FACULTAD DE MEDICINA Y ODONTOLOGÍAFACULTAD DE MEDICINA Y ODONTOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE CIRUGÍADEPARTAMENTO DE CIRUGÍA
VALORACIÓN DE TÉCNICAS VALORACIÓN DE TÉCNICAS DE LUZDE LUZ
ESTRUCTURADA EN LA DETERMINACIÓN DE ESTRUCTURADA EN LA DETERMINACIÓN DE
DEFORMIDADES DEL RAQUISDEFORMIDADES DEL RAQUIS
M e m o r i a p r e s e n t a d a p o r :M e m o r i a p r e s e n t a d a p o r :
Dª. MARI FE MÍNGUEZ REY
para la obtención del
GRADO de DOCTOR
Valencia, 2002
2
D. MANUEL LAGUÍA GARZARÁN, Profesor Titular de Traumatología del
Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina y Odontología, D. MATEO
BUENDÍA GÓMEZ, Profesor Titular de Fisiología de la Facultad de Medicina y
Odontología y D. ANTONIO MARTÍN BENLLOCH, Profesor Asociado de
Traumatología del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina y
Odontología de la Universitat de València,
CERTIFICAN: Que Dª. MARI FE MÍNGUEZ REY ha realizado, bajo nuestra
dirección, en el Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina y
Odontología de la Universitat de València, la tesis titulada: “VALORACIÓN DE
TÉCNICAS DE LUZ ESTRUCTURADA EN LA DETERMINACIÓN DE
DEFORMIDADES DEL RAQUIS“.
Y para que conste, y a los efectos oportunos, firman el presente documento en
Valencia, a diecinueve de febrero de dos mil dos.
Fdo.: Prof. M. Laguía Garzarán Fdo.: Prof. M. Buendía Gómez
Fdo.: Prof. A. Martín Benlloch
4
Al Profesor Dr. D. Manuel Laguía Garzarán, mi sincero agradecimiento por la
formación recibida bajo su tutela, así como por la dirección y apoyo que me ha ofrecido.
Al Profesor Dr. D. Mateo Buendía Gómez por su dedicación y apoyo en la realización
de esta tesis, así como por su amistad.
A la Profesora Dra. Dña. Rosa Mª Cibrián Ortiz de Anda de quien en todo momento
he recibido su ayuda inestimable y una amistad incondicional.
A la Unidad de Biofísica del Departamento de Fisiología de la Universidad de
Valencia por su colaboración y valiosa ayuda.
A todos mis compañeros del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología y del
Servicio de Rehabilitación del Hospital Clínico Universitario de Valencia, por los años
de trabajo y amistad compartidos, por sus consejos, estímulo y ayuda.
A todas aquellas personas que directa o indirectamente han colaborado en la realización
de este trabajo.
AGRADECIMIENTOS
7
La escoliosis como afección es conocida desde la Prehistoria. Ya en la Edad de
Piedra el hombre reconoció esta deformidad como lo demuestra la presencia de pinturas
rupestres que reproducen la citada patología1. Hipócrates fue el primero en usar el
término “skoliosis” (torcido) para cualquier curvatura de la columna vertebral,
empleando métodos rudimentarios de tratamiento. En 1575, Ambroise Paré mandó a los
armeros forjar corazas de hierro que eran moldeadas para ajustarse al torso de los
enfermos de escoliosis. A partir de entonces no se produjeron progresos importantes
hasta finales del siglo XIX, coincidiendo con el desarrollo de las ciencias morfológicas.
En 1911, Russell Hibs realizó la primera fusión vertebral de una escoliosis, lo que
significó un claro avance en el tratamiento de la misma. En 1954 Bount y Schmidt
diseñaron el corsé de Milwaukee que sigue siendo, en muchos casos, la base del
tratamiento conservador2.
En la actualidad, la escoliosis es una deformidad vertebral muy común y de gran
importancia social. Afecta con más frecuencia a adolescentes, del sexo femenino,
produciendo una deformidad del tronco que puede originar verdaderos problemas
psicológicos y, en los casos graves, también cardiorrespiratorios. Es una enfermedad
potencialmente progresiva que afecta a los niños durante los periodos de crecimiento
rápido y, en la mayoría de los casos, se estabiliza con la madurez esquelética, dejando al
paciente con una deformidad permanente. Esta deformidad, presente en la edad adulta,
puede ser sintomática, debido a la evolución degenerativa que tiene lugar en los
segmentos móviles del raquis. A pesar de los esfuerzos de investigación realizados, la
etiología de la escoliosis sigue siendo desconocida en la mayoría de los casos, por lo
que no es posible prevenir su aparición. De ahí la importancia del diagnóstico precoz de
esta patología, ya que esto nos permite iniciar el tratamiento lo más rápida y
8
eficazmente posible con el objetivo de evitar las complicaciones asociadas a la
evolución de la escoliosis.
1. DEFINICIÓN
La escoliosis consiste en una desviación lateral estructurada del raquis. En realidad
se trata de una deformidad más compleja, en la que se asocia una curvatura o flexión
lateral (en el plano frontal), con una rotación vertebral (en el plano transversal). Ambos
componentes de la deformidad, la flexión lateral y la rotación axial, están ligados de
forma inseparable en la escoliosis estructural. Además suele asociarse con desviaciones
en el plano sagital (cifosis o lordosis).
En un número considerable de individuos el raquis no es completamente recto, por
esta razón, la escoliosis se define como una curvatura lateral de la columna superior a
10º, medida por el método de Cobb en radiografías en bipedestación. La curvatura de la
columna por debajo de este umbral se denomina asimetría o inclinación.
2. EPIDEMIOLOGÍA
En cuanto a la prevalencia de la escoliosis no existe unanimidad en los datos
publicados. Los estudios realizados provienen de dos fuentes diferentes: del análisis de
radiografías de tórax practicadas para la comprobación de algún otro tipo de patología o
de exámenes realizados a la población escolar.
Entre los primeros estudios podemos citar el realizado por Shands y Eisenberg en
19553. Investigaron la incidencia de escoliosis en el estado de Delaware analizando
50.000 radiografías de tórax, encontrando ángulos de Cobb iguales o mayores a 10º en
un 1.9% de los sujetos de más de 14 años. En cambio, si consideraban ángulos de Cobb
de 20º o mayores, la prevalencia era de un 0.5%. Los inconvenientes de este tipo de
9
estudios son el reducido tamaño de las radiografías de tórax, que no incluyen el raquis
completo, y que la técnica radiográfica no es la específica para estudiar la densidad ósea
de la columna vertebral, sino la utilizada habitualmente para ver las partes blandas que
corresponden al parénquima pulmonar.
Por el contrario, los estudios basados en revisiones escolares son más recientes.
Cronis y Russell los iniciaron en el año 1960 en Estados Unidos4. Tienen la ventaja de
permitir un análisis más completo, al obtenerse radiografías adecuadas del raquis, pero
siguen mostrando una gran variabilidad en los datos. Esta dispersión en los resultados
está en relación con el tamaño de la muestra, el sexo y la edad de la población
estudiada, y el método de valoración utilizado. Entre este grupo de estudios cabe
destacar el realizado por Morais y colaboradores5 en 1985 quienes, tomando como
límite inferior para el diagnóstico de escoliosis un ángulo de Cobb de 10º, establecieron
una prevalencia de un 2-4%.
Cuando el estudio se realiza en la población adulta (entre 20 y 90 años) la
prevalencia aumenta considerablemente alcanzando el 8-12%, ya que en este periodo se
incluyen las escoliosis que comenzaron antes de la maduración esquelética, así como
también las que se iniciaron en la edad adulta y senil6.
Por lo tanto, podemos considerar que se trata de una patología de pocos casos
nuevos al año, pero durante muchos años, lo que finalmente constituye un importante
volumen de pacientes.
3. ETIOPATOGENIA
En la obra de Nicolás André, L´Orthopédie (1741), considerada como una pieza
fundamental de la ortopedia ya que en ella apareció por primera vez impresa esta
palabra, su autor refiere que las deformidades vertebrales “no proceden siempre de
10
alteraciones espinales, sino que son debidas a que los músculos de la parte anterior del
cuerpo son demasiado cortos, con lo que la columna vertebral se deforma, de la misma
manera que aumenta el arco de la ballesta cuando la cuerda se acorta”. Esta es una de
las más precoces teorías de la etiopatología de la escoliosis, si bien ya desde tiempos
remotos era conocido que existían deformidades vertebrales no destructivas atribuidas a
defectos posturales. Ambrosio Paré fue un enérgico defensor de la teoría postural, pero
precisa llegar a Percival Pott con su obra sobre la “caries” vertebral para encontrar el
inicio de los estudios modernos de la escoliosis. Fue el “error” de Pott de incluir entre
los afectados por la “caries” a pacientes cuyas lesiones no evolucionaban hacia la
paraplejia lo que hizo de la escoliosis una entidad definida. El análisis de los resultados
conseguidos con métodos conservadores permitió pasar de la sospecha a la convicción
de que existían, cubiertos bajo el mismo diagnóstico de “caries” vertebral, pacientes
cuya deformidad era debida a causas ajenas al proceso destructivo conocido hoy por
mal de Pott7.
En la mayoría de los casos, el mecanismo por el cual tiene lugar la alineación
ondulante de la columna vertebral, sigue siendo desconocido, y como dice Trueta en su
trabajo publicado en 1965, “nuestra ignorancia se halla cubierta pudorosamente por un
manto verbal, al llamar idiopática, es decir, ignorada, a la escoliosis”7.
Recientemente, la búsqueda de la causa de la escoliosis idiopática se ha centrado en
los elementos estructurales del raquis8,9,10, la musculatura espinal11,12, el colágeno13, el
sistema endocrino14, el sistema nervioso central15 y los factores genéticos16,17. Ninguno
de estos estudios han explicado convincentemente las causas de la escoliosis idiopática.
El resultado de estos experimentos realizados en modelos animales y los estudios
clínicos llevados a cabo, han indicado una posible influencia anatómica o funcional en
11
la causa de la escoliosis idiopática, pero en realidad parecen epifenómenos, más que
verdaderas causas de la deformidad.
Más recientemente, Kindsfater y colaboradores18 han llegado a la conclusión de que
el nivel de calmodulina en pacientes esqueléticamente inmaduros con una curva
progresiva es significativamente mayor que en aquellos con curvas estables. Machida y
colaboradores19 observaron una disminución de los niveles nocturnos de melatonina en
adolescentes con curvas progresivas, mientras que aquellos con curvas estables
presentaban unos niveles de melatonina dentro de los límites normales. Otros estudios
realizados en los últimos años20, se han centrado en la búsqueda de un factor genético
que determine la presencia de la curva escoliótica. En resumen, podríamos decir, que la
escoliosis idiopática es debida a un posible defecto en la maduración del sistema
nervioso central, incluyendo sus neurotransmisores y neuromoduladores, secundario a
un defecto genético.
Junto a este gran grupo de escoliosis idiopáticas, existen otras, en las que puede ser
identificado un factor etiológico (traumático, infeccioso...).
4. CLASIFICACIÓN
4.1. ESTRUCTURAL
4.1.1. LATEROFLEXIONES NO ESTRUCTURADAS
Se caracterizan fundamentalmente porque son curvas no progresivas y
flexibles, que desaparecen con los movimientos de inclinación lateral del tronco
y con el decúbito supino. En la exploración radiológica se observa simetría en
los cuerpos vertebrales, no objetivándose rotación de estos. Generalmente, un
12
pequeño acortamiento de una de las extremidades inferiores, o dismetría, puede
ser la causa de la lateroflexión, situándose la convexidad en el lado del miembro
acortado. En estos casos la curva desaparece con la sedestación o al compensar
la dismetría con un alza. Se incluyen también dentro de este grupo, a las
lateroflexiones posturales del adolescente, caracterizadas por tratarse de curvas
ligeras y que desaparecen con el decúbito.
Este tipo de deformidad puede evolucionar excepcionalmente hacia una
escoliosis estructurada y progresiva, que será subsidiaria de tratamiento
específico. Por lo tanto, se debe seguir la evolución de cualquier lateroflexión
del raquis hasta el fin del crecimiento.
4.1.2. LATEROFLEXIONES TRANSITORIAS
Dentro de este grupo se pueden citar, la lateroflexión ciática, producida
por la irritación nerviosa debida a la presión del núcleo pulposo prominente
sobre la raíz nerviosa, la histérica, poco frecuente y de tratamiento psiquiátrico,
y la inflamatoria, por abcesos perirrenales, apenciditis u otros procesos
infecciosos.
4.1.3. ESCOLIOSIS ESTRUCTURADAS
Está caracterizada por la presencia de una prominencia rotacional y fija
que no se corrige totalmente al inclinarse hacia el lado de la convexidad, ni
con el decúbito supino. Por definición pues, se va a observar en este tipo de
escoliosis una pérdida total de la flexibilidad normal. Presenta características
radiográficas importantes que evidencian alteraciones morfológicas y
estructurales de los cuerpos vertebrales (rotación, inclinación lateral y
acuñamiento vertebral secundario).
13
4.2. CLASIFICACIÓN ETIOLÓGICA
Esta clasificación21,22 tiene la ventaja de que las escoliosis incluidas en cada
grupo, presentan características similares desde el punto de vista de la evolución y el
pronóstico de la deformidad. (Tabla 1.1).
I. Idiopática A. Infantil (0 a 3 años) − Resolutiva − Progresiva
B. Juvenil (3 a 10 años) C. Adolescente (más de 10 años)
II. Neuromuscular A. Neuropática 1. Neurona Motora Superior
a) Parálisis cerebral b) Degeneración espinocerebelosa
− Enfermedad de Friedrich − Enfermedad de Charcot-
Marie-Tooth − Enfermedad de Roussy-Lèvy
c) Siringomielia d) Tumor de la médula espinal e) Traumatismo de la médula espinal f) Otras
2. Neurona Motora Inferior a) Poliomielitis b) Otras mielitis viriásicas c) Traumática d) Atrofia muscular espinal
− Werding-Hoffman − Kubelderg-Welander
e) Mielomeningocele 3. Disautonomía (Síndrome de Riley-Day) 4. Otras
B. Miopática 1. Artrogriposis 2. Distrofia Muscular
a) Duchenne (seudohipertrofia) b) Cinturón de los miembros c) Fascioescapulohumeral
3. Desproporción del tipo de fibras 4. Hipotonía congénita 5. Miotonía distrófica 6. Otras
III. Congénita A. Insuficiencia de formación 1. Vértebra en cuña 2. Hemivértebra
B. Falta de segmentación 1. Unilateral (bloque no segementado) 2. Bilateral
C. Mixta
IV. Neurofibromatosis
V. Mesenquimatosas A. Síndrome de Marfan B. Síndrome de Ehlers-Danlos C. Otros
14
VI. Enfermedad reumatoidea VII. Traumatismo A. Fractura
B. Quirúrgico 1. Tras laminectomía 2. Tras toracoplastia
C. Irradiación VIII. Contracturas extravertebrales
A. Después de empiema B. Después de quemaduras
IX. Osteocondrodistrofias A. Enanismo diastrófico B. Mucopolisacaridosis C. Displasia espondilometafisaria D. Displasia epifisaria múltiple E. Otras
X. Infección ósea A. Aguda B. Crónica
XI. Trastornos metabólicos A. Raquitismo B. Osteogénesis imperfecta C. Homocistinuria D. Otros
XII. Relacionada con la articulación lumbosacra
A. Espondilólisis y espondilolistesis B. Anomalías congénitas de la región lumbosacra
XIII. Tumores A. Columna vertebral 1. Osteoma osteoide 2. Histiocitosis X 3. Otras
B. Médula espinal
4.3. CLASIFICACIÓN SEGÚN EL ÁREA ANATÓMICA
Las curvaturas se describen según la localización del área del raquis en donde
está situado el vértice de la curva23 (Tabla 1.2).
