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Maine
(1861)
o Kovalevski
(1890),1
por
no$brar
sdlo
alguiros
de
los
mds
g.andes, r'eunieron
grandes car
tidades de
informaci6n
sobr'e
las
diversas
forrras
de
propiedad
y
trabajo,
aumentando
con
ello nuestra
comprensi6n
de las
sociedades
antiguas
y
medieva_
les de
Orie[te
y
Ocbidente.
Toda
esta
informacia'n'
usada
de manera
comparativa,
nos
ayuda
a
co]n-
prender:
ias
muchas
socjedades
de Asia,
Amirica,
Africa
y
Oceanla
progresivamente
descubiertas
por
Europa en
el'curso
de
su
expansidn
colonial
e
im'
perialjsta. Usada
ioulparativamente,
esta inforn'ln_
ci6D
conslituyc
la
base
fundamental
de
cualquier
tcoria
sobte
la evoluci6n
de los
hunranos,
que
a
pesar
de sus
innegables
estreoheces
de miras
y ert-cr
res sobrevive
arin como
teoria
evolucionista
irnrlLi'
lineal
de
la
humanidad.
Para fundar
de manera convincente
el
ar'gulncn_
to
de
la
realidad
e importancia
de
la
tcoria aniro
pol6gica
de la
economia
para
el
desarrolio
de
1a
modema
antropologia,
y
mostrar
que
no
se
limila
solamente
a
Malinowski,
hay
que
hacer
ieferencia
a
obras como
Primitive
Polynesian
Ecofiorny
(1939),
de
Raymond
Firth,
The
N et
(1940),r
de
Evans'Prit-
chard,
y
otras
tan
importantes,
aunque
menos
co-
nocidas, como
The
Econotny
of
Cenltal
Chin
'L'ti.
bes
(1943),
de
Stevenion, The Econamy
of
the
Inctt
State
(1957),
de John
Murra,
y
Kap.tuku Papuan Eco-
norn
(1963),
de
Leopold
Pospisil,
por
citar s61o
al-
gunos,
2.
Merece
la
pena
lambi4n
mencionar el
trabajo de Mor-
san,
"Los
odgenes
de
la
familia,
la
propiedad
privada y
el Es-
iado'
(1877,
la
so.kdad
t1rimitira,4..
parte).
BD relaci6n
con
cstc
punto puede
verse ni inkodtrccidn
a
Sabre el nado
de
pra.luccidh
asidtiea
(Erdecor,
C6rdoba,
1966).
3. Lo\ nrct,
Barcclona, Anasrama,
1977.
10
El
ploblema
primordial
que plantea
la antropo-
logia
econ6mica, sin
embargo,
no
es
tanto
de hecho
como
de
derecho.
Y
esta cuesti6n
de
derecho tiene
que
ver
con
el
papel ftal
la
importancicL
telati)a
iLe las
telaciones
econdmicat
en
la ligicrL
ptolunda
que
opera
en
la
eroluci'n
de las
sociedades
htna'
fias.
Ires
puntos
principales
cenlran
Ia
ateDcidn
de
los
antropdlogos
econ6nlicosi
1-
;Qud
queremos decir cuando
hablamos
de
realidad
econ6mica?
2Qu6
tenemos
en mente
cuan-
do intentamos
analizar la
economia
de
una
socie_
dad?
2.
TCudles
son los limites
de
la
antropologia?
;Qu6
tipo
de
sociedades
estudian
los
antrop6logos
y
existeri razones
te6dcas
que
jusiifiquen
dicho
con-
tenido y
dichos limites?
3.
;Qud
es Io
que produce las estructuras
eco'
n6mi(as,
y
cual es
su
e[ecLo
sobre la ol,ganiTacidn
y
evoluci6n de
las
sociedades
estudladas
por
los
an-
trop6logos?
Estas
tres
preguntas
se hallan
ligadas
entre
si,
pero
las
discutiremos
por
separado
en aras de una
mayor claridad.
La srntesis
critica
de los resultados
a
que
Ileguemos
nos
permiti16
Ial
veT.ugcrir Lrn
cambio en
la
base
del
anrilisis
te6rico
de tales cues-
tioDes
y
de la antropologia
en
general.
DEFIMCION DIi LA ECONOMIA
Tres
distinlos cnfoques a la
definicjdn de
la
eco'
ron'iia lTan
venido
siendo ofrecidos
por
los antro-
prl1ogos,
lo
qLrc
no
clifiere
clenrasiado
de
la
siluaci6n
:,
11
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
3/55
1'
l
quc
rcina
cntac
los economjstas
desdc principios
de
cste
siglo.'
Para
Herskovirs,
LeClair,
Burling,
Saiisbury,
Schneidcr
v
torios aqrrelkr5
qu'ri,t
.r
\r
nt,,
ru\
como
.lotmrli:tis
.;f
"f.;.,oi.
a
economia
es
(el
estudio
de
la
conducta
hurnan
con
relacidn
al
uso
alternativo
de
los bienes
csca
sos, (Robbins
1947).5
Esta definici6n,
propia
rle
1os
marginalistas,
es defendida
en
Ja
actualidad
por
la
mayor parte
de
los economistas
occidentales
no
marxistas.6
Karl
Polanyi
(1957),
George
Dalton
(1971)
y
otr.os,
en canbio,
se
muestran
decididos
oartidarios
dr:
una
definici6n
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4/55
relaciones vigentes
eran
de
tipo
precapitaiista,
fun'
dadas
en
la
pequefra pr.opiedad
que
coexistia con
relaciones
de
producci6n
de
tipo
feudal
y
comuni-
ta
o. El modo
de
produccidn
capitalista, sin
embar.
go,
fue
gradualmentc
hacidndose
con toda la
produc-
ci6n indusrrial,
y
pronto
abarcd igualmente
e1
6rea
de la agricul:ura,
dominando
por
entero
toda
la eco,
nonTia
nacional,
.
