Estévez, J., Cazar o no cazar, ¿es ésta la cuestíon? , Boletín de antropología americana, 33 (1998:dic.) p.5
. , * J. estevez a. vila*
x. terradas* . , * r. pique
m. taulé* j. gibaja*
. * g. fUIZ
cazar o no cazar, ¿es ésta la cuestión?
Introducción
El desarrollo social y político (y consecuentemente científico) a mediados del siglo pasado, impuso ciertas urgencias a la investigación social que explican el interés prioritario concedido por Marx y Engels, al estudio de la historia más reciente y a la esfera de la producción frente al análisis del origen de las sociedades humanas y a la esfera de la reproducción social (ver por ejemplo lo sumario del análisis de esos aspectos en las "Formas que preceden a la formación capitalista". Marx. 1857). Por la misma razón, y por razones coyunturales de retraso en el desarrollo de las fuerzas productivas en sus respectivos países, se explica cómo otros pensadores marxistas siguieron esa tendencia.
Aun así, hay que reconocer que el trabajo de Engels ( 1873-1886), "El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre'', redactado en un momento en el que no existían prácticamente evidencias arqueológicas para refrendar la teoría de la evolución en los humanos, sigue siendo un trabajo que no ha sido superado en su
Universitat Autonoma de Barcelona & Institución "·Mila i Fontanals'" cs1c Barcelona.
A Vicente Lópe:;_ "Tillo", in Memoriam
esencia, aunque haya sido matizado o ilustrado con detalles. 1 Hay que reconocer. asimismo. que la reestructuración del trabajo de Morgan. "'El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado" del mismo Engels ( 1876) sigue siendo también un punto de referencia teórico obligado.
Ambas obras contienen elementos que. a nuestro entender, de haberse desarrollado pudieron haber constituido una base de trabajo más sólida para el análisis de las relaciones de reproducción. En el mismo prefacio a la edición de 1884 de la segunda obra se afirma que "Según la teoría materialista. el factor decisivo en la historia es, a fin de cuentas, la producción y la reproducción de la vida inmediata".
Los fundadores del materialismo histórico demostraron, sin embargo. que para la compren-
Hay que recordar que el libro de Engels se escribió en
1876: sólo 5 años después de El origen del hombre
por la selecciún sexual de Ch. Darwin. Sólo habían
pasado 10 años desde el reconocimiento del
Neanderthal (el único humano nCl moderno conocido
en aquellos años). pero faltaban 15 (1891) para el des
cubrimiento del Pitecanthropus. 35 para la localiza
ción de Olduvay y 83 para el hallazgo allí, del primer
resto homínido (1959). 49 para el descubrimiento del
Australopithecus o 101 para el bautizo de Lucy ...
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~ión de una realidad es imprescindible contraponerla a su opuesta.
Es por ello. que tiene un máximo de interés para nosotros. el estudio de las primeras sociedades humanas; sociedades cuyo grado de desarrollo de las fuerzas productivas (y todo lo que ello comporta) está en el extremo opuesto al de la sociedad capitalista actual (Carbonell & Estévcz. 1976). Es así como podríamos encontrar las oposiciones más acentuadas. Ello no sólo en lo que respecta a dualidades: "clases sociales-no clases sociales", o "dependenciaindependencia de factores naturales". sino a otros elementos tales como "fenómenos históricos de escala temporal larga-fenómenos de escala temporal corta". etc.
Estas sociedades prístinas han sido tratadas y caracterizadas por muchos autores desde Engels. tanto dentro del materialismo como desde otras posiciones teórico-metodológicas. Sería una osadía desmesurada. pretender hacer una reflexión sintética de todos los trabajos en el marco de un artículo. Es por ello, que aquí sólo vamos a revisar someramente. aquellas propuestas más afines. las que más nos han interesado o ayudado en nuestro propio posicionamiento.
Han llovido muchas bombas desde que Engels y Marx escrib;eran sus trabajos. Una consecuencia colateral de esas tormentas sociales en nuestro siglo. ha sido la posibilidad que se ha abierto por primera vez en la Historia. de analizar desde una perspectiva objetiva el papel social de las mujeres. Ello permite plantear un cambio revolucionario en su posición. que hace necesario introducir esta nueva perspectiva en el análisis histórico para ser posible.
Así pues, hay que empezar la revisión del proceso histórico incorporando o revalorizando la importancia de la reproducción social dentro del análisis histórico global. La debilidad en la teoría (que produjo esa descompensación en la consideración de la esfera reproductiva frente a la productiva) es lo que nos ha guiado en nuestro trabajo. Al mismo tiempo que. de nuestros primeros análisis de las formaciones económicosociales del Cuaternario tardío europeo (en los que se enfatizaba en la esfera de la producción), se ha derivado como una necesidad
ineludible el replanteamiento del componente social.
Es precisamente, el escaso bagaje conceptualinstrumental desarrollado por la arqueología científica. para enfrentarse a ese problema de las relaciones sociales (de producción y reproducción), y especialmente, en lo que respecta a las sociedades más antiguas. lo que ha llevado (en la mayor parte de los casos) a considerar a las sociedades prístinas como un fenómeno más, generalizable a partir de las llamadas sociedades depredadoras. apropiadoras o. más comúnmente. cazadoras-recolectoras. Ello sin embargo. comporta serios problemas puesto que por un lado. nos enfrentamos a la explicación de fenómenos perceptibles cuya cualidad y correspondencia temporal son muy distintas. y por otro sabemos ya. desde Morgan. que ese estadio del salvajismo no es una homogeneidad. sino que se desarrolló en varias fases distintas.
Así pues. la primera pregunta que corresponde responder es:
¿Existe un modo de producción cazadorrecolector?2
Si la respuesta fuese positiva sería porque de alguna forma podríamos caracterizarlo respecto a otros modos de producción esencialmente distintos. La pregunta consecuente sería: ¿cuál es la contradicción principal que dinamiza y al mismo tiempo lo determina (en el sentido de darle ese carácter específico )':13
Entendemos que Modo de Producción se define como una particular articulación de las relaciones sociales de producción y de reproducción determinada por una
contradicción principal específica. Lo distinguimos así del sentido concreto de "!\lo
de los de actuación socio-económica" (sensu Vila &
Wünsch. 1990: o Wünsch. 1992). o del de ··praxis es
pecíficas que adopta el modo de producción de una formación social en unas coordenadas espaciale> ) temporales concretas" (Modo de Vida sensu Veloz.
1984: o Vargas. 1990). En realidad sólo se puede definir convenientemente una realidad por confrontación a su contrario. Al ha
cerlo. definimos al mismo tiempo su esencia y la contradicción principal que las identifica (las hace
realidades discretas).
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J. ESTÉVEZ ET AL. CAZAR O NO CAZAR, ¿ES ÉSTA LA CUESTIÓN? 7
Podríamos distinguir dos fases de aproximación: una primera. claramente influenciada por el Evolucionismo.
Engels. retomando la clasificación de Morgan. distinguió el estadio de salvajismo del de barbarie en función del progreso en la producción de los medios de existencia. Concretamente repitió el criterio del desarrollo de la alfarería. la domesticación y la agricultura para esa separación. tal como Jo propusiera Lubbock en 1866 al distinguir Neolítico de Paleolítico.