Curva Localización del vértice
Cervical C1-C6
Cervicotorácica C7-T1
Torácica T2-T11
Tóracolumbar T12-L1
Lumbar L2-L4
Lumbosacra L5-S1
Tabla 1.1: Clasificación etiológica de las escoliosis
Tabla 1.2: Clasificación según el área anatómica
16
1. INTRODUCCIÓN
La escoliosis idiopática es, de todos los tipos de escoliosis, la más frecuente.
Por definición, su etiología real es hasta el momento desconocida, presentándose,
de forma característica, durante la fase de crecimiento en individuos previamente sanos.
2. CLASIFICACIÓN
2.1. CRONOLÓGICA
Se basa en la edad a la que tiene lugar el diagnóstico de la deformidad. Divide a
las escoliosis idiopáticas en tres grupos, que además de diferenciarse en la edad de
detección, lo hacen en el sexo predominante, la localización más frecuente de la
curva, la evolución y los factores pronósticos.
Esta clasificación de la escoliosis idiopática ha recibido críticas24 porque no
tiene en cuenta la edad real a la cual aparece la deformidad, lo que sería difícil de
establecer, sino la edad en la que se detecta la enfermedad por primera vez.
Divide a las escoliosis idiopáticas en infantil, juvenil y del adolescente. La
escoliosis infantil aparece entre el nacimiento y los tres años, la juvenil entre los 4 y
los 10 años y la del adolescente desde los 10 años hasta la madurez. Aunque ésta es
la definición clásica, se ha propuesto una “reclasificación” de la escoliosis infantil y
juvenil; de aparición temprana, entre el nacimiento y los 5 años, y de aparición
tardía, entre los 5 y los 10 años de edad. Se ha establecido esta distinción porque la
gran deformidad torácica que se observa normalmente en curvas que comienzan
antes de los 5 años de edad, puede provocar cierto compromiso cardiopulmonar. La
función pulmonar disminuye en las curvas superiores a 60º y se produce un cor
17
pulmonale en las curvas pronunciadas. El inicio de la escoliosis después de los 5
años de edad se asocia con un riesgo menor de afectación cardiopulmonar.
A. INFANTIL
Aparece entre el nacimiento y los tres años de edad, es más frecuente en
varones y habitualmente se trata de una curva torácica y convexa a la izquierda.
Wynne-Davies25 observó plagiocefalia en 97 niños en quienes se
desarrollaron curvas en los seis primeros meses de vida. El lado aplanado de la
cabeza estaba localizado en el lado convexo de la curva. Ello le llevó a creer que
los factores etiológicos en la escoliosis idiopática infantil son probablemente
múltiples, con una tendencia genética que se “dispara” o se previene por factores
externos.
Hay dos tipos de escoliosis idiopática infantil: uno progresivo que aumenta
generalmente con rapidez y otro que, al menos en cuanto a su estructura, se
resuelve espontáneamente en unos pocos años, con o sin tratamiento. Este tipo
de resolución sucede en un porcentaje comprendido entre el 70 y el 90% de los
pacientes con escoliosis idiopática infantil. Desgraciadamente, cuando la curva
es de mediana intensidad no existen criterios absolutos para diferenciar los dos
tipos. Mehta26 ideó un método, basado en los ángulos formados entre las
costillas y la vértebra, con el objetivo de distinguir las curvas resolutivas de las
progresivas. Este método será explicado más detalladamente en el apartado
correspondiente a los parámetros radiográficos.
18
B. JUVENIL
Como hemos visto antes, se detecta en individuos entre los 4 y los 10 años.
Afecta por igual a ambos sexos y las curvas que se diagnostican con mayor
frecuencia son torácicas derechas.
En general, tienen poca tendencia a progresar en los primeros años, pero
cuando se acercan a la adolescencia pueden presentar un cambio brusco en su
evolución, por lo que durante esta época, se deben controlar estrechamente.
C. ADOLESCENTE
Es el tipo más frecuente de escoliosis idiopática y se diagnostica en
pacientes desde los diez años (pubertad) hasta la madurez.
Afecta con mayor frecuencia y severidad al sexo femenino (el 80% de los
casos), siendo la localización más habitual de la curva la torácica derecha.
Desde el punto de vista del pronóstico, la deformidad suele progresar hasta
la madurez esquelética, pero puede seguir aumentado después de ésta si se ha
alcanzado los 50º o más.
Es importante realizar un seguimiento del paciente durante el brote de
crecimiento rápido de la adolescencia, pues es entonces cuando las curvas
presentan un mayor riesgo de progresión.
2.2 PATRÓN DE CURVAS
En cuanto a los patrones topográficos de escoliosis idiopáticas, Friedman y
Ponseti27 los agruparon en cinco tipos principales: curva lumbar, curva torácica,
doble curva, curva toracolumbar, curva cervicotorácica y curva torácica doble.
(Tabla 1.3)
19
Curva
Lumbar Curva
Torácica Doble Curva
Curva Toracolumbar
Curva Cervicotorácica
Curva Torácica Doble
Vértebras límite L1-l5
T4 ó T6 a T11ó L2
T5 ó T6 a T10 ó T11
T10 ó T11 a
L3 ó L4
T6 ó T8 a L3 C5 a T4 ó T5 T1 a T5 ó T6 y T6 a T12 ó L1
Vértebras ápex
L2 T8 ó T9 T7 ó T8 y L1 ó L2
T11 ó T12 C7 ó T1
Convexidad 65%
Izquierda Derecha
Torácica Derecha y
Lumbar Izquierda
Derecha Izquierda
Capacidad deformante
En la línea de la cintura
Es la más deformante.
Se puede
asociar con hipocifosis
torácica
Prominencia costal no siempre
relacionada con el
tamaño de la curva o el grado de rotación
Tronco bien alineado
pero acortado
En la línea de la cintura
En el cuello
No suele ser tan deformante
como la torácica pero produce asimetría en el
cuello
De los patrones de curva en la escoliosis idiopática descritos por Ponseti y
Friedman, la torácica derecha es la más frecuente en el adolescente, siendo la
lumbar y toracolumbar las escoliosis más frecuentemente diagnosticadas en los
programas de revisión escolar.
En cuanto al curso evolutivo, las curvas torácicas son las que presentan un peor
pronóstico. Las lumbares y toracolumbares suelen asociar sintomatología en la
edad adulta y las dobles curvas, además de que suelen progresar en la
adolescencia, si son importantes, pueden presentar serias complicaciones.
Tabla 1.3: Patrón de curvas (Ponseti y Friedman,1950 27)
20
2.3 PATRÓN DE ESCOLIOSIS TORÁCICAS: CLASIFICACIÓN DE KING
A pesar de las críticas recibidas28,29, el sistema descrito por King y
colaboradores30 es un método de clasificación de las escoliosis torácicas del
adolescente útil en la planificación preoperatoria de la corrección de la escoliosis.
King describió cinco tipos de curvas (Figura 1.1):
− Tipo I: Curva lumbar mayor y menos flexible que la torácica.
− Tipo II: Curva torácica mayor y menos flexible que la lumbar.
− Tipo III: Curva torácica pura, en la cual, la curva lumbar compensadora
no cruza la línea media.
− Tipo IV: Curva toracolumbar larga.
− Tipo V: Doble curva torácica.
Figura 1.1: Clasificación de King de la escoliosis idiopática. De King y cols 28 , modificada.
21
3. HISTORIA NATURAL
En el presente apartado se realiza una revisión de la evolución y factores pronósticos
de la escoliosis idiopática del adolescente, ya que, como vimos en la clasificación
cronológica de las escoliosis idiopáticas, las de aparición temprana (infantil y juvenil)
presentan una evolución y pronóstico diferentes al grupo que nos ocupa.
La valoración de toda enfermedad se debe basar en la eficacia del tratamiento
aplicado, en relación con la evolución natural de la misma sin éste. Sin embargo, el
conocimiento de la historia natural de la escoliosis sigue siendo un tema controvertido
en la literatura. El principal problema, es la falta de información sobre la evolución de la
enfermedad. Además, los estudios de seguimiento a largo plazo son, en su mayoría,
retrospectivos y presentan los inconvenientes propios de este tipo de trabajos,
especialmente los referidos al abandono de pacientes. Las conclusiones de algunos de
estas revisiones no pueden considerarse significativas debido a problemas en la
selección y el número de pacientes31. Dada la multiplicidad de variables que se deben
considerar en el estudio de la evolución de la escoliosis idiopática, es de suma
importancia, para que los resultados sean válidos, el tipo de formulario, así como el
sistema utilizado en la recogida de datos (entrevista personal, telefónica...). Debido a
todo lo comentado anteriormente, las conclusiones de los trabajos realizados sobre la
evolución de la escoliosis idiopática del adolescente deben ser evaluadas con
precaución.
Según Weinstein32 los conocimientos actuales a cerca de la historia natural de la
escoliosis idiopática del adolescente se encuentran sintetizados en el artículo publicado
por Dickson y colaboradores en 199533. En este trabajo, los autores realizaron el
seguimiento de un grupo de adultos con escoliosis idiopática del adolescente, durante
una media de 5 años después del tratamiento quirúrgico, incluyendo también un total de
22
30 pacientes que habían rechazado la intervención. A los 5 años, los pacientes tratados
quirúrgicamente presentaban una mejor percepción de su aspecto físico, así como de las
actividades físicas y funcionales que realizaban. Lo cuestionable del citado estudio es, si
este pequeño grupo de pacientes adultos que solicitaron la valoración por un especialista
y que rechazaron el tratamiento quirúrgico (indicaciones para cirugía: deformidad
estética, progresión o dolor), pueden ser tomados como referencia para conocer la
historia natural de la escoliosis idiopática del adolescente. A continuación se analizaran
los factores relacionados con la evolución de la enfermedad en el paciente escoliótico:
progresión de la curva, repercusión psicosocial, función pulmonar, dolor de espalda,
embarazo y mortalidad.
3.1 PROGRESIÓN DE LA CURVA
El punto de mayor interés en el paciente esqueléticamente inmaduro es la
progresión de la curva. Muchas decisiones terapéuticas se realizan sobre la base
de un aumento de la curva escoliótica, objetivado o probable.
La mayor parte de la información disponible procede de estudios realizados
en mujeres con curvas torácicas. En estos trabajos se han descrito seis factores
implicados en la progresión de la escoliosis en el paciente esqueléticamente
inmaduro. Cuatro de estos factores dependen del potencial de crecimiento y los
otros dos restantes están relacionados con características propias de la curva
(tipo y magnitud).
23
3.1.1 FACTORES RELACIONADOS CON EL POTENCIAL DE
CRECIMIENTO
• Edad en el momento del diagnóstico: cuanto más joven es el paciente
mayor es la probabilidad de progresión. Se ha pensado durante mucho
tiempo que, cuando el paciente alcanzaba la madurez esquelética, no se
producía una posterior progresión de la curva. Sin embargo, algunos
estudios entre los que destaca el realizado por Duriez34, han demostrado
que las curvas pueden continuar progresando durante toda la vida. En
general, las curvas menores de 30º tienen pocas probabilidades de
aumentar independientemente del tipo. Algunas curvas mayores de 30º, y
especialmente las torácicas de más de 50º, continúan progresando
después de la madurez esquelética.
• Estadio de madurez sexual: en el caso de las mujeres, la aparición de la
menstruación indica un menor riesgo de progresión de la curva.
• El método de Risser35: Este método de valoración de la madurez ósea,
se comentará con detalle en el apartado dedicado a la valoración
radiográfica de la escoliosis. Se trata de una gradación en la maduración
de la epífisis de la cresta iliaca (0-5), siendo peor el pronóstico evolutivo
cuanto menor es en el momento del diagnóstico.
• Cartílago trirradiado de la cadera36: la fusión del cartílago trirradiado
indica un menor riesgo de progresión de la deformidad.
• Talla en sedestación durante un año y medio: la ausencia de
incremento de la talla en sedestación durante el periodo de un año y
medio indica un bajo riesgo de progresión.
24
• Cifosis torácica: otro factor relacionado con la posibilidad de progresión
de la curva escoliótica es la pérdida de la cifosis torácica37. Además, este
hecho es la causa también de una disminución de la función pulmonar y
puede influir en la decisión terapéutica.
• Sexo: Este es uno de los factores pronósticos más controvertido, a pesar
de que, clásicamente, se ha considerado al sexo femenino como un factor
de riesgo negativo38.
3.1.2 FACTORES DEPENDIENTES DE LA CURVA
• Tipo o patrón: Las escoliosis dobles curvas tienen una mayor tendencia
a progresar.
• Severidad: Cuanto mayor es la curva en el momento del diagnóstico,
mayor es el riesgo de progresión.
3.2 EMBARAZO
Aunque se ha implicado a la gestación como un factor de riesgo para la
progresión durante la edad adulta, la mayoría de los estudios muestran que las
curvas que aumentan durante el embarazo lo habían hecho ya anteriormente.
3.3 REPERCUSIÓN PSICOSOCIAL
La escoliosis produce grados variables de alteración estética secundaria a la
deformidad espinal. Los efectos psicosociales de la escoliosis no parecen
manifestarse en la infancia, a menos que la magnitud de la curva sea severa. Sin
embargo, la prominencia costal es a menudo un motivo de inquietud en los
pacientes jóvenes con rotación vertebral importante y prominencia costal de más
25
de 3 cm. Esta misma inquietud la presentan los pacientes intervenidos
quirúrgicamente con una prominencia costal residual.
El impacto psicosocial ha sido ampliamente estudiado, sobre todo en
relación con la actitud terapéutica (tratamiento quirúrgico o conservador). Los
efectos psicosociales de la escoliosis parecen tolerarlos mejor los pacientes de
mediana edad que los “quinceañeros”, aunque algunos adultos con deformidad
moderada o severa pueden sentirse mentalmente dispacitados por la deformidad.
No hay correlación entre la localización, grado y extensión de la curva y
los efectos psicosociales. Algunos pacientes con curvas pequeñas tienen una
repercusión psicológica importante que se manifiesta sobre todo a la hora de
comprar ropa. Sin embargo, es posible encontrar otros pacientes escolióticos con
curvas más severas que han asumido perfectamente su situación.
El incremento de la prominencia costal y de la musculatura paraespinal,
puede asociarse a una ausencia de cambios significativos en el ángulo de Cobb
radiográfico, por lo que este sistema de cuantificación de la escoliosis deja de
valorar la deformidad externa producida por la misma.
Es importante recalcar que la principal preocupación de los adultos con
escoliosis idiopática del adolescente es a menudo estética, siendo ésta la razón
por la que solicitan una consulta quirúrgica. Por lo tanto, los aspectos cosméticos
de la enfermedad constituyen una parte importante del problema para el
paciente.