EL PNOEESO
DE
PRODTICCION
El
proceso
de
produccirin
abarca
por
igual
las
relaciones
que
los
humanos
mantienen
entre
si,
co-
mo
las
que
dstos
mantienen con
la
naturaleza,
EI proccso
cle producci6n
como
forma
sociat
dc apro-
piaoidn
de
Ia nrturaleza
En
su
sentido
lato,
ios modos de
producci6n
son
conjunlos
duales de
estn:cturas
sociales_
Por
un
la-
do
se componen
de fuerzas y
relaciones
de
procluc-
ci6n
que
organizan
los
procesos
producliros
y
lJ
distribucron
de
.os
biene..
mareriaics
en
el
inrerio
de una
sociedad
concreta
(modo
de
producci6n
en
sentido
restringido).
Por
otro
lado,
se
componen
cle
aquelias
relaciones
sociopoliticas,
juridicas
e
idco
ldgicas
correlativas
de dichas
formas
de producci6D
de
las
rnismas.
Resulta
evidente que
una
dcfinicirit
como
la
expresada
se
niega
a
considerar
en
aisiado
los
procesos
de
produccidn,
llevando
en
cambio
cl
andlisis
pol
deiroteros
y
njveles que,
habitualmcn.
t4
te,
constituyen
para
los
economistas
nvariables
ex6-
genas)
con respecto al
proceso
econdmico mismo,
considerdndolas
por
lo
tuismo
externas a
su
disci-
plina.
La
definicidp
de
10
que
entendemos por
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5/55
lr
t'
cl
I
Iodo
proceso
de
produccidn
hace
intervenir
una
combinaci6n
concreta
de
factores
de produccidn.
Lo
que
define
a
los
factores
de
produccidn
como
objeto
o
medio
de
trabajo
es
el
lugar y
la
funcidn
que
ocupan
en
el interior
de
cada
concreta
combi-
nacidn.
Asi,
por
ejemplo,
en
las
sociedades
cazado_
ra\
y.recolecroras,
Ia
tierra
(como
part
los
pescado-
]:s
et.aCua)
es
solo
un
objeru
de
rrdbajo,
lo
que
Marx
llama
.el
almacdn
dc
suminislros
primirivo_
y_el
(Leroi-Gour,
han
197,)
El
estudjo
de las
herraEjentas,
en efecto,
condu-
ce
al
esrudio
del
modo
como
los
humanos
ias
em-
plean
y
al
andlisis
de
las
formas
sociales
de
trabajo.
El
lrabajo
puede
ser
o bien
una
actividad
intelec-
tua],
o rrnr
actividad
colecliva
que
implica
fornas
de
cooperajidn
diferentes.
pero,
en
todos
los
casos
tunciona denrro del nmrco de
la
djvisi6n
social
del
trabajo,
que
puede
basarse
en
el
sexo
o
la
edad,
o
en
critedos
m6s
complejos
que
dan
lugar
a
la per_
tenencia
de
los
trabajadores
a
clases
o
castas
di-
versas.
Andliaia
del
rrabajo
L:"s
combinaciones
de
factores
de
produccion
tle-
nen
lugar
en
el
interior
de
ul
contexto
social
al
que
daremos
el
nombre
de
se.
P4
e-s r uru,l;
oon
dstas
las que
cstablecen
las
relaciones
...;;;
d""-
Son
tro
de
las
cuales
los
individuos
llevan
a
efecto
el
proceso
de produccjdn.
La
antropologia
estudia
to-
da
una
serie
de
relaciones
sociales
y
unidades
de
produccicin.
Segd[
su actividad
productiva,
las
uni-
dades
de produccidn
pueden
ser
familiarcs,
aideanas
o
tribales,
e
incluso
llegar
a
coDstituir
grandes
sis_
t7
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temas de
irrigacidn o
cultivos aterrazados como
los
de
las altas
culturas
precolombinas, formadas
por
grupos
tribaies
6ajo el
liderazgo
de un
poder
cen-
rral.
Las
economlxs
cazadoras.
como
]as
de
los
in-
dio.
pies
negros ai Norteamdrica,
dependen de
do.
tipos
dEiobi6
iBnlGs
pie-s
negros,
por
ejemplo,
practicadan
dos tipos de
caza
distintos,
segtn Ios
bisorLtes se
hallaran
agrupados
en
grandes
rebaios
(caza
de
primavera
y
de
verano)
o
dispersos
en
pe"
queflos
grupos
de
animales
(caza
invernal
y
de oto-
flo).
La caza
estival
lequeria
la cooperaci6n
y
con-
certacidn
de toda ia
tribu,
asl
como
una
politica
tribal
que
impidiera a los
individuos
dedicarse
a
la
caza
por
cuenta
propia,
espantando al bisonte
hacia
otios terrilorios. La
caza invernai,
en
cambio,
de-
pendia
de
la
cooperacid;r
dc grupos mucho
mds
re-
ducidos,
bdsicamente unidades familiares
que
ope-
raban en territorios traCicionalmente delimitados
y
fijos.
El reagrupamiento de toda la tribu en
prima-
vera
abria
la estacion dc las
grandes
ceremonias
po
liticas
y
reliSiosas.
De
este modo,
Ia
estrecha
adapta-
ci6n de
las relaciones sociales
y
econ6micas del
grupo
social
a
los
hAbitos
de
los
animales cazados
inducia
un vasto
movimiento
de sistole
y
di6stole en
la vida
social.
En
las
sociedades
precapitalistas,
el
trabajo
pro"
ductivo
se organiza
generalmente
con la
ayuda
de
servicios personales espontdneamente
prestados
u
obligatoriamente
iDpuestos
a
trabajadoies
que
su.
plementan
con sus
esfuerzos
la
productividad
del
grupo
de
pa.entesco.
Los
trabajadores
suplementa-
rios
hacen
esto
en
nombre de
determinados
lazos
famiiiares, pollticos
o religiosos,
que
en
cada caso
juegan
un
papel
concreto
en el conjunto
de
las rela"
,,
.
ciones
de
producci6n.
En la
mayor
parte
de
las
so-
ciedades
precapitalistas,
el trabajo
es
un
acto
de
cardcter
truiltiple,
de caracter
a la vez econ6mico,
politico,y
religioso. EI
trabajo
eD cuanto
tal,
como
activiaad
puramente
econdmica,
simplemente rTo
DIVISION
DEL TRABAJO
ENTRE
SEXOS
Y GE.
NERACIONES.