La fortuna de dicha clasificación. independientemente de las matizaciones sobre la asincronía de esos tres elementos en algunos casos particulares. exige una clarificación en términos de un nivel de análisis. que ponga de manifiesto las contradicciones principales que determinan esa ruptura y por tanto, la auténtica esencia de dos presuntos modos de producción distintos. 4
Si para Engels. el desarrollo de las fuerzas productivas era una distinción adecuada para separar las distintas fases del salvajismo y. a
No pretendemos aquí resolver el problema de la '"Revolución Neolítica·· que ha hecho correr ríos de tinta
y que. a nue,tro entender sigue sin estar conveniente
mente resuelta. Trataremos sólo de exponer las carac
terísticas con las que se han definido las sociedades
que basan su subsistencia en la caza-pesca ) la recolección.
éste del de barbarie, ello no presuponía una ruptura totalmente sincrónica en los otros niveles: la familia por grupos o la economía doméstica perdura desde el comunismo primitivo hasta el estado medio de la barbarie.
La economía doméstica comunista es la base de la preponderancia social que Engels atribuía a las mujeres de los tiempos primitivos. Pero la división del trabajo por sexos (el sobretrabajo que ~jercía la mujer) depende de otras causas que nada tienen que ver con la posición (preponderante) de la mujer en la sociedad. La división del trabajo era espontánea: sólo existía entre Jos dos sexos. La propiedad se derivaba de la división del trabajo, cosa que explicaba la pérdida de la preponderancia de la mujer al cambiar la importancia relativa de su trabajo en las sociedades pastoriles (Engels. 1876 ).
Para Marx (1857-1858) "la colectividad tribal resultante de un proceso natural. o si se quiere la horda. es el primer supuesto de la apropiación de las condiciones objetivas de su vida y de la actividad de autorreproducción y de objetivación de ésta". La comunidad es la propietaria de la tierra. que proporciona el medio,! a materia de trabajo y la propia sede (la base de la entidad comunitaria). El que una comunidad comunista primitiva se transforme en mayor o menor grado dependerá tanto de diversas condiciones externas_ climáticas. geográficas. físicas, etc .. como de su particular disposición natural: de su carácter tribal.
El desarrollo y la organización social primig~nia queda pues. según los fundadores del materialismo histórico. sometida a causas externas, a presupuestos espontáneos y a la dinámica histórica y sus avatares.
Haciendo un salto cronológico. ésta parece ser básicamente también la opinión de Montané ( 1982).
Este autor distingue un ''Modo de producción comunista primitivo apropiador·· (MPCA), con tres fases de origen. desarrollo y disolución, de un "Modo de producción comunista primitivo productor" (MPCP). Ambos tienen un mismo tipo de relaciones sociales de produc
ción, y se distinguen básicamente por el distinto desarrollo de las fuerzas productivas.
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Las relaciones de producción son igualitarias de forma natural. En el MPCA no existe otra división del trabajo que no sea técnica o por edad. condicionada biológicamente. Existe un igualitarismo.la propiedad es colectiva y no existe un factor de dinamización interno. Tampoco hay contradicción entre fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. Las fuerzas productivas tienen un alto componente natural (el objeto de trabajo -animales y plantas- existe y se reproduce independientemente de la acción humana).
Por todo ello. las modificaciones en las fuerzas productivas (el cambio de ese modo al siguiente) no es producto de una contradicción con las relaciones de producción. ni de una contradicción dentro de estas últimas. El factor causal es externo y está en la contradicción entre el "'hombre"" (sic) y la naturaleza a lo largo del devenir histórico.
El MPCA se disuelve cuando se incrementa la recolección de vegetales y la territorialidad. y la causa de utilizar unos u otros recursos potenciales deviene de una práctica social transmitida por generaciones. El conocimiento es el producto socialmente acumulado de prácticas de inmediatez (parecería que afirma que no existe una conciencia histórica).
Como los fines de la producción se corresponden totalmente con los fines de todos los miembros de la sociedad. no hay redistribución desigual y. por tanto. no hay nivel político. Las condiciones de disolución fueron coyunturales y excepcionales puesto que el MPCA no tiene límites para su reproducción. no existe ninguna fatalidad histórica intrínseca que conduzca a su extinción.
Según nuestro punto de vista. es indudable que la contradicción sociedad-naturaleza es mucho más importante en este modo de producción que en los siguientes. Sin embargo. afirmar que se resuelve básicamente a nivel de los medios de producción no es exacto: tal como afirma el mismo Montané. además de la reproducción de Jos medios de subsistencia hay que tener en cuenta la reproducción de Jos propios seres humanos. Una causación mecánica no explica suficientemente la variabilidad en la organiza-
ción de las unidades de producción. ni los ritmos diferenciales de transformación. ni la disolución del MPCA. La ideología. en la mayor parte de esas sociedades conocidas históricamente, refleja una desigualdad práctica entre los dos sexos. y contiene elementos que no hacen referencia exclusivamente a las relaciones entre los medios de producción y el objeto (la práctica apropiadora). que niegan la universalidad de la mediación de la naturaleza. pautando el papel de las mujeres en la producción y la reproducción.
En general. en esta primera aproximación se infravalora la capacidad alternativa de generar respuestas sociales frente a la naturaleza por la debilidad de las fuerzas productivas.
En una segunda fase de aproximación. se pone en cuestión esa fuerte determinación natural.
Aproximaciones radicales como la de Sahlins ( 1977) jugaron un papel decisivo en el cambio de opinión.
Desde una perspectiva más centrada. Ingold ( 1980) puso de manifiesto cómo el medio puede poner límites pero no especifica (determina) la forma o la intensidad de la explotación humana. El medio sólo determina las condiciones físicas y orgánicas dentro de las cuales. deben realizarse los objetivos sociales que ha determinado el sistema sociaL El mismo objeto natural puede ser tratado en muy diferentes formas: predación o protección. para la subsistencia o para el mercado. compartiendo o acumulando. El modo de producción cazador se caracterizaría como una predación en la cuaL el producto (obtenido en un medio comunitario). dirigido a la subsistencia. se comparte. El paso de caza a pastoreo no es una simple consecuencia de la intensificación de la caza (como pretendían los seguidores de la Paleoeconomía. Higgs. 1972: Higgs &Vita Finzi. 1972: cf Davidson. 1981 ). sino que se pasa por un momento de crisis en el que se rompen las relaciones de repartición normales. Se quiebra el equilibrio y la racionalidad anterior, generándose unas relaciones sociales de producción di~tintas. En ellas. los animales se transforman en propiedad de la gente que los sigue. protege. Y explota selectivamente para permitir su reproducción y acumulación.
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F. Bate ( 1986) aporta elementos interesantes a ese debate.
El modo de producción cazador-recolector se cualifica y distingue por la especificidad de la correspondencia entre el contenido de las fuerzas productivas y la forma de las relaciones so
ciales. Las primeras. se caracterizan por su precariedad. basada en la productividad natural no controlada. y (en eso se centra el avance de
Bate respecto a Montané) por el desarrollo técnico autorrestringido. Las relaciones sociales de producción se caracterizan por la no-propiedad
del objeto de trabajo y la co-propiedad sobre la fuerza de trabajo. los instrumentos y productos.