3.4 RAQUIALGIA
La incidencia de raquialgia en los pacientes con escoliosis es comparable
a la de la población general. SL Wenstein y colaboradores32 realizaron el
seguimiento de 161 pacientes afectos de escoliosis idiopática del adolescente y
26
de 100 individuos, equiparables en edad y sexo, que no presentaban esta
deformidad, durante una media de 40 años. Los pacientes con escoliosis
idiopática del adolescente presentaron raquialgia en un 80% de los casos,
mientras que en el grupo control la frecuencia fue del 86%. La incidencia de
dolor de espalda frecuente o diario fue ligeramente mayor en el grupo con
escoliosis que en el control. Los pacientes con curvas lumbares o
toracolumbares, especialmente aquellos con listesis lateral o translación en el
extremo inferior de la curva, tienden a tener mayor incidencia de dolor de
espalda que aquellos pacientes con otros patrones de curva.
3.5 FUNCIÓN PULMONAR
Los resultados de estudios sobre la función pulmonar39 en pacientes con
escoliosis idiopática del adolescente no tratada han mostrado que sólo en
pacientes con curvas torácicas existe una relación directa entre el descenso de la
función pulmonar y el incremento de la severidad de la curva. La capacidad vital
y el volumen de espiración forzada por minuto decrecen con el incremento de la
severidad de la curva. La misma correlación se aplica a la presión parcial de
oxígeno. En los otros tipos de curvas no se ha observado esta relación entre la
función pulmonar y la severidad de la curva.
El patrón de afectación pulmonar que presentan estos pacientes es
restrictivo. La presencia de una hipocifosis torácica empeora la pérdida de la
función pulmonar con el incremento de la curva. Por lo tanto, curvas de menor
magnitud pero con una hipocifosis significativa pueden causar una disminución
de la función pulmonar mayor de lo que cabría esperar por la magnitud de la
curva.
27
3.6 MORTALIDAD
La tasa de mortalidad de los pacientes con escoliosis idiopática del
adolescente es comparable a la de la población general40. En la escoliosis
idiopática del adolescente únicamente los pacientes con curvas torácicas de más
de 100º tienen riesgo de muerte por cor pulmonale y fallo ventricular derecho.
4. TRATAMIENTO
Como hemos podido ver en el apartado anterior, la escoliosis idiopática
evolucionada puede ocasionar importantes problemas físicos y psicológicos. Por lo
tanto, el objetivo del tratamiento, tanto conservador como quirúrgico, va a ser el evitar
que las deformidades leves o moderadas se conviertan en severas.
Debido a que el propósito de esta tesis es el estudio de una nueva técnica
diagnóstica no invasiva aplicada a la escoliosis idiopática, con una potencial utilidad en
el seguimiento de la deformidad y la valoración del tratamiento, nos vamos a centrar en
las indicaciones terapéuticas de la escoliosis idiopática.
4.1 ESCOLIOSIS IDIOPÁTICA DEL ADOLESCENTE
Se han empleado numerosos métodos en el tratamiento no quirúrgico de la
escoliosis (ejercicios, estimulación eléctrica, ortesis..). La utilización de corsés ha
demostrado su utilidad en pacientes seleccionados adecuadamente. En la actualidad
se puede afirmar que no está indicado el uso de corsés en curvas iguales o menores
de 20º . Los pacientes con curvas entre 20º y 29º pueden precisar el uso de corsé
cuando presentan un grado de Risser de 0-1 y antes de la menarquia. En los
pacientes con Risser de 2-4 y una curva de 20-29º sólo se debe indicar el uso de
corsé cuando se haya comprobado una progresión de la curva de 5º o más. Para los
28
pacientes con curvas entre 30 y 39º se debe indicar el corsé desde la primera visita,
si todavía presentan potencial de crecimiento. Si el sujeto tiene un índice de Risser
de 4 ó 5, no está indicado el uso de corsé.
La ortesis debe diseñarse para que se ajuste a la curva específica del paciente.
Para los sujetos con el ápice de la curva en T8 o en un nivel inferior, puede ser
apropiado un corsé de Boston, por debajo del brazo. Los pacientes con el ápice de la
curva en T7 o más arriba necesitan un corsé de Milwaukee o de Boston por debajo
del brazo, con una superestructura de Milwaukee para controlar la parte superior de
la curva. El corsé se debe mantener hasta que se haya alcanzado la madurez
esquelética. A partir de este momento se puede ir retirando progresivamente en los
siguientes 6 meses.
El tratamiento quirúrgico de la escoliosis idiopática del adolescente comprende
múltiples opciones, de las cuales la más aceptada es la instrumentación vertebral
posterior con artrodesis. En determinados casos, tras la corrección quirúrgica, puede
persistir la prominencia de las costillas y se requiere una toracoplastia parcial para
corregir la deformidad.
4.2 ESCOLIOSIS IDIOPÁTICA JUVENIL O DE INICIO TARDÍO
El grupo de pacientes con este tipo de escoliosis lo constituyen
fundamentalmente niñas con curvas torácicas derechas. El 70% de las curvas en
pacientes con escoliosis juvenil de inicio tardío precisan algún tipo de tratamiento.
La mitad requiere tratamiento quirúrgico y el otro 50% tratamiento ortésico. En este
último caso la ortesis vertebral toracolumbar de Milwaukee es la más utilizada. Con
este tratamiento, se obtienen buenos resultados en curvas menores de 35º y
diferencias del ángulo costovertebral inferiores a 20º. Los pacientes con curvas
29
superiores a los 45º o una diferencia en el ángulo costovertebral mayor de 20º tienen
un pronóstico peor. La progresión de la curva con el corsé no significa que se
requiera una corrección quirúrgica inmediata. El mantenimiento de una ortesis bien
ajustada puede detener la progresión de la curva y favorecer el crecimiento adicional
de la columna antes de llevar a cabo la artrodesis. La cirugía se puede retrasar hasta
que la curva alcance una magnitud de 55-60º.
4.3 ESCOLIOSIS IDIOPÁTICA DE INICIO TEMPRANO
El tratamiento de este tipo de escoliosis puede comenzar con un corsé / yeso
corrector. Cuanto más joven sea el niño al iniciar el tratamiento, mejor será el
pronóstico. En los pacientes en los que la curva progresa de manera continua, a
pesar del tratamiento conservador está justificada la indicación quirúrgica temprana,
con varillas distractoras progresivas de la concavidad y sin artrodesis.
31
1. ENTREVISTA CLÍNICA
Es esencial una anamnesis completa que debe incluir la información
concerniente a la deformidad vertebral, el estado general, la salud, la historia familiar,
la edad y madurez del paciente.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA
En primer lugar se realiza una exploración física general incluyendo una
medición de la talla, en bipedestación y sedestación, y un registro del peso, además de
una exploración neurológica exhaustiva. Después del análisis físico general, se examina
detenidamente la columna y se registran las características de la deformidad. Se usa la
plomada para medir el desequilibrio del tronco con relación a la pelvis. La plomada está
formada por un peso atado a una cuerda. La cuerda se mantiene sobre C7 o sobre la
protuberancia occipital cayendo la plomada sobre el surco interglúteo. La distancia
desde la línea vertical hasta el surco interglúteo se puede medir y expresa una
descompensación lateral de la deformidad, indicativa de pronóstico grave (Figura 1.2).
Figura 1.2: Valoración del desequilibrio del tronco con la plomada
32
Se debe observar también la posible presencia de diferencia de altura de los
hombros, asimetría de escápulas y desequilibrio pélvico. La amplitud de movimiento de
la columna se observa en flexión, extensión e inclinación lateral. Esta última nos da
además una idea de la flexibilidad de la curva.
Una de las pruebas más importantes en la exploración física es el test de Adams2
o prueba de la inclinación hacia delante, que consiste en observar las prominencias que
aparecen sobre la superficie de la espalda al inclinarse el paciente hacia delante, con el
observador situado detrás. Además de detectar la presencia y localización de las gibas,
es posible cuantificarlas mediante el uso del inclinómetro (Figura 1.3)
En la exploración clínica se debe incluir una valoración de las extremidades
inferiores, prestando especial atención a la existencia de posibles dismetrías.
3. MÉTODOS DE VALORACIÓN DE LA DEFORMIDAD
En la tesis presente se estudia un nuevo método no invasivo para el análisis de la
deformidad de la espalda, por lo que este apartado es de suma importancia para
comprender los esfuerzos realizados por los investigadores con el objetivo de valorar la
deformidad escoliótica.
Figura 1.3: Test de Adams
33
El test de la inclinación hacia delante descrito por William Adams en 1864, era
considerado en aquella época el método básico de diagnóstico precoz y valoración de
las curvas intermedias.
La representación y valoración de la deformidad de la superficie de la espalda
es un objetivo tradicional de la práctica médica. En 1885 Wilhelm Schulthess2
construyó un instrumento que encabezó los sistemas de medición hasta que aparecieron
los rayos X. Consistía en la modificación de una herramienta que usaban los escultores
para transferir el diseño en arcilla al bloque de mármol. Mediante este sistema
conseguía representar la deformidad en las tres dimensiones del espacio (Figura 1.4).
Hacia 1920 las técnicas radiográficas permitieron mostrar con claridad
imágenes del raquis, convirtiéndose en el procedimiento rey para la valoración de la
deformidad escoliótica. Sin embargo, como refiere Rang en su libro “The Story of
Orthopaedcis”2, con las técnicas radiográficas la visión tridimensional de la escoliosis
dejó paso a la bidimensional aportada por los rayos X, produciéndose una pérdida
conceptual con el cambio.
Figura 1.4: Representación gráfica de la deformidad con el sistema diseñado por Wilhelm Schulthess en 1885.. De Rang M2, modificada.
34
En 1935, Lippman describió el método de Cobb que usó en un estudio
multicéntrico realizado en 1941. Sin embargo, fue Cobb quien popularizó la técnica
durante un celebrado en 1948. El método de Ferguson, algo más precoz, data de 19202.
Posteriormente, se desarrollaron diferentes sistemas con el objetivo de
cuantificar la deformidad del tronco, y más concretamente su asimetría, en un intento de
caracterizar mejor la deformidad utilizando técnicas no invasivas. Entre estos sistemas,
los más populares son la topografía de Moiré y el sistema ISIS (Integrated Shape
Investigation System)
Después de esta breve introducción histórica, se referirán las principales técnicas
que sirven para obtener información sobre la deformidad escoliótica. Para ello, se va a
seguir la clasificación, en métodos directos e indirectos, utilizada por el Instituto de
Biomecánica de Valencia en su libro sobre Biomecánica del raquis y sistemas de
reparación41.
3.1 MÉTODOS DIRECTOS
Se consideran métodos directos a todas aquellas técnicas que suponen una
interacción directa entre el equipamiento (radiación o captadores) y el sujeto.
3.1.1 RADIOGRAFÍA
Con la ayuda de las radiografías se consigue el diagnóstico de la
etiología y tipo de deformidad vertebral. Esta documentación comporta la
evaluación de las curvaturas en términos de localización, magnitud y
flexibilidad, así como una valoración de la madurez del sujeto.
En la evaluación inicial del paciente escoliótico, se debe realizar una
radiografía de la columna en proyección posteroanterior, con el individuo en
35
bipedestación, y radiografías laterales si se sospecha la presencia de anomalías.
Las radiografías con inclinación del tronco hacia la derecha y la izquierda
valoran la flexibilidad de la curva.
Los pacientes con riesgo de progresión de la escoliosis precisan estudios
de seguimiento radiográfico. Debido a que la dosis de radiación absorbida por el
organismo se acumula durante la vida del paciente, se deben tomar medidas para
minimizar la exposición a las radiaciones ionizantes42. Estas medidas incluyen:
- Exposiciones posteroanteriores en lugar de anteroposteriores
- Mejoras en las técnicas radiográficas con la utilización de
películas de gran sensibilidad y colimación del haz de rayos.
- Diseño de nuevas técnicas no invasivas para el diagnóstico,
valoración y seguimiento de la escoliosis que nos permitan
disminuir el número de exploraciones radiográficas.
A continuación se describirán las principales mediciones radiográficas
utilizadas para la valoración del paciente escoliótico, agrupándolas según su
utilidad clínica.
A. MÉTODOS PARA LA MEDICIÓN DEL VALOR ANGULAR DE LA
FLEXIÓN LATERAL
Los métodos más habituales para la medición de curvas son los descritos
por Cobb y Ferguson. Ambos métodos utilizan una metodología diferente y, por
lo tanto, sus medidas no son comparables.
36
a) Método de Fergusson: este método descrito por Fergusson en 19362
, consiste en trazar líneas desde el centro de las vértebras límite,
superior e inferior, de la curva, al centro de la vértebra apical,
midiendo el ángulo de intersección de las líneas (Figura 1.5).
b) Método de Cobb-Lippman43: es el método recomendado por el
Comité de Terminología de la Sociedad para la Investigación de la
Escoliosis (Scoliosis Research Society). Su reproductibilidad depende
de la correcta determinación de las vértebras que marcan los
extremos superior o inferior de la curva. Las últimas vértebras de los
límites superior e inferior, son aquellas que se inclinan más hacia la
concavidad. En otras palabras, la vértebra que marca el extremo
superior es la última vértebra cuyo borde superior se inclina hacia la
concavidad de la curva que se va medir. La vértebra que marca el
extremo inferior es la última cuyo borde inferior se inclina hacia la
concavidad de la curva. Primero, se trazan líneas horizontales en el
Figura 1.5: Método de Fergusson.
37
borde superior de la vértebra del extremo superior y en el borde
inferior de la vértebra del extremo inferior. Luego se trazan líneas
perpendiculares desde cada una de las líneas horizontales y se miden
los ángulos de intersección (Figura 1.6).
Según el valor del ángulo de Cobb resultante la Scoliosis
Research Society establece 7 grupos formados por intervalos de
ángulos de Cobb (Tabla 1.5).
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Grupo 7
0º-20º 21º-30º 31º-50º 51º-75º 76º-100 101º-125º >125º
Figura 1.6: Método de Cobb-Lippman.
Tabla 1.5: Clasificación en grupos según el ángulo de Cobb de la Scoliosis Research Society
38
A pesar de que el ángulo de Cobb es el más ampliamente
utilizado para caracterizar la curva escoliótica, el método citado no
está exento de inconvenientes:
- El ángulo de Cobb, de forma aislada no proporciona una idea
completa de la deformidad, por lo que es necesario registrar otros
datos como el número de vértebras implicadas, localización de
las vértebras apicales, rotación vertebral de las mismas.
- Como hemos visto antes, un incremento en el ángulo de Cobb de
5º se considera indicativo de progresión de la curva. Esto es así
porque este valor se considera suficiente para eliminar el error,
tanto intrínseco, como extrínseco, en la medición del citado
ángulo. Sin embargo Kehl y Morrissy44 obtienen un error
intraobservadores de 5º a 6º y de 7º a 8º en el error
interobservadores. El error extrínseco producido por la técnica
radiográfica, la posición del paciente y la hora del día, alcanza
valores de 2º a 11º 45 . Por lo tanto, aunque algunos de estos
factores pueden ser controlados, nos obligan a cuestionar la
utilidad del valor de 5º como indicador de progresión.
- Otra limitación del ángulo de Cobb viene dada por la proyección
radiográfica. En las grandes curvas cifoescolióticas la radiografía
anteroposterior estándar no representa la verdadera magnitud de
la curva, ya que la rotación vertebral que la acompaña impone un
39
error de medida. Para evitar este efecto, se recurre a una
proyección en desrotación de la columna vertebral (o plano de
elección de Stagnara)46 (Figura 1.7).
B. MÉTODOS PARA EVALUAR EL GRADO DE ROTACIÓN
VERTEBRAL
Existen numerosos métodos diseñados con el objetivo de medir la rotación
vertebral en el paciente escoliótico, sin embargo no se ha establecido ninguno de
ellos como universal.