Toda
forma
de produccidn,
por
lo
demis,
supone
una
divisidn
del trabajo segin
los
sqxos
y
las
generaciones.
Entre
Ios cazadores
y
re-
co]ectores,
Ias
mujeres
y
los
niflos
se encargan
de
la
recolecci6n y
la caza
de
animales
de
pequeio
ta-
maf,o, Esta
especiaiizacidn
sexual
de
las tareas de"
muestra
que
la
cooperaci6n
entre
sexos es funda-
mental para
la
supervivencia
en ias
sociedades
pri-
mitivas,
Io
que
clarifica
uno de
los aspectos
de
la
importancia
del matrimonio
y
los
grupos
familiares
en dichas
sociedades.
Un
anelisis
estadistico
de
los
hdbitos
alimentarios
de algunas
de estas
sociedades
cazadoras y
recoiectoias
ha
mostrado
de manera
fe-
haciente
que
la
dieta
de
estos
gmpos,
incluido
al-
gtn
grupo
de
grandes
cazadores,
como los
hadza
de
Taozanis,
es en
un 60
ob
de
tipo vegetal.
Lo
que
\ie-
ne
a decirnos que
la
dieta
de este
tipo
de
sociedades
ciepende
del trabajo
femenino
en
la
misma
medida
al
menos
(si
no en
mayor
medida) que
del
trabajo
mascuFno.
A.l
analizar
un ciclo
productivo,
debe_
mos diseccionarlo
en
sus
diversas
fases.
identifican_
do
en
cada
una
de
ellas la
forma
caracteristica
de
organizaci6n
de)
trabajo
y
la forma
de
cooperacidn
dominante.
Por
ejemp)o,
entre
los
hiruya
dc
Nocva
Guinea
el ciclo
agricola
parc
la
produccidn
dc
brratas
y
$
t9
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7/55
l"
I
d
i
)
taro impiica
seis
distintas
fases: 1)
la
tala
y
roza
de la
maleza
y
ei
bosque,
que
depende
del
trabajo
masculino
colectivo
y
de la coopcracidn
ampliada
de
los
consanguineos y
otros
parientes,
asi
como de
ios
coiniciados
y
conveainos; 2)
la
quema
de
la
ma-
leza talada y
rozada, que
depende
del
trabajo
feme-
nino,
en
su
forma
de simple
y
restringida
coopera-
ci6n
de
las mujeres
del usua
o
o
usuarios
de la
futura tierra
de
labor;
3)
cercado
de
la
huerta,
que
se
realiza
mediante el
trabajo colectivo
masculino,
fundado
en
la
simple
cooperaci6n
ampliada; 4)
plan-
tado
del huerto
reci6D
cercado,
que
es de la incum-
bencia femenina,
trabajando
cada mujer
en
su
pro-
pia
parcela
dentro
del
huelto colectivo;.5)
cuidado
del
huerto,
que
es cosa de
cada
mujer
con relacidn
a
su
propia
parcela;
6)
cosecha,
seguida
de
Ia
prepa-
racidn
del
producto
para
hacerlo
apto
para
su
comi-
da
(pelado
y
cocinado de
los
tubircuios), tambidn
de
incumbencia
exclusivamente
femenina.
Tenemos
aqui un
ejemplo de
proceso
alternante;
trabajo
co-
lectivo
masculino
primeramente,
seguido
de
un
tra,
bajo
individual
femenjno. No puede
decirse
lo
mis,
mo
de
la
producci6n
del
cultivo de
la
cafia de
azj,
car,
que
entre
los
baruya
es
de incumbencia
total-
mente
masculina, dado
gue
estd
prohibido
arias
mu-
jeres
y
a
los
muchachos
no
iniciados
planiar
o
ni
siquiera
cuidar un hue
o
de
cafia.
En
cambio.
la
cria de
cerdos
y
la recolecci6n
de
plantas
y
bayas
silvestres
estd
estrictamente
reseNada
a
las
muje-
res.
En la sociedad
baruya,
como
puede
verse,
no
existen
precticamente
actividades
en
las
que
los
hombres y ias
muieres
realicen
una
labor
confunta.
DIVISION
DEL
TRABAJO
Y FORMAS
DE
COOPE.
20
RACION
(SIMPLES
Y
COMPLEJAS).
En
las formas
simples
de
cooperaci6n,
los
productores
se reinen
entie
si
p.1ra
llevar
a
cabo
el
mismo
o andlogo
tipo
de
trabajc,
La cooperacj6n
simplr
puede
reducirse
3
unos
pocos
individuos
o extenderse
a
un
grupo
m6s
amplio,
segfn
sea el
tanuflo
y
la
utgencia
de
Ia
ta-
Bla.
Ari,
por
ejemplc-r,
cuando
ios baruya preparan
un
nuevo
huerto
eD
una zona
de
la
sclva que
ha
sido
recientemente
roturada,
Ios
que
cultivan
dicha
tierra
prepalan
estacas
en
el
bosque
para
defenderla
de
ias
devastaciones
de
los
cerdos
salvajes.
Esta
actividad
masculina
puede
ser realizada
de manera
individual,
pero
con frecuencia
adopta
la
forma
de
cooperaci6n
simple
restringida
a ]os
hombres
cuyas
mujeres
plantar6n
y
cuidarrin
el huerto.
Las
mujetes, en-
tonces,
transporfan
]as
estacas
ai
lugar
donde
dste
se
halla
emplazado,
bajo
la
forma
de
cooperacidn
simple;
y,
cuando todas
las
estacas
han
sido prepa-
radas y
transportadas,
un gmpo
de aproximadamen-
lc
vcinle
hornbrcs.
pJr
ir.ntes
J
convecino-.
v.crc
parJ
a),udar
a
construir
Ia empalizada
en
un
solo
dia,
y
bajo
la
forma
de
cooperaci6n
simple
y
ampliada.
Los
beneficiarios
de esta
ayuda
devolver6n
el
favor
cuando
sea el
momento
de
construir
sr.r
propio
huer-
to
cada uno
de
los
que
en el
momento
de construir
el
suyo
le ayudan.
Ls
forma
de cooperaci6n
compleja
se
produce,
en
cambio,
cada
vez que
uu grupo
de
productores
se refne para
realizar
tareas
distintas pero
comple-
mentarias.