Esas relaciones de co-propiedad se objetivan a través de la reciprocidad generalizada. que es la
manera de compensar la precariedad de las fuerzas productivas. La división del trabajo es sen
cilla. no existe más que una división técnica coyuntural o de ámbito doméstico (sexo y edad)
o. como máximo, segmentaría (entre diferentes
unidades domésticas que ocupan nichos distintm,)
Aunque reconoce también que la contradicción sociedad-naturaleza tiene un nivel de ac
ción causal y estructural mayor que en otros
modos de producción. afirma que esa contradicción opera dentro del sistema social. en forma de condiciones objetivas de producción y repro
ducción. Los límites de la oferta del medio son relativos al grado de desarrollo de las fuerzas productivas. La tecnología no permite el control
(la disponibilidad) de los recursos biológicos. y por ello. las sociedades tienden. a través de la experiencia adquirida por crisis. a mantener un
equilibrio entre el tamaño de la población y los
recursos accesibles. Hasta aquí estaríamos de acuerdo con Bate,
que incorpora en su texto elementos interesantes (que comparte argumentos de Ingold y de Sahlins). Para que ese MP se dé, es necesario que existan recursos suficientes que permitan la
propiedad colectiva compartida. Cuando. por un desequilibrio en la población. la tecnología o los
recursos. se agudiza la precariedad y no permite la reciprocidad. comienza la disolución de este mcx1o de producción. En la propuesta de Bate no
se explica cómo se consigue ese equilibrio que
permite la existencia (la continuidad) del MP cazador-recolector: no está claro por qué la
redistribución igualitaria estimula la no preser
vación o la no acumulación de los alimentos.
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Esta debilidad argumental da posibilidades a la inserción de la cuña que planteó Testan ( 1982), así como a su dicotomía entre "sociedades cazadoras-recolectoras no acumuladoras" y "sociedades cazadoras-recolectoras almacenadoras", sobre la que incidiremos más adelante.
Otros autores que han incidido en este debate son l. Vargas y M. Sanoja (1974, 1990, 1995). 5 Para ella y él, hay un solo modo de producción recolector-cazador (Sanoja & Vargas, 1991 ). La "formación social apropiadora de alimentos o de recolectores y cazadores", en su fase iniciaL se caracteriza. entre otras cosas, por:
el nomadismo o el seminomadismo, la precariedad económica de la producción, que era compensada en el ámbito de las relaciones sociales por la reciprocidad, la brevedad del ciclo producción-consumo, la fluidez de las relaciones sociales en el interior de cada banda.
Muchos grupos permanecieron durante miles de años sin experimentar cambios sustantivos. En otros casos. se observa una fase de disolución que se vincula con modos de trabajo mixtos: en consecuencia. se prolonga el ciclo de producción-consumo. se restringe el espacio territorial explotado. se diversifica la producción, disminuye la precariedad. aparecen comunidades seminómadas con base central y se abre el camino hacia la tribalización autogestionaria o inducida (p. V).
En la fase final o de disolución hay una tendencia a la sedentarización que es producto de la existencia
En sus trabajos mantienen las categorías formación económico-social. modo de producción. cultura sensu Bate. pero introducen modo de vida. categoría que permlle dar explicaciones de los procesos particulares. También modo de trabajo. integrado por distintos procesos especfficos de trabajo. con uno en panicular que
lo define y marca el grado de importancia de los demás.
El modo de producción de una formación económicosocial y el modo de trabajo de un modo de vida per
miten la reproducción de la base material y de la vida social.
de formas de apropiación de alimentos. altamente diversificadas, de recursos naturales densos y predecibles (p. VIII).
Así pues, según estos autores, es la intensificación, la reducción de la precariedad lo que está en la base del cambio del modo de producción. En su texto de 1995, afirman que el cambio en el modo de trabajo presupone una necesidad socialmente expresada, la cual sólo puede surgir en una comunidad donde las formas de solidaridad hayan cambiado. Con ello. quieren decir que la transformación del sistema de relaciones interpersonales precede, en este caso, al de las formas de producción, distribución, cambio y consumo (Sanoja & Vargas. 1995: 23-24).
La formación social tribal o productora de alimentos ''se origina como resultado del predominio de las prácticas productivas sobre las apropiadoras, la planificación y creación consciente de un proyecto para la reproducción y la sobre vivencia de la especie en tanto que comunidad organizada. y de relaciones sociales de propiedad sobre un espacio territorial determinado" (Sanoja & Vargas. 1991: VIII).
Es, en cierto modo, la dinámica contraria a la que propugnaba Bate que. como hemos visto. propone un desajuste en las fuerzas productivas como elemento de disolución.
Aquí cabe la dicotomía binfordiana entre foragers y collectors entendida como fases sucesivas. O bien. cabría pensar en una sucesión entre los "precarios" y los "a1macenadores" de Testar! (1982).
La explicación de este último era que el almacenamiento suprime la necesidad, o inhibe la posibilidad. de movilidad y de cooperación. Por supuesto, si rechazamos un condicionante naturalambiental externo para ese paso. deberemos recurrir como Testart, a un desencadenante "natural/pre-existente" interno de las sociedades humanas. En su caso. al argumento del deseo natural de aumentar la desigualdad y de explotación. se le une la posibilidad de atesorar excedentes, la cual permite el consumo aplazado de lo almacenado. Ese almacenamiento sería, a su vez. un nuevo estímulo para la in ten-
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sificación de la producción. Todo ello hace desaparecer la colaboración y la ideología solidaria de compartir.
No hace falta insistir en las críticas que otros autores realizaron al texto de Testart. Efectivamente. no es más que una tipología. no se explica el porqué de ese paso de no almacenar a almacenar. puesto que las variables ideológicas universales que arguye son indemostrables.
En principio. y con base en todo lo dicho. debería ser posible establecer un modo de producción específico para las comunidades cazadoras-recolectoras por la unidad del sistema de relaciones sociales de producción y de reproducción que cualifican la base económica de estas sociedades.
El rasgo más característico con el que se ha definido la base económica de estas sociedades es su precariedad estructural. Esta situación de inestabilidad deriva de que las fuerzas productivas no intervienen directamente ni en la disponibilidad de los recursos naturales ni en el control de la reproducción de los bienes básicos para la subsistencia de la sociedad. Esta falta de control sobre la regeneración de los recursos. otorga un carácter de discontinuidad al proceso producti\'O global de las comunidades cazadorasrecolectoras.
¿Cuál es el motor del desarrollo en el MPC-R?
Como hemos visto. las teorías desarrolladas sobre el MPC-R han ido aportando elementos para su caracterización/comprensión. pero no han conseguido todavía una explicación totalmente coherente y global.
A nuestro entender. el problema surge de varios frentes.
Por un lado, la consideración de sociedades cazadoras-recolectoras prehistóricas y recientes como un todo homogéneo, enmascara el hecho esencial de que las prehistóricas dejaron de existir Y que no se ha dado, en cambio. ninguna transición no traumática a otro modo de producción entre las recientes, que habían logrado estabili
zarse y sobrevivir durante milenios. Las fases en que se encuentran las recientes y, aquellas
que corresponden a las formaciones económicosociales que sólo podemos analizar arqueológicamente. pudieron ser distintas. y por ello. tratarlas conjuntamente puede dificultar el descubrimiento de su contradicción motora.
A pesar de que desde hace mucho tiempo. y desde varios posicionamientos teóricos. se ha cuestionado el uso de la analogía etnográfica proponiendo alternativas varias. no se ha subvertido en profundidad el sistema explicativo establecido.
Por otro lado. la explicación no ha logrado desprenderse. al no reconocerlo. del androcentrísmo implícito en todos los marcos teóricos en que se desarrolla la ciencia. En antropología. se ha evidenciado este androcentrismo desde posiciones feministas. al mismo tiempo que se planteaba un análisis alternativo que daba presencia y entidad a las mujeres.