Cobb en 1948 describió el primer método consistente en la localización
relativa del extremo de las apófisis espinosas respecto al cuerpo vertebral. Se
trata de un método bastante simple pero muy impreciso, por lo que carece de
utilidad en la práctica médica. A continuación vamos a ver los métodos de uso
más extendido:
Figura 1.7: Proyección para las grandes curvas cifoescolióticas. De Lonstein46, modificada
40
a) Método de Nash y Moe47:
Este método utiliza la sombra de los pedículos para medir la rotación
vertebral clasificándola en cuatro grados (Figura 1.8):
- Grado 0: Las sombras del pedículo son simétricas y equidistantes de
los lados de los cuerpos vertebrales.
- Grado I: La sombra del pedículo se separa del lado del cuerpo
vertebral.
- Grado II: El pedículo se encuentra desplazado hacia la línea media,
localizándose en el segundo tercio.
- Grado III: La sombra del pedículo se encuentra en la línea media del
cuerpo vertebral.
- Grado IV: La sombra del pedículo está más allá del centro del cuerpo
vertebral.
b) Método de Pedriolle-Vidal 46
Los autores de este método diseñaron un torsiómetro (Figura 1.9) con el
objetivo de cuantificar el ángulo de torsión de la vértebra apical.
0 I II III IV
Figura 1.8: Evaluación de la rotación vertebral según el método de Nash y Moe. De Lonstein46, modificada.
41
Figura 1.9: Torsiómetro según Pedriolle
Este instrumento es una regla
que permite medir los grados de
rotación vertebral considerando el
desplazamiento del pedículo del
lado convexo de la curva, tal
como se observa en la radiografía
anteroposterior en bipedestación.
Para realizar la medición (Figura 1.10), se
marca en la radiografía el eje mayor del pedículo
de la convexidad y los bordes laterales del cuerpo
vertebral. Posteriormente se coloca el torsiómetro
sobre la placa, haciendo coincidir los bordes
laterales de la vértebra con los márgenes externos
del mismo. El ángulo de rotación se corresponde
con la medida indicada por la línea del
torsiómetro que coincida con el eje mayor del
pedículo, trazado sobre la radiografía. El ángulo
de torsión es el ángulo de rotación de la vértebra
apical.
Figura 1.10: Método de Pedriolle de medición de
la rotación vertebral
42
La medición de la rotación vertebral a partir de la radiografía estándar
continúa suponiendo un problema en la actualidad por las siguientes razones:
- La exactitud de las medidas de la rotación vertebral a partir de la
radiografía posteroanterior depende también de la geometría vertebral.
- La estimación de la rotación vertebral es muy sensible a errores en la
localización de los pedículos y el centro del cuerpo vertebral.
C. MEDICIÓN DEL ÁNGULO COSTOVERTEBRAL O ÁNGULO DE
MEHTA26
El ángulo costo-vertebral (ACV) se mide trazando una línea
perpendicular al centro del cuerpo vertebral y otra por el centro del cuello
y la cabeza de la correspondiente costilla. El ángulo formado por la
intersección de estas líneas es el ACV. La diferencia de ángulo
costovertebral (DACV) es la diferencia entre los valores de los ACV de
los lados cóncavo y convexo de la curva (Figura 1.11).
Mehta observó que la DACV era constantemente mayor en las
escoliosis idiopáticas infantiles progresivas, estableciendo que una
DACV inicial de 20º o más es indicativo de progresión mientras no se
demuestre lo contrario.
Figura 1.11: Medición del ángulo costovertrebral o ángulo de Mehta. De Lonstein46, modificada
43
D. VALORACIÓN DEL POTENCIAL DE CRECIMIENTO
Se presenta el método de Risser35 porque por su sencillez, es el que ha sido
más ampliamente utilizado.
El citado método se basa en la osificación progresiva de la epífisis de la
cresta iliaca que comienza lateralmente en la espina iliaca antero-superior y se
desarrolla en dirección postero-medial hacia la espina iliaca postero-inferior.
Si dividimos la cresta iliaca en 4 partes iguales, podemos distinguir 6 fases
de madurez (Figura 1.12)
Risser 0: El desarrollo de la epífisis ilíaca todavía no ha comenzado.
Risser 1: Desarrollo del 25%.
Risser 2: Desarrollo del 50%.
Risser 3: Desarrollo del 75%.
Risser 4: Desarrollo completo
Risser 5: Fusión del iliaco.
Se considerará una curva como adulta cuando el Risser es de 4,en el caso
de las mujeres, y de 5, en los hombres.
3.1.2 TAC
En la tomografía axial computerizada son escaneadas con rayos X,
superficies de pequeño espesor, transversales al eje longitudinal del segmento.
Se ha utilizado para el estudio de malformaciones vertebrales, y también para la
determinación de la rotación vertebral y las deformidades de la caja torácica. Es
una técnica muy precisa, cara y en estudios evolutivos de la escoliosis,
representaría una irradiación excesiva para los pacientes.
Figura 1.12: Método de Risser. De Lonstein46, modificada
1
2 3 4
5
44
3.1.3 RMN
Esta técnica presenta una serie de ventajas e inconvenientes que la hacen útil
solamente en determinados casos.
I. Ventajas:
- El paciente no es expuesto a radiaciones ionizantes
- Se trata de una técnica no invasiva.
- Ofrece una excelente identificación de las partes blandas
II. Inconvenientes:
- Supone un coste elevado
- La presencia de metales dificulta la realización de la técnica
- No se visualizan netamente las estructuras óseas.
III. Indicaciones: El uso de la RMN estaría indicado en pacientes en los que
se detectan anomalías estructurales en la radiografía simple, escoliosis de
inicio temprano, progresión rápida de la magnitud de la curva, signos y
síntomas neurológicos, síndromes asociados y curvas torácica o
toracolumbar con ápice izquierdo.
3.2 MÉTODOS INDIRECTOS
Dentro de este apartado se introducen un conjunto de técnicas cuya
característica fundamental es la inocuidad, haciendo hincapié únicamente en
aquellas que utilizan una imagen, en este caso, de la morfología de la espalda para
obtener la información deseada (técnicas ópticas)
En los últimos 20 años se ha observado un desarrollo de los métodos
indirectos, sobre todo en el ámbito del diagnóstico precoz, aunque también en la
45
valoración inicial de la deformidad de la superficie de la espalda y el seguimiento de
la misma durante el tratamiento. Este desarrollo se debe fundamentalmente al
objetivo de disminuir el número de exploraciones radiográficas que se realizan a los
pacientes para el diagnóstico y seguimiento de la escoliosis48,49 y al interés por
caracterizar correctamente una deformidad que tiene lugar en los tres planos del
espacio y que clásicamente viene definida por el ángulo de Cobb, medido en la
radiografía posteroanterior50. Además de esto, no se debe olvidar que la escoliosis es
una deformidad del raquis que se manifiesta externamente en la forma de la espalda
y que, precisamente esta deformidad estética, es una de las mayores preocupaciones
del paciente escoliótico. Debido a que la deformidad externa no depende
exclusivamente del ángulo de Cobb, y por lo tanto, éste no es un buen calibrador de
la misma, se intenta, mediante la búsqueda de parámetros superficiales, encontrar un
sistema para valorar la deformidad estética y su evolución con el tratamiento.
3.2.1 TOPOGRAFÍA DE MOIRÉ
Esta técnica de visualización de formas superficiales se basa en un
fenómeno de interferencia producido por las sombras que una malla proyecta
sobre la superficie del objeto estudiado, cuando son vistas a través de esa misma
malla. Si ésta es lo suficientemente tenue, pasa inadvertida al observador y lo
que se hace evidente son unas franjas que tienen un aspecto similar al muaré.
Esta técnica no es novedosa, ya que constituye una modificación de un
método utilizado en industria para registrar deformaciones de una pieza
sometida a diversas cargas mecánicas.
46
En 1970, Takasaki51 utilizó las sombras de Moiré para estudiar la forma
del cuerpo humano.
Esta técnica topográfica presenta la ventaja de ser inocua, pero carece
prácticamente de utilidad clínica debido a una serie de problemas:
- Dificultad para conseguir una sombra nítida.
- Imposibilidad de distinguir la altura absoluta de dos curvas de nivel si
estas no están continuas.
- El posicionamiento del paciente constituye una fuente de error.
- Dificultad de desarrollo de procedimientos automáticos de adquisición
de datos a partir de los topogramas.
3.2.2 SISTEMAS DE VÍDEO (FOTOGRAMETRÍA)
En los procesos escolióticos se puede observar una relación entre la
asimetría postural que adopta el paciente en estado relajado y el grado de
deformidad de la columna. Se utiliza para ello un número variable de
marcadores a fin de identificar puntos anatómicos, a partir de los cuales se
pretende conocer distancias o ver su variación ante el movimiento. El tipo de
marcadores depende del sistema utilizado: reflectantes (sistema de fotogrametría
vídeo IBV; ExpertVisión; Peak Video Motion Measurement systems; VICON
(Elite Motion Analyser), cromáticos (Videomex X), campos magnéticos (Dao el
al, 97), y activos mediante emisores de luz infrarroja (Selspot II Cameras y
MULTILab; WATSMART).
La utilidad de estas técnicas se encuentra fundamentalmente en el
análisis bidimensional y tridimensional del movimiento del tronco.
47
3.2.3 SISTEMA ISIS (INTEGRATED SHAPE INVESTIGATION
SYSTEM)
En este sistema se combinan la técnica de vídeofotogrametría (sistema
VICON) y la digitalización de imágenes de Moiré. Un escáner, compuesto por
un proyector giratorio que produce un plano de luz, es deflectado por un espejo
y una cámara de televisión que se mueve solidariamente con el proyector, de
forma que el sistema, va recorriendo la espalda del paciente. La línea que se
forma al ir avanzando el haz de luz sobre la superficie de la piel es registrada en
el ordenador. El paciente permanece en bipedestación con marcadores sobre las
diferentes apófisis espinosas de las vértebras de la columna. El análisis de la
superficie se hace a partir de las curvas transversales de la superficie de la
espalda que pasan por esos marcadores.
Uno de los principales objetivos en el desarrollo del sistema ISIS fue
encontrar algún parámetro derivado de la técnica que fuese directamente
comparable con las medidas clínicas convencionales. El ángulo de Cobb es la
medida más utilizada en la práctica clínica para la valoración de la escoliosis con
radiografías y la asimetría lateral es el parámetro que el sistema ISIS utiliza para
aproximarse al Cobb lo más posible. Turner-Smith y colaboradores52 idearon un
sistema para localizar el centro de la vértebra a partir de la palpación de la
apófisis espinosa y la rotación en la superficie de la piel con el objetivo de
localizar la línea de la columna a partir de la superficie de la espalda. Esta
presunción presenta los siguientes inconvenientes:
- Se trata de una simplificación de la realidad, ya que la relación entre la
rotación vertebral y la producida en la superficie de la piel no ha sido
48
establecida y además, los cuerpos vertebrales en un raquis escoliótico están
a menudo deformados.
- Depende de la buena colocación del marcador por el especialista, lo cual no
es tarea fácil en el paciente escoliótico y constituye una fuente de error.
3.2.4 LUZ ESTRUCTURADA (RASTER-STEREOPHOTOGRAPHY)
Esta técnica se basa en la proyección sobre la espalda del paciente, de un
sistema de luz codificada, con el objeto de conocer las posiciones en 3D de un
conjunto de puntos de la superficie a estudio y realizar su reconstrucción por
interpolación.
Muchos problemas de robótica53 y medicina 54 se han resuelto
satisfactoriamente, desde le punto de vista de la iluminación, mediante patrones
estructurados.
El primer planteamiento propuesto de esta técnica fue el de iluminar la
escena con un haz de luz, de forma que a partir del aspecto de la proyección del
haz sobre los objetos de la escena se pudiera inferir la forma de su superficie.
Así, Agin y colaboradores55 describen el uso de un proyector de haz plano sobre
la escena. La imagen de la proyección del haz sobre los objetos presentes en ella
es registrada y analizada. El haz va siendo desplazado mediante el uso de un
espejo giratorio, de modo que va barriendo la escena. No obstante, el proceso es
tedioso y sujeto a las imprecisiones mecánicas del movimiento del espejo. Para
acelerarlo, se propuso la proyección simultánea de múltiples franjas luminosas,
aunque esto dificultaba la identificación de la correspondencia entre la franja
detectada en la imagen y su posición en la trama proyectada (indexado). Si por
el contrario, el patrón proyectado es una cuadrícula, la indexación recae sobre
49
los nodos de la red buscando su correspondencia en coordenadas sobre la
cuadrícula proyectada. Cuando el problema de la indexación se resuelve, la
profundidad en los puntos de la escena iluminada puede calcularse por
triangulación.
El objetivo fundamental de esta tesis es la aplicación de la luz
estructurada al estudio de las deformidades del raquis y, en concreto, de la
escoliosis idiopática. Por esta razón el dispositivo experimental se explicará en
el capítulo de material y métodos.
51
1. INTRODUCCIÓN
Los programas de detección precoz en la escoliosis han sido practicados en Estados
Unidos durante más de 30 años. Sin embargo, al igual que otros programas de screening
no han escapado a la controversia a cerca de su validez. Numerosos artículos han
llegado a la conclusión de que tales programas son dignos de consideración, al mismo
tiempo que otros afirman lo contrario. Esto se puede explicar por la aplicación de
metodologías diferentes en la realización de los artículos por parte de los autores.
La “British Orthopaedic Association” y la “British Scoliosis Society”, en 1983, no
recomendaron la detección precoz de la escoliosis. Sin embargo, en 1984 la “American
Academy of Orthopaedic Surgeons” implantó la detección precoz de la escoliosis en
cada colegio de Estados Unidos. En 1992 publicaron un documento confirmando su
postura. Los “Preventive Services Task Force” han revisado las técnicas de screening y
han llegado a la conclusión de que no existe evidencia para recomendar el programa de
detección precoz de la escoliosis en los controles periódicos, pero tampoco existen
razones para excluirlo y por lo tanto, no puede desaconsejarse la inspección de la
espalda en los controles de salud56.
2. DEFINICIÓN DE SCREENING O DETECCIÓN PRECOZ
El screening se define como la presunta identificación de una enfermedad o defecto
por la aplicación de exámenes o pruebas que pueden ser realizados rápidamente. Por lo
tanto, los tests de screening tienen como objetivo diferenciar los individuos sanos de los
que probablemente tienen la enfermedad. No intentan ser pruebas diagnósticas, ya que
los casos con hallazgos sospechosos serán remitidos a su médico para confirmar el
diagnóstico e iniciar el tratamiento. Un grupo de los pacientes testados como
52
patológicos se remitirá para estudio y posteriormente se determinará que son individuos
sanos (falsos positivos), y otro grupo, más o menos importante, será detectado como no
patológico cuando realmente presenta la enfermedad (falso negativo). Esta última
situación es la menos deseable y los programas de screening tienen en general más
falsos positivos que negativos.
3. ANÁLISIS DEL SCREENING EN LA ESCOLIOSIS
En el análisis de un programa de detección precoz es necesario considerar cinco
elementos: conocimientos acerca de la enfermedad estudiada, validez y aceptación del
programa de screening, diagnóstico y tratamiento, coste y ética.
3.1 CONOCIMIENTOS SOBRE LA ENFERMEDAD
A cerca de la enfermedad a estudiar, en este caso la escoliosis, es necesario
plantearse si se conocen las respuestas a las siguientes cuestiones:
a) ¿En qué momento una curva escoliótica puede considerarse como un
problema de salud?