La
caza
con
red,
por
ejemplo,
de
los
pig.
meos
mbuti
del
Congo
o de los
indios
shoshone
de
las
Grandes
Llanuras
americanas
son
un
buen
ejem,
plo.
Entre
Ios shoshone,
varias
familias
nucleares
podian
llegar
a unirse
entre
si en diversas
doocas
del
2t
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aio
para
formar
bandas cooperativas
que
se
dedica_
ban
a ),a
caza
de conejos
y
antllopes,
cuando
estos
eran
abr.rndantes,
o
simplemente
a la
recogida
de
pi"
iones.
Los cazadores
unian
sus
respectivas
redes
para
formar
una dc
varios
cientos
de
pies de largo, mien'
tras
ias
mujeres
y
los
niflos
aztzaban
a los
anima-
les
hacia
ellas. Todo
el
grupo
se
ponia
bajo
el
pa"
tronazgo
de
un
jefe
[nico,
que
era
quien elegia
e1
lugar,
decidla
d6nde
colocar las
redes
y
repartla
el
producto de
Ia
caza. Estas
formas
de
cooperaci6n
establecian
entre las
diversas
familias
nucleares
asi
agrupados
lazos
Puramente
temporales,
dispersdn"
dose
cada
elemento
componente
despuds
de
finali
zada la
temporada
de caza.
De manera
similar,
en
Ias
agrupaciones
temporales
de
familias nucieares
esquimales,
el
Iider
del
grupo cooperativo
recibia
cl
nombre
de
.el
que
rTTds
sabe".
En el imperio
inca,
la
coDstlucci6n
de tempios,
1,,1:r
.o".
.isrcma.
Je
irig.
cion
y
letrezc.
rr.'queria
la cooperaci6n
de un vasto ndmero
de
tribus
depen_
dientes bajo la
direcci6n
de
fulcionarios
del
Es-
tado.
Estos
funcionarios
pertenecian las
miis
de las
veces a las
familias
dominantes de la
tribu
inca,
y
bajo
sus 6rdenes
se
hallaban los
ctcaca
o
jefes
tra_
dlcionales
de
ias
tribus
sometidas
a trabajos folza'
dos.
Los impresionantds resultados
de su
trabajo
dan
fe
de
la
productividad que
puede
llegar
a
al-
canzarse empleando diversas
formas
de cooperaci6n
simple
ampliadas a
grandes
grupos
humanos.
En
ste
ejemplo,
las
estructuras
autoritarias,
la
direc'
cidn
y
el
control
de1
proceso productivo
adoptan
una
forma
politica que
difiere sustancialmente de la
quc
se
da
enlre
grupos
.eunidos
dc
mancrc
orasio
na1.
22
FORMAS DE COOPERACION
Y RECIPROCIDAD,
Debemos
tambidn
anaiizar
Ias
formas
de coopera
ci6n
que,
ya
no
confolmes con
ia naturaieza
de
1os
trabajos
analogos
y
paralelos,
o
bien distintos
e
in
trincados, llevados
a cabo
por
los
trabajadores,
se
acomodan
sir,
embargo a
los
modos
de
reciproci-
dad
que
operan
eo cada
caso.
En
muchas
comunida
des
primitivas
y
campesinas
encontramos dos
tipos
distinios
de cooperacidn:
uno
en el
que,
como
com-
pensaci6l
de la
avuda
recibida,
se ofrece una
gran
fiesta,
generalmente
de car6cter
rilual;
y
otro en
el
que
la
reciprocidad
adopta
formas de
intercambio
fids o menos equivaiente
por
el
trabajo
y
los
ser'
vicios
prestados.
En Latinoam6rica,
por
ejemplo,
el
canvite
de Colombia
y
Ecuador, la
minga baiLada
dc
Ecuador,
y
el mingaco de Chile
pertenecen
a
la
primcra
de
estas
formas.
El
ayni
clc
Pcrri,
el
cam'
bio
de nana er, Colombia,
y
Ia
yueLta
de
ntano
en
Chi|:,
pertenccen
al
segundo
tipo.
Tanto
una
collto
olri l'orma
pLri.dcn
coc\i'ril
cn
una
mi,ma
comuni
dad,
cn relaci6n con diferentes iipos de
trabajo.
En-
tre ios dayak siang de Borneo,
por
ejemplo,
la
pri-
mera
forma
se
emplea para
corresponder
a
la
ayuda
.
pr(s1ada
en
la
construccioo de una
nueva
(
asa,
mien-
tras
Ia
segunda se
utiliza
para
corresponder
a di-
versos
tipos
de
trabajos
relacionados
con la agricul"
tura. En los
casos
de
intercambios
de
servicios
muy
equilibrados, podemos
obse
ar
que
la obligacidn
de
ndevolver
en
la
misma
medida,
es
muy fuerte.
Si el
beneficiario
es incapaz
de hacer frente
a
sus
responsabilidades,
alguien debe
hacerlo
en
su lugar.
Generalmente,
el
beneficiario
de
la ayuda reciproca
proporciooa
comida
y
bebida a
los
que
los ayudan,
DcI-o
cste
tipo
de comida
no
tiene cardcter
ceremo-
i)
23
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
9/55
l"
l
q
I
nial. En cambio, en aquellas
formas de
trabajo
coo-
perativo
que
conc)uyen
con una fiesta,
parece
como
si
Ia
suntuosa
y
lujosa
celebracidrl
bastala
para
li-
berar
a
las
partes
de sus
respectivas
obligaciones,
de
modo
que
la
obligacidn de
devoiver trabajo con
trabajo
se
debilita
en
buena
parte.
Liegados a
este
pLrnto,
no
podemos
menos
de
menciouar
las
dife-
rencias
que
separan
er,tre
si a
lo ordinario de l
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
10/55
dimienro
por
unidad
de
superlicic
muy bdio.