Desde la arqueología. y para acceder a un conocimiento objetivo del proceso histórico. debemos replantear el marco teórico general en esos dos frentes. elaborar los instrumentos conceptuales necesarios y desarrollar después. la metodología adecuada para poder contrastar las hipótesis formuladas desde esta nueva propuesta.
Planteamos pues esta nueva vía para el estudio de las primeras sociedades humanas con una Tesis de contradicción principal o factor movilizador interno para las sociedades cazadora<;recolectoras. Tesis de la cual se deriva una hipótesis referente a los factores causales. históricamente condicionados. que han determinado las relaciones asimétricas mujeres/hombres y que se desarrollan como diversos niveles y formas de opresión. explotación y discriminación.
Esta contradicción es la relación dialéctica específica que se establece entre las condiciones sociales de los procesos de producción de bienes materiales y las de los procesos de repro
ducción biológica y social. La contradicción se expresa a través de una
ecuación simple: entre las sociedades apropiadoras cuanta mayor es la producción más se compromete la reproducción social. La nueva contradicción. entre las fuerzas productivas y
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las condiciones de reproducción. se plantea en el seno de la sociedad. Y será esta contradicción la que. al desencadenar determinadas articulaciones de las relaciones sociales de producción y reproducción. permitirá entender la dinámica de cambio en estas sociedades.
Condiciones pre-existentes
Esta contradicción es una consecuencia estrictamente histórica que se desarrolla a partir de condiciones y contradicciones de otro signo preexistentes.
En las sociedades proto-humanas (o fase formativa del MPC-R) efectivamente hay que pensar en una contradicción básica entre los homínidos y su entorno, muy próxima a la contradicción universal de todas las especies: la lucha por la sobrevivencia.
La especie humana se desarrolla sobre una base antropoide. En ella, una estrategia reproductiva consistió en que los machos, la parte del grupo más prescindible a la hora de asegurar la reproducción, debieron asumir el papel de defensores del grupo. Para asumir más ventajosamente ese rol. adquirieron una mayor envergadura y fortaleza.
Esa tendencia quedó atemperada en la línea humana al incrementarse la complejidad en la conducta social y la instrumental y técnica. Otra forma de contrarrestar los efectos de la depredación en el medio abierto más hostil en el que se desarrollaron los antropoides homínidos pudo haber sido el incremento de la reproduc
ción r6
Las humanas tienen una capacidad reproductiva incrementada respecto a la de las antropoides (la fre-
La génesis de una nueva contradicción
Sobre esa base biológica. de elevada capacidad de reproducción y ligero dimorfismo sexual. se estructurará la sociedad humana original. Cuando el desarrollo instrumental y organizativo alcanzó un nivel suficiente, la contradicción entre la especie y su entorno quedó resuelta. 7 La utilización del fuego, por ejemplo, minimizó sin duda, las pérdidas homínidas por depredación, al tiempo que posibilitó la expansión por zonas climáticamente no aptas, para un primate tropical y el acceso a una alimentación más asimilable.
La contradicción se desarrolló. como hemos dicho, a partir de la naturaleza diferencial de las condiciones biológicas existentes entre los dos sexos previas a la especie Horno sapiens. Éstas son las condiciones materiales sobre las que se establecen relaciones naturales de reproducción. pero las condiciones (relaciones) de reproducción. al inscribirse ahora en las formas sociales que progresivamente dominan sobre la conducta biológica de la especie, adquieren la condición de relaciones sociales de reproducción.
El desarrollo de las fuerzas productivas liberó un enorme potencial, reproductivo y productivo al mismo tiempo. Esa capacidad alternativa liberó también los condicionantes de repartición sexual del trabajo. Los nuevos instrumentos y medios de producción pudieron ser fabricados y usados por cualquier adulto entrenado, que podía participar prácticamente en igualdad de condiciones en la defensa del grupo o en cualquier actividad productiva.
cuencia de la parición se multiplica por 5 si la compa· ramos con la de los chimpancés).
La desaparición del estro -que tradicionalmente. desde un punto de vista androcéntrico. se ha explica· do en función de la desaparición de la competencJJ entre machos o para reforzar los vínculos de parejapuede haberse producido. en realidad. para multipli·
car la capacidad de quedar preñadas. La acumulación de experiencias, el desarrollo instru· mental y físico en todo el pleistoceno inferior y medio son abrumadoramente lentos. si se compara con el rit· moque se desata en el pleistoceno superior. Se podría
decir que es un ritmo casi biológico.
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Este nivel de las fuerzas productivas, cuyo
desarrollo en la producción de instrumentos y técnicas extractivas o la recreación de la fuerza de trabajo es potencialmente ilimitado (no tiene límites externos). se encontró frente a la limitación de los objetos de trabajo. Los procesos de trabajo no habían logrado incidir, todavía, directamente en la reproducción de los recursos alimentarios. Es así como se generó esa nueva contradicción principal.
Los factores que podían propiciar una sobreexplotación de los recursos naturales son básicamente dos:
El desarrollo constante y progresivo de las fuerzas productivas. que permite aumentar la eficacia y rentabilidad de los diferentes instrumentos de trabajo y de la tecnología de apropiación de recursos subsistenciales. El aumento poblacional. que repercute en el aumento de la fuerza de trabajo y del número de consumidores.
La manifestación más palpable de esa contradicción queda patente en el equilibrio indispensable que han de procurar esas sociedades entre ciertos aspectos de la producción y de la reproducción. Por un lado. se tiende a la optimización de la disponibilidad de recursos. es decir. a la explotación máxima de la oferta mínima del máximo potencial reproductor del medio, y por otro lado, al mantenimiento de cierto nivel de densidad de población: accesibilidad a un número mínimo de individuos que posibiliten la reproducción biológica y social. La ruptura de ese equilibrio conduciría a una sobreexplotación de los recursos bióticos (y const::cuentemente. dificultaría la supervivencia de la sociedad) o la conduciría directamente a su desorganización (como ha sido el caso en numerosos ejemplos históricos).
Para que el sistema pueda mantenerse en e~a contradicción es necesario regular, controlar. los dos extremos: las condiciones en que se llevan a cabo los procesos de producción de bienes materiales y los de reproducción biológica Y social. Es decir, debieron poner en práctica
mecanismos de regulación de las condiciones en las que se desarrollan los procesos de producción de bienes y los de reproducción biológica y social.
En esa lucha por mantener el equilibrio sólo las sociedades cazadoras-recolectoras recientes debieron tener éxito. Otras debieron desaparecer, y sólo algunas superaron revolucionariamente ese estado. En ese proceso se experimentaron diferentes formas de control.
El control de la producción
Está directamente relacionado con el ciclo reproductivo animal y vegetal. Los instrumentos de producción de un nivel de paleolítico superior (jabalina con propulsor, arco ... ). permiten superar la distancia crítica de las especies animales, o enfrentar con éxito aquellas cuya defensa es activa. Esa capacidad depredadora pudo ser fácilmente el factor desencadenante -directo e indirecto- de la extinción sucesiva de especies (comenzando por los grandes herbívoros y carnívoros de reproducción más lenta) en Europa, Australia y América (EstévéZ, 1979: Estévez & Martínez, e. p.).
La experiencia ganada en las crisis. induciría a estrategias concretas de caza y recolección autolimitadas. Debió implementarse lo que Bate llamó ''sistemas de complementariedad".