En la actualidad, esta pregunta es de difícil respuesta. Por consenso, se define
esta patología como la presencia de una curva mayor de 10º en la radiografía
posteroanterior. Sin embargo, esto es muy cuestionable como definición de
enfermedad grave, puesto que en muchos casos curvas pequeñas, con ángulo de
Cobb entre 10º y 30º, no progresan, permanecen asintomáticas y no requieren
tratamiento. Por lo tanto, con un parámetro perfectamente estudiado como es el
ángulo de Cobb, es difícil determinar qué pacientes van a presentar una evolución
desfavorable de su enfermedad, debido a una falta de conocimientos a cerca de la
historia natural de escoliosis.
53
b) ¿Ha sido determinado cuál es el “valor límite” para considerar un test de
screening como positivo?
En el momento actual, se está utilizando el test de Adams en los programas de
detección precoz de la escoliosis y se está considerando positivo a todo paciente con
asimetría de espalda, dando lugar a un elevado número de falsos positivos.
El escoliómetro introducido por Bunnell es utilizado con el propósito de
perfeccionar el test de Adams. El objetivo de este instrumento es cuantificar el
ángulo de rotación del tronco. Su efectividad para evaluar la asimetría del tronco ha
sido objeto de muchos artículos. Grossman y col.57 observaron que el escoliómetro
detecta rotación en niños en los que el test de Adams había sido negativo. Sin
embargo esta detección de la mínima asimetría es más un problema que un objetivo
del screening. Bunnell cambió su recomendación inicial, de valor de referencia de 5º
a 7º, en un esfuerzo por disminuir el número de falsos positivos. El precio por
realizar este cambio fue un aumento en el número de falsos negativos.
3.2.ACEPTACIÓN Y VALIDEZ DE LOS TESTS DE DETECCIÓN PRECOZ
3.2.1. ACEPTACIÓN
Es evidente que para que un programa de screening sea aplicable, debe ser
aceptado por la población a estudio, para lo cual es fundamental que las pruebas
utilizadas sean técnicas no invasivas.
3.2.2. VALIDEZ
Otro requisito importante de un test de screening es que debe ser válido. Es
decir, que debe diferenciar razonablemente bien los casos sanos de los
patológicos. Para determinar la validez de un test se utilizan tres parámetros:
54
- Sensibilidad: Capacidad para detectar los casos patológicos.
- Especificidad: Facultad para identificar correctamente los individuos sanos.
- Valor predictivo
I. Test de Adams
En el momento actual, es el test más ampliamente utilizado en los
programas de detección precoz. El resultado de esta prueba depende de la
asimetría de la espalda cuando ésta es observada desde atrás, mientras el
paciente flexiona el tronco hacia delante. Sin embargo, y a pesar de su
popularidad, no está exento de inconvenientes. Entre otros, se ha demostrado
que el grado de rotación costal que produce la asimetría no siempre está
correlacionado con el grado de escoliosis. Además, es frecuente observar
asimetrías en la espalda de niños en edades escolares sin escoliosis. Estas
observaciones nos orientan a cerca del problema que representa el uso del
test de Adams en los programas de screening.
a. Sensibilidad y especificidad
Viviani y colaboradores58 estudiaron la sensibilidad, especificidad
y el valor predictivo del test de Adams. Estos autores encontraron
una sensibilidad del 73,9% y una especificidad del 77,8% para curvas
mayores de 10º, siendo la sensibilidad del 100% y la especificidad
del 91% en las curvas de más de 20º.
b. Valor predictivo positivo.
Sin embargo, no es suficiente conocer la sensibilidad y la
especificidad de un test para conocer su utilidad, lo realmente
importante es el valor predictivo positivo, es decir, la frecuencia con
55
la cual un resultado positivo significa enfermedad. Este concepto está
estrechamente relacionado con la prevalencia de la patología en la
población estudiada, ya que cuanto menor sea ésta, mayor será el
número de falsos positivos. La prevalencia de la escoliosis en la
población testada es del 2-4% para curvas de 10º o más y es todavía
menor si tenemos en cuenta curvas de 20º,30º ó 40º. Williams calculó
que si la especificidad y la sensibilidad de un test de detección precoz
de la escoliosis fuera del 90%, objetivo no alcanzado con los
actuales, por cada niño que tuviera escoliosis serían remitidos para
estudio 6 sin enfermedad.
Viviani y colaboradores58 llegaron a la conclusión de que si
consideramos la prevalencia de la escoliosis como 4%, el 12,4% del
total de casos referidos para estudio presentaría una escoliosis de 10º
o más. El resultado de este bajo valor predictivo positivo es el
elevado número de niños remitidos para valoración sin escoliosis.
Lonstein59 afirma que del 3,4% de los niños examinados con el test
de Adams y remitidos para confirmar el diagnóstico de sospecha,
únicamente el 1,2% presentan curvas de 5º o más. En su revisión
Morais3 halló que, del total de casos testados como patológicos en el
test de Adams, el 42,8% presentaban una escoliosis idiopática, el
37% eran individuos sanos y el resto sufrían otras patologías.
Además, el 58,2% de las curvas detectadas fueron menores de 10º.
56
II. Escoliómetro
El escoliómetro introducido por Bunnell es un instrumento desarrollado
para perfeccionar el test de Adams. Su objetivo es identificar y cuantificar,
mediante el “ángulo de rotación del tronco”, la asimetría observada en el test
de Adams.
a. Sensibilidad, especificidad y valor predictivo positivo.
Cote y colaboradores60 estudian estos tres parámetros,
comparando el escoliómetros con el test de Adams. Concluyen que el
test de Adams es más sensible que el escoliómetro. Sin embargo, éste
es más específico, dado lugar a una baja proporción de falsos
positivos. Por lo tanto, el valor predictivo positivo del escoliómetro
es superior al del test de Adams.
3.3.DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
3.3.1. DIAGNÓSTICO
En el momento actual el test de Adams y el escoliómetro no aportan
suficiente información y fiabilidad como para prescindir del uso de la
radiografía en todos los casos con hallazgos físicos. Por lo tanto, el 89% de los
niños detectados como positivos serán sometidos a una exploración
radiográfica61
3.3.2. TRATAMIENTO
Según algunos autores61, con las técnicas de screening actuales el
porcentaje de pacientes remitidos para estudio que precisarán tratamiento es del
0,14% al 0,041%. Es decir, que de los pacientes estudiados tras el screening, un
pequeño porcentaje precisará un tratamiento específico y el resto únicamente
57
requerirá controles periódicos o serán considerados como no patológicos, siendo
dados de alta.
3.4.COSTE
El coste del screening, diagnóstico y tratamiento debe ser razonable, cuando se
compara con el coste del tratamiento aplicado cuando es diagnosticada la patología
de forma habitual. En el momento actual, se carece de datos fiables y los costes
varían considerablemente de unos artículos a otros dependiendo de los factores
incluidos como gastos.
3.5.ÉTICA
Evidentemente el programa de screening no debe ser perjudicial para el grupo
de población estudiada. Sin embargo, este concepto no es tan simple y se deben
tener en cuenta las siguientes consideraciones. En el contrato médico habitual, el
paciente acude al médico porque presenta un problema de salud. Sin embargo
cuando se trata de un test de screening, el paciente, que en ese momento carece de
sintomatología, no es el que acude al médico sino al revés. Tras realizársele el test
de detección precoz, se le informa sobre de la probabilidad de padecer o no una
determinada enfermedad. Si son verdaderos positivos, recibirán el tratamiento
indicado en cada caso. Si son falsos positivos, sufrirán un perjuicio, debido a la
ansiedad que les puede haber provocado la sospecha de padecer una enfermedad. Si
son falsos negativos, también sufrirán un perjuicio, porque tendrán una falsa
sensación de seguridad sobre el buen estado de su salud que puede producir un
retraso en el diagnóstico. Por lo tanto, las pruebas de detección precoz deben ser
valoradas cuidadosamente, desde el punto de vista ético, antes de ser aplicados.
59
Como se ha visto en la introducción, la escoliosis es una deformidad vertebral
frecuente y de gran importancia social. Afecta con más frecuencia a adolescentes del
sexo femenino, produciendo una deformidad del tronco que puede originar verdaderos
problemas psicológicos y, en los casos graves, también cardiorrespiratorios. Es una
enfermedad potencialmente progresiva, que afecta a los niños durante la fase de
crecimiento rápido y suele estabilizarse con la madurez ósea. A pesar de los esfuerzos
realizados, la etiología de la escoliosis sigue siendo desconocida en la mayoría de los
casos, por lo que no es posible prevenir su aparición. De ahí la importancia del
diagnóstico precoz de esta patología, ya que esto nos permite iniciar el tratamiento lo
más rápida y eficazmente posible, con el objetivo de evitar las complicaciones asociadas
a la evolución de la escoliosis.
En los últimos años, se ha observado un desarrollo de los métodos indirectos,
aplicados al estudio de las deformidades del raquis y, fundamentalmente, de la
escoliosis. Esto es debido a varias razones. Por un lado, al interés por disminuir el
número de exploraciones radiográficas necesarias para el diagnóstico inicial y la
monitorización del tratamiento. Por otro lado, las técnicas basadas en el estudio de la
superficie de la espalda están adquiriendo relevancia, por su potencial para caracterizar
la deformidad escoliótica que tiene lugar en los tres planos del espacio y que, sin
embargo, viene siendo representada de forma habitual por el ángulo de Cobb medido en
la radiografía anteroposterior. Además de esto, la escoliosis es una deformidad del
raquis que se manifiesta en la forma de la espalda y que, precisamente esta deformidad
estética, es una de las mayores preocupaciones del paciente escoliótico, por lo que
existe un creciente interés por encontrar sistemas de cuantificación de la misma basados
en el estudio de la forma de la espalda.
60
El presente trabajo de investigación tiene como objetivo fundamental la puesta a
punto, para su utilización clínica, de un nuevo método no invasivo, basado en la luz
estructurada, aplicado al estudio de la deformidad escoliótica. Con este fin, se han
determinado, a partir de la imagen topográfica, parámetros cuantificadores de la
deformidad externa y se han elaborado las siguiente hipótesis de trabajo:
− A partir de la imagen topográfica es posible establecer parámetros
anatómicos y topográficos correlacionados con la deformidad vertebral.
− La determinación de estos parámetros, según la técnica propuesta, en dos
imágenes consecutivas del sujeto en una misma sesión, es lo
suficientemente reproductible para su utilización en la práctica médica.
− La variabilidad intraobservador e interobservador de los parámetros
elaborados a partir de la imagen topográfica del sujeto no debe ser
significativa.
− Con la aplicación de la técnica objeto de este trabajo es posible elaborar
unos criterios de normalidad, sospecha y certeza de enfermedad
escoliótica.
62
El estudio se llevó a cabo en el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del
Hospital Clínico Universitario de Valencia y en la Unidad de Biofísica del
Departamento de Fisiología de la citada Universidad
Todos los sujetos incluidos en el presente trabajo de investigación fueron informados
sobre el mismo y dieron el consentimiento para su participación.
1. POBLACIÓN ESTUDIADA
1.1. SUJETOS PATOLÓGICOS
Se incluyeron un total de 28 pacientes de edades comprendidas entre los 7 y
los 40 años. 7 fueron hombres y 21 mujeres. El Índice de Masa Corporal (IMC)
fue superior a 30 en 5 casos.
1.1.1. PROCEDENCIA, CRITERIOS DE INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN
§ Procedencia: Consultas Externas del Servicio de Cirugía Ortopédica y
Traumatología del Hospital Clínico Universitario de Valencia.
§ Criterios de inclusión
− Escoliosis idiopática juvenil (5 casos)
− Escoliosis idiopática del adolescente (21 casos)
− Escoliosis idiopática del adulto (2 casos)
§ Criterios de exclusión
− Pacientes postquirúrgicos: se excluyeron los casos con escoliosis
idiopática sometida a tratamiento quirúrgico previamente a la
realización del estudio.
63
1.2. SUJETOS SIN ESCOLIOSIS
Se incluyeron 48 individuos con una edad comprendida entre los 8 y los 39
años. 21 hombres y 27 mujeres. El Índice de Masa Corporal (IMC) fue superior
a 30 en 2 de los casos.
1.2.1. PROCEDENCIA, CRITERIOS DE INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN
§ Procedencia:
− Consultas Externas del Servicio de Cirugía Ortopédica y
Traumatología (COT) del Hospital Clínico Universitario de
Valencia (HCUV) donde habían sido valorados radiográficamente
por diferentes motivos.
− Estudiantes del 2º curso de la Facultad de Medicina y Odontología
de Valencia de los cursos 2000-2001 y 2001-2002. Estos casos
fueron explorados clínicamente.
§ Criterios de inclusión:
o En los casos con estudio radiográfico:
− Ángulo de Cobb entre 0º y 10º.
o En los casos con valoración clínica:
− Ausencia de hallazgos en la exploración física.
64
§ Criterios de exclusión:
o En los casos con estudio radiográfico:
− Se excluyeron del estudio aquellos pacientes que, aún
presentando ángulos de Cobb normales, asociaban otro tipo de
patología del raquis (deformidades en el plano axial,
espondilolisis..)
o En los casos con valoración clínica:
− Antecedentes de patología raquídea
− Giba >1cm ó >5º
2. VALORACIÓN CLÍNICA
La valoración clínica se centró en determinar la presencia de:
§ Asimetrías del tronco, por medio del test de Adams y el escoliómetro
§ Dismetrías de miembros inferiores
3. VALORACIÓN RADIOGRÁFICA
Sobre la radiografía posteroanterior del raquis, tomada con el paciente en
bipedestación, fueron analizados los siguientes factores:
3.1. TIPO DE CURVA
Se utilizaron dos clasificaciones, la clasificación de King para las escoliosis
torácicas y la de Ponseti.
65
3.1.1. CLASIFICACIÓN DE PONSETI
TIPO Torácica Lumbar Doble Curva
Tóraco- Lumbar
Torácica Doble
Cérvico- Torácica
CASOS 7 4 12 4 1 0
3.1.2. CLASIFICACIÓN DE KING
TIPO I II III IV V
CASOS 7 6 8 4 1
3.2. VALOR ANGULAR DE FLEXIÓN LATERAL
El valor angular de la flexión lateral del raquis se determinó con el ángulo de
Cobb. Se aplicó la siguiente clasificación en grupos del ángulo de Cobb basada
en el ángulo de Cobb principal, que es una modificación de la utilizada por la
Scoliosis Research Society.
3.3. GRADO DE ROTACIÓN VERTEBRAL
El grado de rotación vertebral se cuantificó con el método de Pedriolle-Vidal y
se establecieron intervalos con el siguiente número de casos en cada uno:
Rotación vertebral <10º 10º-20º �20º
CASOS 12 11 5
GRUPO 1 ( �10º y <20º) 2 (20 y �30) 3 (30-50) 4>50
CASOS 5 6 11 6
Tabla 3.1: Distribución de casos siguiendo la clasificación de Ponseti
Tabla 3.2: Distribución de casos siguiendo la clasificación de King
Tabla 3.3: Distribución de frecuencias para grupos de ángulo de Cobb según la Scoliosis Research Society
Tabla 3.4: Distribución de frecuencias para grupos de rotación vertebral
66
4. DISPOSITIVO EXPERIMENTAL
4.1. UBICACIÓN DEL LABORATORIO
El laboratorio se encuentra en Unidad de Biofísica de la Facultad de
Medicina y Odontología de Valencia situada junto al Hospital Clínico
Universitario de Valencia.