Pot
otro lado,
en sociedades
cuya economia
depende
de
tdcnicas
de
agricultura
intensiva
(como
en
la
agri-
cultura china tradicional) la
productividad
del
tra'
bajo
es
rnuy ddbil,
y
en cambio
el
rendimiento
por
unidad
de superlicie muy alto. En
Ia agdcullura
china
o
vietnamita,
el
trabajo de
los
animales
dc
labor
fue
escasamente
usado,
de modo
que
Ia
cco,
nomia
dependia
por
entero
de
un medio
que
habla
sido completamente
creado
por
el
hombre.
Han
sido raros
los estudios dedicados
a
los
cam,
bios
producidos
en las sociedades
primitivas
y
cam-
pesinas
por
la sustilucidn
de
los
factores
de
produc-
ci6n.
Ha
sido
posible,
por
ejemplo,
medir
la
inci-
dcncia
de
la
introduccidn enlre
los baruya
de
ins-
trumentos de
hierro; hace
aproximadamente
unos
cincuenta
afros,
los banrya
sustituyer.on
sus
antiguos
irtiles
de
piedr:1 por
otr'os
de metal
de
origen
euro-
peo.
Ei tieftpo
ahorrado
con
los
nuevos fti]es
sc
comprobd
que
e:a de1
orden del
250
o/0.
Segin los
c.ilculos
que
nosotros mismos
fuimos
capaces
de
hacer,
les llevaba
cuarenta
y
dos
minutos
derribar
un arbol
de
30
cm
de
diiimetro
con
las
antiguas
he
rlamientas,
mienlras
que,
por
tdrmino
medio, les
lleva
actualmente
unos
doce minutos
talar
arboles
del
mismo
diemetro
con'hachas de
acero;
estas
ril-
timas
fueron
introducidas en
su
ierritorio
antes
de
la llegada
de los
blancos en 1951,
a travds
de
los
tra-
dicionales
canales
de comercio
intertribal.
Los
ulti
mos
estudios
cuantitativos
realizados por
Marshail
(1965)
entre
los
bosquimanos
kung
del
desierto
de
Kalahari,
han
demostrado
que,
para
poder
satis"
facer
sus necesidades,
Ios
productores
individuales
gastan
no mes
de
cuatro
horas
de trabaio
al
dia.
26
Estos
resultados
destruyen
por
completo
la
tradi'
cional
visi6n
de unas
sociedades, Ias
cazadoras
y
rc'
colectoras,
atosigadas
por
la
Daturaleza;
Sahlins
ha
llegado
a sugerir,
en este
sentido,
que en tales socie-
dades
qddemos
ver
en la
actualidad
Jas
primeras
"socied;des
de
la
abundanciao.
indicando
al mismo
tiempo
que
el conocimietto
de estas
primitivas
(so-
ciedades
del
bienestar" terminarla
por barrer
todos
los
prejuicios existe[tes
coII
relaci6n
al
llamado
mo-
do
de vida de
los
salvajes
(Shalins
1972).
Poblaci6n, recul6oB,
excedentes
Hemos
de
recordar,
sin
embargo,
que
los an61i-
sis m6s
precisos
de
los
modos
de
produccidl
han
ayudado a
cla
ficar
los llmites
en
que 6stos pueden
reproducirse.
El
problema
mrs
inmediato
es el de
la
relaci6n comida-teritorio-densidad
humana.
Esta
relacidn, segt)l
Leroi-Goulhal
(1964),
corresponde
en todos
los
estadios de la
evoluci6n
tecnoeco-
n6mica, a
una
ecuacidn
con
valores
variables
pero
correlativos;
para
los
grupos
primitivos
existe
un
mismo
vinculo
que
enlaza todos
estoi
tdrminos,
ya
se
trate
de esquimales, bosquima-
nos,
fueguinos,
pigmeos,
o
diversos
tipos
de
in-
dios americanos.
Su coherencia es tan rigurosa
que
la
documentaci6n
prehistdrica
s610
permite
una
interpretaci6n.
A determinado
nivel
de
desarrollo
de
las
fuerzas
productivas,
un determinado
desarrollo
tecnol6gico
pennite
un
determinado
tamaflo
y
densidad
de
po.
I
ts
27
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
11/55
t-
,l
I
I
i
blaci6n.
Es sobre
esta
base
como
Ia
poblaci6n
de
ios
shoshone
llega
a
alcanzar un
habitante
por
128
km2,
dccreciendo
hasta
1/256,
segin
se
trate
de
la
parte
norte o sur
de su
territo o.
Dado
que
su exis,
tencia
depende
de la
explotaci6n
de los
recursos
naturales,
no
de la
producci6n
de recursos
artificia-
les, tales como
la
agricultura
o la crla de
ganado,
el
grupo
humano
debe
cambiar
de
residencia
de
acuerdo con
los cambios
expe mentados
por
los
te-
rdtorios
de
caza, el
crecimiento
de
las hierbas
y
otros
recursos
recolectables.
Lo
que
de este
ejem,
plo
resulta
evidente
es
que
el
modo
de
prqduccidn
determina
el
modo
de
residencia, en
este
caso
el
campame[to, y
al mismo
tiempo uD
cierto
tipo de
desplazamiento
en
el espacio,
esto es, un
modo de
vida
n6mada.
Este modo de
vida impone
por
si
mis-
mo una
serie de
limites
al
desariollo
de
determina-
das
formas
de existencia
social,
por
ejemplo,
a
,a
cantidad
de bienes
transportables,
y,
consiguiente-
mente,
a la acumulaci6n
de los
llamados
bienes
no
perecederos,
Vefios,
pues,
que
los
electos
de
un
detetminado
modo de
prodtrccidll
sobte el
conitmto de
estruc-
turas
d.e
una
socied.ad. cansiste
ante
todo
efl una
li.tiitaci6t,
de
tiichas
estructuras
sociales
a
lotmas
compatibles
con el
fiado de
ptoducci6n.
En
aquellas
sociedades en
las
que
el
modo
de
producci6n
depen-
de de la
agricultura
extensiva
de roza
y quema,
una
de las
condiciones
internas
de
reproduccidn
del
sis
tema es
la
existencia
de vastos teritorios
de
pobla-
dos
que
permiten
una rotaci6n
de
los
cultivos,
to-
maDdo
en
cuenta ei
tiempo
necesado
para
la
rege-
neracidn natural
del suelo.