En esa dirección. en la mayor parte de los casos, es más ventajosa una explotación limitada continuada que una acción puntual que genere una gran cantidad de producto acumulable, puesto que la primera permite la continuidad en la reproducción de los recursos. En el mismo sentido, cabe un cambio periódico o constante de la residencia para optimizar la explotación de los recursos bióticos. Con ello, podemos explicar las principales características de las fuerzas productivas: la precariedad estructural, labre
vedad y repetición continuada de los ciclos de producción-consumo, la no acumulación de alimentos. la no producción de excedentes. La autolimitación en la producción limita el desarrollo de los medios de producción o hace que, en todo caso, vaya dirigido hacia el aumento del
ocio.
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Incluso. podría haberse dado el caso de la creación de áreas reservadas que permitieran la recuperación de los recursos. al tiempo que establecen discontinuidades en la distribución de la gente (colocando así las bases materiales para la etnogénesis).
Este sistema puede desarrollarse por expansión hacia nichos económicos no explotados y, particularmente, hacia la explotación efectiva de recursos alimentarios de rápida reproducción. o de aquellos cuya reproducción no esté comprometida de manera decisiva por la explotación humana ejercida. También. incidiendo indirectamente en la reproducción de los recursos: eliminando competidores o creando artificialmente nichos ecológicos más favorables para la reproducción de las especies explotadas.
Esa organización debió ser sostenida por construcciones ideológicas conservaduristas y coherentes con el aumento del ocio y la inmediatez. La limitación del objeto de trabajo no es
siempre perceptible por los miembros de una comunidad en la inmediatez. Por lo tanto, las
experiencias críticas (las que p.e. provocarían los ciclos naturales biológicos de medio y largo plazo) debían recogerse en un corpus de consignas no directamente relacionadas con una experiencia empírica inmediata refutadora, pero sí suficientemente explícitas como para ser evocadas y utilizadas en los momentos críticos o en las prácticas de autocontrol cotidianas.
El efecto de la precariedad estructural afecta. y se ve complementada necesariamente, por unas determinadas relaciones de producción que se caracterizan. como expone Bate, por la reciprocidad como expresión de una forma colectiva de posesión de los diferentes elementos del proceso productivo. Ello, tanto para contrarrestar la precariedad como para maximizar el aprovechamiento del producto.
Hasta aquí. el esquema es coherente con muchos de los aspectos gue han sostenido los autores previamente citados. Sin embargo. el balance en la contradicción exige una acción sobre el otro término.
El control de la reproducción
Ciertamente. el control de la población puede ensayarse mediante distintas formas de organización de la dimensión y la distribución de las unidades poblacionales como estrategia para mantener una densidad de población suficientemente reducida. que permita subsistir aun bajo condiciones mínimas de oferta biótica pero. al mismo tiempo. suficientemente amplia o elástica como para poder estructurar una red de relaciones (para la producción y reproducción) entre los miembros de la sociedad cuyas frecuencias de interacción pueden agregar varios niveles significativos: banda. grupo local....
Pero ese control deberá ejercerse inevitablemente, a partir de un momento dado, directamente sobre las relaciones sociales-sexuales. Sin embargo. el control de la reproducción (especialmente en una sociedad pre-científica) sólo puede ser ejercido efectivamente si se ejerce directamente sobre las mujeres, por ser ellas el vector reproductor. La sociedad asumió e impuso este control y las convirtió en objetos a controlar y, en tanto que controladas. oprimidas. Al
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contrario que en la sociedad proto-humana. si hay ahora un segmento de la población que es prescindible ése lo constituyen las mujeres. puesto que por ser las reproductoras constituyen un factor de desequilibrio que compromete la reproducción social.
En última instancia el único método seguro es el control sobre el número de reproductoras. recurriendo incluso al infanticidio femenino. Ese desgaste biológico y social debe ser contrarrestado con una justificación ideológica igualmente fuerte.
Para ejercer este control sobre la reproducción. sometiendo a las mujeres (a un interés nmHín) es imprescindible. primero. una infra\'ztloración de ese segmento social. Una forma social utilizada en las sociedades cazadorasrecolectoras es consagrar la división socialc,cxual del trabajo. que posibilitará la clt:~\alorización de las muieres a través de la infravaloración de su aporte producti\'o: ~e infra\·aloriza no reconociendo el aporte real de los trabajos realizados por las mujeres. sean los que sean.
La infravaloración funciona por comparaCIÓn. de manera que se sobrevalora a los homhres sobrevalorando lo~ trabajos que rcaliz~m ; su aporte productivo).lo cual ks permite constituirse en la parte del grupo que detenta el poder.
Se construye así la discriminación. que se puede materializar en las formas diferenciales que adopten los procesos de distribución y las justificará.
La asimetría que se produce entre el trabajo realizado y los bienes distribuidos afectará desfaYorablemente a las mujeres.
La división social del trabajo. evidenciada a nivel de sexos, no puede ser entendida por motivos intrínsecos a la producción (los procesos productivos no "aceptan" o "rechazan·· a quienes están realizándolos). ni tampoco por condicionantes biológicos de la reproducción. puesto que ni capacitan ni discapacitan para Be\ ara cabo cualquier trabajo. Si la que nos determinara fuera la biología. no se precisaría del desarrollo de una serie de concepciones ideológicas que ratificaran lo evidente.
Las diferencias sociaks consecuentes serán justificadas por una serie de construcciones ideológicas que encontramos frecuentemente entre los cazadores-recolectores sobre el "pecado original de las mujeres".
Esta división social del trabajo constituye, pues. el aspecto fenoménico más ostensible del control social practicado sobre la reproducción.
Sustentamos. en consecuencia, q11e la determinación causal en las relaciones asimétricas entre mujeres y hombres no está en la diferencia biológica, ni depende de la voluntad de las partes o de un acuerdo entre ambas. Se encuentra en las contradicciones comenidas en la forma como se articula el proceso de reproducción bajo las condiciones sociales en las cuales. las condiciones materiales de reproducción biológica adquieren el carácter de condiciones sociaks de reproducción de fuerza de trabajo (pasaron de ser formas naturales. biológicamente determinadas. a formas sociales históricamente determinadas).
La superación de la contradicción
Vendrá condicionada a un desarrollo de las fuerzas productivas. El objeto de trabajo debe ser reproducible por el propio trabajo humano. El cambio revolucionario se produjo cuando se controló la reproducción biológica de animales y plantas (se estimuló su crecimiento. se eliminaron competidores naturales y a otros humanos. buscando garantizar la continuidad en su reproducción) intensificando su control sobre
el objeto de trabajo. empezando a ejercer una propiedad sobre los seres vivos o sobre los territorios en los que é~tos habitan. Efectivamente. el producto buscado pasa de ser la planta o el animal muerto. a ser la planta o el animal vivo
(reproducible). Decimos que la contradicción se supera con
la "Revolución Neolítica" en el sentido de que ahora la ecuación ha cambiado de signo: cuanto mayor es el trabajo invertido. mayor es el producto obtenible y la capacidad de reproducción social. La lucha en la primera fase del nuevo modo de producción será por obtener unos me
dios de trabajo, cada vez más extensos y
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redituablcs, lo cual se logra invirtiendo mayor trabajo y, por lo tanto, liberando las capacidades reproductivas. Paradójicamente, esto no condujo necesariamente a una mayor igualdad social entre hombres y mujeres sino que aumentó en general el grado de opresión. Sobre la ya existente desigualdad y dominio político de los hombres. éstos aseguran su supremacía continuando el control de la reproducción (ahora para aumentarla). que se ha convertido en la condición necesaria para asegurar la continuidad y la multiplicación del sistema. HJy que asegurar la continuidad de las fuerzas productivas. y lo más fácil es convertir a la mujer en productora de la deseada fuerza de trabajo que queda afiliada al grupo. Por la misma razón (asegurar la continuidad y la multiplicJción del sistema). se rompen los vínculos de compartir y de reciprocidad. puesto que el mismo producto constituye la base de los medios de producción y es necesario para la reproducción del grupo.