4.2. HERRAMIENTAS UTILIZADAS
I. Sistema de adquisición de imágenes
− Cámaras
En esta tesis se experimentó la técnica de luz estructurada
realizando reconstrucciones de la superficie de la espalda de individuos
sanos y patológicos. Se ha utilizado para ello dos cámaras como sistemas
de captura de imágenes a lo largo de todo el trabajo:
§ Cámara CCD (Sony SSC_MB70CE) monocroma con
resolución de 512x512 pixeles.
§ Cámara de vídeo (S-VHS Movie NV-MS1EP) a color
con resolución de 576x768 pixeles.
Ambas cámaras utilizaban un sistema de barrido y codificación de
señal de vídeo PAL.
67
− Tarjetas de captura
Se usaron dos tarjetas de captura de imagen pertenecientes ambas a
Matrox Systems Ltd. Canada:
§ Tarjeta gráfica PIP-1024B que adquiere imágenes monocromas
§ Tarjeta gráfica METEOR que adquiere imágenes en color
− Proyector
Se utilizó un proyector de diapositivas KODAK EKTALITE 2000
con una lente de distancia focal variable (12,5-75mm).
II. Sistema de procesado
Para el procesado de las imágenes se utilizó un ordenador PC PENTIUM
II a 300 MHZ y 128 MB de RAM.
III. Sistema de visualización
Las imágenes almacenadas se visualizaron a través de un monitor que
recogía la señal analógica que codifica el conversor digital analógico de la
tarjeta de captura. Los resultados del proceso fueron monitorizados mediante
la tarjeta interna del ordenador (Matrox millenium AGP 4 MB)
IV. Software
Todos los programas de análisis han sido desarrollados en lenguaje Object
Pascal, a través del entorno visual Delphi 2.0 (Borland internacional Inc, USA).
68
4.3. DETERMINACIÓN DE LA FUNCIÓN SUPERFICIE DE LA ESPALDA
MEDIANTE LUZ ESTRUCTURADA62, 63
4.3.1. FUNDAMENTO TEÓRICO
El procedimiento de determinación de la
“función superficie” se basa en el análisis
del cambio de forma de una red proyectada
sobre la espalda del sujeto, debido a la
topografía de su superficie (Figura 3.2)
La proyección de la red se analiza en tres situaciones diferentes (Figura 3.2) con
dos finalidades distintas:
• Calibración del sistema:
− Red delantera: La red se proyecta sobre una pantalla blanca situada por
delante de donde se ubicará el sujeto (Figura 3.3A)
Figura 3.2: Alteración de las líneas sobre la superficie de la espalda
69
− Red trasera: La red es proyectada sobre esta misma pantalla, pero
desplazada hacia atrás una distancia suficiente para que el sujeto a estudiar
pueda situarse entre la red delantera y la nueva posición. A este espacio entre
los dos planos se le denomina “espacio de calibrado” (Figura 3.3B)
• Captura de la imagen objeto para su posterior análisis:
− Red objeto: La red es proyectada sobre la espalda del paciente que se
encuentra apoyado en la pantalla (Figura 3.3C)
Un dato a tener en cuenta es que, en cada sesión, únicamente es necesario
realizar la calibración del sistema al inicio. Adicionalmente, puede utilizarse esta
misma calibración en sesiones sucesivas, siempre que no se modifiquen las
posiciones de los diferentes elementos (cámara, ordenador y proyector de
diapositivas)
Proyector
Cámara
Red objeto
Proyector
Red delantera
Proyector
Cámara
Red trasera
Ordenador Ordenador Ordenador
CALIBRACIÓN DEL SISTEMA CAPTURA DE LA
IMAGEN
Cámara
Figura 3.3: Esquema del dispositivo experimental utilizado para la proyección de la red y la correspondiente captación de imágenes
70
Las redes delantera y trasera permiten establecer las rectas de propagación de
los rayos luminosos, sobre la base de la distinta ubicación que presentan los nudos
(cruce de líneas de la red) en las dos posiciones A y B de la pantalla.
Por otra parte, la red objeto contiene, en la posición de sus nudos, la
información de la distancia existente entre el plano trasero y los puntos de la
superficie del objeto, de acuerdo con el siguiente planteamiento (Figura 3.4):
Si proyectamos desde la fuente luminosa (objetivo del proyector) una haz de luz,
como se observa en la figura 3.4, los puntos de corte de esta línea con el plano
delantero, la superficie del objeto y el plano trasero, corresponden respectivamente a
P: punto del objeto P3: proyección del punto P sobre el plano trasero P3
p: punto de corte entre la línea correspondiente al rayo reflejado y el plano trasero P2
p: proyección sobre el plano trasero del punto de corte entre rayo incidente y el plano delantero (P2
p= P2) Oc: centro óptico de la cámara Od: origen de coordenadas del plano delantero Ot: origen de coordenadas del plano trasero c: punto principal en el plano imagen de la cámara (origen de coordenadas de las imágenes) D: distancia entre la red delantera y trasera f: distancia focal de la cámara D+D1+f: distancia desde el centro óptico de la cámara al plano trasero Vector parallax (plano trasero): distancia entre los puntos P3
p y P1 Vector parallax (plano imagen): distancia entre los puntos p3 y p1
Figura 3.4: Representación de los puntos de corte de un rayo de luz con el plano delantero la superficie del objeto y el plano trasero. Además, aparecen las posiciones de los
puntos de corte reflejadas sobre el plano imagen.
Z
71
las posiciones P2, P y P1, que la cámara recoge en los puntos alineados sobre le
plano imagen p2, p3 y p1.
Por medio de la “semejanza de triángulos”, siguiendo la figura 3.3, es posible
despejar “Z” (distancia entre el punto en que incide le rayo en el objeto y su
proyección sobre el plano trasero) en función de las posiciones en el plano imagen
de la cámara (p2, p3 y p1) y de las distancias entre los puntos imagen delantero y
trasero (D+D1+f) (Expresión 3.1)
Donde, (Expresión 3.2)
y, (Expresión 3.3)
El valor de k puede determinarse conociendo los valores reales de una distancia
medida sobre el plano trasero y su correspondiente en el plano delantero (en la
práctica se realiza la medición de 11 cuadros de la red en los citados planos).
Expresión 3.1
Z
Expresión 3.2
Expresión 3.3
72
La fórmula permite obtener la coordenada de “Z” de cada punto de la imagen
sin necesidad de conocer la geometría de proyección de la luz estructurada. Y con
independencia de las unidades en que se midan las distancias sobre el plano imagen
( en nuestro caso, al estar las imágenes digitalizadas, se tratará de pixeles).
4.3.2 TRATAMIENTO DIGITAL DE LA IMAGEN
Para la determinación automática de la función superficie, las imágenes
fueron tratadas con un software desarrollado para ello y cuyas fases se
esquematizan a continuación. Dado que uno de los principales problemas en este
proceso es el establecimiento de la correspondencia entre los nudos, hicimos una
marca en la red que, por tanto, fue identificable en todas las proyecciones
(Figura 3.5: A ; B).
I. Procesado: En primer lugar se realiza la detección de una marca consistente
en que uno de los cuadros de la red proyectada está lleno, localizándose en una
zona cercana al centro del objeto y que será fundamental en la identificación
de los nudos (Figura 3.5 C). Esta detección se debe realizar en las tres
Figura 3.5 A: Red delantera Figura 3.5 B: Red trasera Figura 3.5 C: Imagen capturada
73
imágenes, las dos correspondientes al plano delantero y trasero y la del objeto,
quedándonos con las coordenadas del nudo superior izquierdo de la misma y
eliminándola para que no afecte al proceso posterior (Figura 3.6)
Sobre esta imagen (Figura 3.6), que ya ha sufrido un proceso de
normalización (blanco/negro) para igualar la iluminación de las distintas
zonas, se puede proceder a la esqueletización de las líneas horizontales y
verticales, reduciéndolas al espesor de un pixel (Figura 3.7 A y B).
Figura 3.6: Imagen normalizada, sin la
marca
Figura 3.7 A: Esqueletización de las líneas horizontales
Figura 3.7 B: Esqueletización de las líneas verticales
74
II. Localización de los nudos: Se diseñó un algoritmo específico para la
localización de nudos, basado en que cada nudo debe ser la confluencia de, al
menos, tres líneas (Figura 3.8)
III. Correspondencia entre nudos: Como se tiene almacenada la posición del
punto superior izquierdo de la marca, se estableció éste como nudo número 1.
Seguidamente, simultáneamente en las tres imágenes esqueletizadas, se
recorrieron las redes siguiendo las líneas en el mismo sentido, haciendo
corresponder los nudos equivalentes.
IV. Cálculo de z: Una vez establecida la correspondencia, se aplicó la expresión
3.1 a cada uno de los tríos de nudos para tener los correspondientes valores de
Z. Las profundidades de los puntos intermedios a los nudos se obtuvieron por
una interpolación entre éstos. Los valores se almacenan en un archivo, que
constituyó la función superficie de la espalda del sujeto.
V. Análisis: Los datos almacenados nos permitieron identificar variables de
interés médico, obtener un mapa topográfico, bien sea con curvas de nivel o en
Figura 3.8: Localización de los nudos
75
seudocolor (Figura 3.9), realizar reconstrucciones en tres dimensiones
(Figura 3.10) e incluso visualizaciones desde distintas perspectivas de la
espalda (Figura 3.11) .
Figura 3.9: Topografía en pseudocolor de un sujeto control
Figura 3.10: Reconstrucción tridimensional Figura 3.11: Visualización desde distintas
perspectivas
76
4.4 PROTOCOLO DE COLOCACIÓN DEL SUJETO PARA LA CAPTURA
DE LA IMAGEN
Como en el resto de métodos ópticos, la colocación del individuo puede ser una
fuente de distorsión de los datos obtenidos por medio de la técnica descrita. Con el
objetivo de disminuir al máximo la necesidad de corrección a nivel del software, lo
cual también es posible como se verá más adelante, se elaboró un estricto protocolo
de colocación del sujeto a estudiar. Previamente a la captación de la imagen, se
comprobó que se cumplían los siguientes requisitos:
• La espalda es visible desde la altura de la nuca hasta las nalgas (éstas
incluidas)
• El individuo se encuentra con las puntas de los pies apoyadas en un tope
paralelo a la pantalla
• Los brazos cayendo de una forma natural a lo largo del cuerpo
• El tórax y abdomen del individuo a estudio contactando ligeramente con
la pantalla
• La cabeza recta con los ojos mirando al frente.
En esta situación se toma la imagen objeto.
En 20 casos del total se realizó una segunda captación, tras indicarle al sujeto
que debía retirarse de la pantalla y recolocarse siguiendo el citado protocolo.
Esta segunda toma de la imagen objeto se realizó con el fin de valorar la
reproductibilidad del método.
77
5. VALORACIÓN TOPOGRÁFICA
5.1 INFORMACIÓN VISUAL
A partir de la función superficie obtenida con el método propuesto en el punto 3,
fue posible realizar una reconstrucción en seudocolor de la forma de la espalda. Para
ello, se estableció un rango de niveles de altura, fijando 40 niveles dentro del rango
de los nudos de mayor y menor valor de “Z” encontrados en la malla. Esta
representación gráfica aporta información visual acerca de la forma de la espalda del
sujeto estudiado (Figura 3.12 ; 3.13 y 3.14).
Figura 3.12: Imagen topográfica y radiografía posteroanterior del raquis de un individuo sin escoliosis
Figura 3.13: Imagen topográfica y radiografía posteroanterior del raquis de un paciente con escoliosis lumbar
78
Sin embargo, esta valoración “de visu” está sujeta a la subjetividad del
observador. Por esta razón, se elaboró, a partir de la imagen topográfica, un sistema
de cuantificación automático de diferentes puntos situados sobre la superficie de la
espalda.
5.2 VARIABLES TOPOGRÁFICAS
Con el objetivo de caracterizar numéricamente la forma de la espalda, se
determinaron dos variables obtenidas a partir de la topografía elaborada mediante la
técnica de luz estructurada. Para automatizar este cálculo, se desarrolló un programa
informático que simplifica y agiliza la obtención de dichas variables.
5.2.1 DESCRIPCIÓN DE LAS VARIABLES
Las variables utilizadas fueron dos: el Índice de Simetría Posterior del
Tronco (Posterior Trunk Symmetry Index, POTSI)64 y el Índice de Deformidad
en el Plano Horizontal (Deformity in the Horizontal Plane Index, DHOPI).
Figura 3.14: Reconstrucción topográfica y radiografía posteroanterior del raquis de un paciente con dismetría de miembros inferiores
79
A. ÍNDICE DE SIMETRÍA POSTERIOR DEL TRONCO (POTSI)
Esta variable cuantifica las siguientes determinaciones tomadas sobre la
topografía de la espalda (Figura 3.14)
Figura 3.15 : Puntos de interés para la determinación del valor de POTSI y cálculo matemático del mismo
POTSI
80
B. ÍNDICE DE DEFORMIDAD EN EL PLANO HORIZONTAL (DHOPI)
La determinación de los puntos de interés y el cálculo de esta variable se
realizan de la manera siguiente (figura 3.16):
Figura 3.16: Puntos de interés para la determinación del valor de DHOPI y cálculo matemático del mismo
A
B
C D
E F
a
d
�Ac-ac�* 100 / I
+ �Dc-dc�* 100 / I
DHOPI
81
Ø En primer lugar, se trazó la línea que une C7 con el Surco Interglúteo (SI),
que puede ser igual o distinta a la vertical dibujada desde C7 hasta la altura
del surco interglúteo ( denominada I en la figura 3. 15 )
La simetría, que se valora mediante esta variable, se calculará a partir de esta
línea.
Ø A continuación, se trazan las líneas sobre las que se va a determinar las
simetrías.
a. Línea de unión entre los dos puntos más prominentes de las escápulas
(A-B)
b. Línea de unión entre los dos puntos menos prominentes de la línea de
la cintura (C-D)
Ø Posteriormente, se buscó el punto simétrico del máximo localizado sobre las
dos líneas (en la línea interescapular es “a” y en la línea de la cintura es “d”).
Ø Los dos puntos localizados en el área más prominente de ambos glúteos (F y
E) se determinaron con el objetivo de corregir el mal posicionamiento del
sujeto. Para ello, se partió de la hipótesis de que un individuo bien
posicionado debería tener los máximos de ambos glúteos al mismo nivel. En
este sentido, pequeñas discrepancias anatómicas entrarían dentro del error
del método. De acuerdo con la hipótesis establecida anteriormente, un
individuo mal posicionado tendría una nalga más prominente que la otra. La
corrección se realizaría haciendo girar la figura alrededor de una línea
vertical hasta que los glúteos quedaran a la misma profundidad (los datos
corregidos se expresan en la figura 3. 15 con el subíndice “c”)
Ø Finalmente se sumaron los valores absolutos corregido y se expresaron en
tantos por cien.
82
5.2.2 DETERMINACIÓN AUTOMÁTICA
Se elaboró un programa informático para la determinación automática de las
citadas variables topográficas, con el fin de que su cálculo se realice de una
forma rápida y sencilla (Figura 3.17 )
Figura 3.17: En la imagen se muestra la ventana final del programa elaborado para el cálculo automático de las variables topográficas topográficas. Valor del POTSI (enmarcado en rojo) y
DHOPI (enmarcado en azul) de una paciente con escoliosis idiopática.