El
sistema
prbductivo
encuentra
un
limite
en
estas condiciones.
limite
28
que
incidc
en
la
permanencia
y
forma
de habitaci6n
de
la
poblacidn.
El
problema
de
la
contradiccir5n
entre
recursos y
poblacidn
encuentra
generalmente
una
salida
en
la
prdctica
de
dividir
el
poblado,
dan,
do lugar
a
poblaciones
dependientes
'qu"
,un
u ..,
tablecerse
e[
los
territorios
vaclos.
Mediante
este
proceso
Ce
divisi6n
y
emigraci6n de grxpos,
el
sis_
tema
se
reproduce
sin
superar
sus
propios
limites
v
rcsLrelve
sus
contradicciones
expandidndose
en
el
espacio.
Otros
estudios
cuantitativos,
como
por
ejemplo
los
llevados
a
cabo
por
Carneioro
(1961)
enire
los
kuikuru
de
la
cuenca
amaz6nica, que
plactican
al
mismo
tiempo
la agricultura
de
roza
y
ia
pesca,
muestra que
debemos
tener
mucho
cuidado
con
las
apariencias
y guardarnos
de
creer que
1a
baja
den_
sidad
de
poblaci6n
de
un
grupo
social
necesaria-
mente
significa
que
vive
en
el
limite
mismo
de
sus
posibilidades
materiales.
Carneiro
ha
calcuiado
que
los
kuikuru
gasta
por
tdrmiuo
medio
no
m6s dc
tres
horas y
media
al
dia para
asegurarse
su
susteD-
to, de
las
cuales
emplean
dos en las
tareas
agrico,
las
y
hora y
media
en
las
de
pesca.
Las
diez
horas
que
adn les
restan
del dla
las
dedican
a
descansar,
a
practicar
la lucha y
a
otras
actividades
sociales.
El estudioso
brasilefio
ha calculado
que
coa
s6lo
media
hora
m6s
al dia
de
trabajo,
cada
hombre
po-
dria
llegar
a
producir
un susiancioso
excedente
de
manioca,
sin
poner
en
peligro
por
ello
el
equilibrio
entre
poblacidn
y
recursos.
Existe,
pues,
un
exce-
dente
potencial
que
no
es
utilizado,
y
las
razones
de
esta
especie
de
ndesperdicior
parecen
estar
en
que
los
kuikuru
lro
tienen razones
sociales
para
auEren-
tar su
producci6n.
Este ejemplo
nos
permite
hacer
29
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
12/55
dos
importantes
afirmaciones
tcdricas:
una,
que
la
cxisren.ia del
excedrnre
potencial
no neceiariamqrl_
te
cofllleva
el
desar:ollo
econdmico
y,
segundio,
que
ia movilizaci6n
de
este excedente
se realiza
a
traves
de cambios
ocurridos
en
las
relaciones
sociales,
por
ejempio,
a
trav6s
del
dcsarrollo
de una
cierta desi'
gr:cJdad
y una
cicrta compelilividad enlre individllos
y grupos.
Es
lo
que
Sahlins
(1972)
ha
demostrado
de
Ia
maneta
mis eficaz
en
sus
recientes
esrtudios
sobre
el
nefecto
Chayanov'-
[I$sja
y
trabajo
En las.ocicdades
pr,miliva.
y
campesinas
e)
tra'
bajo
constituye
una
operaci6n
doble
que
tiene
a la
vez
un
aspecto
tdcnico
y
m6gico_ritual.
Malinowski
ha
irostado
en detalle
de
qud
modo
los
isleflos
de
Trobriand,
aunque
no
dejan
de
ser conscientes
de
que
es el
trabajo
del
horticultor
el
que
hace
crecer
la cosecha,
subrayan
que
su
trabajo
por
si
solo
es
in'uliciente,
quc
es
i,rdispensable
1e
magia
par.r ga'
rantizar
la
cosecha.
No
entraremos
aqui
en an61i'
sis
del
pensamiento mitico
y
las
prActicas nlegicas.
Nos limitaremos
a recordar
que en
los
pueblos
pri-
mitivos
se represe[tan,'de
manera
espontSnea,
las
causas
ocultas
y
las fuerzas
invisibles
que controlan
la
naturaleza
y
la
sociedad
mediante
analoglas
hu'
Elarlas.
A1
concebir
la
naturaleza
como
andloga
a la
sociedad
y
teducir s.os causas
a
la
red
de reiaciones
iDtencionales
que
presiden
1as
relaciones
humanas,
el
intelecto
primitivo
crea un doble efecto;
por
un
lado
antropomorfiza
a
la
naturaleza, poa
otro
su-
30
pernaturaliza
a los humanos.
AI
dotar
de
marrera
espontanea a
las
realidades
natuiales con atributos
humanos, al
mismo tiempo
la humanidad
se
dota
de una realidad
y
un poder
sobrenaturales. lor esta
raz6n, lo
sagrado
constituye una realidad
prActica
y
espontiDea de la experiencia humana
Frimitila
de
la
naturaleza
y
la
sociedad.
La
creencia
en
la
rnagia,
lejos
de contradecir
Ia
crecncia en la causalidad
y
el determinismo,
cs
tal
vez
la
mds clal.a
afirmacidn
de
un
determinismo
s-
rficto.
La
hLrmanidad cree
que puede
inseriarse, me-
diante
las
pr6cticas
magicas en las causalidades
ne,
ccsarias
{ci
orden raturcl. Podemos
suponer,
en
c.lc
scntido,
que
nuevas
pr;cricas
m6gicas y
religio-
sas se
desarrollaron
al
tiempo
que
se domesticaban
1as
plantas
y
los
animales y
se
establecian
los
nue-
vos
sistemas econ6micos dcpeDdientes
de
la
agricul^
tura
y
la
ganaderia.
Entre los
cazadores
y
recolec-
toles,
el
pensamiento
megico
y
religioso
se
orienta-
ba hacia el cuito de los
(amos
de los
animales y
las
plantas,
con
1os
que
se
establecian
contratos
que
impedian
matar
anjmales
sin
razdn
alguna
(que
im-
pedian
el
desperdicio de
los
recursos
naturales). En
las economias dependientes
de
ia
explotaci6n
de las
plantas y
animales
domesticados,
las
relaciones
en-
tre
los
humanos y la
naturaleza
no es
ya
la
misma.