Se puede comprender así fácilmente. el surgimiento de la propiedad de los medios de producción (que comprenden a la propia mujer. a sus hijos y a los productos que se generen).'
Es necesario explicar cómo se pasa de una justificación ideológica del mínimo esfuerzo. de la no acumulación. de la moderación en la reproducción ... a una que exalte la mayor inversión de trabajo. la necesidad de acumulación y reproducción y de particularización de la propiedad. Todo ello requiere una transformación ideológica profunda que sólo debió realizarse
Se puede ver también la dtferencia entre el almacenaJe
en soc1edades pastoriles y agrícolas ) el que se puede
generar en algunas 'ociedades cazadoras-recolectoras
que dependen. en gran medida. de c1crtos recursos de
presencia muy abundante pero puntual en ttempo y
espacio. Por ello. se ven forzados a la conservaciÓn. al
almacenaJe.) a una inverstón de trabaJO muy conside
rabk en ese momento puntual: e mcluso. cuando di
cho' recursos están localmente muy limitados (los
salmones en los ríos). pueden eJercer un domimo muy
estncto sobre ese medio Sin embargo. continúan te
niendo un techo limitado a la producCión natural. y el producto generado tiene como f1n el consumo in
mediato. mientras que el producto agrícola-pastan\
está dedicado de manera fundamental a su propia re
producción
por la fuerza de una necesidad. ¿Cuál es el desencadenante, la crisis que se produjo y sobre qué base de condiciones materiales?
Creemos (Estévcz, 1979) que esa crisis fue forzada por un descontrol en los términos de la contradicción. Así. en realidad es un falso dile
ma el de si lo que primero condujo al cambio fue una intensificación económica (que transformó primero la ideología. las relaciones interpersonales o de propiedad o de reciprocidad). o si fue una crisis en la productividad natural (lo que estimuló la necesidad de una mayor inversión de trabajo que justificase la puesta en práctic:.¡ del seguimiento de la reproducción de los recursos bióticos).
Nos parece que el surgimiento de ese nuev(\ modo de producción pudo desarrollarse a partir de una intensificación de una economía diversificada. En primer lugar. porque una economía no especializada. o con énfasis en la recolección. puede tener unos límites más difusos en cuanto al alcance de la contradicción principaL Una economía de amplio espectro requiere um mayor inversión de trahajo (mayor númew y diversidad de bienes de consumo. mayor trab:.ljo acumulado en cantidad de conocimientos técnicos) que una sociedad cazadora-recolectora especializada. Como elemento compensatorio. una sociedad con economía de amplio espectn' requiere de un mayor conocimiento del marc(• territorial y, a su vez. permite una cierta sedentarización y puede acabar estimulando la propiedad ele la comunidad sobre el territorio.
No es necesario pensar en una fase transitoria caracterizada por unas sociedades cazadora~-
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recolectoras especializadas, cuya actividad apropiadora está lejos de poner en peligro la reproducción de sus recursos (como los
"almacenadores'' de Testart).
Aun así, es lógico que una crisis en alguno de los términos de la contradicción produzca un
efecto mucho más drástico en una sociedad cu
yas fuerzas productivas (fuerza de trabajo. medios de producción) hayan alcanzado un mayor nivel de desarrollo.
En realidad. la evidencia del pleistoceno fi
nal en Europa parece confirmar. en algunas zonas. una oscilación entre economías centradas
en una especie animal y economías diversificadas (Estévez. 1979. 1995). En generaL también las sucesivas especializaciones se centran en animales cada vez más pequeños (o lo que suele ser lo mismo. de mayor rapidez de reproducción). No es extraño que las sociedades cazadoras-recolectoras recientes aparezcan como habiendo alcanzado a lo largo de su historia un
nivel de explotación máxima de la oferta medioamhiental correspondiente al desarrollo de sus tuerzas productivas. Ese precario equilibrio puede
<>er interpretado falsamente como adaptación o supeditación a la oferta natural.
Conclusiones
El modo de producción cazador-recolector representa un momento histórico en el desarrollo
de la historia humana. Se caracteriza porque el modo de reproducción domina sobre el de pro
ducción. que lo ha determinado. Las fuerzas productivas no intervienen en la
reproducción de los medios de producción. concretamente, no controlan la reproducción de los
recursos alimentarios ( subsistenciales). Este
hecho determina un nivel máximo de desarrollo de las propias fuerzas productivas y. consecuen
temente. de las relaciones sociales de producción.
El hecho determinante. pues. es que el desarrollo de las fuerzas productivas (por un
aumento de la fuerza de trabajo) no significa necesariamente la posibilidad de un mayor de
sarrollo. sino que compromete las relaciones sociales de producción y reproducción. Esas
relaciones orientan el desarrollo de las fuerzas productivas hacia un aumento de la producti vidad dirigido no a aumentar el producto sino a disminuir la fuerza de trabajo (aumentar el ticmpo de ocio J En general. la~ relacione~ sociales de reproducción. al estar en contradicción con el desarrollo de las fuerzas producti\'a~. tienden a
frenarlo. La necesaria limitJ.ción de la producción hace
que una forma colectiva de propiedad de Jos medios de producción sea la adecuada. y se ejerza un control colecti\o :-.obre la fuer1a de trabajo. Esta forma colectiva de propiedad y el control colectivo sohre la fuerza de trabajo es articulada por un sistema ideológico: é:-,te. por una parte estructura (debido 3 la precJriedad y al tipo de
propiedad) las redes de reciprocidad que sir\' en para hacer frente a 1 as necesidades económicas. y por otra parte articula unos sistema>. de
filiación/parentesco y de dominio (relaciones de reproducción) que mantienen subordinadas a las mujeres (base de la fuerza de reproducción).
Dado que reciprocidad y relaciones de reproducción Jo que hacen es ejercer un control sobre la fuerza de trabajo. se estructuran indisoluble
mente. Tal como hemos expuesto no se puede pues.
afirmar que no existe ··política" en este modo de
producción. y tampoco puede hablarse de unas
relaciones sociales simples ni igualitarias. Ese dominio que se establece sobre las mu
jeres es un precedente que. por la~ mi~mas o
semejantes causas. puede extenderse a otros segmentos de la población (dominio de lo~ \·iejos
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sobre los no iniciados, dominio sobre gente de grupos vecinos-especialmente en circunstancias de stress .. ). aunque no tenga en este caso carácter esencial.
En nuestra explicación hemos desplazado el desencadenante causal desde la naturaleza a un causante social (el nivel de la contradicción entre producción y reproducción), históricamente generado a través de un encadenamiento de diferentes opciones alternativas. Los sujetos históricos tuvieron un papel activo (consciente e inconsciente), aunque difícilmente premeditado, en una dialéctica entre las causas y los fenómenos a corto y largo plazo 9
¿Cómo nos podemos enfrentar al estudio arqueológico del MPC-R?