83
6. MÉTODOS ESTADÍSTICOS65
6.1. COMPROBACIÓN DE LA NORMALIDAD DE UNA POBLACIÓN:
PRUEBA DE KOLGOMOROV-SMIRNOV
La condición previa para la aplicación de las técnicas estadísticas
correspondientes a las variables gaussianas, es que la población muestreada sea
normal
El método que se ha aplicado para dicha comprobación es la prueba de
Kolgomorov-Smirnov. Éste es un test que nos da la bondad de ajuste a una curva
normal. Se utiliza para contrastar la hipótesis nula, en la que se considera que la
muestra procede de una población gaussiana. Si la máxima discrepancia de los
valores de la muestra respecto a la curva que corresponde a una distribución normal
no supera el valor crítico del test (para una cierta confianza), se debe asumir que la
distribución es normal para esa misma confianza.
6.2. ESTIMACIÓN DE LA MEDIA Y LA DESVIACIÓN TÍPICA DE UNA
POBLACIÓN A PARTIR DE UNA MUESTRA
Una vez comprobada la normalidad de la población, se puede realizar una
estimación insesgada de la media poblacional y su desviación típica, a partir de los
valores de la media y desviación típica de la muestra.
84
6.3. ANÁLISIS DE LA VARIANZA
Dadas más de dos poblaciones normales, independientes y con varianza común,
el análisis de la varianza consiste en contrastar la hipótesis de igualdad de sus
medias con un nivel de significación á prefijado, siendo el estadístico de prueba la F
de Snédecor.
Si el análisis de la varianza indica que las medias de las distintas poblaciones
son diferentes, debe recurrirse a uno de los métodos de comparaciones múltiples
para comparar las medias entre cada par de grupos y así decidir cuál o cuáles de
ellas son diferentes estadísticamente. Uno de esto métodos es el de Schffé, que no
precisa que los tamaños muestrales de cada grupo sean iguales. Por tanto, este es el
método que se aplicará.
6.4. ANÁLISIS DE LA CORRELACIÓN ENTRE PARES DE VARIABLES
Dadas dos variables de las que se sospecha que sus valores están relacionados
de forma lineal, el coeficiente de correlación lineal simple (r) mide el grado de
asociación lineal entre dichas variables. Valores de este coeficiente r próximos a 1
indicarán fuerte asociación lineal positiva y valores de r próximos a -1 indicarían
fuerte asociación lineal negativa. Valores de r próximos a 0 indicarían la no
asociación lineal entre las variables.
El análisis de regresión da la ecuación que relaciona las variables.
87
Resultados obtenidos de la valoración clínica, radiográfica (ángulo de Cobb y
rotación vertebral) y topográfica (POTSI y DHOPI) de la población estudiada,
constituida por sujetos control, con asimetrías y con escoliosis idiopática.
Caso Edad Sexo Sob Etiol Cobb Rot Ver Ponseti King POTSI DHOPI
1 30 H n Control . . 6,30 1,71
2 19 M n Control . . 20,00 0,51
3 39 H n Control . . 14,32 0,88
4 19 H n Control 0 0 - - 26,09 0,76
5 19 M n Control . . 15,98 0,61
6 12 M n EIA 60 5 DT V 81,14 5,40
7 7 M n EIJ 15 5 T III 7,87 1,37
8 8 M n EIJ 18 5 T III 25,57 2,42
9 19 M n Control . . 15,98 1,35
10 40 M si EIAdult 30 5 DC II 14,17 3,42
11 14 M n EIA 50 15 T III 29,32 6,50
12 14 H n Control 0 0 - - 10,22 1,27
13 8 M n Control 0 0 - - 28,01 1,86
14 13 M n Asimetría 8 0 T III 12,16 2,27
16 14 M si EIA 25 20 L I 37,98 6,56
17 16 M n EIA 30 10 DC I 35,77 3,54
18 10 H n Asimetría 10 0 L - 5,49 2,49
19 14 H n EIA 14 5 L I 14,83 2,47
20 20 M n EIAdult 46 5 DC I 28,91 5,37
23 7 M n EIJ 20 5 DC I 31,66 3,87
24 16 M n EIA 41 10 TL IV 24,00 4,89
25 14 M si EIA 72 25 DC I 34,35 5,47
26 16 H n EIA 41 15 TL IV 20,18 4,39
27 14 M n EIA 60 10 DC II 39,64 3,20
28 17 M n EIA 45 15 T III 18,53 6,63
29 16 H n EIA 30 5 L - 20,46 6,05
30 17 M si EIA 48 25 DC I 21,45 3,91
31 17 M n Control 0 0 - - 5,53 1,70
32 9 M n EIJ 14 0 TL IV 19,04 0,53
33 16 M n EIA 20 0 L - 25,97 6,03
34 17 M n EIA 25 5 T III 21,52 4,78
88
35 17 M n Asimetría 9 0 L - 14,91 0,71
36 16 H n EIA 42 10 T III 53,84 7,14
37 16 M n Asimetría 6 0 T III 23,05 1,60
38 15 M n EIA 25 10 DC II 23,94 5,23
40 19 H n EIA 52 20 TL IV 36,96 4,33
41 8 M n EIJ 14 0 T III 8,20 2,13
42 15 M n EIA 53 10 DC II 33,52 4,92
43 13 M n EIA 30 20 DC II 40,97 2,45
44 14 M si Asimetría 10 0 L - 17,47 1,20
45 17 H n Asimetría 0 0 - - 15,02 2,39
46 15 H si EIA 43 10 DC II 30,05 2,58
47 19 H n Asimetría . . 25,23 3,56
48 19 H n Control . . 14,85 2,41
49 19 H n Control . . 19,34 0,27
50 19 H n EIA 20 10 DC III 20,13 3,43
51 19 M n Control . . 14,69 1,81
52 19 H n Control . . 23,13 1,12
53 19 H n Asimetría . . 13,00 3,71
54 19 H n Control . . 12,57 1,21
55 19 H n Control . . 13,58 1,19
56 19 M n Control . . 21,17 0,96
57 19 M n Asimetría . . 18,22 4,04
58 19 H n Control . . 6,68 1,48
59 19 H n Control . . 11,00 1,63
60 19 M n Control . . 12,66 0,84
61 19 M n Control . . 16,40 0,44
62 19 H n Control . . 23,96 1,83
63 19 M n Asimetría 7 0 L - 13,87 2,03
64 19 H n Control . . 15,10 2,32
65 19 H si Control . . 6,00 0,72
66 19 M n Control . . 6,48 1,08
67 19 M n Control . . 19,51 0,43
68 19 M n Control . . 11,63 1,38
69 19 M n Control . . 6,12 0,41
70 19 H n Control . . 8,68 1,90
71 19 M n Control . . 9,97 0,32
72 19 M n Control . . 11,48 1,17
73 19 M n Asimetría . . 10,90 4,02
74 19 H n Asimetría . . 14,69 2,98
89
75 19 M n Control . . 6,00 1,67
76 19 M n Control . . 34,23 0,93
77 19 M n Control . . 8,25 0,76
78 19 H n Control . . 27,76 1,38
80 19 M n Control . . 11,14 2,14
81 19 M n Asimetría . . 13,73 3,36
91
1. VARIABLES TOPOGRÁFICAS EN EL DIAGNÓSTICO DE LA
ESCOLIOSIS
1.1 GRUPO CONTROL
Para establecer los valores de normalidad de las variables topográficas DHOPI y
POTSI, se tomó un grupo control formado por 35 individuos con una exploración física
normal ( Adams negativo, ausencia de dismetría clínica) y/o ángulo de Cobb igual a 0º.
1.1.1. COMPROBACIÓN DE LA HIPÓTESIS DE NORMALIDAD
Se realizó la prueba de Kolmogorov-Smirnof para determinar si los
valores de las variables topográficas del grupo control seguían una distribución
normal.
Los resultados del test, para cada una de las variables estudiadas, con un
nivel de confianza del 95%, se recogen en la tabla 4.1.
VARIABLE MÁX DIFERENCIA VALOR CRÍTICO
DHOPI 0’077 0’230
POTSI 0’123 0’230
Tabla 4.1: Test de Kolmogorov-Smirnof para determinar la distribución normal de las variables topográficas DHOPI y
POTSI en el grupo control
92
En la citada tabla, se puede observar que, en los dos casos, el valor de la
máxima diferencia obtenida es menor que el valor crítico del test. Por lo que se
acepta la hipótesis de normalidad para un nivel de confianza del 95%.
El comportamiento normal o gaussiano de los valores de las variables
topográficas en los sujetos control permite utilizar las técnicas estadísticas
paramétricas.
1.1.2. LÍMITE SUPERIOR DE NORMALIDAD DE LAS VARIABLES
TOPOGRÁFICAS (VALOR DE CORTE)
La posibilidad de utilizar la estadística asociada a las variables
gaussianas permite, a la hora de determinar el valor normal de cada variable
topográfica, tomar como valor medio, la media aritmética de los valores
obtenidos y como error, la desviación típica de la muestra (Tabla 4.2)
VARIABLES MEDIA DESVIACIÓN TÍPICA
DHOPI 1,21 0,58
POTSI 14,71 7,33
Para determinar el valor correspondiente al límite superior de
normalidad, teniendo en cuenta que se desea evitar la aparición de falsos
positivos, se siguió el criterio habitualmente utilizado, de considerar como valor
de corte el que corresponda a la media incrementada en dos veces la desviación
típica, lo que supone incluir el 95% de las determinaciones de sujetos normales,
es decir, el percentil del 95%. (Tabla 4.3)
Tabla 4.2: Media y desviación típica de los valores de las variables DHOPI y POTSI
93
VARIABLES DESVIACIÓN TÍPICA VALOR DE CORTE
DHOPI 0,58 2,33
POTSI 7,33 29,25
Los valores individuales de estas variables para cada caso control,
quedan representados en la figura 4.1 A y B con los puntos verdes.
Tabla 4.3: Valor de corte de las variables DHOPI y POTSI
CASO
9080706050403020100
DH
OP
I
8
7
6
5
4
3
2
1
0
GRUPO
Escoliosis
Asimetrías
Controles
Figura 4.1 A: Representación del valor de la variable DHOPI para cada caso. La línea discontinua indica el
valor de corte para esta misma variable.
94
1.2. VARIABLES TOPOGRÁFICAS EN LOS SUJETOS CON ASIMETRÍAS Y
ESCOLIOSIS
Como se ha visto, los individuos con asimetrías del tronco pero que no cumplen
criterios de escoliosis, no se consideraron al tratar estadísticamente el grupo control,
aunque serán incluidas, en el resto del estudio, dentro del conjunto formado por los
individuos sin escoliosis.
Por esta razón, se dedica un apartado independiente al conjunto formado por las
asimetrías y al conjunto formado por las escoliosis.
Figura 4.1 B: Representación del valor de la variable POTSI para cada caso. La línea discontinua indica el valor de corte para esta misma
variable.
CASO
9080706050403020100
PO
ST
I
100
80
60
40
20
0
GRUPO
Escolióticos
Asimetrías
Controles
POTSI
95
1.2.1. ASIMETRÍAS
Se realizaron las topografías correspondientes a 13 individuos con las
siguientes características: ángulo de Cobb entre 1º y 10º y/o exploración física
con asimetría del tronco no indicativa de escoliosis. Los valores de la media y la
desviación típica de las variables se muestran en la tabla 4.4
VARIABLES MEDIA DESVIACIÓN TÍPICA
DHOPI 2,64 1,08
POTSI 15,2 5,06
El valor individual de estas variables para cada caso con asimetría, queda
representado en la figura 4.1 A y B con los puntos de color azul.
1.2.2. ESCOLIOSIS
Se determinaron las variables topográficas en un grupo de 28 pacientes
escolióticos con las características descritas en los puntos 1.1, 3.1, 3.2 y 3.3 del
capítulo dedicado a material y métodos.
VARIABLES MEDIA DESVIACIÓN TÍPICA
DHOPI 4,21 1,72
POTSI 28,57 14,60
El valor individual de estas variables para cada caso con escoliosis,
queda representado en la figura 4.1 A y B con los puntos de color rojo.
Tabla 4.4: Media y desviación típica de los casos con asimetría.
Tabla 4.5: Media y desviación típica de los pacientes con escoliosis.
96
1.3. VALORACIÓN DIAGNÓSTICA DE LAS VARIABLES TOPOGRÁFICAS
DHOPI Y POTSI EN LA ESCOLIOSIS, ASIMETRÍAS Y EN LOS CASOS
CONTROL
Analizando la distribución de los valores de las variables topográficas para
los grupos de estudio (control, asimetrías y escoliosis) en la figura 4.1 A y B, se
observó una estratificación, para los valores de cada uno de los grupos, en el caso
del DHOPI. Sin embargo, para la variable POTSI sólo se produjo ésto entre el grupo
normal (control y asimetrías) y el patológico. Para valorar si la media de los valores
de las variables topográficas en cada uno de los tres subconjuntos estudiados era
realmente diferente, o no, se realizó un análisis de la varianza que mostró los
siguientes resultados (Tabla 4.6):
Los resultados que se muestran, tal y como puede apreciarse a partir de la
figura 4.1 A y B, ponen de manifiesto que mientras que la variable DHOPI si
distingue entre controles, asimetrías y escoliosis, la variable POSTI únicamente
distingue entre los casos normales y los patológicos. Hecho que deberá tenerse en
cuenta a la hora de valorar la capacidad diagnóstica de cada variable.
DHOPI POTSI
CONTROLES 1,21c 14,71b
ASIMETRÍAS 2,64b 15,19b
ESCOLIOSIS 4,21a 28,57a
Tabla 4.6: Donde a>b>c, indica diferencias estadísticamente significativas entre las medias
97
1.4 SENSIBILIDAD, ESPECIFICIDAD Y VALOR PREDICTIVO DEL VALOR
DE CORTE ESTABLECIDO A PARTIR DEL GRUPO CONTROL
Los citados parámetros se van a determinar de acuerdo con el siguiente
procedimiento 61:
Enfermedad presente Enfermedad ausente
Positivo A B A+B
Negativo C D C+D
A+C B+D A+B+C+D
Sensibilidad = A/(A+C)
Especificidad = D/(B+D)
Valor predictivo = A/(A+B)
1.4.1 SENSIBILIDAD, ESPECIFICIDAD Y VALOR PREDICTIVO PARA
LA VARIABLE DHOPI
Enfermedad presente Enfermedad ausente
Positivo 25 9 34
Negativo 3 39 42
28 48 76
Tabla 4.7: Tabla de verdaderos positivos, falsos positivos, falsos negativos y verdaderos negativos para la variable DHOPI
98
De acuerdo con los datos de la tabla 4.7, la sensibilidad, especificidad y
el valor predictivo son:
§ Sensibilidad = 89%
§ Especificidad = 81%
§ Valor predictivo = 74%
1.4.2 SENSIBILIDAD, ESPECIFICIDAD Y VALOR PREDICTIVO PARA
LA VARIABLE POTSI
Enfermedad presente Enfermedad ausente
Positivo 12 1 13
Negativo 16 47 63
28 48 76
De acuerdo con los datos de la tabla 4.8, la sensibilidad, especificidad y el
valor predictivo son:
§ Sensibilidad = 43%
§ Especificidad = 98%
§ Valor predictivo = 92%
Tabla 4.8 Tabla de verdaderos positivos, falsos positivos, falsos negativos y verdaderos negativos para la variable POTSI
99
1.5 UTILIDAD DIAGNÓSTICA COMBINADA DE LAS DOS VARIABLES
De lo visto hasta este momento se deduce que las dos variables topográficas
estudiadas presentan unas características diagnósticas diferentes. En este sentido, el
DHOPI presenta una mayor capacidad de discriminación, mientras que el POTSI se
caracteriza por el bajo porcentaje de falsos positivos. Por ello se pensó en la utilización
conjunta de estas dos variables.