Tal
vez
la
domesticacidn
de
piantas
y
animales
se
vio
acompafiada de
un
inmenso
desar.rollo de
la
ma-
gja
y
la
religi6n.
Ta1
vez
los individuos
y
los
grr:pos
."c'ale...
ducnos
rJc
la magia
de
Ji
tertilidal
de plan
tas
y
animales,
eran
capaces
en
las
nuevas
condi-
ciones
de
generar
un inmenso poder
social
basado
en
su
(imaginario)
cootrol
de los
poderes
naturales.
Parece que
fue
en
tales
condiciones
como
surgieron
Ci
l
31
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
13/55
lo. s:cerdotes,
en
Luanro
cubgrupo
social
separado
deia produccjon.
Sj
comparamos
cl
poder
de
1or
jefes
en
la
sociedad
omarakana,
descrita
Dor M^-
Iino\\'ki
{1922t,
o
en
Tikopia,
ral
como
nos
es
des
crita
-por
Firth
(1939),
o
los
antiguos
reinos
poline-
sios-
de
Tonga,
Samoa y
Taiitl,
observamos
que,
en
cualquiera
de
los
ties
casos
citados,
los
jefes
deien-
tan
el
monopolio de
los
mds poteEtes paderes
mi,
Bicos
que
garantizan
la
fertilidad,
poderes
quc
ellos
ponen
al
servicio
de
Ia comunidad.
Su
lugar
en
bJ
jnterior
clel proceso
productivo
difiere,
sin
embargo,
en cada.aso.
En
Omarakana,
el
jefubrayaoo
Ia
urgenre
necesidad
de
,Jatir,r"rn
estudio
detallado
de
las bases
materiales
de las
disr
tintas
sociedades
y
reinte.pretar
todas
ias
culturas
.hunranas
sobre
la base
de
su
consideraci6n
como
procesos
especilicos
dc adaptaci6n
a entornos
con-
A
Divel
metodol6gico,
estos
antrop6iogos
han
rea-
firmado
Ia idea de que cada
sociedad
debe
ser
ana,
lizada
como
una totalidad,
pero
a la
vez
debe
ser;
considerada
como
un subsistema
en el
interior.
de
una
totalidad
m6s
ampiia,
uD
ecosistcma
particular
en
ei
que
coexisten poblaciones
humanas,
anima)es
y
vegetaies,
en el
interior
de
un
sistema
de
jnterrele,
ciones
biolrigicas
y
energdticas.
Para
analizar
las
condicjones
de
ieproducci6n
y
operatividad
dc esios
ecosistemas
v
reconstl.Lrir
la estructura
de sus
flu-
jos
cnergdticos,
mecariismos
autorregulado.es
y
de
relroalimentaci6n,
etc.,
pusieron los
ojos
en
la
teo-
ria
de sistemas y
en
la teoria
de
Ia comunicaci6n.
El
luncionalismo
rradicioDal
se
vio
renovado
en lo
|cfcr-entc
a
sus
p.incipalcs
centr.os
de
interds,
sus
mitodos
y
sus
posibilidades
tedricas.
ya
que
resul_
laba
posible
de
nuet,o plantcar
sobre basep
mds
fir,
u:es
el
problena
de la comiraracidn
de
los sistemas
44
socialds,
un
problema
que
los
fuocioDalistas
tradi-
cionalcs
se negaban
a
abordar,
o abordaban
s6lo
con
dificultades.
E,
incluso,
yendo
mas
ail6,
se
abrla
de
nuevo
la
posibilidad
de
construi
el esbozo
de
un
nuevo
modelo
de la
evoluci6n
sbcial,
un
modelo
multilineal
esta
vez,
difiriendo
a
este
respecto
de
Elanera
clara
de
los
modelos
evolucionistas
del
xlx.
Los
resultados
positivos se
viero
Dronto
ase,
g.urados
y
mc
permilij"d
seijalar
algunos
u"pe.t,rs
d.
ellos.
Se
descubri6,
por
ejemplo,
que
cuatro
horas
al
dia
bastaban
a
los
miembros
adultos
de
las
ban-
das
de
cazadores
y
recolectores
bosquimanos
d\l
desierto
de
Kalahari
para
recoger
o
producir
los
recursos
necesarios
para
cubrir
las
necesidades
de
todos
ios
miembros
de
la
banda
(incluyendo
un
buen
rimero
de
ancianos
y
niios pcquefios
que
no pani-
cip.,ban
en
el
proceso
de
produccidn).
Frente
a
es-
tos
hechos,
la
idea
tradicional
que
consideraba
a
este
tipo
de pueblos
como
cazadores
primitivos
con-
,liouamcEte
amenazados
por
la
escasez
y
sin
liempo
Iibre para
inventar
cultura
y
progresar
hacia
Ia
ci
vlllzaci6n
se
vio pronto
desmentjda.
Marsall
Sahlins,
dando
ia vuelta
a ias
ideas
anteriores,
Ileg6
incluso
a
proclamar
que
aquellas
sociedades
de cazadores-
recolect,)res
erao
las
inicas
sociedades nde
la
abun,
dan.ia,
ccnocidas,
puesLo
que
cubrlan
todas
las
necesidades
sociales,
sin
que
los
medios
de
cubrirlas
resultaran en
absoluto
escasos.
En
mi
opini6n,
Sah"
lins
sara
un
tanto
de
quicio
la
cuesti6D,
y
tendrd
rrrrs
adelante
oportunidad
de plaltear
ciertas
reser_
vas
e
incluso
crlticas
sobre
sus
conclusioDes.
Pero,
priEeramente,
analizare
coD
cierto
d.eteni-
mienlo
los
resuhados
de
Ios
trabajos
de Richard
Lee (1969)
y
su
equipo,
en
relaci6n
con
los
bos_
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
20/55
quimanos
kung.
Sc
observo
que
estas
pobla(ioneJ
",,.
rir.n
""
un
ecosislemc
cspccializado
6rjdo
que
i'es
.*ige
muy
pocas cosas,
no
explotan
ni
mucho
menos todos
los
tecursos
alimenticios
que
tienen
a su
disposici6n.
