Chiara Lubich Centro Movimiento de los Focolares
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(Transcripcin)
Ass, 26 de octubre del 2000
Afinidad entre la espiritualidad franciscana y la espiritualidad de los Focolares
Carismas en dilogo y comunin en la Iglesia catlica
P. Giacomo Bini presenta la Familia franciscana
Chiara: Presentacin del Movimiento de los Focolares
()
Hans Urs von Balthasar dice que, cuando el Espritu Santo manda un carisma suyo, se abre por
primera vez una ventanita en el Cielo, por medio de la cual se conocen verdades que, aunque contenidas
en el patrimonio de la Iglesia, parecen nuevas1.
Debido al carisma de la unidad esa ventana nos revel, segn nuestras posibilidades en cuanto
hombres, muchos de los misterios de aquellas que son como las dos caras de una misma medalla: Jess
abandonado y la unidad.
La ventana de san Francisco creo que era la unidad y la pobreza.
Pero los carismas en general como ya he dicho- poseen algo en comn con los dems. Creo que
es lo que sucede entre el nuestro y el franciscano. Yo no tengo una preparacin suficiente para hacer un
anlisis. Pero, puede intentar algunas alusiones, tambin por haber recibido algunas informaciones.
Es evidente, por ejemplo, que como exige tambin el primer punto de nuestra espiritualidad- el
corazn de san Francisco estaba inflamado de un amor ardiente por Dios, hasta el punto de poder pensar
que era el gran Ideal de su vida. Aquel: Dios mo, Dios mo, su oracin nocturna, que otros traducen
as: Mi Dios y mi todo, acaso no revela al Seor como centro de su corazn y vrtice de sus
pensamientos?
Interesante y nueva, para m, es el nfasis puesto en la unidad, tpica de nuestro carisma, que
aparece en la Bula del Papa Inocencio IV, el cual, escuchando las splicas de Clara, la abadesa de san
Damin, en Ass, y de sus hermanas, confirma en eterno para todas ellas y para las que vendran la forma
de vida y el modo de la santa unidad y de la altsima pobreza.
Santa Clara misma afirmaba que las pobrecitas que se reunan para vivir en la santa unidad:
Que sean diligentes en el conservar siempre, recprocamente, la unidad de la recproca caridad, que es
vnculo de perfeccin. Esa forma de vida en sustancia reproduce la regla y la vida de los frailes menores
y la forma de vida tambin de la Tercera Orden Franciscana.
La unidad, por lo tanto, parece ocupar el primer lugar tambin en la espiritualidad franciscana,
mientras que la altsima pobreza, que en general se piensa el ideal por excelencia de san Francisco, parece
que viene despus de estas definiciones y como medio.
1
Cf. J. Cordes, en 30 Gioni, marzo 1986, p. 56.
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En relacin con el mandamiento nuevo de Jess, tambin Francisco desea que sus frailes se amen
recprocamente. Afirm: Que se amen siempre como yo los am. Y de la comunidad de santa Clara est
escrito: Reina entre ellas, por encima de todo, la virtud de una continua y mutua caridad.
En nosotros, como acabo de mencionar, existe la tensin a la fraternidad universal hasta llegar al
sueo de un mundo unido. Pero no fue ese el objetivo tambin de san Francisco, que abraza, con todos
los hombres, tambin el cosmos con el sol y la luna?
He ledo que Juan Pablo II habl recientemente de la prioridad y de la centralidad evanglica en
san Francisco2, as como el cardenal Etchegaray. l, en la homila de la misa jubilar de la familia
franciscana, entre otras cosas dijo que una vida realmente fraterna fue el sueo loco, el proyecto audaz, el
programa obstinado de Francisco y de sus primeros compaeros3.
Con relacin a la Palabra de Dios, que ponemos constantemente en prctica, acaso no es
conocido por todos el hecho de que san Francisco no slo la meditaba, sino que la viva sin
comentarios?
Aquel sin ninguna propiedad, que para san Francisco significaba una expropiacin total,
exterior e interior, y para santa Clara, aquella abnegacin de la que habla la Bula de canonizacin, pueden
encontrar en Jess crucificado, totalmente aniquilado, en el abandono, en el cuerpo y en el espritu, el
modelo perfecto e insuperable.
Y la experiencia de los frailes, con la presencia de Jess como un joven entre ellos, narrada en el
libro Las florecillas, no podemos dejar de considerar muy semejante a la tratamos de vivir todos los
das en nuestros focolares, en la Obra entera.
Y todava: el nombre Chiara, de santa Clara, evoca la claritas, trmino que nos gusta mucho, pues
estamos volcados a clarificar las cosas humanas y a llevar la luz de lo sobrenatural a los distintos mbitos
terrenos: en la poltica, en el arte, en la economa, en la ciencia, en la educacin.
Slo pequeas ideas, pero esperamos que sean significativas. Quin sabe lo que podran decir
ustedes! Ustedes franciscanos!
Chiara Lubich
2
Juan Pablo II a los participantes en el Captulo General de la Orden franciscana de los Hermanos Menores Capuchinos, en LOsservatore Romano, 08.07.2000.
3
Cf. Card. R. Etchegaray, Homila en ocasin del Jubileo de la Familia Franciscana, en LOsservatore Romano, 12.04.2000.