Con este fin se calculó un nuevo nivel de corte para el DHOPI a partir de la
consideración de las asimetrías y el grupo control conjuntamente. Utilizando el mismo
criterio ya descrito, del percentil del 95%, el nuevo valor de corte estaría situado en:
Media Desviación Típica Valor de corte
DHOPI 1,63 0,98 3,88*
De esta forma, el DHOPI queda estratificado en tres rangos (Figura 4.2):
− Normal: de 0 a 2,3
− Moderado: de 2,3 a 4
− Alto: >4
Mientras que el POTSI se dividiría en dos rangos (Figura 4.1B):
− Normal: de 0 a 29,3
− Alto: > 29,3
Tabla 4.9: Determinación del nuevo valor de corte para los sujetos no escolióticos (controles y asimetrías). * A efectos prácticos se ha considerado el valor 4.
100
La distribución de los pacientes de acuerdo con el criterio de estratificación de
los valores de las variables, queda representada en la siguiente tabla (Tabla 4.10):
DHOPI NORMAL DHOPI MOD DHOPI ALTO
POTSI
NR
POTSI
ALTO
POTSI
NR
POTSI
ALTO
POTSI
NR
POTSI
ALTO
Control 33 1 1
Asimetría 5 6 2
Escoliosis 3 4 5 9 7
Tabla 4.10: Distribución de los pacientes de acuerdo con la estratificación de las variables.
CASO
9080706050403020100
DH
OP
I
8
7
6
5
4
3
2
1
0
GRUPO
Escoliosis
Asimetrías
Controles
Figura 4.2: Representación del valor de la variable DHOPI para cada caso. Las líneas discontinuas son los niveles de corte.
101
Como se puede ver en la tabla 4.10, del total de casos, únicamente 7 pacientes
con escoliosis fueron incorrectamente diagnosticados con la técnica propuesta. A
continuación se representan los ángulos de Cobb de los citados casos, en donde se
puede ver que 6 de los 7 falsos negativos presentaban ángulos de Cobb inferiores a 20º
(Figura 4.3).
2. RELACIÓN ENTRE LAS VARIABLES TOPOGRÁFICAS Y
RADIOGRÁFICAS
En el presente apartado se van a relacionar las variables radiográficas ángulo de
Cobb y rotación vertebral, con las variables topográficas DHOPI y POTSI. Las gráficas
4.4 A, B, C y D, muestras la distribución de los valores DHOPI y POTSI separados por
grupos. En todos los casos la correlación es aceptable, teniendo en cuenta que se trata de
variables clínicas, salvo en el caso del POTSI y la rotación vertebral que, con un
coeficiente de correlación de 0,394 no se ha considerado significativo para una
correlación lineal.
CASO
6050403020100
AN
GU
LO D
E C
OB
B (
grad
os)
70
60
50
40
30
20
10
0
Figura 4.3: Representación gráfica de los ángulos de Cobb de los casos no detectados.
102
DHOPI
876543210
AN
GU
LO D
E C
OB
B P
PA
L (g
rado
s)
80
70
60
50
40
30
20
10
0
GRUPO
Escoliosis
Asimetría
Controles
r = 0,689
Figura 4.4 A
Figura 4.4 B
POSTI
9080706050403020100
AN
GU
LO D
E C
OB
B P
PA
L (g
rado
s)
80
70
60
50
40
30
20
10
0
GRUPO
Escoliosis
Asimetría
Controles
r = 0,617
POTSI
103
POSTI
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0
ROTACION VERTEBRAL (grados)
30
25
20
15
10
5
0
GRUPO
Escoliosis
Asimetría
Controles
r = 0,394
POTSI
DHOPI
876543210
RO
TAC
ION
VE
RTE
BR
AL
(gra
dos)
30
25
20
15
10
5
0
GRUPO
Escoliosis
Asimetría
Controles
r = 0,562
Figura 4.4 C
Figura 4.4 D
104
3. REPRODUCTIBILIDAD DEL MÉTODO
Para que un análisis sea utilizado en la rutina clínica, su reproductibilidad debe
ser claramente establecida. Se estudió este parámetro en las dos variables topográficas.
Para ello se determinó el DHOPI y el POTSI en 20 topografías elegidas al azar, dos
veces, bien por el mismo observador (intraobservador) o bien, por un segundo
observador, no especializado, pero si entrenado para la utilización del programa de
análisis (interobservador). Así mismo, a 20 sujetos se les realizó dos topografías
consecutivamente, pero con reposicionamiento del paciente para valorar la variabilidad
interensayo.
Para cada uno de las variabilidades analizadas, se estudió la diferencia en valor
absoluto entre las dos determinaciones realizadas de cada una de las variables
topográficas, obteniéndose la media y la desviación típica (Tabla 4.11).Para determinar
el coeficiente de variación inter e intraobservador, e interensayo se ha referenciado la
desviación típica obtenida, de la comparación de las dos medidas efectuadas, al valor
límite para el diagnóstico en cada una de las variables
INTRAOBSER INTEROBSER INTERENSAYO
POTSI DHOPI POTSI DHOPI POTSI DHOPI
Media 3,95 0,27 3,981 0,38 4,64 034
Desviación típica 4,15 0,2 4,17 0,3 408 0,31
Coeficiente de variación
4,15/29,25 14,19%
0,2/2,33 8,58%
4,17/29,25 14,26%
0,3/2,33 12,88%
4,08/29,25 13,83%
0,31/2,33 13,3%
Tabla 4.11. Variabilidad para las variables estudiadas
106
1. VARIABLES TOPOGRÁFICAS EN EL DIAGNÓSTICO DE LA
ESCOLIOSIS IDIOPÁTICA
1.1 GRUPO CONTROL
Para establecer los valores de normalidad diagnóstica se tuvieron en cuenta
únicamente a los individuos sanos “tipo”. Es decir, sujetos con un ángulo de Cobb igual
a 0º, en los casos que se disponía de radiografías, y / o una exploración física normal
(sin asimetría costal, ni dismetría clínica), en los casos en los que no se disponía del
estudio radiográfico. Al igual que otros autores66, la razón por la que se realizó esta
elección estribó en buscar las mejores condiciones para la determinación de la magnitud
a estudio en una muestra representativa de la población normal. Los casos que no
cumplían las requisitos para considerarlos controles, pero tampoco los cumplían para
considerarlos escoliosis (Cobb>10º), se estudiaron como un grupo a parte, para
comprobar si, con los criterios de diagnóstico del test, podían considerarse como
población normal o no.
Sobre el grupo de controles se aplicaron las técnicas descritas en el Capítulo 4, para
determinar el valor de corte de las variables topográficas, DHOPI y POTSI, de forma
que englobasen al 95% de la población. Los resultados mostraron un valor de corte para
el DHOPI de 2,33 y para el POTSI de 29,25. No es posible establecer valores de
comparación entre nuestras determinaciones y las existentes en la bibliografía, ya que la
variable DHOPI es una aportación realizada a lo largo de este estudio y la variable
POTSI, ya propuesta por otros autores64, no ha sido utilizada por ellos con fines
diagnósticos, sino como criterio de valoración de la evolución de un mismo paciente.
No obstante, los valores del POTSI obtenidos por estos autores se corresponden con el
orden de magnitud que nosotros determinamos para la normalidad, ya que sitúan una
107
media de POTSI de 22,5 para una media de ángulo de Cobb de 21,5. Por lo tanto, se ve
que se trata de un valor similar al que se ha determinado en el presente trabajo como
límite superior de normalidad.
Con estos valores de corte se obtuvieron, para la variable DHOPI, un 11% (3/28) de
falsos negativos y para la variable POTSI un 57% (16/28) de falsos negativos. Por lo
tanto, mientras que el DHOPI si parece tener capacidad diagnóstica, el POTSI por sí
mismo, no parece que pueda aportar este tipo de información. Debe tenerse en cuenta,
que esta variable únicamente da información de asimetría en altura y lateralidad en el
plano frontal. Por esta razón, cabe suponer que la afectación en el plano transversal de
la escoliosis no queda adecuadamente caracterizada por esta variable. Sin embargo, el
DHOPI, propuesto en este trabajo, combina la búsqueda de asimetrías en dos planos, el
transverso y el frontal, puesto que está basado en la determinación de la diferencia de
profundidades en puntos simétricos, a uno y otro lado de la línea imaginaria que uniría
C7 con el surco interglúteo.
1.2 VARIABLES TOPOGRÁFICAS EN LOS SUJETOS CON ASIMETRÍAS Y
ESCOLIOSIS
Se aplicó a la muestra de estudio, los valores de corte determinados para las
variables DHOPI y POTSI, encontrándose que el valor predictivo individual del
DHOPI era superior al del POTSI.
Considerando aisladamente la variable DHOPI como base del diagnóstico, se
pudo establecer una sensibilidad del 89%, con una especificidad del 81% y un valor
predictivo del 74%. Sin embargo, la valoración aislada del POTSI aportó una
sensibilidad del 43%, con una especificidad del 98% y un valor predictivo del 92%.
108
Puede observarse que, si bien el valor predictivo del POTSI es superior al del DHOPI,
en un 24 %, la sensibilidad del DHOPI es un 52% mayor.
A partir de los resultados obtenidos para los sujetos con asimetrías y pacientes
con escoliosis se ha evidenciado que la variable DHOPI permite, de alguna forma,
caracterizar el grado de deformidad. Esto es así porque considerando tres grupos
(control, asimetrías y escoliosis) la comparación entre las medias de cada uno de ellos
resulta estadísticamente significativa. En el caso de POTSI, el alto porcentaje de falsos
negativos que presenta ya resulta indicativo de su incapacidad para discriminar entre el
grupo control y el de las asimetrías.
Puesto que no es deseable detectar como patológicas las pequeñas deformidades
denominadas asimetrías44, se decidió realizar un segundo nivel de corte de la variable
DHOPI, considerando, en el conjunto de individuos sanos, tanto los controles como
los sujetos con asimetría. Siguiendo el mismo criterio aplicado anteriormente, se
determinó un nuevo valor de corte de 4.
Por tanto, el DHOPI queda así categorizado en tres grupos; normal, moderado, y
alto. Adoptar el valor del DHOPI moderado como límite de normalidad implicaría el
aumentar a un 46% (13/28) el porcentaje de falsos negativos.
1.3 VALORACION DE LA CAPACIDAD DIAGNÓSTICA DE LA
COMBINACIÓN DE LAS VARIABLES POTSI Y DHOPI
Teniendo en cuenta que el DHOPI determina pocos falsos negativos y el POTSI
pocos falsos positivos, se propone un sistema combinado de las dos variables con fines
diagnósticos. Este criterio diagnóstico combinado sería el siguiente:
− Si el valor del DHOPI es bajo, el sujeto se considera normal.
− Si el valor del DHOPI es elevado, el paciente se considera patológico.
109
− Valores moderados de DHOPI, localizados en la zona de incertidumbre de
esta variable, nos llevarían a tener en cuenta el valor del POTSI. De manera
que si éste está elevado, el caso sería diagnosticado como escoliosis y si es
normal, como asimetría.
Con este nuevo criterio, la sensibilidad, la especificidad y el valor predictivo
del método sería:
• Sensibilidad = 75% (21/28)
• Especificidad = 96% (46/48)
• Valor predictivo = 91%(21/23)
Con esta decisión, basada en la combinación de las dos variables, si bien
disminuye la sensibilidad del método en un 20%, aumenta en un 16% la especificidad.
De esta forma, se evita el diagnosticar como patológicos individuos sanos, con los
problemas que esto supone (exploración radiográfica innecesaria, preocupación por el
estado de salud del individuo..). En cuanto a los falsos negativos, con la combinación de
las variables DHOPI y POTSI, el número queda reducido a 7 que corresponden a 6
casos en los que el ángulo de Cobb era menor de 20º y a un caso con sobrepeso (Tabla
4.3)
2. RELACIÓN ENTRE VARIABLES TOPOGRÁFICAS Y VARIABLES
RADIOGRÁFICAS
Se estudió la relación existente entre el valor de las variables topográficas y el
valor de las variables radiográficas (ángulo de Cobb y rotación vertebral). Puede
observarse en general que el DHOPI muestra una correlación positiva, tanto con el
ángulo de Cobb como con la rotación vertebral.
110
En el caso del POTSI también puede apreciarse esa misma correlación con el
ángulo de Cobb, pero no así con la rotación vertebral, en la que la correlación
determinada no llegó a tener significación estadística. Este hecho podría estar
relacionado con el plano de deformidad que caracteriza cada variable.
La figura 4.4 A muestra que valores de la variable DHOPI por debajo del valor
de corte se corresponden con valores del ángulo de Cobb principal menores de 20º y
rotaciones vertebrales por debajo de 5º.
3. REPRODUCTIBILIDAD DEL MÉTODO
Como se puede ver por los resultados expuestos en la tabla 4.11, la
reproductibilidad es buena, siendo incluso mejor la que corresponde a la determinación
de la variable DHOPI. Esto se debe fundamentalmente a la estandarización de la
determinación de medidas que se realiza sobre puntos anatómicos fácilmente
identificables en la imagen topográfica.
112
En este trabajo se ha analizado un nuevo sistema informático de ayuda al diagnóstico,
basado en la proyección de luz estructurada, aplicado al diagnóstico clínico de la
escoliosis idiopática.
De acuerdo con los objetivos propuestos, los resultados obtenidos referidos a la
población analizada llevan a las siguientes conclusiones:
• Se ha puesto a punto un protocolo de posicionamiento del paciente para
la captación de imágenes.
• Se ha definido una variable topográfica DHOPI (Índice de Deformidad
en el Plano Horizontal) para caracterizar la deformidad, tanto en el
plano frontal como transversal y se ha comparado con la variable
POTSI (Índice de Simetría Posterior del Tronco) propuesta en la
bibliografía.
• Se han determinado los valores de corte de normalidad de dichas
variables en un grupo control y ha resultando ser:
§ DHOPI: 2,33
§ POTSI: 29,25
• Se ha determinado la sensibilidad (S), la especificidad (E) y el valor
predictivo (VP) para cada una de estas variables resultando ser :
DHOPI POTSI
S 89% 43%
E 81% 98%
VP 74% 92%
113
• La variable DHOPI presenta una mayor capacidad diagnóstica. No
obstante, la combinación de las dos variables permite establecer para
este procedimiento de diagnóstico la siguiente sensibilidad,
especificidad y valor predictivo:
• Se ha demostrado una correlación lineal positiva entre los valores de
DHOPI y las variables radiográficas (ángulo de Cobb y rotación
vertebral)
• Se ha encontrado una correlación lineal positiva entre los valores de
POTSI y el ángulo de Cobb principal, pero no con la rotación vertebral
• Los coeficientes de variación tanto para el DHOPI (Tabla 4.11) como
para el POTSI se encuentran en el intervalo de fiabilidad de las técnicas
habitualmente utilizadas en la práctica clínica.
COMBIACIÓN DE POTSI
Y DHOPI
S 75%
E 96%
VP 91%
114
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