Estela Martnez de Pern)
y
la comwcacin de
la
decisin de asilar,
es
difcil comprobar la persecucin gubernamental adems de que la
siulacin
vuelve
spera
Wla
relacin entre
estados aparentemente cordial. Diferente
es
el
hecho cuando
el
gobierno
es
Wl gobierno de facto. l
otro
nivel atiende a
la
dilacin del compromi-
so en
el
otorgan1iento de los salvoconductos como tambin se desprende del testimo-
nio del Embajador y de
la
afirmacin parca, pero contundente, de Juan Manuel Abal
Medina de que entr a
la
residencia diplomtica
y allJ
pas seis aos.
Una tercera conclusin vincula
la
necesidad del refugio a
la
condicin de que l
perseguido poltico
se
debate entre
la
libertad y
la
prisin, entre
la
vida y
la
muerte. Y
ello lo registra
la
historia no slo
el
caso de los
Vaca
Nal\I aja) tambin en otros casos
en Argentina, y ni que hablar en Chile, en donde perseguidos politicos que procura-
ron
el
asilo fueron asesinados en
la
puerta de la sede diplomtica, mientras en Uru-
guayen
ciramstancias similares fueron desaparecidos. La remembranza y
la
recrea-
cin estas experiencias de asilo manifiesta la tensin existente entre la ftlasofa, que es
la
esencia del derecho de asilo,
y
la reglamentacin que lo hace posible
al
convertir
la
obtencin de asilo en un nuevo desafo por sobreviv
ir.
\ Ibid
52
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