Al
establecer
Ia
lista
completa
c1e
las
taxonomias
animales
y
vegetales
usadas
por
1os
bosquimanos, se descubrid
qrle
istos
habian
identi-
ficado.v
nombrado
200
plantas diferentes,
B0 dc
las
cuales eran
consideradas
colncstibles.
De
todos
estos
recursos,
hay
uno
que
constituye
una
casi
inagota'
ble
fuente
de alimento,
el fruto
del
mango
Esle
fruto
proporciona
uDa especie
dc
comida
farindcea
poco apetilosa,
pero
que, cn canbio,
este
siemprc
dispo ible.
Proslguiertdo
colr
irl
anilisis
cl,r las
actividades
productivas
y
los h6bitos
alimentarios
de los
bos_
qui:nanos,
se
encont[6 que eran
muy
se]ectivos
en
sus
hdbitos
con relacidn
a la
comida
Cazan
o re_
cogen delerminadas
especies
de acuerdo
con
clratro
crite
os de importancia
decreciente.
Ei
Primero
y
fundamental
criterio
es
el del
gusto,
viene
luego
el
valor
reconocidamente
alimenticio
de
1a
especic,
su
abundancia,
y,
flnalmente,
la
facilidad
con
quc
puede
obtenerse.
Futddndose
en
esta
escala
de
pre-
ferencias
y
otras constricciortes,
como
por
ejemplo
la inexistencia
de
mdto'dos
de almacenaje,
fue
po-
sible comprender
la
esrmtegia
seguida,
cuyo princi-
pio
puede
expresarse
como
sigue:
los
mjcmbros
dc
cada
campamento
bosquimano
prefieren recoger
y
cazar,
en cualquier
momento,
lds alimentos
desea-
bles a la
menor
distancia
posible
de la charca
de
agua
en
torno
a la
cual est6 establecido el
campa-
mento. Sobre,la
base
de
este
principio,
dos son las
situaciones contrapuestas
que
sc les
ofrecen.
T
na,
M
considerada
por Ios
bosquirnanos
como
la
mejor'
orre
se
da
cuando
el alimenro
deseablc
y
la
charca
.io rn,r"
"rtan
separados
enlre
st
Por
l'i
menor
dis'
rancia
posible,
y
otra,
considerada
la
menos
satisfac_
'oria,
cuaqdo
la
charca
v lJ
comida
a
cazrr
o
a
re
n.er
esi6n
separados
por
una
gran
distancia
(m3s
dc
-rr-
dra de
marcha.n
;1
v
19)ver).
En
tales
cir'
cunstancias,
es
posible
contemplar
baio
una
nueva
luz
la
movilidai
de
los
campamentos
y
el uso
del
entorno.
En
generai,
Ios
bosquimanos
permanecen
en
un
mism;
lugar
en
tanto
les
tome
Ilo
m6s
de
un
dia
de
marcha
el
ir
a
cazar
y
recoger
la
co-
mida,
o transportar
el agua
desde
el lugar
de donde
la
exiraeli
haita
el
lugar
donde
se
encuentral
los
recursos
alimenticios
Y
olver.
Este
principio
general, no
obstante,
sufre
alte
raciones
;stacionales
en la
medida
en
que
las
tempo
Ladas
secas
y
lluviosas
se
alternan,
De
aqui
se
dedu
ce
que sus vidas
est6n
urarcadas
por un
ciclo
anual
eD
el
que
tres tipos
de situaciones
se
stceden
una
a
la
otra:
(a)
noviembre-abril,
charcas
de
agua
nu-
merosas
y
abundancia
de
comida;
la
distancia
entre
agua
y
comida
se
reduce
al mlnimo;
(b)
mayo-julio,
"-pi"z"
lu estaci6n
seca,
Ia
comida
sigue
siendo
abundante
pero
Ia
vida
se
centra
en torno
a
ocho
charcas
de
agua
permanentes;
(c)
agosto_octubre,
los
recursos
son
cada
vez mes
escasos
en
torno a
1as
ocho charcas
permanentes y
Ia distancia
entle
agua
y
alimentos
se
amplix
ahora
al mdrimo.
Una de
las
primeras
lecciones
que
podemos
ex'
traer
del
ejemplo
de los
bosqufnanos
es
que
los
primitivos
no viven
continuamente
al
borde
de las
posibilidades
de su
sistema,
rayando
casi
con el
hambre
o
la
catfstrofe.
Los
bosquimanos
subexplo-
t
1
I
41
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
21/55
t'
f
I
I
l
titn
las
poleDcialidades
alimenlicias
de
su
entomo.
Y otro
taDto puede
decirse
de
los
pigmeos
mbuti,
Estos
riltimos
no
persiguen
el pescado
quc
puebla
cn
abundaucia
sus l.ios. Ni
matan
a
los chimpancCs
y
ios
p6jaros
que
habitan en
su
jungla.
\aramente
matan
bifalos,
cuya
carne
no
les
gusta.
E
igualmeD-
te dejan
sin
explotar
un
gran
ndmero
de
nichos eco.
l6gicos
especificos
de su
entorno.
pero,
hay
que
no"
ta.
que
la
conducta
de los
bosquimanos,
ai
igual
que
ia
de
ios
aborigeDes
australianos
y
otros
pue-
blos
primitivos
que
viveD
en
entomos
semides6rt;
cos,
estdn
dominados
por
la
necesidad
inrperiosa
de
obtener
agua
de
manera
regular.
Mientras
qlre
'el
alimento
de
los
animales
y
las
pjantas
es
gene.
ra'menle
mils
abundante
de
lo
necesario,
el
agrrir
resuita
ser
en
todo
momento
escasa
debido
a
la
iln
posibijidad
de
buscar
aguas
mds
profundas,
exca,
vando pozos
para
alcanzar
las
capas
de
agua
sub
terldncas,
o construyendo
aljibes para
almacenar
las
aguas
superficiales.
Asl
las
cosas,
resulta
difi
cil hablar,
como
Sahlins
hace,
de una
7/25/2019 Godelier-Instituciones Econmicas Copia
22/55
ll:,
,',0r",,*,
(te
.
raLioqat;Jqd
econamica
inrcn.
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