Precedentes
El estudio de las sociedades cazadorasrecolectoras con registro etnográfico nos permite analizar formaciones sociales que han conseguido equilibrar el sistema de manera conservadora, pero entender cómo se desarrolló en su origen.la dialéctica que ha seguido la contradicción producción-reproducción. el proceso de crisis (la contradicción máxima) y su salto cualitativo a otro sistema (agrícola/pastoril) sólo podemos hacerlo a través de la arqueología.
Gracias a los estudios desarrollados por la escuela de paleoeconomía y a nuestros propios aportes (e{ Estévez, 1995 ), a finales de los 70 se puede decir que existía la posibilidad de representar el nivel de las formas de subsistencia ("'modos de trabajo·· sensu Sanoja y Vargas, 74) de sociedades paleolíticas.
Esto era coherente con los objetivos y perspectivas del materialismo cultural o ecológico en el que se enmarca la escuela paleoeconómica. Pero. desde nuestra perspectiva, esto era incoherente e insuficiente. Del binomio formación económico-social nos faltaba una forma de aproximación arqueológica al segundo elemento, a lo social. Eso además. impedía hablar de
E>ta dialéctica resulta difícil de abordar exclusivamente desde la arqueología y es un tema completamente a desarrollar.
economía al no conocer las relaciones sociales de producción implícitas en las relaciones económicas. Desde distintas posiciones se argumentaba la imposibilidad de esta aproximación a Jo social a través de la arqueología. Así pues. para ir más allá. lo social debía derivarse o extrapolarse de la etnografía. Por lo tanto. quedaba sesgado y mediatizado por una extrapolación actualística cargada de prejuicios y apriorismos (es el caso de la división sexual del trabajo).
Aun en el caso que pudiera haberse aceptado, a nivel de hipótesis, que en el MPC-R hubiera habido una correspondencia total entre las relaciones sociales de producción y las fuerzas productivas, estaba claro que no se podía extrapolar la fórmula de correspondencia existente en las sociedades cazadoras-recolectoras actuales, a menos que pensásemos que fueran totalmente fósiles e inmovilizadas en la historia. Esto generaba una contradicción en la propia lógica interna de esta aproximación. Efectivamente. la evidencia de los cambios ambientales entre la prehistoria y la actualidad, y las diferentes coordenadas ambientales (objetos de trabajo) de las sociedades recientes y las prehistóricas debieron haber provocado (correspondido a) diferentes modos de vida (diferentes organizaciones sociales -incluyendo relaciones de producción).
Necesitábamos nuevos instrumentos conceptuales para acercarnos adecuadamente a la organización social desde la arqueología.
El primer paso para la resolución fue la formulación de la "hipótesis espacial", que empezamos a desarrollar en 1979 (Estévez, e.a. 1984 ). En una primera fase entendimos que la organización espacial del registro debía contener una importante información sobre la organización social. Era pues, imprescindible cambiar la táctica estratigráfica predominante en la arqueología del paleolítico en Europa occidentaL en la época por una de excavaciones en extensión. Consecuentemente, debía analizarse la distribución espacial de las actividades realizadas en los asentamientos para demostrar que ella no era homogénea o azarosa (Vila, 1985; Vila & Argelés, 1986; Wünsch & Guillamón, 1987).
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En sucesivos trabajos (cj: Clemente. 1995; Piqué. 199 L Taulé. 199-t: Terradas. 1996: Wünsch. 1992), hemos ido perfilando los instrumentos conceptuales y metodológicos.
Si los restos arqueológicos son restos de la actividad social, el ordenamiento que e"tablezcamos debe responder a la búsqueda de la actividad social de la que derivan. Coherentemente con nuestro posicionamiento teórico pensamos que los seres humanos. en tanto que sociales y en función de su circunstancia histórica. se organizan para realizar todas las tareas de producción y reproducción en una determinada secuencia temporal y espacial. Si se pueden distinguir ni veles discretos de relaciones (las frecuencias y la calidad de las interacciones entre humanos permiten establecer distintos niveles de agregaciones discontinuos) y de actividades sociales (las formaciones económico-sociales tienen su tiempo y espacio discontinuo~). esta realidad deberá quedar fijada en la propia estructuración de los restos arqueológicos.
Nosotros llamamos estrategia organizati va de una formación económico-social a ese conjunto de procesos de trabajo y reproducción articulado en el tiempo y espacio (sería la
expresión. en una sociedad concreta. del modo de producción sensu lato). Esa estrategia com
porta la necesaria existencia de unas determinadas relaciones sociales de producción y
reproducción. Esa estrategia organizativa no es aleatoria sino que responde a una determinada organización de la relación entre las relaciones sociales de producción y las de reproducci(m. y por lo tanto. está ligada al nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y a su relación con el medio ambiente.
En primer lugar. los humanos necesitan. para su subsistencia y reproducción, obtener una serie de bienes materiales que usan y consumen. Por Jo tanto, esa estrategia (y coherentcmentc.la deJa investigación también) debe. en primera instancia. referirse a los procesos de J.lroducción y consumo de bienes materiales. 1"
Estos procesos de obtención de bienes materiales comienzan por la búsqueda de materias brutas (recursos que se obtienen del medio).la aplicación sobre ellas de una determinada fuerza de trabajo para obtener materias primas. instrumentos y medios de trabajo que permitan seguir explotando los recursos para la producción de bienes aptos para su uso y consumo.
'" Son \os restos de éstos los que la arqueología ordena
en el tiempo y espac1o. Ésta debe pretender. a panir de esa ordenación. representar un modelo (repn:senta
ción simplificada) de las relaciones sig.nificati\as
(esenciales) de la actuación social y económica de la
formación social. a través de la representación de su
estrategia organizatiYa.
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Puesto que la obtención de materias primas es el primer paso en la producción de esos bienes materiales, sería coherente organizar nuestro análisis a partir de las estrategias de gestión de los diferentes recursos naturales.
La estrategia de gestión es, por tanto, un concepto descriptivo que comporta, por un lado, la ordenación en el tiempo y en el espacio de los procesos de trabajo implicados y, por otro lado, la secuencia desde la producción hasta el consumo.
Así, podríamos caracterizar las estrategias de gestión de los diferentes recursos naturales a través del análisis de los procesos de producción para la obtención de bienes, la integración de éstos en otros procesos de producción ... y así hasta la distribución y consumo.
En los distintos productos finales (materias primas, instrumentos. residuos y deshechos) quedan reflejados los procesos de trabajo que han sido condicionados por (son la materialización de) las relaciones sociales de producción (quién lo hace. quién tiene la propiedad. quién utiliza/disfruta el bien) en conjunción con los medios de producción (materias primas+ condiciones de producción +instrumentos de trabajo) y el desarrollo de las fuerzas productivas (cómo se gestionan bs recursos).
Estas consideraciones deben guiar el análisis del contenido (función, producción y forma) y de la forma (organización espacial) del regis
tro arqueológico. De la misma manera que podemos hablar de
gestión de recursos naturales podríamos hablar. en otro plano, de gestión del tiempo (a qué debe dedicar su tiempo cada segmento de la sociedad, cómo/quién se gestiona ese reparto), 11 del espacio (dónde --en qué condiciones- realiza sus actividades cada segmento social) y de los conocimientos o la información.
En cuanto a la organización del espacio, ella es consecuencia de la contraposición entre los
mecanismos para la maximización de los esfuerzos y las necesidades sociales de un ámbito que colme necesidades planteadas por la pro-
ll O lo que es lo mismo: cómo se debe organizar socialmente la secuencia de\ trabajo y la cantidad de esfuerzo invertido.
ducción y la reproducción. En la práctica arqueológica se pueden poner de manifiesto (Wünsch, 1992) asociaciones significativas de elementos que nos permitan fijar patrones de interrelaciones espaciales ilustrativos de la gestión social del espacio, donde también. se manifestarán las relaciones de producción y reproducción. Así, podemos considerar el asentamiento como otro resultado de las relaciones sociales de producción y reproducción. materializadas a través de procesos de producción. consumo y distribución, en contenidos y formas de patrones de interrelación espacial.
En el caso de las sociedades del MPC-R deberíamos poder detectar una distribución desigual de bienes, el origen de una concepción subjetiva de valor (manipulada por el dominio político de los hombres). asociado a una pautación de la organización espacial de los proceso> de producción. distribución y consumo (una distribución no azarosa de instrumentos. residuo~ y bienes consumidos).
El segundo paso necesario era el desarrollo de esos instrumentos metodológicos. El objetivo era depurar la metodología arqueológica y verificar modelos explicativos o leyes generales del MP cazador-recolector.
Para deshacer ese nudo gordiano de la contradicción entre las fuentes etnográficas y el registro arqueológico creímos adecuado provocar justamente esa confrontación.
Etnología y arqueología han sido consideradas diferentes por su objeto de estudio y su aproximación al mismo. Esto ha provocado. como hemos dicho. la incomprensión del fenómeno en su globalidad y por tanto de las razones esenciales del ser social. por Jo que debemos superar esta práctica divergente (Argelés. a.e 1995; Estévez & Vila, 1995).
Etnología y arqueología, como las demás ciencias sociales, comparten un mismo objetn de conocimiento: el ser social, que se manifiesta
en multiplicidad de fenómenos que hemos convertido en distintos objetos de estudio que, a su vez, han servido de coartada para separar
artificialmente las ciencias sociales. Pensamos (Piana, e.a. 1992; Vila & Piana.
1993; Estévez & Vila, 1995) que el estudio arqueo-
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lógico de una sociedad cazadora-recolectora documentada etnográficamente podía ser una manera de desarrollar estos instrumentos conceptuales y de verificar la hipótesis de correspondencia "'organización del espacioorganización social". Por ello iniciamos (en 1988) el proyecto de investigación en Tierra del Fuego 1 Argentina). 1 ~
Etnoarqueología
Ll aproximación de la arqueología a la etnografía había existido siempre. desde los orígenes de ambas. La práctica más corriente fue el uso de la analogía como principio: la inferencia inductiva de proyección de lo conocido a lo desconocido. Esa inducción fue utilizada poco. rigurosamente p:.1sando de las analogías simples (tipologías líticas. p.e.) a otras totales (a igualdad de instrumentos-identidad de sociedad).
A partir del desarrollo de la New Archaeology (y debido aliento avance de la hegemonía mundial política e ideológica de los L'SA) se empezó a divulgar otra manera de aproximación a la etnografía: la etnoarqueología.
Aunque la palabra etnoarqueología se utiliza por primera vez en 1900. y no vuelve a aparecer hasta finales de los 60. los estudios no integraban una nueva disciplina. sólo analizaban con perspectiva arqueológica la llamada cultura material de pueblos actuales. En 1968. Gould inventó el término Living Archaeology o etnografía arqueológica. que está incluida. pero no era igual. a etnoarqueología.
Hacia los 80 se consagra el término etnoarqueología básicamente con la New Archaeology. como medio para construir teorías de alcance medio. A partír de aquí, la etnoarqueología debe implicar siempre una reJa-
Entre 1988 y 1992 este proyecto se denominó
"Contrastación arqueológica de la imagen etnográfica
de los canoeros magallánico-fueguinos de la costa norte del canal Beagle'· y fue financiado por elcoNJCET.
el cs1c. el JCI y algunos de nosotros. A partir de 1993
se aprovechó la realización del proyecto financiado
por la llE y la DGil"YT "Marine Resources al the Beagle
Channel prior to the industrial exploitation: an
archaeological evaluation".
ción entre los datos actuales y el conocimiento del pasado. No intenta dar explicaciones globales sobre procesos de cambio. pero con la New Archaeology se desarrolla el estudio de pueblos actuales con el fin de derivar analogías útiles para comprender el modo de vida en la prehistona.
La aproximación etnoarqueológica por parte de la opción post-procesual implica estudiar desde dentro cada cultura para comprender las pautas culturales en cada caso. ya que niegan relaciones universales tipo ley. Sus aspiraciones finales para un trabajo son proponer hipótesis.
No acaba aquí el panorama etnoarqueológico. pero podríamos resumir las múltiples y variadas definiciones en dos concepciones: una estricta. que implica trabajo de campo etnográfico con criterios arqueológicos para obtener información sobre la cultura material. y otra amplia. que incluye cualquier relación entre arqueología y etnología/antropología.
Nuestra aproximación a la etnografía es algo diferente a las mencionadas. A partir de una definición de los rasgos esenciales del MP cazador-recolector queremos ver cómo quedan éstos materializados en el registro etnográfico y arqueológico correspondientes a una misma sociedad (expresión fenoménica concreta). La unidad en el objeto de conocimiento resulta en una complementariedad contradictoria de las fuentes directas (arqueológicas) y las indirectas (etnográficas).
Etnoarqueología sería pues una inteifase para el desarrollo metodológico de ambas disciplinas a través de un caso concreto de estudio. Al hacer interactuar ambas fuentes dialécticamente, en cuanto a qué manifestaciones de las relaciones esenciales. las enriquecemos en una nueva síntesis.
Nuestro objetivo es depurar la metodología arqueológica y verificar modelos explicativos o leyes generales del MP. cazador en este caso. Y, al mismo tiempo. resolvemos un problema histórico concreto. expresión fenoménica de una realidad general: el proceso de cambio en sociedades cazadoras-recolectoras (Estévez & Vila,
1995).
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Así, usamos técnicas arqueológicas en el estudio de objetos etnográficos, así como datos etnográficos para verificar propuestas metodológicas arqueológicas, y datos arqueológicos para refutar o validar afirmaciones etnohistóricas.
El proyecto se inició con un análisis exhaustivo de la información etnográfica para destilar el comportamiento social significativo del MP, es decir. la contradicción principal y el carácter de la misma. Pero descubrir las leyes de desarrollo social implica considerar el MP concreto (cómo mantienen el equilibrio). pero también su origen y transformación. para lo cual contamos con los estudios previos de Orquera y Piana sobre el proceso de poblamiento del Canal Beagle durante los últimos 6.000 años.
Además, pretendemos elaborar una metodología general arqueológica. y pensamos que trabajar con este tipo de registro permite formular preguntas a respuestas ya conocidas. y por lo tanto. depurar la forma y la dirección de la encuesta arqueológica. Estas respuestas de berán hallarse luego en la arqueología prehistórica.
Con la interacción entre experimentación. etnología y arqueología pretendemos formular patrones de interrelaciones espaciales o rasgos recurrentes consecuencia de la repetición de estrategias organizativas, determinadas por la organización social de los procesos de producción y de reproducción. Conjugar estas fuentes nos permitirá reconocer la información crítica. Es decir. saber qué deberíamos esperar pero no se encuentra, formular hipótesis del porqué y ver cómo se pueden adquirir o suplir satisfactoriamente.
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